La Estructura Del ADN
La Estructura Del ADN
La Estructura Del ADN
La estructura de doble hélice del ADN, que los investigadores James Watson y Francis Crick
propusieran en el año 1953 proporcionó respuestas a muchas preguntas que se tenían sobre la
herencia. Predijo la autorreplicación del material genético y la idea de que la información genética
estaba contenida en la secuencia de las bases que conforman el ADN. Más aún, con el correr de los
años y de las investigaciones, se pudo determinar que todos los seres vivos contienen un ADN
similar, formado a partir de las mismas unidades: los nucleótidos. Este código genético mediante
el cual se “escriben” las instrucciones celulares es común a todos los organismos. Es decir que el
ADN de un ser humano puede ser “leído” dentro de una bacteria, y una planta puede interpretar
la información genética de otra planta diferente. A esta propiedad de la información genética se la
conoce como “universalidad del código genético”.
El código genético universal es uno de los conceptos básicos para comprender los procesos de la
biotecnología moderna. Por ejemplo, la posibilidad de generar organismos transgénicos, y que las
instrucciones del ADN de un organismo puedan determinar nuevas características en organismos
totalmente diferentes.
El ADN está organizado en cromosomas. En las células eucariotas los cromosomas son lineales,
mientras que los organismos procariotas, como las bacterias, presentan cromosomas circulares.
Para cada especie, el número de cromosomas es fijo. Por ejemplo, los seres humanos tienen 46
cromosomas en cada célula somática (no sexual), agrupados en 23 pares, de los cuales 22 son
autosomas y un par es sexual. Una mujer tendrá un par de cromosomas sexuales XX y un varón
tendrá un par XY.
Cada cromosoma tiene dos brazos, ubicados por arriba y por debajo del centrómero. Cuando los
cromosomas se duplican, previo a la división celular, cada cromosoma está formado por dos
moléculas de ADN unidas por el centrómero, conocidas como cromátidas hermanas.
El ADN se compone de dos cadenas, cada una formada por nucleótidos. Cada nucleótido, a su vez,
está compuesto por un azúcar (desoxirribosa), un grupo fosfato y una base nitrogenada. Las bases
nitrogenadas son cuatro: adenina (A), timina (T), citosina (C), y guanina (G), y siempre una A se
enfrenta a una T y una C se enfrenta a una G en la doble cadena. Las bases enfrentadas se dice que
son complementarias. El ADN adopta una forma de doble hélice, como una escalera caracol donde
los lados son cadenas de azúcares y fosfatos conectadas por “escalones”, que son las bases
nitrogenadas. La molécula de ADN se asocia a proteínas, llamadas histonas, y se encuentra muy
enrollada y compactada para formar el cromosoma.
La doble hélice de ADN con las bases nitrogenadas complementarias que se ubican hacia dentro y
establecen uniones no covalentes (o fuerzas de atracción) entre sí que mantienen la estructura de
la molécula. Las desoxirribosas (azúcares) y los grupos fosfato constituyen las columnas de la
molécula.
Cuando la célula se divide, cada nueva célula que se forma debe portar toda la información
genética, que determine sus características y funciones. Para eso, antes de dividirse, el ADN debe
replicarse, es decir generar una copia de sí mismo. Durante la replicación, la molécula de ADN se
desenrolla, separando sus cadenas. Cada una de éstas servirá como molde para la síntesis de
nuevas hebras de ADN. Para eso, la enzima ADN-polimerasa coloca nucleótidos siguiendo la regla
de apareamiento A-T y C-G. El proceso de replicación del ADN es semiconservativo, ya que al
finalizar la duplicación, cada nueva molécula de ADN estará conformada por una hebra “vieja”
(original) y una nueva.
Un gen no es una estructura que se vea sino que se define a nivel funcional. Es una secuencia que
va a empezar en algún lugar del ADN y va a terminar en otro. Para conocer un gen se secuencia, se
determina la cantidad de los nucleótidos que lo forman y el orden en que se ubican.
Todas las células de un organismo tienen el mismo genoma, o conjunto de genes. Pero, en cada
célula se expresan los genes que se usan. Por ejemplo, aunque una célula de la piel tiene toda la
información genética al igual que la célula del hígado, en la piel solo se expresarán aquellos genes
que den características de piel, mientras que los genes que dan características de hígado, estarán
allí “apagados”. Por el contrario, los genes que dan rasgos de “hígado” estarán activos en el hígado
e inactivos en la piel. Lo que no se usa se encuentra mayormente compactado. Este
empaquetamiento puede ser temporal o definitivo.
La síntesis de proteínas
Las proteínas son macromoléculas que cumplen funciones variadas. Hay proteínas estructurales,
otras son enzimas, otras transportan oxígeno como la hemoglobina, hay proteínas involucradas en
la defensa inmunitaria, como los anticuerpos, otras cumplen funciones de hormonas como la
insulina, etc.
Así como el ADN está compuesto a partir de nucleótidos, las proteínas están compuestas a partir
de aminoácidos. Hay 20 aminoácidos diferentes, y cada proteína tiene una secuencia de
aminoácidos particular.
La transcripción
Durante la transcripción la enzima ARN polimerasa, copia la secuencia de una hebra del ADN y
fabrica una molécula de ARN complementaria al fragmento de ADN transcripto. El proceso es
similar a la replicación del ADN, pero la molécula nueva que se forma es de cadena simple y se
denomina ARN. Se denomina ARN mensajero porque va a llevar la información del ADN hacia los
ribosomas, las organelas encargadas de fabricar las proteínas. El ARN, o ácido ribonucleico, es
similar al ADN aunque no igual. El ARN se diferencia del ADN en que es de cadena simple, en lugar
del azúcar desoxirribosa tiene ribosa, y en lugar de la base nitrogenada timina, (T), tiene uracilo
(U).
La molécula del ARN mensajero se traslada a los ribosomas donde ocurre la etapa de traducción.
Durante esta etapa el ribosoma lee la secuencia de nucleótidos del ARN mensajero por tripletes o
tríos de nucleótidos, denominados codones. A medida que el ribosoma lee la secuencia de
codones va formando una proteína, a partir de la unión de aminoácidos. Según cuál es el codón
que el ribosoma “lee” va colocando el aminoácido que corresponde. Si se considera la
combinación de cuatro bases tomadas de a tres, existe un total de 64 codones posibles. Cada
codón determina qué aminoácido se colocará en la proteína que se está fabricando. De los 64
codones, 61 corresponden a aminoácidos y 3 son codones de terminación (stop), responsables de
la finalización de la síntesis proteica.
Ácidos Nucleicos
Así, la secuencia ATG (AUG en el ARNm) codifica para el aminoácido metionina, y el codón TTT
(UUU en el ARNm) codifica para el aminoácido fenilalanina en todos los organismos vivos. Como
sólo existen 20 aminoácidos en la naturaleza, varios codones pueden codificar para el mismo
aminoácido (por ejemplo, al aminoácido glicina le corresponden los codones GGU, GGC, GGA y
GGG).
Cada codón del ARNm es leído por otro ARN, llamado ARN de transferencia (ARNt), que actúa
como un “adaptador” entre la información que lleva el ARNm y los aminoácidos que deben ir
colocándose para formar la proteína correspondiente. El ARNt es muy pequeño comparado con los
ARNm y tiene una secuencia, denominada anticodón que aparea (es decir, es complementaria)
con el codón. Cada ARN de transferencia tiene un anticodón y “carga” un aminoácido en
particular. Por ejemplo, el ARNt que tiene el anticodón UCA, se aparea al codón AGU, y carga el
aminoácido serina (Ser). De la misma manera, el ARNt que carga tirosina (Tyr) se aparea, a través
de su anticodón, con el codón UAC. Así se va formando una cadena polipeptídica (proteína) a
medida que los anticodones de los ARNt reconocen sus respectivos codones en el ARNm. Este
proceso de síntesis proteica ocurre en los ribosomas.
Cuando los científicos comprendieron la estructura de los genes y cómo la información que
portaban se traducía en funciones o características, comenzaron a buscar la forma de aislarlos,
analizarlos, modificarlos y hasta de transferirlos de un organismo a otro para conferirle una nueva
característica. Justamente, de eso se trata la ingeniería genética, a la que podríamos definir como
un conjunto de metodologías que nos permite transferir genes de un organismo a otro, y que dio
impulso a la biotecnología moderna. La ingeniería genética permite clonar (multiplicar) fragmentos
de ADN y expresar genes (producir las proteínas para las cuales estos genes codifican) en
organismos diferentes al de origen. Así, es posible obtener proteínas de interés en organismos
diferentes del original del cual se extrajo el gen, mejorar cultivos y animales, producir fármacos, y
obtener proteínas que utilizan diferentes industrias en sus procesos de elaboración.