Libro El Príncipe de Nicolás Maquiavelo
Libro El Príncipe de Nicolás Maquiavelo
Libro El Príncipe de Nicolás Maquiavelo
La obra está dirigida a Lorenzo de Médici, conocido como ‘el Magnífico’, a quien
Maquiavelo explica cómo actuar y qué hacer para unificar a Italia y sacarla de la
crisis en que se encuentra.
Análisis de El príncipe
Así, pues, la importancia de este tratado radica en que deja al descubierto las
verdades prácticas del poder y muestra la forma en que frecuentemente el
ejercicio del poder contradice u obvia los preceptos morales. De allí que, en lugar
de dedicarse a hacer juicios sobre la moral o la religión, se enfoque más en
cuestiones de estrategia política.
Resumen de El príncipe
Los primeros capítulos de la obra están dedicados a explicar las distintas clases
de principados que hay y las maneras en que estos pueden adquirirse. Comenta
que los Estados pueden ser repúblicas o principados, y que pueden ser
hereditarios, cuando se trasmiten a través del linaje, o nuevos, cuando se obtienen
por herencia o conquista, mediante las armas propias o las ajenas, por fortuna o
por virtud.
Expone que los principados hereditarios, así como los nuevos, precisan políticas
de continuidad en lugar de cambios radicales que puedan trastornar la vida y
costumbres de la población.
En cambio, aquellos que denomina mixtos (que son nuevos, pero que se anexan a
un principado antiguo), implican tratos diferentes, acordes con las circunstancias
políticas que intervinieron en su adquisición.
Advierte que, sin embargo, este tipo de Estados o ciudades tienen un gran orgullo
por su libertad, razón por la cual siempre estarán dispuestos a levantarse para
reconquistarla. Así, pues, la única opción segura que tiene el príncipe para
mantener el poder es arrasarlo y dispersar a la población.
Según Maquiavelo existen dos formas de adquirir los principados: con las armas
propias y con virtud, o con las armas y la fortuna de otros.
En el primer caso, señala que, si bien estos principados son más difíciles de
adquirir, son, a la larga, más fáciles de mantener, siempre y cuando se disponga
de las suficientes fuerzas.
En el segundo, explica que los principados adquiridos con las armas y la fortuna
de otros aunque resultan muy fáciles de obtener, son, al contrario, difíciles de
mantener, pues se depende de un conjunto de factores que lo condicionan.
Maquiavelo explica la forma en que han de ser medidas las fuerzas en los
diferentes principados. En este sentido, lo principal, comenta, es si el príncipe es
capaz de valerse por sí mismo o no.
Sobre el ejército
Con relación al ejército y los soldados que el príncipe debe tener a su disposición,
Maquiavelo afirma que estos pueden ser de tres tipos: propio, auxiliar y mixto.
Advierte sobre los soldados mercenarios, que luchan por dinero y no por lealtad.
Desaconseja los soldados auxiliares, que pertenecen a otro príncipe, al cual deben
su fidelidad. E indica que lo idóneo será tener un ejército propio, que solo al
príncipe deba lealtad.
Refiere las cosas que hacen que sea alabado o censurado y aconseja, en este
sentido, guiarse siempre por la realidad en lugar de perseguir utopías irreales. Ya
que para mantener el poder lo importante no es seguir la moral sino hacer lo que
sea necesario para la conservación del Estado.
La generosidad y la avaricia
La crueldad y la compasión
Advierte que los únicos defectos que deben evitarse son el ser menospreciado y
odiado, pues son estos los defectos que pueden llevar a que el pueblo, los nobles
o los soldados puedan ir contra su propio príncipe.
Maquiavelo explica que el príncipe debe conducirse de cierta manera para ser
estimado y admirado por su pueblo, los nobles y el ejército. Para ello, aconseja el
acometimiento de grandes empresas, el manejo adecuado de la política interna y
realizar premiaciones o castigos que sirvan de ejemplo para sus súbditos.
Advierte Maquiavelo sobre los criterios que debe seguir el príncipe a la hora de
elegir a sus secretarios o ministros, que serán el cuerpo de ayudantes y
consejeros más cercanos y que, por lo mismo, han de ser los más fieles, los que
pongan por encima de su interés personal al príncipe y el Estado. En esa misma
línea, recomienda, más adelante, huir de los aduladores, porque no dicen la
verdad.
Por todo lo anterior, cierra la obra exhortando al príncipe, en este caso, Lorenzo
de Médici, a quien va dirigida la obra, a liderar Italia y liberarla de los bárbaros, es
decir, de los extranjeros.
Así, el postulado “el fin justifica a los medios” no aparece textualmente en las
palabras de Maquiavelo, pero se atribuye como conclusión a la idea dada por el
escritor en sus narraciones.
Existen historiadores que atribuyen la frase al teólogo alemán Hermmann
Busenbaum, extraída del libro “Medulla theologiae moralis”, bajo la frase “Cum
finis est licitus, etiam media sunt licita”, que es “Cuando el fin es lícito, también lo
son los medios”.
El fin justifica los medios es una frase que señala al individuo dispuesto a realizar
cualquier cosa que desea para conseguir o cumplir un objetivo. Dicha frase en un
principio se aplicaba únicamente en el ámbito de la política, o los negocios, pero
actualmente aborda a otros contextos de la vida del individuo.
Esta frase se emplea para evadir cualquier acto o vía que son contrarias a la ética
y buenas costumbres pero que acarrean un fin presumiblemente bueno. Con esta
frase el individuo coloca en un segundo plano la moral y la ética, y justifica todos
sus medios engañosos siempre que le permita alcanzar un fin determinado.
En conclusión, según esta frase y su supuesto autor los actos de los hombres
deben de ser juzgado por los resultados, por lo que si al final el individuo logra sus
objetivos, los medios deben de ser aceptados.
Sin embargo, según el famoso escritor inglés Aldous Huxley los fines no pueden
justificar los medios, porque los medios usados determinan la naturaleza del fin
que es alcanzado.
Para una mejor comprensión, citaré un ejemplo de una persona que considera que
el fin justifica los medios. En una empresa, dos grandes directivos deben de
presentar cada uno un interesante proyecto para aumentar las ventas y
reconocimientos de los productos, y ser premiados con el aumento de sueldo y
puesto de trabajo.
Ambos querían impresionar al jefe, pero especialmente aquel que tiene una familia
para sustentar y el deseo de brindarle una mejor vida a sus hijos. En el día de la
presentación de proyecto, el candidato A llega más temprano a la oficina con el
objetivo de destruir el proyecto del candidato B, imposibilitándolo a asistir al evento
de hoy.
En virtud de lo anterior, se puede concluir que el fin justifica los medios, ya que el
candidato A buscaba dar una mejor vida a su familia, por lo que era necesario
impresionar con su proyecto para lograr aumento de sueldo, sin importar los daños
ocasionados a su colega.