UNIDAD 6 Merged Merged
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Carmen Stabile
En Clark. C.; Stabile. C. Comp. (2022) Orientación Vocacional. Abordajes, Intervenciones y
Experiencias. Ed. Brujas. Córdoba.
Aplicación
Su modo de aplicación, puede ser individual o grupal, el tiempo de ejecución se
estima en treinta minutos, aunque no tiene un tiempo límite estipulado.
Como otras técnicas, no está contemplada en un momento fijo del proceso. Se sugiere su
inclusión en la primera etapa del mismo, ya que aporta datos significativos para el
autoconocimiento, esclarecimiento, elaboración e integración de las problemáticas de los y
las consultantes.
Para su ejecución, se da una consigna general: traten de responder a las frases
abiertamente, con sinceridad y espontaneidad, las respuestas no solo se deben limitar a
situaciones de elección de carrera u ocupación, sino que también podrán ampliarlas en
relación al contexto personal. En caso de ser administrada en grupos, se acentúa en la
consigna que las respuestas son personales e individuales.
Una vez-finalizado el completamiento de las frases, el profesional realizará una
evaluación general, para facilitar la integración del material y en un segundo momento se
socializarán las respuestas que las personas deseen compartir grupalmente, o de modo nivel
individual.
1. Siempre me gustó……………………………………………………………………
2. Pienso cuando sea mayor podré……………………………………………………..
3. No me veo a mi misma/o haciendo………………………………………………….
4. Mis padres quisieran que yo…………………………………………………………
5. Si estudiara…………………………………………………………………………..
6. Cuando era chico/a quería……………………………………………………………
7. Elegir siempre me causó……………………………………………………………..
8. Los jóvenes de mi edad prefieren…………………………………………………….
9. Lo más importante en la vida es………………………………………………………
10.Comencé a pensaren el futuro………………………………………………………...
11. En esta sociedad vale más la pena……………………………………………………
12. Los profesores/as piensan que yo…………………………………………………….
13. En el secundario siempre……………………………………………………………..
14. En cuanto a profesiones, la diferencia entre mujeres / varones es……………………
15. Mi capacidad………………………………………………………………………….
16. Las jóvenes de mi edad prefieren…………………………………………………….
17. Cuando dudo entre dos cosas…………………………………………………………
18. EI mayor cambio en mi vida fue……………………………………………………...
19. Cuando pienso en la Universidad…………………………………………………….
20. Siempre quise……………………………………………………………. pero nunca
lo podré hacer.
21. Si fuera ………………………………………………podría ………………………
22. Mi familia……………………………………………………………………………..
23. Mis compañeros/as creen que yo……………………………………………………..
24. Estoy seguro/a que……………………………………………………………………
25. Trabajar……………………………………………………………………………….
26. EI trabajo que más me gusta………………………………………………………….
27. Lo que me disgusta de un trabajo es………………………………………………….
28. Me imagino en un lugar trabajando con……………………………………………….
29. Necesito……………………………………………………………………………….
30. Yo soy …………………………………………………………………………………
1
Stábile, C. Registro de Derecho de autor: N 917047-Revisión 2021
Para un mejor aprovechamiento y comprensión de los datos que aporta el instrumento,
de acuerdo a la tabulación realizada, se considera conveniente agrupar los ítems con aspectos
comunes, en categorías.
Categorías
Cada ítem se discrimina por análisis de los contenidos de las respuestas, como se
detalla a continuación:
El trabajo realizado con este recurso técnico, arroja resultados de interés para el
esclarecimiento de situaciones problemáticas de las personas, en cualquier etapa de sus
trayectorias vitales.
En esta oportunidad el protocolo ha sido tentativamente modificado para su
administración a Adultos y Adultos Mayores.
Se comparte con otros autores, que el proceso de envejecimiento y la vejez particularmente,
están siendo atravesados por grandes cambios sociales, culturales y científicos. Estos cambios
demandan nuevos abordajes, espacios de apoyo y fortalecimiento del adulto mayor.
El envejecimiento implica una constante dialéctica de ganancias y pérdidas durante
toda la vida. Amable y García (2010), sostienen que es pertinente reconocer, los factores que
influyen en el bienestar de las personas durante dicho proceso y contribuir con nuevas
herramientas que permitan afrontar de forma satisfactoria las distintas situaciones personales
y sociales. Las perspectivas del ciclo vital sostienen, que la persona independientemente de
su edad es capaz de asumir decisiones, orientar y producir su propio desarrollo hacia metas
impuestas por él mismo. A su vez, el individuo nunca pierde la capacidad plástica, la
capacidad de cambiar y de adaptarse a nuevas circunstancias, intentando revertir o compensar
e incluir aquellas que suponen perdidas para las capacidades actuales.
Villar (2003) explicita que se debe considerar el papel que tiene la educación en la
vejez, “esto implica un movimiento positivo, que asume que el ser humano tiene capacidad
para aprender durante toda la vida. (P. 873)
La Educación en la vejez, es apostar por una concepción del ser humano abierta y que
reconozca el potencial de mejora. El nuevo paradigma en torno al envejecimiento y a la
vejez, subraya la plena realización de todas las dimensiones del ser humano, no sólo a un
buen estado de salud, sino la participación social y la realización personal. Es por ello que el
término elegido para designar este nuevo modelo es “Envejecimiento Activo”. Dicho
concepto fue introducido en el Plan de Acción sobre Envejecimiento 2002 (APDH, 2002).
También, la Organización Mundial de la Salud expresa “que, si se quiere hacer del
envejecimiento una experiencia positiva, una vida más larga, debe ir acompañada de
oportunidades continuas de autonomía y salud, productividad y protección.
2
Stábile, C. Registro de derechos de autor Nª 917046.Revisión 2021
Se define al envejecimiento activo como el “proceso por el cual se optimizan las
oportunidades de bienestar físico, social y mental durante toda la vida con el objetivo de
ampliar la esperanza de vida saludable, la productividad y la calidad de vida en la vejez
(OMS, 2002. P. 79).
Silvia G. Veinstein (2008), señala que la orientación no es solo vocacional, se trata en
todos los casos de una orientación vital, existencial. Este aspecto se vuelve crítico en el
Adulto Mayor que intenta “compatibilizar su mundo interno y la representación que tiene la
sociedad acerca de ellos”. En esta etapa de la vida, la crisis de identidad vuelve a tener un
impacto: redefinir quién es, cuando ya no se asiste de un rol ocupacional que lo mantenía
inserto en la red de producción.
Atender a ese devenir de la identidad personal-ocupacional-social del adulto mayor,
así como las fantasías en que se sustentan sus proyectos, son actividades propias del
psicólogo orientador, tendientes a formular estrategias de intervención eficaces, sustentadas
en la fortaleza de las redes intergeneracionales, si esto fuera posible.
Se sostiene entonces, que es posible construir un proyecto personal en el adulto
mayor. Octavio Fernández Mouján (1994) reafirma que “el devenir de la vida nos insta a
continuar, esta etapa es una instancia más a construir y se construye con otros”.
Tomar decisiones con respecto a qué hacer en tiempos libres, enfrentar espacios
vacíos, reconocer intereses y habilidades, disponer de tiempos con o sin obligaciones
familiares, implica cambios de roles ya establecidos y aprendidos, con nuevas oportunidades
para desarrollarlos; como también reanudar proyectos que no pudo completar. El permitirse
poder hacer, estar con otros, sentirse útil, participar en un hacer gratificante y encontrarse con
nuevas posibilidades, favorece la interrelación con nuevas generaciones y un reencuentro con
la propia identidad.
Instrumento y Aplicación
La prueba original creada por Rodolfo Bohoslavsky (1971), consta de veinticinco
frases-estímulos que el orientado debe completar espontáneamente. Posteriormente, teniendo
en cuenta las ventajas y la producción personal que se obtiene con el material de Frases
Incompletas, se incluyen otros ítems al protocolo original para aplicar este instrumento a
Adultos Mayores, ítems relacionados a las temáticas pertinentes a la etapa: expectativas,
proyectos, esquema corporal, duelos, jubilación, utilización del tiempo libre, temores,
elecciones incompletas, todas situaciones vinculadas a la etapa vital que los atraviesa.
Para la obtención de las categorías, se ha trabajado previamente con jóvenes y con
adultos. Ya que acordamos que la Orientación Vocacional Ocupacional, debe entenderse
como continua, participando de la revisión e integración de proyectos en todas las etapas.
Su aplicación puede ser individual o grupal, las respuestas son personales. El tiempo de
ejecución se estima en treinta minutos, aunque no tiene un tiempo límite estipulado. Como
otras técnicas, no está ubicada en un momento preciso del proceso. Se sugiere utilizarla en la
primera etapa del mismo, ya que aporta datos significativos para el autoconocimiento,
esclarecimiento, elaboración e integración de las problemáticas del Adulto Mayor.
La consigna general suele ser: “trate de responder las frases abiertamente, con
sinceridad y espontaneidad; no limite las respuestas solo a situaciones de elección de estudio
u ocupación anterior, sino que puede ampliarla en relación con otras situaciones personales y
actividades que le interesan”.
Una vez finalizado el completamiento de las frases, el profesional realizará una
evaluación general para facilitar la integración del material y en un segundo momento puede
socializar grupalmente los ítems que cada sujeto quiera compartir o trabajar individualmente.
1) Me gusta-------------------------------------------------------------------------------------------------
2) Puedo hacer----------------------------------------------------------------------------------------------
3) No me veo a mí mismo/a haciendo-------------------------------------------------------------------
4) Mi familia quisiera que yo-----------------------------------------------------------------------------
5) Si aprendiera---------------------------------------------------------------------------------------------
6) Cuándo era más joven quería-------------------------------------------------------------------------
7) Elegir siempre me causó-------------------------------------------------------------------------------
8) Las personas de mi edad prefieren-------------------------------------------------------------------
9) Lo más importante en la vida es----------------------------------------------------------------------
10) Comencé a pensar en el futuro-----------------------------------------------------------------------
11) Los principales cambios en mi persona ------------------------------------------------------------
12) En esta sociedad vale más la pena-------------------------------------------------------------------
13) Las personas piensan que yo-------------------------------------------------------------------------
14) En cuanto a actividades, las diferencias entre las personas son ------------------------------
15) Mi capacidad -------------------------------------------------------------------------------------------
16) Las personas de mi edad no prefieren--------------------------------------------------------------
17) Cuando dudo entre dos cosas-------------------------------------------------------------------------
18) El mayor cambio en mi vida fue---------------------------------------------------------------------
19) Cuando pienso en alguna situación------------------------------------------------------------------
20) Siempre quise--------------------------------pero nunca podré hacer------------------------------
21) Si fuera---------------------------------------podría---------------------------------------------------
22) Mí tiempo libre ----------------------------------------------------------------------------------------
23) Mis amigos/as creen que yo--------------------------------------------------------------------------
24) Estoy seguro/a que-------------------------------------------------------------------------------------
25) Trabajar--------------------------------------------------------------------------------------------------
26) La actividad que más me gusta-----------------------------------------------------------------------
27) Lo que menos me gusta de una tarea o actividad es-----------------------------------------------
28) No trabajar----------------------------------------------------------------------------------------------
29) La jubilación o el retiro-------------------------------------------------------------------------------
30) Me imagino en un lugar ------------------------------------------------------------------------------
31) Necesito-------------------------------------------------------------------------------------------------
32) Yo soy---------------------------------------------------------------------------------------------------
Utilidad de la Técnica
Las Frases Incompletas para Adultos, aporta una mirada amplia de la vejez, como
parte del ciclo vital, en donde el adulto mayor expresa su capacidad de elegir, de adaptarse,
de seleccionar espacios y trayectorias de vida saludable, optimizar recursos disponibles, y
compensar pérdidas. Además, prioriza el reconocimiento de posibilidades de continuar
aprendiendo e integrando lo vivido a su presente, explorando intereses, y recursos posibles
que faciliten acciones concretas. Favorece la revisión de la situación presente y futura,
expectativas, necesidades y la actitud de compromiso frente a los mismos.
Es un instrumento proyectivo que favorece la reflexión personal, que puede aportar
datos de la personalidad de los consultantes, y pone de manifiesto puntos de urgencia.
Tanto en la modalidad grupal como individual, el material que se obtiene es altamente
esclarecedor e integrador para el proceso personal de los sujetos y del grupo.
Bibliografía
http://www.eumed.net/rev/cccss/07/uavg.htm
Villar, F. (2005). El enfoque del Ciclo Vital: hacia un abordaje evolutivo del envejecimiento.
Autoras
Nanzer, Ana Carolina
Clark, Carmen
Sarachú Laje, Paula
Dirección
de Inclusión
Social
CUADERNO para ESTUDIANTES
Unidad 2
Actividad 5 - Recorridos
Estas afirmaciones tajantes sobre cómo elegir o qué carreras conviene hacer, suelen
resultar muy tentadoras en momentos en que te encontrás confundido/a y con
necesidad de resolver tus incertidumbres.
Sin embargo, las realidades “personales y contextuales”, varían tanto de una persona
a otra y de un contexto a otro, que se vuelve imposible que exista un modo certero y
correcto de elección.
Actividad
a- Los juegos que te gustaban cuando eras chica/o y que podés reconocer vinculado a
algún interés actual.
c- Las materias que más te han interesado en la escuela, las que menos te han gustado
y los motivos por los que eso ha sido así.
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d-Las actividades en las cuales sentís que tenés más facilidad y también aquellas en las
que no tenés tanta facilidad pero que te gustaría aprenderlas.
e- Las personas que admiras, o que te gusta lo que hacen y por qué. El modo en que
llegaron a su trabajo las personas cercanas a vos y qué te interesa de lo que hacen
2- Compartí con tus compañeras/os las respuestas que mencionaste en cada pregunta.
Y luego pueden charlar sobre lo que pensaste, las preguntas o dudas que te generó la
actividad, y también sobre aquellos aspectos que para cada uno/a es importante tener
en cuenta para elegir un estudio a seguir.
Esta actividad te propone reflexionar acerca de tus gustos, intereses e inquietudes, con
el fin de que puedas ir encontrando matices y diferencias entre esos gustos, por
ejemplo pensando cuáles podrían ser referentes para pensar tu elección de una carrera
y cuáles no.
Actividad
2° columna: escribí qué te gusta de cada uno de esos gustos que enumeraste en la
primera columna.
3° columna: pensá y escribí cuáles de esos gustos tendrías en cuenta para la elección
de una carrera y por qué.
49
Actividad 7 - Explorando áreas de actividades y conocimientos
Esta actividad consiste en describir las áreas de actividades y conocimientos
propuestas, a través de ejemplos concretos que se refieran a prácticas que estarían
relacionadas a cada área según su definición. Cada área es muy amplia, por lo que
deben escribir por lo menos 5 ejemplos por cada área y que sean diversos entre sí.
Actividad:
( ) Actividades Artísticas: indica actividades que implican crear algo con el fin
transmitir una idea o producir una emoción, que tienen una atracción visual, que
involucra diseño, color y diversidad de materiales.
11
Esta descripción sólo hace referencia a la investigación que se lleva a cabo dentro de las consideradas ciencias
naturales ya que es ésta la representación de “lo científico” que circula en el sentido común.
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( ) Actividades Musicales: actividades que se vinculan activamente con la música, tales
como tocar instrumentos, cantar, componer música, realizar arreglos musicales, formar
parte de orquestas o bandas. También incluye asistir a conciertos o recitales, leer sobre
música y músicos.
1- Leer en grupo la descripción de cada una de las áreas. Luego, debajo de cada
descripción, escriban cuatro o cinco ejemplos de actividades que se podrían realizar en
esas áreas (que no sean profesiones ni oficios).
2- Realizar una puesta en común de los ejemplos que colocaron en las diferentes áreas.
3- De manera individual indica el interés que tenés por cada una de las áreas. Para eso,
colocá en el espacio entre paréntesis, un signo + para las áreas que te gustan mucho,
un signo – para aquellas que no te interesan, y un signo +/- para las áreas que te gustan
más o menos.
Actividad
1- Lee con tu grupo de compañeras/os los nombres de las carreras y cursos que figuran
en el lado derecho del listado que está debajo de las consignas. Luego, clasifiquen las
carreras en conocidas y desconocidas.
2- Intercambien con los otros grupos la clasificación realizada para que, con los aportes
de todos/as, puedan definir aquellas que resultan desconocidas para algunos/as. Ante
las carreras desconocidas deberán consultar la guía de carreras para averiguar de qué
se tratan las mismas.
51
que corresponden a las áreas que te resultaron más atractivas (aquellas que marcaste
con signo + en la actividad 5).
4- A partir de los pares de áreas que identificaste como más atractivos (con signo +), en
la segunda columna del cuadro encontrarás las carreras o cursos cuyo estudio y
desempeño profesional se encuentran vinculados a los mismos. Luego comenzá a leer
(en la guía de carreras Estudiar en Córdoba) de qué tratan esas carreras y/o cursos
asociados a las áreas de tu interés.
Agropecuarias y Biológicas
Artes y Diseño
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3. Musicales + Artísticas + Kinestésico- corporal a. Danzas
4. Musicales a. Música
b. Sonido
Aviación Civil
Ciencias Básicas
Ciencias Sociales
Comunicación y Lenguas
53
3. Literarias a. Lenguas (española, alemana,
francesa, inglesa, italiana y
portuguesa)
b. Literatura (Letras Clásicas y
Modernas)
c. Corrección literaria
d. Traductorado público
Cosmetología
Economía y Administración
Educación
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3. Sociales + Socio- persuasivas + Kinestésico- a. Educación física deportiva
corporal
Industrias y Tecnologías
Informática
Jurídicas
55
5. Tecnológico- manuales + Científicas a. Criminalística/Asistencia en
investigación Penal
Salud
Seguridad y defensa
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CUADERNO para ESTUDIANTES1
Unidad 3
Dentro del sistema educativo argentino, existe el nivel superior de educación, que es el
que sigue al nivel secundario, y tiene algunas características importantes a tener en
cuenta:
- incluye formación dentro de lo público y gratuito.
- posee una subdivisión: el nivel terciario y el universitario.
- regula la oferta a nivel privado.
Por otro lado, en Córdoba también existe una gran variedad de cursos de capacitación y
oficios, asociados a distintas áreas ocupacionales y de conocimiento, que se dictan en
diferentes instituciones tanto públicas como privadas (municipios, CPC, UNC, ONG,
Asociaciones Civiles, instituciones de capacitación). En general estos cursos no requieren
tener finalizada la escuela secundaria.
La Educación Superior 2
Si te decidieras a comenzar una carrera, es necesario que comprendas cuáles son los
fines y cómo se organizan las instituciones de educación superior.
1
Extraído de Guía de trabajo para docentes 2022. Proyectos educativos después del secundario.
Autoras: Nanzer, C; Clark, C.; Sarachú Laje, P.
2
Porcel de Peralta, Sergio. Guía de Carreras Estudiar en Córdoba, 20ª edición, 2017.
● formar a personas comprometidas de manera reflexiva y crítica con el
mejoramiento de la calidad de vida, y el respeto al medio ambiente, a las
instituciones de la República y a la vigencia del orden democrático.
Facultad: es una unidad académica que se ocupa del dictado de carreras que
pertenecen a un área del saber. Por ejemplo, en la Facultad de Filosofía y
Humanidades (UNC), se dictan las carreras de Licenciatura en Historia, Licenciatura en
Filosofía, Licenciatura en Letras, entre otras. A su vez, cada facultad se organiza en
escuelas, de las que dependen esas carreras; el dictado de cada carrera de esa facultad
está a cargo de la Escuela de Historia, la Escuela de Filosofía, La Escuela de Letras,
respectivamente.
Título intermedio: algunas carreras de grado otorgan un título una vez cumplida cierta
parte de su plan de estudios, dejando abierta la posibilidad de continuar luego con la
formación más extensa. Por ejemplo, el título de técnica/o en producción de medios
audiovisuales (UNC) se otorga al aprobar las materias de los tres primeros años y un
trabajo final, y habilita para la realización del tramo superior de licenciatura en Cine y
Artes Audiovisuales.
Ciclo de licenciatura (o licenciatura a término): es un ciclo que complementa la
formación de quienes tienen estudios de nivel superior (como una tecnicatura),
permitiéndoles ampliar o profundizar sus conocimientos previos y alcanzar un título
de grado universitario. En cada caso, la carrera especifica el título previo requerido.
Por ejemplo, el ciclo de licenciatura en ciencias de la educación (UNC) está destinado,
entre otros, a profesores de educación inicial, educación primaria o de educación
secundaria en distintas disciplinas.
Carreras de posgrado: forman parte del cuarto nivel de educación y su dictado está a
cargo de universidades e institutos universitarios. Está dirigido a quienes poseen un
título universitario de grado o acrediten conocimientos y experiencias suficientes en
el campo específico de conocimientos. Hay tres tipos de carreras de posgrado:
especialización, maestría y doctorado.
Validación nacional de los títulos: las titulaciones ofrecidas por las diversas
instituciones de nivel superior deben contar con una resolución de validez nacional.
En relación con las universidades e institutos universitarios, esta resolución es emitida
por el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, en el caso de los
institutos de educación superior, lo hacen las correspondientes direcciones de
enseñanza de los Ministerios de Educación de cada provincia. En nuestro caso, los
títulos emitidos por instituciones de gestión estatal están validados por la Dirección
General de Enseñanza Superior (DGES) y por la Dirección General de Educación
Técnica y Formación Profesional (DGETFP), mientras que títulos emitidos por
instituciones de gestión privada están autorizados por la Dirección General de
Institutos Privados de Enseñanza, todas dependientes del Ministerio de Educación de
la Provincia de Córdoba.
Actividad
1- Organizados en grupo, escriban al menos tres ejemplos de instituciones de nivel
superior universitarias y tres no universitarias que conozcan. Luego, mencionen al
menos tres aspectos en común y tres diferencias que encuentran entre este tipo de
instituciones.
2- En grupo, escriban al menos tres diferencias entre carreras de nivel superior y cursos
de capacitación.
Actividad: esta actividad se divide en tres momentos y hace foco en la lectura de las
opciones educativas seleccionadas.
Primer momento: Realizar una lectura de las carreras que seleccionaron en la actividad
“Entre intereses y alternativas educativas (actividad 8), utilizando primero la guía de
carreras “Estudiar en Córdoba. 3.
3
Podés encontrarla en www.estudiarencordoba.com.ar.
4
Sobre las opciones educativas que ofrece la UNC, podés consultar la “Guía de Estudios de la UNC”:
https://www.unc.edu.ar/vida-estudiantil/gu%C3%ADa-de-carreras y en la Escuela de Oficios de la UNC:
https://www.unc.edu.ar/extensi%C3%B3n/formaci%C3%B3n-en-oficios Si, en cambio, se trata de alguna carrera o
curso que no se dicta en la UNC, podés acceder a otras fuentes: Ministerio de Educación y Deportes de la Nación
Argentina (www.educ.ar), Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social – Nación (www.trabajo.gob.ar).
listado con las opciones educativas que hayas seleccionado y describas brevemente qué
te gustó de cada una.
Actividad: esta actividad se divide en dos momentos y hace foco en los problemas que
puede estudiar y contribuir a resolver cada carrera.
Primer momento: Lean en pequeños grupos el artículo periodístico que les tocó y luego
respondan a la siguiente consigna:
- ¿Qué problemática plantea el artículo? ¿Qué profesiones podrían contribuir a
resolverlo? ¿Qué cuestiones se podrían investigar a partir de esos problemas?
Segundo momento: realizar una ronda de exposición donde cada grupo comparta el
trabajo realizado.
Orientación Vocacional /Ocupacional y Perspectiva de Género. Hacia una
ciudadanía paritaria
González Julia Mariana
En Clark. C.; Stabile. C. Comp. (2022) Orientación Vocacional. Abordajes,
Intervenciones y Experiencias. Ed. Brujas. Córdoba.
Referencias Bibliográficas
Abad, M. L., Arias, A., Blanco, N., & Riera, M. C. (2002). Género y educación: la escuela
coeducativa.
León, M., Valdés, T., Anderson, J., Sagot, M., Herrera, G., Puyana, Y.,...& Cabezas, A.
(2007). Género, mujeres y saberes en América Latina.
Rico de Alonso, A., Rodríguez, A., Alonso, J. C., Castillo, S., López, N., & Alméciga, -
Yuval-Davis, N. (2004). Género y nación. Centro de la Mujer Peruana Flora
Tristán.
Donoso Vázquez, T. (2013). Propuestas para una orientación con perspectiva de género.
Duque, J. P. (2010). Calidad del empleo e inequidades de género. Revista CS, (1), 60-98.
Morin, E., (2001). La cabeza bien puesta. Repensar la reforma, reformar el pensamiento.
Buenos aires, Nueva Visión.
Carmen Stabile
En Clark. C.; Stabile. C.
Comp. (2022) Orientación Vocacional. Abordajes, Intervenciones y Experiencias. Ed. Brujas.
Córdoba.
Cambios en la vejez
Llegar a la etapa de la vejez implica atravesar diferentes cambios, biológicos, psicológicos,
sociales, culturales, afectivos, de tareas, de roles, de espacios que demandan nuevos abordajes,
espacios de apoyo y herramientas que colaboren en el fortalecimiento subjetivo del adulto mayor.
Este proceso es parte del ciclo vital, en donde tiene que adaptarse, seleccionar y optimizar recursos
disponibles, además de compensar y elaborar pérdidas. Así mismo, cuenta con posibilidades de
continuar aprendiendo, creciendo e integrando lo vivido a su presente.
Se mencionan algunas preocupaciones, en la vejez: -Adaptación a la vejez fisiológica,
por ejemplo: cambios en la salud. - La preparación para la jubilación. -La ayuda a los padres
ancianos. -El empleo productivo del tiempo libre, que aumente progresivamente. -La idea de
muerte se hace presente. -El Balance de lo vivido. -La construcción de proyectos para el futuro.
Mitos y prejuicios
Las creencias basadas en las limitaciones biológicas, psíquicas y sociales, identificando a
la vejez con la enfermedad y la idea de vejez como sinónimo de improductividad, figuran entre los
prejuicios que provocan el alejamiento del real deseo del adulto mayor, que por temer la
desaprobación se identifica con un rol que no se corresponde con él.
Como afirma Salvarezza (2005), a partir de las reminiscencias y deconstrucción de mitos
y prejuicios que están presentes en el imaginario social es posible elaborar un proyecto personal;
aquello que, en tanto elección personal orientada al futuro convoca el deseo y moviliza la acción,
haciendo del presente un tiempo comprometido. Propone un aprendizaje entendido como la
apropiación de la realidad para transformarla, estableciendo una relación dialéctica que demanda
la propia transformación. Los estereotipos tenderán a cambiar en la medida que se tome el
envejecer como el aprendizaje de un nuevo rol, acompañando el proceso de envejecimiento de los
demás pensando nuestro propio envejecimiento. En la medida que no huyamos de lo que somos
“seres envejecientes”.
Se citan algunos testimonios expresados en los talleres para Adultos Mayores, acerca de la
representación social de la vejez:
- “El viejo no puede aportar nada útil, para qué escucharlo, para qué incluirlo”.
- “Ya está viejo para hacer cosas, que descanse” “les gusta vivir aislados”
- “No tienen necesidades personales”. Ante lo cual, no se lo consulta quitándole la
posibilidad de decidir. “Viejos son los que están fuera del sistema “
- “Viejo como lo que no sirve”. “Viejo como la pérdida de autonomía “.
- “La sexualidad en la vejez, se percibe como una vergüenza”
Todos estos prejuicios y muchos más, dan como resultante el considerar a la vejez como
un problema social. Para modificar esto, es necesario presentar a la vejez como: una institución
social, una edad a respetar, una edad a proteger, una edad a conservar. Para ello es necesario que
las personas viejas asuman una clara actitud: -En relación al desempeño de su propio rol --Que
encuentren por si mismos una función propia a ejercer. -Deben recobrar su propia realidad social-
Que se reconstruya una relación de reciprocidad entre las personas viejas y el resto de la sociedad.
(Larrinaga, 2011)
Elecciones y Actividades
La elección de una actividad y el compromiso personal con lo elegido cumple una función
de encauzamiento de la angustia que acompaña los cambios, convirtiéndose en una alternativa
posible de organización. Los Programas Educativos para Mayores sostienen en la práctica, la
necesidad de numerosas personas que encuentran en ellos el lugar propicio para desplegar su deseo
vocacional. Un ejemplo de ello son las elecciones realizadas por Adultos Mayores en el campo de
la Educación Permanente que son desarrolladas con gran compromiso y responsabilidad, que se
concretan a través de diversas actividades: El proyecto social, de carácter comunitario, tanto
individual o grupal propone una mirada atenta a la comunidad cercana y sus necesidades, para
despertar el interés de mostrarse activos respecto a ellas. El voluntariado puede ser una oportunidad
para los adultos mayores de sentirse útiles y comprometidos con su propia comunidad. La
recreación es un medio valioso en la promoción de la salud, facilitando la construcción de
proyectos futuros.
Lo mencionado remite a formas de ejercitar la participación social y la interacción grupal,
que integran parte de las necesidades fundamentales que un individuo tiene derecho a satisfacer,
más allá de las necesidades básicas como la vivienda, la salud y la educación.
Se subraya, la importancia de la pertenencia grupal, ya que apuntala los aspectos más
creativos del ser humano, resignificando espacios y aprendizajes. También, permite confrontar los
diferentes modos de envejecer, como concebir la vejez y la vida. Abre el debate y el intercambio
de ideas. Permite la construcción de nuevos lazos, fortalece la autoestima, refuerza las redes
sociales. El grupo como espejo permite recuperarse en aspectos olvidados, reconocerse, descubrir
motivaciones, y conectarse con nuevos recursos y posibilidades,” facilita el aprendizaje de
renovadas elecciones en un marco de contención y sostén.” (Pássera, 2014).
Desde su singularidad cada persona construye la historia conjunta, que va a tejer la trama
de “ese” grupo, una historia de memoria compartida que acompaña y sostiene el desarrollo de sus
participantes. Establecer vínculos basados en la confianza, y en el respeto, ser reconocidos y
mirados en sus semejanzas y diferencias, promueve procesos de participación que resuelven una
necesidad prioritaria en la vejez: estar activos socialmente.
El proyecto personal implica elecciones más ajustadas, el orden temporal prevalece en su
trazado, acotando su extensión; está focalizado en un presente, circunscribiéndolo a un futuro
cercano; en el que tiene excesivo peso el pasado, junto con la trama de relaciones que la persona
ha establecido con los otros significativos y con los objetos que lo rodearon. Pero no por ser el
tiempo un elemento significativo en el diseño, el proyecto pierde en intensidad, en placer y
gratificación. Por el contrario, invita más que nunca al disfrute en un momento donde los tiempos
se pueden manejar con mayor libertad y en el que las obligaciones pasan también a flexibilizarse.
(Hernández-Zamora 2006).
Hacer uso de la libertad personal de forma responsable no sólo es decidirse por una
actividad, sino encontrar un sentido compatible con los valores y objetivos personales.
Este respeto por sí mismo posibilita una elección reflexiva que no responda a deseos ajenos,
desconociendo la impronta personal. No significa optar por respuestas que ofrece la sociedad de
acuerdo a una visión general de las necesidades de la vejez. La elección es posible si cada uno en
su singularidad se conecta con la pregunta, es decir con el deseo.
Se menciona a continuación, respuestas expresadas en los talleres realizados con Adultos
Mayores, cómo parte de las Prácticas Supervisadas de la Facultad de Psicología. UNC. (2018,
Corrales, Patricia) relacionadas a las temáticas planteadas:
Bibliografía
Mayores [en línea]. Trabajo final de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad
Erikson E. H (2000). El Ciclo Vital Completado. Ed. revisada y ampliada. Ed. Paidós, Ibérica S.A.
Hernández Zamora, Z. (2006). Estudio exploratorio sobre el proyecto de vida en el adulto mayor.
Iacub, R. (2013). Las emociones en el curso de la vida. Un marco conceptual. Revista Temática
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Larrinaga, M (2011). Psicología del desarrollo, vejez, aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
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Salvarezza, L. (Ed.). (2005). La Vejez. Una mirada gerontológica actual. Buenos Aires: Paidós.
La discapacidad en el campo de la orientación vocacional
Vanina Zurita
Ricardo Hernández
Carmen Clark
En Clark. C.; Stabile. C. Comp. (2022) Orientación Vocacional. Abordajes, Intervenciones y
Experiencias. Ed. Brujas. Córdoba.
Introducción
El siguiente artículo recupera ejes troncales para reflexionar sobre el campo de la
orientación vocacional en el acompañamiento a jóvenes y adolescentes con discapacidad,
evidenciando que tal temática ha quedado relegada, con escasos desarrollos de investigación,
extensión e incluso de referentes para la formación y/o actualización profesional.
Por lo tanto, se recomienda para quienes deseen abocarse a tal labor, conocer y
apropiarse de la Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad (declarada
en 2008 Ley Nacional Nº 26378) y Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, como punto de
partida. A su vez, la importancia de interiorizarse acerca de los apoyos y recursos que se
encuentran disponibles, de manera gratuita, para garantizar el acceso a la educación superior de
las/os estudiantes con discapacidad.
Cabe tener presente que los desarrollos en orientación vocacional se han llevado a cabo
desde numerosas vertientes teóricas, metodológicas y éticas, que en determinados momentos
socio-históricos y políticos han estado en pugna con posicionamientos discutibles sobre la
posibilidad o no de orientar a ciertos sujetos.
En las últimas décadas, han ocurrido importantes avances teóricos que posibilitan
concebir la orientación como un campo interdisciplinar, con múltiples dimensiones a abordar
desde la complejidad, para construir dispositivos de intervención desde posicionamientos éticos
que reconozcan a las personas como sujetos de Derechos.
Rascovan, desde una perspectiva crítica, pone en relieve que “La problemática
vocacional constituye un campo atravesado por dimensiones subjetivas y sociales...El campo
vocacional es, entonces, una trama compleja, una encrucijada, un entrecruzamiento que no
puede reducirse a una sola de esas dimensiones” (citado en Rocha, 2007)
En esta pluricausalidad, se puede identificar como una de las modalidades de
intervención que el/la orientador/a tendrá en el proceso de orientación será con personas con
discapacidad. Por lo que, Rocha (2007) advierte sobre “la interpretación de la discapacidad
como efecto en el sujeto”, es decir que la discapacidad no causa a un sujeto sino que produce
efectos en él.
Aquí la invitación es a interrogarnos, cuantas veces sea necesario, acerca de ¿Para qué
orientamos? Con el objetivo de poner en tensión los modos tradicionales de abordar, pero sin
perder de vista las finalidades de la orientación. Sobre este punto, Jean Guichard plantea
considerar: “...que las finalidades son de naturaleza social, ética o política y remiten a los
valores que (se) busca promover (con las prácticas) la orientación”. “... solo la determinación
de las finalidades, éticas, políticas, económicas o sociales permiten definir los objetivos de las
prácticas en orientación” (citado en Rocha, 2007).
Al respecto, Clark (2020) nos señala que “la asamblea general de la Asociación
Internacional de Orientadores Profesionales AIOEP aprobó en 1995 las normas éticas
reconocidas internacionalmente, que describen las responsabilidades éticas de los consejeros”
(...) “en este sentido aceptan la obligación básica de respetar la dignidad de toda persona a la
que presta un servicio educativo y profesional. Esta obligación incluye aceptar los derechos del
1
individuo para realizar elecciones independientes, promover la igualdad de oportunidades en la
orientación sin ningún tipo de prejuicio hacia las personas y evitar todo tipo de discriminación,
formación permanente y solvencia para llevar a cabo investigaciones basadas en
procedimientos consistentes con las normas éticas y científicas. Asimismo hace referencia a la
responsabilidad de los/as profesionales de la orientación para estar actualizados con las leyes y
políticas referidas a los derechos humanos de las personas”.
Cobra vigencia en la actualidad, lo planteado por Bohoslavsky: La ética surge del hecho
de considerar al hombre sujeto de elecciones, por ello, “la elección del futuro es algo que le
pertenece y que ningún profesional por capacitado que esté, tiene derecho a expropiar” (citado
Rocha, 2007).
Entonces el problema de la Orientación exige ser re-conceptualizado como un problema
inter-trans-disciplinario, en el que la teoría enfoque los nudos estructurales de sus relaciones
complejas en su articulación con la investigación empírica y las intervenciones orientadoras
encuentren las situaciones en las que se establece la prueba a través de la experiencia, de modo
tal que se enriquezcan con estrategias adecuadas y efectivas (Gavilán, 2012, p. 11, citado en
Castignani, 2017).
En relación a ese señalamiento, Castignani (2017) tras un análisis exhaustivo de
antecedentes internacionales y nacionales pone en evidencia “una insuficiencia de desarrollos
teóricos y de las subsecuentes intervenciones específicas sobre las elecciones vocacionales
ocupacionales de los sujetos con discapacidad”. La autora remite específicamente a la
discapacidad visual, pero otras investigaciones y autores, en el ámbito local, consideran que se
replica esta situación a la discapacidad en general (Rocha, Capel, Durand, Gómez & Balero,
2011).
Otro punto a considerar son las acciones en orientación que se están desarrollando y se
observa que existe solo un conocimiento parcial sobre el tema. La discapacidad por sí sola no
debería ser el determinante del futuro de ese sujeto y la orientación, debe interrogarse por
aquello que ocurre con los/as jóvenes próximos a egresar que presentan alguna discapacidad,
cuáles, sí existen, son las estrategias que se implementan desde el sistema educativo para
acompañar las transiciones (dada la pluralidad de proyectos posibles) hacia la actividad laboral
y/o estudios superiores, es decir, como promover el desarrollo de competencias necesarias para
un tránsito exitoso en uno o ambos recorridos (Castignani, 2017).
2
un ambiente “discapacitante” que no tiene en cuenta las diferencias, o no las atiende
suficientemente.
Asimismo, la discapacidad es considerada como una categoría social y política, una
condición producto de la interrelación de las estructuras económica, social y cultural, como una
forma de opresión social que impone limitaciones a los sujetos que presentan algún “déficit”
(Angelino 2009 citado en Castignani, 2017).
Durante las primeras décadas del siglo pasado, la educación de las personas con
discapacidad no era objeto de reflexión, es decir, el modelo que primaba era el “modelo médico-
biológico o rehabilitador”. Esta visión de la discapacidad ubicaba a las personas desde el déficit
y lo que debía desarrollar de manera individual para alcanzar los logros esperados era para
“normalizar”. Si lo pensamos, en relación a cuáles eran las posibilidades de elección de la
persona, se limitaba muchas veces sus elecciones vocacionales a las posibilidades de acceso
existentes, es decir, cuáles eran acordes a su déficit individual, sin contemplar los deseos,
motivaciones, anhelos personales y profesionales (Castignani, 2017).
Tal visión, fue consolidada hacia mediados del siglo XX, por el modelo psicotécnico de
ajuste y adecuación en orientación profesional, que daba respuesta (con su incorporación a la
Constitución Nacional 1949), a una doble función para el Estado: mejorar la productividad y
evitar el derroche de recursos humanos. Es decir, la elección de una profesión u ocupación no
podía resultar de una decisión improvisada sino que tenía que ser fruto de un proceso tan
científico como fuera posible. De esta manera, la Orientación, se relacionaba con la selección
profesional, se proponía un abordaje psicotécnico en relación con el mundo laboral, adecuando
-“ajustando”- las aptitudes personales para compatibilizarlos con los requerimientos de las
condiciones laborales (Gavilán, 2006, citado en Castignani, 2017).
Esta forma de concebir la orientación, dio un salto cualitativo, con los aportes de
Bohoslavsky, en la década del 70, con el auge de un modelo clínico, que recuperó la importancia
de la singularidad del sujeto de la elección. Aparecen las primeras experiencias de trabajo
grupales con adolescentes, donde unos de los aportes principales son la inclusión del
inconsciente en la elección y la incorporación de técnicas proyectivas en el proceso de
orientación, entre otros.
Lo anteriormente planteado se sucedió en simultáneo con los cambios de perspectiva en
discapacidad que ocurrieron en las últimas décadas. En la actualidad conviven varios modelos,
preponderantemente el modelo médico rehabilitador y el modelo social, cuya mayor expresión
es la definición expresada en la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Esta última concepción, obligó a revisar las prácticas docentes e institucionales vinculadas a la
educación superior, y en consecuencia, modificó las prácticas de Orientación (Castignani,
2017).
Los autores Perilli y Rocha (2008) mencionan 3 líneas argumentales que trazan otra
mirada sobre los modos de intervención en Orientación Vocacional con sujetos con
Discapacidad:
1) Analizar los sentidos del etiquetamiento: en muchas ocasiones se utilizan diferentes
formas de nombrar a los sujetos con discapacidad como si fueran sinónimos, por ejemplo:
especiales, diferentes, disminuidos etc. Dado que, dichas denominaciones responden a
paradigmas y formas de entender la discapacidad, resulta necesario problematizar las prácticas
de etiquetamiento que operan en el lenguaje en el tratamiento de la discapacidad.
2) Visibilizar a los invisibles: La discapacidad aún no se encuentra completamente
visibilizada en los ámbitos laborales y universitarios. En la agenda pública opera un
desconocimiento de las necesidades, obligaciones y derechos de estos jóvenes frente a la
3
posibilidad de proyectar su futuro. Los autores proponen construir argumentos teóricos-
políticos para la constitución de sujetos de derecho, posicionándose éticamente.
3) Salirse de la Orientación para interrogarse sobre ella: Invita a reflexionar por qué
hasta no hace mucho tiempo, unos 20 años, no nos preguntamos por las expectativas de estudio
o trabajo de los/as jóvenes con discapacidad. Por consecuencia, a repensar las
conceptualizaciones y modelos teóricos, alojar las necesidades sociales de cada momento,
desnaturalizar la mirada y no realizar prácticas de orientación normalizadoras.
Resulta fundamental, tal como señalamos inicialmente, que las propuestas de
intervención orientadoras deben vehiculizar lo que propone la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad y su protocolo facultativo.
Al respecto de la orientación indica en su Art. 27, incisos d y k:
d) Permitir que las personas con discapacidad tengan acceso efectivo a programas generales de
orientación técnica y vocacional, servicios de colocación y formación profesional y continua.
k) Promover la creación de programas de rehabilitación vocacional y profesional,
mantenimiento de empleo y reincorporación al trabajo dirigidos a personas con discapacidad
(ONU, 2006 citado en Perilli y Rocha, 2008).
Asimismo, Perilli A. y Rocha M. (2008), recuperan que dada la complejidad que
presentan las instancias de elección vocacional, el orientador/a deberá estar capacitado para:
a) Entender de forma global la problemática de la discapacidad, en sus aspectos
individuales subjetivos, familiares y sociales contextuales.
b) Conocer y comprender las leyes y legislaciones que amparan a la persona con
discapacidad.
c) Tener capacidad de escucha sobre lo que en el discurso del joven a orientar se
despliegue, en cuanto a una posible estructuración patógena causada por los efectos de la
discapacidad.
d) Poder orientar en cuanto a la información adicional que el sujeto necesite debido a la
particularidad de su discapacidad.
e) Estar asesorado de todos los avances técnicos, tecnológicos y científicos que se
produzcan en esta materia.
Por otro lado, en términos más globales las/os profesionales involucradas/os en la
temática deberían:
-Generar conciencia colectiva sobre la necesidad de investigar y elaborar más
bibliografía en torno a la orientación vocacional ocupacional en personas con discapacidad
desde las distintas corrientes teóricas y distintas profesiones que la abordan.
-Tener injerencia e implicancia en la elaboración de políticas públicas sobre la
problemática.
-Promover que la instancia de OV en personas con discapacidad sea incluida en todos
los espacios ya sea públicos o privados en donde se brinden estos servicios.
-Participar en la lucha de las personas con discapacidad para que se cumplan sus
derechos, específicamente en el plano educativo y laboral.
Para Perilli y Rocha (2008) entonces, es “posible adoptar una postura tendiente a pensar
que la discapacidad es un problema social”. En este punto es importante el aporte que realiza
Josefina Pássera (2014) en la conceptualización del rol del Orientador/a, “si quienes trabajamos
en orientación no podemos admitir en la práctica, diferentes perspectivas que otros marcos
referenciales, otros profesionales y otras instituciones ofrecen ante una problemática que nos
convoca, no podríamos llevar a cabo una acción orientadora basada en la libertad, respeto y
equidad (Clark, 2020). Este trabajo interdisciplinario requiere de la flexibilidad de las/os
profesionales de la orientación y la apertura para trabajar con otras/os colectivamente en base a
un objetivo compartido vinculado al campo de la orientación vocacional (Clark, 2020).
4
Factores que inciden en las elecciones educativas y ocupacionales
Ante el incremento de la demanda de orientación educacional/ocupacional,
particularmente de adolescentes y jóvenes que se encuentran finalizando sus estudios
secundarios, se entiende, que terminar la escolaridad media implica transitar una crisis, una
etapa de reacomodamiento, que tiene implicancias en la constitución subjetiva de los procesos
identificatorios, dada la reconstitución de representaciones vinculadas con la situación presente
y futura (Castignani, 2017). Este aspecto, sumado a la emergencia de nuevas subjetividades,
atravesadas por los valores actuales de consumo y la revolución de las redes sociales, ha
modificado la concepción temporo-espacial, hacia lógicas del instante y la necesidad de
satisfacción inmediata.
Cabe resaltar en este punto, que un número escaso de personas con discapacidad
acceden a la educación básica y media regular, es menor aún en el caso de la educación superior
(Katz y Larroca, 2009, citado en Castignani, 2017). Ante este panorama, Perilli y Rocha (2007),
agregan a la reflexión, primero, hay que pensar en las dificultades que atraviesan las personas
con discapacidad, que han podido sortear las instancias institucionales educativas y que han
llegado a la etapa de decisión sobre su futuro. En la medida que, no trabajar o no estudiar es
quedar afuera del sistema que regula los intercambios sociales y que todos estos procesos tienen
una fuerte implicancia en la constitución subjetiva de las personas con discapacidad.
Por ende, el profesional tiene que estar capacitado para la escucha en otro orden, donde
necesariamente el padecimiento real ocupará junto a la elección de objeto vocacional un papel
central. Parten de la hipótesis, que en los casos en los cuales existe posibilidad de elección
(hablamos de discapacidades donde el impedimento no sea obstáculo a la parte pedagógica), la
inclinación o decisión estará condicionada por la reedición de las marcas que el estado de
discapacidad haya dejado en el sujeto (Perilli y Rocha, 2007).
Cabe preguntarse entonces, de qué manera esto incide en las elecciones educativas y
ocupacionales de adolescentes y jóvenes con discapacidad. En su artículo, Castignani (2017),
Estrategias favorecedoras que inciden en las elecciones educativas y ocupacionales de los
adolescentes con discapacidad visual, realiza un análisis que si bien su estudio fue realizado en
estudiantes con discapacidad visual, algunos de sus postulados pueden verse reflejado en otras
discapacidades.
En primer lugar, la incidencia de la perspectiva subjetiva de los propios sujetos frente a
su discapacidad [visual] como factor preponderante en sus elecciones, acentuada o atenuada
según la perspectiva de familiares. En segundo lugar, pero no de menor importancia, la
semejanza de los factores que inciden en las elecciones educativas y/u ocupacionales son
similares al de las personas sin discapacidad, pero matizado por la situación de discapacidad.
En otras palabras, el deseo no se encuentra discapacitado, pero quizá si parasitado por
todos los efectos que lo simbólico realice a lo largo de la vida de esta (Perilli y Rocha, 2007).
Por último, menciona la autora, la insuficiente y/o inadecuación de los procesos de orientación
pensados para la población.
Para retomar el tema de los factores que inciden en el proceso de elección, se recupera
de Graves y Lyon (1985), la existencia de factores que orientan las elecciones, los cuales pueden
ser intrínsecos y extrínsecos, con la salvedad, de que no siempre puede ser precisa su
delimitación y se manifiestan íntimamente articulados. Operando los factores intrínsecos en los
sujetos, y cómo se posicionan frente a la discapacidad, la cual a su vez repercute en sus
intereses, motivaciones y preferencias prevalentes. En cambio, los factores extrínsecos, hacen
referencia a las características de los contextos educativos, laborales y sociales en general, los
cuales, pueden facilitar y obstaculizar el proyecto a partir de cómo se articulen con los factores
intrínsecos.
5
Entre los factores intrínsecos recupera:
a) Factores relativos al posicionamiento de los sujetos frente a su discapacidad. La etapa
de la adolescencia, etapa en la que por lo general este colectivo necesita reelaborar su
situación de discapacidad, tal como señala González Fernández (2003, citado en
Castignani, 2017).
b) Factores vinculados con las expectativas del futuro educativo y/o ocupacional. En
adolescentes con discapacidad [visual] suelen aparecer expectativas de cara a su futuro
semejantes a las del resto de los adolescentes. Manifestándose a su vez, distorsiones en
la información, que desembocan en elecciones poco realistas o en base a sus otros
significativos. Los temores, muchas veces están exacerbados por las dificultades que
acarrea el desplazamiento hasta los lugares de estudio o trabajo, el tránsito dentro de las
mismas instituciones, el reconocimiento de las instalaciones, entre otras, que guardan
estrecha relación con el desarrollo de la independencia y la autonomía. Como también,
la interrelación con pares y docentes se ve obstaculizada por cuestiones inherentes tanto
a los propios sujetos con discapacidad como a los mismos pares y docentes, dado el
desconocimiento de las necesidades y adaptaciones específicas que requieren en esta
instancia.
Por su parte, Perilli y Rocha (2007) consideran que en los trayectos de vida que
ha realizado cada joven con discapacidad, se observan pocas posibilidades concretas de
haber transitado experiencias que hayan podido contribuir al desarrollo de los intereses
vocacionales.
Factores Extrínsecos:
a) Factores vinculados a la disponibilidad de procesos de orientación: en la mayoría de
las escuelas de enseñanza común se carece de programas de este tipo o bien, que las
acciones que se despliegan son insuficientes o poco adecuadas a las necesidades
específicas de las personas con discapacidad.
b) Factores relativos a las adaptaciones académicas: por adaptaciones académicas se
entienden aquellas modificaciones o ajustes necesarios para favorecer los estudios de
las personas con discapacidad visual, que permiten acceder al mundo educativo en
equidad de oportunidades. Las dificultades para las personas con discapacidad no son
solamente una cuestión edilicia o de acceso a la tecnología, sino que muchas veces, se
percibe una desvalorización a su presencia en ámbitos académicos, un malestar que
produce en muchas personas la presencia de alguien con discapacidad, aspecto que tiene
que ver con la perspectiva con la cual se está enfocando la persona (déficit y/o
potencialidad).
Para Castignani (2017) es necesario re pensar las condiciones políticas,
institucionales, académicas y pedagógicas en las que sería posible no solamente
extender el alcance de la universidad y asegurar el ingreso progresivamente creciente
de personas con discapacidad, sino también favorecer su permanencia y graduación en
carreras de alta calidad en la formación científica y profesional. Este punto es el más
importante, dado que la forma en que se posiciona un sujeto y/o institución va a
repercutir en los puntos siguientes:
i) Colaboración de los docentes.
ii) Adaptaciones de acceso a los contenidos de la enseñanza.
iii) Adaptaciones de acceso físico.
iv) Adaptaciones de acceso a la comunicación, al estudio y al desempeño laboral.
c) Factores relativos al conocimiento de las barreras en carreras universitarias.
d) Factores relativos a la presencia/ausencia de autodeterminación. por ejemplo las
decisiones inducidas.
6
e) Factores relativos a las dificultades enfrentadas en el trayecto educativo pasado.
f) Factores relativos a la disponibilidad de equipos de Orientación. Transición a los
estudios superiores y al mundo del trabajo
A modo de síntesis, en palabras de Perilli y Rocha (2008), el/la orientador/a se verá ligado/a
a ayudar a que el sujeto con discapacidad sea actor de su propia vida, sin resignarse al destino,
que en épocas anteriores era la exclusión social. Para ello, deberá discernir cada uno de los
puntos mencionados, los cuales obran como posibles obstáculos para pensar la elección de las
personas con discapacidad en términos de elecciones libres.
Hoy existe consenso sobre el reconocimiento de las personas con discapacidad como sujetos
de derechos, acepciones respaldadas desde el modelo social de la discapacidad. Lo cual se ve
reflejado en las acciones de orientación, que buscan colaborar con “el ideal democratizador de
la Universidad pública, partiendo del reconocimiento de que las diferencias y desigualdades
sociales, educativas, culturales, económicas de la historia y del presente de los sujetos, inciden
marcadamente en las posibilidades reales de concretar sus proyectos de formación en el nivel
superior” (Larramendy, Peryera y Rusler, 2012, p. 33 citado en Castignani, 2017).
7
Entre sus objetivos específicos se destacan:
- Asesorar, programar y coordinar acciones orientadas a la inclusión educativa de
personas en situación de discapacidad en las carreras de grado y posgrado.
-Canalizar demandas, consultas, sugerencias de la comunidad universitaria y actores
extra institucionales.
-Fortalecer y coordinar las iniciativas existentes en las unidades académicas.
-Preservar y consolidar la lógica de abordaje multiactoral e integrada de la temática, a
partir de la articulación permanente con las diferentes dependencias de la Casa de Trejo.
-Favorecer el establecimiento de acuerdos y convenios de trabajo (asesoramiento,
capacitación, asistencia técnica especializada) con organizaciones de la sociedad civil y
dependencias del Estado provincial y municipal.
-Consolidar la participación institucional en la Comisión Interuniversitaria de
Discapacidad y Derechos Humanos de Argentina.
Posteriormente, durante 2010, 2011 y 2014, el Honorable Consejo Superior de la UNC
aprueba una serie de recomendaciones y pautas, nominados Protocolos de Actuación sobre
Accesibilidad; para favorecer que la población estudiantil en situación de discapacidad pueda
participar y cursar una carrera universitaria en condiciones de equidad. Cabe resaltar que la
elaboración de estos documentos tuvo un carácter participativo y multiactoral en que se
involucraron activamente diversos actores (estudiantes en situación de discapacidad, egresados,
docentes, investigadores, profesionales, entre otros), a través de talleres e instancias de debate.
Tal conjunto de protocolos constituyen el marco regulatorio de la accesibilidad en la
UNC, a saberse:
● Protocolo de Actuación sobre Estrategias Pedagógicas Inclusivas. 1386/2010
Este protocolo describe una serie de estrategias pedagógicas a aplicarse en el
desarrollo de actividades académicas en las carreras de la UNC, para promover
prácticas docentes inclusivas y que los/as estudiantes ciegos/as o con baja visión
transiten su formación académica en equidad de condiciones.
● Protocolo de Actuación para las Situaciones de Evaluación. 1389/2010
Especifica algunas modalidades de evaluación a implementar en situaciones en las
que un/a estudiante no pueda o presente dificultades para realizar un examen, ya sea
parcial o final, según las modalidades oral, escrita por ejemplo.
● Protocolo de Actuación sobre la Accesibilidad Comunicacional en Actividades
Académicas. 1390/2010 Especifica condiciones de accesibilidad comunicacional
que deben considerarse en el desarrollo de actividades académicas en las carreras de
grado y posgrado de la UNC, para que la población estudiantil sorda pueda participar
y transitar una carrera universitaria en condiciones de equidad.
● Protocolo de pautas para la supresión de barreras culturales que condicionan
el uso de los espacios comunes. 1605/2011 Propone una serie de
recomendaciones/pautas que tienen como objetivo suprimir barreras culturales que
vulneran la utilización de los espacios de uso común de la UNC, como el uso de
aulas comunes y su mobiliario, sanitarios, mobiliario urbano y módulos de
estacionamiento de automóviles; por parte de la población en situación de
discapacidad.
● Protocolo de Pautas de Accesibilidad en Espacios Urbanos y Edilicios.
1389/2014 Este protocolo tiene como objetivo orientar el diseño y construcción del
espacio urbano y edilicio de la UNC, para que sea utilizable por todas las personas
de manera autónoma, segura y sin restricciones.
Es importante resaltar que la labor de inclusión educativa, involucra a otros actores
institucionales claves, como son los docentes, secretarios/as académicos y secretarias/os de
asuntos estudiantiles de las Unidades Académicas. Así también, a demás programas y servicios
8
de orientación, asesoramiento y apoyo a los procesos de enseñanza-aprendizaje existentes. Tal
trabajo colaborativo posibilita la implementación de acciones institucionales, de acuerdo a los
lineamientos planteados en los protocolos de accesibilidad.
Resulta fundamental aclarar, que no todo estudiante con discapacidad requiere
necesariamente apoyos específicos a lo largo su trayectoria educativa, sino quizás, los mismos
apoyos que para los/as demás estudiantes universitarios.
Otro hito clave ocurre a partir del año 2017, momento en el que la Oficina de Inclusión
Educativa para Personas en Situación de Discapacidad es incorporada al Departamento de
Acompañamiento a las Trayectorias Académicas Estudiantiles1 (DATAE), espacio institucional
de la Dirección de Inclusión Social que tiene por objetivo fortalecer los trayectos estudiantiles
en el ingreso, permanencia y egreso. Para tal fin, se consolidó un sistema de apoyo atendiendo
a la diversidad de las necesidades de las/os estudiantes en su conjunto, desde un enfoque de
educación inclusiva.
De cara a lo anteriormente señalado y con el objetivo de garantizar la inclusión de los/las
estudiantes se implementaron y reforzaron una serie de acciones y dispositivos, entre ellos
podemos mencionar:
➔ Curso de Lectores de Pantalla: se brinda una herramienta fundamental para el cursado
y vida universitaria de estudiantes ciegos/as y con baja visión. Los ejes que se abordan
son: lector NVDA, lector de windows 10, uso de Microsoft Office, Escritorio de pc,
Word, Excel, internet, correo electrónico, entre otros programas.
➔ Taller de “Introducción a la vida universitaria”: espacio destinado a la reflexión
sobre rol de estudiante universitario en la UNC e información de espacios institucionales
pensados para los estudiantes.
➔ Taller “Revisión de carrera”: se brinda herramientas para la revisión del proyecto
educativo para estudiantes que presentan dudas con la carrera elegida.
➔ Programa de tutorías: dispositivo de acompañamiento, a través de la incorporación de
docentes tutores que realizan las tutorías con un abordaje integral en cada Unidad
Académica de la UNC. Esta figura de docente tutor/a, es articuladora y favorece la
comunicación, el encuentro y la conformación de una trama de vínculos, significados e
identidades, permitiendo la construcción de un espacio común y fomentando la
participación conjunta de todos los actores implicados (García Labandal y González,
2010).
A modo de cierre
El derecho de acceder, permanecer y egresar de la educación en todos sus niveles,
incluida la educación superior, con igualdad de oportunidades, está reconocido mundialmente,
y se encuentra ampliamente legislado por un vasto cúmulo de declaraciones e informes suscritos
por organizaciones internacionales. Al respecto es importante mencionar que las Universidades
en todo el país, han avanzado -en distintas fases, ritmos y no libre de resistencias- en acciones
concretas tanto para visibilizar a las personas con discapacidad como en la creación y
sostenimiento de espacios institucionales de acompañamiento de las trayectorias académicas de
las mismas, que garanticen la inclusión social en igualdad de condiciones que el resto del
estudiantado.
Entonces es de fundamental importancia que los/las orientadores vocacionales rompan
con concepciones clásicas normalizadoras de la discapacidad y construyan dispositivos de
1
Departamento de Acompañamiento a las Trayectorias Académicas Estudiantiles. Oficina de Inclusión
Educativa de Personas en Situación de Discapacidad. Horarios de Atención: Lunes a Viernes de 9:00 a 16:00
hs. Dirección: Calle Juan Filloy s/n, - Ciudad Universitaria. Teléfono: 0351 - 5353 -761 (Interno: 15402).
Correo electrónico: [email protected]
9
acompañamiento en el cual se respeten las singularidades de las personas, los derechos humanos
fundamentales y el registro de los elementos contextuales que como verdaderas barreras operan
en la construcción de proyectos educativos y laborales de las personas con discapacidad.
Interpela a interrogarse y ampliar la mirada, a formarse y actualizarse para poder
acompañar los proyectos de poblaciones diversas desde la perspectiva de derechos y asumir los
desafíos de consolidar tales áreas de vacancia.
Referencias bibliográficas
Clark, C (2020) El rol del psicólogo orientador. Ficha de cátedra. Orientación Vocacional y
Ocupacional.
Rocha, Capel, Durand, Gómez & Balero (2011) Estado de situación de las prácticas de
Convención sobre los Derechos de las personas con discapacidad. Ley 26378. Naciones Unidas
10
Universidad Nacional de Córdoba, (2010) Protocolo de Actuación para las Situaciones de
N° 1390.
11
Orientación Vocacional en el ámbito Educativo: una propuesta para pensar
desde los Oficios del Lazo
Introducción
Este escrito es un abordaje al campo de la orientación vocacional y al rol de la persona
orientadora en el ámbito educativo, partiendo de preguntas y ensayos de ideas que sin ánimos
de arribar a conclusiones invita a movilizar, reflexionar y pensar desde los “oficios del lazo”
alternativas que alojen, acompañen y desencadene procesos para hablar de las intenciones de
futuro. Oficios del lazo que se proponen una potenciación y no un disciplinamiento ni control.
Oficios que intervienen desde la palabra, la escucha, la presencia. Impulsar dispositivos,
espacios liberadores en la escuela para armar esbozos de proyectos, transitando la espera,
poniendo así en marcha el deseo. Fomentando preguntas e impulsando que algo “se ponga en
marcha” en la propia búsqueda. Promoviendo los “entre”, que eventualmente provoquen
efectos subjetivantes a través del lazo y habiliten pensar en potencialidades, alternativas,
futuros posibles y diversos.
1 Cabe aclarar que en estos párrafos se desarrollara lo que ocurre en la organización escolar de la provincia de Córdoba, invitando a
2
Se toma el concepto de dispositivo propuesto por Ana María Fernández.
estudiantes en circuitos educativos y laborales, creando además, condiciones de posibilidad
para el despliegue de diversidades. Esto supone una mirada de la subjetividad y las políticas
públicas, a partir de la cual se considera a la persona como ser autónomo, cuyo desafío será
encontrar un lugar para desarrollarse libremente (Rascovan, 2016).
La escuela acompaña y sostiene las trayectorias educativas de sus estudiantes
garantizando el derecho a la educación. La Orientación Vocacional se constituye, desde un
nivel de especificidad de lo educativo, en un derecho en tanto habilita la construcción de
sentidos acerca de la propia trayectoria educativa más allá del territorio escolar. De este modo
elegir qué hacer en la vida debe ser considerado un derecho. Lejos de intenciones adaptativas
y domesticadoras se debería intentar de manera creativa generar “espacios, momentos,
subjetivantes frente a la topadora objetivante de las prácticas de mercado” (Rascovan, 2016).
Se abre así la invitación a pensar el rol de quienes orientan desde los oficios del lazo,
los cuales insisten no tanto en incluir en el mismo sistema que produce más y más de lo mismo,
sino en sostener los gestos y las tentativas para que las ganas de vivir (no meramente de
sobrevivir) no se diluyan (Frigerio, et al., 2018).
Oficios que tienen como materia prima el encuentro con otras personas, introduciendo
así un “entre”, oficios que como sostiene Cornu en Frigerio et al. (2018), “…no están
orientados hacia un control o un dominio del otro donde esté en juego su domesticación o su
disciplinamiento. Oficios que, en cambio, se proponen una potenciación…oficios en los cuales
uno se preocupa y se inquieta por saber de qué modo, en qué momento debe intervenir con una
palabra, un gesto, una presencia. Oficios que siempre preguntan con qué ‘propósito’ y de qué
modo intervenir para que se desencadene un proceso (no que se fabrique un resultado), para
que algo se ponga en marcha”, el deseo tal vez.
Quedará como desafío ético y político pulsar en la escuela espacios liberadores que
acompañen a sus estudiantes reconociendo sus trayectorias reales, alojando desde la escucha y
la circulación de la palabra. Dispositivo que desencadene procesos admitiendo la incertidumbre
y resignando sentidos. Momentos para hablar de las intenciones de futuro, armar esbozos de
proyectos, visualizando expectativas y obstáculos, transitando el tiempo de espera, fomentando
preguntas e impulsando que algo “se ponga en marcha” en la propia búsqueda. Promoviendo
los “entre”, que eventualmente provoquen efectos subjetivantes a través del lazo y habiliten
pensar en potencialidades, alternativas, futuros posibles y diversos.-
Referencias Bibliográficas
Disponible en:
http://www.igualdadycalidadcba.gov.ar/SIPEC-
CBA/publicaciones/EducacionSecundaria/Separatas/Sep-Fvt.pdf
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N° 1, 2015
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http://www.inet.edu.ar/wp-content/uploads/2012/10/84-09-anexo01.pdf
Disponible en:
http://www.igualdadycalidadcba.gov.ar/SIPEC-CBA/publicaciones/ListadoAcciones2010-
2011/PMI%20-%20PEI%20(30-03-10).pdf
Aires: Paidós
-Terigi, F. (2009). Las trayectorias escolares, del problema individual al desafío de política
Desarrollo
La situación sanitaria mundial por la pandemia de COVID-19 ha complejizado los
modos de búsqueda y acceso al campo del trabajo, y la población universitaria no se encuentra
exenta, es posible advertir en los últimos años un incremento en las dificultades para el acceso
al trabajo y consecuentemente una profundización de la exclusión socio-laboral en estas
poblaciones (Neffa, 2020; Gavilán, 2006; Rascovan, 2013).
La orientación para la inserción laboral implica acompañar a sujetos que transitan estos
momentos vitales de una manera singular, situada y atenta a la complejidad que implica este
contexto. Las dimensiones analíticas que guían este trabajo son:
● Comprensión del contexto
● Inserción socio-ocupacional
● Rol Profesional
1
Las nuevas características laborales tienen una particular influencia en la juventud en
Argentina. La población juvenil suele acceder a empleos inestables, sin protección laboral y
con bajos salarios, incluso cuando se insertan en el sector formal de la economía (Jacinto,
2002). Este fenómeno se vislumbra en altas tasas de desocupación, que duplican al conjunto
de la población económicamente activa (INDEC, 2018).
A partir del nuevo contexto causado por la pandemia, Gavilán (2020) propone que
surgen nuevos interrogantes que comenzaron a emerger desde su rol profesional en torno a dos
puntos centrales, por un lado los proyectos futuros de los jóvenes o sujetos que se encuentran
en situación de elegir, y cómo acompañar esa instancia de elaboración de proyectos que pueden
ser personales, profesionales, laborales, etc. Y por otra parte, la problemática de la virtualidad
disruptiva. Este segundo punto surge a partir de la pandemia produciendo una inclusión masiva
de diversas actividades laborales, recreativas, formativas, entre otras, dentro del plano de lo
virtual. Resulta preciso destacar que aquí vale hacer una distinción entre la virtualidad
disruptiva y las TICs (Técnicas de la Información y la Comunicación) que se usan en la
orientación, respecto a estas últimas se trata de herramientas, programas, estrategias que
permiten dar a conocer y procesar información por medio de soportes tecnológicos.
Si bien, previo a la pandemia la tecnología digital desde hace muchos años ha cobrado
protagonismo generando grandes avances, su intromisión causada luego del 2020 fue masiva
y disruptiva, planteando nuevos escenarios donde transcurre, en muchos casos, gran parte de
la jornada diaria de los sujetos, la orientación tampoco fue una actividad exceptuada de ser
incluida en el plano digital.
2. Inserción socio-ocupacional
Consideramos al acompañamiento en los itinerarios vitales en este contexto complejo,
crítico y emergente, como hojas de ruta que permiten que las personas puedan transitar de un
punto a otro. Hoy los itinerarios vitales, y más específicamente, los procesos de “terminar la
carrera universitaria” y “comenzar la carrera profesional”1 Se caracterizan por ser
discontinuos, fragmentarios, complejos y no estar integrados en un proceso lineal (Rascovan,
2013).
Las instancias de ese itinerario, conceptualizadas como transiciones, son recorridas
muchas veces con incertidumbres dadas por un contexto que cada vez otorga menos margen
para la previsión. En las nuevas subjetividades epocales la vocación se experimenta como la
búsqueda de un objeto que brinde algún punto de identidad y estabilidad, pero de manera
paradójica que responda al cambio constante. Esta ambigüedad ante la imposibilidad de obtener
certidumbres en escenarios de cambio constante, produce cierta vivencia de desamparo,
ansiedad y desorientación (Muñiz Terra, 2012; Jacinto 2002). En este sentido, el rol de la
orientación vocacional propone un acompañamiento en el momento de transición en el que la
vida misma se convierte en una experiencia desestructurante que implica una puesta en marcha
de reacomodamientos subjetivos constantes (Rascovan, 2013; Jacinto, 2002).
1
Estas expresiones son tomadas de los talleres analizados en donde las personas no sólo expresaban la necesidad
de terminar una cosa para comenzar la otra, sino en la mayoría de los casos, realizar ambas actividades de manera
paralela. Por otro lado, si bien se puede finalizar la carrera de grado y obtener un título, consideramos que los
itinerarios educativos no son lineales y existen actualizaciones profesionales que se dan de manera continua a lo
largo de toda la carrera profesional. De igual manera la inserción profesional no se da al finalizar el grado, sino
que en muchos casos puede comenzar antes, con actividades exploratorias, prácticas, pasantías, etc. que vinculan
a la persona con el rol profesional futuro y con otras actividades que no estén necesariamente vinculadas a la
profesión.
2
Retomando aportes de Mirta Gavilán (2007) vinculados al paradigma de la
complejidad, afirmamos que las transformaciones en la sociedad actual requieren que la
Orientación Vocacional y Ocupacional contemple el contexto macro, los aspectos subjetivos y
las problemáticas psicosociales actuales del entorno cercano al momento de la intervención.
Los contextos dentro de los que se llevan a cabo los procesos sistemáticos (Pássera,
2017) de orientación para la inserción laboral, requieren que los profesionales adquieran un
gran conocimiento sobre los factores sociales, económicos, y del mercado laboral que le
permitan intervenir de manera directa sobre estos procesos. La utilización de conceptos y
categorías pertinentes a la época, serán uno de los recursos con los que se cuenta para el
ejercicio del rol (Rascovan, 2013). Nociones como empleo, ocupación, trabajo, formalidad-
informalidad, formación profesional, competencias laborales, habilidades técnicas, entre otras,
son claves al momento de realizar un diagnóstico situacional del orientado/a, establecer
criterios de orientabilidad y la posterior estrategia de acción.
El contexto actual presenta además para la orientación para la inserción laboral otras
prácticas, profesiones y roles que se vinculan de manera directa en el acompañamiento
profesional desde disciplinas vinculadas a la educación, trabajo social, relaciones laborales,
administración, recursos humanos y psicología organizacional. En este marco interdisciplinar
también se presentan pseudo-profesiones como el coaching ontológico, mentoring de carrera y
otras prácticas emergentes, cuyo objetivo central es la eficiencia de las personas dentro del
mercado laboral, descuidando a nuestro entender los factores contextuales y psíquicos
(Mansilla, 2019). En este sentido la Orientación Vocacional y Ocupacional desde el rol de la
psicología debe realizar una lectura crítica y situada frente las “recetas prescriptivas del yo”
que proponen el logro exitoso de la carrera sin mediar la salud mental y el lazo social. En un
mundo cada vez más flexibilizado, donde se impone la happycracia y el culto de la performance
(Pérez Gordillo, 2019; Ehrenberg, 2010), el individualismo se presenta como la única
alternativa frente a la vida en sociedad y el “ser exitoso”, como la única forma de inserción y
vinculación con el colectivo.
Parte del rol implica desmontar preconceptos y prejuicios del orientador/a vinculados a
los trayectos teóricos “normales” (Terigi, 2008), para acompañar la pluralidad de los procesos
deseantes en relación al quehacer con la vida, en un sentido productivo y no meramente
utilitario. Comprendemos que el sentido del concepto “producción” debe referir
necesariamente al trabajo como productor de subjetividad, vinculado al deseo, sin reducirse al
aspecto meramente económico (Dejours, 1998). A pesar de esto es importante no desconocer
desde el rol las necesidades materiales presentes en los sujetos al momento de avanzar en un
proceso, como así también las circunstancias de partida de cada uno/a que posibilitan u
obstaculizan la realización de su proyecto vital.
El desafío del orientador/a es reflexionar sobre su vivencia y experiencia sociosubjetiva
en el momento vital por el cual atraviesa. Esta experiencia de conflicto posibilitará la
elaboración problemática, que le permite al profesional generar un dispositivo que dé lugar al
abordaje de la misma desde la singularidad subjetiva, intersubjetiva y contextual, por medio de
estrategias que permitan interpelar las dificultades para la búsqueda de alternativas de abordaje
hacia alguna resolución (Bohoslavsky, 1971). El desafío será poder identificar los nudos
estructurales sobre los cuales intervenir.
Desde la dimensión instrumental del rol de quien orienta, en referencia a lo que propone
el antropólogo francés Marcel Mauss (1979) el cuerpo tiene diferentes usos en el ejercicio de
una actividad. Las técnicas corporales son el primer instrumento que se aplica al momento de
trabajar. El cuerpo en relación a la mirada, la escucha, la palabra, lo gestual, la postura, la
cadencia de la voz, cuestiones que están ligadas al encuentro presencial con el otro. Estos son
aspectos de los instrumentos que se implementan al momento de intervenir en el proceso.
3
En relación a la subjetividad, el trabajo de la orientación implica al deseo del propio
orientador/a en el cual buscará interpelar el deseo del orientado. El deseo en el sentido del
orientador es el bienquerer. Querer acompañar el proceso de decisión de un otro, no dar
respuesta sino incentivar a la pregunta para el desarrollo de una posición emancipatoria que
posibilite la toma de decisión de manera responsable sobre su propia vida. Desde esta
perspectiva se considera lo singular de cada sujeto, haciendo posible que emerjan saberes de
quienes participan de un proceso sistemático de orientación (Passera, 2017), siendo
protagonistas activos/as y constructores/as de las decisiones y caminos que establezcan, y a la
vez haciendo lugar al contexto circundante.
Respecto a la identidad del orientador/a, consideramos que el ejercicio del rol implica
a los puntos anteriores como también a las pautas de encuadre y resto de instrumentos que
posibiliten la intervención. Esta identidad se sitúa y se construye de manera permanente en la
intersección de los conceptos (cajas de herramientas), el cuerpo, la subjetividad y el contexto.
Por último, respecto al tercer aspecto considerado, el rol de la psicología desde un
enfoque de derechos humanos, permite intervenir en el desarrollo de políticas públicas desde
las que se promueva la promoción de la inserción profesional y laboral, considerando que cada
sujeto posee derechos y obligaciones por los cuales se debe garantizar en pos fomentar el
desarrollo de habilidades, oportunidades laborales reales y calidad de vida, tanto para la salud
física como también mental (Guendel González, 2002; Henao, 2015).
Lo que se pretende es aportar una perspectiva de la orientación teniendo en cuenta el
Modelo Teórico Operativo propuesto por Gavilán (2017) dado que permite abrir el horizonte
de la intervención en orientación, pensar su especificidad en contextos complejos en los que es
imperante diseñar políticas públicas en orientación que pongan en juego la idea de la
orientación como una herramienta de inclusión social que garantice los mismos derechos para
todas las personas (Ortúzar y Ruíz, 2020). En este punto es donde se inscriben diversos
programas de inserción laboral estatales o de ONGs para sectores sociales vulnerabilizados,
ayudas económicas y becas a estudiantes, entre otros.
Además, las transformaciones suscitadas en el marco regulatorio de la práctica dentro
de la psicología y los derechos humanos, en la actualidad nos posicionan en una línea histórica
que debe considerar como puntapié inicial de la complejidad, tomando en consideración el
paradigma de derechos humanos, la nueva Ley Nacional de Salud Mental, de Identidad de
Género y las ampliaciones a la Ley de Discapacidad vigente, entre los más notorios (Ortúzar y
Ruíz, 2020).
4
Cuadro Nº 1: Dimensiones conceptuales
5
Trayectoria y Cómo se proyecta el sujeto en el tiempo en
proyecto laboral relación al futuro deseado. Qué pasos de carrera
debería realizar, qué conocimientos debería
adquirir, qué alternativas para no caer en
proyectos estereotipados.
6
Aspectos éticos - Considerar la subjetividad de quien
accede a la orientación, considerándolo
como un sujeto de derecho.
5. Conclusiones
El estudio sobre el rol del/la psicólogo/a orientador/a vocacional y ocupacional,
presenta múltiples desafíos en esta época, por la situación sanitaria a la cual nos enfrentó el
COVID-19, el avance de la tecnología y telecomunicaciones en general, la extrema
vulnerabilización de las poblaciones que venimos atendiendo en Córdoba y por último, por la
necesaria adecuación que la universidad debe realizar para ocupar dentro de estos contextos y
que no necesariamente responde con la rapidez y efectividad requerida.
De esta manera, los proyectos colectivos laborales tradicionales se van diluyendo,
alterando, modificando (cooperativas, asociaciones, sociedades familiares), dando lugar a
nuevos proyectos ocupacionales que vinculan al trabajo por su mérito individual, y a las
organizaciones como espacios para la maximización de la productividad personal y grupal.
Los matices que adquiere la Orientación Vocacional y Ocupacional frente a la nueva
dinámica que adquieren las trayectorias vitales en nuestra época se juegan en el plano del falso
binomio inclusión - exclusión, que no hace otra cosa que presentar a quien no trabaja o estudia
como excluido de la sociedad. Es por esto que consideramos que el acompañamiento a las
trayectorias laborales debe superar el dilema moral y ontológico de trabajar con sujetos
excluidos del contexto, para considerar la dimensión contextual como el factor central y
generador de múltiples exclusiones por motivos de edad, género, discapacidad, clase social,
nivel de estudios alcanzados, lugar de procedencia, rasgos físicos, acceso a la vivienda y
tecnología para trabajar, aptitudes y competencias.
La exclusión generada “en manos del mercado” (teniendo en cuenta que por mercado
conceptualizamos a los complejos mecanismos que atraviesan las relaciones sociales,
educativas, laborales en toda nuestra sociedad de manera permanente (Zangaro, 2011), incluye
a gran parte de la población que por uno u otro motivo puede quedar fuera del ámbito laboral
de un momento a otro. A partir de nuestro trabajo pudimos dar cuenta que las profesiones
ofician como un amortiguador subjetivo frente a los embates del contexto.
7
Si bien no existe en todas las profesiones el pleno empleo, es evidente para nosotros/as
que la experiencia de las personas que transitan por talleres o procesos de orientación, vinculan
de manera afectiva, subjetiva e identitaria al título de grado universitario como estabilizador y
posibilitador frente a un mercado laboral cada vez más competitivo. Nuestro desafío como
orientadores/as es poder co-construir alternativas basadas en la situación de las profesiones en
cada momento histórico y los deseos subjetivos de quienes eligen esas opciones profesionales
para su desarrollo laboral futuro.
Resulta necesario trabajar sobre los estereotipos y prejuicios vinculados a no querer
trabajar o estudiar, representado por contradiscursos que presentan al “ocio” como forma de
resistencia frente al mandato de la sociedad actual. En el medio se encuentran innumerables
bifurcaciones a estas trayectorias esperadas, deseadas, demandadas, exigidas y es desde la
Orientación Vocacional y Ocupacional que se puede repensar la estrategia y táctica de acción
(Bohoslavsky, 1971). Desde el paradigma de la complejidad, el rol del/la orientador/a implica
la prevención primaria y perspectiva de derechos que involucra a las poblaciones y contextos
diversos en relación a elecciones y deseos, desarticulando el mandato a la exigencia que se
propone como ideal y revalorizando al trabajo como un derecho humano básico que debería
tener regulaciones y límites para evitar perjuicios en la salud (Fernández et al, 2019).
La singularidad subjetiva de quien ejerce el rol de orientación, en este caso con
formación en psicología, permite pensar en una dinámica móvil de trabajo en donde cada
profesional podrá elegir los “recursos auxiliares” que considere pertinentes (Pássera, 2017).
Esperamos que este artículo aporte categorías analíticas significativas para el trabajo con
sujetos en transición de la educación universitaria al campo del trabajo con herramientas
concretas para el desarrollo de talleres virtuales, que posibiliten los modos de inserción
profesional en los diferentes ámbitos laborales.
Bibliografía:
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Cabanas, E., & Illouz, E. (2019). Happycracia. Cómo la ciencia y la industria de la felicidad
8
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Gordillo, V. P. (2020). La dictadura del coaching: Manifiesto por una educación del yo al
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9
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Muñiz Terra, L. (2012). Carreras y trayectorias laborales: una revisión crítica de las
10
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11
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(comp.). Jóvenes y docentes en el mundo de hoy. Buenos Aires, Santillana, pp. 161-
178.
Trabajo y sociedad.
12
PROYECTO DE
ORIENTACIÓN Y TUTORÍA
Enfoques y propuestas para el cambio en la
escuela
Coordinación general
Marcelo Krichesky
EDITORIAL PAIDÓS
1
ÍNDICE
Los autores ................................................................................................................................. 9
Agradecimientos ........................................................................................................................13
PRIMERA PARTE
Proyectos de orientación y tutoría: contexto, enfoques y criterios para su desarrollo en la escuela
SEGUNDA PARTE
Los núcleos temáticos, sus contenidos y propuestas de proyectos de orientación y tutoría
Bibliografía...............................................................................................................................237
2
2. ORIENTACIÓN Y TUTORÍA EN LOS SISTEMAS EDUCATIVOS
TRADICIONES Y CAMBIOS EN LA GESTIÓN EDUCATIVA
Marcelo Krichesky
Actuales análisis en torno de la orientación vocacional nos plantean una perspectiva multidisciplinar
(con aportes de la psicología, la sociología y la pedagogía), por lo cual su función en la escuela se orienta a la
promoción de aprendizajes de los alumnos centrados en el conocimiento progresivo de sí mismos, ordenando sus
necesidades e intereses, reconociendo la influencia de los demás, conocimientos y ensayos sobre distintos roles
sociales y laborales.2 Desde esta perspectiva, la orientación vocacional aparece estrechamente relacionada con la
orientación ocupacional. Mientras que la orientación vocacional se desarrolla a partir del descubrimiento y
análisis reflexivo de la propia historia y experiencia de vida, la orientación ocupacional resulta de trabajar con
información pertinente respecto de roles, objetos, herramientas, técnicas y estrategias para efectivizar lo
vocacional (Gelvan de Veinstein, 1994).
Entre los sucesivos enfoques y estrategias de trabajo que se han desarrollado en los sistemas educativos,
han sido dominantes aquellos con una tendencia psicológica y clínica. Dichos enfoques son propios de la década
del '50 y su traslado a la escuela se realiza a partir de la estrategia del counseling,3 desde la cual la orientación
escolar aparece sesgada hacia la atención individualizada y hacia las problemáticas de aprendizaje y/o
vocacionales. A partir de los'60 y hasta los '80 se produjo un progresivo interés por la atención a grupos (group
counseling). Este cambio de estrategia presenta una transformación en la forma de entender el proceso
vocacional pasando de la consulta de tipo clínico a un enfoque centrado en el desarrollo personal, con influencias
de las teorías del desarrollo de carrera.4
En los '80, la formación para el trabajo se incorpora en los países desarrollados como uno de los ejes
prioritarios para el desarrollo de estrategias de orientación en las escuelas. Resulta notorio cómo en el transcurso
de la llamada “década perdida”, el impacto del desempleo juvenil y de las nuevas estructuras de transición
económica han influido en el mercado laboral y en el enfoque de los servicios de la orientación vocacional de los
países de Europa centrados en la vinculación con el mundo del trabajo a partir de pasantías y/o experiencias
intensivas en ámbitos laborales.5
Actualmente se identifican ciertas tendencias básicas de la orientación en su articulación con el currículo
escolar, emergentes en la mayoría de los casos a partir de procesos de transformación curricular y una nueva
configuración institucional de los sistemas educativos. Las propuestas tradicionales han presentado una relación
1
La gestión de estrategias de orientación en los sistemas educativos se inicia en la década del '60. El proceso y la modalidad
de incorporación presentan características comunes por su enfoque psicosocial. Vé anse Bisquerra (1996) y Rodríguez
Moreno (1995).
2
Véanse al respecto Gelvan de Veinstein (1994) y Müller (1995).
3
Los objetivos de este modelo clínico se dirigen a conseguir en los sujetos una máxima satisfacción y eficacia en las
actividades escolares y profesionales, con la perspectiva de planificar actividades viables para el logro de los objetivos y
proveerse de información para la toma de decisiones.
4
Dichas teorías, provenientes del campo empresarial, entienden la orientación desde una concepción holística y la “carrera”,
como la secuencia de roles del sujeto a lo largo de la vida. Esto incluye la ocupación, la educación, la familia, el tiempo
libre y la comunidad. Véanse Super (1957) y Gysbers (1984).
5
La implementación de programas de transición de la Comunidad Europea durante esta década ha exigido no sólo la
acogida de jóvenes desempleados, sino también el perfeccionamiento en la calidad de la educación y de la formación
profesional para desarrollar en ellos actitudes de flexibilidad y movilidad. Véase Rodríguez Moreno (1994).
3
fronteriza con el currículo escolar dirigida a la resolución de problemas de rendimiento escolar obstaculizadores
del aprendizaje. En esta forma de vinculación, la orientación estuvo en la “frontera” y, en ciertos casos, en un
lugar de externalidad respecto de la propuesta de enseñanza y de gestión. Como superación de estos enfoques y
su estilo de gestión institucional, las actuales propuestas de orientación y tutoría intentan otorgar un nuevo
sentido a la orientación en tanto proceso que impregna toda la propuesta de enseñanza y favorece los
mecanismos de apropiación de los contenidos en el aprendizaje individual y grupal. Al estar interrelacionada con
el proceso de aprendizaje, la orientación comienza a ser una función propia del equipo docente y, por lo tanto, de
sus objetivos y estrategias pedagógicas en el aula y en la escuela.
En los sistemas educativos existe en la actualidad una tendencia a iniciar la función de orientación lo
antes posible, desde el comienzo de la secundaria inferior (Cariola y Labarca, 1994). Estos cambios se
encuentran estrechamente vinculados al desafío en los '90 de articular políticas públicas que garanticen calidad y
equidad; es decir, favorecer trayectorias escolares con más años de escolaridad y con aprendizajes significativos
para la población escolar, en este caso adolescente. Esta temprana aparición de la función orientadora se
relaciona con tres fenómenos propios de la nueva configuración de los sistemas educativos: su carácter
comprensivo, el desarrollo de competencias y el desafío de garantizar una mayor retención de los alumnos en el
sistema:
Las características de las reformas comprensivas asociadas al desarrollo curricular de un tronco común
de conocimientos amplio y básico pueden generar mayor tiempo para la toma de decisiones y facilitan mejores
oportunidades de seguir aprendiendo y conocer en las distintas especialidades por las que los alumnos podrán
optar posteriormente y con mayor profundidad según cuáles sean sus intereses. Este principio de mayor
homogeneidad y amplitud del currículo de la educación básica genera un conjunto de problemas necesarios de
resolver pedagógicamente respecto de una progresiva diferenciación que experimentan los púberes y los
adolescentes, la cual se desarrolla no sólo por las características sociales y personales o por los conocimientos ya
adquiridos, sino también por los nuevos intereses que éstos han suscitado en sus procesos de escolarización.
Las nuevas dimensiones del currículo escolar estructurado sobre una base de competencias básicas
permitirían fortalecer la propia función docente en su carácter orientador y promover, a partir de sus prácticas de
enseñanza, el aprender-haciendo. Las competencias6 son capacidades complejas que se ponen en juego en una
multiplicidad de situaciones y ámbitos de la vida, que integran y articulan conjuntos de saberes de distinta
naturaleza y características (conceptual, procedimental y actitudinal). En tanto conocimiento en acción, la
formación de competencias implica comprender que saber algo no es haber recibido solamente información sino
también interpretarla, relacionarla con otros conocimientos y desempeñar acciones utilizando éstos y adaptarlas a
diferentes circunstancias.
Al extender la obligatoriedad educativa a diez años, los sistemas educativos se encuentran interpelados
frente al desafío de favorecer trayectorias escolares de los adolescentes con mayor permanencia en las escuelas,
por lo cual la orientación se constituye en una necesidad y una función favorecedora de dichos procesos de
democratización interna y de retención. En los sistemas educativos existen diferentes alternativas para gestionar
sus estrategias de orientación escolar. Algunas de estas alternativas de gestión resultan inherentes al desarrollo
curricular (por ejemplo: España, Portugal, Alemania, Dinamarca, Japón).7 En estos casos, las actividades más
comunes de los programas de orientación centrados en la transición del alumno de una escuela a otra, o de un
ciclo de enseñanza a otro de mayor complejidad curricular, consisten en visitas a otras instituciones, reuniones
6
Acerca de la formación de competencias en los sistemas educativos véanse entre otros, los trabajos de Coll (1987, 1990 y
1992), Braslavsky (1993), Filmus (1993), Tedesco (1993), Duschatsky (1995), Jacinto (1997) y Ministerio de Cultura y
Educación de la Nación (1998).
7
En Japón todas las escuelas cuentan por ley con un profesor de preparación para la vida activa (PPVA), encargado de la
orientación académica y vocacional. En Alemania, a partir de los '70, se denomina etapa de orientación a los dos primeros
años de secundaria, incluyendo un profesor orientador con una carga horaria semanal. En Dinamarca, las asignaturas de
orientación educacional y vocacional y de experiencia laboral resultan obligatorias. En Cuba, se presenta una estructura que
combina servicios externos, propuestas curriculares y actividades extraprogramáticas.
4
informativas con padres, asistencia a clases regulares de dichas instituciones o nuevo ciclo. Todas estas
actividades están pensadas para dar a los preadolescentes y sus familias la oportunidad de tomar decisiones
inteligentes, basadas en una información exacta y amplia sobre sí mismos y los programas escolares de su
comunidad (Hardgreaves, 1988).
La experiencia española constituye actualmente una referencia importante para analizar la
institucionalización de estos proyectos en las escuelas. En la reforma de 1970, en la que se instala una EGB de
ocho años y un bachillerato de tres años, existía un curso de orientación universitaria (COU) con un año de
duración y cuatro especialidades 8 que tenía la finalidad de efectuar la transición entre la secundaria y la
universidad. En 1990, y en el marco de la segunda reforma española (LOGSE: seis años de educación primaria;
cuatro años de educación secundaria obligatoria, y dos años de bachillerato), se considera que no se justifica un
curso completo de orientación, transformando esta propuesta en una acción propia de la función docente. A
partir de esta reforma se especifican contenidos 9 y propuestas para la acción tutorial.
Algunos estudios que analizaron empíricamente el nuevo sistema de tutorías observaron ciertos procesos
de conservación e innovación respecto de acciones tutoriales que se venían realizando previamente a la reforma.
La conservación aparece en el desempeño del rol de los tutores para la atención de problemáticas de indisciplina
y/o conflictos grupales. Las innovaciones que propulsaría esta nueva acción tutorial se observarían en un mayor
reconocimiento del papel del tutor por parte de profesores y padres para mejorar los niveles de rendimiento
escolar, la elección profesional y la articulación con la enseñanza (Ortega, 1996). Otras investigaciones
realizadas respecto del proceso de transformación actual y del rol del tutor en las escuelas españolas (Gimeno
Sacristán, 1996) consideran que al año de haberse implementado dichas acciones tutoriales no existía un impacto
significativo en la cultura escolar y en el vínculo que se genera con los alumnos. Se reveló que sólo para un 30 %
de alumnos el tutor representa una figura alternativa a la del profesor y con quien se puede desarrollar un vínculo
de mayor confianza para exponer problemas personales. No obstante, lo que también se observó es que este
vínculo resultaba más favorable al finalizar la primaria que durante el primer año del bachillerato.
Este tipo de resultado y análisis nos indica que la función de orientación y tutoría resulta compleja en su
desarrollo y que cobra una cierta particularidad de acuerdo con el nivel de enseñanza y la transición a la escuela
secundaria. Parecería que en la escuela secundaria es donde la acción tutorial asume mayores problemáticas en
su desarrollo debido al estilo de gestión pedagógica balcanizada y las condiciones institucionales que puedan
garantizar el trabajo en equipo docente. Uno de los desafíos actuales en la gestión de estos proyectos reside en
aprovechar de forma apropiada las posibilidades que puede ofrecer el proyecto curricular institucional para
integrar la orientación desde una perspectiva curricular (Bisquerra, 1996). No obstante, sabemos que entre las
prescripciones curriculares y la práctica docente existe un complejo proceso de resignificación dado por aspectos
individuales, profesionales e institucionales que condicionan el quehacer docente. Aquí reside uno de los
aspectos que le dan complejidad a estas acciones, lo cual requiere de alternativas pedagógicas que le otorguen
sentido y una cierta integración con los procesos de enseñanza y la gestión institucional.
En el sistema educativo argentino, y particularmente en aquellas escuelas secundarias que han contado
con equipos profesionales especializados, la orientación escolar se ha desarrollado a partir de estrategias y
proyectos vinculados a la atención sobre problemáticas de aprendizaje y de orientación vocacional. Esta se
desarrolla, en la mayoría de los casos, a partir de brindar información y generar espacios de reflexión acerca de
los diferentes intereses y opciones de estudios terciarios o universitarios que tienen los jóvenes al concluir sus
8
Dichas especialidades eran: científico-tecnológica, biosanitaria, ciencias sociales y humanidades, y lingüística.
9
Los contenidos funcionales y organizativos incluyen aspectos de la integración grupal a la organización escolar; los
contenidos informativos refieren a información para tomar decisiones personales o realizar opciones para su futuro. Los
contenidos formativos u orientadores refieren a la adquisición de un mayor autoconocimiento y autocomprensión,
prevención ante la delincuencia, droga, sida y participación y convivencia en la escuela. Los contenidos
técnico-metodológicos facilitan el aprendizaje, con metodología y acciones para mejorar la comprensión disciplinar.
5
estudios. A partir de la gestión del Proyecto 13 durante la década del '7010 y otras iniciativas institucionales
públicas y privadas, se han desarrollado en el sistema educativo regímenes tutoriales que intentan cambiar los
estilos de relación pedagógica, instalando nuevos criterios educativos. La función de tutoría se fundamenta en la
importancia del conocimiento de cada grupo escolar si se desea tener una educación más adaptada a las
necesidades y dificultades de los alumnos. Además, se propone el mejoramiento de las condiciones de
aprendizaje, lo cual implica orientar a los alumnos en lo concerniente a problemas de estudio o conductas
personales o relacionales (Del Regno, 1997).
Análisis y evaluaciones de estas experiencias realizados por sus mismos protagonistas, como así también
estudios provenientes del ámbito universitario,11 señalan que, a pesar de las previsiones de espacios y tiempos
para el desarrollo de un trabajo de tutorías con los alumnos, las escuela s no siempre disponen de condiciones
para la concreción de la tarea y que esta función no cuenta con la capacitación, el aval y el reconocimiento
suficiente desde sus actores para su desarrollo. En consecuencia, el rol del tutor resultaría difuso, sujeto en gran
parte a las características institucionales y de personalidad del docente que se hace cargo de dicha función.
En la actual transición y cambio de la propuesta curricular y organizativa del sistema educativo de los
'90 se promueve desde el ámbito del Estado una nuevo enfoque de la orientación y tutoría, entendido como una
función pedagógica del tercer ciclo de la EGB que contribuya a dar respuesta a las prioridades pedagógicas de la
escuela y al mejoramiento de los aprendizajes de los alumnos de 12 a 15 años. Su función se materializaría a
partir del desarrollo de proyectos pedagógicos que ofrezcan la posibilidad de priorizar el aprender-haciendo, o
sea trabajar con la experiencia y el desarrollo de procesos de conceptualización de la práctica que permitan la
formación de competencias. En este sentido, se concibe la planificación por proyectos como una metodología
que permite poner el acento en el hacer, privilegia la reflexión del alumno sobre sus propios procesos de
aprendizaje, prevé la participación de personas y organizadores de la comunidad y promueve innovaciones en las
prácticas de evaluación y recuperación de los aprendizajes que apunten a evitar la exclusión de los alumnos y
garantizar la calidad de los aprendizajes.
Esta nueva perspectiva tiene un sentido innovador en la escuela si propicia una relación activa con el
currículo real y favorece mayores y mejores vinculaciones entre las demandas y necesidades del sujeto
pedagógico, los procesos de enseñanza y los nuevos desafíos de la gestión institucional (Véase Ortega, 1997;
Martínez, 1997, y Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, 1997).
De esta manera, estos proyectos pueden contribuir a:
• Asistir a los alumnos y el trabajo docente en los procesos de transición por 7º grado, 1º y 2º año o
tercer ciclo de la EGB, para garantizar los diez años de obligatoriedad educativa y generar mayores
posibilidades de retención de los estudiantes que quedaban históricamente excluidos del sistema.
• Facilitar un mejor análisis y comprensión de las posibilidades y las opciones que los adolescentes
pueden tomar en cuanto a la continuidad de los estudios y/o trabajos, teniendo en cuenta que las
elecciones se construyen social y culturalmente y están fuertemente influidas por el origen social y
las experiencias vitales de los alumnos.
• Promover el desarrollo de nuevas propuestas pedagógicas centradas en el desarrollo de
competencias, elaborando para esto proyectos grupales e institucionales que estimulen la innovación
y el continuo involucramiento de los actores en el quehacer educativo y comunitario.
En el desarrollo de estos objetivos, los proyectos de orientación y tutoría enriquecen la función
pedagógica de la escuela, integrando acciones con significativa incidencia en el desarrollo curricular. En el
próximo punto nos detendremos en el aspecto de la gestión y coordinación de estos proyectos, que de acuerdo
con su estilo va a favorecer o no dicha incidencia y articulación con la propuesta curricular e institucional.
10
El Proyecto 13, que surgió con la ley 18.614/ 70 con modificaciones de las leyes 19.514/72 y 22.416/81, impuso una
modificación de la organización pedagógica a partir de implementar un régimen de profesores de tiempo completo o parcial
con obligaciones de clase y extraclase y la gestión de tutorías con los alumnos.
11
Cátedra de Psicología General y Psicología Psicoanalítica, carrera de Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y
Letras, UBA (1993-1997).
6
4. La coordinación específica de proyectos
Los proyectos de orientación y tutoría se desarrollan, fundamentalmente, para mejorar los procesos de
enseñanza y aprendizaje en la escuela. En este sentido, su coordinación constituye un aspecto complejo a
resolver en la gestión curricular de cada escuela. Reconociendo esta vinculación con el currículo, algunas de las
preguntas que deberíamos hacemos serían: ¿es necesario que exista algún miembro del equipo docente que
asuma el rol de tutor? o, por el contrario, ¿el equipo docente puede asumir la función orientadora?
Las experiencias ya realizadas en nuestro ámbito indican que no resultan suficientemente exitosas en la
medida en que sólo partan de una programación específica de un profesor/tutor sin la participación del equipo
docente. Por el contrario, parecería que las acciones tutoriales no impactan en la calidad de los aprendizajes y en
la gestión institucional si no forman parte de una planificación y de un trabajo colectivo del equipo docente.
Además, es cierto que al identificar al equipo docente como responsable de la coordinación de estos proyectos,
se corre el riesgo de diluir la coordinación operativa y la puesta en marcha, considerando especialmente las
condiciones salariales e institucionale s de trabajo que experimentan los docentes, la cultura profesional
balcanizada y las posibilidades limitadas de realizar un proyecto en conjunto.
Al respecto podríamos precisar algunos criterios de gestión institucional que faciliten el desarrollo de
alternativas para la coordinación de estos proyectos, a la vez que sitúen su papel mediador en relación con las
necesidades del sujeto pedagógico, el currículo y la institución escolar. En primera instancia, podríamos hablar
de un proceso de diseño y gestión a cargo del equipo docente y de una coordinación específica de los proyectos
de orientación y tutoría, quedando el trabajo directo con los alumnos a. cargo de una coordinación específica de
estos proyectos. De acuerdo con la característica de los proyectos, en la coordinación pueden participar
diferentes actores institucionales de manera rotativa (profesores, maestros, alumnos mayores, preceptores,
cuerpo directivo), según cada institución, situación pedagógica y temática que se aborde con los alumnos.
En segunda instancia, la coordinación específica de estos proyectos se caracteriza por su carácter
mediador entre los diferentes actores institucionales, sus demandas, necesidades específicas y la gestión
curricular que se propicie en el aula y en la escuela. En estos procesos de mediación se promueven cambios
conceptuales y actitudinales con el manejo del conflicto entre diferentes actores. En oposición al estilo
competitivo de los procesos tradicionales de negociación y su derivación en ganadores o perdedores, la
mediación favorece un estilo de trabajo cooperativo (Frigerio, Poggi y otros, 1992) y un acuerdo satisfactorio
que contempla los diversos intereses en lugar de que resulte la imposición o la determinación de quien aplica la
norma (De Alcaro, 1998).
Proyectos realizados sobre mediación en instituciones educativas (con importantes antecedentes en
Estados Unidos y Canadá, y algunos proyectos realizados en nuestro país)12 nos enseñan que constituyen
prácticas complejas vinculadas con la negociación entre partes y/o la resolución de conflictos grupales y/o
institucionales, con la potencialidad de favorecer mejores procesos de convivencia en la escuela a la vez que
prevenir situaciones de violencia en otros ámbitos (Ianni y Pérez, 1998). De acuerdo con el estilo de gestión
institucional y la “coherencia expresiva” (Schvarstein, 1998) las experiencias sobre mediación escolar
constituyen, en algunos casos, actividades aisladas o, por el contrario, resultan un dispositivo innovador para
iniciar procesos de transformación en los estilos de trabajo cooperativo que asume la escuela y sus actores para
la resolución de conflictos y el desarrollo de proyectos educativos compartidos.
En los proyectos de orientación y tutoría, la mediación se relaciona tanto con una tarea de “facilitación y
asistencia continua a los alumnos en su tránsito por el ciclo y los procesos de convivencia, participación y su
orientación futura al término del ciclo”, como también con la contextualización, y seguimiento de los
aprendizajes escolares. Esta mediación resulta compleja por los múltiples interlocutores (docentes, directivos,
familias, instituciones comunitarias, alumnos, etcétera) y los campos de intervención (Ortega, 1994) de la
coordinación de estos proyectos en la gestión escolar, como el psicosocial, el sociodinámico, el curricular-
institucional y el comunitario.
12
A partir de los años '80 se han desarrollado programas en escuelas sobre mediación y negociación. Por ejemplo: Conflict
Resolution Resources for School and Youth (CCRC, 1982), Resolving Conflict Creatively Program (1985). En la ciudad de
Buenos Aires, en 1997, se desarrollan experiencias de mediación con supervisores, directivos, docentes y alumnos de 6º y 7º
grado, con la inclusión actual de escuelas secundarias. Véanse Girard (1997), Horowitz (1998), De Heredia (1998).
7
• El ámbito psicosocial refiere a la relación que tiene el tutor con cada alumno en el nivel individual y
el conocimiento de su historia familiar, social, trayectorias escolares previas, su integración y
convivencia en el grupo y en la escuela, sus procesos de aprendizaje y las decisiones que van
tomando al término del ciclo en relación con el estudio y/o el trabajo.
• El ámbito sociodinámico refiere a la relación del tutor con el grupo aula y el conocimiento de las
dinámicas propias y cambiantes que adoptan los grupos de aprendizaje en el transcurso del año y del
ciclo en lo referente a la integración, los procesos de aprendizaje, la comunicación grupal, el
desarrollo de fenómenos de estereotipos, mecanismos de exclusión y discriminación social y sexual
en los grupos, los procesos de convivencia, participación y la atención a fenómenos crecientes de
violencia que acontecen en las escuelas secundarias.
• El ámbito curricular-institucional refiere al trabajo de identificación de prioridades pedagógicas, la
dinamización y seguimiento de procesos de aprendizaje que desarrolla la coordinación específica de
estos proyectos en acciones concretas con los alumnos y el equipo docente. Esto requiere de
espacios y tiempos institucionales en los que la coordinación específica de estos proyectos trabajen
junto con los demás profesores, docentes y equipo de conducción. Además constituye el valor
agregado de esta propuesta, ya que pueden vincularse los procesos pedagógicos y los proyectos
institucionales y evita la atomización de proyectos o bien que resulten sólo una respuesta a
demandas coyunturales y cambiantes.
• El ámbito comunitario refiere al trabajo con las familias13 de los alumnos, con instituciones cercanas
a la escuela y con otras propias de la sociedad civil que trascienden la vida cotidiana de los
adolescentes (medios de comunicación, empresas y microemprendimientos, gremios, partidos
políticos, movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales, servicios de salud, etcétera)
para facilitar el desarrollo de competencias sociales y la formación de la ciudadanía. Este abordaje
nos ofrece la oportunidad de incluir la problemática de la diversidad sociocultural, la exclusión
social, y de encontrarle el sentido a problemáticas actuales no restringidas al contexto inmediato de
los alumnos pero con cierto impacto en las experiencias vitales y sociales de ellos.14
El trabajo de mediación del profesor o del maestro que asuma la coordinación de estos proyectos da
cuenta de que la coordinación de la orientación y tutoría constituye una acción que debe construirse
paulatinamente partiendo de su historia y sus características organizacionales, el perfil y las prácticas
profesionales de sus docentes y directivos y la visión institucional acerca de la calidad y la equidad de la
enseñanza y el aprendizaje, las necesidades socioeducativas de los adolescentes, la gestión curricular y el
cambio.
A continuación se presenta un breve esquema que permite dar prioridad a las diferentes actividades que
realiza la coordinación de estos proyectos.
• Resulta un nexo con los demás docentes que tienen a cargo el mismo grupo de alumnos, generando
mayores posibilidades de afianzamiento de un proyecto curricular institucional y la articulación
interna de la propuesta pedagógica en el ciclo.
• Promueve el seguimiento personalizado de los alumnos, detectando conflictos y procesos que
puedan derivar en instancias de fracaso escolar y/o alejamiento del ámbito escolar.
• Asiste en la vinculación del conocimiento aprendido con las habilidades y experiencias individuales
y grupales.
13
El vínculo con las familias facilita el conocimiento de las relaciones afectivas de los alumnos y las expectativas de los
padres. Es necesario considerar la diversidad de estructuras familiares, sus condiciones de vida y experiencias vitales. Véase
Neufeld y otros, 1996.
14
Existe una serie de experiencias sobre el aprendizaje en servicio y el trabajo comunitario en las escuelas, por las cuales los
estudiantes aprenden y desarrollan una participación activa brindando servicios y atendiendo problemáticas de la
comunidad. Proporcionan opciones para aplicar, en situaciones concretas, conocimientos y habilidades que han aprendido
en la escuela; contribuyen a desarrollar un sentido de responsabilidad civil; introducen a los estudiantes a la realidad del
mundo laboral. En la Argentina, estas experiencias se desarrollan con significativa presencia en el sistema educativo.
8
• Asiste a los alumnos para que puedan elaborar sus proyectos de vida.
Estas funciones se enriquecen y complejizan aún más en la vida cotidiana escolar gracias a la trama
social con formas heterogéneas de existencia institucional (Ezpeleta, 1991) que se desarrolla a partir de prácticas
de reproducción, negociación y apropiación cultural, disputas de poder e intereses de los diferentes actores,
formas particulares de promover el acceso y la circulación de la información, la organización y gestión de los
recursos materiales y humanos, y apreciaciones divergentes en torno a los grupos de alumnos y los procesos de
transformación educativa, etc. Contrariamente a la homogeneidad atemporal, propia de los análisis
estructuralistas y reproductivistas, la heterogeneidad,, es una de las notas básicas de la vida cotidiana escolar
(Ezpeleta, 1986), en la cual las acciones de orientación y tutoría no resultan ajenas sino que forman parte de la
práctica pedagógica e institucional.
El desafío será considerar cómo estos nuevos proyectos, en tanto innovaciones que ingresan al terreno
escolar, participan de la cristalización, de estructuras rutinarias y burocráticas de la escuela, y de una cultura
pedagógica ajena a las necesidades de los alumnos y a los cambios científico-tecnológicos o, por el contrario,
enriquecen el espacio escolar con propuestas que nos ayudan a transformar la enseñanza, el tránsito de los
adolescentes por el sistema y la capacidad de aprendizaje de las propias instituciones educativas.
5. A modo de síntesis
Luego del análisis sobre las tradiciones y los cambios existentes en las propuestas de orientación en el
sistema educativo, resulta conveniente delimitar, en lo posible, los alcances y las diferencias conceptuales de la
orientación respecto de la tutoría, aunque a partir del desarrollo de proyectos que coexistan en la misma práctica.
La orientación resulta un proceso de ayuda técnica en el que se acompaña y orienta al adolescente para favorecer
decisiones reflexivas, autónomas y críticas en diferentes aspectos de su vida escolar y social. La tutoría, ligada
en sus orígenes con un rol de contención y protección,15 constituye una modalidad de relación pedagógica e
institucional que puede llevar a cabo un docente, un asesor pedagógico, un miembro del equipo de conducción,
etcétera.
Para el desarrollo de una acción tutorial se requiere un buen conocimiento de los alumnos: sus ideas
previas, lo que pueden aprender, los niveles de motivación, hábitos, actitudes, valores frente al estudio. Requiere
como condición el desarrollo de un proceso de empatía con el otro, 16 ya que es simultáneamente puente y canal
de transmisión de sugerencias, inquietudes y propuestas que se van recogiendo en las relaciones de trabajo con
otros miembros (maestros, profesores, preceptores, equipo de conducción). (Véase Sánchez Sánchez y otros,
1997.)
En estas relaciones sociales que se desarrollan con los diferentes actores también se ponen en juego
procesos de negociación y mediación17 que constituyen instancias de cooperación en vista de la resolución de
conflictos con el objetivo de ayudar a las partes en disputa a identificar sus intereses y resolver sus diferencias.
En el marco de estos procesos de mediación y negociación, la acción tutorial favorece una mejor calidad de la
enseñanza tanto en la organización institucional de la escuela como en la tarea cotidiana en el aula. Calidad en el
sentido de una mayor interrelación de la enseñanza, las prácticas evaluativas, las necesidades educativas de
alumnos y su diversidad cultural (Maruny I Curto, 1989).
La singularidad de los proyectos de orientación y tutoría se expresa en el propio ámbito escolar, a partir
de las características de los equipos docentes, las condiciones de organización institucional y los proyectos
pedagógicos. Estas dimensiones definirán un abanico y una diversidad de propuestas y acciones de trabajo. Por
estos motivos, la gestión de estas acciones requiere de un triple nivel de reflexión (Rué, 1994) por parte de
docentes, directivos, supervisores y/o especialistas de equipos técnicos en apoyo escolar/psicopedagógico. Estos
procesos de reflexión pueden desarrollarse en la práctica con un alcance individual, grupal o institucional.
15
La palabra tutor aparece en castellano en el segundo cuarto del siglo XV con el significado de “el que cuida y protege a
un menor o a otra persona desvalida”. Véase Ortega (1996).
16
La empatía entre sujetos resulta una condición relevante para propiciar una acción tutorial y de orientación. Supone
apertura y comprensión del adulto respecto del adolescente, involucramiento afectivo y flexibilidad en la revisión de los
propios es quemas conceptuales y de acción. Véase Repetto (1977).
17
Respecto de la mediación y la resolución de conflictos en las organizaciones, véase Girard y Koch (1997).
9
Individual, en el sentido de apropiarse del significado educativo de la orientación como parte del trabajo docente
de una determinada área o materia e introducir, de manera explícita, este componente en alguna de las
actividades de aprendizaje. Del equipo educativo del año o ciclo, para fijar prioridades de acuerdo con las
diferentes áreas curriculares, organizar y coordinar las acciones entre sí y con los alumnos. De la institución en
su conjunto, involucrando al equipo de conducción en el trabajo con la orientación y tutoría como nexo y eje que
favorezca un mejor proceso de enseñanza y posibilite un seguimiento de las trayectorias escolares.
Estos tres procesos de reflexión no resultan excluyentes entre sí. Por el contrario, el desarrollo de estos
tres niveles o alcances de reflexión sobre la orientación y tutoría potencian el desarrollo pedagógico de los
proyectos y garantizan mejores posibilidades de involucramiento del equipo docente y de conducción en su
organización y su gestión.
En el próximo capítulo avanzaremos en el problema de cómo se elaboran y formulan estos proyectos en
las instituciones, considerando tanto los aspectos estratégicos para su gestión como los contenidos que le otorgan
sentido pedagógico en la escuela.
10
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