Mis Primeras Veces Contigo - Rocio G. Yuncal
Mis Primeras Veces Contigo - Rocio G. Yuncal
Mis Primeras Veces Contigo - Rocio G. Yuncal
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Dedicada a todos los que en algún momento
han necesitado romper sus sombras para
continuar hacia adelante.
nosotros mismos para decir «hasta aquí» y romper con todo lo que nos hace
daño. El camino no es fácil, solo hay que tenerlo muy claro y apostar
porque vaya a salir bien. Todo se hace más cuesta arriba cuando no tienes
con quién contar o en quién apoyarte, y las dificultades se ven muy negras
cuando parece que no hay solución posible que nos libere del sufrimiento.
hay que saber que el sol termina saliendo por mucha lluvia que caiga. La
suerte, el destino o vete a saber qué, me pusieron en el camino correcto para
a olvidar jamás.
allí, como si no pudiera ser yo misma sino la sombra de una chica que
Guardé toda la ropa que pude en la mochila más grande que encontré,
y cerré la puerta de casa dejando en el recibidor una nota que decía que me
había salido un buen trabajo en una ciudad grande —no especifiqué dónde,
entre otras cosas porque ni yo misma lo sabía—, que me iba a vivir allí, que
ya les llamaría cuando estuviera asentada y ese tipo de cosas que se dicen
huida. Mis padres me daban una pequeña paga —tal vez para acallar su
mis hermanos me sisaban cuando les venía en gana. También había ido
dedicaba los fines de semana por la mañana, cualquier cosa estaba bien con
tal de no permanecer bajo su mismo techo y, a la vez, sacarme unas
monedas.
casa. Porque no me iría, como los demás, para estudiar o porque me casaba
iría porque no podía seguir sintiéndome así de sucia y de poca cosa. Todo el
dinero que tenía en aquel momento vino conmigo junto con la mochila y las
abandonarme. Pero claro, era normal, nunca me había visto en una situación
así y como mi autoestima era nula, pues estaba convencida de que aquello
no me saldría bien y tendría que volver de nuevo a casa con el rabo entre las
hacía sufrir. Quería sentirme vacía y empezar de cero, pero empezar bien,
sin arrastrar nada del pasado que me hiciera seguir creyendo que no valía
para nada o, más bien, para poco. Necesitaba demostrarme a mí misma que
reconstruyéndome poco a poco, sin prisa, y sin saber muy bien por dónde
debía empezar para volverme a sentir como creía que me merecía. Tampoco
necesitaba tanto, solo cariño, con eso ya tenía media batalla ganada.
Sí, tenía la cabeza llena de cosas positivas, pero no sabía qué paso
debía dar para empezar una nueva vida, entonces, comencé a caminar
deprisa, lo principal era alejarme del pueblo donde vivía y que me había
para pasar unos cuantos días, con lo cual, lo primero que debía conseguir
que mis pies al caminar, no quería quedarme; si tenía que empezar de nuevo
debía ser en otro pueblo, en otra ciudad o en otro país, pero no podía seguir
por allí y cruzarme con mis hermanos o con mis padres en algún sitio.
Quería olvidarme de todo, incluso de la gente del pueblo con la que había
me puse a leer los carteles, no tenía claro a dónde ir, así que elegí el lugar
más lejano hacia el cual saliera el primer tren. Era Madrid. Se me hizo un
mundo imaginarme en una ciudad tan grande, pero también creí que sería el
tren se disipó dando paso a una inseguridad que crecía por segundos. Me
sentía pequeña entre tanta gente, veía cómo se movían de aquí para allá
comparándola con la de mi pueblo donde hacía más frío en esa fecha. Había
muchos taxis haciendo cola esperando recoger a alguien para llevarle a su
hora de la cena, lo caro que cobraban los taxistas por hacer cortos
Volví a entrar en la estación, tenía que pensar bien lo que iba a hacer,
así no, tenía que hacerlo bien y debía pensarlo tranquilamente. Me acerqué
a un bar y me pedí un bocadillo, tenía hambre y «con el estómago vacío no
enorme jardín que había en el interior del recinto, visto desde allí no parecía
una estación de trenes, sino una selva. Tanta variedad de palmeras y esa
incluso comerme un bocadillo fuera de casa, nunca había salido con mis
amigas a comer fuera y, aunque me decía a mí misma que era por guardar
ese dinero que sabía que me iba a hacer falta, en realidad era porque me
sentía inferior a todas ellas debido, como supe más tarde, a mi baja
autoestima.
idea de hacia dónde dirigirme; sin embargo, tenía claro que lo primero que
debía hacer era buscar un sitio donde pasar, al menos, la primera noche, ya
Me dejé llevar un poco por el azar, creí que sería lo mejor ya que no
conocía nada ni sabía lo que iba a hacer, con lo cual, me monté en el primer
autobús que llegó y me bajé en la zona que me pareció bien. Caminé entre
buen rato andando mientras cargaba con ella. Pregunté en una tienda donde
entré a comprar una botella de agua si sabían de algún sitio donde pasar la
ciudad, o eso me parecía por el aspecto de los bloques de casas, ¡era todo
pensaba quedarme mucho tiempo allí. Me di una ducha larga, el día había
sido duro, sobre todo emocionalmente, y estaba bastante cansada, por lo
En cuanto abrí los ojos fui realmente consciente de lo que pasaba: me había
ido de casa con todo lo que ello implicaba, pero para nada estaba
arrepentida. Aunque sí me sentía rara, tal vez porque era la primera vez que
dormía fuera de casa, si no cuento la vez que me quedé en casa de una
muchos años.
había pensado dónde dejaría la mochila ese día y no iba a cargar con ella de
nuevo mientras me pateaba las calles de la ciudad buscando trabajo. Me
a mi padre decir también que los restaurantes bien decorados eran los más
caros; siguiendo esa premisa, me pedí un café con leche en el local más
cutre que había visto hasta el momento. Pero, a decir verdad, el café me
tiendas por las que pasaba, me di cuenta de que había muchos carteles
que me daba una oportunidad como diseñadora, que era a lo que realmente
quería dedicarme, pero ¿quién iba a contratar a una chica de dieciocho años
estudios era complicado, imaginaba que sin ellos, como era mi caso, sería
dependienta fue exactamente en una tienda de ropa y pensé que sería una
señal del destino. Entré con más miedo que vergüenza, y la dueña, en
necesitaba chicas con más «desparpajo», creo que esa fue la palabra que
usó. Con lo cual, salí de allí llena de desilusión, viendo como mis planes se
negativa, o bien por ser demasiado joven, o por no tener experiencia, o por
ser mujer, o por no saber inglés… Y así hasta que mis tripas rugieron como
personas caminando deprisa de un lado para otro; nada que ver al pueblo
«Se necesita camarera. Razón aquí». Crucé la puerta sin pensarlo, sabía que
no tenía ninguna experiencia, pero eso no hizo que me rindiera, tenía que
quemar todas las posibilidades e intentarlo, ¿qué otra cosa tenía que hacer?
Había una barra situada a la derecha y el resto del local estaba ocupado por
mesas y sillas de comedor. Unas ocho personas ocupaban los asientos altos
que rodeaban la barra: unos tomaban café, otros hablaban entre ellos y los
aquella mujer hizo que me sintiera a gusto y reconfortada, hacía tiempo que
trabajo directamente. Era quizá un poco más alta que yo, al menos desde mi
punto de vista lo parecía, tenía el pelo castaño salpicado por algunas canas,
más miedo que vergüenza, igual que cuando entré en la tienda de ropa.
—Así es, ¿no me digas que has entrado por el puesto? —preguntó la
indicó con un gesto que la siguiera y nos sentamos en una de las mesas que
estaban vacías—. Como has sido franca conmigo, también lo voy a ser
contigo. Valoro mucho que las personas digan la verdad, pese a las
consecuencias, así que por esta razón pasaré por encima que no tengas
experiencia. —Me sonrió de nuevo—. Nadie ha nacido sabiendo y si nunca
pues no te hago el contrato, ¿de acuerdo? Aunque, si esto sucede, los días
nombre que me puso mi abuelo y solo él me llamaba así, por eso en Madrid
recuerdo. Creo que fue el único de mi familia que me trató con cariño.
—¿Ahora mismo?
—¿En serio? Pues me viene de maravilla porque Jose, mi camarero,
había recordado lo importante que era ese tema para ella y no quise
defraudarla, la debía al menos eso por haber confiado en mí sin conocerme
que así me iría familiarizando mejor con todo. Me sentía un poco fuera de
echándome una mano a Jose, el otro camarero, siempre que me veía perdida
que el dinero que traía conmigo no me iba a durar un mes, por lo tanto,
Y resultó más fácil de lo que me pareció el primer día que entré. Los
intención era demostrarle a la jefa que yo valía para el puesto y, aunque ella
firmé mi primer contrato. ¡Había tantas cosas que eran mi primera vez!
Con el transcurso de los días fui cogiendo más confianza con Dolores
que, según ella, estaba bastante mejor que donde me hospedaba. Y tenía
razón, aparte de ser la habitación y el baño más grande, estaba todo mucho
más limpio y hasta tenía televisión, así que cambié de lugar enseguida.
Las horas se pasaban muy rápidas cuanto más trabajo había. No era
un sitio lujoso, pero muchos de los clientes fijos que venían a diario vestían
traje y corbata, y agradecían siempre con buenas propinas la comida casera
experiencia.
En poco tiempo le cogí un cariño especial a esa mujer, tenía edad para
ser mi madre y en esos momentos era lo más cercano a esa figura que podía
—y quería— tener. Me explicó cómo tenía que atender a los clientes que se
sentaban y, entre ella y Jose me iban dando indicaciones. Por ser el primer
día solo llevaba los platos a los comensales y se los retiraba, de tomar la
comanda ya se encargaba mi compañero, aunque iba fijándome en cómo lo
realidad trabajábamos más con el menú de lunes a viernes. Esos días eran
permitía «el lujo», como decía ella, de cerrar los sábados y los domingos
por la tarde porque, con los años que llevaba ahí, se había dado cuenta que
eran los momentos más flojos y prefería cerrar y vivir un poco la vida. ¡Y
bien que hacía!
—¿Te apetece venir a casa a cenar esta noche? —me propuso antes de
¿Qué otra cosa mejor tenía que hacer un sábado por la noche en un
sitio donde no conocía a nadie? Me explicó qué autobús tenía que coger
para llegar a su casa, y me advirtió que no llevara nada, que sería una cena
salido—. Como verás, la casa no es muy grande, pero para mí sola tengo
más que suficiente, bueno para mí sola no, Botas también vive aquí.
Ese que habla es Botas, seguro que se está presentando —bromeó riéndose
—. Dicen que los gatos son animales independientes, pero deben ser los
patatas que olía de maravilla y una ensalada, y lo dejó todo en una mesa
redonda que ocupaba un espacio del salón. Después regresó con dos
importaba qué era lo que se hacía, pero con quién se hacían las cosas era
—Está todo perfecto, has sido muy amable por invitarme —afirmé
palabras.
—Tienes razón, pero algunos de los que he visto son para compartir
cosa.
impaciente.
necesita compañía, y suelo estar casi todo el día fuera. Le noto cada día más
triste…
—¿Y cuánto dinero te tendría que dar? —pregunté ansiosa por hacer
—Nada, a no ser que vea que las facturas de la luz y el agua suben de
tener la casa recogida y que Botas esté acompañado me siento más que
pagada, de verdad.
vida. Resulta que una noche, al cerrar el local, el felino de pelaje blanco y
apartó haciendo un gesto con la mano antes de bajar la reja del restaurante y
dio de comer y vio cómo se adaptaba. En pocos días, con las vacunas
entendía por qué pasaba tantas horas allí. Incluso imaginé —con la fantasía
Esa noche intimamos mucho, tanto, que hasta le expliqué con bastante
detalle cómo había sido mi vida hasta que llegué a Madrid. Sentí que me
dentro.
Le conté los abusos que había sufrido desde pequeña por parte de mi
por miedo a que les pasara a ellos, pero no, yo era la favorita de papá para
esos menesteres.
Le conté todo.
Acepté vivir con ella sin pensármelo dos veces, de hecho, no había
nada que pensar; aunque sí conseguí que aceptara —después de mucho rato
recogí todas mis cosas del hostal y me fui directa a casa de Dolores con un
juego de llaves en la mano y el corazón lleno de ilusión.
Cuando entré en la casa, ella no estaba, se había ido ya al restaurante,
por tanto, el único que me dio la bienvenida fue Botas, que se restregó entre
mis piernas con un sonoro ronroneo. Mi habitación no era grande, pero era
muy luminosa, nada que ver con la que había ocupado en el hostal. Me
había puesto las sábanas en la cama y vaciado el armario para que dejara
mis cosas, así que saqué mi ropa y empecé a colocarla. Lo que tenía para
lavar lo había guardado en una bolsa de plástico, ya hablaría después con
que la casa estuviera sucia, pero quería que Dolores notara que estaba muy
agradecida por haberme dejado instalarme allí. Cuando terminé, me di una
necesitaba. Sobre las siete y media de la tarde escuché unas llaves abriendo
la puerta.
encuentro.
—He traído un par de cosillas para hacer la cena, espero que te guste
sentidos.
—Voy a darme una ducha y después me cuentas qué tal has pasado el
ingredientes que había traído del bar, pero seguro que algo muy bueno, mis
—Quiero que te sientas bien aquí, te diría que como en tu casa, pero
—Te garantizo que estaré mil veces mejor, eso te lo puedo firmar —
decírmelo.
la lavadora? Tenía que ir hoy a ese local que las tiene industriales, pero
colaborar.
—Veo que has limpiado la casa… Aquí no soy tu jefa, haz lo que tú
creas que debes hacer y coloca como tú creas que debes colocar. Lo único
Y por la cena no te preocupes, a no ser que quieras salir y cenar por ahí,
tratar, con buen carácter y bastante sencilla. No le gustaba andarse por las
ramas, ni hablar de la vida de otros, y eso que en el bar hacía las veces de
psicóloga, ya que muchos de los que iban allí y con la confianza que dan los
—Llevo varios días con ganas de comerme un bocadillo como los que
«el Dolopan»: Dolo por mí, que era quien se lo hacía y pan porque lleva
pan, ¿lo pillas? —preguntó haciendo un gesto cómico con las cejas.
con su marido. Desde que murió iba todos los domingos por la tarde al
cementerio a estar un ratito con él y a contarle cómo iba el bar y lo que le
—Sé que puede parecer tonto ir hasta allí para hablar con él, sé que
no está ahí y que lo podía hacer perfectamente desde casa, pero es que veo
la placa con su nombre y su foto y siento que allí estoy más cerca —suspiró
con pena.
el qué dirán hace años que habría cambiado hasta de ciudad —confesó con
desgana.
allí metida… —Se calló, cogió aire y continuó—: Y lo que nunca han
entendido, ni entenderán, es que yo necesitaba estar allí para no sentirme
había pasado.
casi antes de que anocheciera. A los pocos meses de morir, una tarde que
me vi con un poco más de ánimo, me acerqué caminando hasta esa cafetería
con la intención de seguir con el ritual que teníamos, pero fue imposible.
Me quedé en la puerta, mirando la cristalera como un pasmarote y mis pies
posible para que mi cabeza dejara de pensar en él y en cada cosa que hacía
sin su compañía… Pensé que con el tiempo sería diferente, pero no es así, y
eso que ya han pasado varios años. Aún le echo de menos, tanto o más que
cuando se fue…
Ese día agradecimos sin palabras lo importante que es vaciarse con alguien
a quién no conoces de nada pero que sabes que te va a escuchar como si te
***
Al día siguiente era lunes, ese día estaba contenta, me sentía más
ligera, y sé que fue porque me quité un gran peso de encima al contarle a
excelente.
diaria, el ritmo de los desayunos y las comidas marcaban nuestro día a día.
Por las tardes, llegaba a casa pasadas las seis, y Dolores llegaba un poco
antes de las once. Yo aprovechaba ese tiempo que estaba sola en casa para
limpiar, poner la lavadora, leer y, sobre todo, dibujar.
haberla hecho caso. Opté por una psicóloga, creí que me iba a sentir mucho
más cómoda hablando con una mujer. Ella me enseñó a no sentirme
culpable por los abusos de mi padre, a soltar todo el peso que llevaba por
pensar que yo tenía la culpa y que me había buscado todo lo que me pasó.
Y así pasaron los días, las semanas y los meses y cada vez me iba
sintiendo más fuerte. Tenía la seguridad de un hogar en el que me sentía a
alguna historia como esas. También fui descubriendo poco a poco Madrid,
utilizando el metro como medio de transporte, aunque al principio me liaba
no tengo ningún recuerdo bonito que eche en falta o que quiera volver a
vivir.
7
parezca desde fuera por la gran oportunidad que me han dado. A partir de
montaron una empresa hace muchos años y ahora cuentan con oficinas
también en Barcelona y en Sevilla. Próximamente quieren expandirse a
Galicia y a las islas Canarias, pero bueno, eso solo está en proyecto aún. De
director ejecutivo. Pero no tengo prisa, quiero aprender desde abajo porque
he visto —teniendo de ejemplo a mi padre— que es la mejor forma de
leo. Aunque reconozco que hubo muchos momentos en los que me sentí
chicas con las que me he acostado fueran copias casi exactas en cuanto a
físico y cabeza: muy guapas por fuera y muy vacías por dentro. Pero nunca
me he enamorado.
vestirme con traje; pero podría decirse que es el uniforme que me toca a
abre muchas puertas y de eso ella sabe bastante. Me echo un último vistazo
por mucho que mis jefes sean de mi familia. O tal vez sea eso lo que más
recibe con una sonrisa demasiado forzada; sí, sé de sobra que todos los
esta empresa.
ruedas decoran las cuatro paredes. Al fondo una ventana por donde entra la
primera reunión en diez minutos ya, me dedica una mirada que me sabe a
coqueteo. Me río para mis adentros, siendo consciente del efecto que suelo
para empezar. Escucho atento e incluso tomo alguna nota que aprueban con
una mirada entre ellos, sé que voy a hacerlo bien y me voy a esforzar al
dicho fin.
De repente, llaman a la puerta y entra mi tío para decirme que van a
comer y que quieren que los acompañe. Tras comentarle que no creo que
sea lo más apropiado por cómo se lo van a tomar mis compañeros, al final
termina diciéndome varias razones por las que debería ir, entre ellas que
pensarlo que oírlo de boca de una persona a la que respeto y admiro. Por lo
intento que haga el mínimo esfuerzo posible; pero es tan cabezona, que sé
que al final me voy a tener que poner seria para que me haga caso.
Más o menos vienen a diario las mismas personas, así que este sitio
parece como una pequeña familia, donde los clientes parecen parientes que
vestidos que nunca había visto por allí. Y, en vez de ir directamente a una
desde siempre. Sale de la barra, le da dos besos a cada uno, charla un buen
rato con ellos y los acompaña personalmente a la mesa libre que está más
—Loles, quiero que los trates muy bien. Son clientes de hace mucho
—Pues llevo seis años trabajando con Dolores —digo con mucha
vergüenza.
mira y noto cómo me sonrojo solo por sentir sus ojos clavados en mí. No
años que los otros tres hombres que lo acompañan. Es muy atractivo.
Aunque reconozco que a mí los hombres con traje siempre me han parecido
guapos. Recuerdo, hace muchos años, que cada vez que había una boda o
El resto del tiempo que están los cuatro hombres aquí lo paso
ridículo.
menudo… —Su voz seductora hace que me gire hacia él con un temblor en
piensa que soy medio tonta o tonta entera, porque de verdad… Observo
cómo se aleja hasta marcharse y lleno mis pulmones de aire, sin darme
qué estoy así? Mientras le doy vueltas buscando un motivo, oigo la voz de
mi jefa llamándome desde la barra y veo cómo me hace señas con una
—Dime, Dolores.
por cruzar dos palabras con un chico guapísimo? Ay, Dios mío, la vida en la
He pasado gran parte de la noche pensando en el chico tan guapo que fue a
guapa porque sé que hoy también irá a comer, al menos ayer me dijo «hasta
mañana».
que te conozco.
—Lo sé, pero hoy me he levantado con el estómago un poco revuelto.
salir de casa.
puerta del bar acompañado de los mismos señores que ayer. Entra el último,
pero ya le estoy mirando antes de que él repare en mí, cosa que hace en
cuanto pisa los primeros peldaños de la pequeña escalera que da acceso al
puedo negar, pero siento que los nervios me van a traicionar y voy a hacer
el ridículo de alguna manera, bien porque se me caiga un plato al suelo o
puedo defraudar a Dolores; así que me armo de valor, respiro hondo, cojo la
posible.
argentino.
todos los días por lo menos deberíamos saber cómo se llama, ¿no? —
barrer esa zona, Jose pone la mesa para nosotros. Después, entro en la barra
y me pongo a cargar las cámaras con las bebidas que hay que reponer.
que ha dispuesto.
minutos se une mi jefa a la mesa, y comen los dos comentando algo sobre
unos clientes nuevos que han venido ese día y que mi compañero ha tenido
que atender.
marcho.
—¡Espera! —Va a la cocina y sale con un táper dentro de una bolsa
***
el pelo, empiezo a sentirme más relajada, con lo cual, saco el táper que dejé
poco antes de las ocho de la mañana, así que es de lo más normal que a las
ir a dar un paseo. Suelo salir poco, quizá porque llego bastante cansada de
viendo algún programa en la tele. Reconozco que para llevar seis años
viviendo aquí debería conocer mucho más la ciudad, aunque también me
aburre hacerlo sola. Pero mi vida es del trabajo a casa y soy feliz así, no
necesito nada más. Con Dolores me siento a gusto y, aunque ella siempre
me ha animado a que salga por ahí y haga amigas, prefiero quedarme con
tengo ganas de moverme, tal vez así termine de sacar de una vez por todas
estos nervios tan raros que se me han ido acumulado en la boca del
mejor los dos ojazos que tiene, son de un azul muy intenso, color turquesa
hablar. ¡Increíble! Jamás he visto a una chica de esa edad —calculo que
primer día en la empresa y eso, por muy seguro en mí mismo que me sienta,
despedirse de la dueña.
—Loles.
nervios que tuve durante todo el día. Espero tomarme hoy todo con más
calma, porque ya me dijo mi padre una vez que una empresa no se dirige de
la noche a la mañana y lo sé, pero mi ansia por aprender más y que estén
orgullosos de mí me puede.
pregunta por el día anterior, a lo que respondo que todo muy bien. Si ella
marcharme de aquí, sino por volver a ver a la camarera que nos atendió
ayer. Hoy, como sea, tengo que hablar con ella, pero no sé cómo lo voy a
temprano…
—Ay, cielo, es que ayer estuve muy liada en otro proyecto de
decoración y al final no pude llamarte para preguntarte qué tal te había ido
por la forma de hacerse la tonta que tiene y que se cree que todavía sigue
—Pues te puedo decir que fue un día estupendo en todos los sentidos
y que ahora trato de ponerme en marcha para que mis jefes no tengan ni una
por su voz que sigue sonriendo—. Demuéstrales todo lo que vales, cariño.
Te quiero mucho.
Luis Alberto viene a buscarme y me dice riendo que es la última vez que
me esperan, que si no estoy en la puerta cada día que se irán a comer sin mí.
Loles.
que es tímida en general, no solo con nosotros. Cuando nos sentamos y nos
viene a tomar nota, no se le ocurre otra cosa a Luis Alberto que preguntarle
miren asombrados.
todos los días por lo menos deberíamos saber cómo se llama, ¿no? —
otros campos, porque ya me veía siendo blanco de las bromas de estos tres.
11
mis nervios, me he sentido mejor, creo que ya controlo la situación, así que
debió ser el primer impacto al verle. Aunque, si soy sincera, uno de los
mejores momentos del día ha sido cuando ha entrado por la puerta y
Por la tarde, tras volver del trabajo, decido ir a pasear un rato; hoy por
cara, aunque sea por unos minutos. Camino despacio, fijándome en cómo se
mueve la gente, y me doy cuenta del ritmo tan acelerado que lleva la
mayoría. Los miro y no quiero terminar pareciéndome a ellos; yo soy más
económica. Aunque también tengo que decir que, desde que vivo con
que pueda darme este tipo de caprichos. No sé qué haré en un futuro con el
dinero que voy ahorrando, no lo tengo tan claro como cuando lo iba
guardando en el pueblo hasta que conseguí marcharme de casa, porque en
esos momentos sí que sabía en qué lo iba a destinar. Sin embargo, ahora
chica que sale de una de las tiendas que tanto me han fascinado, haciendo
—¡A ver si miras por dónde vas! ¿Tienes idea de lo que cuesta todo lo
que has tirado al suelo? —me espeta la afectada de muy malas maneras.
—Perdona, pero nos hemos chocado las dos, quizá íbamos distraídas
—me excuso, aunque tampoco voy a consentir que me haga sentir culpable
por algo tan fortuito.
me lo puedo creer!
persona.
—Bri, no es necesario que dramatices cada cosa que pasa a tu
Les sigo con la mirada hasta que desaparecen. Ella va vestida como
que tantas veces he visto en los partidos que miraban mis hermanos en la
en lo mucho que tienen unos y lo poco que tienen otros. ¡Cómo debe
comprarte todo lo que quieras sin mirar el precio!, debe de ser estupendo.
Aunque eso tampoco quiere decir que sean felices, recuerdo una frase de mi
abuelo que decía «no es más rico el que más tiene, sino el que menos
demás vendrá poco a poco y con esfuerzo, de eso estoy segura. Porque mi
sueño es ser diseñadora de modas, aunque, para ser sincera conmigo misma,
cada día que pasa lo veo más y más lejano. Para eso tendría que estudiar, y
seguir esperando.
voy a seguir ahorrando para, en unos años, poder entrar en cualquier tienda
de las que he visto esta tarde y comprarme un modelito sin mirar la etiqueta
quedo dormida.
12
hora de las comidas y así poder ver a mi Iker Casillas personal. Mi jefa no
necesites.
hasta que él entra por la puerta. Saludan a mi jefa y van hacia su mesa, que
nota, me dirijo hasta la cocina para pedir sus primeros platos y, al girarme,
me choco con un traje azul marino, corbata del mismo color y camisa
—No es necesario, además por lo que vi ayer, no creo que ella sea
mucho de disculparse.
vuelve a su mesa.
En mi defensa diré que los nervios me han dado una tregua, creo que
igual que él, con lo cual, continúo trabajando mientras tengo dos pares de
doy por sentado que no le veré durante dos días, dos eternos días…
noche demasiado pomposo para mi gusto, pero creo que en el cuerpo de una
Briana con él puesto y eso me enfada. ¿Qué pinta esa niña pija en mis
quince días, me traigo uno o dos libros, depende del grosor que tengan, de
esos románticos a más no poder, y me los leo por las noches mientras
***
—¿De qué conoces al grupo de los cuatro hombres trajeados? —
—En realidad son tres a los que conozco desde hace muchos años, el
más joven nunca había venido con ellos. —Bebe un poco de agua y
recuerdo mal.
—Vaya… Eso quiere decir que les ha ido bastante bien el negocio.
yo cogimos mucha confianza con ellos. Son gente con dinero, pero te
aseguro que todo lo que tienen se lo han ganado a pulso. Empezar de cero
no es nada fácil.
vuelve la idea que tuve hace años de que Botas era la reencarnación del
mientras paseaba por la zona de las tiendas caras, tuve un pequeño choque
con la novia del más joven, o al menos creo que es su novia.
reconoció?
bastante maleducada, la típica niña pija que se cree que está por encima de
—Así es, no soporto a la gente estirada que mira por encima del
hombro como si fueran superiores.
—Hay de todo, cariño, por suerte o por desgracia el mundo está lleno
—¿Eso quiere decir que hay que conformarse con lo que tenemos o
—Claro que no, siempre hay que intentar progresar, pero con las
limitaciones reales que cada uno tenemos. No podemos vivir por encima de
nuestras posibilidades.
me imagino cómo habría sido mi vida si yo hubiera nacido en otro sitio, con
otra familia y con otros medios a mi alcance.
13
perfectamente que es una excusa por su parte para pasar tiempo conmigo
suelo, cosa que dudo porque, aunque no conozco apenas a Loles, no tiene
pinta de ser la típica chica que va buscando problemas por donde pasa.
Además, la he visto bastante molesta por la actitud de Briana y no es para
necesita que alguien le baje esos aires que tiene porque yo no lo he podido
diferente, no tan tímida y vergonzosa; he visto a una chica con carácter, que
sabe defenderse sola sin esperar a que alguien salga en su ayuda. ¡Cómo me
pone eso en una mujer! Necesito saber todo de ella, necesito conocerla más
lo estropeen con sus bromas. Tengo que pensar en algo y tiene que ser
No sé por qué se empeña tanto, porque imagino que mi padre la tiene al día
en lo que a mí se refiere.
ensalada en su plato.
—No hablo con él desde la semana pasada, parece que está bastante
como madre le gustaría tenernos todavía bajo su ala, pero esa época pasó a
la historia.
—Y tú siempre tan protectora —interviene mi padre dedicándole una
sonrisa cómplice.
cuenta, estamos a viernes otra vez. Los días han pasado sin mucha novedad,
Hoy parece que hemos tenido más comensales que otras veces, por
eso nos ha tocado correr un poquito más, pero casi que lo agradezco, hay
—contesto un poco fría, pero creo que es por los nervios que me entran en
—Esto… yo…
me deja sin argumentos. ¿Debo decirle que sí? ¿O sería mejor rechazar su
El resto del día lo paso de muy mal humor, en realidad creo que estoy
enfadada conmigo misma por haber sido tan seca con él y haber perdido la
conmigo para reírse de mí, ya a estas alturas debe saber que no tengo nada
que ver con las chicas con las que seguramente él se relaciona. Mejor será
***
En cuanto salgo del restaurante, me propongo hacer algo que hace
cuando vuelvo por la tarde, me pongo unas mallas y una camiseta o una
o cosas así. Pero hoy, no sé por qué, me apetece comprarme algo bonito,
algo un poco más «elegante». Creo que esta tontería que me ha entrado se
permitir, pero entro en unas cuantas tiendas que llaman mi atención por lo
que veo desde fuera en el escaparate. Al final vuelvo a casa con tres bolsas:
una para Dolores y las otras dos para mí. A ella le he comprado una blusa
una falda corta cruzada en color negro y una blusa fucsia de media manga
comprado algo así si no lo voy a usar… Quizá algún día invite a Dolores a
cenar por ahí y lo estrene. Dejo todo donde está, cojo mi cuaderno de
respingo.
gesto.
puedo más, voy a darme una ducha y me meto en la cama, no puedo estar
—¿Necesitas algo?
cocina, no es que sea toda una experta, pero con pocos ingredientes puedo
hacer algo bastante apetecible. Voy a prepararle una sopa calentita, que
regla que no hemos roto desde el primer día que me vine a vivir aquí. Esta
es la segunda vez que entro, la primera vez fue para abrir a Botas que,
puerta a saludarme como cada tarde, incluso lo busqué por toda la casa y no
ella, no quería ocultarle nada y además sabía lo importante que era para ella
poco por la habitación con disimulo y he descubierto que está llena de fotos
de su marido.
15
Mientras me estoy lavando la cara, recuerdo que Dolores está fastidiada con
no tengo nada que hacer hoy, así que no me cuesta nada quedarme allí y que
tú descanses por un día.
pone buena cara y hace como el que no tiene nada, sobre todo cuando sabe
hemos traído para cenar: los champiñones rellenos de jamón que hemos
dado hoy de aperitivo.
—Están buenísimos.
seis años, me ha ido desgranando poco a poco su relación con él, cómo se
conocieron, el día que se casaron y también que no tuvieron hijos porque,
poco. Yo no tengo mucho que contar, hasta los dieciocho años poco he
grandes cosas para la edad que tengo, otras chicas de mi quinta irán a bailar
a las discotecas o incluso tienen novio. Mi vida quizá no sea como la de las
Dolores me trajo una tarde. Pasear por aquí me inspira de una forma
realmente extraña, porque no sé qué tienen que ver los árboles y los setos
va viniendo a la cabeza.
16
imagino que esto es solo el comienzo y que, poco a poco, irán llegando
obstáculos que me lo pongan más difícil. Pero no me importa, quiero
Briana me llamó ayer unas cuantas veces para que fuéramos a cenar y
le dije que no. Confunde que le acompañara de compras el otro día con la
idea de que algún día volvamos a ser pareja, y no es eso lo que quiero. Esa
etapa con ella se terminó y es algo que no quiero desenterrar. Sigue sin
entender que lo nuestro se acabó y hay veces que me hace sentir muy
sitios donde vamos ya que nos movemos por los mismos ambientes.
También me han vuelto a llamar mis compañeros de la universidad
con los que tan bien he congeniado, pero les he dicho que ya tenía planes
con mi familia y no podía quedar con ellos. En realidad no sé para qué les
miento, pero sé que si argumento que no tengo ganas, son capaces de venir
hasta aquí y llevarme con ellos a rastras. Por lo tanto, es mucho mejor una
mentira piadosa.
a qué me refiero. Bueno, a lo que voy, pues resulta que una de las invitadas
—Me alegro mucho, mamá, seguro que quedan más que satisfechos
con tu trabajo.
—Igualmente, mamá.
cada vez que quiere que sepamos algo lo hace en el momento, no espera a
que sea una hora prudente o a verte, no; ella según lo piensa, lo hace. Cojo
cabeza aparece Loles una y otra vez, creo que me estoy obsesionando con
ella. En parte es lógico, jamás me habían dado calabazas, es la primera vez
que trato de quedar con una chica y me rechaza dos veces seguidas: en una
de ellas me dijo que tenía que trabajar al día siguiente, y en la otra siguió
atendiendo las mesas del restaurante como si no le hubiera dicho nada.
Nunca he tenido problemas en este sentido, al revés, muchas veces son las
de otra manera. ¿Pero cómo se hace? Debería existir un libro que se titulara
algo así como Manual para conseguir una cita, no creo que lo haya escrito
nadie, aunque tampoco lo hubiera comprado porque nunca me ha hecho
falta. Pero ahora… ahora es diferente. No sé cómo lograr quedar a solas con
guapa; pero lo que más me llama es saber cómo es por dentro porque algo
tímida, así que como vaya demasiado deprisa, huirá antes siquiera de que
aunque sea para preguntarle qué tal el fin de semana. Tal vez me cuente
algo de lo que ha hecho y eso me dé ideas sobre qué le gusta y adónde debo
Por fin es lunes, aunque agradezco librar los domingos, también reconozco
que se me hace el día bastante largo esperando a que llegue Dolores y así
tener compañía. Además llevo dos días sin ver a mi Iker Casillas y tengo
muchas ganas. A decir verdad, lo estoy deseando.
Pasadas las dos de la tarde, entran los vip con él a la cabeza y, aunque
estoy casi escondida en la entrada de la cocina, nuestras miradas se cruzan y
me sonríe, y noto como el calor sube hasta quedarse en mis mejillas. Miro
porque me dedica una especie de sonrisa cómplice que hace que me ponga
aún más nerviosa de lo que estoy. Los tres más mayores se dirigen hasta su
relacionarme con las personas, aparte de preguntar qué quieren comer o qué
bastante bajito.
—Nada, que soy la persona más pava y tonta del mundo entero.
riéndose.
—Porque sí, porque no sé cómo hablar con los demás a no ser que
par de mesas que levantan la mano para reclamar mi atención, a las que
acudo rápidamente y continúo con mi trabajo.
visita con mucha discreción y se marcha junto con los demás. Por delante
Quizá puedas pasarlo tan bien que hasta consigas clasificarlo. Releo varias
pantalón.
Llego a casa y me doy una ducha, después me tumbo en la cama con
importancia.
—Los años que llevo tratando con el público me han hecho conocer a
—¿Y entonces, según tú, qué crees que me pasa? —pregunto con
curiosidad.
—Pues que no sabes qué hacer respecto a algo que te apetece mucho.
tener secretos con ella—. El chico que viene con esos que conoces desde
hace tantísimos años me propuso quedar la semana pasada y le dije que no.
de idea.
los zapatos.
—¿Por qué tal vez crees que no tienes tanto dinero como parece tener
él?
—Porque no tengo ni su dinero, ni su educación, ni su saber estar, ni
nada de nada.
—¿Y eso no es suficiente para que un chico quiera invitarte a salir por
ahí?
que trate de convencerme de algo que sé que no debo hacer. Seguro que
quiere quedar conmigo para ver cómo se desenvuelve una paleta de pueblo
tiene Dolores por darme otro punto de vista, si me hubiera dado la razón, no
estaría comiéndome tanto la cabeza.
muy seria.
conoce? Si no quiero salir con él, ¿por qué sigo pensándolo? Ay, qué difícil
es tomar decisiones cuando tiene una la autoestima por los suelos… ¿Pero
ese el problema, debería llamarlo cobardía. Sí, eso es, soy una cobarde de
manual.
ducharme, es coger la tarjeta que me dio y pensar qué voy a decirle cuando
—¿Fabián?
bastante cariñoso.
nuevo, que no debería haber colgado sin decirle nada. Y, como no tengo
teléfono fijo y salgo corriendo al salón a cogerlo para que ella se duche a
gusto.
casos.
—Parece que antes se cortó la llamada, y no he podido llamarte hasta
ahora. Lo siento.
—miento, pero soy incapaz de decirle que llevo toda la santa tarde
—Adiós.
cara más ñoña del mundo mundial. En cuanto sale Dolores del cuarto de
Ella le quita hierro al asunto haciéndome ver la situación desde otro punto
Y así ha sido. Apenas he pegado ojo en toda la noche porque, entre otras
cosas, no sé qué me voy a poner para ir a comer con él. Hasta he dibujado
mentalmente la ropa que me gustaría llevar para una cita con un chico así.
¿Una cita? Mi cabeza soñadora ya está haciendo de las suyas… No debería
leer tantas novelas románticas, solo hacen creerme un mundo ideal donde el
chico se enamora de la chica y son felices para siempre. Y sí, como lectura
tratando de encontrar algo que me pueda servir, pero lo que cuelga de las
fuera una cena sería más adecuado, pero para estas horas del día como que
no lo veo.
de los nervios porque no sé con qué ropa acudir. Los minutos pasan y sigo
indecisa. Al final saco todo del armario y comienzo a conjuntarlo frente al
espejo. Creo que me voy a poner los pantalones vaqueros, aunque hace
divertida.
pensamiento que tuve, pero todo apunta a que quizá no sea una idea tan
descabellada.
verdad es que me queda bien, aunque tal vez debería ir más elegante. ¿Pero
hoy. No, gracias. ¡Hay qué ver las películas que se hace mi cabeza!
botas negras que me compré el segundo año de estar viviendo aquí. Fue
verlas y quererlas, pero nunca me las he puesto y esta ocasión bien se
centímetros —esas seguramente sean las que lleve la rubia pija esa—, pero
son cómodas y quedan bastante bien con lo que llevo puesto. Llamo a
abrir su armario. Es la primera vez que lo hago y veo que tiene mucha ropa
de colores bastante alegres que nunca se pone.
sirvan.
para reírse de mí. ¿Por qué tengo que ser tan negativa? Voy a concederle el
a atender cada día después de que me haya dejado plantada? Ah, ya sé,
hablaré con Dolores e intercambiaré con Jose las mesas y que los atienda él.
platos.
con el maquillaje.
con una gran sonrisa—. No recordaba que hubierais quedado aquí —dice
anímate y sé positiva.
sentada en la barra sin saber qué hacer con mis manos temblorosas. Mi
mirada se queda fija en el reloj de pared que hay justo encima de la barra.
me dice algo en plan transcendental. Y, una vez más, sé que tiene razón.
Soy incapaz de contestar nada, solo sonrío y asiento con la cabeza, estoy tan
Pues nada, Fabián pensará que soy tonta perdida y se acabará la bonita
Principio y fin separado por una frase: «La chica se quedó muda y el chico
se aburrió».
Salgo del restaurante, miro hacia todos los lados y le veo a pocos
pantalones vaqueros, con una camiseta roja y encima una cazadora de cuero
mi pueblo.
—Estás muy guapa con el pelo suelto —comenta en cuanto me acerco
—Gracias, tú tampoco estás mal… Quiero decir que estás bien así,
—Hace seis años me hice una promesa y fue la de ser sincera con
todo, por tanto, a tu pregunta responderé que no soy de dejar las frases a
medias, pero cuando estoy un poco nerviosa, se me bloquea la lengua —
confieso y al momento me arrepiento.
—¿Es malo?
—Sí, mi jefa me ha dicho que sois buenas personas, por ese lado
estoy tranquila. A no ser que me des algún motivo para desconfiar, claro. —
venido aquí. Aparco, nos bajamos del coche y le propongo dar un paseo.
Está muy callada, pero espero a que sea ella la que inicie una conversación,
no la quiero avasallar con preguntas, aunque en el coche la he visto mucho
más cómoda.
en Madrid?
—No, aquí llevo seis años. ¿Y tú? —Me devuelve la pregunta, parece
—Sí, yo nací en Madrid, al igual que mis padres y mis cuatro abuelos.
que hay ratos en los que me dedico a observar la cristalera del restaurante
por si la veo, pero no quiero que piense que soy un acosador—. Conozco un
—¿Todo bien?
—Fabián, yo…
—Vamos a hacer una cosa: por cada frase que no termines me tienes
que dar un beso, así al menos saldré compensado por tus silencios.
índice sobre ella para que sepa dónde me tiene que besar. Me he
joder. Tal vez me he pasado al decirle eso, pero es que no me gusta que no
pensarlo, al menos las que estoy acostumbrado, pero ella… ¡si hasta se ha
—Quería decir que quizá podríamos ir a otro sitio, no sé, alguno que
—¿Y por qué piensas que vas a pagar tú? Mi intención es invitarte,
mal que he podido convencerla, pero me ha demostrado, una vez más, que
Por dentro es de piedra, igual que la fachada de fuera, y las mesas están
a recibirnos y nos lleva hasta una de esas mesas apartadas del resto. Mejor
así, no me gustaría estar sentada en el centro y sentirme observaba. Antes
le dé un beso, pero esta vez sí se lo doy—. A este ritmo voy a volver a casa
cargado de besos.
lo tendría que ensayar mil veces para que me quedara tan bien como a él y,
aun así, no creo que pudiera. De todas formas, la primera vez no he podido
esperaba para nada. Menos mal que no me ha acercado sus labios, sino me
mis mejillas se ruborizan por el bochorno que estoy pasando. Pero me debo
—Lo sé.
que es exquisita, al menos con lo que cuestan no creo que pueda ser de otra
—Yo estoy por pedirme una paletilla de cordero asado, aquí está de
lujo.
Otra vez la dichosa frase que no me hace pensar en otra cosa que no
sea en lo carísima que le va a salir la comida. Pero a mi mente vienen las
vuelve a rodar y, después de olerlo una vez más, le da un pequeño sorbo que
qué es lo que el camarero esperaba de mí, ¡ja!, si tengo que realizar todo eso
seguro que termino haciendo el mayor de los ridículos. Pero mirar a Fabián
sonrisa, seguro que me ha visto mirarle con cara de tonta. El camarero, tras
consiguió conmigo.
No sé qué puedo decir detrás que no quede muy paleto, mira que me
esfuerzo en parecer una chica moderna y de mundo, pero está claro que no
puedo parecer lo que no soy. Me mira con una sonrisa pícara y se acerca, de
nuevo, para que le dé otro beso más por no haber terminado la frase y noto
Patética…
Se acerca otro camarero —¡hay que ver la de personal que hay aquí
trabajando!— y nos toma nota de lo que vamos a comer, por suerte para mí,
Levanta de nuevo su copa en otro brindis. Esta vez dice que es «por
—El que manda sin haber sido antes mandado, nunca podrá empatizar
con sus subordinados —dice poniendo una voz distinta tratando de imitar a
su padre.
—Entonces, con los que vas a comer a diario, ¿son familia tuya? —
pasado.
la verdad.
de su vida, sobre todo de su trabajo, del cual está orgulloso y con el que se
siente completamente realizado. Yo tampoco me puedo quejar del mío, pero
sorprendida.
—Sí, quiero volverte a ver así, con el pelo suelto y con esa sonrisa tan
bonita que en tu trabajo tan poco enseñas. Quiero volver a comer contigo o
Me quedo sin palabras, para nada me esperaba que Fabián dijera algo
***
los dos, que no le gustaría que se enterara su padre o los socios de este. Yo
acepto, pero lo que no le cuento es que a Dolores no le voy a esconder nada,
Entro en casa con una sonrisa tonta y Botas sale a recibirme con su
alegre ronroneo. Le acaricio y le cojo en brazos para darle unos cuantos
mimos, y en ese momento oigo cómo unas llaves entran en la cerradura.
—¿Y esa sonrisa tan bonita que traes? Tendrás que contarme…
hemos paseado por allí, ¡qué zona más bonita! Y hemos hablado mucho, me
ha contado cosas de su trabajo y me parece un chico estupendo, además de
—Anda, anda, no digas tonterías, que me vas a sacar los colores. —Se
va hacia la cocina un poco emocionada por lo que le acabo de decir—.
¿Tienes hambre?
—Te he traído unos francisquitos. Me dijo Fabián que son muy
con detalle el día que he pasado y sé que se alegra mucho de verme así de
contenta.
22
sientan en su rango para que él los pueda atender. Siguen llegando los
demás comensales y me pongo a servir mis mesas. Estoy recitando los
primeros platos del menú a una pareja que se acaba de sentar, cuando noto
que me tocan la espalda de una manera muy sutil, casi sin querer, como un
roce; me giro y veo que ha sido Fabián. Si con ese simple gesto ha
conseguido que se me erice la piel, ¿qué no conseguirá con un beso de los
saludan cordialmente, como siempre, pero me noto más nerviosa que otras
argentino.
muy natural.
cocina. Después, cuando les llevo sus primeros platos, le miro y le sonrío
el mismo contexto.
—Jovencita, ¿qué tal su fin de semana? Imagino que le habrán tirado
Me da que sé por qué se ha puesto así. Seguro que tiene miedo a que
yo cuente que nos hemos visto, pero ya le prometí anoche que no diría
nada, con lo cual, no entiendo tanta preocupación, tal vez crea que puedo
meter la pata...
***
empieza a sonar, haciendo que Botas, que está tumbado sobre el cabecero
del sofá, pegue un brinco del susto. No sé quién de los dos se ha asustado
más. En los seis años que llevo viviendo aquí, este aparato ha sonado más
bien poco.
—Pues yo no…
—¿Otra frase sin acabar? Ya sabes que me debes otro beso —asegura
Dolores para decirle que voy a salir a tomar algo con Fabián. Sé que no
tengo ninguna obligación de avisarla, pero prefiero que esté informada por
puedo evitarlo.
no sé qué me voy a poner. Lo que tengo claro es que unos vaqueros sí, pero
no iré con las mismas botas que ayer, mejor me calzo mis Converse negras
y la camiseta que mejor me quede. Para ello me pruebo unas cuantas y elijo
seco el pelo y lo dejo suelto, eso sí es importante, que ayer le gustó vérmelo
bajo hasta la calle y me dirijo unos pocos metros hasta el mismo sitio donde
me dejó ayer. No le veo por ninguna parte. Pasan los minutos y no aparece.
Seguramente se ha arrepentido y no va a venir. Mi desilusión va en aumento
cuando escucho un claxon y me doy cuenta de que es el de su coche. Me
hace una seña con la mano, me aproximo hasta él y una vez dentro, se
Cómo me gusta verla con el pelo suelto, lo que daría por acariciárselo. Su
él.
—¿Para mí?
tiene delante.
—Sí, espero que te guste en este color, como aún no sé cuál es tu
—Río y le guiño un ojo—. Además, así podré llamarte siempre que quiera y
Aparco en una zona habilitada para ello y caminamos hasta que llegamos a
la zona del lago. Tengo la sensación de que es la primera vez que viene
aquí.
zona.
—Nunca y estoy impresionada. Jamás hubiera pensado que podía
—Madrid tiene de todo, lo único que falta es una playa, por lo demás,
estamos cubiertos. —No puedo dejar de mirarla, sus ojos me tienen loco
perdido.
—Claro, además debe ser algo muy serio por el gesto que acabas de
hacer.
—¿En serio?
—No miento.
sonreír—. ¡Vamos!
dónde empezar!
—Ya sabes que no me gusta hablar del pasado, dejemos las cosas
estoy pendiente de la gente que hay en torno a nosotros o que pasea por el
—La verdad es que parece más fácil cuando ves cómo lo hacen los
demás, pensaba que me iba a costar menos, pero soy incapaz de llegar hasta
carcajadas.
—¿Qué te apetece cenar? —pregunto de vuelta al coche, tras ignorar
incorporo al tráfico.
—Uf, déjame que piense, pero creo que nunca he comido una
el pensamiento.
—Para comer cosas buenas, a veces hay que alejarse. —Mi respuesta
quedar claro que no quiero nada con ella? Nuestra relación pertenece al
—Ya lo creo que sí. Está buenísima —habla con la boca llena, pero
bocado.
encantaría ser ese papel para estar tan cerca de sus labios.
—Entonces, te dejaré —aseguro sonriendo—. Me gusta eso de ser tus
primeras veces.
Por más que trato de saber cosas de ella, no consigo nada. Es muy
hermética en ese sentido, como si tuviera algo grave que ocultar. Y bajo esa
fachada de timidez sé que se esconde una mujer fuerte y con carácter,
aunque no creo que sea una asesina en serie o una ladrona de bancos. Hasta
y que haberla conocido es todo un regalo. Sí, así lo siento, estoy cansado de
gente frívola e interesada y ella no tiene nada que ver con este mundo en el
que me muevo. Estar con Loles es como respirar aire fresco en un planeta
diferente.
joder.
hacer.
Me encantaría poderme ver ahora mismo en un espejo, mi cara debe ser una
mezcla perfecta de miedo, alegría, terror y emoción, todo bien junto y bien
acerca lentamente, pero mis pies parecen estar anclados al suelo bajo
toneladas de cemento. Me mira con una ligera sonrisa y me coloca un
una mano y con la otra me acaricia el cuello, haciendo que mi piel se erice
sus labios a los míos en un roce tan sutil que siento un calambre recorrerme
el cuerpo entero.
Después se aleja un poco, lo justo para sentir cómo mi boca se abre
esperando recibir todo lo que tenga que darme. La mano que tenía en mi
mejilla ahora se dirige hasta mi nuca, donde sus dedos acarician esa parte
besos de una forma que ni yo misma me reconozco; puede que sea instinto,
no lo sé, pero un montón de sensaciones me llenan llevándome casi a un
que tenemos una relación de madre e hija, nosotras somos amigas también,
por eso le voy desgranando lo que hemos hecho Fabián y yo. Gracias a ella
muchos años.
digo bostezando
—Que descanses. —Me da un tierno beso en la frente y también se va
a su habitación.
mi mente… Me paso los dedos por los labios, aún noto los suyos grabados
como he leído miles de veces en los libros románticos. ¿Es esto estar
enamorada? Aunque no creo que lo esté, pero no sé, tal vez sea lo más
Me cuesta la vida separarme de Loles, pero tengo que ir despacio con ella o
sea así.
venir bien para no pensar tanto en esa morena de ojos turquesa que me tiene
loco perdido.
Solo la veo durante las comidas y como estoy más pendiente en
disimular que nos vemos fuera, pues no disfruto de esos momentos como
me gustaría, pero ¡qué le voy a hacer! Me muero por besarla otra vez y
—Tú siempre tan dispuesto. —Se ríe—. Verás, solo quería saber si
estás bien.
—Es que te veo diferente, sé que para ti todo esto es nuevo y que
vengas ahora con rollos que te conozco perfectamente. —Hace una pausa
complicidad.
dejar de devoraros con la mirada, eso sí, o al final vuestro secreto será vox
populi.
Suelta una carcajada de nuevo, me guiña el ojo y sale de mi despacho
que repetirle que ya no somos parejas y que si quiere que seamos amigos
que nadie, de que nadie me va a querer más que ella… En fin, cantinelas
decirme que el sábado también tenemos que venir, entonces, lo tendré que
aplazar.
26
Aquí estoy, como cada día, esperando a verle entrar por la puerta. Hacemos
con el pelo suelto, y eso lo interpreto como que quiere verme fuera del
restaurante. Y yo, para qué me voy a engañar, estoy deseando que me
único referente.
vería a Fabián.
nada.
—Tranquila, que lo que tenga que ser, será. Ah, por cierto, me ha
notificación que no haya oído. Nada. Sigue igual que hace horas.
aunque sea una horita y tenga que disimular las ganas de hablar más con él.
***
Aunque en realidad iría ahora mismo corriendo al lugar que me dijera solo
por verle unos minutos. Pero bueno, he de ser paciente, solo quedan horas.
27
compré hace poco? Sí, eso estará mejor. Es fucsia, de media manga y para
este tiempo me viene perfecta. Me miro al espejo y termino de maquillarme
excusa de que me quedaba bien a la cara, y lo que en realidad ella quería era
—Bien, ¿y tú?
—Pues ahora que estoy contigo bastante mejor. —Su mano roza la
mía en un intento de caricia—. Tenía ganas de verte.
—Yo también.
como en las dos ocasiones anteriores. Otra vez nos alejamos demasiado,
pero estoy bien, ya no me importa tanto como el primer día que salimos y
que yo estaba un poco desconfiada, ahora ya sé que con Fabián no me va a
porque generalmente no me pasa. El otro día me entró por los labios y ahora
ha sido a través de la mano. Es como una pequeña descarga pero con tanta
intensidad que me da vergüenza que se pueda notar.
—Estás preciosa. Te sienta muy bien ese color —opina mirándome de
—Gracias.
devolverle la pelota.
—Ya sabes que el que no acaba la frase tiene que besar al otro —digo
haciéndome la inocente.
y por las ganas que tengo, me lanzo a sus labios dándole el consentimiento.
despertado todas las mariposas que tengo dentro. Nos besamos dulcemente,
nunca había imaginado que un beso pudiera ser así de bonito en la vida real.
Si ya el primero me gustó, este se lleva el premio gordo.
con otro beso, esta vez más pasional que el anterior, dejando mis piernas a
un beso suyo, tanto por dentro de mi cuerpo como por fuera. ¡Es alucinante!
por dentro. Paseamos por el centro del pueblo, no es que sea muy grande,
pero sí que posee mucho encanto, tiene un punto medieval que me gusta.
lugar y después salimos a dar un paseo por un parque que no está muy lejos
del allí.
—Dime que haces cuando tienes tiempo libre o te aburres.
—Bocetos de moda.
trabajando hasta hoy, con lo cual, ni tiempo ni dinero para pagarme unos
me fui de casa para vivir la vida, me fui por otras razones que ahora mismo
prefiero no explicarte.
cuidado, con mimo, hasta que algo dentro de mí me pide que aumente la
intensidad y así hago, dejándome llevar por todo lo que siento en esos
instantes.
***
De vuelta, me explica que tiene que pasar por casa de sus padres para
recoger algo que se ha dejado allí, pero antes me deja en casa. Abro la
rico.
—Es una pregunta bastante difícil, porque creo que cada persona
vulgarmente se llama «tener mariposas», contar las horas y los minutos que
faltan para volverle a ver, querer pasar cada momento del día con él,
—Pues entonces, creo que estoy enamorada de Fabián. Todo eso que
me acabas de decir lo vivo igual, ¡son cosas tan nuevas para mí!
no, debo ser positiva, como siempre me ha dicho la psicóloga, y pensar que
todo puede ir a mejor. Puedo decir con total seguridad que Fabián es mi
primer amor.
28
Los lunes son menos lunes cuando te levantas tan feliz o, al menos, eso me
pasa a mí. La ilusión de saber que voy a verle sobre las dos de la tarde me
quedamos a solas.
dice las ganas que tiene de verme y besarme, pero cuando nos vemos en el
conmigo. Que sí, que sé que tenemos que disimular, pero esta parte sigo sin
llevarla del todo bien. Aunque hay días que me consuelo con sus miradas
cargadas de complicidad y con eso tengo suficiente porque sabe cómo hacer
revolotear todas mis mariposas con un simple gesto. Creo que me estoy
enamorando, al menos cumplo todos y cada uno de los requisitos que
mencionó Dolores.
viernes y espero que nos veamos un rato por la tarde o por la noche, me da
igual, el caso es estar con él. Casi me caigo al salir corriendo de la ducha al
escuchar el sonido del móvil. Es él, ¿quién si no? Bueno, a veces también
—He pensado que podíamos hacer una escapada este fin de semana.
me mira como si fuera lo más normal del mundo mearle la ropa a la gente.
habrá caído… ¿Y ahora qué hago? La levanto del suelo con cuidado y veo
una mancha redonda más oscura que el resto de la prenda. ¿Y qué le digo
a dar cuenta, a no ser que le dé el olor, pero todo el que vaya detrás de él, sí.
compré aquel día junto con la blusa fucsia. Botas me mira y emite un
pequeño maullido.
pero es que no tengo nada nuevo o al menos que sea bonito —digo
las dos.
29
porque es difícil decidir qué ponerte cuando no sabes a qué sitio vas a ir o
papel…
haciendo más hincapié en el color de labios, que es el que hace juego con la
blusa fucsia. Me miro varias veces hasta que oigo un sonido que avisa de
que me ha llegado un mensaje:
su coche.
—Gracias —digo sonrojándome, espero que el colorete que llevo
pueda disimularlo.
pero seguro que es porque está pendiente de los demás coches ya que está
Madrid, qué raro, otra vez vamos a las afueras. En una hora y media
señal que está a la entrada. El GPS del coche nos indica que estamos muy
la cara con sus dos manos y me planta el beso que tanto he echado de
más y lo compensa.
Me sorprende que abra la puerta de la casa con una llave que se saca
herradura acoge la chimenea, y una mesa grande de madera con sus sillas a
juego componen el salón-comedor. Apenas hay cuadros, pero no hace falta,
—¿No quieres que te eche una mano? —pregunto antes de que salga
por la puerta.
Regresa a los pocos minutos con una pequeña maleta y tres bolsas
hacerlas en la barbacoa.
—No, para nada, solo que pensaba que cenaríamos por ahí, y me he
la cintura y me vuelve a besar, esta vez con más ganas, hasta que se detiene
también.
Me ocupo de prender los leños que, poco a poco, arden con más
esta vez, como sé que no puedo ser descubierta mientras lo hago, lo miro
todo con más detalle. Fabián ha desaparecido por una puerta que hay al
fondo de la cocina y que, por lo que veo desde mi posición, debe dar a un
patio trasero o un jardín o algo así. Me acerco para confirmar mis sospechas
y, en efecto, hay un patio con una barbacoa de obra, una mesa grande de
jardín con sillas alrededor, una piscina tapada con una lona azul y unas
abril todavía refresca por la noche. Estaremos mucho mejor dentro con la
chimenea encendida.
y a cenar, y la verdad que no era eso lo que había pensado. ¡Hasta he traído
el postre!
comer y a beber con ganas. Está todo buenísimo, no parecía que mi Iker
Casillas personal fuera tan previsor y apañado en la cocina. Me cuenta que
esa casa perteneció a sus bisabuelos paternos, pero que cuando la heredó su
padre la restauraron dejándola más bonita aún, construyendo incluso la
piscina, aunque respetando la esencia rural de la casa, como los techos y las
paredes.
contigo.
Las dos copas de vino que llevo, me hacen relajarme aún más y, también,
decir estas cosas.
—Gracias. Si te digo la verdad, quería impresionarte —reconoce con
sinceridad, y se lo noto en los ojos.
su bisabuelo no podía vivir sin su mujer y que cuando ella murió de forma
natural mientras dormía en su casa, él falleció a los tres días, también de la
misma manera. Son de esas historias en las que parece que la magia es la
responsable del desenlace.
que veo, Fabián no tiene ningún problema económico, y eso que cuando
habla no alardea de lo que posee, pero se nota que nunca le ha faltado de
Recogemos la mesa entre los dos, aunque imagino que se ha criado con
guardar todo. No da para nada la sensación de ser el típico niño pijo que no
sabe hacerse nada porque todo se lo han dado hecho. Es guapísimo. Me
pregunto cómo sería si tuviera los ojos azules, ¡bah!, no le hace falta, el
color de sus ojos es precioso, son de un color miel claro que hacen que su
mirada sea más dulce o, al menos, yo lo veo así. Desde el sofá observo
evitar mirarle bien por detrás. Tiene una espalda y un culo perfectos, seguro
que hace mucho deporte.
otro, hasta que no paro de sentir esas pequeñas descargas eléctricas por todo
así por esto, cómo será cuando me toque una teta! Este pensamiento que me
por mi reacción.
llevar por lo que estoy sintiendo. Esta vez solo se limita a besarme, ¡y
menuda forma de hacerlo!, logra que me olvide de todo por unos minutos
hasta que su voz medio ronca me obliga a salir del trance en el que me
encuentro.
madera hasta el piso superior, ahí aún no he estado, pero lo que veo va
acorde totalmente con la planta de abajo. Hay tres habitaciones, están todas
explica que era la habitación de sus abuelos, y que vivieron muchos años
con sus bisabuelos porque antes no era tan fácil eso de casarse y tener una
llevan son las únicas que rompen la temporalidad del cuarto, son bastante
grifería o el lavabo. Digamos que del distribuidor donde parten todas las
habitaciones lo único moderno es un par de radiadores que, aunque no están
demás, el cabecero es de forja negro de hace por lo menos unos cien años o
dormir toda una noche respirando el humo que sale por ella es poco
casa así es para disfrutarla todo lo posible, sobre todo cuando se vive en el
tiempo libre, pero cuando estudiaba la carrera sí que venía más, sobre todo
cintura con una mano y con los dedos de la otra va subiendo desde mi
fuerte los ojos. Tengo sus labios presionando los míos y los abro para
acoplarlos a él, me besa tan despacio, con tanta ternura, que creo que me
otro, y Fabián, que parece darse cuenta, me lleva hasta la cama sin dejar de
piel. Y cerca de mi pierna derecha noto su… dureza. Eso hace que me
es que se puede decir que esté relajada, porque tengo ahora mismo una
estar tranquila y disfrutar del momento, pero mi cabeza no me deja por más
que lo intento.
dedo, empieza a dibujarme como formas: noto un círculo, unas rayas, hasta
consigue que suba aún más mi temperatura corporal, él parece darse cuenta
darme pequeños besos para después pasar su lengua por los dos pezones
cuelan por debajo de mi falda tocándome justo donde siento ese dolor tan
pequeño gemido del cual no soy dueña. Fabián sonríe de nuevo, parece
quedarme sentada durante unos segundos en los que me mira sin entender
pasando a mí, yo que creía que lo tenía superado… Pero no, no es tan fácil
como pensaba que sería. Me meto en la ducha y dejo que el agua caliente
sentía así que me maldigo a mí misma por haber llegado a este punto. Unos
golpes suaves en la puerta me hacen ponerme alerta.
tono preocupado.
—Está bien, como quieras. Esperaré aquí a que salgas, tómate todo el
tiempo que necesites.
Su tono de voz tan comprensivo me hace sentir estúpida también,
seguro que está preocupado de verdad y yo aquí metida, montando un
gratamente, pero no puedo dar ese paso. Decido cerrar el grifo, envolverme
en una toalla y salir a dar la cara. No creo que se merezca el espectáculo
que acaba de presenciar.
31
justificar su reacción.
si tú has hecho algo malo, pero a las dos cosas te diré que no. Lo que voy a
estar haciendo mal por contártelo a ti… —Coge aire y lo suelta despacio—.
Tampoco quiero que me juzgues.
es que no pienso que estés loca, sino qué es lo que he hecho mal para que
hayas salido así de deprisa hacia el cuarto de baño y no hayas dejado de
tan asquerosas que jamás debería hacerle un padre a su hijo; digamos que,
más que ignorarlas, en realidad se tapaba los ojos, como si aquello que mi
padre me hacía fuera lo más normal. Crecí pensando que todo eso me lo
merecía por alguna razón que desconocía, que yo tenía la culpa de todo, que
había nacido para sentirme sucia y que eso era lo que había. Además, no
hermanos, por supuesto. Era tan perfecta que me daba hasta grima, y gran
cada cosa que yo hacía, en plan: «Luisa lo sabe mejor que tú», «Dolores,
eso que lo haga tu hermana que lo hace mejor», «ya quisieras tú parecerte a
ella»...
—Eso era lo habitual allí desde que era pequeña, hasta que algo hizo
no era así, al menos debía intentarlo. También entendí que con la mayoría
de edad no podrían buscarme ni hacerme volver a casa en contra de mi
voluntad.
tras día, y cada vez me sentía más pequeña ante los demás; porque no solo
amigos o compañeros de clase era cada vez menor, ni siquiera quedaba para
salir por ahí porque pensaba que yo no era suficiente para estar ni con ellos
ni con nadie. —Se queda callada unos segundos y suspira—. El mismo día
llegué a Madrid con lo poco que tenía ahorrado, pero con la mochila llena
yo.
acercarme y abrazarla tan fuerte que creo que voy a cortarle la respiración.
que pasé… De veras que lo siento, Fabián, no sabes cuánto —dice con
lágrimas en los ojos.
—En todo caso, el que tiene que pedirte disculpas soy yo, tal vez he
durante muchos años como para que tú ahora te sientas responsable de esto.
que su bienestar es mucho más importante ahora mismo que cualquier otra
cosa.
aprovecho para quitarme los pantalones que aún llevo puestos quedándome
solo con los calzoncillos y me meto también en la cama y la abrazo por
detrás.
—Eres como una flor cuya corola está cerrada y yo, con mi amor, te
voy a ir abriendo esos pétalos poco a poco, hasta conseguir que vuelvas a
Me levanto antes que ella procurando no hacer nada de ruido y así dejarla
listo el café y el pan tostado lo coloco en una bandeja que subo hasta la
habitación. Aprovecho que sigue dormida para entrar un momento en el
cama.
suavemente la cara con la mano que tengo libre y le doy un beso en los
—Pero me sentía bien o, al menos, eso era lo que creía, pensé que ya
estaba superado, aunque parece que no es así. —Baja la cabeza y se deja
—Loles, no te voy a forzar a hacer nada que no quieras, por ese lado
tumbo a su lado enredando sus dedos entre los míos—. Quiero estar contigo
Su sonrisa aún es más bonita con esta luz natural que entra por la
por el campo y respirar un poco de aire puro. Hace una mañana estupenda.
—Ni hablar, te invité a venir este fin de semana y todos los gastos
restaurante de este pueblo, seguro que se come de maravilla —dice sin dejar
cosas que nada tienen que ver con su pasado, al menos lo intento aunque no
te imaginas las luchas que tenía en mi interior por seguir bajo el mismo
techo que los que consentían mi sufrimiento. —Baja la cabeza, sus ojos
vuelven a llenarse de lágrimas y no es así como quiero verla.
lo podrían saber todos los vecinos; por eso callé y esperé a tener la edad
para que los demás también me lo hicieran creer. —Hace una pausa
observando mi reacción.
—Imagino que en aquellos momentos lo veías así —digo
pasaba y eso era lo peor, ya que no tenías a nadie con quien contar y
relación que he tenido siempre con los míos y no haber pasado por nada
parecido.
tema, lo dejamos.
del diseño y, de repente, una idea se forma en mi cabeza. Creo que puedo
Sobre las ocho y media de la tarde me deja en el portal y subo corriendo las
describirle.
Me siento con ella en el sofá y se sube Botas sobre mis piernas para
recibir su ración de caricias que hoy no le he dedicado. Le cuento a Dolores
sido él conmigo. Ella solo me sonríe con dulzura y me dice que, poco a
poco, dejaré eso olvidado y que disfrutaré sexualmente con Fabián o con
quien sea. Y sé que tiene razón, pero ahora mismo es algo que no deja de
pareja. Romper con mis sombras va a ser más difícil de lo que creía.
***
En cuanto entra por la puerta del restaurante acompañado por los tres
saludarle como Dios manda! Pero no, debemos disimular. Fabián lo hace
No sé, tal vez son imaginaciones mías y lo hago igual de bien que él.
devuelvo el mensaje.
más puro que tiene en su vida y es lo más bonito que me han dicho nunca.
Al final no he podido ver a solas a Loles hasta hoy jueves, aunque no pueda
estar con ella tanto tiempo como me gustaría porque también he quedado
con mi madre en que me pasaría a cenar con ellos esta noche y no me gusta
llegar tarde.
voy a comer, me muestro mucho más frío con ella, aunque me duela en el
—No mientas, mira cómo voy. —Se señala los pantalones con un
gesto de su cabeza.
—Lo que daría yo ahora mismo por quitarme este traje e ir como vas
tú.
que espera un beso, pero prefiero arrancar el coche y salir de aquí ya.
—¿Por qué siempre que quedamos vamos tan lejos? —pregunta como
si no le diera importancia, aunque sé que está empezando a sospechar.
—Porque diariamente estoy por el centro y cuanto tengo tiempo libre
dudas al respecto.
las ganas de estar contigo que pienso que todo el tiempo que pasa hasta que
café.
Aunque sí que hay algo muy dulce que no me importaría comer todos los
puede saber por qué me miras así? —Tengo curiosidad porque me cuente el
la cafetería.
segundos su pelo oscuro, sus ojos azules y esos dos hoyuelos que se le
Deberías observarte más a menudo y disfrutar con las vistas. —Esto último
cruzándonos con una señora que va a entrar y que nos pone cara de pocos
amigos, imagino que habrá pensado que hemos hecho el amor allí mismo y
por eso salimos tan sonrientes. Pago lo que hemos tomado, ganándome una
metemos dentro.
Sin apenas darme cuenta, acaricio uno de sus pechos por encima del
jersey y oigo como suelta un gemido tan bajo e intenso a la vez que me
—Dolores, ¿tú crees que seré capaz de hacer el amor algún día con
hacía mi padre no voy a ser capaz; por mucho que ellas digan que sí, yo no
Debe ser algo que surja de forma natural, sin presión ni por su parte ni
por la mía. Por su parte sé que no lo voy a tener, pero por la mía… ahí no
confío tanto.
El ambiente en el bar es mucho más ajetreado que los días anteriores,
se nota que es viernes y que para muchos hoy acaba su jornada laboral. A
mí aún me queda un día, a ver qué plan me propone Fabián para el fin de
Jose entra a su hora pero con cara de pocos amigos, parece como si
y a ese no le quiero ver ni en pintura. ¿Tú sabes los típicos chistes que se
más listo, el que lo sabe todo, el que mete baza en cualquier tema porque lo
faltar. Mira que son pocas veces las que coincidimos juntos, generalmente
—Pues mira que eso es difícil en ti, con el carácter tan bueno que
tienes.
—Ni me conocerías cuando estoy con él. —Se ríe y se pone a repasar
los cubiertos.
trabajo. Estoy deseando que entre Fabián por la puerta y verle de nuevo.
Como es viernes, viene más gente que de costumbre, incluso hemos tenido
varias mesas que no son habituales. A Dolores le encanta que venga gente
nueva, dice que eso es muy bueno para el negocio y no le quito razón,
llevo seis años aquí trabajando y aún me cuesta un poco comunicarme con
sido todo un acierto. Les recito el menú del día sin dejar de sonreír y,
cuando tengo todo anotado, me dirijo a la cocina para marchar los primeros
platos. Fabián ha pedido ensalada mixta, como muchos días, se nota que se
cuida y eso da sus frutos, si no ¿cómo iba a mantener ese cuerpo tan
dirige al aseo. Impulsada por una fuerza inesperada, le sigo y entro detrás
de él.
la puerta.
dónde me ha salido.
—Loles, esto así no… Puede entrar mi padre o los otros socios y
pillarnos.
—digo en plan mujer fatal, con una voz que no reconozco como mía.
Abro la puerta del aseo y, tras comprobar que no me puede ver nadie,
como si estuviera poseída por una diva del sexo, por alguien que no tiene
cuando se levantan los vip, me acerco hasta ellos para despedirme. Espero
digo tratando de mantener en equilibrio una bandeja que llevo entre mis
manos.
podido fijar porque estaba atendiendo a una mesa que me acababa de llamar
en ese momento.
***
Cuando llego a casa lo primero que hago es darme una ducha, como
siempre, después me tumbo un rato en el sofá con Botas encima dejándose
cuando más ronronea. Cada vez que me ve con el teléfono en la mano hace
lo que sea para llamar mi atención y le dedique unos cuantos mimos. Hace
poco casi me lo tira al suelo desde el sofá, menos mal que tuve buenos
reflejos y lo cogí al vuelo que si no… A ver cómo le hubiera dicho a Fabián
—Ya estoy en casa —oigo decir a Dolores cuando entra por la puerta.
está enroscando entre las piernas de mi jefa—. He visto que quedaba poca y
—Aún no, pero seguro que los tendré —comento con la seguridad de
que si no es hoy, será mañana cuando Fabián me diga adónde vamos a ir—.
Por cierto, Dolores, algo le pasa a la lavadora, la he puesto cuando he
acercándose al electrodoméstico.
él.
portado muy bien conmigo y estoy muy contenta por todo lo que ella
significa en mi vida y no voy a tirarlo por la borda por unos cuantos besos,
no ser que sea algo muy urgente que no pueda esperar al lunes.
Las horas pasan y sigo sin saber nada de él, con lo cual, cojo mi
hace días que estrenaron una película de Tom Cruise que estoy deseando
ver —comenta cambiando el canal de la televisión.
siéntate aquí con Botas y conmigo que voy a hacer palomitas y nos vemos
protesto un poco.
nuevo en el sofá junto a Botas que se acerca hasta colocarse sobre mis pies.
nos comemos las palomitas recién hechas. Recuerdo que la primera vez que
la vi fue al mes de venirme aquí a vivir. Me dijo que era su película favorita
y que no se cansaba de verla, doy fe de que es así, que se sabe desde el
El grupo de WhatsApp que tengo con mis amigos de la universidad está que
restaurante. Al final, claudico y les digo que nos vemos en el sitio que ya
han reservado para cenar.
veo allí a Briana con unas amigas, de hecho, contaba con ello, aunque no
tanto con esa forma de actuar conmigo que casi roza el acoso. Me pido una
copa dejándome llevar por el buen rollo que tenemos entre todos, y evito en
todo momento quedarme a solas con mi ex; no es que piense que no voy a
plenamente y más ahora que en mi corazón solo hay sitio para Loles, pero
—Tu ex cada día está más buena, tío —me dice uno de ellos dándome
—Briana es pasado.
Choco mi copa con la suya y le animo a que vaya a la pista con ella.
Después me siento con los demás en un reservado y saco, por primera vez
veríamos? Tampoco creo que le hubiera hecho gracia saber que, en vez de
salir con ella, he quedado con unos amigos; al menos Briana se enfadaba
enfadada conmigo.
38
Es de Fabián.
las ganas que tenía de salir con él por ahí, bueno, y de besarle también, para
pasear por las calles. Hay bastante movimiento por esta zona incluso siendo
domingo, entro en la primera boca de metro que encuentro y elijo al azar un
Oeste, dejando que el sol ponga algo de color a mi cara. Echo de menos a
dibujar, tomé por costumbre llevar un orden según la estación del año en la
que lo hiciera. Aunque estamos en primavera, ya se va sintiendo la buena
temperatura, y la ropa que dibujo es más bien veraniega, pero sin cabida
aún para los vestidos. Hay que ver cuánto me gustan y nunca los llevo
puestos, de hecho ni me los compro, tal vez porque no me veo con ellos.
que hoy nos acompaña. Una de las cosas que más me gusta de Madrid es la
variedad de gente que hay. En mi pueblo no era así, pero aquí te puedes
encontrar con gente de otras culturas y países diferentes, haciendo que la
respira, mires donde mires. Recuerdo que eso fue algo que me llamó
bastante la atención los primeros días, pensaba que sería algo casual y
puntual, pero con el paso del tiempo, he visto que no es así, que ya sea
Miro el móvil por si acaso tengo algún mensaje de Fabián que no haya oído,
pero nada, la pantalla sigue igual. Me siento un poco rara, creo que soy la
única que está comiendo sola. Hay muchos grupos de amigos y parejas que
vivir algo así. En cambio, ahora, con Fabián es distinto. Las veces que
hemos comido por ahí me he sentido muy a gusto, es totalmente diferente
comer con alguien a hacerlo sola, de eso no me cabe duda. Igual que
tiene ganas de su ración de mimos, así que ¿quién soy yo para negárselos?
—¿Sola?
—Sola.
Hoy es lunes, comienza la semana y espero con ansia la hora de comer para
bueno, imagino que estuvo muy liado en la reunión familiar, por eso
tampoco quise molestarle con el teléfono.
café.
tengo con quién compartirlo, excepto contigo, claro, creo que será bueno
cocina. ¡Qué rara está esta mañana! Pero tiene toda la razón, necesita más
tiempo para ella, para vivir y disfrutar un poco. Desde que se quedó viuda,
vive por y para el negocio, y menos mal que lleva más de un año cerrando
las tardes de los sábados y los domingos, que eso también le ayuda a
desconectar. Me acaba de decir que el tiempo pasa, ¡y tanto que pasa!, llevo
dos días enteros sin ver a Fabián y parece que fueran semanas.
—¡Buenos días, Jose! Por tu cara veo que no ha sido tan terrible el
—Bueno, mira, no hay mal que por bien no venga —aludo al refrán
sonriéndole.
mesas. Estoy de camino a la cocina, cuando veo que entran por la puerta a
Fabián.
ruedas.
fondo.
cumpleaños y que tenían una fiesta familiar —miento tratando de salir del
—Sí, claro, habrá sido eso —digo avergonzada—. ¿Saben ya que van
a comer?
Después de tomarles nota, me voy al aseo, necesito echarme agua fría
—¿Te apetece que lleve algo especial esta noche para cenar? —
pregunta.
No dejo de darle vueltas al tema del cumpleaños y, sobre todo, a por qué me
pienso llamarle para averiguarlo, si quiere, que lo haga él. Las mentiras son
algo que no soporto y, por desgracia, he tenido que cargar con ellas hasta
agua a Botas y le cojo en brazos para acariciarlo, qué animal tan mimoso,
tenía razón Dolores cuando me dijo que no le gustaba estar solo. En cuanto
pasa. Botas nos observa desde fuera sin perderse una coma de la
ayer, está un rato tocando unos cuantos botones, abre y vuelve a cerrar la
puerta y al final dice que cree que podrá arreglarlo en pocos minutos. Va a
la puerta donde dejó las herramientas y, al sacar una llave inglesa, pone una
cara rara.
—¿Qué narices es…? Juraría que… —habla más para sí mismo que
humedad.
enfadado a la vez.
impresión que él—. ¿Cómo ha podido pasar? Con lo bueno que es…
tirando a la bolsa la llave inglesa que tenía en la mano, junto con las demás.
—¿Y con la bolsa que hago? Ese maldito olor se va a quedar ahí
muy limpia.
en aumento.
necesitar y las lavaré con lejía para que usted se quede tranquilo.
Leo sin mucho ánimo y, con este estado, me pongo a escribir para
devolverle el mensaje.
buen hombre maldiciendo cosas de gatos, entiendo el enfado que tiene pero,
oye, tampoco es para tanto, nada que no se pueda solucionar con un buen
lavado. Cuando termina, me da una hoja en la que ha anotado los datos de
la reparación y necesita que la firme; así hago y me da una copia. Se
despide de mal humor, echando una mirada asesina a un Botas que no le ha
puerta de mi habitación.
cómo ha sido todo y que casi el técnico se va sin arreglarla; aunque al final
terminamos riéndonos por lo cómico de la situación. Después le comento lo
—Pues con esa actitud quizá te pierdas una historia maravillosa junto
con él y deja que se explique, si después crees que debes dejar de verlo,
adelante. No seré yo la que te lo impida. Pero escúchale.
fácil es todo con ella, siempre sabe qué decirme en cada momento. Dice que
es experiencia, pero yo creo que Dolores es especial. Al menos para mí lo
es.
40
largo del día. No sabía que fuera yo tan rencorosa… Bueno, sí que lo soy,
pero solo con mi familia, o al menos eso era lo que yo creía, porque ahora
mismo estoy igual con Fabián y eso que solo ha sido por una cosa, aunque
sí, esa cosa es algo que detesto y es la mentira.
por un lado, estar como siempre con los vip para que no noten que estoy
tirante con uno de ellos; y, por otro lado, que él se dé cuenta que soy
consciente de su mentira. A ver qué tal se me da, porque para actriz nunca
me he visto.
último y me busca hasta que sus ojos chocan con los míos y su boca se
curva en un amago de sonrisa bien disimulada, pero que ya conozco a la
perfección. Me acerco hasta su mesa, los saludo y les tomo nota, vamos, lo
barra a por la bebida, me infunde ánimo en voz baja y yo, con mi sonrisa, le
hago ver que todo está bien, bajo control, o eso creo.
Veo que Fabián va al aseo y, antes de entrar, mira hacia donde estoy
como «invitándome» a ir, pero eso ni hablar, ya me dejó claro Dolores que
Igual que ha entrado, sale, aunque su cara refleja extrañeza y una pequeña
desilusión, seguro que esperaba que fuera detrás de él cual perrito faldero.
***
Fabián llama por teléfono justo cuando me estoy secando el pelo con
algún sitio?
—No —suelto tajante, no quiero estar por ahí con él y que me lleve a
tranquilamente.
—Como quieras, en un rato estoy allí.
de los nervios que me están entrando. Voy al cuarto de baño y me miro una
vez más, ya van por lo menos cuatro desde que me llamó. Me vuelvo a
deja de mirarme, seguro que siente mi nerviosismo; he leído por ahí que
estos animales sienten mucho las energías de las personas con las que
notara mi estado, pero soy incapaz, es saber que voy a estar con él y todo se
relajarme. ¿Será posible? No, no es esta la actitud que debo tener con él, al
menos hasta que me aclare el asunto. Me echo hacia atrás, en un claro
rechazo y le digo que se siente en el sofá. Hay que ver lo guapo que es. Se
mentiras.
facultad para ir a cenar el sábado y no les pude decir que no, nos reunimos
sofá.
a enfadar conmigo…
—¿Acaso crees que me hubiera molestado por eso? Veo que aún no
encontrar las palabras que mejor definan esto que se me pasa por la cabeza
relativamente poco que nos conocemos, lo sé, pero cuando estoy a tu lado
me siento diferente, soy ese tío que me gustaría ser las veinticuatro horas
cada vez que estoy contigo… —Hace una pausa y se levanta para cogerme
cosas consigue que me ablande y quiera darle una oportunidad. Tal vez
debería ser un poco más dura, pero ¿por qué negarme una oportunidad de
—No sé al tipo de mujeres a las que estás acostumbrado, tal vez otras
prefieren que nos les digan la verdad y así evitar una discusión, pero yo no
gesto ya tan suyo, y me besa. Parece que sus besos son mi cura perfecta
porque hacen que se me disipen las dudas y el enfado rápidamente. Sigo
primera vez voy a intentar que sea mágico y especial, para que puedas
recordarlo siempre con una sonrisa y se te borren para siempre las sombras
de tu pasado. Pero sin prisas, porque eres tú la que tiene que sentirse segura
para hacerlo y, sobre todo, desearlo.
Le abrazo fuerte. Todo mi malestar se ha esfumado. Me siento tan
afortunada de haberle conocido que tengo miedo de que esto sea solo en mi
—¿¡Qué!?
va, regaño de nuevo al minino, no sé por qué le ha dado por hacer esto.
Parece que no le gusta ningún hombre que entra en esta casa…
querido gato.
—Hoy le he regañado más porque el otro día me entró hasta risa, pero
—Te recomiendo que le encierres cada vez que venga alguien, así te
rincones del mundo. Desde luego que no pienso hacerlo, pensarían que
estoy completamente ida, aunque bueno, creo que algo loca sí que estoy, y
apetezca hacer. Y sé que tienen razón, pero después de sus besos y sus
caricias me excito por instinto y es inevitable no pensarlo.
caído en ese detalle, se nota que ella tiene más experiencia en estos temas y
aun con la edad que tengo, me siento demasiado infantil para muchas cosas.
He entrado en una tienda que vende lencería. No sabía que había tanta
hablar de los colores. ¿Y cómo se supone que debe ser la ropa interior para
una primera vez? Después de mirar y mirar, termino por salir de la tienda
Una vez más me reafirmo en mi opinión de que ella no es como las demás,
así que no debería tratarla como si lo fuera.
—Sí. ¿Y tú?
sirve mi opinión, mejor quedate con el otro, este que hoy llevás es
demasiado felino.
termino, recojo mis cosas con la intención de pasarme por la tintorería antes
de ir a casa, pero a las nueve de la noche dudo que esté abierta.
—Lo sé, hace un rato estuve hablando con tu padre por teléfono. —Se
gira y mira a este con una sonrisa cómplice—. Por eso estoy aquí, necesitas
desconectar.
—Bueno, chicos, si me disculpáis tengo que irme. Espero que tu
marcha.
bolso.
reprocha poniendo morritos, tal y como hace siempre cuando se quiere salir
con la suya.
Por la cara que me pone sé que está más que satisfecha y yo harto de
sus jueguecitos.
cosas claras de una vez por todas. Sé que no le va a gustar, pero es que ya
—Briana, quiero que entiendas de una vez por todas que ni somos
así?
¿Acaso soy yo el malo? Creo que desde que lo dejamos, siempre he tratado
de ser educado con ella y de no engañarla con falsas ilusiones; pero ella
todavía mi pareja. Espero que por fin se haya dado cuenta de que lo nuestro
compromiso.
Si soy sincero conmigo mismo, creo que nunca he sentido por Briana
lo que ahora mismo siento por Loles. Con mi ex nunca he podido hablar de
cualquier tema sin que el dinero fuera el principal que salía en casi todas
tan diferentes.
42
Hoy es miércoles y veo a Dolores triste, no es que vaya llorando por los
asuntos personales, algo que les ha hecho gracia a los tres al decirlo.
especie de malestar que parece enfado, así que puede que a él le ocurra lo
mismo.
Miro mi móvil justo cuando salgo del trabajo y veo que tengo un
mensaje de Fabián:
y los nervios de saber que voy a pasar con él el fin de semana. Escribo «soy
¿Qué va a pensar con eso de que soy toda suya? No, no. Yo no soy así. Al
***
Lo primero que hago nada más ducharme es abrir mi armario ropero y
revisar una por una las prendas que tengo colgadas y dobladas en él. Intento
encontrar algo que vaya acorde con el fin de semana, pero ¡si aún no sé ni
algún jersey bonito, no sé, pero algo nuevo, debo ir acorde con Fabián, que
siempre va impecable.
Recorro varias tiendas, ¿por qué cuando voy a mirar ropa sin ganas
siempre encuentro algo que me agrada, pero cuando tengo que comprarme
algo por necesidad, es imposible dar con lo que voy buscando? Tampoco es
que tuviera algo concreto en mente, pero no sé, tal vez algo que vea en una
percha y me diga «llévame contigo».
azul eléctrico, muy de este tiempo que está empezando a hacer ya, y un
jersey fino de manga larga en color crema. No es que piense ponerme una
prenda encima de la otra, pero así tengo dos opciones nuevas según lo que
Fabián me proponga.
Satisfecha con mis dos bolsas, y con una botella de sidra que he
momentos de vez en cuando, como lo de hacer pis sobre las cosas de los
demás. Pero estoy tan contenta que me meto en la cocina para prepararle la
cena a Dolores, voy a hacer una tortilla de patatas, como siempre que
—Te he preparado una cena especial —le digo en cuanto aparece por
la puerta.
pongo la mesa. Cuando llega al salón ya está todo dispuesto para que
cenemos, aunque la sigo viendo como esta mañana, con la mirada ausente y
demasiado salada.
pretendiendo reírse.
—No hay nada de qué preocuparse, todo está bien —responde tajante
solemnidad a lo que me tenga que decir porque creo que así será más fácil
para ella.
—Bueno, está bien, te lo voy a contar. Hoy hace diez años que murió
mi marido, diez malditos años en los que no dejo de pensar en él cada día.
—¿Y por qué no me lo has dicho? Desde que me vine a vivir contigo
hemos celebrado juntas cada aniversario desde que me vine a vivir aquí, sin
saber que también había otra fecha señalada… ¡Cómo he sido tan tonta!
—No es culpa tuya, cariño. La primera vez que cenaste aquí, hacía
porque me sentía muy sola y creía que nos vendría bien a las dos… —Deja
cuanto nombra al minino, este suelta un maullido desde el sofá, como si nos
digo que eso no es así. Eres la mejor persona que he encontrado en mi vida.
tristes, son fruto de la emoción del momento y de todo el cariño que nos
copas hasta la mitad del líquido burbujeante y brindamos varias veces: por
nosotras, por Botas, por nuestra convivencia, por Fabián —sí, también le ha
La semana pasa lentísima, será porque tengo muchas ganas de que llegue el
sigo sin saber qué debo ponerme. He intentado sonsacarle por teléfono, pero
no hay manera, lo único que he podido deducir es que no vamos a cenar ni a
tema con el que aún no consigo relajarme. El miércoles estuve otra vez con
refiero a las físicas porque, a veces, lo que más nos afecta en la autoestima
encuentre», «no pasa nada por caerme, sé que me voy a levantar», «no hay
límites para todo lo que quiero hacer» o «valgo mucho» te hacen crecer o,
que nos riamos las dos. Ella está convencida de que jamás va a volver a
estar con ningún hombre, pero solo tiene cincuenta años, apenas tiene
arrugas y aunque, según ella, le sobran cuatro kilos, tiene una figura
estupenda. Sé que aún llama la atención en los hombres, no hay más que
ver cómo la miran algunos cuando entran en el restaurante. Pero ella parece
que se haya cerrado en ese sentido y, no la culpo por ello, pero ya han
***
contestarle:
desayuno.
sonrisa.
—No tienes por qué estarlo, creo que le estás dando demasiadas
—Ay, cariño, solo hablo por experiencia, nadie nace preparado para
todas las cosas que nos pasan. Por eso hay que disfrutar las buenas a tope,
recuerda a su marido moviéndose entre las mesas e imagina que todo lo que
le ha pasado es un sueño. Ha sufrido mucho, pero es la mujer más valiente y
en Internet que enseñaban cómo se hace, así que me he atrevido con ello;
negra cruzada, pero esta vez la combino con la blusa azul nueva aunque,
una vez puesto, me veo todo el conjunto muy oscuro. Quizá debería
dónde vamos a ir, porque lo mismo hago el ridículo así. Uf, ya empiezo con
¿no crees?
Nos reímos mucho por su comentario, y eso me viene bien porque así
beso.
no quiero que venga la grúa, se lleve el coche y nos arruine el fin de semana
las grúas—. ¿Me dices dónde me llevas? —pregunto con mucha curiosidad,
sobre todo porque aún tengo pendiente saber si voy vestida adecuadamente.
—Te quiero este fin de semana toda para mí, sin que nadie nos
moleste.
Se baja del coche y lo rodea con rapidez para abrirme la puerta, tal y
mochila del asiento trasero y él me ayuda a salir del coche, haciendo una
hasta el ascensor cogidos de la mano, introduce una llave en uno de los dos
únicos botones del tablero de mando que tienen cerradura y subimos hasta
la última planta en cuestión de pocos segundos. En cuanto se abren las
llegar a una habitación enorme, miro hacia todos los lados intentando
calcular y se podría decir que es casi más grande que el piso de Dolores.
Las paredes están pintadas de blanco, del mismo color que las cortinas, y
esquina hay una mesa redonda con dos butacas de piel y también un
menos no en persona.
ojos la estancia.
pero con una mirada tan intensa que hace que me ruborice.
necesario.
que no voy a hacer nada que te incomode, solo quería que estuviéramos a
con ternura—. Tienes algo que me hace plantearme muchas cosas dentro de
mí.
Lo que tengo ante mis ojos es impresionante, incluso los azulejos son
blancos y negros, parece que son de mármol. Nunca había visto dos
baño. Hago pis, me lavo las manos y después me las seco una toalla muy
esponjosa. Toda la pared que queda sobre los lavabos es de espejo, me miro
en él, sonrío e intento infundirme ánimo con un par de gestos antes de salir.
—Sigo pensando que no te tenías que haber molestado tanto…
para los clientes más importantes. Digamos que es un detalle con ellos
cuando vienen desde fuera de Madrid para alguna reunión y así no tienen
padre hace años y parece ser una apuesta segura para los hombres de
negocios.
que ofrecen. Ya has visto que hemos llegado hasta aquí sin pasar por
La idea es muy tentadora, desde luego que sabe cómo seducir a una
mujer, seguro que ha traído a varias aquí, de eso no me cabe ninguna duda.
sentamos en las butacas, que son mucho más cómodas de lo que parecían, y
cuando tú quieras.
tema que estos días he tenido en mi cabeza pasando por la ropa interior que
llevo puesta y que estreno hoy. Me empieza a entrar calor solo de pensarlo y
me levanto para mirar por la ventana. Las vistas de la ciudad desde aquí son
impresionantes, seguramente sea debido a la altura, no sé exactamente a
cuantos metros estaremos, pero casi parece que se puede tocar el cielo con
los dedos.
Fabián coge el teléfono de la habitación y encarga varias cosas que no
llego a escuchar del todo bien. Pero tampoco me importa, tengo que
que abre rápidamente y deja dos copas servidas. Después se retira diciendo
que está a nuestra entera disposición para lo que necesitemos y desea que
Entre los dos acercamos lo que ha traído hasta la mesa redonda. Antes
—¿Te gusta?
—Es una textura un poco extraña para mí, pero está buena.
estoy con Fabián! Las conversaciones con él son fluidas, no hay silencios
incómodos, se puede hablar de cualquier tema y me siento escuchada.
poniendo y a mirarle porque, por muy buena que esté la cena, soy incapaz
de quitarle los ojos de encima. ¿Podía ser más perfecto? No, creo que es
imposible.
aunque aún tengo sitio para lo que acaba de destapar Fabián y que pone en
el centro de la mesa. Veo unas bolitas que, según me dice, son bombones de
queso de cabra y sésamo caramelizado. Me meto una entera en la boca y me
la vez.
—¿Te has quedado con hambre? ¿Quieres que pida algo más? —
la champanera con una de las dos botellas que aún sigue llena.
sea más tarde, para que tú lo elijas. —Hace una pausa y continúa—:
Cuando te apetezca, llamo y nos lo traen.
Bueno ¡y qué! Tampoco he dicho nada malo, porque no pienso hacer nada
que no quiera. Le miro con cara pícara y se acerca lentamente, sus labios
vuelven a posarse sobre los míos, consiguiendo un baile totalmente
movimientos desesperados.
—Qué ganas tenía de estar así contigo… —dice con la voz ronca y mi
por las piernas, sin llegar a levantarse del todo, y a esas caricias empiezan a
acompañarle los besos. Creo que me voy a derretir en cuestión de segundos.
Besa mis muslos con pasión, consiguiendo que mi cuerpo se arquee
instintivamente porque ahora mismo no soy dueña de mí. Sus manos
noto vergüenza cuando me veo que estoy en sujetador —tal vez sea porque
llevo uno muy bonito—, y sus manos se ponen a acariciar mis pechos con
ternura, hasta que entre mis piernas vuelvo a notar el mismo dolor tan
placentero de la otra vez.
pararé. No voy a forzar ninguna situación que te haga sentir incómoda, ¿de
acuerdo?
Soy incapaz de hablar, sigo muda por todo lo que estoy viviendo en
mi piel, así que asiento con la cabeza y le sonrío. Él se levanta y coge las
copas de vino, las chocamos en un brindis silencioso y bebemos un poco.
Después las vuelve a dejar sobre la mesa redonda y se acerca a mí sin dejar
de mirarme ni un solo instante. Antes de volvernos a tumbar, me incorporo
y le quito el jersey y una camiseta que lleva debajo de este, dejando su torso
completamente desnudo, dándole a entender que quiero continuar con lo
que estamos haciendo. ¡Me va a dar algo! ¡Es impresionante el cuerpo que
tiene! Mis manos acarician sus abdominales y su espalda mientras seguimos
besándonos.
de todo lo que estoy sintiendo. Sus manos se deslizan por mis muslos y sus
labios bajan lentamente por mis caderas. Tengo el corazón latiendo muy
mejilla.
sale. De lo que sí estoy segura es de que tengo ganas de seguir así con él,
sintiendo todas estas cosas tan nuevas que me están elevando a una especie
vez que tienes un…? —cuestiona mimoso sin dejar de acariciarme la cara y
el cuello.
reconocerlo en voz alta. Por la cara que acabo de poner, creo que entiende
bien.
me han besado ni… ya sabes, como lo has hecho tú. Eres mi primera vez en
todo.
parece que me he puesto demasiado seria—. Pero ¿sabes qué te digo? Que
labios tan jugosos que tiene. Me he relajado tanto entre sus brazos que no
me doy cuenta de que estoy desnuda, así que me pongo su camiseta. Él aún
que en un principio yo creía que era una bañera redonda. ¡Cuánto mundo
me falta por ver! Mientras se llena, sale un momento porque tiene que hacer
dentro del jacuzzi a esperarle. ¿Pues yo no sé qué tiene de especial algo así?
aunque en las películas he visto que hay mucha más. Cojo un pequeño bote
de gel que veo sobre una repisa y le echo un buen chorro mientras agito el
baño.
pero veo que mis expectativas respecto a jacuzzis eran muy altas —
respondo sin quitarle los ojos de encima mientras veo cómo se quita los
pantalones y el bóxer, aunque rápidamente aparto la mirada porque me da
darme un beso.
Una vez más zanja una conversación con palabras tan bonitas que me
agua, o la situación tan nueva para mí o qué, pero rodearle con mis brazos,
así entre espuma, desnudos, mojados, hace que me vuelva a excitar. Me
tanto, quiero dejarme llevar y que surja lo que tenga que surgir.
sobre él, siento esta posición casi más íntima que lo que hemos vivido en la
cama un rato antes, ya que noto el roce de su sexo contra el mío. Sus manos
estoy más convencida de que hoy va a ser el día en el que rompa con mis
que hemos empezado. Sus manos acarician mis pechos llenos de espuma
volviéndome loca una vez más, e instintivamente echo la cabeza hacia atrás
—Fabián…
—¿Sí? —Su voz ronca y sensual hace que me tiemble todo el cuerpo.
—Necesito más…
muy serio—. ¿Estás segura? No quiero que te sientas obligada a hacer algo
sabes.
—Sí, es que había poca espuma y pensé que hacía falta —explico
observando cómo las nubes de jabón caen por los lados del jacuzzi.
toalla a la altura del pecho; después se coloca otra bajo sus caderas —
dejando ver esos músculos que descienden a la par hasta sus ingles y que no
tengo ni idea de cómo se llaman—, y nos ponemos las zapatillas de rizo que
hay en el cuarto de baño que, según Fabián, son cortesía del hotel para bajar
al spa. Nos quedamos mirando unos segundos toda la espuma y nos vuelve
cama mientras abre la puerta, pero esta vez no entra nadie y es él mismo
quien aparece empujando una mesa de esas con ruedas con una botella de
champán y un plato tapado que, al levantar el protector, descubro que son
—El tercer día que nos atendiste en el restaurante nos las ofreciste de
—¿Sí?
—Por ti, porque eres mi primera vez en tantas cosas que creo que ya
—Te has quedado muy seria, ¿no te han gustado las creps? —
pregunta acariciándome la mejilla en un gesto de lo más cariñoso.
verdad acabo de oír eso? Lo mismo son imaginaciones mías por culpa del
alcohol.
sintiéndome así.
—Calla, calla, que al final me lo voy a creer con tanto piropo. —Río
cuánto me gusta este chico! Es perfecto, tanto por fuera como por dentro.
Me siento tan afortunada que espero que esto no sea un sueño y mañana me
me quito las zapatillas para sentir el calor de las baldosas bajo mis pies. Me
mira fijamente y sube una mano desde donde termina la toalla que llevo
enrollada hasta donde empieza, quitándomela con la ayuda de un solo dedo,
borde de su toalla —ahí donde tiene esos músculos que tanto me gustan—,
se la quito y le dejo tan expuesto como estoy yo.
46
Loles en la cama. No tengo ni idea de qué hora será. A la vez que bostezo,
comienzo a excitarme.
—¿Tienes hambre? —pregunto sacándome de mis propios
pensamientos.
en la cama.
—Ya te dije que no nos iba a ver nadie en todo el fin de semana, y así
será. Recuerda que te tengo secuestrada —comento con una sonrisa
—¿Nada más?
—Tienes razón, estar contigo ya hace que todo sea distinto. —Me
cojo el teléfono y pido varias cosas. A los pocos minutos llaman a la puerta
y voy a recibir el desayuno. Entre risas y mimos nos comemos casi todo lo
que hay, que no es poco.
Cuando terminamos volvemos a besarnos. No sé qué ha hecho
conmigo, pero no puedo estar un segundo sin querer tener mis labios
solo quiero que esté a gusto conmigo. Me deshago de la toalla que la cubre,
acerco mi boca hasta uno de sus pezones y lo succiono con mimo, mientras
con la otra mano bajo hasta sus caderas. Estoy muy excitado. Ella acaricia
mi espalda y baja lentamente con sus dedos provocando que la desee aún
***
poco. Recuerdo cada instante que hemos pasado y no puedo evitar que me
tanto o más que yo. No se imagina lo que mi cabeza piensa cuando la tengo
cerca ni lo que despierta en mi interior cada vez que sus labios buscan los
míos con esa pureza de la que es única. Y tengo la gran suerte de que sea
volver loco. Y siento que quiero estar el máximo de tiempo posible con ella,
gozando de cada momento a su lado; necesito ser para ella lo mismo que
Pero todo sin prisa, necesito que pierda todo ese miedo que siente y
Hoy es lunes, brilla el sol, el cielo está azul y me siento la mujer más feliz
del universo. Quiero salir a la calle y gritar que por fin he roto mis sombras,
el mundo. ¡Qué sensación más maravillosa! Sé que aún queda la parte que
quizá me cueste más, pero poco a poco voy liberándome y preparándome
momento…
Dolores está muy feliz por mí, anoche cuando llegué me estaba
haberme quitado ese lastre tan duro y difícil que sabe que cargo desde hace
muchos años.
—No es mala idea, pero aquí la gente siempre ha llegado sin horario
y, claro, ahora cambiar eso… Prefiero que sigan viniendo cuando les venga
bien, aunque para eso tenga que renunciar a algunas mesas —explica
meter una persona más en la cocina y ahora mismo no entra eso en mis
planes. Estamos bien así, funcionan muy bien las comidas, ¿para qué
complicarme?
haciéndome regresar.
poco apurada me ha dejado varios cafés para que los lleve a sus mesas
dibujando bocetos, pero esta vez me imagino que soy la maniquí y lo que
nota mi estado de ánimo! Todo lo que sale de mi lápiz tiene colores, plumas
y lentejuelas, sí, no son muy para llevar por la calle, pero yo he imaginado
que el chico se enamora de la chica y son felices para siempre. ¿Qué le voy
a hacer? ¡Si lo único que conozco sobre estas cosas es por lo que leo o veo
Me comenta que a Botas le tocan sus vacunas, así que me ofrezco para
llevarlo al día siguiente al veterinario en cuanto llegue del trabajo.
poco triste, pero bueno, entiendo que ha debido tener mucho trabajo en la
oficina.
48
Hoy es martes y llevo toda la mañana esperando a que llegue la hora de las
comidas para verle. El día no puede pasar más lento que hoy, se nota que
cuando uno espera algo, menos corre el tiempo. Las mesas se van llenando
poco a poco y a la vip vienen solo los tres mayores, dudo si preguntar por
Fabián o no; pero al final decido hacerlo con sutileza para que no me noten
mucho el interés, y su padre me dice que tenía mucho trabajo y que ha
bocadillo y le digo que, cuando lo tenga, lo deje en un plato que después iré
a envolverlo. Me mira un poco extrañado, pero no me pregunta nada. En
una hoja de las comandas le escribo una nota que doblo y meto con cuidado
Pues nada, qué le voy a hacer, otro día más sin sus besos…
dónde le voy a llevar, pero claro, solo sale de casa para eso. La última vez
que le llevé lo pasó fatal, sé que las vacunas le duelen, pero se las tenemos
Nos toca esperar un rato antes de pasar a la consulta, y eso hace que
aumente su ansiedad. No deja de bufar a un perrito que también está
que Botas y cada vez que se acerca para olerle, le recibe con un buen bufido
consiguiendo que el pobre can retroceda asustado sobre sus pasos. Sale la
***
La semana se me está pasando lenta una vez más, creo que es porque
no he visto a Fabián salvo a la hora de las comidas, y claro, eso no es lo que
yo quiero, pero bueno, sé que ha tenido mucho trabajo y que, según me dijo
y soñar es gratis.
comer o conjuntos un poco más elegantes para una cena llenan las perchas
qué momentos de la vida una mujer se puede poner algo así. La ropa que yo
más asequibles a mi bolsillo y, sobre todo, ropa con la que sentirme más
tiene puesto el maniquí del escaparate, es una falda cuya tela imita al cuero
en color granate que me deja fascinada, ha sido verla y querer comprarla.
Cojo mi talla y me voy a buscar algo que combine para la parte de arriba.
Ahora solo falta esperar a que podamos quedar este fin de semana. Y,
—Un poco, pero para ti siempre tengo un ratito —explica con voz
seductora.
—No te voy a entretener mucho, solo quería saber si nos vamos a ver
—En un principio sí, tengo mucho trabajo pero voy a intentar dejarme
todo cerrado antes del sábado por la tarde. —De fondo oigo una voz de
Mi padre, en cambio, es más reservado y sus consejos los deja para cuando
voy a cenar con ellos a casa.
cuando Loles ocupa una gran parte de mi mente. Esta semana solo nos
hemos visto cuando he ido a comer y cada vez se me hace más incómodo
encontrarme con ella y actuar como si no fuéramos lo que somos. Pero, ¿en
realidad qué somos? ¿Por qué me cuesta tanto ponerle una palabra? Tal
opté por guardarlo y dárselo más adelante. Pero, en cuanto llegué a casa, lo
primero que me vino a la cabeza fue su imagen con él puesto y tuve claro
dudas.
Ayer la llamé para pedirle que hoy estuviera lista a las siete de la tarde
que iría a buscarla y que no la dejaría de vuelta en su casa hasta el día
siguiente. No le dije nada sobre lo que la había enviado, quería que fuera
una sorpresa. Junto al paquete, adjunté una nota: Espero que te guste. Si
quieres te lo puedes poner mañana. Estoy deseando verte (con él o sin él).
Fabián.
coche y me alejo del centro. Sé que hago mal por no besarla al momento,
pero sigo sintiéndome incómodo al pensar que alguien nos puede ver. A los
pocos minutos ya estamos fuera del centro, detengo el coche en el arcén y la
encantar. Ya lo verás.
nos contamos que tal nos ha ido la semana. En cuanto llegamos, dejo el
más bajarnos.
abre la carta y comienza a leer, por su cara veo que no lo tiene claro—. ¿Me
otras veces y, por lo que conozco a Loles, creo que voy a acertar.
completamente embobado.
nuestras lenguas luchan sin tregua por salir de la boca y recorrer otros
Nos montamos en el coche tras salir del restaurante y me giro para verle
bien, llevo tantos días sin tenerle cerca que me cuesta no abalanzarme sobre
él. Está guapísimo, como siempre. Lleva unos pantalones tipo chinos color
camel con una camisa negra remangada hasta el codo. Lo que lleva puesto
le queda perfecto, pero claro, es normal, ¡con ese cuerpo que tiene! Su
forma de conducir y sus movimientos le aportan mucho atractivo, si es que
vuelve loca!
para pulsar el botón del ascensor que lleva al piso superior. A sus manos le
han dado tiempo de recorrer mis piernas durante el trayecto y a las mías de
acariciar su espalda.
En el rellano solo hay una puerta, no como donde vivo yo, que hay
cuatro en el mismo espacio. Abre con una llave, quita la alarma, me invita a
separada de este por una gran isla y por una mesa grande de comedor. Un
sofá de piel blanco preside el centro de la estancia, junto a una mesa baja de
A un lado hay un gran ventanal que da a una terraza inmensa con vistas a la
ciudad. Después me lleva a una habitación que utiliza como despacho cuya
ahí.
lectura, pero intento siempre buscar un hueco aunque sea a última hora del
y el despacho hay un cuarto de baño más grande que el único que tenemos
Dolores y yo.
Abre la puerta y me encuentro con una cama más grande de las que
son fotografías del mar y de la playa, con lo cual, el azul y el blanco son los
únicos colores que llenan la habitación. Pero todo está colocado en su justo
alabándole.
—De eso tiene la culpa mi madre, ella es decoradora de interiores, así
que le debo lo bien que está todo. Yo para eso soy bastante negado —
reconoce riéndose—. ¿Te has fijado que tus ojos son del mismo color? —
pregunta señalando las fotografías y la colcha que cubre su cama.
él. Separo mis labios de los suyos y le miro, se me pasan por la cabeza
liberando de la oscura tela. ¡Qué bien huele! Cuando termino, subo mis
descendiendo por ellos hasta caerse al suelo. Después recorro su torso y sus
besarme y ayudado de la otra mano la desliza por mis caderas hasta que cae
al suelo. Me agacho para quitarme las botas y él me ayuda con las medias.
¿Cómo puede un hombre ser tan sexy quitándole los pantis a una mujer?
sin dejar de mirarme. Cuando termina me agarra por detrás con decisión y
negro. Le abrazo y sus labios me van dejando pequeños besos por los
brazos y el cuello. En un solo movimiento, me eleva hasta conseguir que
Estoy tan excitada que no dejo de mover mis caderas para sentir aún más el
—Fabián…
momento.
—Entonces, quiero que tu cabeza esté aquí conmigo, que sientas cada
que me he excitado aún más si cabe. Le beso con pasión, nunca en mi vida
he estado tan convencida de querer hacer algo, creo que por fin voy a
—En cuanto me digas, paro —susurra con un tono de voz que decirle
labios.
—Contigo todo es una primera vez, cada cosa que hago contigo es
siento diferentes las cosas que me rodean, dejo de ver las cosas materiales
como antes y percibo más las sensaciones y los sentimientos. —Se queda
callado unos instantes—. No sé, creo que me has embrujado.
Esto último lo dice riéndose, sé perfectamente que no miente, se lo
—Yo…
incorporándome en la cama.
ningún momento, y quizá ha sido ese interés lo que ha hecho que para mí
volver a esa nube donde estaba minutos antes. Me lanzo sobre su boca con
suya otra vez. Pero el sueño me está venciendo y nos entregamos a Morfeo
sin demoras.
***
Desayunamos en la cocina un buen café con leche y un par de
nunca imaginé que alguien lo haría en un momento así, fue todo muy
especial, demasiado bonito. Rompí mis sombras, me deshice del lastre que
porque esperaba que llegase antes, pero tampoco se atrevió a llamarme por
teléfono por si nos interrumpía. Ella tan correcta, como siempre. Le cuento
lo bien que lo hemos pasado, pero sin entrar en detalles, eso es algo que
fue quien me lo explicó la otra vez, que cuando se hace el amor debe ser
compartido solo por las personas que lo disfrutan, sin que haya que darlo a
conocer a terceros.
—Es tan distinto sentir lo que me hace Fabián… Antes solo sentía
totalmente diferentes.
—Lo sé, lo sé, también me lo dejó claro la psicóloga; pero, aun así, es
algo maravilloso poder estar con él tan a gusto sin sentirme incómoda en
ningún momento.
sonriéndome.
en los que ha ido a comer al restaurante, pero sí hemos hablado varias veces
local.
ramo en la puerta me quedé muda. No como Botas, que fue ver al chico en
costumbres que está cogiendo el minino. No hizo falta leer la tarjeta para
saber quién me los mandaba. En cuanto cerré la puerta al repartidor, me
manos: Tenía ganas de hacerte un regalo que se asemejara a ti, y qué mejor
que unas flores tiernas y delicadas como tú. No sé qué me has hecho que no
descolgó su teléfono.
a bombear fuertemente.
—Lo que te voy a decir ahora mismo no debería hacerlo por teléfono,
teléfono, imagino que cuando me lo diga mirándome a los ojos será algo
indescriptible.
para que las pusiera en agua y me duraran lo máximo posible. Esa noche
pensé dormir con las flores en mi mesita, serían solo para mí, ya al día
concreto a la hora de regalarse, así que decidí averiguar qué quería decirme
Fabián con ese ramo. Y leí: «Los tulipanes rojos simbolizan el amor
tal cual todo lo que me había dicho él por teléfono. Mi pecho se llenó de
una felicidad que nunca había experimentado, esto era lo más cerca de estar
en el paraíso.
Estos días también he dibujado mucho, estoy más inspirada que
nunca, debe ser que tengo la autoestima por las nubes y mi actitud es muy
positiva.
53
dejándome perplejo. Reconozco que la nota que le envié junto con los
primera vez creo que algo cambió en mí, pero lo peor de todo es que no
sorpresa para ella y no puedo esperar más para ver su cara cuando
coche y me da un beso. Antes no quería que nadie nos viera juntos, pero
el coche en marcha.
—Pronto lo sabrás.
Sigo conduciendo hasta que llegamos al sitio en cuestión, aparco y me
—Esta es mi sorpresa.
edificio donde saludo a un par de personas que conozco por Luis Alberto y
por los peluqueros, aunque todo son prisas. Pero mis ojos solo están
—Jamás hubiera imaginado que este mundo era así, ¡cuánto estrés! —
—Oh, oh… —Pongo mis labios cerca de los suyos para que me dé un
beso, aún seguimos con eso de que el que deje la frase a medias le tiene que
todas las notas que ha tomado; me explica que más que notas físicas han
sido mentales. Cuando llegamos aún sigue hablando de todo lo que hemos
por completo. Nos acariciamos por encima de la ropa y, poco a poco, todas
las prendas van cayendo a nuestros pies quedándonos solos con la ropa
piernas para situarme entre ellas. Mis labios se dirigen hasta mi cuello y mi
rápidamente de las pocas prendas que nos quedan. Sus movimientos son
lentos al principio, sus gemidos son cada vez más altos y van al ritmo de
rápido movimiento.
—No se me debería haber pasado. Pero estaba tan loco por hacerte
después.
—Sí, relájate ya, que no hay problema —responde con una sonrisa.
ocurrir.
veo más tranquila que yo. Tal vez controla más de lo que parece las
situaciones de estrés.
—¿Ya no te tienes que tomar más pastillas? ¿Es solo una? —pregunto
lo estúpida de mi pregunta.
amor. Cada vez es distinta, aunque siempre termina igual: con un orgasmo
increíble que nos deja tan exhaustos que solo me recupero cuando la tengo
entre mis brazos. Ahora no nos hemos olvidado del preservativo, con un
susto por hoy es suficiente. Al rato nos dormimos, abrazados, con las
Abro los ojos pero Fabián aún duerme y no quiero moverme para no
despertarlo, aunque quizá si… No, así en frío no me siento capaz de…
Mientras estoy pensando en darle los buenos días como él me los dio el
domingo pasado, se despierta y me mira sonriente.
—Me gusta que seas lo primero que ven mis ojos cuando me
despierto —susurra con cariño despertando las mariposas que habitan en mi
estómago.
ha debido explotar porque ahora me siento diferente. ¿Ha querido decir que
quiere estar conmigo toda la vida? ¿Es así? ¿En serio? No sé si girarme y
tratando de que entienda todo lo que significa para mí; además, he dejado la
frase sin terminar, por eso tengo que hacerlo en pago de la «norma» que
que el del pan recién tostado que acabo de hacer para desayunar. Aunque
—Sí, así está bien —digo apoyando mis manos bajo mi barbilla—,
Coge una aceitera y la deja sobre la isla donde estoy sentada, después
Desayunamos entre mimos y caricias, hasta que mi cabeza sale del ensueño
***
Me deja en casa a las siete de la tarde, quiero esperar a que llegue
Dolores del restaurante para contarle todo lo del desfile, aunque hoy es
maúlla al verla.
de moda!
—Me alegro mucho, ya iba siendo hora de que empezaras a ser feliz
de verdad.
—¿Tu gato?
familia también.
tulipanes y los puse en la mesa del salón, han estado varios días en mi
suelo y los tulipanes no han corrido mejor suerte —cuenta con una mezcla
de pena y enfado.
—No sé por qué se comporta así, nunca ha hecho nada parecido, pero
—Bueno, tranquila, conozco una manera infalible para acabar con los
nervios —apunto con una sonrisa pícara.
—¿Ah, sí? —finge que no sabe por dónde voy—. ¿Y cuál es?
vez.
besos muy pasionales cargados de una intención más que explícita. Retiro
mil. Mientras ascendemos hasta el último piso, nos quitamos bastante ropa,
solo espero que no se pare antes en otra planta y encontrarnos con algún
vecino.
sujetador que los oprime. Mis manos comienzan a volar sobre su cuerpo y
mano.
¿verdad?
—Claro que no, lo entiendo perfectamente. Vamos, te acerco en un
momento. Aunque no me gustaría pensar que hoy solo hemos quedado para
Me abraza con fuerza y cada vez me siento más afortunado por haber
—No tienes que ser tan impaciente —le regaño mientras le pongo su
tiempo y hay que saber esperar. Además estoy muy enfadada contigo por
haber tirado el jarrón con las flores, eres un gato muy malo.
lo hace con un maullido seco, como si estuviera dándome la razón, algo que
de ropa interior bonito para estrenarlo este fin de semana con Fabián. Mis
pasos me llevan hasta la zona de las tiendas caras, me encanta mirar estos
escaparates y ver tanta ropa bonita, aunque inalcanzable para mí por el alto
precio que tiene. Entro, por curiosidad, en una de ellas y disfruto de las telas
y tejidos de todo lo que voy viendo, pero enseguida noto la mirada
poco disimulo por toda la tienda. Vestida como voy hoy, estoy segura de
que no doy con el perfil de la típica chica que entra en una tienda así.
día cuando iba con… ¡¿Es Fabián?! ¡No me lo puedo creer! Me acerco
no, mejor evitar una situación así. Pero justo cuando voy a darme la vuelta,
superioridad suelta:
—Vaya, esta otra vez, ya venías dispuesta a tirarme todas las bolsas al
suelo, ¿verdad?
—Vamos, Fabi, aún quedan cosas por comprar. —Le agarra del brazo
Loles, ¡espera!
mirarle.
supone que tenía muchas ganas de verme? Y además, ¿no me ha dicho por
teléfono que no nos veíamos esta tarde porque tenía mucho trabajo? Ya veo
paralizada por la sensación tan mala del momento que acabo de vivir, me
a casa. Aquí me siento a salvo, todo está bien entre estas paredes. Tras
relación tiene con esa rubia pija para ningunearme de esa manera? ¿Son
novios? ¿Es que no he significado nada para él? ¿Es que solo buscaba tener
todas las maneras posibles! Y todas las cosas que me ha dicho, incluso que
me quería…
propias conclusiones sin haber hablado antes con él, que quizá es una
amiga. Pero ahora mismo estoy que rabio. Debería llamarlo y pedirle
explicaciones, pero ¿quién soy yo para hacer eso? No, mejor esperar a estar
***
se mejore después del primer café con leche del día. Dolores, que está al
viene a comer hoy. Pero, por una parte, mejor, porque no sé si podría
otros tres vip, sonrientes como cada día, y se sientan, pero hoy no tengo
ganas de preguntar por el que falta. Imagino lo que me van a pedir, como es
me dice que quiere llevarse un bocadillo para su hijo como el del otro día.
escribirle ninguna nota, que se dé cuenta de que estoy molesta por lo que
pasó ayer.
—¡Pero si era broma! —Se ríe y actúa como si nada hubiera pasado
de menos.
tono de antes.
que debería haberle dejado hablar más y escuchar todo lo que fuera a
decirme, pero no podía, ni mi orgullo ni mi amor propio me han dejado. Me
pero no es así. Todo lo que pensaba que haríamos este fin de semana se ha
Nada más llegar del restaurante pasadas las seis de la tarde, me meto
en la ducha. Dolores se ha quedado un rato más hablando con una pareja de
clientes que conoce desde hace mucho tiempo, así que me he venido antes
para casa sin esperarla. Cuando llegue, le voy a proponer irnos por ahí a
cenar o al cine o a lo que a ella le apetezca, el caso es que tengo que salir de
aquí o se me caerá la casa encima. Estoy secándome con la toalla cuando
suena el timbre de la casa, seguro que viene cargada con bolsas y por eso no
queda más remedio que cogerle en brazos para intentar que se relaje y deje
de montar una escenita de las suyas, y noto como con sus manos intenta
más discreta de todas. Abro un poco más la puerta, le doy paso con un
deja de bufarle.
confundido.
esa chica, por lo tanto, deduzco que o bien es una hermana de la que aún no
me has hablado o es tu novia y, por las formas que tiene contigo, podría
con tres personas más de tu trabajo, pero jamás imaginé que por la calle
pero no puedo evitarlo—. Pero lo que más me duele es que me hayas vuelto
a mentir, me dijiste que tenías mucho trabajo y que no podríamos vernos, y
resulta que para ir de compras con ella sí que tenías tiempo. Eres un
lo he hecho.
—No es eso…
desesperado.
dejé muy claro la otra vez y sé que ahora volverás a inventarte algo. Mejor
sus ojos hasta este momento: la desilusión. Se da la vuelta y, sin decir nada,
de la escalera.
—¿Estás bien?
nostalgia.
—Voy a darme una ducha, vístete que nos vamos a cenar por ahí. Hoy
más, que tiene razón, pero en ese momento me han podido más las ganas de
soltarle todo lo que tenía en mente que de saber la excusa que iba a
ponerme.
***
Como no tengo nada que hacer me quedo tumbada un poco más pensando,
cómo no, en Fabián y en todo lo que pasó ayer. Tal vez debería llamarle y
dejar que se explique, pero tampoco sé muy bien qué decirle ahora o cómo
más, y menos por él. Después de desayunar y limpiar un poco la casa, cojo
estar sola, con lo cual, voy hasta el restaurante que, al fin y al cabo, los que
Y eso que el otro día me dijo que había decidido dejar de ir todos los
domingos, pero imagino que esa distancia la irá tomando poco a poco.
puede parecer un sitio así, me transmite una paz que no puedo explicar con
palabras. Es como si aquí todo estuviera bien, el único ruido que hay es el
que hacen nuestros pasos al caminar por la gravilla, no se oye nada más, y
este silencio parece ser el justo para el descanso de las almas. Incluso para
la mía que no deja de martirizarse pensando que no volveré a estar más con
Fabián.
entre las dos desaparezca bajo el sonido de nuestras palabras. Prefiero que
sea ella la que lo rompa. Sé que cada vez que va a ver la tumba de su
Desde que salí de casa de Loles estoy de mal humor. No entiendo cómo
puede ser tan cabezota. No debí dejar que Briana me liara con lo del regalo
Reconozco que no actué bien con Loles, pero es que tampoco supe
cómo reaccionar, sobre todo porque por teléfono le había dicho que no
mentira, tenía que terminar varias cosas pendientes, pero a Briana no le dije
que no porque era algo que llevábamos años haciendo y mi respuesta fue
estoy.
He ido a comer a casa de mis padres y mi madre —y su sexto sentido
que le dijera tres veces que no me pasaba nada. Y sí, claro que me pasa,
estoy cabreado como un mono. Tal vez no lo he hecho bien con Loles, pero
—Dime, Briana —digo nada más descolgar tras ver quién me llama.
—Hola, Fabi. ¡Uy! ¡Vaya voz que tienes! Estás aburrido, ¿a que sí?
con ironía.
—¿Eso es un no?
—Así es.
hasta la extenuación.
Mañana voy a Lugo por trabajo con Luis Alberto y estaré unos cuantos días
asusta casi a partes iguales. Dejaré de ver a Loles por un tiempo, aunque
quizá le venga bien para darse cuenta de que lo que hice tampoco es para
Estoy muy nerviosa, tanto, que estoy a punto de decirle a Jose que me
—Eso está bien, hay que ir dejando paso a las nuevas generaciones —
momento más oportuno, ya que me viene muy bien estar sin verlo unos días
después de lo que ha pasado entre nosotros.
***
que iba a estar mejor sin saber de él, ahora le echo de menos. No dejo de
—Solo te digo que tal vez te pasaste un poco con él, no sabes qué
—Bueno, sí, quizá fui un poco dura, pero ¿cómo te crees que me
sentía? Me dijo que tenía mucho trabajo y que no nos podríamos ver, y
la rubia pija, ¡que ya es la segunda vez que los veo juntos, Dolores! —
—Pero es que tampoco sabes qué fue lo que pasó, déjale que te
—¿La relación? ¿Pero tú crees que lo que teníamos era una relación?
muy bonito entre dos personas que se gustan y que están empezando a
sentir algo más. ¿Por qué detener algo así? Dale la oportunidad de
—La primera vez que vino Fabián a casa, Botas se hizo pis en su
chaqueta, después tiró el jarrón con sus flores y las pisoteó con ganas, y la
última vez que estuvo aquí no paraba de bufarle. Creo que Botas tiene
lo que tenía que decir, y yo porque estoy tratando de entender bien sus
palabras.
***
mi amor propio y lo intento? Total, ¿qué tengo que perder? Nada. Creo que
esa es la clave: no tener miedo a lo que tenga que pasar, sabiendo que ahora
mismo estamos como estamos, o mejor dicho, nuestra relación está como
restaurante, con lo cual estoy sola, tranquila y tengo hasta las seis de la
tiempo sin saber qué es lo mejor, llamo a Fabián por teléfono. Si esto tiene
que terminar que termine de una vez, pero no puedo seguir viviendo con
en mi casa…
—¿Entonces?
desesperación.
—Está claro que tú ya has decidido por los dos —sentencia tajante.
confiar en mí, por tanto, lo que vaya a decirte no tiene sentido ya. Además,
que me esté pasando esto. Lloro bajo la atenta mirada de Botas, que no deja
tendría que haber insistido en que me explicara lo que pasó, pero lo hecho,
El resto del día lo paso igual de mal que cuando me levanté, o quizá
peor. La conversación que he tenido con Fabián me ha dejado hecha polvo
las muchas que tendré a lo largo de mi vida y que tengo que aprender de
ella. Pero si llego a saber que esto iba a terminar así, no hubiera ido con él a
comer aquel día que me lo propuso. Aunque claro, ahora es fácil decirlo…
60
pedido que la llame para concertar una entrevista de trabajo con él cuando a
tanto interés por alguien a quién no conoce. —Su voz me transmite simpatía
sofá.
veces.
nerviosa.
me deja pensar con claridad. Solo sé que mañana voy a conocer nada más y
nada menos que a David Nieto, y eso ya es importante pase lo que pase
recordar ni caras ni nombres por los nervios que tenía aquella tarde. Sea
única para mí. Estoy deseando que llegue Dolores para contárselo, pero…
¡cómo no había pensado en ella! ¿Y si me cogen para el puesto? No puedo
que entre las dos encontramos una solución, o quizá el horario de trabajo
sea solo por la tarde, así podré compaginarlo por las mañanas en el
ya estoy viendo como salgo airosa de los dos trabajos, ¡si lo mismo no les
***
Al final he decidido no contarle nada a Dolores, no quiero fastidiarla
veré después qué decido sobre el tema. No quiero alarmarla con algo que
quizá no llegue a buen puerto.
Ni siquiera sé qué me voy a poner, aunque creo que iré con la misma
ropa que llevé al desfile, me sentaba bien, además no tengo otra cosa que
sea apropiada para algo así, no es plan presentarme con una minifalda y una
blusa escotada…
la señorita Cid y lo más rápido será que vaya en metro. Antes de salir cojo
despedirnos.
contarle dónde voy, pero bueno, ya está claro que lo nuestro se terminó
antes de empezar, ya no sirve de nada tener esos pensamientos que solo
los botones del ascensor que me llevará hasta la oficina donde me han
citado. ¿Pero de qué trabajo se trata exactamente?, ¿qué tengo que hacer o
decir? Me empiezan a sudar las manos de los nervios que me están
entrando. Justo cuando se detiene el ascensor, cojo mucho aire por la nariz y
—Hola, buenas tardes, soy Lo…, soy Dolores Herrera, venía por lo
de la entrevista de…
menudos tacones, a esos creo que sería incapaz de subirme sin hacerme un
esguince. Llama a una puerta que hay al fondo del pasillo por donde
cristalera grande con vistas a la calle y a los demás edificios cercanos. Para
Fabián aquel día, con lo cual empiezo a pensar que no—. Creo que eres
justo lo que estoy buscando, tenía razón… —deja la frase sin terminar y me
tarde.
Él sale más rápido del despacho que yo, que voy despacio pensando
¿o tal vez es para quitarme del restaurante y así no tener que verme la cara
cada día al ir a comer? No sé realmente qué pensar, aunque todavía no he
mirado las condiciones del contrato.
***
Cuando llego a casa son casi las nueve de la noche, acaricio un rato a
—Acabo de tener una entrevista con el señor Nieto, ¿me has buscado
trabajo? —inquiero en un tono algo cortante en cuanto descuelga.
—¿Y eso es lo único que te importa? A ver, Loles, ¿no era esto lo que
siempre habías soñado?
Aunque también entiendo lo que pasa por tu cabeza ahora, digamos que te
sientes en deuda con tu jefa y es lo más normal después de todo… Pero,
¿por qué no lo hablas con ella? Seguro que lo comprende y, hasta te anima a
días, tanto buenas como malas, y parece que voy a explotar en cuanto me
accionen un botón. Tiro el móvil a la cama y lleno mis pulmones de aire.
Después cojo el contrato y me pongo a leerlo detenidamente; por lo que
veo, las condiciones son bastante buenas y eso me hace sentir más
incómoda aún.
—Ay, niña, ¿estás bien? Vaya carita que tienes… —comenta nada
más verme.
—Traigo la cena hecha, solo tenemos que calentarla. ¿Te parece bien
entrevista, pasando por enseñarle la carpeta con el contrato que hace un rato
releía en la cama.
—De eso nada, vas a aceptar ese trabajo. ¡Pero si es tu sueño! ¿Cómo
vas a decir que no?
riéndose—. Estoy muy contenta por ti, ¡qué gran noticia me has dado!
con ella el mismo vínculo que debería sentir una hija con su madre.
61
Por fin en casa, vaya dos semanas que me he pegado en Lugo. Pero debo
Dicen que todo pasa por algo, quizá por eso me encontré con David
allí y se me ocurrió la idea de hablarle de Loles, creí que era justo lo que
necesitaba para su negocio y presiento que no me he equivocado. Sé que
para ella va a ser una buena oportunidad para empezar a hacer realidad su
sofá, con el teléfono entre las manos, aguantándome las ganas que tengo de
llamarla y oír su voz otra vez, aunque me fastidia escucharla tan fría
conmigo. Al final, desecho la idea de hacerlo y me meto en la cama.
Mañana tengo una reunión a primera hora para ponerles al día de mis
nosotros; pero bueno, he venido por otra cosa. Rechazo un café que me
ofrece porque como a estas horas me tome uno seguro que no pego ojo en
Ya te he dicho que está perfecto tal y como está, que todo está en orden y es
—Es normal que te surjan dudas, pero ya verás lo bien que vas a estar.
Además David es un tío muy campechano, no tiene nada que ver con lo
lo que quieras.
necesites.
más rato del necesario o sé que trataré de besarla y empeoraré aún más la
situación. Me despido y salgo por la puerta con una sensación agridulce.
62
que aún está más guapo que antes. Pero bueno, quise que lo nuestro se
quedara así y ahora no es momento de arrepentimientos. «A lo hecho,
miedo, imagino que es fruto de los nervios por empezar algo nuevo y salir
de mi zona de confort aunque sea para hacer realidad mi sueño.
***
Hoy Jose ha llegado más tarde al trabajo porque ha tenido que llevar a
su mujer de urgencias por cortarse en un dedo cocinando. Así que doy todo
de mí y atiendo sus mesas y las mías con bastante agobio. Pero cuando
llega, enseguida me echa una mano y entre los dos terminamos bien el
impecablemente vestida y con una gran sonrisa, ambas cosas igual que el
otro día. Nos saludamos y le entrego la carpeta junto con el contrato ya
firmado.
—El señor Nieto ya no está, pero mañana a primera hora se lo
—Muchas gracias —digo sin saber qué más tengo que hacer.
—Ah, claro, sí, ¡qué tonta! —digo poniendo los ojos en blanco.
que estoy, pero a la vez tengo miedo. Todo esto es nuevo para mí y tengo
mucho que aprender, solo espero dar la talla y estar a la altura de este gran
diseñador.
Mis pasos me llevan hasta la tienda cuya firma es la misma que la del
conjunto que Fabián me regaló y me animo a entrar. Todo lo que tienen es
ropa interior y veo auténticas maravillas. Además está en la misma zona por
donde paseé una vez y le encontré con la rubia pija. Sonrío para mis
adentros y decido comprarme un conjunto de ropa interior para recordarme
lo bien que sientan estas cosas para la autoestima. Entro en el local y mis
Agradezco en silencio el precio que tiene para no pasar por caja y me pongo
a mirar otras cosas, esta vez voy mirando primero la etiqueta, por si acaso.
comprarme nada en esta tienda, así que con pesar, giro sobre mis talones
dispuesta a salir de aquí igual que he entrado, o sea, sin nada, cuando me
choco con alguien haciendo que se caigan las bolsas que lleva en la mano.
—No sé qué pinta una chica como tú en un sitio como este, seguro
que has venido a robar. ¡Aquí hay una ladrona! —grita en medio de la
tienda dejándome en vergüenza.
voluntad o tendré que llamar a la policía para que sean ellos quienes se
encarguen.
inspecciona todo lo que ve sin tocarlo. Me pregunta si llevo algo más en los
bolsillos y yo, obediente, saco el móvil, que es lo único que llevo encima.
No sé qué hago aún con él, debería devolvérselo a Fabián y comprarme
otro.
mi teléfono que aún sigue en la mesa, seguro que ha pensado qué hace una
—Todavía no entiendo qué es lo que hago aquí, ¿se pensaba que había
que la había visto a usted robando —explica el hombre con cara de apuro.
—¿Y porque una chica haga eso usted tiene que creer ciegamente en
la rabia que tengo por dentro es indescriptible. Salgo lo más rápido que
encuentro con un maullido con el que me pide mimos urgentes. Pero esta
vez no sé quién necesita más cariño de los dos, pues me han humillado por
culpa de una tía que por lo visto tiene más poder del que parece. En fin,
con buenos valores, lo que menos importa es que tengas dinero —comento
mientras pongo la mesa para cenar.
—Ojalá fuera así, pero parece que la sociedad te respeta más cuando
—Bueno, no quiero hablar más del tema, bastante he tenido por hoy
hombre que parece ajeno a todo y siempre tiene la misma actitud buena
cuando está trabajando, como si dejara sus problemas o sus cosas fuera del
trabajo. En cambio, yo no consigo separarlo, si estoy de buen humor se me
nota y si estoy triste o nerviosa, también. ¡Con lo difícil que es controlar las
emociones! Le saludo como cada día y, aunque mi primera idea es no
mi compañero.
saludo como cada día y les tomo nota de lo que van a comer. Seguramente
quedo un rato mirándole, ¡qué guapo es!, parece mentira que un chico así se
haya podido fijar en mí. Recuerdo sus caricias sobre mi piel y comienzo a
sentir un calor un tanto abochornante. Respiro profundamente y vuelvo a mi
cuatro y les entrega una carpeta con papeles. Yo trato de esconderme, por
nada del mundo quiero que me vea y me monte un numerito de los suyos
dejándome en evidencia delante de los clientes, no me fío ni un pelo de ella.
Justo cuando está por marcharse, una mesa me llama y no me queda otra
opción que salir, pero ella ya está cerrando la puerta y no creo que me haya
podido ver.
Cuando llega la hora de nuestra comida, Jose no come, y es raro
porque lo hacemos juntos como cada día desde que empecé a trabajar en el
restaurante. Hoy le voy a dejar espacio, pero mañana quiero hablar con él,
los pelos de punta, ¿qué quiere decir esto? Está claro que lo ha puesto la
se está metiendo.
***
Se supone que hoy tenía que llamarme la secretaria del señor Nieto
para decirme exactamente qué día empiezo, pero por la hora que es no creo
Estoy impaciente por la llamada que seguramente tenga hoy y paso el día
—Me alegro mucho por ti, pero debería haberme enterado por ti y no
por Dolores —dice enfadado.
mejilla, al que responde con una sonrisa y un gesto con la mano como
hoy de las últimas veces que lo haga, pero tampoco debo decírselo. Esta
desesperar; aunque tampoco creo que tarde mucho, según me dijo David
se pone muy contenta, aún sigue sin decidirse por mi sustituta, pero cree
que va a probar a una mujer de unos cuarenta años que fue hoy y parecía
hacerle mucha falta. Ella y sus obras de caridad, igual que hizo conmigo;
***
Son con los que menos he hablado, sobre todo con el ayudante de cocina,
a cogerles cariño. A quien voy a echar más de menos es a Jose, con él sí que
fiaba mucho de mí por la edad, al final hemos congeniado tan bien que no
hemos tenido ni un solo problema en los seis años que he estado trabajando
aquí.
—Me alegro mucho por ti, espero que, sea donde sea, te vaya bonito
cara roja.
afirmo sonriente.
—Pues…
respuesta.
los que está más hambriento que otros y no me deja tranquila hasta que no
trabajar a las nueve, pero prefiero ir con tiempo, no vaya a ser que por el
blazer marrón y las botas a juego. Tal vez debería haberme puesto otra cosa
y no repetir la misma chaqueta, pero creo que con esto voy bien; además,
capaz de vestir como Virginia Cid, la secretaria del señor Nieto, al menos
hasta la boca de metro más cercana. En cuanto salgo del portal, veo a
Fabián justo enfrente de mí, apoyado en el capó de su coche, con las piernas
cruzadas en los tobillos y ese aire a modelo que me vuelve loca. Estoy tan
nerviosa que se me caen las llaves al suelo y trato de disimular que no le he
zancadas.
poco seca.
mucho la ayuda con el contrato, pero a partir de aquí todo es cosa mía.
Adiós, Fabián.
Y me alejo de él con paso ligero hasta que llego a las escalerillas que
dan acceso al metro. ¡Lo que me faltaba! Encima de los nervios que tengo
por empezar en un sitio nuevo, además tengo que lidiar con los que me
entran cada vez que él está cerca. Durante el trayecto que dura el viaje,
recapacito y pienso en que quizá he sido un poco borde, pero es que no
puedo estar de otra manera, no me sale. Estoy dolida por sus mentiras y
creo que ya nada puede volver a ser igual. Aunque bien que le llamé el otro
día para que me echara una mano con lo del contrato… ¿Pensará que soy
una interesada?
llamativo.
haciéndome un gesto con la mano para que entre antes que él.
detalles.
los diez minutos de estar allí, sin apenas empezar a desvelarme lo que tengo
que hacer, aparece su secretaria —impecablemente vestida, como siempre
reenvías, por favor —le dice el señor Nieto justo antes de que ella salga del
despacho.
cosa tuya, aquí vas a pasar muchas horas y lo tendrás que poner a tu gusto.
Eso sí, nada de luces de colores, que para excentricidades ya estoy yo.
Veo como sonríe y hago lo mismo, acaba de conseguir que me sienta
mucho más cómoda que cuando entré y que, poco a poco, los nervios se me
estén pasando.
muebles que tengo en él. Pero tampoco necesito tanto. La mesa que voy a
usar para dibujar es bastante grande y está llena de hojas en blanco, también
hay una caja llena de lápices, pinturas, rotuladores y todo lo necesario para
ponerme manos a la obra y crear mis diseños. Después tengo la típica silla
muy grande, con dos largos tallos en cuya parte de arriba se abren dos
recojo, lo abro y saco una tarjeta de su interior con palabras escritas a mano:
cuanto la leo siento una punzada en el pecho, ¿por qué tiene que hacérmelo
tan difícil? Vuelvo a mirar las flores, son muy bonitas, me encantan. Sujeto
debo tener más compañeros, digo yo, aunque tampoco es plan de salir a
cotillear y menos hoy. Con lo cual, respiro hondo un par de veces y vuelvo
Se supone que tengo libre de dos a tres de la tarde para comer, pero no
mañana, pero mis tripas están empezando a rugir, así que voy a preguntarle
a Virginia.
—¿Azúcar o sacarina?
ilusión.
—Pues voy a seguir con lo que estaba haciendo, ¡nos vemos a las dos!
por mi parte.
bien?
cierra la puerta.
—¿Son ya las dos? —La miro con los ojos muy abiertos y ella asiente
cierra el piso con varias vueltas de llave y nos vamos al restaurante donde
habitualmente come ella. Está justo saliendo del edificio donde está nuestro
trabajo, y sí que tiene razón mi compañera en eso de que son bastante
hubiera tenido esta oportunidad ahora mismo estaría sirviendo las comidas
allí.
con patatas fritas, pero después de probar el primer bocado puedo asegurar
que el que hacen donde Dolores está mucho más tierno que este.
complicidad.
te ha dado a ti. No quiero parecer chismosa, pero tuvo una discusión muy
gorda con el jefe y a los dos días firmó el finiquito. Para mí que estaban
liados…
pero creo que he hecho bien en rechazar su propuesta, que le quede claro
que entre él y yo ya no hay nada. Quizá no debería haberle pedido ayuda
con lo del contrato, pero fue la primera persona que se me vino a la mente
no obtener respuesta, intento abrir la puerta y veo que está cerrada, por lo
tanto, voy hasta la recepción donde está Virginia liada con el ordenador.
—¿Aún no ha llegado David? —pregunto acercándome a ella.
jefe.
—Estoy muy satisfecho con todo el trabajo que has hecho, pero
quiero que te centres en una cosa. No tenemos prisa por terminar la
colección, aún faltan varias semanas hasta que los podamos llevar a
confección, por eso, lo que te pido es que no te líes a hacer dibujos por
hacer, prefiero pocos y que los matices bien, a que sean muchos y estén sin
—Sí, perfectamente. Lo que pasa es que hoy, por ser mi primer día,
quería hacer varios para saber exactamente cuál es el estilo que prefieres y
—Me agrada tu forma de verlo y también que seas tan clara conmigo,
A falta de diez minutos para las seis de la tarde, hora en la que debo
salir, David se pasa por mi despacho para decirme que ya es hora de que me
vaya a casa; entonces, recojo mis cosas y salgo casi detrás de él,
mi jefe coja el ascensor antes que yo. Cuando llego a la planta baja del
edificio, veo a Fabián y a David despidiéndose con un apretón de manos.
¿Pero se puede saber qué hace aquí? Mi cuerpo se pone en modo alerta,
buscando otra puerta por la que salir, pero por más que me empeño en
levantando la mano como para que le deje hablar—, tengo que decirte que
he venido para saber qué tal te ha ido tu primer día. Te lo pregunté por
dicho de una forma tan dulce y con una mirada tan intensa que me deja un
poco trastocada.
quieres…
en ellos.
cualquier tipo de película—. Bueno, os dejo, tengo que irme a casa, voy a
perder el metro.
Me despido y los dejo allí a los dos con cara de no entender por qué
***
—¿Qué tal ha ido el día? Por tu cara no sé yo… —le digo con
timidez.
empezar hasta el lunes que viene, entonces, he tenido que decírselo a otra
puedes imaginar el enfado que tenía Jose cuando ha visto que él se tenía
estaba liando cada vez más… Pero bueno, ya se ha pasado el día, se acabó
salón él solo. Yo cubriré los fines de semanas, por eso no hay problema.
—Bueno, solo por esta vez, pero la próxima semana con la mujer
nueva que entra seguro que las cosas se vuelven a enderezar. Se lo diré a
Jose, se va a poner contento por no trabajar ni sábado ni domingo después
por el pasillo.
—Es que me he acordado de algo que tengo que hacer y que no puede
esperar —comenté justificando mi nerviosismo.
ramo de flores o una planta, opté por una maceta con dos orquídeas blancas
que, según había leído antes, significaban lo mismo que siento por ella. Le
—Sí, estoy enamorado de ella, pero metí la pata y ahora las cosas no
contara qué tal le había ido y que me hiciera partícipe de su alegría, porque
Por fin la he visto sonreír después de tantos días sin hacerlo, aunque
me hubiera gustado más que esa sonrisa hubiera sido después de besarme o
antes de abrazarme, pero al menos estaba mejor que esta mañana. Sin
durante unas horas. Es increíble lo que ha conseguido esa chica en tan poco
tiempo.
68
duele, pero es lo mejor, porque cada vez que está cerca mi corazón se
acelera de una manera desproporcionada y es algo que no puedo evitar.
nosotros.
—Al final voy a tener que darte una llave de la oficina por si algún
día llegas antes que yo —comenta de muy buen humor el señor Nieto al
pelota.
también. Nada más entrar lo primero que ven mis ojos son las orquídeas y
—Buenos días, Loles, te traigo tu café —dice a los pocos minutos una
simpática Virginia abriendo la puerta sin ni siquiera llamar.
que llevar a David, pues qué más da uno más que uno menos. Por cierto,
expresas del jefe de que aquí no se puede quedar nadie sin que yo esté
Sale por la puerta con una sonrisa triunfal, como si se hubiera salido
con la suya y me hace sonreír otra vez. No parece mala chica, aunque
Vamos al mismo sitio a comer que ayer. Por aquí tampoco es que haya
mucho donde elegir, hay uno un poco más lejos pero, según ella, «es un bar
de obreros y ahí no pintan nada unas chicas como nosotras». Me hace
gracia su comentario, tan clasista, por cómo lo ha dicho parece que nosotras
—Sí, sí, es solo que se me ha ido por otro lado —explico señalando
mi plato.
buen trozo de lasaña que, aunque no está mal, prefiero la que se come en el
restaurante de Dolores.
sido picotear de un lado y de otro sin rumbo fijo. Mi padre tiene amigos por
todas partes y siempre me han ido dando oportunidades, aunque nunca he
¿no? —Le he dicho esto porque tampoco sé que decirle a alguien que tiene
lo son? ¿O es que estaba saliendo con las dos a la vez? Sí, eso es, claro, por
esa razón los vi aquel día juntos de compras. ¡Madre mía! ¡Qué tonta he
sido! Si es que me tenía que haber dado cuenta. Claro, por eso su interés en
llevarme siempre a las afueras de Madrid donde nadie nos pudiera ver, por
eso tanto empeño en estar siempre a solas, así no nos verían juntos y nadie
he visto, si es que más tonta no puedo ser. Ha estado jugando con las dos,
venir a la cabeza.
Creo que voy a ser capaz de sorprenderle con lo que voy a dibujar,
estoy casi segura. Me pongo manos a la obra y, por unos largos minutos, me
el camino para decirme que David se ha ido hace diez minutos a una cita
importante. Entonces, vuelvo donde estaba y trato de dibujar algo más y así
tener diferentes opciones que enseñarle al gran diseñador. La verdad que sí,
A las seis de la tarde nos vamos Virginia y yo, los otros tres becarios
no vienen por la tarde según me cuenta ella. Aún no conozco sus caras, solo
sé el ruido que hacen cada vez que pasan por el pasillo. En realidad
pretendo? ¿que esté esperándome otra vez cuando ayer no le hice ni caso y
después no le atendí las llamadas? A estas alturas lo más normal es que ya
segundo plato.
***
perdiendo algo que está dentro de mí. Imagino lo que puede ser, pero
prefiero no pensar en ello de nuevo.
Cuando estoy cenando con Dolores le cuento mi día, pero omito toda
la conversación con Virginia y el descubrimiento que he hecho de que la
rubia pija y Fabián eran —o son— novios. Prefiero no disgustarla con mis
cosas, que bastante mala cara trae ya; aunque tampoco me dice nada sobre
el restaurante, tal vez con la misma intención que yo para así no preocupar a
la otra. Me acuesto pensando que mañana voy a ir a echarle una mano con
muy interesante esa forma de verlo, solo espero que Dolores esté contenta
con ella y no le dé ningún problema, ya que en el fondo soy un poco
culpable de todo esto. Sí, sé que no debería pensar así, que estoy
también me sigo sintiendo en deuda con Dolores y creo que siempre lo voy
a estar.
escape ningún detalle. A las seis de la tarde, salimos todos del restaurante y
—La verdad que cuando la entrevisté me dio buena espina, sobre todo
porque la vi educada.
—Sí, sí. Solo he sentido como un mareo, debe ser del cansancio —
dice quitándole importancia.
David hoy lleva un pantalón verde botella y una camisa azul con
colorido para mi gusto, pero está encantado con el nuevo enfoque que le he
dado a los bocetos iniciales.
—Es justo lo que estaba buscando, has sabido darle el punto que yo
quería. Tienes talento, Loles —dice muy contento dando palmaditas como
—Ya me dijo Fabián que no me iba a arrepentir y veo que tiene razón.
para eso, ahora debemos centrarnos en esta que es la próxima que va a salir.
pagan y nada mal por cierto. Cuando voy de camino a mi despacho, oigo
una voz irrumpiendo en la entrada que me resulta familiar.
otra que miss dulzura! —dice el señor Nieto que acaba de salir de su
—No te permito que hables así de mí. —La rabia que siento me
quema por dentro—. No tendré tanto dinero como tú, pero sí mucha más
dedo índice.
Me voy, pero solo porque tengo cosas que hacer, a mí nadie me echa de
ningún sitio.
Allí me pregunta y explico las veces que nos hemos encontrado y lo que ha
pasado en cada una de ellas, se lo cuento todo, no quiero que por un
—Esa chica siempre ha sido una niña consentida, desde que era
volver con Fabián. Y te preguntarás que por qué digo esto. Ay, querida,
valgo más por lo que callo que por lo que hablo. —Suelta una sonora
silla y me quedo con la mirada fija en las orquídeas, siguen estando muy
comportarse así…
lo acaba de oír, aunque seguramente hablará con ella y esta le contará una
más veces con ella. Lo malo es que ya sabe dónde trabajo, espero que no se
***
La semana pasa volando, el señor Nieto y yo no hemos dejado de
trabajar codo con codo en todos estos días, estamos más que satisfechos con
explicar a las costureras nuestras ideas. También hemos ido a elegir las telas
y me escucha atenta aunque le noto mala cara, tiene como un ligero color
amarillento en la piel y hasta en los ojos, debe ser la cantidad de horas que
—Ha sido una experiencia nueva para mí, no tenía ni idea de todo lo
que era este mundo del diseño. Pensaba que era dibujar y ya está —digo
riéndome—, pero veo que antes de que una prenda llegue a la tienda han de
—En esta vida todo lleva un proceso, cariño, nada sucede porque sí
—comenta cansada.
—Llevo unos días agotada, creo que voy a cerrar antes de lo previsto.
Necesito descansar.
Dolores, según ella no hace falta porque ya está la otra mujer allí, pero soy
nuevo trabajo y toda la ilusión que estoy poniendo en cada boceto y retoque
que hago; llevo ya un par de meses allí y estoy muy contenta con todo lo
que estoy aprendiendo. Por otro está Dolores, no sé exactamente qué le
pasa, pero algo no va bien, creo que está preocupada por el negocio y cada
día la veo más agotada.
reconozco que le echo de menos, aunque me haya dicho a mí misma que así
—Pues es una pena, no veas la de hombres guapos que hay allí por
metro cuadrado —asegura con brillo en los ojos y sonríe—. Bueno, te dejo,
orquídeas, aún las tengo y las sigo cuidando. Alguna vez he leído que el
amor es como las plantas, que hay que regarlo para que continúe vivo.
Después de que me enfadara con Fabián, él trató de seguir «regándolo» y
yo solo dejé que se fuera secando… Reconozco que echo de menos muchas
cosas que vivía con él, y no me refiero solo a sus caricias, sino a lo querida,
segura y protegida que me sentía entre sus brazos. Eso supera a todas las
bocetos que tracé este fin de semana por la tarde. Su despacho es tan
luminoso como el mío, aunque está bastante más desordenado, bueno, creo
que es porque él tiene muchas más cosas que yo. Me dice que tome asiento
—Estos tres pueden servir, de hecho creo que has dado en la tecla —
—¿Has hecho estos cinco bocetos en la media hora que llevas aquí?
—¿Y por qué no sales por ahí en vez de quedarte en casa trabajando?
vinieras conmigo.
postura—. Y no me vengas con que no tienes nada que ponerte, porque eso
lo soluciono yo mañana.
—Pero…
—Ni peros ni peras, querida. Ahora vete a tu zulo —se ríe—, y sigue
viene.
asimilando que en unos días tendré que ir a una fiesta con mi jefe, a la cual
del viernes.
silla.
quieras.
—Te lo agradezco, pero son tantas cosas, que no quiero aburrirte.
***
Dolores llega más cansada a casa que otros días, sé que lleva
viernes y se pone muy contenta, incluso me dice que lo mismo mi jefe está
que lo haga así, pero más que nada es por el susto que me da cada vez que
lo hace porque no le oigo ni caminar por el pasillo de lo concentrada que
estoy.
gusta?
—No es eso, es solo que… no me veo con algo tan… ¿llamativo?
mí llamar la atención…
ese tipo de fiestas con alguien vestido de cualquier forma, además sé que tú
azul oscuro con el cuello cerrado, sin mangas y termina en una falda larga
cuesta, quizá sea mejor inventarme una excusa para no ir a esa fiesta con
David.
***
mientras mira con atención la foto del diseño que se supone que voy a
llevar—. Además, el vestido es precioso.
—¿Tú crees?
—Una puerta abre otra puerta, y esta a su vez otra más y otra y otra,
conversación.
73
el evento de esta noche. Nunca he ido a una fiesta así y creo que me voy a
sentir como pez fuera del agua, aunque no me voy a echar atrás, le aseguré
a mi jefe que iría y no le voy a dejar tirado. Miro de nuevo el vestido que
ayer me hizo llegar a casa y que está colgado de la percha que tengo detrás
de la puerta. El vestido es impresionante y tengo la sensación de que voy a
—Ya verás lo bien que te lo pasas. Comes cosas muy ricas y bebes de
lo bueno, lo mejor —comenta con una gran sonrisa—. Además seguro que
—No sé yo, seguro que solo va gente mayor, pero bueno, me da igual,
—Eso espero, o me aburriré como una ostra. —Nos reímos las dos.
decirme que ya me puedo ir. Me deja salir antes para que vaya a la
también se va porque dice que tiene que hacer un par de cosas importantes.
exactamente qué hacerme, pero lo que sí que tengo claro es que no pienso
llevar el pelo recogido, que voy a parecer demasiado… demasiado
y me hace unos rizos bien marcados por todo el pelo, asegurándome que
con el paso de las horas irán cayendo un poco. Ella también quería
el espejo me devuelve a la mujer que siempre he querido ser, así que ¿para
venía deprisa cada vez que escuchaba las llaves en la puerta, pero ahora
parece como si le pesaran las patas, cada vez se está pareciendo más a
que come la mitad que antes, igual que su dueña. Le cojo en brazos y noto
que pesa menos, ¿se estará poniendo enfermo? Espero que no. Después de
cuarto de baño para darme una ducha rápida, no vaya a ser que el vapor del
agua caliente estropee los rizos que con tanto esmero me han hecho en la
peluquería.
transparente, menos mal que no me he mordido mucho las uñas estos días
previos a la fiesta por culpa de los nervios. En cuanto se seca el esmalte,
entero y la imagen que tengo ante mis ojos me impacta. Me veo diferente,
pero me siento muy bien así. Estoy guapa, para qué voy a negarlo, y eso me
llena de una seguridad que hasta hace unos minutos no tenía. Lo malo son
martes por la tarde, menos mal que no la hice caso con los primeros que
escogió porque con esos hubiera sido imposible caminar. Estos, aunque
tienen tacón, son bastante más cómodos, de todas formas espero no tener
que moverme mucho con ellos; imagino que este tipo de fiestas son más de
movimientos.
cuando bajaba las escaleras vestida así, pero me está esperando un coche de
alta gama negro. Mi jefe va con un traje azul, varios tonos más claro que mi
vestido y, en vez de corbata, lleva una pajarita de mil colores. Él tiene una
forma bastante personal de vestir, aunque hoy podría decir que va bastante
más discreto que en el trabajo.
—¿Loles? —pregunta bromeando.
Qué duro me está resultando no ver a Loles, ella era mi vitamina diaria para
ser feliz y ahora, sin ella, ya nada es lo mismo. Mis amigos no dejan de
momento, noto que ya no soy yo y que cada cosa que pasa por mi cabeza
tiene que ver con nosotros y eso me lo hace todo mucho más difícil.
regresaba a su casa para asegurarme de que había llegado bien, pero todo lo
«espiándola».
los dos, quizá más mi padre, cuando me dijo que le parecía una chica
descubierto solo con atenderle a la hora de las comidas. Les comenté que
ahora trabajaba con su amigo David Nieto y que ya no nos veíamos por un
malentendido.
padre siempre la vio como la nuera perfecta, imagino que influía que era
el final, pero ya me siento sin fuerzas. Es muy duro estar detrás de una
sin verla le he sido fiel aun sabiendo que quizá no volveremos a estar juntos
nunca más. Mi cuerpo sigue recordando cada curva del suyo y soy incapaz
de estar con alguien que no sea ella. No puedo ni quiero estar con otra.
llevamos treinta años constituidos y nos va cada vez mejor. Aunque lo que
menos me gusta de este tipo de eventos es tener que sonreír a todos y cada
uno de los presentes, no siempre estoy de humor para ello —sobre todo hoy
importantes y el mismo al que traje a Loles, quizá por eso estoy así, porque
desde que pasamos aquel fin de semana aquí encerrados todo está lleno de
mismo sitio que aquella vez, aunque no está sentada a mi lado y eso me
desinfla un poco.
75
donde vine con Fabián aquella vez tan especial para mí y no puedo evitar
—Sí, sí, todo bien. Solo estaba pensando —respondo sonriendo como
al entrar y ver todo el lujo que hay ante mis ojos. Veo muchas personas
encanta ver que aún se puede sorprender a las personas! Eres sencillamente
—Ni se te ocurra dejarme aquí sola, por favor —le pido con cara de
saludar al anfitrión, sería de mala educación ponernos las botas sin decir
éxitos más.
estupenda —digo del tirón tal y como había ensayado en casa frente al
tiene dentro esta chica es pura magia —le suelta con complicidad, como si
molestamos más. Luego hablamos más tranquilos. Será una gran noche.
bandeja con bebida y le cogemos una copa de champán cada uno que me
bebo casi de un trago, en mi defensa diré que las copas no están servidas
presentando a algunos de los invitados que conoce y que, según él, nos
explica que hay gente de casi todos los sectores laborales, amigos de Arturo
y de sus socios. Hablando de sus socios… Acabo de ver al argentino,
desinhibirme.
—Buenas noches, ¿le traigo ya el tocino de cielo? —bromeo
—¡Loles, qué sorpresa! ¡Estás divina! ¿Qué hacés vos por acá?
a estas alturas, y qué casualidad que no se conocen, pensaba que aquí todos
—El placer es mío, por cierto, estás preciosa con ese vestido. —Sus
solas.
No había calculado lo incómodo que sería este vestido para hacer pis,
no sé ni por dónde cogerlo. Justo cuando me estoy lavando las manos, entra
por la puerta una chica rubia con un vestido espectacular en tonos dorados.
los suyos para dejarme en ridículo, aunque bueno, mientras me lo haga aquí
Regreso al salón donde está celebrándose la fiesta, pero ahora voy con más
se para de golpe para empezar a bombear mucho más fuerte. Todo esto pasa
regaña David mientras se acerca sin darse cuenta de con quien estoy, hasta
podido venir.
—No me perdería esta fiesta por nada del mundo —asegura mi jefe
sonriendo.
nada.
curvo mis labios hacia arriba porque soy incapaz de articular una sola
palabra.
—Lo primero de todo es daros las gracias a todos los presentes por
haber podido venir esta noche a compartir este trigésimo aniversario con
sacando una risa a todos los presentes—. Y él, a su vez, ha podido crear con
llegar tan lejos como lo han hecho ellos. —Se gira un poco y se dirige a los
a cada uno, arrancando un efusivo aplauso por parte de todos los que le
hemos escuchado. Después le toca el turno al señor más mayor —creo
recordar que es el tío de Fabián— quien dedica unas palabras a sus inicios
anfitriones.
—No sé, eso son cosas de las novelas románticas, ¿no? —respondo
David conmigo…
coge del brazo en una actitud de tal confianza que me baja el ánimo hasta
los pies. Noto que él trata de deshacerse de su agarre, pero ella insiste con el
otro brazo, parece que no tiene intención de soltarle. La sonrisa que Fabián
termina de convencer, no lo sé; a ella la veo de espaldas, así que solo puedo
escapar de esta visión tan dolorosa que tengo ante mis ojos.
la rubia pija sigue colgada por él, y ahí no tengo dónde competir. Y
que mirar a mi alrededor para darme cuenta de dónde estoy y de que aquí
palabras, mis pies han obedecido a mi cabeza, que lleva rato diciéndoles
Y mis piernas, en vez de hacerme caso a mí, que sería lo más natural,
se detienen al oír sus palabras, como si yo no tuviera nada que ver con mi
cuerpo.
desilusión.
tenido que marchar? —Me vuelvo para continuar mis pasos y es como si
primero le he dicho una cosa y a los pocos segundos todo lo contrario, a ver
ahora cómo lo soluciono—. Quiero decir que…
bolsas cada vez que me ve, algo que ya has podido comprobar de primera
mano, y seguramente con la intención de cogerme una y salir corriendo,
pues también ha sido pillada robando lencería cara, menos mal que la vi y
pude avisar al de seguridad, que si no… —explica Briana con maldad.
empresa, me giro para irme de allí, me da igual lo que esa rubia pija le
cuente, me da igual todo, no pertenezco a esto y no quiero pertenecer—.
Pero mis pies siguen caminando y mis ojos luchan por no derramar
las mil lágrimas que luchan por salir, y siento que me duele hasta el alma.
Me acerco a uno de los taxis que hay en la entrada del hotel, y cuando le
estoy dando la dirección al taxista, Fabián abre la otra puerta y se sienta a
mi lado.
dejándome dar el cariño que ahora mismo tanto me falta y soltando todas
las lágrimas para tratar de deshacer el nudo que tengo en mi pecho. Mi
respiración poco a poco se va relajando y dejo de llorar, no sé si me siento
mejor, pero lo que sí sé es que no quiero que Fabián deje de abrazarme.
77
Bajo del vehículo ayudada por sus manos y, cuando estoy de pie, me
doy cuenta de que no estamos en mi casa, sino en la suya. Pero no tengo
fuerzas para discutir, y tampoco ganas. El disgusto que llevo conmigo gana
todas las posibilidades de tener un enfrentamiento, con lo cual, me dejo
hacer en silencio.
porque tiene que hacer una llamada. Me siento en el sofá, me quito los
dichosos tacones y oigo a lo lejos varias palabras que salen de su boca,
—Pero Briana…
nadie más, ni siquiera con mis amigos. De hecho, cuando quedaba con
ellos, tenía que mentir, por eso aquella vez que salí con ellos no te dije la
Creía que a todas las mujeres os pasaba igual respecto al tema de las
te había hecho daño con la primera mentira que te dije sobre el cumpleaños
hasta días después, en los que te tuve delante y no fui capaz de defenderme.
—Debería haberte contado todo ese día, pero salí de allí muerto de
que se asoma por mi corazón arrasando con un arcoíris todas las nubes que
había en mi pecho. Me pongo de pie, necesito coger aire para seguir esta
dura contigo, pero soy así. He vivido muchos años con una mentira a
cuestas y ya no voy a dejar que ningún engaño esté presente en mi vida, eso
—De verdad que te entiendo, y te aseguro que nunca más habrá nada
así en nuestra relación. —Se pone de pie y me pone las manos en las
caderas—. Dame una oportunidad para demostrarte que voy a hacerte feliz
quiero que estés en ella, necesito que estés en ella. Te quiero, Loles, ¿tan
difícil es entenderlo?
vida en común con él, sentirme amada y saber que a su lado nada malo me
puede pasar porque mi corazón está completo. Me aprieta tan fuerte contra
deshace de mi abrazo.
hemos estado separados, y eso que lo intenté, pero veo que dónde mandan
con sus labios me recorre el cuello con tiernos besos que van erizándome la
piel.
—Estás guapísimo vestido así, lástima que en unos minutos ya no lo
lleves puesto… —digo con una voz de lo más sugerente—. Espera, necesito
mandarle un mensaje a David para decirle que estoy bien, no quiero que se
Le doy las gracias mientras saco el móvil del bolso y llamo a Dolores,
¿vale?
Disfruta del fin de semana y no pienses en nada que no sea ser feliz.
casa.
cabeza va a estar con Dolores y no conmigo, con lo cual, prefiero saber que
estás tranquila estando a su lado. —Me deja un tierno beso en los labios—.
Sé que tengo toda la vida por delante para hacerte el amor, no tengo
ninguna prisa. Mi prioridad eres tú.
78
baño para ofrecerle mi ayuda. Tiene mala cara, pero me dice que ya se
encuentra mejor, que debe ser algo que ha cenado y que no la ha sentado
bien. No me creo nada, pero tampoco quiero tener una discusión con ella.
mi atención.
sonrisa.
Fabián esta noche y por saber que me quiere y que volvemos a estar juntos,
y me levanto corriendo.
mi objetivo.
—Sí, a ti. A ver, sé que no estás bien, que te encuentras mal desde
hace tiempo y creo que deberías acudir al médico para que te echara un
vistazo.
visto cansada otras veces y te aseguro que no es como ahora. Por favor,
medio sonrisa.
esperaba, menos mal, ya me veía discutiendo con ella para al final terminar
saliéndose con la suya. Debería avisar a Fabián, pero no son horas para
molestarle.
***
yo, pero bueno, por lo menos he podido pasar con ella. Le cuenta al doctor
que nos atiende que lleva muchos días con dolor abdominal y ardor de
estómago, que sus heces no son del mismo color y que se siente mucho más
cansada de lo habitual. ¡Hay que ver las dolencias que tenía y no me había
dicho ni la mitad!
camilla donde la mira atentamente la piel, la lengua y los ojos. Tras esto,
restaurante.
—El lunes te acompañaré a hacerte los análisis y después iré a abrir el
Por más que trato de convencer hoy a Dolores para que no vaya al
empeñe en hacerme entender que está bien sigo sin creérmelo, sobre todo
por cómo la veo. Menos mal que los sábados no tenemos mucho jaleo. Se
nota que el buen tiempo ha dado paso a las terrazas y poca gente prefiere
cuento».
He conseguido que Dolores cierre, a regañadientes, media hora antes.
todo lo que tenga es estrés, pero el color amarillento de sus ojos me tiene
***
Después de la noche tan mala que ha pasado Dolores, no hace falta
convencerla mucho rato para que entienda que estando así no puede abrir el
propongo. Hablo a primera hora por teléfono con Jose, con el cocinero y
con su ayudante para decirles, de parte de su jefa, que tienen el día libre.
También llamo a Fabián para contarle lo que pasa y se ofrece para
Solo cuento las horas que faltan para que se haga la analítica que le
—Para, para —la corto—, mañana no vas a hablar con nadie porque
estupendamente.
lo suficiente como para cuidarte y hacerte las cosas un poco más fáciles —
tumbarse en el sofá.
parece que he cogido un buen resfriado y que en unos días no voy a poder
ir, pero le prometo que le mandaré por correo electrónico más bocetos como
los que estamos trabajando. No me pone muchas pegas, pero creo que
preguntarle por cómo terminó la fiesta el viernes, pero no creo que sea de
comiendo.
que no me preocupe, que tenemos toda la vida para estar juntos. ¡Es tan
casa a Dolores tras hacerse la analítica, hago las cosas tal cual las hace ella
extrañan muchísimo de que vaya a estar unos días sin venir ya que la
conocen desde hace más tiempo que yo y saben perfectamente que, aunque
esté mala, nunca falta al trabajo. A algunos proveedores los llamo por
la mano para darme ánimos, algo que agradezco mucho, ya que cada vez
estoy más preocupada por Dolores.
pero bueno, por esta vez se lo perdonaré. Ayer se enfadó un poco conmigo
está conmigo hasta las ocho y, tanto el cocinero como su ayudante cierran
Cuando vuelvo a casa, le cuento todos los recuerdos que me han dado
para ella y la noto un poco triste. Se levanta del sofá y me sigue hasta la
cocina.
poco en un plato.
—Está bien, pero que sepas que lo hago porque eres muy pesada. —
—No hace falta que comas más, no quiero que te sientas obligada.
***
como le prometí, a ver si tengo un rato y hago unos cuantos, que no piense
esperaba. Ver de nuevo a Fabián también hace que la jornada sea especial.
con ojos diferentes. O tal vez sean imaginaciones mías. Hoy el argentino,
he querido preguntar.
En cuanto tengo un hueco llamo a Dolores por teléfono para ver cómo
Por la voz parece algo más animada, aunque sigo pensando que todo es
dueña con él todo el día, aunque quizá sea también porque me ha echado un
poco de menos…
—Sí, por la mañana mejor que por la tarde. Loles… —Por su cara sé
nerviosa a la vez.
—No me he enterado bien, estaba medio dormida cuando me han
llamado, pero por lo visto quieren repetirme los análisis y hacerme un TAC
abdominal.
—¿Y el restaurante?
—Llamaré a Jose para que vaya a abrir hasta que yo pueda acercarme,
indefensa y venida abajo, a eso también ayuda que ha perdido unos cuantos
que le gusta mucho. Sirvo un poco para cada una y nos sentamos a cenar,
ella apenas prueba bocado, pero no le insisto ya que tampoco tengo muchas
ganas de comer después del susto que tengo en el cuerpo. Solo espero que
mentirle sobre ella, pero le he hecho prometer que no va a decir nada a los
No sé quién está más nerviosa de las dos, pero me da que Dolores no es. Me
oyendo sea real. Miro a Dolores y me aguanta la mirada con lágrimas en los
hablando de algo bueno. Quiero hacer una biopsia para confirmar aún más
el diagnóstico. —Teclea de nuevo en el ordenador y vuelve a mirarnos—.
cáncer que se suele diagnosticar bastante tarde y eso complica mucho todo.
Aunque en estos momentos me gustaría evaporarme y salir de ese
que su hija la cuide y descanse todo lo que pueda, el camino que le espera
no va a ser fácil y tiene que estar fuerte —le dice el médico con suavidad y
Salimos de allí sin decir ni una sola palabra más. Vamos cogidas de la
mano y en silencio hasta llegar a casa, no sé qué decir y ella está igual. Son
las doce cuando regresamos, debo irme al restaurante pero tampoco quiero
dejar sola a Dolores, no sé qué hacer. Llamo a Jose para preguntarle cómo
iré en cuanto pueda y, cuando le cuento por encima lo que el médico nos ha
agradezco, pero sobre las seis de la tarde, voy al restaurante para que él se
pueda ir a casa.
Por el camino voy soltando las lágrimas que he reprimido en casa
durante la comida, yo tampoco, creo que está asimilando las malas noticias
de hoy y yo no puedo animarla porque también estoy mal. Algo así es
difícil de digerir.
***
pero no le culpo, seguro que está tan preocupado por su dueña como yo.
—¿Qué tal has pasado la tarde? —pregunto intentando la mejor de
mis sonrisas.
que puedo.
82
hospital porque debía estar en ayunas para la operación, ni que eso fuera un
problema para ella, si está ayunando casi a diario. He pasado la noche a su
lado, no pienso ni por un momento dejarla sola. Después tendré que ir por
casa para saber cómo está Botas, ver cómo se despedía Dolores de él ha
sido muy duro, como si creyera que no se van a volver a ver más.
las emociones tan negativas que estoy teniendo desde que Dolores enfermó.
—No hace falta que estés aquí, ya oíste al doctor decir que es una
de mirar el reloj una y otra vez, parece que el tiempo se hubiera detenido.
manos para quitarme los dedos de la boca, he conseguido acabar con todas
estos días. Pero le garantizo que hemos hecho todo lo posible porque tenga
posible.
llamo a Jose para decirle que ha ido bien la operación pero que no puedo
hablar con una enfermera—. Me acaban de decir que lo mismo está varias
cogiendo el bolso.
***
comida, a la que apenas pone interés; imagino que también está intranquilo
—No es que sean los mejores bocadillos del mundo, pero algo
—Gracias por todo, me sabe tan mal que estés aquí conmigo y no
—Me gustaría que así fuera, pero no te puedo asegurar algo que no
que sí, que todo va a ir bien y que Dolores en unos días volverá a casa
adormilada aún.
intentando sonreír.
—Solo necesitas descansar, ya verás como en unos días volverás a ser
la de siempre.
se había reencarnado en Botas para cuidarme, lo sentí así el primer día que
instante.
de mi cuerpo.
sitio que me queda por mirar es la habitación de Dolores, que está medio
cerrada. La abro despacio y le veo tumbado encima de su cama, me acerco
llevé al veterinario para que lo hicieran allí. Aunque no ha podido ser, estoy
convencida de que sus almas vuelan juntas de nuevo. Al final va a ser
verdad que era su marido y ha decidido irse con ella y seguir con su historia
de amor allá donde vayan.
ella.
necesites.
los más allegados, la mayoría son clientes del restaurante; están justo los
que a Dolores le hubiera gustado que estuvieran en un día como hoy. Nadie
se explica cómo se ha podido ir tan rápido, y solo les puedo decir que ese
faltado sus empleados, a los que les he dicho que de momento continúen
sus vacaciones, que esta semana que entra tampoco se abrirá el restaurante.
***
hundida y perdida. Además, sabe sacarme una sonrisa, aunque no sea lo que
por teléfono, en la puerta del piso pone «Notario», algo así se imaginaba
papeles para que firme y después un sobre cerrado diciéndome que es una
carta de Dolores. Tras esto, quedamos en vernos en unos días para terminar
con el tema del testamento, siendo consciente de que ahora mismo no tengo
—¿Cómo estás? —me pregunta Fabián una vez que nos montamos en
el coche.
—No lo sé, todo esto es tan extraño —digo limpiándome una lágrima
algo que necesitaba tanto como las plantas necesitan agua para vivir. Me dio
acudir a terapia y gracias a eso empecé a salir a flote del mar oscuro donde
me encontraba…
me quedo rápidamente dormida. Cuando los abro, son más de las nueve de
apetito.
cocina.
—¿Sabes que esto fue lo primero que cenamos juntas Dolores y yo?
encuentro el cobijo que necesito para afrontar todo lo que estoy pasando.
84
En cuanto pude hablar con David, le pedí unos días libres y le conté todo
Alberto, el argentino, y que, aunque cada día estaban más enamorados, aún
no querían dar el paso a la convivencia por miedo a que se estropeara todo
abandonado, y en realidad solo habían sido unos días, pero allí no me sentía
dejó escrita custodiada por el notario. Y las cosas de Botas las llevé a un
refugio para gatos abandonados que encontré por Internet, tampoco es que
fueran muchas, pero ¿a qué minino no le gustaría dormir abrigado por una
mucha pena deshacerme así de ella por todo lo que había supuesto en mi
vida, pero sabía que en un futuro sería incapaz de vivir allí sola con tantos
había aprendido bien. Pensar qué hacer con el restaurante no fue fácil. Por
un lado quería venderlo y olvidarme pero, por otro, me daba pena ver
tarde con Jose y le planteé alquilárselo y que fuera él quien llevara las
siempre hacía, y haciéndome creer que todo lo que había pasado no había
sido real.
Pero todo era tan real como que yo respiraba cada día.
EPÍLOGO
Un mes después
Recuerdo aquel día en la casita rural de sus abuelos que fantaseé con que
vivíamos juntos, pues ahora eso es de verdad.
en la habitación.
Dolores.
fregadero.
—Lo sé, pero llevo tiempo con ganas de llevarte a un sitio y creo que
—¿Y esto? —pregunto al ver un bikini azul nada más abrir la maleta.
cruzar la carretera que separa el hotel de… ¿Me ha traído a la playa? ¡No
—Hace tiempo te prometí que quería estar en tus primeras veces y así
esta luz.
sensación más extraña sentirla bajo mis pies. Nos hemos quitado las
mirarme y de sonreír, hoy tiene un brillo especial en los ojos, o quizá sea yo
la arena.
pensado en ti.
bocetos.
—No sé qué decir, pero es algo con lo que llevo soñando desde que
pasado en la vida.
acompasarse.
ver a las revistas o a las películas. El vaivén de las olas mece mis
insistir en que denuncie a mi padre por lo que me hizo, sé que en parte tiene
siempre.
cariño que yo necesitaba y suplió esa carencia con creces. Cuando murió
imagino que me sentí como se debe sentir alguien cuando se muere una
madre, porque eso es lo que fue ella para mí. Aunque ahora mismo sí puedo
decir bien alto que he formado una familia y que, aunque me falte Dolores,
soy inmensamente feliz.
FIN
ACLARACIÓN DE LA AUTORA
Recuerda que esta novela es pura ficción. Si sufres o conoces a
alguien que pueda estar sufriendo abusos sexuales, por favor, no hagas
como la protagonista y huyas. Denúncialo y pide ayuda.
AGRADECIMIENTOS
Gracias a mi familia y amigos por alegrarse de cada uno de mis logros
en mi aventura literaria.
cubierta.
Gracias a ti, por haber llegado hasta aquí, espero que hayas disfrutado
detalles.
COSAS SOBRE MÍ
Nací en Madrid en 1976, aunque actualmente vivo en Alicante. La pasión
por los libros me viene de pequeña, y leía todo lo que caía en mis manos.
Ahora reconozco que soy adicta a la lectura y que no me puedo ir a la cama
editorial Terciopelo.
Eva (… y punto final), publicada el 26 de agosto de 2021 por
editorial Terciopelo.
Romantic Ediciones.
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