Argumentacion Juridica Contemporanea (Angel Luis)

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 12

Nombre y Apellidos:

Ángel Luis Reyes Camilo

Matrícula:
BA-18-30600

Tema:
Argumentación Jurídica Contemporánea

Materia:
Argumentación Jurídica

Profesor:
Yeudy Emmanuel Pérez
Argumentación Jurídica Contemporánea

Argumentación Jurídica y Lógica Jurídica

La lógica es la rama de la Filosofía que se encarga de los métodos para evaluar


argumentos o razonamientos de manera correcta, es decir, el estudio de
métodos para evaluar si las premisas de un argumento apoyan de una forma
adecuada a su conclusión; ésta fue la idea de la que se partió en la antigüedad
al desarrollar las primeras teorías lógicas.

La lógica es primordial en el campo del derecho, en donde toma el nombre de


lógica jurídica y es la parte de la lógica que examina de manera formal las
operaciones intelectuales de los juristas, abogados litigantes, investigadores o
funcionarios dedicados al ejercicio de la norma jurídica, todos los productos
mentales de sus operaciones, en especial sus juicios y razonamientos jurídicos.

En la Lógica Jurídica La fuente del conocimiento es la razón, creando


conocimiento jurídico que permite resultados y razonamientos precisos.

Puede decirse que la argumentación jurídica va más allá de la lógica jurídica,


pues como se ha visto con anterioridad, los argumentos jurídicos se pueden
estudiar también desde una perspectiva psicológica o sociológica, o bien desde
una perspectiva no formal, que a veces se denomina lógica material o lógica
informal, y otras veces tópica, retórica, dialéctica, etc.

Por otro lado, la lógica jurídica va más allá de la argumentación jurídica, en el


sentido de que tiene un objeto de estudio más amplio. Para aclarar esto se puede
seguir utilizando una conocida distinción efectuada por Bobbio (1965) dentro de
la lógica jurídica. En su opinión, la lógica jurídica estaría constituida por la lógica
del derecho, que se centra en el análisis de la estructura lógica de las normas y
del ordenamiento jurídico, y por la lógica de los juristas, que se ocupa del estudio
de los diversos razonamientos o argumentaciones de los juristas teóricos o
prácticos.
Principios y Axiomas Lógicos

El término axioma es traducido como rango, reputación, dignidad (dignitas). Por


axioma entendemos lo que es digno de ser valorado y estimado, aquellos
principios supremos, necesarios, universales, y por otra parte evidentes,
conforman todo lo existente, todo lo que pueda existir. Son por ello el esquema
metafísico de todo lo existente, de todo lo posible y de todo lo pensable, es decir,
de todos los estratos ontológicos del Ser. Los entes lógicos como los demás
entes, deben conformarse con ellos. Leibniz llamó axioma a toda proposición
necesaria indemostrable, cuya contraria implica contradicción.

Las leyes lógicas son proposiciones universales, necesarias, evidentes y


verdaderas. Dichas leyes son cuatro, el principio de identidad, el de
contradicción, el de tercero excluido y el de razón suficiente.

El principio de identidad

El principio de identidad puede formularse brevemente de la siguiente manera:


todo ser es uno y el mismo; se afirma que este principio se capta por intuición
inmediata; un ser u objeto sólo se representa en sí mismo lo que es en su aspecto
integral y no puede ser ningún otro. No obstante, la mayoría de autores enuncian
este principio como sigue: Todo objeto es idéntico a sí mismo y dicho como está,
está mal porque no es idéntico, sino el mismo.

Aristóteles fue el primero en hablar del principio de identidad, pero no le daba el


peso necesario para demostrar la verdad; éste en términos de Parménides, se
puede resumir así: “...que un pensamiento es idéntico a sí mismo, si los objetos
que refleja, no se transforman en el momento que los utilizamos o si podemos
abstraernos de sus cambios”.

Principio de Contradicción

Enseña que dos juicios contradictorios no pueden ser ambos verdaderos. El


principio jurídico dice “dos normas de derecho contradictorias no pueden ser
válidas ambas”, Este principio se ha considerado como el fundamento clásico de
las verdades; ninguna proposición es al mismo tiempo verdadera y falsa.

En la lógica ningún objeto puede ser y no ser al mismo tiempo, o es verdadero o


es falso, o es o no es, o se niega o se afirma; por lo que podemos observar este
principio se puede aplicar en nuestro tiempo y es correcto.

El principio de contradicción nos dice que es imposible afirmar y negar que una
cosa sea y no sea al mismo tiempo y bajo la misma circunstancia.

Esta forma lógica no es aplicable en el derecho pues si un sistema presenta


contradicciones, el mismo sistema se encarga de corregirlas, empleando modos
lógicos de corrección, para que continúe siendo válido todo el orden jurídico; de
lo contrario si aplicamos el principio de contradicción al Derecho eliminaría las
reglas para el comportamiento humano.

En el campo procesal es necesaria la existencia de contradicciones, si no sería


imposible la litis, dentro del proceso judicial y mediante la aplicación de la no
contradicción, se puede establecer la verdad procesal en cada caso.

Principio de tercero excluso

El principio de tercero excluso nos dice “de dos juicios que se niegan, uno es
necesariamente verdadero”, que una cosa es o no es, no cabe un término medio:
Este principio muestra la forma negativa del anterior; ya que excluye, deja afuera
una tercera posibilidad entre lo que es ó no es. Entre los opuestos contradictorios
no hay un tercero.

La explicación que forzosamente debe darse es que si dos objetos son de


naturaleza distinta aún cuando sirvan para un mismo objeto, son distintos y no
hay tercero entre ellos que se oponga y de la misma forma es correcto.
Desde el punto de vista ontológico: significa que un ente no posee determinada
propiedad, o la posee. No hay lugar para una tercera posibilidad. Ejemplo: el
sindicado es culpable o inocente.

Desde el punto de vista lógico: está muy relacionado con el principio de


contradicción.

Principio de Razón Suficiente

El principio de razón suficiente nos señala que “para considerar que una
proposición es completamente cierta, ha de ser demostrada, es decir, han de
conocerse suficientes fundamentos en virtud de los cuales dicha proposición
tiene que ser verdadera”.

Todo ser tiene una razón de ser, Alfredo Deaño afirma al respecto: "He aquí la
especificidad del orden lógico. Es el orden que la razón misma establece en su
operar... la Lógica queda caracterizada como ciencia doblemente racional, como
ciencia en la que la razón se dobla, por así decir, sobre sí misma para dirigir sus
propios actos".

Las formas elementales del pensamiento.

La lógica formal investiga el concepto, el juicio y el razonamiento. Estas formas


elementales permiten el conocimiento. El concepto consiste en recoger con la
mente; el juicio consiste en una conexión enunciativa de conceptos; y por último,
el razonamiento consiste en la secuencia ordenada y coherente expresada en
una estructura de pensamiento.

La estructura del pensamiento, desde el punto de vista de su corrección es a lo


que llamamos formas lógicas del pensamiento, dentro de las cuales podemos
distinguir tres formas fundamentales:
El Concepto: reflejo en la conciencia del hombre de la esencia de los objetos o
clases de objetos, de los nexos esenciales sometidos a ley de los fenómenos de
la realidad objetiva.

Juicios: Un juicio es el pensamiento en el que se afirma o niega algo.

Razonamiento: Es la forma de pensamiento mediante la cual se obtienen


nuevos juicios a partir de otros ya conocidos.

Predicables y categorías Aristotélicas

Los predicables son los predicados que pueden intervenir en una definición.
Todo concepto es un predicable, esto es, puede predicarse a algún sujeto u
objeto, por ejemplo, si decimos: el pantalón es verde, estamos predicando que
el pantalón es de color verde.

Categorías

Son conceptos supremos que abarcan la realidad y que se aplican por igual a un
número muy extenso de seres. Aristóteles la dividió en 10 categorías: una
sustancia y 9 accidentes.

Sustancia: es todo lo que existe en si mismo y no en el otro y permanece a pesar


de los cambios ocurridos.

Ejemplo: Luis Martínez, el hombre, el perro, etc.

Accidente: es aquello que para ser necesita estar en otro. Son las
modificaciones que ocurren en la sustancia. Ejemplo: una manzana verde.

1. Cantidad: todo aquello que puede ser medible, peso, estatura, IQ etc.

2. Relación: mayor que Juan, menor que María, hijo de… madre de …
3. Cualidad: capacidades (virtudes) y disposiciones físicas(mudables)

4. Lugar: Lugar físico en el que se encuentra la sustancia

5. Tiempo: año, fecha de nacimiento, etc.

6. Situación: acostado, sentado, inclinado, etc.

7. Estado: modo específico en el que se encuentra la sustancia

8. Acción: la acción que la sustancia este realizando

9. Pasión: padecimientos, enfermedades, emociones, estados de ánimo, etc.

Razonamiento Deductivo.

Se llama razonamiento deductivo al proceso mental que parte de una serie de


datos generales para llegar a una conclusión específica. Este tipo de
razonamiento se basa en la idea de que, si se tienen premisas verdaderas y se
sigue un proceso lógico adecuado, entonces la conclusión resultante también
será verdadera.

Características del razonamiento deductivo

Lógico: La lógica es fundamental en el razonamiento deductivo, ya que el


proceso de deducción se basa en el seguimiento de un conjunto de reglas y
principios lógicos.

Conclusivo: Tiene como objetivo alcanzar una conclusión lógica a partir de unas
premisas o proposiciones que se asumen como verdaderas. Por tanto, la
conclusión obtenida al final del razonamiento deductivo debe ser
necesariamente cierta, siempre y cuando las premisas sean verdaderas y el
proceso deductivo haya sido correcto.

Sistemático: Es un proceso ordenado y sistemático. Se debe seguir una


metodología precisa para garantizar que la conclusión obtenida sea cierta. Este
proceso sigue un orden lógico y secuencial que nos lleva desde las premisas
hasta la conclusión final.

Analítico: Implica un análisis riguroso y detallado de las premisas. Esto significa


que se deben considerar todos los detalles y aspectos de las premisas, para
llegar a la conclusión más precisa y objetiva. Cualquier detalle importante debe
ser analizado cuidadosamente para garantizar que la conclusión sea correcta.

Universal: Se aplica universalmente, ya que su validez es independiente de


cualquier contexto. Por lo tanto, el razonamiento deductivo es siempre válido
independientemente de la materia en la que se aplique.

Silogismos

En lógica, un silogismo es un método de razonamiento, tanto inductivo como


deductivo. Su nombre proviene del griego syllogismós y fue estudiado por la
filosofía de la antigüedad griega, especialmente por Aristóteles (384-322 a. C.),
quien fuera el primero en formularlo.

Se trata de un método fijo de razonamiento lógico que consta de tres partes: dos
premisas y una conclusión, esta última obtenida a raíz de las dos primeras.

Todo silogismo pone en relación dos partes mediante juicios, o sea, de su


comparación. Al primero, Aristóteles llamaba premisa mayor, al segundo premisa
menor y a la conclusión consecuente. Dichas partes suelen ser entendidas como
proposiciones, susceptibles de tener un valor verdadero (V) o falso (F).
La lógica silogística o de silogismos es abundantemente practicada en la lógica
proposicional, dentro de estudios matemáticos o informáticos, y también dentro
del estudio de la filosofía.

Neil Maccormick y su teoría integradora de la argumentación


jurídica.

MacCormick trata de armonizar la razón práctica kantiana con el escepticismo


humano; de mostrar que una teoría de la razón práctica debe completarse con
una teoría de las pasiones; de construir una teoría que sea tanto descriptiva
como normativa, que dé cuenta tanto de los aspectos deductivos de la
argumentación jurídica, como de los no deductivos, de los aspectos materiales.

La argumentación práctica en general, y la argumentación jurídica en particular,


cumplen para MacCormick una función de justificación. Esta función justificatoria
está presente incluso cuando la argumentación persigue una finalidad de
persuasión, pues sólo se puede persuadir si los argumentos están justificados.

Toda la teoría de MacCormick sobre la argumentación jurídica y sobre la


argumentación práctica en general gira en torno a la siguiente tesis: “lo que nos
hace adherirnos a determinados principios antes que a otros es tanto nuestra
racionalidad como nuestra afectividad.

MacCormick parte de considerar que, al menos en algunos casos, las


justificaciones que llevan a cabo los jueces son de carácter estrictamente
deductivo.

Advierte que lo que la lógica determina es la obligación del juez de fallar en el


sentido indicado, pero no el fallo del juez como tal.

A pesar de la anterior cautela, alguien podría afirmar todavía que, de todas


formas, la decisión del juez no es lógica. Ello plantea un par de cuestiones de
cierto interés.
La primera es que la expresión lógica suele usarse al menos en dos sentidos
distintos:

En un sentido técnico (el de la lógica deductiva) el predicado lógico se emplea


básicamente en relación los argumentos con las inferencias; las premisas sólo
serían lógicas si fueran contradictorias.

En un sentido justo, la decisión es inconsistente con directrices generales o con


principios del derecho, o que va en contra del sentido común; en definitiva, que
no habría que haber aceptado alguna de las premisas de la argumentación. El
derecho puede no ser lógico en el segundo sentido, pero tiene que serlo en el
primero.

Segunda cuestión la existencia de reglas del derecho adjetivo que regulan la


carga de la prueba pone de manifestó la relevancia que tiene la lógica deductiva
para la justificación de las decisiones jurídicas. La razón de ello es que de una
norma de la forma p-q (si se da el supuesto de hecho p, entonces deben seguirse
las consecuencias jurídicas q) y de un enunciado de la forma p (no es el caso, o
no ha sido probado, p), no se sigue lógicamente nada. Para poder inferir q, esto
es, que no deben seguirse las consecuencias jurídicas q, es necesario añadir
una nueva premisa de la forma -p -> (si no se da el supuesto de hecho p,
entonces no deben seguirse las consecuencias jurídicas q), que, no es otra cosa
que la regla de carga de la prueba que el juez tomó en consideración en el fallo
comentado.

Robert Alexy y la Teoría de la Argumentación Jurídica como


Discurso Racional

Esta teoría habermasiana del discurso racional práctico sirve como base teórica
e inspiración para la teoría de argumentación jurídica de Alexy, y, a su vez, la
construcción de la teoría de la argumentación jurídica es la columna vertebral de
su teoría del Derecho.
Una de las ideas fundamentales de la teoría de la argumentación jurídica de
Robert Alexy es que ésta es una actividad lingüística que «trata de la corrección
de los enunciados normativos, por lo que, en el sentido anteriormente referido,
es posible hablar de un tipo de discurso práctico. El discurso práctico jurídico es,
según Alexy, un caso especial del discurso práctico general. El discurso práctico
jurídico coincide con el discurso práctico general en que: 1) las discusiones
jurídicas se refieren a cuestiones prácticas, es decir, a cuestiones acerca de lo
que hay que hacer u omitir, o sobre lo que puede ser hecho u omitido, y 2) estas
cuestiones son discutidas desde el punto de vista de la pretensión de corrección;
y se diferencia del discurso práctico general, porque el discurso jurídico se
desarrolla bajo condiciones de limitación específicamente jurídicas. En este
sentido, el discurso jurídico se define, por una parte, por reglas y formas del
discurso práctico y, por otra, por reglas y formas características del discurso
jurídico.

Manuel Atienza y su Proyecto de Teoría de la Argumentación


Jurídica.

Para Atienza, el enfoque argumentativo en el derecho en general, sería un


fenómeno que parte de los cambios sociales y jurídicos de fines del siglo XX
trayendo como consecuencia la crisis definitiva del formalismo, de los
positivismos normativista y realista, del iusnaturalismo y de las teorías críticas.

Lo que Atienza llamó “constitucionalismo” o “pospositivismo” y ahora ha perfilado


y prefiere llamar “constitucionalismo pospositivista” se caracterizaría por los
siguientes diecisiete elementos que sintetizaré, pero sin evitar los solapamientos
que se dan indudablemente entre ellos: a) una estructura del sistema jurídico
que se esclarece en la interacción de principios y reglas; b) una tendencia a la
consideración de las normas sobre todo en su rol en el razonamiento práctico; c)
la idea de que el derecho es una práctica social compleja que incluye no sólo
normas, sino también procedimientos y valores; d) la importancia de la
interpretación vista, sobre todo, como un proceso racional; e) la interrelación
entre el lenguaje descriptivo y el prescriptivo, y la reivindicación del carácter
práctico del derecho; f) el paso de la validez meramente formal a una también
sustancial-constitucional; g) el paso de una jurisdicción meramente legalista a
una también principialista; h) la tesis de que entre derecho y moral existe un
vínculo necesario o intrínseco; i) la tendencia a la integración de la razón práctica
jurídica, moral y política; j) la idea de que la razón jurídica no es meramente
instrumental, sino que está guiada por la corrección y la justicia; k) la defensa de
algún tipo de pluralismo jurídico; l) la importancia de la justificación racional de
las decisiones para la consolidación de la democracia; m) la convicción de que
existen criterios objetivos que dotan de racionalidad a la justificación jurídica; n)
la consideración de que la moral que incorpora el derecho no es sólo la positiva,
sino también una “crítica” o racionalmente justificada; o) el pragmatismo
filosófico, en el sentido de una primacía de la práctica; p) un objetivismo ético
mínimo, y q) el reconocimiento de la ambigüedad del derecho fruto de su
naturaleza tanto autoritativa como valorativa.

A su modo de ver, este constitucionalismo pospositivista no sería definitivamente


un “neoconstitucionalismo” con las ambigüedades propias de este término al que
realmente pocos se adscribirían, ni tampoco un tipo de iusnaturalismo o de
iuspositivismo el primero definitivamente superado, mientras que el segundo en
vía irremediable de serlo. Se trataría más bien de una filosofía del derecho no
positivista, y signada por el enfoque argumentativo, la que guardaría una relación
directa, me parece, con lo que ha de ser -a juicio de Atienza- una filosofía del
derecho para el mundo latino en particular, pero válida también para otras
“regiones” del orbe.

También podría gustarte