Constelaciones Incas

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Dentro de la Astronomía Inca, existían dos tipos de constelaciones: Las Constelaciones

Estelares o Brillantes constituidas por estrellas individuales de magnitudes muy brillantes,


que por sí mismas constituían una “constelación” y de otras que agrupadas o unidas al modo
occidental (de estrella a estrella) forman figuras en el cielo nocturno. El segundo tipo de
constelaciones lo constituyen las condensaciones de polvo y gas interestelar que a manera de
manchas oscuras ocupan espacios dentro de la Vía Láctea formando las
llamadas Constelaciones Oscuras o Negras.[1]

Los astrónomos de la civilización inca identificaron diversas áreas oscuras de la Vía Láctea
como animales, y los asociaron con la temporada de lluvias; debido a esto se les conoce
como «constelaciones oscuras». Estas áreas son las que comúnmente se
denominan nebulosas oscuras.

Es precisamente en Cuzco donde muchos investigadores han encontrado documentos de


colonizadores españoles que describen el Templo del Sol, del cual irradiaban cuarenta y un
ejes llamados ceques, cuya disposición implicaba lineamientos geománticos o astronómicos,
que definían el valle en 328 huacas las cuales cumplían funciones rituales y políticas.

Los Incas conocían la revolución sinódica de los planetas, e igualmente construyeron un


calendario lunar para las fiestas religiosas y uno solar para la agricultura. Para tal propósito
utilizaron elementos como montículos alrededor de los pueblos para realizar astronomía
observacional.

El calendario consistía en un año solar de 365 días, repartidos en 12 meses de 30 días y con
5 días intercalados. Se sabe que el calendario era determinado observando al Sol y a la Luna.
Para fijar las fechas exactas del año y meses, Pachacútec dispuso la edificación de 12 torres
o pilares localizados al este de la llacta del Cuzco, llamados sukanqas.

Los Incas daban mucha importancia a las constelaciones y estaban muy interesados en la
medición del tiempo para fines agrícolas. Poseían sus propias constelaciones y para ellos la
Vía Láctea era oscurecida por sacos de carbón. La astronomía jugó un papel muy importante
para la construcción de sus ciudades.

Dentro de las constelaciones Estelares o Brillantes, cabe mencionar a las siguientes (Nombre
occidental / Nombre quechua / Traducción al español):

1. Sirio = Willka Wara (Estrella Sagrada)

2. Canopus = Qolla Wara (Estrella de los Qollas)

3. Achernar = K’ancha Wara (Estrella brillante) o Qatachillay (hay dos interpretaciones)

4. Antares = Choqechinchay (El felino dorado)

5. Aldebarán = Chuchu Qoyllur (Estrella que va adelante o al centro) o Chukchu Qoyllur


(Estrella del Paludismo o terciana)

6. Cúmulo Abierto M7 = Saramama (Madre Maíz) o Saramanka (Olla de Maíz)

7. Cúmulo Abierto M45, Las Pléyades = Qollqa (Almacén, depósito) o Qoto (Manojo)

8. Cúmulo Abierto, Las Híades = Qollqa


9. Lira = La pequeña Llama de plata o Urkuchillay

10. Escorpión = Choqechinchay o Amaru (Serpiente sagrada) (hay dos interpretaciones)

11. Orión = Hatun Chakana (La Chakana grande) o Llaka Unancha – Llakachuqui (hay dos
interpretaciones)

12. Cruz del Sur = Huch’uy Chakana (La pequeña Chakana)

13. Pegaso = Thunawa (Batán para la molienda)

14. Cola del Escorpión = Qollqa

15. Centro de la Galaxia = Kukamama o Kukamanka (Madre Coca u Olla de Coca)

16. Cola de la Osa Mayor = Yakumama (Serpiente gigante de la selva)

Dentro de las Constelaciones Oscuras o Negras, podemos mencionar: (nombre quecha /


traducción al español)

1. Yakana o Qatachillay = La Llama Sideral 2. Uña Llama o Huch’uy Llama = La cría de la


Llama

3. Atoq = el Zorro

4. Michiq = El Pastor

5. Kuntur = El Cóndor

6. Lluthu = La Perdiz (dicen algunas fuentes que hay dos)

7. Hanp’atu = El Sapo

8. Mach’aqway = La Culebra (no confundir con el Amaru)

9. Ukhumari = El Oso (confusamente ubicada)

10. Taruka o Lluych’u = El Venado (confusamente ubicada)

11. Puma (confusamente ubicada)

12. Urk’uchillay = La Llama Negra (macho)[2]

Otras culturas precolombinas[editar]


Para los nahuas la constelación de la Osa
Mayor representaba un Jaguar (Ocelotl).

 Acerca de los mexicas, para quienes la palabra citlalli significaba “estrella”, se


sabe que visualizaban en la bóveda celeste por lo menos unas 30 constelaciones.
De las que se mencionan en las fuentes tenemos Citlaltianquiztli (El Mercado),
Citlalxonecuilli (“Pie torcido”, una especie de pan enroscado), Citlalcólotl o
Colotlixáyac (El Escorpión), Citlallachtli (La Cancha del juego de pelota “tlachtli”),
Citlalmamalhuaztli, (Los Palos Saca-fuego), Citlalocélotl (El Jaguar), Citlalozomatli
(El Mono) y Citlalcóatl (La Serpiente). De los trabajos en los que se reconstruye la
bóveda celeste podemos citar a Hermann Beyer (1910), Escalona Ramos (1940) y
Francisco Hernández (1989).
También se ha planteado la posibilidad que estuvieran representadas las veintenas como
constelaciones, así lo ha dicho Yólotl González (1979) siguiendo a Diego Durán. Otros autores
creen que así mismo, estaba plasmado un “zodíaco” de signos nahuas, esto último muy poco
probable.

 Los muiscas reconocían la relación entre la salida heliaca de Sirio con el comienzo
de la temporada de lluvias.
 Los mocovíes consideraban a la Vía Láctea como un camino, al que llamaban
"nayic", que se adentraba en el monte y en el que a su largo se hallaba jalonado
de numerosos asterismos relacionados con relatos de encuentros
de chamanes con seres poderosos o "dueños", con los cuales pactaban para
poder sobrevivir. Por los movimientos de la Galaxia los mocovíes determinaban
los instantes de la noche y los ciclos anuales.1
En el caso particular de la zona de la Cruz del Sur, el puntero y sus estrellas
cercanas representaban dos perros de caza y la cruz del sur en sí el cuerpo
central del ñandú acechado, mientras que las restantes estrellas cercanas a la
cruz completaban la figura del animal.2
 En la Patagonia septentrional, hacia el siglo XVI y XVII, se imaginaban que la Vía
Láctea era la representación de un campo de cacería de ñandúes, donde los
cazadores utilizaban boleadoras representadas por el "puntero" (α y β centauri)
mientras que las Nubes de Magallanes representaban los cuerpos de los animales
cazados y Las Pléyades (conocida en la región como Los siete cabritos) eran el
nido del ñandú.2
Otras culturas[editar]
La constelación oscura del "Emú en el
cielo", parte de la mitología aborigen australiana.
Otra cultura aborigen que reconocía figuras oscuras en el cielo eran los australianos,
especialmente aquellos que vivían en el centro del continente. También los aborígenes
sudamericanos consideraban las manchas oscuras de la Vía-Láctea (nubes con polvo
interestelar que absorbe la luz de las estrellas) para formar sus "constelaciones". Una de sus
figuras más representativas es "El Emú en el cielo", que abarcaba desde el Escorpión hasta la
Cruz del Sur.

Constelaciones zodiacales[editar]
Véase también: Zodiaco

Símbolos Zodiacales
El zodíaco es una franja del cielo por donde, aparentemente, transitan el Sol y los planetas.
Durante el siglo V a. C. dicha región fue dividida en doce partes iguales (una por cada mes del
año) a las cuales dieron el nombre de la constelación más próxima (asterismos que muy bien
podrían haber existido antes de la invención del zodíaco). Estas constelaciones son
tradicionalmente las
siguientes: Aries, Taurus, Gemini, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Scorpius, Sagittarius, Capricornus
, Aquarius y Pisces. Tras el establecimiento de los límites de las constelaciones en 1930, el
Sol también cruza las constelaciones de Cetus y Ofiuco

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