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Profetas Menores 2023

Este documento presenta el programa de un curso bíblico sobre los profetas menores. El objetivo es entender los libros proféticos en su contexto histórico y usar sus enseñanzas en la vida espiritual. El contenido incluye introducciones a cada profeta y sus mensajes. Se requiere asistencia regular, aprobar exámenes y traer el cuadernillo a clase.

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Profetas Menores 2023

Este documento presenta el programa de un curso bíblico sobre los profetas menores. El objetivo es entender los libros proféticos en su contexto histórico y usar sus enseñanzas en la vida espiritual. El contenido incluye introducciones a cada profeta y sus mensajes. Se requiere asistencia regular, aprobar exámenes y traer el cuadernillo a clase.

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instituto bíblico cita con la vida

PROGRAMA
OBJETIVOS GENERALES:
• Entender con mayor profundidad los libros al analizar su contexto
histórico, político y social.
• Poder usar los textos de dichos libros según su intención y mensaje
en la vida devocional y espiritual.
• Comprender la importancia de estos libros dentro del plan de salva-
ción de Dios para el hombre.
• Conocer e identificar los aspectos y alcance de las profecías escritas
de cada profeta.
• Aumentar el deseo y la pasión por escudriñar las Escrituras.

CONTENIDOS:
• Unidad 1: Introducción:
A. El profeta.
B. Composición.
C. Orden cronológico.
D. Mensaje central.
2
• Unidad 2: Profetas del siglo noveno
A. Abdías.
B. Joel.
C. Jonás.

• Unidad 3: Profetas del siglo octavo


A. Amós.
B. Oseas.
C. Miqueas.

• Unidad 4: Profetas del siglo séptimo


A. Sofonías.
B. Nahum
C. Habacuc.

• Unidad 5: Profetas del siglo sexto


A. Hageo.
B. Zacarías.
C. Malaquías.
profetas menores

REQUISITOS PARA APROBAR LA MATERIA:


• Asistencia 80%.
• Aprobar examen con el mínimo de 6 (seis).
• Traer a clase el cuadernillo de la materia.

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profetas menores

UNIDAD 1:
INTRODUCCIÓN
A. El profeta
Se concuerda generalmente en que la etimología de la palabra “profeta”
presenta ciertas dificultades. No obstante, el uso en las Escrituras de la
palabra hace claro el sentido. La Escritura es su mejor intérprete. La Pala-
bra define al término de la siguiente manera:
1. El profeta es uno que habla de parte de Dios o por Dios. Sus palabras
no son producto de su propio espíritu, sino que vienen de una fuente
superior, del Espíritu Santo.
2. Dios le dijo a Moisés que Aarón hablaría “(…) por ti al pueblo; él te
será a ti en lugar de boca” (Éxodo 4:16). También dijo que Aarón sería
el “profeta” de Moisés (Éxodo 7:1). Así que como profeta Aarón era una
boca, un vocero, el profeta de Jehová sería la boca de Jehová.
3. Dios dijo que cuando levantara un profeta, pondría sus palabras en
la boca del profeta y que él las hablaría en su nombre (Deuteronomio
18:9-22).
5
4. El profeta hebreo era un embajador de Jehová enviado a revelar la
voluntad y el propósito de Jehová para su pueblo escogido (Amós 3:7-8;
Jeremías 23:16; Ezequiel 13:1-7).
Aunque “profeta” es el término general usado en las escrituras del Antiguo
Testamento, se emplean otros:
1. Vidente (1 Samuel 9:9).
2. Varón de Dios (1 Samuel 9:6; 1 Reyes 17:18).
3. Siervo de Dios (o de Jehová) 1 Crónicas 6:49; 1 Reyes 18:36).
4. Mensajero de Jehová (Isaías 42:19).
5. Atalaya (Ezequiel 3:17; 33:7).
Todos estos términos expresan la misma idea fundamental, la de un me-
diador que hace uso de la palabra entre Dios y los hombres.

B. Composición
Los profetas menores están compuestos por doce libros, desde Oseas has-
ta Malaquías (según el orden bíblico). El nombre de profetas menores fue
puesto por San Agustín, para diferenciarlo del otro grupo de profetas, lla-
mado los profetas mayores: Isaías, Jeremías (Lamentaciones), Ezequiel y
Daniel.
instituto bíblico cita con la vida

La diferencia entre los profetas mayores y los menores no tiene nada que
ver con la calidad o la importancia de los mismos, sino con el contenido.
Los profetas mayores son simplemente libros más extensos que los pro-
fetas menores.
Estos doce libros fueron agrupados por los judíos en el siguiente orden:
1. Pre-Exilio: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas y Nahum
2. Justo antes del exilio: Habacuc y Sofonías
3. Post-Exilio: Hageo, Zacarías y Malaquías
Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas y Nahum tratan sobre la ame-
naza asiria; mientras que Habacuc y Sofonías tratan sobre la amenaza ba-
bilónica.

C. Orden cronológico
Es difícil determinar algunas de las fechas, porque no se hallan regis-
tros claros al respecto. Pero a continuación estableceremos las fechas
aproximadas según el tiempo de cada profeta, haciendo las siguientes
aclaraciones: En la primera sección, profetas del “siglo noveno”, las fe-
chas de los primeros dos son las más discutidas. Abdías es puesto por
algunos en el período de Joram, rey de Judá, cuando subieron contra
6 Judá los filisteos, los árabes, y los etíopes (2 Crónicas 21:8-10, 16-18).
Esto daría al libro de Abdías una fecha temprana, como cerca del año
845 a.C. Otros colocan al profeta en el período de la caída de Jerusalén,
o poco después, aproximadamente en el año 586 a.C. Se acepta la fecha
temprana, aunque con algo de duda. Joel es también de fecha incierta.
Es colocado por los eruditos entre los años 830 y 350 a.C. Jonás es de
la primera parte del siglo octavo, pero es colocado con Joel y Abdías,
porque profetizó antes de la subida de Asiria bajo Tiglatpileser.

a) Siglo noveno (período asirio temprano):


1) ABDÍAS, año 848.
2) JOEL, año 830.
3) JONÁS, años 790-750.

b) Siglo octavo (período asirio):


1) AMÓS, año 755.
2) OSEAS, años 750-725.
3) MIQUEAS, años 735-700.
profetas menores

c) Siglo séptimo (período caldeo):


1) SOFONÍAS, años 630-625.
2) NAHUM, años 625-612.
3) HABACUC, año 605.

d) Siglo sexto (después del exilio):


1) HAGEO, año 520.
2) ZACARÍAS, años 520-518.
3) MALAQUÍAS, año 440.

D. Mensaje central de los profetas


Los profetas tuvieron cuidado de no presentarse como fundadores de una
nueva religión, sino como reformadores, o mejor aún, como renovadores
de la religión de Israel. Lo esencial a la religión hebrea es anterior a la
época de los profetas. Su aportación constituyó un cuerpo de pensamientos
religiosos de suma excelencia. Tres son los grandes temas esenciales:

1. MONOTEÍSMO: Los profetas hablaron de un Dios único; de un Dios


nacional y a la vez universal; de un Dios trascendente y a la vez cercano
a su pueblo.
instituto bíblico cita con la vida

2. MORALISMO: Los profetas insistieron mucho en la obligación de ha-


cer la voluntad de Dios mediante la observancia fiel de su Ley, haciendo
ver al pueblo que sin esta actitud previa no podrían agradar a Dios. Por
eso impusieron temas como: la santidad de Dios; el hombre como pe-
cador; arrepentimiento y perdón; el día de Jehová; la justicia; el culto
grato a Dios.
3. MESIANISMO: El mesianismo profético reviste la forma de un miseri-
cordioso plan divino para la salvación de Israel y de toda la humanidad.
Es la profundización de una idea ya presente desde las más antiguas
tradiciones de Israel: la promesa de Génesis 3:15. La visión futura o es-
catológica de los profetas nos muestra algo grandioso: Sion será la sede
del reino universal y santo, en medio de ellos se erigirá el nuevo san-
tuario y se posará el Espíritu Santo. Entonces florecerá una nueva era
de paz y armonía; y todas las gentes acudirán a Sion para alcanzar luz y
justicia.

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profetas menores

GUÍA DE ESTUDIO
UNIDAD 1

1. Tomando las diferentes definiciones que nos dan las Escrituras, elaborar
una definición propia sobre la palabra profeta.
2. ¿Por qué se le llaman profetas menores?
3. Enumerar los doce profetas según el orden cronológico.
4. ¿Cuál fue el mensaje central de los profetas?

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instituto bíblico cita con la vida

UNIDAD 2:
PROFETAS DEL SIGLO NOVENO
A. ABDÍAS
1. Observaciones generales:
a) Autor: El profeta Abdías (versículo 1). Más allá de la mención que se hace
al principio del libro, nada se conoce con seguridad acerca del autor. Otras
referencias del AT a hombres con este nombre no parecen referirse a este
profeta. Sus menciones frecuentes de Jerusalén, Judá y Sion sugieren que
pertenecía al reino del sur (versículos 10-12; 17, 21). Abdías fue probable-
mente un contemporáneo de Elías y Eliseo.
b) Significado del nombre: “Siervo de Jehová”.
c) Fecha de escritura: Abdías fue escrito aproximadamente el año 848 a.C.
Aunque la fecha de escritura es difícil de determinar, se sabe que está liga-
da al ataque edomita contra Jerusalén descrito en los versículos 10-14. Al
parecer Abdías escribió poco después del ataque. Hubo cuatro invasiones
significativas de Jerusalén en la historia del AT:
1) Por Sisac, rey de Egipto, 925 a.C. durante el reinado de Roboam (1 Re-
10
yes 14:25, 26; 2 Crónicas 12).
2) Por los filisteos y árabes entre el 848-841 a.C. durante el reinado de
Joram de Judá (2 Crónicas 21:8-20).
3) Por Joás, rey de Israel, 790 a.C. (2 Reyes 14; 2 Crónicas 25).
4) Por Nabucodonosor, rey de Babilonia, en la caída de Jerusalén en 586
a.C.
De estas cuatro, sólo la segunda y la cuarta probablemente encajan con
la información histórica. La segunda es preferible para determinar la fe-
cha de escritura del libro, debido a que la descripción de Abdías no indica
la destrucción total de la ciudad, la cual se llevó a cabo bajo el ataque de
Nabucodonosor. Además, aunque los edomitas estaban involucrados en la
destrucción de Jerusalén por manos de Nabucodonosor (Salmos 137; La-
mentaciones 4:21), es significativo que Abdías no menciona a los babilonios
por nombre (como todos los demás profetas que escribieron acerca de la
caída de Jerusalén), ni hay referencia alguna a la destrucción del templo o
a la deportación del pueblo.

d) Destinatario: Edom, los descendientes de Esaú.


e) Contexto histórico: Los edomitas tienen su origen en Esaú, el primogé-
nito (gemelo) de Isaac y Rebeca (Génesis 25:24-26), quien luchó con Jacob
profetas menores

mientras estaban en el vientre (Génesis 25:22). El nombre de Esaú quie-


re decir “velludo”, porque él era “todo velludo como una pelliza” (Génesis
25:25). Él también es llamado Edom, lo cual quiere decir “rojo”, debido a la
venta de su primogenitura a cambio de algo de “guiso rojo” (Génesis 25:30).
Él mostró un menosprecio por las promesas de pacto al casarse con dos
mujeres cananeas (Génesis 26:34) y más adelante con la hija de Ismael (Gé-
nesis 28:9). Le encantaba estar afuera; y después que la bendición de su
padre le fue robada por Jacob, fue destinado a permanecer en los espacios
abiertos (Génesis 25:27; 27:38-40). Esaú se estableció en una región que
en su mayor parte estaba constituida por montañas escabrosas al sur del
Mar Muerto (Génesis 33:16; 36:8, 9; Deuteronomio 2:4-5) llamada Edom (gr:
“Idumea”), el área de 64 km de ancho la cual se extiende aproximadamente
160 km al sur del Golfo de Akaba. La legendaria carretera del rey, una ruta
de caravana esencial que une África del norte con Europa y Asia, pasa a
lo largo de la meseta oriental (Números 20:17). La lucha y nacimiento de
Jacob y Esaú (Génesis 25) forman el contexto definitivo de la profecía de Gé-
nesis 25:23: “Dos naciones hay en tu seno”. Sus descendientes respectivos,
Israel y Edom, fueron enemigos perpetuos. Cuando Israel salió de Egipto,
Edom negó a su hermano Jacob el paso por en medio de su tierra, loca-
lizada al sur del Mar Muerto (Números 20:14-21). No obstante, Israel fue
instruido por Dios a ser amable con Edom (Deuteronomio 23:7-8). Abdías,
habiendo recibido una visión de Dios, fue enviado a describir sus crímenes 11
y a pronunciar destrucción total sobre Edom por su trato hacia Israel.
Los edomitas se opusieron a Saúl (1043-1011 a.C.) y fueron sujetos bajo Da-
vid (1011-971 a.C.) y Salomón (971-931 a.C.). Pelearon en contra de Josafat
(873-848 a.C.) y exitosamente se rebelaron en contra de Joram (853-841
a.C.). Fueron conquistados una vez más por Judá bajo Amasías (796-767
a.C.), pero volvieron a ganar su libertad durante el reinado de Acaz (735-715
a.C.). Más tarde Edom fue controlado por Asiria y Babilonia; en el quinto si-
glo a.C. los edomitas fueron forzados por los nabateos a dejar su territorio.
Se mudaron a la zona de Palestina del sur y llegaron a ser conocidos como
los edomitas. Herodes el Grande, un edomita, se convirtió en rey de Judea
bajo Roma en el 37 a.C. En un sentido, la enemistad entre Esaú y Jacob
continuó en el intento de Herodes por asesinar a Jesús. Los edomitas parti-
ciparon en la rebelión de Jerusalén en contra de Roma y fueron derrotados
junto con los judíos por Tito en el 70 d.C. De manera irónica, los edomitas
aplaudieron la destrucción de Jerusalén en el 586 a.C. (Salmos 137:7) pero
murieron tratando de defenderla en el 70 d.C. Después de ese entonces ya
no se volvió a oír de ellos. Tal como Abdías predijo, ellos serían cortados
“para siempre” (v. 10); y “ni aun resto quedará de la casa de Esaú” (v. 18).

f) Propósito: Condenar a Edom por sus pecados contra Dios y contra Israel.
instituto bíblico cita con la vida

g) Versos claves:
Abdías 4: “Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas
pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová”.
Abdías 12: “Pues no debiste tú haber estado mirando en el día de tu her-
mano, en el día de su infortunio; no debiste haberte alegrado de los hijos
de Judá en el día en que se perdieron, ni debiste haberte jactado en el
día de la angustia”.
Abdías 15: “Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las na-
ciones; como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu
cabeza”.

Resumen
El mensaje de Abdías es definitivo y seguro: el reino de Edom será
destruido completamente. Edom ha sido arrogante, alegrándose de
los infortunios de Israel (cuando los ejércitos enemigos atacan a Is-
rael y los israelitas piden ayuda, los edomitas se niegan y eligen pe-
lear contra ellos, no por ellos). Estos pecados de orgullo ya no pueden
ser ignorados. El libro termina con la promesa de la plenitud y la libe-
ración de Sion en los “últimos días”, cuando la tierra será restaurada
12
al pueblo de Dios mientras Él gobierna sobre ellos.

2) Desarrollo de Abdías:
a) Primera sección:
En la primera sección del libro es decretada la destrucción completa de
Edom (versículos 1-16). El decreto es de Jehová. El profeta se identifica con
Israel, o con otros profetas: “Hemos oído”. Edom se cree seguro en su for-
taleza en la ciudad de Sela (peña); pero Dios le derribará (versículos 1-4).
El destino de toda nación está en la mano de Jehová.
La destrucción será completa (versículos 5-9): Los ladrones o saqueado-
res tomarían todo; los vendimiadores dejarían algunas uvas; pero las cosas
escondidas de Edom han de ser completamente escudriñadas. Su tesoro
ha de ser completamente confiscado (versículos 5-6). Los confederados de
Edom lo han engañado; se volverán en contra de la nación (v.7). Tenía Edom
fama de contar con sabios, pero su sabiduría sería confundida; fallaría en el
día de necesidad, y cada uno de ellos sería destruido (versículos 8-9).
La causa de la destrucción de Edom fue su soberbia (versículos 3-4) y la
crueldad y enemistad perpetua contra su pariente, Jacob (versículo 10). En
profetas menores

el día de la calamidad de Israel, y de ser despojada Jerusalén por sus ene-


migos, se había regocijado Edom; él había sido como uno de los saqueado-
res; se había pasado al bando contrario (versículo 11). Ésta es probable-
mente la ocasión de 2 Crónicas 21:8-10, 16-17. Edom había mostrado una
actitud nada hermanable y ahora queda condenado por su proceder, mien-
tras que el profeta declara lo que no debía haber hecho (versículos 12-14).
No podría escapar Edom del día de Jehová, el cual ya venía sobre todas las
naciones; ahora Edom cosecharía lo que había sembrado (versículos 15-16).
La expresión “día de Jehová” es usada por los profetas para indicar el día de
juicio de parte de Dios. Es un día en que Jehová se manifiesta en la derrota
de sus enemigos; es un día de espanto para los enemigos de Dios, pero de
rescate para su pueblo. Edom sería devorado por su propia iniquidad.

b) Segunda sección:
La segunda sección presenta la exaltación de Israel; el reino de Jehová ha
de ser establecido en el monte de Sion, mientras que el monte de Seir ha de
ser humillado (versículos 17-21). El monte de Sion representa la fortaleza
de Jehová y su lugar de morada entre su pueblo, en el cual habrá quienes se
escapen. Con esto se contrasta “el monte de Esaú” (Seir), que será tomado,
y consumida la casa de Esaú.
Desde el principio, Edom es símbolo de la mente mundana y profana. His- 13
tóricamente, la destrucción de Edom comenzó con la invasión caldea, pero
no fue terminada por esa nación. Entre los siglos sexto y cuarto Edom fue
invadido por los árabes, conocidos como los nabateos, un pueblo altamente
dotado que forzó a los edomitas a una región al sur de Judá. Los maca-
beos sujetaron a los edomitas en el siglo segundo, y Juan Hircano (134-104
a.C.) subyugó el remanente de ellos, forzándoles a aceptar la circuncisión
y, nominalmente, la religión judaica. Bajo los romanos, durante el siglo pri-
mero d.C. los demás edomitas fueron absorbidos por los árabes y se per-
dió completamente su identidad. No obstante, es dudoso que sea éste el
cumplimiento completo de la profecía de Abadías. La profecía apunta a la
conquista mesiánica, cumplida en Cristo. En la profecía de Balaam (Núme-
ros 24:15-24) se dice: “Lo veré, mas no ahora; lo miraré, mas no de cerca;
saldrá estrella de Jacob, y se levantará cetro de Israel (...) será tomada
Edom, será también tomada Seir por sus enemigos, e Israel se portará va-
ronilmente” (versículos 17-18). No puede haber duda de que la estrella y el
cetro son Cristo y su poder.

3) Referencias proféticas:
El verso 21 contiene una referencia profética de Cristo y su iglesia: “Y su-
birán salvadores al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino
instituto bíblico cita con la vida

será de Jehová”. Estos “salvadores” (también llamados “libertadores” en


muchas versiones) son los apóstoles de Cristo, ministros de la Palabra, y
especialmente los predicadores del Evangelio en estos últimos días. Ellos
son llamados “salvadores”, no porque obtengan nuestra salvación, sino
porque ellos predican la salvación a través del Evangelio de Cristo y nos
muestran el camino para obtener esa salvación. Ellos, y la Palabra predi-
cada, son los medios por los que “las buenas nuevas” de salvación son lle-
vadas a todos los hombres, mientras que Cristo es el único Salvador, quien
vino para comprar esa salvación y siendo Él el autor de ella. La presencia
de los salvadores y liberadores del Evangelio será cada vez más evidente
mientras se acerque el final de los tiempos.

B. JOEL
1. Observaciones generales:
a) Autor: El profeta Joel (1:1). El autor se identificó a sí mismo sólo como
“Joel, hijo de Petuel”. La profecía provee poco acerca del hombre. Aun el
nombre de su padre no es mencionado en algún otro lugar en el AT. Aun-
que él demostró un profundo celo por los sacrificios del templo (Joel 1:9;
2:13-16), su familiaridad con la vida pastoral y agrícola y su separación de
los sacerdotes (Joel 1:13, 14; 2:17) sugiere que no era un levita. La tradición
14 extrabíblica registra que él era de la tribu de Rubén, de la aldea Bet-om o
Bet-haram, situada al noroeste del Mar Muerto entre la frontera de Rubén
y Gad. No obstante, el contexto de la profecía da lugar a pensar que era
oriundo de Judea cerca de Jerusalén, debido a que falta el tono propio de
un extraño.
b) Significado del nombre: “Jehová es Dios”.
c) Fecha de escritura: Joel fue escrito probablemente en el año 830 a.C. La
fecha del libro se apoya únicamente en la posición canónica, referencias
históricas y elementos lingüísticos, debido a:
1) La falta de alguna mención de poderes mundiales que vinieron a la
escena más tarde en la historia (Asiria, Babilonia o Persia).
2) El hecho de que el estilo de Joel es como el de Oseas y Amós, en lugar
de los profetas postexílicos.
d) Destinatario: El pueblo de Judá (reino del sur) y el pueblo de Dios en
todas partes.
e) Contexto histórico: Tiro, Sidón y Filistea habían llevado a cabo incursio-
nes militares frecuentemente a Israel. Una sequía de gran envergadura y
una invasión masiva de langostas habían destruido toda cosa verde de la
tierra y habían traído una severa devastación económica (Joel 1:7-20), de-
profetas menores

jando al reino del sur débil. Este desastre le da a Joel la ilustración para el
juicio de Dios. Tal como las langostas fueron un juicio sobre el pecado, los
juicios futuros de Dios durante el día del Señor los excederán por mucho.
En ese día, Dios juzgará a sus enemigos y bendecirá a los fieles. Ninguna
mención es hecha de pecados específicos, ni Judá es reprendida por la ido-
latría. Sin embargo, posiblemente debido a una indiferencia cauterizada, el
profeta los llama a un arrepentimiento, amonestándolos a: “Rasgad vues-
tro corazón, y no vuestros vestidos” (Joel 2:13).

f) Propósito: Advertir a Judá del inminente juicio de Dios por causa de sus
pecados y pedirles que a todos ellos que vuelvan a Dios.

g) Versos claves:
Joel 1:4: “Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo que quedó del
saltón comió el revoltón; y la langosta comió lo que del revoltón había
quedado”.
Joel 2:25: “Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revol-
tón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros”.
Joel 2:28: “Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán
sueños, y vuestros jóvenes verán visiones”. 15

Resumen
Una terrible plaga de langostas es seguida por una severa hambruna
a través de la tierra. Joel usa estos acontecimientos como catalizador
para enviar palabras de advertencia a Judá. A menos que la gente se
arrepienta rápida y completamente, los ejércitos enemigos devora-
rán la tierra como lo hicieron los elementos naturales. Joel exhorta
a todo el pueblo y a los sacerdotes de la tierra a ayunar y humillarse
mientras buscan el perdón de Dios. Si ellos respondieren, habrá re-
novadas bendiciones materiales y espirituales para la nación. Pero el
día del Señor se acerca. En este tiempo, las temidas langostas pare-
cerán como mosquitos en comparación, mientras todas las naciones
reciben su juicio.

2. Desarrollo de Joel:
a) Primera sección:
En la primera sección del libro (Joel 1:2-2:17) habla el profeta. La invasión
de langostas es la base del llamamiento del profeta al arrepentimiento. A
instituto bíblico cita con la vida

menos que se arrepienta la gente, la invasión será solamente precursora y


presagio de un castigo mayor que seguirá. La invasión de langostas es tal
que los ancianos no pueden recordar otra tan terrible (Joel 1:2-4).

Los cuatro términos empleados (versículo 4) pueden denotar cuatro


estados de desarrollo, o cuatro clases de langosta, o sencillamente lo
completo de la devastación; sobre esto no hay certidumbre.

A la descripción de la invasión sigue un llamamiento al arrepentimiento


(Joel 1:5-14). Los bienes son quitados por los invasores (versículos 5-7);
los adoradores son quitados, y están de duelo los sacerdotes porque no
hay nada que ofrecer (versículos 8,9); la comida es cortada y cesa todo gozo
(versículos 10-12). A este cuadro de desolación sigue un llamamiento al
arrepentimiento y al ayuno delante de Jehová (versículos 13-14). Esta ca-
lamidad es venida sobre ellos como advertencia del “día de Jehová” que ha
de venir (Joel 1:15-20). Para una explicación del “día de Jehová” (versículo
15), podemos ver Abdías 15.
Parece que la invasión de langostas es seguida por una sequía terrible, la
cual seca los pastos y los arroyos, afectando a la gente y a las bestias (ver-
sículos 16-18). No obstante, esta sequía puede ser una descripción simbó-
16 lica del “fuego” de la ira de Jehová en juicio. A la descripción de la sequía
sigue una oración por misericordia (versículos 19-20).
Esta advertencia y llamamiento al arrepentimiento es seguida por un lla-
mamiento más urgente al arrepentimiento, pues viene el “día de Jehová”; el
cual está cercano (Joel 2:1-17).

El toque de la trompeta en Israel era para convocar al pueblo a la


puerta del “tabernáculo de reunión”, para mover los campamentos,
para anunciar alarma en la guerra, y para convocar a la gente a sus
fiestas religiosas (Números 10:1-10).

Aquí, el toque de trompeta es para advertir: “tocad alarma” (Joel 2:1). Es


descrito el día de Jehová como un día de tinieblas y de oscuridad, de nube y
de sombra, como un fuego (de juicio) que devora la tierra (Joel 2:2-3). Los
profetas usualmente emplean esta descripción para describir el día de los
juicios de Dios. Sigue una descripción más viva del juicio, en la cual son
descritos la apariencia, el ruido y el orden de batalla de las langostas. No
tuercen su rumbo, ni pueden ser impedidas en su marcha; ¡No hay nada que
pueda detenerlas! (Joel 2:4-9). Tiembla la tierra y los cielos son entene-
brecidos por su número; pero son guiadas por Jehová; es juicio de Él (Joel
2:10-11).
profetas menores

A la descripción más viva del juicio sigue un llamamiento más urgente al


arrepentimiento (Joel 2:12-14). Otra vez “tocad trompeta”, que todos pres-
ten atención a la advertencia; y que todos, desde los ancianos hasta los
infantes, inclusos el novio y la novia y el sacerdote, se juntan en petición
solemne a Jehová por misericordia (Joel 2:15-17).
b) Segunda sección:
En la segunda sección del libro habla Jehová. El día de Jehová ha de ser día
de pavor solamente para sus enemigos; para su propio pueblo ha de ser
día de liberación (Joel 2:18-3:21). Si su pueblo se arrepiente y le sirve, será
rescatado; pero si escoge portarse como enemigo hacia Él, entonces el día
del Señor tiene que ser día de juicio y de destrucción para ellos también.
Se implica el arrepentimiento (Joel 2:18), porque Jehová tuvo piedad de su
pueblo, prometiéndole sus bendiciones, y que alejaría el “ejército” que Él
había enviado entre ellos (Joel 2:19-20). La plenitud material, la alegría y el
gozo, y la libertad de la plaga de langostas, ahora seguirían a consecuencia
de su arrepentimiento (Joel 2:21-27). Serían derramados sobre ellos, no
solamente bendiciones materiales, sino también el Espíritu y todas las ben-
diciones asociadas con su advenimiento (Joel 2:28-32). Esta promesa halló
su cumplimiento último en el Pentecostés que siguió a la resurrección de
Cristo (Hechos 2).
17
Mientras que se otorgan bendiciones espirituales al pueblo de Dios, han de
ser juzgados y quitados todos los enemigos de su pueblo. Con este juicio
es contrastada la seguridad de Sion y de Jerusalén (Joel 3:1-17). Los fieles
han de retornar de su cautiverio, mientras que las naciones que se les opu-
sieron y los oprimieron esparciéndolos y vendiéndolos, han de ser juzga-
das por Jehová (versículos 1-3). Esas naciones, que eran los enemigos más
grandes del pueblo, han de sufrir el castigo más severo; cosecharán con-
forme a lo que sembraron, porque la palabra es de Jehová (versículos 4-8).
Se sigue una descripción del juicio (versículos 9-16). Notemos que la pro-
clamación de prepararse para la guerra es “entre las naciones” (versículo
9). Son éstas, las naciones, las que han de forjar espadas de azadones, y
lanzas de hoces, porque Jehová las usará como instrumentos de su juicio
la una contra la otra. El juicio es de Jehová (versículos 10-13). Otra vez es
usado el cuadro de tinieblas para describir el juicio (versículos 14-16). En
medio de todo esto Jehová será refugio y fortaleza para su pueblo (versí-
culos 16-17).
El cuadro final es de alegría, de plenitud, y de permanencia en medio de
seguridad y de limpieza para el pueblo de Dios. Esto se contrasta con la
desolación de Egipto y de Edom, las naciones simbólicas de cautiverio, de
mundanalidad, y de profanación (versículos 18-21).
instituto bíblico cita con la vida

3. Referencias proféticas:
Siempre que en el Antiguo Testamento se habla del juicio por el pecado,
ya sea un pecado individual o nacional, se profetiza el advenimiento de Je-
sucristo. Los profetas del Antiguo Testamento advierten continuamente a
Israel que se arrepienta, pero aun cuando ellos lo hicieron, su arrepenti-
miento estaba limitado a la observancia de la Ley y a las obras. Los sacri-
ficios de su templo eran sólo una sombra del último sacrificio, ofrecido una
vez y para siempre, el cual vendría a la cruz (Hebreos 10:10). Joel describe
el último juicio de Dios, el cual sucederá en el día del Señor, diciendo: “(…)
grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?” (Joel
2:11).

C. JONÁS
1. Observaciones generales:
a) Autor: El profeta Jonás (1:1), aunque el libro no tiene otra afirmación
directa acerca de la persona que lo escribió. A lo largo del libro, repetida-
mente se hace referencia a Jonás en tercera persona, causando que algu-
nos busquen otro autor. No obstante, no era una práctica extraña en el AT
escribir en tercera persona. Además, la información autobiográfica revela
en sus páginas claramente que se apunta a Jonás como el autor. Los relatos
18 en primera persona de acontecimientos y experiencias tan poco comunes
serían producto del mismo Jonás. Ni tampoco el versículo de introducción
debe sugerir algo diferente, debido a que otros profetas tales como Oseas,
Joel, Miqueas, Sofonías, Hageo y Zacarías tienen aperturas similares.
b) Significado del nombre: “Paloma”.
c) Fecha de escritura: Jonás fue escrito entre los años 790 y 750 a.C. De
acuerdo con 2 Reyes 14:25, Jonás vino de Gat-hefer cerca de Nazaret. El
contexto lo coloca durante el largo y próspero reinado de Jeroboam II (793-
753 a.C.), haciéndolo un profeta de las tribus del norte poco antes de Amós
durante la primera mitad del siglo octavo a.C., 760 a.C. Los fariseos estaban
mal cuando dijeron “de Galilea nunca se ha levantado profeta” (Juan 7:52),
porque Jonás era de Galilea. Una tradición judía que no se puede verificar
dice que Jonás fue el hijo de la viuda de Sarepta a quien Elías resucitó de los
muertos (1 Reyes 18:8-24).
d) Destinatario: Israel, el reino del norte, y el pueblo de Dios en todas par-
tes.
e) Contexto histórico: Como un profeta a las diez tribus del norte de Is-
rael, Jonás comparte su contexto histórico con Amós. La nación disfrutó un
tiempo de paz y prosperidad relativas. Tanto Siria como Asiria eran débiles,
profetas menores

permitiendo a Jeroboam II que agrandara las fronteras del norte de Israel


hasta donde habían estado en los días de David y Salomón (2 Reyes 14:23-
27). No obstante, espiritualmente fue un tiempo de pobreza; la religión era
ritualista y cada vez más idólatra, y la justicia se había pervertido. El tiempo
de paz y la riqueza la había hecho que estuviera en bancarrota espiritual,
moral y ética (2 Reyes 14:24; Amós 4:1 en adelante; 5:10-13). Como resulta-
do, Dios iba a castigarla al traer destrucción y cautividad de los asirios en
el 722 a.C. El arrepentimiento de Nínive pudo haber sido ayudado por dos
plagas (765 y 759 a.C.) y un eclipse solar (763 a.C.), preparándolos para el
mensaje por parte de Jonás.
f) Propósito: Mostrar la inmensidad de la gracia de Dios. El mensaje de
salvación es para todos los pueblos.
g) Versos claves:
Jonás 1:3: “Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a
Tarsis (…)”.
Jonás 1:17: “Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jo-
nás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches”.
Jonás 2:2: “Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno
del Seol clamé, y mi voz oíste”.
19
Jonás 3:10: “Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal ca-
mino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo”.

Resumen
El temor y el orgullo de Jonás causan que huya de Dios. Él no desea
ir a Nínive a predicar el arrepentimiento a la gente como Dios le había
ordenado, porque siente que ellos son sus enemigos. Él está conven-
cido de que Dios no llevará a cabo su amenaza de destruir la ciudad.
En vez de ello, aborda un barco para Tarsis, que está en la dirección
opuesta. Pronto una embravecida tormenta causa que la tripulación
eche suertes y determine que Jonás es el problema. Ellos lo tiran por
la borda, y él es tragado por un gran pez. Estando en su vientre por 3
días y 3 noches, Jonás se arrepiente de su pecado hacia Dios, y el pez
lo vomita en tierra seca (nos preguntamos qué le hizo tardar tanto en
arrepentirse). Jonás entonces hace el viaje de 800 kilómetros a Nínive
y conduce la ciudad a un gran avivamiento. Pero el profeta está dis-
gustado (de hecho con mala cara) en vez de estar agradecido cuando
Nínive se arrepiente. Sin embargo, Jonás aprende su lección, cuando
Dios usa un viento, una calabacera y un gusano para enseñarle que Él
es misericordioso.
instituto bíblico cita con la vida

2) Desarrollo de Jonás:
a) La comisión de Jonás y su huida a Tarsis (Jonás 1:1-16):
Versículos 1-3. Jonás era de la ciudad de Gat-hefer, una población a unos
seis kilómetros al norte de Nazaret. Era profeta en los días de Jeroboam
II, uno de los reyes famosos de Israel (2 Reyes 14:25). Nínive –la cual había
regido al mundo en el pasado, y estaba destinada a volver a hacerlo–, en
el tiempo de Jonás estaba en estado de depresión y de debilidad. Cuando
Jehová llamó a Jonás a ir a Nínive, en lugar de obedecer a Dios, el profeta
huyó a Tarsis. Se cree que Tarsis era una cuidad de lo que ahora es España,
una provincia fenicia, la ciudad situada más al poniente en aquel tiempo.
Versículos 4-10. El primer acto de Dios en la fuga del profeta fue el de le-
vantar un gran viento contra el mar (versículo 4), y después hacerlo cesar
(versículo 15). Cuando hallaron dormido a Jonás, los marineros echaron
suertes para saber por causa de quién había venido el viento sobre ellos;
y la suerte cayó sobre Jonás (versículos 5-7). Una vez interrogado Jonás,
manifestó un carácter honesto y falto de temor al responderles de manera
sincera; entonces procuraron los marineros salvarle (versículos 8-10).
Versículos 11-16. Otra vez se manifestó la honestidad del profeta cuando
le preguntaron qué hacer con él. En seguida, respondió Jonás: “echadme
20 al mar” (versículos 11-12). Los marineros siguieron procurando salvar al
fugitivo, pero cuando reconocieron que todo era en vano, pues la tempestad
era de Jehová, clamaron a Él, y echaron al profeta al mar. Inmediatamente
el mar se aquietó de su furor. Los hombres reconocieron la mano de Jehová
en todo el suceso, y le ofrecieron sacrificios (versículos 13-16). Sin duda
estos hombres relataban la narración de este evento memorable en toda
tierra a donde viajaban.

¿Habrá llegado a Nínive palabra de este acontecimiento aun antes de


ser enviado Jonás por segunda vez, y habrá influido en el oír de su
mensaje? No lo podemos saber; pero podría haber resultado facti-
ble. Comparemos la declaración de Jesús al llamarlo “señal” (Lucas
11:29-32).

b) La preservación milagrosa de Jonás (Jonás 1:17-2:10):


Jonás 1:17. El segundo acto de Dios fue el de proveer un pez en cuyo vientre
fuera preservado Jonás, y del cual más tarde fuera vomitado (versículo 10).
Al ser tragado, preservado y expulsado del pez, el profeta vino a ser una
profecía y un tipo de los tres días de Jesús en el corazón de la tierra (Mateo
12:38-40).
profetas menores

Jonás 2:1-9. Estos versículos comprenden un poema, o sea un registro de


la oración del profeta en la hora de su angustia. Fue de la aflicción del mo-
mento, al ser echado a lo profundo del mar, que clamó con tanta ansiedad
(versículo 2). En el abismo más profundo, allí Jonás recuperó la fe (versí-
culos 3-6). Fue cuando estuvo más desesperado que se acordó de Jehová y
que halló seguridad. Fue entonces cuando reconoció que “la salvación es de
Jehová” (versículos 7-9).
Jonás 2:10. Cuando había reconocido su absoluta debilidad y su dependen-
cia completa de Dios, estando dispuesto a sacrificarlo todo por Él, entonces
Dios hizo que el pez entregara a su prisionero.
—•—
Jonás y el gran pez
Mientras que no hay ninguna prueba histórica concluyente de que Jo-
nás fue tragado por un pez y vivió para contarlo, hay algunas pruebas
provocativas. En el siglo III a.C., un historiador y sacerdote babilónico
llamado Berosus escribió sobre una criatura mítica llamada Oannes
quien, según Berosus, emergió del mar para dar sabiduría divina a los
hombres. Los académicos generalmente identifican este misterioso
hombre pez como un avatar del dios-agua babilonio Ea (también cono-
cido como Enki). Lo curioso de Berosus es el nombre que usó: Oannes. 21
Berosus escribió en griego durante la época helenística. Oannes es
una sola letra del nombre griego Ioannes. Ioannes resulta ser uno
de los dos nombres griegos usados indistintamente en todo el Nuevo
Testamento griego para representar el nombre hebreo Yonah (Jonás),
que a su vez parece ser un apodo para Yohanan. Por el contrario, tanto
Ioannes e Ionas (la otra palabra griega para Jonás usada en el Nue-
vo Testamento) se usan indistintamente para representar el nombre
hebreo Yohanan en la Septuaginta griega, que es la traducción griega
del Antiguo Testamento hebreo.
En cuanto a la “I” ausente de Ioannes, según un estudioso del tema, se
afirma que: “En las inscripciones asirias la J de palabras extranjeras
se convierte en una I, o desaparece por completo; por lo tanto, Joan-
nes, como el representante griego de Jona, aparecería en asirio como
Ioannes o como Oannes”.
Nínive fue asirio. Esto significa básicamente que Berosus escribió
acerca de un hombre pez llamado Jonás que emergió del mar para
dar sabiduría divina al hombre. Berosus afirmó haberse basado en
fuentes oficiales babilónicas para su información. Nínive fue conquis-
tado por los babilonios bajo de rey Nabopolassar en 612 a.C., más de
instituto bíblico cita con la vida

300 años antes de Berosus. Es absolutamente concebible, aunque es-


peculativo, que el historial de los éxitos de Jonás en Nínive fue pre-
servado en los escritos de Berosus. Si es así, parece que Jonás fue
deificado y mitificado durante un período de tres siglos, primero por
los asirios, que sin duda le habían asociado a su dios pez Dagón, y
luego por los babilonios, que parecen haberlo hibridado con su propio
dios agua, Ea.
Además de la historia de Berosus, Jonás aparece en otros lugares en
las crónicas de Israel como el profeta que predijo los éxitos militares
contra Siria de Jeroboam II en el siglo VIII a.C. (2 Reyes 14:25). Jonás
se dice ser el hijo de Amitai (Jonás 1:1) de la ciudad de Gat-Hefer en
Galilea baja. Llegamos a la conclusión de que Jonás no fue una figura
imaginaria inventada para interpretar el papel de un profeta desobe-
diente, tragado por un pez. Podemos asegurar que él formó parte de
la historia profética de Israel.
En cuanto al pez, la Biblia no especifica qué tipo de animal marino
tragó a Jonás. La mayoría de las personas asumen que se trata de
un cachalote (una especie de ballena). Puede muy bien haber sido un
tiburón blanco. Éstas son las dos especies de vida marina mediterrá-
nea que son capaces de tragarse un hombre por completo. Ambas
22 criaturas son conocidas al acecho del Mediterráneo y se le han apare-
cido a los marineros desde la antigüedad. Aristóteles describe ambas
especies en su escrito del siglo IV a.C.

Comparación de tamaño entre un hombre y un cachalote

—•—
profetas menores

c) El segundo llamamiento de Dios, y la respuesta de Jonás (Jonás 3):


Versículos 1-4. ¿Cuánto tiempo se tardaría Jonás antes de irse a su casa?
¿Cuánto tiempo pasaría antes del segundo llamamiento? ¿Cuánto tiempo
se tardaría en llegar a Nínive? Todas estas preguntas están sin respuesta.
Lo que sabemos es que no vino censura de Jehová, sino solamente un lla-
mamiento como si hubiera sido llamado antes. Imaginemos las preguntas
que habría en la mente del pueblo de Nínive mientras entraba Jonás en la
ciudad ¿Quién es este hombre? ¿Cómo llegó aquí? ¿Podemos hacer caso a
sus palabras? No obstante, la gente de Nínive pudo haber sabido que éste
era el profeta de Jeroboam, rey de Israel, y que había huido, pero que ahora
respondía al llamamiento de Dios.
Versículos 5-10. Debieron sorprender los resultados al profeta; pues la
gente de Nínive creyó, se arrepintió, y proclamó un gran ayuno, el cual in-
cluyó a todos, tanto hombres como animales (versículos 5-9; Mateo 12:41).
También, Dios vio sus obras e hizo un cambio respecto a ellos, mostrando
clemencia para la ciudad (versículo 10). Aquí puede uno aprender que el
arrepentimiento es cambio de mente o de voluntad.

Nínive
La ciudad de Nínive fue redescubierta en el siglo XIX después de más 23
de 2500 años de oscuridad. Se cree que fue la ciudad más grande del
mundo en el momento de su extinción. Según los expertos, la circun-
ferencia de Nínive mayor era “exactamente tres días de viaje”, como
se registra en Jonás 3:3. Antes de su redescubrimiento, los escépti-
cos se burlaron de la posibilidad de que una ciudad tan grande podría
haber existido en el mundo antiguo. De hecho, los escépticos negaron
la existencia de Nínive completamente. Su redescubrimiento a media-
dos del 1800 demostró ser una reivindicación notable para la Biblia,
que menciona a Nínive por nombre 18 veces y dedica dos libros ente-
ros (Jonás y Nahum) a su destino.

d) El enojo de Jonás (Jonás 4):


Versículos 1-5. En lugar de estar gozoso a consecuencia del resultado de su
predicación, el profeta estuvo extremadamente enojado. Aquí admite que
por miedo de que Nínive sería perdonada, había huido a Tarsis la primera
vez (versículos 1-3). Jehová hizo reprensiones a su siervo descontento, el
cual salió de la ciudad, hizo una enramada bajo la cual poder protegerse de
los rayos del sol, y esperó hasta ver qué acontecería (versículos 4-5).
instituto bíblico cita con la vida

Versículos 6-11. Aquí se nos revela el acto tercero de Dios: el de preparar


una calabacera para el confort y la protección de Jonás, y un gusano y un
viento con los cuales herir a la calabacera.

La mayoría de los estudiosos coincide que la calabacera se trataba


de una planta que produce unas cápsulas de hermosa apariencia de
cuyas semillas se extrae el aceite de ricino. Sus hojas son amplias,
divididas en varios lóbulos con bordes que aserrados forman un buen
follaje, lo cual, a su vez, ofrece una buena sombra.

Jonás se alegró grandemente por la calabacera (versículo 6), pero se eno-


jó grandemente por el gusano y el viento que destruyeron a la calabacera
(versículos 7-9). Entonces Jehová reprendió al profeta por estar tan intere-
sado en lo que tenía que ver con su confort, por lo cual no había trabajado ni
lo había hecho crecer, sin embargo se indignó de que Dios perdonara a una
ciudad de tantos millares de almas (versículos 10-11).

3) Referencias proféticas:
Es claro que Jonás es un tipo de Cristo, de acuerdo a las propias palabras
de Jesús. En Mateo 12:40-41 Jesús declara que Él estará en la tumba el
mismo lapso de tiempo que Jonás estuvo en el vientre del gran pez. Él pro-
24
sigue diciendo que mientras los ninivitas se arrepintieron ante la predica-
ción de Jonás, los fariseos y maestros de la Ley, estaban rechazando a uno
que es mucho más grande que Jonás. Así como Jonás trajo la verdad de
Dios respecto al arrepentimiento y la salvación a los ninivitas, Jesús trae el
mismo mensaje (Jonás 2:9; Juan 14:6) de salvación y a través de Dios sola-
mente (Romanos 11:36).
profetas menores

GUÍA DE ESTUDIO
UNIDAD 2

ABDÍAS
1. ¿Qué significa el nombre de Abdías?
2. ¿Quién es Edom y por qué el profeta le dedica tal profecía?
3. ¿Qué versículo se identifica mejor con el mensaje del libro? Transcribirlo.
4. ¿Cuál es la causa de la destrucción de Edom?
5. ¿Qué significa la expresión “el día de Jehová”?

JOEL
1. ¿Cuál es el propósito del libro?
2. ¿A qué los exhorta Joel?
3. ¿Quién habla en la primera sección del libro?
4. ¿Qué significa “tocad trompeta” en esta oportunidad?
5. Anotar las referencias proféticas que se encuentran.

JONÁS
1. ¿Qué significado tiene el nombre de Jonás? ¿Tiene alguna relación con lo
que sucedió en su vida?
25
2. ¿Cuál es el propósito del libro?
3. ¿Por qué el profeta no quería ir a Ninive?
4. ¿Por qué Jonás se enojó contra Dios?
5. Anotar las referencias proféticas que se encuentran.
instituto bíblico cita con la vida

UNIDAD 3:
PROFETAS DEL SIGLO OCTAVO
A. AMÓS
1. Observaciones generales:
a) Autor: El profeta Amós (1:1). Amós era de Tacoa, una pequeña ciudad a
16 km al sur de Jerusalén. Él fue el único profeta que informó su ocupación
antes de declarar su comisión divina. Él no era de descendencia sacerdotal
o noble, sino que trabajaba como uno “de los pastores” (Amós 1:1; compa-
rar 2 Reyes 3:4) y un recolector de “higos silvestres” (Amós 7:14). Era un
contemporáneo de Jonás (2 Reyes 14:25), Oseas (Oseas 1:1) e Isaías (Isaías
1:1).
b) Significado del nombre: “El que lleva la carga”.
c) Fecha de su escritura: Amós fue escrito el año 755 a.C. La fecha de es-
critura se sitúa a mediados del siglo octavo a.C., durante los reinados de
Uzías, rey de Judá (790-739 a.C.) y Jeroboam II, rey de Israel (793-753 a.C.),
dos años antes de un terremoto memorable (Amós 1:1; comparar Zacarías
14:5; 760 a.C.).
26
d) Destinatario: Israel, el reino del norte, y todo el pueblo de Dios.
e) Contexto histórico: Amós fue un profeta de Judea llamado a entregar un
mensaje primordialmente a las tribus del norte de Israel (Amós 7:15). Po-
líticamente era un tiempo de prosperidad bajo el reinado largo y seguro de
Jeroboam II, quien siguiendo el ejemplo de su padre Joás (2 Reyes 13:15), de
manera significativa “restauró los límites de Israel” (2 Reyes 14:25). Tam-
bién fue un tiempo de paz tanto con Judá (Amós 5:5) como con sus vecinos
más distantes. La amenaza que estaba continuamente presente de Asiria
fue subyugada tiempo atrás en ese siglo debido al arrepentimiento de Níni-
ve ante la predicación de Jonás (Jonás 3:10). No obstante, espiritualmente,
fue un tiempo de corrupción desenfrenada y decadencia moral (Amós 4:1;
5:10-13; 2 Reyes 14:24).

f) Propósito: Pronunciar el juicio de Dios sobre Israel (reino del norte) debi-
do a la apatía, la idolatría y la opresión contra los pobres.
g) Versos claves:
Amós 2:4: “Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Judá, y por el cuar-
to, no revocaré su castigo; porque menospreciaron la ley de Jehová, y no
guardaron sus ordenanzas, y les hicieron errar sus mentiras, en pos de
las cuales anduvieron sus padres”.
profetas menores

Amós 3:7: “Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su se-
creto a sus siervos los profetas”.
Amós 9:14: “Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos
las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino
de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos”.

Resumen
Amós puede ver bajo la externa prosperidad y el poder de Israel; que
internamente la nación está corrompida hasta la médula. Los peca-
dos por los que Amós reprende al pueblo son extensos: abandono de
la Palabra de Dios, idolatría, adoración pagana, avaricia, liderazgo
corrupto, y opresión del pobre. Amós comienza a pronunciar un juicio
sobre todas las naciones que los rodean, luego sobre su propia nación
de Judá, y finalmente el juicio más severo es dado a Israel. Sus visio-
nes de Dios revelan el mismo mensaje enfático: el juicio está cerca.
El libro termina con la promesa de Dios de la futura restauración del
remanente.

2. Desarrollo de Amós:
a) El título (Amós 1:1-2): 27

Amós se refiere a sí mismo sencillamente como “uno de los pastores de Te-


coa” y como uno que recoge higos silvestres (Amós 1:1; 7:14). Tecoa era una
ciudad que estaba a unos veinte kilómetros al sur de Jerusalén, y un poco al
este. Se hallaba sobre los límites del desierto de Judá, y se describe como
una sección silvestre, arenosa y dura.

b) El juicio próximo (Amós 1:3-2:16):


Antes de pronunciar juicio contra Judá e Israel, el profeta escoge seis na-
ciones paganas y declara el juicio de Dios contra ellas. Tres de éstas, Da-
masco, Gaza, y Tiro no estaban relacionadas con Israel ni con Judá; las
otras tres: Edom, Amón y Moab, sí estaban relacionadas con ellos. Pero
relacionadas o no, paganos o creyentes, el juicio tiene que caer sobre el
pueblo malo e impío. En el juicio de las seis naciones se halla la expresión:
“Por tres pecados, y por el cuarto”, la cual no ha de ser literalmente enten-
dida, sino como indicación de la plenitud y de lo completo de los pecados de
la nación. Entre las naciones paganas, los pecados condenados fueron los
de la crueldad; los pecados de infidelidad hacia Dios y hacia su Ley fueron
los que caracterizaban a Judá y a Israel.
instituto bíblico cita con la vida

Las seis naciones castigadas: Damasco, Gaza, Tiro, Edom, Amón y


Moab

1) Damasco (Amós 1:3-5): Damasco era la capital de Siria; se hallaba a 216


kilómetros al noreste de Jerusalén. Galaad era la tierra de pastos ricos
al sudoeste de Damasco; era la tierra antigua de la media tribu de Mana-
sés, la cual se había situado al oriente del Jordán. Hazael había matado
a Ben-adad, el rey de Siria, y reinó en su lugar (2 Reyes 8:7-15). Tuvo un
hijo también de ese nombre, Ben-adad (2 Reyes 13:22-25), el cual no debe
ser confundido con el primero de ese nombre. En cuanto al “valle de Avén”
(vanidad) y a “la casa de Edén” (Bet-edén), no se conocen sus localidades.
Tampoco se conoce la localidad de Kir (ciudad amurallada).
2) Gaza (Amós 1:6-8): Gaza era una ciudad principal de Filistea, cerca de
la costa al sudoeste de Jerusalén. Aquí es nombrada como símbolo de toda
Filistea. Gaza había entregado a Edom aldeas enteras de israelitas que ha-
bían sido capturados, sin dejar ni uno solo. Por eso debería perecer toda
Filistea (versículo 8).
3) Tiro (Amós 1:9-10): Tiro, situada en la costa del norte de Palestina, era
la ciudad principal de Fenicia, y era importante como ciudad de comercio.
28
Solamente se dice que “entregaron a todo un pueblo”, lo cual puede indicar
que lo compraron y luego lo vendieron a los edomitas. También, los de Tiro
“no se acordaron del pacto de hermanos”, lo cual probablemente se refiere
a la amistad entre Hiram, el rey de Tiro, y David, el de Israel (1 Reyes 5:1).
4) Edom (Amós 1:11-12): El pueblo de Edom era descendiente de Esaú, y
por consiguiente consanguíneos de Israel y de Judá. Había enemistad entre
los dos pueblos desde su principio. No se menciona ningún pecado en par-
ticular, sino solamente el rencor implacable y perpetuo. Se hallan ejemplos
de esto en 2 Crónicas 28:17; Abdías 11-14; etc. Temán era tanto distrito como
ciudad principal; Bosra era la capital. La habitación de Edom se hallaba al
sur del Mar Muerto.
5) Amón (Amós 1:13-15): La tribu de Amón estaba situada en la orilla del
desierto de Arabia, al oriente de la tribu de Gad. Amón y Moab eran descen-
dientes de Lot por medio de sus dos hijas (Génesis 19:30-38). El crimen de
Amón era el de la crueldad, teniendo gusto en abrir a las mujeres que es-
taban encintas, al invadir a Galaad con el fin de extender su frontera. Rabá
era la ciudad capital, la cual sería destruida cuando el rey y sus príncipes
fueran llevados en cautiverio.
6) Moab (Amós 2:1-3): Moab quedaba al sur de Rubén, entre el río Arnón y
el arroyo Zered, al oriente de la mitad del sur del Mar Muerto. Como Amón
profetas menores

había demostrado un espíritu de crueldad al abrir los vientres de las mu-


jeres y destruir los fetos, Moab demostraba su espíritu malvado al quemar
los huesos de los muertos hasta calcinarlos. El pueblo no había podido cap-
turar vivo al rey, así es que tomaron venganza de su cadáver. Queriot era
la ciudad capital. Moriría la nación en medio de tumulto violento. Sería tan
severo su castigo que más tarde dos profetas llorarían al contemplar lo
terrible de ello (Isaías 15:5; 16:11; Jeremías 48:36).
Amós 2:4-5. Dejando atrás estas seis naciones paganas, el profeta ahora se
dirige a Judá. Notemos la diferencia entre las acusaciones hechas contra
las naciones paganas, y las que se hicieron contra Judá. La culpa o pecado
de Judá era el de la apostasía religiosa: habían rechazado la Ley de Jehová.
Sus “mentiras” eran las enseñanzas falsas que les habían conducido a la
idolatría.
Amós 2:6-16. Ahora el profeta comienza la verdadera denuncia de su profe-
cía, la que es contra el Israel de las diez tribus. Los pecados de Israel eran
los de la apostasía religiosa, la cual hallaba expresión en la corrupción po-
lítica, social, y moral (versículos 6-8). Dios era quien había destruido a los
amorreos y dado la tierra a Israel; pero Israel había menospreciado todas
las leyes de Dios, no solamente las morales sino también las ceremoniales
(versículos 9-12). Por tal motivo había llegado el día de su juicio. La gente
sería oprimida despiadadamente; no podrían escapar. ¡Terrible sería la se- 29
veridad del juicio! (versículos 13-16).

c) Los crímenes de Israel y su condenación (Amós 3-6):


Amós 3:1-8. Israel había sido el pueblo escogido de Jehová. De todas las na-
ciones, solamente él había sido suyo. Y ahora, debido a sus pecados, Jehová
tuvo que castigarle. Él no sería justo si le dejara sin corrección (versículos
1-2). El profeta escoge una serie de símiles (comparaciones) en los cuáles
afirma su derecho de hablar. No podía hablar sin haber acuerdo entre él y
Jehová (versículo 3). Como el león ruge cuando está para echarse sobre la
presa, así ruge (habla) Jehová al prepararse para el juicio de Israel (v.4).
“¿Caerá el ave en lazo sobre la tierra, sin haber cazador? ¿Se levantará el
lazo de la tierra, si no ha atrapado algo?” (v.5). Como la trompeta advierte,
y como Jehová no actúa sin que primero advierta por medio de los profetas,
así es que ahora Jehová está hablando para advertir. Por lo tanto, el profeta
no puede menos que profetizar, y el pueblo debería estar lleno de temor y
prestar atención a la advertencia (versículos 6-8).
Amós 3:9-12. Comienza Amós por condenar la clase alta y dirigente. Él lla-
ma a los de los palacios de Asdod, una cuidad de incircuncisos, y a los de los
palacios de Egipto, la tierra de su cautiverio anterior, a que atestigüen des-
de los montes de cerca la maldad de Samaria. Esto significa que la maldad
instituto bíblico cita con la vida

de Samaria iguala o supera la de estos países paganos. Como era la capital


de la nación, esta profecía contra Samaria se dirigiría contra los nobles,
que eran la clase regidora de la nación (versículos 9-10).
Es anunciado un adversario, pero no es nombrado (versículo 11), el cual
vino a ser Asiria, aunque Amós no indica esa nación por nombre en ninguna
parte. Sería tan severo el juicio, que la liberación de Samaria es compara-
ble a cuando libra un pastor dos piernas o la punta de una oreja de la boca
de un león (versículo 12).
Amós 3:14-4:3. Bet-el era el centro religioso de las diez tribus de Israel.
Era donde Jeroboam I había puesto uno de los becerros de oro (1 Reyes
12:25-33), el cual había llegado a ser trampa para la nación. Ahora el pro-
feta dirige una palabra contra Bet-el y contra sus altares, los cuales serían
echados a tierra (v.14). Luego se condenan la extravagancia y el exceso,
pues algunos eran dueños de casas de invierno como también de verano,
adornadas de marfil incrustado, mientras que otros de la nación sufrían
necesidad (versículo 15). Se les llama a las mujeres “vacas de Basán”; es
decir, eran como las vacas gordas del apacentadero rico de Basán, al orien-
te del Jordán. Éstas animaban a sus maridos a traer dinero para sus casas
extravagantes y para su manera derrochadora de vivir, por medio de opri-
mir a los pobres (Amós 4:1). Éstas serían las primeras en ir al cautiverio,
30 siendo llevadas con ganchos y anzuelos de pescador por las brechas de sus
casas y ciudades.
Amós 4:4-5. La ironía llena la voz del profeta al llamarles a venir a Bet-el y a
Gilgal, cuarteles generales de la idolatría, a ofrecer sus diezmos cada tres
días; y a ofrecer pan leudado, siendo todo esto sin autorización del Señor.
Así lo quería la gente, sin importarle lo que gustara al Señor (versículo 5).
Amós 4:6-13. En el pasado Dios les había castigado, pero no hicieron caso
de los castigos. Les había enviado el hambre y la escasez (v.6), la sequía y
la sed (versículos 7-8), el viento solano y la oruga más la langosta (v.9), la
mortandad y la guerra (versículo 10), la desolación y el incendio (versículo
11), pero todo fue en vano. La gente ignoraba el llamamiento de Dios; re-
husaba volver a Dios. Y ahora, en vista del fracaso de esta disciplina, tiene
que prepararse “para venir al encuentro” de su Dios, porque se acercaba un
juicio final que sería de Jehová de los ejércitos (versículos 12-13). El juicio
final fue la destrucción y el cautiverio por medio de los asirios.
Amós 5:1-17. Debido al pecado de Israel y al juicio venidero, el profeta eleva
una palabra de lamentación sobre ellos: la nación será reducida a la nada
(versículos 1-3). Pero posteriormente viene un llamamiento al arrepenti-
miento: “Buscadme, y viviréis” (versículos 4-6). Aunque los que corrompen
el juicio y que destronan la justicia (v.7), padecerán el juicio de Jehová y su
profetas menores

ira que arde tan furiosamente (versículos 7-9). La gente aborrecía el juicio
y al que hablaba lo recto; robaba al pobre en los negocios y los ricos vivían
lujosamente por medio de esta deshonestidad; pero Dios sabía de la multi-
forme naturaleza de sus pecados, porque no se podían esconder (versícu-
los 10-12).
Aunque era un tiempo malo, otra vez Dios les llamó a buscar lo bueno, a
volverse de la maldad, y establecer la justicia en juicio, podría ser que Dios
todavía tuviera piedad del remanente de José (versículos 13-15). José, quien
había sido vendido a la esclavitud en Egipto, era símbolo de los pobres y
afligidos de Efraín.

1) El primer “ay” (Amós 5:18-27):


La gente deseaba “el día de Jehová”; pero, ¿por qué? No sería como lo pen-
saba Israel, un día de juicio sobre sus enemigos y de bendición sobre ellos,
sino un día de terror y de juicio sobre los impíos. Sería un día de muerte
y de tinieblas para ellos, que habían llegado a ser como sus vecinos pa-
ganos (versículos 18-20). Sus solemnidades y ofrecimientos de culto eran
una abominación para el Señor, porque la impiedad caracterizaba sus vidas
y no había espíritu de devoción en su adoración; había solamente “ruido”
(versículos 21-23). Luego Amós, en una frase majestuosa, hace un resumen
del culto que deseaba Dios (versículo 24). Desde los días del desierto ellos 31
habían traído sacrificios a Jehová, mientras que al mismo tiempo traían la
imagen de sus dioses que habían fabricado. Ahora había llegado el tiempo
para un juicio completo (versículos 25-27).

2) El segundo “ay” (Amós 6):


Este “ay” es pronunciado sobre los inmorales de Samaria que gobernaban
a Israel (versículo 1). Dios les manda considerar a otras naciones: a Calne,
más allá del Éufrates, y a Hamat, al norte de Israel. ¿Eran mejores o más
grandes que Judá e Israel? (versículo 2). No obstante, estos gobernado-
res impíos de Sion y de Samaria se olvidaban de Dios quien les había dado
su grandeza. Dilataban el día malo, vivían lujosamente, se saciaban en sus
placeres, y no se afligían por el quebrantamiento de los pobres (versículos
3-6). Este pasaje no tiene nada que ver con la música instrumental en el
culto; esto es hecho evidente, tanto por el texto, que no trata de la adora-
ción, como por el contexto. Es la verdad, pues en el versículo siguiente el
profeta declara que irán a cautividad: “(…) y se acercará el duelo de los que
se entregan a los placeres” (versículo 7). El juicio contra su impiedad es de
Jehová (versículos 8-10). Esto lo enfatiza el profeta vez tras vez. El profeta
bajo dos símiles (comparaciones), demuestra la insensatez de los goberna-
dores al pesar que pueden escapar del juicio contra su iniquidad. Como la
perversión del bien a lo contrario no puede traer salvación, tampoco pue-
instituto bíblico cita con la vida

den los caballos correr por las peñas o puede arar uno en ellas con bueyes
(versículos 12-13). De nuevo, no se nombra la nación que Dios levantaría
para actuar como adversario (versículo 14).

d) Cinco visiones, las cuales explica el profeta (Amós 7:1-9:10):


El Señor le mostró al profeta cinco visiones, y la interpretación de cada una:
1) Amós 7:1-3. La primera es de las langostas que Jehová formó cuando
comenzó a crecer el heno tardío, después de las cosechas del rey. Se
puede interpretar simbólica o “espiritualmente” así: El rey es Jehová,
las cosechas son sus juicios, y después de éstos viene uno aún más seve-
ro. Algunos estudiosos entienden que el pasaje significa sencillamente
que después de recibir el rey la porción suya, las langostas devoraron
el resto de manera que no quedaba nada para la gente. La idea es que
cuando los grandes del rey ya se saciaron, y cuando las langostas ya
hubieron obrado su destrucción, no quedaba nada. Pero el profeta inter-
cedió, y la oración del justo salvó a la nación.
2) Amós 7:4-6. La segunda visión es de un gran fuego devorador que
puede consumir toda la tierra. La tierra fue quemada por una sequía
y por fuegos que siguieron. Otra vez oró el profeta, y Dios perdonó a la
gente.
32
3) Amós 7:7-9. La tercera visión revela al Señor parado junto a “un muro
hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil”. La nación había
sido hecha por la regla divina, y había de ser medida por esa regla. Dios
había de medir a la nación por medio del juicio como línea y de la justicia
como plomada. Ya que la nación se hallaba tan “fuera de línea”, Dios no
sería disuadido otra vez: ¡tuvo que venir el juicio!

En Amós 7:10-17 hay una interrupción: Amasías, el sacerdote de Bet-


el, no pudo soportar las palabras del profeta. Él mandó decir al rey
Jeroboam lo que decía Amós. Luego apremió a Amós para que regre-
sara a Judá, y que profetizara y comiera su pan allá (¿sugería que le
pagarían mejor en Judá?), y no en Bet-el. Correctamente representó
a la casa de Bet-el, al llamarla el “santuario del rey (...) capital del
Reino”, porque seguramente no era de Jehová (versículos 10-13). La
respuesta majestuosa del profeta es clásica. Declaró su oficio ante-
rior (versículo 15), y luego afirmó que fue Jehová quien le tomó; y que
fue Jehová quien le dijo qué hacer; y que fue Jehová quien ahora ha-
blaba, declarando lo que pasaría tanto a la casa de Isaac como a la del
sacerdote y de su familia (versículos 14-17).
profetas menores

4) Amós 8:1-3. La cuarta visión es de un canastillo de fruta de verano.


Por medio de esto el Señor declara que ya pasó la cosecha y que la na-
ción estaba madura para la destrucción. No los toleraría más. Sus can-
ciones se volverían gemidos al ser echados de su tierra. Según Amós
8:4-14, el profeta interpreta esta visión como que ha venido el eclipse
final de la nación. Tan deseosos estaban sus mercaderes de ganancia
y de comercio que, aunque no negociaban en nueva luna ni en sábado,
estaban ansiosos para poder volver a sus negocios corruptos (versículos
4-6). Dios no se olvidaría de sus corrupciones; la nación se bajaría como
el río de Egipto. Algunos creen que el río de Egipto no es el Nilo, sino el
arroyo que tiene su origen en el Sinaí, que corre al norte y luego corta al
poniente hasta el Mar Mediterráneo, formando así frontera entre Canaán
y Egipto. En la temporada de lluvia era un torrente, pero cuando no llovía
era un arroyo seco. Así sería la nación: un torrente ahora, pero pronto
quedaría completamente escondida. Sin embargo, otros creen que Amós
se refirió al Nilo (versículos 7-8). Dios iba a causar que el sol de la nación
se pusiera al mediodía; iba a causar un eclipse en el día claro. Cuan-
do debía la nación estar más exaltada, entonces era cuando dejaría de
existir (versículo 9). Cesarían sus fiestas; la nación sería rapada como la
cabeza de uno que está de duelo. Su fin sería como un día de amargura
(versículo 10). Ya que no oían la palabra de Dios ahora, iban a venir días
en los cuales buscarían una palabra de Él, pero no la hallarían. Morirían 33
de sed espiritual. Caerían para no levantarse jamás (versículos 12-14).
5) Amós 9:1-10. Ya no pregunta más Dios al profeta, diciendo “¿qué ves
tú?”; porque en la quinta visión se ve castigado el sistema de adoración
falsa, y al pueblo sepultado debajo de las ruinas tras la caída de Sama-
ria. Nadie escaparía; no importando a dónde huyeran, desde allá Jehová
los sacaría para traerles al juicio. Aun en el cautiverio serían muertos a
espada, porque su juicio estaba determinado como final, y eso por Je-
hová (versículos 1-6). Jehová les tenía como a las naciones paganas de
alrededor (v.7). No obstante, era el “reino pecador” el que Jehová había
de destruir; no destruiría al pueblo en sí (versículo 8). La casa de Israel
sería zarandeada entre las naciones, sin embargo, no perecería ni un
“granito”, eran los pecadores los que perecerían (versículos 9-10). Aquí
el profeta mira más allá de la nación a los individuos: Dios se acordaría
del individuo.

e) La promesa de un futuro brillante (Amós 9:11-15):


Como es característico de los libros de los profetas, que profetizaron a Is-
rael y a Judá, éste también contiene un rayo de esperanza al finalizar con
una promesa de gloria futura. Estos versículos son como el rayo de sol que
instituto bíblico cita con la vida

se escapa de las nubes oscuras de la tormenta. El tabernáculo de David se


levantaría para que el remanente de Edom, los enemigos acerbos de Israel,
y las naciones tengan el nombre de Jehová invocado sobre ellos (versículos
11-12). Para ver el cumplimiento de esto en Cristo, se debería leer Lucas
1:68-70; Hechos 3:18; 15:14-18.

3. Referencias proféticas:
Como dijimos anteriormente, el libro de Amós termina con una gloriosa
promesa para el futuro: “Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más
serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo”
(Amós 9:15) El cumplimiento definitivo de la promesa de la tierra de Dios a
Abraham (Génesis 12:7; 15:7; 17:8) ocurrirá durante el reinado milenial de
Cristo sobre la tierra (Joel 2:26-27). Apocalipsis 20 describe los mil años de
reinado de Cristo sobre la tierra, un tiempo de paz y gozo bajo el perfecto
gobierno del Salvador mismo. En ese tiempo, los creyentes de Israel y los
gentiles cristianos serán reunidos con la iglesia y reinarán para siempre
con Cristo.

B. OSEAS
1. Observaciones generales:
34 a) Autor: El profeta Oseas (1:1). El libro de Oseas es la única fuente de in-
formación acerca del autor. Poco se conoce de él y aún menos acerca de su
padre, Beeri (1:1). Probablemente, Oseas fue oriundo del reino norteño de
Israel, debido su familiaridad con la historia, circunstancias y topografía
del norte (Oseas 4:15; 5:1, 13; 6:8, 9; 10:5; 12:11, 12; 14:6). Esto haría que él y
Jonás fueran los únicos profetas del reino del norte que escribieron. Aun-
que él se dirigió tanto a Israel (el reino del norte) como a Judá (el reino del
sur), identificó al rey de Israel como “nuestro rey” (Oseas 7:5).
b) Significado del nombre: “Salvación”.
c) Fecha de escritura: Oseas fue escrito entre los años 750 y 725 a.C. Oseas
tuvo un período extenso de ministerio, profetizando durante los reinados
de Uzías (790-739 a.C.), Jotam (750-731 a.C.), Acaz (735-715 a.C.) y Ezequías
(715-686 a.C.) en Judá, y Jeroboam II (793-753 a.C.) en Israel (Oseas 1:1).
Su larga carrera cubrió a los últimos seis reyes de Israel desde Zacarías
(753-752 a.C.) hasta Oseas (732-722 a.C.). El derrocamiento de Zacarías (el
último rey de la dinastía de Jehú) en el 752 a.C. es nombrado antes de que
esto sucediera (Oseas 1:4). De esta manera siguió a la predicación de Amós
en el norte, y también fue un contemporáneo de Isaías y Miqueas, quienes
profetizaron en Judá. 2 Reyes 14-20 y 2 Crónicas 26-32 registran el período
histórico del ministerio de Oseas.
profetas menores

d) Destinatarios: Israel (el reino del norte) y el pueblo de Dios en todas


partes.
e) Contexto histórico: Oseas comenzó su ministerio a Israel (también lla-
mado Efraín, de acuerdo a su tribu más grande) durante los días finales de
Jeroboam II, bajo cuya guía Israel estaba disfrutando tanto de paz política
y prosperidad material, como también de corrupción moral y bancarrota
espiritual. No obstante, después de la muerte de Jeroboam II (753 a.C.), la
anarquía prevaleció e Israel declinó rápidamente. Hasta su derrocamiento
por parte de Asiria veinte años más tarde, cuatro de los seis reyes de Israel
fueron asesinados por sus sucesores. Profetizando durante los días que
rodearon a la caída de Samaria, Oseas se enfoca en la desviación moral
de Israel (el libro de Amós) y su rompimiento de la relación de pacto con el
Señor, anunciando que el juicio es inminente.
Las circunstancias no estaban mucho mejor en el reino del sur. Usurpan-
do la función sacerdotal, Uzías había sido azotado por la lepra (2 Crónicas
26:16-21); Jotam toleró las prácticas idólatras, abriendo el camino para que
Acaz alentara la adoración de Baal (2 Crónicas 27:1-28:4). El avivamiento
de Ezequías únicamente sirvió para reducir la aceleración de Judá hacia un
destino similar al de su hermana del norte. Reyes débiles en ambos lados
de la frontera repetidamente buscaron alianzas con sus vecinos paganos
(Oseas 7:11; 2 Reyes 15:19; 16:7) en lugar de buscar la ayuda del Señor. 35
f) Propósito: Recordar a los israelitas que Dios es un Dios de amor, cuya
lealtad al pacto con su pueblo es inalterable.
A pesar del continuo extravío de Israel al ir tras falsos dioses, la fidelidad
del amor de Dios es representado en el sufrimiento del esposo de la mu-
jer infiel. El mensaje de Oseas es también un mensaje de advertencia para
aquellos que dieran la espalda al amor de Dios. A través de la presentación
simbólica del matrimonio de Oseas con Gomer, el amor de Dios por la na-
ción idólatra de Israel es revelado en una rica metáfora en los temas del
pecado, el juicio, y el amor que perdona.
g) Versos claves:
Oseas 1:2: “El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo
Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación;
porque la tierra fornica apartándose de Jehová”.
Oseas 2:23: “Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de
Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío”.
Oseas 6:6: “Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de
Dios más que holocaustos”.
instituto bíblico cita con la vida

Oseas 14:2-4: “Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved a Jehová,


y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda
de nuestros labios. No nos librará el asirio; no montaremos en caballos, ni
nunca más diremos a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque
en ti el huérfano alcanzará misericordia. Yo sanaré su rebelión, los amaré
de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos”.

Resumen
El Libro de Oseas puede ser dividido en dos partes: (1) Oseas 1:1-3:5 es
una descripción de una esposa adúltera y un esposo fiel, símbolo de la
infidelidad de Israel hacia Dios a través de la idolatría, y (2) Oseas 3:6-
14:9 contiene la condenación de Israel, especialmente Samaria, por la
adoración de ídolos y su eventual restauración.
La primera sección del libro contiene tres diferentes poemas ilus-
trando cómo los hijos de Dios regresan una y otra vez a la idolatría.
Dios le ordena a Oseas casarse con Gomer, quien después de haberle
dado tres hijos, abandona a Oseas para ir tras sus amantes. El énfasis
simbólico puede ser claramente visto en el primer capítulo, mientras
Oseas compara las acciones de Israel con el abandono del matrimonio
para vivir como una prostituta. La segunda sección contiene la denun-
36 cia de Oseas de los israelitas, pero seguido por las promesas y las
misericordias de Dios.
El Libro de Oseas es un registro profético del infinito amor de Dios
por sus hijos. Desde el principio de los tiempos, la ingrata creación de
Dios ha estado recibiendo el amor, la gracia y la misericordia de Dios,
mientras aún es incapaz de refrenar su maldad.
La última parte de Oseas muestra cómo una vez más el amor de Dios
restaura a sus hijos, perdonando sus transgresiones, cuando ellos
se vuelven a Él con un corazón arrepentido. El mensaje profético de
Oseas predice la venida del Mesías de Israel, 700 años en el futuro.
Oseas es citado en el Nuevo Testamento.

2. Desarrollo de Oseas:
a) El adulterio de Israel: “fornicación” (Oseas 1-3):
Oseas 1:1. Es probable que Oseas comenzara a profetizar en los últimos
años de Uzías, y hasta los primeros del reinado de Ezequías. El título indica
claramente que profetizó después de Amós.
Oseas 1:2-9. Se le mandó al profeta tomar “una mujer fornicaria”. ¿Signifi-
ca esto que ella fuera ya una ramera con hijos de fornicación cuando él se
profetas menores

casó con ella? O, ¿era mujer criada en el ambiente de la idolatría de Israel,


lo cual le condujo a la fornicación después de casada? Juzgando por el pa-
ralelo entre Oseas y Gomer, por una parte, y entre Jehová e Israel por otra
parte, parece más probable que no haya sido ramera entonces, sino una
hija típica de la época, que después de casada fue llevada por las circuns-
tancias del ambiente y por eso llegó a ser inmoral (v.2).
Gomer le dio al profeta tres hijos, a los cuales Jehová dio nombres proféti-
cos:
1) Se le nombró al primero, un varón, Jezreel, que significa “Dios es-
parcirá”, o “sembrará”. Dios iba a vengar la sangre de Jezreel sobre la
casa de Jehú por medio de esparcir la casa de Israel y así poner fin a
ese reino (versículos 3-5). Jehú había obedecido el mandato de Jehová al
matar a los de Acab en Jezreel; pero no fue por eso condenado por Dios.
Vino este juicio porque Jehú, aunque llevó a cabo la voluntad de Dios, fue
movido por el egoísmo y por un deseo y propósito impío (ver 2 Reyes 9:10;
especialmente 10:29-31).
2) Al segundo de los hijos, que era una mujer, se le nombró Loruhama,
que significa “no compadecida”, o “sin misericordia”. Ya no tendría Dios
más misericordia de la casa de Israel; pero sí se compadecería de la
casa de Judá. Aquí Dios hace una distinción entre las dos naciones. La
salvación de Judá no sería por medio de armas carnales. 37

Aunque las profecías de Oseas fueron dirigidas principalmente a la


casa de Israel, no obstante él declara advertencias, amenazas y amo-
nestaciones contra la casa de Judá, con promesa. La casa de Israel
sería traída a su fin, pero Dios tendría misericordia de la casa de Judá,
para salvarla. No obstante, la salvación sería de Jehová, y no de po-
derío militar (Oseas 1:7). Aunque se prostituyera Israel, Judá queda-
ba advertida. Que nadie hiciera peregrinación de Judá a Gilgal, ni a
Bet Avén, ni jurara ligeramente por el nombre de Jehová (Oseas 4:15).
Pero evidentemente Judá sí participó del pecado de Israel, porque esa
nación tropezó con él (Oseas 5:5; Miqueas 1:13). Sus príncipes tras-
pasaban los linderos, traspasando los límites entre el bien y el mal,
aparentemente por medio de participar del pecado de Israel, o sea,
de la idolatría (Oseas 5:10). Por eso, Jehová sería a la casa de Judá
como carcoma, que consume y destruye (Oseas 5:12), y como cachorro
de león que arrebata y se va (Oseas 5:14). Una cosecha estaba esta-
blecida para Judá; es decir, un juicio, cuando Dios por medio de jui-
cio destruiría a los pecadores y traería a sí mismo al penitente. Judá
también había puesto su confianza en ciudades fortificadas, en lugar
de ponerla en Jehová; ésta era una confianza ilusoria que Jehová des-
truiría (Oseas 8:14).
instituto bíblico cita con la vida

3) Al tercero, que era varón, se le llamó Loami: “no pueblo mío”. Dios ya
no los reclamaba como suyos, ni tampoco era Él su Dios (versículos 8-9).
Oseas 1:10-2:1. A pesar del rechazo de Israel por parte de Jehová, el nú-
mero de los hijos de Israel había de ser como la arena del mar, que no se
podría contar. En el lugar en donde se les dijo en aquel tiempo, “no sois
pueblo mío”, les sería dicho: “Sois hijos del Dios viviente”. Este lenguaje es
empleado por Pedro con referencia a los judíos redimidos de la dispersión
(1 Pedro 2:10; 1:1), y por Pablo con referencia a los gentiles redimidos (Ro-
manos 9:26). Pablo podía usar el pasaje con referencia a los gentiles redi-
midos, porque Israel había sido rechazado como “no mi pueblo” (versículo
10). Bajo una sola cabeza subirían “de su tierra”. Esto significa que como
habían subido de la tierra de Egipto a su tierra de promesa, así ahora, bajo
un jefe, subirían de la tierra de su dispersión y cautiverio a su patria verda-
dera (versículo 11). Ahora serían ellos “pueblo mío” (Ammi), y “compadeci-
dos” (Ruhama) (Oseas 2:1).
Oseas 2:2-23. En esta sección habla Jehová: notemos el pronombre “Yo”
(versículo 2), y la frase “dice Jehová” (versículo 13); por lo tanto, el pro-
nombre “Yo” a través del pasaje se refiere a Jehová. Dios ahora dirige a la
nación.
1) Versículos 2-13. Lo que Oseas había experimentado con su esposa in-
38 fiel, también lo había experimentado Jehová con la nación infiel. Jehová
es el esposo; Israel es la nación, es la esposa de Jehová, y la madre del
pueblo. Los hijos son los individuos de la nación. Pero Jehová renunció a
la relación de esposos debido a la prostitución de Israel (es decir, a sus
idolatrías), y castigaría al pueblo debido a esto (versículos 2-3). El pueblo
se componía de hijos de prostitución (es decir, de idolatría) (versículo 4),
porque la madre (la nación) se prostituyó en su apostasía, tributando
alabanza a los baales por sus bendiciones. Por lo tanto, Dios iba a volver
a tomar para sí las bendiciones (versículos 8-9). Él iba a descubrir la
locura de la nación en la presencia de los ídolos y del mundo cuyo fa-
vor ella había buscado. Cesaría su gozo; se reducirían a un matorral sus
viñas y huertos, y la paga de la idolatría sería visitada sobre la nación
(versículos 11-13).
2) Versículos 14-20. Aunque el castigo que se acaba de describir vendría
sobre la nación y sobre el pueblo, no obstante, Dios cumpliría la promesa
hecha en el versículo 1, de que ellos vendrían a ser su pueblo y compade-
cidos. Él los traería y les daría sus posesiones como en tiempos antiguos
(versículos 14-15). Ellos sostendrían una relación correcta con Dios, por-
que quitarían los baales (versículos 16-17). Un pacto nuevo restauraría
la relación entre Dios y su pueblo. Un espíritu de paz los caracterizaría,
en el cual los instrumentos de guerra serían abolidos (versículo 18). El
profetas menores

pueblo de Dios sería desposado con Él “para siempre”, en justicia, juicio,


benignidad, misericordia, y en fidelidad (versículos 19-20).
3) Versículos 21-23. No cabe duda de que las promesas arriba mencio-
nadas hayan sido cumplidas y que se refieren a la presente dispensación
y no a tiempo futuro. “En aquel tiempo” se refiere al tiempo del pacto re-
cién mencionado (versículo 21). Así es que lo que sigue se identifica con
los versículos anteriores. Las bendiciones han de ser llenas y completas,
como ahora lo son en Cristo (versículo 22; Colosenses 2:9-10; Efesios
3:19). De nuevo se juega con la palabra a “Jezreel”: el pueblo de Dios iba a
ser “sembrado” para Él (versículo 23), pues antes había sido “esparcido”
(Oseas 1:4). Pablo cita el versículo 23 y Oseas 1:10, y aplica los dos a la
presente dispensación bajo Cristo (Romanos 9:25-26), como también lo
hace Pedro, quien usa las palabras de Oseas para aplicarlas al pueblo
de Dios de hoy (1 Pedro 2:10). La profecía ha sido cumplida: Dios trajo
de nuevo su pueblo a Canaán, y luego lo trajo a sí mismo bajo un nuevo
pacto, les otorgó toda bendición espiritual en Cristo, los sembró para sí
en su propio reino y tierra, les regó con misericordia, y los hizo suyos.
Oseas 3. Este capítulo nos habla del segundo casamiento simbólico del pro-
feta. Dios dijo a Oseas que fuera otra vez y amara a una mujer “adúltera,
como el amor de Jehová para con los hijos de Israel” (versículo 1). El profeta
la compró por el equivalente a treinta piezas de plata (versículo 2), pero 39
hasta que no se probara, no podría serle esposa ni sería él marido para
ella (versículo 3). Se dividen los eruditos sobre si la mujer comprada era
Gomer o alguna otra. El hecho de que Jehová redimió a Israel, aunque por
muchos días estaba sin las cosas esenciales del culto (versículo 4), indica
fuertemente que la mujer redimida por Oseas era Gomer. Cuando menos,
tal es la fuerte convicción de este escritor.
Después de pasar los hijos de Israel por la larga experiencia de estar sin
tales cosas, deberían volver a Jehová, y a David su rey. Esto sería en “el fin
de los días”, lo cual identifica la promesa como perteneciente a la dispensa-
ción presente. Versículo 5: El “David” del pasaje es el ilustre descendiente
de David, Jesús el Cristo.
—•—
Los primeros tres capítulos de Oseas son muy importantes. El parale-
lo entre Oseas y Gomer, y Jehová e Israel, es claro y extraordinario. La
experiencia de Oseas fue la misma que Jehová había tenido con la na-
ción. El pecado de la nación era el de la idolatría; es decir, el adulterio
y la “fornicación” espiritual. El reino sería destruido y la nación sería
esparcida (Jezreel); estaría sin misericordia (Lo-ruhama) y sería “no
pueblo mío” (Lo-ammi). Pero vendría tiempo cuando ellos serían jun-
tados o sembrados para Jehová (Jezreel), llegarían a ser pueblo de
instituto bíblico cita con la vida

Dios (Ammi), habiendo obtenido misericordia (Ruhama). Buscarían a


Jehová bajo David (Cristo), y en Él hallarían su plenitud de toda bendi-
ción espiritual “en el fin de los días” (la dispensación presente).
—•—
b) Discursos proféticos: “la impiedad de Israel y su castigo inevitable”
(Capítulos 4-13):
1) La controversia de Jehová con Israel (Capítulos 4-6):
En estos capítulos se presenta la controversia de Jehová con Israel; esta
“controversia” puede considerarse como una demanda judicial contra la
nación.
Capítulo 4. En la demanda judicial, el profeta presenta la culpa nacional. La
corrupción moral se encuentra en la vida diaria (versículos 1-2), a tal grado
que será llevado el pueblo. El pueblo y el profeta falso caerán juntos, y “tu
madre”, el reino o la nación, será destruida (versículos 3-5). Es por falta
de conocimiento, de lo cual eran responsables los sacerdotes, que se halla
destruida la nación. Estos sacerdotes “comen del pecado del pueblo”, al
hacerse prósperos por medio de los sacrificios ofrecidos por el pecado. Los
sacerdotes no condenaron el pecado como era debido (versículos 6-10). La
inmoralidad grosera ha caracterizado su culto idólatra y su vida social a tal
40 grado que ahora serán destruidos (versículos 11-14). Efraín, quien repre-
senta a la nación de Israel, se entregó a los ídolos, y Judá queda advertido
por el ejemplo para que no siga tras Israel (versículos 15-19). Notemos que
la falsa religión es la base de la condición moral, política y social de Israel.

Capítulo 5. La corrupción se descubre en toda fase de la vida, lo cual de-


manda castigo. La idolatría es hallada entre los sacerdotes, en toda la na-
ción, y en la casa del rey y de sus príncipes (versículo 1). La rebeldía era
profunda; se habían prostituido; el espíritu de fornicación se hallaba entre
ellos. Vendría el tiempo cuando buscarían a Jehová, pero no le hallarían.
Habían prevaricado, y por eso Dios se oponía a ellos, y al cautiverio ha-
bían de ir. La hipocresía de sus fiestas sacrificiales los devoraría (versícu-
los 2-7). “¡Toquen bocina!”, adviertan a todos, porque el juicio de Jehová ha
de ser derramado sobre todos ellos de igual manera, pues han ido en pos
de vanidades (versículos 8-11). Como la polilla que consume, y la carcoma
que destruye, así ha llegado a ser Jehová para con su pueblo (versículo
12). Efraín ha visto su condición, y ha acudido al rey de Asiria, a Jareb, rey
“contendor” o “contención,” pero éste no puede librarle porque Jehová es
como un león que arrebata. No habría quien libertara a Israel (versículos
13-15). Notemos aquí cómo Judá participa del castigo, en la misma manera
que participaba del pecado.
profetas menores

Capítulo 6. En este capítulo la falta de sinceridad es presentada como una


abominación para Jehová. Es difícil determinar si en este caso habla el pro-
feta (versículos 1-3), instando al pueblo a volver a Jehová, o habla el pueblo,
aunque sin un arrepentimiento de corazón. Probablemente el pensamiento
ha de ser conectado con lo que dice en Oseas 5:15, como sigue: “En su an-
gustia me buscarán, diciendo: Venid, y volvamos a Jehová (…)”. Esto indica-
ría una actitud carente de arrepentimiento genuino, pero que sugiere que
a su parecer no les faltaba nada, excepto el dar a entender una disposición
de volver a Jehová y luego Él estaría dispuesto a aceptarles. Esta interpre-
tación armoniza con la declaración que sigue, porque no se engañó Jehová:
“La piedad vuestra es como nube de la mañana” (versículos 4-6). Luego
Dios declaró su deseo verdadero hacia ellos, y es otra de las declaraciones
proféticas clásicas (v.6). No hay tristeza por el pecado de parte de Israel,
sino solamente una continuación de impiedad y de “fornicación” espiritual.

2) La condición política corrupta de Israel y la consecuencia (Capítulos


7-8):
Capítulo 7. La degradación moral y la anarquía dentro del gobierno nacio-
nal llegaron a ser el blanco de la condenación del profeta. Samaria era la
capital de la nación, y Efraín se había considerado como la cabeza de la
nación. La corrupción era excesiva en los dos, pero Dios se acuerda de su
iniquidad (versículos 1-2). “Ellos” (v.4) son el “ladrón” y el “salteador” del 41
v.1. Éstos colaboran con el rey para llevar a cabo sus deseos malos. “Todos
ellos” (la nación, su pueblo, sus príncipes, todos) son adúlteros, idólatras e
infieles al Señor (versículo 4). El profeta describe la condición como de un
hornero que hace la masa, deja de avivar el fuego hasta que ya sea tiempo
de echar al horno, luego calienta el horno y cocina el pan. Así los anarquis-
tas y los conspiradores ponen sus enredos, los dejan “leudar” para cocer al
horno, calientan el enredo con su vino y sus banquetas hasta el momento
oportuno, y luego llevan a cabo el enredo de homicidio y de anarquía (ver-
sículos 4-7).
Evidentemente el profeta tiene ahora en mente el cuadro de los años finales
de la historia de Israel en los cuales murieron por conspiradores cuatro de
los últimos seis reyes (2 Reyes 15). Juntamente con la corrupción interna,
la nación estaba afligida de una política extranjera corrupta. Como paloma
incauta, Efraín volaba ya para Egipto, ya para Asiria, tratando de aprove-
charse de las dos (versículos 8-11). Pero ya estaba tendida la red de Dios
para hacerle caer; por lo tanto, ¡ay de ellos! Su rebelión y sus mentiras con-
tra Jehová serían su ruina (versículos 12-13). En lugar de estar clamando
a Jehová, ellos estarían gritando por las cosas materiales que les habrían
sido quitadas (v.14). Son como arco engañoso, pues no dan en el blanco.
Porque se confían en Egipto, allí habrá su escarnio, al ser llevados al cauti-
instituto bíblico cita con la vida

verio (versículos 15-16). El “Egipto” de su próximo cautiverio sería Asiria, y


no el país de Egipto (Oseas 11:5).
Capítulo 8. Esta corrupción nacional trae sus consecuencias horrendas.
¡Juicio inevitable! A Dios clamarían; pero dado que habían desechado a Je-
hová, habían establecido reyes no escogidos por Jehová, y se habían hecho
ídolos de oro y da plata, serían destruidos (versículos 1-4). El “becerro”
aquí mencionado era aquel puesto en Betel, el cual Dios destruiría (versí-
culos 5-6). Según sembraron, así cosecharían (versículo 7). La apelación de
Efraín a las naciones no le salvaría; sino que sería entre las naciones como
vasija que no se estima (v.8). Como asno montés que debía quedarse sólo
para mantener su independencia, Efraín ha ido entre las naciones para for-
mar alianzas no naturales; ha alquilado amantes (versículo 9). Ahora será
disminuido por Asiria, el “rey de los príncipes” (versículo 10). Al multiplicar
altares para pecar, se habían multiplicado sus pecados. Efraín ha recha-
zado la Ley de Dios; volverá a Egipto (a cautiverio, a Asiria, Oseas 11:5); se
había olvidado de su Creador, por lo tanto tuvo que venir el fuego de des-
trucción (versículos 11-14).
3) La apostasía religiosa y moral de Israel, y su castigo (Capítulos 9-11):
Capítulo 9. El profeta manda a la gente a no alegrarse como los pueblos
por una buena cosecha, ya que vendrá sobre ella la miseria en el cautive-
42 rio, en Asiria, donde comerá pan inmundo (versículos 1-4). Estando en esa
tierra inmunda, ¿qué harán en el día de la fiesta de Jehová? Sus recursos
habrán sido malgastados en una tierra extranjera (versículos 5-6). Ya es-
taban sufriendo las consecuencias de su necedad (v.7). Efraín había sido un
atalaya para con Dios, rigiendo al pueblo, pero se había corrompido profun-
damente, y por eso sus pecados tenían que ser juzgados (versículos 8-9).
Dios había hallado a Efraín como a uno deseable, pero se había corrompido
a tal grado que ya no podría Dios mantenerle; sería desechado. Aunque en-
gendrara hijos, se les daría muerte (versículos 10-17).
Capítulo 10. Esta culpa traería destrucción inminente. La abundancia de
Israel había conducido a la multiplicación de altares dedicados a dioses
falsos, los cuales los habían alejado de Jehová (versículos 1-3). Su justicia
había llegado a ser venenosa (versículo 4). En lugar de hallar fuerza en
su dios-becerro y en sus altares en Bet Avén (casa de vanidad), hallarían
temor (versículo 5). El becerro de Samaria sería llevado a Asiria como pre-
sente para el rey “contendor” (versículo 6). Serían cortados Samaria, su
pueblo, y su rey y la vanidad (Avén) de su lugar de culto; el terror llenaría la
tierra (versículos 7-8). La insistencia de Israel en la rebelión le conduciría
a su destrucción. Su “doble crimen” probablemente fue el rechazar a Jeho-
vá como Rey, cuando pidieron rey, y su rechazamiento de Él como su Dios,
cuando introdujeron la idolatría (capítulo 13) (versículos 9-11).
profetas menores

El profeta llama a la gente al arrepentimiento (versículo 12), pero con poca


esperanza de que se arrepienta, pues reconoce que ella se ha encerrado
tanto en la iniquidad que solamente le servirán de remedio efectivo el juicio
y la destrucción de su práctica, su raíz, su pámpano, y su fruto idólatra.
Capítulo 11. A pesar de toda la apostasía, idolatría e iniquidad de Israel,
persiste Jehová en su amor por la nación malagradecida. El profeta vuelve
a la historia de Israel y llama la atención al amor de Jehová, y a cómo había
guiado a Efraín como un padre enseña al hijo a andar, pero le recompen-
só con ingratitud (versículos 1-4). El profeta ahora revela claramente que
el “Egipto” de mensajes anteriores se refería al cautiverio; el lugar será
Asiria (versículos 5-7). A esto sigue uno de los pasajes más emotivos en
el libro: ¿cómo podría Dios abandonarle como lo había hecho a aquellas
ciudades de la llanura, destruidas en los días de Abraham? (Génesis 14:8;
Deuteronomio 29:23; Génesis 19). La nación merecía destrucción absoluta,
pero el gran amor de Dios moderaría el juicio con la misericordia. Todavía
debían venir a Él con temor y temblor, adonde Él haría que habitaran en
seguridad (versículos 8-11).

4) La apostasía de Israel y la fidelidad de Dios (Capítulos 12-13):


Capítulo 12. La nueva división comienza con Oseas 11:12, donde se describe
a Efraín como dado totalmente a la falsedad; se apacienta de viento; hace 43
pacto con Asiria, mientras soborna a Egipto. No se puede depender de él
(Oseas 11:12-12:1). Oseas 11:12 dice: “Judá aún gobierna con Dios, y es fiel
con los santos”. Tal vez es más correcta la Nueva Versión Internacional,
que dice: “Judá anda errante, lejos de Dios; ¡lejos del Dios santísimo y fiel!”.
Esto armoniza mejor con Oseas 12:2, donde se dice: “Pleito tiene Jehová
con Judá”. Esto también armoniza con otras alusiones a Judá halladas en
este libro.

Judá había demostrado ser inconstante para con Jehová, el cual es


fiel (Oseas 11:12); por lo tanto, Jehová tenía pleito con esa gente como
con Israel (Oseas 12:2). Por consiguiente, Judá sufrió el juicio de Dios
como también lo sufrió Israel, y por los mismos pecados, pero su
juicio vino 135 años más tarde, cuando Nabucodonosor destruyó la
ciudad, en el año 586 a.C. No obstante, Dios cumplió la promesa de
misericordia (Oseas 1:7) al hacer volver al remanente, y por ese re-
manente traer al mundo al Cristo bajo el cual ambos, Israel y Judá,
fueran redimidos.

Su padre, Jacob, a quien se hace referencia en el versículo 2, ahora es alza-


do delante de sus descendientes como ejemplo para emulación en su deseo
instituto bíblico cita con la vida

por la primogenitura y como uno que contendió con Dios. Este ejemplo de-
bía haberles guiado a la fidelidad (versículos 3-6). Pero al contrario, Israel
había llegado a ser como Canaán, un mercader en el engaño y en el fraude.
Ahora que era rico, se jactaba de que no se hallaría iniquidad ni pecado en
todos sus trabajos (versículos 9-10). Luego sigue la respuesta de Dios a la
jactancia de Efraín de no tener pecado: Gilgal, donde había erigido altares
y ofrecido sacrificios, éste es el pecado (versículo 11). Jacob, el antecesor,
tuvo que servir para obtener mujer y para adquirir rebaños; pero Dios había
hecho subir a Israel de Egipto, y esto sin que Israel contendiera por ello, y
Dios le había favorecido con darle posesión de la tierra de Canaán (versícu-
los 12-13). Pero Israel no había seguido la fidelidad de Jacob, y ahora tuvo
que recoger la paga de su infidelidad (versículo 14).
Capítulo 13. La caída de Israel de lo alto, y la causa o las causas de ella,
ahora son presentadas por el profeta. Efraín había sido exaltado en Israel
porque de esa tribu había salido el primer rey (1 Reyes 11:26); pero su ido-
latría había sido su ruina (versículo 1). El pecado de la idolatría se había
multiplicado (versículo 2), y ahora los adoradores pasarían como la neblina
de la mañana, como el rocío, como el tamo (pelusilla) arrojado, y como el
humo que sale de la chimenea (versículo 3). Con todo, había sido Jehová
quien les había sacado de Egipto y les había dado grandeza. Pero mientras
más poseían, más se olvidaban de Dios (versículos 5-6). Ya que era el gran
44 Jehová a quien habían ofendido, Él les sería como león, o leopardo, u oso,
para desgarrar y despedazar (versículos 7-8). Era su desconfianza en Je-
hová, expresada en pedirle rey, lo que ahora traía su destrucción. Dios les
había dado un rey, pero ahora se lo quitaba. La desconfianza había llegado
a ser la causa de la destrucción del reino (versículos 9-11). Los pecados de
Efraín estaban guardados para juicio; los dolores de parto ahora estaban
sobre él, pero no había de detenerse en el lugar de nacer, porque sería
echado fuera por lo presente (versículos 12-13). Pero había no solamen-
te dolores de parto, sino también promesa de una vida nueva que nacería;
Dios les redimiría de la destrucción determinada (versículo 14). Esto no se
refiere a la resurrección de los muertos, sino a la de la nación al redimirla
Dios, de la cual Dios sacaría un pueblo nuevo.
Como Oseas enseñó la resurrección de la nación en su nacimiento como
un pueblo nuevo, así Pablo enseñó la resurrección de los muertos, como la
consumación final de la promesa del Nuevo Pacto (1 Corintios 15:54-57). La
palabra misma “Efraín” significa “ser fructífero, fructífero, o plenitud”; así
fue que “fructífero” ahora vendría a ser un desierto seco. Israel se había
rebelado contra Dios; ya no quedaba más sino la destrucción (versículos
15-16).
profetas menores

5) La conversión y el perdón de Israel (Capítulo 14):


Versículos 1-8. Una vez más se le llama a Israel a volver a Jehová; se ex-
tiende abundantemente la gracia de Dios. Pero tiene que venir con palabras
de verdad, admitiendo su infidelidad, y que nadie le puede salvar excepto
Jehová, y reconociendo a Jehová como su único Dios (versículos 1-3). A esto
sigue la respuesta de Dios: El sanar y restaurar (versículos 4-8).

Versículo 9. Finalmente Israel clama a Jehová, y Él oye su clamor, y respon-


de al derramar bendiciones sobre ellos.

3. Referencias proféticas:
Oseas 2:23 es el hermoso mensaje profético de Dios de incluir a los gentiles
(los no judíos) como sus hijos, como también está escrito en Romanos 9:25
y 1 Pedro 2:10. Los gentiles no son originalmente “el pueblo de Dios”, pero
a través de su gracia y misericordia, Él nos ha dado a Jesucristo, y por la fe
en Él somos injertados en el árbol de su pueblo (Romanos 11:11-18). Ésta es
una asombrosa verdad acerca de la iglesia, una que es llamada un “miste-
rio”, porque antes de Cristo, el pueblo de Dios era considerado únicamente
el pueblo judío. Cuando Cristo vino, los judíos fueron endurecidos tempo-
ralmente “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles” (Romanos
11:25). 45

C. MIQUEAS
1. Observaciones Generales:
a) Autor: El primer versículo establece a Miqueas como el autor. Más allá
de eso, poco se sabe de él. No se dice nada de sus padres, pero su nom-
bre puede indicar un legado piadoso. Sabemos que pertenece al pueblo de
Moreset (Miqueas 1:1, 14), localizado en las faldas de los montes de Judá,
aproximadamente 40 km de Jerusalén, en la frontera de Judá y Filistea,
cerca de Gat. De un área productivamente agrícola, él era como Amós, un
residente del campo lejos de la política nacional y la religión, pero escogido
por Dios (Miqueas 3:8) para entregar un mensaje de juicio a los príncipes y
pueblos de Jerusalén.
b) Significado del nombre: “¿Quién es como el Señor?”.
c) Fecha de escritura: Miqueas fue escrito aproximadamente entre el 735 y
el 700 a.C. Miqueas coloca su profecía durante los reinados de Jotam (750-
731 a.C.), Acaz (731-715 a.C.) y Ezequías (715-686 a.C.). Su condena a las
injusticias sociales y corrupción religiosa renueva el tema de Amós (mitad
del siglo octavo a.C.) y sus contemporáneos, Oseas en el norte (755-710
a.C.) y en el sur Isaías (739-690 a.C.). Esto encaja con lo que se conoce de la
instituto bíblico cita con la vida

identidad de Acaz (2 Reyes 16:10-18) y su hijo Ezequías antes de sus amplias


reformas espirituales (2 Crónicas 29; 29:1). Sus referencias a la caída inmi-
nente de Samaria (Miqueas 1:6) claramente lo colocan antes del 722 a.C.,
aproximadamente entre el 735 y 700 a.C.
d) Destinatario: Israel (reino del norte) y Judá (reino del sur).
e) Contexto histórico: Debido a que el reino del norte estaba a punto de
caer ante Asiria durante el ministerio de Miqueas en el 722 a.C., el profeta
fecha su mensaje con la mención de reyes de Judá únicamente. Mientras
que Israel era un destinatario ocasional de sus palabras (Miqueas 1:5-7),
su atención primordial fue dirigida hacia el reino del sur en el que él vivió.
La prosperidad económica y la ausencia de crisis internacionales que mar-
caban los días de Jeroboam II (793-753 a.C.), durante los cuales las fron-
teras de Judá e Israel fueron rivales de las de David y Salomón (2 Crónicas
14:23-27), estaban deslizándose. Siria e Israel invadieron Judá, tomando al
rey malvado Acaz, temporalmente cautivo (2 Crónicas 28:5-16; Isaías 7:1, 2).
Después de que Asiria había derrotado a Siria e Israel, el buen rey Ezequías
retiró su lealtad a Asiria, haciendo que Senaquerib sitiara a Jerusalén en
el 701 a.C. (2 Reyes 18, 19; 2 Crónicas 32). El Señor entonces envió a su án-
gel para librar a Judá (2 Crónicas 32:21). Ezequías fue usado por Dios para
guiar a Judá de regreso a la verdadera adoración.
46 Después del reinado próspero de Uzías, quien murió en el 739 a.C., su hijo
Jotam continuó con las mismas políticas, pero no quitó la idolatría. La
prosperidad extrema sólo era una fachada que disfrazaba la corrupción
social desenfrenada y el sincretismo religioso. La adoración del dios cana-
neo de la fertilidad Baal estaba integrándose más y más con el sistema de
sacrificios del AT, alcanzando proporciones epidémicas bajo el reinado de
Acaz (2 Crónicas 28:1-4). Cuando Samaria cayó, miles de refugiados llega-
ron a Judá, trayendo su sincretismo religioso con ellos. Pero mientras que
Miqueas (al igual que Oseas) se dirigió a este asunto, fue la desintegración
de valores personales y sociales en contra de los cuales él encausó sus
reprensiones más incisivas y advertencias fuertes (Miqueas 7:5-6). Asiria
era la potencia dominante y una amenaza constante para Judá, y entonces
la predicación de Miqueas de que Babilonia, en ese entonces bajo dominio
Asirio, conquistaría a Judá (Miqueas 4:10) parecía remota. De esta manera,
así como fue Amós a Israel, Miqueas lo fue a Judá.
f) Propósito: Advertir al pueblo de Dios que el juicio se acerca y ofrecer el
perdón a todos los que se arrepientan.
g) Versos claves:
Miqueas 1:2: “Oíd, pueblos todos; está atenta, tierra, y cuanto hay en ti; y
Jehová el Señor, el Señor desde su santo templo, sea testigo contra voso-
tros”.
profetas menores

Miqueas 5:2: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias
de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde
el principio, desde los días de la eternidad”.
Miqueas 6:8: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide
Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte
ante tu Dios”.
Miqueas 7:18-19: “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el
pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo,
porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de noso-
tros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos
nuestros pecados”.

Resumen
El profeta condena a los gobernantes, los sacerdotes, y profetas de
Israel, quienes explotan y extravían al pueblo. Es debido a sus hechos
que Jerusalén será destruida. El profeta Miqueas proclama la libera-
ción de la gente que irá de Jerusalén a Babilonia y concluye con una
exhortación para que Jerusalén destruya a las naciones que se han
unido contra ella. El gobernante ideal vendría de Belén para defender
a la nación y el profeta proclama el triunfo del remanente de Jacob y 47
vislumbra el día cuando Jehová purificará a la nación de su idolatría
y confianza en el poder militar. El profeta expone un poderoso y con-
ciso resumen de los requerimientos de justicia y lealtad de Jehová, y
anuncia el juicio sobre aquellos que han seguido los caminos de Omri
y Acab. El libro concluye con una liturgia profética que contiene los
elementos de un lamento. Israel confiesa su pecado, y su liberación
es asegurada a través de los poderosos actos de Jehová.

2. Desarrollo de Miqueas:
a) Juicio sobre Samaria y Judá. La salvación de un remanente (Capítulos
1-2):
Miqueas 1:1. Miqueas identifica la fecha en que profetizó, lo que la pone
entre 735 y 700 a.C. Considerado Isaías 1:1, se descubre que él comien-
za su ministerio más tarde que Isaías. Moreset-gat se situaba de 35 a 40
kilómetros al sudoeste de Jerusalén, en la frontera entre Judá y Filistea.
Como Oseas profetizó a Israel, pero incluyó a Judá, así Miqueas profetizó a
Jerusalén, pero incluyó a Samaria. Aunque sus profecías fueron dirigidas
a Jerusalén, se cree que él dedicó su obra principalmente a las aldeas del
área de su residencia.
instituto bíblico cita con la vida

Miqueas 1:2-7. El profeta comienza con una petición a todas las naciones de
ser testigos del juicio que Jehová está para traer desde su santo lugar (ver-
sículo 2). Ha de ser el juicio de tal severidad que se describe como montes
derretidos que hienden los valles, como si fueren de cera (versículos 3-4).
La causa: las transgresiones y pecados de Samaria y de Jerusalén (versí-
culo 5). Evidentemente eso fue antes de las reformas de Ezequías. Luego se
dirige la profecía a Samaria, y a la destrucción de sus ídolos. Sus riquezas
habían sido reunidas como “dones de rameras”, es decir, como dones idó-
latras; por lo tanto, habían de ser llevadas a una tierra idólatra, para Asiria,
donde serían dedicadas a los ídolos de allá (versículos 6-7).
Miqueas 1:8-16. Debido al juicio pronunciado contra Samaria, el profeta se
lamentaría, porque no terminaría allí sino que llegaría a Jerusalén, aún
hasta la puerta. Por esto andaría el profeta como prisionero preparado
para el cautiverio (versículos 8-9). En los versículos siguientes el profeta
expresa la condición venidera por medio de un juego de palabras. El signi-
ficado y sentido se pierden en la traducción. Aquí se presenta la traducción
del pasaje según la Nueva Traducción Viviente:
“No se lo digan a nuestros enemigos en Gat (suena como el término
hebreo que significa “decir”); no lloren en absoluto. Ustedes, pueblo
de Bet-le-afra (significa “casa del polvo”), revuélquense en el polvo
48 para mostrar su desesperación. Ustedes, pueblo de Safir (significa
“agradable”), vayan como cautivos al destierro, desnudos y avergon-
zados. El pueblo de Zaanán (suena como el término hebreo que signi-
fica “salir”) no se atreve a salir de sus murallas. El pueblo de Bet-esel
(significa “casa fronteriza”) gime porque su casa no tiene apoyo. El
pueblo de Marot (suena como el término hebreo que significa “amar-
go”) con ansias espera la ayuda. Sin embargo, solo le espera amargu-
ra, porque el juicio del Señor llega a las puertas de Jerusalén. Engan-
chen los caballos a sus carros y huyan, pueblo de Laquis (suena como
el término hebreo que significa “yunta de caballos”). Ustedes fueron
la primera ciudad de Judá que siguió a Israel en su rebelión e hicieron
caer a Jerusalén en pecado. Den regalos de despedida a Moreset-gat
(suena como el término hebreo que significa “regalo” o “dote”); por-
que no hay esperanza de salvarla. La ciudad de Aczib (significa “en-
gaño”) ha engañado a los reyes de Israel. Oh, gente de Maresa (sue-
na como el término hebreo que significa “conquistador”), yo enviaré
un conquistador para tomar su ciudad. Y los lídere de Israel irán a
Adulam. Oh, pueblo de Judá, rapen sus cabezas en señal de aflicción,
porque sus amados hijos les serán arrebatados. Rápense hasta que-
dar calvos como un buitre, porque sus pequeños serán desterrados a
tierras lejanas” (Miqueas 1:10-16).
profetas menores

Miqueas 2:1-11. El profeta ahora anuncia las causas del juicio; el cual fue
necesario por la arrogancia de los gobernadores. Los de clase alta ma-
quinan de noche el mal, para ser ejecutado en la mañana (versículo 1). Le
quitan al campesino su tierra, su casa y su heredad (versículo 2). Por lo
tanto, el juicio le quitaría a la clase rica, la cual había despojado al pobre
y al indefenso, su propia heredad y la repartiría a otros (versículos 3-5).
Además, el juicio fue necesario por la actitud hacia los falsos profetas. Los
malos procuraban callar las bocas de los profetas verdaderos mientras co-
metían los gobernadores sus malos hechos. Se procuraban profetas que
profetizaran lo que deseaban oír. Pero todo fue en vano, pues habían de ser
castigados (versículos 6-11).
Miqueas 2:12-13. Aunque las dos naciones irían a cautiverio, no obstante,
de entre ellas, ya bien esparcidas, Jehová se haría volver un remanente
para sí. Sería un número grande; con todo, sería un remanente de los juz-
gados y esparcidos. “El que abre caminos” es el Mesías.

b) Un contraste entre la devastación presente y la exaltación futura (Ca-


pítulos 3-5):
Miqueas 3. El profeta ahora anuncia tres oráculos dirigidos contra los di-
rigentes civiles, los falsos profetas, y contra los jefes, los profetas y los
sacerdotes:
49
1) Primero, un oráculo contra los dirigentes: ¿no les concierne a ellos
saber lo que es justo? Pero en lugar de la justicia, se halla un espíritu
de canibalismo, un espíritu que devoraría a la gente. Como resultado les
vendría el mal; clamarían a Jehová, pero Él no les contestaría (versícu-
los 1-4).
2) El oráculo número dos es contra los falsos profetas, quienes eran
responsables de hacer pecar a la gente, pues predicaban la paz pero
acudían a la opresión para lograr sus intereses egoístas. Una noche de
oscuridad se colocaría sobre ellos; su sol se pondría para ellos. Pero por
contraste Miqueas está lleno del Espíritu de Jehová, para declarar a la
gente sus pecados (versículos 5-8). Esto indica que el maestro que no
expone los pecados de su tiempo es falso como el que enseña lo que en
sí no es cierto.
3) El tercer oráculo es dirigido a las cabezas o sea a los gobernantes de
la gente, pero se incluyen también los profetas y sacerdotes. Los tres
grupos se interesaban en el dinero; por lo tanto a causa de ellos Sion
será como campo, Jerusalén vendrá a ser montones de ruinas, y el mon-
te sobre el cual se asentaba el templo será como cumbres de bosque
(versículos 9-12). Esta destrucción pronunciada en el versículo 12 fue
detenida por un tiempo, pero se realizó como cien años después cuando
Nabucodonosor destruyó la ciudad.
instituto bíblico cita con la vida

c) La gloriosa esperanza mesiánica (Capítulos 4-5):


Miqueas 4:1-5. El anuncio de la caída y de la destrucción de Jerusalén (Mi-
queas 3:12) es seguido por la promesa de la exaltación del monte de la casa
de Jehová, pero esto será “en los postreros tiempos” (versículo 1). Esta
expresión, cuando es usada por los profetas, se refiere a la era mesiánica.
Esta exaltación se realizará cuando vengan las naciones a aprender de sus
caminos, y entonces Jehová juzgará y decidirá concerniente a ellas. El reino
compuesto de estos redimidos no será establecido, extendido ni defendido
por armas carnales (versículos 2-3). La paz y la seguridad caracterizarán a
ese reino, y cada uno andará en el nombre de su Dios (versículos 4-5).
Miqueas 4:6-8. La frase “en aquel día” identifica la promesa de estos tres
versículos con “los postreros días” del versículo 1. Es cuando Jehová junta-
rá a los cojos, a los afligidos, y a los descarriados, y hará de ellos una nación
fuerte sobre la cual reinará en Sion (versículos 6-7; Sofonías 3:19; Romanos
9:27; 11:5; Hebreos 12:22-28). En ese tiempo vendría el señorío primero,
que es el reinado de Jehová por la casa de David (versículo 8; Lucas 1:26-33;
Hechos 15:15-18).
Miqueas 4:9-5:1. Pero antes de esta restauración y gloria, habrá angustia
y cautiverio. El profeta vuelve de “los postreros tiempos” al futuro inme-
50 diato, al “ahora”. Sion perderá su rey, y como consecuencia será metido
en la lamentación más profunda (v.9). Sion estaría en los dolores de parto,
pero antes del nacimiento del reino nuevo tiene que entrar en el cautive-
rio “hasta Babilonia”, de donde sería redimido (versículo 10). Las naciones
pensarían que Sion llegaría a su fin, para ya no ser restaurado jamás. Pero
no conocían los pensamientos de Jehová: Él pensó castigar y no destruir
(versículos 11-12). La “hija de Sion” (Jerusalén) había de ser castigada; pero
serían las naciones que buscaban su destrucción las que serían finalmente
destruidas (Miqueas 4:13; 5:1).
Miqueas 5:2-15. El profeta ahora se dirige al Mesías y a la dispensación
de Él. El Caudillo había de nacer en Belén, el cual era desde la eternidad
(versículo 2). Sion sería dejado hasta entonces, y luego de este dolor de
parto serían nacidos el Caudillo y su reino (versículo 3). Él es quien regiría
y apacentaría a su pueblo con poder de Jehová. Él sería la paz de su pueblo,
y cuando el enemigo se levantara, habría fuerza suficiente para derrotarlo;
este pastor sería el Libertador de su pueblo de las manos de su enemigo (el
asirio, pero aquí sencillamente el enemigo del pueblo de Dios) (versículos
4-6). El remanente redimido sería como el rocío que refresca la sociedad
en la cual se halla, como el león que aplasta al enemigo, arrebatándole, y
como uno que destruye a sus enemigos (versículos 7-9). En este poder la
gente del nuevo Israel había de vencer. Los instrumentos de guerra serían
profetas menores

destruidos y las ciudades amuralladas serían cortadas; la idolatría sería


exterminada de en medio de la gente (versículos 10-14). Dios ejecutaría su
juicio contra las naciones que no escucharían (versículo 15).

d) Jehová e Israel en controversia (Capítulos 6-7):


Capítulo 6. Ahora es presentado el caso contra su pueblo: “¿Qué te he he-
cho, o en qué te he molestado? Responde contra mí”. Pero ninguno lo pudo
hacer. Todo lo hecho por Jehová había sido bueno. Les había hecho subir de
la tierra de Egipto, había esparcido a sus enemigos, y se había portado jus-
tamente hacia ellos siempre. Pero ahora, como recompensa, ellos habían
mostrado solamente ingratitud (versículos 1-5).
Versículos 6-8. Parece que aquí responde la congregación, no a Jehová,
sino al profeta; éstas parecen ser palabras de ella: “¿Con qué me presen-
taré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísimo?” (versículos 6-7). A esta pre-
gunta da respuesta el profeta, y he aquí otra de las expresiones clásicas
halladas entre los profetas. En tres palabras el profeta da un resumen
del deseo de Jehová: “Solamente hacer justicia, y amar misericordia, y
humillarte ante tu Dios” (versículo 8).
Versículos 9-13. Jehová ahora condena las corrupciones halladas entre
la gente y emite una amenaza de juicio. Tesoros de impiedad, medidas es-
casas, balanzas falsas con pesas engañosas, la rapiña y la mentira, estas 51
cosas son las que halla (versículos 9-12). Por éstas ellos habían sido he-
ridos y asolados y ahora serían entregados a la espada (versículos 13-14).
La miseria continuaría acompañándoles. Debido a haber participado en
los pecados de Israel, ahora tendría que participar en el juicio (versículos
15-16).
Capítulo 7. O se representa a Jerusalén como el que habla, o es el profeta
quien habla por ellos (versículo 1), confesando los pecados del pueblo, y su
gran culpa (versículos 2-6). Esto es seguido de una confesión de fe, posible-
mente hablando el profeta por el remanente espiritual que se arrepiente
(versículos 7-9). Se levanta la esperanza, al reconocer el mismo grupo el
cumplimiento de las promesas de Jehová en algún tiempo (versículos10-13).
¿Es lo que sigue una oración de alabanza o de promesa? Posiblemente es
una oración por la renovación de la gracia divina (versículo 14), y la res-
puesta del Señor (versículos 15-17). El libro termina con una doxología de
alabanza a Jehová; no hay otro como Él. Jehová cumplirá la verdad de su
promesa hecha a los padres (versículos 18-20).

3. Referencias proféticas:
Miqueas 5:2 es una profecía mesiánica citada por los magos que estaban
buscando al rey nacido en Belén (Mateo 2:6). Por estar familiarizados estos
instituto bíblico cita con la vida

reyes del oriente con las Escrituras hebreas, ellos sabían que de la peque-
ña aldea de Belén saldría el Príncipe de Paz, la Luz del mundo. El mensaje
de Miqueas del pecado, arrepentimiento y restauración encuentra su último
cumplimiento en Jesucristo, quien es la propiciación por nuestros pecados
(Romanos 3:24-25) y el único camino a Dios (Juan 14:6).

52
profetas menores

GUÍA DE ESTUDIO
UNIDAD 3

AMÓS
1. ¿Qué significa el nombre de Amós?
2. ¿Cuáles son los pecados por los que Amós reprende a Israel?
3. ¿A qué seis naciones se dirige el profeta?
4. ¿Cuál era el pecado de Judá?
5. ¿Qué indican las visiones que tuvo el profeta?

OSEAS
1. ¿Quién es el destinatario del libro?
2. ¿Cuál es el propósito de Oseas?
3. ¿En cuántas partes se puede dividir el libro? ¿Qué muestran cada una?
4. ¿Qué muestra la última parte de Oseas?
5. ¿Qué significado tienen los nombres de los hijos de Oseas?
6. ¿Por qué Oseas se casa nuevamente?
7. Simbólicamente, ¿a quién representa Oseas y Gomer?
8. Transcribir Oseas 2:23. ¿Qué significado tiene el texto?
9. ¿Cómo termina el libro de Oseas? 53
10. Anotar las referencias proféticas que se encuentran.

MIQUEAS
1. ¿A quiénes condena el profeta?
2. ¿Qué implicaba seguir los caminos de Omri y Acab?
3. ¿Cuáles son las causas del juicio?
4. ¿Qué indica la frase “en aquel día”?
5. Anotar las referencias proféticas que se encuentran.
instituto bíblico cita con la vida

UNIDAD 4:
PROFETAS DEL SIGLO SÉPTIMO
A. SOFONÍAS
1. Observaciones generales:
a) Autor: El profeta Sofonías (1:1). Poco se conoce del autor, Sofonías. Tres
otros personajes del AT comparten su nombre. Él ubica su genealogía cua-
tro generaciones atrás al rey Ezequías (715-686 a.C.), permaneciendo sólo
entre los profetas que descendieron de sangre real (1:1). La genealogía real
le habría dado a él la información del rey de Judá; Josías, cuyo reino fue el
período de tiempo durante el cual predicó Sofonías.
b) Significado del nombre: “Defendido por Dios”.
c) Fecha de escritura: Sofonías fue escrito entre el 630 y 625 a.C. El profeta
mismo fecha su mensaje durante el reinado de Josías (640-609 a.C.). Las
condiciones morales y espirituales detalladas en el libro (Sofonías 1:4-6;
3:1-7) parecen colocar la profecía previa a las reformas de Josías, cuan-
do Judá estaba aún debilitándose en idolatría e impiedad. Fue en el 628
a.C. que Josías derribó todos los altares de Baal, quemó los huesos de los
54 falsos profetas y rompió los ídolos esculpidos (2 Crónicas 34:3-7); y en el
622 a.C. el libro de la Ley se encontró (2 Crónicas 34:8-35:19). Como conse-
cuencia, es muy probable que Sofonías profetizó del 630-625 a.C. y fue un
contemporáneo de Jeremías.
d) Destinatario: Judá y todas las naciones.
e) Contexto Histórico: Políticamente, la transferencia inminente del poder
mundial asirio a los babilonios debilitó el dominio de Nínive sobre Judá, tra-
yendo un elemento de independencia a Judá por primera vez en cincuenta
años. El deseo del rey Josías por retener esta nueva libertad de los impues-
tos y del control extranjero sin duda alguna lo llevó a interferir más tarde
con el intento de Egipto por ayudar al rey de Nínive que huía en el 609 a.C.
(2 Crónicas 35:20-27).

Espiritualmente, los reinados del hijo de Ezequías, Manasés (695-642 a.C.),


extendiéndose por más de cuatro décadas; y su nieto Amón (642-640 a.C.),
durante sólo dos años, fueron marcados por impiedad y apostasía (2 Cró-
nicas 21; 2 Crónicas 33). Los primeros años de reinado de Josías también
fueron caracterizados por la maldad de sus padres (2 Crónicas 23:4). No
obstante, en el 622 a.C., mientras estaban reparando la casa del Señor,
Hilcías el sumo sacerdote encontró el libro de la Ley (2 Crónicas 22:8). Al
profetas menores

leerlo, Josías inició reformas (2 Reyes 23). Fue durante los primeros años
del reinado de Josías, previo al gran avivamiento, que este profeta de la
undécima hora, Sofonías, profetizó y sin duda alguna tuvo una influencia
sobre las enormes reformas que Josías trajo a la nación. Pero los reyes
malos antes de Josías (cincuenta y cinco años) habían tenido tal efecto en
Judá que nunca se recuperó. Las reformas de Josías fueron llevadas a cabo
demasiado tarde y no pasaron más allá de su vida.
f) Propósito: Estremecer al pueblo de Judá a fin de que abandone su indife-
rencia e instarlo a volver a Dios.
El mensaje de Sofonías es de juicio y ánimo; y contiene tres doctrinas im-
portantes: 1) Dios es soberano sobre todas las naciones. 2) Los malos serán
castigados y los justos serán reivindicados en el día del juicio. 3) Dios ben-
dice a aquellos que se arrepienten y confían en Él.

g) Versos claves:
Sofonías 1:18: “Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de
Jehová, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque
ciertamente destrucción apresurada hará de todos los habitantes de la tie-
rra”.
Sofonías 2:3: “Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pu- 55
sisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás se-
réis guardados en el día del enojo de Jehová”.
Sofonías 3:17: “Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará
sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”.

Resumen
Sofonías pronuncia el juicio del Señor sobre toda la tierra, sobre Judá,
sobre las naciones circundantes, sobre Jerusalén, y sobre todas las
naciones. Esto es seguido por proclamaciones de la bendición del Se-
ñor sobre todas las naciones, y especialmente sobre el remanente fiel
de su pueblo en Judá.
Sofonías tuvo el valor de hablar con determinación, porque sabía que
estaba proclamando la Palabra del Señor. Su libro comienza con “La
palabra de Jehová” y termina con “dice Jehová”. Él sabía que ni los
muchos dioses que la gente adoraba ni el poder de la armada asiria
podrían salvarles. Dios es misericordioso y compasivo, pero cuando
todas sus advertencias son ignoradas, ha de esperarse el juicio. El día
del juicio de Dios es mencionado frecuentemente en las Escrituras.
Los profetas lo llaman el “día del Señor”.
instituto bíblico cita con la vida

2. Desarrollo de Sofonías:
a) Origen (Sofonías 1:1):
Al trazar hacia atrás la ascendencia del profeta por cuatro generaciones,
se conoce que es el tataranieto del rey Ezequías. Aunque profetizó en los
días de las reformas de Josías, no muestra interés en esas reformas. Es
probable que él supiera que ellas terminarían en fracaso, pues no lograron
cambiar los corazones de la gente. Un juicio de mucho alcance había de ve-
nir, del cual surgiría el cambio de corazón y la redención.

b) El juicio sobre el mundo entero, y sobre Judá en particular (Sofonías


1:2-18):
Versículos 2-6. Por medio del profeta, Jehová declara un juicio que afecta-
rá a todos. Él es el Juez de todo el mundo (versículos 2-3). Luego se dirige
a Judá y a Jerusalén, encima de quienes también caerá este juicio, más
precisamente los idólatras, los ídolos, los sacerdotes idólatras (2 Reyes
23:5), los sacerdotes falsos de Jehová, los juradores en falso que juran por
Milcom (su rey, Baal), los apóstatas, y los que no han seguido a Jehová, para
ser exterminados (versículos 4-6).
Versículos 7-13. El día de Jehová es día de juicio; el sacrificio de Jehová es
56
la destrucción decretada, a la cual están convidadas las naciones (versículo
7). Todos han de caer bajo el juicio: los príncipes y los hijos del rey (versículo
8); los ladrones que roban a sus señores (versículo 9); los mercaderes que
han llegado a ser “canaanita traficantes” (versículos 10-11); los ricos que
han llegado a ser indiferentes, el sedimento o poso de un licor que lo hace
espeso como jarabe (versículos 12-13).
Versículos 14-18. El día está cercano; esto el profeta trata de enfatizarlo
(versículo 14). El “día de Jehová” es descrito aquí nuevamente en una ma-
nera de lo más gráfica: un día de tinieblas y terror, de trompeta y de alarma,
de vértigo y de derramamiento de sangre. Estas cosas caracterizan este
juicio que está por venir de parte de Jehová (versículos 15-17; Joel 1:15;
2:1-3, 10-11; 3:14-16). No ha de haber liberación del terrible juicio, ni del fin
determinado. Ni su plata ni su oro podrán librarlos de los invasores (versí-
culo 18).

c) Exhortación al arrepentimiento y a la perseverancia (Sofonías 2:1-3:8):


Sofonías 2:1-3. Dios llama a su pueblo al arrepentimiento para que pueda
escapar del juicio que está para caer sobre las naciones malas. Pero Él
se dirige al pueblo, diciendo, “oh nación”, que es el mismo término usado
respecto a las naciones paganas. Judá se había bajado al nivel de los paga-
nos, y por eso ahora es cuestión de arrepentirse o perecer con los paganos.
profetas menores

Notemos el fervor del llamamiento (versículos 1-2). Los humildes, los que
se someten a Él y quienes buscan sus ordenanzas, son llamados de entre
todos, tanto de los ricos como de los pobres. Éstos han de buscar la justicia,
pues ésta es la única avenida de escape del juicio (versículo 3).
Sofonías 2:4-15. Dios va a juzgar a naciones cercanas y lejanas. Primero,
se pronuncia juicio sobre los filisteos, los habitantes de la costa del sur. Los
cereteos (v.5) eran habitantes del sur de Filistea (1 Samuel 30:14). La tierra
de los filisteos sería para el remanente cuando Jehová trajera a Judá del
cautiverio (versículos 4-7; Jeremías 32:44). Inmediatamente después Jeho-
vá mira hacia Moab y Amón, sobre quienes caerá su juicio. Por su soberbia y
por su idolatría tendrán desolación perpetua (versículos 8-11). Luego se in-
cluyen naciones de lejos: Etiopía al sudoeste, y Asiria y su capital, Nínive, al
noreste. ¡La destrucción de Nínive será completa y final! (versículos 12-14).
Sofonías 3:1-8. Si Dios castiga al pagano por su maldad y su idolatría, no
pasará por alto a Judá. Jerusalén estaba contaminada de su idolatría y co-
rrupta a causa de opresiones. Había rehusado considerar a Jehová, confiar
en Él y prestar atención a sus instrucciones (versículos 1-2). Ahora son es-
cogidas de entre la gente cuatro clases como el blanco especial de la censu-
ra de Jehová: los príncipes, los jueces, los profetas y los sacerdotes; todos
éstos han actuado de una manera corruptible (versículos 3-4). No obstante,
Jehová estaba en medio de ellos, actuando justamente, instruyendo y dan- 57
do luz, cortando naciones y trayéndolas a la destrucción (versículos 5-6).
Su única petición a Judá fue que le temiera, recibiera corrección e instruc-
ción, y viviera a la luz de esa verdad. Pero ellos no prestaron atención; se
corrompieron (versículo 7). Ahora tienen que esperar a Jehová. Él juzgará
a las naciones, y en ese juicio Judá se hallará bajo el fuego (versículo 8).

d) La salvación y la glorificación del remanente, después del juicio (Sofo-


nías 3:9-20):
Versículos 9-13. Después del juicio pendiente Dios hará volver a un pue-
blo para sí mismo, pues el juicio trae liberación y salvación. Una lengua
pura (“labios puros”) presupone un corazón puro; de aquí, un corazón puro,
o labios puros, con que todos puedan adorarle de común consentimiento,
servicio unido (versículo 9). Éstos vendrán de todas partes de la tierra, sin
ser avergonzados y libres de la compañía de los soberbios, y escogidos de
entre los paganos (versículos 10-11). Contrastados con los arrogantes y so-
berbios, estos escogidos para el reino de Dios serían modestos, humildes
y pobres. Éstos no harían injusticia ni dirían mentira; tampoco se hallarían
entre ellos la idolatría ni el engaño. Nadie los atemorizaría (versículos 12-
13).
instituto bíblico cita con la vida

Versículos 14-20. El profeta apunta luego al reino mesiánico, aunque no


menciona al Mesías por nombre. Las aclamaciones y el regocijo caracte-
rizarían a los ciudadanos del nuevo reino. Del juicio ha salido la salvación
(versículos 14-15). Los ciudadanos no temerán; Jehová estará en medio de
ellos para salvar. Se regocijará sobre ellos (versículos 16-17). Otra vez pro-
mete recoger a los cojos y a los descarriados (ver Miqueas 4:6-8), y hacer
que ellos sean para alabanza de su nombre (versículos 18-20).

3. Referencias proféticas:
Gran parte de las bendiciones finales sobre Sion pronunciadas en los ver-
sos 14-20, aún están por cumplirse, lo que nos lleva a concluir que éstas
son profecías mesiánicas que aguardan la segunda venida de Cristo para
que se lleven a cabo. El Señor ha quitado nuestro castigo sólo a través de
Cristo, quien vino a morir por los pecados de su pueblo (Sofonías 3:15; Juan
3:16). Pero Israel aún no ha reconocido a su verdadero Salvador. Esto aún
está por suceder (Romanos 11:25-27).
La promesa de paz y seguridad para Israel, un tiempo cuando su Rey esté
en medio de ellos, será cumplida cuando Cristo regrese a juzgar y redimir
al mundo para Él mismo. Así como Él ascendió a los cielos después de su
resurrección, así también Él regresará y establecerá una nueva Jerusalén
sobre la tierra (Apocalipsis 21). En ese tiempo, todas las promesas de Dios
58 para Israel serán cumplidas.

B. NAHUM
1. Observaciones generales:
a) Autor: Se identifica a sí mismo como Nahum (1:1). La importancia de los
profetas que escribieron no fue la vida personal de cada uno de ellos, sino
su mensaje. No es común que se encuentre información del contexto acerca
del profeta más allá de lo que está en la profecía. En ocasiones, los libros
históricos pueden dar una luz adicional a la vida del profeta. En el caso de
Nahum, nada es provisto a excepción de que él fue un elcosita (1:1), refirién-
dose o su lugar de nacimiento o a su lugar de ministerio. Los intentos por
identificar el lugar de Elcos han sido infructuosos. Algunos sugieren que el
profeta proviene de Al-Qos, ciudad situada en Irak del norte (de esta mane-
ra Nahum habría sido un descendiente de los exiliados llevados a Asiria en
el 722 a.C.), de Capernaum (“pueblo de Nahum”) o de un lugar en el sur de
Judá (Nahum 1:15). Sin embargo, su lugar de nacimiento o localización no
es significativo para la interpretación del libro.
b) Significado del nombre: “Consolación”.
c) Fecha de escritura: Nahum fue escrito aproximadamente entre los años
625 y 612 a.C. Sin mención alguna de reyes en la introducción, la fecha de
profetas menores

la profecía de Nahum debe ser deducida por la información histórica. El


mensaje de juicio en contra de Nínive retrata a una nación de fortaleza,
mostrando un tiempo no sólo previo a su caída en el 612 a.C., sino probable-
mente antes de la muerte de Asurbanipal en 626 a.C., después de lo cual
el poder de Asiria cayó rápidamente. La mención de Nahum de la caída de
Amón, también llamado Tabes (Nahum 3:8-10), en el 663 a.C. (en manos
de Asurbanipal) parece estar fresca en la mente de cada uno de ellos y no
hay mención del avivamiento que ocurrió diez años más tarde, sugiriendo
una fecha a mediados del siglo séptimo a.C. durante el reinado de Manasés
(695-642 a.C. 2 Reyes 21:1-18).
d) Destinatario: Los pueblos de Nínive y Judá.
e) Propósito: Pronunciar el juicio de Dios sobre Asiria y consolar a Judá con
esta verdad.
Nahum no escribió este libro como una advertencia o “llamado al arrepen-
timiento” para la gente de Nínive. Dios les había enviado a ellos al profeta
Jonás 150 años antes, con su promesa de lo que sucedería si continuaban
en sus malos caminos. La gente de ese tiempo se había arrepentido, pero
ahora vivían de la misma forma o peor de lo que lo hicieron anteriormente.
Los asirios se habían hecho terriblemente brutales en sus conquistas (col-
gando los cuerpos de las víctimas en picas y poniendo su piel en las paredes
59
de sus tiendas, entre otras atrocidades). Ahora Nahum estaba diciéndole a
la gente de Judá que no desesperara porque Dios había pronunciado juicio
y los asirios recibirían lo que merecían.

f) Versos claves:
Nahum 1:7: “Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a
los que en él confían”.
Nahum 1:14: “Mas acerca de ti mandará Jehová, que no quede ni memoria
de tu nombre”.
Nahum 1:15: “He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nue-
vas, del que anuncia la paz” (ver también Isaías 52:7 y Romanos 10:15).
Nahum 2:13: “Heme aquí contra ti, dice Jehová de los ejércitos”.
Nahum 3:19: “No hay medicina para tu quebradura; tu herida es incurable;
todos los que oigan tu fama batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién
no pasó continuamente tu maldad?”.
instituto bíblico cita con la vida

Resumen
Una vez Nínive había respondido a la predicación de Jonás, volviéndo-
se de sus malos caminos para servir a Jehová. Pero 150 años después,
la ciudad regresó a la idolatría, violencia y arrogancia (Nahum 3:1-4).
Una vez más Dios envía a uno de sus profetas a Nínive, predicando el
juicio con la destrucción de la ciudad, y exhortándolos al arrepenti-
miento. Tristemente, los ninivitas no escucharon las advertencias de
Nahum y la ciudad fue puesta bajo el dominio de Babilonia.

2. Desarrollo de Nahum:
a) La sentencia de Nínive, por decreto de Jehová (capítulo 1):
Versículo 1-8. El objeto de esta profecía es Nínive, la capital de Asiria, situa-
da en el río Tigris. Aquí se declaran enfáticamente dos cosas: la venganza
y la misericordia de Jehová. Sus enemigos seguramente sentirían la fuerza
de su ira, mientras que su misericordia es para cuantos busquen refugio en
Dios. El hecho de ser tardo para la ira, de posponer por un tiempo su juicio,
no indica debilidad de ninguna manera (versículos 2-3). Como reina Dios
en el dominio de la naturaleza, así reina en el reino de los hombres. Nadie
60 puede permanecer delante de Él cuando su enojo es provocado y su ira es
derramada (versículos 4-6).
Contrastada con su feroz enojo, se ve su gran misericordia, pero es sola-
mente para quienes confían en Él (versículo 7); pero la destrucción comple-
ta es para sus enemigos (versículo 8). En este párrafo se revelan los dos
lados de la naturaleza divina: la misericordia y la ira del Todopoderoso.
Versículos 9-15. La completa destrucción de Nínive es decretada. Se ha
tardado mucho, pero se acerca el tiempo. Jehová se dirige tanto a los judíos
como a los asirios en el versículo 9; a Asiria dice: “El hará consumación”,
pero a los judíos: “No tomaré venganza dos veces de sus enemigos (los asi-
rios)”. Asiria es como espinos para ser quemados; su bebida es probable-
mente la embriaguez de poder y de conquista, los tiene entretejidos (ver-
sículo 10). Nínive será cortada; Judá no será afligida más que ella, porque
Dios está para quebrar el yugo de Asiria de sobre el cuello de Judá (versí-
culos 12-13). El mandamiento concerniente a su destrucción es de Jehová;
serán cortados sus dioses y su sepulcro ha sido preparado (versículo 14). El
versículo 15 se refiere al que traerá las buenas nuevas de la liberación de
Judá de Asiria, al traer las noticias de que Nínive ha sido destruida. Aquí se
esconde una referencia mesiánica, que se analizará más adelante.
profetas menores

b) El sitio y la destrucción de Nínive decretados por Jehová (capítulo 2):


Versículos 1-7. El destructor de Nínive está en camino; que se preparen
(versículo1). La sentencia está para caer porque Asiria había saqueado a
Israel, y había destruido su tierra (v.2). Luego el profeta describe el ejército
próximo como si él fuera un testigo ocular: los varones de su ejército vesti-
dos de escarlata, los carros que corren locamente, las lanzas vibrantes, el
correr por aquí y por allí, el alboroto de la batalla (versículos 3-4).
El profeta retorna a Nínive: el rey se acuerda de sus valientes; él los coloca
en lugares estratégicos (versículo 5). Pero todo es en vano, pues las puer-
tas son abiertas, el palacio se deshace, y Nínive cae (versículos 6-7). Algu-
nos piensan que hubo inundación del río Tigris, o que fue desviado hacia los
muros y las puertas de la ciudad, lo cual causó que se derritieran (versículo
6). Pero no es conclusiva la evidencia sobre la que esto descansa. Proba-
blemente significa que bajo la mano de Dios, cuyo juicio estuvo siendo eje-
cutado por los babilonios y los medos, la ciudad fue traída a la demolición.
Versículos 8-15. La gente de Nínive huye; los despojos son tomados; la ciu-
dad es saqueada; la gente está llena de terror (versículos 8-10). Como una
cueva de leones que vive de la presa del campo, así ha sido Nínive. Pero ya
le ha cambiado su suerte; por el juicio de Dios ella está experimentando
lo que otros han experimentado en manos de ella, que es ¡la destrucción!
(versículos 11-13). 61

c) Los pecados de Nínive y su inevitable perdición (capítulo 3):


Versículos 1-7. Uno de los pasajes más conmovedores que se pueden hallar
en la Biblia está ahora delante de nosotros, en el cual el profeta describe
con intensidad la batalla de la caída de Nínive (versículos 1-3). ¿Cuál es la
causa? ¡Su propio pecado! (versículo 4). Pero el descubrir sus pecados es
de Jehová, quien la dejará totalmente asolada y humillada (versículos 5-7).
La Traducción en Lenguaje Actual propone una imagen muy fuerte: “Pero
yo estoy en contra tuya, y haré que las naciones y reinos se den cuenta de
lo que en verdad eres. Voy a embarrarte de excremento, y quedarás en ver-
güenza (versículos 5-6).
Versículos 8-9. La Tebas de Egipto, conocida como Noamón (“casa del dios
Amón”), había sido saqueada por Asurbanipal en el año 663 a.C. Ahora: ¿Es
Nínive mejor que Noamón? Noamón estaba situada en una posición entre
los canales, para su buena protección, y recibía la ayuda de sus vecinos,
“sin embargo, ella fue llevada en cautiverio” (versículos 8-10). Así también
será Nínive, como un hombre embriagado que se bambolea y que busca
refugio (versículo 11). Caerán sus fortalezas ante el enemigo como frutos
maduros que caen cuando sopla el viento. Su pueblo será débil, y serán
instituto bíblico cita con la vida

consumidas las puertas de sus muros (versículos 12-13). Por lo tanto, há-
ganse preparaciones para el sitio; refuércense los muros; júntense solda-
dos como langostas, pero todo ha de ser en vano; la ciudad está sentenciada
(versículos 14-16). Los príncipes huyen; los pastores (reyes) duermen; los
nobles descansan; la medicina curativa se acabó y la herida es incurable.
Todos los que oyen el reporte de la caída de Nínive aplauden, porque todos
han experimentado la crueldad y la iniquidad de esa terrible nación (versí-
culos 17-19).

3. Referencias proféticas:
Pablo repite Nahum 1:15 en Romanos 10:15, con respecto al Mesías y su
ministerio, así como los apóstoles de Cristo en su tiempo. Es posible que
Nahum, a su vez, lo haya tomado de Isaías, tal como aparece en el capítulo
52, versículo 7. Esta palabra también puede ser entendida para cualquier
ministro del Evangelio cuya ocupación sea la de predicar el Evangelio de
la paz. Dios ha hecho la paz con los pecadores por medio de la sangre de
Cristo, y le ha dado a su pueblo la paz que “sobrepasa todo entendimiento”
(Filipenses 4:7). El trabajo del predicador también es “anunciar la paz, las
buenas nuevas”, cosas tales como la reconciliación, la justificación, el per-
dón, la vida y la salvación eterna. La predicación de tal Evangelio, y el traer
tales nuevas, hacen sus pies hermosos. La imagen aquí es de uno que corre
62 hacia otros, deseoso y gozoso de proclamar las Buenas Noticias.

C. HABACUC
1. Observaciones generales:
a) Autor: El profeta Habacuc (1:1). Como con muchos de los profetas meno-
res, nada se conoce del profeta excepto por lo que puede ser inferido del
libro. En el caso de Habacuc, la información interna casi no existe, lo que
hace que las conclusiones de su identidad y vida sean conjeturas. Su simple
introducción como “el profeta Habacuc” puede implicar que él no necesita-
ba presentación debido a que era un profeta conocido de su día. Es cierto
que él fue un contemporáneo de Jeremías, Ezequiel, Daniel y Sofonías.
b) Significado del nombre: “El que abraza”.
c) Fecha de escritura: Habacuc fue escrito aproximadamente en el año 605
a.C. La mención de los caldeos (Habacuc 1:6) sugiere una fecha a finales del
siglo siete a.C., poco antes de que Nabucodonosor comenzará su marcha
militar a través de Nínive (612 a.C.), Harán (609 a.C.) y Carquemis (605 a.C.),
camino a Jerusalén (605 a.C.). El amargo lamento de Habacuc (Habacuc 1:2-
4) puede reflejar un período de tiempo poco después de la muerte de Josías
(609 a.C.), días en los que las reformas del rey piadoso (2 Reyes 23) fueron
rápidamente cambiadas por su sucesor, Joacim (Jeremías 22:13-19).
profetas menores

d) Destinatarios: Judá (reino del sur) y el pueblo de Dios en todas partes.


e) Contexto histórico: Habacuc profetizó durante los días finales del Im-
perio Asirio y el principio del dominio de Babilonia a escala mundial bajo
Nabopolasar y su hijo Nabucodonosor. Cuando Nabucodonosor ascendió al
poder en el 626 a.C., inmediatamente comenzó a expandir su influencia al
Norte y al Oeste. Bajo el liderazgo de su hijo, el ejército babilónico venció a
Nínive en el 612 a.C., forzando a la nobleza asiria a refugiarse primero en
Harán y después en Carquemis. Nabucodonosor los persiguió, venciendo a
Harán en el 609 a.C., y a Carquemis en el 605 a.C.
El rey egipcio Necao, viajando por Judá en el 609 a.C. para ayudar al rey
asirio que huía, fue confrontado por el rey Josías en Meguido (2 Crónicas
35:20-24). Josías murió en la batalla que se llevó a cabo, dejando su trono
a una sucesión de tres hijos y un nieto. Antes, como resultado de descubrir
el libro de la Ley en el templo (622 a.C.), Josías había instituido reformas
espirituales significativas en Judá (2 Reyes 22; 23), aboliendo muchas de
las prácticas idólatras de su padre Amón (2 Reyes 21:20-22) y su abuelo Ma-
nasés (2 Reyes 21:11-13). No obstante, cuando murió, la nación rápidamente
regresó a sus malos caminos (Jeremías 22:13-19), causando que Habacuc
cuestionara el silencio de Dios y aparente falta de acción para castigar (1:2-
4) y así purificar a su pueblo de pacto.
63
f) Propósito: Mostrar que Dios aún tiene las riendas del mundo a pesar del
aparente triunfo del mal.
g) Versos claves:
Habacuc 1:2: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a
ti a causa de la violencia, y no salvarás?”.
Habacuc 1:5: “Mirad entre las naciones, y ved, y asombraos; porque haré
una obra en vuestros días, que aun cuando se os contare, no la creeréis”.
Habacuc 1:12: “¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo
mío? No moriremos”.
Habacuc 2:4: “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece;
mas el justo por su fe vivirá”.
Habacuc 2:20: “Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él
toda la tierra”.
Habacuc 3:2: “Oh Jehová, he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu
obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer; en la
ira, acuérdate de la misericordia”.
instituto bíblico cita con la vida

Habacuc 3:19: “Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como
de ciervas, y en mis alturas me hace andar”.

Resumen
El Libro de Habacuc comienza con el profeta clamando a Dios por una
respuesta sobre el por qué se le permite sufrir en cautividad al pue-
blo elegido por Dios (Habacuc 1:1-4). El Señor le da su respuesta a
Habacuc, declarando esencialmente que “aun cuando se os contare,
no la creeréis” (Habacuc 1:5-11). Habacuc continúa entonces dicien-
do: “Está bien, tú eres Dios, pero aun así, dime más acerca del por
qué está pasando esto” (Habacuc 1:17-2:1). Entonces Dios le responde
nuevamente y le da más información, luego dice que la tierra perma-
nezca en silencio ante Él (Habacuc 2:2-20). Posteriormente, Habacuc
escribe una oración expresando su firme fe en Dios, aún en medio de
estas pruebas (Habacuc 3:1-19).

2. Desarrollo de Habacuc:
a) El juicio de Dios sobre la malvada Judá a través de los caldeos (Habacuc
64 1):
Versículos 2-4. El profeta trae su queja a Jehová respecto a la iniquidad
hallada en Judá. Da voces a causa de la violencia, pero no halla salvación
(versículo 2). Solamente destrucción, pleito y contienda. La ley es debilita-
da y la justicia sale torcida (versículos 3-4).
Versículos 5-11. Jehová responde al profeta al decir que está obrando, pues
está levantando a los caldeos, una nación encarnizada y conquistadora, con
el propósito mismo de corregir a Judá (versículos 5-6). Luego los descri-
be como formidables y terribles, y aunque Jehová está levantándolos para
usarlos, su carácter es de ellos mismos (v.7). Se mueven rápidamente, vio-
lentamente; recogen todo lo que tienen delante de sí (versículos 8-10). Pero
cuando hayan servido al propósito de Dios, serán culpables de los crímenes
cometidos y sobre ellos caerá el juicio (versículo 11).
Versículos 12-17. Esto confunde aún más al profeta. ¿Cómo puede el Dios
eterno, justo y puro emplear para su obra a un pueblo tan terrible como el
caldeo? Pero una cosa sí comprende: el juicio es para corrección, y no para
destrucción completa (versículo 12). Pero al caldeo que es malo, cruel, e
idólatra, seguramente no se le permitirá continuar tranquilo (versículos 13-
17).
profetas menores

b) La respuesta de Dios (Habacuc 2:1-3):


El profeta decide esperar para ver qué otra respuesta le dará Dios tocante a
su queja (versículo 1). “Colocarse sobre la fortaleza” probablemente quie-
re decir solamente que esperará hasta que Dios le diga algo. Entonces, es
presentada la segunda respuesta de Dios: que escriba la visión, que la haga
clara; es decir, que la ponga en su corazón y en los corazones de la gente, y
que luego actúe conforme a ella (versículo 2). Y aunque el Señor se detenga
en lo que está para hacer, no obstante, el profeta debe esperarlo, porque
seguramente se cumplirá (versículo 3).

c) El juicio de Dios sobre los caldeos, el poder mundial impío (Habacuc


2:4-20):
Versículos 4-5. Aquí se expresa una ley fundamental y básica de Dios en el
gobierno del hombre. El alma del caldeo no es recta; se enorgullece. Por
contraste, el justo por su fe vivirá (versículo 4). Esto expresa una ley univer-
sal de Dios, la cual vino a ser el fundamento del Evangelio (Romanos 1:17;
Hebreos 10:37-39; Gálatas 3:11).
La Versión Moderna dice: “porque el vino es engañoso”, debido a que el cal-
deo estaba embriagado de orgullo y de conquista. Cualquier hombre em-
briagado de orgullo, de poder y de conquista está destinado a la caída. En
lugar de conservar su propia nación, el caldeo procuró dominar al mundo 65
(versículo 5).
Versículos 6-20. Esta denuncia del vino de orgullo y de conquista es segui-
da por cinco “ayes” pronunciados contra tal carácter. Estos “ayes” anuncian
principios de gobierno divino. Cualquier gobernante que sigue tal proceder
queda expuesto a estos “ayes”.
1) El primero es pronunciado sobre el deseo de conquistar y de despojar;
los que despojan, es decir, que toman prendas de aquellos que han de
pagar tributo, algún día serán despojados por el remanente de los con-
quistados (versículos 6-8).
2) El segundo “ay” es pronunciado sobre la disposición de edificar un
imperio permanente por medio de la crueldad y de la ganancia injusta.
Tales hombres pecan contra sus vidas, y las “vigas” mismas de tal impe-
rio clamarán por la vindicación de la justicia (versículos 9-11).
3) El tercero es contra quienes edifican ciudades por medio de la sangre
y de la labor de esclavos, pues tienen a la vida por barata e ignoran la
miseria. Éstos se fatigan para el fuego (versículos 12-14).
4) En el cuarto “ay”, el profeta no habla del vino como bebida, sino del
vino del orgullo, de conquista, y de despojo, al dar el rey conquistador
instituto bíblico cita con la vida

a otros el poder de continuar despojando la tierra para obtener tribu-


to para sí mismo. Al grado que dispensa tal persona este tratamiento a
otros, el juicio de Jehová caerá sobre él (versículos 15-17).
5) El quinto “ay” es contra el idólatra, el que hace su dios de madera, de
piedra, de plata y de oro. Es un “ay” contra el materialismo (versículos
18-20).

d) Una oración por compasión en medio de juicio (Habacuc 3):


Versículos 1-2. El primer versículo presenta el título del capítulo. El profeta
es el autor de la oración. Ella es “sobre Sigionot”, la melodía de la canción
(versículo 1). Sigionot quiere decir “dar vueltas”, o “una canción presenta-
da con más agitación, o con un cambio rápido de emoción”. El profeta es
grandemente agitado al contemplar lo que tiene que venir: el juicio contra
Judá a manos de los caldeos, aunque los caldeos mismos serán juzgados
también. Él expresa su temor, y luego pide a Dios que en su ira se acuerde
de la misericordia (versículo 2).
Versículos 3-15. En esta parte del poema el profeta contempla los años pa-
sados y se acuerda de cuando Dios había venido a su pueblo en juicio contra
las naciones trayendo redención y rescate. Dios había venido a su pueblo
en Sinaí para hacerlo el pueblo de su pacto; había venido con un resplan-
66 dor como una luz desde Temán. De delante de Él se había ido la mortandad
(versículos 3-5). Él esparció a las naciones; tembló la gente de las tiendas
de Cusán y de Madián (versículos 6-7). No fue que Dios estuviera disgusta-
do con los ríos o con el mar, sino fue que todas estas cosas fueron hechas
para la salvación de su pueblo y para la destrucción de enemigos. Toda la
naturaleza se dobló en su presencia (versículos 8-11). Trilló las naciones;
socorrió a su pueblo; esparció a los que vinieron a destruir a Israel, y a
quienes procuraron devorar al pobre (versículos 12-15). Al leer esto, uno
debe recordar que es un poema en cual el profeta mira el pasado y ve a Je-
hová que viene a rescatar a los suyos y a destruir a sus enemigos. Realizado
esto, luego el profeta pronuncia una de las expresiones de fe más sublimes
jamás halladas en la Biblia: el justo “vive por su fe”.
Versículos 16-19. Su experiencia ahora es la de uno que tiene que esperar
quietamente lo que sabe que está por venir. Tal momento es siempre uno de
tensión y de espanto. Tiene que esperar que venga la gente que les invadirá,
porque seguramente ella vendrá (versículo 16). Pero aunque venga y se les
quite toda fuente de comestibles, el de la higuera, de las vides, del olivo, de
los campos, de la majada, y de los corrales, que son todas las fuentes de
comida para el hebreo, con todo, el profeta siempre se alegrará en Jehová.
Nada le puede mover ahora; está listo. Está preparado para “vivir por la fe”
(versículos 17-18). Jehová es ahora su fortaleza; Él hará que el profeta suba
profetas menores

al monte, muy por encima de las sombras de la duda, donde podrá tomar el
sol de la presencia y del cuidado amoroso de Dios (versículo 19).

3. Referencias proféticas:
El apóstol Pablo cita Habacuc 2:4 en dos diferentes ocasiones (Romanos 1:7;
Gálatas 3:11) para reiterar la doctrina de la justificación por la fe. La fe que
es el don de Dios, y disponible a través de Jesucristo; es al mismo tiempo
una fe que salva (Efesios 2:8-9) y una fe que sostiene durante toda la vida.
Obtenemos la vida eterna por medio de la fe y vivimos la vida cristiana por
la misma fe. Nosotros, que somos hechos justicia por la fe en Cristo, somos
totalmente justificados, porque Él ha intercambiado su perfecta justicia por
nuestro pecado (2 Corintios 5:21), y nos ha permitido vivir por fe.

67
instituto bíblico cita con la vida

GUÍA DE ESTUDIO
UNIDAD 4

SOFONÍAS
1. ¿Qué doctrinas contiene el mensaje de Sofonías?
2. ¿Cuál es el propósito de Sofonías?
3. ¿De quién es pariente el profeta?
4. Transcribir Sofonías 3:17
5. Anotar las referencias proféticas que se encuentran.

NAHUM
1. ¿Qué significa el nombre de Nahum?
2. ¿Cuál es el propósito del libro?
3. ¿Qué sucedió con Nínive después de la predicación de Jonás?
4. ¿Para qué sirve la comparación de Nínive con Noamón?
5. Anotar las referencias proféticas que se encuentran.

HABACUC
68
1. ¿Cuál es el propósito del libro?
2. ¿En qué contexto histórico profetizó Habacuc?
3. ¿Cuál es la queja de Habacuc?
4. ¿Qué relevancia tiene Habacuc 2:4 para nosotros?
5. Anotar las referencias proféticas que se encuentran.
profetas menores

UNIDAD 5:
PROFETAS DEL SIGLO SEXTO
A. HAGEO
1. Observaciones generales:
a) Autor: El profeta Hageo (1:1). Poco se sabe de Hageo fuera de su corta
profecía. Él es mencionado brevemente en Esdras 5:1 y 6:14, en ambas oca-
siones en conjunción con el profeta Zacarías. Las listas de refugiados en
Esdras no mencionan nada de Hageo, no hay indicaciones de su parentela
o linaje tribal. Tampoco la historia proporciona registro alguno de su ocu-
pación. Él es la única persona en el AT con este nombre, aunque aparecen
nombres similares (Génesis 46:16; Números 26:15; 2 Samuel 3:4; 1 Cróni-
cas 6:30). Además, Hageo 2:3 puede sugerir que él también había visto la
gloria del templo de Salomón antes de que fuera destruido, haciéndolo por
lo menos de 70 años de edad cuando escribió la profecía.
b) Significado del nombre: “Festivo”.
c) Fecha de escritura: Hageo fue escrito en el año 520 a.C. No hay ambi-
güedad o controversia acerca de la fecha de la profecía. La ocasión de cada
una de sus cuatro profecías se especifica con claridad (Hageo 1:1; 2:1; 2:10; 69
2:20), ocurriendo dentro de un lapso de tiempo de cuatro meses en el se-
gundo año (520 a.C.) del rey persa Darío (521-486 a.C.). Es muy probable
que Hageo haya regresado a Jerusalén de Babilonia con Zorobabel diecio-
cho años antes en el 538 a.C
d) Destinatario: El pueblo que vivía en Jerusalén y los que regresaron del
cautiverio.
e) Contexto histórico: En el 538 a.C., como resultado de la proclamación de
Ciro el Persa (Esdras 1:1-4), se le permitió a Israel regresar de Babilonia a
su tierra bajo el liderazgo civil de Zorobabel y la guía espiritual de Josué el
sumo sacerdote (Esdras 3:2) Alrededor de 50.000 judíos regresaron. En el
536 a.C. comenzaron a reconstruir el templo (Esdras 3:1-4:5) pero la opo-
sición de los vecinos y la indiferencia de los judíos causó que la obra fuera
abandonada (Esdras 4:1-24). Dieciséis años más tarde, Hageo y Zacarías
fueron comisionados por el Señor para alentar al pueblo a no sólo recons-
truir el templo, sino también a reordenar sus prioridades (Esdras 5:1-6:22).
Como resultado de esto, el templo fue terminado cuatro años más tarde
(516 a.C.; Esdras 6:15).
f) Propósito: Hacer un llamado al pueblo a finalizar la reconstrucción del
templo.
instituto bíblico cita con la vida

g) Versos claves:
Hageo 1:4: “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vues-
tras casas artesonadas, y esta casa está desierta?”.
Hageo 1:5-6: “Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre
vuestros caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os sa-
ciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis; y el que
trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto”.
Hageo 2:9: “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha
dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los
ejércitos”.

Resumen
¿Reconsiderará el pueblo de Dios sus prioridades, tendrá el valor,
y actuará en base a las promesas de Dios? Dios buscó advertir a la
gente que buscara sus palabras. No sólo Dios les advirtió, sino que
también les ofreció promesas a través de su siervo Hageo, para mo-
tivarlos a seguirlo. Por haber revertido el pueblo de Dios sus priori-
dades, habiendo fracasado en poner a Dios en el primer lugar de sus
vidas, Judá fue enviado al exilio babilónico. En respuesta a la oración
70 de Daniel y en cumplimiento a las promesas de Dios, el Señor dirigió
a Ciro, el rey persa, a permitir que los judíos en exilio regresaran a
Jerusalén. Un grupo de judíos regresó a su tierra con gran gozo, puso
a Dios en el primer lugar en sus vidas, lo adoraron, y comenzaron a
reconstruir el templo de Jerusalén, sin el apoyo de la gente local que
vivía en Palestina. Su valiente fe se encontró con oposición de la po-
blación local, así como del gobierno persa, durante aproximadamente
15 años.

2) Desarrollo de Hageo:
Hageo 1:1. El profeta le pone fecha a sus cuatro breves mensajes. Todos
fueron pronunciados en el año segundo de Darío, rey de Persia, o sea en el
año 520 a.C. El primer mensaje es dirigido a Zorobabel, el gobernador, y a
Josué, el sumo sacerdote.

a) El primer mensaje: una reprensión por la indiferencia religiosa, y una


amonestación a edificar el templo (Hageo 1:2-15):
Versículos 2-11. El profeta empieza su mensaje, censurando a la gente
por haber dilatado la edificación del templo. Hacía dieciséis años que el
grupo había regresado de Babilonia, y todavía no había templo. Ellos se
profetas menores

excusaban, diciendo que todavía no había llegado el tiempo de edificarlo


(versículo 2). Si ése fuera el caso, ¿era tiempo de ocuparse en sus propias
casas? ¿Deberían éstas tener más preferencia que el templo? (versículos
3-4). Luego el profeta les manda meditar sobre sus caminos y reconocer
que no estaban prosperando. ¿Cuál era la razón? Por cuanto el templo no
estaba siendo reedificado (versículo 6). Esta reprensión es seguida del en-
cargo de meditar sobre sus caminos. Tenían que ¡ocuparse! Subir al monte
y traer madera; edificar la casa, y Dios hallaría placer en ellos (versículos
7-8). No habían prosperado debido a no haber hecho aquello por lo cual ha-
bían regresado de Babilonia; a saber, edificar la casa de Dios. Las sequías
y las carencias de cosechas habían sido enviadas de parte de Jehová para
advertir y despertar (versículos 9-11).
Versículos 12-15. Este sermón logró su fin. Inmediatamente, dentro de
veintitrés días, la gente comenzó a construir el templo. Su espíritu fue des-
pertado dentro de sí. Notemos la palabra “resto” en los versículos 12, 14 y
2:2. El remanente volvió, cumpliendo así la promesa de los profetas ante-
riores.

b) El segundo mensaje: consolación para los desanimados (Hageo 2:1-9):


Versículos 1-5. Unas siete semanas después del primer mensaje, la pala-
bra de Dios vino al profeta. Esta vez el propósito era animar a los edifi- 71
cadores, porque estaban desanimados respecto a este edificio cuando era
comparado con el templo destruido por Nabucodonosor (versículos 1-3).
Ahora, pues, debían esforzarse y trabajar, porque Jehová estaría con ellos;
Él cumpliría la palabra que prometió cuando hizo el pacto con ellos en Sinaí
(versículos 4-5).
Versículos 6-9. Éste es el pasaje más difícil en la profecía. Primero, que se
recuerde que desde el punto de vista bíblico, había una sola casa: “la casa
de Jehová,” en Jerusalén, fuera la edificada por Salomón, la de Zoroba-
bel, o la reparada y renovada por Herodes. Pero había diferentes grados de
gloria. De allí a poco, Jehová iba a hacer temblar los cielos, la tierra y las
naciones (versículo 6). Este temblor comenzó poco después de la profecía,
cuando Darío fue derrotado por los griegos en Maratón (490 a.C.), lo cual
afectó al gran imperio persa. Recibió otro golpe cuando Jerjes fue derro-
tado por la misma gente al procurar invadir Grecia con más de un millón
de hombres (480- 479 a.C.). El sacudimiento de las naciones continuó, lo
cual preparó el camino para el establecimiento del reino de Dios, hasta que
por fin la economía judaica misma fue derribada (70 d.C.). El reino de Dios,
despreciado en el tiempo del profeta, sería establecido como un reino ina-
movible, y en el cual residiría la única gloria duradera. Parece que así usó
este pasaje el escritor del libro Hebreos (Hebreos 12:26-28).
instituto bíblico cita con la vida

Parecía que la gente estaba desanimada respecto a las finanzas para ter-
minar la obra, pero Dios la animó los corazones al asegurarle que todo
le pertenece a Él (versículo 8). Como Dios había fijado su residencia en el
tabernáculo (Éxodo 40:34), y en el templo (1 Reyes 8:10-11), así su gloria
postrera llenaría la casa y sobrepasaría la gloria pasada, trayendo así la
paz (versículo 9). Esto se ha cumplido en Cristo (Efesios 3:21).

c) El tercer mensaje: la terminación del templo una garantía de bendicio-


nes de la naturaleza (Hageo 2:1-9):
Versículos 10-14. El profeta procura inculcar a la gente el hecho de que su
sufrimiento y sus pérdidas han sido el resultado de su propia inmundicia.
Ellos dieron respuesta correcta a la primera pregunta: si la ropa que se usa
para llevar carne santificada toca algo, lo que es tocado no es por eso hecho
santo, aunque la ropa tocada de la carne santificada es santa (versículo 12;
ver Levítico 6:27). También se dio respuesta correcta a la segunda pregun-
ta: si algo inmundo toca algún objeto, ese objeto será considerado inmundo
(versículo 13; ver Números 19:21-22). La aplicación es la siguiente: Israel
representaba las dos cosas: uno que cargaba carne santificada; no obstan-
te, estaba inmundo porque había tocado lo inmundo (versículo 14).
Versículos 15-19. Su indiferencia había producido calamidad; el fervor res-
tauraría la prosperidad. El profeta les manda considerar su suerte desde
72 el tiempo de su regreso de Babilonia, para contemplar lo malo de su situa-
ción (versículos 15-17). Pero deben meditar en lo venidero: juntamente con
el fervor duradero para completar la construcción vendría la prosperidad
(versículos 18-19).

d) El cuarto mensaje: renovación de la promesa de salvación (Hageo 2:20-


23):
Una vez más promete Jehová hacer temblar los cielos y la tierra, trastornar
el trono de los reinos, y destruir su fuerza. Éstos serán disminuidos (ver-
sículos 20-22). Aunque por una parte habría sacudimiento y destrucción de
naciones, por otra parte Dios preservaría en Zorobabel la esperanza me-
siánica. Sería cumplida, juntamente con toda la gloria prometida (versículo
23).

3) Referencias proféticas:
Como con la mayoría de los libros de los profetas menores, Hageo termi-
na con promesas de restauración y bendiciones. En el último verso, Hageo
2:23, Dios utiliza un título distintivamente mesiánico en referencia a Zoro-
babel: “Siervo mío” (Comparar 2 Samuel 3:18; 1 Reyes 11:34; Isaías 42:1-9;
Ezequiel 37:24-25). A través de Hageo, Dios promete hacerlo como un anillo
de sellar, lo cual era un símbolo de honor, autoridad y poder, algo como un
cetro de rey, utilizado para sellar cartas y decretos. Zorobabel, como el
profetas menores

anillo de sellar de Dios, representa la casa de David y la reanudación de la


línea mesiánica interrumpida por el exilio. Zorobabel restableció el linaje
davídico de los reyes que culminará con el reinado milenial de Cristo. Zo-
robabel aparece en el linaje de Cristo tanto por parte de José (Mateo 1:12),
como por el lado de María (Lucas 3:27).

B. ZACARÍAS
1. Observaciones generales:
a) Autor: El profeta Zacarías (1:1). Al igual que Jeremías y Ezequiel, Zaca-
rías era también un sacerdote (Nehemías 12:12-16). De acuerdo con la tra-
dición, él era un miembro de la Gran Sinagoga, un concilio de ciento veinte
originado por Nehemías y presidido por Esdras. Este concilio más tarde se
desarrolló con los ancianos gobernantes de la nación, llamado el Sanedrín.
Él nació en Babilonia y se unió a su abuelo, Ido, en el grupo de exiliados que
regresaron por primera vez a Jerusalén bajo el liderazgo de Zorobabel y
Josué el sumo sacerdote (Nehemías 12:4). Debido a que ocasionalmente es
mencionado como el hijo de su abuelo (Esdras 5:1; 6:14; Nehemías 12:16),
se piensa que su padre, Berequías, murió a una edad temprana antes que
pudiera suceder a su padre en el sacerdocio.
b) Significado del nombre: “Recordado por Jehová”.
c) Fecha de escritura: Zacarías fue escrito probablemente en dos segmen- 73
tos principales entre los años 520 y 518 a.C. Las palabras de apertura de
Zacarías son fechadas desde el 520 a.C., el segundo año de Darío I (Zacarías
1:1). El emperador persa Ciro había muerto y fue sucedido por Cambises
(530-521 a.C.) quien conquistó Egipto. Él no tenía hijo, se suicidó, y Darío
emergió al trono al subyugar una revolución. Era un contemporáneo de Ha-
geo y comenzó a profetizar dos meses después de él. Es llamado un joven
en 2:4, sugiriendo que Zacarías era más joven que Hageo. El tiempo que
duró su ministerio es incierto; la última profecía fechada (Zacarías 7:1) vino
aproximadamente dos años después de la primera, haciéndolas idénticas
en tiempo con la profecía de Hageo (520-518 a.C.). Generalmente se piensa
que los capítulos 9-14 vinieron de un período que se llevó a cabo más tarde
en su ministerio, cuyas diferencias en estilo y referencias a Grecia indican
una fecha de 480-470 a.C., después de Darío I (521-486 a.C.) y durante el
reinado de Jerjes (486-464 a.C.), el rey que hizo de Ester reina de Persia.
De acuerdo a Mateo 23:35, él fue asesinado entre el templo y el altar, un
destino semejante a un Zacarías que vino antes (2 Crónicas 24:20, 21), quien
había sido apedreado hasta la muerte.
d) Destinatario: Judíos de Jerusalén que regresaron del cautiverio en Ba-
bilonia y el pueblo de Dios en todas partes.
e) Contexto histórico: Es el mismo al de su contemporáneo, Hageo. En el
538 a.C., Ciro el persa liberó a los cautivos de Israel para restablecer su
instituto bíblico cita con la vida

tierra (Esdras 1:1-4) y alrededor de 50 mil regresaron de Babilonia. Ellos


inmediatamente comenzaron a reedificar el templo (Esdras 3:1-4:5), pero
la oposición de sus vecinos, seguida por indiferencia desde dentro, hizo que
la obra fuera abandonada (Esdras 4:24). Dieciséis años más tarde (Esdras
5:1-2), Zacarías y Hageo fueron comisionados por el Señor para motivar al
pueblo a reconstruir el templo. Como resultado, el templo fue terminado
cuatro años más tarde 516 a.C. (Esdras 6:15).
f) Propósito: Dar esperanza al pueblo de Dios al revelar la divina liberación
futura a través del Mesías.
g) Versos clave:
Zacarías 1:3: “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a
mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová
de los ejércitos”.
Zacarías 7:13: “Y aconteció que así como él clamó, y no escucharon, tam-
bién ellos clamaron, y yo no escuché, dice Jehová de los ejércitos”.
Zacarías 9:9: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Je-
rusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando
sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna”.

74 Zacarías 13:9: “Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como


se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nom-
bre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios”.

Resumen
El Libro de Zacarías enseña que la salvación puede ser obtenida por
todos. El último capítulo describe a gente de todo el mundo viniendo
a adorar a Dios, quien desea que toda la gente lo siga. Ésta no es la
doctrina del universalismo, la cual sostiene que toda la gente será
salva porque es la naturaleza de Dios el salvar. Más bien, el libro en-
seña que Dios desea que toda la gente lo adore, y acepta a aquellos
que lo hacen, independientemente de sus expresiones nacionales o
políticas, como en la liberación de Judá y Jerusalén de sus enemigos
políticos. Finalmente, Zacarías predica que Dios es soberano sobre
este mundo, a pesar de cualquier apariencia. Sus visiones del futuro
indican que Dios ve todo lo que sucederá. Las descripciones de la in-
tervención de Dios en el mundo, enseñan que en última instancia, Él
traerá los acontecimientos humanos al fin que Él decida. Él no elimina
la libertad individual para seguir a Dios o rebelarse, pero mantiene a
las personas responsables por las decisiones que tomen. En el último
capítulo, aún las fuerzas de la naturaleza responden ante el control
de Dios.
profetas menores

2) Desarrollo de Zacarías:
a) Visiones del profeta (Zacarías 1-8):
Zacarías 1:1-6. La palabra de Jehová vino a Zacarías como dos meses des-
pués de haber comenzado Hageo su obra (versículo 1). Zacarías comienza
con un llamamiento al pueblo a volver a Jehová con sinceridad, porque Él se
había enojado en gran manera con sus padres (versículos 2-3); por lo tanto,
les insta a que ellos no cometan los mismos errores de sus padres. Jehová
había llamado a sus padres, pero ellos no le habían escuchado (versículo
4). Ahora, ¿dónde están ellos? Ya hace tiempo que murieron, como también
murieron los profetas por los cuales había clamado Jehová a ellos. Pero la
palabra de Jehová se cumplió; ella permaneció y los padres habían tenido
que admitir que siempre les sobrevino lo que según Dios se había prometi-
do (versículos 5-6). El llamamiento a ellos es que vuelvan a Jehová y que no
sigan las pisadas de sus padres.
El llamamiento al arrepentimiento es seguido de una descripción de ocho
visiones vistas en una sola noche:
1) La visión de los caballos (Zacarías 1:7-17):
La primera visión es de un hombre que iba montado en un caballo rojo,
y detrás de él otros jinetes en caballos rojos, overos (“marrones”, según
NTV) y blancos. Sin duda estos colores tienen su significado. Algunos
piensan que el color rojo significa la guerra y la matanza, el blanco la vic- 75
toria, y el overo la pestilencia y el hambre. Pero esto es incierto. Aparte de
los jinetes había un ángel que servía de portavoz al profeta.
Los jinetes se presentan como mensajeros de Jehová, enviados a reco-
rrer la tierra. Parece que representan guerreros en servicio militar, que
son ministros angélicos de Dios, enviados para llevar a cabo su propó-
sito. Reportan que toda la tierra está reposada y quieta. Esto causaría
desánimo a los judíos, porque Hageo había prometido que pronto serían
sacudidos el cielo y la tierra; y no había señal del cumplimiento de la pro-
mesa (versículos 7-11). Aparentemente están presentes dos ángeles, el
de Jehová, y el que interpreta (versículos 12-13). Algunos dudan de esto.
El ángel de Jehová pregunta a Jehová, ¿hasta cuándo no tendrás piedad
de Jerusalén? (versículo 12). Jehová responde con palabras consoladoras
(versículo 13), diciendo que está celoso por Sión y por Jerusalén, que está
sumamente indignado contra las naciones, que ha vuelto a Jerusalén, y
que su casa será edificada. También las ciudades serán edificadas y re-
bosarán de prosperidad (versículos 14-17). Así es que el plan de Dios es
extenso en tiempo y no algo de cumplimiento inmediato. Tampoco han de
desanimarse porque no se había cumplido la profecía de Hageo dentro de
pocas semanas o meses, porque Dios dice: “Yo me he vuelto a Jerusalén
con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejér-
citos (…)” (versículo 16).
instituto bíblico cita con la vida

2) La visión de los cuernos y los carpinteros (Zacarías 1:18-21):


La próxima visión muestra cómo Dios va a cumplir su obra entre las nacio-
nes. El ángel explica que los cuatro cuernos son los poderes que habían
dispersado a Israel, a Judá y a Jerusalén. El número cuatro probablemen-
te significa número completo, porque parece representar el número del
mundo, y significa el total del poder mundial (versículos 18-19).
Luego el profeta vio cuatro carpinteros y éstos representan las fuerzas
que destruirán los cuatro cuernos que han dispersado al pueblo de Dios
(versículos 20-21). Así es que toda nación hostil ha de ser echada abajo;
cada una halla su igual en Dios. Los opresores del pueblo de Dios serán
destruidos; es más, se destruirán a sí mismos.

3) La visión del hombre con un cordel de medir (Zacarías 2):


La tercera visión es de un hombre con un cordel (“cinta”, según NTV) de
medir, enviado a medir a Jerusalén, y a declarar que sería habitada sin
muros, porque Jehová sería un muro de protección para sus habitantes.
Ésta no es la Jerusalén física, sino la espiritual (versículos 1-5). Esto es
seguido del llamamiento a huir de la tierra del norte (Asiria, símbolo de
mundo), y de en medio del pueblo de Babilonia, y a volver a Sion. Una vez
más se repite la promesa de que Dios sacudirá las naciones. Por eso, can-
76 ta y alégrate, hija de Sion, porque Jehová estará en medio de su pueblo;
muchas naciones se unirán a Él. Por lo tanto, todos deben guardar silen-
cio, porque Jehová está para actuar (versículos 6-13).

4) La visión del sumo sacerdote Josué (Zacarías 3):


La cuarta visión pertenecía a Josué‚ el sumo sacerdote, y a su juicio y su
absolución. Josué estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba
a su mano derecha para acusarle. Jehová reprendió a Satanás, vindicó
a Josué, aunque vestido de ropas sucias, y luego dio orden de cambiarle
de vestiduras, diciendo que había causado que la iniquidad pasara de él.
Ahora está delante de Jehová, justificado (versículos 1-5). Uno no debe ol-
vidarse de que Josué representaba a toda la nación, porque ella había de
ser a Jehová un reino de sacerdotes (Éxodo 19:6). Como una nación sacer-
dotal, había sido incapaz para el servicio, pero ahora es limpiada y hecha
capaz por la gracia de Dios. Se le ordena a Josué‚ andar en los caminos de
Dios y guardar su ordenanza; de esta manera le será dado acceso a Dios a
morar entre el pueblo (versículos 6-7).

Lo que Dios ha hecho es una señal de que la iniquidad será quitada y


de que se les invitará a los hombres a hallar la paz (versículos 8-10).
profetas menores

5) La visión de los candeleros de oro y la rama de olivo (Zacarías 4):


En seguida el profeta ve el candelabro y los dos olivos (versículos 1-3), los
cuales extraen de él dos preguntas y del ángel las respuestas:
La primera pregunta fue: “¿Qué es esto, Señor mío?” (Versículo 4). La
respuesta es que Jehová cumplirá su propósito por medio de su Espíri-
tu y no por medio de ejército o fuerza. Cualquier “monte” de obstáculo,
fuera reino mundial u otro impedimento, sería removido, y la piedra de
remate (versículo 7) sería sacada con aclamaciones de ¡Gracia, gracia!
(versículos 6-7). Esto parece apuntar a la terminación de la obra de Dios
en la construcción del templo de gracia bajo el Renuevo. Y no solamen-
te esto, sino también sería terminado el templo cuyo fundamento había
sido puesto por Zorobabel, y esto también sería por el poder de Jehová
(versículos 8-10). Así es que las dos promesas serían cumplidas por el
poder de Jehová: el templo de mayor gloria erigido a su tiempo, y la ter-
minación de ése ahora bajo construcción por Zorobabel.
La segunda pregunta fue: “¿Qué significan estos dos olivos?” (Versículos
11-12). La respuesta del ángel es: “Estos son los dos ungidos que están
delante del Señor de toda la tierra” (versículo 14). El significado literal
de “ungidos” es “hijos de aceite”. Los únicos ungidos bajo el Antiguo Pac-
to eran los sacerdotes y los reyes. Aquí Josué‚ y Zorobabel, representan
77
a ambos ante el Señor; es decir, a los oficios sacerdotal y civil. Estos
dos oficios se combinaron en el “Renuevo” (Zacarías 6:9-15), los cuales
Jesús ahora ocupa como sacerdote según el orden de Melquisedec (He-
breos 7:1-3). La visión indica primero que Dios con su propio poder lleva-
ría a cabo su propósito de establecer su templo espiritual, y que también
sería terminado el templo comenzado por Zorobabel. En segundo lugar
indica que la luz del templo espiritual sería proporcionada desde arriba,
y que para esto habría siempre una abundancia de aceite. La provisión
de aceite siempre vendría por Él, que sería ungido de Jehová para ser
Sacerdote y Rey.

6) La visión del rollo volante (Zacarías 5:1-4):


El rollo tenía las mismas medidas que el Lugar Santo del tabernáculo, lo
que probablemente fuera significativo (versículos 1-2). La maldición fue
pronunciada contra los pecados de hurtar y de jurar falsamente. Serían
cortados los dos tipos de pecadores y la maldición permanecería en sus
casas (versículos 3-4). Los pecadores y sus casas serían consumidos.

7) La visión de la mujer en el efa (Zacarías 5:5-11):


El ángel dirigió la atención del profeta a una canasta suficientemente
grande para cargar una mujer. Un efa (“canasta”, según NTV) puede con-
instituto bíblico cita con la vida

tener como 36 litros, pero aquí probablemente significa solamente una


canasta grande. Al acercarse la canasta, la tapa de plomo es quitada, y le
sorprende al profeta ver allí sentada a una mujer llamada Maldad. Ella es
echada de nuevo al efa; es tapado, y dos ángeles lo cargan a la tierra de
Sinar, que es su lugar apropiado para permanecer, lejos de la presencia
de Dios y de su pueblo.
El rollo volante pronuncia una maldición sobre el pecado, y el efa volante
indica la remoción del pecado lejos de la tierra de Dios a la suya propia,
que es el mundo.

8) La visión de los cuatro carros (Zacarías 6:1-8):


En la octava visión y última, el profeta ve dos montes fuertes de bronce,
de entre los cuales salían cuatro carros llevados de yuntas de caballos ro-
jos, negros, blancos, y “pintos” (de muchos colores en forma de manchas)
(versículos 1-3). Los montes probablemente no representen montes par-
ticulares, sino sencillamente montes de la visión. El profeta pregunta al
ángel tocante al significado de la visión, y el ángel responde diciendo que
son los cuatro vientos; es decir, los vientos de juicio y de destrucción de
Dios (versículos 4-5; comprar con Jeremías 49:36; 51:1). Éstos salen hacia
el norte (Asiria-Babilonia, regidas en aquel tiempo por los persas) para
78 hacer reposar el espíritu de Dios hacia las naciones paganas (versículos
6-8).
Según los estudiosos, la visión no representa la destrucción del poder
mundial, el cual tiene enemistad hacia Dios, sino sencillamente el juicio
por el cual Dios purifica al mundo pecaminoso, extermina todo lo que es
impío, y lo renueva por su Espíritu.
Zacarías 6:9-15. Las visiones son seguidas de la coronación simbólica de
Josué‚ el sumo sacerdote. Los que habían venido del cautiverio proporcio-
naron la plata y el oro para la corona que se usaría. La corona probable-
mente es una de dos filas, una de plata y la otra de oro. La corona doble
es puesta en la cabeza de Josué‚ (versículos 9-11). La coronación es muy
significativa; significa la coronación del hombre cuyo nombre es Renuevo
(“El Vástago”), y quien edificaría el templo de Jehová, se sentaría y regiría
como rey, y serviría como sacerdote sobre su trono. Habría consejo de paz
entre los dos oficios, de rey y de sumo sacerdote, los cuales él ocuparía
(versículos 12-13). Esto es simbólico del Mesías, quien une en sí mismo el
oficio de rey y el de sacerdote, quien edificó el templo (iglesia) de Jehová, y
quien lleva la gloria y proclama la paz. La corona había de ser guardada en
el templo como recuerdo de los hombres que habían venido de Babilonia,
trayendo el oro y la plata, y sin duda recuerdo de quienes vendrían de lejos
para edificar el templo de Dios (versículos 14-15).
profetas menores

La participación de los judíos en el reino mesiánico sería condicional:


Ellos debían obedecer y oír la voz de Dios (versículo 15).

b) La cuestión del ayuno y la respuesta de Jehová (Zacarías 7-8):


Zacarías 7:1-7. Vinieron hombres de Bet-el a preguntar sobre el del quinto
mes, el cual había sido guardado desde la destrucción de Jerusalén (versí-
culos 1-3); ver 2 Reyes 25:8 y Jeremías 52:12). La respuesta de Jehová vino
en forma de pregunta: “Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto mes (el
mes de la destrucción de Jerusalén) y en el séptimo mes (el mes en que
fue muerto Gedalías, Jeremías 41:3), ¿era para Jehová? ¿Lo había autori-
zado él? ¿No debían oír las palabras de los profetas? Si hubieran prestado
atención a ellos, no habría habido ocasión para ayunar, porque entonces
Jerusalén no habría sido destruida” (versículo 7).
Zacarías 7:8-14. La respuesta de Dios a su pregunta es que Él quiere la
justicia antes que el ayuno (versículos 8-10). La gente había rehusado oír a
Jehová; había puesto se corazón duro como diamante, y por eso había ve-
nido la ira de Dios y la destrucción correspondiente que ocasionó el ayuno.
Ellos habían rehusado escuchar a Jehová, y por lo tanto Él había rehusado
escucharlos a ellos, y por consiguiente vino la dispersión (versículos 11-14).
Zacarías 8:1-8. La primera parte de la respuesta de Dios ya se ha dado; 79
ahora se da la segunda parte. El tiempo de su redención se acerca; Jehová
ha regresado a Sion y está celoso por Sion con grandes celos (versículos
1-3). Los ancianos caminarán por las calles de Jerusalén apoyados en sus
bastones y los niños jugarán en las calles sin ser molestados (versículos
4-5). Dios traerá su pueblo del oriente y del occidente y morará en Jerusa-
lén. Él será su Dios en verdad y en justicia (versículos 6-8).
Zacarías 8:9-17. Lo anterior es seguido de un mensaje de ánimo. Deben es-
forzarse las manos y oír “en estos días estas palabras” de los profetas que
hablan (versículo 9), y no ser como sus padres que no escuchaban las pala-
bras de los profetas primeros, de lo cual resultó la destrucción del templo y
de la ciudad (Zacarías 7:7). Si prestan atención, entonces Dios les bendecirá
más allá de las bendiciones de los que volvieron primero de Babilonia pero
no reedificaron el templo (ver Hageo 1:2-7, contrapuesto con Oseas 2:21).
Ellos serán bendecidos y serán una bendición (versículos 10-13). Pero estas
bendiciones son condicionales. Como Dios había pensado hacer mal a los
padres, y no se arrepintió; así ahora piensa hacer bien. Por eso, no deben
temer (versículos 14-15). Pero, he aquí las condiciones, o las demandas de
Dios (versículos 16-17).
Zacarías 8:18-23. Jehová enumera ahora los cuatro ayunos que ellos ha-
bían estado guardando; todos éstos eran recuerdos de juicio o calamidades
instituto bíblico cita con la vida

que habían venido sobre ellos debido a sus pecados. Ahora éstos se con-
vertirán en gozo y alegría; pero hay condiciones (versículos 18-19). Gente de
todas las naciones buscará a Jehová. “Diez hombres” indica probablemente
un número indefinido pero a la vez completo. La frase “tomarán del manto
a un judío” probablemente no se refiere a Cristo sino a la religión que pro-
cederá de los judíos y será esparcida por ellos (versículos 20-23). Así que
la respuesta de Dios con respecto a los ayunos es que sus ayunos resulta-
ron de sus pecados. Dios no había ordenado esos ayunos, y por eso no los
quería. Quería la justicia. Sus ayunos serían convertidos en gozo y alegría,
porque tal es el resultado de servir a Dios en justicia.

c) Poderes mundiales y el reino de Dios (Zacarías 9-14):


Una nueva sección del libro comienza con el capítulo 9. Aunque estos capí-
tulos presentan los problemas más difíciles del libro, es claro que el tema
general es el desarrollo futuro del reino de Dios y el reino de este mundo.
Zacarías 9. La caída del mundo pagano es predeterminada como juicio de
Dios. La tierra de Hadrac, que se cree representar al poder mundial y ser
la sección de Siria al norte de Hamat; Fenicia y sus fortalezas; y Filistea, to-
das serán juzgadas, y de ellas vendrá un remanente para Jehová (versículo
1-7). Pero Jehová será el protector de su pueblo (versículo 8); por lo tanto,
80 que se regocijen, porque viene el Rey, trayendo salvación y hablando paz,
cuyo dominio no será limitado a Judá, sino que será extendido desde el río
(Éufrates) hasta los fines de la tierra (versículos 9-10); ver Mateo 21:4-5.
Entonces sigue la redención de Israel, y la victoria de los hijos de Sion so-
bre todos sus enemigos, brillando en su exaltación como piedras de corona
(versículos 11-17).
Zacarías 10. Este capítulo es continuación del pensamiento del capítulo 9:
gozo y bendiciones sobre los redimidos, pero enojo y juicio contra los inicuos
(versículos 1-3). De Judá salen la piedra angular y valientes que pisotean a
sus enemigos (versículos 4-6). Efraín será incluida con Judá (versículo 7).
Dios llamará a su pueblo, recogiéndolo a una tierra justamente suya. Pasa-
rán ellos por el mar de aflicción, pero caminarán en el nombre de Jehová
(versículos 8-12). Todas estas cosas giran alrededor del que vendría como
rey (Zacarías 9:9-10).
Zacarías 11. Se oye la lamentación de la tierra humillada, porque están caí-
dos sus grandes y está destruida su gloria (versículos 1-3). Luego sigue
un acto simbólico en el cual el profeta actúa como pastor del pueblo, al
apacentarlo. Tres pastores fueron destruidos en un mes. No se sabe si és-
tos eran reyes, sacerdotes y profetas de Israel, o profetas menores bajo el
profeta quienes fallaron porque no cumplieron con sus deberes, o simple-
mente paganos de la nación del pacto. El profeta procuró pastorearlos por
profetas menores

medio de “Gracia” y “Ataduras”; así los ataría a Dios por medio de su gracia.
Pero rehusaron prestar atención. Pidió su salario, y le pagaron treinta pie-
zas de plata, que era el precio de un siervo herido, precio de desdén. Esto
lo echó al tesoro (al “alfarero”, expresión proverbial que probablemente
significa “echar a un lado”). Entonces se quebró la hermandad entre Judá
e Israel (versículos 4-14). El carácter mesiánico del pasaje es claro, pues
el acto fue una profecía simbólica del Mesías y del precio puesto sobre él
(Mateo 27:3-10). Habiendo rechazado al pastor verdadero, la casa de Israel
fue entregada al pastor insensato e inútil (versículos 15-17). Hasta la fecha
se ha quedado así.
Zacarías 12. Aquí comienza un mensaje nuevo. Se presenta el futuro del
pueblo de Dios, y el juicio por el que es zarandeado y refinado (Zacarías
12-14). En este capítulo es revelado el conflicto entre la Jerusalén espiri-
tual y las naciones, en el cual son destruidas las naciones que trataron de
destruir a la Sion espiritual (versículos 1-4). La fuerza de victoria queda en
Jehová, quien defiende a Jerusalén y exalta a Judá (versículos 5-9). Se de-
muestran que esto es profético de la era mesiánica por los versículos que
siguen, porque los suplicantes miran a él a quien traspasaron (versículo 10,
citado por cumplirse en Jesús, Juan 19:37), lo cual conduce a lamentación
penitencial (versículos 11-14).
Zacarías 13. En aquel tiempo (de ser traspasado Dios) es abierto un ma-
81
nantial para el pecado y para la inmundicia (versículo 1), lo cual no es otra
cosa que la fuente de gracia abierta en Cristo. Cesaría el profetizar, porque
todo habrá sido proporcionado y revelado; los que después de eso profeti-
cen, serán rechazados, porque son falsos (versículos 2-6). El versículo 7 es
citado por Jesús y aplicado a sí mismo (Mateo 26:31). Luego sigue la sepa-
ración, la purificación y la refinación (versículos 8-9).
Zacarías 14. Éste es el capítulo más difícil de esta sección. Algunos creen
que el profeta ahora describe la destrucción de Jerusalén por los romanos,
el gobierno de Jehová sobre su pueblo, y la santidad de las cosas dedicadas
a Él. Otros creen que el capítulo trata del juicio de Jehová contra sus enemi-
gos, y que enseña que Jehová siempre viene a ayudar a su pueblo, abriendo
un valle por el cual pueda escapar, juntamente con todas las cosas santas
que pertenecen a Él. Cualquiera sea su interpretación, debemos estar se-
guros de que Jehová rige, que los enemigos son destruidos, y que todo lo
que a Él pertenece es santo.

3) Referencias proféticas:
Como pudimos notar, las profecías acerca de Jesucristo y la era mesiánica
abundan en Zacarías. Desde la promesa de que el Mesías vendría y habita-
ría entre nosotros (Zacarías 2:10-12; Mateo 1:23) hasta el simbolismo del
Renuevo y la Piedra (Zacarías 3:8-9, 6:12-13; Isaías 11:1; Lucas 20:17-18), y
instituto bíblico cita con la vida

la promesa de su segunda venida, donde aquellos que lo traspasaron lo mi-


rarán y llorarán (Zacarías 12:10; Juan 19:33-37). Cristo es el tema del Libro
de Zacarías. Jesús es el Salvador de Israel, una fuente cuya sangre cubre
los pecados de todos los que vengan a Él para salvación (Zacarías 13:1; 1
Juan 1:7).

C. MALAQUÍAS
1. Observaciones generales:
a) Autor: El profeta Malaquías (1:1). Algunos han sugerido que le libro fue
escrito de manera anónima, notando que el nombre, que quiere decir “mi
mensajero” o “el mensajero de Jehová”, podría ser un título en lugar de un
nombre propio. Se señala que el nombre no aparece en ningún otro lugar en
el AT, ni se provee material de contexto alguno del autor. No obstante, debi-
do a que todos los demás libros proféticos históricamente han identificado a
su autor en el encabezamiento de introducción, esto sugiere que Malaquías
fue el nombre del último profeta del AT que escribió en Israel. La tradición
judía lo identifica como un miembro de la Gran Sinagoga que recolectó y
preservó las Escrituras.
b) Significado del nombre: “Mi mensajero”.
c) Fecha de escritura: Malaquías fue escrito aproximadamente en el 440
82 a.C. Mirando únicamente la evidencia interna, la fecha de la profecía apunta
a la última parte del siglo quinto a.C., con mucha probabilidad durante el
regreso de Nehemías a Persia 433-424 a.C. (Nehemías 5:14; 13:6). Los sa-
crificios estaban siendo ofrecidos en el segundo templo (Malaquías 1:7-10;
3:8), el cual fue terminado en el 516 a.C. (Esdras 6:13-15). Muchos años ha-
bían pasado desde entonces conforme los sacerdotes se habían vuelto más
y más corruptos y estaban satisfechos con su estado espiritual (Malaquías
1:6-2:9). La referencia de Malaquías a “príncipe” (Malaquías 1:8) habla del
tiempo del dominio persa en Judá cuando Nehemías estaba visitando Per-
sia de nuevo (Nehemías 13:6), mientras que su énfasis fue en la Ley (Mala-
quías 4:4) coincide con un enfoque similar por parte de Esdras y Nehemías
(Esdras 7:14, 25, 26; Nehemías 8:18). También compartieron otras preo-
cupaciones, tales como matrimonios con mujeres extranjeras (Malaquías
2:11-15; Esdras 9-10; Nehemías 13:23-27), retener los diezmos (Malaquías
3:8-10; Nehemías 13:10-14) e injusticia social (Malaquías 3:5; Nehemías 5:1-
13). Nehemías llegó a Jerusalén en el 445 a.C. para reconstruir el muro y
regresó a Persia en el 433 a.C. Más tarde regresó a Israel (424 a.C.) para
lidiar con los pecados que Malaquías describió (Nehemías 13:6). Entonces
es probable que Malaquías fue escrito durante el período de la ausencia de
Nehemías, casi un siglo después de que Hageo y Zacarías comenzaron a
profetizar.
d) Destinatario: Los judíos en Jerusalén y el pueblo de Dios en todas partes.
profetas menores

e) Contexto histórico: Sólo 50 mil exiliados habían regresado a Judá de


Babilonia (538-536 a.C.). El templo había sido reconstruido bajo el liderazgo
de Zorobabel (516 a.C.) y el sistema de sacrificios renovado. Esdras había
regresado en el 458 a.C., seguido por Nehemías en el 445 a.C. Después de
un siglo del regreso a Palestina, los rituales y la vida religiosa llevó a los
judíos a tener un corazón duro hacia Dios y su Ley. Malaquías reprendió
estos abusos, condenando fuertemente al pueblo y llamándolos al arre-
pentimiento.
f) Propósito: Enfrentar al pueblo con su pecado y restaurar su relación con
Dios.
El Libro de Malaquías es un oráculo: “(...) la palabra de Jehová contra Is-
rael, por medio de Malaquías” (1:1). Ésta era una advertencia de Dios a tra-
vés de Malaquías, para decirle a la gente que regresara a Dios. Mientras
el último libro del Antiguo Testamento se cierra, el pronunciamiento de la
justicia y la promesa de Dios de su restauración a través de la venida del
Mesías, resuena en los oídos de los israelitas. Sobrevienen 400 años de
silencio, terminando con un mensaje similar del siguiente profeta de Dios,
Juan el Bautista, proclamando: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos
se ha acercado” (Mateo 3:2).
g) Versos claves:
Malaquías 1:6 “El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy 83
yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice
Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi
nombre”.
Malaquías 3:6-7: “Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob,
no habéis sido consumidos. Desde los días de vuestros padres os habéis
apartado de mis leyes, y no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a
vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos”.
Resumen
Malaquías dio a conocer las palabras del Señor al pueblo elegido
quien se había extraviado, especialmente a los sacerdotes quienes se
habían alejado del Señor. Los sacerdotes no estaban tratando con res-
peto los sacrificios que debían hacer a Dios. Los animales defectuosos
eran sacrificados, aun cuando la Ley demandaba que debían ser ani-
males sin defecto (Deuteronomio 15:21). Los hombres de Judá eran
desleales con las esposas de su juventud, y se preguntaban por qué
Dios no aceptaba sus sacrificios. Tampoco la gente estaba diezmando
como debía hacerlo (Levíticos 27:30, 32). Pero a pesar del pecado de la
gente y su alejamiento de Dios, Malaquías reitera el amor de Dios por
su pueblo (Malaquías 1:1-5) y sus promesas de un Mensajero venidero
(Malaquías 2:17-3:5).
instituto bíblico cita con la vida

2) Desarrollo de Malaquías:
Malaquías 1:1-5. Esta corta sección sirve de introducción para todo el libro.
El libro es probablemente un sumario de los mensajes del profeta al pueblo
de su día. Dios declara su amor por Jacob, su escogido; pero ¿qué ha recibi-
do de él? Solamente ingratitud, como se ve expresada en su pregunta a él,
y en su respuesta que dice que amó a Jacob y aborreció a Esaú (versículos
2-3). Esto se había demostrado desde el principio, pero la referencia ahora
es a las naciones que habían salido de los dos. Edom, símbolo de lo profano,
sería arruinado para siempre, lo cual finalmente vería Jacob (versículos
4-5).

a) La condenación de la infidelidad de los sacerdotes (Malaquías 1:6-2:9):


Malaquías 1:6-14. A pesar del honor debido al padre y del temor debido al
amo, siendo Dios ambas cosas, los sacerdotes menospreciaban su nombre
por medio del desdén que le mostraban al ofrecerle sacrificios inmundos.
Mientras que Jehová había demandado que se le ofreciera lo mejor, ellos
ofrecían lo ciego, lo cojo y lo enfermo, lo cual no se atreverían a ofrecer
a sus príncipes, que eran nada más hombres (versículos 6-8). El profeta
desafía al pueblo a invocar a Dios, pero luego insinúa que Dios no les iba a
escuchar; porque si su príncipe no se agradaría con sus presentes, ¿cómo
podrían ellos esperar que Dios se agradara con ellos? (versículo 9). Mejor
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sería cerrar las puertas que conducen al altar, que encender fuego en vano
(versículo 10). Luego el profeta mira proféticamente al tiempo cuando de
entre los gentiles se le ofrecería una ofrenda pura, el cual tiempo comen-
zó con el evangelio de Cristo (versículo 11). Pero los judíos de aquel tiem-
po profanaban el culto, lo miraban con fastidio, y como cosa despreciable.
¿Aceptaría Dios su culto? Al contrario, pronunció una maldición sobre el
que así insultara al que es el gran Dios (versículos 12-14).
Malaquías 2:1-9. El Señor pronunció una maldición sobre los sacerdotes si
no escuchaban esta advertencia. Él les reprendería con echarles al rostro
el estiércol mismo de sus sacrificios, y arrojarlos. Su única esperanza era
la reforma inmediata (versículos 1-4). Luego se discute la naturaleza ver-
dadera del pacto hecho con Leví: era una de vida y de paz. Los sacerdotes
habían de enseñar la verdad, de guardar la sabiduría, y de andar rectamen-
te con el Señor (versículos 5-7). Pero se habían apartado de la ley y habían
hecho tropezar a muchos. No habían guardado la ley y habían hecho acep-
ción de personas en asuntos legales (versículos 8-9).

b) La condenación del matrimonio mixto y del divorcio (Malaquías 2:10-


16):
Versículos 10-12. Esta sección trata del pecado de casarse con mujeres
extranjeras, cosa ahora practicada entre el pueblo. Tienen ellos un Padre,
profetas menores

Dios; no obstante, se portaban deslealmente el uno contra el otro (versículo


10). Profanaban el nombre de Jehová al casarse con mujeres extranjeras,
la misma cosa que condujo a Judá a la idolatría antes del cautiverio (versí-
culo 11; ver Nehemías 13:26). Jehová cortaría a uno y a todos los que hicie-
ran tal cosa: “al que vela y al que responde”. Esta frase es probablemente
una expresión proverbial que significa todo hombre (versículo 12).
Versículos 13-16. El profeta ahora condena otro pecado moral entre ellos;
a saber, el divorciarse de sus esposas hebreas para casarse con extranje-
ras. El cubrir el altar de lágrimas (versículo 13) probablemente se refiere
a la pena de las mujeres con su corazón destrozado. Los sacrificios esta-
ban cubiertos de lágrimas de mujeres maltratadas. No obstante, persistían
en preguntar: ¿Por qué? Dios ahora atestiguaría contra ellos, porque ellas
eran las esposas de su pacto. Esto presenta al matrimonio como una rela-
ción de pacto en la cual entran los dos (versículo 14). El próximo versículo
es difícil, pero la lectura variante probablemente da el sentido verdadero:
“Y ni uno así lo ha hecho (como arriba está descrito) que tenga remanente
del espíritu. O ¿qué? ¿Hay quien busque descendencia para Dios?” (versí-
culo 15). Luego Dios declara su aborrecimiento hacia el repudio, así es que
todos se guarden para no ser desleales (versículo 16).
c) El día del Señor: la condenación de la indiferencia y el escepticismo
religioso (Malaquías 2:17-4:6): 85
Malaquías 2:17-3:6. La gente estaba mostrando un espíritu de inquietud y
de descontento; afirmaban que Dios no hacía distinción entre los que hacían
bien y los que hacían mal. Si no, ¿por qué tardaba tanto en venir a juzgar?
(Malaquías 2:17). A esto responde el Señor diciendo que antes de venir pri-
mero tiene que venir su mensajero para preparar el camino de su venida, y
que luego vendrá súbitamente (Malaquías 3:1). Pero cuando viniera, no sería
en juicio contra los paganos, como esperaba la gente, sino contra el pueblo
malo del pacto, para refinarlo y purificarlo. Este sacerdocio purificado en-
tonces traerá ofrenda en justicia, la cual será acepta a Él (versículos 2-4). El
juicio será contra todo pecador, porque Jehová no cambia (versículos 5-6).
Malaquías 3:7-12. Dios declara ahora la razón por qué no ha podido ben-
decirlos ni cumplir las promesas que les había hecho: como hicieron sus
padres, así también ellos se habían apartado de sus leyes. Que se vuelvan,
y Él cumplirá las promesas (versículo 7). Pero, ¿en qué habían de volverse?
Ellos habían robado a Dios en eso de los diezmos y las ofrendas demanda-
dos por la ley. Ahora, si cumplieran tanto con la ley de los diezmos, como
con las leyes morales, Dios les bendeciría con bendiciones más allá de lo
que pensaran recibir (versículos 8-12).
Malaquías 3:13-4:3. Además el Señor les enseña que habían sido rebeldes
contra Él al afirmar que estaba de más servir a Jehová, y que no les aprove-
instituto bíblico cita con la vida

chaba nada andar afligidos (en ayunos) delante de Él. También eran rebel-
des al confundir la norma al acusar a Dios de no distinguir entre el bien y el
mal, ni entre el justo y el malo (versículos 13-15). La predicación del profeta
logró algo bueno, aunque no fue un éxito completo. Los que temían a Jehová
prestaron atención, cuyos nombres fueron escritos en el libro de memoria
de Dios. Éstos serían su propia posesión en el día del juicio. En ese tiempo
ellos podrían ver la diferencia entre al justo y el malo, y entre servir a Dios y
no servirle (versículos 16-18). Porque el día vendría, el que haría Jehová, en
el cual los soberbios y los malos serían abrasados como estopa (Malaquías
4:1). Pero para quienes teman a su nombre, se levantará “el Sol de justicia”.
Puede ser que esto no se refiera a Cristo como el Sol de justicia, sino a la
justicia que como sol les imparte sus rayos cálidos. Los justos hollarán a
los malos; es decir, serán victoriosos sobre ellos (Malaquías 4:2-3).
Malaquías 4:4-6. El profeta termina, y así termina el libro de los profetas,
con una exhortación a acordarse de la Ley y de guardar sus estatutos (v.4).
Porque antes de que viniera el día terrible del juicio de Jehová, vendría el
profeta Elías. Su misión sería hacer volver el corazón de los padres hacia
los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, y así preparar un pueblo
para el Señor. Esto halló su cumplimiento en Juan el Bautista, quien vino
en el espíritu y en el poder del gran profeta de antaño, para introducir al
Mesías y su obra.
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3) Referencias proféticas:
Malaquías 3:1-6 es una profecía concerniente a Juan el Bautista. Él era el
mensajero del Señor, enviado para preparar el camino para el Mesías, Jesu-
cristo (Mateo 11:10). Juan predicó el arrepentimiento y bautizó en el nombre
del Señor, preparando así el camino para la primera venida de Jesucristo.
Pero el Mensajero que “vendrá súbitamente a su templo” es Cristo mismo
en su segunda venida, cuando venga en gran gloria y poder (Mateo 24). En
aquel tiempo Él “limpiará a los hijos de Leví” (Malaquías 3:3), significando
que aquellos que defendían la Ley Mosaica, necesitaban ellos mismos ser
purificados del pecado a través de la sangre del Salvador. Sólo entonces
estarían en condición de ofrecer “una ofrenda de justicia” porque sería la
justicia de Cristo imputada a ellos a través de la fe (2 Corintios 5:21).
profetas menores

GUÍA DE ESTUDIO
UNIDAD 5

HAGEO
1. ¿Cuál es el propósito del libro?
2. Anotar cuatro personajes importantes que aparecen en Hageo.
3. ¿Por qué la gente no había construido el templo?
4. ¿Cuántos mensajes encontramos en el libro? ¿De qué habla cada uno?
5. ¿Qué representa Zorobabel?

ZACARÍAS
1. ¿Qué sabemos acerca de la vida del profeta?
2. ¿De qué profeta es contemporáneo Zacarías?
3. ¿Qué enseña el libro de Zacarías?
4. Seleccionar una de las visiones del profeta y explicar su significado.
5. Anotar las referencias proféticas que se encuentran.

MALAQUÍAS
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1. ¿Existen controversias con respecto a la autoría del libro? ¿Cuáles?
2. ¿Cuál es el propósito de Malaquías?
3. ¿Por qué Dios no podía bendecir a su pueblo?
4. ¿Qué mensaje de esperanza encontramos en el libro?
5. ¿Con qué promesa termina el AT? ¿Se cumplió?
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CUADRO COMPARATIVO

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BIBLIOGRAFÍA
• Biblia Diario Vivir. Editorial Caribe. 1997.
• Cotton, Willian. “Viaje a través del Antiguo Testamento”. Editorial Clie.
• Earle, Ralph. “Conozca a los profetas menores”. Casa nazarena de publi-
caciones. 1985.
• Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Editorial Clie.
• Material extraído de www.indubiblia.org
• Material extraído de www.gotquestions.org
• Reeves, Bill. “Un comentario sobre los profetas menores”. 1978.
• Santa Biblia. Revisión Casidoro de Reina, Cipriano de Valera 1960. SBU.
• Vine, W. Diccionario Expositivo VINE. Editorial Caribe. 1999.

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