De Registros Obtenidos fraudulentamente/SUSPENSION O

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Sentencia C-839/13

CODIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL-Suspensión o cancelación


de registros obtenidos fraudulentamente/SUSPENSION O
CANCELACION DE REGISTROS OBTENIDOS
FRAUDULENTAMENTE-Facultad del fiscal y la víctima para
solicitarla

La posibilidad de que la víctima solicite la suspensión del poder dispositivo de


los bienes sujetos a registro cuando existan motivos fundados para inferir que
el título de propiedad fue obtenido fraudulentamente en nada afecta la
estructura o los principios del sistema penal acusatorio por los siguientes
motivos: (i) Desde el punto de vista procesal, la suspensión del poder
dispositivo de los bienes sujetos a registro cuando existan motivos fundados
para inferir que el título de propiedad fue obtenido fraudulentamente es una
medida exclusivamente patrimonial que no tiene una incidencia necesaria
sobre la determinación de la responsabilidad penal, a tal punto que puede
ordenarse pese a que no exista sentencia condenatoria. (ii) Desde un punto de
vista sistemático, el otorgamiento de facultades a la víctima para solicitar la
suspensión del poder dispositivo de los bienes sujetos a registro cuando existan
motivos fundados para inferir que el título de propiedad fue obtenido
fraudulentamente, no implica una modificación de la estructura o el
funcionamiento del sistema acusatorio, pues el Código de Procedimiento Penal
permite actualmente que otras medidas cautelares o patrimoniales como el
embargo o el secuestro sean solicitadas por las víctimas. (iii) Finalmente,
otorgar a la víctima esta facultad tampoco afecta el principio de igualdad de
armas ni representa un desequilibrio para las partes, el cual exige que los
actores sean contendores que se enfrentan ante un juez imparcial en un debate
al que ambos deben entrar con las mismas herramientas de ataque y
protección.

DERECHOS DE LAS VICTIMAS-Pilar fundamental

LIBERTAD DE CONFIGURACION LEGISLATIVA EN MATERIA


PROCESAL-Jurisprudencia constitucional

DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD POR OMISION


LEGISLATIVA RELATIVA-Jurisprudencia constitucional/OMISION
LEGISLATIVA RELATIVA-Alcance y requisitos

TUTELA DE LOS DERECHOS DE LAS VICTIMAS/DERECHOS


DE LAS VICTIMAS-Instrumentos internacionales

DERECHOS CORRELATIVOS DE LAS VICTIMAS A LA


VERDAD, JUSTICIA, REPARACION Y GARANTIAS DE NO
REPETICION-Alcance
2

DERECHO A LA VERDAD-Jurisprudencia constitucional/DERECHO


A LA VERDAD-Criterios jurisprudenciales

DERECHO A LA JUSTICIA-Jurisprudencia constitucional

DERECHO A LA JUSTICIA-Garantías para las víctimas de los delitos


que se derivan de unos correlativos deberes para las autoridades

DERECHO A LA JUSTICIA-Reglas jurisprudenciales

DERECHO A LA REPARACION-Jurisprudencia constitucional

PETICION DE REPARACION DEL DAÑO CAUSADO-Fundamento

MEDIDAS DE REPARACION-Principios de integralidad y


proporcionalidad

Las medidas de reparación deben regirse por dos principios, el de


integralidad y el de proporcionalidad. El segundo exige que la medida sea
proporcional a la gravedad de las violaciones y al daño sufrido por la
víctima: (i) El principio de integralidad, supone que las víctimas sean sujetos
de reparaciones de diferente naturaleza, que respondan a los distintos tipos de
afectación que hayan sufrido, lo cual implica que estas diferentes
reparaciones no son excluyentes ni exclusivas, pues cada una de ellas obedece
a objetivos de reparación distintos e insustituibles. (ii) Por su parte, sobre el
principio de proporcionalidad, se aduce que la reparación a las víctimas debe
estar en consonancia con la altura del impacto de las violaciones de los
derechos humanos. Una reparación, debe tener en cuenta el restablecimiento
de los derechos de las víctimas, la mejora de sus condiciones de vida,
asimismo, la investigación y juzgamiento de los autores de las conductas
punibles, de lo contrario dicha medida perdería su eficacia y sentido.

DERECHO A LA REPARACION-Parámetros y estándares


constitucionales

GARANTIA DE NO REPETICION-Contenido y alcance/GARANTIA


DE NO REPETICION-Relación con el derecho a la
reparación/GARANTIA DE NO REPETICION-Relación con la
obligación del Estado de prevenir graves violaciones de derechos
humanos/OBLIGACION DEL ESTADO DE PREVENIR GRAVES
VIOLACIONES DE DERECHOS HUMANOS-Contenidos de dicha
obligación

DERECHOS DE LAS VICTIMAS EN EL SISTEMA


ACUSATORIO-Jurisprudencia constitucional
3

MEDIDA DE SUSPENSION Y CANCELACION DE REGISTROS


OBTENIDOS FRAUDULENTAMENTE-Desarrollo
normativo/CANCELACION DE REGISTRO OBTENIDO
FRAUDULENTAMENTE-Jurisprudencia
constitucional/CANCELACION DE REGISTRO OBTENIDO
FRAUDULENTAMENTE-Definición

DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD POR OMISION


LEGISLATIVA RELATIVA-Requisitos que se deben cumplir para que
prospere el cargo

DERECHOS DE LAS VICTIMAS EN EL PROCESO PENAL-


Jurisprudencia constitucional/SUSPENSION O CANCELACION DE
REGISTROS OBTENIDOS FRAUDULENTAMENTE-Papel
asignado al Fiscal no excluye que las víctimas tengan derecho a
intervenir en el proceso/VICTIMAS-Facultades que le permiten
participar directamente sin intermediación del fiscal/PAPEL QUE
CUMPLE LA VICTIMA EN EL PROCESO PENAL-Jurisprudencia
constitucional

REFORMA AL SISTEMA PROCESAL PENAL-Objetivos según la


jurisprudencia constitucional

Esta Corporación ha destacado que dentro de los objetivos de la reforma al


sistema procesal penal se encuentran: (i) fortalecer la función investigativa de
la Fiscalía General de la Nación; (ii) propiciar un juicio público, pleno de
garantías, oral, contradictorio, concentrado y con inmediación en la
incorporación y práctica probatoria; (iii) instituir una clara distinción entre
los funcionarios encargados de investigar, acusar y juzgar; (iv)
descongestionar los despachos judiciales mediante un sistema procesal
basado en la oralidad, que garantice el derecho a un juicio sin dilaciones
injustificadas; (v) modificar el principio de permanencia de la prueba por el
de la producción de la misma dentro del juicio oral; (vi) introducir el
principio de oportunidad; y (vii) dar función efectiva a la figura del juez de
control de garantías.

Referencia: expediente D - 9641

Demanda de inconstitucionalidad contra el


inciso 1º del artículo 101 de la Ley 906 de
2004

Demandantes: Vanessa Suelt Cock, Lorena


Parrado Prieto, Luis Mario Hernández
Vargas y Javier Darío Coronado Díaz
4

Magistrado Sustanciador:
JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB

Bogotá, D.C., veinte (20) de noviembre de dos mil trece (2013).

La Sala Plena de la Corte Constitucional, conformada por los magistrados


Jorge Iván Palacio Palacio –quien la preside– , María Victoria Calle Correa,
Mauricio González Cuervo, Luis Guillermo Guerrero Pérez, Gabriel Eduardo
Mendoza Martelo, Nilson Pinilla Pinilla, Jorge Ignacio Pretelt Chaljub,
Alberto Rojas Ríos y Luis Ernesto Vargas Silva, en ejercicio de sus
atribuciones constitucionales y en cumplimiento de los requisitos y trámites
establecidos en el Decreto 2067 de 1991, ha proferido la presente sentencia
con fundamento en los siguientes

1. ANTECEDENTES

El treinta (30) de abril de 2013, en ejercicio de la acción pública de


inconstitucionalidad, los ciudadanos VANESSA SUELT COCK, LORENA
PARRADO PRIETO, LUIS MARIO HERNÁNDEZ VARGAS y JAVIER
DARÍO CORONADO DÍAZ, demandaron el inciso primero del artículo 101
de la Ley 906 de 2004. A esta demanda se le asignó la radicación D-9641.

1.1. NORMA DEMANDADA

El texto de la disposición demandada es el siguiente:

“LEY 906 DE 2004


(agosto 31)
Diario Oficial No. 45.657, de 31 de agosto de 2004
Por la cual se expide el Código de Procedimiento Penal.
EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA
DECRETA
(….)
ARTÍCULO 101. Suspensión y cancelación de registros obtenidos
fraudulentamente. En cualquier momento y antes de presentarse la
acusación, a petición de la Fiscalía, el juez de control de garantías
dispondrá la suspensión del poder dispositivo de los bienes sujetos a
registro cuando existan motivos fundados para inferir que el título de
propiedad fue obtenido fraudulentamente.
En la sentencia se ordenará la cancelación de los títulos y registros
respectivos cuando exista convencimiento más allá de toda duda
razonable sobre las circunstancias que originaron la anterior medida.
Lo dispuesto en este artículo también se aplicará respecto de los títulos
valores sujetos a esta formalidad y obtenidos fraudulentamente.
5

Si estuviere acreditado que con base en las calidades jurídicas


derivadas de los títulos cancelados se están adelantando procesos ante
otras autoridades, se pondrá en conocimiento la decisión de
cancelación para que se tomen las medidas correspondientes”.

1.2. DEMANDA

Los ciudadanos VANESSA SUELT COCK, LORENA PARRADO


PRIETO, LUIS MARIO HERNÁNDEZ VARGAS y JAVIER DARÍO
CORONADO DÍAZ, miembros del Grupo de Acciones Públicas de la
Pontificia Universidad Javeriana, consideran que el inciso 1º del artículo
101 de la Ley 906 de 2004 vulnera los artículos 1, 2, 93, 229 y 250 de la
Constitución Política considerando que se configura una omisión
legislativa relativa que afecta los derechos de las víctimas por las
siguientes razones:

1.2.1. En primer lugar, señalan que la norma excluye de su presupuesto


fáctico a un sujeto que en principio debería estar incluido, pues
establece que la facultad de solicitar la suspensión provisional del poder
dispositivo se encuentra exclusivamente en cabeza de la Fiscalía
General de la Nación, impidiendo que las víctimas puedan pedirla. En
este sentido, afirman que las víctimas son las personas más interesadas
en que el bien no circule por el tráfico jurídico pese a lo cual no pueden
solicitar directamente la medida de suspensión del poder dispositivo de
un bien que ha sido objeto de una enajenación fraudulenta,
vulnerándose con dicha omisión sus derechos a la verdad, a la justicia y
a la reparación:

1.2.1.1. Afirman que las víctimas tienen un interés directo en la medida de


suspensión del poder dispositivo, pues ésta pretende evitar que el bien
obtenido de manera ilegal continúe siendo objeto de negocios jurídicos
mientras el proceso penal finaliza, por lo cual es inevitable que esta
medida le atañe a quienes tenían derechos sobre el bien hasta la
comisión del delito y que, para efectos de la actuación penal serán
considerados como víctimas.

1.2.1.2. Señalan que de acuerdo con las Sentencias C – 228 de 2002 1 y C –


516 de 20072, las víctimas son aquellas personas naturales o jurídicas
que, a raíz del delito, hayan sufrido un perjuicio material o inmaterial
directa o indirectamente, dentro de las cuales se encuentran aquellas que
hayan perdido sus derechos sobre un bien como consecuencia de una
enajenación fraudulenta objeto de investigación penal.

1.2.1.3. Manifiestan que de acuerdo con el inciso demandado, las víctimas


interesadas en que el bien no continúe circulando por el tráfico jurídico,

1 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa y Eduardo Motealegre Lynnet.


2M.P. Rodrigo Escoar Gil.
6

no pueden acudir directamente ante el Juez de Control de Garantías,


sino que deben persuadir al Fiscal para que solicite la adopción de la
medida bajo examen.

1.2.1.4. En virtud de lo anterior expresan que esta omisión legislativa vulnera


los derechos constitucionales de las víctimas a la verdad, a la justicia y
a la reparación en el marco del proceso penal, los cuales han sido
reconocidos por la Corte Constitucional en numerosas sentencias como
la C – 228 de 20023, la C – 454 de 20064, la C – 209 de 20075, la C –
516 de 20076, la C – 936 de 20107 y la C – 260 de 20118, en las que se
ha señalado que los mismos constituyen un desarrollo de los artículos 1,
2, 15, 21, 229 y 250 de la Constitución Política, así como también de lo
señalado en el artículo XVIII de la Declaración Americana de los
Derechos Humanos, el artículo 8 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, el artículo 25 de la Convención Americana de
Derechos Humanos y el artículo 2.1 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos.

1.2.1.5. Consideran que las garantías constitucionales de las víctimas a la


justicia y a la reparación exigen que los perjudicados por el delito se
encuentren en capacidad de acudir ante el juez de control de garantías y
solicitar la suspensión del poder dispositivo sobre bienes obtenidos de
manera fraudulenta, con el objeto de que cuenten con un recurso
judicial efectivo para propugnar por la integridad del orden jurídico y
por el restablecimiento de sus derechos e intereses legítimos. Estos
derechos serían afectados por la disposición acusada que le prohíbe a la
víctima que acuda ante la jurisdicción en procura de la adopción de una
medida que contribuye al restablecimiento de sus derechos
quebrantados por el delito.

1.2.1.6. Afirman que la suspensión provisional del poder dispositivo está


relacionada con el derecho a la justicia, pues facilita el regreso a la
situación en la que se encontraba antes del ilícito, consiguiendo que los
bienes no continúen siendo afectados en términos físicos y jurídicos tras
el traslado ilícito de la propiedad. Por lo anterior, si no se permite a las
víctimas solicitar la suspensión provisional se está afectando su derecho
a la administración de justicia consagrado en el artículo 229 de la
Constitución.

1.2.2. En segundo lugar, manifiestan que no existe una razón objetiva y


suficiente que explique válidamente la exclusión, pues la Corte

3 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa y Eduardo Montealegre Lynett.


4 M.P. Jaime Cordoba Triviño.
5 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
6 M.P. Rodrigo Escobar Gil.
7 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
8 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
7

Constitucional ha señalado en las sentencias C – 209 de 2007 9, C – 873


de 200310, C – 591 de 200511, C – 250 de 201112 y C – 260 de 201113 que
por regla general la víctima puede participar activa y directamente al
interior del proceso penal.

En este sentido afirman que la posibilidad de que la víctima solicite la


suspensión del poder dispositivo no desconoce ninguna de las
finalidades del sistema acusatorio y agregan que el artículo 250 de la
Constitución no realizó ninguna previsión sobre la limitación de la
participación de los perjudicados por el delito en la solicitud de esta
medida.

1.2.3. En tercer lugar, señalan que se genera una situación de desigualdad


injustificada entre los diferentes actores del proceso penal,
afectándose los derechos constitucionales de las víctimas. Al respecto
señalan que el inciso 1º del artículo 101 de la ley 906 de 2004 vulnera
los derechos fundamentales de las víctimas a la justicia, a la reparación
y al acceso efectivo a la administración de justicia, los cuales están
consagrados en los artículos 1º, 2º, 15, 21, 229 y 250 de la Constitución.
En este sentido afirman que esta omisión entorpece una vía legítima
para que la víctima evite que quien haya adquirido la propiedad de
manera fraudulenta enajene nuevamente los bienes:

“Para acreditar el cumplimiento de esta exigencia, es oportuno


recordar, cómo atrás quedó demostrado cómo el inciso 1º del artículo
101 de la Ley 906 de 2004 vulnera los derechos fundamentales de la
víctima de justicia, reparación y de acceso efectivo a la administración
de justicia (derechos con asidero en los artículos 1º, 2º, 15, 21, 229 y
250 constitucionales). Lo anterior, pues entorpece una vía legítima para
que la víctima evite que quien haya adquirido la propiedad de manera
fraudulenta enajene nuevamente los bienes y, en general, produzca
nuevas modificaciones a sus condiciones materiales y/o jurídicas”.

1.2.4. Finalmente, afirman que la omisión entraña el incumplimiento, por


parte del legislador del deber constitucional de consagrar la
participación de la víctima. En este sentido, reiteran que los artículos
1º, 2º, 15, 21, 229 y 250 y los artículos 8º y 25 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, imponen la obligación legislativa
de garantizar la efectiva intervención de la víctima a lo largo del
proceso penal para garantizar sus derechos a la verdad, a la justicia y a
la reparación:

9 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.


10 M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
11 M.P. Clara Inés Vargas Hernández.
12 M.P. Mauricio González Cuervo.
13 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
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“Como ha sido denotado por esta Honorable Corporación, el texto de


la Carta Política (artículos 1º, 2º, 15, 21, 229 y 250), así como de los
estándares internacionales en materia de protección de derechos
humanos, específicamente los que hacen referencia al derecho a un
recurso judicial efectivo (artículos 8º y 25º de la Convención Americana
de Derechos Humanos), imponen la obligación legislativa de garantizar
la intervención de la víctima a lo largo del proceso penal, de modo que
pueda realizar sus derechos a la verdad, justicia y reparación integral”.

1.3. INTERVENCIONES

1.3.1. Intervención del Ministerio de Justicia y del Derecho

La apoderada del Ministerio de Justicia y del Derecho solicita que se


declare la EXEQUIBILIDAD de la norma demandada por las
siguientes razones:

1.3.1.1. Señala que no es necesario ni indispensable para lograr el objetivo de


asegurar y garantizar el pago de los perjuicios causados que la víctima
haga la solicitud de suspensión del poder dispositivo, pues le
corresponde a la Fiscalía, una vez adelantada la respectiva
investigación solicitarla ante el juez de control de garantías.

1.3.1.2. Considera que en ningún momento debe entenderse que existe una
exclusión en la norma demandada, pues la efectividad de los derechos
de las víctimas está garantizada al otorgarle a la Fiscalía la
responsabilidad de ser la vocera de sus derechos, acorde a la estructura
del sistema acusatorio, sin que ello implique que las víctimas carezcan
de derechos de participación en el proceso penal, por cuanto el fiscal
interviene sin desplazar ni menos sustituir a la víctima.

1.3.1.3. Considera que tampoco se presenta una situación de desigualdad


negativa respecto a los derechos de las víctimas al momento de
solicitarse por parte del fiscal la suspensión del poder dispositivo, sino
que se ratifican las funciones que otorga la fiscalía al ente investigador
en el sistema acusatorio.

1.3.1.4. Agrega que en virtud de lo señalado por la Corte Constitucional en la


sentencia C–090 de 2011, la norma demandada no genera
desigualdades, violaciones al debido proceso, ni está desconociendo el
precepto expreso de la Constitución, dejando en claro que la actuación
de la víctima no está supeditada a la actuación del fiscal.

1.3.1.5. Señala que en un proceso penal con tendencia acusatoria la


participación de las víctima se puede restringir o limitar sin que se
afecten sus derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación, pues los
mismos están protegidos a través de varios derechos y facultades que
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pueden ser ejercidos a lo largo de todo el proceso que garantizar la


participación de las víctimas.

1.3.2. Intervención de la Universidad Sergio Arboleda

El doctor Jorge Arturo Abello Gual, actuando en calidad de Profesor de


la Escuela de Derecho de la Universidad Sergio Arboleda presenta las
siguientes consideraciones para que sean tenidas en cuenta por la Corte
Constitucional al momento de emitir su fallo sobre la norma
demandada:

1.3.2.1.Señala que la solicitud de suspensión del poder dispositivo de un bien


sujeto a registro es un derecho reconocido a la víctima dentro de un
proceso penal por las siguientes razones:

(i) Constituye una medida eficaz para la protección de los derechos de


la víctima, que se encuentra especialmente relacionada con el
restablecimiento del derecho vulnerado por la conducta punible, tal
como dispone el artículo 22 del Código de Procedimiento Penal.

(ii)Debe realizarse en la etapa de juicio oral, en la cual según la


sentencia C – 209 de 2007 no existe limitación alguna a la
participación de la víctima en el marco propio de un proceso
adversarial.

(iii) No introduce una desigualdad injustificada, pues no somete a la


defensa a la desventaja de tener que soportar una doble acusación
pues que esta medida no implica debate alguno sobre la
responsabilidad penal del acusado, sino que se trata de un
instrumento transitorio, preventivo y de protección de los derechos
patrimoniales afectados por la conducta punible investigada.

1.3.2.2. Considera que la discusión sobre el reconocimiento del derecho a la


víctima a solicitar la suspensión del poder dispositivo de los bienes
sujetos a registro se traslada al mecanismo jurídico para su
reconocimiento, por lo cual la Corte debe escoger entre declarar la
inexequibilidad condicionada del inciso 1º del artículo 101 de la Ley
906 de 20004 en el entendido de que la víctima también puede solicitar
esta medida o en el fallo podría reconocer la posibilidad de dar cabida a
la interpretación extensiva que realizan los funcionarios adscritos a la
jurisdicción penal para entender que según el artículo 22 del Código de
Procedimiento Penal la víctima puede solicitar una audiencia de
restablecimiento del derecho para requerir dentro de ella la suspensión
del poder dispositivo de los bienes sujetos a registro.

1.3.2.3. Afirma que por considerarse los derechos de las víctimas como
fundamentales y con rango supraconstitucional se debe emitir un
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reconocimiento constitucional por parte de la Corte con la advertencia


de que la suspensión del poder dispositivo de los bienes sujetos a
registro hace parte de los derechos de las víctimas en el proceso penal.

1.3.3. Intervención de los ciudadanos Bernarda Gómez Arias y Pedro


Juan Munar Huertas

Los ciudadanos Bernarda Gómez Arias y Pedro Juan Munar Huertas


solicitan que se declare la EXEQUIBILIDAD CONDICIONADA del
inciso 1º del artículo 101 de la Ley 906 de 2004 por las siguientes
razones:

1.3.3.1. Consideran que la redacción de esta norma excluyó a la víctima,


dejando únicamente en cabeza del fiscal el poder dispositivo de
suspensión provisional de los bienes sujetos a registro cuando existan
motivos fundados para inferir que el título de propiedad fue obtenido
fraudulentamente.

1.3.3.2. Manifiesta que según la jurisprudencia de la Corte Constitucional, en


especial la sentencia C – 209 de 2007, la víctima puede acudir al juez
de control de garantías o solicitar medidas de protección, pues cuenta
con información importante por la misma necesidad de reparación,
verdad y pronta administración de justicia.

1.3.3.3. Agrega que la jurisprudencia de la Corte Constitucional ha resaltado


la importancia de que los correctivos previstos en la ley para volver las
cosas a su estado original y desvirtuar que los derechos otorgados,
contrariando el orden jurídico, se apliquen de manera pronta y efectiva
para evitar la continuación y/o consumación de situaciones irregulares,
así como la de los perjuicios que ellas injustamente causan.

1.3.3.4. Afirma que no resulta necesario, razonable, ni justo que el


restablecimiento se condicione de manera indefinida o que pueda
frustrarse definitivamente por la seria consideración de tener que acudir
a disuadir al fiscal para que haga efectiva la suspensión provisional.

1.3.3.5. Concluye que por efecto de la disposición demandada algunas de las


víctimas de este tipo de delitos no tiene completamente garantizado el
derecho a acceder a la administración de justicia, para que pronta y
cumplidamente se le defina la restitución a que tiene derecho.

1.3.4. Edward Cárdenas Ramírez

Edward Cárdenas Ramírez solicitó que la Corte se declare INHIBIDA


para pronunciarse sobre la constitucionalidad parcial del artículo 101 de
la Ley 906 de 2004 por ineptitud sustancial de la demanda y
subsidiariamente se declare EXEQUIBLE por los siguientes motivos:
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1.3.4.1.Manifiesta que los accionantes no realizaron un juicio de


proporcionalidad entre los derechos colectivos que amparan al acusado
y los derechos fundamentales en cabeza de la víctima.

1.3.4.2.Señala que los demandantes desconocen el funcionamiento del


sistema acusatorio y el esfuerzo que el Estado hizo en construir un
nuevo proceso penal integral con el fin de garantizar una pronta y mejor
justicia.

1.3.4.3.Concluye que esta Corporación no puede limitarse a los argumentos


del demandante para declarar la inexequibildiad de la norma pues el
accionante ignora la finalidad del artículo 101 de la ley 906 de 2004 y
la intención del legislador de proteger y salvaguardar los derechos de
todas las partes dentro del proceso penal de una manera proporcional
basando esto en el derecho fundamental al debido proceso consagrado
en el artículo 29 de la Constitución Política.

1.3.5. Intervención de las ciudadanas Sandra Katherine Ramírez Moreno


y Karen Tatiana Calderón Segura

Las ciudadanas Katherine Ramírez Moreno y Karen Tatiana Calderón


Segura solicitaron a la Corte Constitucional que se declare INHIBIDA
o en su defecto que declare la EXEQUIBILIDAD de la norma
acusada, por las siguientes razones:

1.3.5.1.Manifiestan que la disposición acusada no configura un caso de


omisión legislativa relativa, pues no es lesiva ni vulnera los derechos
fundamentales de la víctima de acceso a la justicia y reparación, por lo
cual no desconoce las normas de la Constitución.

1.3.5.2.Afirma que en el artículo 250 de la Constitución Política se hace


referencia a una obligación reflejada en el artículo demandado que la
víctima deberá ser partícipe dentro de la etapa de acusación por tanto la
Constitución y la ley han designado como función de la fiscalía la de
velar por la protección integral de las víctimas.

1.3.5.3.Señalan que no encuentran que la demanda sea clara, específica y


recaiga verdaderamente sobre el contenido de la disposición acusada,
por lo cual existirían presupuestos que no se ajustan para poder reunir
suficientes argumentos sobre la inconstitucionalidad de la norma.

1.3.5.4.Concluyen afirmando que los demandantes enuncian un sinnúmero de


disposiciones constitucionales sin demostrar su vulneración. Por el
contrario consideran que la norma impugnada es exequible pues no
vulnera ninguna garantía y debe interpretarse de manera conjunta con
otras disposiciones constitucionales y legales.
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1.3.6. Intervención de la ciudadana Jaqueline Arias Reyes

La ciudadana Jaqueline Arias Reyes solicita que se declare la


INEXEQUIBILIDAD del inciso 1 del artículo 101 del Código de
Procedimiento Penal, por los siguientes motivos:

1.3.6.1.Afirma que la norma demandada vulnera el derecho a la igualdad de


las víctimas en comparación con las que consiguen una reparación
económica, lo cual dependería del desempeño investigativo de la
Fiscalía General de la Nación.

1.3.6.2.Señala que la norma podría permitir que el sujeto activo del delito se
insolvente mientras se presenta el escrito de acusación en detrimento de
los derechos de las víctimas.

1.3.6.3.Concluye que sí se configuraría una omisión legislativa ya que el


Estado debería ser más garante del derecho a la reparación integral de
las víctimas, el cual se debería solicitar antes del escrito de acusación
como lo exigiría el bloque de constitucionalidad.

1.3.7. Intervención de las ciudadanas Carolina Benavides Pedraza y Leila


Esperanza Rojas Naranjo

Los ciudadanos Carolina Benavides Pedraza y Leila Esperanza Rojas


Naranjo solicitan que se declare la INEXEQUIBILIDAD de la norma
demandada por las siguientes razones:

1.3.7.1.Afirma que se reúnen los requisitos para que se configure una omisión
legislativa relativa, pues es notorio que se está vulnerando la
participación de la víctima teniendo en cuenta que se limita solo al
fiscal la solicitud de la medida de suspensión del poder dispositivo de
los bienes, incurriéndose en una discriminación negativa pues la
víctima es el sujeto más legitimado para hacer valer sus derechos.

1.3.7.2.Manifiesta que de acuerdo a la sentencia C-250 de 2011, la exclusión


de la víctima o su representante de ser oída por el juez en la etapa de
individualización de la pena y sentencia en condiciones diversas a la
defensa y a la fiscalía implica no solamente el desconocimiento de su
derecho a la igualdad sino también la limitación del derecho a la
administración de justicia.

1.3.7.3.Señala que no se vislumbra una razón objetiva y suficiente a la


omisión de brindar a las víctimas la posibilidad de ejercer el derecho a
ser oídos en dicha etapa, en los casos en que haya fallo condenatorio o
se haya aprobado el acuerdo celebrado con la fiscalía.
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1.3.7.4.Concluye entonces que la desigualdad injustificada entre los actores


del proceso y particularmente entre el acusado y las víctimas vulnera el
derecho a la tutela judicial efectiva.

1.3.8. Intervención de los ciudadanos Ana Judith Benítez Gómez y


Antonio Misael Pardo Buitrago

Los ciudadanos Ana Judith Benítez Gómez y Antonio Misael Pardo


Buitrago solicitan que se declare la EXEQUIBILIDAD por las
siguientes razones:

1.3.8.1.Manifiestan que no existe omisión legislativa relativa pues no se


vulneran los derechos fundamentales de las víctimas en cuanto al
acceso a la justicia y a la reparación toda vez que es la Fiscalía General
de la Nación la que está a cargo de la investigación de la acción.

1.3.8.2.Sostiene que la víctima tiene un poder de representación, el cual podrá


solicitarlo en caso de no tener abogado de confianza a un estudiante de
derecho o a una facultad de derecho reconocida o incluso solicitar el
amparo de pobreza.

2. CONCEPTO DEL MINISTERIO PÚBLICO

El Procurador General de la Nación presentó concepto en el cual solicita


que la Corte declare la EXEQUIBILIDAD de la norma demandada por
las siguientes razones:

2.1. En primer lugar, señala que el Legislador goza de un amplio margen de


configuración para regular las instituciones procesales, en virtud de lo
dispuesto por el artículo 150, numeral 2 de la Constitución, lo cual se ha
reiterado de forma específica frente a la regulación legislativa del
derecho procesal penal.

2.2. En segundo lugar, señala que no comparte la interpretación que de la


norma acusada realizan los accionantes frente a una relación de
necesariedad entre la imposibilidad de que la presunta víctima le pueda
solicitar al Juez de Control de Garantías la suspensión de la disposición
de los bienes y la certeza de que el Fiscal —aun existiendo motivos
fundados— nunca solicitará tal medida y que, como consecuencia de
esto, se producirá una desprotección de los derechos de la primera.

2.3. En tercer lugar, afirma que la razón que posibilita realizar una
diferenciación razonable es que el inciso primero solo admite la
intervención del Fiscal porque en esa etapa procesal no hay una víctima
en estricto sentido, sino más bien, una presunta víctima en tanto que no
necesariamente se ha probado una conducta delictiva y,
consecuentemente, no se ha probado que la misma ostente esa calidad.
14

2.4. Manifiesta que en la etapa procesal en la cual se puede solicitar la


suspensión del atributo de disposición de bienes sometidos a registro,
los participantes más destacados son tanto el Fiscal como el
investigado: el primero porque al elaborar la teoría del caso, al recoger
el material probatorio o la evidencia física y al eventualmente imputar o
acusar, es él quien tiene mayores y más fáciles posibilidades de advertir
el carácter espurio del título y, por esa misma razón, son sus argumentos
los que pueden persuadir de manera más efectiva al Juez de Control de
Garantías para que ordene la adopción de esa medida y; el investigado,
porque con la medida de suspensión, su derecho a la propiedad (o
circunstancialmente el derecho de terceros) puede verse severamente
restringido.

2.5. Señala que los derechos de las víctimas se salvaguardan, gracias al


inciso 2° del artículo 101 de la Ley 906 de 2004, teniendo en cuenta
que: (i) Según la sentencia C-060 de 2008 cuando “más allá de toda
duda razonable” se considere que los bienes han sido adquiridos
fraudulentamente se podrá disponer la cancelación definitiva de los
títulos en cualquier providencia que ponga fin al proceso (sea sentencia
condenatoria o no); y (ii) La víctima en todo caso tiene el derecho a
presentar pruebas así como la posibilidad de convencer al juez de que se
está en una situación, precisamente, “más allá de toda duda razonable”,
y con esto lograr que se cancelen definitivamente los títulos obtenidos
fraudulentamente, independientemente de que se llegue a una sentencia
condenatoria o no.

2.6. Aduce que si hay motivos fundados para creer que el título es espurio
pero todavía se presentan incertidumbres sobre tal condición, de tal
modo que no se ha diluido cualquier duda razonable, es posible decir
que, a diferencia de lo que sucede en el supuesto previsto en el inciso
2°, los derechos que se encuentran involucrados son del presunto
victimario o de terceros (no se ha probado que es fraudulento) y por eso
las cargas sobre tales derechos son menores: suspensión del poder de
disposición podrá ser solicitada únicamente por el fiscal.

2.7. Concluye que en la norma se realiza una diferenciación razonable a


partir de la cual se ofrecen mayores posibilidades a la participación
directa de la presunta víctima cuando se ha comprobado que el título es
fraudulento. Adicionalmente, hasta que no se llegare a probar tal fraude
existen mecanismos de protección de los derechos de las presuntas
víctimas que se activan cuando existen motivos fundados para inferir
que el título fue fraudulento, sin perjuicio de que la potestad de solicitar
la medida de suspensión del poder de disposición únicamente se le
otorgue al Fiscal.

3. CONSIDERACIONES
15

3.1. COMPETENCIA

La Corte Constitucional es competente, de conformidad con lo


dispuesto en el numeral 4 del artículo 241 de la Constitución, para
pronunciarse sobre la demanda de inconstitucionalidad presentada en
contra del inciso 1º del artículo 101 de la Ley 906 de 2004.

3.2. PROBLEMA JURÍDICO

Los demandantes consideran que el inciso 1º del artículo 101 de la Ley


906 de 2004 vulnera los artículos 1, 2, 93, 229 y 250 de la Constitución
Política señalando que se configura una omisión legislativa relativa que
afecta los derechos de las víctimas a la verdad, a la justicia y a la
reparación, pues se establece que la facultad de solicitar la suspensión
provisional del poder dispositivo se encuentra exclusivamente en
cabeza de la Fiscalía General de la Nación, impidiendo que las víctimas
puedan pedirla.

Para resolver estos problemas jurídicos se estudiarán los siguientes


temas: (i) la libertad de configuración legislativa en materia procesal,
(ii) la omisión legislativa relativa (iii) la tutela de los derechos de las
víctimas, (iv) los derechos de las víctimas en el sistema acusatorio, (v) y
(vi) la norma demandada.

3.3. LIBERTAD DE CONFIGURACIÓN LEGISLATIVA EN


MATERIA PROCESAL

3.3.1. La Corte Constitucional14 ha señalado que según el artículo 150-2 de la


C.P., le corresponde al Congreso de la República “[e]xpedir los códigos
en todos los ramos de la legislación y reformar sus disposiciones”. Con
fundamento en esta competencia y en la importancia de la ley como
fuente del Derecho, el Legislador posee por mandato constitucional
“amplia libertad para definir el procedimiento en los procesos,
actuaciones y acciones originadas en el derecho sustancial”15.

3.3.2. En este sentido, se ha reconocido una amplia potestad de configuración


normativa del legislador en la definición de los procedimientos

14Sentencias de la Corte Constitucional C-005 de 1996, M.P. José Gregorio Hernández Galindo; C-346 de
1997, M.P. Antonio Barrera Carbonell; C-680 de 1998, M.P. Carlos Gaviria Díaz; C-742 de 1999, M.P. José
Gregorio Hernández; C-384 de 2000, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa; C-803 de 2000, M.P. Eduardo Cifuentes
Muñoz; C-596 de 2000, M.P. Antonio Barrera Carbonell; C-1512 de 2000, M.P. Álvaro Tafur Galvis; C-1717
de 2000, M.P. Carlos Gaviria Díaz; C-1104 de 2001, M.P. Clara Inés Vargas Hernández; C-1104 de 2001, M.P.
Clara Inés Vargas Hernández; C-426 de 2002, M.P. Rodrigo Escobar Gil; C-316 de 2002, M.P. Marco Gerardo
Monroy Cabra; C-798 de 2003, M.P. Jaime Córdoba Triviño; C-204 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis; C-
1091 de 2003, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; C-899 de 2003, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; C-
318 de 2003, M.P. Jaime Araujo Renteria; C-039 de 2004, M.P. Rodrigo Escobar Gil; C – 279 de 2013, M.P.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
15Sentencia de la Corte Constitucional C-927 de 2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
16

judiciales y de las formas propias de cada juicio 16, a partir de la cual, le


corresponde “evaluar y definir las etapas, características, términos y
demás elementos que integran cada procedimiento judicial”17.

3.3.3. En virtud de esta facultad, el legislador es autónomo para decidir la


estructura de los procedimientos judiciales, no obstante que, en
ejercicio de dicha autonomía, aquel está obligado a respetar los
principios establecidos en la Carta Política. 18 Por lo anterior, pese a que
la libertad de configuración normativa del legislador es amplia, tiene
límites que se concretan en el respeto por los principios y fines del
Estado, la vigencia de los derechos fundamentales y la observancia de
las demás normas constitucionales.19

3.3.4. En este sentido, la discrecionalidad para la determinación de las


actuaciones procesales o administrativas no es absoluta, pues debe
ejercitarse dentro del respeto a valores fundantes de nuestra
organización política y jurídica, tales como, la justicia, la igualdad y un
orden justo (Preámbulo) y de derechos fundamentales de las personas
como el debido proceso, defensa y acceso a la administración de
justicia (C.P., arts. 13, 29 y 229). Igualmente, debe hacer vigente el
principio de la primacía del derecho sustancial sobre las formas (C.P.,
art. 228) y proyectarse en armonía con la finalidad propuesta, como es
la de realizar objetiva, razonable y oportunamente el derecho
sustancial20 en controversia o definición; de lo contrario, la
configuración legal se tornaría arbitraria21.

3.3.5. Por lo anterior, el legislador debe asegurar la protección ponderada de


todos los bienes jurídicos implicados que se ordenan 22, cumpliendo con
los principios de proporcionalidad y razonabilidad frente al fin para el
cual fueron concebidas23, con el objeto de asegurar precisamente la
16Sentencia de la Corte Constitucional C-043 de 2002. M.P. Álvaro Tafur Galvis.
17Sentencias de la Corte Constitucional C-927 de 2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra; C-893 de 2001, M.P.
Clara Inés Vargas Hernández; C-1104 de 2001, M.P. Clara Inés Vargas Hernández; C-309 de 2002, M.P. Jaime
Córdoba Triviño; C-314 de 2002, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; C-646 de 2002, M.P. Álvaro Tafur
Galvis; C-123 de 2003, M.P. Álvaro Tafur Galvis; C-234 de 2003, M.P. Jaime Araujo Rentería; C-1146 de
2004, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto; C-275 de 2006, M.P. Álvaro Tafur Galvis; C-398 de 2006, M.P.
Alfredo Beltrán Sierra; C-718 de 2006, M.P. Álvaro Tafur Galvis; C-738 de 2006, M.P. Marco Gerardo
Monroy Cabra; Sentencia de la Corte Constitucional C-1186 de 2008, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
18Sentencia de la Corte Constitucional C-316 de 2002, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra
y C-227 de 2009, M.P. Luis Eduardo Vargas Silva; C – 279 de 2013, M.P. Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub.
19Sentencias de la Corte Constitucional C-012 de 2002, M.P. Jaime Araujo Rentería y C –
279 de 2013, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
20Sentencia de la Corte Constitucional T-323 de 1999 M.P. José Gregorio Hernández
Galindo.
21Sentencias de la Corte Constitucional C-204 de 2003 M.P. Álvaro Tafur Galvis; C-471 de
2006, M.P. Álvaro Tafur Galvis; C – 279 de 2013, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
22Sentencias de la Corte Constitucional C-736 de 2002, M.P. Jaime Araujo Renteria; C-296 de 2002, M.P.
Marco Gerardo Monroy Cabra y C-1075 de 2002, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
23 Por ende, se decía en la sentencia C-520 de 2009, M.P. María Victoria Calle Correa,
siguiendo el precedente (Sentencias C-1512 de 2000, M.P. Álvaro Tafur Galvis y C-925 de
17

primacía del derecho sustancial (art. 228 C.P.), así como el ejercicio
más completo posible del derecho de acceso a la administración de
justicia (art. 229 C.P.), el debido proceso (art. 29 C.P) 24, el
cumplimiento del postulado de la buena fe de las actuaciones de los
particulares (CP art. 83)25 y el principio de imparcialidad26.

3.3.6. Por lo anterior, la Corte ha señalado que la legitimidad de las normas


procesales está dada en función de su proporcionalidad y razonabilidad
“pues sólo la coherencia y equilibrio del engranaje procesal permite la
efectiva aplicación del concepto de justicia y, por contera, hace posible
el amparo de los intereses en conflicto”.27 Así las cosas, la violación del
debido proceso ocurriría no sólo en el supuesto de la omisión de la
respectiva regla procesal o de la ineficacia de la misma para alcanzar el
propósito para el cual fue diseñada, sino especialmente en el evento de
que ésta aparezca excesiva y desproporcionada frente al resultado que
se pretende obtener con su utilización.28

3.3.7. Con el objeto de garantizar el respeto a tales límites amplios de la


potestad legislativa, la jurisprudencia ha decantado una serie de
criterios recogidos inicialmente en la sentencia C-227 de 2009: “i) que
atienda los principios y fines del Estado tales como la justicia y la
igualdad entre otros; ii) que vele por la vigencia de los derechos
fundamentales de los ciudadanos29 que en el caso procesal (…) puede
implicar derechos como el debido proceso, defensa y acceso a la
administración de justicia (artículos 13, 29 y 229 C.P.) 30; iii) que obre
conforme a los principios de razonabilidad y proporcionalidad en la

1999, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.): “‘la violación del debido proceso ocurriría no sólo
bajo el presupuesto de la omisión de la respectiva regla procesal o de la ineficacia de la
misma para alcanzar el propósito para el cual fue diseñada, sino especialmente en el evento
de que ésta aparezca excesiva y desproporcionada frente al resultado que se pretende
obtener con su utilización’”.
24 Sobre el particular se observó en la sentencia C-316 de 2001: “(…) Es así como la
eliminación de una institución procesal puede generar el desamparo de un derecho, cuando
quiera que el ordenamiento jurídico no ofrezca alternativas diferentes para protegerlo (…)”,
escenario en el que el control jurisdiccional de la Corte resulta definitivo. Pues, “excluida
del debate acerca de la pertinencia o impertinencia de los modelos procedimentales, la
Corte reclama su competencia cuando se trata de definir si el legislador ha hecho uso
ilegítimo de la autonomía de configuración que le confiere el constituyente. En esos
términos, el Tribunal determina si la potestad configurativa se ejerció respetando los
principios constitucionales y las garantías protegidas por el constituyente o si éstas han
quedado desamparadas por la decisión legislativa que se estudia”.
25Sentencia de la Corte Constitucional C-798 de 2003, M.P. Jaime Córdoba Triviño.
26Sentencias de la Corte Constitucional C-925 de 1999, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa; C-
203 de 2011, M.P. Juan Carlos Henao Pérez; C – 279 de 2013, M.P. Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub.
27Sentencia de la Corte Constitucional C-925 de 1999, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
28Sentencia de la Corte Constitucional C-1512 de 2000, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
29Sentencias de la Corte Constitucional C-728 de 2000, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz y C-1104 de 2001,
M.P. Clara Inés Vargas, entre otras.
30 Sentencia de la Corte Constitucional C-1512 de 2000, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
18

definición de las formas31 y iv) que permita la realización material de


los derechos y del principio de la primacía del derecho sustancial sobre
las formas (artículo 228 C.P.)32”33.

3.4. ALCANCE Y REQUISITOS DE LA OMISIÓN LEGISLATIVA


RELATIVA

La jurisprudencia de la Corte Constitucional ha venido reconociendo


una serie de requisitos necesarios para la procedencia de los cargos por
omisión legislativa relativa34:

3.4.1. La Sentencia C-555 de 199435 reconoció la existencia de la


inconstitucionalidad por omisión al señalar que la Corte Constitucional,
al examinar la constitucionalidad de una norma legal, también es
competente para estudiar la conducta omisiva del Legislador que
propicia la desigualdad de trato y que consiste en no extender un
determinado régimen legal a una hipótesis material semejante a la que
termina por ser única beneficiaria del mismo36.

3.4.2. La Sentencia C-543 de 199637 definió la omisión legislativa como


“todo tipo de abstención del legislador de disponer lo prescrito por la
Constitución". Adicionalmente se señala la distinción entre la omisión
legislativa absoluta y la omisión legislativa relativa: “una omisión
legislativa absoluta por cuanto falta la disposición de desarrollo
legislativo de un determinado precepto constitucional; mientras que en
los restantes, existe una omisión legislativa relativa porque si bien el
legislador ha expedido la ley en ella solamente ha regulado algunas
relaciones dejando por fuera otros supuestos análogos, con clara
violación del principio de igualdad”38.

31Sentencias de la Corte Constitucional C-1104 de 2001, M.P. Clara Inés Vargas y C-1512
de 2000, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
32Sentencia de la Corte Constitucional C-426 de 2002, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
33Sentencias de la Corte Constitucional C-203 de 2011, M.P. Juan Carlos Henao Pérez y C
– 279 de 2013, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
34 Sentencia de la Corte Constitucional C-1053 de 2012.
35 Sentencia de la Corte Constitucional C-555 de 1994, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
36Sentencia de la Corte Constitucional C-555 de 1994, M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz:
“Las formas sustanciales de derecho público, se ha concluido, no pueden ser desechadas
por el Juez que pretende aplicar el principio de primacía de la relación laboral. Sin
embargo, la Corte Constitucional, al examinar la constitucionalidad de una norma legal, sí
es competente para pronunciarse sobre la exclusión de dichas formas, cuando ello acarrea,
frente a un supuesto de hecho similar, la configuración de un tratamiento discriminatorio.
Aquí la inexequibilidad derivaría de la conducta omisiva del Legislador que propicia la
desigualdad de trato y que consiste en no extender un determinado régimen legal a una
hipótesis material semejante a la que termina por ser única beneficiaria del mismo”.
37M.P. Carlos Gaviria Díaz.
38Sentencia de la Corte Constitucional C-543 de 1996, M.P. Carlos Gaviria Díaz.
19

3.4.3. La Sentencia C-427 de 200039 decidió abstenerse de emitir un


pronunciamiento sobre el artículo 9º de la Ley 399 de 1997, salvo en
cuanto a su parágrafo el cual se declaró exequible. En esta sentencia, la
Corte Constitucional definió los requisitos para que el cargo de
inconstitucionalidad por omisión pueda prosperar: a) que exista una
norma sobre la cual se predica; b) que una omisión en tal norma excluya
de sus consecuencias aquellos casos que, por ser asimilables, deberían
subsumirse dentro de su presupuesto fáctico; c) que dicha exclusión no
obedezca a una razón objetiva y suficiente; d) que al carecer de una
razón objetiva y suficiente, la omisión produzca una desigualdad
injustificada entre los casos que están y los que no están sujetos a las
consecuencias previstas por la norma y; e) que la omisión implique el
incumplimiento de un deber constitucional del legislador.

3.4.3.1. La Sentencia C-780 de 200340 declaró exequible la expresión “Las


licencias de conducción que no cuenten con estos elementos de
seguridad deberán ser renovadas de acuerdo con la programación que
expida el Ministerio de Transporte al respecto” contenida en el artículo
17 de la Ley 769 de 2002, la cual había sido acusada pues según el actor
no señala quién va a asumir los costos de esta renovación de las
licencias de conducción. En esta sentencia la Corte consideró que “En
el presente caso, a juicio de la Corte se está en presencia de una
ausencia total de regulación, configurativa de una omisión legislativa
absoluta. Simplemente el legislador ha guardado silencio respecto de
quién va a asumir los costos de expedición de las nuevas licencias de
conducción”. En esta providencia, la Corte Constitucional definió la
omisión legislativa absoluta y expuso las razones por las cuales la
misma no puede ser objeto de control de constitucionalidad41.

3.4.3.2. La Corte Constitucional en la Sentencia C-800 de 200542 decidió


inhibirse de emitir un pronunciamiento sobre la constitucionalidad del
artículo 38 del Decreto 2279 de 1989, del artículo 72 de la Ley 80 de
1993 y del artículo 509 del Código de Procedimiento Civil.

En esta sentencia, la Corte Constitucional reiteró lo señalado en las


sentencias C- 427 de 200043, C-1255 de 200144, C-041 de 200245, C-185
de 200246 sobre los cinco (5) criterios para la procedencia excepcional

39Sentencia de la Corte Constitucional C-427 de 2000, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.


40Sentencia de la Corte Constitucional C-780 de 2003, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra
41Sentencia de la Corte Constitucional C-780 de 2003, M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra.
42Sentencia de la Corte Constitucional C-800 de 2005, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
43Sentencia de la Corte Constitucional C-427 de 2000, M.P. Vladimiro Naranjo Mesa.
44Sentencia de la Corte Constitucional C-1255 de 2001, M.P. Rodrigo Uprimny Yepes.
45Sentencia de la Corte Constitucional C-041 de 2002, M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra.
46Sentencia de la Corte Constitucional C-185 de 2002, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
20

de esta clase de demandas47 y señaló que debe tenerse en cuenta si la


supuesta omisión emerge a primera vista de la norma propuesta o si se
está más bien, ante normas completas, coherentes y suficientes, que
regulan situaciones distintas48.

3.4.3.3. Mediante Sentencia C-192 de 200649 esta Corporación se declaró


inhibida para emitir pronunciamiento de fondo sobre el artículo 31 de la
Ley 788 de 2002, al considerar que la demanda de inconstitucionalidad
no permite activar el control de constitucionalidad, en razón a su
defectuosa argumentación, por cuanto la Corte Constitucional es
incompetente para conocer de demandas de inconstitucionalidad por
omisión legislativa absoluta. En esa sentencia, esta Corporación señaló
una serie de elementos especiales para la procedencia de un cargo por
omisión legislativa como la existencia de una disposición que excluya
de sus hipótesis o de sus consecuencias alguna situación que, en
principio, debía estar incluida, que tal exclusión no tenga justificación
alguna y que por lo tanto la misma no supere el juicio de
proporcionalidad y de razonabilidad, y por último que dicha exclusión
constituya la inobservancia de un mandato constitucional impuesto al
legislador50.

3.4.3.4. La Sentencia C-891 A de 200651 decidió “Decretar la exequibilidad


de la expresión “y se liquidará con base en el promedio de los salarios
devengados en el último año de servicios”, contenida en el artículo 8º
de la Ley 171 de 1961, en cuanto éste siga produciendo efectos, y bajo
el entendimiento de que el salario base para la liquidación de la primera
mesada pensional de que trata este precepto, deberá ser actualizado con
base en la variación del Índice de Precios al Consumidor, IPC,
certificado por el DANE52.

47Sentencia de la Corte Constitucional C-185 de 2002, M.P. Rodrigo Escobar Gil: “Ahora bien, para efectos
de proceder al examen de constitucionalidad de una disposición jurídica, por haber incurrido el Congreso en
omisión legislativa relativa, la Corte ha considerado necesario el cumplimiento de ciertas condiciones, a
saber: (i) que exista una norma sobre la cual se predique necesariamente el cargo; (ii) que la misma excluya
de sus consecuencias jurídicas aquellos casos que, por ser asimilables, tenían que estar contenidos en el texto
normativo cuestionado, o que el precepto omita incluir un ingrediente o condición que, de acuerdo con la
Constitución, resulta esencial para armonizar el texto legal con los mandatos de la Carta; (iii) que la exclusión
de los casos o ingredientes carezca de un principio de razón suficiente; (iv) que la falta de justificación y
objetividad genere para los casos excluidos de la regulación legal una desigualdad negativa frente a los que se
encuentran amparados por las consecuencias de la norma; y (v) que la omisión sea el resultado del
incumplimiento de un deber específico impuesto por el constituyente al legislador.”
48Sentencia de la Corte Constitucional C-800 de 2005, M.P. Alfredo Beltrán Sierra.
49 Sentencia de la Corte Constitucional C-192 de 2006, M.P. Jaime Cordoba Triviño.
50 Sentencia de la Corte Constitucional C-192 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño.
51Sentencia de la Corte Constitucional C-891 A de 2006, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
52Sentencia de la Corte Constitucional C-891A de 2006, M.P. Rodrigo Escobar Gil: “En
esta sentencia la Corte consideró que “Como se ha explicado, en el segmento demandado
del artículo 8º de la Ley 171 de 1961 reside una omisión legislativa de carácter relativo que
es inconstitucional, porque la actualización de la pensión sanción que viene exigida por los
artículos 48 y 53 de la Constitución no tiene en él una base textual. La acusación que la
actora formuló en contra del aparte demandado ha prosperado de manera autónoma, pues la
inconstitucionalidad de la omisión se ha establecido sin necesidad de recurrir a ningún otro
21

En esta sentencia, esta Corporación señaló que: “El supuesto básico de


una omisión legislativa de carácter relativo consiste en que el
legislador regula una materia, pero lo hace de manera parcial porque
no cobija a todas los destinatarios que deberían quedar incluidos en la
regulación o porque deja de regular algún supuesto que, en atención a
los contenidos superiores del ordenamiento, tendría que formar parte
de la disciplina legal de la materia”. Así mismo, la Corte
Constitucional estableció los principales eventos en los cuales procede
una omisión legislativa53. Adicionalmente, se manifestó que no
cualquier omisión legislativa puede ser objeto de control constitucional,
sino que se requiere que la misma vulnere la Carta Fundamental 54.

3.4.3.5. A través de la Sentencia C-1043 de 200655, la Corte Constitucional


decidió declararse inhibida para emitir un pronunciamiento de fondo en
relación con el aparte demandado del literal a) del artículo 74 de la Ley
100 de 1993, por ineptitud sustantiva de la demanda, considerando que
los actores no cumplieron con el presupuesto de formular
adecuadamente el cargo la pretendida omisión legislativa. En esta
sentencia se reiteraron los requisitos para la admisión de un cargo por
omisión legislativa relativa56 y se afirmó que la omisión debe ser
predicable directamente del dispositivo impugnado, y en ningún caso
de otro u otros que no hayan sido vinculados al proceso.

texto legal, luego la impugnación resultó apta y recayó sobre una proposición inteligible y
separable”.
53 Sentencia de la Corte Constitucional C-891A de 2006, M.P. Rodrigo Escobar Gil: “Más adelante la Corte
precisó que las omisiones legislativas de carácter relativo de las cuales puede conocer la Corte, por vía del
ejercicio ciudadano de la acción pública de inconstitucionalidad, no están limitadas a aquellos casos
relacionados con los derechos a la igualdad y al debido proceso, pues cuando la Corte mencionó estos
derechos lo hizo con la intención de “ilustrar dos situaciones en las cuales ellas se presentan con relativa
frecuencia”, mas no con el propósito de “restringir el ámbito de aplicación de la figura de las omisiones
legislativas relativas” y, en criterio de la Corte, eso explica que en la sentencia inicialmente citada se haya
estimado que también se presente una omisión legislativa relativa cuando “el legislador al regular o construir
una institución omite una condición o un ingrediente que, de acuerdo con la Constitución, sería exigencia
esencial para armonizar con ella”.
54 Sentencia de la Corte Constitucional C-891A de 2006, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
55 Sentencia de la Corte Constitucional C-1043 de 2006, M.P. Rodrigo Escobar Gil.
56Sentencia de la Corte Constitucional C-1043 de 2006, M.P. Rodrigo Escobar Gil: “La
Corte ha considerado que para que quepa el examen de constitucionalidad de una
disposición jurídica, por haber incurrido el Congreso en omisión legislativa relativa, es
necesario el cumplimiento de las siguientes condiciones: “(i) que exista una norma sobre la
cual se predique necesariamente el cargo; (ii) que la misma excluya de sus consecuencias
jurídicas aquellos casos que, por ser asimilables, tenían que estar contenidos en el texto
normativo cuestionado, o que el precepto omita incluir un ingrediente o condición que, de
acuerdo con la Constitución, resulta esencial para armonizar el texto legal con los mandatos
de la Carta; (iii) que la exclusión de los casos o ingredientes carezca de un principio de
razón suficiente; (iv) que la falta de justificación y objetividad genere para los casos
excluidos de la regulación legal una desigualdad negativa frente a los que se encuentran
amparados por las consecuencias de la norma; y (v) que la omisión sea el resultado del
incumplimiento de un deber específico impuesto por el constituyente al legislador.”
22

3.4.3.6. La Sentencia C-240 de 200957 declaró exequible el artículo 162 del


Código Penal -Ley 599 de 2000-, por los cargos de la demanda al
considerar que “la jurisprudencia constitucional ha precisado que el
supuesto básico de una omisión legislativa relativa, consiste en que el
legislador al regular una materia lo hace de manera parcial, en la
medida que no cobija a todos los destinatarios que deberían quedar
incluidos en la regulación o deja de regular algún supuesto que por
mandato constitucional debería estar incluido, concluye la Corte que
en virtud de lo expuesto, ninguna de las normas demandadas adolece
de una omisión legislativa relativa violatoria de la Constitución o del
bloque de constitucionalidad”58.

3.4.3.7. Por su parte, la Sentencia C-936 de 201059 declaró exequible el


parágrafo 3° del artículo 2° de la Ley 1312 de 2009, en el entendido de
que también comprende las graves violaciones a los derechos humanos.
En este sentido, se consideró que el parágrafo tercero del artículo 324
plasma una omisión legislativa relativa, que debe ser corregida, en la
medida que no incluye las graves violaciones a los derechos humanos,
como una de las hipótesis delictivas en que se encuentra excluido el
principio de oportunidad.

Al respecto, la Corte sistematizó los rasgos característicos de la omisión


legislativa relativa60 y la definió de la siguiente manera:“La
jurisprudencia de esta corporación ha precisado que se presenta una
omisión legislativa relativa cuando el legislador regula una materia de
manera parcial, insuficiente o incompleta, omitiendo una condición, un
sujeto destinatario, un ingrediente esencial o algún supuesto que, en
atención a los contenidos superiores del ordenamiento, debería formar
parte de la disciplina legal o de la materia normativa”61.

3.4.3.8. La Sentencia C-090 de 201162 declaró la exequibilidad del inciso


primero del artículo 135 de la Ley 100 de 1993, por los cargos
analizados en la parte motiva de dicha providencia, al considerar que el
cargo por omisión legislativa no estaba llamado a prosperar, por cuanto
el debate que planteaba el ciudadano Ospina Acosta giraba en torno a

57Sentencia de la Corte Constitucional C-240 de 2009, M.P. Mauricio González Cuervo.


58Sentencia de la Corte Constitucional C-240 de 2009, M.P. Mauricio González Cuervo.
59 Sentencia de la Corte Constitucional C-936 de 2010, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
60 Sentencia de la Corte Constitucional C-936 de 2010, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva : “Los rasgos
característicos de una omisión legislativa relativa se han sistematizado así: (i) que exista una norma sobre la
cual se predique necesariamente el cargo; (ii) que la misma excluya de sus consecuencias jurídicas aquellos
casos que, por ser asimilables, tenían que estar contenidos en el texto normativo cuestionado, o que el
precepto omita incluir un ingrediente o condición que, de acuerdo con la Constitución, resulta esencial para
armonizar el texto legal con los mandatos de la Carta; (iii) que la exclusión de los casos o ingredientes
carezca de un principio de razón suficiente; (iv) que la falta de justificación y objetividad genere para los
casos excluidos de la regulación legal una desigualdad negativa frente a los que se encuentran amparados
por las consecuencias de la norma; y (v) que la omisión sea el resultado del incumplimiento de un deber
específico impuesto por el constituyente al legislador”.
61 Sentencia de la Corte Constitucional C-936 de 2010, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
62 Sentencia de la Corte Constitucional C-090 de 2011. M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
23

la “aplicación o interpretación de la ley”63 y no a una supuesta omisión


legislativa relativa. En esta sentencia, la Corte reiteró los cinco (5)
requisitos para la procedencia de un cargo por omisión legislativa
relativa y reconoció que “para que se configure la omisión legislativa
no basta con que el legislador profiera una regulación incompleta o
insuficiente, se requiere demostrar que esa regulación parcial o
fragmentada resulta contraria a la Constitución, es decir, que el
ingrediente, condición normativa o consecuencia jurídica que se omitió
es esencial e indispensable para armonizar el texto legal con los
mandatos de la Carta”64.

3.4.3.9. La Sentencia C-100 de 201165 declaró exequible, por los cargos


analizados, el numeral 5º del artículo 166 de la Ley 599 de 2000, en el
entendido que la circunstancia de agravación punitiva allí contemplada
se extiende al evento en que la víctima de desaparición forzada es el o la
cónyuge, o el compañero o la compañera permanente de las personas
aludidas en el numeral 4º de la citada disposición legal. En esta
sentencia esta Corporación manifestó que la Corte Constitucional tiene
competencia limitada respecto de los cargos por omisión legislativa
relativa en cumplimiento del principio de separación de las ramas del
poder público66.

3.4.3.10.Mediante Sentencia C-127 de 201167 se declaró exequible, por el


cargo analizado en esa sentencia, el artículo 267 y el artículo 287 de la
Ley 906 de 2004, “por la cual se expide el Código de Procedimiento
Penal”. En esta sentencia, la Corte determinó la “inexistencia de una

63Sentencias de la Corte Constitucional: C-1436 de 2000, M.P. Alfredo Beltrán Sierra; C-


1052 de 2001, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa y C-426 de 2002, M.P. Rodrigo Escobar
Gil, entre otras.
64Sentencia de la Corte Constitucional C – 090 de 2011, M.P: Jorge Ignacio Pretelt
Chaljub.
65 Sentencia de la Corte Constitucional C-100 de 2011, M.P. María Victoria Calle Correa.
66 Sentencia de la Corte Constitucional C-100 de 2011, M.P. María Victoria Calle Correa: ““Respecto de los
cargos por omisión legislativa relativa frente al numeral 5º del artículo 166 de la Ley 599 de 2000, la Corte
tiene, como se reconoce en varias providencias, una competencia limitada. La razón de este límite es el
principio de separación de las ramas del poder público, establecido en el artículo 113 Superior. La
procedencia de cargos por omisión legislativa relativa es excepcional. Por ello, la Corte ha fijado unos
criterios objetivos de procedencia para los cargos de omisión legislativa relativa, que aparecen, entre otras,
en las Sentencias C-456 de 1996, C-427 y C-1549 de 2000, C-1255 de 2001, C-041, C-185 y C-285 de 2002,
C-371 y C-865 de 2004.
A saber, dichos criterios son: (i) que exista una norma sobre la cual se predique
necesariamente el cargo; (ii) que la misma excluya de sus consecuencias jurídicas aquellos
casos que, por ser asimilables, tendrían que estar contenidos en el texto normativo
cuestionado, o que el precepto omita incluir un ingrediente o condición que, de acuerdo
con la Constitución, resulta esencial para armonizar el texto legal con los mandatos de la
Carta; (iii) que la exclusión de los casos o ingredientes carezca de un principio de razón
suficiente; (iv) que la falta de justificación y objetividad genere para los casos excluidos de
la regulación legal una desigualdad negativa frente a los que se encuentran amparados por
las consecuencias de la norma; y (v) que la omisión sea el resultado del incumplimiento de
un deber específico impuesto por el constituyente al legislador”.
67 Sentencia de la Corte Constitucional C-127 de 2011, M.P. María Victoria Calle Correa.
24

omisión legislativa relativa: el ámbito de aplicación del derecho a la


defensa dentro del proceso penal se extiende a la etapa preprocesal de
la indagación previa, y a partir de ella, a todos los demás actos
procesales hasta la decisión final”.

En esta decisión, esta Corporación reiteró los criterios de admisibilidad


de los cargos por omisión legislativa y, además, señaló que para que
pueda prosperar una demanda contra una omisión legislativa, es
necesario que el silencio del Legislador comporte una regla implícita
que viole los preceptos superiores, en este caso, que llegue a desconocer
el derecho que es objeto de desarrollo legal expreso.

3.4.3.11. La Sentencia C-600 de 201168 declaró exequibles, por los cargos


examinados, las expresiones “cónyuge” y “su cónyuge” empleadas en
los numerales 7, 8, 10, 11, 13 y 14 del artículo 150 del Código de
Procedimiento Civil, bajo el entendido que comprenden también al
compañero o compañera permanente y las expresiones “o pariente en
primer grado de consanguinidad”, empleadas en los numerales 7 y 8
del artículo 150 del Código de Procedimiento Civil, en el entendido que
incluyen también a los parientes en el grado primero civil (hijo e hija
adoptivos y padre o madre adoptantes).

En esta sentencia, la Corte Constitucional consideró que “El legislador


incurrió en una omisión legislativa relativa que vulnera el derecho a la
igualdad al no incluir dentro de las causales de recusación
demandadas al compañero o compañera permanente y a los parientes
en grado primero civil. Declaratoria de exequibilidad condicionada de
los numerales 7, 8, 10, 11, 13 y 14 del artículo 150 del Código de
Procedimiento Civil”69. En esta providencia se definió la omisión
legislativa absoluta como “la falta total de regulación normativa,
referida a un aspecto cualquiera de la realidad regulable” y reconoció
que la Corte Constitucional no puede realizar un control sobre la
misma.

3.4.3.12.La Sentencia C-619 de 201170, declaró exequible, por el cargo


estudiado un aparte normativo contenido en el artículo 149 de la Ley
769 de 2002, al considerar que la norma acusada no sugiere que el
legislador haya omitido alguno de sus deberes constitucionales. En esta
sentencia, la Corte Constitucional señala los elementos que debe
plantear una acción pública de inconstitucionalidad por omisión

68 Sentencia de la Corte Constitucional C-600 de 2011, M.P. María Victoria Calle Correa.
69 Sentencia de la Corte Constitucional C-600 de 2011, M.P. María Victoria Calle Correa.
70 Sentencia de la Corte Constitucional C-619 de 2011, M.P. Humberto Antonio Sierra
Porto.
25

legislativa71 y además establece las posibles alternativas que pueden


adoptarse cuando ésta se configura:

““6.- Por regla general, cuando se trata de una omisión


legislativa relativa, el remedio para la inconstitucionalidad
advertida no es la declaratoria de inexequibilidad de la
disposición que dejó por fuera de sus efectos jurídicos el
elemento que se echa de menos, sino neutralizar dicho efecto
contrario a la Constitución mediante la incorporación de un
significado ajustado a los mandatos constitucionales. Así,
“como en la omisión legislativa relativa hay un acto positivo
del legislador que regula una materia específica, la Corte
procede a integrar el vacío a partir de la Constitución.

En concordancia con lo anterior, esta Corporación señaló, en


sentencia C-311 de 2003, que en los eventos de omisiones
legislativas consistentes en que el legislador no regula
determinados supuestos de hecho, y dicha pretermisión
involucra la afectación de normas de la Carta Política, es
admisible la interposición de la acción pública, a efecto de
que se declare la existencia de la omisión relativa y, en
consecuencia, se emita una sentencia de exequibilidad
condicionada que incorpore el supuesto de hecho excluido”72.

3.4.3.13.La Sentencia C-1053 de 201273 reconoció la existencia de una


omisión legislativa y determinó la existencia de un déficit de protección
de los ex docentes pensionados en la conformación del Consejo
Directivo del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales que solamente
puede ser solucionado si se permite su participación directa en el
mismo.

71Sentencia de la Corte Constitucional C-619 de 2011, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto: “Con todo, se
debe tener en cuenta también que la acción pública de inconstitucionalidad debe plantear de manera clara una
vulneración de la Constitución; por ello, la omisión debe presentar dos condiciones en el escrito de la demanda.
La primera, una argumentación que permita concluir que de la omisión se deriva directamente la vulneración de
normas constitucionales, por parte de las disposiciones que se acusan; y la segunda, que el vacío derivado de
ello puede ser llenado por la Corte Constitucional. Esto excluye la posibilidad de que por vía de acción pública
de inconstitucionalidad, se demanden normas que no vulneran la Constitución, sino que a juicio del demandante
ésta debió incluir regulaciones adicionales. Así como también, no se admite que por esta vía se proponga a la
Corte regular situaciones no consideradas por el legislador.
7.- De otro lado, la Corte ha declarado también, que no tiene competencia para conocer acerca de demandas
dirigidas en contra de omisiones legislativas absolutas. Para ello se considerado que “(i) no es
metodológicamente posible el examen de constitucionalidad en estos casos por la carencia de norma
susceptible de control, (ii) es indispensable que la demanda de inconstitucionalidad recaiga sobre un texto
real y no simplemente deducido por el actor o implícito, (iii) la declaración de inexequibilidad total o parcial
de una disposición legislativa requiere previamente definir si existe una oposición definitiva y verificable
entre lo que dispone el precepto acusado y lo que manda la Constitución. Finalmente, la ausencia de
regulación de una determinada materia no necesariamente puede ser objeto de reproche constitucional, ya
que los silencios del Legislador en determinados casos son expresiones de su voluntad.”.
72Sentencia de la Corte Constitucional C-619 de 2011, M.P. Humberto Antonio Sierra
Porto.
73 M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
26

A partir de la evolución jurisprudencial anterior puede concluirse que el


reconocimiento de una inconstitucionalidad por omisión legislativa
relativa debe ser excepcional y por ello se han consagrado cinco (5)
elementos concretos para cualquier cargo que se formule por esta causa:

“(i) que exista una norma sobre la cual se predique


necesariamente el cargo; (ii) que la misma excluya de sus
consecuencias jurídicas aquellos casos que, por ser
asimilables, tenían que estar contenidos en el texto normativo
cuestionado, o que el precepto omita incluir un ingrediente o
condición que, de acuerdo con la Constitución, resulta esencial
para armonizar el texto legal con los mandatos de la Carta;
(iii) que la exclusión de los casos o ingredientes carezca de un
principio de razón suficiente; (iv) que la falta de justificación y
objetividad genere para los casos excluidos de la regulación
legal una desigualdad negativa frente a los que se encuentran
amparados por las consecuencias de la norma; y (v) que la
omisión sea el resultado del incumplimiento de un deber
específico impuesto por el constituyente al legislador”.

3.5. LA TUTELA DE LOS DERECHOS DE LAS VÍCTIMAS

3.5.1. Los derechos de las víctimas en el Derecho Internacional

La protección de los derechos de las víctimas se ha reconocido a nivel


internacional a través de múltiples convenciones y declaraciones que
han señalado sus derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación:

3.5.1.1.La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó por consenso la


"Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las
Víctimas de Delitos y del Abuso de Poder" 74, según la cual las víctimas

74 ONU. “Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del abuso
de poder”, adoptada por la Asamblea General mediante Resolución 40/34, de 29 de noviembre de 1985.
Acceso a la justicia y trato justo. “4. Las víctimas serán tratadas con compasión y respeto por su dignidad.
Tendrán derecho al acceso a los mecanismos de la justicia y a una pronta reparación del daño que hayan
sufrido, según lo dispuesto en la legislación nacional. 5. Se establecerá y reforzarán, cuando sea necesario,
mecanismos judiciales y administrativos que permitan a las víctimas obtener reparación mediante
procedimientos oficiales u oficiosos que sean expeditos, justos, poco costosos y accesibles. Se informará a las
víctimas de sus derechos para obtener reparación mediante esos mecanismos. 6. Se facilitará la adecuación
de los procedimientos judiciales y administrativos a las necesidades de las víctimas: a) Informando a las
víctimas de su papel y del alcance, el desarrollo cronológico y la marcha de las actuaciones, así como de la
decisión de sus causas, especialmente cuando se trate de delitos graves y cuando hayan solicitado esa
información; b) Permitiendo que las opiniones y preocupaciones de las víctimas sean presentadas y
examinadas en etapas apropiadas de las actuaciones siempre que estén en juego sus intereses, sin perjuicio
del acusado y de acuerdo con el sistema nacional de justicia penal correspondiente; c) Prestando asistencia
apropiada a las víctimas durante todo el proceso judicial; d) Adoptando medidas para minimizar las
molestias causadas a las víctimas, proteger su intimidad, en caso necesario, y garantizar su seguridad, así
como la de sus familiares y la de los testigos en su favor, contra todo acto de intimidación y represalia; e)
Evitando demoras innecesarias en la resolución de las causas y en la ejecución de los mandamientos o
decretos que concedan indemnizaciones a las víctimas. 7. Se utilizarán, cuando proceda, mecanismos
oficiosos para la solución de controversias, incluidos la mediación, el arbitraje y las prácticas de justicia
consuetudinaria o autóctonas, a fin de facilitar la conciliación y la reparación en favor de las víctimas”.
27

"tendrán derecho al acceso a los mecanismos de la justicia y a una


pronta reparación del daño que hayan sufrido" y para ello es necesario
que se permita "que las opiniones y preocupaciones de las víctimas
sean presentadas y examinadas en etapas apropiadas de las
actuaciones, siempre que estén en juego sus intereses, sin perjuicio de
los del acusado y de acuerdo con el sistema nacional de justicia penal
correspondiente".

3.5.1.2.Los artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos consagran el derecho de todas las personas a acudir a los
procesos judiciales para ser escuchadas con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable, para la determinación de sus derechos y
obligaciones. De particular relevancia en relación con los derechos de
las víctimas, es el artículo 25 de este instrumento que hace parte de la
protección judicial a la cual está obligado el Estado. Esta norma
consagra el derecho de toda persona a un recurso efectivo ante los
jueces o tribunales competentes, que la ampare contra violaciones de
sus derechos fundamentales75.

3.5.1.3.El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece


obligaciones del Estado relativas a la investigación, juzgamiento y
sanción de las violaciones de Derechos Humanos, éstas encuentran un
primer fundamento normativo explícito en el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos. En efecto, el literal a) del numeral 3º del
artículo 2º de dicho Pacto, al respecto señala literalmente que “toda
persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto
hayan sido violados podrá interponer un recurso efectivo, aun cuando
tal violación hubiera sido cometida por personas que actuaban en
ejercicio de sus funciones oficiales”76.

Los recursos a que se refiere esta norma (i) deben estar a disposición de
toda persona y ser adecuados para que aun los sujetos especialmente
vulnerables puedan acceder a ellos; (ii) ser efectivos para reivindicar
los derechos fundamentales amparados por el Pacto, y (iii) garantizar
que las denuncias por violaciones de derechos sean investigadas de un
modo rápido, detallado y efectivo por órganos independientes e

75“Artículo 25. Protección Judicial. 1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o
a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos
que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus
funciones oficiales.
2. Los Estados partes se comprometen:
a. ) a garantizar que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá sobre
los derechos de toda persona que interponga tal recurso;
b.) a desarrollar las posibilidades de recurso judicial, y
c.) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades competentes, de toda decisión en que
se haya estimado procedente el recurso”.
76Sentencias de la Corte Constitucional C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba
Triviño, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas
Hernández.
28

imparciales. Adicionalmente, la interpretación de la norma exige que


haya una reparación para las personas cuyos derechos amparados por el
Pacto hayan sido violados, reparación que implica “por lo general” la
concesión de una indemnización apropiada77.

3.5.1.4. La “Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,


Inhumanas o Degradantes”78, y la “Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura”79 garantizan a toda persona que
denuncie haber sido sometida a tortura, el derecho a que su caso sea
examinado imparcialmente. Así mismo, los Estados se comprometen a
investigar de oficio los casos de tortura de que tengan denuncia o razón
fundada para estimar que se han cometido, abriendo el respetivo
proceso penal, y a incorporar en las legislaciones nacionales normas que
garanticen la compensación adecuada para las víctimas del delito de
tortura.80

3.5.1.5. La “Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de


Personas” consagra que los Estados se comprometen a no practicarla ni
permitir que se practique, y a sancionar a los autores de este delito, sus
cómplices y encubridores. Así mismo, obligan a tomar medidas
legislativas para tipificar el delito, cuya acción penal no estará sujeta a
prescripción81.

3.5.1.6. La “Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de


Genocidio”82 señala que las personas acusadas de genocidio serán
juzgadas por un Tribunal competente del Estado en el cual el delito fue
cometido, o ante la Corte Penal Internacional cuando ésta tenga
competencia respecto a aquellas de las Partes contratantes que hayan
reconocido su jurisdicción83.

77Sentencia de la Corte Constitucional C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba
Triviño, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas
Hernández.
78 ONU. Adoptada por la Asamblea General en 1984, aprobada mediante la Ley 70 de 1986.
79 OEA. Adoptada por la Asamblea General en Cartagena de Indias en 1985, aprobada mediante la Ley 406
de 1997, declarada exequible mediante la Sentencia C-351 de 1998, M.P Fabio Morón Díaz.
80 Al respecto ver los artículos 8 y 9 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura y
los artículos 4. 5 y 6 de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o
Degradantes. Sentencia C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba Triviño Rodrigo
Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández.
81Sentencia de la Corte Constitucional C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba
Triviño, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas
Hernández.
82 ONU. Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 1948,
aprobada por Colombia mediante la Ley 28 de 1959.
83Sentencia de la Corte Constitucional C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa, Jaime Córdoba
Triviño, Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas
Hernández.
29

3.5.1.7. El Estatuto de la Corte Penal Internacional 84. El Estatuto de Roma,


mediante el cual se crea la Corte Penal Internacional, constituye
probablemente el mayor instrumento internacional de protección a los
derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario, el cual se
aplica cuando uno de los Estados signatarios no tiene capacidad o
disposición de administrar justicia respecto de aquellos casos para los
cuales fue establecido el referido Tribunal85.

3.5.1.8. La Jurisprudencia Interamericana relativa al derecho a la justicia, a la


investigación y conocimiento de la verdad, a la reparación de las
víctimas y a la no repetición, establece una serie de derechos de las
víctimas y correlativos deberes en cabeza del Estado por la violación de
los derechos humanos:

- La Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del


Caso Godínez Cruz vs. Honduras86, señala una serie de obligaciones
para los Estados: (i) la obligación de prevención de dichos atentados,
involucra la positiva adopción de medidas jurídicas, políticas,
administrativas y aun culturales, que aunque pueden ser de variada
naturaleza, deben dirigirse a impedir que tales hechos sucedan
aunque “no se demuestra su incumplimiento por el mero hecho de
que un derecho haya sido violado”; (ii) la obligación de
investigación, manifiesta que toda situación en la que se hayan
violado los derechos humanos protegidos por la Convención debe
ser objeto de indagación, y cuando se tolere que los particulares o
grupos de ellos actúen libre o impunemente en menoscabo de tales
derechos humanos, dicha obligación queda sustancialmente
incumplida.

- La Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del


Caso Barrios Altos vs. Perú87, se refirió a la inadmisibilidad de las

84 ONU. Adoptado por la Conferencia Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones


Unidas el 17 de junio de 1998, aprobado mediante la Ley 742 de 2002, revisada mediante
la Sentencia C-578 de 2002, M.P Manuel José Cepeda Espinosa.
85La Corte Penal Internacional, respecto de Colombia, sólo puede conocer delitos
ocurridos con posterioridad a la entrada en vigencia del Estatuto de Roma en el país,
acaecida el 1º de noviembre de 2002. Además, en virtud de lo dispuesto en el artículo 124,
y en la correspondiente declaración del Estado colombiano, no tendrá competencia para
conocer crímenes de guerra cometidos en Colombia durante los siete años siguientes a
dicha entrada en vigor.
86 Corte IDH. Caso Godínez Cruz vs. Honduras. En ese caso el señor Godínez Cruz,
dirigente sindical, fue secuestrado y posteriormente desaparecido. Las pruebas obrantes
dentro del proceso permitieron establecer que el hecho fue ejecutado por las autoridades
hondureñas, dentro de una práctica generalizada de desaparecer a personas consideradas
peligrosas. La Corte consideró que Honduras había violado, en perjuicio del señor Godínez
Cruz, los deberes de respeto y garantía de los derechos a la vida, la integridad y la libertad
personales consagrados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
87 Corte IDH. Caso Barrios Altos vs. Perú. En este caso los hechos acaecidos consistieron
en el asalto por parte de seis miembros del ejército peruano a un inmueble ubicado en el
30

leyes de amnistía, de las disposiciones de prescripción y del


establecimiento de excluyentes de responsabilidad, respecto de
graves atentados contra los derechos fundamentales reconocidos en
la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Así mismo,
sostuvo el derecho de los familiares al conocimiento de la verdad
respecto de las violaciones de derechos humanos y el derecho a la
reparación por los mismos atropellos quedaban en entredicho con tal
categoría de leyes y disposiciones.

- La Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del


Caso Myrna Mack Chang vs Guatemala 88, se refirió de manera
especial al derecho de las víctimas de violaciones de los derechos
humanos a un recurso judicial efectivo. A este propósito recordó que
con anterioridad esa Corporación judicial había establecido que “(e)l
esclarecimiento de si el Estado ha violado o no sus obligaciones
internacionales por virtud de las actuaciones de sus órganos
judiciales, puede conducir a que el Tribunal deba ocuparse de
examinar los respectivos procesos internos”89.

- La Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del


Caso Hermanos Gómez Paquiyauri vs. Perú90, se refirió nuevamente
a la inadmisibilidad de las disposiciones de derecho interno
referentes a la prescripción o cualquier otra circunstancia conducente
a impedir la investigación y sanción de los responsables de la
violación de derechos humanos, al deber del Estado de investigar
oficiosamente los actos de tortura y a impedir la repetición de las
violaciones de esta clase de derechos mediante la adopción de
medidas para garantizar la investigación y sanción efectiva. Además,
definió la noción de impunidad.
vecindario conocido como “Barrios Altos” de la ciudad de Lima, donde dispararon
indiscriminadamente contra los ocupantes de la vivienda, matando a quince de ellos e
hiriendo gravemente a otros cuatro.
88 Corte IDH. Caso Myrna Mack Chang vs Guatemala. Los hechos que motivaron este
proceso consistieron en el ataque a Myrna Mack Chang, antropóloga, por parte de dos
personas que le propinaron 27 heridas de arma blanca, causándole la muerte. Las
investigaciones llevaron a concluir que el homicidio fue perpetrado por agentes de
seguridad del Estado guatemalteco, en represalia al trabajo que ella adelantaba para
establecer las causas y consecuencias del fenómeno del desplazamiento forzado de
comunidades indígenas en Guatemala.
89 Cfr. Corte IDH. Caso Juan Humberto Sánchez, párr. 120; Caso Bámaca Velásquez Vs.
Guatemala, sentencia del 25 de noviembre de 2000, párr. 188; y Caso de los “Niños de la
Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala, sentencia del 19 de noviembre de 1999,
párr. 222.
90 Corte IDH. Caso Hermanos Gómez Paquiyauri vs. Perú. En esta oportunidad, los hechos
que dieron lugar al proceso consintieron en la captura, tortura y ejecución de los hermanos
Emilio y Rafael Gómez Paquyauri de 14 y 17 años respectivamente, por agentes de la
Policía Peruana. El Tribunal del Callao dictó sentencia condenatoria contra los autores
materiales del delito, dos años después de los hechos. Sin embargo, transcurridos más de
trece años a partir del delito, los autores intelectuales permanecían sin ser juzgados ni
sancionados.
31

- La Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del


Caso Masacre de Mapiripán vs. Colombia , precisó el alcance del
derecho de las víctimas de violaciones de derechos humanos y de sus
familiares a un recurso judicial efectivo, y el deber del Estado de
investigar y sancionar las graves violaciones de derechos humanos.
De manera especial señaló que los procesos de paz, como el que
atraviesa Colombia, no liberan a un Estado Parte en la Convención
Americana de sus obligaciones establecidas en ella en materia de
Derechos humanos.

- La Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del


Caso comunidad Moiwana vs. Suriname , se refirió a la
responsabilidad estatal de reparar, se afirmó en esta ocasión que “al
producirse un hecho ilícito imputable a un Estado, surge de
inmediato la responsabilidad internacional de éste por la violación
de la norma internacional de que se trata, con el consecuente deber
de reparar y hacer cesar las consecuencias de la violación”. En
cuanto a las condiciones de la reparación, señaló que en la medida de
lo posible debía ser plena, es decir debía consistir en el
restablecimiento de la situación anterior a la violación; si esto no
fuera posible, se indicó que deben adoptarse otras medidas de
reparación, entre ellas el pago de una indemnización compensatoria;
además, manifestó que la reparación implica el otorgamiento de
garantías de no repetición.

- La Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos del


Caso Bámaca Velásquez vs Guatemala 91, se refirió de manera
Corte IDH. Caso Masacre de Mapiripán vs. Colombia. Los hechos que suscitaron el caso
consistieron la llegada al aeropuerto de San José de Guaviare de aproximadamente un
centenar de miembros de la autodefensas Unidas de Colombia (AUC), procedentes del
Urabá antioqueño. A su llegada fueron recogidos por miembros del Ejército Nacional, y
transportados hasta el municipio de Mapiripán, en camiones de esa Institución. Durante su
permanencia en Mapiripán, los paramilitares secuestraron, torturaron, asesinaron y
descuartizaron a 49 personas, a las que acusaban de auxiliar a la guerrilla. La Fiscalía
concluyó que la masacre se había perpetrado con el apoyo y aquiescencia de la Fuerza
Pública. Pese a ser informados, los comandantes del ejército se mantuvieron en completa
inactividad. Transcurridos más de ocho años, la justicia penal no había logrado identificar a
las víctimas, y solo había juzgado y sancionado a unas pocas personas comprometidas en la
masacre.
Corte IDH. Caso comunidad Moiwana vs. Suriname. Los hechos que dieron lugar al
proceso consistieron en que las fuerzas armadas de Suriname atacaron la comunidad
N’djuka Maroon de Moiwana. Los soldados masacraron a más de 40 hombres, mujeres y
niños, y arrasaron la comunidad. Los que lograron escapar huyeron a los bosques
circundantes, y después fueron exiliados o internamente desplazados. A la fecha de la
presentación de la demanda no había habido una investigación adecuada de la masacre,
nadie habría sido juzgado ni sancionado, y los sobrevivientes permanecerían desplazados
de sus tierras.
91 Corte IDH. Caso Bámaca Velásquez vs Guatemala. Los hechos que dieron lugar a este
proceso consistieron en el apresamiento del líder guerrillero Efraín Bámaca por el ejército
32

particular al derecho a la verdad, señalando que implica que las


víctimas conozcan lo que sucedió y quiénes fueron los responsables
de los hechos. Consideró que el conocimiento de la verdad forma
parte del derecho a la reparación. En caso de homicidio, la
posibilidad de los familiares de la víctima de conocer dónde se
encuentran sus restos92, indicó que constituye un medio de
reparación y, por tanto, una expectativa que el Estado debe satisfacer
a los familiares de la víctima y a la sociedad como un todo.

3.5.1.9.El “Conjunto de Principios para la protección y la promoción de los


derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad”,
proclamados por la Comisión de Derechos Humanos ONU en 1998,
encuentra su principal antecedente histórico en el “Informe Final del
Relator Especial sobre la impunidad y conjunto de principios para la
protección de los derechos humanos mediante la lucha contra la
impunidad” y reconoce los derechos a saber, a la justicia y a la garantía
de no repetición.

3.5.2. Los derechos correlativos de las víctimas a la verdad, justicia,


reparación y garantías de no repetición

De acuerdo a lo anterior, la jurisprudencia constitucional colombiana ha


efectuado un profuso y consistente desarrollo de los derechos de las
víctimas, basándose para ello en la propia normativa constitucional
(Arts. 1º, 2º, 15, 21, 93, 229 y 250) 93 y en los avances del derecho
internacional de los derechos humanos. Desde la sentencia C-228 de
200294, la Corte Constitucional estableció el alcance y la naturaleza
guatemalteco. Estando detenido fue torturado a fin de que revelara información. Y luego
fue desaparecido, sin que hasta el momento de la sentencia se tuviera información sobre su
paradero.
92 Cfr. Corte IDH. Caso Castillo Páez, Sentencia de 3 de noviembre de 1997.Vs. Perú, párr.
90; Caso Caballero Delgado y Santana Vs. Colombia. Reparaciones (art. 63.1 Convención
Americana sobre Derechos Humanos). Sentencia de 29 de enero de 1997,, párr. 58; y Caso
Neira Alegría y Otros Vs. Perú, sentencia del 19 de enero de 1995, Reparaciones, párr. 69.
93 En la sentencia C-228 de 2002, Manuel José Cepeda Espinosa y Eduardo Montealegre Lynett, bajo el
título “Los derechos de la parte civil a la luz de la Constitución”, la Corte analizó de manera
particularizada cada una de las disposiciones constitucionales enunciadas para deducir de cada una de ellas
alguna prerrogativa de las víctimas en el proceso penal. En particular sobre los artículos 15 y 21 como
eventuales fuentes constitucionales de derechos de las víctimas de los delitos señaló: “Finalmente, los
derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación económica reconocidos a las víctimas o perjudicados por
un hecho punible, pueden tener como fundamento constitucional otros derechos, en especial el derecho al
buen nombre y a la honra de las personas (arts 1º, 15 y 21, CP), puesto que el proceso penal puede ser la
única ocasión para que las víctimas y los perjudicados puedan controvertir versiones sobre los hechos que
pueden ser manifiestamente lesivas de estos derechos constitucionales, como cuando durante el proceso
penal se hacen afirmaciones que puedan afectar la honra o el buen nombre de la víctimas o perjudicados”.
Ese mismo soporte constitucional fue reiterado en la sentencia C-209 de 2007, Fundamento 3, al señalar:
“De conformidad con lo anterior, corresponde a la Corte Constitucional resolver los siguientes problemas
jurídicos: Si a la luz de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación derivados de los
artículos 1, 2, 15, 21, 93, 229, y 250 de la Carta (…)”.
94 Sentencia de la Corte Constitucional C-282 de 2002, MP. Manuel José Cepeda Espinosa y Eduardo
Montealegre Lynett, con Aclaración de Voto del Magistrado Jaime Araujo Rentería. En esta sentencia la Corte
Constitucional precisó el alcance constitucional de los derechos de las víctimas en el proceso penal y resolvió
lo siguiente: Primero.- Declarar EXEQUIBLE, en relación con los cargos estudiados, el inciso primero del
33

compleja de los derechos de las víctimas y perjudicados con el hecho


punible, decantando las siguientes reglas que han sido reiteradas con
posterioridad95:

3.5.2.1. El derecho a la verdad

La Corte Constitucional en la Sentencia C-282 de 2002 96, reiterada en


múltiples ocasiones97, ha señalado que las víctimas tienen derecho a la
verdad, la cual es definida como “la posibilidad de conocer lo que
sucedió y en buscar una coincidencia entre la verdad procesal y la
verdad real”. En todo caso, esta Corporación ha reconocido que para la
garantía del derecho a la verdad se exige “revelar de manera plena y
fidedigna los hechos dentro de los cuales fueron cometidos los
delitos”98.

Este derecho comporta a su vez: (i) el derecho inalienable a la verdad;


(ii) el deber de recordar; y (iii) el derecho de las víctimas a saber:

“El primero, comporta el derecho de cada pueblo a conocer la


verdad acerca de los acontecimientos sucedidos y las
circunstancias que llevaron a la perpetración de los crímenes.
El segundo, consiste en el conocimiento por un pueblo de la
historia de su opresión como parte de su patrimonio, y por ello
se deben adoptar medidas adecuadas en aras del deber de
recordar que incumbe al estado. Y el tercero, determina que,
independientemente de las acciones que las víctimas, así como
sus familiares o allegados puedan entablar ante la justicia,
tiene el derecho imprescriptible a conocer la verdad, acerca de
las circunstancias en que se cometieron las violaciones, y en
caso de fallecimiento o desaparición acerca de la suerte que
corrió la víctima.

artículo 137 de la Ley 600 de 2000, en el entendido de que la parte civil tiene derecho al resarcimiento, a la
verdad y a la justicia en los términos de la presente sentencia. Así mismo, declarar EXEQUIBLES, en
relación con los cargos estudiados, los incisos segundo y tercero del artículo 137 de la Ley 600 de 2000, salvo
la expresión “en forma prevalente y desplazar la constituida por las entidades mencionadas”, contenida en el
inciso segundo, que se declara inexequible. Segundo.- Declarar EXEQUIBLE el artículo 30 de la Ley 600 de
2000, en relación con los cargos estudiados, en el entendido de que las víctimas o los perjudicados, una vez se
hayan constituido en parte civil, pueden acceder directamente al expediente. Tercero.- Declarar EXEQUIBLE
el artículo 47 de la Ley 600 de 2000, en relación con los cargos estudiados, salvo la expresión “a partir de la
resolución de apertura de instrucción” que se declara INEXEQUIBLE.
95 Sentencia de la Corte Constitucional C-1033 de 2006, M.P. Álvaro Tafur Galvis.
96 Sentencia de la Corte Constitucional C-282 de 2002, M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
97 Sentencia de la Corte Constitucional C-004 de 2003, M.P. Eduardo Montealegre Lynett.
98Sentencia de la Corte Constitucional C-370 de 2006, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa,
Jaime Córdoba Triviño Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra, Álvaro Tafur
Galvis, Clara Inés Vargas Hernández
34

En este sentido, la jurisprudencia constitucional ha


determinado que el derecho de acceder a la verdad, implica
que las personas tienen derecho a conocer qué fue lo que
realmente sucedió en su caso. La dignidad humana de una
persona se ve afectada si se le priva de información que es vital
para ella. El acceso a la verdad aparece así íntimamente ligado
al respeto de la dignidad humana, a la memoria y a la imagen
de la víctima99”100.

El Conjunto de principios para la protección y la promoción de los


Derechos Humanos, para la lucha contra la impunidad señalan el
derecho inalienable a la verdad101, el deber de recordar102 y el derecho de
las víctimas a saber103 a partir de los cuales se derivan una serie de
garantías particulares señaladas en el principio: “Las medidas
apropiadas para asegurar ese derecho pueden incluir procesos no
judiciales que complementen la función del poder judicial. Las
sociedades que han experimentado crímenes odiosos perpetrados en
forma masiva o sistemática pueden beneficiarse en particular con la
creación de una comisión de la verdad u otra comisión de investigación
con objeto de establecer los hechos relativos a esas violaciones de
manera de cerciorarse de la verdad e impedir la desaparición de
pruebas. Sea que un Estado establezca o no un órgano de ese tipo, debe
garantizar la preservación de los archivos relativos a las violaciones de
los derechos humanos y el derecho humanitario y la posibilidad de
consultarlos”.

99 Sentencias de la Corte Constitucional T- 443 de 1994, MP. Eduardo Cifuentes Muñoz y


C- 293 de 1995, M.P. Carlos Gaviria Díaz.
100 Sentencia de la Corte Constitucional C-454 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño.
101 ONU. Comisión de Derechos Humanos. “Conjunto de Principios para la Protección y la Promoción de
los Derechos Humanos, para la Lucha contra la Impunidad”: Principio 2: “El derecho inalienable a la
verdad. Cada pueblo tiene el derecho inalienable a conocer la verdad acerca de los acontecimientos
sucedidos en el pasado en relación con la perpetración de crímenes aberrantes y de las circunstancias y los
motivos que llevaron, mediante violaciones masivas o sistemáticas, a la perpetración de esos crímenes. El
ejercicio pleno y efectivo del derecho a la verdad proporciona una salvaguardia fundamental contra la
repetición de tales violaciones”.
102 ONU. Comisión de Derechos Humanos. “Conjunto de Principios para la Protección y la Promoción de
los Derechos Humanos, para la Lucha contra la Impunidad”: Principio 3: “El deber de recordar. El
conocimiento por un pueblo de la historia de su opresión forma parte de su patrimonio y, por ello, se debe
conservar adoptando medidas adecuadas en aras del deber de recordar que incumbe al Estado para
preservar los archivos y otras pruebas relativas a violaciones de los derechos humanos y el derecho
humanitario y para facilitar el conocimiento de tales violaciones. Esas medidas deben estar encaminadas a
preservar del olvido la memoria colectiva y, en particular, evitar que surjan tesis revisionistas y
negacionistas”.
103 ONU. Comisión de Derechos Humanos. “Conjunto de Principios para la Protección y la Promoción de
los Derechos Humanos, para la Lucha contra la Impunidad”: Principio 4 :El derecho de las víctimas a saber.
Independientemente de las acciones que puedan entablar ante la justicia, las víctimas y sus familias tienen el
derecho imprescriptible a conocer la verdad acerca de las circunstancias en que se cometieron las
violaciones y, en caso de fallecimiento o desaparición, acerca de la suerte que corrió la víctima”.
35

En relación con el derecho a la verdad, las sentencias C-715 de


2012104 y C-099 de 2013105 han señalado los siguientes criterios:

“(i) El derecho a la verdad, se encuentra consagrado en los principios


1 a 4 de los Principios para la protección y promoción de los
derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad, y
encuentra su fundamento en el principio de dignidad humana, en el
deber de memoria histórica y de recordar, y en el derecho al bueno
nombre y a la imagen.

(ii) Así, las víctimas y los perjudicados por graves violaciones de


derechos humanos tienen el derecho inalienable a saber la verdad
de lo ocurrido.

(iii) Este derecho se encuentra en cabeza de las víctimas, de sus


familiares y de la sociedad en su conjunto, y por tanto apareja una
dimensión individual y una colectiva.

(iv) La dimensión individual del derecho a la verdad implica que las


víctimas y sus familiares conozcan la verdad sobre los hechos, los
responsables y las consecuencias de lo sucedido. Este derecho
apareja por tanto, el derecho a conocer la autoría del crimen, los
motivos y las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que
ocurrieron los hechos delictivos, y finalmente, el patrón criminal
que marca la comisión de los hechos criminales. Esto último,
implica el derecho a conocer si el delito que se investiga constituye
una grave violación a los derechos humanos, un crimen de guerra o
un crimen de lesa humanidad.

(v) La dimensión colectiva del derecho a la verdad, por su parte,


significa que la sociedad debe conocer la realidad de lo sucedido,
su propia historia, la posibilidad de elaborar un relato colectivo a
través de la divulgación pública de los resultados de las
investigaciones, e implica la obligación de contar con una
“memoria pública” sobre los resultados de estas investigaciones
sobre graves violaciones de derechos humanos.

(vi) El derecho a la verdad constituye un derecho imprescriptible que


puede y debe ser garantizado en todo tiempo;

(vii) Con la garantía del derecho a la verdad se busca la coincidencia


entre la verdad procesal y la verdad real.

(viii) Este derecho se encuentra intrínsecamente relacionado y


conectado con el derecho a la justicia y a la reparación. Así, el

104 Sentencia de la Corte Constitucional, C-715 de 2002, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
105 Sentencia de la Corte Constitucional, C-099 de 2013, M.P. María Victoria Calle Correa.
36

derecho a la verdad se encuentra vinculado con el derecho de


acceso a la justicia, ya que la verdad sólo es posible si se proscribe
la impunidad y se garantiza, a través de investigaciones serias,
responsables, imparciales, integrales y sistemáticas por parte del
Estado, el consecuente esclarecimiento de los hechos y la
correspondiente sanción.

(ix) De otra parte, el derecho a la verdad se encuentra vinculado con el


derecho a la reparación, ya que el conocimiento de lo sucedido
para las víctimas y sus familiares, constituye un medio de
reparación.

(x) Los familiares de las personas desaparecidas tienen derecho a


conocer el destino de los desaparecidos y el estado y resultado de
las investigaciones oficiales. En este sentido, el derecho a conocer
el paradero de las personas desaparecidas o secuestradas se
encuentra amparado en el derecho del familiar o allegado de la
víctima a no ser objeto de tratos crueles, inhumanos o degradantes
y debe ser satisfecho, incluso, si no existen procesos penales en
contra de los presuntos responsables (por muerte, indeterminación
o cualquier otra causa)106.

(xi) Finalmente, en cuanto al derecho a la verdad, la Corte resalta no


solo la importancia y la obligación del Estado de adelantar
investigaciones criminales con el fin de esclarecer la
responsabilidad penal individual y la verdad de los hechos, sino
también la importancia de mecanismos alternativos de
reconstrucción de la verdad histórica, como comisiones de la
verdad de carácter administrativo, que en casos de vulneraciones
masivas y sistemáticas de los derechos humanos, deben servir a los
fines constitucionales antes mencionados”.

3.5.2.2. El derecho a la justicia

Este derecho implica que toda víctima tenga la posibilidad de hacer


valer sus derechos beneficiándose de un recurso justo y eficaz,
principalmente para conseguir que su agresor sea juzgado, obteniendo
su reparación. En este sentido, los Principios de Joinet señalan que “no
existe reconciliación justa y durable sin que sea aportada una respuesta

106La Corte Interamericana de Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de Derechos


Humanos han estimado que las personas que ignoran el paradero de familiares
desaparecidos se encuentran en una situación tal de angustia y ansiedad que encuentran
violado su derecho a la integridad psíquica y moral y, por tanto, constituyen un trato cruel,
inhumano o degradante. Al respecto se puede consultar, entre otras, la sentencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos en el Caso Blake Vs. Guatemala, (Sentencia de
enero 24 de 1998); Caso Villagrán Morales y otros Vs. Guatemala, (Sentencia de
Noviembre 19 de 1991); caso Bámaca Velásquez s. Guatemala, (Sentencia de noviembre 8
de 2000).
37

efectiva a los deseos de justicia”. Ahora bien, también se establece en


los Principios que “(e)l derecho a la justicia confiere al Estado una
serie de obligaciones: la de investigar las violaciones, perseguir a sus
autores y, si su culpabilidad es establecida, de asegurar su sanción. Si
la iniciativa de investigar corresponde en primer lugar al Estado, las
reglas complementarias de procedimiento deben prever que todas las
víctimas puedan ser parte civil y, en caso de carencia de poderes
públicos, tomar ella misma la iniciativa.”107

De esta manera, el derecho a que se haga justicia en el caso concreto, es


decir, el derecho a que no haya impunidad 108. Este derecho incorpora
una serie de garantías para las víctimas de los delitos que se derivan de
unos correlativos deberes para las autoridades, que pueden
sistematizarse así109: (i) el deber del Estado de investigar y sancionar
adecuadamente a los autores y partícipes de los delitos; (ii) el derecho
de las víctimas a un recurso judicial efectivo; (iii) el deber de respetar
en todos los juicios las reglas del debido proceso.

En relación concreta con el derecho al acceso a la justicia el documento


“Principios y Directrices Básicos sobre el Derecho de las Víctimas de
Violaciones Manifiestas de las Normas Internacionales de Derechos
Humanos y de Violaciones Graves del Derecho Internacional
Humanitario a interponer Recursos y obtener Reparaciones” aprobado
mediante la Resolución 60/147 de la Asamblea General de la Naciones
Unidas, se señala que la víctima de una violación manifiesta de las
normas internacionales de derechos humanos o de una violación grave
del Derecho Internacional Humanitario tendrá un acceso igual a un
recurso judicial efectivo, para lo cual los Estados deberán:

107 Sentencia de la Corte Constitucional C-370 de 2006. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa, Jaime Córdoba Triviño Rodrigo Escobar Gil, Marco Gerardo Monroy Cabra,
Álvaro Tafur Galvis, Clara Inés Vargas Hernández.
108 Sentencias de la Corte Constitucional C-209 de 2007, M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa; C-871 de 2003, M.P. Clara Inés Vargas Hernández; C-1033 de 2006, M.P: Álvaro
Tafur Galvis.
109 Sentencia de la Corte Constitucional C-454 de 2006. M.P. Jaime Córdoba Triviño; C-936 de 2010, M.P.
Luis Ernesto Vargas Silva; C-260 de 2011, M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
38

“a ) Dar a conocer, por conducto de mecanismos públicos y


privados, información sobre todos los recursos disponibles
contra las violaciones manifiestas de las normas
internacionales de derechos humanos y las violaciones graves
del derecho internacional humanitario; b ) Adoptar medidas
para minimizar los inconvenientes a las víctimas y sus
representantes, proteger su intimidad contra injerencias
ilegítimas, según proceda, y protegerlas de actos de
intimidación y represalia, así como a sus familiares y testigos,
antes, durante y después del procedimiento judicial,
administrativo o de otro tipo que afecte a los intereses de las
víctimas; c ) Facilitar asistencia apropiada a las víctimas que
tratan de acceder a la justicia; d ) Utilizar todos los medios
jurídicos, diplomáticos y consulares apropiados para que las
víctimas puedan ejercer su derecho a interponer recursos por
violaciones manifiestas de las normas internacionales de
derechos humanos o por violaciones graves del derecho
internacional humanitario”.

En cuanto al derecho a la justicia, la Corte Constitucional ha


establecido las siguientes reglas en las sentencias C-715 de 2012110 y C-
099 de 2013111:

“(i) La obligación del Estado de prevenir las graves violaciones de


derechos humanos, especialmente cuando se trata de violaciones
masivas, continuas y sistemáticas como el desplazamiento forzado
interno.

(ii) La obligación del Estado de luchar contra la impunidad.

(iii) La obligación de establecer mecanismos de acceso ágil, oportuno,


pronto y eficaz a la justicia para la protección judicial efectiva de los
derechos de las víctimas de delitos. En este sentido, se fija la
obligación del Estado de diseñar y garantizar recursos judiciales
efectivos para que las personas afectadas puedan ser oídas, y de
impulsar las investigaciones y hacer valer los intereses de las
víctimas en el juicio.

(iv) El deber de investigar, procesar y sancionar judicialmente a los


responsables de graves violaciones de derechos humanos como el
desplazamiento forzado.

110 Sentencia de la Corte Constitucional C-715 de 2012, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
111 Sentencia de la Corte Constitucional C-099 de 2013, M.P. María Victoria Calle Correa.
39

(v) El respeto del debido proceso y de que las reglas de procedimiento


se establezcan con respeto del mismo.

(vi) El deber de establecer plazos razonables para los procesos


judiciales, teniendo en cuenta que los términos
desproporcionadamente reducidos pueden dar lugar a la denegación
del derecho a la justicia de las víctimas y a la no obtención de una
justa reparación.

(vii) El deber de iniciar ex officio las investigaciones en casos de graves


violaciones contra los derechos humanos.

(viii) El deber constitucional de velar porque los mecanismos judiciales


internos tanto de justicia ordinaria, como de procesos de transición
hacia la paz, tales como amnistías e indultos, no conduzcan a la
impunidad y al ocultamiento de la verdad.

(ix) El establecimiento de limitantes y restricciones derivadas de los


derechos de las víctimas, frente a figuras de seguridad jurídica tales
como el non bis in ídem y la prescriptibilidad de la acción penal y de
las penas, en casos de violaciones protuberantes a los derechos
humanos, el derecho internacional humanitario y el derecho
internacional de los derechos humanos.

(x) La determinación de límites frente a figuras de exclusión de


responsabilidad penal o de disminución de las penas en procesos de
transición, en cuanto no es admisible la exoneración de los
responsables de graves violaciones a los derechos humanos y al
Derecho Internacional Humanitario, y por tanto el deber de juzgar y
condenar a penas adecuadas y proporcionales a los responsables de
los crímenes investigados. Esta regla, como lo ha señalado la Corte,
solo puede tener excepciones en procesos de justicia transicional en
los cuales se investiguen a fondo las violaciones de derechos
humanos y se restablezcan los derechos mínimos de las víctimas a la
verdad y a la reparación integral y se diseñen medidas de no
repetición destinadas a evitar que los crímenes se repitan.

(xi) La legitimidad de la víctima y de la sociedad, en casos de graves


violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional
humanitario para hacerse parte civil dentro de los procesos penales
con el fin de obtener la verdad y la reparación del daño.
40

(xii) La importancia de la participación de las víctimas dentro del


proceso penal, de conformidad con los artículos 29, 229 de la
Constitución y 8 y 25 de la Convención Interamericana sobre
Derechos Humanos.

(xiii) La garantía indispensable del derecho a la justicia para que se


garanticen así mismo los derechos a la verdad y a la reparación de
las víctimas”.

3.5.2.3. El derecho a la reparación

El derecho a la reparación integral comprende la adopción de medidas


individuales relativas al derecho (i) a la restitución, (ii) a la
indemnización, (iii) a la rehabilitación, (iv) a la satisfacción y (v) a la
garantía de no repetición. En su dimensión colectiva, involucra medidas
de satisfacción de alcance general como la adopción de medidas
encaminadas a restaurar, indemnizar o readaptar los derechos de las
colectividades o comunidades directamente afectadas por las
violaciones ocurridas112.

112 ONU, Comisión de Derechos Humanos. Conjunto de principios para la protección y la promoción de los
derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad. Doc. E/CN.4/ Sub.2/1997/20/rev.1, Art. 33. Ver
también ONU. Comisión de Derechos Humanos. Conjunto de principios actualizado para la protección y la
promoción de los derechos humanos mediante la lucha contra la impunidad. Informe de Diane Orentlicher,
experta independiente encargada de actualizar el conjunto de principios para la lucha contra la impunidad. (8
de febrero de 2005) E/CN.4/2005/102/Add.1.
41

Este derecho tiene un soporte constitucional no sólo en las disposiciones


que contemplan las funciones y competencias de la Fiscalía General de
la Nación (art. 250, 6º y 7º) en su redacción proveniente de las
modificaciones introducidas mediante el Acto Legislativo No. 3 de
2002, sino también en la dignidad humana y la solidaridad como
fundamentos del Estado social del Derecho (art. 1º), en el fin esencial
del Estado de hacer efectivos los derechos y dar cumplimiento al deber
de las autoridades de asegurar la vigencia de un orden justo (Preámbulo
y art. 2°), en el mandato de protección de las personas que se encuentran
en circunstancia de debilidad manifiesta (art. 13), en disposiciones
contenidas en los tratados que hacen parte del bloque de
constitucionalidad o que sirven como criterio de interpretación de los
derechos (art. 93)113, en el derecho de acceso a la justicia (art. 229) y, no
hay por qué descartarlo, en el principio general del derecho de daños
según el cual “el dolor con pan es menos” (art. 230) .

En efecto, como lo ha dicho en múltiples oportunidades esta


Corporación114, el derecho constitucional a la reparación integral de las
víctimas no sólo tiene fundamento expreso en los artículos 1º, 2º y 250
de la Constitución, sino también en varias normas del derecho
internacional que hacen parte del bloque de constitucionalidad y, por
consiguiente, resultan vinculantes en nuestro ordenamiento jurídico.
Así, entonces, dijo la Corte, que la petición de reparación del daño
causado surge: i) del concepto mismo de dignidad humana que busca
restablecer a las víctimas las condiciones anteriores al hecho ilícito
(artículo 1º superior), ii) del deber de las autoridades públicas de
proteger la vida, honra y bienes de los residentes y de garantizar la
plena efectividad de sus derechos (artículo 2º de la Carta Política), iii)

113 Sobre las fuentes de derecho internacional de los derechos humanos en las que se hallan bases para el
reconocimiento, establecimiento e interpretación de los derechos y garantías para las víctimas de violaciones,
se encuentra, según reiterada jurisprudencia (vrg. Sentencia C-916 de 2002), el derecho de acceso a los
tribunales para hacer valer los derechos mediante los recursos ágiles y efectivos (art. 18 de la Declaración
Americana de Derechos del Hombre, 8 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el 25 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos); el artículo 63.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, relacionado con el poder de la Corte IDH para garantizar a la víctima de violación de los
derechos de la Convención, entre otras, “el pago de una justa indemnización a la parte lesionada”;
Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder,
adoptada por la Asamblea General en su Resolución 40/34 de 29 de noviembre de 1985, Observación General
No. 31, Comentarios generales adoptados por el Comité de los Derechos Humanos, La índole de la obligación
jurídica general impuesta, 80º período de sesiones, U.N. Doc. HRI/GEN/1/Rev.7 at 225 (2004). Resolución
60/147 aprobada por la Asamblea General el 16 de diciembre de 2005, mediante la cual se adoptan los
Principios y directrices básicos sobre el derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas
internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a
interponer recursos y obtener reparaciones.
Sentencia de la Corte Constitucional C-409 de 2009, M.P. Juan Carlos Henao Pérez.
114En relación con la amplitud del concepto reparación integral del daño causado por el
delito, pueden consultarse, entre otras, las sentencias C-805 de 2002 y C-916 de 2002. En
cuanto al fundamento constitucional del derecho a la reparación de las víctimas, véanse las
sentencias de la Corte Constitucional C-570 de 2003, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra;
C-899 de 2003, M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra, C-805 de 2002, M.P. Manuel José
Cepeda Espinosa y Eduardo Montealegre Lynett.
42

del principio de participación e intervención en las decisiones que los


afectan (artículo 2º de la Constitución), iv) de la consagración expresa
del deber estatal de protección, asistencia, reparación integral y
restablecimiento de los derechos de las víctimas (artículo 250,
numerales 6º y 7º, idem) y, v) del derecho de acceso a los tribunales
para hacer valer los derechos, mediante los recursos ágiles y efectivos
(artículos 229 de la Constitución, 18 de la Declaración Americana de
Derechos del Hombre, 8 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos y 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos115.

Las medidas de reparación deben regirse por dos principios, el de


integralidad y el de proporcionalidad. El segundo exige que la medida
sea proporcional a la gravedad de las violaciones y al daño sufrido por
la víctima116:

(i) El principio de integralidad, supone que las víctimas sean sujetos de


reparaciones de diferente naturaleza, que respondan a los distintos
tipos de afectación que hayan sufrido, lo cual implica que estas
diferentes reparaciones no son excluyentes ni exclusivas, pues cada
una de ellas obedece a objetivos de reparación distintos e
insustituibles117.

(ii) Por su parte, sobre el principio de proporcionalidad, se aduce que la


reparación a las víctimas debe estar en consonancia con la altura del
impacto de las violaciones de los derechos humanos. Una
reparación, debe tener en cuenta el restablecimiento de los derechos
de las víctimas, la mejora de sus condiciones de vida, asimismo, la
investigación y juzgamiento de los autores de las conductas
punibles, de lo contrario dicha medida perdería su eficacia y sentido.

115Al respecto, puede verse la sentencia C-228 de 2002. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa y Eduardo Montealegre Lynett; C-210 de 2007, M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra.
116 Ver ONU. Relator Especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y
las garantías de no repetición y Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas
60/147 de 2005, “Principios y directrices básicos, sobre el derecho de las víctimas de
violaciones manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de
violaciones graves del derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener
reparaciones”.
117Sentencia de la Corte Constitucional C-454 de 2006, M.P: Jaime Córdoba Triviño: “El derecho de
reparación, conforme al derecho internacional contemporáneo también presenta una dimensión individual y
otra colectiva. Desde su dimensión individual abarca todos los daños y perjuicios sufridos por la víctima, y
comprende la adopción de medidas individuales relativas al derecho de (i) restitución, (ii) indemnización,
(iii) rehabilitación, (iv) satisfacción y (v) garantía de no repetición. En su dimensión colectiva, involucra
medidas de satisfacción de alcance general como la adopción de medidas encaminadas a restaurar,
indemnizar o readaptar los derechos de las colectividades o comunidades directamente afectadas por las
violaciones ocurridas.
La integralidad de la reparación comporta la adopción de todas las medidas necesarias tendientes a hacer
desaparecer los efectos de las violaciones cometidas, y a devolver a la víctima al estado en que se encontraba
antes de la violación.”
43

En cuanto al derecho a la reparación, la jurisprudencia de la Corte


Constitucional en las sentencias C-715 de 2012118 y C-099 de 2013119 ha
fijado los siguientes parámetros y estándares constitucionales, en
armonía con el derecho y la jurisprudencia internacional en la materia:

“(i) El reconocimiento expreso del derecho a la reparación del


daño causado que le asiste a las personas que han sido objeto
de violaciones de derechos humanos, y de que por tanto éste es
un derecho internacional y constitucional de las víctimas,
como en el caso del desplazamiento forzado;

(ii) El derecho a la reparación integral y las medidas que este


derecho incluye se encuentran regulados por el derecho
internacional en todos sus aspectos: alcance, naturaleza,
modalidades y la determinación de los beneficiarios, aspectos
que no pueden ser desconocidos y deben ser respetados por los
Estados obligados;

(iii) El derecho a la reparación de las víctimas es integral, en la


medida en que se deben adoptar distintas medidas
determinadas no solo por la justicia distributiva sino también
por la justicia restaurativa, en cuanto se trata de la
dignificación y restauración plena del goce efectivo de los
derechos fundamentales de las víctimas;

(iv) Las obligaciones de reparación incluyen, en principio y de


manera preferente, la restitución plena (restitutio in integrum),
que hace referencia al restablecimiento de la víctima a la
situación anterior al hecho de la violación, entendida ésta
como una situación de garantía de sus derechos
fundamentales, y dentro de estas medidas se incluye la
restitución de las tierras usurpadas o despojadas a las
víctimas.

(v) De no ser posible tal restablecimiento pleno es procedente la


compensación a través de medidas como la indemnización
pecuniaria por el daño causado;

(vi) La reparación integral incluye además de la restitución y de


la compensación, una serie de medidas tales como la
118 Sentencia de la Corte Constitucional C-715 de 2012, M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
119 Sentencia de la Corte Constitucional C-099 de 2013, M.P. María Victoria Calle Correa.
44

rehabilitación, la satisfacción y garantías de no repetición. Así,


el derecho a la reparación integral supone el derecho a la
restitución de los derechos y bienes jurídicos y materiales de
los cuales ha sido despojada la víctima; la indemnización de
los perjuicios; la rehabilitación por el daño causado; medidas
simbólicas destinadas a la reivindicación de la memoria y de
la dignidad de las víctimas; así como medidas de no repetición
para garantizar que las organizaciones que perpetraron los
crímenes investigados sean desmontadas y las estructuras que
permitieron su comisión removidas, a fin de evitar que las
vulneraciones continuas, masivas y sistemáticas de derechos se
repitan;

(vii) La reparación integral a las víctimas de graves violaciones a


los derechos humanos tiene tanto una dimensión individual
como colectiva;

(viii) En su dimensión individual la reparación incluye medidas


tales como la restitución, la indemnización y la readaptación o
rehabilitación;

(ix) En su dimensión colectiva la reparación se obtiene también a


través de medidas de satisfacción y carácter simbólico o de
medidas que se proyecten a la comunidad;

(x) Una medida importante de reparación integral es el


reconocimiento público del crimen cometido y el reproche de
tal actuación. En efecto, como ya lo ha reconocido la Corte, la
víctima tiene derecho a que los actos criminales sean
reconocidos y a que su dignidad sea restaurada a partir del
reproche público de dichos actos. Por consiguiente, una
manera de vulnerar de nuevo sus derechos, es la actitud
dirigida a desconocer, ocultar, mentir, minimizar o justificar
los crímenes cometidos;

(xi) El derecho a la reparación desborda el campo de la


reparación económica, e incluye además de las medidas ya
mencionadas, el derecho a la verdad y a que se haga justicia.
En este sentido, el derecho a la reparación incluye tanto
medidas destinadas a la satisfacción de la verdad y de la
memoria histórica, como medidas destinadas a que se haga
45

justicia, se investigue y sancione a los responsables. Por tanto,


la Corte ha evidenciado el derecho a la reparación como un
derecho complejo, en cuanto se encuentra en una relación de
conexidad e interdependencia con los derechos a la verdad y a
la justicia, de manera que no es posible garantizar la
reparación sin verdad y sin justicia;

(xii) La reparación integral a las víctimas debe diferenciarse de la


asistencia y servicios sociales y de la ayuda humanitaria
brindada por parte del Estado, de manera que éstos no pueden
confundirse entre sí, en razón a que difieren en su naturaleza,
carácter y finalidad. Mientras que los servicios sociales tienen
su título en derechos sociales y se prestan de manera ordinaria
con el fin de garantizar dichos derechos sociales,
prestacionales o políticas públicas relativas a derechos de
vivienda, educación y salud, y mientras la asistencia
humanitaria la ofrece el Estado en caso de desastres; la
reparación en cambio, tiene como título la comisión de un
ilícito, la ocurrencia de un daño antijurídico y la grave
vulneración de los derechos humanos, razón por la cual no se
puede sustituirlas o asimilarlas, aunque una misma entidad
pública sea responsable de cumplir con esas funciones, so
pena de vulnerar el derecho a la reparación.

(xiii) La necesaria articulación y complementariedad de las


distintas políticas públicas, pese a la clara diferenciación que
debe existir entre los servicios sociales del Estado, las
acciones de atención humanitaria y las medidas de reparación
integral”.

3.5.2.4. Garantía de no repetición

Si bien en algunos casos el derecho a la no repetición se ha asociado al


derecho a la reparación, el mismo merece una mención especial en
contextos de justicia transicional. La garantía de no repetición está
compuesta por todas las acciones dirigidas a impedir que vuelvan a
realizarse conductas con las cuales se afectaron los derechos de las
víctimas, las cuales deben ser adecuadas a la naturaleza y magnitud de
la ofensa120.

120Sentencia de la Corte Constitucional C-979 de 2005, M.P. Jaime Córdoba Triviño.


46

La garantía de no repetición está directamente relacionada con la


obligación del Estado de prevenir las graves violaciones de los
DDHH121, la cual comprende la adopción de medidas de carácter
jurídico, político, administrativo y cultural que promuevan la
salvaguarda de los derechos122.

En particular, se han identificado los siguientes contenidos de esta


obligación: (i) Reconocer a nivel interno los derechos y ofrecer
garantías de igualdad123; (ii) Diseñar y poner en marcha estrategias y
políticas de prevención integral; (iii) Implementar programas de
educación y divulgación dirigidos a eliminar los patrones de violencia y
vulneración de derechos, e informar sobre los derechos, sus
mecanismos de protección y las consecuencias de su infracción 124; (iv)
Introducir programas y promover prácticas que permitan actuar de
manera eficaz ante las denuncias de violaciones a los DDHH, así como
fortalecer las instituciones con funciones en la materia 125; (v) Destinar
recursos suficientes para apoyar la labor de prevención 126; (vi) Adoptar
medidas para erradicar los factores de riesgo, lo que incluye el diseño e
implementación de instrumentos para facilitar la identificación y

121 Ver la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el art. 4.f.
122 Ver Corte IDH. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras, sentencia del 29 de julio de
1988. Párr. 175. De forma similar, el art. 4.f de la Declaración sobre la Eliminación de la
Violencia contra la Mujer dispone que los estados deben “[e]laborar, con carácter general,
enfoques de tipo preventivo y todas las medidas de índole jurídica, política, administrativa
y cultural que puedan fomentar la protección de la mujer contra toda forma de violencia”.
Sobre la obligación de adoptar medidas de prevención en distintos ámbitos de los derechos
humanos, consultar: arts. 7.d y 8 de la Convención de Belem do Pará; Asamblea General de
las Naciones Unidas, A/RES/52/86 “Medidas de prevención del delito y de justicia penal
para la eliminación de la violencia contra la mujer”, 2 de febrero de 1998; Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, informe “Acceso a la justicia para las
mujeres víctimas de violencia en las Américas”, OEA/Ser.L/V/II. Doc. 68, 20 enero 2007;
123 Organización de las Naciones Unidas ONU, “La violencia contra la mujer en la familia”: Informe de la
Sra. Radhika Coomaraswamy, Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, presentado de
conformidad con la resolución 1995/85 de la Comisión de Derechos Humanos, UN Doc. E/CN.4/1999/68, 10
de marzo de 1999, párr. 25. Cita tomada en Corte IDH, caso González y otras (Campo Algodonero) vs.
México, sentencia del 16 de noviembre de 2009.
124 Por ejemplo, en el Sistema Universal de Protección de los Derechos Humanos el art.
3.a de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la
mujer, CEDAW, dispone que los Estados deben adoptar medidas para “a) Modificar los
patrones socioculturales de conducta de hombres y mujeres, con miras a alcanzar la
eliminación de los prejuicios y las prácticas consuetudinarias y de cualquier otra índole
que estén basados en la idea de la inferioridad o superioridad de cualquiera de los sexos o
en funciones estereotipadas de hombres y mujeres”.
125 Ver Corte IDH, caso González y otras (Campo Algodonero) vs. México sentencia del
16 de noviembre de 2009. Párr. 258.
126 Por ejemplo, el artículo 4.h de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia
contra la Mujer resalta la importancia de destinar suficientes recursos para prevenir y
eliminar la violencia contra la mujer.
47

notificación de los factores y eventos de riesgo de violación 127; (vii)


Tomar medidas de prevención específica en casos en los que se detecte
que un grupo de personas está en riesgo de que sus derechos sean
vulnerados128.

Los Principios y Directrices Básicos sobre el Derecho de las


Víctimas de Violaciones Manifiestas de las Normas Internacionales de
Derechos Humanos y de Violaciones Graves del Derecho Internacional
Humanitario a interponer recursos y obtener reparaciones aprobada por
la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante Resolución
60/147 de 2005, señalan que las garantías de no repetición han de
incluir, según proceda, la totalidad o parte de las medidas siguientes,
que también contribuirán a la prevención:

“a) El ejercicio de un control efectivo de las autoridades


civiles sobre las fuerzas armadas y de seguridad;
b) La garantía de que todos los procedimientos civiles y
militares se ajustan a las normas internacionales relativas a las
garantías procesales, la equidad y la imparcialidad;
c) El fortalecimiento de la independencia del poder judicial;
d) La protección de los profesionales del derecho, la salud y la
asistencia sanitaria, la información y otros sectores conexos,
así como de los defensores de los derechos humanos;
e) La educación, de modo prioritario y permanente, de todos
los sectores de la sociedad respecto de los derechos humanos y
del derecho internacional humanitario y la capacitación en esta
materia de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley,
así como de las fuerzas armadas y de seguridad;
f) La promoción de la observancia de los códigos de conducta
y de las normas éticas, en particular las normas
internacionales, por los funcionarios públicos, inclusive el
personal de las fuerzas de seguridad, los establecimientos
penitenciarios, los medios de información, la salud, la
psicología, los servicios sociales y las fuerzas armadas, además
del personal de empresas comerciales;
g) La promoción de mecanismos destinados a prevenir y vigilar
los conflictos sociales;
h) La revisión y reforma de las leyes que contribuyan a las
violaciones manifiestas de las normas internacionales de
derechos humanos y a las violaciones graves del derecho
humanitario o las permitan”.

127 Ver ONU. Comité de los Derechos del Niño, Convención de los Derechos del Niño,
Observación General 13 relativa al “Derecho del niño de no ser objeto de ninguna forma de
violencia” (18 de abril de 2011).
128 Ver Corte IDH, caso González y otras (Campo Algodonero) vs. México, sentencia del
16 de noviembre de 2009. Párr. 258.
48

3.6. Los derechos de las víctimas en el sistema acusatorio

La Corte Constitucional ha señalado en reiterada jurisprudencia la


importancia de los derechos de las víctimas en el sistema acusatorio y
ha delimitado su intervención a través de facultades específicas que
garantizan su participación como interviniente especial y la tutela de sus
derechos a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la no repetición:

3.6.1. La Sentencia C-1154 de 2005129 declaró la exequibilidad del artículo


79 de la Ley 906 de 2004 en el entendido de que la expresión “motivos
o circunstancias fácticas que permitan su caracterización como delito”
corresponde a la tipicidad objetiva y que la decisión será motivada y
comunicada al denunciante y al Ministerio Público para el ejercicio de
sus derechos y funciones.

En este sentido, se consideró que como la decisión de archivo de una


diligencia afecta de manera directa a las víctimas, dicha determinación
debe ser motivada para que aquellas puedan expresar su inconformidad
a partir de fundamentos objetivos y para que puedan conocer dicha
decisión. Así mismo, se señaló que cuando exista una controversia sobre
la reanudación de la investigación entre la Fiscalía y las víctimas, éstas
últimas podrán solicitar la intervención del juez de control de garantías.

3.6.2. La Sentencia C-1177 de 2005130 declaró exequible la expresión “En


todo caso se inadmitirán las denuncias sin fundamento”, del inciso 2°
del artículo 69 de la Ley 906 de 2004, en el entendido que la inadmisión
de la denuncia únicamente procede cuando el hecho no existió, o no
reviste las características de delito. Así mismo, expresó que esta
decisión, debidamente motivada, debe ser adoptada por el fiscal y
comunicada al denunciante y al Ministerio Público.

En este sentido, se manifestó que la preservación de los derechos de las


víctimas en el proceso penal exige que la decisión sobre el mérito de la
denuncia esté rodeada de un mínimo de garantías y que por ello se le
debe investir de publicidad y motivación necesarias para que si es
posible, el denunciante ajuste su declaración a los requerimientos de
fundamentación que le señale el fiscal, o para que el Ministerio Público
despliegue las facultades que el artículo 277 numeral 7° de la
Constitución le confiere131.
129 Sentencia de la Corte Constitucional C-1154 de 2005, M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
130 Sentencia de la Corte Constitucional C-1177 de 2005 M.P Jaime Córdoba Triviño.
131 Sentencia de la Corte Constitucional C-1177 de 2005 M.P Jaime Córdoba Triviño. De otra parte, la
preservación de los derechos de las víctimas en el proceso penal exige que la decisión sobre el mérito de la
denuncia esté rodeada de un mínimo de garantías. En el nuevo sistema procesal penal, la denuncia
adquiere para las víctimas y perjudicados con el delito especial relevancia, en razón a que, eliminado el
mecanismo de la demanda de parte civil, se erige como el acto fundamental de acceso a la justicia para la
reivindicación de sus derechos. Advierte, sin embargo la Corte, que el nuevo esquema procesal no prevé
ningún tipo de control interno o externo para la decisión de inadmisión de la denuncia.
49

Así mismo, declaró exequible la expresión “por una sola vez”,


contemplada en los incisos 2° y 3° del artículo 69 de la Ley 906 de
2004, por los cargos analizados en esta sentencia y señaló que la
ampliación de la denuncia “por una sola vez”, debe entenderse sin
perjuicio de los derechos de intervención que la Constitución y la Ley
prevén para las víctimas de los delitos.

3.6.3. La Sentencia C - 454 de 2006132 declaró exequible, en relación con los


cargos estudiados, el artículo 135 de la Ley 906 de 2004, en el
entendido que la garantía de comunicación a las víctimas y perjudicados
con el delito opera desde el momento en que éstos entran en contacto
con las autoridades, y se refiere a los derechos a la verdad, a la justicia y
a la reparación. Por su parte, también declaró exequible por los cargos
estudiados, el artículo 357 de la Ley 906 de 2004, en el entendido que
los representantes de las víctimas en el proceso penal, pueden realizar
solicitudes probatorias en la audiencia preparatoria, en igualdad de
condiciones que la defensa y la fiscalía.

En esta sentencia, la Corte Constitucional señaló la explícita


consagración constitucional de la víctima como sujeto que merece
especial consideración en el conflicto penal, derivada de la
profundización de las relaciones entre el Derecho Constitucional y el
Derecho Penal del Estado Social de Derecho, que promueve una
concepción de la política criminal respetuosa de los derechos
fundamentales de todos los sujetos e intervinientes en el proceso. En
este sentido reconoció que “los intereses de la víctima, elevados a
rango constitucional se erigen así en factor determinante de los fines
del proceso penal que debe apuntar hacia el restablecimiento de la paz
social”.

Por otra parte, se afirmó que los fundamentos constitucionales de los


derechos de las víctimas, así como los pronunciamientos que sobre la
En diferentes oportunidades se ha pronunciado esta Corporación acerca de la necesidad de que las acciones y
omisiones de la Fiscalía estén sometidas a controles externos[33]. Tales controles no se oponen a la autonomía
que la Constitución reconoce a este órgano de investigación, y en cambio sí se presentan como la concreción de
varias disposiciones constitucionales como (i) el principio del Estado Social de Derecho donde todas las
autoridades están sometidas al ordenamiento jurídico y a los consecuentes controles externos, (artículos 1, 2, y
6, CP); (ii) el principio de colaboración armónica entre las ramas del poder público (artículo 113, CP); (iii) el
deber de las autoridades de garantizar la efectividad de los derechos de las personas, en este caso de quienes son
víctimas o perjudicados con el delito (artículos 2 y 250, CP); y (iv) el deber de las autoridades de proteger a las
personas contra la arbitrariedad (artículos 2 y 6, CP).
A juicio de la Corte, la decisión acerca de la denuncia reviste particular relevancia para la efectividad de los
derechos de las víctimas y perjudicados con los delitos, por lo que no puede quedar exenta de controles
externos. En consecuencia condicionará la exequibilidad de la expresión acusada “en todo caso se
inadmitirán las denuncias sin fundamento” a que tal decisión emitida por el fiscal sea notificada al
denunciante y al Ministerio Público. Ello a efecto de investir tal decisión de la publicidad necesaria para que
el denunciante, de ser posible, ajuste su declaración de conocimiento a los requerimientos de fundamentación
que conforme a la interpretación aquí plasmada le señale el fiscal, o para que el Ministerio Público, de ser
necesario, despliegue las facultades que el artículo 277 numeral 7° de la Constitución le señala para la defensa
de los derechos y garantías fundamentales.
132 Sentencia de la Corte Constitucional C-454 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño.
50

Ley 906 de 2004 ha realizado la Corte, permiten afirmar que la víctima


ocupa un papel protagónico en el proceso, que no depende del
calificativo que se le atribuya (como parte o interviniente), en tanto que
se trata de un proceso con sus propias especificidades, en el que los
derechos de los sujetos que intervienen están predeterminados por los
preceptos constitucionales, las fuentes internacionales acogidas por el
orden interno y la jurisprudencia constitucional133.

3.6.4. La Sentencia C-822 de 2005134 declaró exequible el artículo 250 de la


Ley 906 de 2004, que consagraba el procedimiento en caso de
lesionados o de víctimas de agresiones sexuales, en el entendido que:
“a) la víctima o su representante legal haya dado su consentimiento
libre e informado para la práctica de la medida; b) de perseverar la
víctima en su negativa, el juez de control de garantías podrá autorizar o
negar la medida, y la negativa de la víctima prevalecerá salvo cuando
el juez, después de ponderar si la medida es idónea, necesaria y
proporcionada en las circunstancias del caso, concluya que el delito
investigado reviste extrema gravedad y dicha medida se la única forma
de obtener una evidencia física para la determinación de la
responsabilidad penal del procesado o de su inocencia; c) no se podrá
practicar la medida en persona adulta víctima de delitos relacionados
con la libertad sexual sin su consentimiento informado y libre; d) la
práctica de reconocimiento y exámenes físicos para obtener muestras
físicas, siempre se realizará en condiciones de seguridad, higiene,
confiabilidad, y humanidad para la víctima, en los términos del
apartado 5.5.2.6. de esta sentencia”.

En esta sentencia, la Corte consideró que la restricción a la autonomía


de la víctima que consagra la norma es inconstitucional, porque
desvaloriza el consentimiento de la víctima y la expone a una doble
victimización135.

133 Sentencia de la Corte Constitucional C-454 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño. 46.
Así las cosas, los fundamentos constitucionales de los derechos de las víctimas, así como
los pronunciamientos que sobre la ley 906 de 2004 ha realizado la Corte, permiten afirmar
que la víctima ocupa un papel protagónico en el proceso, que no depende del calificativo
que se le atribuya (como parte o interviniente), en tanto que se trata de un proceso con sus
propias especificidades, en el que los derechos de los sujetos que intervienen están
predeterminados por los preceptos constitucionales, las fuentes internacionales acogidas
por el orden interno y la jurisprudencia constitucional. El alcance de los derechos de las
víctimas deben interpretarse dentro de este marco.
134 Sentencia de la Corte Constitucional C-822 de 2005. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
135 Sentencia de la Corte Constitucional C-822 de 2005. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa. Encuentra la Corte que esta restricción a la autonomía de la víctima es
inconstitucional, porque desvaloriza el consentimiento de la víctima y la expone a una
doble victimización. Esta restricción, tal como ha sido establecida en la norma bajo estudio,
parece excluir la posibilidad de que el juez niegue la práctica de la medida y conduce a que
frente a la oposición de la víctima, al juez de control de garantías no le quede otra
alternativa que fijar las condiciones para su práctica. Por lo anterior, la Corte declarará
51

3.6.5. La Sentencia C-209 de 2007136 declaró inexequibles las expresiones “y


contra esta determinación no cabe recurso alguno” del artículo 327 de
la Ley 906 de 2004 y “con fines únicos de información” del inciso final
del artículo 337 de la misma ley. Así mismo, declaró la exequibilidad
condicionada de una serie de normas con el objetivo de conceder una
serie de facultades a las víctimas dentro del proceso penal:

“1. El numeral 2 del artículo 284, en el entendido de que la


víctima también puede solicitar la práctica de pruebas
anticipadas ante el juez de control de garantías.

2. El artículo 289, en el entendido de que la víctima también


puede estar presente en la audiencia de formulación de la
imputación.

3. El artículo 333 de la Ley 906 de 2004, en el entendido de que


las víctimas pueden allegar o solicitar elementos materiales
probatorios y evidencia física para oponerse a la petición de
preclusión del fiscal.

4. El artículo 344, en el entendido de que la víctima también


puede solicitar al juez el descubrimiento de un elemento
material probatorio específico o de evidencia física específica.

5. El artículo 356, en el entendido de que la víctima puede


hacer observaciones sobre el descubrimiento de elementos
probatorios y de la totalidad de las pruebas que se harán valer
en la audiencia del juicio oral.

6. El artículo 358, en el entendido de que la víctima también


puede hacer dicha solicitud.

7. El inciso primero del artículo 359, en el entendido de que la


víctima también puede solicitar la exclusión, el rechazo o la
inadmisibilidad de los medios de prueba.

8. Los artículos 306, 316 y 342, en el entendido de que la


víctima también puede acudir directamente ante el juez
competente a solicitar la medida correspondiente.

9. El artículo 339, en el entendido de que la víctima también

inexequible la expresión “para que fije los condicionamientos dentro de los cuales debe
efectuarse la inspección”, contenida en el inciso segundo del artículo 250 de la Ley 906 de
2004.
136 Sentencia de la Corte Constitucional C-209 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
52

puede intervenir en la audiencia de formulación de acusación


para efectuar observaciones al escrito de acusación o
manifestarse sobre posibles causales de incompetencia,
recusaciones, impedimentos o nulidades”.

En esta sentencia, la Corte Constitucional consideró que los derechos de


las víctimas también se encuentran protegidos en el sistema penal con
tendencia acusatoria instaurado por la Ley 906 de 2004, aunque el
esquema de su intervención no deberá ser idéntico al consagrado en la
Ley 600 de 2000, sino que debe ser compatible con los rasgos
estructurales y las características esenciales de este nuevo sistema
procesal:

“Los derechos de la víctima del delito a la verdad, la justicia y


la reparación integral también se encuentran protegidos en el
sistema penal con tendencia acusatoria instaurado por la Ley
906 de 2004, pero dicha protección no implica un traslado
automático de todas las formas y esquemas de intervención en
los que la víctima ejerció sus derechos en el anterior sistema
procesal penal regulado por la Ley 600 de 2000, sino que el
ejercicio de sus derechos deberá hacerse de manera compatible
con los rasgos estructurales y las características esenciales de
este nuevo sistema procesal, así como con las definiciones que
el propio constituyente adoptó al respecto, v.gr, caracterizar a
las víctimas como intervinientes especiales a lo largo del
proceso penal, no supeditadas al fiscal, sino en los términos
que autónomamente fije el legislador (artículo 250, numeral 7
C.P.)”.

En este sentido, reconoció que la forma como puede actuar la víctima en


el proceso penal de tendencia acusatoria implantado por el Acto
Legislativo 03 de 2002, depende de varios factores: (i) del papel
asignado a otros participantes, en particular al Fiscal; (ii) del rol que le
reconoce la propia Constitución a la víctima; (iii) del lugar donde ha
previsto su participación; (iv) de las características de cada una de las
etapas del proceso penal; y (v) del impacto que esa participación tenga
tanto para los derechos de la víctima como para la estructura y formas
propias del sistema penal acusatorio.

3.6.6. La Sentencia C-210 de 2007137 se refirió a las medidas cautelares y a


la prohibición de enajenar como instrumentos consagrados para la
protección de las víctimas, reconociendo que en la configuración de
las etapas del proceso penal, los derechos de las víctimas tienen
relevancia constitucional y, por consiguiente, el legislador debe respetar
principios básicos de defensa, contradicción y protección a las víctimas

137 Sentencia de la Corte Constitucional C- 210 de 2007. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra.
53

del delito para que, entre otros asuntos, se garantice su derecho a la


indemnización integral del daño138.

Así mismo, recordó que los derechos de las víctimas estaban fundados
en el concepto dignidad humana, en el deber de las autoridades públicas
de proteger la vida, honra y bienes de los residentes y de garantizar la
plena efectividad de sus derechos, en el principio de participación e
intervención en las decisiones que los afectan, en el deber estatal de
protección, asistencia, reparación integral y restablecimiento de los
derechos de las víctimas, y en el derecho de acceso a los tribunales para
hacer valer los derechos139.

En relación con la solicitud de medidas cautelares sobre bienes del


imputado consistentes en la aprehensión material de bienes para
sacarlos del comercio, la Corte señaló que están dirigidas a lograr la
eficacia de la eventual sentencia penal que condene al pago de una suma
de dinero y la indemnización de perjuicios causados a las víctimas del
delito, estableciendo una carga procesal a favor de las víctimas, quienes
se encuentran en situación de especial protección del Estado 140.

138 Sentencia de la Corte Constitucional C- 210 de 2007. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra. “En la configuración de las etapas del proceso penal, los derechos de las víctimas
tienen relevancia constitucional y, por consiguiente, el legislador debe respetar principios
básicos de defensa, contradicción y protección a las víctimas del delito para que, entre
otros asuntos, se garantice el derecho a la indemnización integral del daño. En otras
palabras, la libertad legislativa para diseñar el proceso penal no puede ser tan amplia que
afecte o restrinja irrazonablemente los derechos de los perjudicados por el hecho punible
que corresponde investigar al Estado”.
139 Sentencia de la Corte Constitucional C- 210 de 2007. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra. En efecto, como lo ha dicho en múltiples oportunidades esta Corporación[10], el
derecho constitucional a la reparación integral de las víctimas no sólo tiene fundamento
expreso en los artículos 1º, 2º y 250 de la Constitución, sino también en varias normas del
derecho internacional que hacen parte del bloque de constitucionalidad y, por consiguiente,
resultan vinculantes en nuestro ordenamiento jurídico. Así, entonces, dijo la Corte, que la
petición de reparación del daño causado surge: i) del concepto mismo de dignidad humana
que busca reestablecer a las víctimas las condiciones anteriores al hecho ilícito (artículo 1º
superior), ii) del deber de las autoridades públicas de proteger la vida, honra y bienes de los
residentes y de garantizar la plena efectividad de sus derechos (artículo 2º de la Carta), iii)
del principio de participación e intervención en las decisiones que los afectan (artículo 2º de
la Constitución), iv) de la consagración expresa del deber estatal de protección, asistencia,
reparación integral y restablecimiento de los derechos de las víctimas (artículo 250,
numerales 6º y 7º, idem) y, v) del derecho de acceso a los tribunales para hacer valer los
derechos, mediante los recursos ágiles y efectivos (artículos 229 de la Constitución, 18 de
la Declaración Americana de Derechos del Hombre, 8 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos y 8 de la Convención Americana de Derechos Humanos[11].
140 Sentencia de la Corte Constitucional C- 210 de 2007. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra. “Cómo es fácil deducir de la simple lectura del artículo 92 del Código de
Procedimiento Penal, la solicitud de medidas cautelares sobre bienes del imputado,
consistentes en la aprehensión material de bienes para sacarlos del comercio, está dirigida
a lograr la eficacia de la eventual sentencia penal que condene al pago de una suma de
dinero y la indemnización de perjuicios causados a las víctimas del delito. De hecho, no se
trata de imponer una sanción o una pena a quienes no han sido declarados penalmente
54

Por su parte, también se afirmó que la prohibición de enajenar bienes de


propiedad del imputado durante un tiempo o bajo circunstancias que
establece el legislador, es adecuada para proteger los derechos
económicos de las víctimas y para asegurar el pago de la indemnización
ordenada por el juez penal y afirmó que la consagración de los derechos
de las víctimas si no se establecen mecanismos instrumentales para
lograr ese objetivo carecería de sentido141.

Para la Corte, la prohibición de enajenar tiene esencialmente dos (2)


objetivos: rodearlas de garantías procesales para la eficacia del proceso
penal y, en especial, para asegurar el cumplimiento de la eventual
sentencia condenatoria que ordene la reparación de perjuicios causados
por el delito y, prever que el imputado tenga recursos económicos
suficientes para la reparación económica de los daños padecidos por la
víctima142.

responsables por la participación en un hecho punible ni de invertir la presunción de


inocencia que ampara al imputado, se trata de establecer una carga procesal a favor de las
víctimas del delito, quienes se encuentran en situación de especial protección del Estado.
En este sentido, la disposición parcialmente acusada, sin duda, desarrolla el deber estatal
y particular de garantizar la indemnización plena del daño a las víctimas directas del
delito, como uno de los mecanismos de restablecimiento de sus derechos y reparación del
perjuicio causado”.
141 Sentencia de la Corte Constitucional C- 210 de 2007. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra. “15. En el
mismo sentido, la Sala considera que el artículo 97 de la Ley 906 de 2004, consagra una medida idónea y
necesaria para lograr los objetivos constitucionales propuestos. Efectivamente, la prohibición de enajenar
bienes de propiedad del imputado durante un tiempo o bajo circunstancias que establece el legislador, es
adecuada para alcanzar proteger los derechos económicos de las víctimas y para asegurar el pago de la
indemnización ordenada por el juez penal. Es razonable sostener que el momento posterior a la imputación
es propicio para la transferencia de bienes de propiedad del imputado para impedir los efectos de una posible
sentencia condenatoria, pues el impacto de la vinculación al proceso penal le puede generar al imputado
reacciones naturales que buscan la protección de sus propios intereses.
De igual manera, la Sala considera necesaria la medida adoptada, en tanto que rodea de
garantías de eficacia a la condena civil en el proceso penal. De hecho, no tendría sentido
declarar normativamente la protección del derecho a la reparación económica a la
víctima, sino se establecen mecanismos instrumentales para lograr ese objetivo. Entonces,
a pesar de que podría pensarse que existen otras alternativas en la ley para la defensa de
los derechos e intereses protegidos que no afectan el ejercicio del derecho a la propiedad
del imputado, la Sala encuentra, de un lado, que ninguna de las medidas aplicables resulta
menos gravosa para la defensa del derecho a la propiedad que la ahora analizada y, de
otro, que las medidas alternativas no protegen de la misma manera los derechos de la
víctima”.
142 Sentencia de la Corte Constitucional C- 210 de 2007. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra. “14. En el caso objeto de análisis se tiene que la prohibición para que el imputado
enajene bienes sujetos a registro durante los 6 meses siguientes a la formulación de la
imputación, tiene objetivos constitucionalmente admisibles. En efecto, como se explicó en
precedencia, esa disposición busca: i) rodear de garantías procesales para la eficacia del
proceso penal y, en especial, para asegurar el cumplimiento de la eventual sentencia
condenatoria que ordene la reparación de perjuicios causados por el delito y, ii) prever que
el imputado tenga recursos económicos suficientes para la reparación económica de los
daños padecidos por la víctima. En cuanto al primer objetivo, claramente se observa que
desarrolla los principios de seguridad jurídica y eficacia de las decisiones judiciales,
cimientos del Estado Social de Derecho y de los derechos al debido proceso y de acceso a
55

3.6.7. La Sentencia C-343 de 2007143 declaró estarse a lo resuelto en la


Sentencia C-209 de 2007 y además declaró exequible el artículo 390 de
la Ley 906 de 2004 sobre el examen de los testigos, señalando que el
hecho de no haberle concedido a la víctima las facultades probatorias
otorgadas a la Fiscalía, las Defensa, las partes y el Ministerio Público,
no se traduce en un trato diferente e injustificado entre los distintos
actores e intervinientes en el proceso penal, ya que las facultades
previstas en los referidos artículos corresponden a la etapa del juicio
oral y en esa etapa la víctima no tiene participación directa, de modo
que de permitirla se modificarían los rasgos estructurales del sistema
penal acusatorio, tal como fue concebido por el Acto Legislativo 03 de
2002 y se alteraría de manera sustancial, la igualdad de armas y,
además, se convertiría a la víctima en un segundo acusador o
contradictor.

En este sentido, se afirmó la imposibilidad de controvertir los medios de


prueba, elementos materiales probatorios y evidencia en el juicio oral y
en especial de participar en los interrogatorios de los testigos, pues la
omisión advertida no es inconstitucional, pues no genera una
desigualdad carente de justificación, evita la alteración de los rasgos
estructurales del sistema penal, pues en la etapa del juicio oral la
víctima no tiene participación directa y constitucionalmente no resulta
factible convertirla en segundo acusador y afectar de esa manera la
igualdad de armas144.

3.6.8. La Sentencia C-516 de 2007145 declaró la exequibilidad condicionada


de los artículos 348, 350, 351 y 352 de la Ley 906 de 2004, en el
entendido que la víctima también podrá intervenir en la celebración de
la administración de justicia (artículos 1º, 2º, 5º, 228 y 229 de la Constitución). Y, en
relación con el segundo objetivo, salta a la vista comprender que esta medida se apoya en
las normas constitucionales dirigidas a proteger el derecho de la víctima a la reparación
del daño causado (artículos 1º, 2º, 93, 229, 250, numerales 6º y 7º, de la Constitución y 18
de la Declaración Americana de Derechos del Hombre, 8 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos y 8 de la Convención Americana de Derechos Humanos). Luego, es
claro que la norma acusada desarrolla objetivos válidos constitucionalmente.
143 Sentencia de la Corte Constitucional C-343 de 2007. M.P. Rodrigo Escobar Gil.
144 Sentencia de la Corte Constitucional C-343 de 2007. M.P. Rodrigo Escobar Gil. “Es claro que aún
cuando en el artículo 390 de la Ley 906 de 2004 no existe previsión expresa que le permita a la víctima del
delito interrogar a los testigos, también es cierto que, en armonía con el análisis efectuado por la Corte
Constitucional en la Sentencia C-209 de 2007, la omisión advertida no es inconstitucional, pues no genera una
desigualdad carente de justificación, evita la alteración de los rasgos estructurales del sistema penal, pues -se
reitera- en la etapa del juicio oral la víctima no tiene participación directa y constitucionalmente no resulta
factible convertirla en segundo acusador y afectar de esa manera la igualdad de armas. Procede, entonces,
desestimar la acusación y declarar la exequibilidad del artículo 390 de la Ley 906 de 2004, en lo referente al
cargo examinado. Como quedó consignado, en relación con el artículo 395, acusado en su integridad,
ordenará la Corte estarse a la resuelto en la Sentencia C-209 de 2007 respecto de la expresión “La parte que
no está interrogando o el Ministerio Público” que fue declarada exequible y, en atención a que por las razones
analizadas no se observa inconstitucionalidad alguna en el resto del artículo, la Corte extenderá la declaración
de exequibilidad para que cobije el segmento sobre el cual no hay pronunciamiento anterior, pero aclara que
la declaración de exequibilidad se circunscribe al cargo analizado”.
145 Sentencia de la Corte Constitucional C-516 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño.
56

acuerdos y preacuerdo entre la Fiscalía y el imputado o acusado, para lo


cual deberá ser oída e informada de su celebración por el fiscal y el juez
encargado de aprobar el acuerdo.

En esta sentencia, la Corte reconoció que la exclusión patente de las


víctimas de los procesos de negociación, no responde a las finalidades
que la misma ley le atribuye a la institución, pues desconoce la
humanización de la actuación procesal, la eficacia del sistema y el
derecho a la participación de las víctimas y no propicia la solución del
conflicto ni la reparación integral146.

En este sentido se aclaró que si bien la víctima no cuenta con un poder


de veto de los preacuerdos celebrado entre la Fiscalía y el imputado,
debe: (i) ser oída; (ii) informada del acuerdo; (iii) conservar la potestad
de aceptar las reparaciones efectivas que puedan resultar de los
preacuerdos entre fiscal e imputado o acusado, o rehusarlas y acudir a
otras vías judiciales; (iv) impugnar la sentencia proferida de manera
anticipada y ; (v) promover, en su oportunidad, el incidente de
reparación integral147.

Así mismo, declaró inexequibles: (i) las expresiones “si el interés de la


justicia lo exigiere” del artículo 11 literal h), que limitaba el derecho a
ser asistido durante el juicio y el incidente de reparación integral por un
146 Sentencia de la Corte Constitucional C-516 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño. La
exclusión patente de las víctimas de los procesos de negociación, no responde a las
finalidades que la misma ley le atribuye a la institución (Art. 348). No conduce a la
humanización de la actuación procesal prescindir del punto de vista del agraviado o
perjudicado en la construcción de un consenso que puede llevar a la terminación del
proceso, escenario en el que se deben hacer efectivos sus derechos a la verdad, a la justicia
y a la reparación. La eficacia del sistema no es un asunto que involucre únicamente los
derechos del acusado y los intereses del Estado; no se puede predicar la eficacia del sistema
cuando se priva a la víctima de acceder a un mecanismo que pone fin al único recurso
judicial efectivo para hacer valer sus derechos a la verdad y a la justicia. Es imposible
activar de manera adecuada la solución del conflicto social que genera el delito, y
propiciar una reparación integral de la víctima, si se ignora su punto de vista en la
celebración de un preacuerdo o negociación. Finalmente la titularidad del derecho de
participación en las decisiones que los afectan reposa tanto en el imputado o acusado como
en la víctima o perjudicado.
147 Sentencia de la Corte Constitucional C-516 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño. Si bien la víctima no
cuenta con un poder de veto de los preacuerdos celebrado entre la Fiscalía y el imputado, debe ser oída (Art.
11.d) por el Fiscal y por el juez que controla la legalidad del acuerdo. Ello con el propósito de lograr una
mejor aproximación a los hechos, a sus circunstancias y a la magnitud del agravio, que permita incorporar en el
acuerdo, en cuanto sea posible, el interés manifestado por la víctima. Celebrado el acuerdo la víctima debe ser
informada del mismo a fin de que pueda estructurar una intervención ante el juez de conocimiento cuando el
preacuerdo sea sometido a su aprobación. En la valoración del acuerdo con miras a su aprobación el juez
velará por que el mismo no desconozca o quebrante garantías fundamentales tanto del imputado o acusado
como de la víctima. (Art. 351, inciso 4°).
Así mismo, preservada la intervención de la víctima en los términos de esta sentencia, aún retiene la potestad
de aceptar las reparaciones efectivas que puedan resultar de los preacuerdos entre fiscal e imputado o acusado,
o rehusarlas y acudir a otras vías judiciales (Art.351. inciso 6°); así mismo conserva la potestad de impugnar
la sentencia proferida de manera anticipada (Arts. 20 y 176), y promover, en su oportunidad, el incidente de
reparación integral (Art. 102).
57

abogado que podrá ser designado de oficio solamente si el interés de la


justicia lo exigiere; (ii) “directa” de los incisos primero y segundo del
artículo 92 y “directo” del artículo 132 que limitaba el concepto de
“víctima” a las víctimas directas de daños directos y; (iii) el inciso
segundo del artículo 102, que contemplaba que “cuando la pretensión
sea exclusivamente económica, solo podrá ser formulada por la víctima
directa, sus herederos, sucesores o causahabientes”.

En este sentido, la Corte consideró que la restricción del concepto de


víctima a aquella que hubiera sufrido un daño directo limita de manera
inconstitucional la posibilidad de intervención de las víctimas en el
proceso penal y su derecho a un recurso judicial efectivo, concluyendo
que “la determinación de la calidad de víctima debe partir de las
condiciones de existencia del daño, y no de las condiciones de
imputación del mismo”. Así mismo, afirmó que reducir la posibilidad de
solicitar medidas cautelares a las víctimas directas del delito “cercena de
manera injustificada las posibilidades de acceso de otros sujetos de
derechos que por haber sufrido un menoscabo material o moral con la
conducta punible tendrían derecho a una reparación integral”.

También declaró inconstitucional el numeral 4° del artículo 137 que


señalaba que “En caso de existir pluralidad de víctimas, el fiscal,
durante la investigación, solicitará que estas designen hasta dos
abogados que las represente. De no llegarse a un acuerdo, el fiscal
determinará lo más conveniente y efectivo”.

Adicionalmente se declaró exequible el artículo 340 de la Ley 906 de


2004 que dispone que en la audiencia de formulación de acusación se
determinará la calidad de víctima, al considerar que no es cierto que las
víctimas solamente puedan participar en el proceso a partir de esta
audiencia, pues las mismas pueden participar en fases anteriores
acreditando sumariamente su condición de tal, como lo prevé el artículo
136, y lo ha reafirmado y precisado la jurisprudencia148.
148 Sentencia de la Corte Constitucional C-516 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño. “Teniendo en cuenta
que pese a esta declaración de principio, las normas que desarrollan la intervención de la víctima en el
proceso no garantizaban de manera clara su efectiva participación en distintas fases de la actuación, la Corte
Constitucional al ejercer control de constitucionalidad de estas disposiciones ha condicionado su
exequibilidad a la garantía de intervención de las víctimas, en fases previas a la formulación de acusación y
también posteriores a ella. Así ocurrió en la sentencia C- 209 de 2007, en la que mediante un fallo
condicionado garantizó la efectiva intervención de la víctima en la práctica de pruebas anticipadas ante el juez
de control de garantías (Art. 284.2); en la audiencia de formulación de imputación (Art. 289); en el trámite de
una petición de preclusión por parte del fiscal (Art. 333); en los momentos en que se produce el
descubrimiento, la solicitud de exhibición, exclusión, rechazo o inadmisibilidad de elementos materiales
probatorios (Arts. 344, 356, 358 y 359); en las oportunidades para solicitar medidas de aseguramiento (Arts.
306, 316 y 342); en la audiencia de formulación de acusación (Art. 339); y en la audiencia preparatoria
formulando solicitudes probatorias (art. 357, Cfr. sentencia C. 454 de 2006).
Lo anterior desvirtúa plenamente el planteamiento del demandante en el sentido que el
reconocimiento de la condición de víctima en la audiencia de formulación de acusación la
priva del ejercicio de su derecho a un recurso judicial efectivo, en fases anteriores. Resulta
compatible con el modelo de procesamiento que adopta la Ley 906 de 2004, que la
formalización de la intervención de la víctima se produzca en la audiencia de formulación
58

Finalmente, declaró constitucional el inciso primero del artículo 340 de


la Ley 906 de 2004, que disponía que “de existir un número plural de
víctimas, el juez podrá determinar igual número de representantes al de
defensores para que intervengan en el transcurso del juicio oral”,
considerando que la facultad del juez de limitar el número de
apoderados de las víctimas, desarrolla finalidades legítimas como
asegurar la eficacia del procedimiento, y establecer un equilibrio entre
la acusación y la defensa compatible con el carácter adversarial del
sistema acusatorio149.

3.6.9. La Sentencia C-060 de 2008150 declaró inexequible la palabra


“condenatoria” y exequible el resto de la expresión acusada contenida
en el inciso segundo del artículo 101 de la Ley 906 de 2004, que
consagra la medida de cancelación de registros obtenidos
fraudulentamente, en el entendido de que la cancelación de los títulos y
registros respectivos también se hará en cualquier otra providencia que
ponga fin al proceso penal.

En esta sentencia, se afirmó que los derechos de las víctimas dentro del
proceso penal tienen una importancia cardinal y no se agotan en la mera
reparación económica de los perjuicios irrogados con la conducta
punible, pues además de la reparación que debe ser integral, se agregan
la posibilidad de conocer la verdad acerca de lo sucedido y que se haga

de acusación, momento procesal en que así mismo se define la condición de acusado y se


traba de manera formal el contradictorio entre acusación y defensa. El hecho de que sea en
ese estadio de la actuación en el que se determina la calidad de víctima a fin de legitimar su
intervención en el juicio y se reconozca su representación legal, si la tuviere, de ninguna
manera significa su exclusión de etapas anteriores en las que bien puede intervenir
acreditando sumariamente su condición de tal, como lo prevé el artículo 136, y lo ha
reafirmado y precisado la jurisprudencia de esta Corte.”.
149 Sentencia de la Corte Constitucional C-516 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño. Observa la Corte que la
potestad que se confiere al juez de limitar el número de apoderados de las víctimas a un umbral que no podrá
exceder al de defensores, promueve finalidades que son legítimas como la de asegurar la eficacia del
procedimiento, y establecer un equilibrio entre la acusación y la defensa compatible con el componente
adversarial del sistema acusatorio que se proyecta en el juicio oral.
Advierte la Corte sin embargo, que en los eventos en que concurran pluralidad de víctimas al juicio, el juez
debe propiciar que la representación conjunta a que alude la norma se establezca de manera consensuada entre
ellas, a fin de asegurar que el ejercicio libre de su potestad de postulación se vea preservado aún en esa
eventualidad[60], y de garantizar que en la selección de los representantes comunes se vean reflejados los
distintos intereses de las víctimas.
El derecho de intervención de las víctimas no se ve drásticamente afectado puesto que, como se advierte,
pueden canalizar su derecho de intervención en el juicio no solamente a través de una vocería conjunta, sino
mediante la intervención del propio Fiscal, tal como lo ha señalado la Corte en anteriores oportunidades,
refiriéndose al aspecto probatorio y de argumentación. Sobre lo primero ha señalado: “El conducto para
culminar en esta etapa del proceso el ejercicio de sus derechos es el fiscal quien debe oír al abogado de la
víctima. Así por ejemplo éste podrá aportar a la Fiscalía observaciones para facilitar la contradicción de los
elementos probatorios, antes y durante el juicio oral, pero sólo el Fiscal tendrá voz en la audiencia en
aquellos aspectos regulados por las normas acusadas. En el evento de que la víctima y su abogado estén en
desacuerdo con la sentencia podrán ejercer el derecho de impugnarla de conformidad con el artículo 177 de
la Ley 906 de 2004”[61]
150 Sentencia de la Corte Constitucional C-060 de 2008. M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
59

justicia, sancionando conforme a la ley a quien o quienes hayan


cometido el delito

También se manifestó que la cancelación de títulos de propiedad y


registros fraudulentamente obtenidos es una medida eficaz y apropiada
para el restablecimiento del derecho y la reparación integral de las
víctimas en un proceso penal y que la exigencia de que haya fallo
condenatorio para que pueda ser aplicada genera una situación de
desigualdad o discriminación que afecta a algunas de las víctimas de
delitos que han involucrado la falsificación de títulos de propiedad.

3.6.10. La Sentencia C-409 de 2009151 dispuso declarar inexequibles las


expresiones “exclusivamente” y “quien tendrá la facultad de
participar en dicha conciliación” y exequible la expresión “para los
efectos de la conciliación de que trata el art. 103”, contenidas en el
artículo 108 de la Ley 906 de 2004.

Esta norma señalaba que la víctima, el condenado, su defensor o el


tercero civilmente responsable podrán pedir exclusivamente para
efectos de la conciliación de que trata el artículo 103, es decir, la
señalada respecto del incidente de reparación integral, la citación del
asegurador de la responsabilidad civil amparada en virtud del contrato
de seguro válidamente celebrado.

En esta sentencia, la Corte señaló que el precepto acusado se convierte


en una medida nugatoria del derecho de la víctima a la reparación
integral, pues burla la esperanza que se había generado de que el
contrato suscrito con él, pudiera servir al propósito del sistema penal
constitucional y legalmente dispuesto de reparar a la víctima y de
hacerlo prontamente a instancias del juez de la causa penal, en el
incidente de reparación integral.

3.6.11. La Sentencia C-936 de 2010152 declaró inexequible el numeral 17 del


artículo 2º de la Ley 1312 de 2009 que contemplaba la posibilidad de
aplicar el principio de oportunidad a los desmovilizados de acuerdo a la
ley 975 de 2005 y declaró la exequibilidad condicionada del parágrafo
3º del artículo 2º de la Ley 1312 de 2009, en el entendido de que la
exclusión de la aplicación del principio de oportunidad también
comprende las graves violaciones a los derechos humanos.

3.6.12. La Sentencia C-260 de 2011153 declara exequible la expresión “Una


vez terminados los interrogatorios de las partes, el juez y el Ministerio
Público podrán hacer preguntas complementarias para el cabal
entendimiento del caso” contemplada en el artículo 397 del Código de

151 Sentencia de la Corte Constitucional C-409 de 2009. M.P. Juan Carlos Henao Pérez.
152 Sentencia de la Corte Constitucional C-936 de 2010. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
153 Sentencia de la Corte Constitucional C-260 de 2011. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
60

Procedimiento Penal, al considerar que la exclusión de la posibilidad de


que las víctimas formulen directamente preguntas complementarias no
constituye una omisión legislativa relativa contraria a los derechos de
las víctimas, por cuanto existen motivos fundados que justifican de
manera objetiva y suficiente el tratamiento disímil previsto en la norma,
ya que tanto al juez como al Ministerio Público les compete, en
cumplimiento de sus roles, el deber de mantener la imparcialidad y
evitar desequilibrios a favor o en contra de una de las partes, en tanto
que a la víctima le asiste un interés por defender la acusación formulada
por la Fiscalía y por esa vía obtener un fallo condenatorio.

En este sentido, la Corte reiteró que en el sistema penal acusatorio


colombiano, la víctima no tiene la condición de parte, sino de
interviniente especial, de donde la naturaleza adversarial especialmente
notoria en la etapa del juicio, reduce significativamente su facultad de
participación directa, pues su intervención alteraría los rasgos
estructurales del sistema penal y por esa vía menoscabaría otros
derechos o principios como el de igualdad de armas, aunque a través de
su abogado, podrá ejercer sus derechos en la etapa del juicio sin
convertirse en una parte que pueda presentar y defender su propio caso
al margen del Fiscal. En este sentido concluye que “el derecho de
intervención de las víctimas no se ve drásticamente afectado puesto que
pueden canalizar su derecho de intervención en el juicio no solamente a
través de una vocería conjunta, sino mediante la intervención del
propio Fiscal, tal como lo ha señalado la Corte en anteriores
oportunidades, refiriéndose al aspecto probatorio y de argumentación”.

3.6.13. La Sentencia C-782 de 2012154 declaró exequible el artículo 90 de la


Ley 906 de 2004, en el entendido que la víctima podrá solicitar en la
audiencia contemplada en la norma la adición de la sentencia o de la
decisión con efectos equivalentes, que omita un pronunciamiento
definitivo sobre los bienes afectados con fines de comiso, con el fin de
obtener el respectivo pronunciamiento.

En esta sentencia, la Corte Constitucional reconoció que si bien el fiscal


representa los intereses del Estado y de la víctima, ello no implica que
la víctima carezca del derecho de participación en el proceso penal,
señalando que su participación depende de los siguientes factores:“(i)
del papel asignado a otros participantes, en particular al fiscal; (ii) del
rol que le reconoce la propia Constitución a la víctima; (iii) del ámbito
en el cual ha previsto su participación; (iv) de las características de
cada una de las etapas del proceso penal; y (v) del impacto que esa
participación tenga tanto para los derechos de la víctima como para la
estructura y formas propias del sistema penal acusatorio”155.

154 Sentencia de la Corte Constitucional. C-782 de 2012. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
155 Sentencia de la Corte Constitucional. C-782 de 2012. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
Sentencia C-209 de 2007, M.P. Manuel José Cepeda Espinosa. Reiteración en la Sentencia
61

Así mismo se afirmó que la intervención de la víctima, está supeditada a


la estructura del proceso acusatorio, por lo cual la posibilidad de
actuación directa y separada de la víctima al margen del fiscal, es
mayor en las etapas previas o posteriores al juicio, y menor en la etapa
del juicio156.

3.6.14. La Sentencia C-250 de 2011157 declaró exequible el artículo 100 de la


Ley 1395 de 2010, en el entendido de que las víctimas y/o sus
representantes en el proceso penal, podrán ser oídos en la etapa de
individualización de la pena y sentencia.

Al respecto se consideró que de acuerdo a lo dispuesto por el artículo


250.7 de la Constitución que determina que corresponde al Legislador
fijar los términos de intervención de las víctimas dentro del proceso
penal, en concordancia con los artículos 29 y 229 de la misma, la
omisión de la víctima o su representante en la etapa de la
individualización de la pena y la sentencia, entraña el incumplimiento
por parte del legislador de su deber de configurar una verdadera
“intervención” tendiente a la garantía y a la protección de los derechos
a la verdad, a la justicia y a la reparación, que implica no solamente el
desconocimiento injustificado de su derecho a la igualdad frente al
condenado, sino también la limitación de su derecho al acceso a la
justicia.

3.6.15. De acuerdo a lo anteriormente señalado se pueden determinar una


serie de parámetros generales en relación con el análisis de la
participación de la víctima en el sistema acusatorio:

3.6.15.1. La protección de los derechos de las víctimas a la verdad, a la


justicia, a la reparación y a la no repetición exigen una protección
especial en el proceso penal, derivada de la profundización de las
relaciones entre el derecho constitucional y el Derecho Penal del Estado
Social de Derecho.

3.6.15.2. Los derechos de las víctimas también se encuentran protegidos en el


sistema penal con tendencia acusatoria, aunque el esquema de su
intervención no deberá ser idéntico al consagrado en la Ley 600 de

C-651 de 2011 M.P. María Victoria Calle Correa.


156 Sentencia de la Corte Constitucional. C-782 de 2012. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. “En la medida en
que la competencia atribuida al legislador para desarrollar la intervención de la víctima, está supeditada a la
estructura del proceso acusatorio (investigación, imputación, acusación, juzgamiento, sentencia, incidente de
reparación integral), su lógica propia y la proyección de la misma en cada etapa, la Corte ha señalado que en
tanto el constituyente sólo precisó respecto de la etapa del juicio, sus características, enfatizando su carácter
adversarial, rasgo que implica una confrontación entre acusado y acusador, debe entenderse que la posibilidad
de actuación directa y separada de la víctima al margen del fiscal, es mayor en las etapas previas o
posteriores al juicio, y menor en la etapa del juicio”.
157 Sentencia de la Corte Constitucional. C-250 de 2011. M.P. Mauricio González Cuervo.
62

2000, sino que debe ser compatible con los rasgos estructurales y las
características esenciales del nuevo sistema procesal.

3.6.15.3. Debe buscarse que la intervención de la víctima sea compatible con


el modelo de sistema acusatorio contemplado en la Constitución
Política, para lo cual deberán analizarse los siguientes factores: (i) el
papel asignado a otros participantes, en particular al Fiscal; (ii) el rol
que le reconoce la propia Constitución a la víctima respecto a la
finalidad de la medida correspondiente; (iii) las características de la
audiencia o actuación en la cual se pretende su participación; (iv) las
características de cada una de las etapas del proceso penal; y (v) el
impacto que esa participación tenga tanto para los derechos de la
víctima como para la estructura y formas propias del sistema penal
acusatorio.

3.7. ANÁLISIS DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE LA NORMA


DEMANDADA

3.7.1. LA MEDIDA DE SUSPENSIÓN Y CANCELACIÓN DE


REGISTROS OBTENIDOS FRAUDULENTAMENTE

A continuación se analizará la evolución de la suspensión y cancelación


de registros obtenidos fraudulentamente con el objeto de determinar su
alcance y los objetivos que busca en el Derecho procesal penal
colombiano:

3.7.1.1. La cancelación de registros obtenidos fraudulentamente surgió por


primera vez en Colombia en el Decreto 050 de 1987, como una medida
dentro del capítulo dedicado a la acción civil en el proceso penal, según
la cual “Demostrada la tipicidad del hecho punible que dio lugar a la
obtención de títulos de propiedad sobre bienes muebles o inmuebles
sujetos a registro, el juez que esté conociendo del proceso ordenará
inmediatamente la cancelación de los títulos espurios y del registro
correspondiente”.

3.7.1.2. Esta norma fue declarada constitucional por la Corte Suprema de


Justicia en Sentencia del 3 de diciembre de 1987 con fundamento en
que la propiedad privada en nuestro ordenamiento constitucional se
condiciona a su adquisición con justo título de acuerdo con las leyes
civiles, por lo cual, el legislador puede imponer al juez penal la
obligación de ordenar la cancelación de los títulos espurios para
restablecer los derechos de las víctimas:

"Como la protección de la propiedad privada en nuestro


ordenamiento constitucional se condiciona a su adquisición
con justo título y de acuerdo con las leyes civiles, no
63

encuentra la Corte vicio de inconstitucionalidad alguno en


que el legislador le haya impuesto al juez penal la obligación
de ordenar la cancelación de los títulos espurios, pues
además de ser consustancial a su misión la restitución de los
bienes objeto del hecho punible para restablecer el estado
predelictual, (restitutio in pristinum) la adquisición de ellos
aún por un tercero de buena fé, no es lícita en razón del hecho
punible que afecta la causa de su derecho y que el juez penal
debe declarar de oficio para restablecer el derecho de la
víctima”.

En este sentido, se manifestó que esta medida constituye una forma de


resarcimiento del daño que tiende a restablecer el quebranto que
experimenta la víctima del hecho punible mediante la restitución
originaria de los bienes objeto material del delito158.

3.7.1.3. El Decreto 2700 de 1991 también consagró esta medida dentro de


una disposición más completa que no solamente incluía la cancelación
de registros sobre bienes, sino también de los títulos valores sujetos a
esta formalidad y obtenidos fraudulentamente:

“Cancelación de registros obtenidos fraudulentamente. En


cualquier momento del proceso en que aparezca demostrada la
tipicidad del hecho punible que dio lugar a la obtención de
títulos de propiedad sobre bienes sujetos a registro, el
funcionario que esté conociendo el asunto ordenará la
cancelación de los títulos y del registro respectivo. También se
ordenará la cancelación de la inscripción de títulos valores
sujetos a esta formalidad y obtenidos fraudulentamente.

Si estuviere acreditado que con base en las calidades jurídicas


derivadas de los títulos cancelados se están adelantando
procesos ante otras autoridades, el funcionario pondrá en
conocimiento la decisión de cancelación, para que finalicen las
actuaciones correspondientes”159.

3.7.1.4. Esta norma fue declarada exequible por la Corte Constitucional,


mediante Sentencia C-245 de 1993 del 24 de junio de 1993160, en el
entendimiento de que se trata de un procedimiento preventivo. En esta

158 Corte Suprema de Justicia, Sala Plena, Sentencia del 3 de diciembre de 1987. "Se trata
de una forma de resarcimiento del daño que tiende a restablecer el quebranto que
experimenta la víctima del hecho punible mediante la restitución originaria de los bienes
objeto material del delito. Pero la orden del juez penal y su ejecución no agotan el deber
indemnizatorio del procesado de quien puede exigirse el pleno resarcimiento del daño en el
proceso penal mediante la constitución de parte civil, o en proceso civil una vez decidida la
responsabilidad penal” (M.P. Dr. Jairo Duque Pérez).
159ARTICULO 61.
160 Sentencia de la Corte Constitucional. C-245 de 1993. M.P. Fabio Morón Díaz.
64

sentencia, esta Corporación definió la cancelación de registros


obtenidos fraudulentamente como un instrumento procesal para
procurar el restablecimiento del derecho perturbado por la conducta
punible que permite ordenar la cancelación de los títulos y del registro
respectivo:

“En primer término encuentra la Corte que la disposición


acusada establece un instrumento de carácter procesal, que
está previsto para procurar el restablecimiento del derecho
perturbado por la conducta punible, que permite a la autoridad
judicial ordenar la cancelación de los títulos y del registro
respectivo de los bienes sometidos a esta formalidad, así como
la cancelación de los títulos valores, siempre que hayan sido
obtenidos fraudulentamente y se haya demostrado la tipicidad
del hecho punible o, lo que es lo mismo, que la conducta
sancionada penalmente se cometió y afecta la legalidad del
título o del registro”

Al respecto, se señaló que esta medida tiene por objeto “la restitución
de los bienes objeto del hecho punible al estado anterior, cuando la
adquisición de ellos, y aún por un tercero, sea producto del ilícito”. En
este sentido, la Corte Constitucional consideró que la norma es
constitucional, pues la Carta Política no extiende la protección que se
establece en favor de la propiedad privada y demás derechos adquiridos
en el artículo 58 a los bienes y derechos que no sean adquiridos con
justo título y de conformidad con las leyes civiles161. Así mismo, se
afirmó que esta medida también tiene por objeto proteger la legalidad de
la función registral en los términos de su valor jurídico y de su
importancia social, así como amparar penalmente los privilegios que
incorpora la definición legal de los títulos valores162.

Finalmente, la Corte concluyó declarando la exequibilidad condicionada


de la norma “bajo el entendimiento de las razones expuestas
161 Sentencia de la Corte Constitucional. C-245 de 1993. M.P. Fabio Morón Díaz. 2o. Desde otro punto de
vista, la Carta Política no extiende la protección que se establece en favor de la propiedad privada y demás
derechos adquiridos en el artículo 58 a los bienes y derechos que no sean adquiridos con justo título y de
conformidad con las leyes civiles; por tanto no existe por este aspecto vicio de constitucionalidad, ya que se
trata de una decisión de carácter judicial que se debe adoptar dentro de los ritos propios del debate procesal
penal y que surge del deber básico del juez de administrar justicia conforme al debido proceso legal.
Sin duda alguna, el delito por sí mismo no puede ser fuente de derechos, y la Constitución no autoriza romper
el principio de la proscripción de la causa ilícita de los mismos; por tanto, la ley no puede patrocinar la
protección de aquellos títulos, ni la de los registros de aquellos en contra de los derechos del titular, mucho
menos cuando se adelanta la actuación de los funcionarios judiciales encargados de poner en movimiento las
competencias punitivas del Estado.
162 Sentencia de la Corte Constitucional. C-245 de 1993. M.P. Fabio Morón Díaz. Las medidas, que con
fundamento en la disposición acusada, se pueden decretar, se enderezan, además, a proteger la legalidad de la
función registral en los términos de su valor jurídico y de su importancia social, así como a amparar
penalmente los privilegios que incorpora la definición legal de los títulos valores, los que se verían seriamente
afectados si, demostrada la tipicidad del hecho punible, es decir, comprobado que efectivamente se cometió el
delito y que éste afecta el título y en su caso al registro, el funcionario judicial tuviese que reservarse hasta el
final del proceso y de la resolución de las correspondientes impugnaciones contra la sentencia, para
ampararlos con la orden de cancelación del registro o del título.
65

anteriormente, y especialmente con la consideración de que la medida


que autoriza la norma acusada tiene el sentido preventivo o cautelar
analizado, con vistas a preservar los derechos adquiridos con justo
título y el fin invaluable de la seguridad jurídica”

3.7.1.5. La Ley 600 de 2000 contempló nuevamente la cancelación de


registros obtenidos fraudulentamente dentro del capítulo de bienes con
una redacción casi idéntica a la del Decreto 2700 de 1991, señalando en
todo caso que podría ordenarse cuando aparezcan demostrados los
elementos objetivos del tipo penal y agregando la protección de los
derechos de los terceros de buena fe a través de un trámite incidental y
de la posibilidad de decretar el embargo de los bienes, sin necesidad de
requisitos especiales:

“Cancelación de registros obtenidos fraudulentamente. En


cualquier momento de la actuación, cuando aparezcan
demostrados los elementos objetivos del tipo penal que dio
lugar a la obtención de títulos de propiedad o de gravámenes
sobre bienes sujetos a registro, el funcionario que esté
conociendo el asunto ordenará la cancelación de los títulos y
registros respectivos.
También se ordenará la cancelación de la inscripción de títulos
valores sujetos a esta formalidad y obtenidos fraudulentamente.
Si estuviere acreditado que con base en las calidades jurídicas
derivadas de los títulos cancelados se están adelantando
procesos ante otras autoridades, el funcionario pondrá en
conocimiento la decisión de cancelación, para que tomen las
decisiones correspondientes.
Las anteriores previsiones, sin perjuicio de los derechos de los
terceros de buena fe, quienes podrán hacerlos valer en trámite
incidental.
El funcionario judicial ordenará, si fuere procedente, el
embargo de los bienes, sin necesidad de requisitos especiales,
por el tiempo que sea necesario”163.

3.7.1.6. En el proyecto inicial del nuevo Código de Procedimiento Penal se


incluyó la suspensión y cancelación de registros obtenidos
fraudulentamente dentro del capítulo de medidas cautelares 164, sufriendo
algunas modificaciones en el debate y siendo posteriormente aprobado
dentro del artículo 101 de la Ley 906 de 2004.
163Artículo 66.
164 Exposición de motivos: “Artículo 108. Suspensión y cancelación de registros obtenidos
fraudulentamente. En cualquier momento y antes de presentarse la acusación, a petición de la fiscalía, el
juez de control de garantías dispondrá la suspensión del poder dispositivo de los bienes sujetos a registro
cuando existan motivos fundados para inferir que el título de propiedad fue obtenido fraudulentamente.
En la sentencia condenatoria se ordenará la cancelación de los títulos y registros respectivos cuando exista
convencimiento más allá de toda duda razonable sobre las circunstancias que originaron la anterior medida.
Lo dispuesto en este artículo también se aplicará respecto de los títulos valores sujetos a esta formalidad y
obtenidos fraudulentamente.
66

Esta norma consagra la posibilidad de que el juez de control de


garantías ordene la suspensión del poder dispositivo de los bienes y de
los títulos valores sujetos a registro cuando existan motivos fundados
para inferir que el título de propiedad fue obtenido fraudulentamente a
solicitud de la Fiscalía, así como también su cancelación en la sentencia
condenatoria cuando exista convencimiento más allá de toda duda
razonable sobre las circunstancias que originaron la anterior medida165.

3.7.1.7.El inciso segundo de esta norma fue demandado al señalarse que limita
la posibilidad de cancelar los títulos y registros apócrifos a los casos en
que se logra proferir sentencia condenatoria, estableciendo una
distinción inaceptable entre las posibles víctimas de delitos que
involucran la falsificación de títulos de propiedad.

En este sentido, la Corte Constitucional en la Sentencia C-060 de


2008166 declaró inexequible la palabra "condenatoria" y exequible el
resto de la expresión acusada contenida en el inciso 2° del artículo 101
de la Ley 906 de 2004, en el entendido que la cancelación de los títulos
y registros respectivos también se hará en cualquier otra providencia
que ponga fin al proceso penal.

Esta Corporación consideró que pueden existir diversas situaciones en


las que se cuente a cabalidad con prueba suficiente sobre los elementos
objetivos del tipo penal, sin que se reúnan, en cambio, las exigentes
condiciones que son necesarias, particularmente en cuanto a la
responsabilidad penal, para poder proferir sentencia condenatoria. Al
respecto se agregó que en virtud de la expresión demandada, algunas de
las víctimas de este tipo de delitos no tienen completamente garantizado
el derecho a acceder a la administración de justicia, para que pronta y
cumplidamente se les defina la restitución a que tienen derecho,
situación que a su turno vulnera, parcialmente, las garantías
constitucionales del debido proceso y el restablecimiento del derecho.
En consecuencia, se señaló que remitir la posibilidad de cancelar los
títulos a aquellos eventos en los cuales exista sentencia condenatoria
vulnera los derechos de las víctimas:

165Artículo 101: “Suspensión y cancelación de registros obtenidos fraudulentamente. En cualquier momento


y antes de presentarse la acusación, a petición de la Fiscalía, el juez de control de garantías dispondrá la
suspensión del poder dispositivo de los bienes sujetos a registro cuando existan motivos fundados para inferir
que el título de propiedad fue obtenido fraudulentamente.
En la sentencia condenatoria se ordenará la cancelación de los títulos y registros respectivos cuando exista
convencimiento más allá de toda duda razonable sobre las circunstancias que originaron la anterior medida.
Lo dispuesto en este artículo también se aplicará respecto de los títulos valores sujetos a esta formalidad y
obtenidos fraudulentamente.
Si estuviere acreditado que con base en las calidades jurídicas derivadas de los títulos cancelados se están
adelantando procesos ante otras autoridades, se pondrá en conocimiento la decisión de cancelación para que
se tomen las medidas correspondientes”.
166 Sentencia de la Corte Constitucional. C-060 de 2008. M.P. Nilson Pinilla Pinilla.
67

“Se desprende de lo analizado en páginas precedentes que si


bien resulta razonable que sólo al final del proceso se adopte
una decisión definitiva sobre la cancelación de los títulos
apócrifos, el hecho de que ello sólo pueda ocurrir dentro de la
sentencia condenatoria, tal como lo exige el inciso 2° del
artículo 101 de la Ley 906 de 2004, puede sin duda llegar a
excluir el acceso de las víctimas a la administración de
justicia, pues al terminar el proceso penal de diferente
manera, quedaría extinguido para ellas y concretamente para
el legítimo titular, el poder dispositivo sobre los bienes a que
tales títulos se refieren. Se quebranta así la garantía de acudir
a un debido proceso que la Constitución Política reconoce y se
crea un obstáculo para el cumplimiento de algunas de las
obligaciones que el texto superior le impone a la Fiscalía
General de la Nación para que vele eficientemente, como le es
indefectible hacerlo, por los intereses de las víctimas y
contribuya a proteger y restablecer sus derechos”.

Por lo anterior, se puede concluir que la medida de suspensión del poder


dispositivo de los bienes sujetos a registro cuando existan motivos
fundados para inferir que el título de propiedad fue obtenido
fraudulentamente es un instrumento a través del cual se busca garantizar
los derechos de las víctimas mediante la restitución de los bienes que
son el objeto material de la conducta al estado anterior a la comisión del
delito y evitar que se aumenten los perjuicios causados con el ilícito.

3.7.2. CONFIGURACIÓN DE UNA OMISIÓN LEGISLATIVA


RELATIVA

Una vez analizada la norma demandada se estudiará si se configuran los


requisitos necesarios para la configuración de una inconstitucionalidad
por omisión legislativa relativa en relación con la misma:

3.7.2.1.En primer lugar, se requiere que exista una norma sobre la cual se
predique necesariamente el cargo, requisito cumplido claramente por
el inciso primero del artículo 101 de la Ley 906 de 2004.

3.7.2.2.En segundo lugar, se exige que la norma excluya de sus


consecuencias jurídicas aquellos casos que, por ser asimilables,
tenían que estar contenidos en el texto normativo cuestionado, o
que el precepto omita incluir un ingrediente o condición que, de
acuerdo con la Constitución, resulta esencial para armonizar el
texto legal con los mandatos de la Carta. En este caso, de acuerdo a
los criterios señalados previamente para el análisis de la participación
de las víctimas en el sistema acusatorio 167, se justifica la posibilidad de
que soliciten la suspensión del poder dispositivo de los bienes sujetos a
167 Ver supra consideración 3.6.15.3.
68

registro cuando existan motivos fundados para inferir que el título de


propiedad fue obtenido fraudulentamente, con el objeto de armonizar el
texto legal con los mandatos de la Constitución:

(i) El papel asignado al Fiscal, como lo ha señalado la propia


jurisprudencia de esta Corporación, no excluye que las víctimas
tengan derecho a intervenir en el proceso, tal como lo demuestran
todas las facultades que le permiten participar directamente sin
intermediación del fiscal, como: i) solicitar la intervención del juez
de control de garantías si surgen desacuerdos con el fiscal en
relación con el archivo de la investigación 168; ii) realizar solicitudes
probatorias169; iii) solicitar la práctica de pruebas anticipadas 170; iv)
allegar o solicitar elementos materiales probatorios y evidencia
física para oponerse a la petición de preclusión del fiscal 171; v)
solicitar el descubrimiento de un elemento material probatorio o de
evidencia física específica172; vi) hacer observaciones sobre el
descubrimiento de elementos probatorios y de la totalidad de las
pruebas173; vii) solicitar los elementos materiales probatorios y
evidencia física durante la audiencia174; viii) solicitar la exclusión, el
rechazo o la inadmisibilidad de los medios de prueba 175; ix) solicitar
la medida de aseguramiento176; x) intervenir en la audiencia de
formulación de acusación para efectuar observaciones al escrito de
acusación o manifestarse sobre posibles causales de incompetencia,
recusaciones, impedimentos o nulidades177; xi) intervenir en la
celebración de acuerdos y preacuerdo entre la Fiscalía y el imputado
o acusado178; xii) solicitar la adición de la sentencia o de la decisión
con efectos equivalentes, que omita un pronunciamiento definitivo

168 Sentencia de la Corte Constitucional C-1154 de 2005, M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
169 Sentencia de la Corte Constitucional C-454 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño.
170 Sentencia de la Corte Constitucional C-209 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
171 Sentencia de la Corte Constitucional C-209 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
172 Sentencia de la Corte Constitucional C-209 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
173 Sentencia de la Corte Constitucional C-209 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
174 Sentencia de la Corte Constitucional C-209 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
175 Sentencia de la Corte Constitucional C-209 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
176 Sentencia de la Corte Constitucional C-209 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
177 Sentencia de la Corte Constitucional C-209 de 2007. M.P. Manuel José Cepeda
Espinosa.
178 Sentencia de la Corte Constitucional C-516 de 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño.
69

sobre los bienes afectados con fines de comiso 179 y; xiii) ser oídas en
la etapa de individualización de la pena y la sentencia 180, entre otras.

(ii)En relación con el rol que le reconoce la propia Constitución a la


víctima respecto de la medida correspondiente, es necesario
reiterar que la Carta Fundamental le otorga derechos que están
absolutamente relacionados con la medida analizada, tales como la
restitución de los bienes objeto material al estado anterior a la
comisión del delito y evitar que se aumenten los perjuicios causados
con el ilícito, los cuales están relacionados con el derecho a la
reparación y al restablecimiento del derecho.

(iii) Con respecto a la audiencia frente al cual se analiza su


participación, debe reconocerse que la participación de las víctimas
en relación con la norma demandada, se refiere a un aspecto
exclusivamente patrimonial que no necesariamente está relacionado
con la responsabilidad penal del indiciado. Así mismo, debe
reiterarse que la posibilidad de actuación directa y separada de la
víctima al margen del fiscal, es mayor en las etapas previas o
posteriores al juicio181, tal como sucedería respecto de esta medida.

(iv) En relación con las características de cada una de las etapas


del proceso penal debe afirmarse que esta medida no tiene
influencia directa en el juicio oral, sino que se presenta en otras
audiencias.

(v) Finalmente, frente al impacto que esa participación tendría


tanto para los derechos de la víctima como para la estructura y
formas propias del sistema penal acusatorio, debe señalarse que
la suspensión del poder dispositivo de los bienes sujetos a registro
cuando existan motivos fundados para inferir que el título de
propiedad fue obtenido fraudulentamente es una medida
eminentemente patrimonial como otras consagradas en el Código
Penal, tales como el embargo o el secuestro, las cuales están
absolutamente relacionadas con la acción civil y por ello en nada
afectan los principios del sistema acusatorio.

3.7.2.3.En tercer lugar, se exige que la exclusión de los casos o


ingredientes carezca de un principio de razón suficiente. En relación

179 Sentencia de la Corte Constitucional. C-782 de 2012. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
180 Sentencia de la Corte Constitucional. C-250 de 2011. M.P. Mauricio González Cuervo.
181 Sentencia de la Corte Constitucional. C-782 de 2012. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. “En la medida en
que la competencia atribuida al legislador para desarrollar la intervención de la víctima, está supeditada a la
estructura del proceso acusatorio (investigación, imputación, acusación, juzgamiento, sentencia, incidente de
reparación integral), su lógica propia y la proyección de la misma en cada etapa, la Corte ha señalado que en
tanto el constituyente sólo precisó respecto de la etapa del juicio, sus características, enfatizando su carácter
adversarial, rasgo que implica una confrontación entre acusado y acusador, debe entenderse que la posibilidad
de actuación directa y separada de la víctima al margen del fiscal, es mayor en las etapas previas o
posteriores al juicio, y menor en la etapa del juicio”.
70

con este aspecto algunos intervinientes plantean que la exclusión de la


víctima puede ser motivada por la estructura del sistema acusatorio, lo
cual se analizará a continuación.

Si bien existen diversos modelos, el núcleo esencial del sistema


acusatorio consiste en la existencia de una separación de las funciones
del acusador y del juez, atribuyéndolas a dos órganos distintos 182. El
Acto Legislativo 02 de 2003 adoptó un nuevo sistema procesal con
tendencia acusatoria con rasgos propios, con una clara separación de las
funciones de investigación, acusación y juzgamiento, así como un
juicio oral, público, concentrado y contradictorio en el cual podrán
participar jurados183184, aunque por aspectos prácticos la figura de los
jurados aún no se ha implementado en este sistema en Colombia.

En este sentido, esta Corporación ha destacado que dentro de los


objetivos de la reforma al sistema procesal penal se encuentran: (i)
fortalecer la función investigativa de la Fiscalía General de la Nación;
(ii) propiciar un juicio público, pleno de garantías, oral, contradictorio,
concentrado y con inmediación en la incorporación y práctica
probatoria; (iii) instituir una clara distinción entre los funcionarios
encargados de investigar, acusar y juzgar; (iv) descongestionar los
despachos judiciales mediante un sistema procesal basado en la
oralidad, que garantice el derecho a un juicio sin dilaciones
injustificadas; (v) modificar el principio de permanencia de la prueba
por el de la producción de la misma dentro del juicio oral; (vi)
introducir el principio de oportunidad; y (vii) dar función efectiva a la
figura del juez de control de garantías185.

182 ROXIN, Claus: Derecho procesal penal, Editores del Puerto s.r.l., Buenos Aires, 2000,
86; BINDER, Introducción al derecho procesal penal, Ad. Hoc., Buenos Aires, 2000, 240 y
241; AMBOS, Kai: El Principio Acusatorio y el Proceso Acusatorio, en: BACHMAIER,
Lorena: Proceso Penal y Sistemas Acusatorios, Marcial Pons, 2008, 49; MAIER, Julio:
Derecho Procesal Penal Argentino, Hammurabi, Buenos Aires, 1989, 20 y ss.;
ILLUMINATTI, Giulio: El Sistema Acusatorio en Italia, en: BACHMAIER, Lorena:
Proceso Penal y Sistemas Acusatorios, Marcial Pons, 2008, 49, 137 y ss.
183 Sentencias de la Corte Constitucional C-873 de 2003, MP. Manuel José Cepeda
Espinosa. Ello se ve confirmado por lo dicho en el Informe de Ponencia para segundo
debate en la segunda vuelta del proyecto de Acto Legislativo, en los siguientes términos:
“Los temas originales y centrales de la reforma tienen que ver con el cambio de funciones
de la Fiscalía General de la Nación… El proyecto propone el ajuste del juzgamiento penal
a los cánones internacionales de derechos humanos, a los cuales Colombia se ha
comprometido a través de la suscripción y ratificación de los instrumentos internacionales
que a ellos obligan, entre otros, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de
1966 y el Pacto de San José de Costa Rica de 1969. Igualmente, la adopción el sistema que
se pretende acoger con esta reforma, que es un proceso de partes, controversial o
contradictorio, simplemente aspira a colocarse al nivel de los estándares internacionales,
toda vez que ha sido adoptado por la Corte Penal Internacional, recientemente acogido
por nuestro país”.
184 Sentencia de la Corte Constitucional C-454 de 2006, M.P. Jaime Córdoba Triviño.
185 Sentencias de la Corte Constitucional C-591 de 2005, M.P. Clara Inés Vargas Hernández; C-186 de 2008
M.P. Nilson Pinilla Pinilla y C-025 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
71

La posibilidad de que la víctima solicite la suspensión del poder


dispositivo de los bienes sujetos a registro cuando existan motivos
fundados para inferir que el título de propiedad fue obtenido
fraudulentamente en nada afecta la estructura o los principios del
sistema penal acusatorio por los siguientes motivos:

(i) Desde el punto de vista procesal, la suspensión del poder


dispositivo de los bienes sujetos a registro cuando existan motivos
fundados para inferir que el título de propiedad fue obtenido
fraudulentamente es una medida exclusivamente patrimonial que
no tiene una incidencia necesaria sobre la determinación de la
responsabilidad penal, a tal punto que puede ordenarse pese a que no
exista sentencia condenatoria.

(ii)Desde un punto de vista sistemático, el otorgamiento de facultades


a la víctima para solicitar la suspensión del poder dispositivo de los
bienes sujetos a registro cuando existan motivos fundados para
inferir que el título de propiedad fue obtenido fraudulentamente, no
implica una modificación de la estructura o el funcionamiento del
sistema acusatorio, pues el Código de Procedimiento Penal permite
actualmente que otras medidas cautelares o patrimoniales como el
embargo o el secuestro sean solicitadas por las víctimas.

En este sentido, el artículo 92 de la Ley 906 de 2004 señala que “El


juez de control de garantías, en la audiencia de formulación de la
imputación o con posterioridad a ella, a petición del fiscal o de las
víctimas podrá decretar sobre bienes del imputado o del acusado las
medidas cautelares necesarias para proteger el derecho a la
indemnización de los perjuicios causados con el delito”.

Por lo anterior, permitir que las víctimas puedan solicitar la


suspensión del poder dispositivo de los bienes sujetos a registro es
plenamente compatible y coherente con el sistema de medidas
cautelares patrimoniales contemplados en la ley 906 de 2004. La
circunstancia de que las víctimas no estén específicamente
legitimadas en la norma demandada para solicitar la suspensión del
poder dispositivo constituye una simple omisión legislativa que
tampoco fue justificada en el debate del proyecto de Código de
Procedimiento Penal en el Congreso de la República.

(iii) Finalmente, otorgar a la víctima esta facultad tampoco afecta el


principio de igualdad de armas ni representa un desequilibrio
para las partes, el cual exige que los actores sean contendores que se
72

enfrentan ante un juez imparcial en un debate al que ambos deben


entrar con las mismas herramientas de ataque y protección186.

En este sentido, en el marco del proceso penal, las partes


enfrentadas, esto es, la Fiscalía y la defensa, deben estar en
posibilidad de acudir ante el juez con las mismas herramientas de
persuasión, los mismos elementos de convicción, sin privilegios ni
desventajas, a fin de convencerlo de sus pretensiones procesales187.

Otorgar a la víctima la facultad de solicitar la suspensión del poder


dispositivo de los bienes sujetos a registro cuando existan motivos
fundados para inferir que el título de propiedad fue obtenido
fraudulentamente no afecta la igualdad de armas, pues la defensa
puede ejercer frente a esta medida todas las garantías propias del
derecho a la defensa en igualdad de condiciones.

3.7.2.4. En cuarto lugar se requiere que la falta de justificación y


objetividad genere para los casos excluidos de la regulación legal
una desigualdad negativa frente a los que se encuentran amparados
por las consecuencias de la norma. En este caso, es claro que se
genera una desigualdad negativa, pues las víctimas son las primeras
interesadas en que se suspenda el poder dispositivo de los bienes
sujetos a registro cuando existan motivos fundados para inferir que el
título de propiedad fue obtenido fraudulentamente, debido a que se
encuentran sufriendo un perjuicio derivado de esta situación, por lo
cual deberían ser las primeras legitimadas para solicitar esta medida.

En este aspecto se reitera que este instrumento ha tenido en Colombia


finalidades directamente relacionadas con los derechos de las víctimas,
como evitar que continúe generándose un perjuicio en su contra, por lo
cual éstas deben poder solicitar su aplicación y negarles esta facultad
les priva de un recurso judicial efectivo frente al restablecimiento del
derecho que no será materializado si el delito sigue produciendo efectos
jurídicos.

3.7.2.5. Finalmente se requiere que la omisión sea el resultado del


incumplimiento de un deber específico impuesto por el
constituyente al legislador.

En este caso, la Constitución exige la protección de los derechos de las


víctimas, lo cual constituye un pilar fundamental reconocido por esta
Corporación y constituido por el compromiso del Estado Social y
Democrático de Derecho de respetar, proteger y garantizar los derechos

186 Sentencias de la Corte Constitucional C-025 de 2010, M.P. Humberto Antonio Sierra
Porto y C-536 de 2008, M.P. Jaime Araujo Rentería.
187 Sentencia de la Corte Constitucional C-536 de 2008, M.P. Jaime Araujo Rentería.
73

de la sociedad y de las víctimas 188, tal como requieren la Declaración


Universal de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, el Preámbulo de la Constitución y especialmente sus
artículos 1, 2, 5, 86, 87, 88 y 241-1, 93, 94, 229 y 215-2.

Al respecto cabe señalar que privar a las víctimas de la posibilidad de


solicitar que se suspendan o cancelen los registros obtenidos
fraudulentamente afecta en especial: (i) el derecho al restablecimiento
del derecho, que se vulnera si se permite que los registros obtenidos
fraudulentamente sigan circulando en el tráfico jurídico, aumentando los
perjuicios causados a la víctima y (ii) el derecho a la reparación, en
especial el derecho a la restitución, que solamente será posible si se
vuelve al estado anterior al delito, cancelándose los registros obtenidos
fraudulentamente.

Por lo anterior, se cumplen los requisitos para el reconocimiento de una


omisión legislativa relativa relacionada con la no consagración de la
facultad de las víctimas de la suspensión del poder dispositivo de los
bienes sujetos a registro cuando existan motivos fundados para inferir
que el título de propiedad fue obtenido fraudulentamente.

4. DECISIÓN

Con fundamento en las consideraciones precedentes, la Sala Plena de la


Corte Constitucional, administrando justicia en nombre del pueblo y por
mandato de la Constitución,

RESUELVE:

PRIMERO: Declarar EXEQUIBLE el inciso primero del artículo 101 de la


Ley 906 de 2004 por los cargos analizados en la presente sentencia, en el
entendido que la víctima también puede solicitar la suspensión del poder
dispositivo de los bienes sujetos a registro cuando existan motivos fundados
para inferir que el título de propiedad fue obtenido fraudulentamente.

JORGE IVÁN PALACIO PALACIO


Presidente

MARÍA VICTORIA CALLE CORREA MAURICIO GONZÁLEZ CUERVO


Magistrado Magistrado
Ausente con excusa
188Sentencia de la Corte Constitucional C-589 de 2013, M.P. Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
74

LUIS GUILLERMO GUERRERO PÉREZ ALBERTO ROJAS RÍOS


Magistrado Magistrado

NILSON PINILLA PINILLA GABRIEL EDUARDO MENDOZA MARTELO


Magistrado Magistrado

JORGE IGNACIO PRETELT CHALJUB LUIS ERNESTO VARGAS SILVA


Magistrado Magistrado

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Secretaria General

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