APLICACIÓN DE BIOFERTILIZANTE COMO ALTERNATIVA A LOS FERTILIZANTES NITROGENADOS EN MAÍZ (Zea Mayz) BAJO CONDICIONES DE INVERNADERO

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UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA

MOLINA
FACULTAD DE AGRONOMÍA

PROYECTO DE TESIS:
“APLICACIÓN DE BIOFERTILIZANTE COMO ALTERNATIVA A
LOS FERTILIZANTES NITROGENADOS EN MAÍZ (Zea mayz) BAJO
CONDICIONES DE INVERNADERO”

PROYECTO PARA OPTAR POR EL GRADO O TÍTULO DE:


INGENIERO AGRÓNOMO

ABIGAIL ANTONIA ALMONACID CASACHAGUA

LIMA-PERÚ
2023
I. INTRODUCCIÓN

Cada vez es más frecuente escuchar afirmaciones acerca de que el sistema alimentario
global se encuentra en una situación de "crisis" o "colapso". Estas declaraciones hacen
referencia a una amplia gama de problemas, desde el hambre, la pobreza y la obesidad,
hasta la agricultura industrial, la excesiva dependencia de fertilizantes químicos y
pesticidas, la oferta de alimentos de baja calidad (o incluso peligrosos), la degradación del
medio ambiente, la pérdida de biodiversidad, las prácticas laborales explotadoras y el
bienestar animal, así como el dominio de las empresas y la falta de capacidad de
recuperación (Ken. Giller, Renske Hijbeek1, Jens y Sumberg, 2021). El ámbito de la
producción alimentaria y agrícola posee una posición singular como uno de los principales
causantes del cambio climático, así como un sector especialmente susceptible a sus
consecuencias más graves. De acuerdo con la mayoría de los análisis, entre el 20% y el
35% de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la actividad humana
están vinculadas al sector de la alimentación y la agricultura, aunque algunos informes
sugieren que esta cifra puede alcanzar el 50% (Clapp, Newell y Brent, 2018).

En la actualidad, la agricultura convencional desempeña una función crucial para satisfacer


la creciente demanda de alimentos de la población humana en constante aumento. Para
lograrlo, se ha incrementado el uso de fertilizantes químicos con el fin de aumentar la
producción de alimentos. Sin embargo, el uso excesivo de estos productos puede provocar
la contaminación del aire y del agua subterránea, ocasionando la eutrofización de cuerpos
de agua y la acidificación del suelo. Además, la contaminación generada por estos
productos contribuye al empeoramiento de la crisis climática. (Itelima, 2018). En los
últimos años, los gobiernos han tomado medidas para hacer frente al grave problema de la
contaminación agrícola de fuentes difusas. Una de estas medidas ha sido alentar a los
agricultores a utilizar sustitutos de fertilizantes químicos, como fertilizantes orgánicos,
biofertilizantes y fertilizantes formulados mediante pruebas de suelo, así como a adoptar
técnicas de producción más limpias, como la agricultura mecanizada y la integración de
agua y fertilizantes. Se busca así reducir el uso excesivo de fertilizantes químicos y sus
efectos negativos en el medio ambiente (Guo, Li, Cao, Cao y Huang, 2021).

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Numerosos estudios han demostrado que la implementación de prácticas de producción
sostenible, como el uso de sustitutos de fertilizantes químicos y técnicas de producción
más limpia, puede reducir efectivamente el uso de fertilizantes, mejorar la calidad del
suelo, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover el desarrollo
ambientalmente sostenible. A pesar de ello, muchos agricultores no parecen estar
dispuestos a utilizar sustitutos de fertilizantes químicos y adoptar tecnologías ambientales.
La principal razón de esto es que las prácticas agrícolas sostenibles suelen tener costos de
producción más altos en términos de demanda de mano de obra, horas de trabajo, gasto en
insumos agrícolas y equipo. Los agricultores que buscan obtener mayores ganancias,
especialmente aquellos que viven en la pobreza, son menos propensos a adoptar prácticas
de producción sostenible. Además, muchos agricultores tienen un nivel educativo bajo y,
por lo tanto, les resulta más difícil absorber nuevos conocimientos y tecnologías (Guo, Li,
Cao, Cao y Huang, 2021).

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II. JUSTIFICACIÓN

Actualmente existe un uso excesivo de fertilizantes químicos en la agricultura


convencional, estos fertilizantes tienen un alto costo ambiental (Paillat et al., 2022). Por
ello la presente investigación busca una alternativa para reducir la dependencia a la
fertilización inorgánica mediante la aplicación de un biofertilizante, ya que el uso de
fertilizantes orgánicos se considera una forma eficiente de mejorar las propiedades físicas,
químicas y biológicas del suelo (Zhai et al., 2022). Al ser el resultado de la
descomposición de materiales de origen animal, vegetal o de ambos, es capaz de mejorar la
fertilidad del suelo, ya que conforma un almacén de nutrientes como nitrógeno, fósforo,
azufre y algunos micronutrientes que se irán liberando de manera paulatina para que las
plantas los puedan aprovechar en su desarrollo, con esto se puede aumentar la
productividad de un cultivo (Torres, 2013). También es importante mencionar que tienen la
capacidad de retener más agua y se utilizan para mejorar la estructura y la fertilidad del
suelo, lo que disminuye el costo de producción de cultivos al mejorar el uso eficiente de
agua (Nadeem Shah et al., 2023).

Los biofertilizantes son una alternativa interesante frente a los fertilizantes químicos, ya
que su aplicación es una práctica agrícola sostenible que puede mejorar la salud del suelo y
promover una producción de alimentos más segura y sostenible. Además de desempeñar
un papel clave en la gestión integrada de nutrientes y en la mejora de la productividad
agrícola, ya que pueden mantener el suelo rico en macro y micronutrientes y participar en
el ciclo de nutrientes, lo que conduce a un mejor crecimiento y rendimiento de los cultivos.
Su aplicación también puede reducir la pérdida de nutrientes y mejorar la eficiencia de los
nutrientes absorbidos por las plantas, incluso según Chichipe y Oliva (2017) reducen la
dependencia de insumos externos de elevado costo económico y ambiental, lo que puede
reducir la necesidad de la aplicación de fertilizantes químicos y, por lo tanto, disminuir su
impacto ambiental negativo (Itelima, 2018).

Por todo lo mencionado anteriormente se espera que aumente el interés por parte de los
agricultores que buscan una transición del sistema de agricultura convencional hacia un
sistema de agricultura con una producción de alimentos sostenible que produzca retornos
económicos más justos para ellos y con un menor impacto ambiental en las áreas agrícolas
(Muscolo et al., 2022).

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III. OBJETIVOS

Objetivo general:
Demostrar que la aplicación de la formulación a partir de leonardita, algas marinas,
estiércol y guano en maíz (Zea mayz), como planta indicadora en condiciones de
invernadero en La Molina, es una alternativa de fertilizante orgánico para una agricultura
más sustentable.

Objetivos específicos:

● Determinar si el empleo de la formulación a partir de leonardita, algas marinas,

estiércol y guano tiene la capacidad de suministrar nutrientes y así mantener los


parámetros morfológicos y fisiológicos del maíz (Zea mayz) como planta
indicadora en condiciones de invernadero en La Molina.

● Evaluar si el empleo de la formulación a partir de leonardita, algas marinas,

estiércol y guano es capaz de ahorrar agua en maíz (Zea mayz) como planta
indicadora en condiciones de invernadero en La Molina

● Comprobar que el empleo de la formulación a partir de leonardita, algas marinas,

estiércol y guano tiene la capacidad de reducir la salinidad del suelo del maíz (Zea
mayz) como planta indicadora en condiciones de invernadero en La Molina.

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IV. HIPÓTESIS
Hipótesis general:
La aplicación de la formulación a partir de leonardita, algas marinas, estiércol y guano en
maíz (Zea mayz), como planta indicadora en condiciones de invernadero en La Molina, es
una alternativa de fertilizante orgánico para una agricultura más sustentable.

Hipótesis específicas:

● El empleo de la formulación a partir de leonardita, algas marinas, estiércol y guano

tiene la capacidad de suministrar nutrientes y así mantener los parámetros


morfológicos y fisiológicos del maíz (Zea mayz) como planta indicadora en
condiciones de invernadero en La Molina.

● El empleo de la formulación a partir de leonardita, algas marinas, estiércol y guano

es capaz de ahorrar agua en maíz (Zea mayz) como planta indicadora en


condiciones de invernadero en La Molina.

● El empleo de la formulación a partir de leonardita, algas marinas, estiércol y guano

tiene la capacidad de reducir la salinidad del suelo del maíz (Zea mayz) como
planta indicadora en condiciones de invernadero en La Molina.

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V. REVISIÓN DE LITERATURA
1. Fertilización
Los suelos son un recurso valioso y no renovable, que tarda más de 1000 años en formarse
1 centímetro de suelo. Además de ser la base de la producción de alimentos, los suelos
también tienen un papel importante en la filtración del agua, la producción de
medicamentos y en la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, actualmente el 33%
del suelo está en un estado moderadamente a altamente degradado debido a factores como
la erosión, la pérdida de materia orgánica, el agotamiento de los nutrientes, la
acidificación, la salinización, la compactación y la contaminación química. A pesar de
esto, la gestión sostenible y el uso de técnicas de cultivo cuidadosas pueden ayudar a
revertir la degradación del suelo y garantizar la seguridad alimentaria tanto presente como
futura en todo el mundo (FAO, 2017).
Para poder trabajar con el suelo sin agotar su fertilidad, es importante comprender cómo
funciona un suelo sano. Según Tangara (2010) los suelos son una mezcla de materia
orgánica e inorgánica, con una gran variedad de macroorganismos y microorganismos que
son soporte para las plantas y les proporcionan agua y nutrientes. Estos nutrientes son
devueltos al suelo por la acción de los organismos del suelo sobre las plantas muertas o en
vía de morirse y la materia de origen animal.

La fertilidad del suelo está influenciada por diferentes propiedades físicas, químicas y
biológicas que caracterizan a este recurso. Algunas de las más importantes son la textura,
estructura, profundidad efectiva del suelo, reacción del suelo (pH), Capacidad de
Intercambio Catiónico (CIC) y Aniónico (CIA), Total de Bases Intercambiables (TBI),
Conductividad Eléctrica (CE), Porcentaje de Sodio Intercambiable (PSI), Contenido de
materia orgánica y humus. Por ello es importante comprender estas propiedades para
realizar una fertilización adecuada (Tangara, 2010).

1.1. Fertilización inorgánica


La fertilización química consiste en proporcionar elementos minerales que las plantas
pueden utilizar de forma inmediata o después de cortos períodos de tiempo, a menos que se

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diseñen específicamente para una liberación lenta. Es la forma más rápida de proporcionar
a las plantas los elementos minerales necesarios para un crecimiento rápido (Farrús, 2016).
Además, este tipo de fertilizantes tienen la ventaja de contener una alta concentración de
elementos nutritivos en su composición, lo que los hace fáciles de asimilar por las plantas.
La urea, por ejemplo, es un fertilizante muy demandado debido a su alta concentración de
nitrógeno y su fácil asimilación, lo que significa que se requiere una baja dosis y deja
pocos residuos (Zevillano, 2017). Por ello los agricultores de algunos países en desarrollo
como en Perú aplican fertilizantes a sus tierras de cultivo de forma excesiva e
indiscriminada debido a la falta de formación en nuevas tecnologías u opciones más
sostenibles (Rahman y Zhang, 2018).

1.1.1. Efecto en el medio ambiente


Los fertilizantes químicos se deben aplicar de forma racional debido a que pueden afectar a
los microorganismos del suelo, contaminar las aguas subterráneas, volver a las plantas más
susceptibles frente al ataque de alguna plaga o enfermedad, promover el crecimiento de las
malezas, afectando de esta forma las condiciones ambientales de una extensión agrícola
(Cipriano, 2019). El nitrógeno es un elemento primario muy importante en la nutrición de
muchos cultivos, debido a que es un constituyente de enzimas, proteínas, ADN, y clorofila.
Los principales impactos de la aplicación excesiva del nitrógeno son la eutrofización,
acidificación y toxicidad. Finalmente el principal impacto al medio ambiente es la
aceleración del proceso de eutrofización del agua (Gonzáles, 2019).

1.1.2. Abonos inorgánicos

Úrea
La urea es un tipo de fertilizante que contiene nitrógeno y pertenece al grupo de las
amidas. Su composición de nitrógeno es del 46%, y se suele presentar en forma de perlas,
aunque también está disponible en forma cristalizada y en polvo. Es altamente soluble en
agua y tiene una tendencia a absorber humedad. Después de su aplicación en el suelo, la
urea se disuelve en la humedad del suelo y es descompuesta por la enzima ureasa, lo que
resulta en la liberación de amoníaco y dióxido de carbono. (Tangara, 2010). La urea es
valorada en el mercado debido a su alta concentración de nitrógeno que beneficia el
crecimiento de las plantas. Su fórmula química es CO(NH₂)₂ y contiene un 46% de
nitrógeno en forma amínica. Se produce a través de la reacción del amonio y el anhídrido
carbónico bajo alta presión y temperatura (Merchan y Torres, 2022). Cuando entra en
contacto con el agua y se encuentra la enzima ureasa, se convierte en carbonato amoniacal

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(CO3(NH2)2). Esta reacción provoca un aumento del pH a valores superiores a 8.0,
creando un ambiente alcalino que hace que el carbonato se descompone rápidamente en
amoníaco (NH3) y dióxido de carbono (CO2). El amoníaco liberado puede perderse por
volatilización, pero al entrar en contacto con el agua se transforma en amonio (NH4+), que
es retenido por los coloides del suelo y está disponible para la absorción de las plantas
mediante un proceso de nitrificación (Tangara, 2010).

Superfosfato Triple
El superfosfato triple es un tipo de fertilizante rico en fósforo y es relativamente
económico. Es altamente soluble en agua, lo que permite una rápida disponibilidad del
nutriente para las plantas. Debido a su contenido de fósforo disponible, el superfosfato
triple es recomendado para corregir las deficiencias de este nutriente en suelos agrícolas de
baja fertilidad (Rodríguez et al., 2014). Se produce mediante la reacción de fosforitas con
ácidos fosfóricos de distintos niveles de deshidratación, lo que genera sales de ácidos
fosfóricos. El producto resultante contiene entre un 40% y un 49% de P2O5, que es
fácilmente absorbido por las plantas. Debido a su alto contenido de P2O5, el superfosfato
triple tiene un rendimiento dos veces y media mayor que el superfosfato normal. El
superfosfato triple está disponible tanto en forma de polvo como en forma granulada para
su aplicación en el suelo (Vasquéz, 2023).

Cloruro de Potasio
El cloruro de potasio (KCl) es una opción de fertilizante económica y ampliamente
utilizada para suministrar potasio a los cultivos, gracias a su alta solubilidad y capacidad de
ser aplicado en una variedad de cultivos (Ayala, Huanca y Fernández, 2019). La polihalita,
también conocida como cloruro de potasio (KCl), es la principal fuente mineral de potasio
utilizada en la agricultura a nivel mundial. La cantidad de potasio presente en el fertilizante
KCl se expresa comúnmente en términos de su equivalente de óxido (K2O). Los
fertilizantes comerciales que contienen KCl suelen tener un contenido del 60% de K2O
(Prakash y Verma, 2016).

1.2. Fertilización orgánica


Cuando se agregan fertilizantes o enmiendas orgánicas al suelo, se suministran sustancias
que contienen carbono y minerales que son utilizados por las plantas y microorganismos.

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La disponibilidad de estos nutrientes depende de la composición inicial de los materiales y
de la actividad microbiana en el suelo (Farrús, 2016).

1.2.1. Efecto en el medio ambiente


Una opción más sostenible para fertilizar el suelo es el uso de fertilizantes orgánicos, como
el compost elaborado a partir de diversas fuentes orgánicas. Esta práctica puede mejorar las
características físicas, químicas y biológicas del suelo, y aumentar su fertilidad de manera
segura y a un costo bajo, reduciendo así los impactos ambientales negativos (Torres et
al.,2021).Estos tipos de fertilizantes tienen la capacidad de mejorar la calidad de suelos
pobres que presentan altos niveles de acidez y salinidad, lo que provoca cambios en la
estructura del suelo (Cotrina, Alejos, Cotrina, Córdova y Córdova, I., 2020).

1.2.2. Abonos orgánicos


Los fertilizantes orgánicos son aquellos que se derivan exclusivamente de la
descomposición de restos de origen vegetal o animal. Algunos ejemplos comunes son el
estiércol animal sin procesar o compostado, el compost que no contiene aditivos sintéticos,
el abono verde y los mantillos orgánicos. El uso de estos fertilizantes ofrece muchas
ventajas, ya que son excelentes enmiendas para mejorar la calidad del suelo en jardines,
aumentando la cantidad de materia orgánica y proporcionando nutrientes esenciales para el
crecimiento de las plantas (Khandaker et al., 2017).

La materia orgánica (MO) es un componente natural del suelo que consiste en una mezcla
heterogénea de residuos de plantas y animales en diferentes etapas de descomposición, así
como materiales húmicos polimerizados. La presencia de niveles adecuados de MO en el
suelo promueve la formación de macroporos, lo que mejora la tasa de infiltración del agua,
facilita la labranza del suelo y permite una adecuada aireación del mismo (Tangara, 2010).
Además, los fertilizantes orgánicos tienen el potencial de sustituir a los fertilizantes
químicos, lo que puede reducir el impacto negativo del uso intensivo de estos últimos en la
agricultura. El uso de fertilizantes orgánicos también puede mejorar significativamente la
fertilidad del suelo, ya que estos fertilizantes contienen una alta cantidad de nutrientes
esenciales para el crecimiento de las plantas, como el nitrógeno, fósforo y potasio (NPK)
(Khandaker et al., 2017).

Abono mineralizado: Leonardita

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La leonardita es una etapa intermedia del carbón que se forma en una profundidad de 10 a
15 metros, situada entre la turba y el lignito. Es rica en sustancias húmicas con una alta
actividad biológica, lo que la hace ser la materia prima más pura de todas. Como resultado,
se puede aplicar directamente al suelo y se convierte en una opción más económica que
otros tipos de fertilizantes (Núñez, 2020).

La característica principal de la leonardita radica en su capacidad para mejorar la fertilidad


de los suelos que están perdiendo su capacidad productiva. Esto se debe a que, al contener
una alta proporción de sustancias húmicas y bioactividad orgánica (Niven, 2022). Los
ácidos húmicos son capaces de mejorar la retención de humedad en el suelo, lo que a su
vez promueve el crecimiento de las raíces. Esta mejora en la estructura del suelo es posible
tanto por su aplicación directa al suelo en forma de soluciones nutritivas como por su
aplicación foliar. Estos ácidos según Ponce (2016) pueden aumentar tanto la longitud del
sistema radical como el desarrollo de las raíces secundarias. La presencia de sustancias
húmicas en el suelo reduce la necesidad de aplicar fertilizantes N, P y K, ya que facilitan la
absorción de los nutrientes por las plantas. Sin embargo, si los niveles de estas sustancias
se agotan, se necesitarán mayores concentraciones de estos nutrientes para mantener la
productividad del suelo. Como resultado, la leonardita se convierte en una alternativa más
rentable y sostenible a los fertilizantes convencionales, y puede ayudar a mantener y
mejorar la productividad agrícola a largo plazo (Niven, 2022).

Estiércol de vaca
El término "estiércol" se utiliza para referirse a los residuos orgánicos de origen animal,
tales como las excretas, que pueden ser reintroducidos en el suelo de manera directa o
después de algún proceso. Como abono, se refiere a aquellos materiales orgánicos que
contienen altas concentraciones de nutrientes esenciales para el crecimiento de las plantas.
(Macedo, 2015).

Desde hace mucho tiempo, los estiércoles han sido empleados para mejorar la fertilidad del
suelo y alterar sus características agroquímicas para favorecer el crecimiento de las plantas.
Los estiércoles han demostrado ser eficaces en el aumento de los rendimientos y la calidad
de los cultivos. El nitrógeno que contienen es principalmente orgánico, mientras que el
fósforo y el potasio están presentes en un 50% en forma orgánica y mineral. No obstante,

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la composición de los estiércoles varía ampliamente según la especie animal, la naturaleza
de la cama, la alimentación recibida, la elaboración y manejo del montón (Tangara, 2010).

Es fundamental considerar que la cantidad de nutrientes presentes en el estiércol animal


puede variar significativamente debido al tipo y edad de los animales, los alimentos que
consumen y los métodos de manejo del estiércol. Además, los nutrientes contenidos en el
estiércol son esenciales para el crecimiento óptimo de las plantas, ya que promueven un
desarrollo rápido y una calidad superior al proporcionar los nutrientes necesarios para un
mejor crecimiento (Khandaker et al., 2017).

Guano de Isla
El guano de las islas es el resultado de la acumulación de excrementos de aves guaneras
que habitan en las islas y costas del país. Las especies de aves que más contribuyen a la
formación de guano son el Guanay (Phalacrocorax bougainvillii), el Piquero (Sula
variegata) y el Pelícano (Pelecanus thagus). Estas aves se alimentan principalmente de
peces y mariscos, y su excremento es rico en nitrógeno, fósforo y otros nutrientes
esenciales para el crecimiento de las plantas (Zamora, 2017). Este abono está compuesto
por una mezcla de excrementos de aves, plumas, restos de aves muertas y otros materiales
orgánicos. Debido a su lento proceso de fermentación, los nutrientes del guano se
conservan en forma de sales, lo que lo convierte en uno de los fertilizantes orgánicos de
mayor calidad en el mundo. El guano de isla puede contener hasta un 12% de nitrógeno, un
11% de fósforo y un 2% de potasio. Se recomienda pulverizar el guano a una profundidad
adecuada o taparlo inmediatamente después de la aplicación para evitar la pérdida de
amoníaco (Chávez, 2015). Además de los nutrientes ya mencionados, el guano de isla
contiene microorganismos que son beneficiosos para el suelo. Estos microorganismos
pueden ayudar a mejorar la estructura del suelo, aumentar la capacidad de retención de
agua, fijar el nitrógeno y descomponer otros materiales orgánicos. Por lo tanto, utilizar el
guano de isla como abono no solo es beneficioso para la fertilidad del suelo, sino que
también puede crear un entorno de crecimiento más saludable para las plantas (Cosme et
al., 2020).

Incluso el guano de isla también aporta materia orgánica que puede servir como sustrato
alimenticio para hongos y bacterias beneficiosas en el suelo. Además, el guano de isla es
portador de una flora microbiana beneficiosa que ayuda a descomponer las sustancias

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complejas en formas más simples. Con el proceso bioquímico de mineralización de la
materia orgánica, los productos orgánicos se transforman en nutrientes inorgánicos que son
disponibles para las plantas. De esta manera, el guano de isla no solo proporciona
nutrientes esenciales, sino que también ayuda a mejorar la calidad del suelo al promover la
actividad microbiana y la formación de nutrientes disponibles para las plantas (Cosme et
al., 2020). Por último es importante mencionar que la combinación del guano de isla y los
abonos verdes es una excelente manera de aumentar rápidamente el contenido de materia
orgánica en el suelo. Además, esta combinación puede proporcionar una mayor eficiencia
de acción a los abonos compuestos si se aplican juntos, siendo así una práctica muy
beneficiosa para mejorar la fertilidad del suelo y promover el crecimiento de las plantas
(Chávez, 2015).

Algas Marinas
Se han realizado numerosos estudios sobre los efectos de las algas marinas en el
crecimiento de las plantas. Estos estudios han demostrado que las algas marinas pueden ser
una fuente valiosa de antioxidantes, hormonas vegetales, osmoprotectores, nutrientes
vegetales y otros compuestos bioactivos de importancia farmacéutica e industrial. Además,
el uso de algas marinas como abono orgánico puede compensar la deficiencia de nutrientes
esenciales como el nitrógeno, fósforo y potasio, lo que promueve un crecimiento más
saludable de las plantas (Raghunandan et al., 2019).

Los extractos de algas marinas son ricos en sustancias que regulan el crecimiento de las
plantas y que tienen la capacidad de mejorar el crecimiento de las hojas, la floración, la
fructificación y la biomasa en general. Estos extractos pueden estimular el crecimiento, el
rendimiento y la calidad de las plantas en diferentes cultivos hortícolas. Además, este tipo
de fertilizante proporciona a las plantas una amplia gama de micronutrientes, como
polisacáridos, aminoácidos, vitaminas y otras sustancias activas que ayudan a fortalecer el
sistema radicular y a mejorar la absorción de nutrientes del suelo, agua y gases (Meng et
al., 2022). La popularidad de las algas marinas como fertilizante o complemento de
fertilizante ha ido en aumento debido a sus múltiples beneficios para el crecimiento y
desarrollo de las plantas, así como para la absorción de nutrientes del suelo, agua y gases
(Raghunandan et al., 2019). En resumen las algas y sus derivados mejoran el suelo y
vigorizan las plantas, incrementando los rendimientos y la calidad de las cosechas, por lo
que en la medida que esta práctica se extienda iré sustituyendo el uso de los productos

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químicos por orgánicos, favoreciendo así una agricultura sostenible (Lara, Torres y
Vargas, 2015).

2. Maíz (Zea mayz)


El maíz, que ha sido el alimento básico de muchas culturas americanas durante siglos, es
originario de América. Sin embargo, el origen exacto de esta planta sigue siendo un
misterio. Se han encontrado pruebas concluyentes a través de hallazgos arqueológicos y
paleobotánicos que sugieren que el maíz se cultivaba en el valle de Tehuacán, ubicado al
sur de México, hace unos 4.600 años (Ubilla, 2017). En el imperio incaico, tal era la
importancia que tenía el maíz que era parte de las ofrendas en las ceremonias religiosas y
en los objetos valiosos en las tumbas incas (Astete y Campos, 2019).

El maíz es considerado uno de los alimentos más fundamentales para el ser humano,
debido a que existen múltiples formas de prepararlo y obtener productos derivados a partir
de él, como harina y aceites. Además, su uso como alimento es muy común en la
alimentación del ganado, que posteriormente se utiliza para consumo humano o como
fuente de alimento para la producción de otros alimentos, lo que demuestra la enorme
importancia que tiene este cultivo en la alimentación global (Ubilla, 2017).

Es cierto que en la actualidad existen híbridos y variedades de maíz que tienen una mayor
calidad proteica en comparación con otras variedades. Estos granos pueden ser muy
beneficiosos para proporcionar a las poblaciones más vulnerables los micronutrientes que
necesitan para mantener una buena salud. Además, el aumento en la producción de maíz de
alta calidad proteica puede ser un factor clave en la economía de las sociedades, ya que
pueden ser utilizados tanto para el consumo humano como para la alimentación del
ganado, lo que puede aumentar la producción de carne y productos lácteos de alta calidad
(Estrada, 2020).

2.1. Taxonomía
Según (Blanco, 2018) citado por (Astete y Campos, 2019), la taxonomía del cultivo de
maíz es la siguiente:
• Reino: Plantae
• División: Magnoliophyta
• Clase: Liliopsida

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• Subclase: Commelinidae
• Orden: Poales
• Familia: Poaceae
• Subfamilia: Panicoideae
• Tribu: Andropogoneae
• Género: Zea
• Especie: Zea mays

2.2 Variedad híbrida PM-213


Se trata de una variedad que es un híbrido doble de maíz amarillo duro para grano y forraje
(Programa de Maíz, 2023).

2.3 Descripción botánica


Planta: El maíz es una planta que tiene una inflorescencia masculina y femenina, con un
tallo erguido, rígido y sólido (Ubilla, 2017). Tiene un periodo vegetativo de 150 a 160 días.
La altura de planta que puede lograr es entre 2.20cm a 2.40 cm y respecto a la altura de
mazorca los valores se encuentran entre 1.40cm a 1.50 cm. Por último el grano que posee
es color anaranjado y es semiduro. Está adaptada para producir todo el año en Costa norte
y en verano en Costa Central (Programa de Maíz, 2023).

Raíz: Las raíces de esta planta tienen una estructura fasciculada, lo que significa que
presentan varios grupos de raíces delgadas que se extienden en diferentes direcciones para
proporcionar un anclaje fuerte a la planta en el suelo. En algunos casos, pueden sobresalir
nudos de las raíces secundarias o adventicias a nivel del suelo, lo que puede ser una
característica particular de esta especie de planta (Ubilla, 2017).

Tallo: El tallo es erecto, de elevada longitud, robusto y sin ramificaciones. No presenta


entrenudos y se muestra una médula esponjosa si se realiza un corte transversal a la planta
(Acuña, 2019)

Hojas: Las hojas de la planta son alargadas y de gran tamaño, tienen forma lanceolada y se
disponen alternadamente en el tallo. Son paralelinervias, lo que significa que las venas de
las hojas son paralelas entre sí. Las hojas están unidas al tallo de forma envolvente, con
una base ancha que se estrecha hacia el ápice. En el haz de las hojas se pueden observar

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vellosidades, mientras que en el envés suelen ser lisas. Los bordes de las hojas son muy
afilados y se pueden cortar si se manejan sin precaución (Ubilla, 2017).

Flores: La planta presenta dos tipos de inflorescencias diferentes: la espiga o panoja, que
se encuentra en la parte superior del tallo, y la mazorca o espiga verdadera, que surge en
los nudos de la caña. Ambas inflorescencias son necesarias para la fecundación y
fructificación de la planta (Guzmán, 2017).

Grano: La semilla del maíz está encerrada dentro de un fruto llamado cariópside, que está
protegido por una capa externa llamada pericarpio. En su interior, la semilla se compone de
dos partes principales: el endospermo y el embrión. El embrión incluye varias estructuras,
como la coleorriza, la radícula, la plúmula o las hojas embrionarias, el coleóptilo y el
escutelo o cotiledón. El pericarpio está situado encima de la testa de la semilla, que es la
cubierta exterior de la semilla (Astete y Campos, 2019).

2.4 Requerimientos ambientales


Temperatura: La temperatura óptima para la germinación del maíz se encuentra alrededor
de los 15°C. Durante la fase de crecimiento, la temperatura ideal oscila entre los 24 y
30°C. Si la temperatura supera los 30°C, puede haber problemas en la actividad celular, lo
que puede disminuir la capacidad de las raíces para absorber agua (Acuña, 2019).

Suelo: El cultivo del maíz puede ser exitoso en una amplia variedad de tipos de suelo,
siempre y cuando se utilicen técnicas de cultivo adecuadas y se seleccionen los cultivares
apropiados. Aunque pueden presentarse desafíos en suelos demasiado pesados o sueltos,
como la tendencia a inundarse o secarse excesivamente, respectivamente, los suelos con
textura media, bien drenados, profundos y con una buena capacidad de retención de agua
ofrecen las mejores condiciones para el cultivo de maíz y la producción de cosechas de alta
calidad (Ubilla, 2017).

Humedad: El maíz es una planta que requiere de una humedad adecuada durante todo su
ciclo de crecimiento. Durante la germinación, las plantas necesitan menos agua, pero es
importante mantener una humedad constante. Durante la fase de crecimiento, se
recomienda un suministro regular de agua y se aconseja regar 10 a 15 días antes de la
floración. La fase de floración es la etapa más crítica para el crecimiento del maíz, ya que

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afecta directamente la cantidad y calidad de la producción. Por lo tanto, se requieren riegos
constantes para mantener la humedad del suelo. En la última fase de maduración de la
mazorca, se debe disminuir la cantidad de agua suministrada para favorecer el
engrosamiento y la maduración de la mazorca (Guzmán, 2017).

pH del suelo:El pH del suelo es un factor crucial en el cultivo de maíz, ya que la planta se
adapta a diferentes tipos de suelo, pero el ideal es aquel con un pH que se encuentre en un
rango de 6 a 7 (Acuña, 2019).

2.5 Respuesta frente a estrés hídrico


El suministro adecuado de agua es fundamental para el desarrollo de las plantas, desde la
siembra hasta la madurez fisiológica. El agua juega un papel crucial en la preservación de
la turgencia de las células y por lo tanto de la estructura completa de la planta (Sáez, 2018).

El estrés hídrico es una respuesta fisiológica de las plantas a una disminución en la


disponibilidad de agua en su entorno, lo que resulta en un desequilibrio entre la
transpiración y la absorción de agua. Esta respuesta no solo se produce cuando el agua es
escasa, sino también en condiciones de temperatura del suelo extremadamente alta o baja,
alto contenido de salinidad, baja presión atmosférica o una combinación de estos factores
(Valverde y Arias, 2020). Según Gordón (2020), puede llevar a una disminución en el
rendimiento de los cultivos al reducir tanto la biomasa acumulada como el índice de
cosecha, que es la relación entre el rendimiento de grano y el peso seco de la planta.
Además, tiene un efecto directo en el cultivo de maíz al disminuir su capacidad
fotosintética, lo que provoca daños en la eficiencia del fotosistema II y cierre estomático.
Como resultado, la disminución del potencial hídrico puede llevar a un desarrollo
insuficiente de las hojas, que son los principales órganos de la planta encargados de la
fotosíntesis (Lozano, 2022).

El maíz es un cultivo que requiere una adecuada humedad a lo largo de todo su ciclo.
Durante el proceso de germinación, las plantas necesitan menos agua, pero es importante
mantener una humedad constante. La fase de crecimiento del maíz es especialmente crítica
en términos de necesidades de agua, por lo que se recomienda realizar riegos
aproximadamente 10-15 días antes de la floración. Durante este periodo, el cuajado y la

16
producción del maíz dependen en gran medida de un suministro adecuado de agua
(Tarazona et al., 2022).

2.6. Respuesta frente a estrés salino


La presencia de sal en el suelo es un importante obstáculo para la productividad de los
cultivos, ya que tiene un impacto negativo en la germinación, el crecimiento y el
rendimiento de las plantas. Debido a la escasez de agua dulce y a la creciente demanda de
alimentos, muchas zonas irrigadas son vulnerables a la salinización. Cada año, 1,5 millones
de hectáreas de tierra quedan inutilizadas debido a la alta concentración de sal en el suelo
(Arteaga, 2021). Las concentraciones elevadas de salinidad tienen un efecto negativo en el
crecimiento, rendimiento y calidad de los cultivos agrícolas, debido al estrés que producen
en las diferentes etapas de crecimiento. El crecimiento de las plantas se ve disminuido en
condiciones de solución salina, aunque la magnitud de esta disminución varía según el
nivel de salinidad, las condiciones ambientales, el tipo de plantas y la fase de crecimiento
en la que se encuentran (Ayala, 2015).

La salinización del suelo suele ser el resultado de prácticas inadecuadas de riego, sin tener
en cuenta el drenaje y la lixiviación de las sales fuera del suelo. Las sales que contribuyen
a la salinización del suelo incluyen combinaciones de cationes como sodio, calcio,
magnesio y potasio con aniones como cloruro, sulfato y carbonato (Martinez, 2022). La
presencia de sales en el suelo puede tener graves consecuencias para el crecimiento de las
plantas. La primera fase de este proceso se caracteriza por la acumulación de sales en los
puntos de crecimiento, lo que reduce la formación de hojas nuevas y la aparición de nuevos
brotes. Posteriormente, en la fase iónica o de toxicidad por sal, se produce una lenta
inhibición del crecimiento que puede durar desde días hasta semanas. Esta fase se produce
debido a la acumulación de sales en el tiempo, especialmente en las hojas más viejas, lo
que puede provocar una prematura senescencia de las mismas (Ayala, 2015).

Los fertilizantes orgánicos, a pesar de muchos beneficios en las plantas también podrían
tener algunas desventajas importantes de comentar como en el caso de la salinidad que
podrían causar, por esto, para que los fertilizantes orgánicos sean adecuados para la
producción agrícola a gran escala, es importante que cumplan con estándares de calidad
que garanticen el suministro de nutrientes necesarios para las plantas, mientras se reducen
los riesgos de toxicidad. Algunos pueden ser perjudiciales para la germinación y el

17
crecimiento de las plantas debido a su alto contenido de sales y metales pesados (Torres,
2016).

VI. METODOLOGÍA
3. Lugar de estudio
El presente estudio se realizará el Laboratorio e Invernadero de Fertilidad del Suelo “Sven
Villagarcía Hermosa” de la Universidad Nacional Agraria la Molina ubicado en el distrito
La Molina, el cual pertenece al Departamento de Suelos. Según Bequen (2023)la ubicación
geográfica es la siguiente:

● Latitud Sur: 12° 4’


● Longitud Oeste: 76° 56”
● Altitud: 243 m.s.n.m
● Departamento: Lima
● Provincia: Lima
● Distrito: La Molina

4. Sustrato
El sustrato utilizado en las macetas será sustrato de arena de río lavada fina, adquirido en el
Vivero Wortel, ubicado en R4QM+V54, Pachacamac 15594.

5. Abono orgánico
Formulación orgánica conformada por leonardita, compost, guano de isla y algas marinas
brindada por la empresa INKA GREEN SAC.

6. Materiales
Instrumentos de campo

● 50 macetas de 10 L de capacidad

● Semillas de maíz

● 555 kg de sustrato de arena de río lavada fina.

● Bolsas de papel

18
● Palas

● Cinta Masking Tape

● Macetas de capacidad de 10kg

● Plumón de tinta indeleble

● Etiquetas

● Tijeras

● Wincha

● Hobo data logger

Instrumentos de laboratorio

● Balanza electrónica

● Pie de rey electrónico

● Colorímetro marca NIX

● Clorofilómetro

● Sacabocado

● Conductímetro

● Estufa

Compuestos químicos

● Úrea

● Superfosfato triple

● Cloruro de potasio

19
● Sulfato de potasio

● Sulfato de cobre

7. Tratamientos
La formulación orgánica está compuesta por abono mineralizado de leonardita, algas
marinas, guanos de isla y compost a base de estiércol de vaca. Esta formulación se aplicará
al 1% en los tratamientos que correspondan.

Tabla 1: Tratamientos del proyecto

Abono N P K Agua de riego


org. (ppm) (ppm) (ppm) (%) Repeticiones
T1 (Control) 0 0 200 200 100% 5
T2 (Solo
abono) 1% 0 200 200 100% 5
T3 (Solo
nitrogenado ) 0 310 200 200 100% 5
T4 (100% N) 1% 310 200 200 100% 5
T5 (-20%N) 1% 250 200 200 100% 5
T6 (-40%N) 1% 190 200 200 100% 5
T7 (-60%N) 1% 130 200 200 100% 5
T8 (-80%N) 1% 70 200 200 100% 5
T9 (E.H) 1% 0 200 200 80% 5
T10 (E.H) 1% 0 200 200 70% 5

Adición de formulación orgánica


Esta formulación se aplicará al 1%, como cada maceta tendrá un total de 10 kg de sustrato
de arena la cantidad que se aplicará será de 100 gramos de formulación orgánica a los
tratamientos correspondientes al llegar a los 9 kilogramos de sustrato de arena. La
formulación orgánica está compuesta de la siguiente forma:

Tabla 2: Componentes del biofertilizante

Abono orgánico Cantidad

Leonardita 25 g/maceta

Guano de isla 25 g/maceta

Compost 25 g/maceta

20
Algas marinas 25 g/maceta

TOTAL 100 g de formulación orgánica/maceta

Adición de fertilizantes químicos


Se utilizará urea, superfosfato triple y cloruro de potasio. Primero se aplicará mediante una
fertilización de mezcla en los primeros 5 kg de sustrato de arena las siguientes cantidades
de fertilizantes:
Tabla 3: Aplicación inicial de fertilizantes químicos

N (ppm) P (ppm) K (ppm)


T1 (Control) 0 200 200
T2 (Solo
abono) 0 0 0
T3 (Solo
nitrogenado ) 300 200 200
T4 (100% N) 300 200 200
T5 (-20%N) 240 200 200
T6 (-40%N) 180 200 200
T7 (-60%N) 120 200 200
T8 (-80%N) 60 200 200
T9 (E.H) 0 0 0
T10 (E.H) 0 0 0

A partir de las 2 semanas de haber germinado las plantas de maíz se aplicará 10ppm de
úrea a los tratamientos que incluyan este fertilizante en su tratamiento y así completar la
dosis completa mostrada en la Tabla 1 para que la planta de maíz pueda nutrirse hasta
llegar a utilizar los nutrientes de fondo.

8. Diseño experimental
El tipo de diseño escogido es el Diseño Completamente al Azar (DCA). La unidad
experimental está conformada por una maceta con 5 semillas de maíz, se instalarán 10
tratamientos con 5 repeticiones, en total 50 macetas de capacidad de 10 litros.

Variables y métodos de evaluación

● Altura de planta (Hasta hoja con mayor altura) (cm)

Con ayuda de una wincha se medirá la altura de planta cada 7 días.

● Diámetro de tallo de planta (cm)

21
Con ayuda del Vernier electrónico o Pie de rey se medirá el diámetro del tallo del
maíz cada 7 días.

● Color

Con ayuda del colorímetro de la marca NIX se medirá la luminosidad del haz de las
hojas de maíz cada 7 días.

● Cantidad de nitrógeno en hoja (%)

Las muestras secas serán molidas para luego determinar el contenido de N en el


follaje mediante el método de micro-Khejdahl. Se realizará al final del
experimento.

● Área foliar (m2)

Se pesarán las hojas de cada planta y luego con ayuda del sacabocado se
determinará el área foliar. Se realizará al final del experimento.

● Contenido relativo de clorofila (%)

Se usará al inicio cuando la hoja tenga un tamaño suficiente para evaluarla, luego
se realizarán lecturas cada 7 días.

● Peso fresco de raíces y hojas (g)

Al final del experimento se cosecharán las plantas y se cortarán en dos partes


(follaje y raíz), luego se pesarán ambas partes por separado.

● Peso seco de raíces y hojas (g)

Luego de hallar el peso fresco, se secarán ambas partes de la planta mediante una
estufa por 48h a 70° C.

22
● Contenido relativo de humedad (%)

El contenido relativo de agua foliar se determinará mediante el método


gravimétrico según Bennett et al. (1987) citado Yana (2018) por utilizando la
ecuación:

CRA % = 100 x P.F-P.S


P.T-P. S

Donde se toman tres hojas de cada planta para determinar el peso fresco (PF), luego
las muestras se colocan en agua destilada por 20 horas para obtener el peso turgente
(PT). Finalmente, el peso seco (PS) se obtiene tras secar la muestra en la estufa
durante 48 horas a 70° C. Se realizará al final del experimento.

● Conductividad eléctrica del suelo (dS/m)


Se realizará al inicio y al final del experimento con ayuda de un conductímetro,
evaluando una mezcla de suelo:agua de 1:1.

● pH del suelo
Se realizará al inicio y al final del experimento con ayuda de un potenciómetro,
evaluando una mezcla de suelo:agua de 1:1.

● Temperatura y humedad relativa


Se medirá con la ayuda del hobo data logger de temperatura y humedad USB
Hakusa Tempu 03 de usos múltiples.

VII. CRONOGRAMA

Tabla 4: Cronograma de actividades

23
VIII. PRESUPUESTO

Tabla 5: Presupuesto del proyecto

24
Precio unitario Precio total
Descripción Cantidad
(soles) (soles)
Semillas de maíz 1kg 20 20
Arena de río lavada 550kg 15 555
Leonardita 20kg donación donación
Algas marinas 20kg donación donación
Estiércol de vaca 20kg donación donación
Guano de isla 20kg donación donación
Hobo data logger 1 unidad 240 240
Trampas amarillas 6 unidades 1.5 9
200
Bolsas de papel kraft unidades donación donación
Cinta masking tape 1 unidad 5 5
Cinta scotch 1 unidad 5 5
Wincha 1 unidad 15 15
Pie de rey digital 1 unidad 47 47
Macetas 50 unidades donación donación
Guantes 1 unidad 6 6

Plumón de tinta indeleble 1 unidad 4 4


Pala 1 unidad 11 11
TOTAL (SOLES): 967

IX. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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