Concepto de Derecho Del Trabajo - Hector Jaime
Concepto de Derecho Del Trabajo - Hector Jaime
Concepto de Derecho Del Trabajo - Hector Jaime
I.- Denominaciones.
Como es usual, cuando surge una nueva rama del Derecho, se emprende la
búsqueda de la denominación adecuada. En sus comienzos, al Derecho del Trabajo
se lo denominó Derecho Obrero por cuanto las primeras normas regularon el trabajo
manual desarrollado en las industrias. Por razones similares se lo llamó también
Derecho Industrial. Sin embargo, las denominaciones más difundidas son las de
Derecho Social y Derecho del Trabajo. Esta última denominación es la más
extendida y apropiada ya que la de Derecho Social abarcaría materias más amplias
ajenas al trabajo, como serían las relacionadas con la materia agraria o la de familia
y menores.
II.- Concepto.
Desde su aparición tanto las denominaciones como los conceptos que de
esta rama del Derecho se han dado, han ido cambiando a medida que se ha
decantado de manera más nítida su campo de aplicación. Supiot afirma al respecto:
La noción de Derecho del Trabajo es reciente y evolutiva1. Las numerosas
definiciones han sido objeto de clasificación ya que mientras algunas destacan su
objeto, otras lo hacen con los sujetos, en tanto las más ponen el acento en las
finalidades perseguidas por esta rama.
Caldera define el Derecho del Trabajo como: conjunto de normas jurídicas
que se aplican al hecho social TRABAJO, tanto por lo que toca a las relaciones entre
quienes intervienen en él y con la colectividad en general, como al mejoramiento de
los trabajadores en su condición de tales2.
El autor prefiere definirlo de la siguiente manera: Conjunto de normas
jurídicas que regulan las relaciones surgidas en torno a la ejecución de un trabajo
productivo, bajo una dimensión social, con el objeto de garantizar a quienes lo
realizan el respeto a su dignidad de persona.
En ella destacan dos elementos: en primer lugar, el objeto de esta rama del
Derecho, como es la regulación de las relaciones que se generan con ocasión de la
1 Alain Supiot: Derecho del Trabajo. Editorial Heliasta, Buenos Aires, 2008, p. 9.
2 Rafael Caldera: Derecho del…, (1972) op.cit., p. 77.
3
ejecución de un trabajo que no sólo es productivo, sino que posee una dimensión
social, la cual permite incluir dentro de él no sólo el objeto tradicional del trabajo, el
trabajo subordinado sino cualquier otra forma de trabajo que requiera de protección.
Así como las relaciones que surgen en torno al trabajo que son muy diversas.
El segundo elemento es el teleológico: el Derecho del Trabajo tiene como
función el asegurar la protección de uno de los sujetos de estas relaciones: el
trabajador, protección que se fundamenta en su dignidad de persona para asegurar
que tal condición se vea respetada cuando, con ocasión de la prestación de servicio
personal, el trabajador deba someterse al poder del empleador.
III. Caracteres.
Si bien las características de esta rama del Derecho pueden variar por causa
de múltiples factores (geográficos, económicos, políticos, sociales, etc.) se le
reconocen los siguientes caracteres:
a) Es un Derecho protector de la clase trabajadora.
Es bien sabido que el Derecho del Trabajo surge como una medida de
protección a los trabajadores, esa es su vocación originaria. El sistema de trabajo
industrial que reemplaza el artesanal corresponde a un sistema político: el Estado
liberal, fundado sobre la libertad de contratación que proclama como dogma la teoría
de la autonomía de la voluntad y la primacía del contrato como el medio más idóneo
y natural para la autocomposición de los intereses particulares. Las relaciones de
trabajo no escapan a esta regla y son en un principio, sometidas a un esquema de
regulación negocial.
Las exageraciones a las que llevó la aplicación de la doctrina de la autonomía
de la voluntad trajeron como consecuencia un estado de miseria y de explotación
de toda una clase: la clase trabajadora sometida a jornadas excesivas, inhumanas
condiciones de trabajo y remunerada con ínfimos salarios.
Las primeras normas, encaminadas a la protección de aquellos trabajadores
cuya condición de debilidad era innegable (menores), constituyeron una excepción
a la libertad de contratación y, sobre todo, a la de determinación del contenido del
contrato.
4
Es sobre todo en las postrimerías del Siglo XIX y comienzos del XX, cuando
el intervencionismo del Estado para regular la materia del trabajo se hace cada vez
más frecuente, lo que provoca el nacimiento de una nueva disciplina jurídica
encaminada a la protección de una de las partes de la relación laboral: el trabajador,
con el fin de conseguir el equilibrio real que la igualdad contractual teórica negaba.
La protección se fundamenta en la necesidad de proteger la dignidad del
hombre trabajador como persona en una relación desigual en la que una de las
partes, el empleador, posee un poder sobre la otra parte, el trabajador, poder cuyo
ejercicio puede, en algunas ocasiones, poner en peligro ese valor trascendental que
es su dignidad, lo que justifica la intervención del Estado para evitar que la persona
íntegra del trabajador resulte lesionada.
b) Es un Derecho Dinámico y Progresista.
Como producto social, todo el derecho se encuentra sometido a los cambios
que experimenta la comunidad humana sobre la cual está destinado a actuar, pero
el Derecho del Trabajo, en particular, se ve afectado de manera constante por los
cambios de todo tipo que experimenta la sociedad.
En primer lugar, los sistemas de relaciones de trabajo se vean afectados por
los cambios en el entorno económico; ejemplo de ello es la manera cómo afectan
la internacionalización de la economía, el desarrollo de las multinacionales y la
competitividad en el mercado de trabajo, la efectividad de las regulaciones
nacionales del trabajo.
El modelo de regulación del trabajo diseñado para una época dominada por
la industrialización no se adecúa a las exigencias de un sistema productivo actual
dominado por la organización reticular adoptada por las empresas y el desarrollo
de nuevas tecnologías.
Los cambios políticos influyen igualmente en los cambios que se suceden
en la regulación del trabajo.
Este carácter dinámico llevó a Camerlynck y a Lyon Caen a calificarlo de
Derecho histórico y en situación con ello se pretende destacar el carácter
contingente del Derecho del Trabajo, en el sentido de que cada regla nace dentro
5
3 G. H. Camerlinck y Gerard Lyon Caen: Droit du Travail. Precis Dalloz. Paris, 1972, p. 17.
4 Gerard Lyon Caen, Jean Pélissier y Alain Supiot : Droit du…, op. cit., p. 25.
6
considerar que el Derecho del Trabajo no puede ser reducido a ninguna de esas
dos grandes divisiones del Derecho. De allí que se haya pretendido que forma parte
de una tercera rama del Derecho: el Derecho Social.
De la Cueva se pronuncia por la pertenencia del Derecho del Trabajo a un
Derecho Social nuevo: A diferencia del Derecho Privado, que es un derecho de las
cosas, de las obligaciones, de los contratos…, el Derecho del Trabajo se enfrenta a
un problema de la vida humana y postula nuevos valores y conceptos7
Puede decirse que esta concepción de Derecho Social es recogida hoy por
las Constituciones modernas, cuando se reconoce en ellas un tipo de derechos
fundamentales conocidos como derechos sociales (derechos fundamentales de
segunda generación). La existencia de una Sala de Casación Social en el Tribunal
Supremo de Justicia con competencia en materia de trabajo, familia y agraria, es
una muestra de la aceptación de este tertium genus en el que se distribuye las
normas jurídicas.
VII. Relaciones con otras ramas del Derecho.
Siendo el Derecho en general un sistema integrado de normas, resulta, a
todas luces, normal que el Derecho del Trabajo se relacione y en ocasiones se
apoye en otras ramas del Derecho. La autonomía del Derecho del Trabajo resulta
así conciliable con la unidad del Ordenamiento jurídico8 .
. Dejando de lado las razones históricas que lo vinculan al Derecho Civil, y
habiendo alcanzado su jerarquía de rama autónoma, el Derecho del Trabajo se
apoya, en determinadas materias en el Derecho Civil que viene a constituir un
Derecho común. Las relaciones de supletoriedad del Derecho Civil, respecto del
Derecho del Trabajo, admitidas por la mayor parte de la doctrina y negadas por
otros, serán desarrolladas al analizar el sistema de fuentes del Derecho del Trabajo.
Las relaciones con el Derecho Constitucional son especialmente relevantes
no sólo por ser la Constitución la base fundamental de todo el ordenamiento jurídico,
sino, sobre todo, por la importancia que le otorga a las normas y garantías
fundamentales, así como a los principios del Derecho del Trabajo.
Las relaciones del Derecho del Trabajo y el Derecho Procesal son tan
estrechas como las que existen entre cualquier rama del Derecho sustantivo y las
normas adjetivas que con ella se corresponden. Ahora bien, la efectiva aplicación
del Derecho del Trabajo requiere de la presencia de un proceso especial, como lo
justificaba Couture:
El derecho procesal de tipo individualista es insuficiente e
injusto para los conflictos derivados de la relación de trabajo.
Un nuevo derecho procesal, extraño a todos los principios
tradicionales, sin exceptuar uno solo de ellos, ha debido surgir,
para restablecer, mediante una nueva desigualdad, la
igualdad perdida por la distinta condición que tienen en el
orden económico de la vida los que ponen su trabajo como
sustancia del contrato y los que se sirven de él para la
satisfacción de sus intereses.9
Es así como en nuestro país se ha adoptado una Ley Orgánica Procesal Del
Trabajo que regula los procedimientos laborales bajo principios diferentes a los del
proceso civil.
El Derecho Procesal Civil viene a cumplir un papel supletorio que la propia
Ley Orgánica Procesal del Trabajo le asigna.
La importancia de las fuentes externas en el Derecho del Trabajo explica la
relación de ésta con el Derecho Internacional Público en lo que corresponde al
Derecho de los Tratados y los Convenios Internacionales aprobados en el seno de
la Organización Internacional del Trabajo. La creciente relevancia de las relaciones
de trabajo que se desarrollan en el marco de una economía altamente globalizada,
especialmente las que se generan entre las empresas trasnacionales y los
trabajadores que destinan a prestar sus servicios en países diferentes a los de su
domicilio habitual o al del lugar de celebración del contrato, son la razón por la cual
haya que recurrir al Derecho internacional Privado para encontrar respuestas a las
cuestiones que tales relaciones plantean.
9 Eduardo Couture: Estudios de Derecho Procesal Civil, Depalma, Buenos Aires, 1979, tomo I, p.288.