Tema 5
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Tema 5
Economía 4ºESO
LA ECONOMÍA FAMILIAR Y PERSONAL
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1.La planificación del futuro
Todos tenemos sueños: hacer un curso de cómic, ser médicos, comprar una
bici de montaña o correr la maratón. Pero solo podremos alcanzarlos si
tenemos un plan: los sueños permanecen como fantasías hasta que nos
comprometemos con ellos y damos los pasos necesarios para hacerlos
realidad.
Proyecto personal: aquello que una persona quiere ser, hacer o tener,
acompañado de un plan de acción para conseguirlo.
Si no sabes adónde quieres ir, da igual por donde vayas porque no llegarás nunca.
Este viejo dicho nos enseña que, cada día, podemos dar pequeños pasos hacia
nuestros sueños vitales si tenemos claros los objetivos y mantenemos el foco
en ellos.
El método DAFO hace reflexionar y nos aporta una valiosa información para
mejorar nuestras debilidades y encontrar entornos donde potenciar nuestras
fortalezas.
“Practicar tenis una hora diaria” o “cortar el césped del vecino en verano para
ahorrar dinero para una tablet” son objetivos claros. No lo son “Eduardo necesita
una casa más amplia” o “Clara espera trabajar este verano”.
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3.El diagnóstico de la situación
económica
Una vez elaborado el presupuesto, debemos comprobar la relación entre
gastos e ingresos. Si los ingresos superan los gastos, ahorramos. Si sucede lo
contrario, tendremos que analizar si se trata de una cuestión accidental (un
mes con grandes gastos imprevistos) o es lo habitual. En este último caso,
iremos agotando los ahorros (si los hay) y deberemos decidir entre iniciar una
espiral de endeudamiento para atender los pagos (préstamos, compras a
plazos, tarjetas, números rojos, etc.) o ajustar el presupuesto, que es lo
recomendable.
Ajuste de gastos
Si los gastos superan los ingresos, necesitamos equilibrarlos. Para ello, la clave
está en identificar los tipos de gasto y establecer prioridades:
1. Cuando hay que recortar, se debe empezar por los gastos no
necesarios o discrecionales. Son prescindibles (actividades de
ocio, regalos, etc.) y habrá que decidir a cuáles renunciamos.
Aunque sean importantes para la persona, si los ingresos no cubren
los gastos, se trata de lujos.
2. Los gastos variables necesarios (luz, agua, transporte,
alimentación, ropa, etc.) solamente podemos reducirlos si hacemos
un uso racional. Por ejemplo, podemos ahorrar en la factura de la
luz ajustando el termostato o utilizando bombillas de bajo consumo,
o viajar más en transporte público, o comprar solo lo necesario (y
en rebajas), comparar precios, etc.
3. Los gastos fijos (como el alquiler de la vivienda o la hipoteca, los
seguros, los impuestos, etc.) suelen establecerse en contratos
legales. Recortarlos implica renegociar los contratos (alquiler,
hipoteca) y es, en ocasiones, imposible (como en el caso de los
impuestos).
¿Podemos endeudarnos?
En algunas ocasiones de la vida, es necesario endeudarse. Esto es así porque
la mayoría no tenemos todo el dinero para comprar en efectivo una vivienda o
un coche, por ejemplo, o solucionar un gasto imprevisto o una emergencia. El
problema viene cuando hay un exceso de endeudamiento o no se tienen claras
las consecuencias de endeudarse.
El límite de endeudamiento
Conocer el estado de nuestra economía a través del presupuesto nos ayuda a
valorar si podemos permitirnos un nuevo gasto a crédito. Para saber hasta
dónde nos podemos comprometer, debemos tener claro nuestro límite de
endeudamiento.
Límite máximo de endeudamiento = 40 % de los ingresos netos
Por debajo de ese porcentaje, nuestra economía tiene capacidad para afrontar
nuevas deudas. Pero si la suma de los gastos por deudas supera
el límite del 40 % de los ingresos, incurrimos en riesgo por
sobreendeudamiento.
Veamos el caso de una familia con dos salarios, a través de este presupuesto.
En principio, está equilibrado, ya que sus ingresos cubren sus gastos.
Analicemos su endeudamiento:
Límite de endeudamiento = 40 % de 2.800 = 1.120 euros
Por ello, una práctica inteligente es incorporar al presupuesto una cantidad (un
5 % o 10 % de los ingresos) como si de un gasto fijo se tratara; es decir,
forzarnos a ahorrar una cantidad fija cada mes, anotándola en “gastos
imprevistos” en el presupuesto. Esa cantidad se puede destinar a reducir las
deudas, a crear un fondo para emergencias o a lograr nuestros objetivos a
medio y largo plazo (reformar la casa, cambiar de coche, cancelar deudas,
pagar los estudios de los hijos, ahorrar para la jubilación, etc.).
Identifica y aplica
Observa el presupuesto de la familia que se pone como ejemplo. Asesórala
sobre cómo reajustar el presupuesto en los siguientes casos: a) si no hay
cambios; b) si quieren hacer un viaje en verano que les supone un gasto extra
de 2.500 euros; c) si el miembro de la familia con el salario 2 se queda en paro.
El patrimonio neto
El valor neto del patrimonio, o patrimonio neto, se halla sumando el valor de
los bienes y derechos y restando a la cantidad obtenida el valor de las
obligaciones.
El patrimonio neto nos informa sobre el valor que resultaría de la liquidación del
patrimonio; es decir, si se vendieran los bienes, se cobraran los derechos y,
con el dinero obtenido, se pagaran todas las obligaciones (deudas).
Si disponemos la información en una doble columna, como la del cuadro
inferior, y en la izquierda reflejamos los bienes y derechos, y en la derecha las
obligaciones y el patrimonio neto, reflejaremos el patrimonio familiar en un
momento determinado, igual que representamos el balance de una empresa,
como una foto de su situación patrimonial en una fecha dada.
Identifica y aplica
Calcula
• Calcula el patrimonio neto de esta persona un año más tarde
considerando que: la casa se ha revalorizado un 3 %, la hipoteca se
ha rebajado 10 000 euros, el coche se ha depreciado un 12 %, el
crédito se ha reducido 1000 euros y todo lo demás se mantiene.
La liquidez y la solvencia
No todos los activos tienen la misma liquidez: serán más líquidos cuanto más fácil y
rápido sea transformarlos en dinero (venderlos), sin pérdidas. El dinero o las cuentas
bancarias a la vista tienen total liquidez, ya que podemos usarlos como medios de
pago directamente o a través de tarjetas de débito o crédito; después están: los
depósitos bancarios a plazo, las letras del Tesoro, los bonos, las acciones, los objetos
de valor, la vivienda, etc.
Nuestros activos son la garantía para que nos den créditos. De hecho, con ellos
pagamos (o liquidamos) esas deudas. A veces, no podemos pagar una deuda
porque en ese momento no disponemos de dinero en efectivo; en este caso,
tenemos un problema de liquidez. Puede tratarse de una situación transitoria y
su única consecuencia será el retraso del pago. Para advertirnos de ese
problema existe un indicador:
Para tener seguridad financiera a corto plazo, el dinero disponible más los
ingresos previstos deben ser superiores a las deudas. Si no es así, podremos
tener problemas de liquidez y de impago de deudas.
La solvencia es un concepto a más largo plazo que pone en relación todos los
activos (bienes + derechos) con el pasivo (deudas):
Solvencia = activos totales / deudas totales
Para tener seguridad financiera a largo plazo, nuestros activos deben ser
superiores a nuestras deudas. Si, incluso vendiendo todos nuestros activos,
somos incapaces de pagar todas las deudas, nuestro problema es muy grave,
es de insolvencia o de quiebra económica.
Identifica y aplica
José y Ana ganan 30.000 euros al año. Es en lo único en que sus economías
se parecen. Ana tiene algo ahorrado y sus deudas son pequeñas. José solo
dispone de 1.000 euros para atender todos sus gastos hasta que vuelva a
cobrar. Ana tiene una hipoteca de 30.000 euros, de los que este año le toca
pagar 5.000. Y José debe 253.000 (hipoteca, crédito de un coche, préstamos
de amigos y tarjeta de crédito), de los que este año deberá pagar 43.000.
¿Cuál de los dos tiene más seguridad financiera?
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5.La decisión de ahorrar
Ahorrar dinero suena bien, pero si tenemos un trabajo precario o estamos
cobrando el paro, difícilmente podremos hacerlo. Es cierto que hay etapas en la
vida en las que resulta más difícil que en otras, pero también es cierto que
existe una idea equivocada sobre el ahorro.
Planifica y calcula
• Haz lo mismo respecto de un proyecto que tu elijas. Planifica tu
ahorro y calcula el tiempo en el que lo conseguirás.
¿Ahorrar o endeudarnos?
¿Qué podemos recortar sin que se resienta nuestra calidad de vida? La clave radica en
aguzar el ingenio, como muestra el auge de las compras colectivas a través de
internet. Con las iniciativas de compra colectiva se consiguen precios reducidos o
descuentos por comprar en grupo y en grandes cantidades.
Algunas decisiones tienen un coste de oportunidad más alto que otras. Aunque la
importancia de los proyectos varíe, en el fondo, la cuestión es similar:
¿queremos llevar las riendas de nuestra economía o preferimos que las
circunstancias económicas nos dirijan? Si no adquirimos el hábito de ahorrar,
las consecuencias serán claras: o no conseguiremos nuestros proyectos o lo
tendremos que hacer endeudándonos. Y endeudarse es ahorrar en diferido;
es decir, tendremos que ahorrar después durante años para pagar la deuda, y
con un coste añadido: los intereses del crédito.
¿Cómo ahorrar?
Un primer consejo es tener claros los objetivos y proyectos personales. Una
vez que hemos decidido ahorrar para conseguirlos, una estrategia que funciona
es pagarnos a nosotros mismos una parte de lo que ingresemos:
sea cual sea el ingreso (paga semanal, pequeños trabajos, etc.), reservaremos
al menos un 10 % como ahorro antes de empezar a gastar. Así, empezaremos
a sentir que somos nosotros quienes dirigimos nuestra economía.