Capa Límite Planetaria

CAPA LÍMITE PLANETARIA
Concepto, propiedades y evolución

La capa límite planetaria, también conocida como: PBL (Planetary Boundary Layer) o CBL
(Convective Boundary Layer), es el estrato de aire perteneciente a la troposfera, a través del cual,
los contaminantes liberados desde la superficie terrestre son transportados y difundidos a través
de la atmósfera. Es decir, el volumen de aire donde quedan retenidas las emisiones producidas en
la superficie mezclándose con los componentes atmosféricos.
La mayor parte de los residuos volátiles no llegan a ascender más de unos cuantos
centenares de metros. El aire en esta zona de la atmósfera está en contacto con la superficie
terrestre y su movimiento está afectado por la rugosidad de ésta. Ello da lugar a que se produzcan
turbulencias y en consecuencia que tenga lugar una mezcla constante con los propios
componentes atmosféricos. Es por esta razón que a esta zona más baja de la atmósfera terrestre
también se le denomina capa de mezcla.
Para comprender mejor el concepto de capa límite, hay que entender que la naturaleza de
la capa límite condensa una enorme complejidad. En dicha capa, el régimen turbulento domina los
movimientos del aire y la activación solar es un factor determinante que regula el ciclo diario de su
evolución. Los cambios de sus grados de estabilidad, su capacidad dispersiva y su estructura
vertical son algunas de las características que definen y diferencian este estrato de aire de la
atmósfera libre.
En cuanto a la turbulencia, se caracteriza por su tridimensionalidad y su carácter altamente
aleatorio e irregular. El carácter difusivo de la turbulencia es una de las propiedades más
importantes en esta capa, ya que es precisamente la difusividad lo que facilita la mezcla de las
distintas propiedades del aire y de los vertidos que en las capas bajas se producen. Las
consecuencias asociadas a las emisiones de contaminantes por la actividad humana están
directamente relacionadas con esta propiedad de la turbulencia atmosférica en la capa límite.
La capa límite atmosférica presenta una escala temporal característica. Dicha escala
recoge la importante dependencia de la altura de la capa de mezcla con la actividad solar, de
forma que su crecimiento, desarrollo y decrecimiento están condicionados por la aportación
energética del sol. De esta forma, la capa límite presenta un carácter nocturno y diurno claramente
diferenciado. Esto se entiende bien explicando la propiedad de los grados de estabilidad del capa
límite.
Como ya he señalado anteriormente, la estructura de esta capa se encuentra directamente
influenciada por la fricción y los intercambios energéticos con la superficie terrestre. Es por ello por
lo que en la capa límite pueden manifestarse tres estados: estabilidad, inestabilidad y neutralidad.
Estos tres estados determinan la evolución diaria del espesor de dicha capa al estar directamente
asociados con el ciclo diurno de actividad solar. Las condiciones de estabilidad de la capa límite
se manifiestan, normalmente, durante la noche, cuando la ausencia de aportación energética del
sol provoca la formación de inversiones de temperatura en las proximidades de la superficie
terrestre. En estas condiciones estables la mezcla que se produce en esta capa es bastante
pequeña.
Con la salida del sol, las condiciones inestables comienzan a manifestarse. Cuando el
calentamiento de la superficie terrestre es transmitido hacia la atmósfera, destruye la inversión
radiativa formada durante la noche. De esta forma, la capa límite presenta una intensa agitación
que se traduce en un incremente del espesor. El volumen de aire afectado por el calentamiento
del suelo llega a alcanzar su máximo valor durante las horas centrales del día, suele decirse que
este valor ronda los 1000 metros de altura, aunque en condiciones de fuerte inestabilidad puede
llegar a aumentarse hasta cinco veces, llegando a los 5000 metros.
Las condiciones neutras en la atmósfera son menos frecuentes. Suelen estar asociadas a
situaciones de fuertes vientos con cielos cubiertos en los que el efecto de transporte del viento y el
escaso calentamiento del suelo se traducen en atmósferas de escasa mezcla vertical. Estas
condiciones suelen producirse al final de día, cuando el cese de la aportación energética del sol
provoca el colapso de la capa de mezcla con una disminución rápida de su espesor, lo que suele
traducirse en una estratificación cercana o igual a la neutralidad, configurando lo que recibe el
nombre de capa límite residual. Esta circunstancia ocasiona un estancamiento de los
contaminantes que pueden permanecer en dicha capa sin apenas mezclarse hasta el día
siguiente. Aumentando así los niveles de contaminación de forma significativa. Para comprender
mejor esta evolución, el siguiente gráfico es muy representativo. Siendo AM amanecer y AN
anochecer:
De esta forma, la capa límite atmosférica evoluciona a lo largo del día con unos valores
entre los 100 y los 5000 metros, dependiendo mayoritariamente de los flujos de calor que se
generen con la superficie terrestre y de la hora del día en que nos encontremos. Como contraste,
en los océanos apenas se da variación de espesor, debido a que la masa de agua es capaz de
absorber la mayoría del calor proveniente del sol. De este modo, la capa límite apenas varía un
10% durante el transcurso del día.
En este esquema observamos otros conceptos tratados en este apartado:
Implicaciones de cara a la calidad del aire

La capa límite atmosférica es muy importante cuando hablamos de la calidad del aire, ya
que es precisamente en esta capa donde la polución queda atrapada evitando así que acceda a
niveles superiores en la atmósfera, donde reaccionaría con el ozono. Así mismo, es en esta capa
y gracias a la turbulencia que en ella se produce, donde se dan los movimientos de aire que
transportan el agua y el oxígeno, fundamentales para la vida en la tierra.
Otro aspecto importante es la relación que existe entre su espesor y el nivel de
contaminación que se encuentra retenido en esta capa. La delimitación del volumen que hemos
visto produce una disminución de la visibilidad en las capas bajas de la atmósfera, lo que es cada
vez más evidente en las áreas de influencia de los grandes núcleos urbanos e industriales.
Como he señalado anteriormente, la propiedad de la turbulencia está íntimamente
relacionada con la calidad del aire que respiramos. Un ejemplo de ello se produce con elevada
frecuencia en nuestras latitudes a lo largo del año tanto en los periodos invernales, bajo
situaciones de gran estabilidad, como durante el verano, cuando los procesos fotoquímicos
favorecidos por las condiciones meteorológicas pueden determinar situaciones de riesgo para la
salud humana. En estos casos, el conocimiento de la capacidad difusiva de la atmósfera y
particularmente de la capa límite, juega un papel primordial.

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