Helmántica 1950 Volumen 1 N.º 1 4 Páginas 30 58 Normas Metodológicas para Helmantica y Sus Publicaciones

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NORMAS METODOLOGICAS

PARA «HELMANTICA» Y SUS PUBLICACIONES

Estas normas obedecen al deseo de facilitar a los colaboradkres


de HELMÁNTICA Un criterio de orientación y unificación. Se las brin-
damos —en este primer número de la revista ---- con la anuencia y
aprobación del Claustro de la Facultad de Humanidades Clásicas de
la Pontificia Universidad Salmantina.
Existen precedentes de un conato semejante. Va en 1909 0. STAII-
UN en los Nene Jahrbücher für das klassische Altertum t. 12
(1909), p. 393-433 publicaba su Editionstechnik. Ratschlüge Jür die
Anlage textkritischer Ausgaben. En 1913 emprendió una labor simi-
lar el Instituto Bíblico de Roma al publicar sus atinadas im.,res
scriptis Ponliticii Biblici servandae. Dos años desrues
Revista de Filología Española , t. 2." (1915), pág. 374-377, repro-
,

ducía una copia esquemática del alfabeto fonético, que, diMmlido más
tarde por NAvAttito TmlÁs en su Manual de pronunciación español,i,
se ha generalizado entre nosotros. En 1922 la Comission Kovale
,

d' Histoire› , de Bélgica, daba normas para la reproducción de tex-


,

tos históricos en el opúsculo Instruchons pour la publication de !ex-


tes historiques, Bruxelles 1922.
Más tarde Emérita comienza a facilitar, al principio de cada
uno de sus volúmenes, sendas listas de abreviaturas y terminología
fonética y filológica tan útiles para los especialistas y aficionados.
Recientemente Motanso publica en Roma sus Norme per le
publicazioni del Pontificio Istituto di Archeologia cristiana, Ti p. Va-
ticana 1942, y en ellas se inspiró el DR. VIVES para las que poco
después divulgó en Analecta Sacra Tarraconensia' > con el título de
, ,

Normas para las publicaciones de ciencias eclesiásticas de Bahne-


siana, t. 15 (1942), pág. 203-218; y que refundió años luego en
su interesante fascículo Esquemas de Melodologia, Barcelona 1947,
88 páginas.

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NORMAS METODOLOGICAS PARA «HELMÁNTICA» Y SUS PUBLICACIONES 31

Del Consejo Superior de Investigaciones Científicas conocemos


dos opúsculos; el uno, preparado por el Instituto «San Raimundo
de Peinfort» y publicado en 1945 con el epígrafe de Nortizas de
edición, va orientado hacia las publicaciones jurídicas de dicho Insti-
tuto; el otro, anterior, Normas de transcripción y edición de textos
y documentos, Madrid 1944, lo editó la «Escuela de Estudios Me-
dievales» del mismo Consejo Superior y está inspirado fundamen-
talmente en la obra de W. M. LINDSAY, Introduction á la critique de
textes latins... trad. por J. P. Waltzing, París 1898 y más aún en el
folleto de la «Union Académique Internationale», Emploi des signes
critiques, dispositiotz de l' apparat dans les éditions savants de tex-
tes grecs et latins. Conseils et recommezzdations, por J. BIDEZ y A. B.
DRACIIMANN; nueva edición por A. Delatte y A. Saveryns, Paris-
Bruxélles 1938.
Con estos trabajos a la vista y las atinadas observaciones de va-
rios tratados de metodología voy a intentar recoger y ordenar las
normas principales para nuestra revista y sus publicaciones.
Nuestro enfoque es de cara a los estudios de filología clásica. Y,
teniendo en cuenta las tres etapas por que pasa de ordinario toda
elaboración científica, organizamos nuestra tarea en torno a estos tres
capítulos: investigación, redacción y corrección de pruebas.

I.—INVESTIGACIÓN

En la investigación —que bien podría llamarse con término más


técnico euristica— se pueden distinguir los siguientes momentos:

a) Elección del tema.


b) Orientación bibliográfica.
c) Acopio de materiales.
d) Elaboración interna.

a) Elección del tema


Sobre este particular conviene tener presentes algunas reglas más
importantes:

' S. G. VILLADA, S. 1.,Metodología y Crítica históricas, Barcelona 1921; DAR-


( IA CARCÉS, C. M. F.,Metodología Científica general, Madrid 1945; B, KURTSCHEID,
De Methologia Historico-furidica, Roma 1 947.2

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32 jc)5É. jIMÉNE7

1. Medir las propias fuerzas, según el consejo horaciano:

Stunite inateriarn vestris, qui scribitis, aequain


viribus et versate, diu, quid (erre recusent,
quid valeant ti ni (Art. l'oct. 38-40).

Para intentar, por ejemplo, un estudio sobre las influencias mu-


tuas entre Livio y Polibio precisa saber bien el griego. Si no es po-
sible confrontar los códices o su fotocopia, es temerario lanzarse a
una edición crítica cualquiera. Un ensayo biográfico a fondo sobre
Nebrija exige el estudio detenido de los archivos de Salamanca, I3o-
lonja, Sevilla y Alcalá. Si esto no es posible, es mejor desistir.

2. Precisar el tenia, sin dejarse deslumbrar por títulos llamati-


vos. Huir de temas demasiado generales, que sería engolfarse en un
océano sin riberas. Los temas demasiado trillados, dejarlos para los
especialistas. . Difficile est proprie communia dicere (Ar. P. 128).
, ,

Para una revista, el tema, cuanto más concreto, más interesante.


El tema puede brotar de una simple lectura, de una discusión,
de otra investigación que se lleva entre manos, de una consulta, de
sugerencias o puntos de vista planteados en una publicación, del
mismo desarrollo de la ciencia.

3. Buscar la novedad.—Debería ser este el sello o marca de fá-


brica de todo artículo de revista científica. Novedad de lo que se
trata o en la forma de tratarlo; con un planteamiento más moderno
del asunto, destacando una nueva faceta del mismo, connectándolo
con hechos o teorías nuevas, etc.

4. Aconsejarse antes.—Cada materia tiene sus especialistas


Vale la pena contar con ellos antes de fijar el tema, para no ver ma-
logrados preciosos esfuerzos. El acierto en este punto es garantía
de éxito,
..cui lceta potenter erit res,
nec facundia deseret bulle nec Iticidus ordo (Art. P. 40-41).

5. Exploración previa, repasando nuestros propios recuerdos,


apuntes o material bibliográfico de que dispongamos, para ver si
realmente hay probabilidad de acometer con éxito el tema.

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NORMAS METODOLOOICAS PARA «HELMANTICA» Y SUS PUBLICACIONES

b) Orientación bibliográfica

6. Elegido el tema, hay que proceder a la búsqueda de mate-


riales; hay que orientarse en la bibliografía del mismo. Sin una bi-
bliografía selecta y moderna no es decoroso lanzarse al público, so
pena de repetir lo que otros han dicho, y que, tal vez, en el mo-
mento actual, estará ya superado o enmendado. Precisa, pues, co-
nocer los repertorios bibliográficos generales y manejarlos con
soltura.
Tarea por demás árdua sería recoger aquí la mole inmensa de
semejantes instrumentos de trabajo. El aficionado a estudios histó-
rícos hallará una extensa lista en Villada y en Vives 2 ; y el jurista,
otra no menos interesante, en Kurtscheid 3 .

Aquí, en gracia a la orientación específica de HELMÁNTICA, voy a


apuntar sólo, siguiendo en parte a Herescu y Van Ooteghem la bi-
bliografia general referente a estudios clásicos.

7. Pero antes hagamos constar la importancia que tienen las


grandes enciclopedias para una fácil y rápida información inicial y
lo indispensables que son hoy día para todo investigador. El valor
de dichas enciclopedias no siempre responde a su mole. Por ej. Es-
pasa-Calpe, tal vez la más monumental de todas los diccionarios
enciclopédicos —tiene 84 volúmenes— es deficiente en algunos ar-
tículos, a veces de extensión desmesurada, desordenados y enojo-
sos para una consulta rápida. Der Grosse Herder (Friburgo de Bris-
govia, Herder 1931-35), a pesar de sólo sus 12 volúmenes, es exce-
lente por su criterio íntegramente católico y por su sistemática
disposición. También es muy recomendable la Enciclopedia Italiana
preparada por el Instituto G. Treccani, Roma 1929-37 (35 volúme-
nes), por la seriedad de su colaboración, la abundancia de ilustra-
ciones y un índice final que facilita en gran manera la tarea del in-
vestigador.

VILLADA, Metod. y Crítica, 63-106; VIVES, Esquemas de Metodología, Bar-


celona 1947, págs. 11-54.
KURTScHEID, De Methodologia Historico-luridica, 66-80.
' HEREScu, Bibliographie de Litterature Latine, París, «Les Belles Lettres,
1943, págs. xi-xlv; J. Van Ootcghem, S. J., Bibliotheca Graeca el Latina, Namtn
(Bélgica), «Les Etudes Classiques».

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34 JOSÉ JIMINEZ

8. V pasemos ya a las publicaciones bibliográficas relativas a


estudios y autores clásicos. Las primeras van ordenadas por épocas;
lás segundas se refieren a temas especiales.

9. Para las publicaciones anteriores a 1700.


J. A. FAHRICILIS,Bibliotheca latina,1. 4 ed. (completa, con índice), Venecia 1728;
2." ed. por J. A. ERNESTI, Leipzig, Weidmann 1773-1774.

10. De 1700 a 1878.


E. L. A. SCHWEIGER, Handbuch der klassischen Bibliographie, Leipzig, Pleis-
cher 1830-1832. \V. ENGELMANN, Biblotheca scriptorum classicorum, 8." ed. re-
visada por E. PREusS, Leipzig-London, Engelmann 1880-1882.

11. De 1878 a 1896.


R. KLUSMANN, Bibliotheca scriptorum classicorwn, Leipzig, Reisland 1903-
1913.
Para las obras anteriores a 1890 pueden utilizarse dos manuales de más fácil
manejo: E. HüttNER, Bibliographie des klassischen Altertumswissenschaft,
Berlín, Hertz 1889 2 . L. VALMAGGI, Manuale storico bibliografico di filología das-
sica, Torillo, Clausen 1894.

12. A partir de 1896.


Bibliotheca philologica classica, publicada por trimestres en la Jahresbericht
über die Fortschritte der klassischen Altertumswissenschaft de BuRsiAN-KR01.1.,
Berlín, Calavary; después Leipzig, Reisland; luego, desde 1917, publicado cala
año por fascículos.
Informaciones bibliográficas publicadas en varias revistas de filología, como
Philologische Wochenschrift, Leipzig, Reisland; The Year's Work in Classical
Mutiles, Bristol, Arrowsrnith; Revue de philologie, París, Klincksieek; Reme des
Eludes latines, Paris, Les Belles Lettres; Rivista di Filologia e d'Instruzione clas-
sien, TU rín, Ch ián tore; Revista de Filología Española, Madrid; Emérita, Madrid.
1 1. MUND, Bio-bibliographisches Verzeichnis von Univers& und Hoch-
schuldrucken (Dissertationem) vom Ausgang des XVI Jahrh. bis Ende des XIX
fa hrh., I, Leipzig, Carlssohn 1934. Muy útil para las tesis doctorales tan ,difíciles
de encontrar.

13. De 1914 a 1943.


J. MAROUZBAU - J. ERNST, L' Année philologique, París, Les Belles Lettas.
En el 1.er vol, reúnen la bibliografía de los años 1924-1926; en el 2." y siguientes,
t'orinan cada año un volumen con un arsenal de documentacitM relativa al vasto
campo de la antigüedad clásica: literatura, filología y linguistica, historia, trai-
cripción de textos, arqueología, epigrafía, numismática, instituciones políticas,
religión, mitología, filosofía, derecho, etc.

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NORMAS METODOLOOICAS PARA «HELMANTICA , Y SUS PUBLICACIONES 35

14. Sobre temas especiales.


N. I. HERESCU, Bibliographie de la Littérature Latine, Paris, Les Belles
tres 1943.
P. MASQUERAY, Bibliographie practique de la litterature grec que, Paris, Klin-
cksieck, 1914.
E. PEETERS, A Bibliography of Vergil, New York, Univ. Bull., abril 1933,
Cfr. JIMÉNEZ, Suplemento a una bibliografía de Virgilio, «Emérita» t. 3." (193).
pág. 298-316,
V. USSANI, Lingua e lettere l'atine, Roma, Leonardo 1921. Contiene la biblio-
grafia referente a los estudios latinos en Italia hasta el 1921.
Klassike Bibliographie, repertorio anual de los artículos de revistas que He-
gan a las bibliotecas de Bélgica. Se publica en Utrech.
1'. FAIDER, Répertoire des índex et lexiques d' auteurs latins, París, Les Bel-
les Lettres 1926.
P. FAIDER, Répertoire des éditions de scolies et commentaires d'auteurs latins,
Paris 1941.
D. Rutile), O. S. A., Classical Scholarischip in Spain, Washington, Mellico-
forn Press 1934. Historia del humanismo en España desde el año 250 hasta nues-
tros días.
Revue de Etudes latines, t. 31 (1943)‘, miscelánea en honor de Marouzeau,
aporta abundantes datos bibliográficos de los últimos años.
P. COLLINET, Bibliographie des travaux de droit romain en langue fran-
caise, Paris, Les Belles Lettres 1930.

15. Obras y manuales importantes.


Handbuch der Altertumswissenschaft. Obra monumental dirigida por iwAN
VON MÜLLER, la más completa en su género y muy útil para el que se dedica a es-
tudios clásicos. Está dividida en doce secciones: En ella han colaborado las fir-
mas más prestigiosas de Alemania. Recordemos algunas:
K. BRUOMANN, Griechische Grammatik.
STOLZ-SCHMALZ, Lateinische Grammatik, editada en Munich, como los otros
manuales de esta colección, y puesta al día por Leumann-Hoiniann: es una de
las obras más fundamentales.
J. JUNO, Grundriss der Geographie von Hallen und dem Orbis Romanas.
A. RUGE, Geographie von Griechenland und den Griechischen Kolonien.
O. GRUPPE, Griechische Mythologie und Religionsgeschichte.
G. WISSOWA, Religion und Kultus der Riimer, Munich 1911.
G. CRIsT, Griechische Literaturgeschichte, Munich, 1912-13 6 .
M. SCHANZ, Geschichte der riimischen Litteratur, Munich, 1927. 4

P. KRumnAcHER, Geschichte der byzantinischen Litteratur, Munich.


M. MANimus, Geschichte der lateinischen Lítteratur im Mittelalter, 3 vols.
1911-31.
H. PETER, Die geschichtliche Literatur über die riim. Reiserzeit bis Theodo-
sius I, 1897, 2 vols.
W. S. TEIFEL, Geschichte der romanischen Literatur, ecl. por Kroll y Skutsch,
1910-20.

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36 Jose Jim NEZ

lo los los manuales de la colección /wan von Müller se han editado en IVInniell
en la casa C. I I. Berch'sche Verlagbuchhandlung.
l'ay otro manual mucho más breve, pero de fácil adquisición y de gran utili-
dad en los principios; es el del jesuita L. LAURAND, Manuel de Dudes grecques
el latines, París, Picard, con varias ediciones y una traducción castellana, agota-
da ya.
De tipo intermedio entre el manual alemán y el francés es el inglés de la Cam-
bridge University Press, en cuatro volúmenes:
L. WHIBLEV, A companion to greek Studies, 1916.
J. E. SANDvs; A companion to latin Studies, 1913.
F. W. HALL, A companion to classical Tests, 1913.
II. SITIARE JONES, A companion to roman History, 1912. El tomo de Hall trae
listas de los mejores manuscritos de textos clásicos y de las bibliotecas que los
conservan.

16. Diccionarios especiales.


Real-Enciclopiidie der klassichen Altertunzswissenschaft, dirigida por Pauly,
Wissowa, Kroll, Mitelhaus, Munich 1894 ss. Obra de grandísimo interés para los
estudios clásicos, de la que van publicados 57 vols.
La Editorial Espasa-Calpe prepara también, bajo la dirección del Dr. Zubiri,
una nueva enciclopedia, Mundo Clásico, que promete prestar muy buenos servi-
cios a los amantes de la antigüedad griega y romana.
Monumental es también el Dictionnaire des antiquités grecques et romaines,
París, Hachette, 1877-1919, iniciado por Daremberg-Saglio y conthunado por
E. Pottier.

17. Catálogos de manuscritos e incunables.


Catalogue général des Manuscrits des Bibliothéques publiques de la Fran-
ce, París, Plon 1885 ss.
Inventani dei manoscritti delle Biblioteche d'Italia, Firence, Olschki 1890 ss.,
71 vols. publ. en 1940.
Mittelaterliche Bibliothekskataloge Deutschlands und der Schweiz, Mu-
nich 1918.
Las grandes bibliotecas han publicado catálogos de sus manuscritos. Así por
ejemplo: la Biblioteca Vaticana, la del Escorial, etc. Dichos catálogos figuran en
las buenas bibliotecas de cada país.
Además conviene tener presente el siguiente libro:
BEER, Handschriftenchiltse Spaniers, Viena, 1894. Descripción de una selec-
ción de manuscritos de las bibliotecas españolas.
Para incunables se pueden consultar:
L. HAIN, Repertorium bibliographicum, Stuttgart 1826-38, 2 vols., 10.220 nú-
meros con los Indices uberrimi a dicho Repertorium redactados por C. Burger,
Leipzig 1891.
A. PALAD DULCET, Manual del librero hispano-americano, Barcelona 1923-27,
7 vols.

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NORMAS METODOLOGICAS PARA «HELMÁNTICA» Y SUS PUBLICACIONES 37

Interesaría recoger también los principales repertorios de citas


célebres, como el índex Verborum Vergilianus de M. Nichols Wet-
more, A. Concordance to the Works of Horace de L. Cooper, Dic-
tionary of quotations de Harbottle y King, Répertoire alphabétique
des citations de Condamin, tan útiles para el investigador; pero de-
sistamos de seguir por aquí, pues nos haríamos interminables.

c) Acopio de materiales.
Este punto se reduce a dos operaciones fundamentales: la lectu-
ra y los apuntes o fichero. No haré más que extractar algunas indi-
caciones prácticas de Metodologia Científica de mi hermano en re-
ligión P. García Garcés. 6

18. Lectura.—La regla más sabia es leer con tino—leer orde-


nadamente—leer con atención--leer con el lápiz en la mano, pues
«legere et nihil seligere, meo judicio, negligere est. (Drexel).

19. Apuntes o fichero.—Los apuntes pueden tomarse en cual-


quier papel o cuaderno; pero es más práctico hacerlo en fichas suel-
tas y de tamaño uniforme.

20. Cada ficha debe llevar sólo un asunto y se debe hacer des-
tacar en el encabezamiento con una palabra de reclamo, que facili-
te el uso y ordedenación por materias o autores.

Quien desee una información más completa sobre bibliografía general y


particular de España, consulte la obra de J. LASSO DE LA VEÜA y GIMÉNEZ PLA-
CER, Cómo utilizar una biblioteca, Madrid, 1935; la de BAUER, Introducción al
estudio de la historia, trad. y notas del Dr. Valdeavellano, Barcelona 1944; la de
BERNHEIM, Introducción al estudio de la historia, trad. del Dr. Galindo, Barcelo-
na 1937, con 2091 fichas bibliográficas; la de BESTERMANN, A World bibliogra-
phy of bibliographies, Nueva York-Londres-Oxford 1939-40. Descripción deta-
llada de todas las bibliografías desde 1470 a 1939.
G. GARctS, C. M. E., Metodol. científica general, págs. 89-125.
13

7No hay tamaño universalmente admitido para fichas bibliegráficas. Hasta


hoy acaso el más usado era el de 125 por 75 cm., prescrito en el art. 3.° de las
Instrucciones para la redacción del catálogo.., en las Bibliotecas públicas del Es-
tado, Madrid 1941. A muchos les parecen pequeñas esas dimensiones, si la fi-
cha ha de ser completa y escrita con claridad. Por eso Kurtscheid (op. c. p. 46)
Kopone el 14 x 10 cm. y el 1NLE (Instit. Nacional del Libro Español) ha adop-
tado i ara sus fichas informativas el 15 x 10'5 cm.

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38 jOSÉ JIMÉNEZ

21. Las fichas una vez utilizadas se guardan ordenadas en fi-


cheros adecuados, a no ser que se hayan tomado con el fin exclusi-
vo de servise de ellas para un determinado trabajo.

d) Elaboración interna
22. Es el trabajo donde el autor revela su personalidad. Supo-
ne estudio, análisis, lógica, penetración, preparación y experiencia
para enjuiciar certeramente los problemas, estar bien fundado en las
materias de la enseñanza media y superior.
Y aunque es difícil dar reglas para este conjunto de operaciones
mentales, ayudarán sin embargo mucho las sabias orientaciones que
el gran pensador Balmes da en su Criterio para la percepción, la
reflexión, el juicio, el raciocinio, etc.

11.-REDACCI0N

Para presentar al público el resultado de nuestra investigación,


nos interesa tener presente una serie de normas, que agruparnos en
torno a los siguientes epígrafes:
a) orientaciones tipográficas.
b) cánones literarios.
c) reglas ortográficas.
d) notas y citas.
e) siglas y abreviaturas.
f) transcripción de textos y aparato crítico.
g) grafía y signos especiales.

a) Orientaciones tipográficas
23. El original, para comodidad de los tipógrafos, irá escrito
en hojas sueltas, de tamaño cuartilla.

24. Las cuartillas se escribirán sólo por una cara y llevarán nu-
meración única. Si hubiere que añadir algo, pónganse nuevas cuar-
tillas, repitiendo la paginación de la inmediata anterior con las letras
a, b, c, etc., v. gr.: 16 a, 16 b, 16 c; e indicándolo en la página pre-
cedente: sigue p. 16 a.

25. La escritura ha de ser clara, a ser posible a máquina, po-


niendo especial cuidado en los nombres propios, palabras extranie-

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NORMAS METODOLOOICAS PARA «HELMÁNTICA» V SUS PUBLICACIONES 39

ras y citas. Hay quienes escriben los nombres raros imitando letra
de imprenta.

26. Para el caso de alguna corrección o añadidura, hay que


acudir a nuevas hojas, según se ha dicho antes; a no ser que la co-
rrección sea muy breve, pues, si así fuera, bastaría ponerla al mar-
gen, señalando el lugar que le corresponda en el texto.

27. El texto original se escribe con escritura corriente y, para


indicar los diferentes tipos de letra, se subraya el texto de la siguien-
te forma:
Con tres rayas . las MAYUSCULAS
Con dos rayas lis VERSALITAS
Con una raya : las cursivas
Con raya ondulada - : las negritas
Con un puntillaclo :lasespaciadas
No conviene prodigar las versalitas y menos las cursivas ni espaciadas.

28. Cuando la variación de letra afecta, no a pocas palabras,


sino a todo un párrafo, se marca éste en el original con una raya
vertical en el margen izquierdo, escribiendo a la vez: tipo pequeño
o cursiva, negrita, etc.

29. Las notas marginales es mejor presentarlas, con numeración


seguida, al final del artículo; aunque, como diremos más tarde, ha-
brán de figurar al margen de la página correspondiente.

30. En cuanto el cuerpo de letra, es decir su tamaño, en revistas


como la nuestra, se usan los cuerpos de 6 a 12. Los mayores (9 a 12)
para el texto, los medianos (8 a 10) para los testimonios o documen-
tos aducidos en el texto, los pequeños (6 a 8) para las notas margi-
nales s. De hecho es corriente que la Redacción de la revista señale
en cada caso el cuerpo de letra.

b) Cánones literarios

Como se comprenderá, es ajeno a nuestro propósito intentar

8 Para más detalles cfr. MARTÍNEZ SICLUNA, Teoría y práctica de la Tipo-


grafía, con nociones de las industrias afines, Barcelona 1945.

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40 JOSÉ JIMÉNEZ

una exposición sistemática de los principios de estilística y literatu-


ra, que deben gobernar a todo buen escritor y cuyo conocimiento
teórico y práctico se supone ya adquirido en los años de la carrera,
durante la cual,
qui studet optatain cursu contingere metan],
multa tulit fecitque, puer, sudavit et alsit (Art. P, 412)

Ahora sólo intentamos señalar unos cuantos cánones más funda-


mentales inspirados en el Arte Poética de Horacio.

31. No ponerse a escribir hasta haber dominado y asimilado


el tema:
Scribendi recte sapere est et principitun et fons...
verbaque provisatu retu non invita sequentur (Ar. 1 . 309-311).
)

32. Redactar previamente un esquema claro, lógico, completo;


como el arquitecto, que antes de realizar una obra encarna su pro-
yecto en los planos.

33. Dar unidad al trabajo. Un artículo no es, por ejemplo, una


parte destrabada de un libro, que puede tener su interés y su méri-
to, pero que seguramente carecerá de la arquitectura propia del tra-
bajo preparado para una revista. El lector avisado lo advertirá fácil-
mente y más de una vez tendrá que exclamar, sed nunc non eral his
locas (Art. P. 19).
Aun en el caso en que por su extensión, el artículo deba editarse
en números sucesivos, conviene que cada parte tenga su unidad or-
gánica; que el corte no obedezca a razones de pura compaginación.

34. Además téngase en cuenta que un trabajo científico no es


para ser leído de corrida y a la ligera: requiere precisión, profundi-
dad, densidad a la vez que naturalidad.

35. La precisión no debe obstar a la claridad. Un tema r cuanto


más obscuro, más precisión y claridad exige, procurando orillar
aquel escollo del brevis esse laboro, obscurus fio (Art. P. 25).
, ,

36. Profundidad, pero en relación con los lectores a quien uno


se dirige. 1 1s norma básica de todo escritor saber para quién escri-
.

be y acomodarse a su categoría.

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NORMAS METODOLOOICAS PARA <, HELMÁNTICA , Y SUS PUBLICACIONES 41

37. La densidad se opone a la gárrula pedantería. Para escribir


hacen falta ideas: sin ideas no hay densidad de pensamiento, el tra-
bajo carece de fuste..

38. Pero la más rica joya del estilo es la naturalidad, tan en-
vidiable en los clásicos. No ser de los que prometen el oro y el
moro y dan basura. De ellos dice Horacio:
parturient montes, nascetur ridieulus tuus (Art. F. 139).

39. Haya armonía y orden en todo el artículo:

sit quud vis, simplex dumtaxat et mitin (Art. I" 18).

Esto supone:
1) brevísima introducción para fijar el tema, plantear el estado
de la cuestión, valorar fuentes, etc.
2) sigue el cuerpo del artículo con las divisiones correspon-
dientes, explicación de términos, desarsollo lógico de sus partes;
3) y termina con un epilogo o conclusión donde el autor hace
resaltar sus puntos de vista más o menos originales.
4) Cuando los textos y documentos son demasiado largos, y,
puestos en • el cuerpo del artículo, romperían la homogeneidad de
sus partes, se ponen al final, como apéndice.

40. No dejarse llevar del afán de publicidad. Festina lente: Ir


con calma. Delere licebit quod non edideris (Ar. P. 389). Someter el
trabajo y mostrarse agradecido a la censura de un Aristarco inteli-
gente. Por duro que sea su dictamen, tarde o temprano reconoce-
remos que ha sido para nosotros el vir bonus el prudens de que
nos habla el Venusino (Art. P. 445).

c) Reglas ortográficas

41. Este apartado reviste particular importancia con relación al


latín. Para el castellano basta seguir las normas de la Real Acade-
mia Espaftola. En cambio en latín es un hecho que la ortografía ha
variado mucho según las épocas y los autores y, para dirimir la con-
tienda entre tendencias distintas, falta un organismo científico, que
4

Universidad Pontificia de Salamanca


42 JosÉ 11 SEZ
.

imponga con suficiente autoridad su dictamen. No queda rnes más


remedio que acudir a los grandes maestros.
V ¿qué dicen los grandes maestros en punto a ortografia latina?

42. Luciano Müller, que a fines del pasado siglo inició la re-
gularización ortográfica, establece este criterio fundamental:
Igitur in tlaina lingua sequendus est nos scribendi qui obtinult apud cultis-
simuni quemque Romanortim saeculo ea, quod fuit intel Atigusti mortem et
Trajani (ab. a:p. Chr. n. 14 ad 117), proximum aureae littelrarum latinarum
aetati, cujus quidem anclares exceptis Varrone el Lucretio ac Sallustio, gin etiam
in orthographia aman( archaismos, prope acce(lunt ad usum scribendi suc p.
Chr. primi.

43. Pero, aun admitido el criterio de Müller, la ortografía la-


tina, sea por la poca regularidad de los antiguos, sea por a diver-
gencia de las lenguas nacionales, presenta unos cuantos puntos dis-
putables, sobre los cuales
grammatici certant et adlnic sub judice lis est (Art. P. 78).

Estos puntos, sobre los que vamos a fijar nuestro criterio, se re-
fieren:
1) al uso de las mayúsculas
2) a la división de sílabas
3) a los prefijos en palabras compuestas
4) al uso de la j y de la v.

44. 1) Uso de las mayúsculas—En general se acomoda a la


práctica corriente en nuestra lengua.

45. Van con mayúscula los nombres propios y los tomados


como tales: Livius, Aeneas, &Tiesta (= fidelium Congregatio),
Scriptura (= libri sacri), Urbs civitas Roma).

9 Por los años 1941 y 1942 divulgué ampliamente en «Palaesta Latina»

(números 66 el 69, 71, 73 y 74) estas mismas orientaciones ortográficas inspirado


.

en los maestros L. Orthographiac cf Prosodiae L'Urna? sununariurn,


Petropoli 1878; BRAmilAcIt , Hülfshüchlein für lateinische Rechschreibung,
Leipzig 1881; U. ANTOINE, Manuel d'orthographie Latíne, París, Klincksieck
1881; 1::_poN, Écriture el prononciation du latín, París, netin 1882: STA:MING
Trattato della Ortografía latina, Torillo, Loescher 1882.

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NORMAS METODOLOOICAS PARA HELMANTICA» Y SUS PUBLICACIONES 43
,

46. Así mismo los atributivos o apelativos, que corresponden


a Dios, o a personas de gran relieve por su dignidad, virtud, ciencia
o arte: Omnipotens, Verbum, Virgo Maria, Summus Pontifex, Venu-
sinus, Mantuanus.
Tratándose de adjetivos derivados de nombres
pro pios lo tradicional y más común es ponerlos con mayúscula:
vir Celtiber, Romana virtus, fides Punica, lingua Latina.

47. 2) División de palabras.--También aquí hemos de decir que


el latín sigue en lineas generales las normas adoptadas para el es-
pañol: fa-ce-re, di-li-ge-re, cae-mm; aes-tas, ip-se, pos-te-ri-or;
sanc-tus, con-temp-tus; pro-pri-us, ae-gro-ta-re, cas-tra.
48. . Hacemos hincapié en esta última palabra eas - ira, porque
los modernos gramáticos han desautorizado aquella regla, lo estable-
cida por los tratadistas del s. v, según la cual los grupos de conso-
nantes iniciales de palabra latina debían ligarse a la vocal siguiente:
No escribiremos, pues, ca-stra, pu-gna, e-sca, fe-stunz; sino cas- Ira,
pug-na, es-ca, fes-tum.

49. Las palabras compuestas se dividen por sus componentes:


con-stituere, con-scribere, pro-spicio, red-eo, quon-iam, et-ianz
pot-es; mejor que quo-niam, e-tiam, po-tes.

50. 3) Ortografía de prefijos.—En Palabras compuestas unos


son partidarios de la ortografía llamada etimológica, fundada en la
mera yuxtaposición (con-legium, ad-nitor in-pri-
mis); otros prefieren la euf ónica que se basa en las leyes de
asimilación (col-legium, ar-ripio, an-nitor, im-primis).
Ambos tienen sus precedentes históricos y sus autorizados culti-
vadores. Nosotros seguiremos por lo general la euf ónic a, co-
mo más en armonía con el genio de la lengua latina " y la tenden-
cia de las lenguas romances.
Con todo cuando se trate de editar o reproducir un texto o

10 LLORERA S. J., Grammatica Classicae Latinitatis, Bareinone 1920, p. 15;


jevÉ, Candidatus Latinus n.° 11, p. 4 y otros.
Cfr. lEn., Grammatici Latini, vol. vil De orthografía › passim, pero so-
, ,

bre todo en p. 151 y 162.

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44 losí: JIMUNEZ

fragmento de autores antiguos nos atendremos en esto a la,; edicio-


nes críticas, como diremos luego.

51. 4) Uso de la j y de la v.—Sabido es que los romanos no


tenían más que una grafía para la i, j y otra para la u, y ''. Sin em-
bargo hay que reconocer con Meillet, que es este un defecto capital,
el más grave del alfabeto latino. De hecho se nota ya en los anti-
guos diversos conatos de diferenciación; 1 " pero éstos no tuvieron
éxito hasta Pedro La Ramiére (1502-1572), que logró por fin Mtro-
ducir la j y la y con valor consonántico. Generalizado ya el uso de
estas letras, llamadas ramistas en atención a la Ramiére (ey lat. Ra-
mus), surge en el siglo pasado una doble tendencia: la de los tuve-
nistas, que conservando la y se desentienden de la j, y la de los
iuuenistas, propugnadores de la práctica antigua de prescindir por
igual de la j y de la v.

52.Hoy día la tendencia más generalizada es la de los iuytnis-


las, a pesar de lo ilógico de su posición y del violento ataque que
les dirige Meillet cuando escribe:
Dans beaucoup d'ouvrages, voyelle et i consonne sont également notés par
tandis que u voyelle est noté par ti, el u consonne par 1),. cette différence n'est
pas justifiable; faut conserver la graphie originale ou faire la distinclion de la
voyelle el de la consonne dilas les deux cas également.

Por eso revistas científicas de la más alta representación ()-


lógica han optado por eliminar nuevamente la j y la y y volver al
grave defecto que esto representa en el alfabeto latino '".

" Cfr. MuLLET-VENDRYEs, Grammaire comparée des langues classiques


París 1948, p. 33.—Consta entre otras razones, por un testiinonio (42 QuiNTi-
HAN() lnst. Oral. 1, 4-10,11 y por los antiguos códices, en los que se halla siem-
pre, / V, si se trata de edd. mayúsculas (Hilera librarla) y sólo i, u en códices
de letra corriente o cursiva. Ls curiosa la afirmación del maestro Vives cmi sus
diálogos, Colloquium quintum «De lectione , : vocales quinque sunt in vocabulo
hispano <, o ti e i a »>, que hoy escribimos oveja.
13 Cfr. JIMÉNEZ, G. M. F, De orthographia latina, F. rregae, 1942, pgs. 18 y 19.
' 4 Cfr. JIMÉNEZ, id. p. 20.
MEILLET, Infra'. a l' étude comp, des fatigues indo-européennes, París,
tiachette 1937, p. 11.
" Citamos como más atnies a nosotros Revire des Eludes Ltztifes de París
y Emérita de Madrid.

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NORMAS METODOLOOICAS PARA HELMÁNTICA» Y SUS PUBLICACIONES 45

53. HELMÁN ricA ve un avance en la innovación de La Ramiére


-

y, aunque reconoce que no ha perdido sus fueros la ley del capri-


cho tan finamente formulada por Horacio
quem penes arbitrium est el jus el norma loquendi (Ar. P. 71)

con todo no cree llegado aun el momento de renunciar a las ven-


tajas que, tanto en el orden teórico como práctico, representa la con-
servación de ambas letras] y e. Y en esto 1 1ELMÁNTICA no hace más
-

que seguir una fuerte corriente en cuya defensa salen filólogos


como González de la Calle, de suficiente nivel científico para corro-
borar una opinión.
Porque no debemos prescindir, escribe, del fructuoso resultado de la diferen-
ciación gráfica, mayormente cuando en ella no falseamos, sino que acusamos con
mayor relieve la distinción fonética... Nos parece tocada de un cierto carácter de
nimiedad la pretensión de dar carácter de vetustez a un escrito trazando palabras
como estas: nos, nobis, ittgum... No cabe desconocer que con semejante resulta-
do, se abre el camino a una serie de lamentables confusiones, puestas de relieve y
reconocidas por no pocos profesionales de:la Gramática 18 .

d) Notas y citas
54. Por nota se entiende una breve explicación, que se hace al
margen de la página, de algún pasaje del texto, consiStente, v. gr., en
un dato biográfico, una referencia histórica o filológica, una aclara-
ción etimológica, la perífrasis o traducción de un texto extranjero,
etcétera.
55. La palabra cita tiene un doble sentido: unas veces se aplica
a la llamada bibliográfica que se hace al margen; otras al texto o do-
cumento que se aduce en el cuerpo del artículo. Al detallar las nor-
mas convendrá distinguir a veces entre cita-llamada y cita-docu-
mento.
56. En general, las notas y citas deben ser breves, serias y
exactas.

17 Mencionamos sólo algunos: FoRcEt.uNi, en su gran diccionario; PUSTET,


en sus esmeradas ediciones litúrgicas: Ritual de 1937; Misal de 1937; Breviario
Romano de 1940; 1_10BERA en su Grammatica Classicae Latinitates, Barcelona,
1920; Palaestra Latina, revista toda en latín y ordenada al cultivo de dicha len-
gua; [DON, en su tratado de ortografía, París 1882.
GoNzio_Ez DE LA CALLE, Varia, Madrid, 1916, p. 116.

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46 ili1111 T7

57. 1::s pedantería querer rellenar de citas un trabaje. La u:, rina ,

debe ser el 11. -v ("quv, Fórmula de la discreción o owyr,0-36v,


-

Porque se puede faltar por exceso y por defecto. Citemos cuando


valga la pena. De ordinario bastará una cita selecta. No hay por ,Lti
ir amontonando autores que no hacen más que repetirse unes a
atros. Cuidemos de que los autores que citamos no estén ya supe-
rados. A ser posible, de una obra, citemos siempre la última cdicint.

58. Sólo en caso excepcional se debe acudir a citas de segunda


mano; y, cuando esto ocurra, hagamos constar con nobleza la pro-
cedencia de la cita.

59. Las citas deben verificarse una por una al corregir las prue-
bas, para evitar que, por culpa nuestra o del tipógral'o, se deslice
alguna cifra o nombre equivocado.
Sobre el i nodo de citar, he aquí las normas más autorizadas.

60. Si se citan libros, el orden a seguir es este:


1) nombre del autor, en VERSALITAS, y luego coma;
2) título de la obra, en cursivo, y también coma;
3) lugar de impresión, año y número de las páginas cita-
das, en redondo. El año modernaniente se pone se-
guido—sin coma- --detrás del lugar de edición.

M. Nivu m a MAxN, Phonetique historiarle da latin, Paris, Lihr. Kliticl.siec'Ç 1945.

61. Si la obra tiene más de un tomo, se indicará el ve lumen a


que corresponde la cita, inmediatamente después del título.

M. BAss()Ls, Sintaxis histórica de la lengua latina, 2.°, Barcelona 19-18,


328-357.

Nota: Evítese el uso de ss. o sigs. Cuando se trata de mas de


dos páginas, indígnese la primera y última página separadas por un
guioncito.

62. Si la obra forma parte de una colección, suele indicarse


ésta, poniendo dos puntos o el signo = después del título y luego,
en redondo, el nombre de la colección.

11. tlwr, Syntuktische Vertrendunr,ren der Kumis und (ler Verhulformen -- In-
dugerinani-, lie n Heidelbei 1914.

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NORMAS METODOLÓGICAS PARA 41ELMANTICA , Y SUS PuBLICACIONES 47

63. Si se trata de una obra de varias ediciones se hace constar


la edición con un exponente, llamado cifra volada, antes o después
del año:
MEILLET-VENDRYES, Traité de Grammaire comparée des langues classiques,
París 1948 2 .

64. Para citas de revista la norma es la siguiente:


1) nombre del autor, en VERSALITAS;
2) título del artículo, en cursiva;
3) nombre de la revista, entre comillas, en redondo. (Al-
gunos lo ponen en versales).
4) volumen, año (entre paréntesis) y página, en redondo.
S. JAN NACCONE, Le Par. 8084 de Prudence et la recensio de Mavortius, « Re-
vue des Liudes Latines», t. 2o (1918), p. 228-235.

65. Para diccionarios, si los artículos van firmados, se siguen


las normas que acabamos de dar para citas de revista; si van sin fir-
mar, basta citar el título del diccionario en cursiva, la voz o artículo
en redondo, precedida de la regla s. v. (=sub voce); luego, lugar y
año de impresión, de que se prescinde si se trata de diccionarios
muy conocidos.

66. Tratándose de misceláneas o volúmenes de homenaje, pue-


den adoptarse indistintamente las normas dadas para colecciones o
para revistas.

67. Para citar autores clásicos, lo mismo que para citas de la


Sda. Biblia, existen abreviaturas ya generalizadas para el autor y
para la obra (cuando tiene varias). Después en arábigos se indica el
libro, capítulo o párrafo o el canto y verso correspondiente, si se
trata de poetas: j) ;?)Lz :a (dulcissime rerunz) PLAT. Rsp. 348c; STR.
- . .

54; Pm:. Artax. 17—c olocasia VERO. Ecl. 4,20; PIAN. 21, 15,
51— 7.poos6ZECAE. Luc. 18 1; Col. 4, 3; Ronz. 12, 12.
Notas: Los cantos o rapsodias de Hornero se citan con el alfabeto mayúsculo
(A, 13, U, L5 etc) tratándose de la Ilíada y con el minúsculo (a, p, ï etc.) si se tra-
de la Odisea.
En las citas evítense los números romanos; es más cómodo y más claro usar
los arábigos.
Algunos autores griegos, como por ej. Platón, Aristóteles, llevan en combina-
ción cifras y letras.

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1S

69. Los códices, en ediciones críticas, se citan según la sigla inc


se les asigna en la introducción; pero en los textos corrientes se ci-
tan con el nombre de la biblioteca donde se conservan y la signatu-
ra que llevan en el catálogo.

Así: Cod. IiAlenae. 13290 Ck"Rlice latino de Munich, n." 3 2 00; C., Vat.
lat. 1320 Códice latino de la Itihi. Vaticana, n." 1320.

El folio se cita simplemente por su cifra correspondiente, y .::011


letras voladas, la r o la o para indicar el recto o el verso del folio.
Cuando el folio tiene dos columnas se suelen adoptar las letras a, b
para las dos columnas del recto y c, d para las otras dos del verso.

Así: Cod. Itern. 3ti3, i. 331 Codex Berninensis 303, (olio 3 1) 1 re(t).

Terminamos este epígrafe con algunas observaciones prácticas.

70. Las notas deben ir en la página correspondiente, coi i nume-


ración única hasta el final del artículo. Tratándose de libros, puede
comenzarse la numeración en cada capítulo.

71. Cuando varias citas ilustran una misma materia, se separan


entre si sólo con punto y coma.

72. Si la cita se repite, basta citar el autor, el Mulo abreviado y


la página. Evítense las siglas I. c. (----- loco cita/o) y similares, a no ser
que ya figure previamente la obra en la misma página.

73. Las obras, colecciones o revistas de fama universal podrán


citarse por siglas o abreviaturas, conforme vamos a decir enseguida.

e) Siglas y abreviaturas

74. Entendemos por siglas las abreviaturas a base de la prime-


ra letra de la palabra; cuando se usan dos o más letras se llaman
simplemente abreviaturas. Este uso, ya muy antiguo, se ha intensi-
ficado en nuestros días hasta rayar en abuso.

75. La norma primera en este punto debe ser la parquedad y la


precisión, para evitar confusiones. Sean, pues, pocas e inequívocas.
He aquí algunas de las siglas más universalmente admitidas.

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NORMAS METODOLOOICAS PARA , d IELMANTICA > Y SUS PUPLICACIONES 49

76. 1) Nombres propios.


A. Aultis. N., Num. = Numerius.
Ap. Appius. P. - Publitts.
C. Gaitis. Q., Qu. _ Quintus.
Cl. Claudius. R. Rufus.
Cn. Gnaeus. S., Sex. Sextus.
D. - Decimus. Ser. Servius.
L. Lucitts. Sp. - Spurius.
M. — Marcus. F. _ Fitus.
M. Manius. Ti. Tiberius.

77. 2) Algunas más corrientes.

a. d. = ante diem P. C. Patres Conscripti.


a. U. c. — ab Urbe condita. P. M. Pontifex Maximus.
C., cur. curavit. Pr. Praetor.
cos. = consta. Q. B. F. S.= Qttod bonum faustumque sit
coss. = consules. R. P. -- Res publica.
D. D. D. = dad, dicat, dedicad S. C. Senatus consultum.
D. O. M. = Deo Optimo Maximo. s. p. d. - salutem idiriman dat.
F. F. F. =- felix, faustum, fortunatum.S. P. Q. R. -=Senatus poptilusque ro taints
H. S. E. = hic situs est. s. t. t.l. sil tibi terra levis.
K., kal. = Kalendae. V. Cl. = 'ir clarus.

78. 3) Para colecciones y obras monumentales.


AAS. = Acta Apostolicae Sedis.
ASS. = Acta Sanctae Sedis.
CIC. Codex Iuris Canonici.
CIL. = Corpus Inscriptionum Latinarunz.
CSEL. =. Corpus Scriptorum ecclesiasticorum Latinorum Academiae Vindebo-
nensis.
ES. = España Sagrada (Flórez-Gonz. Palencia: 51 vols. Madrid 1747-1879;
Indice de Gonz. Palencia, Madrid 1918).
MGH. Monumenta Gernzaniae historica. 19
MLI. Monumenta linguae lbericae (Htibiter).
PG. = Patrologia Graeca (Migue).
PL. = Patrologia Latina (Migue).

19 Monunzenta Germaniae historica es la más importante colección aun para


asuntos hispánicos. La inició Hannover en 1826 y está dividida en cinco seccio-
nes: 1) Scriptores, (Antiquissimi, rerum Merovingiartzm, Longobardorum et Da-
licarum, Germanicarum); 2) Leges con cinco subdivisiones; 3) Diplomata; 4)
Epistolae; 5) Antiquitates. Los textos recogidos en M O 1 1 corresponden a la
-

época antigua y medieval hasta el 1500.

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JOSÉ JIMÉNEZ

Patrologia Orienlalis.
Rl Real-Encycloplidie dér Idassischen Altertumsivissenschaft. (0)rs la
citan por los nonthres de Pouly-Wissolva).

79. 4) Para revistas.


Aevum. Rassegna di Scienze storiche,linguistiche e fil )1 cht. .

Americím _puma( of Philology, Baltimore.


AST. Analecta Sacra Tarraconensia, Tarragona.
C.Civiltá Cattolica, Roma.
Emérita, Madrid.
C.Études Classiques (Les), Namur.
<Z. Zeistschrift fiir vergleichende Sprachforschung, fundada por A.
Ktihn y conocida vulgarmente por Kuhns Zeitschrift, Gol inga.
n ISL. Mémoire de la Société de Litzguistique de Paris, Paris.
)11W. lBerlinerj Philologische Wochenschrift, Berlín.
Revue des Eludes latines, París.
Revista de Filología Española, Madrid.
Rivista di Filologia e d' Istruzione Classica,
Revue de Pilologie, París.

80. 5) Para diccionarios.


Du CAN 0E, lat.: Glossariunt ad scriptores mediae el infinzae
avis 1678; ed. nova, Niort, L. Lacre 1883-87, 10 vols.
Do CANOE, graec. Glossarium médiae et infimae graecitatis, Lugd. 1638
recientemente en 2 vols. París, Geuthner 1913.
VoRcntiNi Lexicon folios latinifatis, Patavii 1770, ed. novissniut Patavii
O. Los dos últimos volúmenes los forma el Onomastikon torius /cdinitatis,
'milla 1913, preparado por Perín.
Thesaurus linguae latirme, publicado por las Academias alemanEts,
_.eipziz 1900 n. Repertorio el inás rico, pero incompleto aún, 8 vols.: A ---- Matri-
non
KEIL, : Grammatici Latini, ex iecensione Henrici Keilii, 1-VIII, Leipzig,
'ciamer 1857-1870.
WALDE Lateisnisches etymologisches Würterbuch, confeccionado ror
Walde y en sil 3.' ed. refundido por J. B. lionnann, Heidelberg 1038.
loisAcQ E. Boisacq, Dictionnaire étymologique de la bague grecqu.?,
Incksieck 1938.
ERN()11T-MEIli FE -- A. Ernout y A. Meillet, Dictionnaire étymologique de la
qngue latine, París 1932.
Lizwis-SIloRT Lewis-Short, A.,Latin Dictionary, Oxford, Clarendon 1915.
L1DELL-So:n - r Lidell-Scott, A. Greek-Eriglish Lexicon, Oxford, Ciaren-
un 1910.
EVER-LCIII k E Meyer Liihke , Romanisches - etymologisches Würterbuch,
leidelherg 1930.a (Adiciones españolas a este diccionario en RFE. 1918 y 1919
lor Américo Castro).

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NORMAS METODOLOGICAS pARA \ukN-ric.\ Y sus PUBLii\ci \ Es ;1

81. 6) Para colecciones de clásicos.


TEUBNER = Bibliotheca scriptorum graecorum et latinorum Teubneriana,
Leipzig, Teubner (sólo texto).
CLARENDON Scriptorum classicorum Bibliotheca Oxoniensis, Oxford,
Clarendon (sólo texto).
IluDÉ = Collection des Universités de France, publiée sous le patronage de
Asociation Guillaume Budé. Paris, Les Belles-Lettres (texto y traducción).
LOEB = Loeb Classical Collection, London, Ileinemann (texto y traducción).
CHIANTORE Collezione di Classici Greci e Latini, Torino, Chiantore (tex-
to y comentario).
BERNAT METOE = Colección Catalana con 32 vols. de autores griegos y 44
de autores latinos, Barcelona.

82. 7) Para citar la Biblia y autores clásicos.


Los autores clásicos, lo mismo que los libros santos, ordinaria-
mente se citan en abreviatura. Hay abreviaturas tradicionalmente ad-
mitidas. Para los autores latinos cfr. F. GAFFIOT, Dictionnaire illus-
trée latin-franpais, París 1946. Para los griegos cfr. A. BAILLY, Dic-
tionnaire grec-franpais, París 1930 y para la sagrada Biblia las adop-
tadas por el Instituto Bíblico de Roma, que por su frecuente uso
entre eclesiásticos recogemos aquí:
Libros del A. T.: Gen. Ex. Lev. Num. Deut. Jos. Ruth. Jud. 1-4 Reg.
1-2 Par. Esdr. Neh. Judith. Esther Job. Ps. Prov. Lec]. Cant. Sap.
Eccli. Is. Jer. Bar. E.z. Dan. Os. Joel Amos. Abd. Jon. Mich. I lab.
Soph. Agg. Zach. 1-2 Mac.
Libros del N. T.: Mt. Mc. Lc. Job. Act. Ruin. 1-2 Cor. Cial. Eph. Phi!.
Col. 1-2 Tint. Tit. Llebr. Jac. 1-2 Petr. Juda. 1-3 Joh. Apoc.

f) Transcripción de textos y aparato crítico


83. Al hablar de transcripción de textos nos referimos prefe-
rentemente a las citas-documentos o sea a la reproducción de un
texto en el cuerpo del artículo, aunque a decir verdad las normas
que vamos a dar tienen también aplicación para la reproducción crí-
tica de obras enteras.
Prescindimos de la transcripción que el DR. VIVES llama corrien-
te, para la que se hallarán sabias indicaciones en Analecta 2 0 y en las

2 0 VIVES, Normas para las publicaciones de Balmeriana, «Analecta S. Tarr.»


15 (1942), p. 210 y 211. Posteriormente el Dr. Vives ha refundido estas normas
en su interesante folleto Esquemas de Metodología, Barcelona 1947, cuya prime-
ra parte dedica el autor a facilitar una selección bibliográfica amplia y sistemá-
ticamente dispuesta.

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.10:SÉ jUvlf:NEZ

Normas de la Escuela de Estudios Medievales, 21 para fijarnos pre-


ftrentemente en la paleográfica, que es la que más interesa a los
filólogos.

84. Lo primero que se requiere es una escrupulosa fidelidad en


la transcripción.
Si el texto es defectuoso o de difícil interpretación se pueden
introducir variantes o correcciones para mejorarlo, utilizando en ese
caso los signos de crítica textual comúnmente reconocidos. Estos
signos son:
85. ---- Paréntesis angulares, para adición de letras o palabras introducidas
por conjetura: , ..:.:icluces>.

86. [1 Paréntesis cuadrados o corchetes, para restituir letras, sílabas o pa-


labras borradas o borrosas en el original: [du]ces. Si la huella exis-
te, y no es posible restituirlas, se pone sencillamente el paréntesis
en blanco: [ 1. Cuando no pudiendo fijar las letras, se puede calcu-
lar el número de ellas; si son muchas, se indican con un [Minero
entre guiones cerrado por corchetes rectos: [-l4-[; si son pocas, se
señalan con puntos: 1...[ :c. faltan tres letras.

Semiporéntesis o medios corchetes, para las correcciones que intro-


duce el editor, sustituyendo lo que a su juicio figura en el original
por error de copia, etc.: [ducesi si por ejemplo en el i mis. se leyere
reges, pero indebidamente.
88. () Paréntesis redondos, como solución de abreviaturas de difícil inter-
pretación, que figuran en el texto: P(etrus) A(bbas).
Asteriscos, para señalar las lagunas que no han dejado huella en el
original.

90. t—tEntre cruces, se poner pasajes o frases en que el texto parece cla-
[atinente corrupto, sin que el editor se atreva a proponer una en-
mienda, siquiera conjetural.

91. } Entre llaves, se reproducen las glosas o interpolaciones, que se su-


pone no formaban parte del texto original; pero que han ido reco-
giendo los códices: Iduces}

92. ? Interrogante. Detrás de grafías o palabras poco correctas y de cuya


originalidad se duda. Cuando la corrección es difícil, se pone el in-
(sic) terrogante; en cambio, cuando el lapsus o defecto es obvio se es-
cribe detrás de la palabra sic: (laceen, (sic) o se pone una admira-
ción: ducem!

' 1 Normas de transcripción y edición. Madrid, 1944. p. 15-23.

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NORMAS METODOLOOICAS PARA «HRIAÁNTICA» Y SUS PUBLICACIONES 53

93. II Las rayitas verticales se usan, en las transcripciones seguidas, para


marcar el cambio de línea, columna o página.
94. Lineas oblicuas, de sentido contrario, para indicar las adiciones in-
terlineares del manuscrito: Iduccs/. Indica que duces está en el ms.,
pero entre líneas.
En cuanto al aparato crítico las normas principales " son las si-
guientes:

95. Primero, la claridad. Y aunque debe procurarse recargar


lo menos posible las notas críticas, esto no ha de ser óbice, para que
las pueda entender con facilidad cualquier lector medianamente ini-
ciado.

96. Se pone en cursiva toda indicación del aparato crítico, que


no sea variantes o lemas.

97. Lenta es la palabra o palabras del texto que se copian en el


aparato y a la que se refieren las variantes. Cuando la palabra que
sirve de lema se halla repetida en la misma línea, se le añadirá en
la nota un exponente o número volado, indicando el lugar que ocu-
pa en dicha línea: ducem 2 — la 2. palabra.

98. Los mss. se designarán por siglas o letras mayúsculas del


alfabeto latino, procurando que cada mayúscula recuerde el lugar o
biblioteca donde se conserva el ms.: M = Matritensis; E ---- Escu-
rialensis. Si no bastan las letras latinas se acude a las griegas, no
utilizando más que las que difieren de las latinas.

99. Las siglas en el aparato crítico deben enumerarse siempre


según el orden de prelación que se haya dado al ms. en el estudio
introductorio.
100. Los blancos dejados en el rns. por el copista se indican
con la abreviatura lac. y una cifra para señalar la extensión aproxi-
mada de la laguna: lac. 9 litt, es decir, laguna de nueve letras.
Algunas lagunas de mss. latinos tal vez puedan resolverse a base

22 Para más detalles consúltese la obra de L. HAVET, Manuel de critique ver-

bale appliquée aux textes latins, París 1911; el folleto Normas de transcripción
y edición, Madrid 1944, pág. 23-32 y el del franciscano C. Bmic, De critica tex-
tuali scholasticorum scriptis accommodata, Romae 1945.

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del curioso diccionario de O. GRADENWITZ, Laterculi VOCUM Latina-


runi, voces Latinas eta fronte et a tergo ordinatas, Leipzig 1914,
que contiene 50.000 voces por orden alfabético comenzando por las
últimas letras, corno nuestros diccionarios de la rima.
Para interpretar abreviaturas es bueno el Dizzionario di abbre-
viature latine ed italiane, Milán, Hoepli 1929, preparado por A. CA-
PELLA.
101. Aunque las observaciones se hagan en español, las abre-
viaturas deben tornarse del latín, tal corno se admiten ya tradicio-
nalmente; cuidando de que haya uniformidad en todo el aparato
crítico en el uso de las abreviaturas.
102. I le aquí la lista de algunas de las abreviaturas más usadas:
add. addit. in v.
al. in r. in rasura.
a. ras. ante rastirain iter. iteravit.
ca. ca. lac. lactma.
ceft. ceteri. I. c. loco cilla°.
cf. confer. leg. legit.
cl. collato, collatis. lib. liber.
cod. codex. lit. litura.
codd. codices. litt. littera, litterae.
comin. commentarius. I. I. loco laudato.
comp. compendium. med. medio.
coni. coniecit. mg. in margine.
COrr. correxit. ms. codex manu scriptus.
del. delevit. mss. codices inanu scripti.
des. desinit. mut. mutavit,
dist. distinxit. out. omisit.
e. corr. ex correctione. op. cit. in opere citato
ed. editor, editio, edidit. praern. praemisit.
ed. pr. editio princeps. pr. m. prima manus.
e. g. exempli gratia. rell. reliqui.
cm. emendavit. rest. = restituit.
eras. erasit. S. _ supra.
fOrt. fortasse. sc. scilicet.
gl. glosas. sec. ni. secunda manus.
h. I. hoc loco. supp. supplevit.
i. e. id est. S. v. _ sub voce.
in. in. in margine. trad. traditur.
inc. incipit. trans. transponit.
¡o s. inseruit.

103. A veces las ediciones, además del aparato critico, llevan un

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aparato de referencias a fuentes, imitaciones y transcripciones o ci-


tas del original, que se hallan en otras obras. Este aparato de referen-
cias se coloca entre el texto y el aparato crítico, señalando con si-
glas F(ontes), Amitationes), T(ranscriptiones), según la referencia de
que se trate; sigue la línea del texto y la prirmea palabra de la cita,
un guión, línea del texto y la palabra con que termina, dos puntos
y luego, la referencia exacta del autor, obra y pasaje. Así;
F: 7 Anno — 8 consulibus: Eutrop. Breviarium 6, 17.
104. Cuando no sea preciso este segundo aparato pónganse en
su lugar las breves notas aclaratorias del editor, reservando para los
índices o el apéndice las explicaciones algo más extensas, máxime
las de carácter geográfico e histórico.
g) Grafías y signos especiales
105. Aunque es prácticamente imposible lograr una ortografía
fonética aplicable a todas las lenguas, existen una serie de signos y
algunas grafías de carácter universal.
Para el alfabeto fonético completo remitimos al autor a la R E E,
t. 2.° (1915), p. 374-376 o a manuales de fonética como el conocido
de KlECKERS 23 Aquí sólo queremos catalogar unos cuantos signos
.

y grafías de más corriente uso:


106. 1) Cantidad de la vocal.
Vocal larga: a et o u.
Vocal breve: déló
Vocalindiferente:4 é t ó 11.
107. 2) Grado de amplitud.
Vocal abierta: a eio u.

Vocal normal: a e io u.
Vocal cerrada: a eio u.
108. 3) Grafías especiales.
O = sonido de z española: aOada = azada.
e = sonido de ch española: mueo = mucho.
x = sonido de j española: xamás = jamás.
k = sonido de k y ca: kasa casa.
r = sonido de r doble. karo = carro.
u, i= sonido no vocálico: uenia, iugum = venia, jugum.

23 E. KIECKERS, Historische Lateinische Grammatik. 1. Lautlehre, Mijo-


chen 1930, donde se hallarán (Oros sinos de interés fonético p. XXI-XXIV.

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Sh jOSÉ jiMÉNEZ

109. 4) Signos.
El asterisco delante de una palabra indica que dicha palabra no está atesti-
guada, sino que se supone3Así, la .existencia del castellano aguzar; francés,
aiguiser; italiano, aguzzare, que no puede derivar del latín literario acuere,
nos fuerza a suponer un * acallare en latín vulgar, que lo representamos con
porque no está documentalmente comprobado.

110. • Es signo de derivación: dacruma __-- lacrima; facto


-— inficio; deiva
>diva.
111. ( ) En morfología se usa el paréntesis para señalar los infijos:
5.a.(ft.)-etvo.) frente a 1 -.a-o'; reli(n)quo frente a reliqui.

Hl. CORRECCIÓN DE PRUEBAS


112. Ante todo interesa revisar previamente con cuidado el ori-
ginal, sin esperar a corregirlo en las pruebas.
113. Así y todo se precisarán más o menos correcciones, según
la naturaleza del trabajo. En trabajos corrientes se hacen dos: la de
galeradas y la de compaginación; pero cuando se trate de trabajos
cientificos o de lenguas no bien conocidas del tipógrafo o linotipis-
ta aconsejamos que se hagan al menos tres.
114. Para la corrección de pruebas se usan llamadas, signos y
señales. He aquí reunidas las más usadas.

Llamada::
flU IT
2. 3 4
1

S;gnos: 191 mi Ln Î 't c' /Y+1./4 C'e 'rt/4


6 7" g 9 la II /3 /$ 141 11

Señales:
°"%"%•••••1 —4 1—
eq o
1 '1
1-4 Simples llamadas. 12 Letra cursiva.
5 Supresión. 13 Mayúsculas.
Unión, quitar espacio. 14 Caja baja o minúsculas.
7 Separación, poner espacio. 15 Versalitas.
8 Transposición de letras o de p a- 16 Negrita.
labras. 17 Punto y seguido.
9 Volver la letra. 18 Punto y aparte.
10 Tipo volado o de exponente. 19 Trueque de líneas.
11 Tipo redondo. 20 Alinear las leti as.

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NORMAS METODOLOOICAS PARA «IIELMÁNTICA» Y SUS PUBLICACIONES 57

115. Las llamadas no detallan la corrección; sirven sólo para


llamar la atención del cajista. La llamada se repite al margen, y jun-
to a ella se escribe el signo de la corrección que deba hacerse. Para
evitar confusiones no se repita la misma llamada en las líneas próxi-
mas; por eso se señalan bastantes y aun puede aumentarlas fácil-
mente el corrector.

116. Los signos se ponen sólo al margen, a la derecha o iz-


quierda de la llamada.

117. Las señales son a la vez llamadas y signos. En rigor basta


ponerlas en el texto; con todo, para mayor claridad, será bueno re-
petirlas al margen.

118. Toda observación o palabra que no deba figurar en el tex-


to hágase con otra tinta o sino, enciérrese en un recuadro.

Casos prácticos

119. Cambiar una letra por otra. Se señala la letra mala con una de las lla-
madas del 1, se repite la misma llamada al margen y al lado se escribe la letra
que convenga.
Si las letras o palabras que se han de cambiar son varias se usarán las llama-
das 4, que pueden abarcar toda la corrección.

120. Afiadir una o varias letras. Para que no se origine confusión se pone
la llamada en el lugar donde deba añadirse; si esto no es posible, se señala la le-
tra próxima y luego al margen se repite la letra señalada y la que que falta:
v. gr. para corregir Salmanca se señala la / y al margen se escribe: la.

121. Ariadir palabras o frases. Se escriben las llamadas 3 en el blanco donde


faltan y al margen se repite la misma llamada y las palabras que deban añadirse.

122. Suprimir letras o palabras. Se tachan las letras o palabras sobrantes


con las llamadas 1, 2, 4, según convenga, y al margen se escribe el signo 5.

123. Separar letras o palabras. Entre letras o palabras indebidamente uni-


das, se traza la llamada y el signo 7.

124. Lo mismo se hace para unir o transponer letras o palabras, pero cui-
dando de poner al margen el signo correspondiente.
5

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58 JOSÉ JIMÉNEZ

CONCLUSION

Tal vez el interés mayor de estas «normas metodológicas» radi-


que, más que en las enseñanzas que encierran, en las iniciativas que
puedan suscitar y en las actividades que encaucen.
Al redactarlas pensábamos no tanto en los maduros colabo.rado-
res, cuyos criterios nos proponíamos unificar en orden a 1 InmAN-
-

TICA y sus futuras publicaciones, cuanto en los jóvenes afanosos por


los estudios humanísticos, en los que quisiéramos despertar hondas
inquietudes y levantados ideales, orientándolos en los primeros di-
fíciles pasos de investigación, redacción y corrección de sus trabaos.
«Haec est via», les diremos valiéndonos de una frase bíblica. Te-
néis trazado el camino, el itinerario, el método científico. No todo
depende ciertamente del método. El éxito es del tesón en ei trabajo
—non nisi sudatae debetur laurea fronti—; pero ¿qué duda cabe que
el trabajo tesonero unido al método es como la máquina del tren
colocada sobre railes, que arrastra molesy devora distancias, o como
el agua, que - encauzada - lleva la riqueza a las industriosas ciudades
y - desbordada - no sirve sino para sembrar el terreno y amontonar
desgracias?
Máquina sobre railes, corriente sabiamente encauzada es el tra-
bajo científico, cuando se ajusta a las normas de metodología.

JosÉ J1MENEZ DELGADO, C. M.

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