Concepto de Derecho Del Trabajo - Hector Jaime

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CONCEPTO DE DERECHO DEL TRABAJO


Profesor Héctor Jaime

El Derecho del Trabajo surge de la necesidad de regular las relaciones que


se desarrollaron con motivo de las nuevas formas de producción puestas en marcha
por un sistema que poco o poco fue reemplazando la fuerza humana por la máquina,
proceso que se conoce como revolución industrial.
Inicialmente para hacer frente a situaciones poco conocidas, el derecho
aporta soluciones basadas en figuras e instituciones jurídicas que tradicionalmente
se utilizaban como marco a la autocomposición de intereses entre particulares y
fundadas en la autonomía de la voluntad de los contratantes.
Poco a poco fueron quedando al descubierto las falencias de tal sistema que,
en aras de realzar la libertad, colocó paradójicamente a toda la clase trabajadora,
en un estado de dominación y explotación por parte de los detentadores de los
medios productivos.
La toma de conciencia de la clase trabajadora de su condición y derechos,
aunado a otros factores de orden social, político, fueron poco a poco haciendo
evidente la necesidad de un nuevo sistema de relaciones de trabajo que reconociera
la necesidad de intervención del Estado para garantizar un nivel mínimo de
protección. Es así como se va formando una nueva rama del Derecho: el Derecho
del Trabajo.
Esta parte del ordenamiento jurídico reguladora del trabajo productivo, ha ido
alcanzando un alto grado de complejidad e importancia. Importancia no sólo por la
gran cantidad de personas que se encuentran por él concernidas, sino también, y
de manera especial, por la trascendencia que las relaciones derivadas del trabajo
tienen, tanto en el plano individual, para el sujeto que ejecuta el trabajo, dada su
condición de persona, como, sobre todo, en el plano de las relaciones colectivas
que se generan en el seno de la sociedad por los intereses colectivos que entran
en juego.
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I.- Denominaciones.
Como es usual, cuando surge una nueva rama del Derecho, se emprende la
búsqueda de la denominación adecuada. En sus comienzos, al Derecho del Trabajo
se lo denominó Derecho Obrero por cuanto las primeras normas regularon el trabajo
manual desarrollado en las industrias. Por razones similares se lo llamó también
Derecho Industrial. Sin embargo, las denominaciones más difundidas son las de
Derecho Social y Derecho del Trabajo. Esta última denominación es la más
extendida y apropiada ya que la de Derecho Social abarcaría materias más amplias
ajenas al trabajo, como serían las relacionadas con la materia agraria o la de familia
y menores.

II.- Concepto.
Desde su aparición tanto las denominaciones como los conceptos que de
esta rama del Derecho se han dado, han ido cambiando a medida que se ha
decantado de manera más nítida su campo de aplicación. Supiot afirma al respecto:
La noción de Derecho del Trabajo es reciente y evolutiva1. Las numerosas
definiciones han sido objeto de clasificación ya que mientras algunas destacan su
objeto, otras lo hacen con los sujetos, en tanto las más ponen el acento en las
finalidades perseguidas por esta rama.
Caldera define el Derecho del Trabajo como: conjunto de normas jurídicas
que se aplican al hecho social TRABAJO, tanto por lo que toca a las relaciones entre
quienes intervienen en él y con la colectividad en general, como al mejoramiento de
los trabajadores en su condición de tales2.
El autor prefiere definirlo de la siguiente manera: Conjunto de normas
jurídicas que regulan las relaciones surgidas en torno a la ejecución de un trabajo
productivo, bajo una dimensión social, con el objeto de garantizar a quienes lo
realizan el respeto a su dignidad de persona.
En ella destacan dos elementos: en primer lugar, el objeto de esta rama del
Derecho, como es la regulación de las relaciones que se generan con ocasión de la

1 Alain Supiot: Derecho del Trabajo. Editorial Heliasta, Buenos Aires, 2008, p. 9.
2 Rafael Caldera: Derecho del…, (1972) op.cit., p. 77.
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ejecución de un trabajo que no sólo es productivo, sino que posee una dimensión
social, la cual permite incluir dentro de él no sólo el objeto tradicional del trabajo, el
trabajo subordinado sino cualquier otra forma de trabajo que requiera de protección.
Así como las relaciones que surgen en torno al trabajo que son muy diversas.
El segundo elemento es el teleológico: el Derecho del Trabajo tiene como
función el asegurar la protección de uno de los sujetos de estas relaciones: el
trabajador, protección que se fundamenta en su dignidad de persona para asegurar
que tal condición se vea respetada cuando, con ocasión de la prestación de servicio
personal, el trabajador deba someterse al poder del empleador.

III. Caracteres.
Si bien las características de esta rama del Derecho pueden variar por causa
de múltiples factores (geográficos, económicos, políticos, sociales, etc.) se le
reconocen los siguientes caracteres:
a) Es un Derecho protector de la clase trabajadora.
Es bien sabido que el Derecho del Trabajo surge como una medida de
protección a los trabajadores, esa es su vocación originaria. El sistema de trabajo
industrial que reemplaza el artesanal corresponde a un sistema político: el Estado
liberal, fundado sobre la libertad de contratación que proclama como dogma la teoría
de la autonomía de la voluntad y la primacía del contrato como el medio más idóneo
y natural para la autocomposición de los intereses particulares. Las relaciones de
trabajo no escapan a esta regla y son en un principio, sometidas a un esquema de
regulación negocial.
Las exageraciones a las que llevó la aplicación de la doctrina de la autonomía
de la voluntad trajeron como consecuencia un estado de miseria y de explotación
de toda una clase: la clase trabajadora sometida a jornadas excesivas, inhumanas
condiciones de trabajo y remunerada con ínfimos salarios.
Las primeras normas, encaminadas a la protección de aquellos trabajadores
cuya condición de debilidad era innegable (menores), constituyeron una excepción
a la libertad de contratación y, sobre todo, a la de determinación del contenido del
contrato.
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Es sobre todo en las postrimerías del Siglo XIX y comienzos del XX, cuando
el intervencionismo del Estado para regular la materia del trabajo se hace cada vez
más frecuente, lo que provoca el nacimiento de una nueva disciplina jurídica
encaminada a la protección de una de las partes de la relación laboral: el trabajador,
con el fin de conseguir el equilibrio real que la igualdad contractual teórica negaba.
La protección se fundamenta en la necesidad de proteger la dignidad del
hombre trabajador como persona en una relación desigual en la que una de las
partes, el empleador, posee un poder sobre la otra parte, el trabajador, poder cuyo
ejercicio puede, en algunas ocasiones, poner en peligro ese valor trascendental que
es su dignidad, lo que justifica la intervención del Estado para evitar que la persona
íntegra del trabajador resulte lesionada.
b) Es un Derecho Dinámico y Progresista.
Como producto social, todo el derecho se encuentra sometido a los cambios
que experimenta la comunidad humana sobre la cual está destinado a actuar, pero
el Derecho del Trabajo, en particular, se ve afectado de manera constante por los
cambios de todo tipo que experimenta la sociedad.
En primer lugar, los sistemas de relaciones de trabajo se vean afectados por
los cambios en el entorno económico; ejemplo de ello es la manera cómo afectan
la internacionalización de la economía, el desarrollo de las multinacionales y la
competitividad en el mercado de trabajo, la efectividad de las regulaciones
nacionales del trabajo.
El modelo de regulación del trabajo diseñado para una época dominada por
la industrialización no se adecúa a las exigencias de un sistema productivo actual
dominado por la organización reticular adoptada por las empresas y el desarrollo
de nuevas tecnologías.
Los cambios políticos influyen igualmente en los cambios que se suceden
en la regulación del trabajo.
Este carácter dinámico llevó a Camerlynck y a Lyon Caen a calificarlo de
Derecho histórico y en situación con ello se pretende destacar el carácter
contingente del Derecho del Trabajo, en el sentido de que cada regla nace dentro
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de un cierto contexto histórico lo que explica que no sobreviva siempre a este


contexto3.
Dentro de este carácter dinámico, se le atribuye igualmente el ser
progresista, incluso la progresividad ha sido consagrada como un principio en el
artículo 89 de la Constitución. Si bien ello es cierto, en el sentido de que a medida
que avanza el Derecho del Trabajo, se va logrando mejorar las condiciones de
trabajo y de vida de los trabajadores, no obstante, ese carácter progresista, choca,
en cierto modo, con el carácter histórico y es así como Lyon Caen, Pellisier y Supiot
afirman: El carácter progresista del Derecho del Trabajo debe ser relativizado: es
más exacto decir que está marcado por el flujo y el reflujo. La puesta en duda de
los derechos adquiridos se ha convertido en un fenómeno constante 4.
c) Es un Derecho Imperativo.
Las normas del Derecho del Trabajo son, generalmente, normas en cuyo
cumplimiento está interesado el orden público. Establecen garantías mínimas en
favor de los trabajadores que no pueden ser disminuidas por convenios particulares
ni tampoco las convenciones colectivas pueden hacerlo.

IV. Ámbito o Campo de Aplicación.


En principio el Derecho del Trabajo, está llamada a regular el trabajo en
todas sus formas, como hecho social, es decir, como hecho generador de
relaciones en torno al trabajo. No obstante, no toda la actividad creadora que realiza
el hombre, cuando trabaja, genera relaciones con otros en el desarrollo de tal
actividad en sí. Cuando una persona trabaja por su cuenta, de manera
independiente, no necesariamente se crean relaciones permanentes con otro,
razón por la cual el Derecho del Trabajo ha centrado su campo de acción en la
regulación de aquellas situaciones en las cuales una persona trabaja para otro y
bajo la dependencia de otro, es decir, del trabajo subordinado. Aun cuando, como
se dijo, su vocación es a regular el trabajo en sí.
Para Supiot el campo del Derecho del Trabajo es: esencialmente, el derecho
del trabajo remunerado, de allí que en principio excluya el trabajo independiente, el

3 G. H. Camerlinck y Gerard Lyon Caen: Droit du Travail. Precis Dalloz. Paris, 1972, p. 17.
4 Gerard Lyon Caen, Jean Pélissier y Alain Supiot : Droit du…, op. cit., p. 25.
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de la administración pública y el trabajo a título gratuito, pero advierte: …su


influencia desborda las fronteras del salariado, con motivo de la atracción que
ejerce sobre las otras formas de trabajo o los vínculos que mantiene con ellas5
El incremento del trabajo por cuenta propia, algunas veces de manera
intencional con el fin de abaratar los costos de producción, y del trabajo informal,
han disparado las alarmas acerca la desprotección en la que se encuentran un gran
número de trabajadores. De allí los esfuerzos para procurar extender la tutela hacia
estos trabajadores a través de diferentes mecanismos, sobre todo, mediante la
incorporación a la Seguridad Social o el reconocimiento de ciertos derechos
colectivos, como lo hacía la LOT de 1990 en el artículo 39 y lo hace el DLOTTT
actual en el artículo 40 pese a que reduce la extensión de los derechos colectivos
pues no hace referencia alguna a la capacidad de celebrar acuerdos similares a los
convenios colectivos.
Otra limitación en cuanto al tipo de trabajo objeto de regulación por esta
rama, atañe al trabajo libre. La libertad de trabajo y la abolición del trabajo forzoso
excluyen a este último del objeto del Derecho del Trabajo. Otra exclusión se refiere
al llamado trabajo benévolo, es decir aquel que se ejecuta por razones de orden
ético o de interés social sin ánimo de percibir una remuneración a cambio.

V. Autonomía del Derecho del Trabajo.


Como todas las ramas del Derecho que van surgiendo a medida que las
exigencias de la vida en sociedad requieren que determinados hechos sean
valorados jurídicamente, las primeras regulaciones constituyen adaptaciones de
figuras jurídicas existentes, pero luego, con el correr de los tiempos, fue creando
sus propias reglas, sus propios principios, sus propios criterios interpretativos,
fomentando la aparición de nuevas fuentes, lo que la lleva a constituirse en una
rama autónoma.
El Derecho del Trabajo es autónomo por poseer un objeto propio, peculiar,
amplio y definido como para ameritar un análisis profundo. Ese objeto propio: el
trabajo, personal, voluntario, subordinado y productivo, desempeña un papel

5 Alain Supiot: Derecho del…, op. cit., p. 10.


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relevante en la sociedad y constituye una importante parte en la vida de cada


persona.
Posee, además, un sistema de fuentes propio; no sólo por la presencia de
una fuente exclusiva de carácter negocial: la convención colectiva; sino por la
especial relevancia que adquieren otras fuentes como son las declaraciones
constitucionales y las internacionales.
Igualmente, el Derecho del Trabajo está regido por principios propios,
diferentes a los principios generales del Derecho, entre los cuales destacan el
principio protector, con sus diversas manifestaciones, el principio de la primacía de
la realidad, entre otros.
Alfonzo-Guzmán aporta otro elemento que justifica la autonomía del
Derecho del Trabajo: la existencia de órganos especiales encargados de su
aplicación, tanto en lo administrativo como en lo judicial6.

VI.- Entre lo Público y lo Privado.


Resulta obligado ubicar las ramas del Derecho dentro de las dos grandes
divisiones en las que tradicionalmente se han repartido el Derecho: Derecho Público
o Derecho Privado.
Habida cuenta del carácter imperativo de sus normas y la fuerte intervención
del Estado para regular la materia se ha pretendido ubicarlo dentro del campo del
Derecho Público.
Las primeras regulaciones de las relaciones jurídicas entre quien presta un
servicio a otro a cambio una remuneración fue tomada del Derecho Civil, de allí que,
cuando tímidamente se producen las primeras intervenciones legislativas en favor
de los trabajadores, éstas no son suficientes para que se olvidase que se
continuaban regulando relaciones inter privatos que auto componen sus intereses
contrapuestos, por lo que se consideraba el naciente Derecho como parte del
Derecho Privado.
El hecho de que esta rama del Derecho participe de ciertas características
del Derecho Público y del Derecho Privado, ha llevado a un sector de la doctrina a

6 Rafael Alfonzo-Guzmán: Nueva Didáctica…, op. cit., p. 16.


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considerar que el Derecho del Trabajo no puede ser reducido a ninguna de esas
dos grandes divisiones del Derecho. De allí que se haya pretendido que forma parte
de una tercera rama del Derecho: el Derecho Social.
De la Cueva se pronuncia por la pertenencia del Derecho del Trabajo a un
Derecho Social nuevo: A diferencia del Derecho Privado, que es un derecho de las
cosas, de las obligaciones, de los contratos…, el Derecho del Trabajo se enfrenta a
un problema de la vida humana y postula nuevos valores y conceptos7
Puede decirse que esta concepción de Derecho Social es recogida hoy por
las Constituciones modernas, cuando se reconoce en ellas un tipo de derechos
fundamentales conocidos como derechos sociales (derechos fundamentales de
segunda generación). La existencia de una Sala de Casación Social en el Tribunal
Supremo de Justicia con competencia en materia de trabajo, familia y agraria, es
una muestra de la aceptación de este tertium genus en el que se distribuye las
normas jurídicas.
VII. Relaciones con otras ramas del Derecho.
Siendo el Derecho en general un sistema integrado de normas, resulta, a
todas luces, normal que el Derecho del Trabajo se relacione y en ocasiones se
apoye en otras ramas del Derecho. La autonomía del Derecho del Trabajo resulta
así conciliable con la unidad del Ordenamiento jurídico8 .
. Dejando de lado las razones históricas que lo vinculan al Derecho Civil, y
habiendo alcanzado su jerarquía de rama autónoma, el Derecho del Trabajo se
apoya, en determinadas materias en el Derecho Civil que viene a constituir un
Derecho común. Las relaciones de supletoriedad del Derecho Civil, respecto del
Derecho del Trabajo, admitidas por la mayor parte de la doctrina y negadas por
otros, serán desarrolladas al analizar el sistema de fuentes del Derecho del Trabajo.
Las relaciones con el Derecho Constitucional son especialmente relevantes
no sólo por ser la Constitución la base fundamental de todo el ordenamiento jurídico,
sino, sobre todo, por la importancia que le otorga a las normas y garantías
fundamentales, así como a los principios del Derecho del Trabajo.

7 Mario de la Cueva: Derecho del…, op. cit., Tomo I, p.230.


8 Alfredo Montoya Melgar: Derecho del…, op. cit., p. 42.
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Si bien el Derecho Mercantil tiene un campo de aplicación específico, son


varios los aspectos en los cuales ambas ramas del Derecho mantienen una
complementaria relación. En primer lugar, surgen las situaciones fronterizas en las
cuales se ejercen actividades comerciales de manera independiente y por cuenta
propia, en estrecha colaboración con una empresa y de forma continua,
normalmente reguladas, en principio, por el Derecho Mercantil, pero que en
ocasiones se las altera y utiliza para simular la existencia de una relación laboral.
La noción de empresa empleada por el Derecho del Trabajo difiere en
principio de la manera como es tratada por el Derecho Mercantil, no obstante
nociones afines como la de sociedad, requieren del concurso de este último para
facilitar su comprensión por parte del Derecho del Trabajo. Un tema que requiere
de la colaboración de ambas ramas del derecho es el referente a la protección de
los créditos de los trabajadores en materia de procedimientos concursales.
Es igualmente evidente la relación con el Derecho Administrativo. La
actividad de los organismos administrativos encargados de velar por la aplicación
de las normas de trabajo, como son el Ministerio del Trabajo a través de las
Inspectorías y el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laboral
generan una numerosa cantidad de actos administrativos para cuya elaboración,
así como para la tramitación de los recursos que contra ellos se puede intentar,
deben observarse procedimientos que, o bien se encuentran desarrollados en las
propias leyes laborales, o bien se les aplican las normas de la Ley de
Procedimientos Administrativos. Podría afirmarse que existe una tendencia hacia la
administrativización del Derecho del Trabajo.
El incumplimiento de las obligaciones y deberes a cargo de los distintos
sujetos del Derecho del Trabajo no sólo acarrea la responsabilidad laboral o civil,
sino que igualmente puede dar lugar a la imposición de sanciones penales. Existe
una clara tendencia manifestada tanto en la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente en el Trabajo, como en la reciente Ley Orgánica del
Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras a incrementar tanto el tipo de faltas o
delitos en materia laboral, como las penas para ellos previstos. En la aplicación de
las sanciones habrá que recurrir al Derecho Penal.
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Las relaciones del Derecho del Trabajo y el Derecho Procesal son tan
estrechas como las que existen entre cualquier rama del Derecho sustantivo y las
normas adjetivas que con ella se corresponden. Ahora bien, la efectiva aplicación
del Derecho del Trabajo requiere de la presencia de un proceso especial, como lo
justificaba Couture:
El derecho procesal de tipo individualista es insuficiente e
injusto para los conflictos derivados de la relación de trabajo.
Un nuevo derecho procesal, extraño a todos los principios
tradicionales, sin exceptuar uno solo de ellos, ha debido surgir,
para restablecer, mediante una nueva desigualdad, la
igualdad perdida por la distinta condición que tienen en el
orden económico de la vida los que ponen su trabajo como
sustancia del contrato y los que se sirven de él para la
satisfacción de sus intereses.9
Es así como en nuestro país se ha adoptado una Ley Orgánica Procesal Del
Trabajo que regula los procedimientos laborales bajo principios diferentes a los del
proceso civil.
El Derecho Procesal Civil viene a cumplir un papel supletorio que la propia
Ley Orgánica Procesal del Trabajo le asigna.
La importancia de las fuentes externas en el Derecho del Trabajo explica la
relación de ésta con el Derecho Internacional Público en lo que corresponde al
Derecho de los Tratados y los Convenios Internacionales aprobados en el seno de
la Organización Internacional del Trabajo. La creciente relevancia de las relaciones
de trabajo que se desarrollan en el marco de una economía altamente globalizada,
especialmente las que se generan entre las empresas trasnacionales y los
trabajadores que destinan a prestar sus servicios en países diferentes a los de su
domicilio habitual o al del lugar de celebración del contrato, son la razón por la cual
haya que recurrir al Derecho internacional Privado para encontrar respuestas a las
cuestiones que tales relaciones plantean.

9 Eduardo Couture: Estudios de Derecho Procesal Civil, Depalma, Buenos Aires, 1979, tomo I, p.288.

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