Como Dios Anima y Restaura A Su Pueblo

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COMO DIOS ANIMA Y RESTAURA A SU PUEBLO

Introducción:

La Biblia nos enseña que después de pasar el desierto, cuando


Israel se estableció en la tierra prometida también dudó muchas
veces de que el Señor los libraría del sus enemigos y de toda
persecución.
La duda, el desánimo, la incredulidad son herramientas del
enemigo de nuestras almas para estorbar o estancar los planes de
Dios en nuestra vida. Pero, nuestro buen Dios nos ayuda
fortaleciendo nuestra fe y nuestras fuerzas para perseverar, y no
renunciar.
La Biblia nos enseña que el pueblo de Israel a veces se
desanimaba y quería renunciar, pero nuestro buen Dios venía en su
socorro, y los animaba, restauraba su esperanza, trayendo sobre
ellos nuevas fuerzas, Israel volvía a creer y el Señor manifestaba
Su gloria sobre los enemigos de su pueblo.
Es Dios quien anima y fortalece a su iglesia, él no ha cambiado,
sigue renovando y fortaleciendo a sus hijos para llevarlos a la
victoria. Veamos ahora este interesante estudio…

¿CÓMO DIOS ANIMA Y RESTAURA A SU PUEBLO?

Texto: ISAÍAS 35:1-10.

I. LA SITUACIÓN DE ISRAEL:

A. Ésta palabra la dio el profeta Isaías en el año 730 antes de


Cristo aproximadamente.

Nota: El profeta Isaías desarrolló su ministerio su ministerio


entre los años 750 y 695 antes de Cristo, entonces éste servicio
que prestó Isaías al Señor duró aproximadamente cincuenta y
cinco años, en uno de los tiempos más difíciles y críticos de la
historia del pueblo de Dios, fueron tiempos de idolatría, cautiverio,
asedio de los enemigos, entre otros obstáculos.

B. La situación del pueblo de Dios no era la mejor, pero el Señor


viene a animar y a restaurar.
Nota: El profeta Isaías es testigo de la caída de Israel (es decir
del reino del norte) y del deterioro espiritual y moral de Judá (este
es el reino del sur). Según enseña la tradición hebrea, el profeta
Isaías fue martirizado al ser aserrado por la mitad por una orden
dada por el rey Manasés.

Por todas estas cosas podemos ver que Israel estaba lejos de Dios
y había perdido su discernimiento, y su fidelidad al Señor.

C. Las palabras de Dios a través del profeta son palabras de ánimo,


fortaleza y esperanza para su pueblo. Isaías 35:1-2.

"Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y


florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también se
alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la
hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de Jehová,
la hermosura del Dios nuestro".

Nota: Éste pasaje de la Biblia profetiza el día de la redención del


Señor donde la tierra florecerá con la abundancia de Dios.
Podemos leer en la Versión Bíblica Jünemann que
dice: “Alégrate, desierto sediento; alborócese el desierto, y
florezca como lirio, y florecerán y se regocijarán los desiertos del
Jordán; la gloria del Líbano se le ha dado, y el decoro del Carmelo;
y mi pueblo verá la gloria del Señor, y la excelsitud su Dios”.

Debemos observar detenidamente varios términos muy


importantes aquí:

1) El Líbano: Nombre que significa: “Blanco” tal vez haciendo


referencia a la nieve en las cimas de sus montes, relieve
reconocido por la cantidad de cedros (fue la madera usada para
construir el Templo de Israel), fue un lugar anhelado por otros
pueblos como Egipto, para construir sus grandes barcos y
múltiples edificaciones.

2) El Carmelo: Este nombre significa: “Jardín de frutas” su forma


imponente sobre todo cuando se ve desde el mar, hizo que muchos
pueblos concluyeran que era la morada de algún dios, lugar
hermoso con gran cantidad de árboles de buen tamaño y fruto.
3) Sarón: Este nombre significa: “Llanura” famosa por su gran
fertilidad, llanura con abundante vegetación y se caracterizaba la
rosa de Sarón, hermosa flor abundante en ésta hermosa llanura.
Entonces lo que vemos aquí es una declaración de Dios que
expresa aquel tiempo que viene en el que el desierto será como
estos hermosos y fértiles lugares de las tierras orientales, y vemos
entonces que el poder del Señor transforma todas las cosas, y
así Dios anima y restaura a su pueblo.

II. DIOS ANIMA Y RESTAURA A SU PUEBLO (Iglesia):

A. En Dios debemos tomar nuevas fuerzas, Isaías 35:3.

"Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles".

Nota: Debemos considerar aquí el significado de las palabras


usadas por Dios. Las manos representan nuestras obras y labores,
las rodillas son figura de nuestra firmeza y caminar, lo más seguro
es que el pueblo de Dios estaba desanimado y cansado ante las
diversas circunstancias difíciles que estaban enfrentando.
La verdad es que en nuestra vida estas cosas aparecen,
especialmente en el desierto (tiempos donde nuestra fe es
probada). Pero es vital fortalecernos en Dios y es en Su presencia
que hallamos esas nuevas fuerzas.

B. Con el poder de Dios debemos avanzar ante los miedos, Isaías


35:4a.

"Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis".

Nota 1: La Nueva Versión Internacional traduce: “digan a los de


corazón temeroso: Sean fuertes, no tengan miedo”. Vemos que el
imperio de Asiria venía creciendo y conquistando, era natural que
apareciera el miedo ante semejante enemigo. Los hijos de Dios
debemos marchar a pesar de los temores, pues el Todopoderoso
va con nosotros, y esto es lo más importante.

Nota 2: Debemos considerar la frase: “Esforzaos, no


temáis”: donde la palabra esfuerzo implica ir más allá de las
fuerzas normales y corrientes, debemos recordar aquí que la Biblia
nos dice en el Salmo 92:10
"Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido
con aceite fresco”. El Búfalo es un toro salvaje feroz y peligroso,
animal de gran fuerza y resistencia. El Señor renueva nuestras
fuerzas con su poder y bendita unción, así Dios anima y restaura a
su pueblo en medio de toda adversidad.

C. Dios anima y fortalece la esperanza de su pueblo, Isaías 35:4b.

"He aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios
mismo vendrá, y os salvará".

Nota: La expresión: "he aquí que vuestro Dios viene con


retribución, con pago; Dios mismo vendrá y os salvará”, nos indica
que el Señor sigue siendo nuestro Salvador, en efecto Dios mismo
vendrá y salvará, esto lo vemos cuando el Verbo se hizo carne,
pero lo seguimos viendo pues él sigue salvándonos del lodo
cenagoso, de nuestras angustias y necesidades, de nuestras crisis
y luchas.
Dios sigue siendo nuestro Salvador, y usa Su palabra para animar y
restaurar a su pueblo. Él conoce plenamente tus luchas y
dificultades, él no te fallará.

III. LAS PROMESAS DE DIOS SON FIELES Y VERDADERAS, Isaías


35:6-7.

"Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del


mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en
la soledad. El lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal
en manaderos de aguas; en la morada de chacales, en su guarida,
será lugar de cañas y juncos".

A. Sin duda alguna las aguas en el desierto implican vida en


medio de la sequedad, florecimiento y fruto en medio de la aridez,
y restauración en medio de la ruina y de la muerte.
B. Dios hará un camino nuevo donde no hay, Isaías 35:8-
9.

Nota 1: La verdad es que hay muchos y diversos caminos, hay


feos, bonitos, grandes, pequeños, alegres y tristes, caminos de
vida y de muerte, pero éste texto nos habla de un camino especial
llamado Camino de Santidad, es el mejor y con la ayuda del Señor
podemos caminar por él.

Nota 2: También nos dice el pasaje bíblico que “los torpes no se


extraviarán” quiere decir los de pocas luces, pues la dirección
será clara y no habrá desvíos ni confusión, pues el Señor mismo lo
ilumina con Su gloria, él es nuestro guía, y nos lleva al mejor
destino, es además un camino seguro (pues no hay leones ni
fieras). Esto nos recuerda que la vida de rectitud es la mejor
defensa o protección contra todo enemigo.

Al reflexionar en estas palabras proféticas de Dios para su pueblo


en aquel tiempo, debemos recordar que también son
para nosotros hoy, pues somos pueblo de Dios, y mediante este
mensaje el Señor nos renueva, Dios anima y fortalece a su
pueblo para avanzar y conquistar lo que ha diseñado para
nosotros.

Conclusión: Algunas veces el panorama de nuestra vida no es el


mejor (como le estaba pasando a Israel), pero el Señor nos anima
a perseverar, nos invita a renovar nuestras fuerzas en él, nos
alienta para andar por el Camino de Santidad, porque él viene con
grandes bendiciones. Adelante, avanza, el Señor va contigo, hoy
Dios anima y restaura tu corazón.

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