Costos y Presupuestos en La Gestión Pública
Costos y Presupuestos en La Gestión Pública
Costos y Presupuestos en La Gestión Pública
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Resumen
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1. Conceptos generales sobre Administración Financiera Pública.
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que actúen no sólo con honestidad en la gestión (algo que ya sería un logro importante
vista la casuística mundial), sino para que persigan y consigan las metas de manera
adecuada, tal como se obliga a los gerentes de una compañía privada en la que los
dueños marcan ese camino, esta vez en interés propio (no hace diferencia en este
sentido si el interés es el fin de lucro o la mejora del nivel de vida de la sociedad, ya que
la finalidad no altera el proceso de rendición de cuentas ni la responsabilidad en la
gestión).
El presupuesto de gastos en la administración pública es en realidad un concepto
algo diferente del empleado en el ámbito privado, ya que en lo público se trata de una
autorización máxima a gastar. La realidad marca que también debiera ser considerado
un mínimo a realizar, ya que es obligación del funcionario público el logro de metas para
las que se supone la población elige un cierto elenco de gobierno que luego designa
oficiales con el objeto de llevar adelante un plan concreto. Sin embargo, en la
contabilidad pública de la mayoría de los países no se incluyen costos en el presupuesto
del estado (no se computa el consumo de bienes, sino su mera compra) y además no se
calcula tampoco la depreciación de bienes de uso. El presupuesto de costos debiera ser
un anexo presentado junto con el presupuesto de gastos a aprobar por los parlamentos
de los países. La disciplina costos, sus principios, técnicas, criterios y herramientas
podrían ser de suma utilidad para ejercer la gestión pública y alcanzar niveles de eficacia
y eficiencia. No queda clara la razón por la que en la mayoría de los países no se
emplean metodologías de costeo para elaborar información para toma de decisiones y
tampoco para realizar control de gestión. Tanto para el funcionario como elemento o
instrumento de gestión como para el ciudadano al pretender contar con información que
le permita evaluar dicha gestión, los modelos y esquemas de la disciplina costos serían
de gran utilidad. Pareciera que en general falta vocación política para implantar su
práctica, aunque quizás también falte conocimiento técnico y capacitación. En cualquier
caso, debería impulsarse un proceso de corrección de estas posturas. Y para el logro de
ese objetivo es vital la fuerza y el interés que ponga el ciudadano en tanto agente que
demande ese cambio. Aún herramientas que están establecidas legalmente no son
utilizadas adecuadamente, o son subestimadas o politizadas en su aplicación perdiendo
calidad técnica en favor de su manipulación política. El presupuesto es un ejemplo claro
en diversos países del mundo, y en muchos momentos de la historia, por parte de
muchos gobiernos con distinta ideología y concepción de la cosa pública, pero que
finalmente cayeron en el mismo vicio.
El presupuesto público es un detalle analítico de partidas con indicación clara e
inequívoca del rubro en que se autoriza el gasto y su tope por periodo anual. El
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presupuesto es una herramienta central de la administración pública que en la mayor
parte de los países del mundo es reconocido como tal por la legislación. Quizás falta aún
cierto desarrollo profundo del control de gestión pública, tal como sí se encuentra
permanentemente en la esfera de la empresa privada. No existe hoy todavía un control
de gestión pública adecuado en la mayoría de los países latinoamericanos y en muchas
otras regiones (podríamos marcar a Nueva Zelanda como uno de los países más
avanzados en cuando a la calidad de su administración pública). Debiera impulsarse un
nuevo enfoque de la contabilidad pública que como sistema de información con base en
el registro único (centralizado y computando todos los movimientos y transacciones que
ejecuta el estado) y punto de partida en el principio del devengamiento (etapa en la que
se determinan los costos y resultados), obtuviera información no sólo de ingresos y
gastos, sino de saldos patrimoniales hasta lograr contar con un balance completo que
refleje los activos y pasivos de todo estado y organización pública.individual.
2. El presupuesto público.
2.1. Concepto.
El presupuesto es una autorización máxima a gastar, con un concepto ampliado
del gasto, que incluye gastos y recursos. En cuanto a los gastos, el presupuesto es
preventivo y limitativo (con un máximo o tope autorizado que no puede ser superado),
mientras que para los recursos se trata del cálculo de un estimado a producir, por lo que
tiene un carácter solamente preventivo.
El concepto ampliado del gasto implica que hay erogaciones corrientes que se
incluyen, pero en realidad no se aplica un concepto de “costo” verdadero en el sentido
contable, ya no existen realmente cargos por consumos de bienes (sólo la compra) ni
tampoco depreciaciones de bienes de uso. El presupuesto cuenta con un detalle
analítico que exhibe la indicación específica de rubro, clasificaciones y partidas
minuciosamente descriptas y categorizadas, lo que debería permitir finalmente un
adecuado control de la gestión ya que cada naturaleza y función del gasto está
identificada por separado y la autorización máxima se refiere individualmente a cada uno,
con un nivel de exigencia de detalle incluso mayor que en la empresa privada.
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Las reglas clásicas de elaboración del presupuesto público son:
- Generalidad
- Anualidad
- Equilibrio
- Precedencia
- Especificación
- Publicidad
- Claridad
- Uniformidad
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que los propios ciudadanos definen como prioritarias pero no como producto
de reclamos aislados o presiones puntuales, sino como producto de un
proceso formal que integra y da una visión de conjunto para un análisis más
fructífero. Porto Alegre es un caso paradigmático de uso de este instrumento
que democratiza el proceso de presupuesto, lo transparenta, y considera
fuertemente las necesidades de los ciudadanos; el modelo de presupuesto
participativo fue implementado en 1989 como mecanismo de participación
planeamiento y control popular, implantado por las administraciones del
Partido de los Trabajadores en sucesivos periodos gobernando dicha ciudad.
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financiero público para adquirir un perfil de norma y regulación administrativa, si bien muy
perfectible y que requiere todavía muchas mejoras y cambios.
Los informes básicos que existen en Argentina son:
- Ejecución del presupuesto de recursos y gastos
- Estado de ingresos y gastos corrientes
- Estado de origen y aplicación de fondos
- Ejecución del presupuesto de caja
- Cuenta de ahorro-inversión-financiamiento
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2.7. Recursos públicos. Tipos.
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3. La situación del presupuesto público en Argentina.
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etc.). Siguiendo las pautas estipuladas por el poder político la Oficina Nacional del
Presupuesto prepara anualmente un presupuesto consolidado del sector público, que
presenta al Poder Ejecutivo Nacional. Este, a su vez, lo remite al Congreso Nacional con
obligación de hacerlo hasta el 15 de septiembre de cada año, para que el proyecto sea
sometido al procedimiento de formación de leyes especificado en la Constitución
Nacional, ley suprema del país que determina nítidamente que es atribución del
Congreso fijar anualmente le presupuesto de gastos y recursos de la administración
nacional sobre la base del programa general de gobierno y el plan de inversiones
públicas. Se evidencia así una vez más la función que el presupuesto cumple como
herramienta de programación económica y social.
La jefatura del Gabinete de Ministros tiene la responsabilidad de la administración
general del país, y debe remitir al Congreso el proyecto de ley de presupuesto nacional,
de hacer recaudar las rentas de la nación y de ejecutar dicha ley de presupuesto
nacional, una vez aprobada por el Poder Legislativo y promulgada por el Poder Ejecutivo.
Este último tiene la atribución de supervisar al jefe de Gabinete respecto de la
recaudación de rentas y de su inversión. El nivel de detalle, minuciosidad, partidas
analíticas y carácter limitativo como autorización máxima a gastar a fin de que exista un
límite claro a la discrecionalidad del funcionario, todos conceptos centrales de la
administración pública para poner a salvo a los ciudadanos de posibles errores y manejos
espurios por parte de los funcionarios, son principios universales válidos que la mayoría
de las legislaciones sustentan, defienden y protegen con esta finalidad.
La ley 26124 del año 2006 modificó el artículo 37 de la ley 24156 otorgando al jefe
de Gabinete la posibilidad de disponer reestructuraciones presupuestarias cuando lo
considere necesario, dentro del total aprobado por la ley de presupuesto. Este punto
atribuye un poder inconmensurable al funcionario que ocupe este cargo, puesto que en la
práctica está así facultado a alterar el destino de las partidas que la ley de presupuesto
previamente aprobó, lo cual puede cambiar la esencia de gastos por función, naturaleza,
destino, etc., potestad que se conoce habitualmente como “súper poderes”.
A los fines de comprender mediante un ejemplo cómo se presenta el presupuesto
nacional, adjuntamos tres cuadros directamente extraidos del presupuesto real del año
2013 de la administración nacional, que incluyen el cálculo de recursos estimados, el
detalle de gastos previstos y la cuenta de ahorro-inversión-financiamiento presupuestada
para dicho periodo, presentada en 2012, y aprobada por el Congreso Nacional. En este
ejemplo se puede observar todo el detalle del resultado del presupuesto nacional para
dicho periodo con las aperturas que mencionáramos en nuestro desarrollo. Es
interesante observar los valores (reales tal como fueron presentados en el proyecto de
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ley, y aprobados sin cambios por el Congreso con mayoría oficialista), y analizar tanto la
composición del gasto como el tipo de recursos así como el resultado total financiero,
teniendo siempre presente que se trata de una estimación, y que en el caso del
presupuesto público tiene todavía una connotación política mayor que lo que ocurriría en
cualquier empresa privada (donde también existe, indudablemente, y aún en detrimento
del profesionalismo en el gerenciamiento).
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CALCULO DE RECURSOS POR CARÁCTER ECONÓMICO Y POR CARÁCTER
INSTITUCIONAL
PRESUPUESTO NACIONAL 2013 – EN PESOS
Ventas de Bienes y Serv. de las Administraciones 270.000 1.822.430.860 1.822.700.860 741.230.371 0 2.563.931.231
Públicas
Rentas de la Propiedad 22.720.000.000 121.544.321 22.841.544.321 77.221.591 15.983.178.600 38.901.944.512
Intereses 2.720.000.000 3.078.000 2.723.078.000 66.986.306 15.983.178.600 18.773.242.906
Dividendos 20.000.000.000 60.000.000 20.060.000.000 10.000.000 0 20.070.000.000
Arrendamiento de Tierras y Terrenos 0 58.466.321 58.466.321 235.285 0 58.701.606
Transferencias Corrientes 500.000.000 200.396.510 700.396.510 25.418.000 0 725.814.510
Del Sector Privado 0 1.200.000 1.200.000 160.000 0 1.360.000
Del Sector Público 500.000.000 0 500.000.000 0 0 500.000.000
Del Sector Externo 0 199.196.510 199.196.510 25.258.000 0 224.454.510
Recursos de Capital 366.600.000 332.400.492 699.000.492 1.288.542.720 0 1.987.543.212
Recursos Propios de Capital 200.000.000 113.188.094 313.188.094 11.302.000 0 324.490.094
Venta de Activos 200.000.000 113.188.094 313.188.094 11.302.000 0 324.490.094
Transferencias de Capital 0 53.614.398 53.614.398 1.271.505.000 0 1.325.119.398
Del Sector Privado 0 0 0 30.000 0 30.000
Del Sector Público 0 20.000.000 20.000.000 1.257.000.000 0 1.277.000.000
Del Sector Externo 0 33.614.398 33.614.398 14.475.000 0 48.089.398
Disminución de la Inversión Financiera 166.600.000 165.598.000 332.198.000 5.735.720 0 337.933.720
Recuperación de Préstamos de Corto Plazo 0 0 0 1.072.720 0 1.072.720
Recuperación de Préstamos de Largo Plazo 166.600.000 165.598.000 332.198.000 4.663.000 0 336.861.000
TOTAL 320.375.962.714 26.244.452.387 346.620.415.101 14.687.295.197 267.908.975.000 629.216.685.298
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COMPOSICIÓN DEL GASTO POR CARÁCTER ECONÓMICO Y POR CARÁCTER
INSTITUCIONAL
PRESUPUESTO 2013 – EN PESOS
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CUENTA DE AHORRO INVERSION FINANCIAMIENTO
PRESUPUESTO NACIONAL 2013 – EN PESOS
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4. Necesidad y objetivos del control de gestión en el ámbito público.
El control de gestión pública debiera ser una prioridad siempre, en todo país y en
todo estado, y debiera ser reclamado enfáticamente por los ciudadanos como una
demanda mínima sobre los funcionarios que transitoriamente ejercen la administración
pública gestionando fondos de toda la sociedad, y tomando decisiones que afectan la
vida de todos con un poder inmenso, superior a prácticamente cualquier otro agente del
contexto social. Debiera instrumentarse un sistema de control de gestión pública con tres
objetivos:
• Producir la información para conocimiento y manejo del pueblo en
general, que debe saber qué se hace a nivel del estado, tanto nacional
como provincial y municipal.
• Controlar el uso de los fondos públicos y la conducta de los
funcionarios.
• Realizar evaluaciones de proyectos y programas públicos.
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punto que se verifica de manera extensa y que tiene su correlato en un doble
interés propio: la posibilidad de sacar provecho económico personal a través
de actos corruptos y la posibilidad de disfrazar la realidad para lograr
conservar el favor popular a través del voto (cuando se trate de gobiernos
democráticamente elegidos) y mantenerse en el poder (no mencionamos por
obvio el caso de gobiernos que no tengan legitimidad democrática).
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trata de un concepto internalizado y central del tipo de democracia que se vive en
muchos países, donde se hace inviable sembrar la semilla del control de gestión pública.
¿Cómo debiera funcionar un modelo de control de gestión pública? Existen
diversas variantes, pero aquí podemos sintetizar una de ellas. Debería existir un
organismo de control interno y otro de control externo. Es la situación vigente en
Argentina, donde la Auditoría General de la Nación ejerce el control externo, presidida por
un funcionario miembro de la oposición y no del partido de gobierno, e integrada por 7
auditores que la dirigen. Se encarga del contralor de entes reguladores, ministerios,
organismos y empresas estatales. Paralelamente, un organismo de control interno
(Sindicatura General en Argentina) realiza informes y análisis como parte de los
mecanismos de evaluación de los procesos de gestión del estado. El problema de estos
esquemas es que no debieran terminar en meras recomendaciones sin autoridad para
aplicar ningún tipo de sanción ni poder avanzar más allá de dar a conocer hechos u
opiniones. Ese límite (típico de la democracia delegativa, aún conservando una forma
políticamente correcta como es darles la dirección de un organismo a partidos políticos
de oposición) impide el ejercicio adecuado de los mecanismos de control y priva a la
sociedad de su existencia efectiva y real. Complemento de estas dos instituciones
pueden ser una Oficina Anticorrupción, encargada de monitorear actos ilícitos de los
funcionarios públicos, incluyendo desvíos de fondos, coimas y otras formas de
corrupción. Simultáneamente, una Fiscalía General de Investigaciones Administrativas,
ya en la órbita de la justicia, puede encabezar y dirigir los procesos de seguimiento y
averiguación de casos y acciones en los que no se cumplan las leyes y los funcionarios
se aparten de objetivos y metas para cometer ilícitos, actos de corrupción, etc. En estos
casos la vía de investigación y posterior acción penal o civil tiene como camino el Poder
Judicial, que debiera ser siempre independiente del Poder Ejecutivo.
Finalmente, los funcionarios, en particular los administradores a cargo de la
ejecución del presupuesto, típicamente la Jefatura de Gabinete de ministros, y en
particular el área de Economía, debieran ser quienes encabecen la rendición de cuentas
(mínimamente anual) ante el Congreso, que según la legislación de la mayoría de los
países es el encargado de aprobar el presupuesto mediante una ley especial,
fundamental para el ejercicio del gobierno. Así como fue quien autorizó los límites del
gasto y aprobó estimaciones de ingresos, ese poder del estado debe recibir informes y
explicaciones no sólo por las diferencias eventuales entre lo que se aprobó y lo que se
hizo, sino para entender qué se hizo y qué metas se cumplieron de aquéllas señaladas
como objetivos de la administración. Se trata de un paso central que, lamentablemente,
pocas veces se da en muchas sociedades.
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BIBLIOGRAFÍA
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