CARRERA, Arturo-Referente Poético Der Las Últimas Generaciones en Argentina
CARRERA, Arturo-Referente Poético Der Las Últimas Generaciones en Argentina
CARRERA, Arturo-Referente Poético Der Las Últimas Generaciones en Argentina
exponente de la última vanguardia y de la poética del neobarroco argentino. Ha recibido, entre otras
distinciones, el Premio Nacional de Poesía Mauricio Kohen, por su libro Animaciones suspendidas
(1985); la Beca Antorchas a la trayectoria en las artes (1990) y la Beca Guggenheim en 1995, el Primer
Premio de Poesía de la Municipalidad de Buenos Aires por su libro La banda oscura de Alejandro
(1998), el Premio Konex de Poesía de 2004 y de 2014, el Premio de Poesía Hispanoamericana del Festi-
val de la Lira en Cuenca (Ecuador) por su libro Las Cuatro Estaciones (2009), y el Premio Universitario de
Cultura “400 años“ de la Universidad Nacional de Córdoba en el 2015.
Fundó en 2006, junto con Juan José Cambre, César Aira, Alfredo Prior y otros artistas amigos Estación
Pringles: utopía que se materializa ahora en la forma de un centro de traductores literarios, posta poéti-
ca, un lugar de paso y de intervenciones múltiples: se trata de una plataforma donde prácticas estéticas
dispersas pudieran articularse. A partir de 2017 da clases en Licenciatura en Artes de la Escriturade la
materia Poesía Universal
EL MAPA
rotura
1
Y la presencia se extiende
como un óleo sobre el agua gris
de la laguna.
Avanzamos sobre la
incertidumbre de creer que las palabras
piensan cuando soñamos: su cara lisísima,
el balbuceo, un helicoide como giros de
la semilla del arce que baja y asciende en el habla
más que en la vacilación;
porque
las cosas tienen un nombre.
Si se olvidó su autor, luego los hombres y
sus generaciones y acaso los mismos niños
se los darán otra vez…
la luz.
II
2
III
JUGUETES
¿Cuál,
de todos estos lápices elegirías para la alegría,
para el triunfo de unas vocecitas sobre otras que no
conocés y que no hacen más que llamarte y
llevarte hacia esa casa de sombra
colmada de juguetes?
Yo escuchaba tu voz,
pero no alcanzaba las palabras que decías;
lo que querían decir —no que no te atendiera
sino en otro balbuceo— adentro de otra burbuja
que se henchía de otro límite,
de otra memoria, de otro instante,
3
Había otro ritmo que ínfimo auguraba
una repetición que nos desconocía. Y allí
estuve, en esa vía. Diciendo sin decir,
hablando sin hablar
¿iba?
Gritaste,
¡como
una cantante!
Porque de no decir, cantabas,
imitabas ¿a qué? ¿a quién? ¿a cuánto?
4
II
5
III
y el silencioso sonajero
de la vida que colma.
Y sin embargo,
finge cantar con palabras sin fin. Y su canción
es la misma que quiso repetir tantas veces.
Solaz de un dibujo que imita el vaivén
de un ritmo puro; una melena que crece en la expresión
del balbuceo: el esfuerzo de no poder decir
a qué altura del sol, del aire,
del arco iris…
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pulso que de la voz no retiene
sino los pujos borrados en el parto unánime.
FIN