Urgencias Pediatricas.1256
Urgencias Pediatricas.1256
Urgencias Pediatricas.1256
CAMPUS TAPACHULA
ALUMNOS:
ELSI PAULINA MEDIANOS RAMIREZ
ETNI RADAI MORALES RODRIGUEZ
MARCO ANTONIO GIL RODRIGUEZ
MAURO MORALES BARRIOS
CARMEN LOPEZ MERIDA
EVELIN JUDITH VELAZQUEZ PEREZ
YAIR ALEXANDER ENRIQUEZ SARABIA
MARIA LUISA LARA VAZQUEZ
MAESTRA:
DIANA LAURA PEREZ GARCIA
MATERIA:
URGENCIAS PEDIÁTRICAS
ACTIVIDAD:
RCP NEONATAL
GRADO Y GRUPO:
7. –“A”
Por el contrario, la mayoría de los recién nacidos que requieren reanimación tienen un
corazón sano. Cuando un recién nacido requiere reanimación, generalmente se debe a
que la insuficiencia respiratoria interfiere con el oxígeno y el c02 intercambio.
• Antes del nacimiento, la placenta realiza la función respiratoria fetal en lugar de los
pulmones fetales. Cuando la placenta funciona normalmente, transfiere oxígeno de la
madre al feto y transporta c0.2 lejos del feto a la madre. Un feto sano realiza movimientos
respiratorios, que son importantes para el crecimiento normal de los pulmones.
• Después del nacimiento, los pulmones del bebé deben asumir la función respiratoria.
Deben llenarse de aire para intercambiar oxígeno y C02
• Antes del nacimiento, los pulmones fetales están llenos de líquido, no de aire, y no
participan en el intercambio de gases. Todo el oxígeno que usa el feto proviene de la
sangre de la madre por difusión a través de la placenta. La sangre fetal oxigenada sale de
la placenta a través de la vena umbilical.
• Los vasos sanguíneos de los pulmones fetales (vasos pulmonares) están estrechamente
constreñidos y muy poca sangre fluye hacia ellos. En cambio, la mayoría de la sangre
oxigenada que regresa al feto desde la placenta a través de la vena umbilical fluye a través
del foramen oval o conducto arterioso y no pasa por los pulmones. Debido a que la sangre
fluye directamente del lado derecho del corazón al lado izquierdo sin entrar a los
pulmones, esto se llama derivación de derecha a izquierda. En el útero, esta derivación de
derecha a izquierda permite que la sangre más oxigenada fluya directamente al cerebro y
al corazón del feto.
• Después del nacimiento, una serie de eventos culminan en una transición exitosa de la
circulación fetal a la neonatal.
- Como el bebé respira profundamente y llora, los alvéolos absorben líquido y los
pulmones se llenan de aire
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- El aire en los pulmones hace que los vasos pulmonares previamente constreñidos
se relajen para que la sangre pueda fluir a los pulmones y llegar a los alvéolos
donde se absorberá el oxígeno y el C02 será eliminado.
- La sangre oxigenada que sale de los pulmones se dirige al corazón del bebé para
que el corazón y el cerebro reciban un flujo sanguíneo adecuado una vez que se
pinza el cordón umbilical.
Anticipación
En el embarazo de riesgo la madre debe ser trasladada antes del parto a un centro con
capacitación para realizar una reanimación neonatal completa, y que disponga de una
unidad de cuidados intensivos neonatales. El útero es el medio de transporte óptimo. Ya
que no siempre es posible el traslado materno, en todo hospital donde haya partos debe
haber personal capaz de realizar todas las maniobras de reanimación y la estabilización
posterior del recién nacido para el traslado a un centro adecuado.
Recogida de datos
El pediatra o neonatólogo que asiste al parto debe recabar información sobre:
– Estado del feto, valorando frecuencia cardiaca fetal (FCF), el pH fetal si el patrón de
registro de la FCF es difícil de interpretar, o por estudio del perfil de la onda de
velocidad de flujo (OVF) durante el ciclo cardiaco en diferentes vasos mediante
flujometría Doppler.
Personal
– Partos de alto riesgo: debe estar en el paritorio al menos una persona entrenada
en reanimación cardiopulmonar completa. Cuando se prevea que va a nacer un
neonato severamente deprimido deben estar presentes en el paritorio al menos
dos personas expertas, una para ventilar y si es preciso intubar y otra para
monitorizar y si es preciso dar masaje cardíaco y/o administrar drogas.
Diabetes materna
Hipertensión arterial gestacional o crónica
Enfermedades maternas crónicas: cardiovascular, renal, pulmonar, otras • Anemia
o isoinmunización
Muertes neonatales o fetales previas
Hemorragia en el 2º o 3er trimestre
Infección materna
Oligoamnios o polihidramnios
Rotura prematura de membranas
Gestación postérmino
Gestación múltiple
Discrepancia entre tamaño del feto y edad de gestación
Tratamiento con fármacos: litio, magnesio, otros
Malformación fetal
Actividad fetal disminuida
Embarazo no controlado
Edad materna < 16 años o > 35 años
Cesárea urgente
Parto instrumental: ventosa o fórceps
Presentación anómala
Parto prematuro o precipitado
Corioamnionitis materna
Rotura prolongada de membranas (> 18 horas previas al parto)
Parto prolongado (> 24 horas o expulsivo > 2 horas)
Bradicardia fetal o patrones de frecuencia cardiaca fetal anómalos
Administración de narcóticos a la madre en las horas previas al parto
Líquido amniótico teñido de meconio
Prolapso de cordón
Desprendimiento de placenta o placenta previa
Medidas Generales
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En los momentos previos al parto:
Tomar las medidas de protección frente a posibles contagios (guantes, bata, gafas).
EVALUACIÓN INICIAL
Está basada en la respuesta a 4 preguntas, ¿El líquido amniótico es claro? ¿La gestación es
a término? ¿El recién nacido respira o llora? ¿Tiene buen tono? Si todas las respuestas son
afirmativas: el recién nacido puede ser colocado piel con piel con su madre y si es
necesario se puede secar con toalla y limpiar la boca con una gasa. Los cuidados de rutina
pueden esperar y no hay necesidad de interferir el primer contacto con su madre. Si
alguna repuesta no es afirmativa se procederá a la estabilización inicial.
ESTABILIZACIÓN INICIAL
Evitar pérdida de calor: tras ligar y cortar el cordón umbilical, colocar al niño bajo
una fuente de calor radiante.
Optimizar la vía aérea: colocar al niño en decúbito supino con la cabeza en posición
neutra o ligera extensión. Si precisa, aspirar secreciones con una sonda de 8-10 F,
primero boca y después nariz. La presión negativa no debe ser superior a 100
mmHg o 20 cmH2O. La succión debe ser en periodos breves y de forma superficial,
evitando
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introducir la sonda profundamente, ya que se puede producir un espasmo laríngeo
y bradicardia vagal.
Secar la piel con toallas precalentadas, retirando las toallas húmedas y cubriéndole
con una seca. Se debe evitar tanto la hipertermia como la hipotermia.
REANIMACIÓN NEONATAL
Cada nacimiento debe ser atendido al menos por una persona que pueda realizar los
pasos iniciales de reanimación neonatal y utilizar PPI, y que su única responsabilidad sea la
atención del recién nacido. Ante la presencia de factores de riesgo perinatal que
incrementen la necesidad de reanimación, debe estar disponible de manera inmediata
personal adicional que tenga habilidades en reanimación, incluyendo compresiones
torácicas, intubación orotraqueal y colocación de catéter umbilical. Mas aún, ya que un
recién nacido sin aparentes factores de riesgo, de manera súbita puede requerir
reanimación, todas las instituciones deben de tener un plan de atención para que de
manera rápida se pueda movilizar un equipo con habilidades de reanimación neonatal
para atender cualquier nacimiento.
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Un reanimador o un equipo de reanimación neonatal está en desventaja si el material de
reanimación está perdido o si el equipamiento no funciona. Una lista de cotejo que
asegure que todo el material y equipo estén presentes y funcionen de manera adecuada,
puede ser de utilidad. Un factor de riesgo ya conocido, como la prematurez, requiere de
preparación de material específico para termorregulación y soporte respiratorio en esta
población vulnerable.
Cuando se identifiquen factores de riesgo perinatal, se debe organizar un equipo de
reanimación y se debe asignar un líder. Si el tiempo lo permite, el líder debe realizar una
sesión pre-reanimación, identificando las intervenciones que se puedan requerir y asignar
roles y responsabilidades a cada miembro del equipo. Durante la reanimación es muy
importante que el personal muestre adecuada comunicación y trabajo en equipo para
garantizar la calidad de la atención y seguridad al paciente.
La PCR es un problema de extrema gravedad que debe ser identificado y resuelto lo más
rápidamente posible, no sólo por el pronóstico vital a corto plazo, sino también por las
posibles secuelas, generalmente neurológicas, que acompañan a una reanimación tardía,
defectuosa o inapropiada. Ante este devastador problema de salud, todos los esfuerzos
deben volcarse en la identificación precoz de signos y síntomas que nos pueden poner
sobre aviso que la PCR es inminente, para intentar evitarla, si es posible, o iniciar lo más
rápida y adecuadamente la reanimación.
Una vez que ésta se produce, debemos identificar correcta y rápidamente aquellos
pacientes que son candidatos a iniciar maniobras de RCP, y en los que no por cuestiones
médicas o éticas. En cualquier caso, si existen dudas razonables, se debe iniciar la
reanimación hasta obtener más datos objetivos, ya que el principio del beneficio de la
duda debe favorecer siempre a la víctima.
En este sentido, es importante la realización de una buena historia clínica con todos los
antecedentes personales de interés y el motivo de ingreso y, además, anotar si el paciente
no fuera reanimable (órdenes de "no-RCP"). Esto facilitaría enormemente la decisión de
empezar o no la RCP, ayudaría a aclarar la causa de la PCR y a que el médico responsable
de la reanimación se centrara exclusivamente en ella en ese momento.
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REFERENCIAS