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LA NOVENA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL: LA

LIBERACIÓN DE PARÍS.

¿Cuál fue el papel de la Novena Compañía de la Segunda División Blindada en


la liberación de París de la Segunda Guerra Mundial?

Palabras: 2198

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ÍNDICE

1. IDENTIFICACIÓN Y EVALUACIÓN DE FUENTES .......................................................... 3

2. INVESTIGACIÓN. ............................................................................................................. 5

1. Exiliados republicanos en el ejército francés. .............................................................. 5


a) El exilio republicano a Francia y al norte de África. ............................................... 5
b) El reclutamiento de exiliados en la resistencia francesa y la división Leclerc. ....... 5

2. La Nueve y la liberación de París. ............................................................................... 6

3. Conclusión. ................................................................................................................. 8

4. REFLEXIÓN ..................................................................................................................... 9

5. BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................. 10

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1. IDENTIFICACIÓN Y EVALUACIÓN DE FUENTES

A pesar de ser dos acontecimientos históricos consecutivos, es difícil para muchos


relacionar la Guerra Civil Española con la Segunda Guerra Mundial. Tristemente, esta
es una relación que ha sido tergiversada por unos y silenciada por muchos. En la
España de 1939 eran considerados unos derrotados. En cambio, en la Francia de
1944, unos luchadores por la libertad. Por ello, el propósito de este trabajo es describir
y reivindicar cuál fue el papel de la Nueve, una compañía del ejército francés
compuesta por soldados españoles, en la liberación de París de la Segunda Guerra
Mundial.

Para la realización de este trabajo de investigación han sido fundamentales las


dos fuentes analizadas a continuación.

- PONS PRADES, E. (1975): Republicanos en la liberación de París. Tiempo de


Historia, número 3, pp. 4-24.

Eduardo Pons Prades es un escritor e historiador español especializado en el


estudio de la participación de los españoles republicanos exiliados en la Segunda
Guerra Mundial. El propio autor participó en la Guerra Civil Española, se exilió a
Francia y luchó en la División Leclerc en la Segunda Guerra Mundial.

La obra narra con detalle los acontecimientos acaecidos desde el inicio de la


guerra en Francia hasta la liberación de París. Este trabajo incluye un gran número de
imágenes de soldados y mapas de la época.

Aunque no se tiene constancia de su participación en la liberación de París, es


sabido que su autor estuvo en contacto con los hombres que habían pertenecido a la
Nueve y con altos cargos del ejército francés. Fue coetáneo a los acontecimientos y
tuvo información de primera mano al estar en contacto con los soldados de la Nueve.

Las limitaciones de esta fuente se derivan de la parcialidad del propio autor. El


haber sido participante de unos de los bandos contendientes y tener una ideología
anarquista pueden condicionar la visión y el análisis de los hechos realizados por
Prades. A ello debemos añadir que el uso de información parcial proporcionada por

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otros combatientes, en este caso españoles republicanos, puede condicionar la
información proporcionada.

- MESQUIDA, E. (2008): La Nueve. Ediciones B, Barcelona.

Evelyn Mesquida es una periodista e investigadora que ha contribuido a la


memoria histórica mediante su colaboración en libros colectivos sobre los exiliados
españoles y su papel en la Segunda Guerra Mundial. Trabajó como corresponsal en
la revista Tiempo en París, donde investigó durante muchos años toda la información
asociada a la novena compañía de la División Leclerc. Consiguió entrevistar a un gran
número de supervivientes de los que obtuvo información muy valiosa.

Este libro cuenta la historia de la Nueve en su totalidad, comenzando en el final de


la Guerra Civil Española, con el exilio español a Francia y al norte de África y
finalizando con el fin de la II Guerra Mundial.

La obra contiene un gran número de testimonios de supervivientes de la guerra y


antiguos miembros de la Nueve y material fotográfico y periodístico. Aunque Mesquida
no vivió la Segunda Guerra Mundial, la fuente cuenta con testimonios de hombres que
vivieron la historia en sus carnes los acontecimientos. A pesar de todos estos aspectos
positivos, al ser Mesquida una periodista simpatizante con los combatientes de la
Nueve y al haber utilizado gran parte de sus testimonios para llevar a cabo su
investigación esta puede criticarse por su probable parcialidad.

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2. INVESTIGACIÓN.

1. Exiliados republicanos en el ejército francés.

a) El exilio republicano a Francia y al norte de África.

Citando las palabras de Alicia Alted en La voz de los vencidos: el exilio


republicano de 1939: “El exiliado se expatria para escapar de una persecución por
quien ejerce el poder, debido a sus opiniones o actividades políticas o religiosas, o
bien por formar parte de un grupo amenazado”. Esto ocurrió en los últimos meses de
la Guerra Civil Española (1936-1939), cuando los republicanos se vieron obligados a
abandonar de forma masiva España ante la victoria del general Francisco Franco.

En enero de 1939 más de medio millón de españoles huyeron a Francia y sus


colonias. El éxodo más grande de republicanos hacia Francia ocurrió tras la entrada
de las tropas enemigas a Cataluña a principios de 1939 en el fenómeno conocido
como ‘La Retirada’. A pesar de los intentos de Edouard Daladier (jefe del gobierno
francés del momento) de no dejar entrar a los republicanos a Francia, tuvo que
acceder a abrir las fronteras debido a la presión pública. Los exiliados españoles
fueron enviados a campos de refugiados franceses en los que vivieron en condiciones
infrahumanas al no estar el país preparado para recibir tal contingente humano.

b) El reclutamiento de exiliados en la resistencia francesa y la división Leclerc.

Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939, el gobierno francés,


que desconfiaba de los republicanos españoles, les dio a aquellos exiliados varones
de entre 20 y 48 años varias opciones: trabajar como obreros, luchar para el ejército
francés en la Compañía de Trabajadores Extranjeros, la Legión Extranjera o en los
Regimientos en Marcha de Voluntarios Extranjeros o retornar a España, como explica
Lidia Bocanegra. Aquellos que se negaron fueron enviados a campos de trabajo.
Cómo volver a España no era una opción viable para la mayoría de los exiliados,
muchos decidieron unirse a la lucha de Francia contra la Alemania nacionalsocialista.
Los que se alistaron en la Legión Extranjera fueron enviados en su mayoría a África.

El 14 de junio de 1940, tras la toma de París, Francia fue derrotada e invadida


por el Tercer Reich. Tras el armisticio, se organizó la resistencia francesa cuando el
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comandante Philippe Leclerc desarrolló el ejército de la Francia Libre. No tardaron en
unirse a su campaña las tropas de Pétain en África. Estas unidades consiguieron
derrotar al Afrika Korps del general Rommel. Tras la lucha en la Libia italiana del
ejército de la Francia Libre, el general de Gaulle dio la orden de abandonar Libia para
dirigirse a Marruecos. El 24 de agosto de 1943 se crearía de forma oficial la Segunda
División Blindada de Leclerc, también conocida como la División Leclerc. Estaba
compuesta por 16.000 hombres de los cuales 2.000 eran españoles. Esos 2000
estaban repartidos por toda la división, pero los que pasarían a la historia son los 150
soldados que pertenecieron a la Novena Compañía, también conocida como la
Novena o La Nueve, liderados por el capitán Dronne y reconocidos por la banderilla
republicana que llevaban en el brazo o por sus carros blindados que tenían nombres
como ‘Guernica’, ‘Ebro’ o ‘Guadalajara’.

2. La Nueve y la liberación de París.

Tras su estancia en África, la Segunda División Blindada fue enviada a Gran


Bretaña el 11 de abril de 1944. Durante los tres meses que permanecieron en
Inglaterra, los soldados estuvieron entrenando de forma intensa. El 1 de agosto
cruzaron el Canal de la Mancha y llegaron a Normandía. La Segunda División
Blindada fue la primera tropa francesa en desembarcar en Francia. Muchos soldados
españoles pensaban que el siguiente “desembarco” sería en la propia España.

Según Eduardo Pons Prades, durante la noche del 22 de agosto Leclerc


recibió la orden de dirigir sus tropas hacia el Este para llegar a la localidad francesa
de Vélizy-Villacoublay, que se encontraba a 20 kilómetros al sudoeste de la capital. El
día 23 de agosto, cuando estaban de camino, al mediodía, se cambió el objetivo a la
villa de Limours. Esta jornada recorrieron alrededor de 210 kilómetros bajo la lluvia.
La Nueve fue la primera compañía en entrar a Limours en la noche del 23. Leclerc se
encargaría de modificar la marcha, especificando que el asalto de la capital se
realizará por Longjumeau-Arpajon-Sceaux-Le Panthéon-La Porte d’Italie,
especificando los objetivos para cuando estuvieran dentro de París, siendo prioritario
apoderarse de la Préfecture de Police y cerrar la salida del Este de París, como indica
Pons Prades. En la mañana del 24 de agosto de 1944 la Segunda División Blindada
inició su marcha hacia la capital. Para cuando llegaron a París, los alemanes habían
formado un cinturón de hierro alrededor de la capital que tuvieron que disuadir usando
los carros blindados de la Nueve contra los cañones enemigos. Esa misma tarde,
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debido a la fuerte resistencia de las fuerzas enemigas, Leclerc daría la orden a Dronne
de infiltrarse entre las tropas combatientes y entrar a París. Por ello, la Nueve será la
primera compañía en entrar finalmente en París.

Uno de los objetivos principales que se tenía en la liberación era evitar la


destrucción de París como había ocurrido en otras capitales europeas como Varsovia.
Aquellos que habitaban la ciudad vivían una incertidumbre total. Aunque la capital
seguía ocupada por los alemanes, la policía parisina se había puesto de lado de la
Resistencia Francesa, permitiendo así el rápido avance de la insurrección. Los
soldados españoles de la Nueve llegaron a la plaza del Ayuntamiento parisina en la
noche del 24 de agosto, en cuyo alrededor colocaron sus carros blindados en posición
de defensa mientras Dronne establecía contacto con la resistencia parisina en el
ayuntamiento. Cada vez más personas se reunían en la plaza para recibir a los
soldados españoles, los cuales vivían una gran emoción mientras cantaban himnos
republicanos de la Guerra Civil a la vez que sonaban todas las campanas de París.

Aun así, la liberación no había terminado. La capital seguía ocupada por más
de 200.000 soldados alemanes armados. Para lograr su rendición, el general De
Gaulle se reunió con el gobernador de París el alemán Von Choltitz en el hotel Meurice
el 25 de agosto por la mañana. Mientras tanto, los soldados de la Segunda División
Blindada fueron enviados a deshacer los atrincheramientos alemanes que quedaban
repartidos por toda la ciudad. Como explica Evelyn Mesquida, “más de 3000
republicanos participaron en la insurrección parisina y jugaron un papel importante en
los combates”. Horas más tarde daría comienzo el ataque final al hotel Meurice debido
a la ausencia de respuestas del gobernador. Tres soldados españoles fueron los que
consiguieron atravesar la defensa alemana, entrar en el hotel, y desarmar a Choltitz y
su Estado Mayor. Al final, el gobernador acudió donde le esperaba Leclerc y firmó
finalmente su rendición. Los soldados de la Segunda División Blindada permanecieron
unos días más en la capital con el fin de restablecer el orden. Durante esos días, y
aunque los enfrentamientos tardaron en terminar, la capital rebosaba de alegría y
esperanza. Después de tres años, volvía a ser libre. La liberación había sido un éxito,
y, por tanto, para París, la guerra había terminado.

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3. Conclusión.
En definitiva, la historia de la Nueve no deja de ser una de las miles de historias
que la Segunda Guerra Mundial ha dejado, pero no por ello debe ser olvidada. A través
de este trabajo he pretendido reivindicar el importante papel que tuvieron estos
soldados españoles que lucharon contra el nazismo y ayudaron a que Francia fuera
liberada de su invasión. Citando las palabras de Cicerón: “No saber lo que ha sucedido
antes de nosotros es como ser incesantemente niños”, pues, aunque el tiempo borre
los rostros y nombres de los soldados de la Nueve, su hazaña seguirá viva mientras
haya quien la cuente.

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4. REFLEXIÓN

En este trabajo se han utilizado dos fuentes de gran calidad como son las de
Pons Prades y Mesquida. A pesar de esto, ambas tienen una gran limitación: el sesgo
ideológico con el que cuentan, pues ambos autores muestran una ideología y
pensamientos claramente favorables a la República Española. Esta circunstancia me
ha hecho reflexionar sobre cuán difícil es analizar los acontecimientos históricos de
una manera objetiva.

La historia, como ciencia que es, tiene una gran parte de objetividad: los
hechos son los hechos, y eso es irrefutable. Sin embargo, los seres humanos tienden
a percibir esos hechos de diferente manera dependiendo de su perspectiva política,
social, y, en general, en función de las experiencias vividas a lo largo del camino. Esto,
como es lógico, influye en gran medida en la forma en la que los acontecimientos
históricos son descritos.

Pongamos como ejemplo la contraposición de dos perspectivas diferentes ante


la liberación de París en 1944. El primero, Alois Brunner, que como se explica en
Drancy del United States Holocaust Memorial Museum, fue un oficial alemán de la SS
enviado a París para ser el encargado de la gestión del campo de concentración
Drancy, y el segundo, el propio Eduardo Pons Prades, periodista e historiador que
participó en la Segunda Guerra Mundial combatiendo en el ejército francés tras
exiliarse de España debido a sus ideas anarquistas. Mientras para uno la liberación
de la capital será algo que celebrar, para el otro conlleva su búsqueda y su posible
envío a un campo ruso para nazis o ser llevado a juicio donde puede ser condenado
a muerte. Para Pons Prades significa la victoria de su bando y un sinónimo de libertad.
En cambio, para Brunner, es la victoria de un enemigo al que desprecia. Del mismo
hecho se obtienen dos visiones prácticamente opuestas.

En conclusión, con esto quiero decir que dentro de una base objetiva como
son los hechos, la narrativa histórica dependerá en gran medida de aquel que la
cuente. Por ello, considero que sí es difícil describir acontecimientos históricos de
manera objetiva.

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5. BIBLIOGRAFÍA

- ALTED VIGIL, Alicia. La voz de los vencidos: el exilio republicano de 1939. Ed.
Aguilar, Madrid, 2005.

- BOCANEGRA, Lidia. 1939, el éxodo republicano. E-xiliad@s, noviembre 2009


(consultado el 7 de abril de 2023). Disponible en:

https://www.exiliadosrepublicanos.info/es/historia-exilio

- United States Holocaust Memorial Museum. Drancy. Consultado el 7 de abril


de 2023. Disponible en:
https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/drancy

- MESQUIDA, Evelyn. La Nueve. Ediciones B, Barcelona, 2008.

- PONS PRADES, Eduardo. Republicanos en la liberación de París. Tiempo de


Historia, 1975, número 3, pp. 4-24.

- ROCA, Paco. Los surcos del azar. Ed. Astiberri, Bilbao, 2021.

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