Mapa Conceptual Revolución Francesa
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Mapa Conceptual Revolución Francesa
Definición
La Revolución francesa fue (1788-1799) una gran lucha entre el Antiguo Régimen,
marcado por una sociedad organizada en estamentos, y sus opositores. El conflicto
trascendió más allá de las fronteras de Francia, extendiéndose a Europa.
Este acontecimiento histórico marcó el fin de las monarquías absolutistas y dio paso a una
sociedad en la que se otorgaba el protagonismo a la burguesía.
Lo cual dio lugar a que entre 1789 y 1799 se desarrollase la Revolución. Si bien es cierto,
que algunos autores datan como fecha final del movimiento al año 1804, momento en el
que Napoleón Bonaparte se corona como emperador de Francia.
Situación política deteriorada: Solo la nobleza podía ocupar los puestos políticos
y militares de mayor importancia, al tiempo que en 1789 Francia atravesaba una
grave crisis económica. Por su parte, los franceses vivían bajo un régimen
autoritario (absolutismo) en el que la nobleza y el alto clero copaban la riqueza.
Crisis económica: Para colmo de males, las malas cosechas ocasionaron problemas
de abastecimiento de alimentos básicos como el pan. Las sequías y las heladas
originaron unos problemas de abastecimiento que afectaron a la salud de la
población no privilegiada. Añadiendo así mayor descontento al clima social.
Además, únicamente el tercer estamento (la burguesía y los campesinos) era el
único que debía pagar impuestos. Todo lo anterior, acabó provocando un círculo
vicioso a nivel económico. La escasez de producción hizo subir los precios, la gente
dejó de gastar en otros sectores y el desempleo aumentó. Todo ello provocó un
circulo vicioso que afectó a la capacidad del Estado de hacer frente a su deuda,
dando lugar a una crisis financiera notable.
Libertades y derechos limitados: La monarquía absoluta a cargo de Luis XVI no
daba opción de soberanía más que a Dios. No existía, por tanto, división de poderes.
Debido a ello, los derechos y libertades de los franceses eran muy limitados. Como
consecuencia, se desarrollaron las bases de la Declaración de Derechos Humanos,
los cuales se asientan en los principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad. En
francés, Liberté, Égalité, Fraternité.
Crisis moral y religiosa: Al mismo tiempo, se desarrolló paralelamente una
revolución intelectual que ponía en tela de juicio al régimen que reinaba en aquel
momento. La desconfianza de los ciudadanos en el régimen de Gobierno creció a
pasos agigantados y surgieron nuevas figuras de referencia como Voltaire,
Montesquieu o Rousseau.
Así pues, ante la situación tan dura que vivía Francia, se convocaron a los Estados
Generales. Los cuales representaban a los tres estamentos. Para solventar la crisis
económica se propuso que la nobleza también pagase impuestos. Sin embargo, como el
voto se realizaba mediante estamentos, la propuesta estaba condenada al fracaso.
Ya en 1791, Francia contaba con una Constitución que establecía una división de poderes y
que limitaba el poder del Rey, que sería controlado por la Asamblea. En otras palabras,
Francia dejaba de ser una monarquía absoluta, transformándose en una monarquía
constitucional.
La Convención (1792-1794)
Así pues, los jacobinos consiguieron prevalecer y la Asamblea pasó a ser la Convención.
Así, la Convención se convirtió en el órgano que detentaba el gobierno y la capacidad para
legislar.
Esta época estuvo marcada por lo que se conoció como el “reinado de terror”. Durante el
cual, el Comité de Salvación Pública persiguió a todos aquellos contrarios a la Revolución
francesa, ejecutando por ello a miles de franceses. Entre los miembros del Comité de
Salvación Pública cabe destacar a Robespierre.
Bajo el auspicio de la Convención se decidió ejecutar al rey Luis XVI, mientras que se
aprobaba el sufragio universal masculino y entre otras particularidades, se implantaba el
sistema métrico decimal.
Si antes de la Revolución francesa, la Iglesia y el clero habían acaparado las riquezas, con
la Convención, sus bienes terminaron siendo confiscados. También quedó abolida la
esclavitud y se introdujeron reformas en el campo para que la revolución trascendiese al
campesinado.
Sin embargo, la Revolución francesa se tomó con la oposición de las potencias europeas. Y
es que, las ideas de la revolución eran contrarias a lo que representaban las monarquías
europeas. A pesar de entrar en guerra con diversas potencias europeas, la República de
Francia logró sobrevivir al acoso internacional.
Hacia 1794 Robespierre y el Comité de Salvación Pública cayeron fruto de las luchas
internas. De hecho, tanto Robespierre como los demás miembros del Comité de Salvación
Pública terminaron siendo ejecutados en la guillotina. Así, el ala más radical de la
Revolución francesa caía para desembocar en una etapa más moderada conocida como el
Directorio.
El Directorio (1795-1799)
Dejando atrás los elementos más radicales, la Revolución francesa entraba en una fase
marcada por la moderación. La nueva Constitución echaba atrás parte de los derechos
ganados por los jacobinos, pues se restringía el derecho de sufragio. Por otro lado, se
repartía el poder legislativo en dos cámaras: el Consejo de los Quinientos y el Consejo de
los Ancianos.
El órgano que detentaba el poder ejecutivo era el Directorio, compuesto por cinco
integrantes, que en adelante se redujo a tres. No obstante, con el golpe de Estado de
Napoleón (9 de noviembre de 1799), pasaría a ser solo una persona quien formase el
Directorio.
Con la toma del poder por parte del entonces joven genio militar Napoleón Bonaparte,
Francia entraba en una nueva etapa histórica. La Revolución francesa daba paso a la era
napoleónica.