Síndrome de Flujo Vaginal
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GINECOLOGÍA Y SALUD REPRODUCTIVA
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Síndrome de flujo vaginal
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Emilio Vidal BorrasI; Crispina Justa Ugarte RodríguezII
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IMáster en Enfermedades Infecciosas. Especialista de I Grado en Medicina
General Integral. Instructor. Policlínico Universitario California. La Habana, Indicadores
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RESUMEN
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INTRODUCCIÓN: El Síndrome de flujo vaginal es un proceso infeccioso de
la vagina caracterizado por uno o varios síntomas: leucorrea, prurito vulvar, Permalink
ardor, irritación, disuria, dispareunia y fetidez vaginal.
OBJETIVOS: Caracterizar el Síndrome de flujo vaginal y su relación con las
conductas sexuales de riesgo, los gérmenes más frecuentes y sus características e identificar el grupo etario en
que predomina, en un consultorio médico de Barrio Adentro I de la parroquia Sucre, municipio Libertador. Caracas,
Venezuela.
MÉTODOS: Se realizó un estudio observacional y prospectivo en el consultorio médico ubicado en la comunidad de
la Silsa de la parroquia Sucre en Caracas, durante los años 2008 y 2009, con un universo constituido por 97
pacientes del sexo femenino de 20 a 49 años de edad. Se analizaron variables del universo, cuyos datos fueron
obtenidos de la revisión de historias clínicas y tarjetas control.
RESULTADOS: Se encontró que el grupo etario que predominó fue el de 25 a 29 años para un 22,6 %. La edad de
inicio de las relaciones sexuales de entre los 15 y 17 años presentó mayor frecuencia para un 41,3 %. Los factores
predisponentes más frecuentes: aseo inadecuado de los genitales con un 48,4 %. Uso de anticonceptivos orales
40,2 % y sexo no protegido para un 25,7 %. La característica del flujo que predominó fue la homogénea, no
adherente, blanca grisácea y fétida, 35,1%, y el germen más frecuente encontrado fue la gadnerella 31 %, seguida
de la monilia, 23,8 %.
CONCLUSIONES: El síndrome de flujo vaginal fue más frecuente en las adultas y las que iniciaron precozmente
las relaciones sexuales, (antes de los 18 años de edad). Hubo un predominio clínico y microbiológico de infección
por gardnerella vaginalis.
ABSTRACT
The vaginal discharge is a infectious process characterized by on or by some symptoms including leucorrhea, vulvar
pruritus, heat, irritation, dysuria, dyspareunia and vaginal fetidness.
OBJECTIVES: To characterize the vaginal discharge syndrome and its relation to risky, sexual behaviors, the more
frequent germs and their characteristics and to identify the age group with more predominance seen in a medical
consulting room of Barrio Adentro I of Sucre jurisdiction, Libertador municipality, Caracas, Venezuela.
METHODS: A prospective and observational study was conducted in the medical consulting room located in Silsa
community of the Sucre jurisdiction in Caracas in 2008 and in 2009, where the universe included 97 female
patients aged 20-49. The universe variables were analyzed where data were obtained from the medical records and
control cards control.
RESULTS: The predominant age group was that of 25-29 for a 22.6 %. The 15 to 17 years old at the onset of
intercourses was the more frequent for a 41.3 %. The more frequent predisposing factors: inappropriate hygiene of
genitals with a 48.4 %, use of oral contraceptives was of 40,2% and unprotected intercourse for a 25.7 %. The
predominant characteristic of discharge was the homogenous, non-adherent, white color, grayish and fetid for a
35.1 % and the more frequent germ present was the gadnerella for a 31 % followed by Monilia for a 23.8 %.
CONCLUSIONS: The vaginal discharge syndrome was more prevalent among the adult women and in those with
an early onset of intercourses (Before 18 years old). There was a clinical and microbiological predominance of
gardenella vaginalis infection.
INTRODUCCIÓN
El Síndrome de flujo vaginal es un proceso infeccioso de la vagina caracterizado por uno o más de los siguientes
síntomas: flujo, prurito vulvar, ardor, irritación, disuria, dispareunia, fetidez vaginal, determinados por la invasión y
multiplicación de cualquier microorganismo y como resultado de un desbalance ambiental en el ecosistema vaginal.
En la práctica médica las infecciones vaginales representan un problema de salud frecuente ya que el 95 % de las
pacientes consultan por flujo vaginal, según el número de pacientes que asisten a la consulta médica de Barrio
Adentro. Teniendo en cuenta que en una misma mujer pueden coexistir más de una forma clínica (vaginitis y/o
cervicitis) y si el examen ginecológico no permite afirmar la presencia de un agente causal en particular, el
tratamiento deberá ser enfocado de forma sindrómica, a las tres infecciones más frecuentemente asociadas al
Síndrome de flujo vaginal: trichomoniasis, candidiasis y vaginosis bacteriana; con menor frecuencia estas
infecciones son producidas por Neisseria Gonorrhoeae y Clamydia trachomatis.1
El manejo sindrómico representa una alternativa de abordaje eficiente de este problema y con este tipo de enfoque
se logra el tratamiento de las causas más frecuentemente asociadas al síndrome en cuestión y por tanto se
garantiza la solución de mas del 95 % de los casos.1
La Organización Mundial de la Salud (OMS), estimó que anualmente 333 millones de casos nuevos de
enfermedades de transmisión sexual curables en personas de 15 a 49 años, la mayoría en países en desarrollo, que
incluyen países miembros de la comunidad europea. Por otra parte cálculos recientes reportan que cada año se
presentan en el mundo más de 340 millones de casos de infecciones de transmisión sexual (ITS) curables,
(incluyen solo aquellas infecciones bacterianas fúngicas y parasitarias), que tienen como manifestación el síndrome
de flujo vaginal, susceptibles de tratamientos efectivos y que por lo menos un millón de contagios ocurren cada
día. Solamente para Latinoamérica y el Caribe se contagiaron entre 35 y 40 millones de casos de este grupo de ITS
con más de 100 mil infecciones promedio por día.2
La candidiasis vaginal es causada por un hongo o levadura que se encuentra en la mucosa vulvo-vaginal que
prolifera favorecida por antibióticos de amplio espectro, anticonceptivos orales, embarazo, menstruación, diabetes
mellitus, prendas ajustadas, infección por VIH, malos hábitos higiénicos, etc. Las mujeres suelen presentar
irritación vulvar y exudado escaso. La vulva puede aparecer inflamada con excoriaciones y fisuras. La pared vaginal
puede estar cubierta por colonias de levaduras, blancas, de aspecto caseoso y adherente. Esta entidad comenzó a
considerarse como ITS a partir de 1967 y actualmente se acepta que el 50 % de los casos reportados son producto
de un contacto sexual. Su tratamiento consiste en el uso de clotrimazol 100 mg, intravaginal 2 veces al día por 3
días o nistatina 100 000 U (óvulo vaginal) intravaginal, una vez al día por 14 días.3,4
Es una infección diagnosticable en el 33 % de las mujeres en edad reproductiva que padecen de vulvovaginitis. El
síntoma más frecuente es la secreción maloliente de color blanco-grisáceo, el picor y la irritación son comunes, no
así, el enrojecimiento y los edemas. El olor a amoníaco (pescado) se vuelve más fuerte cuando más alcalina es la
secreción, tras el coito o la menstruación. En ocasiones la entidad cursa sin síntomas. El tratamiento con
metronidazol 500 mg 2 veces al día durante 7 días es efectivo.5
Según los conocimientos actuales es importante un abordaje con el objetivo de precisar las causas del Síndrome de
flujo vaginal en nuestro consultorio médico de Barrio Adentro I, así como, los factores que intervienen en su
producción, con la finalidad de trazar pautas para mejorar estos indicadores. Por esta razón se decidió realizar esta
investigación.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional y prospectivo en el consultorio médico ubicado en la comunidad de la Silsa de
la parroquia Sucre en Caracas, donde se estudiaron todas las pacientes que acudieron a la consulta médica
refiriendo presentar flujo vaginal o acudieron a la realización de la citología y exudado vaginal, refiriendo estos
síntomas, en el período comprendido entre enero y diciembre del año 2009. El universo estuvo constituido por 97
pacientes del sexo femenino de 20 a 49 años de edad.
Con el fin de realizar esta investigación se recogieron los datos obtenidos en historias clínicas y tarjetas control
ubicadas en el consultorio médico, donde se precisaron las siguientes variables:
Factores predisponentes del síndrome de flujo vaginal: uso de DIU, aseo inadecuado, sexo no protegido,
anticonceptivos orales y otras infecciones vaginales. (Cualitativa nominal politómica).
Características del flujo vaginal observado al examen físico: blanco, grumoso, de aspecto caseoso. Espumoso, color
amarillo, verdoso, fétido. Homogéneo, no adherente, color blanco grisáceo, olor a pescado, sanguinolento.
Serosanguinolento y abundante purulento y gérmenes encontrados en el exudado vaginal. (Cualitativa nominal
politómica).
Toda la información fue procesada por medios automatizados y los resultados se presentaron en tablas utilizando
estadígrafos, como tasas y porcentajes.
RESULTADOS
En la tabla 1 se presenta la distribución de las pacientes estudiadas por grupos etarios. Fue el grupo de 25 a 29
años el de mayor frecuencia con un 22,6 %. Si tomamos en cuenta el grupo de 30 a 34 y lo sumamos al
anteriormente referido notamos que el 43,2 % de las pacientes se encuentran en el rango más alto, es decir, entre
mujeres adultas.
En la tabla 2 aparecen los datos referentes a la edad de la primera relación sexual. El 41,3 % inició las relaciones
entre 15 y 17 años de edad como se observa, existe un inicio precoz de las relaciones sexuales aspecto que está
muy vinculado a las infecciones de transmisión sexual.
En la tabla 3 se reflejan los factores asociados al Síndrome de flujo vaginal, aparecen, el aseo inadecuado 48,4 %,
el uso de anticonceptivos orales 40,2 % y en tercer lugar el sexo no protegido con un 25,7 %.
Las características del flujo vaginal, se muestran en la tabla 4. La homogénea no adherente blanca o grisácea,
fétida (con olor a pescado), fue la de mayor frecuencia alcanzando el 35,1 %, seguida de la blanca grumosa
aspecto caseosa con un 32,0 %; la espumosa amarillo verdosa fétida se reportó en un 29,9 %.
El resultado de los exudados vaginales y endocervicales aparecen en la tabla 5; la Gardnerella ocupó el primer
lugar con un 36,1 %, seguido de la moniliasis en un 22,7 % y la Trichomonas en un 19,6 %, fue negativo el 19,6
%.
DISCUSIÓN
En una investigación realizada a las pacientes que asistieron a consulta de ginecología del Hospital Ginecoobstétrico
"Ramón González Coro", Ortiz C, Ley M, Llorente C,6 se demostró que el 68,3 % de las pacientes que presentaron
flujo vaginal se encontraba entre 20 y 35 años de edad, por lo que coincide con nuestro resultado, que representa
el 43,6 % en nuestro estudio, de igual forma resultó el estudio realizado por Román L y otros,7 en pacientes
atendidas en consulta municipal de infertilidad del municipio Centro Habana, en el Hospital Ginecoobstétrico
"América Arias", reportaron que de las 140 mujeres estudiadas el 74,6 % tenía entre 25 y 34 años, aspecto que
coincide con este estudio.
Por el contrario en un artículo publicado en la American Journal of Obstetrics and Gynecology,8 avala el
comportamiento sexual en un grupo de adolescentes estudiantes de preuniversitario que aparecen en el informe
del sistema de vigilancia de la conducta de riesgo en la juventud del 2007 del centro de control de enfermedades,
se encuestó a 14 000 estudiantes, el 49 % refirió haber presentado sintomatología vaginal.
En su trabajo presentado en el XIII Congreso de Obstetricia y Ginecología en abril del 2007, referente a la
vaginosis bacteriana, Álvarez M, Escobar, Acosta A, Cutié M y otros,9 encontraron que el 63,6 % de las pacientes
estudiadas tuvo un inicio precoz de las relaciones sexuales. Todo esto habla a favor de lo reportado por la literatura
internacional y avala los datos de esta investigación, en la que se demostró que el 41,3 % iniciaron las relaciones
sexuales entre los 15 y 17 años.
El inicio precoz de las relaciones sexuales incide notablemente en las infecciones de transmisión sexual, debido a
que la edad es un factor biológico que influye en el aumento de estas, porque la constitución de la mucosa vaginal
y del tejido cervical de la mujer joven las hacen muy susceptibles a estas entidades, por lo que el riesgo de las
jóvenes aumenta cuando tienen actividad sexual antes de los 18 años de edad, además, la mujer tiene una mayor
superficie expuesta (la vagina), durante la relación sexual con penetración y un relativo mayor tiempo con
exposición a las secreciones de sus parejas.
Numerosos estudios reflejan el comportamiento de los factores predisponentes a la aparición del síndrome de flujo
vaginal, Cordero Ruiz DM y otros en su artículo publicado en julio del 2007, hace referencia al uso del DIU y las
infecciones vaginales recurrentes como factores predisponentes al flujo vaginal.10
La literatura consultada sobre la epidemiología de esta indica su relación con un historial de enfermedades de
transmisión sexual y el uso de contraceptivos, en particular por el uso de dispositivos intrauterinos (DIU), la
antibiótico terapia, los anticonceptivos y la diabetes mellitus modifican el ambiente vaginal favoreciendo la
proliferación patológica.11,12
En este estudio, los malos hábitos higiénicos y el uso de anticonceptivos orales 48,4 % y 40,2% respectivamente,
fueron los factores predisponentes más importantes en la aparición del síndrome de flujo vaginal. Respecto a los
malos hábitos higiénicos de los genitales, en este país se realiza frecuentemente la higiene mediante duchas
vaginales e incluso, varias veces al día, lo cual incide en el cambio y arrastre del ecosistema vaginal.
Puentes Rizo EM, Enrique Domínguez y otros,13 en su estudio "Comportamiento del síndrome vaginal en un
consultorio de Párraga", encontraron como manifestación clínica más frecuente la leucorrea gris blanca,
homogénea, con olor a pescado en el 58,9 %, seguida de la blanca grumosa en el 31,2 %, esto coincidió con los
resultados de esta investigación.
La dificultad de controlar las infecciones como causa del Síndrome de flujo vaginal radica en que las prácticas
sexuales de riesgo están profundamente vinculadas en las culturas de las humanidades y en la vida diaria. Además
en ocasiones es frecuente que las pacientes sientan pena o temor en asistir a una consulta médica, es necesario
valorar precisar la forma asintomática y valorar el tratamiento preventivo y a la pareja.
Rodríguez Ayllón Y,14 en su estudio, al realizar la caracterización de la sepsis vaginal en 300 pacientes que
acudieron a la consulta de ginecología del Policlínico "Los Pinos" concluyó que la gardnerella vaginal alcanzó el 42
%, seguido de la moniliasis en un 35 % y la trichomoniasis en un 23 %, estos resultados coinciden con los datos
obtenidos en la presente investigación.
De forma similar, fueron los resultados obtenidos por Puentes Rizo EM, Enrique Domínguez B y otros,13 en su
estudio, donde la gardnerella vaginal alcanzó el 58,9 %, seguido de la moniliasis en un 23,2 % y la tricomonas en
un 6,1 %.
González C, Moreno M y otros,15 en su estudio de flora vaginal en pacientes que asistieron a la consulta de
ginecología en el estado de Mérida, República Bolivariana de Venezuela, reportó la vaginosis en un 25 % seguida
de vaginitis aeróbica en un 13,2 % y la candidiasis en un 11 %, por lo que no se corresponde con el presente
estudio.
El Síndrome de flujo vaginal fue más frecuente en las adultas y las que iniciaron precozmente las relaciones
sexuales, (antes de los 18 años de edad). Hubo un predominio clínico y microbiológico de infección por gardnerella
vaginalis.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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