Eticajudicial
Eticajudicial
Eticajudicial
Por su parte, el doctor Atienza2 expone, entre otras, estas razones que explican la
importancia de la Ética aplicada a las profesiones: a) el pragmatismo que impregna
nuestra cultura y forma de vida: importa que las cosas funcionen, que resuelvan
problemas; b) la complejidad creciente de las profesiones, que afecta no solamente a
cuestiones técnicas sino también éticas; c) la desorientación que la complejidad de la
sociedad contemporánea y el cambio acelerado generan; por ejemplo, ¿qué significa ser
un buen juez?.
a) La sindéresis:
1
Vigo, Rodolfo Luis, en el prólogo del “Código de Ética del Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe”.
2
Atienza, Manuel, Ética Judicial: ¿por qué no un código deontológico para jueces?, en “Jueces para la Democracia”, número 46, pág.
43, marzo de 2003.
3
Messner Johannes, Ética General y Aplicada, Ediciones Rialp, S.A., Madrid, México, Buenos Aires, Pamplona, 1969, pág. 14 y sigs.
La conciencia moral, en cuanto saber del bien y del mal, no permite al hombre conocer de
manera inmediata, una doctrina ética desarrollada en todos sus detalles. En cambio, sí le
permite conocer las verdades más generales e inmediatamente intuibles (como por
ejemplo, el principio normativo que suele sintetizarse en el axioma: “No hagas al otro, lo
que no quieras que te hagan a tí”. Al conjunto de estas verdades, se le denomina
sindéresis.
Una vez captadas las verdades morales elementales, la persona, al desarrollar su razón,
las podrá intuir en forma inmediata. Cuando esto ocurre, el hombre se percata que “su
verdad está asegurada por sí misma, independientemente de los castigos y demás
consecuencias”; sabrá entonces, “cuál es el sentido de los conceptos que subyacen a las
verdades éticas elementales.”4
Como este tipo de verdades se adquieren por medio de la experiencia externa, es decir, a
partir de determinadas vivencias, algunas de ellas sólo las podrán intuir quienes hayan
sido protagonistas de determinados acontecimientos con motivo de la actividad a la que
se dediquen. Así por ejemplo, un médico, un enfermo o un estudiante de medicina,
fácilmente podrían intuir algunas de las verdades fundamentales contenidas en el
juramento hipocrático.
b) El juicio de conciencia.
4
Ídem, pág. 15.
5
Hartmann, Ethik, pág. 27 de la segunda edición alemana. Citado por Eduardo García Maynez, Ética, pág. 19, décima sexta edición,
Porrúa, México, 1969.
2
Ahora bien, siendo el dictamen de conciencia un juicio de conclusión, está, lógicamente,
expuesto a error (tanto respecto al objeto como al modo de aplicación de los
conocimientos generales subyacentes). Como lo demuestra la experiencia, este error no
sólo puede darse en personas ignorantes, sino también en hombres ilustrados. De aquí la
importancia del conocimiento de los criterios deontológicos de las diversas profesiones y –
en el caso particular- de los que rigen a la profesión jurisdiccional.
Como bien lo apunta Rafael Gómez Pérez,6 si cualquier ocupación profesional reviste
siempre graves implicaciones deontológicas, en las profesiones jurídicas esto es cierto de
un modo especial. En el caso del juez (al igual que en el caso del médico) la cercanía
habitual con el drama o la tragedia, engendra “una cierta insensibilidad técnica”, la cual
facilita el ejercicio de la profesión; pero sucede que el juez también suele adquirir una
“insensibilidad moral”.
Sentado lo anterior, cabe preguntarse cuáles son las verdades más generales que los
juzgadores pueden conocer mediante la sindéresis. Evidentemente en los sistemas
jurídicos como los nuestros, la experiencia externa derivada del ejercicio de la función
jurisdiccional, permite a cualquier juzgador honesto aprender estas dos verdades
morales fundamentales:
Se trata de dos principios rectores que derivan de una de las instituciones fundamentales
de la sociedad, como es el sistema de impartición de justicia. Estas directrices –
empleando la terminología de Bergson–7 “forman parte de la metafísica natural del espíritu
de los juzgadores”, esto es, de la sindéresis.
Ahora bien, para cumplir con el primero de tales imperativos, el juzgador debe asumir una
actitud ética frente a tres distintos tipos de influencias extrañas al Derecho:
6
Gómez Pérez, Rafael, Deontología Jurídica, págs. 104 y 105, tercera edición, EUNSA, Pamplona,1991.
7
Citado por Johannes Messner, op. cit., pág. 16.
8
Joseph Aguiló en la conferencia publicada en la revista Isonomía, ITAM, número 6, abril 1997, pág. 71, explica que la independencia
judicial trata de controlar los móviles del juez, frente a las influencias extrañas al Derecho provenientes del sistema social; en tanto que la
imparcialidad trata de controlar los móviles del juez, frente a las influencias extrañas al Derecho, provenientes del proceso. A estos dos
tipos de controles, nosotros agregamos un tercer tipo, que es el control de los móviles del juez, frente a las influencias provenientes de él
mismo.
3
Estos tres deberes morales corresponden a sendos principios cardinales de la Ética
Judicial. El primero, corresponde al principio de la independencia judicial; el segundo, al
de la imparcialidad; y el tercero, al de la objetividad. Como antes lo explicamos, el
contenido de tales principios constituye un hecho de conciencia, esto es, una intuición que
se impone por sí misma a la razón humana: ¿qué juzgador auténtico puede negar que,
por regla general, en su actuación debe ser independiente, imparcial y objetivo?. Se trata -
empleando la terminología de Messner-9 “de una convicción humana universalmente
reconocida (en el ámbito jurisdiccional) expresada en el lenguaje usual”. Obviamente este
enfoque tiene sus matices. Después nos referiremos a ellos.
Si se revisa la extensa bibliografía sobre la Ética Judicial, así como los códigos de ética
hasta hoy elaborados, se llega a la conclusión de que, de los citados principios, los más
difundidos son la independencia judicial y la imparcialidad. El Estatuto del Juez
Iberoamericano reconoce en su artículo primero el principio general de independencia
como “garantía para los justiciables, los jueces son independientes en el ejercicio de sus
funciones jurisdiccionales y se encuentran tan sólo sometidos a la Constitución y a la ley,
con estricto respeto al principio de jerarquía normativa”; y en su artículo séptimo, recoge
el principio de la imparcialidad del juez como “condición indispensable para el ejercicio de
la función jurisdiccional.”
9
Messner Johannes, op. cit., pág. 13.
10
Ver Aguiló Joseph, revista citada, pág. 71.
4
Con relación a esta última definición, se plantea la cuestión relativa a la posición del juez
frente a un ley que él considere injusta. A este respecto, cabe apuntar que uno de los
principios fundamentales de la Deontología Jurídica, es el principio de justicia que radica
en someterse a las normas vigentes de una sociedad, pues de él deriva la seguridad
jurídica de sus destinatarios. Este principio adquiere preeminencia en las modernas
sociedades plurales. De otra forma, no sólo cada juez, sino cada persona, pretenderían
aplicar su visión de justicia, con preferencia a la contenida en las normas jurídicas. Por
esta razón, los juzgadores que no compartan éstas, no sólo están en aptitud, sino
moralmente tienen la obligación de luchar por su modificación; pero este deber ético
obviamente no lo pueden cumplir en la judicatura y, por ello, deben de separarse de ésta
para defender sus puntos de vista en la arena política. Esto es así, pues la labor
jurisdiccional no puede llevarse a cabo cuestionando el Derecho Positivo que el juzgador
tiene obligación de aplicar. Lo que sí puede admitirse, es que el juez se valga de los
sistemas de interpretación para lograr integrar, hasta donde sea posible, su conciencia de
justicia, con la disposición jurídica que en su concepto se oponga a ella.
Mediante un juicio de conciencia con base en los cuatro principios rectores de la Ética
Judicial (independencia, imparcialidad, la objetividad y profesionalismo), el juzgador
estará en aptitud de dar una calificación moral a las diversas conductas que se presenten
o puedan llegar a presentarse en el ejercicio de su función. Los tres primeros principios
(independencia judicial en sentido estricto, imparcialidad y objetividad) son las tres
manifestaciones de la independencia judicial en sentido lato.
Por lo que respecta al principio de imparcialidad versa sobre aquellas la actitud del
juzgador frente influencias ajenas al Derecho provenientes de las partes en los procesos
sometidos a su potestad, consiste en juzgar, con ausencia absoluta de designio
anticipado o de prevención a favor o en contra de alguno de los justiciables. El juzgador
5
podrá derivar su obligación en evitar conceder ventajas o privilegios ilegítimos a
cualquiera de las partes; en rechazar cualquier dádiva que provenga de las partes o de
terceros; en abstenerse de aceptar invitaciones cuando con ello se comprometa su
imparcialidad; en abstenerse de emitir cualquier opinión que implique prejuzgar sobre un
litigio, y en abstenerse de concertar citas con alguna de las partes, fuera de las oficinas
del órgano jurisdiccional en el que ejerza su función.
La enunciación anterior podría engrosarse con otros muchos deberes que son propios de
la función jurisdiccional; sin embargo, como lo apunta Atienza,11 el concepto de buen juez
(como el de buen profesor) no puede definirse satisfactoriamente en términos normativos,
a través de un catálogo de deberes y derechos. Un buen juez –dice el referido autor– no
es sólo quien aplica el derecho vigente sin incurrir en la comisión de delitos o faltas
administrativas, sino quien es capaz de ir más allá del cumplimiento de las normas.
Las personas, según la célebre frase de Eckhart,12 “no deben pensar tanto lo que han de
hacer, sino lo que deben ser”; el buen juez es el que aspira a la excelencia y ésta se
traduce en el deber del juzgador de perfeccionarse cada día, para adquirir las
denominadas virtudes judiciales. La madurez de un juzgador se manifiesta,
fundamentalmente, en cierta estabilidad de ánimo, en la capacidad de tomar decisiones
ponderadas jurídicamente correctas y en el modo recto de juzgar. Ahora bien, para
alcanzar tal madurez, el juzgador debe adquirir una serie de buenos hábitos operativos.
11
Atienza, Manuel, Cuestiones Judiciales, Distribuciones Fontamara, pág. 119 y sigs.
12
Citado por Josef Pieper, Las Virtudes Fundamentales”, Rialp, Madrid, 1998, pág. 11.
6
La palabra virtud significa, en sentido general, alguna cualidad buena del hombre y según
la etimología griega, areté, expresa la idea de excelencia, mérito o cualidad que hacen al
hombre digno de gloria.13 Por tanto, las virtudes judiciales, serán aquellas cualidades
adquiridas por los juzgadores, que les permitan –cualquiera que sea su ideología– realizar
sus funciones de la mejor manera posible.
Ciertamente, las virtudes en general, son buenos hábitos operativos, que cualquier
hombre puede adquirir mediante su esfuerzo personal. Por tanto, las llamadas virtudes
judiciales, pueden definirse –haciendo una adaptación a la definición de MacIntyre,14
como las cualidades humanas adquiridas, cuya posesión y ejercicio tienden a hacer
capaces a los juzgadores de lograr aquellos bienes que son inherentes a la práctica
jurisdiccional y cuya carencia impediría a aquéllos, efectivamente, lograr cualquiera de
tales bienes.
a) Justicia: En cada uno de los asuntos sometidos a su potestad, el Juez se esfuerza por
dar a cada quien lo que le es debido.
f) Compromiso social: Tiene presentes las condiciones de iniquidad que han afectado a
una gran parte de la sociedad a lo largo de nuestra historia, y advierte que la
confianza y el respeto sociales que merezca serán el resultado de un trabajo
dedicado, responsable y honesto.
13
Gran Enciclopedia Rialp, Madrid, 1991.
14
Citado por Manuel Atienza, op. cit., pág. 138.
15
En este punto hacemos una adecuación de las definiciones contenidas en la obra “La Educación de las Virtudes Humanas y su
Evaluación” de David Isaacs, Ed. Minos, S.A. de C.V., México, 2003, pág. 467 y sigs.
7
j) Decoro: Cuida que su comportamiento habitual en el hablar, en el vestir y en el actuar,
esté en concordancia con el cargo y función que desempeña.
l) Perseverancia: Una vez tomada una decisión, lleva a cabo los actos necesarios para
su cumplimiento, aunque surjan dificultades externas o internas.
n) Sencillez: Evita en el trato con los demás actitudes que denoten alarde de poder.
¿Es conveniente que los principios que rijan a la carrera judicial de un país estén
previstos en su constitución?; ¿es conveniente que al mismo tiempo, constituyan los
principios rectores del Código de Ética Judicial? La respuesta a estas interrogantes es
afirmativa, mas no por ello es juridicista.
Es decir, no pretendemos sostener que las normas éticas derivan de las normas jurídicas
positivas. Lo que afirmamos, es que si en una constitución se establecen los principios
directrices de la carrera judicial y éstos tienen un auténtico contenido moral, dichos
principios deben considerarse, asimismo, como rectores del comportamiento ético de los
juzgadores y, en consecuencia, como pautas generales para la formulación de un código
de ética que rija la conducta de los funcionarios pertenecientes al sistema judicial
constitucionalmente reconocido.
Establecer en una constitución los principios que rijan a la carrera judicial y equiparar
éstos a los principios rectores del Código de Ética de los funcionarios judiciales referidos
en la propia Ley Fundamental, es un factor que necesariamente contribuirá a mejorar la
calidad de la función judicial.
b) Como la iniciativa para la formulación de un Código de Ética Judicial suele partir de los
órganos del Poder Judicial, resultaría contradictorio que, para tal efecto, aquéllos pasaran
por alto los principios orientadores de la carrera judicial, contenidos en la propia
Constitución.
8
Un Código de Ética Judicial basado en principios constitucionales no puede ser calificado
como una ley orgánica de carácter incoercible y por ello, carente de eficacia. En efecto,
hay normas de comportamiento cuya inobservancia jurídicamente no conlleva infracción
administrativa, pero que por su alto contenido moral, deben ser recogidas en un Código
de Ética Judicial. Piénsese, por ejemplo en el deber de estudiar a profundidad los
problemas jurídicos que se les plantean a los juzgadores; o en el deber de no delegar en
los subalternos determinadas funciones. En estos casos y en otros muchos análogos,
frente al incumplimiento de estas normas, la forma de mejorar la impartición de justicia es
inculcar en el juzgador el sentido de responsabilidad profesional. Éste es, según se ha
visto, una de las finalidades de un Código de Ética.
Por otra parte, la experiencia demuestra que muchas de las conductas consideradas en la
ley como causas de responsabilidad administrativa, son muy difíciles de acreditar. En este
sentido, un Código de Ética cuyos preceptos estén dirigidos al ámbito volitivo de los
juzgadores, con una finalidad eminentemente formativa, puede tener mayor eficacia que
las normas positivas.
Así pues, los principios de que se trata, pueden ser considerados desde perspectivas
distintas: como principios rectores de la carrera judicial, constituyen la base constitucional
de las normas jurídicas que deben organizar, regular y garantizar el adecuado desempeño
de los funcionarios judiciales; y como principios éticos, constituyen los patrones morales
que, por su contenido y generalidad, son el sustento de las normas deontologicas de la
función judicial.
Por lo que concierne al orden jurídico, corresponderá al Poder Legislativo dar contenido a
los citados principios rectores; y en lo que concierne al ámbito ético, será la comisión
redactora del código de ética, la que les dará contenido.
Los Códigos de Ética recoge los principios, reglas y virtudes judiciales, que se consideran
idóneos para constituir un referente deontológico, que pueda no sólo guiar la conducta de
los juzgadores de los diferentes países y sus auxiliares, sino facilitar la reflexión ética
sobre los diversos aspectos de la doble función que desempeñan: la estrictamente
9
judicial, de resolver los casos sometidos a su potestas; y la administrativa, consecuencia
de la primera, en relación el juzgado o tribunal a su cargo.
Así pues, la ética judicial merece idéntico tratamiento y valoración cualquiera que sea la
perspectiva desde la que se analice, ya sea desde el foro de la Cumbre o del Encuentro,
tanto desde el punto de vista de la estricta función jurisdiccional del juez como desde el
punto de vista administrativo-gubernativo. Una propuesta que no conlleve a la
convergencia de ambos foros en esta materia, no se traduciría en un beneficio directo y
efectivo hacia los justiciables de Iberoamérica.
Órgano de Emisión
ÓRGANO NOMBRE DEL ÓRGANO PAÍS
CÓDIGO
1. CORTES Corte Suprema de Honduras Código de Ética para
SUPREMAS Justicia Funcionarios y Empleados
Judiciales de Honduras
2. Corte Suprema de Panamá Código Judicial de Panamá
Justicia
3. Corte Suprema de Costa Rica Código de Ética Judicial
Justicia del Poder Judicial de Costa
Rica
4. Corte Suprema de Guatemala Normas Éticas del
Justicia Organismo Judicial de la
República de Guatemala
En los casos en los que no tienen un código de ética, la disciplina de los jueces se regula
en leyes expedidas por el Ejecutivo, que son más bien leyes de responsabilidades de
servidores públicos, como las hay en cualquier otro lugar.
Ámbito de Aplicación
DESTINATARIOS PAÍS
CÓDIGO
1. SERVIDORES PÚBLICOS Honduras Código de Ética para Funcionarios y
DEL PODER JUDICIAL Empleados Judiciales de Honduras
2. Panamá Código Judicial de Panamá
3. Costa Rica Código de Ética Judicial del Poder
Judicial de Costa Rica
4. Cuba Código de Ética Judicial
5. El Salvador Código de Ética del Servidor de la
Corte de Cuentas
6. Guatemala Normas Éticas del Organismo
Judicial de la República de
Guatemala
7. Unión Europea Estatuto del Tribunal de Justicia de
la Comunidad Europea
16
Reunión en Mesa Redonda de Presidentes Superiores celebrada en el Palacio del la Paz de La Haya, Países Bajos, el 25 y 26 de
noviembre de 2002.
17
La Corte Suprema de Bolivia adoptó y aprobó Los Principios de Bangalore sobre la Conducta Judicial por Acuerdo de la Sala Plena
No. 002/2004 del 30 de enero de 2004.
11
DESTINATARIOS PAÍS
CÓDIGO
de Estados Unidos de América
4. Iberoamérica Estatuto del Juez Iberoamericano
5. Italia Código Ético de los Magistrados
Ordinarios Italianos
6. Puerto Rico Cánones de Ética Judicial del
Tribunal de Primera Instancia
7. Venezuela Código de Ética del Juez
Venezolano o Jueza Venezolana
8. Internacional Estatuto Universal del Juez
Estructura Formal
ESTRUCTURA PAÍS
CÓDIGO
1. TÍTULOS, CAPÍTULOS Y Honduras Código de Ética para Funcionarios
SECCIONES y Empleados Judiciales de
Honduras
2. Panamá Código Judicial de Panamá
3. Costa Rica Código de Ética Judicial del Poder
Judicial de Costa Rica
4. Guatemala Normas Éticas del Organismo
Judicial de la República de
Guatemala
5. Comunidad Europea Estatuto del Tribunal de Justicia de
la Comunidad Europea
6. Italia Código Ético de los Magistrados
Ordinarios Italianos
7. Argentina Código de Ética Judicial de la
Provincia de Santa Fe
8. Iberoamérica Estatuto del Juez Iberoamericano
9. Venezuela Código de Ética del Juez
Venezolano o Jueza Venezolana
10. Internacional Estatuto Universal del Juez
13
14
ESTADÍSTICA DE LOS PRINCIPIOS CONTENIDOS EN LOS CÓDIGOS DE ÉTICA
14
IMPARCIALIDAD
INDEPENDENCIA
13
AFABILIDAD (amabilidad, cordialidad)
12 SECRETO PROFESIONAL
DILIGENCIA (cuidadoso)
HONESTIDAD (honradez)
8
NO PARTICIPAR EN OTRAS ACTIVIDADES
6 RESPONSABILIDAD INSTITUCIONAL
PRUDENCIA
5 SEVERIDAD ( dar exacto cumplimiento a la
norma)
HACER CUMPLIR EL DEBIDO PROCESO
4
EFICAZ
TRANSPARENCIA
3
SERENIDAD (objetividad)
BUENA FE
2
MOTIVACIÓN
1 EXCELENCIA
EQUIDAD
15
RÉGIMEN DE CUMPLIMIENTO Y SANCIÓN
Nos referiremos aquí al cumplimiento coactivo de las reglas y principios contenidos en los
códigos de ética analizados. Debemos advertir que los códigos de ética de manera
general no establecen sanciones ni la existencia de un órgano que conozca, resuelva y
sancione actos que no se ajusten a los principios y reglas éticos, en virtud de que tales
principios y reglas no fueron elaborados con la finalidad de complementar o reglamentar
la legislación vigente en materia de responsabilidad jurídica de los miembros del propio
Poder.
16
TRIBUNALES DE ÉTICA PAÍS
CÓDIGO
11. Internacional Estatuto Universal del Juez
SANCIONES PAÍS
CÓDIGO
1. PREVÉN SANCIONES Argentina Código de Ética Judicial de la
Provincia de Santa Fe
2. Panamá Código Judicial de Panamá
3. Venezuela Código de Ética del Juez
Venezolano o Jueza Venezolana
4. Puerto Rico Cánones de Ética Judicial del
Tribunal Superior de Justicia
17
ESTADÍSTICA DE PREVISIÓN DE SANCIONES EN LOS CÓDIGOS DE ÉTICA JUDICIAL
ANALIZADOS
13
12
11
10
PREVÉN
8
SANCIONES
7
NO PREVÉN
SANCIONES
6
18
ANÁLISIS BIBLIOHEMEROGRÁFICO
Josep Aguiló
Independencia
Imparcialidad
La imparcialidad trata de controlar los móviles del juez frente a influencias extrañas al
derecho provenientes del proceso. De este modo, la imparcialidad podría definirse como
la independencia frente a las partes y al objeto del proceso.
Ambas instituciones protegen no sólo el derecho de los ciudadanos a ser juzgados desde
el Derecho, sino también, la credibilidad de las decisiones y las razones jurídicas.
Manuel Atienza
Jueces para la democracia. Información y debate, número 46, editorial EDISA, Madrid,
marzo 2003
Templanza
Prudencia
Siguiendo a Kronma, es una virtud intelectual, pero no es sólo eso, ya que para ser
prudente no basta con poseer habilidad dialéctica, capacidad discursiva o argumentativa.
La prudencia implica algún tipo de intuición, pero no se reduce tampoco a la mera
19
intuición, pues una característica suya es el ejercicio de la deliberación, de la reflexión: el
juicio prudente es, necesariamente, un juicio reflexivo. La prudencia sería, más bien, una
especie de síntesis entre el pensamiento abstracto y la experiencia del mundo. Y lo que
permite que pueda llevar a cabo esa síntesis es la facultad de imaginación en la que, a su
vez, pueden distinguirse dos aspectos: Uno es el aspecto que podría llamarse estético;
es la imaginación como capacidad de invención, de ir más allá de la realizada, de sugerir
una pluralidad de alternativas para resolver problemas. El otro aspecto de la imaginación
tiene carácter moral y consta, a su vez, de dos elementos; la simpatía o compasión, esto
es, el ser capaz de ponerse en el lugar del otro; y la capacidad para mantener cierta
distancia en relación con los otros y con las cosas, para adoptar una actitud de cautela y
de serenidad
Otros
• Buen juicio
• Perspicacia
• Prudencia
• Altura de miras
• Sentido de justicia
• Humanidad
• Compasión
• Valentía
3. JUSTICIA EN EL MUNDO
Manuel Atienza
Revista Judicial Justicia en el Mundo, No. 10, Nilo, Madrid, Enero–Abril 2002
• Imparcialidad: Supone que el juez debe aplicar el derecho sin sesgo de ningún tipo y
derivan de la posición del juez como tercero frente a las partes, ajeno al conflicto.
20
• El buen juez no es simplemente el que cumple ciertas normas de conducta (y no
incurre en responsabilidad penal, civil o disciplinaria), sino el que ha desarrollado
profesionalmente ciertos rasgos de carácter que constituyen las virtudes judiciales.
4. REFLEXIÓN PERSONAL
• El juez debe decidir con prudencia (y conforme a las atribuciones legales) lo que le
soliciten.
21
6. Debe tenerse conciencia de que el cumplimiento del deber no es noticia ni produce
aplausos, a diferencia del incumplimiento que produce ataques, críticas y afecta
desfavorablemente a todos.
10. Los seres humanos tienden a la felicidad y para lograrla en el trabajo necesitan
encontrar satisfacción, día a día, en la relación con los compañeros y justiciables y
en la realización oportuna y calificada del trabajo que a cada quien corresponda.
• Lo deseable es que, soltero o casado, joven o no, el juez integre una familia a la que
ha de asegurársele determinada estabilidad económica, que le permita vivir dignamente.
• El juez debe sentirse exento de toda influencia política y no debe dar mérito para la
creencia de que sus ideas políticas –que es lógico que deba tenerlas- influyan en el
cumplimiento de su actividad.
• La aplicación de la ley es lo que legitima la función del juez: No debe tener miedo a la
aplicación de la ley.
• Según Naciones Unidas, el asunto judicial debe quedar reservado a la austeridad del
despacho y allí, en el momento de dilucidar el asunto no hay amigos ni enemigos, no hay
fuertes ni débiles, no hay poderosos ni desposeídos, hay casos.
• La conducta del juez debe excluir toda posible sensación de que es susceptible de
actuar por el clamor público o por la crítica periodística.
Aharon Barak
1. Independencia de la Judicatura:
2. El papel del juez es dar efecto a los valores profundos de su sociedad, como están
expresados en sus normas, tradiciones e historia.
4. El juez debe ser neutral con respecto a las partes: La neutralidad no significa apatía ni
indiferencia con respecto a la democracia, a la separación de los poderes, a la
independencia judicial o a los derechos humanos. Neutralidad significa equidad e
imparcialidad. Es la confianza de las partes y de la gente depositada en la integridad
moral del juez.
5. El juez debe ser objetivo: No debe imponer sus propios valores, sino los valores
básicos de la sociedad en la que vive.
23
8. Debe examinar su papel para cerrar la separación que existe entre la vida y el derecho
y hacer un balance adecuado entre la necesidad de cambio y la preservación del status
quo.
10. El juez debe hacer justicia, esto es, su trabajo es lograr un delicado equilibrio entre la
comunidad y la individualidad.
Cartas a un Juez que inicia su carrera judicial, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
México, Mayo 2001.
1. Todo juzgador debe tender a ser un jurisprudente por el estudio permanente del
Derecho, pues sería absurdo que fuese un “juris ignorans”.
2. Todo juzgador debe ser un intérprete de la ley escrita cuando sus prescripciones no
sean claras y precisas, para estar en la posibilidad de actuar con apoyo al principio
“secundum leges”.
3. Todo juzgador debe analizar exhaustivamente los casos concretos en que tenga que
emitir su fallo, observando el principio “Quod non est in autis, non est in mundo”.
4. Todo juzgador debe ser honrado en cuanto que nunca, jamás, debe recibir soborno
alguno.
5. Todo juzgador debe ser honesto no sólo en el desempeño de su cargo sino en todos
los actos de su conducta.
6. Todo juzgador debe ser imparcial sin inclinarse a favor de ninguna de las partes.
8. Todo juzgador debe tener dignidad y valor civil, no sólo para dictar sus fallos sino
para ordenar su ejecución.
10. Todo juzgador tiene el deber moral de renunciar a su encargo cuando se le pretenda
obligar, por cualquier presión política, a dictar sus resoluciones en el sentido contrario
a sus convicciones.
2. Benevolencia en el trato: Virtud que debe ser como una llama interior del juez que
alumbre, dé vida y calor humano a toda persona que trate con él (con los litigantes, con
los colegas y con el personal del órgano judicial). Respecto de los primeros, la
benevolencia requiere comprensión, cuando alegan en pro de su libertad, honor,
patrimonio, etc. Por lo que hace a la benevolencia en trato con los colegas, debe
traducirse en tolerancia, respecto de opiniones divergentes. En relación con el personal
del órgano judicial, la benevolencia no debe reflejarse en un trato despótico, hiriente o
despectivo. Esto último, sin que se confunda con la falta de firmeza del juzgador.
3. Conducta correcta: Este principio ve a la vida privada del juez, cuyo comportamiento
debe corresponder al de una persona de bien. El juez debe ser el espejo de un buen
padre de familia, alejado de vicios y ambiciones impropias.
4. Diligencia: El juez tiene el deber de aplicarse con celo a la vocación que la sociedad
le confió y que él aceptó. El juez debe serlo de tiempo completo. Lo menos que debe
hacer es decidir con expeditez, prudencia e imparcialidad.
5. Excelencia técnica: Debe ser un estudioso perpetuo, de modo que esté actualizado
en la práctica, en la doctrina y en la jurisprudencia. No se admite rezago ni inmovilidad.
Luigi Ferrajoli
Independencia
Imparcialidad
La imparcialidad es un hábito intelectual y moral, que no difiere del que debe presidir
cualquier forma de investigación y conocimiento. La imparcialidad debe ser:
25
-Institucional.- Es necesario que el juez no tenga un interés acusatorio, y que por esto no
ejercite simultáneamente las funciones de acusación.
Independencia
Se necesita de una fuerza que se preocupe de que, al menos, los valores superiores del
Derecho y la Constitución, permanezcan protegidos. Esa fuerza sólo puede ser el juez. No
debe estar comprometida, ni siquiera participar en la legislación, ni estar sometida o
depender de instrucciones ajenas. La independencia tienes dos aspectos:
Seguridad jurídica
El deber del juez respecto de los propios precedentes, no consiste en afirmar sobre ellos
su independencia o en proceder con arbitrariedad, sino en pronunciar una decisión propia,
teniendo en cuenta aquellos pero, resolviendo de modo suficientemente fundado.
Motivación y fundamentación
Varios
El juez debe abstenerse de todo activismo político, bajo cualquier forma en que se
ejercite.
26
El juez no puede olvidar que al impartir justicia, contribuye a crear la seguridad jurídica.
• El juez, entonces, tiene que ser un sabio y cada día más. Fuera de amar su oficio con
entrañable pasión y de cumplirlo con indeclinable entrega por lo mismo, ha de hacerlo con
inextinguible entusiasmo y acendrada devoción.
• Debe tener presente que sin probidad no hay justicia; que sin paciencia ni amabilidad
presagia la intolerancia, fuente de pugnacidad.
• Los jueces son como los que pertenecen a una orden religiosa. Cada uno de ellos
tiene que ser un ejemplo de virtud, si no quiere que los creyentes pierdan la fe.
• Serenidad: Equidad.
• El juez debe ser un hombre seleccionado entre lo mejor: Quien por su vida decorosa y
honesta, suscite acatamiento y respeto y por su prudencia acogimiento de sus decisiones
ante la inextinguible confianza de la seguridad en sus juicios; quien por su imparcialidad
27
alimente el más sano convencionamiento del equilibrio; quien por su amor al desvalido y
al débil, provoque la convicción de que se trata de un paradigma en la comunidad; quien
por ponderación y reflexión, luche por la igualdad, la proporción y la armonía,
características ineludibles de la administración de justicia.
Revista Lex, Difusión y Análisis, No. 47, Año V, Instituto de Investigaciones Jurídicas,
UNAM, Mayo de 1999
a) Se debe entender no sólo como el libre ejercicio de la jurisdicción dentro del ámbito
jurídico en el que está inmerso, esto es, de plena autonomía jurídica, sino también en
el ámbito personal, es decir, que tenga la fuerza moral y civil de anteponer ante actos
propios o comunes que puedan deparar beneficios personales, familiares o de
amistad, el deber judicial
b) Deber de compartir con sus pares y con los titulares de los órganos del Poder
Judicial Federal la inquietud de superación en conjunto y no individual.
c) Honestidad de aceptar los errores en que incurra y juntos como una verdadera
familia, enmendarlos.
Imparcialidad
El juez debe actuar con Imparcialidad, derivada de la práctica de las virtudes personales y
sociales.
Capacidad
Calidad de conciencia
Motivación y fundamentación
Lo que se pide al juez es tener una certeza moral que excluya toda duda razonable sobre
el acto externo y su imputabilidad.
Otros
El juzgador debe:
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• Tener el hábito de diligencia.
• Los propósitos que persiguen los Códigos de Ética, son los siguientes:
a) Surgen como una necesidad para combatir la corrupción ante la conciencia cada vez
más madura de las administraciones gubernamentales.
e) Buscan lograr, mediante los mecanismos que incorporan la transparencia del accionar
del funcionario público.
Anthony Kennedy
http://usinfo.state.gov/journals/itdhr/0999/ijds/kennedy.htm
Independencia (neutralidad)
Los jueces deben evitar conflictos de intereses. Para esto deben examinar sus
antecedentes y su propia actitud intelectual a fin de asegurarse de que actúan en forma
justa.
30
Conducta personal
El juez debe mantener una conducta propia de un alto funcionario judicial. Su vida
personal, la forma en que lleva a cabo la relación con su familia y la sociedad,
inevitablemente llegan a conocimiento del público, y el juez debe actuar con la conducta,
con la equidad, con la integridad, con la plenitud, con la rectitud que esperamos de
nuestros ciudadanos más responsables.
Otros
El juez debe insistir en que el abogado respete, no la dignidad personal del juez, sino la
dignidad del cargo que ejerce.
El juez debe garantizar que el proceso sea justo de muchas maneras. Debe dedicar el
mismo tiempo a ambas parte y tiene que ser rápido y eficiente.
Independencia
Motivación
Otros
El juez debe ser más sabio que ingenioso, más respetable que simpático y popular, y más
circunspecto que presuntuoso. Pero ante todo, debe ser íntegro, siendo ésta para él una
virtud principal, y la calidad propia de su oficio.
I. Principios generales:
31
a) Actuar según conciencia: Es actuar con profesionalismo, competencia, dignidad,
espíritu de servicio y responsabilidad. Lo anterior, dado que están de por medio
valores humanos muy elevados como la justicia, la paz, la seguridad y el
bienestar común.
32
e) Principios de información, de reserva y secreto profesional.
3. El secreto profesional.
g) Principio de colegialidad.
c) Competencia moral.
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regularidad en su conducta) y en las cosas (en la oficina y despacho, en
su doble carácter de local y de organismo).
d) Competencia física.
2. Salud psicosomática.
Luis Martínez-Calcerrada
Independencia
La independencia como plena inmunidad del Poder Judicial frente al Poder Ejecutivo, en
todas sus manifestaciones, es según Castán, acogiendo la frase de Ensor: "Que los
miembros de la Magistratura estén fuera del alcance de la influencia del Gobierno, de los
partidos políticos, y de otros poderes de hecho que puedan ejercerse a través del
Gobierno".
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• Psíquico.- Dotes de equilibrio y normalidad de elementos personales, profesionales y
sociales.
• Para cumplir de manera íntegra con los principios que la constitución señala para la
función judicial (excelencia, objetividad, imparcialidad, profesionalismo e
independencia), el juzgador debe estar en todo momento a la altura profesional y
ética que exige el cargo.
• La protesta del cargo entraña la adopción de una conducta personal que, sin importar
tiempos ni espacios, resulta profesional, honesta, proba, comprometida. Lo anterior,
de tal suerte que la dignidad del encargo está presente en todos y cada uno de los
actos del funcionario (incluyendo los de carácter privado). Ello, ya que sólo así, se
dignifica a la persona, se enaltece la función y se adquiere autoridad moral para
juzgar.
• Con la protesta del cargo se asume no sólo una responsabilidad profesional, sino
todo un estilo de vida. Entraña la facultad de ejercer un poder relevante y obliga a
observar una conducta integralmente honorable, para que el juez sea orgullo y
referencia dentro de su comunidad.
• El abogado debe evitar toda situación que pueda comprometer su libertad de espíritu y
opinión o que pueda afectar su independencia de criterio y decisión.
• El abogado debe tener como primer principio, luchar por la justicia por medio o a través
del derecho.
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• Cultivar en el ejercicio de su profesión, la virtud de la prudencia.
• Buscar y defender la justicia como un valor supremo, sin limitarse a ser un técnico
legista.
• El abogado debe conocer las normas éticas que regular el ejercicio de su profesión.
• El abogado debe actuar con celo, saber, pericia y habilidad, siempre con la más
absoluta observancia de las normas morales.
Sería censurable la actitud del abogado que presentase un escrito carente de sentido
lógico, con faltas ortográficas y sintaxis.
Independencia
La independencia judicial tiene por objeto garantizar la plena libertad de los jueces y
magistrados en el ejercicio de su función jurisdiccional, estando sometidos únicamente al
imperio de la ley. Como dice Guarnier, la independencia judicial supone la posibilidad de
decidir los casos particulares según conciencia y siguiendo, al menos en línea de máxima,
las indicaciones que proporciona el sistema normativo. Hay dos manifestaciones de la
misma:
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como de los denominados poderes fácticos o fuerzas sociales (medios de comunicación,
partidos políticos, Iglesia, etc.).
b) Interna.- Que ampara a los miembros de la Carrera Judicial frente a las perturbaciones
o intentos de dependencia de los demás órganos jurisdiccionales y sus propios órganos
de gobierno.
Imparcialidad
• Objetivo.- Incide sobre las garantías suficientes que debe reunir el juzgador en su
actuación respecto al objeto mismo del proceso.
No debe confundirse la imparcialidad judicial con la independencia del juez, ya que éste
puede ser independiente y sin embargo no ser imparcial, y viceversa. La independencia
despliega su eficacia en un momento previo al ejercicio de la función jurisdiccional,
mientras que la imparcialidad tiene lugar en el momento procesal, esto es, durante el
desarrollo de la propia función.
Constantino Sogga, establece los siguiente principios ético del servidor judicial:
• No olvides que tu vocación y dignidad para administrara justicia, está custodiada por
tu conciencia y por la opinión general.
• De nada vale tu saber jurídico, si no prestas atento oído al pedido de las partes.
• La dignidad de la función judicial, no permite ni tolera que bajes de los estrados que
la ley te otorga, para defender tus sentencias o pronunciamientos, utilizando para
ello la popularidad del periodismo; pero en cambio, elige el camino del libro, la
cátedra, el folleto o la revista.
• Bajo ningún punto de vista puedes creerte el poseedor de la verdad jurídica en una
causa determinada.
Alberto Saíd
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convicción perfectamente razonada o argumentada, más que las presiones externas
cualquiera que sea su origen.
5. Conciencia constitucional:
7. Conciencia democrática: El juez debe recordar en todo momento que mas que un
funcionario es un servidor público de la República.
9. Inserción social: Si bien el Poder Judicial debe ser independiente, no significa que
esté al margen de la sociedad. Esta exigencia no está reñida con la independencia
judicial, ya que una situación es autoevaluarse tomando información de terceros, y otra,
decidir bajo presión o consigna.
11. Humildad: Tener la capacidad de reconocer los hierros y pensar que cada caso es
una oportunidad única e irrepetible de hacer justicia y de fundar el fallo.
13. Responsabilidad judicial: Hay que distinguir dos acepciones del término
responsable: a) persona cumplida y b) persona que tiene que responder por algún cargo.
Si no se es lo primero, se tendrá que responder por lo segundo.
14. Recato o decoro: El buen juez debe ser mesurado en su vestir, hablar, etc. No
ostentación.
Sentido político: La división de poder público no significa que los jueces estén para
favorecer o atacar otro poder. Implica reconocer que la dimensión de lo jurídico llega
hasta el ámbito político.
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Enrique Sánchez Bringas
Cartas a un Juez que inicia su carrera judicial, Suprema Corte de Justicia de la Nación,
México, Mayo 2001
1. Debes ser, ante todo, un hombre libre, porque sin libertad, además de envilecer tu
esencia humana, atarás al derecho y, peor aún, encadenarás a la justicia.
3. Sé ejemplo de honestidad para que las partes que recurran a ti sepan, todo el tiempo,
que tus resoluciones nunca serán desviadas por tus intereses económicos, políticos,
religiosos o ideológicos.
5. Siempre actúa con la sabiduría y humildad de quien sabe perdonar para tener derecho
a juzgar.
10. Sé valiente porque el juzgador no puede abrigar las tibias emociones del cobarde ni
las flácidas indecisiones del timorato ante las presiones, amagos y amenazas de quienes
pretenden prostituir la justicia para satisfacer sus intereses.
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Discurso pronunciado en la toma de protesta de nuevos Magistrados de Circuito el 23 de
agosto del 2000
1) La fidelidad –a un ideal, a una pareja, a sí mismo– es una de las virtudes en las que
pocas veces se reflexiona con profundidad. Tal vez porque sea una de esas virtudes que
requieren con más fuerza de templar la voluntad y desarrollar el espíritu.
Serle fiel a la justicia, en este caso, es la misión que nos toca cumplir a quienes hemos
optado por el camino de la judicatura.
Por ello, ahora que toman posesión de uno de los cargos más distinguidos y elevados a
los que puede aspirar un miembro del Poder Judicial de la Federación, quisiera pedirles
eso: su fidelidad a la justicia.
2) Deber de apasionarse por su trabajo. Que sean conscientes de que sus resoluciones
son siempre importantes y que pueden transformar, no solo la vida de las personas
directamente afectadas o beneficiadas de ellas, sino muchas otras circunstancias del
país.
4) Trabajar hasta el límite de sus fuerzas. Piensen en la alta investidura que hoy se les
confiere y dignifíquenla. Que no los agobie la rutina. Amen su trabajo. Pongan, como
vigilante de su función de impartir justicia siempre al amor, pues, como dijera un filósofo
francés: el amor debe siempre vigilar a la justicia. Eso los llevará a estar en paz consigo
mismos.
6) Confiar en su capacidad; pero estudien siempre. Muchas horas al día. Y ante todo
ponderen. Piensen que su actuar, en la mayoría de los casos, se llevará a cabo
colegiadamente y de ésta manera habrán de tomar decisiones. Respeten, por ese hecho,
a sus compañeros en sus opiniones y compartan libremente la suya.
7) Sentirse orgullosos del cargo que desempeñan. Pocos pueden alcanzar el objetivo
de practicar el derecho al más alto nivel. En este momento específico de la historia de
México tenemos una sociedad dinámica y demandante a todas las instancias de gobierno,
y en particular a nosotros. Vean en el cargo un reto maravilloso, una forma de responder a
esa sociedad activísima, en efervescencia, que clama de nuestras respuestas.
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28. ÉTICA DE LAS PROFESIONES JURÍDICAS
Manuel L. Santaella
Colección Discursos, No. 24, Suprema Corte de Justicia de la Nación, México, 2002
• El juez está investido de ética al resolver las controversias cuando sujeta sus
decisiones a los principios que establece el artículo 100 constitucional citado; cuando
condiciona su actuar al compromiso de la conservación del estado de derecho
democrático y, especialmente, cuando estos factores se conjugan para consolidar la
eficacia y la confiabilidad de las elecciones como única vía legítima de acceso al
poder.
• El juez debe tener como imperativo ético que los asuntos sean resueltos en los
términos consignados en la Constitución y las leyes, que el criterio jurídico sea el
determinante en la resolución de los eventuales conflictos que sobre el particular se
generen, cerrando el camino a decisiones sin fundamento jurídico que pudieran
afectar el sentido de la voluntad popular expresada en las urnas.
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• La función de un juez electoral debe propiciar la convivencia pacífica y civilizada. Es
garantía de que la transmisión del poder social se lleve a cabo en forma
institucionalizada y de que se renueve el consenso en torno al pacto constitucional.
• Independencia de los jueces: El juez debe ser una persona no subordinada a ningún
poder político, económico, social o religioso.
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• El juez convencido y enamorado de su bien no puede ser minimalista. No debe
buscar simplemente resolver asuntos en grandes cantidades para aligerar la carga
de trabajo en su juzgado. Sabe que la justicia debe de impartirse en forma pronta,
pero entiende que la prontitud es, a su vez, una más de las características
esenciales a la naturaleza del bien que le es propio y al que se encuentra
entusiastamente adherido. No hay mínimos en la realización de la justicia; no se
puede ser medianamente justo.
• Ética judicial: Exigencias que conlleva el "buen juez", para alcanzar su mejoramiento
y felicidad.
• Exigencias universales: El juez debe ser imparcial, dado que carecería de todo
justificativo y contravendría su razón de ser, el suponer un juez que está al servicio
o para favorecer a una de las partes.
• 14 Exigencias:
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4a. Conciencia constitucional.
I. El servicio de la justicia:
• La principal responsabilidad del juez es la de ser justo, “su justicia no puede ser
libre y personal, sino que debe estar vinculada al derecho positivo”.
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• Actitud de la ley ante una ley injusta (Pío XII).
3. No puede reconocer ni aprobar expresamente una ley injusta. Debe seguir el curso de
la ley injusta siempre que sea el único medio de impedir un mal mayor (como podrían ser
a fin de no violar una garantía constitucional).
2. Ciencia
3. Diligencia
Probidad, engloba o abarca todas las virtudes, pues fundamentalmente equivale a ser
bueno, obrar con rectitud de ánimo, con hombría de bien, integridad y honradez en el
obrar
La probidad importa tanto como la fidelidad a la ley, a la verdad, a las costumbres. Debe
tener a inspirar confianza en el público y en sus clientes.
La lealtad, supone cumplir con las leyes de fidelidad, honor, legalidad, y verdad.
5. Veracidad
6. Independencia
9. Reconocimiento de su responsabilidad
A) Imparcialidad Judicial
• La imparcialidad trata de controlar los móviles del juez frente a influencias extrañas
al derecho provenientes del proceso. De este modo, la imparcialidad podría
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definirse como la independencia frente a las partes y al objeto del proceso (Josep
Aguiló)
• Todo juzgador debe ser imparcial, esto es, no debe inclinarse a favor de ninguna
de las partes. (Ignacio Burgoa Orihuela)
• El juez debe ser neutral con respecto a las partes: La neutralidad no significa
apatía ni indiferencia con respecto a la democracia, a la separación de los
poderes, a la independencia judicial o a los derechos humanos. Neutralidad
significa equidad e imparcialidad. Es la confianza de las partes y de la gente
depositada en la integridad moral del juez. (Aharon Barak)
• Como exigencia universal, el juez debe ser imparcial, dado que carecería de todo
justificativo y contradiría su razón de ser, el suponer un juez que está al servicio o
para favorecer a una de las partes. (Rodolfo Luis Vigo y Silvana Stanga)
• El buen juez es aquel que integra un poder y cumple su función no para servir a un
interés extraño a lo que requiere la solución jurídica para el caso que debe
resolver. Además, no sólo se debe preocupar por ser imparcial, sino también por
parecerlo. (Rodolfo Luis Vigo y Silvana Stanga)
• Imparcialidad: Supone que el juez debe aplicar el derecho sin sesgo de ningún tipo
y derivan de la posición del juez como tercero frente a las partes, ajeno al
conflicto.(Manuel Atienza)
B) Independencia Judicial
• Los jueces deben evitar conflictos de intereses. Para esto deben examinar sus
antecedentes y su propia actitud intelectual a fin de asegurarse de que actúan en
forma justa (Anthony Kennedy)
• La independencia judicial tiene por objeto garantizar la plena libertad de los jueces
y magistrados en el ejercicio de su función jurisdiccional, estando sometidos
únicamente al imperio de la ley. Como dice Guarnier, la independencia judicial
supone la posibilidad de decidir los casos particulares según conciencia y
siguiendo, al menos en línea de máxima, las indicaciones que proporciona el
sistema normativo (Joan Picó I. Junoy)
• Debe ser, ante todo, un hombre libre, porque sin libertad, además de envilecer su
esencia humana, atará al derecho y, peor aún, encadenará a la justicia. (Enrique
Sánchez Bringas)
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• El buen juez es aquel que integra un poder y cumple su función no para servir a un
interés extraño a lo que requiere la solución jurídica para el caso que debe
resolver. Además, no sólo se debe preocupar por ser independiente, sino también
por parecerlo. (Rodolfo Luis Vigo y Silvana Stanga)
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• La independencia del juez debe mantenerlo a salvo de toda influencia y como
muchas de ellas suelen ser artificiosamente exhibidas, escondidamente ensayadas
y cautelosamente dispuestas, su prudencia y cuidado no deben tener sosiego.
(Fernando Gómez Gómez)
C) Motivación
• Deber de actuar apegado a los criterios que la norma dicta, ajeno a los afectos o
desafectos del juzgador. (Guillermo I. Ortiz Mayagoitia)
• No debe imponer sus propios valores, sino los valores básicos de la sociedad en la
que vive. (Aharon Barak)
E) Profesionalismo y Excelencia
• Excelencia técnica: El juez debe ser un estudioso perpetuo, de modo que esté
actualizado en la práctica, en la doctrina y en la jurisprudencia. (Juan Díaz
Romero)
Reiterar como principios éticos básicos para todos los países iberoamericanos los ya
establecidos en la Segunda Cumbre Iberoamericana de Presidentes de Cortes y
Tribunales Supremos de Justicia y que tienen su reflejo en el Estatuto del Juez
Iberoamericano y en la Carta de Derechos del Ciudadano Frente a la Justicia.
Los Presidentes de las Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia de los países
signatarios de esta Cumbre, se comprometen a realizar todos los esfuerzos necesarios y
convenientes para delimitar los alcances de cada uno de los principios de los cuales
hayan decidido impulsar su implementación.
Los Presidentes de las Supremas Cortes de Justicia de los países signatarios de esta
Cumbre en cuyos países todavía no existe un código de ética, se comprometen a
promover su creación, cuidando en cada caso, la implantación de los principios señalados
en esta Reunión.
Los Presidentes de las Supremas Cortes de Justicia de los países que cuentan ya con un
código de ética, se comprometen a revisar el texto de los mismos, a efecto de promover
que las normas que rigen la ética de los jueces se acoplen al principio de independencia
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respecto a cualquier otra autoridad nacional o extranjera y respecto de cualquiera de las
partes involucradas en los procesos judiciales concretos, y a los principios derivados de
aquél.
Como parte del esfuerzo real que se está llevando a cabo respecto del cumplimiento
estricto de la legalidad y profesionalización del cuerpo judicial, los Presidentes de las
Cortes Supremas y Tribunales Supremos de Justicia de los países signatarios de esta
Cumbre, se comprometen a dar a conocer en sus respectivas judicaturas los principios de
ética que se consagran en cada uno de sus códigos de ética judicial. Asimismo, asumen
el compromiso de difundir entre los justiciables, a través de distintos medios informativos,
sus códigos de ética con el propósito de incrementar la confianza y la autoridad moral de
los juzgadores.
Los Presidentes de las Supremas Cortes de Justicia de los países signatarios de esta
Cumbre, se comprometen a hacer explícitos los principios de ética que se tutelan en cada
país, por medio de la inclusión de apartados especiales en los programas de capacitación.
En su caso, también harán saber a los destinatarios de los códigos de ética.
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