Luis Vigo
Luis Vigo
Luis Vigo
ENSAYO
INTEGRANTE:
FLOR NUÑEZ
C.I V-11.933.918
Hoy en día, se hace cada vez más necesario pensar y repensar si el sentido que
los docentes universitarios le asignan a su accionar pedagógico se acompasa a la
visión, innovación y creación de soluciones a los problemas y desafíos educativos de
esta era.
NARRATIVA COLONIZADORA
Existe una narrativa muy añeja sobre lo que ha sucedido en estos cinco siglos
desde el inicio de la invasión. Un discurso basado en mentiras y calumnias, repetido
millones de veces, y que, se ha convertido en la historia oficial de los poderosos de
este país, y la santa verdad de los pudientes. La esencia del discurso es, que los
descubiertos no piensan, que fueron y siguen siendo primitivos y salvajes. En efecto, a
partir de la agresión injustificada, hombres desalmados, asesinos y ladrones, llegaron a
tomar lo que no era suyo y a tratar de destruir una de las civilizaciones más antiguas de
la humanidad. Destruyeron las instituciones, las leyes y las autoridades ancestrales,
que se habían creado a lo largo de milenios y que, daban la más alta calidad de vida
alcanzada para todos los pueblos a través de los aportes en la alimentación, la salud, la
educación y la organización. Esta calidad de vida, la urbanidad y la democracia
participativa, no las tenía Europa que estaba saliendo de la oscura Edad Media.
Por el contrario, la narrativa colonial a través de sus tres dogmas, nos habla de
que los descubiertos no eran seres humanos, porque no tenían alma, eran violentos,
agresivos y peligrosos, y finalmente, eran demoniacos e idólatras, lo cual justifica la
invasión. El discurso iniciado desde Cristóbal Colón y Hernán Cortés, así como todos
los invasores de espada y crucifijo, nos describen como caníbales, ignorantes,
hablantes de dialectos primitivos, sin escritura, sin las armas de acero y la rueda. Que
se la pasaban en sangrientas guerras entre ellos, adorando cientos de dioses,
construyendo adoratorios y centros ceremoniales para conocer el ciclo de la siembra,
adorar al sol, el viento y el agua. Por tanto, la conquista, como la llaman ellos, fue
necesaria y se tuvo que pagar un precio muy alto por ella, para civilizar, cristianizar e
integrar a estos pueblos salvajes y primitivos al mundo civilizado y cristiano.
Esta narrativa, por supuesto que se encuentra en todos los textos del siglo XVI,
escritos por los invasores de espada y crucifijo, que, además, pretendían borrar o
justificar el abuso, el despojo, el epistemicidio y el genocidio a una escala descomunal.
Hasta ese momento, nunca se había realizado un hecho de estas dimensiones y
proporciones en la historia de la humanidad, en el Anáhuac comenzó la creación del
colonialismo, el capitalismo, la modernidad y el llamado Sistema Mundo.