Descubriendo Cientificas

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Descubriendo

Científicas
Gloria Lapeña Gallego
4

Prólogo
El acceso de la mujer a las aulas universitarias y a los laboratorios y
espacios para la investigación es hoy una realidad, pero no siempre
fue así. La autoría y el papel de las mujeres en la Ciencia han sido a
menudo oscurecidos o silenciados, junto con el enorme valor de su
aportación, muchas veces pionera, en campos como las matemáticas,
la física, la astronomía, la medicina, la psicología o la biología.

Descubriendo Científicas propone un recorrido por el trabajo y la


peripecia vital de treinta y ocho científicas e inventoras -aunque la
lista podría ser mucho más extensa- a lo largo de la Historia a través
de una mirada peculiar: la de los niños y niñas. Para ello, la Fundación
Séneca ha contado con la colaboración de Gloria Lapeña, quien
aceptó la propuesta de organizar un taller en el que los más pequeños
pudieran descubrir, por medio del lenguaje plástico y partiendo de
un texto elaborado específicamente para cada una de ellas, el inmenso
valor de las aportaciones de las mujeres a la Ciencia y a la Técnica.

Es el trabajo de esos niños y niñas sobre la figura de científicas en su


mayoría desconocidas para el gran público, el que deseamos mostrar
como forma de reconocer y hacer justicia a esa “otra mitad de la
Ciencia”.
6

Melanie
Klein
La psicoanalista infantil

“La técnica del análisis de niños pequeños”, “Principios psicológicos


del análisis infantil” y “Una neurosis obsesiva en una niña de seis años”
son los títulos de algunos de los trabajos que la psicoanalista Melanie
Klein presentó en Congresos Internacionales de psiquiatría. Apoyada
siempre por su hermano Emanuel, estudió Medicina en la rama de
Psiquiatría y fundó la Escuela Inglesa de Psicoanálisis.

En su obra más importante, “El Psicoanálisis de niños”, reflejó los


conceptos de la posición esquizo-paranoide que se desarrolla los tres
primeros meses de vida y que atiende a los instintos básicos de amor
y odio, y la posición depresiva a los cuatro meses, en la que el niño
siente que ha dañado a su madre por sus impulsos agresivos.

Marta, Elena y María Mercader Zapata


8

Carol
W. Greider
La genial disléxica

Carol W. Greider nació en California en 1961. Tuvo muchas


dificultades para entrar en la Universidad porque los exámenes de
selectividad no valoraban las cualidades que ella tenía. Carol era
disléxica.

Con solo veintitrés años, trabajando doce horas diarias en el laboratorio


junto a su profesora Elizabeth Blackburn, identificó una nueva enzima,
la telomerasa, una sustancia que protege los cromosomas de las células.

Los cromosomas son como bibliotecas llenas de libros donde está


toda la información que necesita la célula para vivir. Cuando la
célula se multiplica se dividen sus cromosomas. Una parte de esos
cromosomas, los telómeros, se van acortando. Llega un momento que
los cromosomas no se pueden dividir más y la célula envejece y muere.
Pues bien, la telomerasa impide que se acorten los telómeros,
permitiendo que las células se mantengan jóvenes más tiempo.

Antonio Galindo González


10

Rachel
Carson
Ecologista, un nombre en femenino

Nacida en 1907, su pasión por la naturaleza le viene desde niña. Vivía


en una granja y escribía historias sobre animales y el océano ¡A los 11
años publicó la primera!

Estudió Biología e hizo un Máster en Zoología. No pudo hacer el


doctorado por motivos económicos y tuvo que empezar a trabajar
como profesora y en la Administración de Pesca y Vida Salvaje como
escritora de textos de divulgación.

Se trasladó al campo de Maryland y allí se dio cuenta de que el DDT,


un insecticida para las plantas, destruía la vida silvestre. Preocupada,
escribió su libro más conocido, “Primavera Silenciosa”, por el que fue
acusada de comunista.

Podemos decir que Rachel Carson es pionera del Movimiento


Ecologista. Es importante pensar en las consecuencias que tiene para
la salud humana el deterioro del medio ambiente.

Elisa Castellón Campuzano


12

Grace
Murray Hopper
La Increíble Grace

Grace Murray nació en 1906 en Nueva York. Desde muy pequeña le


gustaba desarmar relojes para ver cómo funcionaban. Se le daban muy
bien las Matemáticas y fue siempre la primera de su clase en el colegio,
el instituto y la Universidad de Yale, donde obtuvo el doctorado con
una beca.

Se unió a las Fuerzas Armadas en la Segunda Guerra Mundial y


trabajó en Harvard, en un Proyecto de Computación dirigido por
el comandante Howard Aiken para construir la Mark I, el primer
ordenador electromecánico. Tenía 760.000 ruedas y 800 kilómetros
de cable.

Al acabar la Guerra trabajó desarrollando otras computadoras (BINAC


y UNIVAC I) y el primer compilador de la historia para procesar
datos (FLOW-MATIC). Eran los primeros ordenadores, máquinas
muy grandes que en nada se parecen a nuestros portátiles.

Ochenta y cuatro años es la edad con la que se retira esta mujer


conocida por sus amigos como “La increíble Grace”.

Álvaro Gallego Férriz


14

Rita Levi
Montalcini
La pensadora inmortal

Hay personas que viven una vida tan humana que además de su
conocimiento dejan algo imposible de borrar. Es más o menos lo
que quiso decir Rita Levi Montalcini (Turín, 1909) en su discurso de
nombramiento como Doctora Honoris Causa por la Universidad
Complutense. “Lo importante es la forma en que hemos vivido y el
mensaje que dejamos. Eso es lo que nos sobrevive. Eso es la inmortalidad”.

Rita comenzó sus estudios de Medicina muy tarde porque su padre


consideraba que no eran algo prioritario para una mujer. A los
setenta y cinco años recibió el Premio Nobel por sus estudios sobre
la multiplicación de las células. Hasta su muerte con ciento tres años
acudía todas las mañanas a su laboratorio en Roma y a su fundación,
dedicada a mejorar la vida de las mujeres africanas.

Lo que nos ha dejado, sin embargo, es algo que nunca morirá, como
ella misma decía: “Es ridículo obsesionarse por el envejecimiento.
Lo fundamental es mantenerse activo; intentar ayudar a los demás y
mantener la curiosidad por el mundo”.

Mujer científica, pero ante todo mujer humana, rechazó ciertos


ensayos genéticos: “Con fines terapéuticos, bien, pero los niños a la
carta como quería Hitler ¡nunca!”

Diego Soriano Romero


16

Barbara
McClintock
La genial solitaria

Nacida en Connecticut en 1902, Barbara McClintock se describía a


sí misma desde muy pequeña como “independiente, con capacidad
para estar sola”.

Vivió y estudió con sus tíos en Nueva York con el fin de aliviar las
dificultades económicas que pasaba su familia. Se matriculó en la
Universidad de Cornell, a pesar de la oposición de su madre, que se
resistía a que sus hijas hiciesen estudios superiores porque “perjudicaba
sus opciones de contraer matrimonio”.

Dentro de la botánica se sintió muy atraída por la reproducción del


maíz, la manera de teñir sus cromosomas para mirarlos al microscopio
y ver su multiplicación, la transmisión de sus caracteres dando
diferentes razas… Sus investigaciones y descubrimientos fueron
importantes para el avance de la genética en otros seres vivos distintos
de la planta del maíz.

Pero para llegar a concluirlos, Barbara tuvo que cambiar varias veces
de Universidad. Fue rechazada y a menudo no le avisaban para
las reuniones entre los compañeros de su mismo departamento.
Seguramente su descripción de “independiente, con capacidad de
estar sola” le acompañó los 90 años de su vida.

José Antonio Gallego Férriz


18

Jane
Marcet
Escritora de Ciencias y Economía

No es habitual que en pleno siglo XVIII una mujer esté apoyada


por su marido para desarrollar una profesión, y menos dentro de
las Ciencias Químicas. Janet Marcet fue una afortunada excepción.
Nació en Londres en 1769 y se casó con el médico suizo Alexander
Marcet. Pronto fue alumna de sir Humphry Davy. Realizó sus propios
experimentos en Química y publicó el libro “Conversaciones sobre
química”, aunque sin dar a conocer que lo había escrito una mujer.

Se interesó también por la Economía y en 1816 publicó “Conversaciones


sobre Economía Política”. En este libro expone, en forma de diálogo
entre dos mujeres, los conceptos básicos de Economía.

Estas publicaciones y otros libros para niños sobre diferentes temas


abrieron camino a la incorporación de otras mujeres en foros
científicos, económicos y sociales.

Pilar y Alberto Gomariz López


20

Gertrude
Bell Elion
El hada de las medicinas

Cuando estamos enfermos, nos encontramos mal o nos duele algo,


enseguida pensamos en una medicina mágica que nos cure.

Gertrude Belle Elion, hija de judíos emigrantes que nació en Nueva


York en 1918, puso especial empeño en investigar sobre las medicinas
a lo largo de toda su vida. Uno de los motivos por los que decidió
estudiar química fue intentar buscar un remedio para curar el cáncer,
enfermedad de la que murió su abuelo cuando ella tenía 15 años.

No lo tuvo nada fácil. Trabajó continuamente en solitario al mismo


tiempo que era profesora para mantenerse económicamente. Así
obtuvo gran cantidad de medicamentos, como el AZT para el
tratamiento del SIDA y algunos antibióticos.

Pero antes tuvo que ver las diferencias que hay entre las células
normales y las células del cáncer.

Arancha Belchí Cerón


22

Virginia
Apgar
La examinadora de bebés

La primera nota que nos ponen en nuestro expediente es al minuto de


nacer y después a los cinco minutos. La prueba de Apgar es un test que
se aplica actualmente a todos los bebés. Consta de cinco “preguntas”
y cada una “vale” dos puntos. Hay que sacar como mínimo un siete
para considerar un estado de salud normal.

La palabra Apgar no solo es el apellido de la primera o la única mujer


profesora reconocida en Columbia, sino que es un acrónimo de las
cinco “preguntas” que se valoran:

Apariencia
Pulso
Gesticulación
Actividad
Respiración

Virginia Apgar nunca creyó necesario manifestarse en un movimiento


feminista. Siempre pensó que “las mujeres están liberadas desde el
momento en que salen del útero”.

Isabel Medrano Haro


Paula Méndez Sáez
24

Mary
Anderson
Inventora del limpiaparabrisas

Mary Anderson fue siempre una gran emprendedora con iniciativa.


Nació en Alabama en 1866, al sur de los Estados Unidos. Toda esta
zona estaba bastante deteriorada por la Guerra Civil, que acababa de
terminar.

En una visita a Nueva York, mientras viajaba en tranvía, observó que


el conductor se tenía que bajar muchas veces para limpiar los cristales.
La nieve y el hielo no le dejaban ver el camino y resultaba peligroso.
En el mismo tranvía, Mary empezó a dibujar bocetos de lo que sería la
solución al problema: un palo de madera con caucho que podría hacer
girar el conductor con una palanca. Cuando se terminara el invierno
se quitarían y se guardarían.

La gente se burlaba de su invento y decía que era un peligro para el


conductor, pues le distraía en su trabajo.

Años más tarde, otra mujer patentó un limpiaparabrisas, pero ahora


automático.

Nerea y Jorge Ballesta Fructuoso


26

Ana Lluch
Hernández
La oncóloga 100%

Una de las enfermedades que más nos preocupa es el cáncer. La ciencia


que estudia el cáncer se llama Oncología y el médico especialista se
llama oncólogo. Ana Lluch es oncóloga en un Hospital de Valencia y
da clases de Oncología en la Facultad de Medicina.

Sus investigaciones las realiza principalmente sobre el cáncer de mama.


No es una enfermedad contagiosa, pero se hereda y hay personas con
más riesgo de padecerla. Por ello, es importante conocer qué genes la
trasmiten para intentar prevenirla.

Para la Doctora Lluch también son importantes las nuevas formas de


tratamiento de la enfermedad, como son algunas hormonas y agentes
citotóxicos, una especie de veneno para las células cancerígenas.

El título que utilizó en una ocasión para hablar del cáncer de mama
fue: “Hacia una Medicina personalizada del cáncer de mama”, y es
que su investigación trata de ayudar con tratamiento específico a cada
una de las pacientes con esta enfermedad que tanto preocupa a la
sociedad.

Alicia Frutos Albadalejo


28

Ellen Swallow
Richards
Una dietista de su tiempo

Esta química, nutricionista-economista y luchadora por los derechos


de la mujer científica nació en 1842 en Dunstable.

Se matriculó en el Massachusetts Institute of Technology de


Cambridge, siendo la primera mujer admitida en esa carrera. ¿Os
imagináis una clase en la Universidad con una única chica? No lo
debió pasar muy bien, sobre todo porque no le permitieron obtener
su doctorado por ser mujer.

Después de su experiencia en la Universidad consiguió dinero de la


Women’s Education Association de Boston para un laboratorio y
fundó la American Association of University Women, desde la que
animaba a las mujeres a formarse en las Ciencias de la Naturaleza.

También es la fundadora de una ciencia llamada “Economía


Doméstica”, una mezcla entre cocina, nutrición, abastecimiento
de agua, higiene y salud. Desde su puesto de trabajo en el MIT
investigaba en aspectos como la contaminación del agua o la mejora
de la nutrición de escuelas y hospitales, y explicaba la importancia de
la Economía Doméstica en los centros públicos.

Rafael y Francisco García Muñoz


30

Elizabeth
Blackwell
La primera mujer médico

Elizabeth Blackwell nació en 1821 en Inglaterra. A pesar de ser la


tercera entre nueve hermanos, su padre, dueño de una empresa para
refinar azúcar, pudo pagar la educación de todos sus hijos.

Antes de poder matricularse en la universidad de Ginebra en Nueva


York, Elizabeth Blackwell fue rechazada en otras diez universidades.
Cuando terminó la carrera le recomendaron que realizara cursos de
homeopatía para dedicarse a la práctica de la medicina no oficial.

Afortunadamente, no hizo caso y continuó en su empeño. Ciega de


un ojo y desilusionada por no poder dedicarse a la cirugía, fundó
con su hermana una escuela de enfermería para mujeres que dio a
conocer durante la Guerra de Secesión. Al terminar la Guerra fundó
una Universidad de Medicina para mujeres.

Marchó a Inglaterra y trabajó como catedrática de ginecología hasta


jubilarse con 86 años. Murió tres años después, dejando importantes
escritos como “La educación física de las jóvenes” y “Primeros trabajos
para la apertura de la profesión médica a las mujeres”.

Laura Caja Navarro


32

Ada
Lovelace
La encantadora de números

Augusta Ada Byron nació en Londres en 1815. Sus padres se separaron


un mes después. Su madre la educó en Matemáticas para evitar que
su hija heredase la mala reputación de su padre, el poeta Lord Byron,
intentando alejarla del mundo de la poesía y del Arte en general.

Con diecisiete años conoció a Charles Babbage, el padre de los


ordenadores, quien, impresionado de la inteligencia de la joven, la
apodó “La encantadora de números”.

A los veinte años contrajo matrimonio con William King, tomando


los apellidos del marido, y en este caso también el título nobiliario de
“Condesa de Lovelace”.

Su gran aportación a las Matemáticas fue la de describir el lenguaje de la


programación y la invención de la máquina analítica, un “ordenador”
construido por Baddage que realizaba operaciones trigonométricas y
otros valores. Por miedo al rechazo de sus trabajos, firmaba solamente
con sus iniciales.

Martina Moral Torregrosa


34

Marion
Donovan
Inventora del pañal desechable

Dicen que la creatividad nació cuando el hombre se enfrentó a su


primer problema. Y gracias a la creatividad de unos pocos, el resto de
la humanidad podemos solucionarlos.

Mientras el padre y el tío de Maion Donovan desarrollaban el torno


curvado para pulir parte de los coches y de los cañones de las pistolas,
ella, cansada de lavar los pañales y sábanas de sus hijos, diseñaba y
perfeccionaba una cubierta impermeable, inventando los pañales
desechables.

Después de vender esta y alguna otra patente, obtuvo una Maestría


en Arquitectura con cuarenta y un años. Eran solamente tres mujeres
en su clase.

Muchos de sus inventos fueron soluciones para la vida diaria en la


casa, como una jabonera que se escurría en el fregadero, un gancho
compacto para colgar treinta prendas, un hilo dental… Ante todos
estos inventos surgen los tópicos irónicos de “cosas de mujeres” y “eso
también lo invento yo”. Ni uno ni otro es cierto. Si puedes inventar
cosas tan útiles, adelante, la sociedad te lo agradecerá.

Lucía y Daniel Moreno Asís


36

Mary Phelps
Jacob
Inventora del sujetador

A principios del siglo XX, las mujeres elegantes llevaban unos


incómodos corsés de ballenas metálicas que había que ajustarlos con
unas cuerdas. La finalidad era estrechar la cintura hasta tamaños poco
saludables y elevar el busto.

En 1913, la dama neoyorkina Mary Phelps Jacob se estaba colocando


un elegante vestido de noche que dejaba ver el contorno de su corsé.
Con dos pañuelos de seda blanca, una cinta y un cordón, improvisó
y patentó el primer sujetador. Más tarde cedió los derechos de su
patente a la Warner Brothers Corset Company.

A pesar de que en los años 60 las jóvenes quemaban sus sujetadores


como símbolo de liberación femenina, esta prenda nació para liberarlas
del corsé y sus perniciosos efectos sobre la salud.

Emma Romero Peinado


38

Irene Baeza Morales


Antonio Muñoz Abool
40

Stephanie
Kwolek
Inventora del kevlar

A veces es más importante que una prenda de vestir nos proteja a que
sea de última moda. Policías y militares deben llevar bajo su uniforme
un chaleco antibalas que ya no tiene nada que ver con las incómodas
armaduras de los guerreros de otros tiempos.

El tejido con el que están fabricados estos chalecos se llama kevlar, una
fibra de color dorado cinco veces más resistente que el acero inventada
por la química polaco-estadounidense Stephanie Kwolek.

Desde muy pequeña disfrutaba con las clases de ciencias. Cuando


terminó el Bachillerato empezó a trabajar en una industria química. Tal
era su curiosidad, que a los cuatro años la trasladaron al Departamento
de Investigación de fibras textiles. Cuando descubrió esta sustancia
pensó que era un error, porque la mayoría de materiales similares al
kevlar son viscosos y no cristalinos.

En la actualidad el kevlar se usa también para la fabricación de cables


submarinos, cascos y frenos de coches.

Alexis Peña Morocho


42

Hedy
Lamarr
Inventora del Wi-Fi

Si nos dicen que Hedy Lamarr fue una famosa actriz de Hollywood
enseguida nos imaginamos a una hermosa mujer con una vida
superficial. Pero además, como ocurre con frecuencia en contra de los
tópicos fijados por la sociedad, Lamarr fue una gran inventora.

Desde muy pequeña destacó por su inteligencia y a los dieciséis años


comenzó a estudiar Ingeniería, carrera que abandonó a los diecinueve
para entrar como alumna en el teatro berlinés. Sus estudios de
ingeniería los retomó de manera casual. Obligada a casarse con un
magnate armamentista, Lamarr vivía encerrada en su casa, por lo
que aprovechó los contactos de su marido para obtener información
secreta de confidentes.

Se escapó a Estados Unidos y compaginó su carrera de actriz con la


científica, desarrollando un sistema de comunicaciones secreto, la
“técnica de salto en frecuencia”, precursor del actual Wi-Fi.

Eduardo y Paula Tigeros Mirete


44

Vandana
Shiva
Una ecofeminista solidaria

Hija de guardabosques y granjeros, Vandana Shiva nació en la India


en 1952. Estudió Filosofía de la Ciencia en Canadá. Todas sus
investigaciones le llevaron a crear la Fundación para la Investigación
Científica, Tecnológica y Ecológica, donde se trabajan temas
relacionados con la ecología. Entre otras, se deben a esta investigadora
estas iniciativas:

Programa Navdanya para impulsar y difundir la agricultura ecológica.

Universidad de las semillas para el estudio y mantenimiento de la


biodiversidad en agricultura.

Mujeres Diversas por la Diversidad para fomentar el compromiso de las


mujeres con el movimiento ecologista (Ecofeminismo)

Movimiento Democracia Viva para la regeneración del sentimiento


democrático inspirado en la no violencia de Gandhi.

Ha recibido dos premios nobeles (Alternativo, 1993 y de la Paz, 2010).

Paula Arense Moya


46

Jocelyn
Bell
La Estrella Bell

Jocelyn Bell nació en 1943 en Belfast. Siendo niña, un día visitó


con su padre el observatorio de Armagh y decidió convertirse en
radioastrónoma. Aprendió mucho con su profesor de Física, quien le
aconsejaba: “No tienes que aprender montones y montones de datos;
tan sólo aprende unas pocas cosas clave, y entonces podrás aplicarlas y
construir y desarrollar sobre ellas“.

Hizo el doctorado en Cambridge en el equipo de investigadores dirigido


por Hewish, trabajando en la construcción de un radiotelescopio para
estudiar los quásares, pero se fijó en unos destellos que circulaban a
gran velocidad en el firmamento y que emitían señales de radio. Tras
detallados estudios llegó a la conclusión de que había descubierto unas
nuevas estrellas, los Pulsares. Por este descubrimiento, Jocelyn Bell
debería de haber recibido el premio Nobel de Física, pero se lo dieron
al jefe de su equipo, Hewish, en 1974.

Reme Cambronero Pérez


48

Bette Nesmith
Graham
Inventora del Tipp-Ex

Cuando escribimos con bolígrafo y nos equivocamos agitamos nuestro


“tipex”, pintamos de blanco el error, esperamos a que se seque y ya
está, a escribir encima.

Antes de que existiesen los ordenadores con sus impresoras, todos los
trabajos se hacían a máquina de escribir. Si te equivocabas tenías dos
soluciones: o poner una X encima del error, o sacar el papel, tirarlo a
la papelera y vuelta a empezar.

Fue la secretaria Bette Nemisth Graham, nacida en Dallas en 1924,


quien puso fin a este gasto de papel y de tiempo. Ella era artista, pero
recién divorciada y con un hijo pequeño tuvo que buscar trabajo
fuera del mundo del Arte. Aprendió a escribir a máquina y consiguió
un puesto en el “Texas Bank & Trust”. Tanto le molestaba tener que
desperdiciar papel por las equivocaciones al escribir, que decidió
aplicar sus conocimientos en pintura. Mezcló témpera con agua en la
batidora y rellenó pequeñas botellitas etiquetadas con “Mistake Out”.

Los beneficios eran cada vez mayores y la fabricación se extendió por todo
el mundo. Con esta idea creó dos fundaciones para “apoyar al bienestar
de las mujeres y generar más esfuerzos en los negocios y las artes”.

Víctor López Gonzálvez


50

Françoise
Barré-Sinoussi
La liebre de Montaigner

El virus del SIDA es conocido por todos nosotros como el responsable


de una enfermedad bastante grave y actual. Desde el momento que
comenzaron los primeros casos del Síndrome de Inmunodeficiencia
Adquirida, los investigadores se lanzaron a buscar el responsable de la
enfermedad.

Los doctores Montaigner (Francia) y Gallo (EEUU) iniciaron una


carrera, casi una competición, por ser el primero en identificar el virus
del SIDA. Y ganó Montaigner. Eso lo sabe todo el mundo. Lo que
no es tan conocido es que no estaba solo en el descubrimiento. A la
sombra, o mejor dicho, marcando el ritmo de la carrera, la viróloga
francesa Françoise Barré-Sinoussi participó en el aislamiento del virus.

En esta ocasión, compartió el premio Nobel de Medicina y Fisiología.


Afortunadamente, tuvo un merecido reconocimiento.

Lola y Marina García Benítez


52

Henrietta
Swan Leavitt
Una estrella eclipsada

La astrónoma Henrietta Swan Leavitt nació en Massachusetts en 1868


y, tras graduarse, trabajó como calculadora en el Observatorio del
Harvard College. Su labor consistía en observar las placas fotográficas
de las estrellas y hacer pesados cálculos mecánicos.

Era una tarea poco valorada, pero a pesar de ello no perdió nunca
el entusiasmo. Estudió las estrellas variables Cefeidas, que brillaban
intermitentemente. Esta constancia de las estrellas le permitió calcular
su tamaño y la distancia a la que se encuentran de nuestro Planeta.
Un método que más tarde utilizaría Edwin Hubble con la galaxia de
Andrómeda.

Henrietta murió de cáncer a los cincuenta y un años. Uno de los


cráteres de la Luna lleva su nombre, en honor a los hombres y mujeres
sordos que han sido astrónomos.

Irene Gutiérrez Tomás


54

Ángela
Ruiz Robles
La inventora de la primera enciclopedia
electrónica

¿Os habéis detenido a pensar la cantidad de papel y dolores de espalda


que ahorramos sustituyendo los libros de texto del colegio por las
tabletas?

Pues la iniciativa de todo esto la tuvo una maestra española, Ángela


Ruiz Robles. Con su Enciclopedia Mecánica inventada en 1949
demostró su preocupación por hacer el aprendizaje en la escuela lo
más divertido posible. El libro se iluminaba, emitía sonidos, se podía
hacer zoom sobre las letras y dibujos…

Podemos decir que es la precursora de los e-books y las tabletas.


De todos modos, los libros de papel y las grandes bibliotecas no
desaparecerán nunca ¿no creéis?

Jaime Romero Peinado


Álvaro López Marcez
56

Lise
Meitner
Meitnerio, el elemento nº 109

Cuando nació la física Lise Meitner, lo tenía todo en su contra: año


1878 en Austria, en el seno de una familia judía y además, mujer. Así
comienza una historia de superación.

Fue la segunda mujer en graduarse en la Universidad de Viena. Se


trasladó a Berlín para seguir recibiendo clases y trabajó para el químico
Otto Hahn. Sin embargo, hasta los 35 años no recibió ningún sueldo.
Con el triunfo de Hitler huyó de Alemania y continuó investigando
junto a su sobrino. Ambos descubrieron que los núcleos de los átomos
se pueden romper todavía en partes más pequeñas. Lo que nunca
pudo sospechar Lise es que su observación se utilizaría para algo muy
perjudicial: la fabricación de la bomba atómica.

Debió ser una gran mujer como profesional (Einstein la llama la


Marie Curie alemana) y como persona. Antes de morir expresó su
deseo de ser enterrada en Bramley junto a su hermano. En su lápida se
puede leer: “Lise Meitner: una física que nunca perdió su humanidad”

Lise es otro ejemplo más de Premio Nobel olvidado, una mujer


cuyo mérito fue asignado a otra persona. El único recuerdo de sus
investigaciones está en la Tabla periódica: en su honor se nombró
Meitnerio al elemento químico nº 109.

Carlota Beltrí Castañeda


58

Margarita
Salas
Descubridora de lo invisible

Margarita Salas es una doctora en Bioquímica que nació en 1938 en


Canero, un pueblecito muy pequeño de Asturias, tan pequeño como
el virus que estudia, el ɸ29.

No, no es un virus malo que produce enfermedades. Es un virus con


cola y una cabeza donde tiene enrollado un ADN. Para reproducirse,
se pega con su cola a una bacteria y le inyecta el ADN. Una vez dentro,
la bacteria es obligada a fabricar muchas copias de ɸ29, que salen al
exterior al estallar la bacteria.

Gracias a la investigación de Margarita Salas otros investigadores


han podido avanzar en los estudios del ADN, entre ellos Kary Banks
Mullis, Premio Nobel de Química en 1993.

Apoyada siempre por su marido, también científico, Margarita Salas


ha sido siempre fiel a sus ideas: “El investigador tiene que ser riguroso,
tener libertad e imaginación y estar dispuesto a que el inmenso placer
de investigar guíe su vida. El trabajo es duro, pero la recompensa
merece la pena”

Silvia Martínez Muñoz


60

Erna
Schneider
Patente número 3.623.007

“Señorita por favor ¿me pone con el 573?”

Y al otro lado del teléfono la señorita introducía una especie de


enchufe con cable en el número 573 para que tú pudieses hablar con
la familia que tenía ese número. Y es que los teléfonos no tenían teclas
ni rueda de marcación. En las pocas casas que había teléfono fijo había
que descolgar y pedir comunicarse con el número deseado.

Erna Schneider Hoover, historiadora y filósofa (Nueva Jersey, 1926)


trabajaba como profesora en la Universidad de Yale hasta que se
trasladó con su marido a Nueva Jersey para trabajar en Bell, una
conocida empresa de telefonía.

En aquellos lugares se producían tal cantidad de llamadas que era


imposible atenderlas a todas. En 1965, la empresa anunció su
proyecto de computación electrónica que solucionaba el problema
y revolucionó la comunicación telefónica. Pues bien, la patente del
sistema era precisamente de Erna Schneider. Era la patente número
3.623.007. Erna recibía a los abogados de la empresa en su casa para
firmar los papeles de su patente, porque se encontraba de baja por
maternidad de su segunda hija.

Sara Pons Fernández


María Marín Ortega
62

Dorothy Crowfoot
Hodgkin
La escultora de moléculas

Hay algunas enfermedades con las que podemos convivir toda la vida.
Son las enfermedades crónicas, como la diabetes.

Afortunadamente, a medida que avanza la Ciencia, las personas que


padecen este tipo de enfermedades pueden hacer una vida normal. Y
para avanzar en el conocimiento lo primero que hay que saber es el
porqué de las enfermedades.

Dorothy Crowfoot Hodgkin, una química que nació en El Cairo (Egipto)


en 1910, descubrió las estructuras tridimensionales de numerosas
moléculas con un aparato de difracción de rayos X. Algunas de ellas
muy conocidas por todos: Colesterol, esa grasa que tanto nos preocupa;
Penicilina, un antibiótico para tratar enfermedades producidas por
bacterias; Vitamina B12, para prevenir la anemia; y… la insulina, el
principal proyecto de investigación de Dorothy.

La insulina artificial es la sustancia que necesita un enfermo de diabetes.


Por tanto, el conocimiento que aportó esta científica es muy importante
para la comprensión y lucha contra esta enfermedad.

Iván Bernal López-Picazos


64

Sara Margarit González


Esther Abool Yuste
66

Pilar Roig
Picazo
Científica del Arte

Cuando hablamos de “Ciencia”, nos imaginamos laboratorios


llenos de microscopios y frascos de vidrio para hacer experimentos y
descubrir vacunas y medicamentos. Pero la Ciencia abarca también el
estudio de la Historia, la Sociedad y el Arte.

A esta parte de la Ciencia se dedica Pilar Roig Picazo, nacida en 1949,


profesora de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de
la Facultad de Bellas Artes de Valencia y que trabaja también en el
Instituto Universitario de Restauración del Patrimonio de la misma
ciudad.

Ha restaurado obras de arte, como la cúpula de la Basílica de la Virgen


de los Desamparados de Valencia y la bóveda de la nave central en
la Iglesia de los Santos Juanes en Valencia, que fueron pintadas por
Antonio Palomino de Castro y Velasco a principios del siglo XVIII.

¡Quizás hay un futuro artista entre alguno de los ilustradores de este


libro! Nunca se sabe.

Ángela Magán García


68

Linda
Buck
Una bióloga con muy buen olfato

En muchas ocasiones, antes de comer algo ya sabemos si nos va a


gustar o no. Parece magia, pero sin verlo, ni probarlo, ni tocarlo, nos
imaginamos a qué sabe.

Todo este mundo de los olores, su recepción por la nariz y su llegada al


cerebro fascinó durante toda su carrera a la bióloga, médica y profesora
estadounidense Linda Diane Brown Buck. Por su investigación sobre
este tema recibió el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en el 2004.

Y es que el olfato es uno de los sentidos más enigmáticos. Cada célula


que reconoce un olor es diferente de la que reconoce otro distinto. ¡Así
hasta 10.000 olores diferentes!

Alejandro Fernández Franco


Roberto López Marcez
70

Patricia
Billings
Inventora del Geobond

A veces, cuando estamos trabajando en lo nuestro buscamos alguna


solución a un problema o dificultad. Después, esa solución puede
convertirse en un invento aplicable en otras cosas.

Es más o menos lo que le ocurrió a Patricia Billings, nacida en Missouri


en 1926. Era escultora de profesión y trabajaba con yeso. Una de
sus obras cayó al suelo y se rompió. Pensando en los escultores del
Renacimiento, decidió experimentar para encontrar alguna sustancia
que le diese más dureza al yeso.

Tardó nada menos que ocho años en descubrir esta sustancia, un


aditivo lechoso que crea un yeso indestructible. No se rompía, era
muy resistente al calor y no era tóxico.

Se llama Geobond y no sólo se utiliza en escultura, sino también en la


construcción de edificios, puentes y aviones.

Carmen Bernal López-Picazos


72

Beulah
Henry
La señora Edison

¿Por qué razón podrían llamar “La señora Edison” a Beulah Henry?

No, no estuvo casada con el famoso inventor, pero al igual que el gran
Thomas Edison, tiene en su historia un centenar de inventos y casi 50
patentes.

Una heladera, las muñecas de ojos de colores, esponjas con jabón…

Pero lo mejor… la fotocopiadora.

Bueno, no exactamente como la actual. Era una máquina de escribir


capaz de realizar cuatro copias de un documento. Parece una tontería,
pero era una época en la que no existían las impresoras actuales que
pueden hacer infinitas copias de un documento que tenemos en el
ordenador.

Marta Marín Ortega


74

Françoise
Dolto
Una psicóloga preocupada por los niños

Cuando los niños enferman de un resfriado, o cuando tienen fiebre,


se les lleva al pediatra. Cuando estan tristes o no se concentran bien
en el colegio, les ayuda el psicólogo. La francesa Françoise Dolto
seguramente fue famosa por sus descubrimientos en psicoanálisis de
la infancia porque era al mismo tiempo pediatra y psicóloga.

Ella pensaba que la infancia es importante para el desarrollo de la


persona y que el niño tiene un verdadero lenguaje desde que nace. Por
ejemplo, desde que empieza a desplazarse a gatas ya está expresando
su deseo de independencia de sus padres.

También estudió las relaciones con su padre. A través de él, el niño


o la niña se da cuenta de que es algo muy importante para su madre.
En principio parece algo malo para el bebé, que quiere acaparar
toda la atención, pero enseguida se transformará en su deseo de
individualizarse, de hacerse una persona única.

Al igual que la francesa Simone de Beauvoir influyó en los movimientos


feministas de su tiempo.

Mario Maggiora López


Daniel Herranz Collantes
76

Edith M.
Flaningen
“Inventora” de piedras preciosas

Algo que vemos muy normal es parar en una gasolinera para llenar
el depósito del coche. La gasolina es como el alimento para que los
vehículos tengan energía y nos puedan transportar.

Pero desde que el petróleo se extrae de las grandes bolsas que hay
bajo tierra hasta que llega a las gasolineras, tiene que someterse a un
proceso químico por el cual hay que refinarlo.

Una de las preocupaciones de esta química norteamericana fue obtener


gasolina eficiente, limpia y segura. Fue conocida por su trabajo sobre la
síntesis de las esmeraldas, una piedra preciosa de gran valor. Más tarde
sintetizará las zeolitas, unas piedras que tienen el aspecto de esponjas,
llenas de poros, que serán las utilizadas para “limpiar el petróleo”.

Sandra García Martínez


78

Evelyn
Berezin
La pionera del “Word”

Muchos trabajos que haces para presentar en el colegio o en el instituto


los “pasas a ordenador” ¿no es cierto?

Pues fue Evelyn Berezin, nacida en 1925, la que inventó el ordenador


de oficina cuando trabajaba en Underwood. Es conocida como la
madre de los procesadores de texto porque desarrolló la idea de un
programa para almacenar datos y editar textos.

Posteriormente fundó Redactron que es la primera empresa que se


dedica exclusivamente a procesadores de texto.

Lo más importante de su trabajo fue que Evelyn tuvo una idea brillante
y supo elegir una tecnología muy avanzada para poder llevarla a cabo.

María Galindo González


80

Marie
Curie
La señora Sklodowska

La que todos conocemos como Madame Curie, casada con el investigador


francés Pierre Curie se llamaba Marya Skolodowska. y nació en Varsovia.
Su padre era profesor de secundaria y su madre directora de un colegio de
señoritas en Polonia. Manya pasó una infancia y adolescencia entre varias
depresiones y trabajó como institutriz.

En 1891 se trasladó a París. Su hermana Bronia estaba estudiando


Medicina allí y Manya tomó la decisión de matricularse en la Sorbona.
Era una chica solitaria, vestía pobremente y solamente se interesaba
por los libros. Allí estudió Física y Matemáticas y conoció a su marido.

Marie Curie, como se llamó a partir de ese momento, no tuvo nada fácil
su carrera investigadora por el hecho de ser mujer. Sin embargo, tuvo
su reconocimiento y en 1903 el matrimonio fue galardonado junto
con Becquerel con el Premio Nobel de Física por el descubrimiento
de la radiactividad.

Ocho años más tarde, Marie recibió el Premio Nobel de Química por
sus trabajos sobre el radio. Se convirtió así en la primera persona en la
historia con dos Nóbeles.

Blanca Lacunza Escolano


Graciela Rodríguez Valero
82

Irène
Joliot-Curie
La niña Curie

Cuando oímos hablar del matrimonio Curie enseguida pensamos en


Madame Curie y su marido Pierre, ambos Premio Nobel. Pero además
tuvieron una hija, Irène, que nació en París en 1897 y también fue
Premio Nobel.

Irène estudió Física y Química durante la Primera Guerra Mundial, al


mismo tiempo que ayudaba haciendo radiografías en varios hospitales
de Francia. Se casó con otro científico, Frédéric Joliot, ayudante de su
madre. Puede ser que las oportunidades académicas que tuvo Irène
se deban a su propia madre, pero también es verdad que la fama de
Madame Curie eclipsó todo lo que hizo su hija para la Ciencia.

Al igual que su madre, avanzó en la síntesis de elementos radiactivos,


los cuales, si se utilizan correctamente, tienen buenas aplicaciones para
diagnosticar y curar enfermedades. Trabajó siempre en colaboración
con su marido y murió de leucemia, enfermedad muy frecuente
en aquella época para quienes trabajaban sin protección contra la
radiactividad.

Teresa Herranz Collantes


84

Josephine
Cochran
Inventora del lavaplatos

La vida de la mujer en el siglo XIX giraba en torno a la cocina. Lo peor


es que después de comer se prolongaba el trabajo para fregar los platos.

El primer lavaplatos mecánico manual lo presentó Josephine Cochran,


una estadounidense nacida en 1839. La verdad es que ella no fregaba
los platos en su casa, pues era rica y tenía criadas que lo hacían. Sin
embargo, un día se empeñó y quiso que su vajilla china se tratase con
mimo: “Si nadie inventa una máquina de lavar platos, la inventaré
yo misma”. Y en 1886 creó su propio aparato, que patentó en 1888.
El 1893 lo presentó en la Feria Mundial de Chicago, pero solo se
empezó a utilizar en grandes hoteles y restaurantes. Seguramente era
más barato lavarlos a mano o pagar a alguien para que los lavase.
Además, ¡menudo armatoste para la cocina! Hay que conectarlo al
grifo y salen los platos totalmente mojados.

Menos mal que el lavavajillas se ha perfeccionado y ya tiene su


fontanería permanente y su sistema de secado. Pero claro, para que
se perfeccione un invento antes tiene que haber un inventor, en este
caso una inventora.

Inés Hernández Sarabia


86

Créditos
Portada, texto, diseño y maquetación:
Gloria Lapeña Gallego

Ilustraciones:
Esther Abool Yuste / Paula Arense Moya / Irene Baeza Morales / Nerea Ballesta
Fructuoso / Jorge Ballesta Fructuoso / Arancha Belchí Cerón / Carlota Beltrí Castañeda
/ Carmen Bernal López-Picazos / Iván Bernal López-Picazos / Laura Caja Navarro /
Reme Cambronero Pérez / Elisa Castellón Campuzano / Alejandro Fernández Franco
/ Alicia Frutos Albadalejo / Antonio Galindo González / María Galindo González /
Álvaro Gallego Férriz / Lola García Benítez / Marina García Benítez / Sandra García
Martínez / Rafael García Muñoz / Francisco García Muñoz / Pilar Gomariz López /
Alberto Gomariz López / José Antonio Gallego Férriz / Irene Gutiérrez Tomás / Inés
Hernández Sarabia / Daniel Herranz Collantes / Teresa Herranz Collantes / Blanca
Lacunza Escolano / Víctor López Gonzálvez / Álvaro López Marcez / Roberto López
Marcez / Ángela Magán García / Mario Maggiora López / Sara Margarit González /
María Marín Ortega / Marta Marín Ortega / Silvia Martínez Muñoz / Marta Mercader
Zapata / Isabel Medrano Haro / Paula Méndez Sáez / Elena Mercader Zapata / María
Mercader Zapata / Martina Moral Torregrosa / Lucía Moreno Asís / Daniel Moreno
Asís / Antonio Muñoz Abool / Alexis Peña Morocho / Sara Pons Fernández / Graciela
Rodríguez Valero / Emma / Romero Peinado / Jaime Romero Peinado / Diego Soriano
Romero / Eduardo Tigeros Mirete / Paula Tigeros Mirete /

Edita:
F Séneca

Colabora:
Germinal Comunicación

Depósito legal:
MU-284/2015

ISBN:
978-84-938899-2-0

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