Análisis de Nada de Carmen Laforet
Análisis de Nada de Carmen Laforet
Análisis de Nada de Carmen Laforet
1. Argumento
El argumento de Nada comienza y termina con un viaje. Andrea, la protagonista, una chica
huérfana de 18 años, llega a la Estación de Francia de Barcelona para estudiar en la
Facultad de Filosofía y Letras y lo hace desde su pueblo, donde vivía con su prima Isabel.
Poco se dice de su pasado. Su estancia en Barcelona supone el inicio de su proceso de
maduración: llega a la ciudad catalana en busca de la felicidad, la libertad y la plenitud de su
juventud. Sin embargo, sus expectativas chocan frontalmente con la realidad de pobreza,
golpes, gritos y disputas de la calle Aribau, a la que llega sola, una noche de otoño.
Nada más entrar a la casa de su abuela, donde se hospedará mientras dure su estancia,
encuentra una vivienda atestada de muebles y oscuridad y un paisaje de familiares
enloquecidos, fantasmales y trastornados por los efectos de la Guerra Civil: su tía Angustias,
su tío Román, su tío Juan, su mujer, Gloria, y Antonia, la criada.
Finalmente, Ena se traslada a vivir a Madrid y ofrece un trabajo a Andrea en las oficinas de
su padre. Andrea, desilusionada con su vida en Barcelona, acepta, esperando encontrar en
la capital ese contrario a la «nada» que deja en la Ciudad Condal.
2. Estructura
La primera parte abarca los nueve primeros capítulos, desde que Andrea llega a Barcelona
hasta el ingreso de su tía Angustias en el convento. Los capítulos 1 a 9 sirven, por tanto, de
planteamiento, en los que Andrea es testigo directo de los conflictos constantes que son el
patrón de la relación entre los miembros de su familia. El ambiente es opresivo y angustioso,
en contraste con la libertad que Andrea quiere encontrar en Barcelona a través de sus
paseos en solitario, pese a estar prohibidos por su tía Angustias. Este enfrentamiento entre
la libertad que Andrea desea y la asfixia autoritaria a que la somete su cuidadora se ha
interpretado como un guiño a la superación de las limitaciones que vivía la mujer en la
época franquista. Para muestra, estas palabras de Angustias:
Pero te gusta ir sola, hija mía, como si fueras un golfo. Expuesta a las impertinencias de los hombres.
¿Es que eres una criada acaso?... A tu edad, a mí no me dejaban ir sola ni a la puerta de la calle. [...]
Cuando estés sola en el mundo, haz lo que quieras. Pero ahora tienes una familia, un hogar y un
nombre.
La segunda parte comprende los nueve capítulos siguientes (10-18) y pueden interpretarse
como el nudo. La psicología de Andrea evoluciona gracias a dos detonantes: ser confidente
de Gloria y frecuentar el ambiente de la burguesía barcelonesa. Sin embargo, las diferencias
de poder adquisitivo y de valores, los secretos y la unión de ambos mundos (uno de los
puntos álgidos es la discusión entre Andrea y Ena por la relación que esta mantiene con
Román) hacen que la sensación de libertad y de realización interior de Andrea se tornen una
mera ilusión que acaba en la soledad y falsa pertenencia a ese círculo que siente en la fiesta
de Pons.
A través de los ojos de Andrea es como el lector ve a los personajes, pues Laforet no los
describe, sino que esboza algunas de sus características.
• Andrea
Andrea es la protagonista, una chica independiente, sentimental, que tiende a la ensoñación
y con grandes ilusiones. Andrea es un símbolo de rebeldía contra las normas y tradiciones
de sus ascendientes. Intenta romper con los convencionalismos a través de sus paseos por
Barcelona, que sirven para huir de la calle Aribau, para desafiar a su tía Angustias y dar
sentido a su existencia. Busca calidez y compañía, sentirse acogida, pero el contraste entre
la posición acomodada de sus amistades y los problemas existenciales que se plantea
Andrea hacen que no se sienta totalmente integrada. Apenas presta atención a su aspecto
físico, y de él sólo nos llega el hambre y la miseria que sufría. Es, por tanto, la antítesis a la
dulzura y la credulidad que imperaba en las mujeres de la novelística anterior.
• Angustias
Laforet usa el nombre de Angustias para sugerir ansiedad, dolor, opresión... un nombre que
refleja la España católica y tradicional. Pronto impone a Andrea la moralidad católica y las
reglas de conducta de la mujer. Es la carcelera de Andrea, a la que también intenta separar
del resto de su familia porque no puede dominarlos. Sin embargo, se intuye una relación
sentimental de la tía soltera con su jefe, Jerónimo, que abre la dicotomía del personaje,
alejándola del canon de mujer honrada. Por no haberse atrevido en su juventud a rebelarse
contra su padre y casarse con Jerónimo, porque no quería quedarse solterona y por su falta
de control en la calle Aribau, finalmente, termina en un convento. Estas son las palabras con
las que Juan se despide:
-Eres una mezquina! ¿Me oyes? No te casaste con él porque a tu padre se le ocurrió decirte que era
poco el hijo de un tendero para ti... Por eso! Y cuando volvió casado y rico de América lo has estado
entreteniendo, se lo has robado a su mujer durante veinte años, y ahora no te atreves a irte con él
porque crees que toda la calle de Aribau y toda la Barcelona están pendientes de ti...
• La abuela
La abuela es un personaje dulce, decrépito, víctima del hambre y de la guerra. Intenta poner
paz en la situación de degradación del resto de personajes para que sus hijos se reconcilien.
Muestra el papel de madre de la época: volcada en sus hijos varones pero no en sus hijas.
Por ello, se le reprocha que ellas tuvieron que casarse para salir de casa.
• Gloria
Gloria no es inteligente, sino alegre, guapa, joven y vanidosa. Nos cuenta, con un lenguaje
popular, cómo ambos hermanos, Juan y Román, se enamoran de ella, como si fuera
irremediable. Sin embargo, vive marcada por las palizas de Juan porque cree que llegará el
final feliz. Mantiene a Juan y a la familia gracias al juego, a la venta de los muebles o a su
hermana. Odiada por Angustias y defendida por la abuela, para Andrea tampoco es modelo
de mujer y la define como «mujer serpiente».
• Ena
Ena es la antítesis de Andrea. De carácter fuerte, bella e inteligente, es siempre el centro de
atención. Es una chica decidida e independiente, que, gracias a su posición económica,
consigue lo que quiere. Su relación con los hombres es fría y distante: su objetivo es
engatusarlos. De Román le atraen lo maligno y la locura. Por otro lado, es una joven
afectiva. No obstante, Ena también puede ser cruel con Andrea y apartarla de su vida
cuando le interesa relacionarse con Román a espaldas de su amiga.
• Román
Román intenta controlar a su familia desde la buhardilla donde vive, un lugar ordenado y en
el que Andrea encuentra resquicios de libertad. Román acostumbra a conseguir lo que
quiere, por eso intenta seducir a Gloria. Su capacidad de control es tal que, incluso tras su
muerte, provoca el enloquecimiento definitivo de Juan. La imagen que los personajes dan de
Román pivota entre dos campos léxicos diferenciados, el de la maldad (mezquino, malvado,
ruin y sádico) y el de la atracción (simpatía, magnetismo, talento, artista, atractivo).
• Juan
Juan es un personaje violento, colérico, incontrolable e impredecible. Le acecha un
resentimiento casi enfermizo por la relación entre Gloria, su mujer, y Román, su hermano,
así como el miedo de que su mujer se prostituya para ganar dinero. De ahí las palizas a
Gloria, a lo que se suma su sensación de pintor fracasado.
• Antonia
Antonia es un personaje sombrío y fantasmagórico que aparece fugazmente para dejar una
sensación de desequilibrio y temor. Es la única que controla el avituallamiento y la comida.
Vive enamorada de Román, de ahí que declare a su favor.
• Los burgueses
En el círculo de Ena aparecen personajes cuya función es la de perfilar el estatus de la
burguesía barcelonesa, como Margarita, Guíxols, Pons, Jaime o Iturdiaga. Andrea los
identifica con la felicidad, pero en la fiesta de Pons se percatará de que no pertenece a este
estrato social.
4. Narrador y autobiografía
El uso de la primera persona favorece que Laforet ahonde en el intimismo de Andrea, lo que
se ha interpretado como la propia vida de la autora, dados los paralelismos biográficos que
existen: Laforet también viajó a Barcelona, también se matriculó en una carrera universitaria,
también vivió con su familia paterna en la calle Aribau, también se ausentaba de clase para
pasear por Barcelona, también se mudó a Madrid y, además, tuvo amistad con que la que
se ha interpretado como la equivalente a Ena, la polaca Linka Babecka.
5. Espacio y tiempo
5.1 Espacio
La casa es descrita como una pesadilla, como un infierno, incluso la cama de Andrea es
comparada con un ataúd y algunos de sus familiares, como Juan o Román, con demonios
de mirada diabólica. Los paseos de Andrea por la ciudad y sus salidas a la universidad
suponen para ella la liberación. Sin embargo, esta nunca llega a darse por completo porque,
cuando parece haberla conseguido, los problemas de la calle Aribau desdibujan la
sensación de independencia y excarcelación. Por lo que Barcelona nunca llega a ser
perfecta. Así, Andrea termina consiguiendo, si no la libertad, sí la paz y la catarsis por las
calles de Barcelona.
5.2 Tiempo
Narra la España en la que muchos tuvieron que emigrar. Las palabras de Román hacen
adivinar esta idea: «Tu madre evitó el peligro antes que nadie marchándose». Si bien se
refiere a marcharse de casa, existe un paralelismo con la situación histórica. De igual modo
que lo hay entre Román y Juan, símbolo de la lucha fratricida que supuso la Guerra Civil; y
en Angustias, encarnación de la censura.
7. Temas
La libertad
Uno de los temas principales de la novela es el anhelo de la protagonista por encontrar la
libertad, que es, en su caso, un sinónimo de felicidad. Durante toda la obra se van
presentando diferentes problemas que funcionan como obstáculos en la persecución de sus
fines. Por ejemplo, al principio, es Angustias, con su autoritarismo, su moralidad represiva y
su modelo prototípico de mujer que acata las normas de la dictadura de Franco, quien no le
permite ser libre y feliz. Es ella quien le dice que hay dos posibilidades para las mujeres: el
matrimonio o la reclusión religiosa. Sin embargo, no es la única que se interpone entre
Andrea y la libertad. Cuando Angustias se va, casi de manera automática, otro obstáculo
aparece en el camino de la protagonista: esta vez se trata del hambre. Luego, el obstáculo
estará vinculado con las ideas que tiene sobre el amor, la amistad, la vida familiar: nunca
nada le sale como espera.
Este tema también se relaciona con la liberación femenina. Andrea quiere liberarse de las
normas impuestas por la sociedad para una señorita: quiere caminar sola por las calles o
acompañada por amigos, no rendir cuentas sobre sus gastos, no pensar en el matrimonio.
Cuando Ena la convoca a ir a Madrid y comenzar allí una nueva vida, el anhelo de liberación
otra vez se renueva y la llena de esperanzas.
Las consecuencias de la guerra civil española
Uno de los temas centrales de la novela está constituido por las consecuencias de la guerra
en la vida de los personajes. Si bien el tema no se trata de modo directo, aparece tratado de
forma indirecta durante toda la obra.
En el capítulo II, Andrea observa una foto de la familia que la hace recordar un pasado feliz
y próspero. Esa analepsis permite hacer una comparación entre el estado en el que viven en
1939-1940 y alrededor de diez años antes. El abuelo está muerto, los tíos tienen una
relación muy mala, la abuela está senil, la casa ocupa la mitad del espacio, la criada tiene
más autoridad que el resto de los habitantes del hogar, los muebles están desperdigados sin
orden, todo está sucio y húmedo.
La violencia
La violencia es ejercida, sobre todo, por Juan y Román, los dos hermanos. Juan golpea
incesante y ferozmente a Gloria, así como es vil en sus palabras, tanto con ella como con
Román, Angustias y Andrea. Su conducta se torna cada vez peor a medida que avanza el
tiempo.
Román, por su parte, ejerce la violencia tras un velo que lo hace parecer seductor a primera
vista, pero que luego devela su lado más oscuro. Su violencia se ejecuta a través de la
manipulación, la humillación y la cosificación.
La forma en que las mujeres pueden repeler la violencia de los hombres es a partir de la
venganza y las amenazas de denuncia, como hacen Gloria y Ena con Román. Y estas
venganzas no hacen más que despertar más situaciones violentas, como el suicidio de
Román o los insultos y bajezas a los que es sometida Gloria.
Uno de los sostenes más importantes para Andrea lo descubre al hacerse amiga de sus
compañeros de universidad. Al habitar un microcosmos hostil como es el de la casa de la
calle Aribau, poder charlar y pasar tiempo con gente diferente a su familia constituye para
ella un remanso de la violencia persistente en su casa.
Su mejor amiga es Ena y tiene una importancia fundamental en su vida. De todos sus
amigos, es la única que ingresa a la casa de Andrea y conoce a su familia. Al establecer
contacto con Román, el tío de Andrea, Ena cruza el umbral que separa el interior de esa
casa que Andrea aborrece del exterior, vinculado con la libertad y la vida social. Esa
intromisión de su amiga es la que da pie al conflicto principal de la novela. Y, además,
conflictúa a Andrea interiormente, dado que ella no quiere que esos dos mundos (el de su
familia y el de sus amigos) se crucen; prefiere mantenerlos distanciados.
Los momentos de felicidad o de alivio están vinculados con la presencia de sus amigos, ya
sea durante las salidas a la playa con Jaime y Ena o al atelier del grupo de bohemios
presentados por Pons. Finalmente, es su amiga Ena la que le ofrece una posible vía de
liberación.
La crisis existencial
Desde su llega a Barcelona, Andrea, ilusionada con una vida nueva, encuentra obstáculos
para su felicidad. Esto provoca una crisis existencial en la narradora, que no sabe qué hacer
para ser protagonista de su propia vida. Ella se va formando a sí misma a medida que
avanza la acción y se van sucediendo las experiencias. El viaje actúa dos veces como motor
de cambio en la vida de Andrea: primero, al llegar a Barcelona; luego, al irse. Lo que
pretende encontrar, y que la llena de esa angustia existencial porque no lo consigue, es todo
aquello que al final dice no haber experimentado: la plenitud de la vida, la alegría, el
profundo interés por algo, el amor.
La moralidad
La decepción amorosa
Andrea tiene dos experiencias amorosas con dos hombres jóvenes. Una no consentida y
otra deseada pero desfavorable. La primera se da con Gerardo, el muchacho con el que
tiene el primer beso en la calle, de forma inesperada. Se decepciona porque no es la forma
ni la persona con la que hubiera querido tener una primera experiencia como esta.
El amor romántico idealizado no es un tema de Nada. Ninguna de las parejas que hay en la
novela se muestra como la ideal y prototípica de los relatos que Andrea ha leído en sus
libros o recuerda de los cuentos maravillosos. Por lo que uno de los aprendizajes que puede
tomar Andrea es que el amor no es como el de los cuentos de hadas.