RESUMEN GONZÁLEZ NAVARRO Administrativo B
RESUMEN GONZÁLEZ NAVARRO Administrativo B
RESUMEN GONZÁLEZ NAVARRO Administrativo B
ÍNDICE
1) Los entes autárquicos en la Provincia de Tucumán.
2) Los decretos de necesidad y urgencia en la Provincia de Tucumán: su
constitucionalización y la ruptura del equilibrio entre los poderes del Estado.
3) El control público en la Provincia de Tucumán.
4) La relación de empleo público en Tucumán. Aspectos destacados. Su régimen
disciplinario.
5) Los procedimientos de selección del contratista del Estado en la Provincia de Tucumán.
6) El procedimiento administrativo de Tucumán bajo la mira del sistema internacional de
Derechos Humanos.
7) Régimen de los recursos administrativos en particular en la Provincia de Tucumán.
8) El instituto del silencio administrativo en la Provincia de Tucumán.
9) La acción de amparo en materia contencioso-administrativo en la Provincia de Tucumán.
10) Emergencia económica: efecto sobre la deuda pública y la constitucionalidad de la
consolidación de deudas en la Provincia de Tucumán.
11) La responsabilidad del Estado en la Provincia de Tucumán.
12) La responsabilidad de los funcionarios públicos en la Provincia de Tucumán.
13) El Instituto Expropiatorio en la Provincia de Tucumán.
1) LOS ENTES AUTÁRQUICOS EN LA PROVINCIA DE TUCUMÁN
En Tucumán los entes autárquicos solo pueden ser creados por ley. Así tenemos: El
Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano de 1969, a este ente le compete
elaborar y proponer al PE políticas y programas de viviendas y de ordenamiento y
desarrollo de los centros urbanos y responsabilizarse de su ejecución; La Caja Popular de
Ahorros de la provincia, este ente conforma el sistema financiero provincial y lleva a cabo
su accionar con la orientación económica y social que determine el PE, actuando como su
agente y siendo su finalidad primordial de índole social; El Sistema Provincial de Salud de
1984, destinado a cumplir funciones de organización, finalidad y gobierno de la salud en
toda la provincia (SIPROSA).
CARACTERÍSTICAS
Se rigen por el derecho público: esta característica refleja y reafirma la finalidad con que
fueron creados, asegurando la protección de necesidades básicas.
Tienen asignación legal de recursos: estas entidades se encuentran dotados por el estado,
ya sea en el momento de su creación o a posteriori, de los recursos económicos necesarios
para el cumplimiento de los cometidos propios del objeto del ente. Las leyes de creación de
los entes establecen las diferentes fuentes de donde reciben fondos para su actuar, en las
que se encuentran como una de las primordiales, la ley de presupuesto general actual. Se
puede destacar que si bien cada ente tiene un presupuesto propio, no tiene autonomía
absoluta en su ejecución, ya que debe coordinar con el propio estado central, los gastos e
inversiones de cada año.
A nivel provincial, la LPA establece de forma expresa que el administrado debe interponer
recurso de alzada, a diferencia del régimen nacional, tornando el control de tutela más
estricto. Pero a su vez, la normativa provincial mencionada establece de forma expresa que
el control que efectué el PE sobre los actos de los entes descentralizados solo será de
ilegitimidad, excluyendo de esta forma al control de oportunidad, mérito y conveniencia.
Esto se vincula con las circunstancias de que en la provincia no existen entes autárquicos
creados por decreto, únicamente por ley.
Otra diferencia es que en nuestra provincia los ministros carecen de competencia para
ejercer control administrativo o de tutela, respecto de los actos administrativos emanados
de los entes descentralizados que funcionan en sus orbitas, puesto que, se le ha atribuido tal
potestad al PE de forma directa (ley 4537) Mientras que en el sistema nacional es
competencia propia de los ministros.
Por otro lado, existen tanto a nivel provincial como nacional otros tipos de controles que se
efectúan sobre los entes autárquicos como el que realiza el PL, en cuanto a la autorización
presupuestaria anual o el control de las inversiones que estos entes ejecutan, mediante la
Auditoria General de la Nación (AGN) o la Sindicatura General de la Nación (SIGEN) para
los entes nacionales.
A nivel provincial existe por un lado la autorización presupuestaria del poder legislativo y
por el otro el control previo y posterior de sus fondos por parte del tribunal de cuentas
provincial.
Su finalidad debe ser pública: Es por ello que la doctrina distingue entre entes públicos
estatales que realizan actividades administrativas típicas, es decir, que persiguen fin
público, de otros que desarrollan actividades comerciales e industriales.
Responsabilidad subsidiaria del estado central: La doctrina mayoritaria entiende que los
entes autárquicos son responsables directos frente a terceros y de forma subsidiaria o
indirecta, al estado, no pudiendo serlo de forma solidaria. Es decir que el estado solo
responderá cuando el ente autárquico no pueda hacer frente a su responsabilidad, con los
fondos o bienes que le fueron afectados para el cumplimiento de sus fines.
Intervención: A pesar de la personería jurídica propia que poseen, estos pueden ser
intervenidos por parte del PE a fin de restablecer la normalidad alterada por el desempeño
ineficiente de los órganos superiores del mismo.
Parte de la doctrina entiende que la intervención es un control administrativo que se hace
mediante la designación de un funcionario especial que vigila o que sustituye a otro para
restablecer la normalidad del servicio gravemente alterado. Se distingue la intervención
preventiva, de mero control de vigilancia y la sustitutiva; la primera es poco común en
nuestro país, siendo de práctica la segunda. Para la procedencia de la intervención a una
entidad descentralizada deben darse situaciones de extrema gravedad que no sean
subsanables por medios normales de control. La misma sería entonces una medida
excepcional.
Entes autónomos
TRIBUNAL DE CUENTAS
Status jurídico: Se le ha reconocido un status de plena independencia y autonomía
funcional.
La constitución tucumana no ha ubicado el tribunal de cuentas en el capítulo del poder
legislativo, sino en uno específico referido al control público.
LA CARRERA ADMINISTRATIVA:
Consiste en el derecho a ser promovido a otros cargos de mayor jerarquía. Se destaca que la
carrera administrativa es un derecho que corresponde a los agentes con estabilidad y se
tendrán en cuenta exclusivamente criterios de idoneidad y razones de servicio.
Cobran relevancia las intervenciones de los organismos técnicos obligatorios que evalúan la
legalidad de la promoción propuesta; la dirección general de presupuesto que determina la
existencia de una categoría de la planta permanente vacante, el informe de la dirección
general de recursos humanos que realiza un examen de las funciones y desempeño del
agente de acuerdo al cargo sugerido a promover, y por último el dictamen de la fiscalía de
estado que realiza un control de legitimidad final antes del dictado del decreto del PE que
otorgue o rechace la solicitud de promoción.
El estatuto prevé en su artículo 11 inciso a, el ejercicio transitorio de funciones de mayor
jerarquía en relación a la categoría que el agente ostenta en titularidad. Este es un apartado
que presenta sus conflictos. El quehacer administrativo conlleva a que se asignen a los
agentes funciones de mayor jerarquía pero sin observar las condiciones legales que el
decreto 646/83 prescribe, especialmente a lo que atañe a la autoridad competente para
otorgarla para que den derecho a percibir la diferencia salarial de categoría, que es el PE.
En referencia a este punto la Corte en los precedentes Peñalver de Carpio y Villacorta
afirmó: la asignación de cargos de mayor jerarquía a los actores, solo pudo válidamente
efectuarse respetando el ordenamiento jurídico … no basta haber prestado servicios
solamente, sino q es necesario en cumplimiento de otros requisitos como lo es, entre ellos,
la existencia del cargo presupuestario y la previa designación por parte del PE…
básicamente se debe tener en cuenta que no habiendo sido designado por autoridad
competente y siendo un deber de los actores, impuesto normativamente, el abstenerse de
desempeñar funciones que no le fueran legalmente encomendadas , al haber incumplido lo
hizo por su propia cuenta y riesgo, sin que pueda endilgarle a la administración la
obligación de retribuirle.
Esta doctrina de la corte es categórica, no se le reconoce ningún derecho al agente que
ejerció un cargo a nivel superior, cuando dicha designación no fue realizada por el PE.
Igualdad: Constituye un principio esencial que debe estar presente durante todas las etapas
del procedimiento de selección e inclusive mantiene su vigencia durante la ejecución del
contrato respectivo.
Así, si se incluyesen cláusulas o especificaciones que favorezcan situaciones particulares, el
procedimiento debe ser revocado.
La modificación de los pliegos no puede tener lugar, aun cuando se hubiera presentado un
solo oferente, pues debe ponderarse la posibilidad de que las condiciones, recaudos, y
previsiones establecidos originaria// puedan haber limitado la concurrencia de oferentes al
procedimiento.
Otra de las manifestaciones de este principio es la inadmisibilidad de las propuestas que
contengan condicionamientos como así también las que son presentadas
extemporáneamente.
La igualdad debe articularse con los principios de concurrencia y formalismo atenuado; es
decir, los pliegos deben interpretarse de modo tal que, en caso de duda, frente a la
alternativa que excluye al oferente y de aquella que permita su participación en la
selección, debe prevalecer la admisión de la oferta, en tanto de ese modo se favorezca la
concurrencia.
El llamado a licitación
El llamado debe realizarse mediante el dictado de un acto administrativo y cumplir con el
régimen de publicidad y difusión en el modo y en el plazo correspondiente. En el régimen
provincial los llamados a licitación pub deben publicarse en el boletín oficial y en la página
oficial de la provincia por el término de 4 días con una antelación de 10 días a la fecha
fijada p la apertura. Deben comunicarse a todos los diarios locales de circulación en toda la
provincia. Los llamados deben contener la siguiente información: 1-denominación del
órgano licitante; 2-objeto de la contratación; 3- número de expediente y número de
licitación; etc.
Pre-adjudicación
Luego de labrar el acta de apertura el órgano competente debe remitir las actuaciones a la
comisión de evaluación, la que, previo examen de las ofertas admitidas producirá un
dictamen no vinculante acerca de la admisibilidad de las propuestas y aconsejará la
adjudicación a la propuesta que resulte más conveniente.
En el orden provincial a diferencia de lo que ocurre en el régimen nacional no está prevista
la impugnación del dictamen de pre-adjudicación. En caso de empate de precio, calidad y
condiciones de las ofertas que resulten más convenientes la pre-adjudicación recaerá sobre
la presentada por una PYMES que opere en el país y si aun así se mantuviese la paridad se
solicitará a los respectivos oferentes que en el plazo común que se les fije (3 días) formulen
una mejora del precio. De subsistir la situación se procederá al sorteo público de las ofertas
empatadas.
Adjudicación
Finalmente, el órgano competente debe adjudicar el contrato de modo fundado y definitivo.
En la provincia el tribunal de cuentas, órgano de control externo de la administración,
puede, en ejercicio del control previo que le cabe observar el acto administrativo de
adjudicación en lo referido a una oferta adjudicada, en cuyo caso si no media insistencia del
PE, se puede adjudicar a la oferta más conveniente de entre las restantes que hubiesen
resultado admisibles.
Cabe precisar que el órgano competente puede, antes de perfeccionar el ctto, dejar sin
efecto el procedimiento respectivo, lo q eventualmente no da derecho a reclamo de ningún
tipo a los oferentes.
Contratación directa:
Este procedimiento implica que la administración elige directa// a una persona a los fines de
celebración de algún tipo de contratación. Está previsto en la ley de administración
financiera, supuestos:
Cuando la operación no exceda de un determinado. En el orden nacional el dec 1023
consagra esta excepción condicionada a la imposibilidad de aplicar otro procedimiento. En
la provincia solo alude al monto, es decir a la escasa importancia económica del ctto. El
fundamento es que se agilizan los trámites y reduce las formalidades y los gastos.
Por razones de urgencia o emergencia imprevisible. Únicamente por el mínimo
indispensable hasta tanto se proceda al llamado licitatorio, siempre que se acrediten la
urgencia y la necesidad invocadas. En el orden nacional el decreto 1023 exige además de
que se trate de razones objetivas y que sean aprobadas por la autoridad máxima de la
entidad contratante.
Cuando realizada la licitación no hubiera propuestas o las habidas no fueran convenientes.
En este caso, la contratación directa deberá probar exhaustiva// la conveniencia de la
adjudicación propiciada. Al respecto, el reglamento de contrataciones distingue dos
supuestos: a) cuando la licitación se declara desierta por no haberse presentado ninguna
propuesta o; b) fracasada por inadmisibilidad de las propuestas presentadas, habilita la
contratación directa con prescindencia de un segundo llamado; en cambio cuando la
licitación es declarada desierta por ausencia de una oferta conveniente, la norma exige un
segundo llamado utilizando los mismos pliegos de bases y condiciones.
A su vez, establece dos excepciones a la exigencia del doble llamado: cuando sobrevengan
razones de urgencia imprevisibles y cuando el valor de los artículos o ítems no adjudicados
no supere el monto mínimo exigido para la licitación pública.
En el orden nacional, por el contrario, la norma exige, sin distinción alguna un segundo
llamado, como requisito previo a la posibilidad de contratación directa.
La adquisición o locación de bienes o servicios cuya producción o prestación sea exclusiva
de quienes tengan privilegio para ello o que solo posean una persona o entidad y no hubiere
sustituto conveniente. Es necesario p q proceda esta excepción, que no haya otros sujetos
que presten o provean los servicios o bienes que requiere la administración amparados por
un privilegio, y que en caso de ser un solo particular el que reúna tales características no
haya sustitutos convenientes.
La contratación de artistas, técnicos o científicos o sus obras. Ello razón de que se trata de
un contrato intituto personae que tiene en cuenta la idoneidad especial del futuro contratista
del estado. Y que no es posible hacerlo con otras que no reúnan las condiciones que
aquellas tienen.
Cuando las circunstancias exijan que las operaciones del gobierno se mantengan secretas.
Cuando existiera escasez notoria en el mercado y siempre que se acredite debida// tal
situación. El reglamento prevé que la escasez debe ser corroborada a través de un informe
de la Dirección de Comercio interior de la provincia.
La publicación oficial.
La compra de semovientes por selección o remate público. Etc.
Finalmente, la ley de administrativa financiera consagra una formula residual al establecer
que la contratación directa procederá en todos los demás casos en los que, a criterio del
órgano legislativo, expresado mediante leyes especiales, ello sea conveniente y/o necesario
por razones de bien público, de conformidad a la letra o espíritu de la constitución.
Respecto al órgano competente para autorizar y aprobar las contrataciones es el PE cuando
el monto exceda de un determinado monto que se actualiza periódica//. Se designaran los
funcionarios q aprobaran o autorizaran los contratos cuyos montos sean inferiores.
Licitación privada
Es un procedimiento similar a la licitación pública, con la salvedad de que en este la
concurrencia se encuentra más acotada. En cuanto al procedimiento a seguir el reglamento
establece que se deberán cursar invitaciones por un medio fehaciente a por lo menos cinco
productores, prestadores, comerciantes del rubro, con cinco días de antelación, invitaciones
cuya recepción por los destinatarios debe constar en el expediente administrativo, para
garantizar la concurrencia exigida. Aquí es donde radica la diferencia con la licitación pub,
ya que en esta ultima la invitación es pública indeterminada, para favorecer la mayor
concurrencia de oferentes.
Por último el reglamento prevé que en el acto de apertura se consideren aún las ofertas de
quienes no hayan sido expresa// invitados, es decir, el espíritu que anima la implementación
de este procedimiento es aligerar el trámite, no limitar la concurrencia, aun cuando ese es
uno de los efectos.
Concurso de precios
Consiste en el pedido de cotización, mediante un trámite simplificado, que el órgano estatal
dirige a distintos proveedores o potenciales adquirentes, locatarios o arrendatarios.
En cuanto al procedimiento a seguir se deben remitir invitaciones por cualquier medio, con
tres días hábiles de anticipación a la fecha fijada para la presentación de las ofertas, a por
los menos tres productores, prestadores, fabricantes o comerciantes. Las ofertas pueden
presentarse por escrito o a través de medios electrónicos.
RECURSO DE RECONSIDERACIÓN
Es el remedio dirigido a que el propio órgano que dictó el acto administrativo impugnado,
lo revoque, modifique o sustituya.
Actos contra los cuales procede –> tanto en la NACION como en la PROVINCIA:
a) Definitivos; son aquellos que resuelven el fondo de la cuestión planteada en el
pronunciamiento.
b) Asimilables a definitivos; son aquellos que, sin resolver el fondo de la cuestión,
impiden totalmente la tramitación (v.gr. caducidad del procedimiento).
c) Interlocutorios; o de mero trámite, son aquellos que resuelven una incidencia o
cuestión accesoria dentro del procedimiento administrativo (v.gr. una recusación).
Órgano ante el cual se interpone y órgano que resuelve el recurso –> tanto en la
NACIÓN como en la PROVINCIA: se interpone ante el mismo órgano que dictó el acto
impugnado, y es dicho órgano quien lo resuelve.
Plazos de interposición –> en la NACIÓN es de 10 días hábiles administrativos, desde la
notificación del acto que se pretende impugnar. En la PROVINCIA es de 8 días hábiles
administrativos.
Plazos de resolución –> en la NACIÓN es de 30 días desde su interposición, o bien desde
la presentación del alegato o vencimiento del plazo para hacerlo, cuando se hubieran
producido pruebas. Si la Administración no resuelve el particular puede reputarlo denegado
tácitamente, sin necesidad de requerir pronto despacho.
En la PROVINCIA no se establece un plazo (en realidad para ningún recurso). La cuestión
se encuentra expresamente regulada en la Constitución Provincial – artículo 21: toda
reclamación de índole administrativa debe ser despachada en el término de 3 meses desde
el día de su interposición. Vencido ese plazo, el interesado podrá tenerla por denegada y
concurrir directamente a la justicia –. El cómputo debe efectuarse conforme a los principios
generales de derecho contenidos en el artículo 25 del C.C.: “los plazos de mes o meses, de
año o años, terminarán el día en que los respectivos meses tengan el mismo número de días
de su fecha”.
El plazo inicia con la interposición del recurso, independientemente de las vicisitudes
relacionadas con la prueba, ésta es una diferencia con el régimen nacional. Esta
modalidad es más beneficiosa que la prevista en la nación, toda vez que asegura al
particular una fecha cierta, determinada y precisa a partir de la cual se computará el plazo
de resolución (lo cual constituye un derecho-garantía a su favor); y además lo exime de las
demoras y vicisitudes.
Consecuencias de la falta de resolución
a) Al igual que en el régimen nacional, el silencio es una garantía a favor del particular, que
funciona como denegatoria tácita del recurso;
b) Esta denegatoria es facultativa: puede optar por tener como denegado el recurso, o bien
esperar su resolución, interponer una acción de amparo por mora, etc.
c) La mora se produce en forma automática por el mero vencimiento del plazo, sin que
resulte necesario requerir pronto despacho.
La Constitución Provincial establece que el particular podrá tener por denegado el recurso y
acudir “directamente” a la justicia. Ese vocablo que utiliza, directamente, autoriza a
pensar que la habilitación de la instancia judicial es directa (sin necesidad de instar ningún
otro resorte en sede administrativa, por Ej.: recurso jerárquico).
El artículo 67 de la LPAT establece que el recurso jerárquico es necesario para agotar la vía
administrativa, pero la Constitución Provincial es una norma de rango superior, y su
artículo 21 parece contener una habilitación directa de la instancia judicial en los casos de
silencio de la Administración, lo que constituiría una suerte de sanción a la Administración
por su incumplimiento al deber constitucional de resolver las peticiones de los particulares.
El régimen NACIONAL no establece que sucede una vez que vence el plazo de resolución
y el particular ejerce la opción de tener por denegado tácitamente el recurso de
reconsideración. Es decir, no precisa si la instancia judicial queda habilitada directamente o
es necesario instar algún otro resorte en sede administrativa. Frente a ello, algunos autores
sostienen que el particular que opta por la denegatoria tácita de la reconsideración, debe
previamente requerir la elevación de las actuaciones al superior, para que resuelva el
recurso jerárquico. Creemos que esta interpretación es la correcta en el ámbito nacional,
teniendo en cuenta los términos del artículo 88 RNPA.
Motivos en que puede fundarse –> tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA:
a) Ilegitimidad del acto; tiene lugar cuando el particular invoca que el acto
impugnado es contrario a derecho, atribuyéndole (por ejemplo) un vicio en alguno de sus
elementos esenciales.
b) Oportunidad, mérito o conveniencia; el particular no está cuestionando la
legalidad del acto (es decir, reconoce que el acto se ajusta a derecho, pero afirma que su
dictado fue inoportuno o inconveniente).
Alcance de la revisión –> tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA es amplio, es
decir, el órgano que dictó el acto puede revocarlo, modificarlo, sustituirlo, etc.
El agotamiento de la vía administrativa –> tanto en la NACIÓN como en la
PROVINCIA el recurso de reconsideración es optativo. El particular puede interponer
directamente el recurso jerárquico o el recurso de alzada (según proceda) sin necesidad de
plantear previamente la reconsideración. Esta es la regla.
En la Provincia existen tres casos que, por excepción, es necesario interponer recurso de
reconsideración para agotar la vía administrativa:
a) Actos emanados de oficio y originariamente del Poder Ejecutivo.
b) Actos emanados de oficio y originariamente del órgano superior de un ente
autárquico (en este caso, primero se interpondría recurso de reconsideración, una vez
rechazado éste se interpone recurso de alzada y se agota así la vía administrativa).
c) Actos interlocutorios o de mero trámite que lesionan un derecho subjetivo o
interés legítimo, la interposición del llamado recurso jerárquico “menor” exige la previa
interposición y rechazo del recurso de reconsideración.
¿Qué se entiende por “acto emanado de oficio y originariamente”? Que el acto se haya
producido por iniciativa de la Administración (debe verificarse, además), que el afectado no
haya sido oído en forma previa a la emisión del acto, es decir, que el acto haya sido dictado
sin audiencia o intervención previa del interesado.
Los efectos de la interposición del recurso de reconsideración respecto del plazo para
deducir otros recursos
La pregunta es: la interposición del recurso de reconsideración ¿interrumpe los plazos para
deducir el recurso jerárquico o (eventualmente) el recurso de alzada?
En la PROVINCIA, respecto al recurso de alzada, la solución se encuentra expresamente
prevista en el artículo 68 LPAT: “en los casos en que la interposición del recurso de
reconsideración no es obligatoria, sino optativa, la interposición del recurso interrumpe el
plazo para interponer la alzada, el cual se computará desde la notificación de la denegatoria
de la reconsideración.
Respecto al recurso jerárquico, la cuestión no es tan clara. Algunos autores consideran que
la interposición del recurso de reconsideración interrumpe el plazo para deducir el recurso
jerárquico; esta postura tiene suficiente apoyatura en diversas disposiciones de la LPAT, y
es la que mejor respeta las garantías constitucionales del particular.
1) El artículo 40 LPAT establece que la interposición de recursos administrativos
interrumpe los plazos en curso. Es una norma general que alcanza (entre otros casos) al
recurso de reconsideración, porque no hay ninguna disposición que lo exceptúe.
2) El recurso jerárquico, luego de la reforma de la ley 6.311, debe interponerse en
forma actual, resultando formalmente inadmisible el recurso jerárquico en subsidio; pero
dicha exigencia no impide reconocer efecto interruptivo al recurso de reconsideración.
Forma actual: significa que debe interponerse dentro de los 15 días de notificado el acto
definitivo o asimilable que genera perjuicio; o bien dentro de los 15 días de notificada la
denegatoria del recurso de reconsideración (con lo cual cesa la causal de interrupción
prevista en el artículo 40 LPAT, y por ende se reinicia el plazo interrumpido). Una vez
vencido este último plazo sin que el particular interpusiera el recurso jerárquico, recién
entonces, podría decirse que el acto se encuentra firme.
3) El legislador ha adoptado el mismo criterio a propósito del recurso de aclaratoria:
su interposición interrumpe el plazo para articular otros recursos administrativos; si un
mero pedido de aclaratoria interrumpe el plazo para deducir el recurso jerárquico, con
mayor razón debe reconocerse efecto interruptivo a la impugnación del ato por medio de un
recurso de reconsideración.
En el fallo “Astorga Bracht”, la Corte Suprema de Justicia de la Nación sostuvo que el
principio de la tutela administrativa efectiva supone la posibilidad de ocurrir ante las
autoridades administrativas competentes, y obtener de ellas una decisión útil respecto de los
derechos del particular; y requiere, por sobre todas las cosas, que no se prive a nadie
arbitrariamente de la adecuada y oportuna tutela de los derechos que pudieren
eventualmente asistirle, sino por medio de un procedimiento conducido en legal forma, que
concluya con el dictado de una decisión fundada.
¿Qué se entiende por “decisión útil”? esto nos remite al análisis de los fines propios de
cada instituto, para verificar si una determinada decisión satisface los mismos. En el caso
de los recursos administrativos, éstos responden como instituto a múltiples finalidades (una
de ellas, permitirle al particular agotar la vía administrativa y consecuentemente habilitar la
instancia judicial); en consecuencia la decisión administrativa útil a efectos de agotar la vía
administrativa, es aquella que causa estado (en particular, el acto que resuelve el recurso
jerárquico o el de alzada, según el caso).
El recurso de reconsideración contra el acto de la autoridad que agota la vía
administrativa
El régimen NACIONAL establece que los actos definitivos dictados por el Poder Ejecutivo
Nacional, los ministros o secretarios, respecto de un recurso administrativo deducido por un
particular y que agotaren la vía administrativa, serán (no obstante esto último) susceptibles
del recurso de reconsideración. Agrega; en tal caso, la presentación del recurso de
reconsideración suspende el plazo de caducidad para interponer la acción judicial.
El régimen PROVINCIAL no cuenta con una norma análoga, vacío que da lugar
interpretaciones divergentes. Creemos que lo óptimo sería, de lege ferenda, que la Ley de
Procedimientos estableciera expresamente la posibilidad de deducir recurso de
reconsideración en contra del acto de la autoridad superior que agota la vía, asignándole
efecto interruptivo a la interposición.
La pregunta es qué hacer frente al vacío legal vigente. Entendemos que corresponde
reconocer efectos interruptivos al recurso de reconsideración contra el acto de la autoridad
superior que agota la vía; y que por ende el plazo de caducidad de la acción judicial debería
computarse a partir de la notificación del acto que rechaza la reconsideración. Argumentos:
a) Es la solución que se desprende de la norma general contenida en el artículo 40
LPAT (la interposición de recursos administrativos interrumpe los plazos en curso).
b) Esta solución es la que mejor se ajusta al principio pro actione, que impone optar
por aquella interpretación que favorezca la supervivencia de la acción; esto significa (entre
otras cosas) interpretar restrictivamente los supuestos de caducidad de la acción, y admitir
con criterio amplio los casos de suspensión e interrupción del plazo de caducidad.
No debe perderse de vista que el sistema recursivo no persigue la obtención de un acto
administrativo firme e irrevisable, a cualquier precio; es una especie de procedimiento
administrativo, atravesado por el principio de legalidad, que aspira a que la Administración
revise sus decisiones en su propia sede, de manera tal de arribar (con colaboración del
particular) al a decisión que mejor se ajuste a derecho.
c) El agotamiento de la vía administrativa (como requisito para la habilitación de la
instancia judicial) es una prerrogativa especial de la Administración e –inversamente– una
carga impuesta al particular.
En consecuencia, si el propio particular decide interponer un recurso de reconsideración, a
pesar de tener agotada la vía administrativa y sin perjuicio de las demoras que esto pudiera
implicarle a él mismo, ello constituirá nada más que un voluntario agravamiento de la
carga, por elección del propio sujeto obligado, quien en cualquier momento podría desistir
del recurso e interponer la acción judicial. La Administración, a su turno, no ve disminuida
la prerrogativa especial que le acuerda el ordenamiento jurídico, y –en última instancia– no
tiene más que resolver el recurso de reconsideración para que el plazo de caducidad de la
acción judicial quede expedito nuevamente.
RECURSO JERÁRQUICO
Es la impugnación dirigida a que el acto sea revisado –y eventualmente revocado,
modificado o sustituido–, por el superior jerárquico del órgano que lo dictó.
Actos contra los cuales procede –> Tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA, se
interpone contra actos definitivos y asimilables a definitivos.
En el orden provincial existe una figura especial, para revisar los actos interlocutorios o de
mero trámite que lesionan un derecho subjetivo o un interés legítimo: “recurso jerárquico
menor”.
Órgano ante el cual se interpone –> tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA,
debe presentarse ante el mismo órgano que dictó el acto impugnado, el cual debe elevarlo,
de oficio, al superior con competencia para resolver el recurso, sin examen de admisibilidad
previo.
Diferencias significativas: 1) en la Nación existe un plazo de 5 días para que el órgano
inferior eleve las actuaciones; en la Provincia no se establece un plazo específico, aunque
consigna que las mismas deben ser elevadas de inmediato.
2) En la Provincia la interposición del recurso debe realizarse en forma actual,
resulta inadmisible el recurso en subsidio. En la Nación, el recurso de reconsideración
contra actos definitivos o asimilables lleva implícito, en subsidio, el recurso jerárquico
(rechazado expresa o tácitamente el de reconsideración, se elevan las actuaciones de
inmediato al superior, y el particular tiene un plazo de 5 días –desde la recepción de las
actuaciones por el superior– para que mejore o amplíe los fundamentos de su recurso, si lo
desea).
En la Provincia el recurso debe interponerse expresamente, dentro del plazo de 15 días
desde la notificación del acto impugnado; o bien dentro de igual plazo, computado desde la
notificación de la denegatoria del recurso de reconsideración
Órgano que resuelve el recurso –> a nivel NACIONAL, la regla es: por el ministro o
secretario en cuya jurisdicción actúa el órgano emisor del acto. Excepción: cuando el acto
impugnado emanara de un ministro o secretario, el recurso debe ser resuelto por el Poder
Ejecutivo (presidente).
A nivel PROVINCIAL, la excepción es: por los ministros únicamente cuando se tratara de
una materia vinculada al régimen económico y administrativo del Ministerio. La regla: en
todos los demás supuestos, cuando el acto impugnado emanara de un ministro, el recurso
debe ser resuelto por el Poder Ejecutivo Provincial (gobernador).
Dentro de la órbita de los entes autárquicos, debe ser resuelto (el recurso) por el órgano
superior del propio ente.
Plazos de interposición –> tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA, es de 15 días
hábiles administrativos.
Plazos de resolución –> en la NACIÓN, es de 30 días hábiles administrativos,
computados desde la recepción de las actuaciones por el órgano con competencia para
resolver el recurso, o bien desde la presentación del alegato o vencimiento del plazo para
hacerlo, cuando se hubieran producido pruebas.
En la PROVINCIA, la LPAT no establece plazos de resolución de los recursos
administrativos, aplicándose el artículo 21 de la Constitución Provincial: “toda reclamación
de índole administrativa (incluyendo los recursos) debe ser despachada en el plazo de 3
meses desde su interposición. Vencido dicho plazo, el particular puede tenerla por
denegada y concurrir directamente a la justicia.
Motivos en que puede fundarse –> tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA, tanto
en la ilegitimidad del acto, como en razones de oportunidad, mérito o conveniencia.
Alcance de la revisión –> tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA, el órgano
competente puede revocar el acto impugnado, modificarlo, sustituirlo, etc. El alcance de la
revisión es amplio y se relaciona con el vínculo de superioridad jerárquica y la idéntica
competencia en razón de la materia del órgano revisor.
El agotamiento de la vía administrativa –> tanto en la NACIÓN como en la
PROVINCIA, la regla es que el recurso jerárquico es obligatorio para agotar la vía
administrativa. La decisión recaída en el mismo es el típico acto que causa estado y habilita
la instancia judicial.
RECURSO JERÁRQUICO MENOR
Figura especial regulada en el artículo 65 de LPAT, procede contra actos interlocutorios o
de mero trámite que lesionen un derecho subjetivo o interés legítimo. Debe interponerse
ante el mismo órgano que dictó el acto, el cual debe elevarlo de inmediato al superior con
competencia para resolver.
La ley atribuye competencia para resolver el recurso al superior jerárquico inmediato del
órgano que dictó el acto. Requiere la previa interposición del recurso de reconsideración, el
rechazo expreso del mismo, y la notificación de dicha denegatoria al particular. El plazo de
interposición es de 3 días desde dicha notificación. Plazo de resolución es de 10 días
hábiles administrativos (el cómputo inicia con la interposición del recurso).
Este es el único plazo de resolución previsto expresamente en la LPAT; la fijación de un
plazo menor en la ley, no vulnera la cláusula constitucional, toda vez que el plazo de 3
meses constituye un plazo máximo, establecido a favor del particular (e impuesto a la
Administración).
Puede fundarse tanto en razones de ilegitimidad del acto, como en razones de oportunidad,
mérito o conveniencia. Sin embargo, hay que tener presente que el acto debe involucrar,
como punto de partida, una lesión de un derecho subjetivo o interés legítimo, caso contrario
no sería susceptible de este especial remedio.
Alcance amplio de revisión, comprensivo de la revocación, modificación o sustitución del
acto impugnado.
La decisión del recurso jerárquico menor es irrecurrible y agota la vía administrativa.
RECURSO DE ALZADA
Es la impugnación dirigida a que el acto emanado de un ente autárquico sea revisado (y
eventualmente revocado) por el órgano que ejerce el control de tutela sobre el ente.
Actos contra los cuales procede –> tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA: actos
definitivos o asimilables a definitivos, emanados del órgano superior de un ente autárquico.
Esto supone que el particular debe primero agotar la vía dentro del ente autárquico,
mediante la interposición del recurso jerárquico, de manera tal de arribar a la instancia
superior del ente.
En efecto, la creación de un ente autárquico implica la asignación de competencias
específicas a un sujeto de la Administración, para que gestione una porción del interés
público, teniendo en cuenta su especialidad. De allí que el legislador impida al particular
acceder a una revisión por parte de la Administración Central (control de tutela), sin que
antes se haya pronunciado el órgano superior del ente autárquico.
Órgano ante el cual se interpone –> tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA, es
ante el mismo órgano que dictó el acto impugnado (es decir, el órgano superior del ente
autárquico), quien debe elevarlo de inmediato a la Administración Central, sin examen de
admisibilidad previo.
Órgano competente para resolver –> en la PROVINCIA: la LPAT asigna competencia
al Poder Ejecutivo. En la NACIÓN: la competencia corresponde al ministro o secretario de
la Presidencia en cuya órbita actúa el ente, dato que se obtiene (por lo general) de su
instrumento de creación.
Plazos de interposición –> tanto en la NACIÓN como en la PROVINCIA, es de 15 días
hábiles administrativos, computados desde la notificación del acto emanado del órgano
superior del ente autárquico.
La previa interposición del recurso de reconsideración interrumpe el plazo para deducir la
alzada, en cuyo caso el plazo de 15 días se computará desde la notificación de la
denegatoria del recurso de reconsideración.
Plazos de resolución –> en la PROVINCIA: la LPAT no lo contempla, por lo que se
aplica el artículo 21 de la Constitución Provincial. En la NACIÓN: es de 30 días
computados desde la recepción de las actuaciones por la autoridad con competencia para
resolver el recurso, o bien desde la presentación del alegato o vencimiento del plazo para
hacerlo, cuando se hubieren producido pruebas.
Motivos en que puede fundarse –> en la NACIÓN: la regla es que puede ser en razones
de ilegitimidad, oportunidad, mérito o conveniencia. Sin embargo, cuando el ente
autárquico hubiera sido creado por ley del Congreso en ejercicio de sus facultades
constitucionales, el recurso únicamente puede fundarse en razones vinculadas a la
ilegitimidad del acto.
Cuando el Poder Legislativo crea un ente autárquico y le asigna competencias para que, en
función de su especialidad, administre y gestione una porción del interés público, se
entiende que ha sustraído de la órbita de la Administración Central la posibilidad de decidir
el mérito, conveniencia u oportunidad de una medida vinculada a esa especial porción de
interés público; para eso se creó, precisamente, el ente autárquico con competencias
específicas, separado de la Administración Central.
Sin embargo, como dicha separación no obsta al control de tutela que le cabe a la
Administración Central sobre el ente autárquico, aquella conserva su poder de revisión
sobre las decisiones del ente, pero limitado a la ilegitimidad de sus actos. En el otro
extremo, cuando el ente fue creado por decreto del Poder Ejecutivo, viéndose en ello una
desmembración de la competencia dispuesta por la Administración, se admite un control
más amplio (comprensivo de la ilegitimidad, mérito, oportunidad, conveniencia de la
medida). Si el ente autárquico fue creado por decisión del propio Poder Ejecutivo, es lógico
que se le reconozca a este último un control ampliado sobre las decisiones del primero.
En la PROVINCIA: únicamente el Poder Legislativo se encuentra habilitado para crear
entes autárquicos; por ende, todos los entes autárquicos son creados por ley, así el recurso
de alzada únicamente puede fundarse en razones de ilegitimidad del acto.
Alcance de la revisión –> tanto en la PROVINCIA como en la NACIÓN, la
Administración Central debe limitarse a revocar el acto, y reenviar las actuaciones al ente
autárquico, para que emita una nueva decisión conforme a derecho.
Por excepción, ambos regímenes contemplan la posibilidad de modificar o sustituir el acto,
cuando fundadas razones de interés público lo justificaren. Sin embargo, creemos que el
supuesto de excepción no se compadece fácilmente con la práctica local (con sustento
constitucional) de creación de los entes autárquicos por ley de la Legislatura y, por
consiguiente, con un control de tutela restringido.
La posibilidad de que el Poder Ejecutivo modifique o sustituya el acto en virtud de causas
poco precisas, parece alterar el esquema señalado, en cuanto supone que la Administración
Central se avoque a la decisión de cuestiones que fueron detraídas de su competencia
mediante ley, al crearse el ente autárquico.
El agotamiento de la vía administrativa –> en la NACIÓN, es optativo para el particular,
es decir, no es obligatorio para agotar la vía administrativa, ya que el particular puede
prescindir del mismo y acudir directamente a la Justicia.
Además, si el particular opta por deducir el recurso de alzada, su interposición interrumpe
le plazo de caducidad de la acción judicial (90 días hábiles judiciales desde la notificación
del acto que agota la vía administrativa).
Asimismo, se le asegura al particular la posibilidad de desistir en cualquier momento del
recurso de alzada interpuesto, a fin de promover la acción judicial. Inversamente, una vez
deducida la acción judicial, el particular pierde la posibilidad de deducir el recurso de
alzada.
En la PROVINCIA, es obligatorio para agotar la vía administrativa. La instancia judicial
recién quedará habilitada con el rechazo del recurso de alzada (expreso o tácito).
Recordemos, además, que previo a deducir la alzada, el particular –a su elección– puede
optar por interponer recurso de reconsideración ante el mismo órgano que dictó el acto, en
cuyo caso el plazo para deducir el recurso de alzada quedará interrumpido, hasta tanto sea
resuelta la reconsideración.
REMEDIOS ESPECIALES
ACLARATORIA –> dirigido a pedir una aclaración sobre el acto administrativo. La
circunstancia de que no implique una impugnación propiamente dicha del acto ha hecho
que se discuta en torno a si constituye o no un recurso administrativo.
En la PROVINCIA: el legislador ha tomado partido por la naturaleza recursiva del
remedio. Las causales que habilitan el pedido de aclaratoria son:
a) Contradicciones en la parte dispositiva del acto,
b) Contradicciones entre la motivación y la parte dispositiva del acto,
c) Omisiones sobre algunas de las peticiones planteadas,
d) Errores materiales o de hecho.
Las tres primeras causales son coincidentes con el régimen nacional. La norma provincial
agrega la cuarta. En todos los casos, si el pedido se orientara a modificar la sustancia del
acto (y no sólo aclarar sus alcances) excedería el ámbito de este especial remedio.
En la NACIÓN se habilita el pedido de aclaratoria respecto de actos definitivos; en la
PROVINCIA no se precisa contra qué tipo de actos procede.
Plazo de interposición –> en la NACIÓN, es de 5 días desde la notificación del acto. En la
PROVINCIA, es de 3 días desde la notificación del acto que se pretende aclarar.
Plazo de resolución –> en la NACIÓN, es de 5 días. En la PROVINCIA, no se precisa
(aplicándose en todos los casos el artículo 21 de la Constitución Provincial).
La norma PROVINCIAL establece expresamente que el pedido de aclaratoria interrumpe
el plazo para articular otros recursos administrativos.
NORMATIVA
El amparo general está regulado en el artículo 50 del Código Procesal Constitucional
(CPC) como una acción prevista contra todo acto, omisión o hecho de órganos o
agentes del Estado provincial o entes autárquicos provinciales, o de particulares, que,
en forma actual o inminente, viola, lesiona, restrinja, altera o amenaza violar con
arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, los derechos, libertades o garantías explícita o
implícitamente reconocidos por la Constitución Nacional y los tratados
internacionales con jerarquía constitucional, con excepción de los protegidos por el
hábeas corpus.
Como se advierte esta redacción es más precisa que la contenida en el Código de
Procedimientos en lo Civil y Comercial (contemplada como uno de los supuestos del juicio
sumarísimo); así se intentó compatibilizar la normativa existente y dispersa para
sistematizar el instituto, lo cual necesitó de la interpretación jurisprudencial y doctrinaria
para encontrar su cauce.
ALGUNOS ASPECTOS CONTROVERSIALES
COMPETENCIA
Este tema no fue determinado de un modo expreso respetando el principio de competencia
material reglada en la Ley Orgánica del Poder Judicial.
El artículo 57 del CPC en su redacción original atribuía competencia al “Juez de
Primera Instancia en lo Civil y Comercial Común con jurisdicción en el lugar en que
el acto lesivo tenga, puede o debe tener efecto a opción del actor”, lo que se volvía
conflictivo cuando el hecho o acto lesivo que se cuestionara era de naturaleza
administrativa o tributaria.
El artículo fue declarado inconstitucional por la Cámara en lo Contencioso Administrativo
y luego por la CSJT, ello por cuanto la cuestión competencial está relacionada con los
principios de celeridad, especialidad del fuero y tutela judicial efectiva para que el juez
competente pueda entender sin dilaciones en una acción que debe ser expedita.
Luego se estableció la competencia de la Cámara en lo Contencioso Administrativo para
este tipo de supuestos, las tres salas en cada caso que trataban y en forma previa a cualquier
otra cuestión, declaraban la inconstitucionalidad del primer párrafo del artículo 57 de la ley
6944; consecuentemente con ello, debían pronunciarse luego en forma positiva sobre su
competencia en razón de la materia, interpretando armónicamente el principio de
especialidad consagrado en los artículos 15 de la ley 6944 y el vigente artículo 32 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de Tucumán.
La norma fue modificada por la Legislatura, disponiéndose que la competencia
recaería en el juez de primera instancia que por “materia corresponda”, con
jurisdicción en el lugar en que el acto lesivo tenga, pueda o deba tener efecto, a opción
del actor.
El intento superador no consideró que en la materia de que se trata no existen juzgados de
primera instancia. Como se dijo, la Cámara de instancia única (y una Cámara de
Apelaciones en lo Contencioso Administrativo nunca puesta en funcionamiento) constituye
el órgano que debe entender en estas acciones. De este modo, la jurisprudencia de este
Tribunal nuevamente tuvo que declarar la inconstitucionalidad del citado artículo respecto a
este tópico y poder así entrar a considerar su competencia. La norma continúa con esta
última redacción.
2° SUPUESTO DE INADMISIBILIDAD
CONTRA LAS LEYES U OTRAS DISPOSICIONES NORMATIVAS CON
FUERZA DE LEY –> de este modo se excluye el cuestionamiento de una norma de
alcance general, pues la situación se encuentra protegida por el artículo 89 del CPC que
prevé la acción declarativa de inconstitucionalidad con otros requisitos y plazos, siempre
que la falta de certidumbre sobre su constitucionalidad pueda producir un perjuicio o lesión
al actor y este no dispusiere de otro medio legal para ponerle término inmediatamente.
A pesar de la prohibición del CPC, se prevé que la normativa de alcance general pueda ser
cuestionada por la vía del amparo en dos situaciones;
a) Cuando se impugnen conjuntamente con los actos de aplicación individual de
aquellas.
No configura una excepción, lo que se cuestiona de un modo directo es la aplicación
individual con fundamento en la inconstitucionalidad de la norma que lo sustenta.
Un caso similar (salvando las diferencias) es el que está previsto en el CPA en el caso en el
que por vía de acción ordinaria se cuestiona el acto de aplicación individual de una norma
que se reputa contraria a la Constitución y, por lo tanto, no es necesario agotar la vía
administrativa; por el contrario, en la redacción del CPC la acción de amparo individual, el
centro de atención parece estar dirigido hacia la norma de alcance general y no hacia el
acto. Por ello configurado el supuesto de aplicación individual de la norma de alcance
general, nos encontramos en la hipótesis prevista en el artículo 50 del CPC para el acto,
hecho u omisión individual, pues estas requieren como requisito su actualidad.
Si solo existiera “un estado de incertidumbre sobre la constitucionalidad de la relación
jurídica” y la “potencialidad del perjuicio”, estaríamos en el supuesto de la acción prevista
en el artículo 89 arriba citado. Por ello considero que con ambos supuestos se completa el
cuadro de hipótesis y las acciones correlativas que pueden instaurar, configurando la
excepción bajo análisis una situación poco clara que induce a la confusión del operador
jurídico.
b) Cuando se trate de normas de aplicación automática, de manera que los preceptos
resulten obligatorios inmediatamente por su sola promulgación, sin necesidad de otras
normas o actos que los desarrollen o los hagan aplicables al perjudicado, y configure un
supuesto del artículo 50 del CPC.
Se hace referencia a que la normativa resulte obligatoria inmediatamente por su sola
promulgación; sin embargo, la norma no menciona la publicación (ni precisa los alcances
o diferencias en cuanto al principio de publicidad y aplicación de las leyes consagradas en
el Código Civil). Pero supuesta la existencia de una norma promulgada y de aplicación
inmediata, el CPC requiere inmediatamente otro requisito: que se configure el supuesto
del artículo 50.
Con este último agregado basta subsumir en la hipótesis de la invocada inminencia del
hecho, acto u omisión de la administración que ya está prevista en el citado artículo 50. Por
otro lado, el artículo 51 también prevé que la falta de impugnación directa de los decretos o
disposiciones generales a que se refiere este inciso o el transcurso del plazo para formularla
no impide que los actos de aplicación individual puedan discutirse por la vía de amparo,
siempre que se infrinja algún derecho fundamental del reclamante, protegido por el artículo
50.
Se trata, en síntesis, de una excepción impropia, pues hace referencia a los actos de
aplicación individual y no a las normas de alcance general, debiéndose tener presente con
respecto a este tema que la impugnación directa de los reglamentos no tiene consagración
en nuestro sistema adjetivo local y sólo aparecen el sistema nacional en el inciso a) del
artículo 24 de la ley 19549.
3° SUPUESTO DE INADMISIBILIDAD
EL ACTO CONSENTIDO
La acción de amparo es inadmisible “cuando la acción u omisión ha sido consentida por la
persona agraviada”, esta situación se configura no sólo por consentimiento expreso y
escrito, sino también por cumplimiento del acto por el particular (consentimiento tácito). El
artículo no menciona el acto firme (aquél respecto del cual el particular no ha interpuesto
los recursos administrativos que la ley menciona en forma obligatoria); en consecuencia, la
norma no ha equiparado para el supuesto de inadmisibilidad el concepto de acto consentido
al de acto firme.
La inadmisibilidad de la acción de amparo sólo comprende al acto, hecho u omisión
consentidos, mas no a los actos administrativos firmes.
EL PROBLEMA DE LA LEGITIMACIÓN PROCESAL
El CPC no estableció requisitos en cuanto a la LEGITIMACIÓN ACTIVA, por ello el
concepto en principio resulta amplio, comprensivo de los términos “persona afectada” que
prevé el artículo 37 de la Constitución Provincial de 2006. Sin embargo, la CSJT determinó
las restricciones sobre legitimación de un amparista que invocando la calidad de simple
ciudadano y en el marco del artículo 50 del CPC había cuestionado aspectos que hacían al
sistema republicano y la jurisprudencia ha negado la legitimación a aquellas situaciones en
las que está previsto un proceso judicial especial para que el interesado pueda hacer valer
sus derechos de una manera eficaz.
Fallo: López vs. Poder Legislativo Provincial s/ Acción de amparo. El denunciante
expresaba actuar como ciudadano interesado en la vigencia del sistema republicano de
gobierno, y en la efectiva independencia de los poderes del Estado, el Tribunal entendió
que el actor no era la persona directamente agraviada por la decisión de la Comisión de
Juicio Político, cuya declaración de nulidad pretendía, por lo que la genérica invocación de
su condición de ciudadano era insuficiente para admitir la legitimación a “cualquier persona
interesada”, aun potencialmente distinta de los afectados en forma directa por el acto u
omisión de que se trate, no alcanza para habilitar un reclamo de amparo; lo contrario
significaría admitir la legitimación en un grado tal que la identifique con el interés general
en el ejercicio de los poderes de gobierno.
REQUISITOS DE PROCEDENCIA
OBJETO
1) ACTO –> la CSJT señaló que, cumplidos los recaudos del CPC, no existía
obstáculo a que en un proceso de amparo se declare la nulidad de un acto administrativo; en
lo que hace a la conducta de la administración, ha de interpretarse acto lesivo de la forma
más amplia posible comprensiva en principio de toda acción.
2) OMISIÓN –> debe entenderse el silencio, tardanza o cualquier tipo de inactividad
lesiva cuando exista obligación constitucional de expedirse, o la inejecución de conductas
debidas por el funcionario o agente que debe obrar de la manera dispuesta en las normas
específicas. Debe distinguirse la mora en la tramitación de un expediente administrativo,
por incumplir en un plazo determinado la obligación de expedirse (omisión formal) que se
encuentra prevista en el artículo 70 del CPC y que persigue el dictado de una orden de
pronto despacho.
3) ÓRGANOS DEL ESTADO –> o entes autárquicos, comprende todo acto de
autoridad pública (con las salvedades previstas en el artículo 51 del CPC). Abarca a todos
los órganos del Poder Ejecutivo (Administración centralizada y descentralizada) y del
Poder Judicial y Poder Legislativo, estos últimos cuando no actúen en el ámbito de sus
competencias específicas, además, pueden ser sujetos pasivos de la acción de amparo las
municipalidades, las comunas rurales y la Defensoría del Pueblo.
4) FORMA ACTUAL O INMINENTE –> el gravamen debe existir al momento de
la interposición de la acción y subsistir al momento del dictado de la sentencia. La CSJT ha
dicho “que el evento dañoso –circunstancias fácticas que configuran el elemento causa de
la pretensión, objeto del juicio de amparo– debe ser actual al momento de sentenciar”.
5) VIOLACIÓN, LESIÓN, RESTRICCIÓN, ALTERACIÓN O AMENAZA DE
VIOLACIÓN DEL DERECHO –> Restricción implica una privación total del ejercicio
ya que no puede ser ejercido por su titular. Alteración se refiere a una modificación o
transformación del derecho que dificulta severamente su ejercicio. En todos los casos los
efectos de la lesión deben ser reales, efectivos y ciertos, es decir, evidentes, sin que sea
necesaria investigación o indagación alguna sobre el hecho.
Debe descartarse la admisibilidad del amparo ante la existencia de opiniones o dictámenes
técnicos o jurídicos emitidos en sede administrativa previos al acto administrativo
definitivo o frente a proyectos surgidos en una etapa deliberativa dentro de órganos
colegiados, porque no existe acto administrativo.
La conducta lesiva debe materializarse, constituirse en algo cierto, concreto, palpable,
advirtiéndose que no debe tratarse de una situación hipotética, eventual, sino que debe tener
características de realidad. El perjuicio que pretende corregirse por la vía del amparo debe
ser real, efectivo, tangible y cierto, pero además debe ser actual, teniendo por objeto hechos
presentes; es decir, que tengan vigencia.
6) ARBITRARIEDAD O ILEGALIDAD MANIFIESTA –> se trata de actos,
hechos u omisiones con una notoria, evidente y patente inadecuación al plexo normativo, y
es la diferencia que marca la posibilidad en el actor de optar entre una acción ordinaria de
nulidad de acto administrativo regida por el CPA y la acción de amparo.
La CJST entendió que si los hechos que sustentan la pretensión requieren una
investigación, se excede el ámbito del amparo.
Fallo: López vs. Poder Legislativo Provincial s/ Acción de amparo. Respecto de lo
manifiesto de la ilegalidad como la arbitrariedad señaló que “las irregularidades deben
aparecer visibles al examen jurídico, en forma tal que no se preste a discusiones o dudas.
Lo manifiesto es lo evidente y se refiere no a la lesión en sí o al daño que la misma
provoca, sino que apunta al carácter ilegal o arbitrario del acto u omisión que genera la
lesión, restricción, alteración o amenaza de cualquiera de ellas”.
El acto arbitrario es aquel que resuelve o decide contra o con prescindencia de lo
expresamente dispuesto por la ley para el caso. También actos carentes de fundamentación
o con razones caprichosas, con omisiones sustanciales o sustentadas en la sola voluntad del
sujeto que lo emite; es comprensiva de la ilegalidad, de la irrazonabilidad y de la injusticia,
identificándose de este modo con la ilegitimidad.
TRÁMITE
Con el escrito de la demanda, debe ofrecerse toda la prueba y acompañarse la documental
que se disponga. Caso contrario, se la individualiza expresando su contenido y el lugar
donde se encuentre. El número de testigos no puede exceder de 5 por cada parte, siendo
carga de esta hacerlos comparecer a su costa a declarar, sin perjuicio de requerir el uso de la
fuerza pública en caso de necesidad.
Sólo se admite la prueba de absolución de posiciones cuando la acción se promueva contra
particulares, en cuyo caso debe acompañarse el pliego con el escrito de demanda. Cuando
el juez considere que la acción es formalmente procedente o no fuere del caso resolver
interlocutoriamente el amparo, da inmediato traslado de la demanda al accionado y debe
ordenar el informe del artículo 21. Al ordenarse el informe, el juez puede pedir el
expediente administrativo o la documentación en que consten los antecedentes del asunto.
Luego, si el informe niega los hechos o hay prueba a producir, el juez ordena de inmediato
su producción, que debe concluirse dentro de los 3 días con consagración de las pruebas
indispensables. Solo si el juez lo considera absolutamente necesario, dentro de ese mismo
plazo, por auto fundado, puede convocar a una Audiencia. Si no comparece el accionante se
lo tiene por desistido, ordenándose el archivo de las actuaciones con imposición de costas.
Si no lo hiciera el accionado pasan los autos para sentencia. Cumplidas estas actuaciones el
juez de inmediato dicta sentencia.
PERENCIÓN DE INSTANCIA
En el proceso de amparo no fue expresamente previsto en el CPC. Sin embargo, considero
que el particular puede desistir del proceso y, por lo tanto, existe siempre la posibilidad de
que este se extinga por inacción del interesado. Este supuesto se configura en aquellos
casos en que la continuación del proceso haya quedado en cabeza del particular, y en las
que ni el juez ni secretaría actuaria pueden suplir esta conducta, a riesgo de alterar la
estructura bilateral del proceso. Esta es la posición de la Sala II de la Cámara Contencioso
de Tucumán.
Fallo: Colegio de Arquitectos de Tucumán vs. Municipalidad de San Miguel de
Tucumán s/ Amparo. La circunstancia que la ley 6944 no legisló expresamente la
caducidad de instancia en los procesos de amparo no significaba que el instituto sea ajeno a
los procedimientos previstos en el CPCyC, en tanto no se ha prescripto expresamente la
improcedencia de la perención de instancia en este tipo de proceso y que, si bien por tender
a la protección inmediata y urgente de los derechos y garantías reconocidos por la
Constitución, el amparo es un proceso especial y abreviado, ello no excluye la aplicación
supletoria de las normas de los ordenamientos procesales del fuero de actuación
jurisdiccional al margen de principios básicos del ordenamiento jurídico que atienden tanto
a razones subjetivas como objetivas: de un lado la presunción de desistimiento por
abandono del litigante que dejó de interesarse en el procedimiento, del otro la necesidad
social y el interés público de que los juicios no se eternicen, con el consiguiente menoscabo
a la seguridad jurídica.
RECURSOS
Se aplican las normas comunes del CPCyC. La Cámara en lo Contencioso Administrativo
de Tucumán tenía competencia para juzgar en instancia única según la ley orgánica del
Poder Judicial; sin embargo, por ley 7.790 se creó el Tribunal de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo como una instancia revisora de la Cámara, modificando
parcialmente la competencia y estableciendo otros recursos (v.gr. apelación), pero sin que
hasta la fecha haya sido integrada; el único recurso que es posible interponer contra las
sentencias definitivas del Tribunal al momento del dictado del CPC es el recurso
extraordinario de inconstitucionalidad.
Sin embargo la CSJT admitió la posibilidad de recurrir en casación las resoluciones de los
Tribunales inferiores recaídas en los procesos de amparo, aunque con el cómputo de días
corridos y no de días hábiles.
La CSJT al rechazar el recurso de inconstitucionalidad en un caso en el que no se dieron los
requisitos para su admisión, dejó sentado que ello no significa que en el régimen instituido
en la ley 6944, las sentencias dictadas por los Tribunales de grado en los procesos de
amparo a las que se les imputara violación de normas jurídicas o, en su caso, errónea o falsa
aplicación de las mismas y que no queden aprehendidas en los específicos supuestos que
habilitan la vía extraordinaria local del recurso de inconstitucionalidad, resulten privadas de
control de la Corte Suprema de Justicia local.
Asimismo, el Tribunal señaló que cuando una cuestión debatida no involucre ninguna
cuestión vinculada principalmente a la Constitución local en los términos de los artículo 91
y 92 del CPC y que, como tal, no es susceptible de ser encauzada para su conocimiento por
el superior tribunal de provincia por medio del recurso de inconstitucionalidad, la misma
puede ser planteada por vía del recurso de casación, remedio esencialmente distinto al
recurso de inconstitucionalidad, previsto y reglamentado específicamente en el orden
provincial, para los casos en que se alegue que la sentencia impugnada ha incurrido en
infracción a las normas de derecho tanto sustancial como formal.
COSTAS
El CPC prevé un sistema especial para la imposición de costas respecto al contemplado en
el artículo 105 y siguientes del CPCyC, lo que dio origen a discusiones en cuanto a su
alcance. Se estableció así que cuando la decisión hace lugar a la acción, las costas son a
cargo del responsable del acto lesivo, salvo el caso de inconstitucionalidad de la norma
fundante que corre por el orden causado.
Asimismo, se prevé que si la autoridad pública es vencida, son responsables solidariamente
la misma y el agente que realizó los actos u omisiones que motivan la condena cuando este
hubiere obrado con culpa. Por otro lado, cuando se rechaza la acción las costas son a cargo
de quien las cause, salvo el caso de improcedencia manifiesta declarada en la decisión, que
son soportadas por el denunciante o el amparado o por ambos solidariamente según que la
inconducta responda a la actividad de uno de ellos o de ambos a la vez.
En principio, el particular no debe soportar las costas. Por más que se rechace la acción
deben imponerse por su orden, salvo el caso de que la acción sea “manifiestamente
improcedente”, lo que constituye un supuesto fáctico altamente improbable y jurídicamente
contradictorio. En este supuesto, si la acción muestra un déficit será rechazada in limine; lo
contrario implicaría suponer que para que haya imposición de costas al actor, el juez debió
haber dado curso y sustanciado una acción “manifiestamente improcedente”.
La CSJT fue variando su criterio, imponiéndolas por su orden, cuando la causa llegaba a su
consideración por vía de recurso de casación, su trama era compleja y además cuando
existían razones probables para litigar y la Administración había sido diligente para
resolver los requerimientos de los particulares. Luego, la CSJT consideró que en caso de
interpuesta la demanda, pero antes de trabada la litis, si la administración acogía en su sede
las pretensiones del particular, debía cargar con las costas ya que el acto se configuraba
como reconocimiento expreso de la relación de causalidad entre la promoción del amparo y
el dictado del acto que acogía la pretensión.
Definición de emergencia
Es una situación de peligro o crisis excepcional e inminente que afecta el público en
general y que constituye una amenaza a la vida organizada de la comunidad, se justifica el
empleo de medidas extraordinarias, estas medidas transitan entre las que importan una
razonable postergación de los derechos de los particulares en aras del bienestar general, a
las de tipo intervencionistas, debiendo destacar que todas ellas deben apuntar a salir de la
crisis que motivo su dictado.
La emergencia es el ámbito que habilita el ejercicio del poder de policía del estado, poder
por el cual se restringen, momentáneamente, el derecho de los particulares.
Con respecto a la Corte Suprema de Justicia el fallo donde resume y concentra los
conceptos acerca de la emergencia que venía enunciando en las sentencias anteriores es el
fallo “Peralta c/ Estado Nacional”:
Con relación al derecho de propiedad: cuando por razones de necesidad, una norma
no priva a los particulares de su propiedad y solo limita o restringe temporalmente
el uso que puede hacerse de ella, no hay violación del art 17 CN, ya que en el
sistema constitucional argentino no hay derechos absolutos y todos están
subordinados a las leyes que reglamentan su ejercicio.
Acerca del fundamento de las leyes de emergencia: Es la necesidad de poner fin o
de remediar situaciones de gravedad a la que obliga a intervenir en el orden
patrimonial, fijando plazos, concediendo esperas, como una forma de hacer posible
el cumplimiento de las obligaciones.
Sobre el origen del derecho de emergencia: El derecho de emergencia no nace fuera
de la constitución sino dentro de ella, por lo que son constitucionales las medidas
que, teniendo al bienestar general por sobre el particular, permitan mantener la
unión nacional.
Enumera los requisitos que debe llenar una ley de emergencia para que su sanción
esté justificada: 1) que exista una situación de emergencia que imponga al estado el
deber de amparar los intereses vitales de la comunidad; 2) que la ley tenga, como
finalidad legítima, la de proteger los intereses generales de la sociedad y no a
determinados individuos; 3) que la moratoria sea razonable, acordando un alivio
justificado por las circunstancias; 4) que su duración sea temporal y limitada al
plazo indispensable para que se desaparezcan las causas que hicieron necesaria la
moratoria,
Acerca del poder de policía: reconoce el ejercicio amplio del mismo referido no
solo a la seguridad, moralidad, salubridad, sino que se extiende al ámbito
económico y social en procura del bienestar general,
Sobre competencia: ratifica que la emergencia debe ser definida por el Congreso.
Respecto de la igualdad: afirma que una ley de emergencia no afectará el art 16 CN,
cuando consagre un trato igual a quienes se hallan en una razonable igualdad de
circunstancias.
Órgano competente
El órgano competente es el Congreso, esta facultad deviene del art 4 CN (permite al
congreso decretar empréstitos u operaciones de crédito para satisfacer urgencias de la
nación), en concordancia con el art 75 incs. 4 (atribuciones del congreso de la nación…
ratifica la competencia legislativa para contraer empréstitos) y 7 (abarca todos los actos y
operaciones financieras que desembocan en el pago) de la CN.
Competencia territorial
En nuestra doctrina podemos advertir la existencia de dos criterios bien diferenciados: 1) un
sector de la doctrina entiende que se trata de materia propia del derecho común reglada en
el código civil cuando trata de la responsabilidad de las personas jurídicas. Sostienen que es
un derecho de fondo delegado al gobierno nacional a través del art 75 inc. 12. 2) otro sector
de la doctrina entiende que se trata de derecho público local, ya que el modo de administrar
las finanzas provinciales es materia de derecho local. A su vez las provincias están
facultadas para sancionar normas de emergencia siempre y cuando existan causales que
justifiquen la medida excepcional.
El órgano competente para disponer la consolidación de deudas públicas es el Congreso
nacional, y según la jurisprudencia actual, es una facultad delegada por las provincias a la
nación.
Jurisprudencia provincial
Luego del dictado de la ley provincial 6.271 de consolidación de deudas, se interpusieron
diversos planteos de inconstitucionalidad motivados por la aplicación del sistema; se
trataba de acreedores del estado que debían esperar para cobrar su crédito los que en su
mayoría invocaron lesión de los derechos reconocidos en los art 14, 16, 17 y 28 CN.
La corte suprema de Tucumán declaró la constitucionalidad de la ley 6.271 luego de
analizarla sobre la base de los parámetros sentados en el fallo Peralta indicando que en el
caso provincial se encontraban cumplidos los requisitos enumerados en dicho presente
nacional.
Con relación a la posible utilización abusiva del instituto de la consolidación por parte del
estado provincial, la corte suprema de Tucumán fue muy claro al sostener que no resultaba
razonable extender nuevamente el plazo de pago de las obligaciones del estado provincial,
porque esta nueva postergación implicaba, de hecho, la eventualidad de una postergación
sine die del mismo ya que, admitida una vez la consolidación de las deudas ya consolidadas
en virtud del argumento de la emergencia económica, nada impedía que esto se repita una y
otra vez hasta el infinito.
La corte de Tucumán sentó la doctrina de que la determinación de la existencia de la
situación de emergencia corresponde a los poderes políticos, a quienes constitucionalmente
compete la evaluación de la crisis y la formulación de las políticas destinadas a su
superación. Afirma que es el congreso el que debe declarar el estado de emergencia.
La utilidad pública
A los fines de evitar abusos por parte de la Administración, se dispuso que en el caso que se
disponga una expropiación que no reúna los requisitos que exige la constitución nacional, el
agraviado por tal acto tiene una acción para impugnar judicialmente la procedencia de la
expropiación, puesto que, en tal supuesto se lesiona el derecho de propiedad.
El concepto de utilidad pública es esencialmente relativo, pues su significado ha mutado a
través del tiempo y del espacio. En efecto, la noción fue evolucionando, al igual que su
objeto.
Se ha considerado que existe utilidad pública si el gobierno actúa con una creencia
razonable que la expropiación beneficiara al público.
En la actualidad se admite la expropiación de una superficie superior o más extensa que la
físicamente demandada por la obra a edificar, a fin de facilitar su construcción. También
mediante la llamada expropiación por zonas, se tiende a proveer la financiación de la obra,
por la cual se venden las superficies que exceden a la que ocupará la obra respectiva.
La calificación de utilidad pública de los bienes afectados a la expropiación puede ser
específica o genérica. La ley puede indicar la expropiación de un bien determinado o de los
bienes necesarios para llevar a cabo una determinada obra o para obtener determinado
objeto o finalidad. En el segundo caso, el poder ejecutivo deberá complementar el acto
legislativo, indicando cuales son esos bienes necesarios para la obra a realizar, así lo
indican ambas leyes. Esto es posible en razón de que nuestro texto constitucional solo exige
que la calificación de utilidad pública sea hecha por el órgano legislativo. La referencia a
los bienes afectados debe ser precisa y clara.
Sujetos
A) Sujeto activo o expropiante: quien ejecuta la declaración de utilidad pública,
impulsa el trámite y paga la indemnización. Excepcionalmente, en los casos de
expropiación irregular o inversa, el procedimiento será instado por el sujeto pasivo.
El titular del bien objeto del desapropio es siempre el sujeto pasivo y el que debe
indemnizar es el expropiante.
La norma provincial, luego de nombrar como posibles sujetos expropiantes al estado
provincial, las municipalidades, los entes autárquicos y las empresas del estado considera
que también pueden ser sujetos activos de la expropiación los concesionarios de servicio
público o de obras públicas cuando la ley los autorice. La ley nacional es más amplia que la
provincial e incluiría a los contratistas de obra pública como posibles sujetos activos
derivados.
B) El sujeto pasivo o expropiado: La persona pública o privada, estatal o no estatal,
titular del dominio a quien se le expropia.
La acción expropiadora puede promoverse contra cualquier clase de personas, sean estas de
carácter público o privado. Las provincias pueden ser sujeto expropiado en un juicio de
expropiación que promoviere la Nación, sea respecto de bienes del dominio privado de la
provincia, o del dominio público de la misma.
C) Sujeto beneficiario: aquel a quien se destina el objeto expropiado. Lo usual es que
sea el estado a quien se le asigne el bien expropiado pero suele suceder que pueda
ser un particular. Esto ocurre cuando es por intermedio de tal particular o
administrado que lograrán satisfacción el interés público o utilidad pública.
Objeto. Bienes expropiables
Puede ser objeto de una expropiación todo aquello que tenga un valor patrimonial o
económico, todo lo que constitucionalmente integre el concepto de propiedad (comprende
todos los intereses apreciables que un hombre pueda poseer fuera de sí, de su vida y de su
libertad). Quedan excluidos así los derechos inherentes a la personalidad.
El art 4 de nuestra ley local dispone que pueden ser objeto de expropiación todos los bienes
convenientes o necesarios para la satisfacción de la utilidad pública, cualquiera sea su
naturaleza o régimen jurídico. Y el articulado de la ley nacional que lleva la misma
enumeración e idéntica redacción agrega que no importa que el objeto de la expropiación
sea o no cosa.
Igualmente son susceptibles de expropiación los inmuebles sometidos al régimen de
propiedad horizontal.
El art 8 de ambas leyes se refiere a los casos en que los bienes han sido expropiados en
forma parcial y su remanente es inadecuado para cualquier uso. Tratándose de inmuebles
rurales en cada caso serán determinadas las superficies inadecuadas. Para ello, la nación
tiene en cuenta como parámetro de determinación la explotación efectuada por el
expropiado; el régimen provincial, en cambio, se fija en el concepto de unidad económica
agraria, conforme al régimen jurídico vigente en Tucumán (medida mínima que tiene que
tener el inmueble).
El art 9 refiere a los casos en que habiendo expropiación de unidades de un todo orgánico,
lo que resta de esa totalidad carecería eventualmente de utilidad sin la globalidad.
Indemnización
De acuerdo con el art 17 CN la expropiación debe ser previamente indemnizada es decir
que constituye un requisito de legitimidad del acto expropiatorio, un elemento esencial del
instituto. Si no está, nos encontramos frente a otra figura jurídica como por ejemplo el
decomiso que en ppio no conlleva un resarcimiento económico. La indemnización es previa
con relación a la transferencia del dominio a favor del expropiante.
Los ppios esenciales a los que debe ajustarse la expropiación no dependen de la ley formal
sino de la constitución. Subsidiariamente, el régimen indemnizatorio se regirá por la ley de
expropiación, en cuanto esta última no violente la ley suprema.
La indemnización además de ser previa debe ser justa.
Trámite judicial
Cuando no hay acuerdo de partes en el expediente administrativo, o bien en casos de
urgencia, fehacientemente fundamentados y acreditados, o cuando no obstante haber
avenimiento no pueda perfeccionarse la adquisición del dominio del bien expropiado por
hecho imputable al expropiado, el estado debe iniciar la expropiación por vía judicial. El
caso de urgencia no está contemplado en la normativa nacional lo que es considerado a
nuestro criterio un acierto del legislador nacional.
El proceso tramita por vía sumaria por ante el juez Civil y Comercial común.
Iniciado el proceso, se procederá a anotar la Litis siendo el bien, a partir de entonces
indisponible e inembargable. La resolución tiene el carácter de título traslativo y deberá
inscribirse en el registro respectivo.
Conforme han señalado los tribunales locales, el tribunal de tasaciones reviste en el juicio
de expropiación el papel de perito, es decir que sus conclusiones no son obligatorias para el
juez.
Expropiación irregular o inversa
El ordenamiento jurídico contempla una forma especial de expropiación que es denominada
irregular o inversa porque el procedimiento se opera al revés, es el expropiado propietario
del bien quien demanda al expropiante a fin de que este adquiera el bien calificado de
utilidad pública.
Presupone la mora de la administración, al no iniciar el juicio de expropiación, obligando al
expropiado a interponer la acción judicial.
El decreto ley 5.006 art 62 establece que declarada por ley la utilidad pública de un bien,
procede la acción de expropiación irregular, en los sgtes casos: 1- cuando el sujeto
expropiante lo toma sin haber cumplido con el pago de la respectiva indemnización. 2-
cuando de hecho una cosa mueble o inmueble resulta indisponible por evidente dificultad o
impedimento para disponer de ellas en condiciones normales. 3- cuando el estado imponga
al derecho del titular de un bien o cosa una indebida restricción o limitación que importen
una lesión a su derecho de propiedad.
El particular que acciona debe siempre y en todos los casos demostrar: a) el daño que le
produce la no iniciación del juicio por parte del estado y b) la existencia de un determinado
comportamiento u omisión que le resulta dañoso.
Abandono de la expropiación
El abandono se configura cuando existe la imposibilidad de desapoderar los bienes después
de vencidos los plazos de prescripción sin que se haya promovido el proceso de
expropiación. Según destacada doctrina, se puede encontrar su razón de ser en la
circunstancia de que la expropiación solo se justifica por la utilidad pública declarada
formalmente por ley, y por tanto no puede dicha autorización para expropiar ser mantenida
sine die sin el sujeto expropiante la ejecute.
La ley tucumana entiende que se reputará abandonada la expropiación, salvo disposición
expresa de ley especial, si el expropiante no promueve el juicio dentro de los dos años de
vigencia de la ley que la autorice, cuando se trate de llevarla a cabo sobre bienes
individualmente determinados; de los cinco años, cuando se trate de bienes comprendidos
dentro de una zona determinada; y de los diez años, cuando se trate de bienes comprendidos
en una enumeración genérica.
En alguna medida, el abandono se relaciona con la retrocesión, desde que en ambas figuras
puede decirse que ha desaparecido la causa real de utilidad pública. Pero difieren porque el
abandono se produce automáticamente por el transcurso del tiempo, en tanto la retrocesión
requiere que la expropiación se haya consumado, que este producida la alteración en el
destino del bien, y que el expropiado inicie la acción correspondiente.
Retrocesión
Es el derecho que le asiste al expropiado propietario del bien o sus sucesores universales de
solicitar el reintegro del bien cuando no se cumple con la causa de utilidad pública, sea
porque se le ha dado un destino distinto al previsto en la ley expropiatoria, o bien no se lo
ha utilizado para el fin previsto en un plazo de dos años, contados desde que se ha
perfeccionado la expropiación. La retrocesión no solo puede lograrse por acción judicial
sino también por avenimiento.
La retrocesión significa retroversión o reintegro. Procede previa intimación; pasados seis
meses de la misma sin que se le haya asignado el destino o si no hubiesen comenzado los
trabajos. En este caso no requiere reclamación administrativa previa. Pero si al bien en
cuestión se le ha dado un destino diferente al legislado, se debe interponer el reclamo
administrativo previo previsto en el art 21 de la constitución provincial.
El accionante, dentro del plazo que fije la sentencia, debe reintegrar al expropiante lo que
percibió en concepto de indemnización, con la actualización que correspondiere. Si el bien
hubiere disminuido de valor por actos del expropiante, esa disminución será deducida de lo
que debe ser reintegrado por el accionante. Si hubiese aumentado de valor no se le cobrara
al accionante la diferencia. Si el bien hubiese disminuido de valor por causas naturales no
se deducirá el menos valor del monto a reintegrar. La acción prescribe a los tres años.