Muralismo Mexicano
Muralismo Mexicano
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Muralismo[editar]
Artistas e intelectuales mexicanos participaron en la construcción de una nueva identidad
nacional. Buscaban consolidar los ideales sociales creados en la revolución, destacando el
nacionalismo dentro de su arte, además de cambiar las ideas raciales preexistentes contra los
indígenas, ideas que se habían creado durante el periodo colonial.1
Homenaje a los muralistas de México en Polyforum Cultural Siqueiros.
En 1922 surgió un grupo llamado Sindicato Revolucionario de Obreros Técnicos y Plásticos
(Unión Revolucionaria de Obreros Técnicos, Pintores, Escultores y Afines). Este grupo
expresó las ideas socialistas a través del arte y muralismo, también quería incluir artesanos,
talladores de madera y tejedores textiles que no fueron considerados artistas, lo cual hizo a
una gran parte de la población a entender la importancia de los murales y sentirse incluidos en
el movimiento. También imprimió información sobre el grupo, que terminó siendo un periódico
semanal fácilmente accesible a la mayoría del pueblo, llamado “El Machete”.1
En 1923 el muralismo se volvió muy conocido dentro y fuera de México. “Los tres
grandes” David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco continuaron pintando
con los fondos del Departamento de Educación José Vasconcelos hasta que fue él sustituido
por José Manuel Puig Casauranc, quien continuó apoyando solamente a Diego Rivera.1
Uno de los murales más conocidos por su polémica y contenido fue "Man at the Crossroads", 5
un mural encargado por Nelson Rockefeller. Se presentó por primera vez como una contienda
entre Pablo Picasso, Henri Matisse y Diego Rivera. Los tres negaron inicialmente la solicitud,
debido a las restricciones que se pidieron para la pieza. Las directrices fueron que tenía que
ser monocromático y decorativo. Después de algunas negociaciones Diego Rivera aceptó el
proyecto, siempre y cuando pudiera utilizar el color y hacer una narración.1
Eran tiempos de lucha, que inspiraron a Rivera para representar los acontecimientos políticos
en su mural. Representó al mundo capitalista. A un lado de la tecnología, mostrando a Charles
Darwin y la teoría de la evolución, así como la gente de clase baja reprimida por la gente de
clase alta. En cambio, la otra parte de la obra representaba el mundo socialista, donde dibujó
a Friedrich Engels, Karl Marx y León Trotski. La parte más polémica de este trabajo fue que
pintó a Lenin en el centro, sosteniendo sus manos con un ruso y un soldado americano negro,
para representar la unidad de la nación. Aunque Diego Rivera explicó sus ideas y puntos de
vista políticos a Nelson Rockefeller antes de pintar el mural, Nelson le pidió a modificarlo
después de haber sido aceptado, Diego se negó a modificarlo y el mural fue destruido. 1
Después de este incidente, se le prohibió a Diego Rivera pintar en los Estados Unidos durante
algún tiempo, lo cual motivó a la comunidad artística de Nueva York a tomar acción, el
incidente junto a algunos expresionistas abstractos, a pensar en lo acontecido, así se les dio
una plataforma para expresar sus puntos de vista acerca de la política y el arte público. 1
Un año más tarde, Diego Rivera volvió a pintar el mismo mural en el Palacio de Bellas
Artes en la Ciudad de México, donde representó a la orientación comunista como un símbolo
de esperanza, también en representación de las luchas de la Primera Guerra Mundial. Estos
recuerdos fueron significativos cuando el mural fue pintado y también debido a la amistad de
Rivera con Trotsky, que fue a México en exilio por orden de Stalin después de la muerte
de Lenin.1
Antecedentes[editar]
Arte[editar]
Polyforum Siqueiros
La producción de arte populista mexicano de 1920 a 1950 a menudo es englobado con el
nombre de 'Escuela Mexicana de Pintura y Escultura' acuñado en los años 30 por los
historiadores y críticos. El término no está bien definido ni tampoco distingue entre diferencias
importantes estilísticas y temáticas, no hay un acuerdo formal de que los artistas pertenezcan
a él ni si el muralismo debe ser considerado parte de él o por separado. No es una escuela en
el sentido clásico de la palabra y además incluye trabajos de más de una generación con
diferentes estilos que a veces chocaban entre sí, sin embargo, sí abarca características
importantes. La Escuela Mexicana de Pintura y Escultura fue una combinación de ideales
públicos y estéticos "posicionada como un componente de la esfera pública"11 Los tres
componentes oficiales del muralismo mexicano son definidos como: 1) Participación directa
con la publicidad oficial y discurso.12 2) Integración recíproca en el discurso visual del mural
con una serie de prácticas que comuniquen la participación de la publicidad oficial (incluyendo
una variedad de géneros escritos, pero también discurso público, debate y un provocativo
evento público).12 3) El desarrollo de una temática de carácter público de una estética social-
realista como el registro visual del sentido público del trabajo muralista.12 La mayoría de los
pintores en esta escuela trabajaron principalmente en Ciudad de México e incluso en otras
ciudades ininterrumpidamente en proyectos y/o como maestros, generalmente recibiendo
apoyo del gobierno. Muchos de ellos tenían una gran preocupación por la historia e identidad
del país y estaban políticamente activos. La mayoría del arte creado en esta escuela no era
para vender, más bien como medio de difusión en México y en el extranjero. Muchos de los
artistas tuvieron una formación, algunas veces estudiando en Europa y/o en la Academia de
San Carlos.13
Una gran cantidad de murales fueron producidos en la mayor parte del país de 1920 a 1970,
generalmente con temas relacionados con política y nacionalismo enfocado a veces en
la Revolución Mexicana, identidad mestiza y la historia de la cultura mesoamericana,7 esto
sirvió como una forma de unión entre los miembros del movimiento.8 Los aspectos políticos y
nacionalistas tenían poco que ver directamente con la Revolución Mexicana especialmente en
las últimas décadas, el objetivo tenía que ver más con glorificarla y sus resultados como un
medio para legitimar el gobierno posterior a la Revolución.7 La otra orientación política iba más
hacia el Marxismo, especialmente la lucha de clases. Esto fue más fuerte en el movimiento
inicial con Rivera, Orozco y Siqueiros, todos comunistas. Los mensajes políticos se volvieron
menos radicales pero permanecieron con firmeza en la izquierda.7 Mucha de la producción de
murales resaltaba el aspecto indígena de la cultura mexicana, considerándolo como un factor
importante en la creación del México moderno; esto fue añadido con la idea de reexaminar la
historia del país desde una perspectiva diferente. Otro aspecto que la mayoría de los
muralistas compartían era el rechazo del ideal de que el arte era sólo para una minoría
selecta, sino como un beneficio de las masas.8
Los murales adquirieron un estatus monumental debido a dónde estaban plasmados, la
mayoría en paredes de los edificios coloniales y los temas que manejaban.8 Los muralistas de
México compartieron libremente ideas y técnicas, sin embargo, el trabajo de cada uno era muy
distintivo y particular por lo que los artistas se podían deducir sin mirar la firma. 10 Hubo un
resurgimiento de viejas técnicas tales como el fresco, que es pintar sobre paredes recién
enyesadas y pintura de cera caliente.89 Otros utilizaban mosaicos y cerámicas de alto fuego
así como piezas metálicas y capas de cemento.8 El artista más innovador fue Siqueiros quien
trabajó con pyroxileno (un esmalte comercial) y fue uno de los primeros en utilizar el aerógrafo
con fines artísticos.
Diego Rivera (1886-1957): Trabajó durante un tiempo en Europa y fue amigo de Picasso y
de Modigliani, entre otros. A su regreso a México, buscó el influjo del arte maya y azteca,
interesándose también por las artes populares. En sus murales recrea la cultura
prehispánica y trata de responder con su carácter populista a las necesidades de las
masas.
José Clemente Orozco (1883 1949). Realizó numerosos murales en edificios públicos, con
un impetuoso estilo narrativo que va de lo patético a lo trágico, del realismo al simbolismo,
siempre dentro de la más estricta orientación mexicanista.
Rufino Tamayo
Roberto Montenegro
Antonio González Orozco (1933-2020). Fue un muralista mexicano que estudió de 1953 a
1957 en la Antigua Academia de San Carlos. En esa época (1956) fue alumno de Diego
Rivera, quien motivó su interés por el muralismo, en un curso que impartió en dicha
Institución sobre técnica mural. En su larga carrera que abarca la segunda mitad del
Siglo XX y parte del siglo XXI, Antonio González Orozco, contribuyó a la plástica mexicana
con pinturas de caballete y retratos, dibujos, grabados, serigrafías, esculturas, muchas de
las cuales exhibió en 31 exposiciones individuales, tanto en México, como en diversos
países como Estados Unidos, Canadá, Polonia y Rumanía. Destacan particularmente 8
pinturas murales, ubicadas en la Ciudad de México, Coahuila, Sinaloa y
Chihuahua. Pintura de México#Pintura mexicana del siglo XX
Federico Cantú
El arquitecto Juan O'Gorman también realizó murales. Los más destacados son los de la
habitación «Independencia» en el Castillo de Chapultepec. En la escalera principal se
encuentra en enorme mural que representa las etapas de la historia más representativas
del país y que incluye un centenar de personajes importantes como
fueron: Cuauhtémoc, Moctezuma, Hernán Cortés, Miguel Hidalgo, José María Morelos y
Pavón, Porfirio Díaz, Emiliano Zapata, y Francisco Villa Frida Kahlo entre otros.
Fermín Revueltas fue iniciador del movimiento muralista mexicano y uno de uno de los
protagonistas de la etapa temprana del renacimiento de la gran pintura monumental,
participando en la decoración de la Escuela Nacional Preparatoria.
Obra de Ernesto Ríos Rocha. Mural ubicado en el exterior del edificio International Center en Mazatlán
Sinaloa México.