Unidad 2 Clase 1
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Hacer del agua un recurso que el humano pueda consumir de manera sostenible y segura. Una
transformación esencial para el desarrollo sostenible que garantizamos a través del diseño de
infraestructuras de tratamiento de agua potable y de la exploración de nuevas soluciones a los
retos relacionados con este bien vital.
2.-
El agua potable es un bien vital escaso. Se estima que tan solo el 0,4 % del agua del planeta es
apta para el consumo humano. Por eso, es fundamental invertir en la potabilización del agua, para
asegurar que todo el mundo tenga acceso a este recurso vital.
La potabilización del agua es el proceso por el cual se trata el agua para que pueda ser consumida
por el ser humano sin que presente un riesgo para su salud. Se refiere tanto para beber como para
preparar alimentos.
La potabilización consiste principalmente en eliminar sustancias que resultan tóxicas para las
personas, como el cromo, el plomo o el zinc, así como algas, arenas o las bacterias y virus que
pueden estar presentes en el agua. En definitiva, eliminar cualquier potencial riesgo para la
salud de las personas.
3.-
Basta un dato para entender la importancia de una tecnología que permite, con toda tranquilidad,
beber el agua que antes no era apta para el consumo humano: como dije anteriormente, solo el
0,4% del agua de la Tierra es potable sin ningún tratamiento, de forma natural. La potabilización se
confirma como un recurso clave en el futuro del planeta, sobre todo si sigue aumentando la
población, la demanda de agua y fenómenos climáticos como las sequías y la desertificación.
5.-
La potabilización varía dependiendo de dónde viene el agua, de la fuente que la irriga. Existen dos
tipos fundamentales de fuentes: superficial (agua de un río o un lago, por ejemplo) y aguas con
presencia de sales o metales pesados. En el primer caso, el proceso es más simple, y suele consistir
en separar ciertos componentes del agua natural, seguido de la precipitación de impurezas,
filtración y desinfección con cloro u ozono.
El segundo caso es más complejo y suele darse en regiones con escasez de recursos hídricos. Un
caso particular es la desalinización del agua de mar, que habitualmente emplea técnicas de
ósmosis inversa o destilación. En ambos casos, gran parte del proceso tiene lugar en las Estaciones
de Tratamiento de Agua Potable (ETAP), comúnmente conocidas como potabilizadoras.
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El tratamiento de la potabilización en estas instalaciones sigue seis fases básicas:
Pretratamiento. Elimina los sólidos de gran tamaño, aplica una pre-desinfección y separa
la arena del agua para no dañar las bombas de la ETAP.
Filtración. Capta y separa las partículas menos densas al pasar el agua por un medio o
filtro poroso de diferentes tipos: de arena o carbón activado, abierto y por gravedad o
cerrado y a presión.