TLP Revision NPS
TLP Revision NPS
TLP Revision NPS
UNIVERSIDAD DE JAÉN
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Alteraciones
Neuropsicológicas en el
Trastorno Límite de la
Personalidad: una
revisión sistemática.
Mayo, 2021
Índice
1. Resumen/Abstract .......................................................................................................3
2.1.2. Prevalencia...............................................................................................6
3. Objetivo ..................................................................................................................... 15
4. Método ....................................................................................................................... 16
5. Resultados .................................................................................................................. 20
2
1. Resumen/Abstract
3
2. Trastornos de la Personalidad
4
de inestabilidad de las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, y una notable
impulsividad que comienza antes de la edad adulta y está presente en una variedad de
contextos. Para poder realizar su diagnóstico, la persona debe cumplir cinco o más de los
siguientes criterios descritos en el DSM-5:
1. Esfuerzos desesperados para evitar el desamparo real o imaginado. (Nota: No
incluir el comportamiento suicida ni las conductas autolesivas que figuran en el
Criterio 5.)
2. Patrón de relaciones interpersonales inestables e intensas que se caracteriza por
una alternancia entre los extremos de idealización y de devaluación.
3. Alteración de la identidad: inestabilidad intensa y persistente de la autoimagen y
del sentido del yo.
4. Impulsividad en dos o más áreas que son potencialmente autolesivas (p. ej., gastos,
sexo, drogas, conducción temeraria, atracones alimentarios). (Nota: No incluir el
comportamiento suicida ni las conductas autolesivas que figuran en el Criterio 5.)
5. Comportamiento, actitud o amenazas recurrentes de suicidio, o conductas
autolesivas.
6. Inestabilidad afectiva debida a una reactividad notable del estado de ánimo (p. ej.,
episodios intensos de disforia, irritabilidad o ansiedad que generalmente duran
unas horas y, rara vez, más de unos días).
7. Sensación crónica de vacío.
8. Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira (p. ej., exhibición
frecuente de genio, enfado constante, peleas físicas recurrentes).
9. Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos
graves.
El TLP no es independiente del resto de cuadros clínicos, por lo que es muy
importante establecer un buen diagnóstico diferencial. Algunos síntomas como la alta
impulsividad, la inestabilidad emocional y las relaciones violentas también pueden estar
presentes, por ejemplo, en el trastorno bipolar. En el caso de las creencias negativas y los
pensamientos dicotómicos, sería importante distinguir a que hacen referencia, pues en el TLP
están dirigidos a estímulos ambientales y emocionales ambiguos, y sin embargo en la
depresión mayor, hacen referencia al propio sujeto. Otra de las características diferenciadoras
sería los comentarios realizados por ambos trastornos, en los que las quejas acerca de
problemas de identidad y conflictos de dependencia-independencia serían más típicas del
5
TLP, y las expresiones de culpabilidad y pérdida estarían presentes en la depresión (Caballo
y Camacho, 2000).
El resto de trastornos de la personalidad presentan características comunes y pueden
ser diagnosticados junto con el TLP. Tanto en el trastorno de la personalidad esquizotípico
como en el TLP puede haber ideas o ilusiones paranoides, pero en este último los síntomas
son más transitorios, reactivos interpersonalmente y se modifican ante la estructuración
externa. En el caso del trastorno de la personalidad antisocial y el TLP la conducta
manipuladora sería una característica central, sin embargo, las personas con trastorno de la
personalidad antisocial manipulan para obtener beneficios, poder o alguna gratificación
material, mientras que el objetivo del TLP se dirige más a llamar la atención de las personas
que le rodean. En una situación de abandono, las personas con TLP reaccionan con rabia y
exigencias, haciendo referencia a un sentimiento crónico de vacío, a diferencia del trastorno
de la personalidad dependiente en cuyo caso se vuelven sumisos y apaciguados, y buscan con
urgencia una persona nueva que sustituya a la anterior, para proporcionarle cuidados y apoyo
(APA, 2014).
Por último, debemos tener en cuenta que el TLP no puede ser debido a otras
afecciones médicas, consumo de sustancias o problemas de identidad relacionados con alguna
de las fases del desarrollo.
2.1.2. Prevalencia
2.1.3. Sintomatología
6
conflictivas. Los pacientes con TLP pueden llegar a ser manipuladores y exigentes cuando
sienten que sus necesidades no se satisfacen, y por ello, presentar cambios bruscos en su
punto de vista hacia las personas que les rodean, pasando de considerarlas su mejor apoyo y
compartir cualquier detalle íntimo, a devaluarlas y despreciarlas. También presentan
dificultades para reconocer los sentimientos y necesidades de otras personas, son
hipersensibles al rechazo social y temen el abandono por parte de otros, ya sea real o
imaginado, ante el cual responden llevan a cabo conductas impulsivas tales como el abuso de
sustancias y de fármacos, los atracones de comida, los gastos excesivos o la conducción
temeraria (Gunderson, et al., 2018).
Ante situaciones de estrés, los pacientes con TLP pueden sufrir alteraciones de la
percepción y del razonamiento, como por ejemplo ideas paranoides, episodios disociativos,
despersonalización y cambios en la percepción de su propio cuerpo (Núñez et al., 2019).
De acuerdo a la teoría biosocial de Linehan (1993), la desregulación emocional y
afectiva presente en el TLP, se caracteriza por una alta sensibilidad a estímulos emocionales,
la incapacidad para regular sus propias emociones intensas, y un retorno lento al estado
emocional basal (citado en Crowell et al., 2009, p. 496). Debido a dicha inestabilidad
emocional, las respuestas cognitivas y comportamentales ante diferentes situaciones,
sobretodo sociales, se encuentran alteradas y dan lugar a distorsiones en el procesamiento de
la información, dificultades para controlar las propias acciones no dependientes del estado de
ánimo dirigidas a metas y la paralización del propio cuerpo. La repetición de estas respuestas
desadaptativas a lo largo del tiempo conducen a síntomas frecuentes en el TLP como
dificultades en las relaciones interpersonales o alteraciones cognitivas, mencionados
anteriormente, y conductas impulsivas entre las que cabría destacar los intentos de suicidio
(Crowell et al., 2009).
La autolesión no suicida, como por ejemplo los cortes o las quemaduras, se definen
como la destrucción deliberada de propio tejido corporal en ausencia de intención suicida
consciente. En el caso de los pacientes con TLP, la alta reactividad emocional, los
pensamientos y las emociones negativas recurrentes, hacen más propensos a dichas personas a
llevar a cabo intentos de suicidio como forma de reducir o eliminar las experiencias
emocionales aversivas (Briones-Buixassa et al., 2021, p.2). Según los datos presentados por
Montero (2018) en el XIX Congreso Virtual Internacional de Psiquiatría de Psiquiatría.com,
la tendencia suicida recurrente suele ser la razón por la que estas personas solicitan ayuda. El
riesgo de suicidio máximo se produce entre los 20 y 30 años, y desde la adolescencia hasta
mediana edad, el 70% habrá cometido algún intento de suicidio, el 50% lo repetirá incluso
7
diversas veces a lo largo de su vida y entre un 8% y un 10% lo consumará (esta tasa de
suicidio es unas 50 veces superior a la de la población general). Estos datos resultan en
aproximadamente 100.000 fallecimientos por suicidio en España en la población con trastorno
límite de la personalidad.
2.1.5. Etiología
8
la inestabilidad emocional presente en el TLP, podría deberse a un déficit en el sistema
colinérgico y noradrenérgico, y a una elevada actividad del sistema hipotalámico-pituitario-
adrenal (Crowell et al., 2009).
Si nos centramos en los factores de riesgo psicosociales, Linehan (1993) propone que
el desarrollo del TLP podría deberse a un ambiente familiar invalidante, en el que la expresión
de emociones y pensamientos, es negada, ignorada, minimizada o castigada, mientras que las
manifestaciones emocionales exageradas, son reforzadas de forma intermitente, por ejemplo
recibiendo atención por parte de sus progenitores (citado en Crowell et al., 2009, p. 501).
También es común la presencia de diferentes tipos de abuso en la infancia de las personas con
TLP, tanto físico, psicológico como sexual, así como procesos de apego interrumpidos,
producidos por el abandono o separación parental y una mala relación con su padre o madre.
Los perfiles de personalidad presentes en niños que fueron separados de sus madres antes de
los 5 años, se caracterizan por altos niveles de neuroticismo, baja amabilidad y baja apertura a
la experiencia, persisten hasta la edad adulta y son similares a los presentes en personas
diagnosticadas con TLP (Gunderson et al., 2018). A pesar de ello, existe un consenso acerca
de la presencia frecuente de estas variables, pero no se pueden considerar la causa única del
origen del trastorno, pues no hay estudios que lo evidencien y como mencionamos
anteriormente, el modelo interactivo biología-ambiente, es el que se mantiene en la
actualidad.
9
basados en un conjunto de necesidades específicas. Estos se activan por estímulos externos o
estados internos, son transitorios y pueden conducir a respuestas adaptativas y desadaptativas”
(Dadomo et al., 2018, p.3). En el caso del TLP, encontraríamos 5 tipos de modos, el modo
niño vulnerable abandonado y abusado, el modo niño enfadado e impulsivo, el modo
distanciado, el modo de padre castigador y el modo adulto saludable.
El objetivo de la terapia es reducir primero el modo distanciado que se correspondería
con el estilo de afrontamiento aprendido por la persona, posteriormente eliminar los modos
parentales, y por último, trabajar con los modos de niño. Para ello la intervención se divide en
cuatro fases (Dadomo et al., 2018):
1. La re-actuación parental limitada: el terapeuta debe crear un ambiente acogedor,
de simpatía y aceptación, estableciendo una buena relación terapéutica que permita
al paciente sentirse cómodo y seguro. Dentro de esta fase de la intervención, el
terapeuta enseña al paciente a regular sus emociones a través de técnicas de
modelado.
2. Las estrategias experienciales: tales como técnicas de imaginación, diálogos,
escritura de cartas, que permiten combinar la regulación de emociones con el
fuerte componente emocional de las imágenes y recuerdos disfuncionales.
3. Las estrategias cognitivas: los pacientes deben entender que las emociones tanto
negativas como positivas son necesarias, y deben permitirse sentir, para ello el
terapeuta hace uso de la restructuración cognitiva.
4. Las estrategias conductuales: debido a las conductas presentes en el TLP, la
desregulación emocional tiende a ser autoreforzada y es necesario enseñar a los
pacientes a aplicar las técnicas aprendidas fuera de terapia.
10
2. Habilidades de efectividad interpersonal (aproximadamente 8 semanas de
duración).
3. Habilidades de regulación de las emociones (aproximadamente 8 semanas de
duración).
4. Habilidades de tolerancia al malestar (aproximadamente 8 semanas de duración).
No existe una medicación específica para el trastorno, por lo que se suele usar una
combinación de diferentes fármacos junto con sesiones psicoterapéuticas que aumentan los
efectos de estos. Los medicamentos más utilizados son (Caballo y Camacho, 2000):
1. Antidepresivos: cuya utilidad se podría relacionar con la reducción de los síntomas
depresivos, la angustia, la ansiedad, el pánico o las fobias y la agresividad.
Algunos de los fármacos utilizados son la amitriptilina (antidepresivo tricíclico), la
fenelzina y la tranilcipromina.
2. Estabilizadores del estado de ánimo: que regulan y mejoran los cambios de humor,
la impulsividad y la agresión, como por ejemplo la fluoxetina.
3. Antipsicóticos, esencialmente los denominados atípicos, son empleados para tratar
las alteraciones del pensamiento, como la aparición de ideas extrañas, las
alucinaciones, y pueden disminuir la intensidad emocional. Algunos de los
fármacos utilizados son el haloperidol o la olanzapina.
4. Ansiolíticos/hipnóticos: tranquilizantes como las benzodiacepinas, dirigidas a
reducir la ansiedad, los episodios de hostilidad y las alteraciones del sueño.
11
aumento en la DM en los pacientes con TLP respecto al grupo control, lo que indicaba una
reducción en el volumen de dichas estructuras. Concretamente, en regiones cerebrales
anteriores con una fracción considerable de sustancia gris, que incluyen la corteza
orbitofrontal medial, la ínsula, la corteza pre y postcentral, la parte anterior de los lóbulos
temporales y el cingulado anterior. También se observó descensos en AF entre las estructuras
de la sustancia blanca frontal, como el fascículo uncinado, una vía asociativa ventral que
conecta el lóbulo temporal anterior con la corteza orbitofrontal medial y lateral, la cual está
implicada en la regulación emocional y el procesamiento de la memoria; y en el fascículo
fronto-occipital inferior de la corona radiata, que estaría asociado a la susceptibilidad a la
recompensa y al castigo, dos aspectos alterados en el TLP. Por último se encontró una
reducción de la sustancia blanca en el genu y el cuerpo del cuerpo calloso, que dificulta la
conectividad estructural interhemisférica entre las regiones prefrontales y la cual podría estar
relacionada con las experiencias traumáticas y el abuso en la infancia (Raymond et al., 2016).
En un análisis estructural mediante morfometría basada en vóxel (VBM, del inglés
voxel-based morphometry), realizado por Aguilar-Ortiz et al. (2018) en pacientes con TLP se
observaron reducciones del volumen en la corteza prefrontal dorsolateral y en la corteza
frontal ventromedial, especialmente en la porción subgenual. Dicha reducción estaría
relacionada con algunos síntomas TLP como la impulsividad y la inestabilidad emocional,
propias de una disfunción del lóbulo frontal.
Por lo que respecta a la neuroimagen funcional, en un estudio donde se utilizó la tarea
n-back (Aguilar-Ortiz et al., 2019), los pacientes con TLP mostraron un fallo de desactivación
durante la realización de la tarea en la red neuronal por defecto (DMN, del inglés Default
Mode Network). La DMN está formada por tres nodos principales, dos de ellos localizados en
dos regiones corticales mediales (un nodo anterior en la corteza prefrontal medial/cíngulo
anterior y un nodo posterior ubicado en la corteza cingulada posterior/precuneus), así como
un tercer nodo situado bilateralmente en la corteza parietal (giro angular). Adicionalmente
incluye el hipocampo y parte de la corteza temporal lateral. La DMN se encontraría activada
durante procesos mentales relacionados con el self o durante la elaboración de simulaciones e
hipótesis mentales sobre el mundo, de ahí que su desactivación en pacientes con TLP
produzca síntomas como la alteración de la identidad.
Se ha observado también un aumento de activación bilateral en la cabeza del núcleo
caudado y una desactivación de la amígdala, la cual proyecta conexiones hacia la corteza
frontal medial, y modula la función de la corteza prefrontal y su respuesta frente a estímulos
sensoriales o emocionales (Aguilar-Ortiz et al., 2019).
12
2.2.2. Alteraciones Neuropsicológicas
13
Debido a la clara relación existente entre las alteraciones neuropsicológicas y los
síntomas presentes en el TLP, considero necesario aunar en los diferentes estudios realizados
con el objetivo de encontrar información que pueda ser útil para posibles diagnósticos e
intervenciones que no solo se centren en características externas o técnicas subjetivas, sino
que profundicen en las posibles causas neuropsicológicas y las consideren como parte del
tratamiento.
14
3. Objetivo
Para definir el objetivo de esta revisión sistemática se utilizó el acrónimo PICO (P=
personas, I= intervención, C= comparador, O= resultado), siendo en este caso P= personas
diagnosticadas con TLP, I= evaluación de las alteraciones neuropsicológicas, C= en
comparación con un grupo control y O= funciones neuropsicológicas alteradas. Así pues, se
obtuvo como objetivo principal: aunar los diferentes estudios donde se realiza una evaluación
neuropsicológica de los pacientes diagnosticados con TLP para poder realizar conclusiones
acerca de los déficits cognitivos que presentan.
El objetivo principal se concreta en analizar, de forma específica, las siguientes
funciones cognitivas:
1. Cognición social.
2. Reconocimiento emocional.
3. Funciones ejecutivas.
4. Atención.
5. Memoria
6. Lenguaje.
15
4. Método
16
Tabla 1
(neuropsychological) AND
10 40 54 09/02/2021
(assessment BPD)
17
b. Criterios de exclusión:
- Artículos anteriores al año 2010.
- Estudios con población con sintomatología de TPL, pero sin diagnóstico.
- Otros trastornos diferentes al TLP.
- Estudios sin grupo control.
- Estudios dirigidos a intervenciones psicoterapéuticas.
- Estudios que aborden sintomatología o alteraciones psicológicas en
pacientes diagnosticados con TLP, pero no incluyen alteraciones a nivel
neuropsicológico/cognitivo.
En la Figura 1 se expone el proceso de selección realizado, a través del cual fueron
elegidos 17 artículos finales para discutir sus resultados.
18
Figura 1
n = 1008
Eliminación de artículos
duplicados (n = 614)
n = 394
Artículos para la
revisión del título
Excluidos (n = 22)
n = 17
Artículos finales.
19
5. Resultados
La información más relevante de los artículos seleccionados fue organizada según los siguientes criterios: autor/es, año de publicación,
muestra, funciones cognitivas evaluadas, instrumento/s de evaluación utilizado/s y principales resultados, véase Tabla 2.
Tabla 2
Funciones
Año de Instrumento/s de evaluación
Autor/es Muestra cognitivas Principales resultados
publicación utilizado/s
evaluadas
Albert, J., López-
Martín, S., Arza, Los pacientes con TLP
R., Palomares, cometen más errores
TLP (n = 20) Inhibición de
N., Hoyos, S., 2019 Go/No-go Task en inhibición de
Grupo control (n = 20) respuesta.
Carretié, L., respuesta que el grupo
Díaz-Marsá, M., control.
y Carrasco, J. L.
1. Trail Making Test (parts A and B).
2. Symbol Digit Modalities Test
(SDMT).
Los pacientes con TLP
3. The Selective Reminding Test
Palomares, N., presentan déficits en
(Buschke, 1973).
García-Andrade, Atención memoria de trabajo,
TLP (n = 34) 4. Controlled Oral Word Association
R., Arza, R., sostenida, fluidez verbal,
Primeros episodios Test (FAS) and Semantic category
Portella, M. J., 2019 memoria y flexibilidad cognitiva,
psicóticos (n = 24) evocation of animals.
Díaz-Marsá, M., funciones inhibición de impulsos,
Grupo control (n = 19) 5. Wechsler Adult Intelligence Scale
López-Micó, C., ejecutivas. categorización y en
– Revision (WAIS-R): Letter-
y Carrasco, J. L. funciones ejecutivas.
Number subtest.
6. Stroop Color and Word Test.
7. Wisconsin Card Sorting Test
(WCST).
20
La capacidad de
mentalización en
pacientes con TLP es
claramente menor que
en el grupo control.
En el juego de azar de
1. Reading the mind in the eyes
IOWA los pacientes
(Baron-Cohen et al., 2001).
con TLP no aprendían
2. IOWA Gambling task.
de los errores y
Zegarra-Valdivia, Cognición social 3. Wisconsin Card Sorting Test
TLP (n = 20) continuaban tomando
J. A., y Vilca, B. 2019 y funciones (WCST).
Grupo control (n = 20) decisiones no acertadas
N. C. ejecutivas. 4. Verbal fluency tasks.
en comparación con el
5. Digit spam test and numbers-and-
grupo control que
letters from the WAIS-III.
obtenía cada vez
6. Trail Making Test (parts A and B).
mejores resultados.
Los pacientes con TLP
presentaban un mayor
deterioro de las
funciones ejecutivas de
forma global.
21
1. Wechsler Adult Intelligence Scale
– Fourth Edition (WAIS-IV):
Similarities, Vocabulary,
Information, and Comprehension
subtests.
The Block Design, The Matrix Los pacientes con TLP
Comprensión
Reasoning and Visual Puzzles muestran peores
verbal,
subtests. resultados que el grupo
razonamiento
Thomsen, M. S., Digit Span, Arithmetic, and control en
perceptivo,
Ruocco, A. C., LetterNumber Sequencing subtests. comprensión verbal,
TLP (n = 45) atención
Carcone, D., 2017 2. Cambridge Neuropsychological memoria de trabajo
Grupo control (n = 56) sostenida,
Mathiesen, B. B., Test Automated Battery visual y
memoria
y Simonsen, E. (CANTAB): the Spatial Span test, visuoperceptiva,
episódica y
the Rapid Visual Information velocidad de
funciones
Processing (RVP) test, the Stop procesamiento y
ejecutivas.
Signal Task (SST) and the Paired atención sostenida.
Associates Learning test.
3. Episodic Memory. The Hopkins
Verbal Learning Test – Revised
(HVLT-R; Brandt & Benedict,
2001).
22
1. The vocabulary, Similarities, Digits
Los pacientes con TLP
and LetterNumber subtests (WAIS-
presentaban peores
III).
puntuaciones respecto
Hurtado, M. M., 2. Spatial Location subtest (WMSIII).
al grupo control en
Trivino, M., TLP (n = 15) 3. Trail Making Test (parts A and B).
Funciones cambio de atención,
Arnedo, M., 2016 Esquizofrenia (n = 19) 4. The Stroop Test.
ejecutivas. fluidez categorial,
Roldan, G., y Grupo control (n = 18) 5. Categorical (animals) and phonetic
razonamiento
Tudela, P. (FAS) task.
abstracto, planificación
6. The Key Search subtest (BADS)
y flexibilidad
7. Wisconsin Card Sorting Test
cognitiva.
(WCST).
23
Los pacientes con TLP
presentan una peor
puntuación que el
grupo control, en tareas
de función ejecutiva,
Baez, S.,
1. INECO frontal screening (IFS). sobretodo en control
Marengo, J.,
Reconocimiento 2. Emotional morphing task. inhibitorio y memoria
Pérez, A., Huepe,
emocional, 3. The Awareness of Social Inference de trabajo espacial.
D., Font, F. G., TLP (n = 15)
2015 funciones Test (TASIT). También presentan
Rial, V., Grupo control (n = 15)
ejecutivas y 4. Faux pas test (FPT). dificultades en el
González-Gadea,
mentalización. 7. Reading the mind in the eyes reconocimiento de
M. L., Manes, F.,
(Baron-Cohen et al., 1997). emociones básicas, y
y Ibáñez, A.
una baja
intencionalidad y
atribución de
emociones a otras
personas.
24
Los pacientes con TLP
cometen más fallos que
Feliu-Soler, A., el grupo control
Soler, J., Elices, cuando tienen que
M., Pascual, J. responder al estímulo,
TLP (n = 35)
C., Pérez, J., y presentan
Trastorno bipolar (n = Atención e Continuous Performance Test-II
Martín-Blanco, 2013 dificultades en
35) impulsividad. (CPT-II).
A., Santos, A., atención selectiva.
Grupo control (n = 70)
Crespo, I., Pérez, Además presentan
V., y Portella, M. mayor número de
J. respuestas
anticipatorias,
repetitivas y aleatorias.
25
1. The Psychotherapy Transcription
Standards by Mergenthaler and
Stinson (1992).
2. The Script Generation method
(Grafman et al., 1991).
Los sujetos con TLP
3. Adult Attachment Interview (AAI).
presentan mayores
4. PCAD3, a computerized version of
déficits en lenguaje
the Cognitive and Intellectual
Carter, P. E., y TLP (n = 12) Lenguaje expresivo comparado
2012 Impairment (CI) Scale.
Grenyer, B. F. S. Grupo control (n = 12) expresivo. con el grupo control en
5. CPIDR3, a computerized measure
contextos emotivos,
of Idea Density Rater.
pero no en situaciones
6. The Shallow Syntactic Complexity
neutras.
Rater (ShaC). ShaC compares text
strings with templates following
the modified Developmental Level
Scale (D-Level Scale).
7. Adobe Audition 3.
26
Lazzaretti, M.,
Morandotti, N.,
Sala, M., Isola, Los pacientes con TLP
M., Frangou, S., Memoria de presentaban peores
1. Continuous Performance Test
De Vidovich, G., TLP (n = 15) trabajo y resultados que el grupo
2012 (CPT).
Marraffini, E., Grupo control (n = 15) atención control en memoria de
2. N-back test.
Gambini, F., sostenida. trabajo, pero no en
Barale, F., atención sostenida.
Zappoli, F.,
Caverzasi, E., y
Brambilla, P.
27
Cognición Social
Reconocimiento Emocional
28
Funciones Ejecutivas
29
Atención
Memoria
En cuanto a los diferentes tipos de memoria, los pacientes con TLP muestran un claro
déficit en su memoria visual, el cual influye en la resolución de tareas cognitivas relacionadas
con material no-verbal y percepción visual. También presentan déficits en memoria inmediata
y demorada (Bosinelli et al., 2017). Por el contrario, tanto la memoria episódica (Thomsen et
al., 2016) como la auditiva (Bosinelli et al., 2017), se encuentran preservadas.
De acuerdo al estudio realizado por Beblo et al. (2014), en el que se evaluó la
memoria verbal y no verbal, junto con las quejas de memoria subjetivas, los pacientes con
TLP no obtuvieron resultados significativos en las pruebas administradas, sin embargo, si
informaban de quejas y problemas de memoria presentes en su vida diaria. Dichas quejas
estaban relacionadas con los síntomas del TLP, pero no con un déficit en las pruebas de
memoria.
Lenguaje
Carter y Grenyer (2012) evaluaron el lenguaje expresivo en pacientes con TLP bajo
condiciones neutras y emotivas. En los resultados se observó un deterioro significativo del
lenguaje hablado y de la capacidad sintáctica ante estímulos emotivos entre los pacientes con
TLP, respecto al grupo control. Sin embargo, en condiciones neutras, no obtuvieron
resultados significativos. Por otro lado, al analizar las pausas realizadas al hablar,
encontramos que los pacientes con TLP realizan mayor número de pausas durante la
30
entrevista utilizada como estímulo emotivo y también, bajo condiciones neutras. Dichos
resultados proponen una interacción entre contextos emotivos significativos y la presencia de
déficits lingüísticos en TLP.
En el estudio realizado por Thomsen et al. (2016), la evaluación de la comprensión
verbal se realizó a través de diferentes pruebas que evaluaban la facilidad para aplicar los
conocimientos verbales en contextos específicos, la comprensión de las normas sociales y la
habilidad para conceptualizar información en niveles altos de abstracción. Los resultados
confirmaban un claro déficit en comprensión verbal entre los pacientes con TLP, que no
dependía de su nivel educativo.
31
6. Discusión de los Resultados
El objetivo de esta revisión sistemática fue profundizar en los diferentes artículos
sobre los déficits cognitivos presentes en pacientes diagnosticados con TLP, para contribuir
en la construcción de un perfil neuropsicológico que permita ver de forma clara cuales de
dichas funciones serían necesario potenciar a través de una intervención, y cuales se
encuentran preservadas.
De forma general, y de acuerdo a otros estudios realizados previamente, los pacientes
con TLP presentan un déficit generalizado de las funciones ejecutivas, el cual coincide con
alteraciones en diferentes áreas del lóbulo frontal. Dicho déficit influye sobre el
funcionamiento de otras funciones cognitivas tales como la planificación, que se encontraría
relacionada con síntomas del TLP como la impulsividad y la inestabilidad emocional, y los
cuales a su vez son debidos a una reducción en el volumen de áreas cerebrales como la
corteza prefrontal dorsolateral y la corteza frontal ventromedial. El razonamiento abstracto y
la velocidad de procesamiento de la información estarían incluidas dentro de los estudios
realizados sobre funciones ejecutivas, y su reducción estaría explicada por daños en la
sustancia blanca y la red neuronal por defecto. También se han encontrado resultados
comunes respecto a las alteraciones en flexibilidad cognitiva, categorización y cambio de
tareas.
Sin embargo, no todos los estudios coinciden en los resultados, y habría más funciones
ejecutivas cuyos déficits no son tan claros. En el caso de la inhibición de respuestas, algunos
autores como Hagenhoff et al. (2013) han demostrado que dicha función cognitiva no
constituye un déficit característico del TLP y si lo fuera, podría deberse a síntomas como la
impulsividad que llevaría a las personas con TLP a responder de forma inconsciente y rápida
ante los diferentes estímulos, o a la comorbilidad con el trastorno por déficit de atención, no
siendo esto último objeto de investigación en la presente revisión. Si que se puede afirmar a
través del estudio realizado por Feliu-Soler et al. (2013), que la impulsividad y los déficits en
atención selectiva y sostenida estarían directamente relacionados.
También encontramos contradicciones con respecto a los déficits en memoria de
trabajo, siendo la mayoría de estudios los que concluyen que dicha función ejecutiva se ve
alterada en el TLP y por tanto las diferentes funciones en las que está implicada, desde el
mantenimiento y procesamiento de la información, hasta la planificación de conductas y la
organización de información relevante. Además, dichos déficits estarían relacionados con
síntomas como la impulsividad, resultado de una alteración en la corteza prefrontal
dorsolateral y el hipocampo (Lazzaretti et al., 2012).
32
Las disfunciones de memoria serían una característica principal del TLP, mostrándose
alterada tanto la memoria visual, como la memoria inmediata y demorada, siendo estas
alteraciones resultado de una lesión en el fascículo uncinado, una vía asociativa ventral que
conecta el lóbulo temporal anterior con la corteza orbitofrontal medial y lateral, y de
alteraciones del hipocampo y áreas fronto-límbicas relacionadas con síntomas disociativos y
las alteraciones en la identidad de los pacientes con TLP. A pesar de ello, en el estudio
realizado por Beblo et al. (2014), se ha encontrado pacientes con TLP que no mostraban un
déficit en la memoria verbal y no verbal, pero si quejas subjetivas de memoria presentes en su
vida diaria, y que estarían relacionadas con síntomas característicos del TLP, como la
dificultad para regular las emociones, compartidos con otros trastornos comórbidos como la
ansiedad y depresión.
En lo que respecta al estudio del lenguaje en pacientes con TLP se han encontrado
pocas investigaciones, pero una de ellas con resultados muy consistentes. A través del estudio
de Carter y Grenyer (2012) podemos concluir que existe una interacción entre contextos
emotivos significativos y la presencia de déficits lingüísticos en el TLP. Concretamente, la
producción de frases complejas se ha relacionado con una mayor activación del área de Broca,
el giro temporal y el giro cingulado, y a través de técnicas de neuroimagen, se ha podido
observar que durante la exposición a estímulos relacionados con traumas, se produce una
reducción en la activación de la corteza prefrontal y el cíngulo anterior, a la vez que un
aumento en la actividad de la amigadla. D e aquí, que dicho estudio demuestre una asociación
entre el bajo uso de oraciones sintácticamente complejas y el estado afectivo en el TLP,
producido por la interferencia de la disfunción límbico-cortical en la regulación de las
estructuras fronto-temporales implicadas en la producción de frases sintácticamente
complejas. Otros de los déficits lingüísticos presentes en el TLP, observado durante dicho
estudio, es el aumento de las pausas al hablar, relacionado con un retraso en la maduración de
las áreas cerebrales implicadas como el cuerpo calloso, producido por las experiencias
traumáticas vividas en la infancia como por ejemplo el abuso sexual, físico o psicológico.
Durante la revisión de los artículos, se encontraron dos variables que aunque no
estaban incluidas en el objetivo principal, resultaron de interés para la posterior elaboración
del perfil neuropsicológico del trastorno. Estas variables serían la cognición social y el
reconocimiento emocional. En cuanto a la cognición social, en el estudio realizado por
Zegarra-Valdivia et al. (2019) se evaluó la teoría de la mente, en cuya prueba los pacientes
con TLP mostraban un peor reconocimiento de las intenciones, pensamientos y emociones de
otras personas, lo cual se relaciona con síntomas característicos del TLP como la
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hipervigilancia hacia estímulos sociales o ambientales y las relaciones interpersonales
inestables. Al evaluar la toma de decisiones, se comprobó que los sujetos con TLP a
diferencia del grupo control, continuaban tomando malas decisiones y no aprendían de los
errores, lo que coincide con la sintomatología impulsiva y las disfunciones ejecutivas
comentada anteriormente. Por el contrario, los autores que evaluaron el reconocimiento
emocional (Baez et al., 2015 y Schulze et al., 2013) demuestran mejores resultados en
pacientes con TLP que en los grupos control, sobretodo en las expresiones faciales de enfado
y destacando la importancia del contexto en el que se encuentre el paciente, pues la dificultad
reside en la integración de los diferentes tipos de información, más que en la detección del
estímulo.
Los resultados encontrados también resultan relevantes en el ámbito clínico, pues las
alteraciones neuropsicológicas presentes en los pacientes con TLP dificultan su comunicación
con el terapeuta y con ello, el establecimiento de una buena relación terapéutica, uno de los
elementos más importantes dentro de las terapias mencionadas anteriormente. Además, los
pacientes con TLP pueden presentar deterioros cognitivos en su vida diaria, incluso cuando
los resultados de las pruebas neuropsicológicas sean normales. Es por ello, que sería necesaria
la inclusión de instrumentos que evalúen el funcionamiento cognitivo diario, como por
ejemplo las quejas subjetivas de memoria, y en el caso de que se encuentren déficits en dichas
áreas, deberían ser tratados, ya que el deterioro cognitivo en pacientes con trastornos mentales
está asociado con un nivel reducido de funcionamiento psicosocial y ocupacional, un menor
cumplimiento del tratamiento y un mayor riesgo de suicidio (Beblo et al., 2014). Otras de las
variables analizadas anteriormente y que resulta relevante en el ámbito clínico, es la cognición
social. Dada su alta relación con síntomas como la inestabilidad de las relaciones
interpersonales, la dificultad para controlar la ira y la desregulación afectiva, esta debería ser
incluida dentro de la evaluación y el tratamiento del TLP. Un ejemplo de ello, sería en las
terapias de pareja, donde las supuestas emociones, pensamientos e intenciones de interacción,
a menudo son desencadenantes de comportamiento disfuncional en pacientes con TLP. Por lo
tanto, un análisis de estos desencadenantes y el entrenamiento en habilidades sociales,
deberían ser incluidos dentro de los tratamientos (Baez et al., 2015).
Entre las limitaciones encontradas durante la revisión sistemática, cabe destacar la
dificultad para diferenciar entre las variables incluidas como funciones cognitivas o
neuropsicológicas, ya que dependiendo del autor o modelo teórico estas eran incluidas o no.
Este es el caso de la cognición social o el reconocimiento emocional, por ejemplo, cuyos
resultados no pueden ser considerados concluyentes, debido a que no se empleó un proceso
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sistemático en la búsqueda de dichas variables. Otra de las limitaciones encontradas, fue el
número reducido de investigaciones acerca de los déficits neuropsicológicos presentes en
pacientes con TLP, y en el caso de dar con ellas, no se comparaban con un grupo control, sino
con otros trastornos cuyos perfiles eran parecidos o podían presentar comorbilidad.
En conclusión, los déficits neuropsicológicos en el TLP son considerables y están
relacionados con el perfil psicopatológico de dicho trastorno, encontrándose una asociación
entre los síntomas más característicos como la impulsividad, la desregulación emocional o la
presencia de relaciones interpersonales inestables, y alteraciones estructurales y cognitivas. La
evaluación neuropsicológica debería formar parte de cualquier informe psicológico, pues en
ocasiones dichos déficits cognitivos que no son observables, pueden ser el antecedente de
muchos de los síntomas presentes en el TLP o cualquier otro trastorno de la personalidad. Por
tanto, considero necesario el aumento de las investigaciones que permitan comparar los
pacientes diagnosticados con TLP con grupos control y así, dar a conocer este tipo de
información, y desarrollar intervenciones con base científica que se centre en la detención
temprana o la mejora de dichos déficits.
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