Vida de San Cayetano
Vida de San Cayetano
Vida de San Cayetano
En el año 1480 nace Cayetano. Su padre es Gaspar, Conde de Thiene y su madre María
Porto. Tiene dos hermanos: uno mayor, Juan Bautista y Alejandro, el menor. A los dos años
quedan huérfanos de padre.
Con el comienzo del nuevo siglo, poco después del descubrimiento de América, Cayetano
cursa la carrera de abogado. Sus compañeros lo eligen delegado estudiantil en la Facultad y sus
profesores lo alaban por las altas notas obtenidas. Responde con sencillez: "Creo que valgo por lo
que soy, y no por lo que los demás digan de mí."
Uno de sus secretarios escribe: "A pesar del puesto; Cayetano no se da ninguna
importancia. Viste con sencillez, atiende a todo el mundo aunque sea fuera del horario de
oficina. Siempre activo donde lo necesitan. Trata a todos igual, ya sean ricos o pobres. Si
mantiene esta actitud tan servicial llegará a ser un hombre muy importante..."
Con un grupo de diplomáticos logra evitar la guerra entre la República de Venecia y los
Estados Pontificios, cuyos resultados podrían haber sido desastrosos. Gracias al acuerdo Cayetano
gana enorme prestigio y comienza a sentir los halagos de la gloria.
Sin embargo, Cayetano sabe que su vida necesita seguir el camino de Jesús. Así explica:
"Siento que día a día mi vida suspira por amar a Dios. Mis años de abogado me enseñaron que el
pueblo necesita palpar a Dios a través de las obras de los cristianos, de su acción, de sus
enseñanzas, de su entrega. Quisiera hacer siempre la voluntad de Dios: esto deseo, y a esto
aspiro. Ahora voy a dar otro rumbo à mi vida. Mi camino es dejar todo sin mirar atrás. Uniré mi
propia vida a la Cruz de Cristo. Seré sacerdote."
Le preocupa el excesivo lujo de los palacios y la miseria de los suburbios. Se propone "no
dejar de luchar hasta que vea a los cristianos correr hambrientos para nutrirse del Pan Sagrado."
Son tiempos difíciles. En Alemania Martín Lutero, un monje, proclama la separación del
Papa y se independiza de la Iglesia de Roma. Cayetano responde con un nuevo proyecto: "Creo
que la Iglesia es siempre la Iglesia. Como esposa de Cristo no tiene ninguna mancha, ninguna
arruga, es blanca y pura; pero por culpa de los hombres aparece corrompida... Quisiera presentar
ante los ojos del clero un grupo de sacerdotes que vivan juntos, cumplan con el celibato, no
busquen el dinero, sepan ser pobres... entonces el ejemplo arrastrará y comenzaremos la
reforma desde nosotros mismos."
Los Clérigos Regulares viven en Roma. Han renunciado a todos sus bienes y al grupo se
une un obispo, Monseñor Carafa que con los años Ilegará a ser el Papa Pablo IV. Se instalan en
una humilde casa de la calle Leonina, en un barrio suburbano.
Surgen alabanzas y críticas. Una noche alguien escribe en la pared: "Carafa, Cayetano, y
compañía: no reformen imposibles, reformen sus cabezas de locos."
Los jóvenes romanos se entusiasman. Comienzan las primeras vocaciones y la casa resulta
chica. Se mudan a una nueva vivienda, en las afueras, casi pegados a la muralla de la ciudad.
El 6 de mayo de 1527 las tropas del emperador Carlos V saquean Roma. El Papa huye por
un túnel secreto. Las tropas se apoderan de los bienes, incendian casas, violan, profanan
templos...
Al llegar a la casa de los Clérigos Regulares les exigen dinero. Los sacerdotes responden
que son pobres. La tropa no les cree y torturan a Cayetano enganchando su cuerpo con una soga
de la que tiran a través de una polea. Se desmaya. Golpean al resto de los compañeros y se
alejan furiosos.
Otros soldados los encuentran. Los llevan prisioneros para pedir el rescate a sus
familiares. Si no entregan fuertes sumas de dinero morirán como otros rehenes. Cayetano y sus
amigos se sienten más que nunca en las manos de Dios.
A raíz de un banquete entre varios jefes, entusiasmados por el vino y la euforia, el jefe
de la guardia los deja ir, convencido de que nadie pagará por ellos. Huyen de Roma en una
barcaza y un barco de la República de Venecia los devuelve a la tierra natal.
Cayetano se traslada a Nápoles para comenzar a difundir el espíritu y las energías de los
Clérigos Regulares.
Sin perder un instante refuta los argumentos de otros religiosos que se extrañan de su
extrema austeridad y del estilo de vida.
proyecto de fundación de una imprenta para "ganar el pan con el sudor de la frente";
El 12 de abril de 1671 el Papa lo declara santo junto con Rosa de Lima y Luis Beltrán
(ambos difusores del Evangelio en Latinoamérica), Francisco de Borja y Felipe Benicio.