Bang
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Croquis de un crimen nocturno
Escrita por Eduardo Vaslav
Una cantina post moderna. La luz hace un juego de sombras. Se escucha una voz en off
que dice:
Ha sucedido un crimen y una de esas cinco personas lo hizo. Está a punto de suceder otro
más. Pero tal vez a nadie le importe. ¿A quién le importa algo en esta época? El crimen va
a ocurrir en los próximos cincuenta y cinco minutos.
Hay cinco personas en el lugar. El bar tender, dos individuos en la barra a dos asientos de
distancia una persona busca canciones en la rocola vintage, la última persona está
sentada en el rincón oscuro del fondo fumando un cigarrillo. La persona que está de pie,
por fin encuentra la canción que quiere; es: il’apuntamentto. La baila un rato. Quienes
están en la barra miran la danza. La persona del fondo no solo fuma. Esa persona ya ha
visto ese baile antes en ese mismo lugar.
a1: Ey deja esa canción. Siempre que la escucho me daban ganas de bailar.
a3: ¿y ya no?
a1: No. Ahora solo pienso en…
a3: ¿En qué?
a1: Pienso que remo en la espiral del humo de este cigarro. ¿Tienes fuego?
a2: ¿sigues con eso? Ten te regalo mi encendedor. ¿Dónde esta ese pinche mesero?
Lo voy a matar cuando lo vea, se llevó mi tarjeta de crédito.
a1: ¿Estarías dispuesto a matarlo de verdad?
a2: Si me quiere robar mi dinero…
a1: ¿Le robarías la vida?
a2: Depende.
a3: ¿de qué?
a2: Supongamos que retira todo el dinero de mi cuenta y ahora no puedo pagar la
operación de mi hijo que le salve la vida. No podría contener la rabia por haber permitido
que mi hijo muriera a causa de un mesero que se robó mi tarjeta de crédito.
a1: ¿Y qué padece tu hijo?
a2: ¿Hijos? No, yo no tengo hijos. Dije que supusiéramos que fuera para eso, entonces sí
mataría al mesero.
Pausa.
Los tres están atados a un condicionamiento. Actúan sin saber qué los motiva. Instinto
puro.
¿Notaron que uno de ellos se guardo algo en el bolsillo izquierdo?, ¿no? Miren de nuevo,
es importante para entender algo que va a ocurrir. Ese de en medio, sabe que uno de los
dos cometerá un crimen, pero no está ahí para impedirlo, sino todo lo contrario; está ahí
ra que se lleve a cabo pase lo que pase.
Lo que se guardo es la prueba de la culpabilidad de un crimen que uno de los tres
cometió. Por el momento va a esperar a que el personaje de en medio salga a fumar su
cigarrillo tres veces, luego mostrará lo que tiene.
Uno de ellos no es quien dice ser. Hace un par de semanas fue testigo de algo que no
debía ver y ahora está en estado de incertidumbre permanente, cambia de nombre diario
para que nadie le pueda rastrear.
- Foucault.
- Nietzche.
Hace mucho tiempo, no es de interés cuánto; conocí un lugar que en su fachada tenía
escrito con letras rojas: Teatro Mágico solo para Locos.
De regreso a casa desviaba mi camino cinco calles para pasar por aquel lugar.
Siempre me detenía en aquella puerta avejentada color verde y miraba por la rendija que
quedaba entreabierta.
No podría decir les a ciencia cierta qué es lo que pasada adentro de ese lugar porque no lo
sé.
Nunca me atreví a comprar la entrada. Aunque ahora que lo recuerdo ni siquiera había
taquilla.
Por el espacio de la puerta solo podía ver fragmentos de lo que ocurría y escuchar otras
tantas.
Lo que recuerdo bien es que la gente ahí adentro se mantenía en un estado que a falta de
otra palabra se veían: felices.
Y eso de alguna manera me asustaba.
No había ningún lujo en el interior; unas cuantas sillas, lámparas colgantes y un
desafinado piano.
No había ningún signo de opulencia, nada que mantuviera la mente ocupada salvo las
mismas personas que se encontraban ahí.
Y, aun así, se podían escuchar las risas y el baile que le regalaban al mundo.
Parecían no necesitar nada del exterior.
¿Porqué se ven tan felices?
Nunca lo entendí.
Pensaba: para ser feliz hay que mantener una estabilidad, y Dios sabe que lo menos que
poseo es eso.
Recuerdo que había música siempre. Y las personas siempre tenía algo que hacer, bailar,
por ejemplo.
Yo me quedaba en la orilla de esa puerta tratando de ver aquel espectáculo.
Me seguía repitiendo: ¿Por qué se ven tan felices?
¿Por qué yo no he encontrado eso?
Más de una vez me dispuse a entrar, pero la cosa más insignificante siempre me detenía, y
me quedaba solo como espectador de ese Teatro Mágico para Locos.
Ignoro si sigue ahí.
Espero que sí.
Teatro Mágico para Locos pintado con letras rojas.
Ojalá hubiera entrado y probar de ese baile hecho risas.
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Puede ser en voz en off. Espacio pequeño para jugar los tres.
Sobre el Dolor
Los cangrejos son, de todos los animales que sirven de alimento al ser humano, los que
han de sufrir la muerte más horrenda, pues se los pone al fuego vivo en agua fría.
Hay algunos fenómenos internos que todas las personas tenemos en común y en los
cuales se hace presente el significado del ser humano. El dolor es uno de ellos.
Es el examen más duro en esa cadena de exámenes que solemos llamar vida.
El dolor es una llave, no a lo íntimo sino al mundo mismo.
Dime cuál es tu relación con el dolor y te diré quién eres.
Como criterio el dolor es inmutable. Variables son los modos y maneras en que el ser
humano se enfrenta a él.
Es extraño cómo se presenta para cada individuo.
A mi por ejemplo me duele cuando veo una casa abandonada. No es un grado que sea
insoportable. Es más bien el dolor de la historia que se vuelve ruina.
La arquitectura se vuelve dolor sobre las paredes que ya no miramos.
Ahora camino sobre su cornisa balanceándome con un paraguas queriendo caer pero con
temor del impacto.
Hay más átomos pasando ahora mismo por el filamento de esa luz, que las gotas que caen
de las cataratas del Niágara en cien años. Mí papá me repetía eso todas las noches. Se
acercaba y con su voz profunda decía: Hay más átomos pasando por esta pequeña luz en
tu cuarto que todas las gotas que caen en el Niágara en cien años. ¿Te imaginas que cada
uno te pudiera contar su historia?, me preguntaba. Verías el Sol morir y aún así haría falta
tiempo para terminar de escuchar todo lo que tienen qué decir, repetía eso hasta
quedarse dormido.
Paisaje solitario