Antropología en Descartes
Antropología en Descartes
Antropología en Descartes
Descartes, un influyente filósofo y matemático del siglo XVII, es reconocido como un pionero del racionalismo
moderno. Su famosa afirmación "Cogito, ergo sum" encapsula su énfasis en la razón como fuente principal
de conocimiento. Descartes abogó por un método deductivo sistemático para alcanzar verdades indubitables
y establecer una base segura para la ciencia y el conocimiento. Su enfoque metódico y su contribución a la
geometría analítica influyeron en la ciencia moderna, marcando un hito en la historia del pensamiento
filosófico y científico.
Descartes parece identificar nuestro yo con nuestra mente, y no con el compuesto mente-cuerpo.
Pero también indica que la relación que mantiene nuestra alma o mente con nuestro propio cuerpo es una
relación peculiar, distinta a la que mantiene con el resto de los cuerpos. Así distingue dos tipos de
sensaciones, las externas y las internas. Mediante las primeras captamos los otros cuerpos (y el nuestro
cuando nos vemos o nos oímos) mediante las internas lo captamos “desde dentro”. Por eso nos dice que el
alma se extiende a lo largo de todo el cuerpo, aunque exista también un lugar privilegiado en donde parece
concentrarse y en donde propiamente conecta el alma y el cuerpo: el cerebro y particularmente la glándula
pineal. Descartes propone una parte concreta del cuerpo humano, la glándula pineal, para defender que
en ese preciso lugar se da la comunicación entre las sustancias.
Por otro lado, las Facultades del yo (res cogitans) son tanto el Entendimiento o razón como la Voluntad.
- Entre ellas la Libertad (elegir lo que la razón propone como bueno y verdadero).
- Las pasiones llevan a la voluntad lejos de lo que dicta la razón. Son emociones que afectan al alma y
que tienen origen en los “espíritus vitales”, una especie de fuerzas mecánicas que circulan por la
sangre y que transmiten a la glándula pineal los mensajes del cuerpo. Son involuntarias y suelen
estar en desacuerdo con la razón. En consecuencia, el alma debe hacer lo posible por liberarse de
ellas y guiarse por la razón. Este ideal de autodominio confirma la influencia del estoicismo que ya se
veía en su moral provisional.