El Rol de Adan y Eva

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ANDRÉS MESSMER

Los roles de género en el orden de la Creación


Presentaré los argumentos a favor de que el orden creativo de
Dios en el comienzo incluía la igualdad, la diversidad y la unidad.

26 DE SEPTIEMBRE DE 2017 · 07:00

Introducción

Una parte importante del debate con respecto al rol de la mujer en la


Iglesia consiste en si las distinciones entre el hombre y la mujer
formaron parte del orden creativo de Dios en el comienzo. En los
artículos anteriores he presentado las dos partes del argumento, pero en
este artículo sólo presentaré los argumentos a favor de la opinión de que
el orden creativo de Dios en el comienzo incluía la igualdad, la
diversidad y la unidad. Este artículo es un resumen, con algunos
añadidos, del libro de Wayne Grudem, Evangelical Feminism & Biblical
Truth: An Analysis of More than 100 Disputed Questions (Wheaton, IL:
Crossway, 2012), 29-48.
Argumentos a favor de las distinciones entre los hombres y las
mujeres en la Creación.

1. Orden: Adán fue creado primero, Gen 2:7, 18-23.

 Puede que los lectores modernos no vean ninguna importancia en


el orden de la Creación, pero al menos en dos ocasiones Pablo
demuestra que lo consideraba importante con respecto a las
relaciones entre el hombre y la mujer: 1 Tim 2:12-13; 1 Cor 11:8.
 En otras ocasiones donde la Biblia utiliza una prioridad
cronológica para demostrar superioridad y/o autoridad: Sal 90:2;
Prov 8:22-31; Jn 1:15, 30; 8:52-53, 58.
 Algunos argumentan en contra de esto que los peces, las aves y los
animales terrestres deberían tener autoridad sobre los humanos
puesto que fueron creados antes que ellos, pero esta objeción sólo
tendría sentido si los humanos hubiesen sido “hechos de” estos
animales para convertirse en sus “ayudas idóneas.” La obra
creadora de Dios alcanza su clímax con la creación de los seres
humanos en Gen 1:26-30, y en el contexto de esta obra culmen es
que la mujer es “hecha del” hombre como su “ayuda idónea.”

2. Representación: Adán, y no Eva, tenía un rol único a la hora de


representar a la raza humana.

 Gen 2:16-17 dice que cuando Adán comiese del árbol de la ciencia
del bien y del mal, todos morirían, pero en Gen 3:6 es Eva la que
come primero. Sin embargo, 1 Cor 15:22 dice claramente que en
Adán todos mueren (de la misma manera que en Cristo todos son
vivificados).
 Rom 5:12-21 y 1 Cor 15:45-49 establecen numerosos paralelos
entre Adán y Cristo, y sin embargo no se establece ningún paralelo
entre Eva y Cristo. Adán, por lo tanto, representaba a la raza
humana de un modo que Eva no lo hacía.
3. Poniéndole nombre a la mujer: Adán le puso el nombre a Eva: Gen
2:23; 3:20.1

 En Gen 1-2, la persona que le pone nombre a las cosas creadas es


el que tiene la autoridad sobre las mismas: Dios le pone nombre a
su creación y Adán les pone nombre a los animales. Esto es
coherente con el uso generalizado de “nombrar/llamar” en la
Biblia, en que los padres, los reyes, los guerreros, etc.,
“nombraban/llamaban” a sus hijos, a sus súbditos y a los
territorios que conquistaban, etc. (ex., Gen 4:17, 25-26; 26:17-22;
41:45; 2 Rey 23:34; 24:17).
 En Gen 2:23 y 3:20 el verbo “llamar/nombrar” (heb: ‫ ) קרא‬se usa en
el contexto de poner nombre. Contextualmente este verbo se ha
usado a lo largo de Gen 1-2 donde la persona en autoridad
“llama/nombra” lo que está bajo su autoridad: Dios
“llama/nombra” al día, la noche y a los mares en Gen 1:5, 8, 10;
Adán “nombra/llama” a todas las criaturas vivientes en Gen 2:19-
20.
o Una distinción importante se debe hacer entre lo que

podríamos llamar nombramiento “privado” y “público”: el


primero se trata de la percepción personal que uno tiene del
carácter de otra persona (ej., cuando Hagar “nombra/llama”
a Dios en Gen 16:13) mientras que en el segundo caso se
provee la identidad esencial de la otra persona (ex., cuando
Dios le cambia el nombre a Abram y a Sarai en Gen 17:5,
15). Los nombres “privados” no se convierten en el nombre
del individuo en cuestión, mientras que los nombres
“públicos” sí.2

 Eva no le pone nombre a Adán en Gen 2:23; 3:20.

4. El nombrar la raza humana: a los seres humanos se puso el nombre


de “hombre” (o “Adán”) y no “mujer”: Gen 5:1-2.
 En hebreo “hombre” (heb: ‫ )ָאָד ם‬tiene al menos cuatro significados
posibles: 1) la raza humana en su totalidad; 2) un ser humano en
particular; 3) el hombre en contraste con la mujer; 4) el nombre
propio de Adán.3 En Gen 1-3 hay muchas ocasiones en las que
“hombre” se utiliza en el tercer sentido, es decir, en el sentido de
“varón”: Gen 2:22-23, 25; 3:8-9, 12, 20. Por lo tanto, cuando Dios
le da nombres a la raza humana en Gen 5:1-2 (hablando de un
suceso previo a la caída; cf. 1:27), puede ser importante el hecho
de que no le llama “mujer” ni tampoco le da un nombre sin un
género concreto, sino que le llama “hombre” (o “Adán”). El
contexto podría sugerir que hay un ligero matiz masculino en este
acto.

5. La responsabilidad principal:Dios se dirigió primero a Adán tras la


caída: Gen 3:9.

 Está claro en el hebreo que todos los pronombres en Gen 3:9 están
en singular masculino (igual que todos los verbos y pronombres en
Gen 2:16-17).
 Aunque Eva fue la primera en pecar, Adán fue el primero que tuvo
que dar cuenta de sus acciones delante de Dios. Esto implica que
Dios responsabilizó a Adán de una manera distinta a Eva.

6. El propósito de la creación de Eva: Eva fue creada para ser ayuda


idónea de Adán y no al revés: Gen 2:18.

 Es cierto que a veces la palabra “ayudador” (heb: ‫ ) ֵעֶזר‬se usa para


referirse a Dios en algunos contextos (ej., Sal 33:20; 70:5; 115:9),
y por lo tanto “ayudador” no significa necesariamente una persona
inferior que asiste a una superior. Sin embargo, el hecho
permanece, de que en cada situación el “ayudador” se pone en un
rol subordinado al rol de la persona que tiene la responsabilidad
principal para llevar a cabo la actividad. Por lo tanto, Eva no está
subordinada a Adán en sentido ontológico, sino más bien a nivel
funcional.
 El texto no da a entender que Eva era de ayuda a Adán en una o
dos maneras, sino que la razón por la que fue creada era para que
fuera ayudante de Adán. Esto es lo que Pablo escribe en 1 Cor
11:9: “El hombre no fue creado para la mujer, sino la mujer [fue
creada] para el hombre”. Esta es una declaración ontológica que
implica una diferencia funcional entre Adán y Eva.
 Sin embargo, la subordinación funcional a Adán no puede incluir
subordinación ontológica puesto que en el mismo versículo (Gen
2:18) se dice que Eva era “ayuda idónea” (Heb: ‫) ְּכֶנְגּֽד ֹו‬. Esto es, que
ella había sido creada como una ayuda para Adán complementaria
e igual a Adán en esencia.

7. Conflicto: la maldición de Gen 3:16b trajo la distorsión de los roles


previos, pero no supuso la introducción de unos nuevos.

 Otras maldiciones mencionadas en Gen 3:16-19 que afectaban a


Adán y a Eva atestiguan del hecho de que las maldiciones
distorsionaban los roles previos. Por ejemplo, el rol principal de
Eva de criar a los hijos (Gen 3:20; cf. 1 Tim 2:15) es maldecido
con dolores (Gen 3:16a) y el rol principal de Adán, que era el
trabajo (Gen 2:15; cf. 1 Tim 5:8), es maldecido con espinos y
cardos (Gen 3:17-19).4
 Esto sugiere que la maldición mencionada en Gen 3:16b, “Tu
deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti,” es una
distorsión de los roles previos más que la introducción de unos
nuevos. En otras palabras, el “deseo” pecaminoso que Eva tendría
de dominar a Adán (cf. Gen 4:7) es una distorsión de su rol como
ayuda (Gen 2:18) y el “enseñoreamiento” de Adán sobre Eva
(heb: ‫ ) מׁשל‬es una distorsión de su rol como siervo-líder (Ef 5:25-
33).
 Se debería notar, con atención, que Gen 3:16b habla de una
distorsión de los roles originales en la Creación, y que por lo tanto
no debería interpretarse como si los hombres y las
mujeres debieran relacionarse de esta forma. Esto es precisamente
lo que Dios procura deshacer a través del poder del evangelio (ver
abajo).

8. Restauración: la salvación en Cristo restaura el orden creativo


original.

 El Nuevo Testamento no habla de la desaparición del orden


original en la Creación, sino más bien de su restauración. El
llamado primario de la mujer en relación con su marido es la de
someterse gozosamente a él, tal y como la Iglesia se somete
gozosamente a Cristo (Ef 5:22-24, 33; Col 3:18; 1 Pd 3:1-6). El
llamado principal del marido en relación con su mujer es la de
liderarla de manera sacrificial (Ef 5:25-33; Col 3:19; 1 Pd 3:7).
Esto es, el “deseo” de la mujer y el “enseñoreamiento” del hombre
se anulan en Cristo.

9. Misterio: el matrimonio es una imagen de la relación entre Cristo y la


Iglesia: Ef 5:23-33.

 El lenguaje de Pablo es claro en Ef 5:23-33: la mujer se somete a


su marido como la Iglesia se somete a Cristo (v. 24). El marido
ama a su mujer y se da a sí mismo por ella del mismo modo que
Cristo ama y se da a si mismo por la Iglesia (v. 25). Esta relación
de sumisión y amor sacrificial es una imagen de la relación entre
la Iglesia y Cristo.
 La relación entre Cristo y la Iglesia no varía según las culturas y
las generaciones, y por lo tanto la relación entre el marido y la
mujer tampoco varía en este sentido.

10. Trinidad: la igualdad, la diversidad y la unidad entre los hombres y


las mujeres reflejan la igualdad, la diversidad y la unidad que hay en la
Trinidad.
 1 Cor 11:3 dice que la “cabeza” (gr: κεφαλή) de la mujer es su
marido y que la “cabeza” (gr: κεφαλή) de Cristo es Dios. La
palabra “cabeza” se usaba en la literatura griega antigua para
referirse a una persona que tenía una posición de autoridad sobre
otra, y este es el significado aquí.5 El paralelo que Pablo establece
entre la mujer y el hombre, y Cristo y el Padre es importante
porque demuestra que puede haber igualdad y diferencias entre
dos personas al mismo tiempo.
 Algunos han intentado argumentar que el uso que Pablo hace de
“Cristo” en 1 Cor 11:3 implica que Pablo se está refiriendo a la
sumisión encarnada de Cristo al Padre, y no a su sumisión
eterna.6Sin embargo, esto no armoniza con el uso que Pablo hace
de “Cristo” en otras partes de la Biblia; por ejemplo en Fil 2:5
donde Pablo utiliza la palabra “Cristo” para referirse al estado de
Jesús antes de encarnarse. Además, el verbo en la frase “Dios es la
cabeza de Cristo” se omite y depende de su aparición previa en el
versículo en el que aparece en presente (“Cristo es la cabeza del
varón”). Si Pablo se estuviera refiriendo a la sumisión momentaria
y encarnada de Cristo, en contraposición a su sumisión eterna,
podríamos suponer que Pablo debería haber usado un verbo en
pasado (ej., “Dios era la cabeza de Cristo”).
 La Biblia habla de la relación entre el Padre y el Hijo:
o Por un lado son iguales: Jn 1:1; 1 Cor 8:6; Ap 5:13.

o Por otro lado hay una diferencia clara en cuanto a que el


Padre siempre asume el rol activo (enviando, engendrando,
etc.) y el Hijo siempre asume el rol receptivo (siendo
enviado, siendo engendrado, etc.): Jn 1:18; 5:19-20, 30;
6:38, 57; Hch 2:33-36; 10:5-7; Heb 1.3. El Hijo se sienta a
la diestra del Padre (Rom 8:34; Heb 1:3, 13; 1 Pd 3:22),
nunca al revés; el Hijo somete tanto su reino como su
persona a la del Padre (1 Cor 15:24-29), nunca al revés.
o Estos roles nunca se revierten en la Biblia, y esta es la
relación que Pablo usa para ilustrar la relación entre el
marido y la mujer.

 Todos estos argumentos demuestran que la diferencia en rol no se


equipara a la diferencia en valor esencial. De hecho, la diferencia
en los roles es tan bonita y buena como la Trinidad misma.

Conclusión

Como estos diez argumentos prueban, hay evidencia más que suficiente
para concluir que el liderazgo masculino y la sumisión femenina
formaban parte del diseño original de Dios en la Creación. No obstante,
con que uno sólo fuera convincente bastaría para argumentar que esto es
así, lo cual es muy difícil para la postura igualitaria - quizás unos
argumentos podrían ser refutados o invalidados, pero es bastante
improbable que eso pueda hacerse con estos diez. La igualdad, la
diversidad y la unidad entre el hombre y la mujer no fueron insertados en
la sociedad humana después de la Caída (ej., Gen 3:16b) sino que
formaban parte del buen diseño de Dios en la Creación (Gen 1:31) y
encuentran su fuente definitiva en la Trinidad.7

Notas

1 Para considerar la perspectiva contraria, véase George Ramsey, “Is Name-Giving an Act of
#

Domination in Genesis 2:23 and Elsewhere”? CBQ 50 no 1 (1998): 24-35. Ramsey argumenta que llamar

(o poner un nombre) es un acto de discernimiento o de percepción a la hora de determinar la esencia de

algo más que un acto de dominación. Esto parece un razonamiento válido en sí mismo, pero ¿tener la

competencia de identificar algo o a alguien no implica también algún tipo de superioridad y/o autoridad,

en cierto sentido? ¿Y qué de los otros ejemplos en la Biblia de “poner un nombre” que claramente

demuestran la autoridad (ej., Dan 1:7)? Cf. los comentarios de Wayne Grudem: “El punto no es que el
acto de nombrar implica algún tipo de control o de ejercicio de poder sobre alguien (como si fuera un

poder mágico). El punto es que la autoridad para dar el nombre en sí mismo supone que la persona que da

el nombre ya tiene esa autoridad por encima de la persona o cosa que lo recibe” (Evangelical Feminism,

33).

2 Grudem argumenta que “Eva” era su nombre privado, mientras que “mujer” (o “varona”) era su
#

nombre público.

3 BDB, s.v. ‫ָאָד ם‬.


#

4 Quizás sería más preciso decir que la capacidad y la responsabilidad principal de la mujer es dentro del
#

hogar (1 Tim 5:9-10; Tito 2:3-5), lo cual se centra en dar vida (Gen 3:20), cuyo emblema es la preñez

(Gen 3:16a) mientras que la capacidad y la responsabilidad principal del hombre se encuentra fuera del

hogar, centrándose en la protección y la provisión para la familia (1 Tim 5:8; 1 Pd 3:7), cuyo emblema es

labrar la tierra (Gen 2:15; 3:17-19). A la distorsión de estos roles se le llama “oprobio” en Is 4:1, y la

Biblia jamás anima a la reversión de los mismos.

5 Que yo sepa, el artículo de Wayne Grudem sobre el uso de la palabra “cabeza” en la literatura griega
#

antigua jamás ha sido refutado. El primer artículo se publicó como Wayne

Grudem, “Does ΚΕΦΑΛΗ (“Head”) mean “Source” or “Authority over” in Greek Literature? A Survey

of 2,336 Examples,” TrinJ 6 n.s. (1985): 38-59. Concluyó que de los 2,336 ejemplos estudiados, ninguno

significa “origen” (lo cual es terrible para el argumento igualitario). Luego respondió a las críticas sobre

su artículo en “The Meaning of Kephale (“Head”): A Response to Recent Studies,” 425-468

in Recovering Biblical Manhood & Womanhood: A Response to Evangelical Feminism, ed. John Piper

and Wayne Grudem (Wheaton, IL: Crossway Books, 2006).

6 Ex., Gordon Fee, “Praying and Prophesying in the Assemblies: 1 Corinthians 11:2-16,” 142-160
#

in Discovering Biblical Equality: Complementarity without Hierarchy, ed. Ronald Pierce and Rebecca

Merrill Groothuis (Downers Grove, IL: InterVarsity Press 2004), aquí 152.

7 #
Me gustaría agradecer a Daniel Moríñigo por traducir este artíuclo. He hecho algunos cambios ligeros

al texto así que cualquier error ortográfico debe considerarse mío.

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