Hora Santa NAVIDAD

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

1

CAPILLA “MARÍA AUXILIADORA”


TIEMPO DE NAVIDAD

Exposición del Santísimo


Monitor: Hacemos silencio interior y exterior; acallamos no solo nuestra voz, sino los
pensamientos de nuestra mente para poder escuchar la Voz de nuestro Dios, Presente en
la Eucaristía con su Amor infinito que nos habla en el silencio. Que nuestra pobre y
humilde adoración se eleve hasta el Trono de la Majestad de Dios. Ofrecemos esta Hora
Santa en acción de gracias por la Navidad, por el hecho de que Jesús ha querido
encarnarse y nacer virginalmente de María, para manifestarse como Niño recién nacido, un
Niño que es Dios encarnado.
Decimos todos: Yo creo, espero, adoro y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no
esperan, no adoran, y no te aman. (tres veces)
Villancico: Vamos pastores vamos. Vamos, Pastores, Vamos (youtube.com)
Lector 1: Con la liturgia navideña, la Iglesia nos introduce en el gran Misterio de la
Encarnación. De hecho, la Navidad no es un simple aniversario del Nacimiento de Jesús;
es celebrar un Misterio que ha marcado y sigue marcando la historia del hombre. Dios
mismo vino a habitar entre nosotros, se hizo uno de nosotros; un Misterio que vivimos
concretamente en las celebraciones litúrgicas, especialmente en la Santa Misa. Alguien
podría decir, preguntarse:
¿Cómo puedo vivir yo ahora este acontecimiento tan lejano en el tiempo? ¿Cómo puedo
participar fructuosamente en el nacimiento del Hijo de Dios, que tuvo lugar hace más de
dos mil años? En la Santa Misa de la Noche de Navidad, repetimos como estribillo del
Salmo responsorial estas palabras “Hoy nos ha nacido el Salvador”. Este adverbio de
tiempo, “hoy, aparece con frecuencia en todas las celebraciones navideñas y se refiere al
acontecimiento del Nacimiento de Jesús y a la Salvación que la Encarnación del Hijo de
Dios viene a traer. En la liturgia ese acontecimiento supera los límites del espacio y del
tiempo, y se vuelve actual, presente; su efecto perdura, a pesar del paso de los días, de
los años y de los siglos.
Al indicar que Jesús nace hoy, la liturgia no usa una frase sin sentido, sino que subraya
que este Nacimiento afecta e impregna toda la historia, sigue siendo también hoy una
realidad, a la que podemos llegar.
A nosotros. Los creyentes, la celebración de la Navidad nos renueva la certeza de que
Dios está realmente presente con nosotros, aun estando con el Padre, está cercano a
nosotros.
Lector 2: Ahora vamos a disponernos a proclamar nuevamente el salmo 95.
2

Salmo 95
R. Hoy nos ha nacido el Salvador
Cantemos al Señor un canto nuevo
Que le cante al Señor toda la Tierra
Cantemos al Señor y bendigámoslo
R. Hoy nos ha nacido el Salvador
Proclamemos Su Amor día tras día
Su Grandeza anunciemos a los pueblos
De nación en nación sus maravillas
R. Hoy nos ha nacido el Salvador
Alégrense los cielos y la tierra
Retumbe el mar y el mundo submarino
Salten de gozo el campo y cuanto encierra
Manifiesten los bosques regocijo
R. Hoy nos ha nacido el Salvador
Regocíjese todo ante el Señor
Porque ya viene a gobernar el orbe
Justicia y rectitud serán las normas
Con las que rija a todas las naciones.
R. Hoy nos ha nacido el Salvador.
Monitor: Es muy triste que muchos digan: ¡Feliz Navidad! ¡Felices fiestas navideñas!
Procuremos que, también en la sociedad actual el intercambio de felicitaciones no pierda
su profundo valor religioso y que la fiesta no quede absorbida por los aspectos exteriores
que tocan las cuerdas del corazón. Ciertamente los signos exteriores son hermosos e
importantes, con tal de que no nos distraigan, sino que más bien nos ayuden a vivir la
Navidad en el sentido más auténtico, el sentido sagrado y cristiano de modo que también
nuestra alegría no sea superficial sino profunda. No olvidemos que el nacimiento de Jesús
es la razón de celebrar la Navidad. En ese Niño nacido en Belén, Dios se ha acercado al
hombre: nosotros lo podemos encontrar ahora, en un “hoy” que no tiene ocaso. El Eterno
entró en los límites del tiempo y del espacio, para hacer posible “hoy” el encuentro con Él.
Con esto queremos decir que Dios nos ofrece “hoy” ahora, a mí, a cada uno de
nosotros, la posibilidad de reconocerlo y de acogerlo, como hicieron los pastores en
Belén, para que Él nazca también en nuestra vida y la renueve, la ilumine, la
transforme con Su Gracia, con Su Presencia.
3

Lector 3: Escuchemos ahora el himno de laudes de la liturgia de las horas


correspondiente a la Natividad del Señor:
Hoy grande gozo en el cielo todos tienen,
Porque en un barrio del suelo nace Dios.
¡Qué gran gozo y alegría tengo yo!
Más no nace solamente en Belén,
Nace donde hay un caliente corazón.
¡Qué gran gozo y alegría tengo yo!
Nace en mí, nace en cualquiera si hay amor;
Nace donde hay verdadera comprensión.
¡Qué gran gozo y alegría tengo yo! Amén
Canto: Adestes Fideles. Athenas - Cristianos Vayamos - Música de Navidad - Villancico (Adeste
Fideles) (youtube.com)
Monitor: La Navidad, por tanto, a la vez que conmemora el Nacimiento de Jesús en la
carne, de la Virgen María, y sí que son numerosos los textos litúrgicos que nos hacen
revivir ante nuestros ojos este o aquel episodio, es un acontecimiento eficaz para nosotros.
El Papa San León Magno, presentando el sentido profundo de la fiesta de la Navidad,
invitaba a sus fieles con estas palabras: -Exultemos en el Señor, queridos hermanos, y
abramos nuestro corazón a la alegría más pura, porque ha llegado el día que para
nosotros significa la nueva redención, la antigua preparación, la felicidad eterna. En
efecto, al cumplirse el ciclo anual, se renueva para nosotros el elevado misterio de
nuestra salvación, que está destinado a durar para siempre. Y nos dice este Santo:
“Hoy el autor del mundo ha nacido del seno de una virgen: aquel que había hecho
todas las cosas se ha hecho Hijo de una mujer que Él mismo había creado. Hoy el
Verbo de Dios se ha manifestado revestido de carne y, mientras que antes nunca
había sido visible a ojos humanos, ahora incluso se ha hecho visiblemente palpable.
Hoy los pastores han escuchado la voz de los ángeles anunciando que había nacido
el Salvador en la sustancia de nuestro cuerpo y de nuestra alma-.
Lector 1: El acontecimiento de Belén se debe considerar a la luz del Misterio Pascual:
tanto uno como otro forman parte de la única obra redentora de Cristo. La Encarnación y el
Nacimiento de Jesús nos invitan ya a dirigir nuestra mirada hacia Su Muerte y Su
Resurrección. Tanto la Navidad como la Pascua son fiestas de la Redención.
La Pascua la celebra como victoria sobre el pecado y sobre la muerte: marca el momento
final, cuando la Gloria del Hombre-Dios resplandece como la luz del día; la Navidad lo
celebra como el ingreso de Dios en la historia haciéndose hombre para llevar al hombre a
Dios: marca, por decirlo así, el momento inicial, cuando se vislumbra el resplandor del
4

alba. Pero precisamente como el alba precede y ya hace presagiar la luz del día, así la
Navidad anuncia ya la Cruz y la Gloria de la Resurrección.
Canto: Ha traído la Esperanza Verónica Sanfilippo - Ha Traído la Esperanza / Música Católica
de Navidad (youtube.com)
Lector 2: En la Navidad encontramos la ternura y el amor de Dios que se inclina hasta
nuestros límites, hasta nuestras debilidades, hasta nuestros pecados, y se abaja hasta
nosotros. San Pablo afirma que Jesucristo “siendo de condición divina (…) se despojó de
sí mismo tomando la condición de esclavo, hecho semejante a los hombres y continúa.
Pero ahora, contemplemos la cueva de Belén: Dios se abaja hasta ser recostado en un
Pesebre, que ya es preludio del abajamiento en la hora de Su Pasión. El Culmen de la
historia de amor entre Dios y el hombre pasa a través del Pesebre de Belén y el Sepulcro
de Jerusalén.
Vivamos con alegría la Navidad, vivamos este acontecimiento maravilloso: El Hijo de Dios
nace también “hoy”; Dios está verdaderamente cerca de cada uno de nosotros y quiere
encontrarnos, quiere llevarnos a Él.
Él es la verdadera Luz, que disipa y disuelve las tinieblas que envuelven nuestra vida y la
humanidad. Vivamos el Nacimiento del Señor contemplando el camino del inmenso Amor
de Dios que nos ha elevado hasta Él a través del Misterio de la Encarnación, Pasión,
Muerte y Resurrección de Su Hijo, pues como dice San Agustín: “En la divinidad del
Unigénito se hizo partícipe de nuestra mortalidad, para que nosotros fuéramos
partícipes de su inmortalidad”.
Villancico: Viva, viva Jesús mi amor. Viva Jesús mi amor (letra y acordes) #arrullar al niño Dios
(youtube.com)

Lector 3: Jesús, te pedimos para esta Navidad que te tomemos en nuestros brazos y así
recibir de Ti el abrazo de Dios, que nos perdona y salva; que la Alegría que irradias desde
el Pesebre de Belén, disipe nuestra tristeza, la tristeza que invade nuestro ser cuando,
ante las tribulaciones de la vida, nos olvidamos de Tu Nacimiento, de Tu Muerte en Cruz y
de Tu Resurrección.
Concédenos siempre recordar que tu llegada a nuestro mundo es para que compartas las
penas y alegrías de nuestra humanidad y para que haciéndote como nosotros menos en el
pecado creamos que estás siempre con nosotros. Amén.
Monitor: Nos ponemos de pie. Escuchemos el Evangelio.
Del Santo Evangelio según San Juan 1,1-14
“En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con
Dios y era Dios. Ya en el principio Él estaba con Dios.
Todas las cosas vinieron a la existencia por Él y sin Él nada empezó de cuanto existe. Él
era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no
5

la recibieron. Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Este vino como
testigo, para dar testimonio de la luz.
Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este
mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por él y, sin embargo, el mundo
no lo reconoció. Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo
recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los
cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino
que nacieron de Dios. Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros.
Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como Unigénito del Padre, lleno de gracia
y de verdad”. Palabra del Señor.
Todos: Gloria a Ti, Señor Jesús.
Monitor: Nos podemos sentar y hacemos un momento de silencio.
Momento de silencio
Canto: Los Reyes Magos Los Reyes Magos (youtube.com)
Monitor: En el inicio del Evangelio de San Juan se señala que “vino a los suyos y los
suyos no lo recibieron”, pero recuerda también que hubo los que reconocieron en el recién
nacido al Dios y Señor: los pastores que fueron a su encuentro y los Magos de Oriente.
Todos ellos, entendieron los signos de Dios a través de los ángeles y de la estrella que
iluminaba el camino hacia Belén respectivamente.
Lector 1: La Natividad de Jesús, es una epifanía, palabra que significa “manifestación”, es
decir que Dios se muestra a nosotros los hombres en la realidad de nuestra carne mortal.
El tiempo de la Navidad es también un momento de encuentro del ser humano con Dios.
Así lo muestran, los textos bíblicos en donde los pastores y los magos buscan en medio de
la noche el lugar en donde nació Jesús. Una manera muy bonita de decir que la mirada de
fe es la que permite descubrir el pesebre, en donde se encontrará al Señor, y una vez que
se encuentra, se ha encontrado el tesoro del amor. Esa es la “epifanía”, un encuentro de
amor entre Dios y el hombre. Como apunte de unidad de fe, recordemos que para los
cristianos del oriente la fiesta de la Epifanía es su Navidad, ellos celebran el 6 de enero la
Navidad. En ese día el Papa envía su felicitación a esa parte de la cristiandad como signo
de unidad en la fe.
Lector 2: Escuchemos el siguiente himno de la liturgia de las horas correspondiente a la
Epifanía:
Estrella nunca vista se aparece
a los remotos magos orientales,
y, al juzgar de los fuegos celestiales,
otra lumbre mayor los esclarece.
Nacido sacro Rey se les ofrece,
6

con nuevas maravillas y señales,


para que reverentes y leales
la obediencia le den como merece.
Parten llevados de la luz y el fuego,
del fuego de su amor; luz que los guía
con claridad ardiente y soberana.
Subió al trono de Dios el pío ruego,
y, llenos de firmísima alegría,
Vieron la luz de Dios por nube humana.
Gloria y loores por la eternidad tribútense a la Santa Trinidad. Amén
Monitor: nos ponemos de pie
Plegaria universal
Exultantes en la fe unámonos hermanos a los cristianos de todo el mundo y oremos para
que la salvación inaugurada con el nacimiento de Cristo llegue a los confines de la tierra.
Iremos respondiendo después de cada petición:
Que tu nacimiento Señor, traiga la paz a todos los hombres.
 Para que los hijos de la Iglesia, que celebran con alegría el misterio de la Navidad,
renazcan a una nueva vida de justicia, de amor y de paz. Oremos.
 Para que todos los hombres lleguen a conocer a Cristo, el Señor, y se reúnan
alrededor del que ha venido a buscar y a salvar a los que estaban perdidos. Oremos.
 Para que nuestra comunidad cristiana, nuestra familia y amistades, al celebrar a
Dios hecho hombre, se renueve nuestra fe y adhesión a Jesús y así compartir todos
juntos el gozo auténtico y profundo de la Navidad. Oremos.
 En este momento cada uno ante el Señor, pida en silencio lo que más requiere para
estos días de Navidad (Un momento de silencio)
Lector 3: para terminar nuestra hora santa, recordemos que Jesús nace en una familia. En
el tiempo de Navidad, también se tiene la fiesta de la Sagrada Familia. Estas festividades,
son momentos de reuniones familiares, para enviar saludos y felicitaciones. Jesús
compartió en la familia de Nazaret, con María y José, las alegrías y las dificultades que en
su tiempo tenías los hogares de Israel. Su nacimiento alegró a la familia como
seguramente las nuestras han vivido. En el pesebre, la familia reunida ilumina a todos los
que llegaron para descubrir la luz del “sol que nace de lo alto”. Del mismo modo, que la
Sagrada Familia proteja nuestras familias, y a todos sus integrantes. Para concluir digamos
esta oración del Papa Francisco para la Navidad (2020).
7

Un hijo se nos ha dado.


Eres Tú, Jesús, el Hijo que me hace hijo.
Me amas como soy, no como yo me sueño.
Al abrazarte, Niño del pesebre,
Abrazo de nuevo mi vida.
Acogiéndote, Pan de Vida,
También yo quiero entregar mi vida.
Tú que me salvas,
Enséñame a servir.
Tú que no me dejas solo,
Ayúdame a consolar a tus hermanos,
Porque desde esta Noche
Todos son mis hermanos
Amén.
Canto: Hoy nos ha nacido el Salvador Salmo 95: Hoy Nos Ha Nacido un Salvador
(youtube.com)
Monitor: nos disponemos a la bendición con el Santísimo. Gracias por su asistencia, y que
la alegría de la Navidad llene los corazones de todos ustedes. Buenas noches.
Reserva.

También podría gustarte