Trabajo de Estabilidad Laboral Del Funcionario Publico

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

DEFENSORÍA DEL PUEBLO

FUNDACIÓN JUAN VIVES SURIA


ESCUELA NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS
DIPLOMADO EN DERECHOS HUMANOS LABORALES

ESTABILIDAD LABORAL DEL FUNCIONARIO PUBLICO EN VENEZUELA


DESARROLLAR A NIVEL DE LA LEY DE LAS DOCTRINAS Y
JURISPRUDENCIAS

PARTICIPANTE:
Juan José Díaz Arvelo cédula de identidad Nro. 12399715
FACILITADOR: Abg. Rogelio Arzola
Horario nocturno Semestre 2023 - I

Caracas, Agosto 2023


Para poder dar una opinión personal sobre este tópico en donde trataremos
un poco lo extenso de lo que es la materia laboral por lo comprendido en la
estabilidad laboral en lo concerniente al funcionario o como es expresado en la
actualidad como servidor público por lo que esta contemplado en nuestra ley
máxima que es la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por
consiguiente La Estabilidad Laboral es reconocida por la Carta Fundamental, al
establecer: “La Ley garantizará la estabilidad en el trabajo y dispondrá lo
conducente para limitar toda forma de despido no justificado. Los despidos
contrarios a esta Constitución son nulos” (Art. 93). La Inamovilidad Laboral
decretada implica que, a partir del 1 de enero de 2023, el empleador no puede
despedir, desmejorar o trasladar a un trabajador sin justa causa calificada
previamente por el Inspector del Trabajo de la jurisdicción.

Los trabajadores a tiempo indeterminado, a partir del primer mes de


prestación de servicio. Los trabajadores contratados por tiempo determinado,
mientras no haya vencido el término del contrato. Gozarán de la inamovilidad, los
trabajadores referidos en el artículo 87 de la LOTTT, exceptuando aquellos
trabajadores que ejerzan cargos de dirección, así como los trabajadores de
temporada u ocasionales. El artículo 2 de dicho Decreto establece que “Los
trabajadores amparados por la prórroga de la inamovilidad laboral especial no
podrán ser despedidos, desmejorados ni trasladados, sin justa causa, calificada
previamente por el Inspector del Trabajo de la jurisdicción, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 453 de la misma ley.

A lo que podemos decir con respecto al funcionario público o servidor público


es que la estabilidad de los funcionarios de carrera en materia funcionarial,
contrastándola con la inamovilidad laboral; la forma en que ha de garantizarse; los
casos en que la estabilidad cede y cómo es tratada en estatutos especiales, con
referencia particular al Ministerio Público en razón de una normativa recientemente
dictada. Durante la vigencia de la Ley de Carrera Administrativa, se desarrolló un
amplio bagaje jurisprudencial en general, en especial sobre la estabilidad del
funcionario público y de quienes ejercen la función pública. Sin embargo, a partir de
la entrada en vigencia de la Ley del Estatuto de la Función Pública, ante la omisión
de ciertos principios protectores de la estabilidad, pareciera que cambia el
panorama. La situación se complica ante la ausencia de exposición de motivos de
dicha Ley y la carencia de los debates en su discusión, condición que impide,
además, poder realizar el análisis de la intención del legislador.

De esta manera, la intención de este trabajo es poder analizar el principio y


derecho a la estabilidad del funcionario público, como el derecho individual propio
de los funcionarios de carrera de mayor trascendencia, así como las instituciones y
principios que lo garantizan, comparando ésta con la estabilidad laboral y su
supervivencia ante las omisiones de la Ley del Estatuto de la Función Pública, así
como la relación de estabilidad en algunos otros estatutos funcionariales; debiendo
aclarar que a la elaboración y conclusión de este trabajo y desde hace varios años
se anuncia la reforma de la Ley del Estatuto de la Función Pública, a través de los
poderes especiales solicitados por el Presidente de la República Bolivariana de
Venezuela.- En Venezuela, el concepto de empleo público ha tenido sus vaivenes
en tanto y cuanto la relación de empleo público que privó en el momento dependía
necesariamente del gobierno de turno, al punto que en 1842 se prevée la necesidad
de otorgar cierta estabilidad al empleado público. De esta forma se dicta una Ley
Sobre Jubilaciones de Empleados Públicos como un logro de la Oligarquía
Conservadora, que, a decir de José Gil Fortoul, la misma “…pensó… que no era
posible asegurar la competencia y estabilidad de la administración sin mantener a
favor de los empleados públicos el aliciente y el derecho a la jubilación. Y lo
reglamentó por Ley del 9 de mayo de 1842, según el cual, los empleados de
hacienda, los del ramo judicial y los demás funcionarios con renta fija, tienen
derecho a una pensión vitalicia…”, estableciendo la jubilación como beneficio
producto de la permanencia en el cargo, posteriormente derogada en el año 1847 y
señalando en los considerando del Decreto derogatorio lo siguiente: En un gobierno
popular y alternativo no pueden los empleados ser diuturnos, sin que se mine por
una parte la base del sistema, y por otra se cierren las puertas del mérito y derechos
de los demás ciudadanos con grave perjuicio a la igualdad, de la justicia y de la
moral política y civil; por consiguiente, en permitirse la prueba de una larga duración
en los empleos, que es cabalmente la obligación que se impone a los que pretenden
jubilarse, se ostenta un contraprincipio que refluye en deshonor del republicanismo
venezolano.

Sin embargo, toda vez que la Ley del Estatuto de la Función Pública rige las
relaciones de empleo entre los funcionarios y las administraciones públicas
nacionales, estadales y municipales, quedan expresamente fuera de su ámbito de
aplicación, una serie de órganos, bien porque tienen su propio estatuto o Ley, o bien
porque se tratan de órganos con autonomía especialmente normativa, tales como
los del Poder Ciudadano Debe señalarse que si bien es cierto, estos órganos
constitucionales gozan de autonomía y que de conformidad con la Constitución y las
leyes que le regulan, deben dictar sus propios estatutos de personal a los fines de
regular la relación para con sus empleados y funcionarios, no es menos cierto que la
Constitución preconiza la carrera, tal como señaláramos en lo que respecta al Poder
Público, es por ello entonces que debe entenderse que la función pública en todos
los órganos del Estado debe partir del mismo principio. LA ESTABILIDAD DEL
FUNCIONARIO PÚBLICO DE CARRERA es en tal sentido, debemos traer a
colación lo expuesto al respecto en la exposición de Motivos de la República
Bolivariana de Venezuela, es referido a la función pública; que si bien es cierto
refiere a la Administración Pública, no es menos cierto que su sustento encuentra
raíces en los principios y postulados previstos en el Preámbulo y en desarrollo
mismo de la Constitución.

El artículo 286 Constitucional señala que la Ley determinará lo relativo a la


organización y funcionamiento del Ministerio Público, proveerá lo conducente para
asegurar la idoneidad, probidad y estabilidad de los fiscales y “…establecerá las
normas para garantizar un sistema de carrera para el ejercicio de la función”,
derogando el sistema anterior, mediante el cual el fiscal era designado para ejercer
funciones por un periodo determinado; sin embargo la Ley que regula al órgano
desde 1998 (Ley Orgánica del Ministerio Público), instituyó la Carrera Fiscal, siendo
una de sus principales reformas que ameritó la inclusión de un Título (Título VI)
referido a “la carrera de los fiscales y funcionarios del Ministerio Público Si bien es
cierto, dicho estatuto prevé la carrera y por ende su protección y su derivado de la
noción de estabilidad, injustificadamente excluye de la carrera a muchos
funcionarios, a nuestro entender, de manera indebida, pues En cuanto a los
funcionarios de alto nivel, incorporan a los subdirectores, cuyas funciones son
propias de confianza, pues al existir un director, el subdirector no hace más que
seguir los lineamientos del directos, sin que le sea dable tomar decisiones propias o
impartir políticas o lineamientos; mucho menos los jefes de división, departamento y
unidad, calcando y extendiendo los considerados en el nefasto Decreto 211;
Considera como de confianza almacenistas, supervisores de mantenimiento,
reproducción y de manera general a todos los comunicadores sociales del
organismo, sin determinar las razones y sin que se pueda desprenderse de las
funciones propias de dichos cargos; y Basta con emitir un nombramiento indicando
que el cargo es de libre nombramiento y remoción, sin detenerse en si se trata de
alto nivel o confianza, para, considerarlo como tal.

Sin embargo, se entiende que cualquier persona fuera de la extensa lista de


exclusiones se considera como de carrera, incluyendo los fiscales.- por lo que
podemos concluir que el régimen de la función pública siempre ha estado regido por
sus propias normas distintas del derecho laboral. Tiene su propio estatuto donde se
establecen tareas públicas asignadas a funcionarios que éstos tienen el deber de
cumplir, lo cual se diferencia de la relación contractual que priva en el derecho
laboral. Sin embargo, la función pública se ha ido laboralizando con el paso del
tiempo. En muchos casos esa laboralización ha derivado de cambios legislativos, en
otros han sido producto de los hechos, que en materia laboral, han sido
históricamente canales naturales para avances y reivindicaciones. En el presente
artículo me propongo realizar un análisis del proceso de laboralización de la función
pública tocando aspectos como el ingreso, estabilidad y el derecho colectivo del
trabajo en la función pública.-

También podría gustarte