Este documento presenta 10 orientaciones analíticas para el estudio de procesos sociopolíticos en América Latina. Estas incluyen ir más allá de determinismos estructurales universales, reconocer que las relaciones entre economía, política y cultura varían históricamente, aceptar un cambio en el tipo societal predominante debido a la globalización, enfatizar la autonomía de los procesos sociales respecto a las estructuras, y entender que no hay un solo sujeto de la acción histórica sino múltiples actores que persig
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Este documento presenta 10 orientaciones analíticas para el estudio de procesos sociopolíticos en América Latina. Estas incluyen ir más allá de determinismos estructurales universales, reconocer que las relaciones entre economía, política y cultura varían históricamente, aceptar un cambio en el tipo societal predominante debido a la globalización, enfatizar la autonomía de los procesos sociales respecto a las estructuras, y entender que no hay un solo sujeto de la acción histórica sino múltiples actores que persig
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MANUEL ANTONIO CARRETN
1. Las orientaciones analticas y la problemtica latinoamericana
Diez orientaciones para el anlisis socio-poltico En lo que sigue no debe buscarse propiamente teoria social o politica, sino orientaciones teoricas y conceptuales que se han do construyendo junto con el analisis de los Ienomenos socio-politicos1. Son, por lo tanto, provisorias, pero estrictamente necesarias para pasar de las meras opiniones e ideologias al estudio y la investigacion. Mas que un desarrollo proIundizado y sistematico intentaremos una presentacion general de ellas, indicando algunos de los principios analiticos que nos parecen relevantes para el estudio de procesos socio politicos particulares, entre los que caben los procesos de democratizacion. Primero, se trata de ir mas alla de un determinismo estructural de tipo universal, en el cual las historias particulares o nacionales son la mera ilustracion de leyes generales. Asimismo, se trata de superar la vision de una correlacion esencialista y abstracta, deIinida de una vez para siempre, entre economia, politica, cultura y sociedad, es decir, la idea que a un sistema economico dado corresponde necesariamente una determinada Iorma politica o cultural o vice versa. Ello no niega que haya determinaciones entre niveles o componentes, pero se trata de un esquema Ilexible de determinaciones entre modelo economico, modelo politico, modelo de organizacion social y modelo cultural. 1 Estas ideas se encuentran dispersas en diversos trabajos del autor, en especial, A new socio-historical problematique and sociological perspective. (En Thesecond wind of sociology. Le deuxieme souffle de la sociologie, Sociologie et Societes, 'olume XXX, Number 1, Spring 1998), Hacia una nueva era politica. Estudio sobre las democrati:aciones (Fondo de Cultura Economica, Santiago-Mexico 1995) y En que sociedad vivi(re)mos? Tipos societales y desarrollo en el cambio de siglo (en H. Gonzalez y H. Schmidt, eds. Democracia para una nueva sociedad. Modelo para armar, Editorial Nueva Sociedad, 1997). 17 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS No existe una determinacion o relacion universal entre estas dimensiones, sino que tales determinaciones o relaciones son historicas y varian para cada caso nacional y para cada momento historico, atravesadas ademas por los procesos de mundializacion o globalizacion que, estando directa o indirectamente siempre presentes, tambien actuan diIerenciadamente segun cada contexto. Segundo, incluso si uno se mantiene en el ambito estructural, hay que aceptar que estamos Irente a un cambio del tipo societal reIerencial basico de la sociedad contemporanea y latinoamericana, producto entre otras cosas de los Ienomenos de globalizacion y de expansion de los principios de identidad y ciudadania. Ello signiIica una desarticulacion de lo que Iue el tipo societal predominante, aunque con grados de desarrollo muy diIerentes segun las sociedades historicas concretas: la sociedad industrial de Estado nacional. Esta se organizaba en torno al trabajo y la politica, especialmente en torno a esta ultima en America latina, y a procesos de cambio social deIinidos como modernizacion, industrializacion y desarrollo y sus actores sociales Iundamentales eran las clases, los partidos y los movimientos sociales reIeridos a los dos anteriores. No se trata del paso de un tipo societal a otro, sino de la combinacion en cada sociedad historica concreta de la sociedad industrial de Estado nacional con un tipo societal que podemos denominar post-industrial globalizado, estructurado en torno al consumo y la comunicacion y cuyos actores principales son los publicos, los poderes Iacticos y los actores identitarios. Es decir, en grados y Iormas diIerentes, las sociedades latinoamericanas dejan de ser exclusivamente una vertiente historico-cultural particular de la sociedad industrial de Estado nacional y pasan a ser una combinacion tambien historico cultural especiIica y original de aquella con la dimension post-industrial globalizada. Esta transIormacion redeIine el rol de la politica y los Estados, los actores centrales del cambio social y el concepto mismo de desarrollo. Y ello tiene como veremos importantes eIectos en la cuestion democratica del Iuturo en nuestro continente. Tercero, es necesario enIatizar la autonomia de los procesos sociales respecto de su "base estructural". La tarea de las ciencias sociales no es hacer una "historia natural" de las estructuras sociales y sus dinamicas, sino de comprender su sentido. Y ello no puede hacerse sin introducir el concepto 18 MANUEL ANTONIO GARRETN de actor o sujeto social. Todo el problema de la sociologia y la ciencia politica radica en describir como una situacion material o categoria estructurales se transIorman en actor-sujeto y como los actores se constituyen e interactuan dentro de un contexto-historico e institucional que ellos mismos contribuyen a producir y reproducir. De ahi que la sociedad no se deIina a partir de una estructura o de un sistema de valores, sino de la particular conIiguracion de las relaciones en cada sociedad entre a) Estado, b) regimen y partidos politicos, y c) sociedad civil o base social. Cuarto, esta relacion historicamente acotada es lo que permite hablar de una matriz de constitucion de los sujetos-actores sociales propia de cada sociedad o matriz socio-politica. El concepto de matriz socio-politica o matriz de constitucion de la sociedad, alude a la relacion entre Estado, o momento de la unidad y direccion de la sociedad; sistema de representacion o estructura politico-partidaria, que es el momento de agregacion de demandas globales y de reivindicaciones politicas de los sujetos y actores sociales: y la base socioeconomica y cultural de estos, que constituye el momento de participacion y diversidad de la sociedad civil. Quinto, la idea de una matriz socio-politica descansa en el concepto de actor-sujeto (cuyos dos componentes usamos indistintamente), es decir, portadores de accion individual o colectiva que apelan a principios de estructuracion, conservacion o cambio de la sociedad, que tienen una cierta densidad historica, que se involucran en los proyectos y contraproyectos y en los que hay una tension nunca resuelta entre sujeto, o principio constitutivo de la accion historica, y el actor que lo invoca. Sexto, el sentido de las luchas y mas en general de la accion social de los actores no esta dado univocamente por la lucha contra "la" dominacion o por un tipo de sociedad determinado ideologicamente Iuera de sus propias orientaciones. La autonomizacion e interrelacion de diversas dimensiones sociales que antes aparecia subsumidas principalmente en la economia y la politica, dan origen a diversos conIlictos y luchas y movimientos sociales y, por lo tanto, a diversas Iinalidades de tales luchas, asi como a diversos principios utopicos. El sistema de dominacion de una sociedad, mejor seria hablar de los sistemas de dominacion, resultan de una combinacion de diversos ejes o siste- 19 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS mas de accion y no del reIlejo de uno solo de ellos, aun cuando pueda haber uno o mas dominantes. En cada eje o sistema de dominacion en una sociedad concreta hay un enIrentamiento en torno a los principios e instrumentos que deIinen su orientacion y destino. De modo que no hay un solo sujeto de la accion historica, sino varios, aun cuando en momentos de condensacion de la problematica historica de la sociedad en uno de los principios o eje de dominacion, pueda haber un actor-sujeto privilegiado, pero lo sera siempre en terminos restringidos a esa lucha o conIlicto preciso. Desaparece en esta orientacion la utopia como arquitectura de un tipo de sociedad en la que termina la historia (sociedad moderna, o democratica o socialista), para dar paso a utopias parciales que apuntan a la realizacion provisoria solo de algunos de los principios que deIinen una sociedad. No hay sociedad ideal a la vuelta de la esquina, hay siempre lucha y proceso. Septimo, al reIerirnos a procesos politicos de lucha y cambio social, el tema de los actores sociales se recubre con el de los Movimientos Sociales, deIinidos como acciones colectivas con alguna estabilidad en el tiempo y algun nivel de organizacion, orientadas al cambio o conservacion de la sociedad de alguna esIera de ella. La idea de movimiento social tiende a oscilar entre dos polos teoricos. Uno es la vision de una accion colectiva que responde a tensiones o contradicciones especiIicas y que se orienta a resolver esa contradiccion especiIica. El otro es la vision del movimiento social como portador del sentido de la historia y la encarnacion y agente Iundamental del cambio social. Ambos polos pueden ser vistos como dos dimensiones de los movimientos sociales. Por un lado, el Movimiento Social (MS, mayusculas, singular) orientado hacia la "problematica socio-historica" de una determinada sociedad y deIiniendo su conIlicto central. Por otro lado, movimientos sociales, que son actores concretos orientados hacia metas especiIicas y con relaciones problematicas, que se deIinen en cada sociedad y momento con el MS. Al analizar procesos politicos, hay que recordar que los movimientos sociales son un tipo de accion colectiva y no el unico, que deben ser distinguidos al menos de otras dos Iormas de accion colectiva importantes en los procesos de cambio de regimen, como son las demandas y las movilizaciones, y que algunos periodos historicos pueden estar caracterizados por la ausencia de movimientos sociales. 20 MANUEL ANTONIO GARRETN Octavo, el modelo o sistema politico de una sociedad, esta compuesto por el Estado, las relaciones y mediaciones institucionales entre Estado y Sociedad, es decir, el regimen politico, los actores-sujetos que intervienen en lo politico a nombre de proyectos sociales que apuntan a la problematica historico- estructural (lo que algunos llaman la historicidad) de cada sociedad, y la cultura politica o estilo particular de relaciones entre estos elementos. El regimen politico en esta conceptualizacion es la mediacion institucional entre estos tres componentes, llamado a resolver los problemas de quien y como se gobierna, la deIinicion de ciudadania (relacion de la gente con el Estado) y la Iorma como se institucionalizan las demandas y conIlictos sociales. La democracia es, en sentido estricto, nada mas ni nada menos que un regimen politico caracterizado por ciertos principios o ethos y determinados mecanismos: soberania popular, derechos humanos universales garantizados por un Estado de derecho, suIragio universal para la libre eleccion de gobernantes, pluralismo politico, cuya principal aunque no unica expresion son los partidos, principio de alternancia en el poder, respeto de mayorias y minorias. Ello signiIica que la democracia es siempre una tension en una sociedad dada entre principios eticos e instituciones creadas para encarnarlos y que, por lo tanto, no tiene sentido hablar de deIiniciones minimimalistas o maximalistas de ella2. Noveno, un modelo de desarrollo es mucho mas que un modo de produccion, como el industrial, o de acumulacion, como el capitalismo, ni se identiIica con un determinado instrumento como el mercado o el Estado o una determinada estrategia como puede ser la economia abierta; sino que implica la particular combinacion de todos estos elementos en un determinado contexto historico. Decimo, entendemos por modernidad el principio de aIirmacion de la capacidad de accion historica de sujetos individuales y colectivos, no identiIi- 2 Una critica a la deIinicion minimalista o procedural de democracia, en Guillermo O'Odonnell, Democratic theory and comparative politics (paper, Notre Dame, July 1999). 21 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS cada a ningun modelo particular de organizacion o modernizacion. La modernidad es el modo como una sociedad constituye sus sujetos individuales y colectivos. La ausencia de modernidad es la ausencia de sujetos. Es necesario recordar que sociologicamente no se puede hablar de "la" modernidad, sino que hay que hablar de "las" modernidades. Gada sociedad tiene su propia modernidad. Los diIerentes modelos de modernidad son siempre una combinacion problematica entre la racionalidad cientiIica-tecnologica, la dimension expresiva y subjetiva (aIectos, emociones, pulsiones), las identidades y la memoria historica colectiva. En el marco de las orientaciones conceptuales sealadas, intentaremos mostrar los diIerentes elementos que permiten hablar de una nueva problematica de la sociedad y de la accion social en America latina. La nueva problemtica latinoamericana3 A la diIicultad habitual de analizar America latina en cuanto unidad, se agrega hoy otra complejidad. Ya no basta con especiIicar una situacion determinada y ver como varia en los distintos paises, generalmente estableciendo tipologias. Hoy no estamos mas, y quizas no estaremos nunca mas, en condiciones de deIinir "una" problematica latinoamericana, como lo estabamos cuando hablabamos del "desarrollo", de la "revolucion", de la "dependencia", de la "modernizacion" o de la "democratizacion". De una cierta manera el concepto de "problematica" remitia el conjunto de las situaciones a las cuales las sociedades estaban enIrentadas, a una situacion central. Esto permitia resolver el problema de la diversidad regional: se consideraba que todas las sociedades latinoamericanas tenian la misma problematica, pero que variaban en grados, eIectos y Iormas de resolverla. 3 Utilizo en las paginas que siguen mi articulo Democrati:acion, desarrollo, modernidad Una nueva problematica para America latina? (Revista Paraguaya de Sociologia, Ao 31, N91, Septiembre-Diciembre 1994). 22 MANUEL ANTONIO GARRETN Hoy se desarrollan diversos procesos Iundamentales ligados entre ellos pero cuya relacion no es ni la de necesidad ni la de una causalidad esencial. Esta relacion es empirica, historica, y puede establecerse teoricamente, si se evita el determinismo abstracto o el reduccionismo esencialista. Es decir, si se considera que cada uno de estos procesos tiene su propia dinamica, sus propios actores, y que la relacion entre ellos y sus resultados no esta inscrita en un guion de manera invariable. Ya no existe un paradigma unico de relacion o determinacion como lo pretendia el analisis social en decadas pasados. Si se toma la literatura de las ciencias sociales de los diez ultimos aos, se puede constatar que generalmente -a excepcion de los trabajos que se colocan teoricamente en la etapa precedente y tratan de hacer una teoria general- se trata de estudios que se reIieren a cuatro procesos diIerentes. Muchos tratan de establecer relaciones entre ellos, pero en general los cuerpos de literatura han creado teorias de alcance medio sobre uno u otro de estos procesos4 . La construccion democratica, la re-deIinicion del modelo de desarrollo y de insercion internacional, la integracion social, y la busqueda de la modernidad latinoamericana, constituyen los procesos de base que deIinen, sin reduccionismos entre ellos y con las diIerencias para cada uno segun los paises, la, o mas bien, las problematicas actuales del continente. 4 Sobre la problematica general de America latina en los noventa, ver J.L. REYNA (comp) A merica latina a fines de siglo (Fondo de Cultura Economica 1995) y R H. SMITH, Latin America in comparative perspective. New approaches to methods and analysis (Westview Press, Boulder,Colorado, 1995). Desde otra perspectiva, Raquel SOSA, America Latina y el Caribe, Perspectivas de su reconstruccion (ALAS, UNAM, Mexico, 1996). Uno de los trabajos mas notables en el intento de saltarse paradigmas deterministas y, mostrar al mismo tiempo tendencias generales de lo que podria llamarse el modelo socio-politico latinoamericano, es A. TOURAINE, Politica y sociedad en America Latina (Espasa, Espaa, 1989). 23 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS La democratizacin poltica El primer proceso es el de la construccion de la democracia politica, a la que nos reIeriremos en la segunda parte de este libro. Sin negar la existencia de problemas pendientes derivados de la transicion y consolidacion democraticas, nos parece que es en la proIundizacion, la relevancia y la calidad del regimen en donde se juega el destino democratico de las sociedades latinoamericanas. Seran estos los desaIios que deIiniran la estabilidad de los regimenes y las posibilidades de regresos de nuevas olas de autoritarismo. La democratizacin social El segundo proceso es el de la democratizacion social, que no hay que conIundir con la democratizacion politica y que en nuestro continente constituye el principio etico de esta ultima. Tres puntos diIerentes estan en juego aqui, a los que nos reIeriremos reiteradamente en este libro. El problema de la exclusion y de la cohesion sociales. El Ienomeno de la expansion de la ciudadania. Y, Iinalmente, el tema de la participacion. Los Ienomenos de cohesion o de integracion social, tienden hoy a ser re-deIinidos a partir del nuevo caracter de la exclusion. En eIecto, la exclusion/ integracion, Iragmentacion/cohesion, han constituido problematicas no solamente importantes, sino tambien Iundacionales de las nacionalidades, de las identidades y del principio de estaticidad en las sociedades latinoamericanas. Hoy, cuando se hace alusion a la exclusion, se hace reIerencia al sector, a veces mayoritario, a veces la mitad, a veces un tercio de la poblacion, constituido por personas que se quedan practicamente aIuera de la sociedad, solo sobreviviendo y reproduciendose. Los que estan "Iuera" tienen como caracteristicas que no estan necesariamente en una relacion de explotacion o de necesidad con los que estan "adentro". Todas las categorias sociales, que eran generadoras de identidad, estan atravesadas por el Ienomeno de la exclusion, y esto vuelve mas diIicil la accion colectiva, siendo una de las razones 24 MANUEL ANTONIO CARRETN 25 por las cuales puede explicarse su debilidad en America latina. Por otro lado, la integracion de sectores excluidos, millones en diIerentes paises, no parece poder hacerse en el cuadro de los modelos de desarrollo actuales. El segundo Ienomeno esta relacionado con el tema de la expansion y estrechamiento de la ciudadania. Se trata de un Ienomeno con diversas dimensiones. Parece haber una explosion del concepto de "polis" territorial, el espacio clasico de la ciudadania. Esta ha sido siempre la exigencia y el reconocimiento de un sujeto de derechos Irente a un poder. Ello Iue identiIicado inicialmente como los derechos civicos y luego con el derecho de pertenecer a la "polis", para extenderse mas tarde a los derechos economicos y sociales. Hoy, las relaciones de genero, los medios de comunicacion, el medio ambiente, los sistemas locales y transnacionales, etc, constituyen tambien campos en donde hay poderes a los que oponerse y derechos que revindicar. Esto quiere decir que constituyen espacios de ciudadania. Las personas quieren ser ciudadanos, no solamente para tener acceso a la justicia, un salario minimo, derechos sociales y derechos politicos. Sin embargo estos nuevos campos no son reconocidos por las instituciones politicas, y evidentemente esto no es un problema solamente de America latina. Por lo tanto, por un lado el concepto de ciudadania estalla y se amplia, por otro tiene que hacer Irente a nuevas exclusiones. Una tercera dimension del Ienomeno de democratizacion social es el Ienomeno de la participacion, que remite al mismo tiempo a las cuestiones de la democracia local. Pero la participacion ha sido deIinida tradicionalmente en America latina, por una parte, como "acceso a" y por otra como movilizacion. Hoy es deIinida en terminos de acceso y de calidad, y en terminos de representacion mas que de movilizacion. En el ambito de la salud, la educacion, el trabajo, la inIormacion y la toma de decisiones, por no citar sino algunos ejemplos, la cuestion del acceso va aparejada con una demanda diversiIicada de calidad en cada ambito. Lo que hace que la equidad no se mida mas solamente por el acceso a un servicio sino por una calidad del mismo nivel pero de contenido diIerente para cada categoria social. Esto hace que la tarea del Estado y la Iormulacion de las politicas publicas sean mas complejas. !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS El modelo de desarrollo El tercer proceso es el cambio del modelo de desarrollo5 . Aqui la cuestion es doble. Por un lado, se trata del paso del desarrollo llamado "hacia dentro" a una nueva Iorma de insercion en la economia internacional. Por otro lado, se trata de nuevas relaciones entre el Estado, que tiende a perder su rol hegemonico como agente de desarrollo y a compartir este rol con el mercado, y el sector privado en donde los empresarios estan atravesados por su insercion competitiva individual y su papel no asumido de ser una de las elites dirigentes de cada pais. Seria un error pensar que todo se reduce a Iormulas y mecanismos de acumulacion. Estos no deIinen por si mismos un modelo de desarrollo y son apenas uno de sus componentes. Las experiencias asiaticas recientes muestran cuanto pueden diIerenciarse entre ellos los modelos de desarrollo de economia de mercado abierta, incluso si todos son del tipo capitalista. Lo que queremos subrayar es que se esta lejos en America latina de haber redeIinido un modelo de desarrollo y se esta aun en la ruptura con el antiguo, incluso en los paises que parecen mas avanzados en este sentido. El pensamiento y la practica neoliberal han identiIicado las privatizaciones, y mas ampliamente el ajuste estructural, con un modelo de largo aliento. Sin embargo, resulta que estos pensamientos y practicas se agotaron completamente en todas partes en el mundo, y solo quedan algunos Ianaticos que creen en ellos. Esto no quiere decir que el ajuste no hubiera sido estrictamente necesario en tanto momento de reestructuracion economica pero sobre todo de ruptura con el modelo de desarrollo clasico de America 5 Sobre las tranIormaciones economicas, C. Acua, W. Smith & E. Gamarra. eds. Latin American political economy in the age of neo-liberal reform (Transaction Publishers, 1994); Ricardo FIrench-Davis, Macroeconomia, comercio y finan:as para reformar las reformas en America Latina (CEPAL-McGraw Hill, Santiago, 2000). CEPAL, Transformacion productiva con equidad un enfoque integrado (CEPAL-Santiago,1992). 26 MANUEL ANTONIO GARRETN latina en este siglo. Los ajustes estructurales resolvieron algunos problemas de corto plazo y agravaron otros, prepararon el terreno para un nuevo modelo de desarrollo en el largo plazo, y contribuyeron a autonomizar la economia de la politica. Pero siempre estas medidas Iueron postuladas e impuestas ideologicamente como modelos deIinitivos y, en todos los paises, han signiIicado un aumento de la pobreza y un aumento de las desigualdades, lo que es el punto clave de un modelo de desarrollo a largo plazo. Las nuevas Iormulas de relacion entre el Estado, la politica y la economia, por lo tanto entre sus actores sociales y politicos, estan lejos aun de haber sido deIinidas. El modelo de modernidad El cuarto proceso consiste en lo que podriamos designar como la deIinicion, debate o disputa, en torno al modelo de modernidad. Los cambios socio-economicos de los que se ha hablado, han hecho que la Iorma particular de la modernidad latinoamericana haya entrado en crisis y que nuevos modelos se conIronten6. La identiIicacion del ajuste estructural y los mecanismos de mercado con un modelo de sociedad, que reposa sobre la base de identiIicar a la modernidad con un tipo historico de modernizacion y de reducir la sociedad a la economia, es uno de los proyectos historicos que se les propone a estos paises. Esta condenado al Iracaso, salvo para algunas elites, puesto que no toma en cuenta los aspectos de la identidad y de 6 J. Beriain comp. Las consecuencias perversas de la modernidad (Anthropos, Espaa, 1996); A. Touraine, Critica de la modernidad (Taurus, Espaa 1993). Sobre America Latina, "Identidady modernidad en America Latina" (Revista Persona y Sociedad, 'ol. N 1, Abril de 1996). Nestor Garcia Canclini, Culturas hibridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. (Editorial Grijalbo, 1980). La perspectiva mas catolica, Pedro Morande, Cultura y moderni:acion en America latina, Ensayo Sociologico acerca de la Crisis del Desarrollismo y de su Superacion (Cuadernos del Instituto de Sociologia, Editorial PontiIicia Universidad Catolica de Chile, Santiago, 1984). 27 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS la memoria colectiva y tambien porque excluye a la mayoria de las personas y carece de actores sociales nacionales que lo lleven a termino. Una vision alternativa a esta la representa un nuevo tipo de integrismo catolico. Aqui se le opone a la modernidad racionalista occidental un sujeto esencial de la identidad latinoamericana, el pueblo cristiano, representado por la Iglesia, que habria sido Iundado en el momento de la conquista y de la evangelizacion. Es comprensible que este pensamiento cercano al del papa Juan Pablo II pueda tener una cierta legitimidad social puesto que desarrolla una perspectiva socio-economica progresista cerca de los excluidos y, a veces, es la unica en denunciar el materialismo y las desigualdades, incluso la inmoralidad, de la economia capitalista o de mercado. Pero hay aqui, por otro lado, una posicion proIundamente reaccionaria respecto de lo socio-cultural, y una cierta Iobia anti-racionalista y anti-libertaria. En terminos generales, se tiende a reducir la modernidad, es decir, la Iormacion de sujetos capaces de construir su historia, sea a su version racionalista- tecnologica, identiIicandola al modelo de modernizacion de ciertos paises occidentales, sea a una identidad esencialista y meta-social que impide constituir verdaderos sujetos. Entre estos dos polos hay una amplia gama de soluciones parciales, entre las cuales el modelo mediatico de cultura de masas o el regreso a la identidad originaria o a la comunidad particularista, dan testimonio de que se asiste a un debate a veces abierto, a veces oculto, acerca de los modelos no solo teoricos sino practicos de modernidad. La dimensin geo-cultural Y si a estos cuatro procesos se le agrega un Ienomeno mundial, el de la globalizacion, nos situamos aun mas ante una nueva situacion. El mundo que se dividia geopoliticamente - e s decir por el control militar de un espacio territorial- ha cambiado. Hoy el espacio y el poder se deIinen menos por la territorialidad, es decir por aquello que le daba un rol central a la dimension politico- militar, que por la dimension comunicacional. Y los modelos de apropiacion del espacio comunicacional, son modelos de creatividad, de innovacion, de 28 MANUEL ANTONIO GARRETN conocimiento y de subjetivacion. El espacio cultural del siglo XXI estara dominado por los que propondran modelos de creatividad, o de modernidad, capaces de combinar a la vez la racionalidad cientiIico-tecnologica, la racionalidad expresivo-comunicativa, la memoria historica y la diversidad de identidades. Los que no lleguen a combinar estos tres elementos, no tendran lugar en el mundo del maana7. El cambio de matriz socio-poltica La matriz socio-politica latinoamericana, que hemos deIinido en otros trabajos como "clasica" o "politico-centrica", designada por otros como "Estado- centrica" y cuya denominacion "politico-estatal y nacional-popular"8 parece la mas adecuada, y que prevalecio desde los aos treinta hasta los setenta, se conIiguro a traves de diIerentes procesos de desarrollo, modernizacion, integracion social y autonomia nacional9 . Cada accion social estaba cruzada por estas cuatro dimensiones y los diIerentes conIlictos reIlejaban la Iusion entre estos Ienomenos. La base economica era un modelo de desarrollo "hacia dentro", caracterizado por la industrializacion sustitutiva de importa- 7 M. A. Garreton, coord. America Latina. un espacio cultural en el mundo globali:ado (Convenio Andres Bello, Bogota 1999); R. Bayardo y Monica Lacarrieu, La dinamica global/local. Cultura y comunicacion. nuevos desafios (Ediciones Ciccus/La Crujia, Buenos Aires, 1999) 8 El termino nacional-popular viene de G. Germani, Politica y Sociedad en una epoca de transicion. De la Sociedad Tradicional a la Sociedad de Masas (Buenos Aires, Editoial Paidos, 1965) y es retomado por A. Touraine en America Latina, Politica y Sociedad, opxit., la concepcion de matriz Estado centrica en M. Cavarozzi, El capitalismo politico tardio y su crisis en America Latina (Homo Sapiens Ediciones, Argentina, 1996) 9 A. Touraine, Politica y sociedad... op. cit, M. Cavarozzi, El capitalismo politico tardio..,Nuria Cunill, Repensando lo publico a traves de la sociedad. Nuevas formas de gestion publica y representacion social. (Nueva Sociedad, Caracas, 1997) 29 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS ciones con un importante rol del Estado. El modelo politico era el del "Estado de compromiso"1 0 , representado por diIerentes tipos de populismos, independientemente de los regimenes politicos. La reIerencia cultural era un proyecto nacional de base popular y una vision de cambio social global radical que daba a la accion politica un sello revolucionario. La caracteristica principal de estas matrices socio politicas clasicas, variando de pais en pais, era la debil autonomia de cada uno de sus componentes, el Estado, los partidos politicos y los actores sociales, y la tendencia a la Iusion entre dos o tres de ellos, con una subordinacion o una supresion de los otros. La combinacion particular dependia de Iactores historicos y variaba de pais a pais. En la mayoria de los casos, la Iorma privilegiada de la accion colectiva era la politica, y la parte mas debil de la matriz eran las relaciones institucionales entre sus componentes, es decir, el regimen politico, independientemente de su naturaleza (democratica o autoritaria). Los regimenes militares de nuevo tipo que comenzaron durante los aos sesenta y el proceso de globalizacion con sus consecuencia economicas, desencadenaron la crisis de esta matriz y su descomposicion o desarticulacion. Esto no quiere decir que en la region se haya construido una nueva matriz, sino que existen diIerentes procesos incluyendo la descomposicion, la sobrevivencia de nuevos elementos, e intentos de recrear la misma matriz o la construccion de nuevas. Estos procesos se orientan hacia cuatro posibilidades diIerentes. La primera es la de la descomposicion, sin un nuevo modelo de accion social. La segunda es la regresion a la matriz clasica. La tercera es la de la construccion de una matriz nueva caracterizada por la autonomia, el reIuerzo y la 10 DiIerentes autores han utilizado este concepto para reIerirse a la idea de una situacion en donde no hay mas hegemonia absoluta de un sector social al interior del Estado, como era en la epoca oligarquica, sino acomodaciones inestables, por supuesto asimetricas, entre los sectores incluidos: diversas Iracciones de la burguesia, capas medias y trabajadores industriales. 'er F. WeIIort, Clases populares y desenvolvimiento social (Upes, manuscrito, 1968). 30 MANUEL ANTONIO GARRETN complementariedad de cada uno de sus componentes. La cuarta, quizas la mas probable, es la yuxtaposicion de estos diIerentes esquemas. Los resultados de estas combinaciones seran diversos segun cada pais y es diIicil predecir el Iin de este proceso. Lo que parece relativamente claro es que el cuadro institucional sera Iormalmente democratico, aun cuando este lejos de ser evidente cual sera la Iorma de esta democracia y, como veremos mas adelante, hasta que punto podra reemplazar los poderes de Iacto existentes. La transIormacion de la matriz socio-politica latinoamericana ha traido un cambio signiIicativo en la naturaleza de los actores y de los movimientos sociales en America latina. Actores y movimientos sociales11 Asociado a la matriz socio-politica clasica hubo un tipo de accion social que podria caracterizarse como un movimiento social central, esto quiere decir que deIinia un conIlicto central y se orientaba hacia el cambio social global: el Movimiento Nacional Popular. Los movimientos sociales historicos Iormaban parte de este movimiento central, a pesar de sus particularidades. Esto quiere decir que cada movimiento social concreto particular era a la vez modernizador, desarrollista, nacionalista, estaba orientado hacia el cambio global y hacia reIerencia al "pueblo'' como el unico sujeto de la historia1 2 . De manera general, el movimiento social emblematico era el movimiento obrero, mas bien a causa de su signiIicacion simbolica que a causa de su Iuerza estructural. Sin embargo, en diversos momentos este liderazgo Iue cuestionado por la idea que los trabajadores urbanos Iorzados a hacer compromisos, habian perdido su impulso revolucionario. En consecuencia, otros movimientos, como los 11 Retomo aqui elementos de mi articulo Social Movements and process of democratisation. A generalframework, (Revue International de Sociologie, vol 6, Na l 1996). 12 A. Touraine, Politica y sociedad...op.cit. 31 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS campesinos o los estudiantes o incluso los partidos revolucionarios, se veian llamados a asumir ese liderazgo. Las principales caracteristicas de este movimiento social central, compuesto por los diIerentes actores y movimientos concretos -y nos reIerimos aqui principalmente a los sectores urbanos- eran, por una parte, la combinacion de una muy Iuerte dimension simbolica que pedia un cambio social global y de una dimension de demandas muy concretas y particularistas; y, por otra, la reIerencia al Estado como interlocutor para las demandas asi como lugar para tomar el poder para cambiar la sociedad. En consecuencia, la debilidad estructural de clases como base para los movimientos sociales era compensada por su Iuerza de atraccion a nivel de la movilizacion ideologica y politica a la vez integradora y revolucionaria. Los autoritarismos militares, los ajustes estructurales, y las transIormaciones ya mencionadas, es decir, la descomposicion de la matriz socio-politica clasica, implicaron proIundas consecuencias para los actores y los movimientos sociales. Bajo las dictaduras militares la accion social se ve cruzada por sentidos entrelazados. El primero es la reconstruccion del "tejido" social destruido por el autoritarismo y las reIormas economicas. El segundo es la politizacion de todas las demandas, en la medida que cada accion tiene por sentido el Iin de los regimenes autoritarios. Asi, la reIerencia al Estado y la relacion con la politica cambia dramaticamente para los movimientos sociales, que se vuelven mas autonomos, mas simbolicos y mas orientados hacia una busqueda de sus propias identidades, mas que hacia la instrumentalidad o hacia las demandas concretas. La auto deIensa y la sobrevivencia, en un comienzo, la oposicion a las transIormaciones sociales autoritarias, despues, y la orientacion hacia Iormulas politico-institucionales de transicion, Iinalmente, marcan la evolucion de la accion colectiva durante estos regimenes. El intento de los regimenes autoritarios de cambiar el papel del Estado, y los cambios de la economia y de la sociedad a que nos hemos reIerido, incluso en los paises que no vivieron esta nueva ola de autoritarismo, transIormaron los espacios de constitucion de los movimientos sociales, principalmente debilitando su posicion estructural e institucional a causa de la represion, de 32 MANUEL ANTONIO GARRE ION la marginalidad y de la inIormalizacion de la economia. Mas que movimientos organizados, la principal accion colectiva durante los regimenes militares Iue la movilizacion social de caracter simbolico. Se puede decir que es el movimiento democratico que toma el relevo, es decir un movimiento social central que por primera vez no esta orientado hacia el cambio social global y radical, sino mas bien exclusivamente hacia el cambio de los regimenes politicos. El Iin de los regimenes autoritarios y la instalacion de la democracia, se transIormaron en el principal objetivo de la accion colectiva. Con este cambio el movimiento social central gano en terminos instrumentales, pero, como contra partida, las demandas particulares comenzaron a subordinarse a objetivos politicos. Al mismo tiempo, esto le dio a los actores politicos el rol conductor. Las negociaciones y las concertaciones a nivel de las elites, reemplazaron las movilizaciones sociales durante la transicion democratica y los procesos de consolidacion. En este sentido, el proceso de democratizacion politica tiende a dividir cada accion colectiva en dos logicas que penetran todos los movimientos sociales. Una es la logica politica orientada hacia el establecimiento de una democracia consolidada como una condicion para otro tipo de demandas. Otra es la logica particular de cada movimiento social orientado hacia la obtencion de revindicaciones concretas en el proceso de democratizacion social, como condicion para apoyar activamente el nuevo regimen democratico. La existencia de enclaves autoritarios, a los que nos reIeriremos en otro capitulo, despues de la inauguracion de regimenes democraticos mantuvo la importancia de los movimientos de Derechos Humanos en el comienzo de las nuevas democracias. Sin embargo, los riesgos de una regresion autoritaria y las negociaciones alrededor de otras herencias de los autoritarismos (institucionales, militares) dieron a los actores politicos, en los gobiernos y en las oposiciones, el papel principal en la accion social, subordinando los principios de accion de los otros actores a sus propias logicas. Al mismo tiempo, la demanda de estabilidad economica, ligada en ciertos casos a los procesos de consolidacion democratica, privilegio las exigencias del ajuste economico desalentando la accion colectiva que se pensaba podria poner en riesgo estos procesos. El resultado Iue una cierta desactivacion de los movimientos sociales y el hecho que el unico objetivo 33 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS importante haya sido el de establecer regimenes democraticos o de adaptarse y deIenderse en varias ocasiones del ajuste estructural, dejo a los movimientos sociales sin un principio central para el Iuturo. Es asi como la pregunta que se puede Iormular es la de saber si despues del movimiento nacional popular y despues del movimiento democratico que lo remplazo, habra en America latina un nuevo movimiento social central que de sentido al conjunto de los movimientos sociales particulares. Existen al menos tres problemas que hacen de la emergencia de un nuevo movimiento social central algo diIicil. En primer lugar, ya hemos evocado el aumento de la pobreza y el nuevo tipo de exclusion. Esto signiIica que la gran contradiccion que existe en estos paises es entre los que estan "dentro" del sistema socio-economico y politico, indiIerentemente de su posicion relativa al interior de este, y quienes estan "Iuera" de este sistema. Esta segmentacion penetra, como lo hemos sealado anteriormente, en proporciones diIerentes, cada categoria, actor o accion social, haciendo mas diIicil la accion colectiva organizada. Por otra parte, esto signiIica tambien que el modelo de modernidad que se impone es cuestionado, no solo por los marginales, cuyos intereses ademas de la inclusion son muy contradictorios, pero tambien por quienes participan subordinadamente en el sistema. El mundo rural, indigena, el sector inIormalizado y de desempleo o empleo precario son ejemplos de los de "aIuera", incluso si en terminos culturales estan integrados por los medios de comunicacion. Las mujeres, los jovenes, y especialmente los trabajadores son ejemplos de categorias penetradas por las contradicciones "dentro-Iuera". En terminos sociologicos, no hay real conIlicto entre los que estan en el sistema y los que no estan, sino solo entre los que estan dentro en torno al modelo de desarrollo. Los que estan Iuera del sistema son vistos como innecesarios y parecen sobrar. Y no hay actualmente, como habia durante los aos sesenta, modelo ideologico revolucionario concebible que los tome en cuenta, a excepcion, quizas, de los llamados a Iundamentalismos desesperados. Pero estos son debiles en America latina. En segundo lugar, la descomposicion y la reconstruccion de una matriz socio-politica, despues de la desarticulacion de la matriz politico-estatal y nacional- popular, crea una nueva diIicultad para la aparicion de un movimiento 34 MANUEL ANTONIO GARRETN social central. En eIecto, la vieja matriz tenia la ventaja de Iusionar los diIerentes problemas y dimensiones de la sociedad. La nueva matriz emergente, si puede consolidarse, tendra sus componentes diIerenciados, con mas autonomia, tension e interaccion entre ellos. Esto quiere decir que el rol de la politica sera diIerente y que no se sabe aun que reemplazara al Estado, el sistema de partidos o el movimiento populista, en la constitucion de actores y movimientos sociales. Lo que parece mas probable es que cada esIera de la sociedad se separe y, con sus propias contradicciones, de lugar a una accion colectiva heterogenea, con pocos principios comunes. Por lo tanto, al mismo tiempo que se enriquecen la diversidad y las identidades sociales, se debilitan los vinculos simbolicos y organicos que podrian uniIicar esta diversidad en un nuevo movimiento social central. En tercer lugar, mas alla de las democratizaciones politicas, existen cambios culturales que van a inIluenciar las caracteristicas de un posible movimiento social central y de los movimientos sociales particulares. En la matriz socio-politica clasica, las luchas y conIlictos estaban orientados principalmente, como lo hemos sealado, por principios y objetivos igualitarios, libertarios y nacionalistas. Estos principios eran recogidos por las diversas tendencias y movimientos de tipo anti-capitalista, anti-oligarquico, democratico, antiimperialistas o nacionalista. El movimiento nacional popular incluia estas tres dimensiones o principios y que la politica era la esIera principal de la accion social. Estos principios y luchas siguen sin ser satisIechos y estimulan aun numerosas acciones colectivas. Pero cada uno de los principios mencionados anteriormente se ha vuelto mas tecnico, autonomo y complejo. Es asi como las viejas Iormas de organizacion tales como los sindicatos o los partidos o el corporatismo tienden a volverse inadecuados y no pueden encontrar una Iormula unica para todas estas dimensiones en la politica clasica. Incluso a veces, la realizacion de algunos progresos en una de estas dimensiones ha ido acompaado mas bien por severas regresiones en las otras. Por otro lado, los cambios en la sociedad civil han traido nuevos tipos de demandas y de principios de accion que no podian expresarse a traves de las antiguas luchas por la igualdad, la libertad y la independencia nacional. Los nuevos temas de la vida cotidiana, a las relaciones interpersonales, a las realizaciones personales y de grupo, a las aspiraciones por el reconocimiento 35 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS social, al sentido de pertenencia o a identidades sociales, y que se reIieren al modelo de modernidad que esta enjuego, pertenecen mas bien a la dimension de la busqueda de la Ielicidad o de la subjetivacion, y no pueden ser reemplazados o representados por los antiguos principios y mecanismos de la accion colectiva (sindicatos, partidos, etc.). Tampoco se trata de asuntos privados, sino que se expresan como demandas en la esIera publica. Por supuesto que esta nueva dimension no reemplaza las anteriores, sino que agrega aun mas diversidad y complejidad a la accion social, en la medida, ademas, que no se dirige a un adversario preciso, como era el caso de las luchas sociales clasicas, y no se apoya solamente en la conIrontacion, sino tambien en el acuerdo y la solidaridad. Lo que puede preverse para el Iuturo cercano es una variedad de Iormas de lucha y de movilizaciones, que seran mas autonomas, mas cortas y menos orientadas por los actores politicos. Probablemente se enmarcaran institucionalmente y se orientaran mas hacia revindicaciones sectoriales, modernizaciones parciales, una democratizacion y una integracion sociales graduales, que hacia cambios globales radicales. Su contenido estara dividido entre las demandas de inclusion y, al mismo tiempo, la busqueda de un sentido y una identidad propia Irente a la universalizacion de la modernidad que las Iuerzas del mercado y sus agentes proponen. En ausencia de satisIaccion de estas demandas, es probable que se desarrollen algunas explosiones abruptas y puntuales o la retirada en la apatia o el reIugio comunitarista, o la combinacion de estas Iormulas, mas que la creacion de movimientos revolucionarios coherentes y estables. Consecuencias para el anlisis social y poltico Lo sealado tiene consecuencias en la manera en que los dentistas sociales estudian los movimientos sociales. Hay que alejarse de dos tentaciones. Una es la de volverse proIetas "del" movimiento social central, inventando movimientos sociales concretos que lo constituirian e ignorando el verdadero sentido de su accion. El otro, en ausencia de un movimiento social central, es la de volverse los proIetas de una identidad particular, ignorando su signiIicacion para la sociedad global. Estos dos tipos opuestos de certezas 36 MANUEL ANTONIO GARRETN sobre los movimientos sociales deberian dar lugar a tentativas mas modestas de tratar la ambigedad de la vida social. Esto signiIica elaborar nuevas visiones teoricas del cambio social. Esto signiIica tambien un esIuerzo de solidaridad y de identiIicacion, simultaneamente con el distanciamiento necesario para la comprension y la critica. Pero, mas ampliamente, es todo el analisis social y politico el que se ve transtornado por los Ienomenos que hemos evocado en este capitulo. Las ciencias sociales han Iuncionado hasta ahora en America latina, a partir de la idea de una sociedad deIinida con ciertas Ironteras, con un concepto de sociedad global, que tenia uno o dos parametros, dos o tres estructuras en donde una determinaba a la otra. Esta sociedad evolucionaba en relacion a como cambiaba este parametro, lo que se conIrontaba Iundamentalmente con la historia de las sociedades occidentales. Sea bajo la Iorma de la teoria de la dependencia, o de la teoria de la modernizacion, o cualquier otra, se imponia una vision de sociedad que cambia a traves de un paradigma evolutivo determinado. Los actores eran actores de un guion acabado, y es asi como la mayoria de las veces los temas de investigacion eran los obstaculos o las desviaciones, cuando no se encontraban los actores que cumplieran la Iuncion que debian cumplir. Lo que cambia, como lo hemos sealado, es que ninguno de los procesos sociales que hemos indicado es portador de una racionalidad global. Tienen dinamicas, logicas y actores diIerentes. De esta manera, se vuelve indispensable una diversidad teorica y metodologica, para abordar los cuatro Iocos tematicos, procesos o problematicas socio-historicos deIinidos mas arriba, y para abordar los actores y movimientos sociales que se identiIican con ellos1 3. 13 'er entre otros, A. Touraine, Los problemas de una Sociologia propia en America Latina, (En Revista Mexicana de Sociologia, Julio-Septiembre 1989, Mexico), R. Briceo y H. Sonntag, eds., Immanuel Wallerstein, El legado de la sociologia. La promesa de la ciencia social (Nueva Sociedad, Caracas 1999); F. H. Cardoso, El pensamiento socio-economico latinoamericano. Las ultimas cuatro decadas. (En Nueva Sociedad, N 139, Septiembre-Octubre 1995). Revista Nueva Sociedad, America Latina. la vision de los dentistas sociales (Numero 139, Septiembre- Octubre, 1995, pags. 61-164). 37 !OLITICA Y SOCIEDAD ENTRE DOS !OCAS Una nueva problematica latinoamericana exige simultaneamente una reelaboracion de las categorias e incluso de la practica de las ciencias sociales. 38