Regalo Delimar

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Pautas para una Alimentación Receptiva.

Uno de los elementos que debe acompañar en el 100% de los casos la


alimentación infantil, debe ser la presencia de una alimentación receptiva, que no
es mas que una alimentación dirigida no solo a satisfacer las demandas
nutricionales del pequeño sino también sus demandas emocionales y afectivas,
para hacer de su relación con los alimentos una relación positiva, agradable y
sobre todo saludable.

Debemos recordar que independientemente de la edad de nuestros pequeños,


aprender a conocer sus necesidades y conectarnos con ellos mas allá del lenguaje
oral que hayan adquirido es de vital importancia para la armonía de nuestra
relación con ellos, y es que los bebés tienen muchas formas de indicarnos lo
que desean, en especial cuando tienen hambre o cuando están satisfechos. Y es
precisamente en aprender a reconocer estos signos tempranos y atenderlos
debidamente en lo que se basa la alimentación receptiva.

Cómo debemos adaptar la alimentación receptiva a la rutina del bebé ?

La idea inicial de este texto es mostrar a los padres de manera sencilla como
establecer una alimentación receptiva y el primer paso se basa en aprender a
identificar de forma temprana los signos de hambre y saciedad para poder dar
pronta y acertada respuesta a cada uno de ellos.

En segundo lugar debemos procurar que la hora de la comida y el ambiente en la


mesa siempre sean agradables para el bebé, una actitud tensa y peleas en su
entorno le darán un mensaje de desagrado hacia la hora de la comida y estas
emociones estarán ligadas a su relación futura con los alimentos, por lo tanto
durante todo el proceso de alimentar a nuestros bebes debemos ser amables y
cariñosos, hablando con voz clara y tranquila y explicándole lo que están llevando
a cabo.

Vale acotar que el nunca debe ser “premiado” o “castigado” a través de los
alimentos, si ofrecemos alimentos dulces, hipercalóricos o vacíos el niño en el
futuro podrá premiarse, o compensar sus carencias emocionales con alimentos
poco nutritivos. De igual manera si la hora de la comida se vuelve un castigo, los
trastornos alimenticios a futuro se reflejaran en un rechazo hacia el acto mismo de
alimentarse.

Y por ultimo y no menos importante, tanto el bebé como la mamá o cuidador


deben estar concentrados en la acción que están llevando a cabo, nada debe
distraerlos y debemos alejarnos de dispositivos y distractores que vayan a desviar
su atención y la de mama que deben estar centradas en el desarrollo de una
merienda o comida armónica y agradable.
En el caso de que el bebé no tenga lenguaje adquirido y se alimente de leche
materna o biberón, los signos de hambre pueden incluir:

 Llevarse las manos a la boca o colocar objetos en su boca.


 Hacer ruidos de succión con sus labios y lengua.
 Chupar vigorosamente su puño.
 Buscar con su boca cualquier objeto que roce su cara.
 Empuñar sus manos y colocarlas sobre su abdomen, flexionando brazos o
piernas.

En el caso de que el bebé este satisfecho las señales serán las siguientes:

 Desprenderse o escupir el pezón o la tetina.


 Quedarse dormido por completo y dejar de alimentarse.
 Soltar y tomar continuamente la tetina o el pezón y succionar con poca
fuerza.
 Distraerse fácilmente.
 Cerrar la boca o girar la cabeza cuando se le ofrezca alimentarse.

Si el niño consume solidos o semi solidos los signos de hambre suelen ser los
siguientes:

 Babear cuando vea alimentos cerca.


 Inclinarse a tomar la comida.
 Abrir la boca cuando se le acerque un alimento.
 Emocionarse al ver la comida.
 Seguir con los ojos el alimento.

Los signos de que un niño que consume solidos se encuentra satisfecho incluyen:

 Cerrar la boca cuando se le acerca la comida.


 Jugar con los alimentos.
 Retirar la cabeza o decir que no cuando se le ofrece.
 Escupir lo que se le introduce a la boca.
 Distraerse de la comida y concentrarse en otra actividad.

Ante los signos tempranos de hambre los padres o cuidadores deben responder
de manera oportuna a igualmente hacerlo ante los signos de saciedad, recordando
que es bastante normal que los niños, especialmente si son amamantados,
pueden tardar un poco en establecer una alimentación complementaria completa,
y que en principio pueden consumir un par de cucharadas para luego perder el
interés por el alimento que se le ofrece, sin que esto afecte su salud, por tanto no
debemos frustrando si en los primeros intentos nuestro bebe no come todo lo que
esperábamos, la alimentación complementaria, al igual que otros procesos en el
niño, responden al resultado de un proceso madurativo completo y no todos están
listos para iniciarla al mismo tiempo, sin que esto sea señal de algún problema
cognitivo o del desarrollo.

Sin embargo ante el rechazo permanente de los alimentos, o la afinidad excesiva


hacia solo un grupo, textura o temperatura de alimento es importante acudir al
especialista.

Cuáles son las ventajas de la alimentación receptiva?

 El niño establece una relación positiva a futuro con los alimentos.


 Disminuye el riesgo de obesidad infantil ya que el bebe aprende a
autorregularse y escuchar a su cuerpo desde temprana edad.
 El bebé será mucho mas independiente a su asistencia durante las
comidas.
 El poder regular lo que come y participar activamente en su alimentación,
así como el recibir mensajes positivos durante este proceso refuerza su
autoestima y los hace mas independientes.
 Favorece su deseo de exploración y descubrimiento de los alimentos.

Qué ocurre cuando el bebe no obtiene una alimentación receptiva?

 Aumenta el riesgo de sobrepeso y sus enfermedades asociadas al crecer,


ya que el niño no autorregula sus porciones sino que se adapta a las
porciones que marca el adulto que en ocasiones pueden ser exageradas o
mayores a las requeridas, aumentando así los diámetros de su estomago
sobre lo normal para su edad y propiciando que cada vez requiera mas
alimentos para saciarse.
 Puede padecer trastornos alimenticios que van desde obesidad hasta
anorexia debido a relaciones viciosas con los alimentos desde temprana
edad.
 Hace mas complicadas y engorrosas las horas de las comidas y mas
reducido o selecto el grupo de alimentos que consume el niño.
 Anula las señales internad de saciedad del bebés.

Cabe recordar que alimentar un bebé o niño pequeño es un proceso que


requiere paciencia, muchas veces podemos sentirnos frustradas o estresadas
ante sus conductas con la comida, sin embargo el conocimiento, el amor y la
paciencia serán nuestros mejores aliados en este proceso.
Dra. Delimar Tello
Medico Cirujano

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