Neumonia Asociada A Sars Cov2

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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS


ESCUELA DE MEDICINA

CÁTEDRA: NEUMOLOGÍA

DOCENTE: DR. BRIONES CLAUDETT


KILLEN HAROLD

ESTUDIANTE: DOUGLAS JONATHAN


MARCILLO MERCHÁN

GRUPO: MED-S-CO-8-1

CICLO II: 2023 – 2024


Neumonía asociada a SARS COV2
Una cantidad aproximada de 450 millones de casos al año son registrados como episodios de
neumonía. Sin embargo, lo preocupante es que de esta cifra, 4 millones de pacientes terminan
falleciendo. Por lo general, la edad de afectación varía, presentándose más comúnmente en la
primera y octava década de la vida (Menchén, Balsa Vázquez, Barbero Allende , &
Hernández García, 2022).
En base al escenario en el que nos encontremos, existen distintas categorías de neumonía y los
agentes que la engloban varían de igual manera. Ahora bien, si tenemos un caso asociado a
SARS-COV2, el contexto cambia junto a su índice de mortalidad, mismo que aumenta
exponencialmente. Actualmente, la vacunación y la información que se ha recabado estos
últimos años ha aminorado estos casos, pero si nos sumergimos en el contexto de la
pandemia, toda neumonía debía considerarse como un caso probable de COVID-19 (Elizalde
González, 2020). Por un lado, la neumonía presentaba índices de mortalidad elevada más que
nada en los niños, y por el otro, el SARS-COV2 se manifestaba con gravedad en personas
mayores y que tenían una enfermedades de base.
Además, hay que tener en consideración que por lo general eran las bacterias los agentes
causantes de una patología como la neumonía. Pero con la llegada del SARS-COV 2 se ha
puesto de manifiesto la relevancia que tienen los virus como agentes etiológicos, aunque sean
en episodios graves.
Trasmisión
El contagio es producido a través de tres mecanismos:
 Gotas de Flügge (pequeñas partículas en aerosol).
 Gotas de Wells (partículas mayores en aerosol).
 Contacto directo (relaciones interpersonales) o por fómites.
Aunque se debe tener en cuenta que la inmunidad, los factores de riesgo (edad,
inmunosupresión, enfermedades pulmonares, hábitos tóxicos, comorbilidades, entre otros) y
virulencia del microorganismo, tiene relación con la patogénesis y la gravedad del cuadro
(Menchén, Balsa Vázquez, Barbero Allende , & Hernández García, 2022).
Cuadro clínico
La presentación sintomatológica de la neumonía es inespecífica y se presenta con tos no
productiva, malestar general y fiebre. En lo que respecta al SARS-COV 19 hay características
particulares que ayudan a diferenciarlo como es la anosmia y la ageusia. Además, no hay que
obviar que el SARS-COV19 es una enfermedad sistémica, es decir, existirán síntomas
relacionados con otros órganos (Gil, y otros, 2020).
Diagnóstico
Aunque no existe ninguna característica clínica ni diagnóstica que ayude a distinguir de
manera confiable la etiología viral de la bacteriana. Los hallazgos analíticos principales que se
encuentran son:
 Linfopenia.
 Leucocitosis o leucopenia.
 Trombocitosis o trombocitopenia en casos graves.
 Elevación de reactantes de fase aguda (PCR, ferritina, dímero D, LDH).
 Hipoxemia con o sin hipercapnia.
 Alteraciones de las enzimas hepáticas y alteración de la función renal.
Aunque la combinación de una prueba viral positiva, una disminución de la procalcitonina, la
carencia de evidencia microbiológica de infección bacteriana (hemocultivos, esputo y/o
antígenos urinarios negativos) junto a los hallazgos radiológicos que sugieren infección
bacteriana (infiltrados lobares densos con broncograma aéreo), apuntan con alta probabilidad
a una etiología viral (Menchén, Balsa Vázquez, Barbero Allende , & Hernández García,
2022).
En lo que respecta a las pruebas de imagen, estas suelen ser demasiado heterogéneas, por lo
general.
 En una radiografía de tórax se observa en casos leves pequeños infiltrados localizados
en casos moderados, o los característicos infiltrados intersticiales bilaterales,
periféricos y parcheados en casos moderados y graves.
 En las imágenes de tomografía computarizada se suelen observar infiltrados
periféricos parcheados en vidrio deslustrado en el parénquima pulmonar. En casos
leves pueden no encontrarse estos hallazgos.
Sin embargo, si tenemos un elevado recuento leucocitario y la presencia de infiltrados
intersticiales bilaterales, ya se está sugiriendo una etiología vírica.
Por consiguiente, una vez confirmado, se deben implementar las medidas necesarias de
aislamiento para prevenir la transmisión. Por lo regular, este se mantiene hasta transcurridos
tres días desde la resolución de la fiebre y del cuadro clínico, con un mínimo de 10 días desde
el inicio de los síntomas, sin ser necesaria la realización de una PCR para levantar el
aislamiento (Menchén, Balsa Vázquez, Barbero Allende , & Hernández García, 2022).
En pacientes que precisan ingreso hospitalario, podrán recibir el alta hospitalaria si su
situación clínica lo permite, aunque su PCR siga siendo positiva, pero se deberá mantener el
aislamiento domiciliario con monitorización de su situación clínica, al menos 14 días desde el
inicio de los síntomas.
En caso de enfermedad grave o inmunodepresión, este período se puede alargar. No se debe
olvidar, que la principal secuela de la infección es la fibrosis pulmonar secundaria al depósito
de material hialino en las membranas alveolares y posterior infiltrado inflamatorio secundario
al daño agudo pulmonar.
Terapéutica
En general, el tratamiento para las infecciones virales siempre es de soporte. Aunque existe
evidencia que el tratamiento esteroideo ha demostrado disminuir la mortalidad en pacientes
con SARS-COV19, mismo que aumenta la mortalidad en el distrés respiratorio asociado a la
infección por el virus de la gripe, al igual que en las infecciones por SARS y MERS (Elizalde
González, 2020). Sin embargo, las medidas a considerar en el SARS-COV19 son:
 Oxigenoterapia.
 Profilaxis antitrombótica.
 Fármacos antivirales.
 Corticoterapia.
 Tratamientos inmunomoduladores.

Bibliografía
Elizalde González, J. J. (2020). Neumonía atípica y COVID-19 durante la pandemia. A
propósito de casos manejados exitosamente a domicilio. SciELO, 2-5.
Gil, R., Bitar, P., Deza, C., Dreyse, J., Florenzano, M., Ibarra, C., . . . Undurraga, Á. (2020).
CUADRO CLÍNICO DEL COVID-19. REVISTA MÉDICA CLÍNICA LAS CONDES,
1-10.
Menchén, D. A., Balsa Vázquez, J., Barbero Allende , J. M., & Hernández García, G. (2022).
Neumonía vírica. Neumonía en la COVID-19. ELSEVIER, 2-11.

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