7 Hábitos de La Gente Altamente Efectivaaa

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SINOPSIS:

Básicamente, nuestro carácter está compuesto por nuestros hábitos.


Los hábitos son factores poderosos en nuestras vidas. Dado que son
pautas consistentes, a menudo inconscientes, de modo constante y
cotidiano expresan nuestro carácter y generan nuestra efectividad...
o inefectividad.
Según dijo alguna vez el gran educador Horace Mann: “Los hábitos
son como hebras. Si día tras día las trenzamos en una cuerda, pronto
resultará irrompible”. Personalmente, no estoy de acuerdo con la
última parte de esta sentencia. Sé que los hábitos no son irrompibles;
es posible quebrarlos. Pueden aprenderse y olvidarse. Pero también
sé que hacerlo no es fácil ni rápido. Supone un proceso y un
compromiso tremendo.
Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva son los siguientes:

1. El hábito de la proactividad nos da la libertad para poder


escoger nuestra respuesta a los estímulos del medioambiente.
Nos faculta para responder de acuerdo con nuestros principios y
valores. En esencia, es lo que nos hace humanos y nos permite
afirmar que somos los arquitectos de nuestro propio destino.
2. Comenzar con un fin en mente hace posible que nuestra
vida tenga razón de ser, pues la creación de una visión de lo
que queremos lograr permite que nuestras acciones estén
dirigidas a lo que verdaderamente es significativo en nuestras
vidas.
3. Poner primero lo primero nos permite liberarnos de la tiranía
de lo urgente para dedicar tiempo a las actividades que en
verdad dan sentido a nuestras vidas. Es la disciplina de llevar a
cabo lo importante, lo cual nos permite convertir en realidad la
visión que forjamos en el hábito 2.
4. Pensar en Ganar-Ganar nos permite desarrollar una
mentalidad de abundancia material y espiritual, pues nos
cuestiona la premisa de que la vida es un “juego de suma cero”
donde para que yo gane alguien tiene que perder.
5. Buscar entender primero y ser entendido después es la
esencia del respeto a los demás. La necesidad que tenemos de
ser entendidos es uno de los sentimientos más intensos de
todos los seres humanos. Este hábito es la clave de las
relaciones humanas efectivas y posibilita llegar a acuerdos de
tipo Ganar-Ganar.
6. Sinergizar es el resultado de cultivar la habilidad y la actitud
de valorar la diversidad. La síntesis de ideas divergentes
produce ideas mejores y superiores a las ideas individuales. El
logro del trabajo en equipo y la innovación son el resultado de
este hábito.
7. Afilar la sierra es usar la capacidad que tenemos para
renovarnos física, mental y espiritualmente. Es lo que nos
permite establecer un equilibrio entre todas las dimensiones de
nuestro ser, a fin de ser efectivos en los diferentes papeles
(roles) que desempeñamos en nuestras vidas.

Los 7 hábitos no son un conjunto de partes independientes o


fórmulas fragmentadas. En armonía con las leyes naturales del
crecimiento, proporcionan un enfoque gradual, secuencial y
altamente integrado del desarrollo de la efectividad personal e
interpersonal.
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El libro de “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” (en inglés:
«The 7 habits of highly effective people») se publicó en el 1989 y, a
pesar de los años, sigue siendo uno de los libros más influyentes y
valorados dentro de la temática de desarrollo personal.

Son muchas las personas que califican este manual como uno de los
libros que marcó un antes y un después en sus vidas.

Pero, ¿por qué gusta tanto?

Investiguemos un poco sobre ello.

Al inicio del libro, Covey nos cuenta que la forma en la que vemos el
mundo (lo que nos ocurre) se basa en nuestra percepción.

Según desde el ángulo o la perspectiva que miremos las cosas


podemos caer en el victimismo y la autocompasión, o podemos
responsabilizarnos de la situación.
La primera opción frena nuestro crecimiento, tanto personal como
profesional.

Es por ello que a lo largo de todo el libro, el autor nos propone


introducir 7 hábitos que nos ayudarán a hacer un cambio a nivel
interno; un cambio que nos llevará a modificar esa percepción que
tenemos del exterior.

✅ ¿Cuáles son los 7 hábitos de las personas altamente efectivas?


Covey nos presenta esos hábitos clasificados en 3 apartados
distintos:

El autodominio (o la “victoria privada”): el objetivo de los primeros


tres hábitos que nos propone, nos ayuda a pasar de la dependencia a
la independencia.
Trabajo en equipo: del cuarto al sexto hábito desarrollamos la
colaboración y las habilidades de comunicación para pasar de la
independencia a la interdependencia.
Crecimiento: con el séptimo hábito buscamos la mejora continua.
Como ya he mencionado, se trata de introducir estos hábitos para
cambiar no solo a nivel superficial, sino a un nivel más profundo.
Porque un cambio rápido y superficial será siempre efímero.

Parte 1: alcanzar la “victoria privada” o el autodominio


A continuación vamos a hablar de esos hábitos que llevan a una
persona a tener autodominio y pasar de ser dependiente de lo que le
ocurre, a ser totalmente independiente.

¿Cuáles son esos hábitos?

Ser proactivo.
Marcarse un objetivo.
Aprender a priorizar.
Vamos a verlos uno por uno.

1#. Ser proactivo


Covey nos explica que en la vida podemos encontrarnos ante dos
tipos de personas:

Personas proactivas: aquellas que son capaces de dar respuesta a


problemas o temas, incluso antes de que aparezcan.
Personas reactivas: personas que adoptan posturas pasivas y esperan
a que sea el “mundo” que los guíe y/o dé la solución. Son personas
que, en vez de anticiparse, reaccionan ante la vida.
Las personas reactivas tienen la creencia de que ellos son la víctima
de lo que sucede y que, por lo tanto, el problema es ajeno a ellos, es
externo. Al final, esa postura hace que una persona reactiva se sienta
siempre fuera de control.

Por el contrario, las personas que son proactivas tienen una gran
capacidad de anticipación. Esto les lleva a asumir la responsabilidad,
elegir la actitud que tendrán ante cualquier situación y ser
completamente independientes.

¿Cómo podemos ser proactivos?

El autor nos cuenta que:

Para ser proactivos debemos enfocarnos en aquellas cosas sobre las


que sí podemos hacer algo. De lo contrario, nos anclamos en las
preocupaciones que no tienen solución y no avanzamos.

Lo que extraemos de este apartado es que nosotros podemos crear


nuestra propia realidad.

Y si extraemos este hábito y lo aplicamos en el campo de la inversión,


lo que necesitamos es formarnos para poder ser proactivos en esa
área.

2#. Empieza con una finalidad en mente


Los seres humanos siempre vamos en busca de cumplir nuestros
sueños. Sin embargo, si no tenemos una meta en mente hacemos las
cosas por inercia, y así es muy difícil que lleguemos a ningún lugar.

Por eso es importante hacerse estas preguntas:

¿Qué es lo que quiero conseguir?


¿Qué pasos tengo que seguir para conseguirlo?
Al marcarnos una meta o un objetivo caminaremos por la vida con un
propósito. De este modo nos aseguramos que los pasos que estamos
dando nos acercan a la dirección correcta.

Es por ello que el autor nos propone que nos visualicemos en un


momento cercano a nuestra muerte y nos preguntemos: ¿qué me
gustaría haber conseguido o haber hecho?
A nivel de inversión y finanzas marcarse objetivos financieros es
esencial e imprescindible. Si quieres saber cómo hacerlo te invito a
leer este artículo donde te hablo de ello en detalle.

>> Cómo marcar y alcanzar tus objetivos financieros de forma


efectiva (y realista)

3#. Prioriza: primero siempre va en primer lugar


Una vez tenemos una finalidad u objetivo en mente es importante
saber priorizar. ¿Cuál será tu siguiente paso?

Para ello el autor nos propone dividir todas nuestras tareas en 4


bloques:

Actividades importantes urgentes: proyectos que rozan la fecha


límite, crisis, actividades no planificadas. En definitiva, son acciones
que debemos atender cuanto antes personalmente. Sin embargo,
estas conducen al estrés y al agotamiento. La persona tiene una
sensación constante de estar apagando fuegos.
Actividades importantes y no urgentes: planificación, networking,
ejercicio, estudio, crecimiento. Son acciones importantes que a largo
plazo nos acercan a nuestras metas. Son cosas que debemos hacer
pero que si no están planificadas no las hacemos; de aquí la
importancia de ponerles fecha.
Actividades no importantes y urgentes: interrupciones, emails. Estas
actividades podemos delegarlas. Las personas que dedican gran parte
de su tiempo a estas acciones se sienten fuera de control y, además,
sienten que sus relaciones se han convertido en algo superficial.
Actividades no importantes y no urgentes: emails irrelevantes,
trivialidades, televisión, etc. Son acciones que debemos eliminar
porque nos restan un tiempo valioso.
Es muy importante saber diferenciar entre lo urgente y lo importante.

¿Por qué te digo esto? Porque a menudo atendemos tareas que son
urgentes, pero que no son importantes y esto hace que no
consigamos avanzar hacia nuestro objetivo.

De hecho, te recomiendo mucho el libro “Solo una cosa” de Gary


Keller, una obra necesaria para aprender a priorizar y no morir en el
intento. Puedes leer el resumen que escribí sobre este libro aquí.

Y, además, en el artículo sobre cómo ahorrar puedes ver claramente


cómo priorizar a nivel de finanzas.
Parte 2: El trabajo en equipo
Dicen que solos podemos ir lejos, pero que si vamos acompañados
llegamos mucho antes. Justamente de esto tratan los siguientes
hábitos que nos propone Covey, de trabajar en colaboración con otras
personas.

De este modo pasamos de la independencia (que conseguimos con


los 3 primeros hábitos) a la interdependencia.

En este apartado vamos a hablar de los siguientes hábitos:

Pensar en el win-win.
Buscar entender y después ser entendido.
Generar sinergias.
Veamos cada uno de ellos en más detalle.

4#. Piensa en win-win (o ganar-ganar)


Este hábito trata de ir en busca de un beneficio mutuo.

Cuando una persona se focaliza siempre en ganar y no tiene en


cuenta a los demás, es habitual que al final el otro salga perdiendo o
que no se llegue a ningún acuerdo. Esto hace que nuestras relaciones
no sean fructíferas y que nosotros mismos nos veamos penalizados
por ello.

Para ello debemos trabajar diariamente:

La integridad: alinear nuestros actos con nuestros valores.


La madurez: saber expresar las ideas con un equilibro entre la
consideración y el coraje.
La mentalidad de abundancia: creer que hay abundancia para todos,
de lo contrario te quedas la información y el conocimiento para ti, y
no compartes lo que hace que no tengas mentalidad expansiva.
Como el mismo autor dice:

“Para conseguir el win-win, no solo tienes que ser amable, además,


tienes que ser valiente”.

Un claro ejemplo de ello lo encontramos en las inversiones


inmobiliarias. Para que una operación rentable salga adelante, debe
beneficiar tanto al comprador como al vendedor.

Si apretamos mucho la tuerca, queriendo ganar sin tener en cuenta


las necesidades del vendedor, al final el vendedor se negará a
vendernos y no podremos sacar ningún partido económico. Ambas
partes saldrán perdiendo. Así pues, la clave radica en encontrar ese
punto intermedio que permite ganar a ambas partes.

5#. Busca entender y después ser entendido


Este hábito está ligado al anterior.

Si queremos tener relaciones en las que ambas partes ganen,


primero tenemos que comprender qué es lo que la otra persona
necesita y quiere y, sobre todo, qué significa para ella la palabra
“ganar”.

No podemos ofrecer soluciones o proponer acciones si antes no


hemos comprendido la profundidad de la situación.

Para ello debemos desarrollar la comunicación empática y aprender a


escuchar de forma activa.

Esto es algo que utilizan siempre los grandes empresarios.

6#. Genera sinergias


Cuando tratamos bien a las personas y buscamos el “win-win”
conseguimos que nuestra “lista de contactos” crezca. Tendremos a
nuestro alcance un listado de personas dispuestas a seguirnos o a
ayudarnos cuando lo necesitemos.

Estas sinergias nos permiten, como grupo, encontrar nuevas


alternativas y abrirnos a posibilidades.

Esto es muy cierto en el mundo de las inversiones.

Los intercambios de ideas y/o conocimientos que tengas con otras


personas más experimentadas, te pueden hacer descubrir nuevas
oportunidades de inversión rentables que, de otra manera, nunca
llegarías a conocer.

Parte 3: La mejora continua


Según Covey, para poder seguir mejorando y aplicar todos los
hábitos que hemos visto hasta ahora, es necesario introducir el
séptimo y último hábito. El de afilar el hacha.

Veamos de qué se trata.


7#. Afila el hacha
Cuando un leñador quiere cortar un árbol, si el hacha no está afilada
no podrá cortarlo.

¿Qué significa esto?

Normalmente estamos tan enfocados en lo que hacemos que nos


olvidamos de algo totalmente importante y necesario.

Debemos dedicar tiempo a recargar energía para poder seguir


avanzando.

En este caso, la energía sería el hacha del leñador.

Por eso Covey nos habla de los 4 aspectos que debemos cuidar:

Físico: hacer ejercicio, alimentarse de forma saludable, dormir las


horas necesarias para recuperarse.
Espiritual: meditar, autoconocerse, leer, escuchar música, etc.
Mente: estar constantemente formándonos para seguir aprendiendo,
explorar nuevas ideas y enseñar a los demás. Si quieres seguir
aprendiendo sobre inversión y finanzas te invito a suscribirte a mi
newsletter y ser el primero en enterarte de todas las novedades (al
suscribirte recibirás una guía gratuita en la que te cuento las 4
mejores formas de obtener ingresos pasivos para alcanzar la libertad
financiera).
Corazón: dedicar tiempo a las amistades, la familia, la pareja y nutrir
nuestras relaciones, siempre desarrollando una conexión emocional.
Mantener el hacha afilada será la base para poner en práctica el resto
de hábitos de los que hemos hablado y la base para conseguir
mejores resultados.

De nada sirve tener mucho dinero si no cuidas los demás aspectos de


tu vida. Solo con un verdadero equilibrio lograrás la felicidad.

[Conclusión] Por qué aplicar los 7 hábitos de la gente altamente


efectiva para ser mejor inversor
En el momento en el que adquieres estos hábitos y los aplicas
diariamente, puedes ver claramente un antes y un después en
cualquier ámbito de tu vida.

De hecho, quiero remarcar que…

Cada uno de estos 7 hábitos son aplicables al mundo de la inversión y


las finanzas.
Por eso te recomiendo que leas el libro («Los 7 hábitos de la gente
altamente efectiva») y que empieces a introducir estos nuevos
hábitos en tu día a día; verás cómo tu situación financiera (así como
la personal y profesional) empieza a mejorar con el paso del tiempo.

Tal vez puedas apreciar pequeños cambios a corto plazo, pero a


medio y largo plazo verás como los cambios son claros y
exponenciales. Sin duda, tengo que decirte que la espera vale la pena
porque he comprobado a título personal que la transformación que se
experimenta conduce al éxito financiero y personal.

Espero que te haya gustado este artículo.

Si quieres sugerirme algún libro para que escriba un resumen para el


blog de El Club de Inversión, escríbeme el título en comentarios.

Hasta el próximo artículo, te deseo unas muy felices inversiones.

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