Trabajo Práctico Historia Del Paraguay - Grupo 6 Tema 8

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCION

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES

HISTORIA DEL PARAGUAY

TRABAJO PRÁCTICO GRUPAL

TEMA: “Época de Don Carlos Antonio López”

DOCENTE: Juana Ferreira.

ALUMNOS:
 Nicolás Ezequiel Ayala Oviedo C.I. 5.991.446
 Elías Sebastián Coronel Rolón C.I. 5.719.789
 Sophia Belén Crechi Aguilar C.I. 5.794.141
 Astrid María Antonella Jara Basualdo C.I. 5.968.548
 Kevin Mathías Portillo Zárate C.I. 5.730.089
 Eva María Azucena Recalde Duarte C.I. 5.142.582
 Tomás José Agustín Zarza Vera C.I. 4.951.894

CURSO: Primer Semestre.

CÁTEDRA: Tercera.

TURNO: Noche.

FECHA DE PRESENTACIÓN: 28/03/22.

Asunción – Paraguay

2022
ÍNDICE
Introducción.......................................................................................................................3
El Congreso de 1841.........................................................................................................4
Congreso extraordinario de 1842:.....................................................................................4
Congreso de 1844: Primera constitución...........................................................................5
Reconocimiento de la Independencia y tratados de límites...............................................5
Cuestiones con el Brasil:...................................................................................................5
Preparación de la sucesión:...............................................................................................5
Mediación en el conflicto argentino:.................................................................................6
Pacto de San José de Flores:..............................................................................................6
Obras de Don Carlos Antonio López:...............................................................................8
Educación y Cultura:.........................................................................................................8
Periodismo:........................................................................................................................9
El Paraguayo Independiente:.............................................................................................9
Artes Plásticas:................................................................................................................10
Semblanza de Don Carlos Antonio López:.....................................................................10
Francisco Sánchez:..........................................................................................................11
Juan Andrés Gelly:..........................................................................................................11
Conclusión.......................................................................................................................13
Bibliografías....................................................................................................................14

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Introducción.
El presente trabajo practico trata sobre la época de Don Carlos Antonio López,
primer Presidente Constitucional, su periodo fue de suma importancia ya que la
histografía paraguaya ha avanzado mucho en la producción de obras rigurosas respecto
a las características políticas, sociales, económicas y regionales de su Gobierno,
Cubriendo la creación de una constitución, la estructuración de una forma de gobierno,
el desarrollo de una matriz productiva relativamente original, el intento de formar parte
de una región como una unidad soberana autónoma, la patrimonializacion mediante
adquisición de edificios para la administración nacional, etc. Su objetivo principal fue el
de sostener la independencia frente a potencias vecinas, que constituían un peligro
constante. Sin embargo, no podemos olvidar que su Gobierno fue una dictadura de
poder y no existió una división de poderes.
A continuación, explicaremos detalladamente los aspectos que nos parecieron
fundamentales mencionar sobre su Gobierno de Don Carlos Antonio López.

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ÉPOCA DE DON CARLOS ANTONIO LÓPEZ.
El Congreso de 1841.
El 12 de marzo de 1841 se reúne el Congreso Nacional, cuya presidencia estuvo a
cargo de Don Carlos. Este Congreso dio nacimiento al segundo consulado integrado por
Mariano Roque Alonso y el mismo Carlos Antonio López. Este gobierno duraría tres
años. Alonso quedó como -Primer Cónsul-, incluso con un sueldo mayor que el otro
cónsul, sin embargo, Alonso no era sino un simple miliciano, sin demasiadas luces,
educado en la escuela de obediencia ciega del Supremo Dictador. Por esto, la verdadera
administración de la república quedaba en manos del Cónsul López, mientras Alonso se
encargaba de mantener el orden interno.
La labor de este segundo consulado fue sencillamente extraordinaria y muy fecunda,
siendo notable el espíritu emprendedor de Carlos Antonio López, secundado por el
patriotismo limpio y sincero de Alonso. Los presos políticos fueron puestos en
libertad, incluyendo a los ancianos que envejecían en las prisiones, apresados por
razones arbitrarias, injustas o meramente políticas. El caudillo oriental Artigas también
fue beneficiado con esta amnistía, ya que desde hacía un tiempo estaba bajo detención.
Se organizó jurídicamente el país, sobre todo en el interior, donde mandaban los
tenebrosos hombres de “confianza” del supremo, que convirtieron la campaña en un
feudo personal, las autoridades del interior fueron organizadas. Se prosiguió con la tarea
de distribuir tierras, semillas y animales a los campesinos, aunque con la misma tesitura
del Doctor Francia, no se otorgaban títulos de propiedad.
En esta época se crea la academia literaria, bajo la dirección de Marco Antonio Maíz,
que daría al Paraguay sus primeras letras y sus primeros literatos de talento, era Don
Carlos del pensar que solo un pueblo ilustrado puede conquistar un destino digno, de
progreso y libertad.
También data de este periodo el famoso decreto de Libertad de Vientres, que
otorgaba la libertad a todos los hijos de esclavos nacidos a partir de la promulgación de
esta ley. Por lo común se sostiene que esta ley abolicionista pertenece al gobierno
constitucional de Don Carlos, sin embargo, fue obra del Consulado López Alonso. De
este modo, el Paraguay da por abolida la esclavitud (dentro de un proceso paulatino y
progresivo) más de 20 años antes que los Estados Unidos, 45 años antes que el Brasil,
siendo el primer país del Plata en hacerlo. Consideraba Don Carlos que la institución de
la esclavitud era ignominiosa y no digna de un país que se quiere tener a si mismo como
civilizado.

Congreso extraordinario de 1842:


Otra de las obras muy importantes del Consulado fue la convocación del Congreso
Extraordinario, el 25 de noviembre de 1842, para la ratificación de la independencia
nacional. No hay que olvidar que el Paraguay nunca labró un Acta de Independencia
tras su emancipación de España en 1811. Era una independencia “de facto”, que el
Segundo Consulado quería elevar a categoría jurídica, para que, en el marco del derecho
internacional, el Paraguay sea tratado como la nación soberana que en realidad era. Así
que el mencionado Congreso ratifica la Independencia, la que se jura en toda la
República el 25 de diciembre de 1842. Este mismo Congreso reglamentó el Pabellón
Nacional (que ya era la bandera Tricolor) y adoptó el Sello de Hacienda (El León y el
Gorro Frigio). En 3 años de Gobierno Consular, el Paraguay avanzó a pasos
agigantados. Había solucionado al menos en gran parte sus problemas sociales, políticos

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y económicos. Solo bastaron 3 años de un gobierno patriota y honesto para poner de pie
al Paraguay. ¡Qué lección proverbial para nuestros políticos de hoy, que a más de 17
años de sucesivos gobiernos democráticos no hacen sino hundir cada vez más al
Paraguay!

Congreso de 1844: Primera constitución.


En 1844 expiró el mandato del consulado, por lo que él mismo convocó al Congreso
General el 13 de marzo de 1844. Se reunieron unos 300 diputados de todos los partidos
para la adopción de una nueva forma de gobierno, un proyecto que había sido
presentado por el cónsul López. Tal fue la primera Constitución Nacional, titulada “Ley
que establece la Administración Política de la República del Paraguay”. La mentada
Constitución consagró prioritariamente las obligaciones de la soberanía y nada de sus
derechos. En cuanto a la estructura de poderes, si bien prevé la clásica división
tripartita, en la práctica su funcionamiento está regido por la voluntad del “Supremo
Gobierno de la República”, el Poder Ejecutivo.
Aprobada la constitución el mismo Congreso procedió a la designación del
Presidente de la República, Carlos Antonio López, por el periodo legal de 10 años. Don
Carlos no omitió medios para obtener el reconocimiento de la independencia nacional
por la Argentina, que llevó diez años de arduas gestiones y sensibles menoscabos.
*Ref.: Manual de Historia Paraguaya, Pág. 93. Luis G. Benítez.

Reconocimiento de la Independencia y tratados de límites.


Juan Manuel Rosas empecinado en negar la independencia nacional no pudo
contrarrestar el frente opositor liderado por el Brasil. La defección de Urquiza
determinó su caída. Durante 5 meses en el Gobierno de la confederación argentina, el
Gral. Justo José de Urquiza envió a Asunción al Dr. Santiago Derqui quien el 17 de
julio comunicó el reconocimiento de la independencia del Paraguay, y firmó tratado de
límites con el canciller Benito Martínez Varela que consagró la línea del Paraná el
Paraguay y el Bermejo. El tratado consagró la renuncia al valioso territorio de Misiones
que era de importancia estratégica por la comunicación con el Brasil.

Cuestiones con el Brasil:


Habiendo reconocido en 1844 la Independencia nacional y acreditado una Legación
permanente en Asunción, la cancillería Imperial fue manejando sus relaciones con el
Paraguay en función a sus intereses, sintetizados en dos puntos claves: libre navegación
del río Paraguay, para un acceso irrestricto a sus territorios occidentales, y consagración
de sus pretensiones territoriales. En el tratamiento de la cuestión de límites, pretendía la
línea de las Cordilleras y el río Apa, y el Paraguay reivindicaba la línea nominada por el
tratado de San Ildefonso: el ygurey o Ivinhema, una línea arcifinia y el río Corrientes o
Blanco. Múltiples negociaciones y Tratados no condujeron a nada finalmente, tras la
guerra del 64/70, Brasil ocupó todos los territorios pretendidos y aún más.
*Ref.: Manual de Historia Paraguaya, Pág. 95. Luis G. Benítez

Preparación de la sucesión:
La ya larga presidencia de Carlos A. López iba terminando su segundo periodo. En
ese momento y referida a la política interna, su iniciativa de mayor trascendencia fue sin
duda, el proyecto de enmienda de la Constitución, convertido en Ley por el Congreso
extraordinario de 1856. La enmienda consagra condiciones nuevas y trascendentes con
vistas a la futura sucesión presidencial; así la habilitación de candidato del fuero militar
que haya cumplido 30 años de edad. Especialmente decisiva era la facultad otorgada al

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presidente de la República, para designar sucesor por un pliego cerrado, sujeta a la
ratificación por el Congreso a ser convocado por el designado, ya en ejercicio del poder.
Sin duda se preparaba la sucesión del primogénito en la presidencia de la República, en
razón de que los impedimentos contenidos en la Constitución vigente del fuero civil y
40 años de edad quedaban allanados por la enmienda.

Mediación en el conflicto argentino:


Interesados en poner en vigencia la teoría sobre el “equilibrio del Plata”, los López
(el presidente Carlos Antonio y su hijo el general Francisco Solano) no dudaron en
ofrecer su mediación a la Argentina para poner fin al sempiterno litigio entre Unitarios y
Federales.
Aceptado como mediador entre los bandos argentinos en disputa, el menor de los
López coronaba su brillante actuación diplomática con la firma de un pacto de unión
entre los generales contendientes Bartolomé Mitre, líder del Partido Unitario y Justo
José Urquiza del Partido Federal.
El Pacto, llamado de San José de Flores, firmado después de la batalla de Cepeda, en
Noviembre de 1859 y de la que emergieron triunfantes los partidarios de Urquiza,
consagra en su artículo 1º: "… la integración de Buenos Aires a la Confederación
Argentina".
En consecuencia, Urquiza proclamaba al pueblo porteño: "No más unitarios ni
federales". Electo Santiago Derqui como Presidente en Marzo de 1860, no pasaría
mucho tiempo para que los conflictos se agudizaran nuevamente.
Vuelta la guerra y tras la batalla de Pavón, el 17 de Septiembre de 1861 y ganada por
los Unitarios, llegaría Mitre al poder. De acuerdo a la versión del periodista y escritor
argentino Jorge Lanata, a partir de entonces la guerra contra el Paraguay estaba resuelta.

Pacto de San José de Flores:


El Pacto de San José de Flores, a veces denominado también Pacto Unión San José
de Flores, Pacto de Unión Nacional, Convenio de Unión o Pacto de Familia, fue un
"convenio de paz y unión" firmado entre la Confederación Argentina y el Estado de
Buenos Aires el 11 de noviembre de 1859, luego de la victoria de la Confederación en
la Batalla de Cepeda. Mediante el Pacto la provincia de Buenos Aires se declaró parte
de la Confederación Argentina y se comprometió a aceptar la Constitución de 1853,
luego de que una convención constituyente especial analizará las reformas propuestas
por la provincia. Aún sin mencionar expresamente la eventual federalización de la
Ciudad de Buenos Aires que disponía la Constitución de 1853, el Pacto reconoció la
integridad territorial de la provincia, aceptando que cualquier división de la misma
debía ser consentida por la legislatura provincial.

Antecedentes:
Desde fines de 1852, la Argentina estuvo dividida en dos estados separados, sin más
relación que la diplomacia y el comercio: la Confederación Argentina, formada por las
trece provincias del interior, y el Estado de Buenos Aires, formado por la actual
provincia de Buenos Aires. La división se había originado por la negativa de Buenos
Aires a refrendar el Acuerdo de San Nicolás y a participar en la sanción de la
Constitución Argentina de 1853.
La división puso en serios aprietos a la Confederación, más que a Buenos Aires, ya
que la principal fuente de impuestos, la Aduana de Buenos Aires, permaneció
controlada por el gobierno porteño. Por otro lado, si bien nominalmente los países
europeos y americanos reconocían solamente a la Confederación, sus diplomáticos

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preferían residir en Buenos Aires, ciudad mucho más grande y cómoda que la entonces
pequeña capital de la Confederación, Paraná.
El gobierno porteño contaba con algunos aliados en el interior, sobre todo el
gobernador de la provincia de Santiago del Estero, Manuel Taboada, y poderosos
partidos liberales en Salta, Corrientes, Tucumán y San Juan. Cuando los liberales de San
Juan lograron apoderarse del gobierno provincial por medio del asesinato del caudillo
federal Nazario Benavídez, estalló la guerra entre la Confederación Argentina y el
Estado de Buenos Aires. No duró mucho, y básicamente se limitó a la batalla de
Cepeda, del 23 de octubre de 1859.

Negociaciones:
Mientras la prensa porteña y el gobernador Valentín Alsina proferían insultos contra
los federales, convocando al pueblo a la defensa a toda costa de la capital, el general
vencido, Bartolomé Mitre, retrocedió con su infantería hasta la ciudad.
El presidente Justo José de Urquiza tenía orden del Congreso Nacional de incorporar
a Buenos Aires por la fuerza, pero — después de la batalla — prefirió las
negociaciones. En su avance hacia la capital, emitió una proclama, que anunciaba:
"Ofrecí la paz antes de combatir y de triunfar. La victoria, y dos mil prisioneros
tratados como hermanos, es la prueba que ofrezco de la sinceridad de mis buenos
sentimientos y de mis leales promesas. No vengo a someteros bajo el dominio arbitrario
de un hombre, como vuestros opresores lo aseguran; vengo a arrebatar a vuestros
mandones el poder con que os conducen por una senda extraviada, para devolvéroslo...
Desde el campo de batalla os saludo con el abrazo del hermano. Integridad nacional,
libertad, fusión, son mis propósitos."

El Pacto:
El día 9, López comenzó una serie de entrevistas casi sin descanso con los
mediadores de ambos bandos. El 11 de noviembre, finalmente, se firmó el Pacto y se
canjearon los prisioneros de guerra.
El texto final del Pacto era muy similar a la propuesta de Urquiza anterior a Cepeda,
con algunas variantes. Las cláusulas más importantes fueron:
Buenos Aires se declaraba parte integrante de la Confederación Argentina.
El gobierno porteño convocaría una convención provincial, que revisaría la
Constitución Nacional y podría proponer reformas a la misma.
En caso de que se propusieran reformas, éstas serían discutidas por una Convención
Nacional Constituyente, a reunirse en Santa Fe, con la participación de todas las
provincias.
El territorio de Buenos Aires no podría ser dividido sin el consentimiento de su
Legislatura. Eso era particularmente importante debido a que la Constitución establecía
que la capital de la Nación era la ciudad de Buenos Aires, y que debía ser federalizada.
Buenos Aires se abstendría de mantener relaciones diplomáticas con otras naciones.
La provincia de Buenos Aires conservaba todas sus propiedades y edificios públicos,
con excepción de la Aduana, que pasaba a ser propiedad de la Nación. Para compensar
la pérdida de los impuestos aduaneros a las importaciones y exportaciones, la Nación le
pagaría a la provincia el dinero necesario para mantener el presupuesto de la provincia
en el mismo nivel que en 1859.
Se establecía un perpetuo olvido de todas las causas que había provocado la
desunión; este incluía una amplia amnistía para los participantes en las disensiones
pasadas.
El ejército nacional se retiraba de la provincia de Buenos Aires.

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Fue firmado por Juan Bautista Peña y Carlos Tejedor, como representantes del
Estado de Buenos Aires, Tomás Guido, Daniel Aráoz y Juan Esteban Pedernera por la
Confederación, y el general paraguayo Francisco Solano López, como mediador.

Obras de Don Carlos Antonio López:


En el ámbito cultural, se crearon el Himno Nacional y piezas populares como: Mamá
cumandá, Londón carapé, la Palomita, el Cielito chopí o Santa fe y el Campamento
Cerro León. Apoyó la formación de artistas, permitió la venida de compañías
extranjeras de arte escénico, etc. Además, otorgó becas a alumnos del interior para
estudiar en la capital y Europa. La creación del teatro municipal Ignacio A Pane. Creó
el periodismo paraguayo con El Paraguayo Independiente, que tuvo como fin exponer
circunstancias de hechos y derechos que justificaban la independencia del Paraguay;
más tarde, este diario fue reemplazado por El Semanario.
En el ámbito socioeconómico, alentó la constitución de las familias sobre la base del
matrimonio dándoles propiedades, criaderos de ganado y herramientas. Así mismo,
desarrolló la ganadería y la agricultura. En cuanto a la industria, se basó en la
explotación de minerales, de yerba mate, de madera, la fundición de hierro, la
producción de pólvora y sal.
*Ref.: Historia del Paraguay Pág. 196. Mary Monte de López Moreira.
Educación y Cultura:
Instrucción primaria
“Las escuelas son los mejores monumentos que podemos ofrecer a la libertad”, había
dicho Carlos Antonio López en uno de sus mensajes en el Congreso en 1844. Carlos
Antonio López dedicó siempre especial atención al fomento de la instrucción pública.
La Escuela Central de Primeras Letras siguió a cargo de Téllez. Al jubilarse éste en
1843, lo sucedió en el empleo el maestro Antonio María Quintana, de cuyos métodos
docentes y nivel científico, no muy superiores a los del siglo anterior, el coronel
Centurión da amena noticia en sus “Memorias”. El establecimiento recibió mayor
asistencia oficial y en 1842 se impartía en él enseñanza gratuita a doscientos treinta y
tres niños y adolescentes. Quintana era también músico y sus alumnos constituyeron un
coro que actuó en público, contribuyendo a la difusión del conocimiento del Himno
Nacional. Después de 1860, funcionaba una escuela en cada parroquia de la capital.
Igualmente, se fomentó la educación primaria en las villas y partidos campesinos.
Según informaba el Presidente López en su Mensaje de 1857, 16.755 niños concurrían a
408 escuelas elementales, sustentadas por el Estado y por los padres de familia
beneficiados con su acción. Moreno dice que en 1862 funcionaban 435 escuelas, con
24.524 alumnos, y Pérez Acosta da una lista de setenta maestros de primeras letras que,
en vísperas de la guerra, ejercían la docencia en cuarenta poblaciones del interior.
Los encargados de algunas de estas escuelas de primeras letras dictaban también
clases de nivel más elevado. Así, tenemos noticia de Mariano Antonio López que se
desempeñaba como maestro de latinidad en Villa Rica, y años más tarde hallamos
referencia a la misma materia en la escuela de Villeta.
Enseñanza Media y Superior:
El Congreso Nacional reunido en marzo de 1841 dispuso la creación de un colegio
secundario para la formación del clero, para cuyo funcionamiento debían construirse las
instalaciones necesarias. En cumplimiento de esta resolución y como base para una
ulterior ejecución íntegra de la misma, el gobierno consular decretó, el 30 de noviembre
de ese año, el establecimiento de la Academia Literaria que debía iniciar sus clases el 9
de febrero inmediato.

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El plan de estudios comprendía Latinidad, Idioma Castellano y Bellas Letras,
Filosofía Racional, Teología Dogmática, Historia Eclesiástica y Oratoria Sagrada,
inicialmente, sólo fueron provistas las dos primeras de las cátedras mencionadas que se
confiaron a los P. P. Marco Antonio Maíz, simultáneamente director del instituto, y José
Joaquín Palacios, de los cuales hemos dado noticia en el capítulo anterior. El catedrático
de latinidad debía dictar a sus alumnos una conferencia semanal sobre los elementos de
la religión cristiana, y el de idioma castellano y bellas letras, otra sobre “los derechos y
deberes de un hombre social”.

Periodismo:
Don Carlos Antonio López tenía como objetivos que la Argentina reconociera
nuestra independencia, la libre navegación de los ríos y resolver la cuestión de límites
con los demás países. Solo uno de ellos fue cumplido en 1852, cuando salió el último
número de ese periódico.
Sin embargo, nació así, en forma tardía en América del Sur, el periodismo
paraguayo. De carácter oficial y patriota. Recién cuando la Guerra contra la Triple
Alianza estaba en sus últimos meses, surgió el periodismo independiente y político.
Hubo una evolución durante la posguerra. Cierta libertad de prensa. Tuvimos incluso
el primer mártir de la prensa. Luego, los intelectuales que coparon los periódicos para
reivindicar la figura del mariscal López, con la clara intención de levantar la moral del
pueblo.
Con la Guerra del Chaco la prensa trabajó para defender a la patria desde sus
publicaciones. Cada información que provenía desde las trincheras era esperada con
ansias por la población, ávida de conocer noticias del frente de batalla.
Tras esto vino la inestabilidad política, la censura y persecución a la prensa, la
Guerra Civil del 47, para acabar después con una de las más largas dictaduras de
América.

El Paraguayo Independiente:
Fue el primer periódico paraguayo, semanario editado por la Imprenta del Estado.
Siendo su principal redactor el propio Presidente de la República Don Carlos A. López.
Apareció por primera vez el 26 de abril de 1845 y por este acontecimiento se festeja en
esa fecha de abril “el día del periodismo nacional”. Fueron publicados 118 números y el
último fue del 18 de septiembre de 1852, fecha en que el gobierno de Buenos Aires
reconoció la independencia del Paraguay.
La aparición del Paraguayo Independiente tiene un claro objetivo lograr el
reconocimiento internacional de la independencia del Paraguay, en especial ante las
pretensiones del gobierno de Buenos Aires.
Fueron colaboradores en su redacción Juan Andrés Gelly, Manuel Pedro de la Peña,
José Berges, José Pimenta Bueno.
El cierre del periódico El Paraguayo Independiente data del 18 de septiembre de
1852, en su artículo titulado “Fin de Jornada”, expresa que el motivo de la publicación
concluye y que al cerrarlo con el último se congratula con su compatriota por el logro de
sus objetivos.
Francisco Sánchez:
El médico y filósofo, matemático y poeta Francisco Sánchez —conocido
generalmente como el Escéptico, para evitar la confusión con Francisco Sánchez, el
Brocense— nació el año 1550 en Tuy, ciudad gallega que pertenecía entonces a la
provincia eclesiástica de Braga (Portugal). Con pocos años de edad, se trasladó a
Francia, donde transcurrió casi toda su vida. Residió primero en Burdeos, junto a su

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padre, Antonio Sánchez, que ejercía allí la profesión de médico. Viajó después a Italia,
obteniendo en Roma el doctorado en Filosofía. En 1573, aparece matriculado en la
Facultad de Medicina de Montpellier, en la cual consiguió asimismo el grado de doctor.
Por último, fijó su residencia en Toulouse, en cuya Universidad enseñó Filosofía
durante veinticinco años, y Medicina por espacio de doce. Murió en esta misma ciudad,
en noviembre de 1623.
En la sala de actos de la Universidad de Toulouse hay un retrato de Francisco
Sánchez, que lleva la siguiente inscripción: “Francisco Sanchez Lusitanus”. Aunque las
investigaciones llevadas a cabo por Henry Pierre Cazac a comienzos del siglo xx
demostraron hasta la saciedad el origen español de Francisco Sánchez, ha existido una
larga polémica en torno a su nacionalidad, como se pone de manifiesto en el mismo
título de algunas publicaciones que tratan de adscribir el nombre del ilustre médico y
filósofo al Renacimiento francés.

Artes Plásticas:
Las artes plásticas en el país tuvieron sus primeros cultores en dos jóvenes que se
iniciaron en el dibujo con los italianos Ravizza, Alejandro y Cayetano, arquitecto y
pintor.
Aurelio García, asunceno; nació en 1846, pintó retratos de don Carlos y del Mariscal,
con uniformes de gran parada, y el de Mariscal, ecuestre, y otros. Falleció en 1869 a los
23 años de edad.
Sarturio Ríos, oriundo de San Lorenzo y de la misma edad que García. Se dedicó también a la
pintura y fue durante la guerra destacado telegrafista. En Humaitá pintó retratos del obispo MA.
Palacios, del coronel JM. Aguiar y de Benigno López. Sobrevivió a la guerra; postrado y pobre,
falleció en 1920.
*Ref.: Manual de Historia Paraguaya, Pág. 100. Luis G. Benítez.

Semblanza de Don Carlos Antonio López:


Carlos Antonio López, nación en Manorá, distrito de la Recoleta, el 4 de Noviembre
de 1792, fueron sus padres Miguel Cirilo López y Melchora Insfrán. Hizo sus estudios
en la escuela local de los franciscanos y en el Colegio Seminario de San Carlos, del que
fue egresado distinguido en 1810. Dictó las cátedras de Arte y Teología en el mismo
Colegio, y ejerció la profesión de abogado. Durante el gobierno francista, vivió en la
estancia de Olivares, cerca de la Villa del Rosario. Muerto el Dr. Francia, bajó a la
Asunción, convirtiéndose en la principal figura política. Casado con Juana Pabla
Carillo, tuvieron 5 hijos: Francisco Solano, Inocencia, Venancio, Rafaela y Benigno.
Su primera función política fue la de Secretario de la Comandancia General de
Armas, en febrero de 1841. Un mes más tarde, un Congreso instauró un nuevo
Gobierno, del que don Carlos fue la primera figura; con su saber y voluntad, fue
moldeando la estructura del Estado. Fueron de su inspiración los instrumentos jurídicos
fundamentales aprobados por sucesivos Congresos, y asimismo las disposiciones del
gobierno.
En 1844 fue designado Presidente de la República por el término de 10 años.
Reelegido por el Congreso de 1854, lo aceptó por 3 años y otra vez por el Congreso de
1857 por el periodo legal de 10 años que no completó. Su gabinete: Gobierno, DF
Sánchez; Relaciones exteriores, José Falcón; Hacienda, Mariano Gonzáles; Guerra y
Marina, Guerra y Marina, general FS. López.
Don Carlos dio impulso excepcional a la instrucción pública mediante las escuelas de
primeras letras, notables incrementadas. El periodismo cumplió relevante función
especialmente el Paraguayo Independiente, el órgano primigenio, creado para la

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justificación de la independencia nacional, ante la nación y opinión pública
internacional. Durante siete años a partir de 1845, el Paraguayo Independiente expuso
con claridad y energía las razones de hecho y derecho, que hacían de la independencia
nacional una realidad no sujeta a voluntades ajenas.
Carlos Antonio López falleció el 10 de Septiembre de 1862. Sus restos fueron
inhumados en la Iglesia de la Santísima Trinidad –su obra-. El 1° de Marzo de 1939,
durante la presidencia del Dr., Félix Paiva, sus restos en una urna especial fueron
depositados en el Panteón Nacional de los Héroes.
*Ref.: Manual de Historia Paraguaya, Pág. 101. Luis G. Benítez
Francisco Sánchez:
El médico y filósofo, matemático y poeta Francisco Sánchez —conocido
generalmente como el Escéptico, para evitar la confusión con Francisco Sánchez, el
Brocense— nació el año 1550 en Tuy, ciudad gallega que pertenecía entonces a la
provincia eclesiástica de Braga (Portugal). Con pocos años de edad, se trasladó a
Francia, donde transcurrió casi toda su vida. Residió primero en Burdeos, junto a su
padre, Antonio Sánchez, que ejercía allí la profesión de médico. Viajó después a Italia,
obteniendo en Roma el doctorado en Filosofía. En 1573, aparece matriculado en la
Facultad de Medicina de Montpellier, en la cual consiguió asimismo el grado de doctor.
Por último, fijó su residencia en Toulouse, en cuya Universidad enseñó Filosofía
durante veinticinco años, y Medicina por espacio de doce. Murió en esta misma ciudad,
en noviembre de 1623.
En la sala de actos de la Universidad de Toulouse hay un retrato de Francisco
Sánchez, que lleva la siguiente inscripción: “Francisco Sánchez Lusitanus”. Aunque las
investigaciones llevadas a cabo por Henry Pierre Cazac a comienzos del siglo xx
demostraron hasta la saciedad el origen español de Francisco Sánchez, ha existido una
larga polémica en torno a su nacionalidad, como se pone de manifiesto en el mismo
título de algunas publicaciones que tratan de adscribir el nombre del ilustre médico y
filósofo al Renacimiento francés.

Juan Andrés Gelly:


Nació en la localidad paraguaya de Pirayú, departamento de Paraguarí. Estudió en el
Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires y se doctoró en jurisprudencia en la
Universidad de Córdoba.
Se estableció en Buenos Aires, donde contrajo matrimonio con Micaela Obes,
hermana de Lucas Obes. Asistió al cabildo abierto del 22 de mayo de 1810 y votó por la
cesación del virrey. Ocupó cargos secundarios en los sucesivos gobiernos porteños y
ejerció como abogado privado.
Fue secretario del presidente Bernardino Rivadavia en 1826 y al año siguiente lo fue
también del general Carlos María de Alvear durante la Guerra del Brasil. Fue un notable
opositor al gobierno de Manuel Dorrego y fue el secretario del general Juan Lavalle
cuando éste lo derrocó y se hizo nombrar gobernador. En tal carácter fue su secretario
durante la Batalla de Navarro, y le fue ofrecida la tarea de falsificar un sumario contra el
gobernador Dorrego que debería haber sido realizado antes de la ejecución de este; pero
Lavalle asumió personalmente la responsabilidad por su fusilamiento.

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Lavalle lo nombró jefe de policía de la ciudad de Buenos Aires. Representando a
Lavalle se entrevistó en el puerto de Buenos Aires, con el capitán general José de San
Martín, en el barco en el que este permaneció durante cuatro días sin tomar tierra,
intentando sin éxito que este asumiera la gobernación de la Provincia de Buenos Aires,
pero este rechazó el ofrecimiento y abandonó su país para siempre.
Tras la caída de Lavalle frente a la reacción federal liderada por Juan Manuel de
Rosas, Gelly se exilió en Montevideo, ejerciendo como secretario del gobernador
general interino José Rondeau y del presidente Fructuoso Rivera.
Integró el grupo conocido como «Los cinco hermanos» formado por Nicolás Herrera,
José Ellauri, Julián Álvarez y el propio Gelly, todos ellos casados con hermanas del
quinto miembro, Lucas Obes el cual ejerció una importante influencia en el gobierno del
Uruguay durante la presidencia de Rivera. Colaboró estrechamente con ellos Santiago
Vázquez. Un diario opositor publicó una caricatura en la que aparecían todos con una
leyenda que decía: “Ya lo veis - para el robo - somos seis”. Actuaron como un grupo de
presión e intereses a cargo del gobierno de Uruguay y muchas veces en provecho
propio, ante la tolerancia del presidente, que solía estar en la campaña. Gelly fue el más
independiente de ellos, y no llegó a ejercer ningún cargo de importancia.
Durante la Guerra Grande colaboró estrechamente con el Gobierno de la Defensa. En
1845 falleció su esposa, por lo que solicitó alejarse por un tiempo de Montevideo. Por
ello fue nombrado embajador del gobierno de Montevideo ante el Paraguay, en la época
en que ambos estaban aliados a los generales Joaquín Madariaga y José María Paz, que
gobernaban la Provincia de Corrientes. Cuando la alianza se rompió, el presidente
paraguayo Carlos Antonio López lo nombró su embajador en Río de Janeiro ante el
Imperio del Brasil, cargo que ocupó durante varios años.
Posteriormente fue funcionario del gobierno paraguayo. Hombre de amplia cultura
literaria, buen escritor, en Paraguay se valora muy positivamente su influencia y se lo
considera introductor del romanticismo.
Falleció en Asunción, el domingo 24 de agosto de 1856,[1] a las siete horas de la
noche, lo confirma el periódico paraguayo Eco del Paraguay en la edición número 76
publicado el jueves veintiocho.
Su hijo, el general Juan Andrés Gelly y Obes, hizo su carrera militar en la Argentina:
fue ministro de guerra del presidente Bartolomé Mitre y jefe de estado mayor del
Ejército Argentino durante la Guerra del Paraguay.
*Ref.: Manual de Historia Paraguaya, Pág. 102 al 104. Luis G. Benítez.

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Conclusión.
Luego de haber leído, estudiado y analizado los datos propuestos gracias a nuestra
investigación, como grupo podemos concluir con que la Época de Don Carlos Antonio
desde su inicio al mando de nuestra nación fue de vital importancia y de mucha
prosperidad, sabiendo de la numerosa cantidad de obras, en todos los aspectos, desde lo
económico hasta lo arquitectónico, pasando también por lo social, donde de igual
manera quedo como un magnifico gobernante. Podemos decir que Don Carlos Antonio
López fue uno de los más grandes, importantes y emblemáticos Presidentes por lo que
nuestro país pudo haber pasado.

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Bibliografías.
 “Manual de Historia del Paraguay”
– Prof. Dr. Luis G. Benítez. 1993, Asunción-Paraguay.
 “Historia del Paraguay”
-Mary Monte de López Moreira. Editorial Servilibro. 2011, Asunción-Paraguay.
 “Compendio de Historia Paraguaya”
-Julio César Cháves. Intercontinental Editora. 2010, Asunción-Paraguay.

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