Antigenos Humorales Resumen
Antigenos Humorales Resumen
Antigenos Humorales Resumen
El cáncer es un problema de salud importante en todo el mundo y una de las causas más
destacadas de morbilidad y mortalidad en los niños y los adultos. La mortalidad de los
tumores malignos se debe a su crecimiento incontrolado dentro de los tejidos normales,
lo que produce daño y deterioro funcional.
GENERALIDADES
ANTÍGENOS TUMORALES
Los oncogenes y los genes supresores de tumores mutados producen proteínas que
difieren de las proteínas celulares normales y, por tanto, pueden inducir respuestas
inmunitarias.
Muchos tumores expresan genes cuyos productos son necesarios para la transformación
maligna o para el mantenimiento del fenotipo maligno. Con frecuencia, estos genes se
producen mediante mutaciones puntales, eliminaciones,translocaciones cromosómicas o
inserciones de genes víricos que afectan a protooncogenes celulares o genes supresores
de tumores.
Los productos de los virus oncógenos actúan como antígenos inmorales y desencadenan
respuestas específicas de linfocitos T que pueden serv ir para erra d icar los tumores.
Los virus A D N están implicados en la aparición de diversos tumores en los seres
humanos y en los animales de experimentación.
Son ejemplos en los seres humanos el virus de Epstein-Barr(VEB), que se asocia a los
linfomas de linfocitos B y al carcinoma nasofaríngeo, el virus del papiloma humano
(VPH), que se asocia al carcinoma cervical, en la orofaringe y otros lugares; y el virus
del herpes asociado al sarcoma de Kaposi (VHSK/VHH-8), que se asocia a tumores
vasculares. Los papovavirus, como el poliomavirus y el virus de los simios 40 (SV-40),
y los adenovirus inducen tumores malignos en los roedores recién nacidos o en los
adultos inmunodeficientes.
En la mayoría de estos tumores inducidos por virus ADN, los antígenos proteínicos
codificados por el virus se encuentran en el núcleo, el citoplasma o la membrana
plasmática de las células tumorales. Estas proteínas víricas de síntesis endógena pueden
procesarse y ser presentadas por las moléculas de la clase I del MHC en la superficie de
las células tumorales.
Como los péptidos víricos son antígenos extraños, los tumores inducidos por virus AD
N se encuentran entre los tumores más inmunógenos que se conocen.
Antígenos oncofetales
Los antígenos oncofetales son proteínas que se expresan en cantidades altas en las
células cancerosas y en los fetos normales en desarrollo, pero no en los tejidos del
adulto. Se piensa que los genes que codifican estas proteínas se silencian durante el
desarrollo, y que la represión desaparece con la transformación maligna. Los antígenos
oncofetales se identifican con anticuerpos generados en otras especies, y su mayor
importancia es que proporcionan marcadores que facilitan el diagnóstico tumoral. Sin
embargo, su e x presión en los adultos no está limitada a los tumores, pero está
aumentada en los tejidos y en la circulación en diversas enfermedades inflamatorias y
los antígenos se encuentran en cantidades pequeñas incluso en los tejidos normales. No
hay datos de que los antígenos oncofetales sean inductores o dianas importantes de la
inmunidad antitumoral. Los dos antígenos oncofetales mejor caracterizados son el
antígeno carcinoembrionario (CE A) y la a-fetoproteína (AFP).
El CEA (CD66) es una proteína integral de membrana muy glucosilada que pertenece a
la superfamilia de las inmunoglobulinas (Ig) y funciona como una molécula de adhesión
intercelular. La expresión elevada del CEA está restringida normalmente a las células
del tubo digestivo, el páncreas y el hígado durante los dos primeros trimestres de la
gestación, y se ve una expresión baja en la mucosa colónica adulta normal y en la mama
en fase de lactación. La expresión del CEA aumenta en muchos carcinomas del colon, el
páncreas, el estómago y la mama, y en estos pacientes está aumentada su concentración
sérica. Esta concentración sérica se utiliza para vigilar la presencia o la recurrencia de
los tumores después del tratamiento, pero no es un marcador diagnóstico porque el CEA
sérico también puede estar elevado en el contexto de enfermedades no neoplásicas,
como las enfermedades inflamatorias crónicas del intestino y del hígado.