El Camino de Los Herœs - Argentina Campeón Mu
El Camino de Los Herœs - Argentina Campeón Mu
El Camino de Los Herœs - Argentina Campeón Mu
CAMPEON
MUNDIAL 2022
KA A
El camino de los héroes
Argentina Campeón Mundial 2022
Índice
Cubierta
Portada
Créditos
Para el recuerdo
El Mundial de nuestras vidas
Ya está, Lionel
Breve historia de la Scaloneta: de consumo irónico a Campeón
del Mundo
Golpeando las puertas del cielo: los que se quedaron afuera
Para ser Campéon hubo que alentar
“Muchachos, ahora nos volvimo' a ilusionar...”: furor mundial
por la canción elegida por la Selección Argentina en Qatar
Aviones repletos y reventa caliente: ¿cuántos argentinos
coparon el desierto?
El primer Mundial sin Maradona pero Maradona siempre está:
su casa se volvió templo para ver los partidos de Argentina
en el Mundial
Barwa, el barrio “argentino” de Qatar: picaditos, truco y asado
hasta de camello
La hinchada satélite de la selección argentina que sorprende
a todos en el Mundial de Qatar
El último de los banderazos, esa forma argentina de decir
“acá estamos”
¿Qué hace una feminista como vos en el Mundial?
Las siete estaciones de un viaje conmovedor
El golpe inesperado: Argentina 1 — Arabia 2
Instantáneas inolvidables de Argentina contra Arabia
Saudita
Messi, el capitán con las mejores palabras para el peor
momento: “Que la gente confíe”
Un poco de aire (y varias lágrimas): Argentina 2 — México O
Instantáneas inolvidables de Argentina contra México
El cambio radical de los hinchas, el insulto de De Paul y
el cántico contra México: lo que no se vio del triunfo de
Argentina en el Mundial Qatar 2022
Los festejos y la locura en Bangladesh por el triunfo de
Argentina en el Mundial Qatar 2022: por qué son
fanáticos de la Albiceleste
¿De dónde surgió este fanatismo?
Un triunfo cómodo para quedarse con el grupo: Argentina 2 —
Polonia O
Instantáneas inolvidables de Argentina contra Polonia
Robert Lewandowski develó qué le dijo a Lionel Messi al
final del partido entre Argentina y Polonia
Messi abre el camino: Argentina 2 — Australia 1
Instantáneas inolvidables de Argentina contra Australia
La Selección de todos y el derecho a la alegría
(circunstancial)
80 minutos de gran fútbol y el sufrimiento de los penales:
Argentina 2 (4) — Países Bajos 2 (3)
Instantáneas inolvidables de Argentina contra Países
Bajos
“Qué mirás, bobo”: ya es furor el merchandising con la
frase del enojo de Messi
¿Qué paso entre Messi y Weghorst?
El Messi más maradoniano de los Mundiales
Un paseo hasta la Final: Argentina 3 — Croacia O
Instantáneas inolvidables de Argentina contra Croacia
“Un marciano llamado Messi”: así reflejó la prensa
internacional la goleada de Argentina sobre Croacia en
el Mundial de Qatar
En las puertas de la Gloria: todo lo que Argentina había
ganado antes de llevarse la Copa
Un thriller llamado “La Gloria Eterna”: Argentina 3 (4) —
Francia 3(2)
Instantáneas inolvidables de Argentina contra Francia
“Final surrealista” y “Mbappé no alcanza”: el shock de los
medios franceses tras la consagración de Argentina en
el Mundial de Qatar
Una alegría grande como todo un país (y más)
La interminable fiesta de los hinchas argentinos en Doha tras
ganar el Mundial y el cambio en el hit “muchachos”
Argentina Campeón: colapsó la Ciudad de Buenos Aires por
los festejos
Del souvenir que se llevó Thiago Messi a la emotiva frase de
Rodrigo De Paul a su madre: lo que no se vio de la
celebración de los campeones del mundo con sus familias
Toda la intimidad de los festejos de Argentina campeón del
Mundial de Qatar: el cantito contra Mbappé, la dedicatoria a
Brasil y un pedido especial a Scaloni
Locura total en Pujato, el pueblo de Lionel Scaloni, por la
conquista de la Copa del Mundo: “Nos llenó de orgullo, no
hay palabras”
Argentina campeón: las tapas, los datos y los memes
“Coronación completa”, “Messi ya tiene su Mundial” y “Como
Maradona”: así reflejaron los medios internacionales el
título de Argentina
Kempes, Maradona y Messi: la computadora de los tres
títulos de Argentina en los Mundiales que ganó
Los mejores memes de Argentina campeón del mundo: el
aura de Diego Maradona, el brillo de Di María y Messi y
Dibu Martínez salvador
El poema de Borges que se usó para burlarse de Mbappé
Recibimiento de campeones
Los detalles del recibimiento a la Selección campeona del
mundo en el aeropuerto de Ezeiza: las tres sorpresas que
se encontraron los jugadores
Fervor popular e improvisación: el reencuentro de los hinchas
con los campeones del mundo que terminó en helicópteros
sobre Buenos Aires
“Bien fría como el pecho de Mbappé”: historias de los
“buscavidas” que ganaron con la fiesta de la selección
argentina
Argentina campeón: secretos de un festejo histórico y un
operativo que bordeó el desastre
Un día de locos
El descontrol
El terror
La llamada
El feriado inútil
Interna e incidentes
Un Obelisco que no vio a los campeones del mundo pero que
vivió la fiesta popular más grande de la historia a pesar de
los incidentes del final
El drone de Infobae en el festejo histórico en la 9 de Julio
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El camino de los héroes : Argentina Campeón Mundial 2022
/ la ed.- Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Vi-Da Tec,
2023.
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1. Mundiales de Fútbol
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O Leamos, 2022
Conversión digital: Libresque
¡li Leamos
Para el recuerdo
Que esta alegría siga, que dure, que la vivamos un poco más.
Pensamos esta recopilación como una forma de prolongar los
festejos por el Campeonato Mundial que la Selección argentina
ganó en Qatar en 2022.
La pensamos en caliente. Para eso, recogimos una selección de
artículos que fueron apareciendo en Infobae durante el Mundial y,
además, escribimos algunos nuevos, con la perspectiva de los días
que pasaron y los resultados que ya conocemos.
Los partidos, la gente, las redes, los festejos, las polémicas.
Un libro para coleccionar y volver a mirar.
Bienvenidos a él.
El Mundial de nuestras vidas
En su quinto Mundial, el enorme Lionel Messi logró su máximo objetivo: ganó la Copa. (AP
Foto/Manu Fernández)
La Copa del Mundo desató la fiesta popular callejera más masiva de la historia Argentina y
el drone de Infobae estuvo ahí para documentarlo.
“Ya está”. Lionel Messi mira al rinconcito del estadio Lusail en el que
están su compañera, sus tres hijos y la autora intelectual y material
de las milanesas que no se compran con plata, y con la boca y con
los ojos hechos sonrisa les dice que la espera acaba de terminar.
Sacude los brazos en el aire con el mismo gesto que hacen los
humanos comunes y corrientes para avisarles a sus hijos que es
hora de salir del mar porque es tarde y hay que volver a casa y que
hacen las maestras para decretar el final de los recreos, pero lo que
avisa Messi es que la historia del fútbol acaba de partirse en dos:
hace un ratito y varias taquicardias atrás, Messi era el mejor jugador
del mundo pero eso no le había alcanzado para ganar un Mundial;
ahora Messi es el mejor jugador del mundo y ganó un Mundial y lo
ganó para siempre. “Ya está”, les dice a los que saben cuánto pesan
sus alegrías, sus tristezas y el insomnio que el capitán argentino
sufrió durante un año después de perder la Final contra Alemania en
Brasil 2014.
“Ya está” es lo primero que dice Lionel apenas Gonzalo Montiel
patea a su izquierda y Lloris, el arquero francés que no atajó ningún
penal de los nuestros, se tira para el otro lado, y entonces Argentina
gana un Mundial después de 36 años y Messi gana un Mundial
después de no ganar los cuatro anteriores. Lo dice con el cuerpo, no
hace falta abrir la boca: ¿qué son esas rodillas dejándose caer por
fin sobre el pasto del Lusail, como si dijeran “qué alegría y qué
alivio, hermano”, si no son una manera de decir “ya está”? ¿Cómo
iba a hacer Messi para empezar a decirnos “ya está” si no era con
las piernas, el idioma en el que nos habla hace cinco Copas del
Mundo?
Las piernas del capitán argentino, el mejor jugador del mundo. (REUTERS/Pedro Nunes)
Messi besa la Copa del Mundo, ese título que consiguió en su quinto certamen.
(REUTERS/Paul Childs)
El capitán argentino celebra con la mirada puesta en los suyos. (AP Foto/Natacha
Pisarenko)
Lionel Scaloni se hizo fuerte al mostrar flexibilidad táctica y carácter desde el banco
argentino. (EFE/ Juan Ignacio Roncoroni /POOL)
Alex Escaloneta2912 - 1h
En respuesta a Eporquetendencia
El técnico y su Scaloneta fueron fortaleciéndose con el correr de las fechas y el invicto: los
memes acompañaron el proceso.
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Jorge Sampaoli fue la cabeza de un mal Mundial de Argentina en Rusia 2018. (AFP)
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Lionel Scaloni comparte cuerpo técnico con otros grandes ex jugadores: Pablo Aimar,
Roberto Ayala y Walter Samuel.
Lionel Scaloni fue parte del equipo de trabajo de Sampaoli en
Rusia. L'Alcudia es un torneo sub 20, tradicional ya pero menor, que
se disputa en España. La estrategia de Tapia para sacarse de
encima a Sampaoli fue ordenarle que fuera a dirigir a ese torneo. El
técnico se negó y su contrato se rescindió. Habían pasado dos
semanas del final del Mundial y Scaloni, que vivía a pocos
kilómetros del lugar, fue designado al frente de ese equipo.
El torneo empezó a quince días de finalizado el Mundial. A
Scaloni lo acompañó Pablo Aimar como ayudante. El plantel tenía
jugadores como Agustín Almendra, Aníbal Moreno, Balerdi, Matías
Palacios, Adolfo Gaich, Facundo Collidio. Pero el que salvó al DT
fue Jerónimo Pourtau, el arquero de Estudiantes que en la semifinal
contra Uruguay tuvo una gran actuación durante el partido —
Argentina quedó con uno menos muy pronto- y atajando dos
penales en la definición.
El que busque el resumen de ese encuentro en la red sufrirá con
cada gol errado por Uruguay y se quedará pensando qué habría
pasado en Qatar 2022 si los chicos argentinos, en inferioridad
numérica, hubieran perdido ese partido que empezaba a definir el
destino de Scaloni. Lo irónico es que Pourtau nunca pudo
establecerse en Primera. La final fue victoria en tiempo
suplementario frente a Rusia.
La Selección mayor debía disputar varios partidos antes de fin de
año. Tapia decidió que Scaloni se hiciera cargo de manera interina.
Sabía que era el único integrante del cuerpo técnico de Sampaoli
con buena relación con el plantel. Eran tres fechas FIFA, seis
amistosos contra rivales sudamericanos y de la Concacaf. Pero sin
Messi. Y uno de ellos era contra Brasil. Iba a ser difícil encontrar a
alguien que se arriesgara al papelón, sin tiempo para trabajar,
dispuesto a dilapidar capital y confianza en sus primeros meses.
Otro argumento para el interinato de Scalonl.
Mientras tanto, varios lo acusaron de traición. Sampaoli era de
Casilda y conocido del padre de Scaloni. Pujato y Casilda quedan a
pocos kilómetros de distancia, en Santa Fe. El calvo DT era
empleado bancario y ayudaba a Scaloni padre a lidiar con los
descubiertos. Como gratitud, el productor agropecuario lo ayudó a
convertirse en técnico de Argentino de Rosario. A partir de ese
momento despegó la carrera de Sampaoli. Se reencontraron en
Sevilla. Otra vez intercedió Scaloni padre para pedirle que le hiciera
un lugar a su hijo. De ahí pasaron juntos a la Selección. La relación
se quebró tras Rusia 2018.
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Hubo varios jugadores que fueron parte del elenco estable del
ciclo Scaloni pero que no pudieron coronarse campeones del
mundo.
El Kun Agúero, número puesto en todas las convocatorias, amigo
de Messi y muy querido en el plantel, debió retirarse del fútbol por
un problema cardíaco.
La gran pérdida fue la de Gio Lo Celso. Titular indiscutido, uno de
los integrantes inamovibles del mediocampo que ganó la Copa
América y deslumbró durante las eliminatorias, se lesionó jugando
para el Villarreal muy cerca del comienzo del Mundial. Su baja fue
sensible. Nadie podía cumplir la misma función que él. El equipo
debía reconfigurarse.
Durante mucho tiempo Joaquín correa ofició de reemplazante de
Lautaro Martínez, aunque sus características no fueran similares.
Pero Joaquín también quedó en el camino. Fue cortado un día
después del último amistoso, cuando él hizo un gol. Scaloni no lo vio
bien y el Tucu debió confesar que no se había repuesto de su
lesión.
Nico González fue uno de los (varios) grandes aciertos de
Scaloni. De los 47 millones de técnicos que tiene el país, pocos —
casi ninguno- lo hubiera llamado a la Selección mientras jugaba en
Alemania. Y menos aún le hubieran dado un papel protagónico. Nico
jugó de extremo, en el medio y hasta de lateral izquierdo. Daba
mucho recorrido por izquierda, explosión, gol y cabezazo. Pero las
lesiones lo castigaron los últimos meses. Casi no jugó en el
semestre y Scaloni, al no verlo bien, lo reemplazó, también tras dar
la lista, días antes del primer partido.
Las bajas de Correa y Nico González le abrieron las puertas a
Ángel Correa y a Thiago Almada: para ser campeón mundial
además del esfuerzo, el temple y el talento, hay que tener suerte.
Mientras los técnicos y las federaciones confirmaban los planteles
definitivos del Mundial con súper producciones audiovisuales, spots
bellos e ingeniosos, Scaloni se sentó frente a un escritorio y, mal
iluminado y con un pizarrón a sus espaldas, leyó los 26 nombres
que viajarían a Qatar. En las redes se instaló la broma de que la
estética era similar a la de los comunicados clandestinos de las
organizaciones armadas de los años setenta. Algunos pensaron que
la pieza era de una precariedad innecesaria. Otros, que demostraba
que el cuerpo técnico estaba concentrado en su objetivo y que no
iba a perder el tiempo con tonterías ni fuegos artificiales.
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Joaquín Correa llegó a estar convocado para Qatar, pero no se había recuperado bien de
una lesión y Scaloni lo desafectó. (REUTERS/Ernesto Ryan)
Nicolás González jugó poco en el último semestre: eso lo dejó afuera de la Selección.
Desde que salieron a la venta las entradas de Qatar 2022, los argentinos hicieron saber
que harían ruido en el Mundial. (AP Photo/Natacha Pisarenko)
Los números oficiales son más bajos que las estimaciones
extraoficiales y también de lo que se percibe en los estadios (no
todos los hinchas de la Selección son argentinos). El gobierno de
Qatar selló 22.500 pasaportes argentinos desde que comenzó el
Mundial hasta el pasado miércoles, según fuentes de la Embajada
Argentina. Fueron 12.500 argentinos los que ingresaron durante la
fase de grupos, que suele ser el momento en que más cantidad de
gente viaja para ver a sus equipos porque tiene la posibilidad de
asegurarse, por lo menos, tres partidos.
Pero esas cifras oficiales, sin embargo, no completan el panorama
de la hinchada de la Selección, ya que una buena cantidad de
argentinos ingresó a Qatar con pasaporte europeo, generalmente
Italiano o español. Aproximadamente tres de cada diez argentinos
que se acercaron a la sede de la Embajada en Doha para realizar
algún tipo de trámite informó haber entregado un pasaporte europeo
para ingresar al país, calcularon fuentes oficiales.
Después de una sufrida fase de grupos, Argentina finalmente
consiguió el pase a los octavos de final, pero aunque algunos
lograron quedarse, la mayoría de los hinchas se volvieron. A
principios de diciembre, antes del partido contra Australia, comenzó
el primer recambio que culminará ya cuando se decida el ganador
de la Copa del Mundo.
El número aproximado -siempre en base a datos oficiales- de
argentinos que podrían estar en Qatar para ver el partido contra
Francia sería cerca de 20.000 hinchas, que ya se están moviendo
por las calles de Doha para conseguir la entrada que les asegure un
lugar en el estadio Lusail.
Para sentirse en casa, los argentinos tuvieron un Obelisco en Doha.
dirigentes de AFA.
La histórica casa de Maradona en Villa Devoto se convirtió en una sede para alentar a la
Selección.
Fútbol y fiesta en el chalet que vivió Diego.
Barwa, un barrio en el que el alojamiento era accesible, concentró a gran parte de los
argentinos. (REUTERS/Kurt Michael Hall)
parrilla en Qatar. (REUTERS/Kurt Michael Hall)
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La indumentaria típica gatarí pero con los colores argentinos, una marca de la presencia
Albiceleste en el Mundial. (REUTERS/Susana Vera)
Los banderazos fueron una forma de apoyar también desde la Argentina. (Nicolas Stulberg)
Las plazas porteñas que tuvieron pantalla gigante concentraron a miles de hinchas.
(Franco Fafasuli)
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De penal, Messi anota el primer gol de la Argentina en Qatar 2022. (EFE/ Juan Ignacio
Roncoroni)
Un hincha argentino sintetiza la preocupación de todos: Argentina pierde su primer partido.
(REUTERS/Carl Recine)
Fuera de libreto, Arabia Saudita pasa al frente y Lionel Messi se lamenta. (AP)
“¿Dónde está Messi?” repetían los hinchas de Arabia Saudita tras la derrota argentina:
Lionel tendría tiempo para responderles. (REUTERS/Pedro Nunes)
Messi, el capitán con las mejores palabras para el peor
momento: “Que la gente confíe”
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Los hinchas mexicanos llegaron al estadio desafiando a los argentinos, que venían de una
derrota. (REUTERS/Molly Darlington)
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El desahogo es total: Lionel corre para abrazarse a Di María, Julián Álvarez se apura para
sumarse al festejo. (REUTERS/Pedro Nunes)
Enzo Fernández, uno de los protagonistas de la joven guardia de la Selección.
(REUTERS/Pedro Nunes)
Messi y Maradona, en el centro de la hinchada argentina. (REUTERS/Amanda Perobelli)
El cambio radical de los hinchas, el insulto de De Paul y el
cántico contra México: lo que no se vio del triunfo de
Argentina en el Mundial Qatar 2022
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El partido con México afianzó la presencia de hinchas argentinos en los estadios de Qatar.
En un partido que se mantuvo cerrado hasta el segundo tiempo, Scaloni no paró de dar
indicaciones para acomodar al equipo. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)
Ni bien el árbitro italiano Daniele Orsato pitó el final del partido entre
Argentina y México por la segunda fecha del Mundial de Qatar 2022,
se desató la algarabía. Miles de personas salieron a festejar el
triunfo que dejó a la Albiceleste cerca de los octavos de final del
torneo más codiciado. Movilizados a pie o en caravanas de motos,
los fanáticos coparon las calles. Y con camisetas, banderas y a los
gritos, dieron rienda suelta a su euforia.
La descripción de la escena bien podría ser la del Obelisco y sus
alrededores luego de un logro de la Selección nacional. Pero no.
Sucedió a 17.000 kilómetros de distancia de Buenos Aires. Más
precisamente en la República Popular de Bangladesh, donde existe
un sorprendente fanatismo por la selección argentina que se reflejó
en videos de las celebraciones que se viralizaron en las redes
sociales en las últimas horas.
Como en otras ocasiones, apenas se consumó la victoria de la
Scaloneta, los bangladesíes festejaron como si fuera su propio
equipo. En la Universidad de Dacca, la capital del país sudasiático,
una multitud se reunió para mirar y alentar a Lionel Messi y
compañía. La alta expectativa por el trascendental partido en esta
locación ya se palpaba en la previa: en las azoteas de los edificios
lucían banderas gigantes con los colores celeste y blanco. El
entusiasmo incluso se veía en la TV local, a tal punto que una
conductora dio las noticias con la casaca del seleccionado puesta.
Bangladesh (que significa “país de Bengala”, en referencia a la
región en la que se encuentra) tiene poco más de 151 millones de
habitantes. Es uno de los países más densamente poblados del
mundo y está situado en el delta del río Ganges: limita casi
completamente con India y algo con Birmania en una franja del
sudeste, y sufre inundaciones producto de los vientos monzones y
de los ciclones.
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Festejos en Dacca, capital de Bangladesh: Argentina, una pasión del otro lado del mundo.
(REUTERS/Mohammad Ponir Hossain)
Un grupo de estudiantes bangladesíes con la camiseta argentina. (REUTERS/Mohammad
Ponir Hossain)
Lionel Scaloni, siempre activo a la hora de dar indicaciones desde el banco de suplentes.
(Kai Pfaffenbach)
Dibu Martínez salva a la Argentina del empate australiano con una atajada clave sobre el
final del partido. (REUTERS/Paul Childs)
Enzo Fernández y Nicolás Otamendi abrazan a Dibu justo después de su gran tapada para
evitar el 2 a 2. (REUTERS/Fabrizio Bensch)
Tras el primer partido por eliminación directa, la Selección festeja el paso a cuartos de final.
(REUTERS/Kai Pfaffenbach)
La Selección de todos y el derecho a la alegría
(circunstancial)
¿Qué es lo que hace que este Mundial sea tan especial para los
argentinos? Desde el episodio con el desabastecimiento de figuritas,
que hasta llegó a la mesa de discusiones de la Secretaría de
Comercio en una inverosímil onda “Figuritas para Todos”, hasta el
nuevo himno del seleccionado —libre interpretación del hit de La
Mosca- que copó la parada poco antes del final entre Francia y
Polonia, venimos asistiendo a un fenómeno difícil de explicar
(aceptemos esa obstinación narcisista que tenemos los periodistas
de creer que podemos explicarlo todo; hasta lo inexplicable).
Van algunos datos aislados para justificar esta idea de estar
atestiguando algo singular. Un vuelo desde Varsovia hasta Doha
demora casi siete veces menos que hacerlo desde la Argentina. Es
más. El viaje en auto desde Polonia demora casi lo mismo que
hacerlo desde casa en avión. Sin embargo, la hinchada argentina
superó a la polaca en una proporción de 8 a 2. Sin contar los indios,
pakistaníes, chinos o bengalíes que asistieron al partido vestidos de
celeste y blanco. Si a la distancia geográfica le agregamos los
asuntos vinculados con la inflación o el dólar Qatar —y lo que sea
que eso quiera decir- perfectamente podemos pasar de lo
sorprendente a lo inverosímil.
Después de tres semanas de desembarcado en Doha puedo dar
fe de que los costos no son justamente los de unas vacaciones en la
costa bonaerense. Un desayuno normal —café con leche, croissant y
un jugo de naranja- no baja de los 35 riyal: 10 dólares: mas de 3000
pesos. Y una hamburguesa sin nada más que carne —ponganle-,
pan y un sobrecito de ketchup orilla los 4000. ¿Y el transporte? ¿Y
el alojamiento? ¿Y las entradas? Por supuesto que debe haber
mucho más que 25.000 o 30.000 argentinos en condiciones de
pagar esto o mucho más con tal de subir selfies mundialistas en su
Instagram. Pero la gente con la que se interactúa en los estadios y
en las calles gataríes no es justamente esa que aparece en fotos
desde los palcos más costosos -más de uno vinculado con la
política logró escabullirse de esas lentes curiosas- sino que se trata
de personas como cualquiera de nosotros, que esquiva el
cimbronazo que sacude a la clase media y decide gastarse los
ahorros y hasta priorizar el Mundial a comprar ese monoambiente
que no llegó a reservar antes de subirse al avión.
Los hinchas se juntaron en plazas de distintas ciudades argentinas a alentar a la Selección.
(Franco Fafasuli)
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“Qué mirás, bobo. Andá pa! allá”, se convirtió en una de las frases
más repetidas de la noche y ya tiene su propia línea de
merchandising. Su autor, Lionel Messi, la dijo segundos antes de dar
una entrevista a TyC Sports después de que la selección argentina
ganara el partido de cuartos de final contra Países Bajos y
clasificara a la semifinal del Mundial Qatar 2022.
Durante unos minutos, no se pudo saber a quién estaba dirigida la
furia del Diez, ya que la persona a la que le hablaba Messi estaba
fuera del plano de la cámara que transmitía en vivo la entrevista.
Pero unos minutos después trascendió que el capitán argentino le
hablaba al jugador neerlandés que anotó los dos goles del equipo
europeo, Wout Weghorst, y estalló el furor.
Rápidamente, el video en el que La Pulga dice “qué mirás, bobo”
se volvió viral en redes, fue tendencia y se repitió hasta el cansancio
en las pantallas de televisión. Y así, de forma totalmente natural y
automática, entró en el repertorio popular de las frases más
consagradas del país.
Ahora, la épica réplica de la noche ya está disponible y a la venta
en remeras, mates, gorras y hasta accesorios para la computadora,
una clara muestra de la inventiva criolla y de la veneración al Diez.
En Mercado Libre hay una gran variedad de objetos ploteados con
“qué mirás, bobo” y la cara de Lionel Messi disponibles para todos
los gustos y con una gran gama de precios.
Por ejemplo, hay tazas de distintos tipos, mágicas, de cerámica,
de plástico, sublimadas, entre los $500 y los $3500. Las remeras,
por otra parte, van desde los $2000 hasta los $14.000. Hay,
además, mates, gorras y hasta mouse pads. En Instagram también
se vieron ofertas, como la de la diseñadora, DJ e influencer Coneja
China (Ana Moreno Hueyo), que publicó una foto luciendo un diseño
propio con la frase del Diez y en su página web la vende a $8500.
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Tras el partido, Messi se acerca a Van Gaal: el técnico neerlandés había asegurado que el
aporte del Diez sin pelota era menor para la Argentina. (REUTERS/Paul Childs)
Alejandro Sabella, el técnico que logró que la Argentina “cruzara el Rubicón”.
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Antonela Roccuzzo junto a Thiago, Mateo y Ciro Messi alentaron al capitán en los siete
partidos de Qatar.
Centro atrás es medio gol: Messi asiste a Julián Álvarez para el tercero de Argentina. (AP
Foto/Thanassis Stavrakis)
El Obelisco, colmado para celebrar que Argentina es finalista de la Copa. (AP Foto/Víctor
R. Caivano)
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Messi festeja el pase a la Final con los hinchas argentinos, a pura sonrisa.
(REUTERS/Peter Cziborra)
“Un marciano llamado Messi”: así reflejó la prensa
internacional la goleada de Argentina sobre Croacia en el
Mundial de Qatar
El aire de ese día era espeso en la zona mixta. Los ojos rojos de
rabia de Rodrigo De Paul pasaron mirando el escenario en silencio.
Toda una conclusión gestual de lo que se vivía. Nadie entendía lo
que había sucedido contra Arabia Saudita hacía un par de minutos
en ese gigantesco Lusail Stadium que, aunque no lo sabíamos, se
¡iba a transformar en la casa argentina en las semanas siguientes.
El clima festivo que había en Doha durante los días previos al
debut del Mundial ahora se había derretido. Los cuerpos de los
hinchas caminaban como si arrastraran su alma. El golpe había sido
fuerte y, para colmo, había que convivir con las constantes —e
inesperadas por cierto- cargadas de los miles de hinchas árabes
que cubrieron los 500 kilómetros que separan las capitales de
ambos países para copar Qatar. Fue un mensaje del capitán el que
cargó el tanque de combustible nuevamente. “Que la gente confíe”.
El primer paso del mejor Messi.
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Ese lema empezó a cambiar los ánimos día a día. Los 20 mil
fanáticos argentinos que cruzaron la estricta frontera gatarí dejaron
macerar el sabor de la derrota. 72 horas más tarde, en el primero de
los siete banderazos que hubo en el dedo dorado del Souq Wagjif, el
sentimiento derrotista se había extinguido. El mazazo inesperado
que cortó la racha invicta de 36 partidos abrió la puerta a la
aparición de los tres apellidos que más ganancia le sacarían a este
Mundial: Alexis Mac Allister, Enzo Fernández y Julián Álvarez.
El primero fue titular contra México y nunca más volvió a salir. El
segundo jugó casi todo el complemento y demostró que ante el
bajón de rendimiento de Leandro Paredes él era el indicado para ser
el patrón del medio. Además, se ganó la titularidad aquella noche
con la perla de ese golazo sanador. El Araña saltó también desde el
banco, pero la energía que transmitió en esos minutos que jugó le
terminarían cambiando el rol en el plantel.
A la distancia, el partido con Polonia quedó como aquel que
definió la clasificación en primer lugar a la siguiente ronda. Pero la
realidad es que el 1-2 con Arabia Saudita y el siguiente 2-0 contra
México no dejaron a la Selección argentina en una posición cómoda.
Aquella noche en el 974 Stadium, el famoso recinto de los
containers, Argentina fue local por primera vez. El ambiente en el
estreno había sido motivo de discusiones entre los argentinos que
arribaron a Doha y contra México se sintió mucho más el aliento del
público. Pero el duelo contra los europeos fue el quiebre. Se
amalgamó definitivamente la unión jugadores-gente con la victoria 2-
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Julián Álvarez y Enzo Fernández, dos protagonistas de la renovación de la Selección.
(JUAN MABROMATA / AFP)
Emiliano Martínez celebra ante Australia. (REUTERS/Kai Pfaffenbach)
Aunque tal vez el resumen que mejor encuadra para este equipo
es una definición que dio Lionel Scaloni en su última conferencia de
prensa: “El mayor triunfo nuestro es que todos se sientan parte.
Incluso que la gente lo sienta así”. Lo dejó en claro Leo Messi
cuando habló con el Kun Aguero vía Twitch en plena concentración
mundialista: “Te queremos mucho, te extrañamos a vos, a Gio (Lo
Celso). Sabés que siempre están presentes”. No fue una frase
hecha la del capitán a su amigo. El grupo sumó, en las últimas
horas, a Nico Domínguez, Juan Musso, Lucas Martínez Quarta, Nico
González y Joaquín Correa, después de tener como invitados
estelares a Agúero y Lo Celso en partidos previos. Tipos que
quedaron afuera que quieren estar en la definición. La unión hace la
fuerza.
Mientras tanto, la gente agotó cada vuelo que salió de urgencia
desde Argentina y se pasó toda la madrugada gatarí tratando de
conseguir alguna entrada en el sitio web de la FIFA o negociando la
reventa. Y aunque lamentablemente muchos se queden afuera, las
más de 88 mil butacas del Lusail estarán repletas de celeste y
blanco.
Pero, seguramente, las imágenes más emocionantes seguirán
siendo las de nuestros amigos, hermanos, nuestros viejos O
abuelos. Cada escena que se viraliza de Argentina festejando es un
mimo al corazón. La distancia entre Doha y nuestro país se hace
trizas. Estamos a un paso. Los ojos lagrimosos de De Paul aquel día
tras lo sucedido contra Arabia Saudita ahora están rojizos por la
emoción de unir a un país que venía pataleando de dolor: “El logro
más importante es que pudimos traspasar toda barrera y llegar a
cada casa para darles un momento de felicidad, algo porque sonreír,
una excusa para abrazarse y sobre todo que nos sintamos muy
orgullosos del país donde nacimos”. Ver a Argentina gozar de
alegría por un Mundial marca que la tarea está más que cumplida.
Un thriller llamado “La Gloria Eterna”: Argentina 3 (4) -
Francia 3(2)
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Tras un rebote, Messi mete el tercero contra Francia: parece definitivo pero aún queda
sufrir. (REUTERS/Peter Cziborra)
El penal de Montiel se convierte en gol, Argentina es campeón. (REUTERS/Kai
Pfaffenbach)
Alegría, alivio, emoción: después de 36 años, la Selección gana la Copa.
“Final surrealista” y “Mbappé no alcanza”: el shock de los
medios franceses tras la consagración de Argentina en el
Mundial de Qatar
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La Final acaba de terminar y el plantel festeja con la hinchada en una de las tribunas. (AP
Foto/Martin Meissner)
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La foto más esperada: Lionel campeón. (REUTERS/Hannah Mckay)
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(REUTERS/Peter Cziborra)
Con la Copa recién entregada por la FIFA, el capitán celebra con el plantel. (REUTERS/Lee
Smith)
Un detalle curioso: a los jugadores casi se les pasa por alto dar la
vuelta olímpica. Hubo fotos con la Copa, hubo festejo en el
escenario, hubo saludo protocolar, pero faltó una de las cosas más
importantes en una gala de este tipo. La recorrida perimétrica de los
vencedores con el grito de fondo “dale campeón, dale campeón”. Un
grupo de hinchas advirtió sobre ello a varios futbolistas que estaban
cerca del arco de los penales de forma vehemente: “¡Que den la
vuelta, la p... que los parió, que den la vuelta, la p... que los parió”.
Ahí recién se formaron, alzaron a Messi en andas y arrancaron la
vuelta inmortal.
Toda la intimidad de los festejos de Argentina campeón del
Mundial de Qatar: el cantito contra Mbappé, la dedicatoria a
Brasil y un pedido especial a Scaloni
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Pujato, donde nació Scaloni, celebra a puro orgullo por su crédito local.
El otro “Lío”: el DT de la Selección empezó con un interinato y terminó campeón. Un mural
en Pujato lo homenajea.
Anto MOE
Coronation Complete! Lionel Messi
Claims His Crown as Argentina
Rejoices
Messi scored twice in one of the most exciting World Cup finals in
history. Kylian Mbappé scored a hat-trick for France, whose
furious comeback fell short.
“Coronación completa” para Messi, según The New York Times. (Archivo)
M Fútbol Baloncesto Motor Polideportivo Coches Más +
LA POLÉMICA
Dos penaltis y dos
aclertos: "Eran claros”
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UNO A UNO
Leo, ya tienes tu Mundial: te lo Otra vez un Messi de
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RUBÉN JUN JIMÉNEZ
JAIME RINCÓN [3 £7e)
“Ya tienes tu Mundial, te lo mereces”, dice el diario Marca, que ha sido crítico de Messi.
(Archivo)
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Kempes, Maradona y Messi, estrellas de los tres Mundiales ganados por Argentina.
LA COMPUTADORA DE LOS TRES
TITULOS DE ARGENTINA EN MUNDIALES:
Las estadísticas detrás de cada uno de los certámenes que se llevó la Selección.
DÍD MORTALES
EL GRITO SAGRADO,
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Ofilosofia desde el sur
Mbappé, protagonista de los memes.
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Messi y Scaloni llegan a Ezeiza con la Copa, listos para celebrar con el pueblo argentino.
(Luis ROBAYO / AFP)
Primera caravana: los jugadores van desde el aeropuerto hasta el predio que la AFA posee
en Ezeiza. (Luis ROBAYO / AFP)
Los jugadores en plena caravana, rodeados de los hinchas que pudieron llegar a ver el
micro.
En la misma sintonía, Emiliano Martínez se dejó ver con un mini
Mbappé, al que trató como si fuera su hijo deportivo. El astro del
PSG que convirtió tres goles en la final fue uno de los centros de
burlas, debido a las declaraciones previas que había realizado en la
previa, cuando sostuvo que el fútbol sudamericano no estaba a la
altura del europeo.
Como en toda historia romántica, también hubo tiempo para el
drama. El caos y la desorganización generaron falsas expectativas
en los hinchas que aguardaban por sus ídolos en las inmediaciones
de la General Paz, ya que el cambio de recorrido constante privó a
miles de fanáticos de estar cerca de los jugadores. Fue una
situación que provocó el enojo del presidente de la AFA, Claudio
Chiqui Tapia, quien se manifestó a través de su cuenta oficial de
Twitter. “No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en
el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos
escoltaban, no nos permiten avanzar. Mil disculpas en nombre de
todos los jugadores Campeones. Una pena”, escribió el directivo.
Durante ese período, dos individuos que aguardaban en un
puente el paso del micro perdieron la cordura y saltaron hacia el
móvil que trasladaba a Lionel Messi y compañía. Uno logró acceder
a los futbolistas, quienes lo recibieron con abrazos. El otro, en
cambio, tuvo un error de cálculo y cayó contra el pavimento
provocando preocupación en todos los presentes por su estado de
salud.
La ceremonia terminó de forma abrupta. Por pedido de los
organismos de seguridad, los integrantes de la Scaloneta
abandonaron el micro en Parque Roca, donde se subieron a dos
helicópteros con los que dieron dos vueltas olímpicas por el cielo
porteño antes de regresar al predio de Ezeiza. Lionel Messi, Lionel
Scaloni y Rodrigo De Paul compartieron uno de los vuelos de
regreso al lugar donde se aloja la Selección.
En otra aeronave viajaron, entre otros, Guido Rodríguez y Enzo
Fernández, quien compartió unas imágenes en la que se lo observa
sonriente mientras aprecia la vista aérea de la Ciudad. El volante del
Benfica más tarde publicó una foto en la que posó junto a un grupo
de compañeros, todos con sus rostros rojizos tras haber estado
varias horas bajo el sol. Algunos como Thiago Almada o Ángel
Correa se divirtieron con cascos de piloto. Otro que registró el viaje
fue Alejando Papu Gómez, que se fotografió sosteniendo la Copa
del Mundo.
Por tierra fue imposible, así que el plantel celebró con los argentinos desde helicópteros
que sobrevolaron el Obelisco.
La autopista 25 de Mayo, copada por los hinchas y escoltada por un mural de Maradona.
(Charly Díaz Azcue)
“Vení pa' acá, bobo”, una adaptación de la frase de Lionel para atraer compradores.
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Aunque la caravana no llegó, el Obelisco fue parte central de los festejos argentinos.
(Télam)
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La avenida Lugones se llenó de hinchas que esperaban la caravana, incluso sobre los
trenes. (Nicolás Stulberg)
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“Fideo” Di María sobre el micro en el que el plantel se acercó a su gente. (Télam)
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11:40 AM - Dec 20, 2022
“Chiqui” Tapia, protagonista de uno de los memes que hicieron humor con el
desconcertante recorrido del micro del plantel.
Sebastián Iñurrieta
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Un día de locos
Todo empezó temprano, cerca de las 7 de la mañana, con una
reunión entre el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández,
autoridades de la Policía Federal y el presidente de la AFA. La
noche anterior, el funcionario nacional se había encontrado en su
oficina con su par bonaerense, Sergio Berni, y el porteño, Marcelo
D'Alessandro. Los tres acordaron distribuir tareas,
responsabilidades y límites. Las fuerzas federales estarían siempre
a cargo de la “cápsula” de seguridad que protegería los micros de la
caravana de los campeones. Las jurisdicciones locales harían la
seguridad externa, según el territorio.
En la conversación matutina, Aníbal Fernández no pudo
convencer al Chiqui Tapia de evitar el Obelisco, de establecer un
recorrido rápido y concentrar la celebración en Casa Rosada. Ni
querían pensar en una foto con Alberto Fernández o correr el riesgo
de una emboscada con un acto transmitido en vivo y directo. Pero
sobre todo, como dijo Scaloni en la conferencia de prensa en Qatar,
“la gente, el hincha, merece ver a sus campeones”.
En las conversaciones, Tapia creyó más en Berni, poco en
D'Alessandro y casi nada en Aníbal Fernández.
Con las garantías que recibió la AFA de las autoridades es que se
inició la caravana con los campeones del mundo a bordo de un
micro sin techo que iba por un circuito que comprendía Ezeiza,
Riccheri, Dellepiane, Avenida 9 de Julio, Obelisco, Figueroa Alcorta,
General Paz, de vuelta Riccheri y Ezeiza.
Para cuando empezó a avanzar la caravana, ya la 9 de Julio
estaba intransitable y empezaban los primeros signos de manifiesto
descontrol. Como suele ocurrir en estos casos, empiezan los más
agitados, se contagian los inquietos y se suman los que siguen a la
muchedumbre.
El descontrol
Las escenas de gente arriba de carteles, semáforos, luminarias,
techos comerciales, marquesinas y hasta puestos de diario se
repetían desde las redes hasta las pantallas de televisión y
viceversa. Jóvenes, algunos no tanto, rompiendo mobiliario urbano,
corriendo y apretujándose en una marea humana que hizo temer lo
peor.
Alberto Crescenti, el titular del SAME, confesó a la noche -cuando
lo peor se hacía recuerdo, cuando quedaba atrás la pesadilla- que
temió una avalancha humana al estilo Corea del Sur. El 30 de
octubre último, en una celebración por Halloween en Seúl, más de
130 personas murieron en una estampida.
Aunque desde los medios y los propios jugadores y organizadores
avisaban que iban a hacer todo el recorrido, la gente masivamente
se acercó a la 9 de Julio y empezaban a ser millones. La caravana
avanzaba lenta por la autopista Riccheri, que conecta Ezeiza con la
ciudad de Buenos Aires.
En esa zona, los jugadores avanzaban a bordo del micro
acompañados de un fervor popular de miles y miles que vivaban y
cantaban a cada paso el hit mundialero “Muchaaaachos, hoy nos
volvimos a ilusionar”. A cada metro, las señales de alarma se
encendían cada vez con más fuerza.
Miles de personas esperan sobre la avenida Lugones: el micro nunca llegaría.
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Tres perlitas de la caravana: un rayo de luz ilumina a Messi y la Copa, Dibu Martínez
sostiene un muñeco con la cara de Mbappé y Papu Gómez regala billetes desde el micro.
El terror
Pero la escena que generó mayor temor y que hizo pensar a los
jugadores que no era una buena idea seguir con el plan original fue
la que ocurrió en el Puente Olavarría, que divide Villa Celina de Villa
Madero. Allí, dos varones se arrojaron sobre el micro que pasaba a
pocos centímetros. Uno cayó adentro, a pocos centímetros de varios
campeones del mundo que segundos antes le decían,
desesperados, “no lo hagas, no”.
El otro irracional se soltó del puente, resbaló en el borde, cayó de
cabeza y terminó en el asfalto, estropeado por el golpe. Se lo
llevaron en una camilla, sangrando pero consciente, aunque con
evidentes signos de haber consumido alguna sustancia estimulante.
La llamada
Mientras arreciaban los desmanes y crecía el miedo a que todo se
fuera de madre, Aníbal Fernández volvió a insistirle al presidente de
la AFA que la idea de ir a la 9 de Julio era mala, pero la de seguir
con la caravana era peor. Sobre todo porque si la caravana tomaba
por la General Paz los micros quedarían “encajonados” y sin
posibilidad de retirada o vía de escape si se agravaba el descontrol.
Pero no había caso. El diálogo era imposible. Al “Chiqui” Tapia a
veces se le entendía lo que decía y otras no tanto. Arriba del micro
ninguno estaba ajenos a los brindis. Los campeones, con todo
derecho, celebraban y chocaban sus botellas y vasos bien
cargados. La duda era si el presidente de la AFA se abstuvo o no de
ese clima de jolgorio.
El ministro de Seguridad ya había tratado de convencerlo de que
salieran por la zona del peaje del Mercado Central para desde allí
hacer un vuelo en helicóptero hacia donde dijeran los jugadores. En
el fondo estaba la posibilidad de que aceptaran ir a la Casa Rosada
para concentrar allí los festejos. Por la desconfianza y el miedo a la
“emboscada” volvieron a decir que no.
El micro avanzaba hacia la Avenida General Paz y ya había
asumido la responsabilidad de la seguridad externa el gobierno de la
Ciudad. Allí quedaban dos alternativas: o girar y seguir el plan que
querían los jugadores o cambiaban los planes. Allí hubo otro
llamado, el que terminó mal.
Pocos metros antes de ese punto de no retorno el ministro de
Seguridad le ordenó al operativo que no se desviara, continuara por
la Autopista Dellepiane y condujera a la caravana a la Escuela de
Policía Federal “Juan Ángel Pirker”, en Villa Lugano. Allí se habían
alistado varios helicópteros de apoyo para el operativo. De acuerdo
con fuentes oficiales, esas aeronaves iban a ocuparse de la
extracción de los jugadores. “Podía ser en la Casa Rosada, en algún
lugar otro lugar del recorrido, pero se sabía no iban a aguantar los
jugadores 14 horas arriba de esos colectivos. Venían de jugar la
final, de un viaje agotador desde Qatar. ¿Quién puede ser tan
desgraciado de someter a esos pibes a semejante esfuerzo?”, se
preguntaba una de las fuentes consultadas para esta noche.
Pero esa decisión no fue gratis. Aníbal Fernández y Tapia
quedaron, al final, frente a frente y sin excusas.
“Se dijeron de todo. Tapia le dijo “me cagaste, le cortaste el festejo
a los chicos” y Aníbal lo mandó a la “mierda””, confió una fuente
inobjetable de ese diálogo: “Se dijeron varias cosas. Todo se calentó
porque el Chiqui Tapia le cortó el teléfono y después Aníbal lo volvió
a llamar para decirle que ya Messi y Di María estaban arriba del
H17, que era uno de los helicópteros que estaban a disposición de
los jugadores”.
Fueron 10 mil efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería,
Prefectura y Policía de Seguridad Aeroportuaria, otros 10.000
efectivos de la Policía de la Ciudad, agentes de tránsito porteño y de
salud, y un número similar de la provincia de Buenos Aires que
estuvieron detrás de una operativo que no salió como estaba
previsto. Aunque no se tuvo que lamentar una tragedia.
El feriado inútil
Alberto Fernández, otra vez, quedó expuesto en su vacuidad.
Decretó un feriado nacional que recogió críticas desde su anuncio y
que pareció buscar un juego a dos bandas: quedar bien con la
Selección para que aceptaran un festejo en la Casa Rosada que no
ocurrió, y hacerles un guiño a los millones que estaban dispuestos a
participar de los festejos por la Copa del Mundo.
No logró lo uno y menos lo otro.
Aunque esta vez no estuvo con megáfono en mano en las rejas
de la Casa Rosada como en el funeral caótico y fallido de Diego
Maradona, la imagen del Presidente volvió a ser menospreciada de
manera pública, esta vez por el argentino más valorado por el
mundo: Lionel Messi. Y por el resto de la Selección.
Aunque no llame la atención, lo que ocurrió es que los jugadores
que representaron a la Argentina rechazaron mostrarse con su
presidente.
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Interna e incidentes
Si bien los encargados de la seguridad de todas las jurisdicciones
involucradas defendían el operativo -destacaban que no hubo
fallecidos ni un número masivo de heridos o lesionados- reconocían
que las diferencias políticas en el seno del oficialismo fueron un
factor que complicó la organización de los festejos. A última hora, en
el entorno de Aníbal Fernández, Sergio Berni y Marcelo
D'Alessandro había alivio por el saldo de un martes que pudo ser
peor que malo.
Crescenti, del SAME, puso números concretos: reveló que el
domingo después de la victoria de la Selección frente a Francia, en
las movilizaciones hacia el Obelisco hubo más de 340 lesionados,
frente a los menos de 30 que se registraron en los masivos festejos
de ayer. Hubo una persona que falleció después de una caída y,
hasta la medianoche, no se había reportado ningún fallecido.
“La estampida de Corea del Sur fue una masacre. Nosotros
teníamos ese temor y habíamos previsto vías de acceso porque
tenés que sacar rápidamente a la gente por los costados para ir
descomprimiendo”, reconoció el titular del servicio de emergencia
médica porteña. Apenas después de contar eso, por televisión, fue
testigo de cómo se iniciaron los últimos incidentes del día: decenas
de violentos atacaron a la Policía Federal que fue a custodiar un
operativo en el Obelisco para sacar a unos intrusos que subieron de
manera ilícita al monumento más representativo de la ciudad de
Buenos Alires.
Fue el final irracional de un día caótico, donde los festejos
terminaron como tantas otras cosas en Argentina: mal.
Un Obelisco que no vio a los campeones del mundo pero que
vivió la fiesta popular más grande de la historia a pesar de los
incidentes del final
Los semáforos y las torres de luz, copadas por los hinchas. (Adrián Escandar)
“¿Van a pasar por acá o no?”, le preguntaba Javier desde su
puestito de jugos improvisado en la esquina de Corrientes y
Uruguay a los clientes que le pedían una botella. Javier vino de San
Martín. Abrió el baúl de su auto, desplegó dos heladeras portátiles y
colgó un cartel con el “Vení pa'cá, bobo. Aprovechá el 3x2. $600
c/u”.
“Si se van para la 25 de Mayo, nos moveremos como podamos
para ese lado”, argumentó a Infobae con su sonrisita intacta.
Cerca de las 11.45, cuando se descartó la posibilidad de que el
micro de los Campeones pasaran por el Obelisco, se inició un
proceso migratorio masivo hacia el cruce de la avenida 9 de julio y la
Autopista 25 de Mayo. Las columnas de hinchas se desplegaban
tanto por la 9 de Julio como por Libertad y Talcahuano en dirección
hacia el Sur.
La banda de sonido constante del mediodía era el “Muchachos”,
que ofició definitivamente como el himno de la tercera Copa del
Mundo para el pueblo argentino. El problema es que, una vez
caducadas algunas líneas del estribillo de la canción, había
incertidumbre con la letra en los tramos finales. Un 65 por ciento de
los cantantes en cada entonación hacían referencia a la histórica
“Quiero ganar la tercera/quiero ser campeón Mundial/y al Diego en
el cielo lo podemos ver/con Don Diego y con la Tota(Alentándolo a
Lionel”.
El 35 por ciento restante ya había actualizado su cancionero y
entonaba: “Ya ganamos la tercera/ya somos campeón mundial. Y al
Diego le decimos que descanse en paz/con Don Diego y con la
Tota/por toda la eternidad”.
Así, el balance final y posible letra definitiva dejó un equilibrio
entre ambas versiones: “Ya ganamos la tercera/ya somos campeón
mundial/Y al Diego en el cielo lo podemos ver/con Don Diego y con
la Tota/Alentándolo a Lionel”.
Diego y Lucas dos amigos de Neuquén, viajaron durante 12 horas
ininterrumpidas en auto para llegar cerca de las 8 de la mañana a la
Ciudad.
“Nos dijeron que en el Paseo del Bajo quizás los podíamos ver.
Así que nos vamos para ahí. Hay que moverse”, le dijeron a Infobae.
Encararon a pie por Talcahuano hasta avenida Córdoba y allí
accedieron hacia el cruce con la calle Eduardo Madero para intentar
escabullirse y tratar de conseguir lugar en una baranda de la vera
del Paseo del Bajo, justo antes del túnel.
Hasta hubo cálculos matemáticos para tomar decisiones: “Si acá
afuera estamos a la misma altura del suelo de la autopista, ni
necesitamos estar sobre la baranda, con estar acá al otro lado, a un
micro de dos pisos le vemos el techo tranquilamente”, analizó
Lucas. Todo se trataba de especulación, esperanza, búsqueda de
precios y cervezas de calidad en los puestos ambulantes y análisis
vagos sobre la importancia cultural del hecho que se vivía.
Las paradas de Metrobus, repletas de hinchas que las escalaron. (Adrián Escandar)
También se hablaba de fútbol y se teorizaba sobre cuál sería el
efecto de un encuentro con semejante multitud y muestras de
afectos para los propios jugadores.
“Messi puede que esté acostumbrado a algo así, pero el que no
tiene ni idea de lo que se convirtió es el Dibu Martínez. Yo creo que
él no es consciente de lo que va a cambiar su vida”, afirmó Diego,
con la mirada perdida hacía una autopista del Paseo del Bajo que
acumulaba cada vez más gente en su asfalto.
En los teléfonos celulares llegaban noticias. Eran tweets, capturas
de pantallas de televisión y, por sobre todo, audios de amigos de
WhatsApp. Habían pasado tres horas desde el inicio de la caravana
del micro y el vehículo que transportaba a los campeones todavía ni
había llegado al cruce de la autopista Riccheri con la avenida
General Paz.
Momento de recalcular la estrategia: había tiempo para acudir a
un almuerzo y luego regresar al punto de posible contacto con los
campeones. El sótano del bodegón La Pipeta, ubicado en la esquina
de San Martín y Lavalle se había convertido en una filial
gastronómica de los festejos. Un promedio de dos camisetas
argentinas por mesa y la cabeza puesta en la comida y en toda la
información que las dos pantallas del salón brindaran sobre la
caravana.
En dos oportunidades, el “Muchachos” se apoderó del Bodegón...
con el mismo problema de la letra que ocurría en el Obelisco.
Ya cerca de las 15.30 llegó la noticia que nadie en el centro quería
escuchar. El micro no iría a la General Paz, ni a la avenida Lugones,
ni al Paseo del Bajo. Ni siquiera al cruce de la Autopista 25 de
mayo. Los campeones terminarían su trayecto en micro en la
Escuela de Cadetes de la Policía Federal en el barrio porteño de
Villa Lugano. Se subirían a helicópteros y desde el cielo
sobrevolarían la multitud del centro porteño hasta regresar al predio
de Ezeiza.
Un recuerdo inolvidable.
En el pico de la euforia, poco antes de las 15, cientos de
conductores dejaron sus vehículos sobre la calle Carlos Pellegrini al
700, a pocas cuadras de la avenida 9 de Julio, que prácticamente se
convirtió en una playa de estacionamiento y quedó completamente
bloqueada. Las líneas de colectivo del Metrobus había dejado de
circular antes del encuentro con Francia. En Cabildo y Juramento,
una de las intersecciones más conocidas del barrio porteño de
Belgrano, los vecinos también salieron a la calle con banderas
argentinas, por lo que el tránsito en esa zona estuvo completamente
interrumpido.
La multitud llegó hasta la calle Monroe, donde algunas personas
paraban a comprar comida o algún refrigerio en las pocas pizzerías
o kioscos que permanecían abiertos, y luego continuaban su camino
ocupando tanto la vereda como el asfalto e, incluso, el carril del
Metrobus, que tampoco funcionaba en esa parte de la Ciudad.
También una multitud se congregó en la esquina de Olazábal y
Triunvirato, en el barrio porteño de Villa Urquiza. Allí el festejo se
extendió hasta la madrugada, con bombos, música y banderas.
Con respecto a la calle Corrientes, el corte comenzó en la esquina
de Juan B. Justo, donde gran cantidad de vecinos también se
reunieron, con grupos que llegaban a pie o en bicicleta desde la
avenida Triunvirato y en Chacarita. En Scalabrini Ortiz, a la altura de
Villa Crespo, una multitud tomó el cruce. Los subtes operaron con
servicio limitado y varias líneas de colectivos tuvieron que desviar
sus recorridos.