Tema 1
Tema 1
Tema 1
Nota: Los nombres terminados en el sufijo osa, usualmente indican un azúcar, tal como la
lactosa. Los nombres de las enzimas usualmente se inician con el del sustrato que degradan. Por
ejemplo: la maltosa, un disacárido, es degradado por la enzima maltasa (por el proceso de
hidrólisis), resultando en dos moléculas de glucosa, un monosacárido.
Digestión de grasas[editar]
Comienza en la boca, por la segregación de la lipasa lingual y continua en el intestino delgado: La
presencia de grasa en el intestino delgado produce hormonas las cuales estimulan la liberación de
lipasa por el páncreas (jugo pancreático) y bilis de la vesícula biliar, estos desembocan en el
intestino delgado mediante el la ampolla de Vater. La lipasa, degrada la grasa
en monoglicéridos (glicerol) y ácidos grasos libres. La bilis emulsiona los ácidos grasos de manera
que puedan ser fácilmente absorbidos. Los ácidos grasos de cadena corta y mediana, son
absorbidos directamente dentro de la sangre vía los capilares del intestino delgado y viajan a
través de la vena porta tal como lo hacen otros nutrientes. Sin embargo, los ácidos grasos de
cadena larga, son demasiado largos para ser liberados directamente dentro de los pequeños
capilares intestinales. En vez de esto, son absorbidos dentro de las paredes de las vellosidades
del intestino y reensamblados otra vez como triacilglicéridos. Los triacilglicéridos son recubiertos
con colesterol y proteínas dentro de un componente llamado quilomicron. Dentro de la vellosidad,
el quilomicron entra a los capilares linfáticos, los cuales se fusionan en un vaso linfático mayor.
Son transportados vía el sistema linfático y el conducto torácico hasta una localización cerca del
corazón (donde las arterias y las venas son más grandes). El conducto torácico vacía los
quilomicrones en el torrente sanguíneo vía la vena subclavia izquierda. En este punto, los
quilomicrones pueden transportar los triacilglicéridos hasta donde los necesiten.
Regulación de la digestión[editar]
Reguladores hormonales[editar]
Una característica fascinante del aparato digestivo es que contiene sus propios reguladores. Las
principales hormonas que controlan las funciones del aparato digestivo se producen y liberan a
partir de células de la mucosa del estómago y del intestino delgado. Estas hormonas pasan a la
sangre que riega el aparato digestivo, van hasta el corazón, circulan por las arterias y regresan al
aparato digestivo, en donde estimulan la producción de los jugos digestivos y provocan el
movimiento de los órganos.
Las hormonas que controlan la digestión son la gastrina, la secretina y la colecistoquinina.
La gastrina hace que el estómago produzca ácido clorhídrico que disuelve y
digiere algunos alimentos. Es necesaria también para el crecimiento normal de
la mucosa del estómago, el intestino delgado y el colon. Está en el estómago y
estimula las glándulas gástricas para secretar pepsinógeno (una forma inactiva
de pepsina) y ácido clorhídrico. La secreción de gastrina es estimulada por la
llegada de la comida al estómago. La secreción es inhibida por el pH bajo.
La secretina hace que el páncreas secrete un jugo digestivo rico
en bicarbonato. Estimula al estómago para que produzca pepsina, una enzima
que digiere las proteínas, y al hígado para que produzca bilis.
La colecistoquinina hace que el páncreas crezca y produzca las enzimas
del jugo pancreático, y hace que la vesícula biliar se vacíe. Está en el duodeno y
esta hormona es secretada en respuesta a la grasa del quimo.
Péptido inhibidor gástrico (GIP): está en el duodeno y disminuye la agitación
en el estómago para enlentecer el vaciamiento gástrico. Otra función es la
inducción de la secreción de insulina.
Péptido inhibidor vasoactivo.
Reguladores nerviosos[editar]
Dos clases de nervios ayudan a controlar el trabajo del aparato digestivo, los nervios
extrínsecos y los nervios intrínsecos.
Los nervios extrínsecos (de afuera) llegan a los órganos digestivos desde
el cerebro o desde la médula espinal y provocan la liberación de dos sustancias
químicas: la acetilcolina y la adrenalina. La acetilcolina hace que los músculos
de los órganos digestivos se contraigan con más fuerza y empujen mejor los
alimentos y líquidos a través del tracto digestivo. También hace que el estómago
y el páncreas produzcan más jugos. La adrenalina relaja el músculo del
estómago y de los intestinos y disminuye el flujo de sangre que llega a estos
órganos.
Los nervios intrínsecos (de adentro), que forman una red densa incrustada en
las paredes del esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon, son aún
más importantes. La acción de estos nervios se desencadena cuando las
paredes de los órganos huecos se estiran con la presencia de los alimentos.
Liberan muchas sustancias diferentes que aceleran o retrasan el movimiento de
los alimentos y la producción de jugos en los órganos digestivos.
Hidrólisis digestiva[editar]
Utilizar un alimento para los propósitos mencionados requiere que un animal lo digiera.
Digestión: Proceso químico complejo en el que enzimas especiales, catalizan la degradación de
grandes moléculas, en otras más simples que son lo suficientemente pequeñas para atravesar
fácilmente las membranas de las células e incorporarse a los tejidos.
Todos los procesos de digestión implican hidrólisis: utilización de agua para romper los enlaces,
de manera que el H+ se une a uno de los residuos y el OH- al otro.
La energía liberada durante la hidrólisis en el tubo digestivo solo puede ser utilizada como calor.
Por esta razón no se hidrolizan los enlaces más energéticos (sentido adaptativo) así, durante la
digestión solo se libera una pequeña parte de la energía contenida en la molécula.
La mayor parte de la energía está contenida en los residuos individuales desde los cuales,
posteriormente es liberada.
El material digerido pasa del tubo digestivo al torrente sanguíneo o a la linfa por el proceso de
absorción.
La asimilación se produce después, cuando de la sangre se pasa a los tejidos.
Requisitos nutricionales[editar]
Los nutrientes son sustancias que sirven como fuente de energía metabólica y de materias primas
para el crecimiento, reparación y génesis de tejidos corporales.
Los animales tienen necesidades nutricionales concretas muy diferentes dependiendo de la
especie y en una misma especie varían según la composición genética, talla, composición
corporal, actividad, sexo y estado sexual (hembra encinta o no).
Para que un animal esté en un estado nutricional equilibrado debe tener u obtener:
Suficiente energía para que funcionen todos los procesos corporales.
Suficiente proteína para mantener un balance de N positivo (es decir evitar las
pérdidas de proteínas corporales)
Suficiente agua y minerales para compensar las pérdidas o incorporación.
Las vitaminas esenciales que no sintetiza su propio cuerpo.
El balance energético requiere que la entrada de energía sea igual a la energía requerida para la
mantención y reparación de los tejidos, y para el trabajo metabólico, más la producción de calor
corporal si corresponde.
La digestión es la reducción del alimento a moléculas pequeñas, capaces de incorporarse al
metabolismo celular. Esto proceso lo realizan las llamadas enzimas digestivas. La digestión puede
ser extracelular o intracelular, según se realice fuera o dentro de las células. La digestión
extracelular puede ser a su vez interna o externa, según que el alimento esté dentro del
organismo, en el llamado aparato digestivo, o fuera del mismo, como sucede, por ejemplo, en
las arañas, que vierten sus enzimas digestivas sobre sus presas para luego poderlas ingerir
mediante succión.
Significancia del pH en la digestión[editar]
La digestión es un proceso complejo, el cual es controlado por
diversos factores. El pH juega un papel crucial en el
funcionamiento normal del tracto digestivo. En la boca, faringe y
esófago, el pH es típicamente, de 6-8, ácido muy débil. La
saliva controla el pH en esta región, del tracto digestivo. La
amilasa salival, está contenida en la saliva e inicia la
degradación de los carbohidratos hasta monosacáridos. La
mayoría de las enzimas digestivas son sensibles al pH y no
funcionarán en un ambiente con bajo pH, como el del estómago. El pH bajo (por debajo de 5),
indica un ácido fuerte, mientras que un pH alto (mayor que 8), indica una base fuerte; sin
embargo, la concentración del ácido y la base, también juegan un papel.
El pH en el estómago es muy ácido e inhibe la degradación de los carbohidratos mientras están
allí. El contenido ácido fuerte del estómago, provee dos beneficios, ambos ayudando a la
degradación de las proteínas, para una degradación adicional en el intestino delgado, así como,
proporcionando inmunidad no específica, retardando o eliminando varios patógenos.
En el intestino delgado, el duodeno provee el balance cítrico del pH para activar las enzimas
digestivas.
El hígado secreta bilis en el duodeno para neutralizar las condiciones acídicas del estómago.
También el conducto pancreático, se vacía en el duodeno, agregando bicarbonato para neutralizar
el quimo ácido, creando un ambiente neutro. El tejido mucosal del intestino delgado, es alcalino,
creando un pH de aproximadamente 8,5, permitiendo de esta manera la absorción en un
ambiente alcalino suave.
La Rueda de los Alimentos.
Dado que no hay un único alimento completo, excepto la leche materna para el bebé, todos
necesitamos una alimentación lo suficientemente variada que nos garantice un aporte nutritivo adecuado.
En la alimentación cotidiana es importante consumir alimentos de todos los Grupos representados en la
rueda y, dentro de cada grupo, la mayor variedad posible puesto que cada alimento es único y rico en determinados
nutrientes que podrían no estar presentes en el resto de alimentos.
GRUPO CARACTERÍSTICAS
I-II ENÉRGETICOS
III-IV FORMADORES
V-VI REGULADORES
ENERGÉTICOS.
Permiten el funcionamiento normal de nuestro organismo al aportar el ‘combustible’ necesario
para todas nuestras actividades cotidianas: trabajar, estudiar, descansar, etc. Son los
carbohidratos y las grasas.
FORMADORES.
Permiten el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento de las estructuras de nuestro
cuerpo: músculos, vísceras, huesos…
Se trata de alimentos ricos en proteínas.
REGULADORES
Hacen que nuestro cuerpo pueda utilizar convenientemente
el resto de alimentos: los formadores y los energéticos. Sin los reguladores, nuestro metabolismo
no funcionaría de forma adecuada.
Son las frutas y las hortalizas.