Procesos Morfologicos

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ISFD N°29 2021 Lingüística y Gramática I

Lingüística y Gramática - Clase 12


Los procesos morfológicos

Bienvenidas y bienvenidos a la Clase 12 de Lingüística y Gramática. La clase


pasada comenzamos a estudiar una nueva unidad temática, centrada en la
morfología. En esa clase, nos ocupamos de identificar y caracterizar las unidades
morfológicas: la palabra y el morfema. Esta clase nos concentraremos en los
procesos morfológicos, que tienen lugar en el ámbito del léxico. Veremos que,
a partir de ellos, la morfología puede dividirse en dos grandes ámbitos: la
morfología léxica y la morfología flexiva. La primera estudia la creación de nuevas
palabras; la segunda describe la asignación de información gramatical, que
resulta relevante para la combinación con otras palabras en la frase

Los principales objetivos de esta clase serán:

• Presentar los procesos de flexión y de


formación de palabras y describir las
operaciones morfológicas que tienen
asociadas en español.
• Diferenciar los dos procesos morfológicos por
sus características.
• Ilustrar los procesos a partir de un corpus de
palabras.
• Profundizar en la morfología flexiva nominal,
en contraste con la flexión verbal, que ya
hemos estudiado previamente.

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01. Dos posibilidades con morfemas

Sigamos trabajando como lo hicimos la clase pasada, a partir de un corpus de


palabras para analizar y sobre las cuales reflexionar.

Observen el siguiente corpus y piensen por qué hemos agrupado las


palabras que lo conforman de esa manera:

(a)

1. bailar – bailé – baila – bailamos -bailaste


2. bailable - bailarín – bailongo – baile – bailanta –
bailotear

(b)

1. niño – niña – niños - niñas


2. niñez – aniñar - niñero - niñato - niñada - niñería –
aniñamiento - aniñadamente

(c)

1. bajo – baja – bajos – bajas


2. bajeza – bajar – bajada – bajamar – bajador – bajante –
bajativo - rebajar

¿A qué conclusiones llegaron? Compartimos las


nuestras en este video.

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Podemos dividir nuestro corpus en tres grupos de acuerdo con la raíz común que
presentan:

• (a) Raíz en bail-


• (b) Raíz en niñ-
• (c) Raíz en baj-

Como vimos la clase pasada, la raíz aporta el significado conceptual, referido al


mundo real (o imaginado). Las palabras que comparten una misma raíz
conforman una “familia de palabras”, de manera que en nuestro corpus anterior
tenemos tres familias de palabras. En el tercer grupo, una de las palabras,
bajamar, tiene dos raíces, así que se trata de una palabra compuesta. Además de
la raíz, podemos observar otra serie de morfemas, ligados, que se adjuntan a ella:
los afijos. La mayoría de los afijos de nuestro corpus son sufijos, porque se
posicionan luego de la raíz, por ejemplo: -ez, -s o -dor. Además, encontramos un
prefijo re- y un circunfijo, que rodea la raíz, en el caso de a-niñ-ar.

Hasta aquí, lo que hemos estudiado la clase pasada. Ahora, nos gustaría que
se concentren en lo que sucede con las raíces de nuestro corpus (todas las cuales
son morfemas ligados, de manera que necesitan completarse con otro morfema
para poder funcionar en la lengua) cuando les adjuntamos los diferentes afijos.
Observemos el primer grupo y comparemos:

1. Si a la raíz verbal bail(a)- le agregamos el sufijo -ble: ¿seguimos teniendo


un verbo? ¿Seguimos refiriendo a una actividad o referimos ahora a una
cualidad? ¿Estamos ante la misma palabra? ¿Son bailar y bailable la
misma palabra? ¿Estamos ante la misma clase de palabra?
2. ¿Y qué pasa si adjuntamos, a la misma raíz, el sufijo -é? ¿Seguimos
teniendo un verbo? ¿Seguimos refiriendo a una actividad? ¿Estamos ante
la misma palabra? ¿Son bailar (o bailo o bailamos) y bailé la misma
palabra? ¿Estamos ante la misma clase de palabra?

Si recuerdan lo que estudiamos sobre el paradigma verbal, habrán respondido


“sí” al grupo 2 de preguntas. Bailar, bailé, bailo y bailamos son la misma palabra,
o más precisamente, son diferentes formas gramaticales de un mismo
lexema. A partir del concepto abstracto de “lexema” agrupamos el contenido
conceptual y dejamos libre la posibilidad de que se asocie a diferente información
gramatical. El sufijo -é (al igual que los sufijos -ste, -mos, -a e incluso –(a)r)
aportan esta información gramatical, necesaria para que la palabra pueda
combinarse con otras en una frase.

En cambio, la respuesta a las preguntas agrupadas en (1) es “no”. Bailar y


bailable no son dos verbos; bailar refiere a una actividad, pero bailable, a una
cualidad. Estamos ante dos palabras distintas, ante dos lexemas distintos y no
ante dos formas gramaticales del mismo lexema. Incluso se trata de dos clases de
palabras diferentes: bailar es un verbo, pero bailable es un adjetivo. Entonces, la

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adjunción del sufijo -ble tuvo por resultado la creación de una nueva palabra
(de un nuevo lexema).

Las mismas respuestas encontrarán si contrastan la fila de arriba de los otros


dos corpus con la fila de abajo: niño, niña, niños y niñas son diferentes formas
gramaticales de un mismo lexema. Cada forma se logra con la adjunción de un
sufijo, que proporciona la información gramatical de género y número. Este
fenómeno se puede ilustrar también con el grupo (c), entre bajo, baja, bajos y
bajas, que son las diferentes formas gramaticales de este adjetivo. En cambio, las
filas de abajo de los grupos (b) y (c), de manera semejante a lo que observamos
para el primer grupo, ejemplifican nuevas palabras, que se crearon mediante
la adición de sufijos (baj-eza, niñ-ez), circunfijos (a-niñ-ar), prefijos (re-bajar) u
otra raíz (baja-mar).

Estos ejemplos muestran la diferencia entre los dos grandes procesos


morfológicos: los procesos de formación de palabras y los procesos de flexión. Los
procesos de formación de palabras crean palabras nuevas. Los procesos de flexión
agregan información gramatical, que resulta relevante para la combinación con
otras palabras en la frase (es decir, para la sintaxis).

02. Flexión y derivación

En los ejemplos anteriores vimos que, mediante la composición se crean


exclusivamente palabras nuevas, mientras que el mecanismo de afijación puede
dar por resultado la creación de una nueva palabra o la flexión. Entonces, cuando
combinamos raíces (o, como veremos más adelante, “temas”) estamos ante un
proceso de formación de palabras. En cambio, cuando adicionamos afijos
podemos estar creando palabras nuevas (como en el caso de bailable) o
expresando las diferentes formas gramaticales de una misma palabra (como en
bailé). Al primer tipo, asociado a la formación de nuevas palabras, se lo denomina
derivación. Al segundo tipo, se lo denomina flexión. En concordancia, los
afijos involucrados en un proceso de derivación son afijos derivativos y los
afijos involucrados en un proceso de flexión son afijos flexivos. Una misma raíz
puede combinarse simultáneamente, con afijos derivativos y afijos flexivos, como
sucede en: re-baj-aste. En español, solamente los sufijos son afijos flexivos.

En la sección anterior, adelantamos gran parte de las principales diferencias


entre derivación y flexión pero a continuación vamos a sistematizarlas:

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