Derecho Vigente
Derecho Vigente
Derecho Vigente
alguna norma, ley, doctrina o disposición que se encuentra en vigor, o sea, cuyo cumplimiento es
obligatorio en un territorio y tiempo determinado. dicho de otro modo, el derecho vigente es el
conjunto actual de normas y leyes, válidas y valederas, al menos hasta que sean derogadas por
la institución correspondiente (normalmente el poder legislativo) y/o reemplazadas por normas y
leyes nuevas. El derecho vigente es exactamente lo opuesto al derecho caduco o derogado, y a
menudo se considera parte del llamado derecho positivo, En todo caso, la vigencia del
derecho depende de si las normas que propone son de actual y obligatoria aplicación, o si se trata
más bien de una jurisprudencia pasada, de valor histórico y cumplimiento no obligatorio (no vigente).
Derecho no vigente: El concepto del derecho no vigente se refiere a las normas jurídicas que,
aunque en algún momento estuvieron en vigor, ya no lo están. Esto puede deberse a la derogación
de la ley, a su caducidad o a su inaplicabilidad por razones diversas. Las causas del derecho no
vigente pueden ser variadas, desde la promulgación de una nueva ley que deroga la anterior, hasta
cambios en la realidad social, económica o política que hacen que una norma pierda su aplicabilidad.
A pesar de no estar en vigor, el derecho no vigente sigue siendo relevante en el ámbito jurídico, ya
que puede servir como referencia histórica, como base para interpretar normas actuales o como
objeto de estudio para entender la evolución del derecho.
Derecho positivo: Se llama derecho positivo, fundamentalmente, al corpus escrito de las leyes, es
decir, al conjunto de normas jurídicas establecidas por un órgano legislativo y recopiladas en una
Constitución Nacional o código de normas (no solo las leyes, sino todo tipo de norma jurídica).
El derecho positivo, a diferencia del natural (inherente al ser humano) o al consuetudinario
(establecido por la costumbre), obedece así a un pacto social y jurídico establecido por
las comunidades mismas para su regulación y ejercicio de la paz, dado que las leyes son escritas y
aprobadas soberanamente.
Este tipo de leyes regulan la conducta ciudadana, la actuación de los cuerpos del Estado y las
libertades privadas, es decir, crean el marco de convivencia, de justicia y de resolución de problemas
necesarios para la vida en sociedad. Estas leyes permanecen vigentes hasta ser derogadas por un
nuevo entramado jurídico o desechadas por la decisión popular y soberana.
De allí que pueda hablarse de dos formas de derecho positivo: la de aplicación vigente y la no
vigente. La primera actúa conforme a lo ya dicho, mientras que la segunda constituye la historia
jurídica de una nación o colectivo. A ella puede sumarse la historia jurídica de la cultura a la que la
comunidad pertenece
El derecho positivo se clasifica principalmente en dos categorías o ramas: derecho público y derecho
privado. Esta división data de los tiempos de la Antigua Roma y se fundamenta en la distinción entre
los asuntos de la vida privada de las personas, y los asuntos de la vida pública del Estado. Cada
vertiente tiene sus propias ramas, que detallamos a continuación:
Derecho constitucional. Aquel que organiza los poderes públicos, las atribuciones propias del
Estado y su relación con la ciudadanía.
Derecho administrativo. Aquel concerniente a la administración de los bienes y recursos del
Estado.
Derecho penal. Aquel que regula el modo en que el Estado reprimirá y castigará las acciones
que pongan en riesgo el marco de convivencia social contemplado en la Constitución y sus
distintos códigos.
Derecho internacional público. Aquel que rige y regula las relaciones entre los distintos
Estados que existen en una región geográfica determinada (que puede ser el mundo todo).
Derecho eclesiástico. Aquel que rige la relación entre las instituciones religiosas y el Estado.
Derecho civil. Aquel que regula las relaciones privadas entre las personas, sus
derechos, libertades, patrimonios y transmisión de bienes hereditarios.
Derecho mercantil. Aquel que rige las transacciones e intercambios de bienes y servicios.
Derecho laboral. Aquel que rige las relaciones de trabajo, es decir, patrones y trabajadores.
Derecho rural. Aquel que regula los asuntos del campo y la producción de alimentos.
Derecho objetivo: Se entiende por derecho objetivo al conjunto de normas, ordenanzas y leyes que
prescriben una obligación, es decir, que imponen una conducta o resolución legal a una situación
o personas determinadas. Son las formas jurídicas que imponen a las sociedades obligaciones
activas (obligación de hacer) o pasivas (obligación de no hacer). Se distingue del derecho subjetivo.
Las sociedades se rigen por normas jurídicas de obligatorio cumplimiento, que conocemos
como leyes. Y el Estado es el encargado de hacerlas cumplir, mediante un aparato represivo que le
confiere el monopolio de la violencia, es decir, mediante las fuerzas del orden público (policía,
ejército, etc.) y las instituciones de adoctrinamiento (la propaganda, la escuela, etc.).
Relativo. Cuando se hace valer un derecho frente a otra persona o personas identificadas
concretamente.
Absoluto. Cuando se hace valer un derecho ante el conjunto de la sociedad.
Público. Cuando se trata de facultades que se hacen valer frente al Estado y representan los
límites que éste se impone a sí mismo.
Privado. Cuando se trata de facultades que se hacen valer frente a particulares, se ejerce en
relaciones con terceros, o frente al Estado actuando no como ente soberano, sino como un actor
jurídico más.
Derecho natural: Se llama derecho natural a una doctrina de tipo ético y jurídico que defiende la
existencia de ciertos derechos propios y particulares de la condición humana, es
decir, ciertos derechos fundamentados en la naturaleza misma del ser humano y que por lo tanto
resultarían inalienables. Este tipo de derechos serían universales, además de anteriores y superiores
a cualquier otro ordenamiento jurídico. Al mismo tiempo, el derecho natural es considerado una de
las fuentes del derecho, junto a la costumbre (consuetudinario) y al derecho escrito (positivo), ya
que sus postulados nacen junto con el ser humano, y por ende son la base de los Derechos
Humanos Universales como los entendemos hoy en día. El derecho natural tiene antecedentes
antiguos, en las exploraciones filosóficas de la Grecia clásica, en especial de Platón y Aristóteles;
pero sus primeras formaciones provienen de la Escuela de Salamanca durante el Siglo de Oro
español, y fueron luego tomadas y reformuladas por teóricos del calibre de Thomas Hobbes, John
Locke, Jean-Jacques Rousseau en sus escritos. La transición entre las vertientes antiguas y el
iusnaturalismo moderno lo constituye la obra del holandés Hugo Grocio (1538-1645).
Incluso doctrinas religiosas como la cristiana tienen puntos en común con el iusnaturalismo, en el
sentido de que admiten en los seres humanos “una ley escrita en sus corazones”, que en este caso
habría sido dictaminada por Dios directamente. En todo caso, se trata de leyes enteramente
humanas y previas a cualquier forma de organización judicial o régimen político.
A diferencia del derecho positivo, que está escrito, el derecho natural emana de la condición humana
misma, por lo que no requiere de estar asentado en soporte alguno, pues tampoco establece
diferencias entre los individuos a los que ampara. No hay distinción posible en la aplicación o
defensa de los derechos naturales, sin importar condiciones como etnia, nacionalidad, religión,
orientación sexual, etc.
Los derechos naturales actúan como un marco supralegal, dado que sus consideraciones sobre
el bien y el mal son universales.
Al contenido del derecho natural sólo puede accederse mediante el raciocinio.
El derecho descansa en la moral.
Si un ordenamiento jurídico positivo cualquiera contraviene los derechos naturales del ser
humano, no podrá considerarse un verdadero ordenamiento jurídico.