Especies Endemicas - 013938
Especies Endemicas - 013938
Especies Endemicas - 013938
Existen diversas clasificaciones de ellos. Una de las más conocidas quizá sea la de la
perspectiva histórica, que utiliza los conceptos de paleo-endémicas y neo-endémicas.
En el primer caso se refiere a los taxa (conjunto de organismos que comparten un
origen común) que están aislados filogenéticamente, es decir, sin parientes cercanos.
En el segundo caso son taxa que evolucionaron recientemente, es decir, que tienen
parientes cercanos.
Cuando se considera el territorio y su delimitación política se utilizan conceptos de
endemismo como: microendémicas, cuasiendémicas y semiendémicas.
Las especies microendémicas tienen distribución muy restringida.
Las cuasiendémicas rebasan los límites biogeográficos del área escogida. Por ejemplo,
algunas especies se distribuyen principalmente en México, pero una pequeña parte de su
distribución está fuera del país. Para las aves se ha propuesto un límite de 35 mil
kilómetros cuadrados.
En México viven 43 especies de aves con esta consideración.
Las especies semiendémicas, se les llama así porque pasan solamente una época del
año en un país o región.
Las islas son lugares donde existen especias que han tenido historia de aislamiento
geográfico.
Por ejemplo, la Isla Guadalupe --situada a 260 kilómetros al Oeste de Baja California--
tiene una extensión de 250 kilómetros cuadrados y cuenta con especies y subespecies
endémicas. Entre ellas:
Petrel de Guadalupe (Oceanodroma macrodactyla), probablemente extinta
Junco de Guadalupe (Junco insularis)
Caracara (Polyborus lutosus), probablemente extinto
Pinzón o gorrión mexicano de Isla Guadalupe (Carpodacus mexicanus amplus)
Muchos de estos ejemplares tienen además un valor especial para los pueblos originarios.
México, uno de los 17 países megadiversos del mundo, es también poseedor de un gran
porcentaje de especies endémicas, muchas de las cuales son reconocidas y
aprovechadas por los pueblos originarios y guardan gran parte del legado biológico,
cultural y mágico del país.
De acuerdo con datos de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la
Biodiversidad (Conabio), en nuestro país existen más de 19 mil especies microendémicas,
cuasiendémicas y semiendémicas. Hablemos de 8 de las más representativas para el
orgullo mexicano.
Ajolote Mexicano
De peculiar sonrisa y branquias a manera de barbas de dragón, el ajolote (Ambystoma
mexicanum) o Atl-xólotl (monstruo de agua, en náhuatl), es otro de los tesoros endémicos
mexicanos. Resguardado en el imaginario azteca como el hermano gemelo de
Quetzalcóatl, hoy está en peligro de extinción.
Vaquita marina
Vaquita marina (Phocoena sinus). Considerada la marsopa más pequeña del mundo, este
cetáceo endémico de México habita solamente en el Golfo de California y está
considerado también en peligro crítico de extinción (PC) en las listas de especies en
categoría de riesgo de la NOM-059-SEMARNAT- 2010.
El mamífero marino mexicano fue descubierto hacia la mitad del siglo XX en San Felipe,
Baja California, pero su población ha descendido sustancialmente al quedar atrapadas de
forma incidental en las redes agalleras y de arrastre de pescadores furtivos que codician
al pez totoaba, por lo que hoy investigadores del Comité Científico de la Comisión
Ballenera Internacional estiman que ya sólo existen entre 4 y 17 ejemplares con al menos
tres crías.
Totoaba
Totoaba. Es el pez más grande del Alto Golfo de California. Al igual que muchas otras
especies endémicas, enfrenta la amenaza de extinción a consecuencia de la pesca ilegal.
Su vejiga natatoria o “buche” es considerada por las culturas asiáticas como medicinal o
mágica y, por el alto precio en que se cotiza ese órgano, es sinónimo de estatus en China
y Hong Kong y se le conoce como la cocaína del mar.
Teporingo
Pequeño, simpático y tímido, el teporingo (Romerolagus diazi), zacatuche o conejo de los
volcanes, es también una de las especies endémicas mexicanas que sobrevive en las
laderas de los volcanes del Valle de México con una población que se estima en siete mil
ejemplares, debido a la fragmentación de su hábitat por el crecimiento de la mancha
urbana y los cultivos extensivos.
Aunque se ha especulado sobre su presunta extinción, lo cierto es que monitoreos de la
Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) han detectado poblaciones
estables en el Parque Nacional Izta-Popo, en el Corredor Biológico Chichinautzin, en
Milpa Alta, Topilejo y en el Tepozteco. Además de que se han reforzado estudios y
trabajos para garantizar su protección.