Hechos Juridicos
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2. Es sabido que los hechos que acontecen en el mundo, sea que provengan
de la naturaleza o del hombre, pueden o no generar consecuencias de
derecho. Los primeros se denominan hechos simples o materiales y los
segundos hechos jurídicos.'
Agradezco a Fabricio Mantilla Espinosa, profesor de la U. del Rosario, Bogotá, Colombia, por su
valiosa orientación en la revisión de este trabajo.
Las citas de artículos sin referencia específica se entienden al Código Civil chileno.
Las citas de textos en francés son traducciones libres del autor.
1 Se trata de una afirmación uniforme en la doctrina chilena. "Los hechos que en el mundo se generan
y tienen su origen en la naturaleza o en la acción del hombre, pueden o no producir consecuencias
jurídicas: en el primer caso, reciben el nombre de hechos jurídicos; y en el segundo de hechos simples
o materiales" ALESSANDRI, SOMARRIVA y VODANOVIC, Curso de Derecho Civil, Editorial Nacimiento,
Santiago, 2a ed., 1945, T. I, p. 367; "El hecho jurídico es, entonces, un hecho que produce consecuen
cias jurídicas, un hecho que tiene la virtud de desencadenar la aplicación de la regla objetiva, dando
nacimiento a un derecho o situación subjetiva. Desde este punto de vista, los hechos jurídicos son
fuente de situaciones y derechos subjetivos" DOMÍNGUEZ ÁGUILA, Ramón, Teoría General del Negocio
jurídico, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1975, p. 11.
2 BICLIAZZI, BRECCIA, BUSNELLI y NATOLI, ob. cit., T. I, Vol. 2, p. 571.
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4. Debemos prevenir que este trabajo tiene por objeto dar una visión general
de los hechos jurídicos en cuanto fuente de las obligaciones, de modo que
el estudio debe tener una profundidad acorde a ese objetivo.
3 Debe tenerse presente que parte de la doctrina denomina "negocio jurídico" al que en la sistematiza
ción expuesta en el cuerpo central de este trabajo se denomina "acto jurídico". Así, se afirma que: "los
hechos jurídicos en sentido amplio se dividen en: a) hechos jurídicos (en sentido estricto), caracterizados
por la mera "fenomicidad (en el sentido de que para el derecho tiene relevancia exclusivamente el evento
no humano como tal, o prescinde de si a la ocurrencia del hecho contribuyó o no el hombre); b) actos
jurídicos (en sentido estricto), caracterizados por la voluntariedad (en el sentido de que para el derecho
es relevante, a más del evento -comportamiento del hombre- el hecho de que él sea voluntario); c)
negocios jurídicos, caracterizados por el propósito (en el sentido que para el derecho es relevante, a más
del evento y la voluntariedad del comportamiento, el fin práctico que el sujeto pretende)" BIGLIAZZI,
BRECCIA, BUSNELLI y NATOLI, ob. cit., T. I, Vol. 2, p. 572.
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■' TERRÉ, Francois; SIMLER, Philippe; LEQUETTE, Yves, Droit civil, Les obligations, Précis Dalloz, 6a ed.,
1996, N° 14, p. 19. En el Digesto 44.7.1 se lee "Obligationes aut ex contractu nascuntur, aut ex ma
leficio, aut proprio quodam iure ex variis causarum figuris": Las obligaciones nacen o de un contrato,
o de un delito, o por cierto derecho propio, según las varias especies de causas (traducción libre).
5 POTHIER, Robert Joseph, Tratado de las obligaciones, ob. cit., N° 1 23, p. 74.
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El Libro III del Code, "De los diferentes modos de adquirir la propiedad",
comprende el Título III "De los contratos o de las obligaciones convencio
nales en general", cuyo Capítulo I, "Disposiciones preliminares", se inicia
con el artículo 1101, que define el contrato. El esquema es el siguiente:
El Título IV del mismo Libro III lleva el epígrafe "De las obligaciones que se
contraen sin convención", que se inicia con el artículo 1 370 y comprende
a continuación dos capítulos: el primero, "De los cuasicontratos", y el
segundo, "De los delitos y de los cuasidelitos". El artículo 1 370 es la única
disposición genérica del referido Título IV, anterior al articulado especial
de los capítulos primero y segundo. El esquema es el siguiente:
6 "Article 1101: Le contrat est une convention par laquelle une ou plusieurs personnes s'obligent, envers
une ou plusieurs autres, a donner, a taire ou a ne pas taire quelque chose."
7 "Article 1370: Certains engagements se torment sans qu'il intervienne aucune convention, ni de la part
de celui qui s'oblige, ni de la part de celui envers lequel ¡I est obligé. [2] Les uns résultent de l'autorité seule
de la loi; les autres naissent d'un fait personnel a celui qui se trouve obligé. [3] Les premiers sont les enga-
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Artículo 1437: "Las obligaciones nacen, ya del concurso real de las volun
tades de dos o más personas, como en los contratos o convenciones; ya de
un hecho voluntario de la persona que se obliga, como en la aceptación
de una herencia o legado y en todos los cuasicontratos; ya a consecuencia
de un hecho que ha inferido injuria o daño a otra persona, como en los
delitos y cuasidelitos; ya por disposición de la ley, como entre los padres
y los hijos sujetos a patria potestad".
gements formes involontairement, tels que ceux entre propriétaires voisins, ou ceux des tuteurs et des autres
administrateurs qui ne peuvent refuser la fonction qui leur est déférée. [4] Les engagements qui naissent
d'un fait personnel á celui qui se trouve obligé, résultent ou des quasi-contrats, ou des délits ou quasi-délits;
ils font la matiére du présent titre."
8 Cf. infra N° 14.
9 El art. 2302 del CC colombiano fue sustituido mediante ley 57 de 1887: se eliminó el inciso final
"En este título se trata solamente de los cuasicontratos" y en el inciso penúltimo agregó después de
"constituye un cuasidelito" la expresión "o culpa".
,0 El texto del art. 1494 es idéntico al del art. 1437 del CC chileno, salvo en la parte en que el primero
dice "como en los delitos o cuasidelitos", el segundo dispone "como en los delitos".
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11. Ya hemos dicho que el Código francés, al igual que el Código de Bello,
recogió la clasificación pentapartita de fuentes. Sin embargo, la doctrina
francesa, en base a los textos, construyó la distinción entre acto y hecho
jurídico. En las líneas que siguen explicaremos los fundamentos de dicha
distinción para luego interrogarnos si es aplicable en los países regidos
por el Código de Bello y su utilidad.
Nótese que los autores franceses han procedido también a una ge
neralización de las reglas de los contratos a toda manifestación de
voluntad realizada con la intención de producir efectos jurídicos, esto
es, al acto jurídico. Es sabido que, para la doctrina de raigambre francesa,
el acto jurídico es el género y el contrato no es más que una especie de
acto jurídico bilateral, caracterizado por ser creador de obligaciones. Se
discute si el acto unilateral o, si se quiere, la manifestación unilateral de
voluntad, puede ser fuente de obligaciones.13
11 En Chile, a título ilustrativo, se observa esa estructura en las obras de Arturo ALESSANDRI RODRÍGUEZ
y Manuel SOMARRIVA UNDURRAGA (Curso de Derecho Civil, T. IV, Fuentes de las obligaciones, Editorial
Nascimiento, Santiago, 1942), Ramón MEZA BARROS (Manual de Derecho Civil, De las fuentes de las
obligaciones, T. I, Editorial jurídica de Chile, 7a ed., 1987).
12 A título ilustrativo, Cf. CARBONNIER, jean, ob. cit., N° 11, pp. 36 y s.; LARROUMET, Christian, Droit
Civil, T. 1, Introduction a l'étude du droit privé, Económica, 3a ed., 1 998, Nus 531 y s., pp. 334 y s.; FLOUR
y AUBERT, L'acte juridique, N"' 51 y s.; TERRÉ, SIMLER y LEQUETTE, ob. cit., N° 15, p. 2.
13 Cf. infra N° 20.
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14. Esa misma distinción ha sido recogida por dos importantes iniciativas
de modificación del Derecho de los Contratos en Francia, lo que revela
el consenso que sobre esta materia existe en la doctrina gala.
14 Así, a título ilustrativo, FLOUR, AUBERT y SAVAUX dividen el análisis de Las obligaciones en tres
Tomos: 1. L'acte juridique; 2. Le fait juridique y 3. Le rapport d'obligation. Por su parte, STARCK, ROLAND
y BOYER, dividen el análisis de las obligaciones en tres tomos: 1. Responsabilité délictuelle; 2. Contraty
3. Régime general.
15 Cf. Anteproyecto de reforma del Código Civil francés, Del Contrato, de las obligaciones y de la prescripción,
ob. cit., pp. 345 a 347 y 461.
16 "Article 1101: Les obligations naissent d'actes ou de faits juridiques. [2] Certaines obligations naissent
également de l'autorité seule de la loi, comme les obligations de voisinage et les charges publiques, dont il
est traite dans les matiéres qui les concernent".
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17 Las diferencias de redacción se limitan a que en el inciso 1 ° omitía la palabra "voluntario" y terminaba
con la siguiente frase "ella. Las que nacen de un hecho, son la materia de este título". En el inciso 2°
no decía "de que nacen" y en el inciso 3o se leía "¡lícito" en vez de culpable".
18 Cf. supra N° 8.
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19 El art. 1 del Libro de los contratos y obligaciones convencionales del Proyecto 1846-1847 prescribía:
"Contrato es una convención por la cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer
alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas".
20 Está documentado que BELLO tuvo acceso al Systhem des heutigen rómischen Rechts, probablemente
en la traducción francesa de Guenoux como "Traité de droit Romain" (París 1 840-1 851). Cf. GUZMÁN
BRITO, Alejandro, Para la historia de la Fijación del Derecho civil en Chile durante la republica (II), ob.
cit., p. 128. Esta influencia, si bien no se concretó en el sistema de fuentes, no puede ser soslayada,
particularmente en la terminología del Título II "De los actos y declaraciones de voluntad" del Libro IV.
GUZMÁN BRITO ha afirmado que: "Todo esto demuestra una influencia general de Savigny sobre
BELLO. Pero nosotros no podríamos dejar de pensar (i) que la terminología injertada en el Proyecto
Inédito, de "actos i declaraciones voluntarios" y en el Código Civil chileno, de "actos i declaraciones
de voluntad", similar a aquella planteada por Savigny en su Systhem, y con la cual se introdujo en la
arquitectura de la parte general, una noción -la de voluntad- hasta entonces extraña; (¡i) que la idea
de extender a todos los actos y declaraciones de voluntad las reglas hasta entonces solo formuladas
para los contratos, del mismo modo como lo sugiere el jurista alemán; y (¡ii) que la identificación entre
contrato y convención y la inclusión de ambos en el más amplio género de los actos, también planteada
por el mismo Savigny; todo ello no haya sido tomado por BELLO precisamente del tudesco. Como en
otros aspectos de la codificación, Savigny debió de haber influido también en esta parte". En seguida
agrega: "El mismo historicismo que BELLO había aprendido de Savigny le habría hecho desandar los
pasos dados en el Proyecto Inédito, en aras de la realidad a la cual el código se destinaba, tan alejada
del abstracto esquema alemán".
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Finalmente, en el Proyecto Definitivo, "la norma inicial -del art. 1 615 del
Proyecto Inédito- toma una forma distinta, acogiendo la tesis romana de
las fuentes de las obligaciones".21 Se incorpora el texto del artículo 1437
del CC chileno, tal como le conocemos hasta hoy en día y que fuera tras
crito más arriba.22
Pensamos que el tenor del artículo 2284 permite aplicar en nuestro me
dio tal agrupación de fuentes, al disponer que "Las obligaciones que se
contraen sin convención, nacen o de la ley, o del hecho voluntario de
una de las partes". De acuerdo a esa disposición, las fuentes de las
obligaciones serían por una parte la convención, expresión que el
Código hace sinónima de contrato (arts. 1438 y 1437) y, en seguida,
las fuentes no convencionales, entre las cuales se contarían la ley y
el "hecho voluntario", expresión esta última que comprendería a su
vez el cuasicontrato, el delito y el cuasidelito.23
21 CORRAL TALCIANI, Hernán, La definición de contrato en el Código Civil chileno y su recepción doctrinal.
Comparación con el sistema francés, ob. cit., p. 141.
22 Cf. supra N° 9.
23 ABELIUK manifiesta adherir a la doctrina que reconoce tres categorías de fuentes: las fuentes vo
luntarias, esto es, aquellas en que el deudor consiente en obligarse (contrato y declaración unilateral
de voluntad, si es que se la admite como fuente); las fuentes no voluntarias (delito, cuasidelito y
cuasicontrato); y aquellas en que para nada participa el deudor, pues nacen de la sola ley Cf. ABELIUK
MANASEVICH, René, Las Obligaciones, ob. cit., N° 38, p. 70. Más recientemente, CARVAJAL afirma
que "resulta claro que nuestro Código Civil, siguiendo el francés, utiliza el concepto de "convención"
como criterio de clasificación de las distintas fuentes de las obligaciones, por un lado se encuentra el
"contrato" designado a estos efectos como "convención"; y del otro, las fuentes distintas al contrato:
los cuasicontratos, delitos, cuasidelitos y la ley, todas ellas designadas, en perfecta correlación, como
fuentes "no convencionales" (CARVAJAL R., Patricio Ignacio, Arts. 1437 y 1438 del Código Civil. "Contrato"
y "convención" como sinónimos en materia de fuente de obligaciones, ob. cit., p. 299). BARCIA afirma
que: "Entonces, el artículo 2284 del CC diferencia claramente entre las obligaciones contractuales y
no contractuales, entendiendo que este último grupo comprende no sólo al delito y cuasidelito civil,
sino también a las obligaciones legales y cuasicontractuales" Cf. BARCIA LEHMANN, Rodrigo, ob. cit.,
N° 3, pp. 11 y 12.
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obligaciones que resultan de la sola autoridad de la ley son "una categoría residual, que comprende
todo lo que no puede figurar en otro lugar, y que no ofrece, por ende, ninguna utilidad. Es por eso
que es común no integrar el estudio de las obligaciones legales a aquel de la teoría general de las obli
gaciones: se las trata con cada una de las instituciones a propósito de las cuales ellas son establecidas
(obligaciones entre vecinos a propósito de la propiedad; obligaciones alimenticias a propósito de la
familia ...)" Cf. FLOUR y AUBERT, L'acte juridique, ob. cit., N° 53, p. 31.
27 Cf. PEÑAILILLO ARÉVALO, Daniel, Obligaciones, ob. cit., p. 101; ABELIUK MANASEVICH, René, Las
Obligaciones, ob. cit., N° 36, p. 69.
28 "...lo cierto es que ya avanzado el siglo XX, la doctrina pandectista del negocio jurídico hará sentir
su peso en la dogmática francesa. Aparece entonces como categoría que engloba conjuntamente a los
contratos, a las convenciones no contractuales y a las declaraciones unilaterales: la del "acte juridique".
Lo encontramos así en la obra de los Mazeaud, los que distinguirán tres conceptos: el acto jurídico, la
convención y el contrato" CORRAL TALCIANI, Hernán, La definición de contrato en el Código Civil chileno
y su recepción doctrinal. Comparación con el sistema francés, ob. cit., p.146. El mismo autor afirma que
"No obstante, la construcción de raíz germánica de un concepto unitario omniabarcante de las actua
ciones jurídicas privadas, es hasta hoy resistida" y cita en apoyo a CARBONNIER y GHESTIN (ibidem,
p. 146).
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21. Hasta ahora hemos sido recurrentes en citar al contrato como fuente
de las obligaciones, pero es legítimo interrogarse qué es el contrato.
Llama poderosamente la atención que todos los sistemas jurídicos
citan al contrato entre las fuentes fundamentales de las relaciones
obligatorias, mas la noción que se tiene de él difiere sustancialmente.
29 Cf. PEÑAILILLO ARÉVALO, Daniel, Obligaciones, ob. cit., p. 130; del mismo autor, La declaración
unilateral de voluntad como fuente de obligaciones, RDJ 1 999.1.91. El Anteproyecto de reforma del Código
Civil francés, conocido como Anteproyecto Catala, no erigió la voluntad unilateral como fuente general
de obligaciones, sino que sólo puede prosperar en los casos específicos en los que la ley lo establece o
(he aquí una innovación) de los usos (art. 1101-1, inc. 2). Cf. Anteproyecto de reforma del Código Civil
francés, Del Contrato, de las obligaciones y de la prescripción, ob. cit., p. 346.
30 Art. 1173 Fonti delle obbligazioni. Le obbligazioni derivano da contratto, da fatto illecito, o da ogni altro
atto o fatto ¡doñeo a produrle in conformitá dell'ordinamento giuridico.
31 "Art. 1321. Nozione. II contratto é l'accordo di due o piu parti per costituire, regolare o estinguere tra
loro un rapporto giuridico patrimoniale". La doctrina italiana así lo entiende. A título ilustrativo, BIANCA
afirma: "La noción normativa de contrato corresponde a aquella ya presente en el Código Civil de 1 865
(art. 1098). Dicha definición, valga anotarlo, superaba la fórmula del código francés, que consideraba
al contrato como fuente de efectos obligatorios (art. 1101). En realidad, como lo veremos (N° 238), el
Código Napoleón reconoció también la eficacia traslativa del contrato, que así se colocó como fuente
de efectos obligatorios y de efectos reales" (BIANCA, Massimo, Derecho civil, T. 3, El contrato, ob. cit.,
p. 25). Cf. BIGLIAZZI, BRECCIA, BUSNELLI y NATOLI, ob. cit., T. I, Vol. 2, pp. 583 y s.
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Allende los Andes, el art. 11 37 del Código Civil argentino prescribe que
"Hay contrato cuando varias personas se ponen de acuerdo sobre una
declaración de voluntad común, destinada a reglar sus derechos", regla
que asimila convención y contrato, aun cuando parte de la doctrina res
tringe su alcance al acuerdo generador de obligaciones.32
32 ALTERINI enseña: "VELEZ SARSFIELD advirtió en la nota al artículo 11 37 del Código Civil que "los
jurisconsultos distinguen los contratos de las convenciones, aun cuando en el uso común se llaman
convenciones a los contratos". Y, guiado por el "uso común", el artículo 11 37 del Código Civil quedó
así redactado" ... "Pero, después de admitir en la nota citada que "FREITAS es más claro en la materia",
no lo siguió, puesto que la definición de contrato que brinda el Código Civil es asimilable a la de con
vención jurídica". El mismo autor concluye: "Pensamos que el contrato a que alude el Libro II, Sección
III del Código Civil es el generador de obligaciones" (ALTERINI, Afilio Aníbal, Derecho de obligaciones,
ob. cit., pp. 663-665). En contra, Cf. BORDA, Guillermo, Manual de obligaciones, LexisNexis, Bs. Aires,
12a ed., 2006, N° 38, p. 36.
33 El Código Civil español no define el contrato; sin embargo, el art. 1089 lo considera entre las fuentes
de las obligaciones y el artículo 1091 consagra la fuerza de ley de las obligaciones surgidas de ellos. El art.
1 254 del CC español prescribe que "El contrato existe desde que una o varias personas consienten en
obligarse, respeto de una u otras, a dar alguna cosa o prestar algún servicio". Sin embargo, la doctrina
ha evolucionado, tal como lo ha demostrado, con abundante cita de fuentes, CORRAL TALCIANI (Cf.
CORRAL TALCIANI, Hernán, La definición de contrato en el Código Civil chileno y su recepción doctrinal.
Comparación con el sistema francés, ob. cit., p. 1 38, nota al pie N° 23). A título ilustrativo, DIEZ-PICAZO
enseña que el contrato es "el negocio jurídico patrimonial de carácter bilateral. Es, por consiguiente,
contrato todo negocio jurídico bilateral cuyos efectos consisten en crear, modificar o extinguir una
relación jurídica patrimonial" (DIEZ-PICAZO, Luis, Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial, ob. cit.,
p. 123.
34 Para una visión de la postura de los diversos autores, consúltese CORRAL TALCIANI, Hernán, La de
finición de contrato en el Código Civil chileno y su recepción doctrinal. Comparación con el sistema francés,
ob. cit., pp. 144 y 145.
35 CORRAL TALCIANI, Hernán, La definición de contrato en el Código Civil chileno y su recepción doctrinal.
Comparación con el sistema francés, y CARVAJAL R., Patricio Ignacio, Arts. 1437 y 1438 del Código Civil.
"Contrato" y "convención" como sinónimos en materia de fuente de obligaciones, ambos precitados. El
estudio histórico había sido avanzado en GUZMÁN BRITO, Alejandro, Para la historia de la fijación del
Derecho Civil en Chile durante la República,(VI). Sobre las fuentes del tít. 1° del lib. 4o del "Código Civil de
Chile" y de sus proyectos, ob. cit., pp. 11 -32.
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para con una o muchas otras, a dar, hacer o no hacer alguna cosa"36 y la
que consagra el art. 1438, según el cual "Contrato o convención es un
acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer
alguna cosa. Cada parte puede ser una o muchas personas". En efecto,
mientras para el primero el contrato es una especie de convención,
para el segundo son expresiones sinónimas, lo que confirma el art.
1437, sinonimia de la cual no puede el intérprete apartarse, en razón de
lo preceptuado en el art. 20. El examen de los proyectos demuestra que
BELLO, hasta el proyecto de 1846-1847, se limitaba a traducir fielmente
la definición del Code; la redacción cambió con el Proyecto de 1 853 y se
mantuvo en el Proyecto Inédito consagrándose en el texto aprobado, tal
como la conocemos hoy. Se ha afirmado que en este cambio se insinúa
la influencia de Savigny y su teoría del acto libre y de la declaración de
voluntad, influencia que se plasmó también en la concepción de fuentes,
como tuvimos ocasión de verlo.37
36 "Article 1101: Le contrat est une convention par laquelle une ou plusieurs person nes s'obligent, envers
une ou plusieurs autres, a donner, á taire ou a ne pas taire quelque chose."
37 Cf. supra N° 1 6, nota al pie N° 20.
CORRAL TALCIANI enseña que BELLO tomó la identificación de "contrato" y "convención" de DEL-
VINCOURT; que fue la decisión de identificar ambos conceptos la que generó la necesidad de buscar
otro vocablo para designar el género del contrato, el "acto", expresión en la que se ha querido ver
también la anticipación de la teoría del acto jurídico; y que la recepción limitada de la terminología
del negocio jurídico la imponía el estado de desarrollo de la obra, que estaba ya redactada en un título
preliminar y cuatro libros, de modo que hubiera sido traumático alterar su sistematización para acoger
plenamente la teoría del negocio jurídico, por lo que "BELLO optó por una solución moderada: retocar
los preceptos de los actos que estaban bajo el marco de fuentes de obligaciones para otorgarse una
amplitud mayor poniendo en paralelo a la noción de contrato el concepto de acto o declaración de
voluntad" (CORRAL TALCIANI, Hernán, La definición de contrato en el Código Civil chileno y su recepción
doctrinal. Comparación con el sistema francés, ob. cit., pp. 140, 141 y 1 34).
CARVAJAL, por su parte, concluye que "Según se puede apreciar, la utilización del término "convención"
como sinónimo de "contrato" tiene una larga tradición enmarcada en el desarrollo del "principio del
consensualismo". Nuestro Código, a semejanza del francés, hace uso de esta acepción como equiva
lente a "contrato" cuando se contrapone a las fuentes "no convencionales" de las obligaciones. Esto en
nada enturbia el hecho de que "convención", cuando se contrapone a "contrato", también signifique,
según una acepción más moderna que la anterior "acto jurídico bilateral". Juzgar el contenido de los
arts. 1437 y 1438 simplemente bajo la perspectiva de una doctrina desarrollada, especialmente en el
ámbito de la legislación, con posterioridad, pareciera constituir un anacronismo" (CARVAJAL R., Patricio
Ignacio, Arts. 1437 y 1438 del Código Civil. "Contrato" y "convención" como sinónimos en materia de
fuente de obligaciones, ob. cit., p. 299).
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38 Consúltense los fallos citados en Repertorio de Legislación y ]urisprudencia Chilena, Código Civil y Leyes
Complementarias, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, T. V, 3a ed., 1997, art. 1437.
39 La fuerza expansiva del derecho de daños alcanza incluso el ámbito de las relaciones de familia,
planteándose interrogantes respecto al derecho a la reparación por el no reconocimiento voluntario del
hijo de filiación extramatrimonial, por incumplimiento de los deberes conyugales (fidelidad, respeto y
ayuda mutua, socorro, etc.), por incumplimiento del régimen de visitas, etc. Cf. DE VERDA Y BEAMONTE,
José Ramón, coordinador, Daños en el derecho de familia, Thomson Aranzadi, Navarra, 2006.
40 CORRAL TALCIANI, Hernán, Lecciones de responsabilidad civil extracontractual, ob. cit., p. 41; BARROS
BOURIE, Enrique, Tratado de responsabilidad extracontractual, ob. cit., Nos 850-854, pp. 1067-1071.
41 Es interesante destacar que la unificación de los estatutos de responsabilidad (contractual y extra
contractual) es una tendencia moderna en el derecho comparado (Ej., en la Unión Europea, en materia
de responsabilidad por productos defectuosos, de accidentes de la circulación, etc.). Esa unificación
debilita la división de fuentes, toda vez que, para la doctrina tradicional, la responsabilidad contractual
era concebida como un efecto del contrato (el que es, a su vez, la fuente obligacional), en tanto que
tratándose de delitos y cuasidelitos, son éstos directamente la fuente de la obligación de reparar.
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a) Presentación.
42 MAZEAUD, Henri, Léon y Jean, porCHABAS, Frangois, Legons de droit civil, Obligations, Théorie génerale,
Montchrestien, 9a ed., 1998, N° 374, p. 365; BRUN, Philippe, Responsabilité civile extracontractuelle,
ob. cit., N° 1, p. 1.
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27. Los problemas y las decisiones que se adoptan en esta disciplina tienen
repercusiones importantes en la economía en general y en el ejercicio
de ciertas actividades en particular. El incremento sostenido de los liti
gios de responsabilidad y de los montos que los tribunales legítimamente
ordenan pagar motivan a los agentes económicos a precaver el riesgo de
una condena mediante la contratación de seguros de responsabilidad
civil, los que en otras latitudes tienen incluso el carácter de obligatorios.
Este estado de cosas no sólo encarece ciertas actividades, sino tam
bién puede llegar a frenar el progreso en las áreas particularmente
expuestas, lo que ha obligado al legislador a configurar resguardos para
el productor, tales como la eximente de responsabilidad conocida como el
riesgo de desarrollo, que opera cuando "en el momento en que el produc
to fue puesto en circulación, el estado de los conocimientos científicos y
técnicos no permitía descubrir la existencia del defecto" (artículo 7 letra e)
de la directiva 85/374/CEE, de 25 de julio de 1985, sobre responsabilidad
por los daños causados por productos defectuosos), eximente que ha sido
invocada en daños causados por el asbesto, ciertos fármacos, etc.
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44 El seguro puede coexistir con la responsabilidad civil. Así, por ejemplo, el trabajador afectado por un
accidente del trabajo puede obtener el pago del seguro y luego reclamar a su empleador, invocando las
reglas de la responsabilidad civil, el pago de la indemnización de los daños no cubiertos por el seguro,
inclusive el daño moral (art. 69 de la Ley 1 6.744, de 1 ° de febrero de 1968, que establece normas sobre
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales).
Por otra parte, no puede confundirse el seguro de accidentes con el seguro de responsabilidad civil.
Así, el seguro obligatorio de accidentes personales causados por circulación de vehículos motorizados
no opera como seguro de responsabilidad civil, ya que cubre las indemnizaciones, sin necesidad de
procedimiento judicial y prescindiendo de la culpabilidad que pueda afectar al contratante del seguro
obligatorio, quien también queda amparado por el seguro.
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47 El reconocimiento de los daños punitivos, ajenos a nuestra cultura jurídica, constituiría una revolución
copernicana, "puesto que ella marcaría en una cierta medida el retorno a la confusión originaria de la
reparación y de la represión que nuestro derecho ha erradicado" (BRUN, Philippe, Responsabilité civile
extracontractuelle, ob. cit., N° 14, p. 1 0).
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d) Fundamento.
48 Cf. SEGURA RIVEIRO, Francisco, Algunas consideraciones sobre la pena privada y los daños punitivos
en el Derecho Civil chileno, en Estudios de Derecho Civil I, LexisNexis, Santiago, 2005, pp. 635-656;
MORALES CARRASCO, Omar, Daños punitivos, desarrollos contemporáneos en los Estados Unidos de
América, en Revista de Derecho, Universidad de Concepción, N“ 217-218, pp. 211-222. Recuérdese
que, al menos en sede contractual, el art. 1 558 extiende los daños a reparar en caso de dolo del autor.
49 "La expresión de fundamento es tradicional, pero es un atajo, ya que, realmente, las teorías que
vamos a exponer sirven para designar al responsable (el fundamento de la responsabilidad sería más
bien el perjuicio)" (LETOURNEAU, Philippe, La responsabilidad civil, ob. cit., p. 27). La responsabilidad
puede ser entendida como una técnica de gestión de riesgos (ibidem p. 44).
so La teoría de la garantía, formulada por Boris STARCK, sostiene que el fundamento de la responsa
bilidad no debe examinarse tanto desde el punto de vista del autor del daño, sino desde el prisma de
la víctima. Sostiene también que existe una jerarquía de derechos: el derecho a la vida, a la integridad
corporal y material beneficiarían de una garantía objetiva, en tanto que los daños puramente económicos
o morales sólo merecerían reparación en la medida en que fueran la consecuencia de la culpa del autor
(Cf. STARCK, ROLAND y BOYER, Obligations, T. 1, Responsabilité délictuelle, Litec, París, 5a ed., 1996,
Nos 61 y s., pp. 38 y s.). Para un panorama más amplio de las nuevas perspectivas y proposiciones, Cf.
BRUN, Philippe, Responsabilité civile extracontractuelle, ob. cit., N°5 1 71 y s, pp. 93 y s.
51 "La responsabilidad supone conciencia y libertad; ahora, sólo se concibe al hombre consciente y
libre en la medida en que sea responsable" (LE TOURNEAU, Philippe, La responsabilidad civil, ob. cit.,
p. 29).
52 En realidad no existe una, sino múltiples teorías del riesgo. Cf. MAZEAUD, Henri y Leon, TUNC,
André, Tratado teórico y práctico de responsabilidad civil delictual y contractual, Trad. ALCALÁ ZAMORA
Y CASTILLO, Luis, Ediciones jurídicas Europa y América, Buenos Aires, 1962, T. I, Vol. II, Nos 339 y s.,
pp. 3 y s.
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quien ejerce una actividad, así como se aprovecha de sus beneficios, debe
reparar los daños que ésta provoca. Esta teoría "constituye un punto de
ruptura en el pensamiento jurídico"; "ninguna teoría simboliza mejor el
surgimiento de la filosofía de la solidaridad y la declinación correlativa de
la responsabilidad individual".53 En un sistema de responsabilidad objetiva,
el demandado no puede defenderse invocando la ausencia de culpa, como
en el sistema subjetivo, sino que deberá procurar demostrar la falta de la
relación de causalidad entre su obrar y el daño.
53 BRUN, Philippe, Responsabilité civile extracontractuelle, ob. cit., Nos 168 y 169, pp. 91-92.
54 En el Código Civil, el art. 2327 prescribe: "el daño causado por un animal fiero, de que no se
reporta utilidad para la guarda o servicio de un predio, será siempre imputado al que lo tenga, y si
alega que no le fue posible evitar el daño, no será oído". Fuera del Código, pueden citarse, entre otros:
1. La responsabilidad del propietario de un vehículo motorizado que interviene en un accidente del
tránsito (art. 1 74 Ley 1 8.290, Ley del Tránsito); 2. La Ley de Navegación, D.L. 2222, de 31.05.1978;
3. La responsabilidad por daños causados por vuelos aeronáuticos (arts. 142 y s. y 1 55 y s. del Código
Aeronáutico; 4. Ley 18.302, sobre seguridad nuclear, arts. 49 a 66.
55 Cass. Civ., 1 6.06.1 896, Teffaine, DP 1897.433. Cf. infra N° 55.
56 Así, a título ilustrativo, se ha resuelto que "La negligencia de la demandada, en este caso, se infiere
de la sola materialización del daño, ya que resulta evidente que si se hubieran tomado las medidas
eficaces, hubiera podido evitarse el accidente que da lugar a estos autos" C. Santiago, 09/04/2008,
rol 2649-2007.
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a) La capacidad.
b) El perjuicio.
57 En Francia, una ley de 03.01.1968 modificó el art. 489-2 del Code y dispuso que: "celui qui a causé
un dommage a autrui alors qu'il était sous /'empire d'un trouble mental, n'en est pas moins obligé a répara-
tion". La regla se aplicaba naturalmente a los mayores de edad que padecieran una enfermedad mental.
Luego la jurisprudencia la extendió a los menores en el mismo estado (Cass. Civ. Ia 20.07.1976, RTD
Civ. 1976.783, obs. DURRY) y finalmente, en fallos de la Corte de Casación en pleno de 09.05.1984,
a los infantes (Ass. Plén. 09.05.1 984, RTD Civ. 1996.628, obs. JOURDAIN). La extensión del ámbito de
aplicación de esa regla ha derivado en el abandono de la culpa subjetiva, fundada en la imputabilidad,
por una culpa objetiva, que ha operado una "desmoralización de la responsabilidad civil" (FLOUR y
AUBERT, Le fait juridique, ob. cit., N° 101, p. 98).
En Italia, el artículo 2047 del Código Civil dispone que quien no tiene capacidad de entender o querer
es en principio incapaz y responde quien tuviere el deber de vigilarlo. Sin embargo, en caso que el
perjudicado no haya podido obtener de este último la reparación, el juez, en consideración de las con
diciones económicas de las partes, puede condenar al autor del daño a una equitativa indemnización.
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El daño debe ser cierto, esto es, no debe tratarse de un daño hipo
tético o eventual. Así, quien es contagiado por el virus del SIDA, puede
reclamar inmediatamente la reparación del daño (material y moral) sufrido
por el contagio, mas no por las consecuencias que pudieran derivarse si
la enfermedad se manifiesta, pues tales daños son hipotéticos.
58 Cf. artículos 2333 y 2334 Código Civil. Cf. CORRAL TALCIANI, Hernán, Lecciones de responsabilidad
civil extracontractual, ob. cit., pp. 355 y s.
59 DIEZ SCHWERTER, José Luis, El daño extracontractual ante la jurisprudencia. Comentarios, Fondo de
Publicaciones, Facultad de Cs. Jur. y Sociales, Universidad de Concepción, Concepción, 1995, p. 12.
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60 "Así mismo, la acción no puede ser rechazada bajo pretexto que el interés es ¡legítimo: el perjuicio
es un hecho bruto que se aprecia fuera de toda consideración moral" (LE TOURNEAU, Philippe, La
responsabilidad civil, ob. cit., p. 66). Para la evolución de la reparación concedida a los concubinos en
Francia, así como para otros casos en que la legitimidad del daño tiene interés, Cf. BRUN, Philippe,
Responsabilité civile extracontractuelle, ob. cit., Nos 228 y s., pp. 11 6 y s. En Chile, Cf. CORRAL TALCIANI,
Hernán, Lecciones de responsabilidad civil extracontracLual, ob. cit., p. 140. En sentencia dictada con fecha
05/03/2002, se dio lugar al pago de una indemnización al concubino; sin embargo, la casación en el
fondo fue rechazada por motivos formales, de modo que el fallo no es concluyente (Corte Suprema,
05/03/2002, rol 326-2001).
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42. El daño debe ser probado. La prueba y avaluación del daño extrapa
trimonial ha sido una de las grandes dificultades de la responsabilidad
civil moderna, debido a las sensibles diferencias que se constatan
entre los montos de las indemnizaciones que otorgan nuestros tribu
nales, por daños similares. Es más, la jurisprudencia chilena afirma que es
facultad privativa de los jueces del fondo apreciar discrecionalmente (sic)
el daño moral. ¿Por qué la pérdida de un padre o madre puede valer más
para unos que para otros? La diferencia de ingresos puede justificar las
disparidades en la indemnización del daño material, mas no la del daño
moral. ¿Acaso el sufrimiento de unos vale más que el de otros? El prin
cipio constitucional de la igualdad ante la ley y la exigencia de que las
sentencias sean fundadas pudieran estimarse conculcados. Paralelamente,
la incertidumbre respecto al monto de la indemnización dificulta a las
aseguradoras precaver la exposición al riesgo y fijar las primas. En otras
latitudes se ha procurado resolver estas dificultades mediante la fijación
de haremos de responsabilidad, esto es, tablas en que se consigna,
según el tipo de daño y otros factores, un monto máximo y mínimo para
61 Cf. DOMÍNGUEZ HIDALGO, Carmen, El daño moral, ob. cit., pp. 436 y s.
62 Cf. supra N° 38.
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c) La relación de causalidad.63
63 Cf. VARGAS PINTO, Tatiana (editora) La relación de causalidad, Análisis de su relevancia en la responsa
bilidad civil y penal, Cuadernos de extensión jurídica N° 15, Universidad de Los Andes, Santiago, 2008.
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d) El dolo o culpa.
46. Hemos dicho que el elemento subjetivo, dolo o culpa, no es una condición
esencial de la responsabilidad civil, toda vez que está ausente en todos
los regímenes cuyo fundamento es el riesgo. El dolo está definido en el
artículo 44 como "la intención positiva de inferir injuria a la persona o
propiedad de otro". La culpa está también conceptualizada en el mismo
artículo 44, aun cuando tales nociones están referidas más bien al ámbito
contractual, donde se distingue entre los distintos grados en que se puede
presentar: grave, leve y levísima. En sede extracontractual, en cambio,
toda culpa, aunque sea levísima, genera el deber de reparar. En todo caso,
esas definiciones develan lo esencial de la noción: descuido, imprudencia,
negligencia, falta de previsión y cuidado. También hemos dicho que si el
autor obra con dolo, comete un delito, y si actúa con culpa, un cuasideli-
64 ROXIN, Claus, Derecho Penal, T. I, Parte General, Civitas, Madrid, 1997, Trad, de la 2a ed., por LU
ZON PEÑA, Diego-Manuel. Para un desarrollo en la literatura nacional, consúltese CORRAL TALCIANI,
quien afirma que "Para corregir esos puntos, nos parece que la teoría de la imputación objetiva, con
sus adecuaciones al campo civil, debería proporcionar resultados satisfactorios" (CORRAL TALCIANI,
Hernán, Lecciones de responsabilidad civil extracontractual, ob. cit., p. 1 89).
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48. La culpa debe ser probada por la víctima del daño. Se trata de uno
de los principales inconvenientes para obtener reparación en un sistema
de responsabilidad subjetiva. Consciente de esta dificultad, el legislador
recurre en su auxilio, estableciendo presunciones.
49. Las reglas del Código de Bello en esta materia (arts. 2320 a 2329 del
CC chileno y art. 2347 a 2356 del CC colombiano) fueron tomadas casi
a la letra del Código francés (arts. 1382 y s.) y, sin embargo, existen
profundas diferencias en la forma de aplicarlas en Francia, Colombia y
Chile, lo que refuerza la idea que hemos manifestado en orden a que
el derecho de daños es de creación eminentemente jurisprudencial.
A título de botón de muestra, los interesados en la hermenéutica legal
podrán constatar, como veremos más adelante, que una regla idéntica,
el artículo 2329 del CC chileno y 2356 del CC colombiano, ha dado lu
gar a un régimen objetivo en Colombia en tanto que su eficacia ha sido
prácticamente nula, al menos hasta ahora, en Chile.
67 El mismo esquema se mantiene en obras recientes. Así, RAMOS PAZOS en el análisis de la culpa se
refiere a la prueba de la misma y luego a las "Presunciones de responsabilidad", que divide en "Pre
sunciones de responsabilidad por el hecho propio", "Presunciones de responsabilidad por el hecho
ajeno" y "Presunciones de responsabilidad por los hechos de las cosas" (RAMOS PAZOS, René, De
la responsabilidad extracontractual, ob. cit., Nos 40 y s., pp. 50 y s.). CORRAL TALCIANI analiza "Los
elementos de la responsabilidad extracontractual", entre los cuales aborda la "La reprochabilidad o
culpabilidad" y "La responsabilidad sin culpa. Responsabilidad objetiva", para abordar a continuación
"La responsabilidad refleja. Las llamadas Presunciones de culpa", entre las cuales distingue "Presuncio
nes de responsabilidad por hechos personales", "Régimen de responsabilidad por el hecho de terceros
dependientes" y "Responsabilidad por la propiedad o tenencia de cosas dañinas" (CORRAL TALCIANI,
Hernán, Lecciones de responsabilidad civil extracontractual, ob. cit., pp. 206, 21 8, y 227 y s.).
68 ALESSANDRI RODRÍGUEZ, Arturo, De la responsabilidad extracontractual en el Derecho Civil chileno,
ob. cit., T. 2, Nos 1 92 y 1 94 y s., pp. 292 y s.
69 Cf. BRUN, Philippe, Responsabilité civile extracontractuelle, ob. cit., N°' 21 3 y s., pp. 1 05 y s.; FLOUR
y AUBERT, Le fait juridique, ob. cit., N° 96, p. 91; FABRE-MAGNAN, Muriel, Responsabilité civile et quasi-
contrats, ob. cit., Nos 63 y s., pp. 1 57 y s.
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Rp\/icta ACTl iai inAn ii iDinir'A m° oo i..i;~ ta-ia
R#a\/kta ACTI IAI inAn II IDini/^A MO oo omn
por el hecho personal, por el hecho ajeno o por el hecho de las cosas,
puesto que las condiciones para obligar a reparar difieren en cada caso:
en la primera se exige la culpa, en tanto que en las demás basta el señorío
o dominación (maítrisé) que el responsable tenía sobre otras personas o
las cosas por las cuales debe responder, respectivamente.
70 Una evolución la constituye el análisis que efectúa BARROS BOURIE en su relativamente reciente
(2006) Tratado de responsabilidad extracontractual, quien divide el análisis de la culpa en tres títulos,
a saber: "La culpa en la responsabilidad por el hecho propio", la "Culpa por el hecho ajeno" y la
"Presunción de culpa y responsabilidad estricta por el hecho de las cosas" (BARROS BOURIE, Enrique,
Tratado de responsabilidad extracontractual, ob. cit., Nos 41 y s., pp. 77 y s.; N° 1 04, p. 1 67; N“ 1 36 y
s., pp. 210 y s.
71 "Article 1 382: Tout fait quelconque de l'homme, qui cause á autrui un dommage, oblige celui par
la faute duquel ¡I est arrivé á le réparer".
72 Los artículos 2329 del CC chileno y 2356 del CC colombiano prescriben: "Por regla general todo
daño que pueda imputarse a malicia o negligencia de otra persona, debe ser reparado por ésta.[2] Son
especialmente obligados a esta reparación: 1) El que dispara imprudentemente un arma de fuego; 2)
El que remueve las losas de una acequia o cañería, o las descubre en calle o camino sin las precaucio
nes necesarias para que no caigan los que por allí transiten de día o de noche; 3) El que obligado a la
construcción o reparación de un acueducto o fuente que atraviesa un camino lo tiene en estado de
causar daño a los que transitan por el camino".
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53. El artículo 2320 inc. Io del CC chileno, inspirado del artículo 1383 del
Code,76 prescribe que: "Toda persona es responsable no sólo de sus pro
pias acciones, sino del hecho de aquellos que estuvieren a su cuidado". La
expresión responsabilidad por el hecho ajeno es equívoca, pues el tercero
civilmente responsable no responde en verdad del hecho ajeno, sino
del propio, a saber, la infracción de su deber de vigilancia o cuidado,
que permitió que la persona a su cargo causara el daño.
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El mismo artículo 2320 inciso final permite a los terceros civilmente res
ponsables exonerarse si es que prueban que "con la autoridad y el cuidado
que su respectiva calidad les confiere y prescribe, no hubieren podido im
pedir el daño". De esa regla, confirmada por el art. 2322 inc. 2o, se infiere
que en nuestro sistema la presunción de culpabilidad del guardián es
simplemente legal, puesto que se le permite liberarse probando la
ausencia de culpa.77 Sólo excepcionalmente esa exoneración le estaría
vedada y, por ende, se trataría de un régimen objetivo, a saber, cuando
el daño causado por los hijos menores provenga conocidamente de su
mala educación o de los hábitos viciosos que los padres les han dejado
adquirir (art. 2321) o cuando se perpetró el daño por orden de la persona
a quien se debía obediencia (art. 2325, a contrario).
54. En Francia, tradicionalmente se había entendido que el art. 1 384 inc. 1 ° del
Code contenía una lista taxativa de casos de responsabilidad por el hecho
ajeno, de tal suerte que, fuera de éstos, la única forma de comprometer
la responsabilidad del guardián era probando la culpa. La situación varió
con el fallo Blieck, de 29.03.1991,78 en el cual la Corte de Casación
resolvió que el artículo 1384 inc. Io "no tiene un carácter taxativo".
77 Según ALESSANDRI, la presunción comprende no sólo la culpa, sino también el nexo causal (ALES-
SANDRI RODRÍGUEZ, Arturo, De la responsabilidad extracontractual en el Derecho Civil chileno, ob. cit.,
T. 2, N° 193, p. 291)
78 D. 1991.324, obs. LARROUMET; RTD Civ. 1991.541, obs. JOURDAIN.
79 Cass. Crim., 26.03.1997, D. 1997.496, obs. JOURDAIN.
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por el hecho de las cosas, sino que sólo regula casos taxativos, a sa
ber, el daño ocasionado por la ruina de un edificio (arts. 2323 y 2324),
el causado por un animal (arts. 2326 y 2327) y el causado por una cosa
que cae o se arroja desde la parte superior de un edificio (art. 2328). La
solución contrasta abiertamente con la adoptada por la jurisprudencia
francesa desde el célebre fallo Teffaine, de 16.06.1896, en que resolvió
que el artículo 1384 inc. Io del Code consagra un principio autónomo
de responsabilidad por el hecho de las cosas, responsabilidad que tiene
carácter objetivo, es decir, el autor sólo puede liberarse probando la cau
sa extraña. Si se coteja el artículo 2320 inc. Io del Código de Bello con
el artículo 1 384 inc. Io del Code se observa que el primero, siendo una
mera traducción de su modelo francés, omite, sin embargo, la frase final
"o de las cosas que se tengan bajo su guarda" ("ou des choses que l'on a
sous sa garde"), que es precisamente la que permitió a la jurisprudencia
gala la construcción de la regla general de responsabilidad por el hecho
de las cosas.
57. La acción puede intentarse por todo el que sufra un daño, no sólo las
víctimas directas, sino también las por rebote, sus herederos o cesionarios
(artículo 2314 y 2315). La acción es también transmisible a los herederos
de la víctima, aun cuando el daño moral no lo sea, como se ha resuelto
recientemente.80
Los sujetos pasivos son el autor del daño, sus herederos, el que recibe
provecho del dolo ajeno (art. 231 6) y los terceros civilmente responsables,
según se vio al analizar las presunciones de culpabilidad.
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B. Los cuasicontratos
81 C. Suprema, 05.01.2005, comentario Juan Andrés VARAS BRAUN, en Revista de Derecho, Universidad
Austral de Valdivia, vol XVIII, 2005, pp. 241-253.
82 C. Suprema, 27/12/2006, en Revista de Derecho, Consejo de Defensa del Estado, N° 16, pp. 153-
162.
83 ABELIUK MANASEVICH, René, Las Obligaciones, ob. cit., Nos 181 a 1 88, pp. 1 72-1 75. La interrogante
también se ha planteado en el derecho comparado; en Francia, LETOURNEAU, Répertoire Civil Dalloz,
Quasi-contrats.
84 Respecto al enriquecimiento sin causa en la literatura chilena, consúltese: PEÑAILILLO ARÉVALO,
Daniel, El enriquecimiento sin causa. Principio de derecho y fuente de obligaciones, en Revista de Derecho
Universidad de Concepción, N° 200, Jul-Dic 1 996, pp. 7-40; CÉSPEDES, Rodrigo, El enriquecimiento sin
causa en la jurisprudencia chilena, en Revista Chilena de Derecho Privado, N° 3, pp. 9-34; RODRÍGUEZ
PINTO, María Sara, El principio "nadie debe hacerse más rico en detrimento de otro" (D. 12, 6, 14) en la
resolución de un contrato de promesa por incumplimientos recíprocos: una tendencia jurisprudencial chilena,
en Estudios de Derecho Civil II, LexisNexis, Santiago, 2006, pp. 29-40.
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61. La agencia oficiosa está definida en el artículo 2286, que prescribe que:
"La agencia oficiosa o gestión de negocios ajenos, llamada comúnmente
gestión de negocios, es un cuasicontrato por el cual el que administra sin
mandato los negocios de alguna persona, se obliga para con ésta, y la
obliga en ciertos casos". El ejemplo clásico es el de quien constata que el
inmueble de su vecino amenaza ruina y contrata las necesarias reparacio
nes, sin estar investido de mandato para hacerlo.
***
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