Libro Familia

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Familia con

Propósito
Familia con Propósito
2020 © José y Vicky Delgado

Lima, Perú.

Segunda Edición: agosto 2020

Publicado por:

Misión Familiar Internacional


La Iglesia de la Familia

Of. Administrativas: Calle los Membrillos 149 – La Molina


Comunicaciones MFI – Perú
[email protected]
www.misionfamilar.org

Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o


parcial de la presente obra, bajo cualquiera de sus formas, gráfica o
audiovisual, sin la autorización previa y escrita de los autores.
Agradecimientos
Damos gracias a Dios por habernos guardado como pareja para cumplir sus
propósitos.
Por habernos bendecido con dos hermosas hijas, Sharon y Grace, quienes
llegaron después de 14 años de esperar con paciencia y fidelidad: La Promesa.

Por poder testificar junto con ellas del gran amor del Señor por las familias.

Y por habernos permitido ser instrumentos para bendecir y edificar otras


familias, ayudando así a que ellas se conviertan en familias con propósito.

Pastores Pepe y Vicky Delgado


INTRODUCCIÓN
“Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?”
Salmos 11:3

A medida que pasa el tiempo y observamos lo que sucede alrededor del mundo,
nos podemos dar cuenta que todo apunta a destruir el fundamento de la
sociedad: La familia. Estamos viviendo tiempos de depresión, de angustia, de
pandemia, de crisis generalizada; movimientos de personas y grupos que están
en contra del diseño original de la creación de Dios, que van en contra de la
identidad sexual, que ofrecen otras “opciones”; así como la promulgación de
leyes en contra de la vida, y a favor de prácticas pecaminosas, entre muchas
cosas más.

Si se destruyen los fundamentos, esto es: principios, valores, preceptos, si


ignoramos el consejo de la Palabra, se destruye todo. Surge entonces aquí la
pregunta, ¿qué ha de hacer el justo?, ¿qué vamos a hacer tu y yo?, ¿cuál es
entonces nuestra respuesta cómo iglesia?

Han pasado algunos años desde la primera edición de nuestro libro “Familia
con Propósito” y desde entonces hemos visto más familias restauradas porque
decidieron tomar en serio lo que Jesús enseña en Mateo 7:24- 27 y muchas
personas han abierto su corazón para oír y hacer lo que la Palabra nos muestra
evitando así, que sea “grande su ruina”. Nos alegra visitar las iglesias que son
parte de la gran familia de Misión Familiar Internacional, y ver que a través de
éstas y muchas otras enseñanzas, hemos podido dar respuesta a esa pregunta,
¿Qué ha de hacer el justo?

Como iglesia de la familia, no nos cruzaremos de brazos, como ejército del


Señor no bajaremos la guardia, sino que con una mano trabajaremos en la obra
y con la otra empuñaremos la espada, edificando así los muros que protegerán
muchos hogares alrededor del mundo, volviendo a poner los fundamentos
correctos y manteniéndonos firmes en la visión y misión que Dios un día nos
dio, hasta ver benditas todas las familias de la tierra.
ÍNDICE

LECCIÓN LA FAMILIA: LECCIÓN BASES Y FUNDAMENTOS

01 02
EL SUEÑO DE DIOS PARA LA FAMILIA
PAG 8 PAG 15

LECCIÓN ENTENDIENDO LAS LECCIÓN ENEMIGOS INTERNOS

03 04
DIFERENCIAS DEL DE LA FAMILIA
HOMBRE Y LA MUJER PAG 28
PAG 21

LECCIÓN ENEMIGOS EXTERNOS LECCIÓN UNA FAMILIA

05 06
DE LA FAMILIA FUNCIONAL
PAG 33 PAG 40

LECCIÓN LA COMUNICACIÓN LECCIÓN LA SEXUALIDAD

07 08
EFECTIVA DENTRO DISEÑO DE DIOS
DEL HOGAR PAG 52
PAG 47

LECCIÓN LA RESPONSABILIDAD LECCIÓN PRINCIPIOS PARA LA

09 10
DE FORMAR LA SIGUI- LIBERTAD FINANCIERA
ENTE GENERACIÓN PAG 67
PAG 59
LECCIÓN 01
LA FAMILIA: EL SUEÑO DE DIOS

INTRODUCCIÓN:

Tenemos que entender que la familia no es la creación de hombre alguno, sino


que tuvo su origen en el corazón de Dios, esta idea la vemos plasmada en la
conversación de un Dios trino: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar,
en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que
se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios
lo creó; varón y hembra los creó» (Génesis 1:26-27).

Cuando Dios expresa: “hombre y mujer los creó” no solamente se refiere que
hizo al hombre y a la mujer, sino que vemos al Dios creador formando y
estableciendo la primera familia de la tierra. La familia es el diseño de Dios para
revelarse a la humanidad en amor, perdón y vínculos saludables, y Su presencia
en medio del hogar constituye su especial tesoro, que tiene como finalidad
proyectar su imagen y su gloria. Y dar a conocer sus atributos a todas las
familias de la tierra que aún no le conocen; pues en su propósito celestial, Dios
desea tener a las familias reunidas con la finalidad de expresarles su amor, su
protección; y que asimismo puedan disfrutar de todas sus bendiciones.

I. LA FAMILIA Y PROPOSITO

A. La familia el núcleo de la sociedad


La familia es tan importante que ha sido establecida por Dios como el entorno
parental más importante para el ser humano y por ende de la sociedad. No hay
familia si no hay pertenencia y unidad, ello produce que nos veamos como parte
de un núcleo familiar.
Las familias se vuelven disfuncionales cuando cada uno quiere tomar su propio
rumbo, realizar sus propios sueños y sus propios pensamientos, produciendo
separación desorden y caos, saliéndose del diseño de Dios. Los esposos deben
de ser un modelo de personas de fe genuina y poder transmitirla a sus hijos.

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Familias fuertes, forman iglesias fuertes; iglesias fuertes se constituyen como el
baluarte para una sociedad fuerte.
El Padre Eterno es un Dios de familias y de pacto generacional, por esta razón
en la Biblia se le conoce como el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob. El Señor es un formador de familias porque es el entorno más adecuado
para conocerle y así revelar su carácter de gracia y verdad a cada uno de sus
miembros. A través de la familia el Señor proyecta una imagen de seguridad y
protección para con su creación.

B. El propósito de la familia
La preocupación de Dios no era formar países, ni naciones, ni establecer etnias;
sino que el deseo de su corazón era formar familias con la finalidad de dar a
conocer su voluntad y propósito a la humanidad. Dios establece la familia a
través del hombre y la mujer, dándoles la responsabilidad de:

1. Multiplicarse, ser fructíferos y llenar la tierra con hijos. Vemos que la


función de reproducción de la humanidad ha sido diseñada dentro de la
familia, no fuera de ella. La familia prolonga el legado de una persona más allá
del alcance de su vida física, y lo hace a través de sus generaciones. La
familia es además una imagen de fertilidad reflejada en el tema de los hijos y
del linaje como “semilla”.

2. Asumir la administración de la creación que consistía en someter la tierra,


cuidarla, cultivarla, y dominar sobre todo lo creado.

3. La familia representa la relación de Dios con su pueblo; y Cristo con su


Iglesia (Efesios 6).

4. La familia fue creada para hacer realidad el plan de Dios, perpetuar el


vínculo con Él, mediante la obediencia de su Palabra (Deuteronomio 6:2, 6-7).

C. Familia centro de ataque del enemigo


¿Por qué hay tantas familias rotas, o con dificultades? ¿Por qué a veces parece
tan difícil de cumplir la voluntad de Dios dentro del matrimonio? Desde el
principio el enemigo ha tratado de distorsionar y destruir el diseño original de
Dios para la familia y lo podemos ver claramente en las Escrituras; el enemigo
inducirá y tentará al hombre a desobedecer los principios y mandatos de Dios;

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en Génesis 2:17, el Señor le instruye a la primera familia establecida: “Mas del
árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás”. Y vemos como en Génesis 3:4 el enemigo
contradice lo expresado por Dios: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: No
moriréis”; la respuesta a esta sugerencia generó el inicio de los conflictos
dentro de la familia y sus consecuencias:

a) Adán y Eva pecaron desobedeciendo a Dios y desde entonces todas las


familias se ven afectas por esta desobediencia; y junto a la desobediencia
aparece la justificación y lo vemos reflejado con las palabras: “La mujer que
me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí”; podemos ver aquí como
Adán se victimizó y proyectó su falta en su pareja. Hoy en día vemos
continuamente que los conflictos se originan por ver las faltas y errores en el
otro sin asumir la propia responsabilidad en la relación.

b) Él se enseñoreará de ti (Gen. 3:16). Eva fue una esposa creada para amar,
respetar y ayudar a Adán; sin embargo, vemos que este bello panorama
marital cambia. Su desobediencia trajo una gran consecuencia en la relación
de pareja. Ellos fueron creados a imagen y semejanza, es decir tendrían una
autoridad compartida y en armonía. La desobediencia distorsiono este
principio trayendo pugnas internas por el control y hasta generó el
machismo.

c) Con el sudor de tu rostro comerás el pan (Gen. 3:19). El pan representa los
medios de sostener la vida, no solo el alimento. Por lo que el trabajo laborioso
de Adán seguirá sin alivio hasta su muerte. Esto le serviría como un
recordatorio perpetuo de su pecado. Hay que señalar que el trabajo en sí no
es una maldición; al contrario, es una bendición. Lo que representa el castigo
es el dolor, la fatiga, la frustración, el sudor en la frente y el cansancio como
producto del trabajo; es por esta razón que dentro de la familia cuesta
ganarse el pan de cada día.

Solo la luz del Evangelio y la gracia de Dios, a través de Jesucristo, les da a


todas las familias de la tierra la oportunidad de ser redimidos de la maldición
del pecado; asimismo ser restaurados para volver al diseño original que Dios
tiene para con todas las familias. Y restablecer su bondad y belleza original.

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D. La Restauración Familiar
La desobediencia de nuestros primeros padres Adán y Eva a la instrucción de
Dios, generó consecuencias nefastas que alcanzan a todas sus generaciones. El
pecado de desobediencia de Adán y Eva, fue el inicio de los muchos problemas
que heredarían las futuras familias. Por esta razón los problemas familiares no
son nada nuevo; y las personas a quienes más deberíamos amar, cuidar y
respetar es decir a nuestras familias, a menudo se convierten en aquellos con
quienes más discutimos y afectamos.

a) La desobediencia el origen de todos los conflictos familiares.


Podemos ver como la desobediencia de nuestros primeros padres repercutió
en la vida de sus hijos; al grado de llegar a cometerse el primer homicidio de
la historia humana. Los celos de Caín por las buenas acciones y bendiciones,
recibidas por su hermano Abel de parte de Dios acrecentaron sus celos,
provocando que este lo matara.
La Biblia no encubre el pecado, y registra una serie de problemas familiares,
empezando con Adán cuando le echo la culpa a su esposa (Génesis 3:12). La
rivalidad entre hermanos surge en las historias de Caín y Abel, Jacob y Esaú,
y José y sus hermanos. Los celos entre las esposas, una de las
consecuencias negativas de la poligamia, se encuentra en las historias de
Ana, Lea y Raquel. Eli y Samuel trataron con hijos descarriados. Jonatán casi
fue asesinado por su padre, Saúl. David fue quebrantado por la rebelión de su
hijo Absalón. Oseas experimentó dificultades matrimoniales. En cada uno de
estos casos, las relaciones se dañaron por el pecado.

b) La restauración familiar está en Jesús


Sin embargo, no todas son malas noticias; sino Dios está dispuesto a llevar a
las familias al cumplimiento de su diseño original; es decir restaurarlas
llevándolas al cumplimiento del propósito establecido que Él tenía cuando la
creo. Y la solución y restauración la tenemos en la persona de su hijo
Jesucristo “Si ÉL Señor no edificare la casa (familia), en vano trabajan los que
la (los miembros de la familia) edifican…” Salmos 127:1.
La restauración familiar dependerá única y exclusivamente de poner a Jesús
como el centro de la familia, obedeciendo todo su consejo, para esta
permanezca firme y segura en la roca de su verdad. Porque separada de Él, la
familia está condenada a vivir y caminar en el fracaso. Mateo 7:24-25 dice:
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un

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hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. Descendió lluvia, y
vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó,
porque estaba fundada sobre la roca”.

c) Cambiando el corazón (Ezequiel 11:19)


Cuando hablamos de restauración, nos referimos a volver una cosa o una
persona a su antigua condición; cuando las personas se casan y establecen
su familia sin tener el respaldo divino, lo hacen solamente porque están
enamorados y desean establecer una vida juntos, donde puedan desarrollar
sus sueños y proyectos. Sin embargo, con el tiempo los sentimientos
cambian, y el amor, la atención y el compromiso que los llevo a unir sus vidas,
se ven afectados por planes y proyectos no realizados, heridas no sanadas y
ofensas no perdonadas. Esta situación genera distanciamiento y la relación
entra en deterioro. Y la falta de atención mutua en la pareja llega a afectar
todo su entorno familiar, donde los hijos generalmente resultan ser los más
afectados; en el aspecto emocional y que muchas veces puede llegar hasta
el maltrato físico.
Sin embargo, es el deseo de Dios que todas familias sean restauradas y
cumplan con su diseño, original establecido; el de construir un ambiente
saludable para las relaciones, la realización mutua y la de proyectar Su
imagen de amor, unidad y compresión; que sirva para atraer a las personas al
conocimiento de Dios. Él tiene la capacidad y poder para restaurar a todas
familias y sus relaciones a pesar de lo difícil que pueda parecer. Porque para
Él no hay nada imposible. Debemos dejar que Dios sea el que cambie
nuestros corazones volviéndolo sensible como lo es su corazón.
Mencionamos algunos pasos a dar para que nuestro corazón cambie:

• Reconocer que hemos fallado.


• Pedir perdón (A Dios y a la familia).
• Cambiar nuestra actitud negativa al obedecer al Espíritu Santo.
• Dándose una nueva oportunidad.

Solo en Jesús hay esperanza de restauración para una familia que se encuentra
separada, o a punto de hacerlo y donde las malas relaciones se manifiestan a
diario. Así que decide poner a tu familia en las manos de Dios con fe, y Él se
manifestará poderosamente a favor de ella.

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E. Tu familia un canal bendición
Toda familia cristiana, tiene el privilegio de ser un canal de bendición y de
extender la promesa hecha por Dios a Abraham cuando le dijo: “En ti serán
benditas todas las familias de la tierra” (Génesis 12:2). Es el deseo de nuestro
padre el de extender su promesa a todas y cada una de las familias de la tierra,
mediante el obrar y actuar de cada uno de sus hijos. La ayuda para el
restablecimiento de la armonía, comprensión y felicidad, deseada por la
mayoría de las familias, se le ha sido encomendada a los “hijos de la promesa”,
es decir a nosotros.
Dios pensó en las familias para manifestar su gloria y extender su gracia
salvadora a todas las personas, y sus generaciones postreras; a fin de
restablecer su diseño original; de tener familias que le sirvan y le adoren. Cada
una de nuestras familias puede ser una familia de impacto y ser una
herramienta de bendición aquí en la tierra para manifestar la gloria de Dios. A
continuación, daremos unos alcances de cómo alcanzar la bendición
prometida:

a). Cosas que dejar. Cuando Él Señor llama a Abraham le demanda: Dejar su
país, su parentela y su casa; le pide desarraigar de su vida todo su pasado, y
sacar de su corazón todo aquello que lo apartara de Dios (Génesis 12:1).
Abraham vivía en medio de una ciudad donde proliferaba, la idolatría,
astrología y brujería (Ur de los caldeos, Babilonia) Josué 24:2 “Y dijo Josué a
todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron
antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor;
y servían a dioses extraños”.
La única manera de ser bendecido era dejando atrás muchas cosas que
formaban parte de nuestra vida y familia; de la misma manera si las familias
quieren ser bendecidas en este tiempo, les es necesario cortar con todo
estilo de vida que es contraria a la Palabra y voluntad de Dios; necesitan salir
de las tinieblas y entrar al reino de luz, estableciendo principios y valores los
cual producirán un cambio en sus vidas. Llevándolos a restaurar el plan o
propósito de Dios en sus familias.

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b). Alcance de la promesa. Vemos que la promesa contiene tres aspectos que
van en beneficio de las familias:

• Una tierra: Que representa la provisión de lo material; casa, comida,


vestimenta (Génesis 13:14-15).
• Descendencia: La cual suple la necesidad emocional que toda persona
desea, la de trascender en las generaciones a través de los hijos
naturales. También se puede extender en hijos espirituales (Génesis 15:5).
• Bendición: Que llega a las familias a través de la paternidad Dios; la cual
suple todas las áreas de nuestra vida, dándonos su protección y
cobertura divina.

c). El resultado de la promesa. Para que la promesa de Dios se haga una


realidad, la presencia de Cristo tiene que ser manifiesta en la familia; ya que
Él es el único que puede llenar la vida de cada uno de sus miembros. Jesús Él
es el único que puede hacer feliz a todo miembro que forma parte de la
familia. Cristo es el único que tiene la capacidad de transformar la esencia del
hogar y llegar a establecer familias conforme al corazón de Dios.

Hagamos de nuestras familias un modelo a través de la cual, muchas otras


familias puedan poner sus miradas; tomándola como un ejemplo de cambio y
transformación gracias al obrar de Dios en medio de ellas. Hagamos que cada
una de nuestras familias refleje un pedacito del cielo aquí en la tierra marcando
la diferencia, y así podamos alcanzar a todas las familias de la tierra.

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LECCIÓN 02
BASES Y FUNDAMENTOS PARA LA FAMILIA

INTRODUCCIÓN

La crisis sin precedente que atraviesan las familias, además de la ausencia de


valores y principios que ha ido socavando sus bases, tiene como fundamento
dejar a Dios de lado y no tomarlo en cuenta para algo de tanta trascendencia
como es la edificación del hogar. Dentro del propósito de Dios para la
humanidad, está el hecho de construir una familia sólida, con bases y
fundamentos que resistan cualquier momento crítico que esta atraviese.

Una familia bien constituida se convertirá en un refugio sano y seguro, para que
cada miembro pueda prepararse y desarrollarse para enfrentar los desafíos de
la vida. El creyente debe entender que no existe familia perfecta, porque está
formada por individuos imperfectos, pero en la medida que hacemos al Señor
Jesús el fundamento y la roca de nuestro hogar, ninguna situación adversa
podrá destruirla, sino que será usada para afirmarla mucho más.

Para construir una familia sólida, se deberá tomar acciones y decisiones que
permitirán establecer fundamentos que perdurarán para toda la vida, tal como
dice en Mateo 7:24-25 “Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace,
le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella
casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca”.

A continuación estaremos hablando de algunos ingredientes que afirmarán las


bases y el fundamento de una familia.

1. El amor
Todos tenemos la necesidad de amar y ser amados, y el lugar diseñado por Dios
para cubrir esa necesidad es la familia. Sin embargo, debemos entender que el
amor puesto en marcha en el hogar debe ser una decisión más no una mera
emoción.

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Vivir con otra persona es toda una aventura, y compartir un mismo espacio
conlleva desafíos si tenemos en cuenta que pensamos y actuamos diferente del
cónyuge y de los hijos. Quizá al comienzo durante el noviazgo, todo parece ser
como una novela; pero conforme pasa el tiempo, interactuar con el cónyuge
puede tornarse frustrante por las diferencias y conflictos que inevitablemente
van a presentarse. Pretendemos tal vez tener la razón o mantener el control, y
movidos por el orgullo herimos y ofendemos y no buscamos ningún tipo de
conciliación. Por esta razón es importante que el principal motor de la familia
sea el amor, ese amor incondicional que se compromete a amar a alguien
independientemente si esa persona se comporta como uno desea o no. Cuando
practicamos el amor dentro de la familia, damos testimonio de que Dios está en
medio nuestro.

El Espíritu Santo nos enseña en 1 Corintios 13:4-7 amar como ama Jesús: “El
amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso,
no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda
rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo
lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.

2. El respeto
En la familia aprendemos desde niños a respetar a nuestros padres y hermanos,
y en esto juega un papel muy importante la labor que los padres ejercen. Pues
así como son los padres, van a ser los hijos. El respeto dentro del hogar
contribuye a la unidad y armonía.

El apóstol Pedro, dirigiéndose a las familias cristianas, y especialmente a los


esposos dice: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente,
dando honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de la
gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (1 Pedro 3:7).
Cuando habla de dar honor a la mujer implica darle respeto, y en casa siempre
hay una mujer: nuestra esposa, nuestra madre, nuestra hermana, nuestra
abuela, nuestra hija, etc. a quienes debemos tratar con respeto, porque ellas
son coherederas de la gracia de la vida. El respeto debe ser recíproco en el
hogar.

El respeto en la familia se pierde cuando ofendemos la dignidad de las otras


personas, por ejemplo, papá y mamá se gritan el uno al otro ya sea cuando se

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encuentran solos, o delante de los hijos. También es una falta de respeto
familiar cuando unos a otros se dicen palabras groseras, insultos,
discriminación, ofensas, etc. Es una falta de respeto cuando en la familia se
burlan delante de amigos o familiares.

El Espíritu Santo nos enseña en Efesios 4:31 “Quítense de vosotros toda


amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia”. Dentro de la familia
es muy importante desechar palabras, actitudes y gestos que rompen la línea
el respeto entre sus miembros, empecemos a poner el fundamento del respeto
y gocemos plenamente de la vida familiar.

3. El perdón
El perdón es un mandato que se convierte en un regalo de Dios para la vida
plena dentro de la familia. Es un arma espiritual poderosa que debemos poner
en práctica cada día, pues a través del perdón se transforma la vida del que lo
da e impacta la vida del que lo recibe.

El deseo ardiente de Dios es que una familia camine en unidad y armonía, y en


su Palabra lo define como algo “muy bueno”. Sin embargo, al ver tu familia
puedes identificar que algunas relaciones están dañadas y que están divididos
los unos de los otros. Posiblemente lo que necesite tu familia para que haya
unidad, paz y armonía es perdonarse.

Es necesario reconocer que existen diferencias entre los miembros de la familia


y que nos hemos ofendido los unos a los otros, y perdonarse es lo más
saludable para establecer un buen ambiente dentro del hogar. Nuestro
enemigo Satanás busca dividir y destruir las relaciones familiares incitándonos
a no perdonar, sino exigir justicia y venganza. La Biblia nos dice que no le
demos oportunidad al diablo para que siga dividiendo y destruyendo nuestro
hogar. Es necesario aprender a guardar nuestro corazón de la ira, el enojo, el
resentimiento, etc. que quieren poner murallas de separación dentro de la
familia.

Perdonemos a los que nos han ofendido, pidamos perdón a los que hemos
ofendido y de esta manera busquemos restaurar las relaciones dentro de la

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familia.
Marcos 11:25 “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra
alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a
vosotros vuestras ofensas”.

Efesios 4:26-27 “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro


enojo, 27 ni deis lugar al diablo”.

4. La Comunicación
La comunicación es un ingrediente clave en el éxito de un matrimonio y familia.
Cada aspecto de la vida de la familia depende de la habilidad de comunicación
entre los miembros de la misma. El esposo con la esposa, los padres con los
hijos y los hijos entre ellos. Consideremos por tanto algunos principios
importantes para mejorar la comunicación en la familia.

• Es importante saber escuchar y luego saber hablar para que exista una
buena comunicación, pues nuestra tendencia es juzgar y hablar antes de
poder comprender lo que se nos dice y por ello se generan muchos malos
entendidos. El Espíritu Santo nos enseña en Santiago 1:19 que nuestra
disposición en la comunicación es primero escuchar con atención y empatía,
para luego poder dar una buena respuesta.

• Hay que comunicar dentro de la familia honestamente lo que pensamos y


sentimos bajo una atmósfera de amor y comprensión hacia el otro. Nuestra
comunicación no es sólo con palabras, sino con nuestra posición corporal,
gestos, manejo de las manos y tono de voz.

• Es necesario propiciar tiempos para comunicarse dentro de la familia, ya


sea para conversar asuntos de interés común, escuchar lo que piensan
nuestros hijos o para solucionar las diferencias que existan, pues esto nos
permitirá aclarar y sacar de en medio los malos entendidos que están
generando división y contienda.

Proverbios 15:1 “La blanda respuesta quita la ira; más la palabra áspera hace
subir el furor”.

Efesios 4:29 “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que

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sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”.
5. El compromiso con la familia
Dios trazó pautas muy específicas que llevan a concluir la necesidad de asumir
un compromiso decidido y permanente con el núcleo familiar. La palabra de
Dios establece ciertas directrices como por ejemplo que las esposas deben
respetar el liderazgo de sus esposos; que los esposos amen y cuiden a su
esposa; que los hijos sean obedientes a los padres; que los padres sean ejemplo
de conducta para sus hijos, etc. Todas estas directrices demandan un trabajo
comprometido por parte de cada integrante de la familia, entendiendo que
nuestro Señor Jesús debe estar en medio de ese trabajo arduo. Cuando alguno
no se compromete, la familia se puede ver muy afectada.

Leí una historia real de un alto ejecutivo de empresa, con ingresos muy
significantes que le permitían disfrutar de muchos privilegios, se quitó la vida
en Buenos Aires, Argentina. ¿Qué pudo llevarle a tomar una decisión, cuando
literalmente no le faltaba nada?, simplemente un problema en la familia, pues el
éxito empresarial nunca resolvió el caos familiar. Sostenía permanentes
discusiones con su esposa, su hija menor era drogadicta. Varias veces la
encontraron durmiendo en las calles. El empresario no soportó la presión y
acudió al suicidio. Una medida extrema y equivocada, sin duda. La solución
radicaba en asumir un compromiso real con la familia. Dios debe ocupar el
primer lugar en nuestros corazones y ello se va a ver reflejado en el hogar. Por
supuesto, el trabajo es importante, pero ocupa una tercera posición en las
prioridades que debe cubrir. No podemos anteponer nuestros intereses, entre
ellos la parte laboral, a nuestro cónyuge e hijos, eso es un grave error.
Desarrollemos un alto nivel de compromiso con la familia.

Salmos 127:1 “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la
edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia”.

6. La tolerancia
El ser tolerante no es sinónimo de aceptar todo lo que nos manifiesta cada
miembro de la familia, ni de coincidir en todas las ocasiones con las propuestas
de nuestros semejantes. Esta se basa en la capacidad para comprender al otro,
pero sin mezclarnos con la persona ni los mensajes que transmite.

La persona que ha desarrollado tolerancia acepta las diferencias en los demás,

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y no agrede ni ridiculiza con el que piensa diferente. Es respetuoso con los
demás, aunque no claudica de su posición o criterio.

Las relaciones familiares son como las cuerdas de una guitarra: necesitan de un
ajuste especial para funcionar en forma adecuada, y si se tensan mucho se
puede rompen. El padre tolerante es aquel que en cada circunstancia analiza la
decisión a tomar y escoge no la más fácil sino la que más favorezca a su hijo y
a la familia.

Una actitud tolerante no se aprende como por arte de magia ni tampoco se


aprende en la universidad. Ser tolerante es una obra del Espíritu Santo en
nuestra vida y es un proceso dinámico que dura todo nuestro caminar.

Colosenses 3:13 “soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si


alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así
también hacedlo vosotros”.

Efesios 4:2 “Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con


paciencia los unos a los otros en amor”.

7. El valor
La familia es como un equipo y los miembros de un equipo siempre valoran,
aprecian y admiran a alguien que es capaz de ayudarles a alcanzar otro nivel,
alguien que los haga sentirse importantes y los capacite para alcanzar el éxito,
todo esto se logra valorando a los demás.

Debes entender que tu cónyuge es muy valioso. Es un privilegio el que


comparta su vida contigo. Dios te ama y valora, por lo cual debes hacer lo
mismo con él o ella. Los hijos son tan valiosos que son los tesoros que Dios puso
en nuestra familia. Es muy importante que valoremos lo que cada miembro de
la familia es, mirando más allá de sus debilidades ellos son una pieza importante
para que el engranaje funcione saludablemente y así cumplamos el diseño de
Dios.

Salmos 127:3 “He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el
fruto del vientre”.

Gálatas 6:10 “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos,
y mayormente a los de la familia de la fe”.

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LECCIÓN 03
ENTENDIENDO LAS DIFERENCIAS DEL
HOMBRE Y LA MUJER

INTRODUCCIÓN

Todos debemos de entender que cuando Dios creo al hombre y a la mujer, los
creó con la finalidad de que sean representantes del reino de Dios aquí en la
tierra y desarrollasen sus propósitos. En verdad el hombre y la mujer fueron
creados a la imagen y semejanza de Dios, para expresar sus atributos,
naturaleza moral y espiritual; sin embargo, cada uno de ellos tendría sus
propias características y necesidades personales las cuales se
complementarían, para llevar adelante el plan divino de Dios para la humanidad.

Por esta razón el hombre y la mujer son dos seres hechos de una misma
naturaleza, y por ende tienen una misma dignidad, pero tienen necesidades
diferentes, que es preciso entenderlas y conocerlas a la luz de la revelación de
Dios, para aceptarse tal como son, es decir perfectamente diferentes y
complementarios.

El objetivo de esta enseñanza es mostrar las diferencias que existen entre los
hombres y las mujeres, en la manera cómo piensan y actúan frente a las
diversas circunstancias que ambos enfrentan en el diario caminar. A fin que
puedan suplir de la mejor manera las necesidades que cada uno tiene.

I. Perfectamente Diferentes
“Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea
para él” (Génesis 2.18). Dios, en su inmensa sabiduría, diseñó una mujer para el
hombre. No la hizo igual al hombre, ni inferior a él, ni superior a él, ni mejor que
él, ni peor que él… la hizo perfectamente complementaria. La hizo exactamente
a la medida de lo que necesitaba el hombre. La hizo diferente para que pudiera
suplir lo que le faltaba al hombre. A pesar de las diferencias entre el hombre y
la mujer, o tal vez a causa de las mismas, existe una bella armonía entre ellos
cuando hacen la voluntad del Señor. La Biblia dice que “en el Señor, ni el varón

21
es sin la mujer, ni la mujer sin el varón” (1 Corintios 11.11).

Entonces el varón no es más importante que la mujer, ni la mujer es más


importante que el varón. Cada uno tiene el mismo valor delante de Dios. Él los
hizo iguales en valor y dignidad delante de Él. Esto es lo que hace al hombre y
a la mujer especiales sobre todo lo creado.
A continuación, podremos ver algunas características, tanto del hombre como
de la mujer y las diversas diferencias que existen entre ambos:

El Hombre
Ahora bien, detallaremos algunas funciones que Dios le asigno al hombre para
desarrollarlas de acuerdo a su propósito divino:

a) El hombre es la cabeza del hogar. La Biblia es muy clara sobre esta


asignación que le corresponde al hombre. Sin embargo, su autoridad no
representa superioridad.

b) El hombre ha sido diseñado por Dios para ser el líder de servicio. Eso
quiere decir que él es responsable de dar dirección y modelar con el ejemplo.

c) La presencia del varón es sumamente importante. Las responsabilidades


de la enseñanza e instrucción de los principios bíblicos dentro del hogar le
corresponden a papá y mamá, pero la presencia activa del varón permite una
mejor revelación del carácter de Dios a los hijos.

Es por esta razón que Dios le pedirá al hombre que rinda cuenta de la
asignación hecha de ser el líder de servicio y conductor del hogar.

La Mujer
Dios diseñó a la mujer para ser el complemento del hombre en sus
responsabilidades de liderazgo. Podemos detallar algunas particularidades que
desarrolla la mujer como colaboradora del hombre:

a) La mujer es una ayuda idónea. El término ayuda idónea se refiere a que la


esposa es una compañera ideal del hombre, un complemento, una
colaboradora, un apoyo necesario, dado que ha sido dotada con una
sensibilidad emocional mayor a la que usualmente tiene el hombre y una

22
mejor capacidad de comunicación verbal y no verbal.

b) Compañera El hombre y la mujer son seres relacionales constituidos por


Dios y ambos necesitan de compañerismo. La mujer es la compañera ideal
del varón (Génesis 2.18).

c) Cuidadosa del hogar. La mujer al estar dotada de sensibilidad, ternura y


entrega, provee un bello refugio y un ambiente de estabilidad emocional y
afectivo tanto para el marido como para los hijos.

d) Maternidad. Dios le da a la mayoría de las mujeres casadas la hermosa


oportunidad y responsabilidad de tener hijos. Uno de los mandamientos que
Dios le dio a la primera pareja fue lo siguiente: “Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla” (Génesis 1.28).

Muchos piensan que el papel de la mujer es inferior al del hombre porque ella
fue hecha para ayudar y para servir. ¡No! ¡El papel de la mujer no es en nada
inferior al del hombre! La verdad es que ella goza del privilegio tan sagrado y
del encargo divino de suplir a la sociedad lo que el hombre no puede suplir. La
mujer fue hecha por Dios muy diferente al hombre, sin embargo, tiene todo lo
que él necesita, es la parte que le fue extraída de su costado. Y sin ella su vida
es incompleta.

II. Algunas diferencias entre el hombre y la mujer


Pareciera que hubiese una contradicción con el título del punto a tratar, sin
embargo, los hombres y las mujeres no somos iguales ni desiguales, somos
“únicos”, por ello somos complementarios y no divisorios. Sin embargo, también
podemos decir que hay algunas diferencias comunicativas, emocionales y
fisiológicas. Por lo tanto, en el marco de la familia deben de aprender a vivir en
armonía el uno con el otro, apoyándose para el crecimiento mutuo.
A continuación, iremos viendo algunas de las diferentes necesidades que cada
uno de ellos tienen para llegar a conocerse de una mejor manera.

La forma de comunicarse.
• Tanto los hombres como las mujeres tienen diferente manera de
comunicarse. Mientras el hombre es un pensador y utiliza más la lógica, la
mujer es sensible y emocional, tanto el hombre como la mujer no actúan

23
caprichosamente, sino que es parte de su naturaleza así fuimos hechos por
Dios. El diseño del cerebro de los hombres difiere de las mujeres, lo cual les
permite capacidades y aptitudes complementarias.

• Para la mujer es fácil asociar la comunicación verbal y no verbal de su


entorno; ella no recibe solo pensamientos e ideas, sino tiene la capacidad de
transformarlas en su mente por esta razón a veces se dice que ella construye
“Castillos en el aire” por su capacidad creativa y soñadora. Cuando una mujer
recibe una información, ella la asimila tanto mental como lo emocional al
mismo tiempo. Sin embargo, el hombre separa lo racional de lo emocional, y
por ello es más práctico y racional. El hombre por lo general usará una vía
recta en su manera de comunicarse; mientras que la mujer usará muchas vías
alternas para llegar al mismo lugar. El hombre usualmente será más objetivo
en su comunicación, porque es un pensador lógico, sin embargo, la mujer
está dotada para ver detalles y percepciones que el hombre no discrimina.

• El cerebro de la mujer está diseñado para recoger muchos detalles que los
hombres no ven, cosas que van más allá de los hechos, tales como las
personalidades, las motivaciones y los sentimientos. Ella puede percibir,
analizar, evaluar y ver las relaciones entre todas las cosas al mismo tiempo.
Sin embargo, el hombre es diferente, pues es inclinado al análisis de hechos
y usualmente tiene primero que cerrar un proceso para comenzar otro.
Esto tiene una explicación lógica y científica; y es porque la mujer tiene
muchas más conexiones de neuronas entre su hemisferio izquierdo (Lógico)
y derecho (Emocional), esto le da la capacidad de hacer muchas más tareas
al mismo tiempo que los hombres; esto le permite también procesar hechos
y sentimientos de una manera simultánea. Sus emociones siempre la
acompañan.

• El hombre casi siempre es menos comunicativo que la mujer, por el sólo


hecho de ser más pensante y racional; a los hombres para que algo le llame
la atención tiene que ser relevante, y que lo saque de la rutina. Sin embargo,
las mujeres son muy diferentes y hacen de todas las cosas algo
extraordinarias y dignas de comunicar. Ellas viven cada una de las
situaciones que le acontecen.

• Hay estudios que manifiestan que las mujeres utilizan unas 20.000

24
palabras aproximadamente al día, en contraste con las 5.000 palabras que
los hombres expresan diariamente. Las mujeres recuerdan mejor las palabras
y los acontecimientos cotidianos y por esta misma razón pueden expresar
más cosas, siendo más detallistas que los hombres. Debe de quedar claro
que esta capacidad no es ningún defecto sino se debe al diseño único
establecido por Dios para ellas.

Por estas razones ambos deben de conocer sus diferencias de naturaleza y


diseño para potenciar el fortalecimiento de su unidad.
La verdadera comunicación se da cuando ambos, el esposo y esposa pueden
decirse con sinceridad quienes son, qué piensan, qué sienten, qué aman, qué
honran, qué estiman, qué odian, qué desean alcanzar sin temor a dar lugar una
discusión prolongada.

Sus necesidades emocionales


• Está demostrado que la mujer tiene una necesidad mayor de ser amada y
apreciada en todo momento. Esto representa un desafío para los hombres
que pretenden mantener una relación armónica y saludable con su pareja. El
entender este aspecto en las mujeres hará al hombre expresar adecuada y
oportunamente su amor hacía su esposa. Él debe expresar amor romántico
de forma consistente. La mujer es como un estanque que necesita ser
llenado cada día. Aunque usted le demuestre amor y afecto las veinticuatro
horas del día, eso no le garantiza que se sentirá amada al día siguiente. Hay
que entender, de una vez por todas, que ella necesita llenar su estanque de
amor todos los días. Un hombre inteligente entiende que el recipiente de
amor de la mujer, necesita ser llenado diariamente para que ella permanezca
feliz.

• La intimidad emocional se alcanza cuando ambos pueden mostrarse tal


cual son en un ambiente de aceptación y confianza. “Estaban desnudos y no
se avergonzaban” señala Génesis 2:25. Una mujer se siente amada y valorada
cuando se le escucha con atención y se le brinda empatía.

• Así como la mujer tiene la necesidad de amor y afecto, el hombre también


tiene la gran necesidad de reconocimiento y aprecio. La esposa que entienda
esto, llegará a asegurar el amor y el cariño de su esposo por el resto de su
vida. Todo hombre prospera bajo la admiración de su mujer. El hombre valora

25
el aprecio y el reconocimiento de otros, pero más que nada, necesita la
admiración de su compañera. La esposa deberá decirle: “Tú puedes hacerlo;
lo has hecho bien antes y lo puedes hacer una vez más. Yo, confío en ti”.
Admírelo por su carácter.

Recuerda, el hombre se enamora de la mujer que lo hace sentir más fuerte, más
capaz, más inteligente y más atractivo de lo que nunca antes se ha sentido. El
hombre necesita ser respetado y admirado por su esposa. Así que es la
responsabilidad de la mujer darle reconocimiento, respeto y valoración a su
esposo.

La necesidad sexual
La intimidad sexual es parte del diseño original de Dios para la humanidad, y es
una expresión santa entre el esposo y la esposa. Sin embargo, hay que entender
que sexualmente tenemos respuestas diferentes:

• Por naturaleza el hombre tiene un mayor deseo sexual que la mujer. El


hombre siempre estará listo sexualmente; por lo general, tienen
pensamientos sexuales constantemente. La identidad masculina está más
relacionada con su sexualidad que con su dimensión emocional. Por otro
lado, para la mujer, el deseo sexual está más relacionado a su estado
emocional, que a lo físico o biológico. Es muy cierto decir que “hacer el amor”
a su esposa, comienza desde el desayuno, en el sentido de que son los
detalles románticos durante el día, la buena comunicación y los actos de
servicio los que preparan una intimidad física muy satisfactoria.

• La estimulación sexual del hombre generalmente proviene por lo visual, o al


simple contacto físico con su cónyuge, por ello se dice que el hombre se
enciende automáticamente. En el caso de las mujeres, ellas viven la
sexualidad de una forma mucho más compleja, dado que necesitan ser
estimuladas por palabras que afecten a sus emociones, palabras dulces que
le den reconocimiento y las haga sentir bien, además de estímulos táctiles
como abrazos y caricias que generen un ambiente romántico y de seguridad.

• La intimidad sexual en los esposos es de origen espiritual y el disfrute a


plenitud es cuando ambos están en un buen proceso de pureza e integridad
(Heb.13:4). Nuestro Padre se complace cuando hay un disfrute de su diseño
de amor.

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Frente a estas diferencias, es necesario que ambos desarrollen interés por
conocer el diseño espiritual, emocional y físico en la relación matrimonial.

27
LECCIÓN 04
ENEMIGOS INTERNOS DE LA FAMILIA

INTRODUCCIÓN

Cuando hablamos de los enemigos internos de la familia, nos referimos a todas


aquellas actitudes y conflictos que se generan dentro del ambiente familiar;
que el enemigo utilizará para para confundir, dividir y destruir el buen ambiente
familiar. El enemigo siempre tratará de romper el vínculo de la unidad familiar;
ya que si lo logra habrá afectado el núcleo central de la sociedad que es la
familia.

Es por esta razón, por la cual se debe de estar muy atento en el


desenvolvimiento de cada miembro de la familia; para no permitir que el
enemigo encuentre una puerta abierta a través de la cual pueda ingresar y
afectar sus buenas relaciones; para que esto no ocurra es muy importante
conocer del diseño divino que Dios tiene para las familias, por lo cual es
importante estar alineados a los principios de Dios establecidos en su Palabra.
Estos nos ayudaran a solucionar los conflictos que pueden llegar afectar las
buenas relaciones familiares.

Recordemos que cuando recibimos al Señor Jesús como Señor y Salvador de


nuestra vida, iniciamos un camino de constante transformación que nos
permite renunciar a actitudes, hábitos y conductas que antes nos parecían
normales pero que ahora, entendemos afectan negativamente nuestras
relaciones.

Santiago 4:1 “¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No
es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?” Este
pasaje nos enseña que muchos de nuestros problemas provienen del interior
de nosotros mismos.

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I. Desconocimiento de las diferencias físicas y sicológicas entre hombre y
mujer

La ignorancia sobre el diseño divino entre hombre y mujer puede ser el origen
de muchos conflictos entre parejas. Dios creo a dos seres a su imagen y
semejanza, varón y mujer, con grandes diferencias para que sean
complementarios, no competitivos (Génesis 1:27,2:18,20-25). Cuántas veces
hemos dicho “No entiendo a mi pareja” ¿Cómo permanecer unido a alguien tan
diferente? La solución es dedicar tiempo y esfuerzo para conocer su diseño.

Estas son algunas diferencias que debemos considerar:

a) Forma de pensar: Científicamente se ha comprado que el cerebro del


hombre y la mujer son diferentes, desde allí radica el por qué un hombre
reacciona a un evento de una manera muy distinta al de una mujer. El varón
tiende a lo racional, al pensamiento lógico, la mujer es más emocional e
intuitiva. Hay quienes explican este hecho mirando el cerebro del hombre
como dividido en compartimentos (cajones para cada cosa), mientras que la
mujer como una serie de circuitos interconectados, por eso pueden hacer
muchas cosas a la vez.

b) Comunicación: Se dice que el varón habla 5 mil palabras por día, mientras
que la mujer 25 mil, por lo cual el hombre es menos proclive a los diálogos
largos y busca sus espacios de silencio. Por el contrario, su compañera
tenderá a las largas pláticas y, si no se siente escuchada pensará que no hay
interés en ella. Para un consejero familiar es común escuchar de parte de la
mujer refiriéndose a su marido, “él no habla”, mientras que el esposo
responderá “ella no deja de hablar”.

Además, es importante considerar que, al ser la mujer más emotiva, su


comunicación puede ser una experiencia emocional, mientras que el varón al
ser lógico puede ser una experiencia informativa. Así ambos pueden
escuchar lo mismo, pero percibirán el mensaje de dos maneras
completamente diferentes.
Finalmente, cuando la mujer esta estresada por lo general se desahoga
hablando. Cuando él está estresado quiere estar por lo general solo y en
silencio.

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c) Intimidad sexual: Esta es una de las áreas de mayor ignorancia entre las
parejas debido a que nos movemos en una sociedad sexualizada, en donde
se ha tergiversado totalmente el propósito divino, y la tendencia egoísta es
buscar el placer personal. Dios diseñó la unión sexual para que la pareja,
dentro del matrimonio, disfrutara uno del otro (Proverbios 5:18-20), para que
en una unión de “una sola carne” (espíritu, alma y cuerpo, ver 1
Tesalonicenses 5:23) hallen compromiso, satisfacción y amor. La Palabra nos
enseña que el cuerpo del esposo le pertenece a la esposa, y viceversa, esto
implica que cada uno debe tratar al otro con cuidado y respeto, y que nunca
se debe manipular al cónyuge en esta área (1 Corintios 7:3-5).

Por otro lado, es importante considerar las diferencias fisiológicas y


hormonales en la pareja. En este sentido, el esposo es más visual es decir se
estimula mirando, mientras que la esposa es más auditiva, necesita ser
preparada a través de palabras amorosas. Además, el tiempo de
estimulación es distinto en cada uno, el varón llega más rápido al orgasmo,
mientras que a la mujer le toma más tiempo, por ello, es muy importante que
la pareja conozca y converse sobre estas diferencias a fin de buscar el
bienestar del otro y no una egoísta satisfacción personal.

d) Amor y respeto: Uno de los problemas de pareja es la inseguridad que se


puede generar cuando el amor no se expresa de la manera correcta. Hay
esposos que dicen amar a su esposa, sin embargo, ella no lo siente, y
viceversa. Por ello, es importante entender que nuestro Creador ha diseñado
a la mujer para ser amada, mientras que el hombre para ser respetado
(Efesios 5:25, 28,33). Si bien es cierto son dos aspectos que van de la mano,
en la práctica tienen algunas diferencias. El amor tiene que ver con un
compromiso incondicional en todo momento, mientras que el respeto con
una admiración y reconocimiento de valor en el otro. Si el varón brinda este
tipo de compromiso (amor), y la mujer expresa este reconocimiento al
esposo (respeto), la relación podrá sostenerse con el paso del tiempo y las
crisis inherentes a la vida familiar se convertirán en oportunidades para
desarrollar unidad.

II. Trasfondo familiar y cultural de cada cónyuge


Otra fuente que puede generar conflictos son los hábitos, costumbres,
patrones de conducta provenientes del trasfondo familiar y cultural de la

30
pareja. El cónyuge puede venir de un modelo familiar machista, o de un
matriarcado, o simplemente arrastrar conductas no acordes con los principios
divinos. Es sumamente importante descubrir estos aspectos y trabajar
conjuntamente a fin de renunciar a ellos. Para ello, es imprescindible estudiar
la Palabra de Dios que nos enseña a vivir conforme a la voluntad de Dios que es
buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2)

La Biblia está llena de pasajes que nos ayudan a descubrir áreas de nuestra
vida que deben ser transformadas por Dios a fin de proteger nuestro hogar,
pero uno de los más resaltantes, sin lugar a dudas, lo encontramos en 1
Corintios 13:4-8, en donde se nos enseña:

“El amor es paciente, es bondadoso, El amor no es envidioso ni jactanciosos ni


orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no
guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la
verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor
jamás se extingue…” (Versión NVI)

Te animamos a que lo estudies con detenimiento, medites y ores con estos


pasajes. Detente a pensar si estas características del amor se manifiestan en tu
relación de pareja, marca aquellas que te cuestan mucho expresar. Recuerda
que Dios nunca nos condena, por el contrario, espera de nosotros sinceridad y
transparencia. Si reconocemos nuestra necesidad y acudimos a Él, sin lugar a
dudas nos ayudará a que los malos hábitos, costumbres y conductas
destructivas queden atrás, y experimentaremos una transformación que nos
convertirá en personas felices y formaremos hogares indestructibles.

III. El trato preferencial a los hijos.


Muchas veces las preferencias de los padres, por uno u otro hijo producen que
en la familia se abra una brecha en las relaciones. No todos los hijos son iguales
cada uno tiene una característica diferente; no podemos ponerlos a todos
dentro de un mismo patrón. Dios ha diseñado a cada una de las personas de
una manera muy singular, con la finalidad de cumplir con un propósito en esa
vida. Así mismo les ha dado lo necesario para desarrollar ese propósito; cuando
los padres no entienden que sus hijos son diferentes suelen hacer
comparaciones y diferencias entre ellos generando un rechazo que afectará su
vida y el buen relacionamiento le traerá serios conflictos en el entorno familiar.

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La Biblia nos muestra como algunos personajes bíblicos cometieron este gran
error, trayendo consecuencias negativas sobre su familia: “Y amo Isaac a Esaú,
porque comía de su caza; más Rebeca amaba a Jacob” Génesis 25:28. Vemos
aquí la preferencia de cada uno de los padres, hacía un hijo en especial. Isaac
destacando en todo momento a su primogénito, orgulloso por su capacidad y
destreza para la casa, sin embargo Jacob era una persona más tranquilo,
pausado, hogareño, y atento siempre con su madre. Estas preferencias
provocaron que Rebeca le mintiera a su esposo y deseara que su hijo Jacob
obtuviera la primogenitura; estas diferencias entre los padres provocaron un
distanciamiento y odio entre los hermanos, hasta el punto que uno de ellos
deseaba la muerte del otro.

La falta de firmeza en la vida del sacerdote Elí, fue la causa para que sus hijos
hicieran cosas inadecuadas y pecaminosas, en el Templo y fuera de él; teniendo
un triste fin. “Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la
iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha
estorbado. Por tanto, yo he jurado a la casa de Elí que la iniquidad de la casa de
Elí no será expiada jamás, ni con sacrificios ni con ofrendas” 1 Samuel 3:13-14).
Por esta razón debemos de tener cuidado con las preferencias y demasiada
tolerancia de parte de los padres con sus hijos; porque toda su pasividad,
permisividad y otros errores, repercutirán en el entorno familiar.

A continuación, mencionamos algunos puntos que los Padres deben evitar en


el trato y la formación de sus hijos:

No haga preferencias en el trato, ni en lo que les compre.


Nunca les diga:"¿Por qué no eres más como tu hermano?"
No corrija a uno y castigue al otro.
No alabe a uno y avergüence al otro.

Como padre usted está aún a tiempo de restaurar a su familia dando amor,
aceptación, reconocimiento y sobre todas las cosas entrone a Dios en el Altar
de su Hogar.

32
LECCIÓN 05
ENEMIGOS EXTERNOS DE LA FAMILIA

INTRODUCCIÓN

Cuando señalamos a los enemigos externos que afectan a nuestras familias nos
estamos refiriendo a los “intrusos” que destruyen las bases de la convivencia
familiar y que muchas veces llegan a nuestro hogar de manera solapada y
escondida. Estos enemigos externos son verdaderas amenazas para nuestra
relación y hoy debemos identificarlas para tomar acción y erradicarlas de
nuestra vida y familia:

I. Las adicciones

La adicción es un fenómeno físico, psicológico y emocional que se caracteriza


por la dependencia o necesidad hacia una sustancia, relación o actividad en
modos excesivos y perjudiciales para la salud física y mental de la persona;
puede variar de intensidad según la personalidad del individuo, el tipo de
sustancia y el contexto en el que se da. La adicción transforma la personalidad
y estilo de vida del que lo sufre al no poder controlar la abstinencia de consumir
tal sustancia o dejar de realizar tal actividad entrando en una mezcla de
sentimientos, de mal humor, irritación, ansiedad, depresión que pueden llevarlo
incluso a la muerte.

La adicción empieza cuando tratamos de compensar o sustituir nuestro dolor,


desanimo, depresión, falta de relaciones, dificultad laboral, traición amorosa,
etc. por una relación, sustancia o actividad que nos causa adicción.
Entendamos que nuestra necesidad espiritual solo la suple Dios.

A las adiciones destructivas como las drogas, el cigarrillo, el alcohol, la


pornografía, hoy se han agregado las llamadas adiciones modernas como la
nomofobia, que es la dependencia al teléfono móvil o a estar incomunicado a
Internet; la adicción al trabajo (trabajólicos) que se caracteriza por inclinación
incontrolable de trabajar para ocultar conflictos internos sin resolver

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Existen ciertas características que nos permiten percibir que puede haber un
problema de adicción y tomar acción al respecto:

• Negación: la persona no acepta que tiene un problema adictivo y cree


que puede manejarlo sólo con su voluntad. Usualmente no tolera que le
hablen del tema.
• Resentimiento: la persona adicta se victimiza y culpa a los demás por
sus problemas y lo que está viviendo, así huye de su responsabilidad,
trata de manipular y descarga amargura hacia los demás.
• Estado de ánimo cambiante y alterado: se le ve tenso cuando no ha
conseguido aquello que lo domina y luego relajado al conseguirlo; el
meollo de este vaivén de emociones es el egoísmo y el deseo de
autosatisfacción.

¿Cómo salir de la adicción?

• Lo primero es reconocer que tenemos un problema, porque mientras


haya negación se va a sabotear todo intento de mejora. El Señor Jesús dice en
Juan 8:32 “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres".
• Un paso determinante es buscar ayuda externa. Los cuadros de
adicción son como fortalezas mentales que requieren trabajo espiritual y
emocional intenso, por ello se debe recurrir a la ayuda externa.
• Se requiere que la persona tenga un encuentro con el amor y el perdón
del Padre Eterno y por extensión, con el perdón de la familia cercana.
• La persona con cuadros de adicción usualmente tiene una baja
autoestima y necesita desarrollar una saludable identidad para que pueda
vencer esta dependencia. Asistir a un grupo de ayuda que le permita vincularse
con confianza y amor será de gran beneficio.

II. Influencia tóxica de terceros

Dios dejó establecido en Génesis 2:24 “Por tanto, dejará el hombre a su padre y
a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne “. El mandato divino es
que el esposo y esposa conformen un nuevo hogar que es el prioritario sobre
otras relaciones: padres, parientes y amigos cercanos. De manera práctica
significa que las decisiones importantes de la pareja son del ámbito interno y
no están sujetas a la aprobación o decisión de familiares o amistades. Si la

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pareja no establece principios claros en relación a su matrimonio y familia se
verá afectada y uno de estos principios es la separación de los padres,
hermanos y amistades, y ello se refiere no solo a una separación física, viviendo
aparte, sino a una separación económica y psicológica de ellos, de lo contrario
la pareja no madurará y no aprenderá a tomar sus propias decisiones.

Muchos conflictos se presentan por que dejamos que nuestros parientes


interfieran o influencien en nuestra toma de decisiones o tal vez en la crianza
de nuestros hijos. Quizá antes, cuando estábamos solteros y teníamos
problemas y dificultades corríamos a mamá o papá, pero ahora debemos
aprender a resolver nuestros problemas solos, lo cual no significa que los
padres no nos puedan aconsejar y orientar, pero siempre cuidando que la
pareja asuma la responsabilidad de su hogar. Así que, debemos tener en cuenta
que el mandato bíblico de dejar a nuestros padres no significa de ninguna
manera que tengamos que romper relaciones con ellos, sino que ellos ya no son
las personas más importantes de nuestra vida, sino nuestra pareja.

Los padres sabios deben cortar el cordón económico con sus hijos, de lo
contrario los harán dependientes e irresponsables. Podemos apoyarlos, pero
sin hacerlos dependientes.

III. La infidelidad

Las relaciones de infidelidad suelen gestarse y sostenerse en lo oculto, es la


peor de las trampas para cualquier persona y la que más lágrimas ha propiciado
en millones de hogares. Ser infiel a nuestro cónyuge es enteramente una
decisión que depende de cada uno de nosotros. Nadie puede culpar a otro por
lo que hace y nadie puede culpar a la pareja de “provocar” que fuéramos
infieles, sin importar las razones o las justificaciones que se traten de usar para
culparla.

Veamos lo que dice la Biblia, el “manual de vida” al respecto:


“Pero al que comete adulterio le faltan sesos; el que así actúa se destruye a sí
mismo. No sacará más que golpes y vergüenzas, y no podrá borrar su oprobio”.
Proverbios 6:32-33

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Consecuencias de la infidelidad:

• La pareja y la familia quedan destrozadas.


• En los hijos, la desesperación llega a tal punto que la expresan en
muchas formas. Aún animan a los padres al divorcio, porque no toleran
más los pleitos.
• Se pierde la confianza en la persona que fue infiel y, de paso, en las
personas que están alrededor.
• La persona que sufrió la infidelidad de su pareja se aferra de manera
insana a los demás, por temor a otra infidelidad o abandono.
• La persona infiel se torna mentirosa y pierde credibilidad.
• Quien practica la infidelidad, afecta sus finanzas (que son las del hogar)
• La persona infiel pone en riesgo su proyecto de vida.
• Difícilmente una relación que nació a partir de la infidelidad logrará
prosperar, pues el temor a que suceda lo mismo estará presente.

No hay matrimonio que no tenga dificultades y todos podríamos tener una


excusa para ser infieles, pero las consecuencias pueden ser devastadoras y
marcar con dolor generaciones completas. No somos fieles porque no
tengamos problemas; nos mantenemos fieles a la pareja porque lo hacemos con
nosotros mismos y es un valor que hemos abrazado como propio.

Sin embargo, es un engaño pensar que si amamos a nuestro cónyuge no


seremos atraídos por alguien más. Siempre habrá personas que nos despierten
algún tipo de admiración, pero debemos mantenernos dentro de ese límite. El
elemento “novedad” es clave que lo descubramos y no permitamos que nos
engañe, dado que oculta imperfecciones y disfraza consecuencias.

Por ello, lo más sabio que podemos hacer cuando percibimos un sentimiento
fuera de control y vulnerabilidad ante un pensamiento recurrente de placer
momentáneo es ALEJARNOS de esa relación y buscar ayuda para fortalecer y
rescatar la vida amorosa con el cónyuge.

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Veamos algunos consejos prácticos:

• No dejemos de admirarnos mutuamente como pareja.


• Aprendamos a divertirnos juntos.
• Cuidemos la privacidad del hogar. Allí está tu círculo íntimo.
• Selecciones bien a los amigos: si nos estimulan a la infidelidad y
deslealtad, alejémonos de ellos.
• Resolvamos conflictos y desilusiones, no acumulemos resentimientos.
• Recordemos de manera explícita los buenos momentos que hemos
vivido.
• Dediquemos un día de la semana a tener una cita con nuestra pareja y
seamos creativos en llevarla a cabo.
• Valoremos a través de la reflexión lo que nos ha costado construir
nuestro hogar. Vale la pena hacer una lista de lo que perderíamos si
somos infieles.

Tengamos muy presente lo que nos declara el Espíritu Santo en Proverbios


5:18-19 “Así que sé feliz con tu esposa, disfruta a la mujer con la que te casaste
de joven; hermosa cervatilla, gacela encantadora. Que sus senos te satisfagan
por completo, que su amor te apasione para siempre.”

IV. La violencia doméstica

El flagelo de la violencia familiar socaba las estructuras mismas del hogar


porque la agresión viene de aquellos que nos debieran enseñar a amar. En toda
relación donde existe la agresión y la violencia, una persona amenaza
constantemente a la otra, la lastima emocional, física, sexual o
patrimonialmente. Un rasgo constante es el ambiente de miedo a la otra
persona y el sentimiento de inseguridad es el que permanece.

La violencia no se puede dejar pasar, no importa cómo se presente: disminuir a


la pareja con actitudes negativas, gritos, amenazas, insultos, humillaciones y
burlas; sacudir, pellizcar, patear, golpear con el puño o con el pie, o con alguna
cosa, tirar objetos a la otra persona, forzar al otro a mantener relaciones
sexuales sin su consentimiento porque “le pertenece”, manipular al otro
mediante creencias religiosas tergiversadas, etc. Lo cierto es que la persona

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agresora posee un pobre control de impulsos y es la única responsable de sus
actos. En ninguna circunstancia puede ampararse en una afirmación como esta:
“ella (o él) me provocó”, pues nadie provoca a nadie a menos que así lo permita.
Cada uno es dueño de sí mismo.

Las personas con pobre control de impulsos deben pedir ayuda para el manejo
de la ira, y las personas con rasgos codependientes, quienes suelen ser sus
parejas, deben buscar apoyo para dejar atrás el afán de ser “esa persona
adecuada” para el agresor.

Les presentamos algunas señales de una persona agresiva.

En el caso del hombre agresor hacia la mujer:

• Es sobreprotector y acosador.
• La llama excesivamente.
• Actúa con celos descontrolados porque “la ama”.
• Le dice cómo vestir y la obliga a cambiarse de ropa.
• Controla sus correos y mensajes de texto.
• Supervisa quiénes son sus amigos y decide a quiénes de su familia
puede o no frecuentar.
• La maltrata y golpea, aunque “no fuera su intención”.

En el caso de una mujer agresora hacia su pareja:

• Lo trata con menosprecio y suele humillarlo en público.


• Señala todos los defectos que le ve cada vez que tiene oportunidad de
hacerlo, haya o no gente alrededor.
• No acepta y minimiza o ridiculiza las muestras de afecto que su pareja
tuviera intención de demostrarle.
• Habla mal a sus espaldas, magnificando cualquier error que aquel haya
cometido.
• Se pone a sí misma como mejor persona que su pareja.

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¿Cómo superar una actitud violenta?

Lo primero es reconocer que ningún tipo de violencia es sano o justificable. El


Autor de la familia que es Dios, nos enseña en Proverbios 14:17 “El que
fácilmente se enoja hará locuras”. Y por ello el hogar es el lugar adecuado para
ser entrenados en procesar nuestros enojos y frustraciones y canalizarlos hacia
la paz y el perdón.

Otro foco de trabajo es cambiar nuestra manera de pensar. Las conductas


violentas son procesos aprendidos, no innatos y por ello susceptibles de
cambio con ayuda del Espíritu Santo y de personas maduras que acompañen el
proceso. El primer paso es reconocer que tenemos un problema y que no lo
podemos manejar y disponerse a recibir ayuda externa.

Nuestra confianza y esperanza está en Aquel que recibe el nombre de “Príncipe


de paz” y que viene a nuestro auxilio y trae sanidad interior. Jesucristo “abre un
camino en medio del desierto y ríos en medio de la tierra seca” y, asimismo,
puede transformar un corazón amargado y violento en una persona de paz.

39
LECCIÓN 06
UNA FAMILIA FUNCIONAL

INTRODUCCIÓN:

La familia es muy importante en los propósitos de Dios. A través de la Biblia se


puede ver que Dios ha estado interesado ciertamente por el individuo; sin
embargo, Él le presta gran atención al núcleo familiar. Por ejemplo, cuando Dios
llamó a Abraham también llamó juntamente con él a Sara su esposa; cuando se
dispuso salvar a Noé, Dios también pensó en su familia. Asimismo, podemos ver
en las Escrituras que hay una larga lista de personajes que reconocieron que
Dios estaba muy interesado en sus familias, y que no los veía solamente de una
manera individual.

Una familia funcional no es una familia perfecta, sino es una en la que en un


ambiente o entorno las relaciones y vínculos son amorosos y saludables, lo cual
produce que todos sus miembros han aprendido a cumplir con sus
responsabilidades. En un ambiente así se manifiesta el respeto entre cada uno
de sus miembros, y hay una comunicación fluida y adecuada; se apoyan unos a
otros y enfrentan conflictos con una adecuada madurez.

Dios es un Dios de orden y por ello ha delegado a cada uno roles que llevan
consigo responsabilidades específicas y que al ser desempeñadas traen unidad
y fuerza que será difícil para el enemigo poder quebrantarla. Un rol es el papel
que desempeña una persona o grupo en cualquier actividad. Es también la
conducta que un grupo espera de un miembro en una situación determinada.

Es importante que cada uno como equipo dirigido por Dios ponga todo de su
parte para desempeñar dicha tarea, sin interferir en lo que al otro le toca hacer,
ya que estos roles se complementan entre sí. El rol del padre es tan importante
como el de la madre, ambos, aunque diferentes, son vitales y necesarios para el
desarrollo de los hijos. Los hijos que crecen en un hogar donde padre y madre
cumplen su rol, se involucran y comparten con ellos, son personas que van a
tener mayor estabilidad emocional, que los que tuvieron ausencia de estas
figuras.

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I. ROLES Y RESPONSABILIDADES DEL ESPOSO

1. Es el líder espiritual del hogar


La Biblia nos dice en 1 Corintios 11:3-4 “Pero quiero que entiendan que Cristo es
cabeza de cada hombre, y que el esposo es cabeza de su esposa, así como Dios
es cabeza de Cristo”

• Como líder, el hombre debe lograr tal influencia en los miembros de su


familia que estos lo sigan en cada decisión que tome, porque están
seguros y confiados que será lo mejor para todos. El esposo es quien
enseña con el ejemplo, al desarrollar cada una de sus funciones de la
manera correcta. En lo que respecta al área espiritual, como sacerdote de
su hogar, es el encargado de enseñar la Palabra de Dios a sus hijos,
compartiendo con ellos, y modelando con su testimonio de vida, su amor
y dependencia de Dios. Debe de entender que no es la responsabilidad
del líder, ni del pastor de su congregación extender y dar la cobertura
espiritual de su hogar.
• Por otro lado, debe ser el primero en buscar a Dios y traer su Presencia,
así como liderar como intercesor y guerrero, orando y clamando por los
suyos.
• Debe ser el primero en servir a Dios con alegría y sencillez de corazón,
enseñando con su ejemplo la bendición de diezmar y ofrendar y,
mostrando a su familia la fidelidad de Dios por su obediencia.
• Por último, como todo liderazgo espiritual, este debe ser ejercido con
amor, debe ser modelado a la manera del liderazgo de Cristo a su novia,
la Iglesia. Cristo no explota a la Iglesia. Él no la domina, o impone su
liderazgo sobre ella. Por el contrario, El ganó el derecho de liderarla al
darse a sí mismo por su novia y por último al morir por ella, de esta
manera a la esposa le será fácil someterse a su autoridad.

2. El varón es quien suple necesidades de su hogar


La Biblia nos dice en 1 Timoteo 5:8 “Quien no cuida de sus parientes, y
especialmente de su familia, no se porta como un cristiano; es más, tal persona
es peor que quien nunca ha conocido a Dios”.

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• El rol asignado desde su creación tiene que ver con ser el proveedor
integral, lo cual incluye lo espiritual, emocional, económico, y de proveer
estabilidad familiar.
• Dios bendice el esfuerzo y el trabajo perseverante y dedicado que el
hombre realiza para proveer para las necesidades de su hogar; su
esfuerzo y sacrificio se verá bendecido y multiplicado. Cuando el esposo
cumple con esta responsabilidad trae seguridad a su hogar.

Ahora bien, en nuestros días, la gran mayoría de los matrimonios, tanto el


hombre como la mujer trabajan, los dos reciben un salario, tienen sus empleos
o profesiones, y ello es una realidad de la economía actual.
El rol de proveedor del hogar no se debe usar como una especie de autoridad
para controlar y manipular a la esposa, al contrario, debe ser algo que los una
para buscar el bienestar de la familia. Es necesario establecer un presupuesto
familiar que los dos respetaran y que crearan pensando en las necesidades
reales de la familia y sobre todo basado en las entradas económicas que
tengan.

3. Es amante y protector
La Palabra de Dios dice en Efesios 5:25-26; 28-29 “Maridos, amad a vuestras
mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para
santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos.
El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su
propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia”.

• El esposo debe amar a su esposa como lo hizo el Señor Jesús, es decir


dando lo mejor de su amor, no solo con palabras tiernas, de aprecio y
admiración; no solo con caricias y besos, sino también con hechos, con
detalles que hagan evidente ese amor.
• Debe cuidar las necesidades esenciales de la esposa, considere lo que
dice la Biblia en 1 Pedro 3:7 “De igual manera, ustedes esposos, sean
comprensivos en su vida conyugal, tratando cada uno a su esposa con
respeto, ya que como mujer es más delicada, y ambos son herederos del
grato don de la vida. Así nada estorbará las oraciones de ustedes”. Las
esposas necesitan que sus maridos las comprendan. Esto significa que

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los maridos deben relacionarse con sus esposas inteligentemente,
conscientes de que ellas son diferentes a ellos.
• Además de que son obvias las diferencias físicas, hay diferencias
psicológicas y emocionales. Ella desea y necesita el compañerismo,
disponibilidad e interés de su marido. Ella necesita saber que él puede
protegerla y proveer para ella. Ella necesita saber que puede confiar en él.
• Por otro lado, deberá dar amor a sus hijos, darles el soporte emocional
que ayude en el desarrollo y afirmación de su personalidad. Sus palabras
deberán ser de ánimo, de bendición, de integridad, para que ayude a
formar una correcta autoestima de sus hijos.

II. ROLES Y RESPONSABILIDADES DE LA ESPOSA

1. Es soporte del esposo

• Para una mujer rendida al Señor será fácil entender la directiva divina en
Efesios 5:22,24 “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al
Señor; Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las
casadas lo estén a sus maridos en todo”. Una esposa que disfruta de una
saludable y permanente comunión con Dios entiende el gran beneficio de
sujetarse a su marido. Algunos de los enemigos internos que son
vencidos a través de la obediencia a este mandato son el orgullo, el deseo
de control y manipulación. Cuando la mujer entiende que el dominio
propio, la sabiduría y prudencia son forjados en ella, le será fácil alinearse
al propósito de Dios a través de la sujeción, ella se convierte en soporte
del esposo y del hogar.
• El hecho que él esposo no sea cristiano; o no esté consagrado al servicio
de Dios, no le da facultad a la esposa para que no se sujete y lo obedezca;
a menos lo que le diga, vaya contra los principios de Dios.
• La Biblia nos dice en 1 Pedro 3:1-2 “Asimismo vosotras, mujeres, estad
sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la
palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,
considerando vuestra conducta casta y respetuosa”. La conducta de fe,
de sujeción, obediencia, fidelidad y responsabilidad de la mujer cristiana
será el mejor testimonio para el hombre incrédulo. “Sin palabra” significa
sin argumentos, sin prédicas ni exigencias religiosas por parte de la mujer
hacia el hombre, sino permitir que sea la conducta cristiana la que

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termine por convencer al marido.
• Toda determinación importante en la vida familiar debe ser acordada
con el esposo, no debe de tomar decisiones independientes. Esto es
sujetarse al esposo en todo.
• Es importante recalcar entonces que la mujer se somete al varón a
causa de su amor y rendición al Señor y, por otro lado, es necesario
aclarar que la obediencia a Dios va primero que la obediencia al hombre
(Hechos 5:29), por lo tanto, no hay sujeción a ninguna autoridad si nos
lleva a incumplir o pasar por alto algún principio de Dios en la Biblia. El
Señor Jesús vino a dignificar la vida tanto del hombre como el de la mujer.

2. Es ayuda adecuada ante una necesidad

• En Génesis 2:18 vemos la motivación de Dios al crear a la mujer. Él


consideró que la soledad del hombre no era buena, que había algo
importante que le faltaba, y por eso creo a la mujer. Adán la recibió con
gozo pues satisfacía o complementaba plenamente una necesidad
importante en su vida. Hoy en día, la complementariedad en la relación
conyugal ha sido afectada por la competitividad. El deseo egoísta de
imponerse o subyugar al otro en la relación matrimonial es
lamentablemente el pan de cada día.
• Una mujer en constante proceso de restaurar su identidad como hija de
Dios descubre talentos, dones y recursos únicos dados por el Espíritu
Santo, y disfruta el compartirlos y apoyar a su marido en cada proyecto
personal, familiar, ministerial, financiero, etc. Todo esto ocurre cuando
reconoce lo importante que es su aporte personal y único como mujer en
la familia. Las diferencias naturales en la mujer, como su sensibilidad
emocional, percepción, intuición, etc., serán de tremendo aporte para el
varón y el hogar en general. Ella percibirá las fortalezas y debilidades de
su cónyuge, y sabrá actuar sabiamente para sostenerlo y
complementarlo en todo tiempo.
• La sociedad tiende a generar prejuicios en el corazón de la mujer para
rechazar ciertas labores importantes y vitales en el cuidado del hogar, la
crianza de los hijos, y aún en el área profesional y financiera. Sin embargo,
cuando el Señor se convierte en el centro de la vida de una mujer casada,
el ser complemento o ayuda adecuada al esposo, será una gran aventura
llena de desafíos en donde Dios es glorificado. Una esposa adecuada a la
necesidad de su marido, es la que entiende que juntos están completos
(Eclesiastés 4:12)

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3. Comprende la sexualidad de su esposo

El tema de la sexualidad es uno de los más afectados a causa del pecado, la


fornicación, el adulterio y la homosexualidad son evidencias claras de que el
diseño original para la vida sexual del ser humano ha sido tergiversado.
La intimidad sexual entre pareja ha sido diseñada por Dios, y todo lo que Él crea
es para nuestro bien, por eso es importante conocer el propósito divino sobre
la misma.

Nuestro amoroso Creador nos hizo hombre y mujer, y nos dotó de todo lo
necesario para que la vida sexual dentro del matrimonio, un pacto bendecido
por Dios (Génesis 1:28), permita la procreación y también el disfrute de ambas
partes (Proverbios 5:18, Hebreos 13:4), trayendo como consecuencia unidad
inquebrantable entre los cónyuges, he allí la importancia de vivir el diseño de
Dios en la relación sexual dentro del matrimonio.

1 Corintios 7:5 enseña “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo
de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y
volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra
incontinencia”. Si bien es cierto, la satisfacción sexual es importante y
necesaria en ambos cónyuges, en el caso del varón es una de sus necesidades
básicas y una de las más vulnerables. Por lo tanto, Dios nos exhorta a no
negarse uno al otro. Toda esposa con sabiduría cuidará esta área de su marido,
renunciando a toda manipulación, deseo de control o pretexto de rechazo en
este aspecto de la relación.

Negarse el uno al otro puede causar daños graves e irreparables en el


matrimonio, una actitud así enfría la relación y abre puertas a la infidelidad. El
Espíritu Santo tiene todo el poder para sanar y restaurar de todo prejuicio, de
toda herida, de todo concepto errado a fin de disfrutar de una placentera y
edificante vida sexual entre esposos. Una mujer que ama a Dios es el
complemento sexual perfecto de su marido.

III. ROL DEL HOMBRE Y LA MUJER COMO PADRES

La responsabilidad más importante de un padre es enseñar con su ejemplo, una


vida de amor y obediencia al Señor Jesús. La Palabra de Dios nos dice en

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Efesios 6:4 “Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien
edúquenlos con la disciplina e instrucción que quiere el Señor”.
Muchos padres se preguntan cómo puedo ser un buen papá o una buena
mamá, si nadie me enseñó. Lo importante es que asuman su responsabilidad y
se dejen enseñar por la Palabra de Dios y la guía del Espíritu Santo, dado que
ustedes pueden hacer una diferencia en la vida de sus hijos, cada día que pasa
es una oportunidad para hacerlo.

Algunos consejos para el desempeño del hombre y la mujer con respecto a


su rol de padres:

• Sean afectuosos con sus hijos, abrácenlos, bésenlos, díganles que los
aman de manera frecuente.
• Conozcan a sus hijos, pasen tiempo a solas con cada uno de ellos. Para
ellos el que sus padres les dediquen tiempo significa que los aman.
• Denle el reconocimiento debido y no hagan comparaciones entre ellos.
• Acepten que cada uno de sus hijos es diferente.
• Pónganles reglas y consecuencias de sus actos.
• Háganlos sentir que son especiales, que tienen un gran valor.
• Escuchen a sus hijos, tengan espacios para compartir.
• Recuerden que la conducta y actitudes de ustedes son el modelo que
sus hijos aprenden.
• Cumplan lo que les prometen.
• Comparta con ellos sus momentos más importantes.
• Traten de comprender el mundo de sus hijos, reconozcan valor a sus
sentimientos.
• Los padres deben ver su rol como una oportunidad y una
responsabilidad.

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LECCIÓN 07
LA COMUNICACIÓN EFECTIVA DENTRO DEL HOGAR

INTRODUCCIÓN

Alguien dijo, que a veces la parte más difícil de aprender nuevas habilidades, es
desaprender las antiguas formas de hacer las cosas. Todos traemos patrones o
estilos de comunicación que hemos adquirido desde nuestra infancia en
nuestros hogares; algunos pueden ser buenos, pero otros dañinos.
Generalmente, estas formas de comunicarnos y relacionarnos se evidencian de
una forma natural y no las cuestionamos, hasta que empiezan los conflictos
familiares; y es en ese momento que debemos evaluar estos patrones a la luz de
lo que dice la Palabra de Dios.

El único y sabio Dios revelado en la Biblia, es una Persona que se comunica con
sus hijos a través de su Palabra y su Espíritu, en un ambiente de cercanía e
intimidad que genera confianza y sinceridad. Su diseño para el hogar, es que
funcione de la misma manera y por ello hacemos bien en procurar una
comunicación efectiva en nuestro círculo familiar.

A. Desarrollar una buena comunicación toma tiempo y esfuerzo


Cuando hablamos de comunicación familiar, estamos reafirmando el valor del
vínculo entre los miembros de la familia, el mismo que va más allá de las
palabras y llega a anidarse en el corazón. Podemos estar en silencio y estar muy
cercanos, si hay un vínculo de amor trabajado a través del tiempo y de las
experiencias.

• Para poder conocer a una persona no hay otro camino que pasar tiempo
con esa persona; el cual no va a ser posible con pequeños momentos de
conversación, ni con una cercanía física. Podemos vivir en la misma casa,
pero estar a kilómetros de distancia emocional. Por ello, el crear y
desarrollar intimidad entre padre y su hijo, o una madre con su hija, o
entre esposos, o hermanos; va a requerir tiempo para escuchar, para
tener contacto visual y para abrazarnos y tomarnos de las manos.

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• Para establecer una buena comunicación, primero hay que aprender a
oír lo que las otras personas tienen que decir. Es interesante ver en Lucas
24:13-15, cómo Jesús se puso a caminar con los discípulos, Él se dispuso
a escucharlos y a conversar con ellos. Lo que el Señor tenía que decirles
era muy relevante, pero dedicó tiempo para estar con ellos y escucharlos.
Tenemos que hacer lo mismo en nuestro ambiente familiar.
• El estar juntos en el ambiente del hogar no garantiza una buena
comunicación; la comunicación va más allá de estar juntos; significa
conectarse con la persona con la que esta relacionando, a punto de llegar
a comprender sus pensamientos, sentimientos y emociones que está
tratando de dar a conocer; siendo su mayor deseo que se les preste la
atención debida. Dentro de una familia todos desean ser escuchados, que
se les pueda prestar la atención debida y que se le tome en cuenta lo que
dicen y piensan.
• Un ejemplo práctico y sencillo para favorecer el desarrollo del vínculo y
conocer lo que está pasando en el interior de la familia es hacer la
siguiente pregunta a cada miembro: ¿me puedes decir dos cosas buenas
que te han pasado en el día? ¿Y también dos cosas desagradables?
Frases así de sencillas abrirán el diálogo y provocarán momentos de
conocimiento mutuo.

B. La comunicación tiene varios rostros

Existe la comunicación verbal y la no verbal o corporal. La verbal es cuando se


utilizan signos lingüísticos y puede ser oral o escrito y es no verbal cuando en
el proceso de comunicación no hay palabras, sino:

• Como con gestos del rostro.


• Posición del cuerpo.
• Manejo y señas de las manos
• Silencios prolongados.
• Una mirada “atrevida”.
• Los buenos días que no te contestan.
• Una sonrisa forzada.
• El tono de voz hostil.
• Un semblante de pocos amigos.

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Solo un 7% de nuestra comunicación es a través de las palabras, en tanto que
un 93% es a través de la comunicación no verbal. Además los expertos señalan
que el verdadero significado de un mensaje depende un 10% de su contenido
(texto) y un 90% del modo de decirlo, es decir del contexto, por lo que la
comunicación no verbal sustituye, refuerza y completa la comunicación verbal
dado que expresa en muchas ocasiones los verdaderos sentimientos y
actitudes del cónyuge o de un hijo, que pueden o no coincidir con sus palabras,
al realizarse de forma inconsciente, por lo que es un buen indicador del estado
emocional de él o ella.

Como para la mujer la comunicación es una actividad emocional: habla lo que


siente y lo que su pareja le dice es una experiencia emocional (percibiendo más
el contexto); mientras que para el hombre es una actividad lógica: habla lo que
piensa y lo que su pareja le dice es experiencia de información (percibiendo
más el texto). Así hombre y mujer pueden escuchar lo mismo, pero percibirán
el mensaje de dos maneras completamente diferentes.

Así estos son solo algunos ejemplos de lenguaje no verbal que muchas veces
se emplean o manifiestan de alguna manera en las relaciones familiares y que,
de una u otra forma, afectan a la buena relación de la misma.
La Palabra de Dios nos enseña que en todas estas formas de comunicación
tengamos una actitud amorosa y comprensiva. Leamos cómo nuestro Dios nos
instruye:

• “Las palabras que brindan consuelo son la mejor medicina; las palabras
dichas con mala intención son causa de mucha tristeza” Prov. 15:4 (TLA)
• “La respuesta amable calma el enojo; la respuesta grosera lo enciende
más” Proverbios 15:1 (TLA)
• “El que mucho habla, mucho yerra; callar a tiempo es de sabios”
Proverbios 10:19 (DHH)
• “Las palabras dichas a tiempo son como manzanas de oro con adornos
de plata” Proverbios 15:11 (TLA)

Nuestro lenguaje corporal y la comunicación no verbal que ejercitamos cuentan


quiénes somos y cómo nos sentimos; es por esta razón que le debemos pedir al
Espíritu Santo que nos examine y pruebe nuestros patrones de comunicación
para poder renovarlos a la luz de la Palabra de Dios, y así ser un agente de paz

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y armonía en el hogar. Miren lo que dice Pablo a los Colosenses 4:6 “Que sus
conversaciones sean cordiales y agradables, a fin de que ustedes tengan la
respuesta adecuada para cada persona”.

C. Los malos entendidos producen dolor y separación


Cuando usted va al médico en busca de recuperar su salud, el profesional
médico le va a hacer varias preguntas y lo va a escuchar con atención, para
poder llegar a un correcto diagnóstico; lamentablemente, la mayoría de
nosotros respondemos rápidamente sin escuchar y entender a nuestro prójimo
y de allí se generan los malos entendidos, que muchas veces van acompañados
de ofensas.

Cuando una persona se siente ofendida y no arregla la situación, rápidamente


puede escalar al resentimiento y un corazón resentido es campo fértil para que
se instale la amargura que se manifiesta en palabras hirientes, en un constante
maldecir y en odio.

Debemos entender que como seres falibles vamos a cometer errores en


nuestras relaciones familiares y muchas veces, con nuestras palabras y
acciones, vamos a provocar dolor y tristeza en otros, pero ello no es fin del
camino. Nuestro amoroso Padre Eterno ha diseñado un camino para restaurar
relaciones y vendar corazones heridos.

En la carta de Santiago 1:19 se nos instruye: “Mis queridos hermanos, pongan


atención a esto que les voy a decir: todos deben estar siempre dispuestos a
escuchar a los demás, pero no dispuestos a enojarse y hablar mucho” (TLA). El
sentido es el siguiente: debo estar más dispuesto (entrenado, preparado) para
escuchar (y entender lo que me están diciendo) que para responder desde mi
propia perspectiva. Esto lo podemos llamar “escuchar con empatía”.
El escuchar generosamente o con empatía no consiste en estar de acuerdo;
consiste en buscar comprender profunda y completamente a la otra persona,
tanto emocional como intelectualmente; esta actitud de atención ayudara a que
se den los malos entendidos.

D. Rasgos de una buena comunicación dentro de la familia


Toda dinámica valiosa y constructiva en el hogar tiene un costo y proceso, y por
ello la comunicación efectiva en el hogar es sumamente importante y Dios es

50
honrado en el núcleo familiar.
Un hogar donde hay amor será un ambiente adecuado para poder crecer. La
mayoría de personas nunca hemos aprendido a construir relaciones cercanas.
Sin embargo, esta intimidad es un prerrequisito para tener familias saludables,
amistades, negocios y comunidades llenas de vida. La Palabra de Dios nos
enseña en Colosenses 3:14 “Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a
todos en perfecta armonía”. El amor es básico para promover ambientes
armónicos en donde habrá una muy buena comunicación, no sólo en los
momentos de sosiego, sino en los tiempos de conflicto, en donde la verdad en
amor nos evitará dañarnos mutuamente (Efesios 4:15).

Les presentamos algunos rasgos que deben desarrollar para la buena


comunicación:

• Lo primero que tenemos que hacer, es mostrar interés y atención con la


persona con la cual estamos estableciendo una relación.
• Mírense a los ojos. Cuando le estén hablando esté dispuesto a brindar
atención y mirada concentrada en la otra persona. Ello brinda seguridad
y confianza a su interlocutor.
• Haga preguntas abiertas para favorecer su entendimiento de lo que le
están diciendo. Un ejemplo: ¿cómo te sentiste cuando esto pasó?
• Deje a un lado el celular o póngalo en silencio, cuando le van a hablar un
asunto que es importante para la otra persona.
• Evite los juicios de valor y promueva la apertura y confianza. Se logra
influenciar más cuando hemos construido un puente de amor, en vez de
levantar murallas morales que ni siquiera nosotros podemos cumplir.

El diseño de Dios es volver a restaurar su relación con el hombre, a la manera


que era en el jardín del Edén, donde vemos que Dios se paseaba y conversaba
con Adán y Eva, e imaginamos que hablaban de muchas cosas interesantes y
divertidas. Él quiere sentirse así en medio de nuestras familias; es por esta
razón que nuestra comunicación debe de ser natural y efectiva en nuestro
entorno, con la finalidad que podamos transmitir y recibir correctamente el
mensaje.

51
LECCIÓN 08
LA SEXUALIDAD DISEÑO DE DIOS

INTRODUCCIÓN

La sexualidad humana es un don de Dios que nos capacita no solamente


para tener hijos sino también nos provee de la unión más íntima posible
entre un hombre y una mujer.
Cuando el ser humano abusa de su sexualidad, tiene muchos problemas. Las
personas lejos de la presencia de Dios, difícilmente tienen la capacidad para
guardar sus cuerpos en sujeción; como resultado, se encuentran a sí mismos
atrapados en un estilo de vida que no es santo y que daña tanto física como
emocionalmente.

En su Palabra, Dios nos da las instrucciones específicas para gobernar este


fuerte impulso sexual en el ser humano. No importa nuestro estado civil, Dios
espera que ejercitemos control en esta área en nuestra vida. Las instrucciones
que ha dado en su palabra determinan los límites para las expresiones sexuales.
La desobediencia acarrea culpabilidad, vergüenza, sufrimiento y pecado; sin
embargo la obediencia hará que sirvamos al Señor con gozo y pureza.

I. LA SEXUALIDAD ES UN DISEÑO DE DIOS


En la actualidad hombres y mujeres solteros establecen relaciones casuales o
de corta duración con el propósito de satisfacer sus “necesidades” sexuales,
pero el diseño de Dios es diferente, Él ha establecido principios y lineamientos
para llevar una vida sexual saludable y conforme a su voluntad.

1. Reservado para el matrimonio


Hemos aprendido que el matrimonio es un pacto de amor, un compromiso
sagrado delante de Dios, y solo dentro del marco de este pacto, es que Dios nos
permite tener relaciones sexuales con nuestra pareja.

El que está soltero debe abstenerse, para ello debe entender que cada uno de
nosotros podemos tomar fuerzas del mismo recurso divino para evitar la

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tentación en esta área, así como lo hacemos para otras áreas de nuestra vida. 1
Corintios 10:13 dice No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea
humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis
resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que
podáis soportar.

Además debemos entender que no es igual necesidad que deseo, aunque


satanás tratara de hacernos creer que es lo mismo. Una necesidad es la
sensación de un faltante en nuestra vida que nos provoca un desequilibrio
psicofisiológico cuando no es suplida. El sexo no es una necesidad sin la cual no
podamos vivir como el comer o el dormir, sino es tan solo un deseo controlable
por naturaleza.

2. Consecuencias del sexo fuera del matrimonio


Hay muchas razones por las cuales Dios prohíbe las actividades sexuales fuera
del matrimonio, y todas tienen que ver con el amor y el interés que Él tiene por
cada uno de nosotros. EI trata de protegernos de estos problemas serios que
vemos hoy a nuestro alrededor.
a) Niños ilegítimos.- Muchas veces estos niños no tienen el privilegio de
tener cerca a ambos padres. A menudo estos hijos carecen de amor.
b) Aumento de abortos.- Muchas mujeres solteras escogen terminar su
embarazo por no enfrentarse solas a la maternidad y todo lo que ello
conlleva, provocando sentimientos de culpabilidad que causan mucho
dolor emocional.
c) Aumento de enfermedades de transmisión sexual.- Las personas que
practican sexo sin compromiso, tienen alto riesgo de contraer
enfermedades como el Sida que puede llevarlos hasta la muerte, la sífilis
o gonorrea, que de producirse un embarazo puede causar ceguera u
otros problemas físicos o mentales al feto.
d) Cicatrices emocionales.- Dios no planeó que el acto sexual fuera
separado de una relación amorosa permanente. Cuando no hay un
compromiso de amor entre ambas personas, muchas veces el resultado
es un sentimiento de rechazo, abuso y degradación. Los sentimientos de
culpabilidad provocan angustia mental y condenación de sí mismo.

53
Es posible la abstinencia sexual
La mejor forma en la que una persona soltera puede cooperar con el Señor,
al mantener su pureza sexual, es cuidando sus pensamientos Santiago 1:14-15
dice: “Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es
atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da
a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.

1 Corintios 6:12-13, 19-20 dice “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas
convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar
de ninguna. Las viandas para el vientre, y el vientre para las viandas; pero
tanto al uno como a las otras destruirá Dios. Pero el cuerpo no es para la
fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo. ¿O ignoráis que
vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque si habéis sido comprados por
precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los
cuales son de Dios”

Dios ha provisto una forma de controlar los deseos sexuales en lugar de


dejarnos vencer por ellos. En psicología se le llama sublimación, que consiste
en encontrar y sustituir un impulso o deseo que es inapropiado; sustituyéndolo
por cambios de conducta social más aceptables. “Se puede encontrar
satisfacción en el trabajo, el juego, actividades sociales y religiosas”. Las
energías sexuales pueden ser canalizadas de manera correcta en diversas
actividades ya sea: deporte, música, estudios bíblicos en otras actividades
significativas que cautiven su mente e interés.
Debemos aclarar que los deseos sexuales no son un pecado, son parte de
nuestra naturaleza y son un don de Dios. Pero deben controlarse hasta el
tiempo de casarse.

II. SEXUALIDAD Y MATRIMONIO


Las relaciones sexuales son una parte normal y honrosa del matrimonio.
Hebreos 13:4 dice: “Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla;
pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”
El apóstol Pablo, reconociendo la fuerza poderosa de los deseos sexuales
humanos, animó a que se casaran aquellos creyentes quienes estuvieran
experimentando problemas en controlar estos deseos, para que no fueran
tentados a pecar

54
El propósito del sexo según el diseño de Dios:

1. Engendrar hijos
El plan de Dios fue que la tierra fuera poblada por el hombre, por lo tanto, le dio
el deseo de tener la unión física que redundara en el nacimiento de los hijos.
Para la mayoría de los seres vivientes, las relaciones sexuales toman lugar
únicamente en el período cuando la hembra puede quedar embarazada. Pero
Dios creó al hombre y a la mujer en tal forma que ellos tengan atracción sexual,
aun durante el período infértil de la mujer. Por lo tanto, las relaciones sexuales
no están limitadas al propósito de traer hijos al mundo.

2. La Unidad
Esta unidad incluye el placer experimentado en la comunicación del amor
sexual. Dios le ha dado al esposo y a la esposa el derecho de gozar de este
placer con regularidad. La pareja que mantiene relaciones sexuales saludables,
fortalecen sus vínculos de afecto y complicidad. No hay alguna otra relación
que produzca mayor unidad que la relación sexual o intima entre esposos. Dios
manifiesta que ya no son dos, sino una sola carne.

Hay que tener en cuenta que el sexo diseñado por Dios va más allá del contacto
físico. En Génesis 4:1 para señalar la relación sexual entre Adán y Eva se usa la
palabra hebrea “yada” que significa: mostrarse, darse a conocer, descubrirse,
conocer por experiencia. Es decir es la unión mental y emocional que
transciende lo físico donde la pareja llegando a lo más profundo se conocen y
se dan a conocer (secretos, temores y esperanzas) en una atmosfera de total
confianza. En cambio cuando se habla de la unión sexual entre David y Betsabé
(2 Samuel 11:4) se usa la palabra “shakab” que hace referencia solo a la
actividad física de la relación sexual eliminando el carácter sagrado de la
sexualidad y reemplazándolo por algo común, es decir sin conocerse y darse a
conocer.

3. Para Disfrutarlo.
Las Escrituras indican que el placer sexual es un regalo que Dios ha otorgado a
las parejas casadas; y por lo tanto el sexo como tal no es un pecado, sino que
está avalado nada menos que por el Creador; esta intimidad física expresa y
fortalece la fusión de sus vidas, generando también gozo y placer.
El placer sexual es parte del diseño divino, no un subproducto casual. Ha sido

55
el deseo de Dios que el acto sexual fuera una experiencia poderosamente
placentera. Él pudo haber hecho que fuera algo simplemente funcional, pero no
lo hizo así, en cambio, quiso que fuera un acto excitante y pasional, pleno de
potencialidad para el deleite físico.

Proverbios 5:18-19 “Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu


juventud, como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en
todo tiempo, y en su amor recréate siempre”.

4. La mutualidad
Cuando escuchamos que la mujer debe ser sumisa y que el hombre es la cabeza
de la familia, inmediatamente viene a la mente la idea de que el hombre puede
hacer lo que el desee y la mujer tiene que servirle sin refutar, como si fuera una
esclava. Pero ese no es el diseño de Dios, la sumisión entre hombre y mujer es
mutua, y tiene que ver con el respeto que se merece el cónyuge.
La Biblia es clara en la mutualidad que debe existir en el matrimonio.

Efesios 5:21-24 “Someteos unos a otros en el temor de Dios. Las casadas estén
sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la
mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su
Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas
lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como
Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”.

Podemos ver como Dios le pide a la mujer que respete a su esposo y al esposo,
le pide amar a su esposa de tal manera, que sea capaz de dar la vida por ella.
Inclusive en el acto sexual, el esposo que muestra amor en todas sus acciones
hacia su esposa, es más probable que ella le responda afectivamente a sus
deseos, y a su vez, la mujer que se muestra accesible a su esposo, es más
probable que éste muestre más amor del que mostraría si ella le negara a él
este derecho. Cada uno debe satisfacer voluntariamente las necesidades del
otro.

III. RELACIONES SEXUALES ILICITAS


Dios aborrece la inmoralidad sexual, en el Antiguo Testamento, la inmoralidad
sexual entre los israelitas fue castigada con la muerte

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1. Relaciones homosexuales
El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer, esto es confirmado por las
palabras de Jesús (Mateo 19:4-6).

“El, respondiendo, les dijo, ¿No habéis leído que el que los hizo al principio,
varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se
unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que ya no son ya más dos,
sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”
Por lo tanto, las relaciones sexuales están permitidas solamente entre el
hombre y su esposa. Esta relación es para toda la vida.

En algunas partes del mundo, la homosexualidad (relaciones sexuales entre


personas del mismo sexo) es considerada como un modo de vivir “alternativo.”
Sin embargo, la Biblia declara claramente que la homosexualidad es un pecado.
Es pecado porque se opone a los principios de sexualidad que Dios estableció.

Romanos 1:18-32 explica cómo es que esto sucede: “Ellos hacen cosas
vergonzosas, cambian la verdad de Dios por la mentira, por lo tanto, Dios los
entrega a sus pasiones pecaminosas.”

Romanos 1:28 dice: “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los
entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen.”

Levítico 20:13 “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación
hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.”

2. El incesto
Levítico 20 especifica además que el esposo y la esposa no serán parientes
consanguíneos. Las relaciones sexuales entre familiares consanguíneos son
llamadas incesto, y son prohibidas por la palabra de Dios y en la mayoría de las
sociedades en todo el mundo.

3. El adulterio
Son las relaciones sexuales entre una persona casada y alguien con quien él (o
ella) no está casado. Puede ser entre una persona casada y una soltera.
Éxodo 20:14 “No cometerás adulterio”. Esta cita se repite varias veces en la
Biblia. (Vea Mateo 5:27-28; Mateo 19:9; Romanos 13:9; 1 Corintios 6:9-10).

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Proverbios 6:32 Pero al que comete adulterio le faltan sesos; el que así actúa se
destruye a sí mismo.

4. La fornicación
Implica relaciones sexuales entre personas que no están casadas.
1 de Corintios 7:8-9 “Digo pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera
quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor
es casarse que estarse quemando.”

5. Otras relaciones ilícitas

a) Relaciones sexuales con animales


Levítico 20:15-16 “Cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto, y
mataréis a la bestia. Y si una mujer se llegare a algún animal para ayuntares con
él, a la mujer y al animal matarás; morirán indefectiblemente; su sangre será
sobre ellos.”

b) Relaciones sexuales contra natura


Romanos 1:26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus
mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza”.

El apóstol Pablo concluye el capítulo 6 de 1 Corintios con estas palabras;


“Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro
cuerpo.” Un cuerpo pecaminoso no honra ni glorifica a Dios; honramos a Dios
al guardarnos puro, libre del pecado sexual. Usted honra a Cristo, que con su
propio cuerpo pagó la pena por su salvación a través de su sufrimiento y
muerte en la cruz.

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LECCIÓN 09
LA RESPONSABILIDAD DE FORMAR LA
SIGUIENTE GENERACIÓN

INTRODUCCIÓN

Como padres cristianos, como pastores y líderes en nuestras iglesias; tenemos


una gran responsabilidad en nuestras manos, esta responsabilidad no es solo
con los hijos sino con toda una generación, ya que el futuro de la nueva
generación depende de los valores y la educación que reciban. Somos la Luz
del Mundo, Jesús es el único que puede salvarlos, guiarlos y mantenerlos
seguros.
Muchas veces como padres podemos reconocer los dones en nuestros hijos,
pero no siempre sabemos guerrear por su destino, necesitamos de la sabiduría
de Dios, para poder guiarlos hacia su propósito.
Solo seremos capaces de dejar un legado a las futuras generaciones cuando
seamos visionarios y soñadores de lo que Dios quiere hacer en nuestras vidas
y vivamos dispuestos a marcar una diferencia para la gloria de Dios.

Muchos padres empiezan recién a preocuparse cuando sus hijos ya están


grandes, entre los 13 a 15 años de edad, y a esa edad ya muchas cosas han
pasado y por increíble que parezca nadie se dio cuenta de nada. El mundo está
cada vez más agresivo tratando de robar el corazón de nuestros hijos,
engañándolos y haciéndoles creer que les puede dar cada vez más placer y
satisfacción sin costo alguno. Nuestros hijos son el futuro y como padres
tenemos la responsabilidad de instruirlos en el Camino del Señor.
Hablar de la Palabra de Dios forma parte de su crecimiento espiritual para
cuando ya no estén en casa puedan llevar consigo esa semilla de fe
dondequiera que ellos vayan y llevarla a sus generaciones. La Biblia dice en
Proverbios 22:6 “Instruye al niño en su camino y aun cuando sea viejo no se
apartare de él”.

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¿Qué les ofrecemos en nuestros hogares para que cuando sean grandes no se
aparten de los caminos de Dios? Somos responsables de mucho más de lo que
te imaginas, la palabra dice que los primeros que deben guardar los principios
espirituales en su corazón son los padres, debiendo hacerlo con diligencia, para
que luego se lo puedan enseñar a sus hijos.
Como padres nuestras acciones influyen sobre la vida de generaciones futuras,
y somos los responsables de instruir a nuestros hijos en el camino de rectitud.

Para realizar nuestra labor con eficacia es importante tener en cuenta lo que
Dios estableció en su palabra en Deuteronomio 6:5-7 “Amarás a Jehová tu Dios
con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras
que yo te mando estarán en tu corazón. Las repetirás a tus hijos y hablaras de
ellas sentado en casa, o andando por el camino, cuando te acuestes, cuando te
levantes”.

I. PREPARANDO EL CAMINO

Como padres tenemos la gran responsabilidad de preparar a nuestros hijos


para enfrentar su futuro de una manera adecuada ante las presiones y la
liberalidad que existen en el mundo contemporáneo; nuestra labor como
padres será la de ser los principales instructores espirituales de nuestros hijos,
para esto es muy importante tener en cuenta lo siguiente:

1. La Instrucción

El camino de Dios no se puede conocer por intuición, uno debe sentarse a los
pies de Dios para poder aprender, y poner por obra el consejo que él tiene para
nuestras vidas. En base al consejo recibido y aplicado, recién podemos instruir
y direccionar las vidas de nuestros hijos. Los hijos cuando son pequeños son
como una semilla, que debemos plantar, y cada día ir regando y cuidando, en el
caso que sea necesario colocar un palo al lado de tal forma que pueda crecer
derecho, porque si no lo hacemos en ese momento difícilmente lo podamos
lograr más adelante, luego del arduo trabajo durante los primeros años,
podremos disfrutar de los frutos. Y la mejor manera de formarlos y
direccionarlos es enseñándoles la Palabra de Dios.
Salmos 127:4-5, nos dice “Como saetas en mano del valiente, así son los hijos
habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos;

60
no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta”. Son los
padres quienes a través de la instrucción temprana de los principios de Dios;
determinan el camino que ellos seguirán. Un hijo bien instruido y formado
nunca avergonzará a sus padres y se mantendrá en la senda de justicia. Un niño
que no ha sido instruido, no puede ser disciplinado; en la instrucción se le debe
dar detalles al niño para saber cómo cumplirlas.

2. El Entrenamiento

• Es responsabilidad de todo padre entrenar a sus hijos con la finalidad


que puedan enfrentar la vida de la mejor manera, brindándoles las
herramientas necesarias para que se desarrollarse.
• Ellos no pueden pasarse toda la vida solucionándoles sus problemas o
haciéndoles todas las cosas; ya que esta actitud lo único que lograría es
anular en su desarrollo como personas.
• Los padres deben de tener la capacidad para ayudarlos a obtener
conocimientos, desarrollar sus habilidades y sus capacidades;
ayudándolos a descubrir y desarrollar todo su potencial.
• También se trata de entrenarlos para que hagan las cosas tal como se lo
has pedido; el entrenamiento demanda que tú lo estés supervisándolo de
cerca y el nivel de exigencia aumentará conforme ellos aprenden.
Participa en la actividades con tus hijos, así aprovecharas estas
oportunidades para guiarlos, para corregirlos, y para hablarles de los
peligros que pueden encontrar si salen de las líneas que les marcamos.
• Debemos marcar líneas de justicia en el corazón de nuestros hijos,
poner en ellos principios que les ayudaran a vivir dentro de esas líneas
cuando estén fuera del hogar.

Debemos de tener en cuenta que nuestros hijos están en una etapa de


formación por lo cual debemos de considerar los márgenes de errores que ellos
pueden cometer, ayudarlos a corregirlos y no presionarlos de tal manera que
puedan llegar a frustrarse o sentirse que todo lo hacen mal. El alto nivel de
exigencia que muchos padres tienen en este tiempo, hacen que ellos quieran
que sus hijos sean una versión mejorada de sí mismo; el deseo de los padres
puede ser bueno, pero pueden llegar a afectar las vidas de sus hijos.

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3. Establezca Límites

Los límites y reglas ayudan a establecer un orden para que todos funcionemos
mejor, además de regular la vida cotidiana y evitar conflictos. Un hijo feliz es un
hijo que necesita sentirse seguro y protegido, y para ello necesita límites y
reglas. En Génesis 2:16-17 “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo
árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Dios les puso
límites a Adán y Eva en relación a lo que ellos podían y no podían hacer. Es lo
que debemos hacer con nuestros hijos, no se trata de amenazar, sino de
ayudarle a entender las consecuencias de sus acciones.
Para muchos padres les es difícil poner límites a los hijos y decirles que no y
mantenerse firmes con los ellos; pero es necesario hacerlo para la buena
educación de su. Las normas y límites se deben entender como una muestra de
cariño hacia ellos. Al hacerlo, los hijos aprenden cuáles son sus derechos,
desarrolla el sentido de la protección y el cuidado. Además, los padres a través
de los límites hacen saber al hijo lo que se espera de ellos, lo que hace que se
desarrolle su autocontrol y convivencia familiar.
Los hijos que no saben respetar los límites están destinados al fracaso y al
sufrimiento; sin embargo, es importante tener presente que los límites no
pueden ser eternos, están supeditados a las circunstancias y a la etapa de su
vida que el hijo está viviendo.

4. La Corrección

Corregir es establecer una disciplina para enmendar una actitud incorrecta, así
lo establece Hebreos 12:6 “Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo
el que recibe por hijo”. Debe haber además oración y reconciliación. Para
obtener buenos resultados, es importante que administremos una disciplina
amorosa de la manera adecuada. La biblia nos dice en Efesios 6:4 “Y vosotros,
padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y
amonestación del Señor”.
¿Cómo podríamos los padres irritar a nuestros hijos? Si la disciplina que
aplicamos no corresponde con la gravedad del mal o si la administramos de
forma muy crítica, nuestros hijos se resistirán a aceptarla. La disciplina siempre
debe darse con amor. Si usted razona con sus hijos, ellos comprenderán que si

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los disciplina es porque los ama.
Es recomendable administrar la disciplina en el momento apropiado. La Biblia
nos enseña en Eclesiastés 8:11 “Por cuanto la sentencia contra una obra mala no
se ha ejecutado velozmente, por eso el corazón de los hijos de los hombres ha
quedado plenamente resuelto en ellos a hacer lo malo”.
De igual manera, muchos hijos tratarán de ver si pueden evitar el castigo por su
mal comportamiento. Por consiguiente, una vez que haya advertido a su hijo
que lo disciplinará si comete cierto mal, asegúrese de cumplir su palabra.

II. PRINCIPIOS QUE TODO PADRE DEBE ESTABLECER

Habiendo entendido cual es nuestra responsabilidad como padres, enseñar y


formar a nuestros hijos en su camino, será necesario establecer ciertos
principios:

1. RELACIONATE CON TUS HIJOS

Nuestros hijos necesitan más que una lista de reglamentos y principios; ellos
necesitan el compañerismo y el amor de sus padres. Los padres deben de estar
disponibles para cada uno de sus hijos, para cuando más te necesiten; esto no
significa que estés todo el tiempo con ellos. Es muy importante darles un
tiempo adecuado y de calidad para estar atentos a sus necesidades e
inquietudes. Hay padres que están todo el día en casa, y sin embargo no tienen
ninguna relación con sus hijos; los hijos necesitan saber que los padres son
accesibles cuando ellos lo requieran. “Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,
y no desprecies la dirección de tu madre” (Prov. 1:8).
Todo padre tendrá la necesidad de salir con sus hijos, para fortalecer su
relación con ellos; es a través de estos momentos que puede aprovechar para
conocerlos y escuchar sus inquietudes más de cerca. Muchas veces entre el
trabajo, y las actividades de la iglesia, los padres relegan la relación con sus
hijos a un segundo lugar, olvidándose de lo importante que es trabajar en el
fortalecimiento de la comunicación y confianza. La falta de relacionamiento de
los padres con sus hijos, los pone en una condición de vulnerabilidad, porque si
no hay una correcta comunicación y convivencia con ellos en casa; esto puede
ocasionar que su hijo busque llenar cada una de sus inquietudes y faltantes en
la calle, con personas que no son las más adecuadas que pueden afectar
negativamente sus vidas.

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2. LA BIBLIA DEBE SER TU MANUAL DE INSTRUCCIONES

Es la responsabilidad de los padres guiar a sus hijos hacia el conocimiento y


dependencia de Dios por medio de su Palabra: “Y amarás a Jehová tu Dios de
todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras
que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón” y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y
cuando te levantes (Deuteronomio 6:5-8).
Dios nos dio el manual de instrucciones para instruir de la mejor manera a
nuestros hijos, y no tenemos necesidad de buscar en otro lado. La Biblia es útil
para enseñar, corregir y formar los principios en sus corazones. Para esto como
padres necesitamos prepararnos en el conocimiento de la Palabra de Dios; de
otro modo no podremos darles la instrucción adecuada y correcta para ellos.
Muchos padres están muy preocupados por satisfacer las necesidades
materiales de sus hijos, están pendientes del lugar donde van a estudiar, que
tengan las vestimentas adecuadas; y que vivan con todas las comodidades
necesarias. Si muy cierto todas estas cosas son importantes, para que sus hijos
tengan una buena calidad de vida; sin embargo lo más importante para los hijos
es la construcción del carácter y de la personalidad. A los padres les fue dada
por Dios una autoridad para instruir desde muy temprano a sus hijos en los
caminos que deben andar (Proverbios 22:6) El cumplimiento de este mandato
será el secreto para una crianza exitosa.

3. LA VIDA ES SU MEJOR ESCUELA

Los principios que queramos establecer en nuestros hijos tienen que ser dados
en nuestra vida diaria. En Deuteronomio dice que debemos enseñarles los
mandatos cuando estemos andando, cuando nos acostemos y nos levantemos.
Como padres impartimos instrucciones concretas a nuestros hijos, pero
debemos acompañarlas de un buen ejemplo de habla y conducta, así nuestros
hijos no llegaran a la conclusión de que sus padres son unos hipócritas, y lo que
digas pierda su valor. El ejemplo de palabra y de obra es la mejor lección que
puede darse a nuestros hijos.
La Biblia dice en Romanos 2:21-22 “Tú, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas
a ti mismo? Tú que predicas que no se ha de hurtar, ¿hurtas? Tú que dices que
no se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los ídolos, ¿cometes
sacrilegio?”

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Por ejemplo, si quieres inculcar honradez en tus hijos, debes tú mismo
demostrarla. Algunos padres, cuando no quieren contestar una llamada
telefónica, mandan a sus hijos que digan a la persona: “Lo siento, papá (o
mamá) no está en casa”. El hijo que recibe esta instrucción se sentirá
avergonzado y confundido. Con el tiempo, es probable que si se halla en una
situación difícil, él también empiece a mentir sin sentir ningún remordimiento.
Por eso, si queremos que nuestros hijos sean personas honradas, tenemos que
hablar y comportarnos en consecuencia.
¿Desea enseñar a su hijo a hablar respetuosamente? Entonces, pongamos el
ejemplo; su hijo lo imitará enseguida. Si decidimos no usar un lenguaje ofensivo,
nos hablamos con respeto, no alzamos la voz cuando nos disgustamos, surtirá
el mejor efecto que las simples palabras.
La Biblia dice en Gálatas 6:7 “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando,
esto también segará”. Si como padres deseamos que nuestros hijos tengan
normas morales elevadas, debemos demostrar que vivimos en conformidad con
dichas normas.

4. LA COMUNICACIÓN CON NUESTROS HIJOS

Existe la tendencia creciente a trabajar horas extras. Muchas veces ambos


padres tienen empleo. Así cada vez pasamos menos tiempo con nuestros hijos.
Es importante que los hijos se acostumbren a comunicarse con los padres
desde tierna edad. De lo contrario, cuando sean adolescentes y quizás afronten
problemas, no verán a sus padres como amigos con quienes hablar. ¿Cómo se
puede ayudar a los hijos a que abran su corazón?
La Biblia nos dice en Proverbios 20:5 “El consejo en el corazón del hombre es
como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará”.
Una forma de lograr que los hijos expresen sus opiniones y sentimientos es
utilizar preguntas de punto de vista, como por ejemplo: “¿Qué opinas tú?”.
¿Qué hará usted si su hijo comete una falta grave? Es en ese momento cuando
el niño necesita que lo traten con bondad y consideración. Debemos dominar
nuestras emociones mientras escucha a su hijo, tratar de no reaccionar de
forma exagerada, esforzarnos por comprender la situación. Cuando se nos hace
difícil controlar el enfado, debemos esperar un rato hasta tranquilizarnos. Si
logramos dominar nuestras emociones y escuchar, la corrección que
administremos será más fácil de aceptar.

65
Estos son solo algunos principios que nos ayudaran en nuestra responsabilidad
de formar a la siguiente generación. Podemos tener éxito si como padres les
inculcamos cualidades como el autodominio, la autodisciplina y la honradez.
Si deseamos cultivar una orquídea, pero tenemos temor que se marchite, tal vez
nos desanimamos en el intento. Pero sin duda, nos sentiríamos tranquilos si un
experto en el cultivo de orquídeas nos diera algunas buenas ideas y nos
asegura tener éxito en nuestro cultivo. Dios nos indica cual es la mejor manera
de formar a nuestros hijos, la autoridad suprema de la naturaleza humana, nos
guiara e indicara cuál es la mejor manera de criar y formar a nuestros hijos. Si
educamos a nuestros hijos en conformidad con los consejos bíblicos, es muy
probable que disfrutemos de verlos crecer hasta convertirse en adultos
responsables, considerados, con buena moralidad.

66
LECCIÓN 10
PRINCIPIOS PARA LA LIBERTAD FINANCIERA

INTRODUCCIÓN

Es necesario entender que el propósito de Dios cuando trae salvación a tu vida,


es librarnos de una vida o existencia vacía y trasladarnos al reino de Su amado
Hijo, y esto significa una vida de aventura, propósito y realización que incluye
la dimensión financiera, lo cual es un proceso que avanza en la medida de una
creciente intimidad con el Espíritu Santo y por consecuencia una obediencia a
la palabra de Dios y en llevar por obra sus principios.

El manejo del dinero que hace una persona, dice mucho acerca de su carácter,
porque está ligada a la forma que tomamos decisiones en la vida. El Dr. Larry
Burkett, quien se dedicó a enseñar principios acerca del manejo del dinero,
señaló: “La forma en que manejamos nuestro dinero, es una demostración
externa de una condición espiritual interna”. Entonces, la forma en que
manejamos nuestra vida económica habla mucho de quienes somos como
personas y de qué es lo que realmente valoramos en la vida.
Es muy interesante saber que la Biblia, que contiene la Palabra de Dios para
todas las personas, tiene más referencias acerca del dinero, posesiones,
riquezas y tesoros, que acerca de la fe y ello nos hace pensar que, para nuestro
Padre Eterno, el manejo del dinero y la actitud hacía las posesiones materiales
es algo de suma importancia en nuestras vidas.
“Pues donde esté tu tesoro, allí estará tu corazón” esta cita se encuentra en
Mateo 6:21 y expresa el cuidado de Dios para que el dinero pase por nuestros
bolsillos, pero no se instale en nuestro corazón ni ocupe el centro de nuestra
atención.

Si empezamos a crecer espiritualmente tomando cada principio de Dios para


nuestra vida, entonces veremos cómo somos transicionados también en el
ámbito financiero.

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Te presentamos dos citas muy claras del deseo de Dios:
3 Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que
tengas salud, así como prospera tu alma”

Deuteronomio: 8:18 “Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder


para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como
en este día”.

En 2 Reyes 4:1 encontramos la historia de un hombre que conocía a Dios, pero


aun así al morir solo dejo deudas al punto que sus hijos iban a ser tomados por
esclavos, como pago por la deuda. Por ello Estaremos compartiendo algunos
principios para la libertad financiera, puesto que no basta con conocer a Dios,
además debemos aplicar su palabra y desarrollar hábitos de administración en
nuestra vida.

I. El principio de la Mayordomía
Cuando aplicamos este principio a nuestra vida diaria, nos damos cuenta que a
cada uno de nosotros se nos ha encomendado una cierta cantidad de días para
vivir, una cierta cantidad de amigos y familias que atender y un determinado
número de bienes materiales (sean pocos o muchos) que debemos administrar.
Es un lugar común pensar así: “me he roto los lomos trabajando por este auto y
al fin lo he logrado, este auto es fruto de mi trabajo, por tanto, es mío y de nadie
más”. Este ejemplo de pensamiento, nos lleva a desarrollar la actitud y
pensamiento que “somos dueños” del auto. ¿Sabe lo que sucede en su interior?
Se desarrolla un apego emocional hacia este objeto (en este caso es el auto)
que nos hace muy difícil la tarea de tomar decisiones económicas. En cambio,
el administrador (que ejerce una mayordomía) sabe que las posesiones no son
suyas y, por lo tanto, desapegado de las emociones, puede tomar decisiones
difíciles, racionales y a tiempo.
Como dice en 1 Timoteo 6:7 “Cuando llegamos al mundo, no traíamos nada y
cuando morimos no nos podemos llevar nada”; ello nos dirige a transitar por
esta vida sin apegos al dinero y a las riquezas. Este es el primer principio hacia
la prosperidad integral.

II. El principio del Contentamiento


En el libro de Hebreos 13:5, el Espíritu Santo nos enseña: “No vivan
preocupados por tener más dinero. Estén contentos con lo que tienen, porque

68
Dios ha dicho “Nunca te dejaré desamparado”. A este principio también se
puede llamar “de la satisfacción personal” y dice así: cada uno de nosotros
debemos aprender a estar contentos y a disfrutar de la vida sin importar el
lugar en el que estemos colocados en la escala social de nuestro país. Cada uno
de nosotros debe tener un compromiso de hacer las cosas con excelencia y de
avanzar económicamente en la vida. Pero al mismo tiempo, debe aprender a
disfrutar con intensidad del lugar en el cual se encuentra económicamente el
día de hoy.

El principio del contentamiento colisiona con la “cultura del materialismo” en la


cual nos movemos todos los días. El dinero puede comprar una casa, pero no
puede construir un hogar; puede pagar por educación, pero no puede adquirir
sabiduría; puede facilitar los medios para un trasplante del corazón, pero no
puede proveernos de amor. No es la cantidad de mucho o poco dinero la que
quebranta las relaciones, sino las malas decisiones financieras y las deudas
acumuladas las que crean tensiones tan altas que, eventualmente, terminan en
el rompimiento de la relación matrimonial.

La prosperidad integral, no depende exclusivamente de nuestra capacidad


económica. Depende de la forma que elegimos vivir cada día y tiene más que
ver con una actitud del corazón que con el estado de una cuenta bancaria.
Debemos dejar de sobrevivir y parar de correr detrás de cada uno de nuestros
sueños y tomar el control de nuestra vida y comenzar a perseguir las cosas más
profundas de nuestra existencia, que están en el corazón de Dios; ya que Él
desea que podamos alcanzar todos los deseos de nuestro corazón.

Aprender a vivir, entonces, significa descubrir la tarea para lo cual hemos


nacido, poner en práctica los talentos y dones que Dios nos ha dado,
concentrarnos en las cosas trascendentes como: servir y enriquecer la vida de
nuestro cónyuge, amar y enseñar a nuestros hijos, desarrollar integralmente
nuestra vida y profundizar nuestra vida espiritual.

III. El principio del diezmo

El diezmo (la décima parte de nuestros ingresos) es uno de los principios que
prueba rápidamente nuestra fidelidad y obediencia a Dios y a Su Palabra.
Nuestro Padre no está interesado en nuestro dinero sino en nuestro corazón y

69
por ello nos ordena caminar en este principio.

Dios ordena que traigas tus diezmos a la casa de Dios, puesto que su propósito
es abrir los cielos sobre tu vida y bendecirte hasta que sobreabundes. Mucha
gente confunde el vivir con cielos abiertos, con el hecho de pensar que te va a
caer el dinero del cielo, pero entendamos que vivir con cielos abiertos significa
entrar en un nuevo nivel de revelación de la Palabra de Dios, y por medio de ella
Dios nos enseña los principios para prosperar, nos provee la sabiduría para
administrar, vienen ideas de negocio, Dios trae conexiones a tu vida, es decir
personas para emprender nuevos negocios, etc. Siempre Dios te va a proveer
todo tipo de recursos tanto espirituales como naturales, con el fin de que tú
tomes acción y veas Su Gracia en tu vida y familia.

Adicionalmente al diezmar se desata una protección poderosa de parte de Dios


sobre tu vida. En Malaquías 3:11 dice: “Reprenderé también por vosotros al
devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vida en el campo será
estéril, dice Jehová de los ejércitos”. Una de las cosas que el enemigo quiere
hacer contigo es traer destrucción, pero la Palabra de Dios nos enseña que Dios
es el que reprende al devorador por ti. Esto es importante entenderlo, porque si
en tus fuerzas quieres preservar y guardar lo que has alcanzado
financieramente, vas a vivir preocupado, estresado, con ansiedad, y por uno u
otro lado el enemigo te va a robar. Pero si vivimos bajo esta promesa, vamos a
experimentar paz y tranquilidad.

IV. El Principio de la Ofrenda

Si el diezmo es un acto de fe y obediencia, la ofrenda expresa nuestra gratitud


y generosidad hacia Dios y su reino. Las primeras ofrendas que se dieron a Dios
fueron de las primicias de la tierra y de las primicias de las ovejas, de lo más
gordo de ellas, esto es un claro ejemplo que a Dios debemos ofrendar como una
respuesta gozosa a sus muchas bendiciones. Siempre que ofrendemos para
Dios debemos hacerlo con gozo y alegría.

En 2 Corintios 9:7-8 dice: “Cada uno dé como propuso en su corazón: no con


tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios
para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre
en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”. Siempre

70
Dios se encarga de proveernos para sembrar en el reino de Dios, aun cuando tú
puedas estar viviendo momentos de gran estrechez financiera, Dios pondrá la
semilla en tu mano, que desatará una gran cosecha. Jesús honró a una viuda
que pasaba momentos difíciles financieramente, diciendo que dio de aquello
que era su sustento. En Marcos 12:43-44 encontramos: “Entonces llamando a
sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que
todos los que han echado en el arca; porque todos han echado de lo que les
sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su sustento”.

Existe más de una razón para ofrendar y debemos ser conscientes que al
ofrendar estamos honrando a Dios, estamos mostrando nuestra gratitud por
todo lo que hace en nuestra vida, estamos depositando toda nuestra confianza
en Dios declarando que el suplirá todas nuestras necesidades y sabemos que al
sembrar en el reino de Dios también cosecharemos.

En 2 Corintios 8:1-3 dice: “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de


Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia; que, en grande prueba de
tribulación, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en
riquezas de su generosidad. Pues doy testimonio de que con agrado han dado
conforme a sus fuerzas, y aún más allá de sus fuerzas”.

V. El Principio del Trabajo responsable

¡No alcancé a entregar el avance del proyecto!, ¡Todavía no hago el reporte!,


¡Otra vez llegue tarde al trabajo!... ¿Te suena conocido? Sí, ¿verdad? Muchas
veces estas excusas han sido resultado de la falta de trabajo responsable, y
tratamos de excusar dicha irresponsabilidad con la frase ¡No me alcanzó el
tiempo! El realizar un trabajo responsable va a honrar al Dios que amamos y
servimos, y también va a bendecir financieramente nuestra vida. La palabra
responsabilidad viene del verbo latino “respondere” que significa dar respuesta
a algo; podría ser a la confianza que alguien puso en nosotros, responder a
nuestros actos o a un compromiso adquirido previamente. De allí que una
persona que trabaja con responsabilidad es aquella que va a ver sus metas y
objetivos cumplidos, este tipo de trabajo es valioso y necesario.

La persona trabajadora no busca excusas ni justificaciones, sólo se esfuerza


por alcanzar todos los sueños que Dios puso en su corazón.

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Salmos 128:2 “Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás,
y te irá bien”.

VI. El principio del ahorro


Una de las mejores maneras de alcanzar la libertad financiera es desarrollando
una cultura de ahorro que nos ayude a administrar correctamente todos los
recursos que tenemos, con la finalidad de tener una vida sin premuras
económicas. El ahorro se basa en la administración adecuada de los recursos
provistos por Dios, ganados con diligencia y honradez, es por esta razón que
debemos cuidar lo que poseemos y gastarlo con moderación y sensatez. Todo
comienza con el trabajo, ya que, sin ingresos, no existe nada que se pueda
ahorrar, ni invertir. Es el deseo de Dios que seamos ahorradores. Él quiere que
tengamos los recursos que necesitamos para cuidar a nuestras familias y
podamos ayudar a otros; del mismo modo es su deseo que estemos en una
posición para servirlo a Él para que Él sea conocido y honrado.
El ahorro no representa una falta de fe, más bien refleja el corazón de un
cristiano obediente que administra correctamente lo que El Señor le encarga; el
problema de muchos cristianos es que en el entorno donde han vivido y
crecido, nunca se ha practicado la cultura de ahorro, pero nunca es tarde para
empezar y poner en práctica los principios de buena administración que
generan grandes bendiciones en aquellos que la practican sacándolos de la
esclavitud económica.

Consejos prácticos para fomentar una cultura del ahorro

• Elabora un presupuesto mensual para que puedas evaluar cuanto son


tus ingresos y cuanto gastas; con la finalidad que evalúes tu capacidad
de ahorro. Lo mínimo que deberías ahorrar es el 10%.
• Aprende a distinguir entre necesidades y deseos, así evitaras compras
innecesarias; compra lo que necesites no lo que te guste o esté de moda.
• Evita el “gasto hormiga”, ya que con ello podrás obtener el mayor
rendimiento de tu dinero. Es mejor comprar para la quincena o para el
mes y no diariamente.
• Hacer compras bien pensadas; se debe considerar, por ejemplo,
duración del objeto, si requiere mantenimiento y algunas características
que denoten calidad. No sea emocional en sus compras.
• Evita endeudarte. “muchas personas gastan dinero que no han ganado,

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para comprar cosas que no quieren, para impresionar a personas que no
les agradan”. Lo que significa que un endeudamiento puede convertirse
en una esclavitud financiera, solo por el hecho de no tener una sana
administración del dinero. Además algunas personas al no poder decir
“no” a sus emociones terminan asumiendo deudas ajenas al garantizar a
un amigo o familiar (Proverbios 17:18, 11:15).

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