Alegoria de La Caverna
Alegoria de La Caverna
Alegoria de La Caverna
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Recreación de parte del mito. Se observa cómo el prisionero solo puede observar
proyecciones del mundo que son meras apariencias de las esencias.
Se trata de una explicación metafórica, realizada por el filósofo griego Platón al principio
del VII libro de la República, sobre la situación en que se encuentra el ser humano
respecto del conocimiento.3 En ella, Platón explica su teoría de cómo podemos captar la
existencia de los dos mundos: el mundo sensible (conocido a través de los sentidos) y el
mundo inteligible (sólo alcanzable mediante el uso exclusivo de la razón).
Índice
• 1 Historia
• 2 Interpretación esotérica
o 2.1 Ontología subyacente en la alegoría
o 2.2 La epistemología subyacente en la alegoría
o 2.3 La educación subyacente en la alegoría
o 2.4 La política subyacente en la alegoría
• 3 Interpretaciones exotéricas
• 4 Véase también
• 5 Referencias
o 5.1 Bibliografía
• 6 Enlaces externos
Historia
Estos hombres encadenados consideran como verdad las sombras de los objetos. Debido
a las circunstancias de su prisión se hallan condenados a tomar únicamente por ciertas
todas y cada una de las sombras proyectadas ya que no pueden conocer nada de lo que
acontece a sus espaldas.
Continúa la narración contando lo que ocurriría si uno de estos hombres fuese liberado y
obligado a volverse hacia la luz de la hoguera, contemplando, de este modo, una nueva
realidad. Una realidad más profunda y completa ya que ésta es causa y fundamento de la
primera que está compuesta sólo de apariencias sensibles. Una vez que ha asumido el
hombre esta nueva situación, es obligado nuevamente a encaminarse hacia fuera de la
caverna a través de una áspera y escarpada subida, apreciando una nueva realidad exterior
(hombres, árboles, lagos, astros, etc. identificados con el mundo inteligible) fundamento
de las anteriores realidades, para que a continuación vuelva a ser obligado a ver
directamente "el Sol y lo que le es propio",5 metáfora que encarna la idea de bien.
Interpretación esotérica
La interpretación de la alegoría de la caverna hay que buscarla muy al final del libro VI
y en el libro VII de la República de Platón, una interpretación que es puramente
epistemológica, no en vano comienza la historia con estas palabras:
-Y a continuación -seguí-, compara con la siguiente escena el estado en que, con respecto
a la educación o falta de ella, se encuentra nuestra naturaleza.7
Nada más terminar la narración del mito nos cuenta Platón, por boca de Sócrates, qué
representa cada una de las imágenes que se exponen en él.9 Corresponde a las sombras y
a los hombres que las producen en el mundo que percibimos por los sentidos o mundo
sensible; y la hoguera al Sol que todo lo ilumina y nos permite ver. La ascensión al
exterior de la cueva figura el ascenso al mundo inteligible, mundo en el que se encuentra
la idea de Bien10 representada por el Sol.
Ambos mundos son reales, pero el inteligible posee más entidad siendo fundamento de
todo lo sensible. Pertenecen a este mundo las esencias o ideas y, de entre ellas, la idea de
Bien es fundamento de todas las demás ideas y por ende de lo sensible.
Pero, con todo, esta explicación que nos da Platón no es más que una nota al margen de
lo que esta alegoría pretende dar a entender. Eso sí, es necesaria para entender el camino
del alma hacia el mundo inteligible.11
Dado que la República es un tratado político, cabría esperar que tras la alegoría se
escondiera una mayor referencia a la teoría política de Platón que a la epistemología y a
la educación o paideia, pero no es así aunque algo de política tenga.
Pero, como alegoría que es, no tiene perfecta correspondencia con el pensamiento de
Platón. Por ejemplo, el personaje es continuamente obligado a ascender en los grados de
conocimiento porque, como dice el propio Platón al terminar de narrar la alegoría, el saber
es costoso y no suele hacerse de buena gana,15 mientras que más adelante, ya terminado
el mito, Platón señala que no es deseable usar la fuerza para que los niños aprendan.16
En la política platónica no hay tal obligación externa encaminada a que los hombres
asciendan en los grados de conocimiento, nadie ha de ser arrastrado tal y como narra la
alegoría. Si acaso, la única obligación de la que habla Platón en su política es de una
obligación moral de todos los ciudadanos para que asuman con responsabilidad el deber
de educarse lo mejor que puedan conforme a su capacidad por mor del mejor bien de la
polis. Un bien que consiste en ser dirigida rectamente, es decir, conforme a razón.
Los propios alumnos, guiados por maestros mediante el uso de la dialéctica, irán
alcanzando por sí solos los distintos grados de conocimiento hasta el límite que la
capacidad de cada uno de ellos determine.
Con todo, Platón es consciente de que muy pocos son capaces de llegar al más alto grado
de conocimiento. Ello le llevará a proponer que también han de desempeñar la función de
gobernar, en un gobierno que es temporal y rotatorio, los que más hayan accedido al
mundo inteligible por medio del pensamiento.18 El motivo de la rotación es limitar en el
tiempo la función de gobernar para no hacer más gravosa aún la obligación de desatender
el estudio y contemplación de las esencias al hacerla perdurar excesivamente en el tiempo.
Interpretaciones exotéricas
Como a casi todo texto alegórico, a la Alegoría de la caverna no le faltan interpretaciones
que han sido dadas al margen de la que le dio su autor en la Academia. El motivo principal
que lo causa es el hecho de que casi toda la obra de Platón conservada19 es de carácter
exotérico, es decir, destinada a los no miembros de la Academia y por tanto accesible al
gran público. Esto determinó que Platón dotara a su obra de una extraordinaria belleza
literaria por las imágenes propuestas, pero con poca precisión conceptual en muchas de
sus partes. El quedarse sólo en la lectura de la alegoría sin atender a las explicaciones que
de él nos dio su autor, ha dado lugar a todo tipo de interpretaciones.20