Templo de La Merced

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Fray Miguel de Orenes funda en

1535, tomando por titular al


arcángel San Miguel, el
convento de Nuestra Señora de
La Merced, sobre cuatro solares
que se le asignaron durante el
reparto, en la 5a. cuadra del
Jirón de la Unión. Es tradición
considerar a esta congregación
religiosa como la primera en
construir su casa en la ciudad.
Hay incluso cronistas de esa
orden que afirman haber tenido
una ermita, en ese mismo lugar,
mucho antes de la fundación de
Lima, el 18 de enero de 1535. El
nombre completo de este importante patrimonio nacional
es, desde su creación, el de "Convento Grande de San
Miguel de Lima del Real y Militar Orden de Nuestra Señora
de La Merced, Redención de Cautivos, de la Provincia
Mercedaria de la Natividad de Nuestra Señora".

El primer templo levantado por esta emprendedora orden


fue una rústica capilla que en 1541, año del asesinato de
Francisco Pizarro, se reconstruyó totalmente para
convertirla, de acuerdo al cronista Bernabé Cobo, "en una
grande nave cubierta de tablas, con capillas (hornacinas)
a los lados". Un año después, el 25 de marzo de 1542, los
sacerdotes acceden a que María de Escobar, la tradicional
importadora del trigo, la vid y los olivos, viuda del
aristocrático Francisco de Chávez, asesinado junto al
gobernador, construya por su cuenta el altar mayor del
templo, como sepulcro de sus familiares, mientras otros
conquistadores construían las demás capillas laterales.
Dice fray Víctor M. Barriga que "al principio el templo fue
de una pequeña nave, con cinco altares o capillas: el altar
mayor (al centro) y las capillas del regidor Francisco de
Ampuero y de La Piedad a la derecha, y las del Crucifijo y
de San Lorenzo a la izquierda."
En 1589, tres años después del primer gran terremoto
que azotó a la naciente ciudad, el alarife Alonso de
Morales adosó a la iglesia una torre cuadrada, considerada
como la primera que engalanó el paisaje limeño. Tres
años después el alarife Cristóbal Gómez rehace el claustro
primitivo con "ocho lanzas de arcos altos y bajos de
piedra" que en 1600 adorna su colega Francisco de
Morales con una bella pila, tomando como modelo la
existente en el convento de Santo Domingo. Y en 1608 se
inicia una nueva reconstrucción de la iglesia, que era de
una sola nave, ampliándola con dos naves colaterales,
introduciendo en la arquitectura autóctona la planta
basilical de tres naves abiertas con un amplio crucero.
Esto se logró perforando con arcos los muros medianeros
de las antiguas capillas hornacinas y cubriéndolas con
medias naranjas con linternas en su cumbre.

Esta transformación de la primitiva iglesia gótica-


isabelina, de una sola nave con capillas laterales, en una
iglesia de tres naves y gran crucero, transformó
totalmente el espacio interior del templo, dándole la
originalidad que a partir de entonces adoptaron también
las demás iglesias conventuales de Lima, para a su vez
esparcir el nuevo concepto arquitectónico hacia otros
templos de América del Sur.

Antes de su última transformación la iglesia fue


engalanada con muchas obras de arte, entre las que
destacaron el arco y portada de la capilla de la cofradía de
Nuestra Señora de Agua Santa "conforme al modelo de la
portada de las vírgenes Santa Justa y Rufina", iniciada por
el alarife Juan de Mora a partir del 10 de julio de 1595; la
escultura de dos varas de alto (aproximadamente 1.67
mts.) de Nuestra Señora de La Merced labrada en 1603
por el escultor sevillano Martín Alonso de Mesa
Villavicencio y el lienzo de 9 por 5 varas pintado, en mayo
de 1600, para el refectorio del convento por Angelino
Medoro.

También, a comienzos de ese siglo, realizan los


mercedarios obras fuera de su convento principal.
Construyen iglesias en el Callao y en San Miguel de
Miraflores. En 1604 fundan la recolección de Nuestra
Señora de Belén, en la calle del mismo nombre, por
iniciativa de Paula Piraldo y Herrera, rica encomendera de
Colán, propietaria de esas huertas. El 31 de julio de 1607
el escultor de la Virgen de La Merced citado anteriormente
empieza el retablo de la iglesia mercedaria de Ate cuyo
dorado estuvo a cargo de Diego Sánchez Merodio. Y en
1626 fundan el Colegio de San Pedro Nolasco al que en
1657 el maestro albañil Domingo de Aguilar contrata la
construcción del claustro, aunque subcontrata la obra con
los oficiales Nicolás de Valdés y Francisco de Alcocer, por
estar muy ocupado en la construcción de la bóveda vaída
lisa de la iglesia del Prado.

El destructor
terremoto de 1609
retraza la obra de la
ampliación del
templo que recién se
reanuda el 5 de
enero de 1613,
cuando los alarifes
Alonso de Arenas y
Andrés de Espinoza
contratan la
construcción de la capilla mayor, de dos capillas laterales
y del crucero. El primero de ellos hace además la traza de
la capilla de la cofradía de indios de Nuestra Señora de la
Consolación, ubicada entre la puerta y la torre, mientras
que el segundo contrata al año siguiente, el 28 de marzo
de 1614, hacer de ladrillo y piedra la capilla de Nuestra
Señora de la Piedad cuya imagen labrará el escultor Diego
Martínez de Oviedo en 1616.

La conversión del templo antiguo en una planta basilical


con ancho crucero se prolongó por varios años puesto que
el 3 de setiembre de 1621 el escultor Andrés de Espinoza
contrata la obra "del cuerpo de la iglesia" para adaptarlo a
la nueva traza y, todavía, a mediados de julio de 1628 se
construía el "nuevo templo" según traza del arquitecto
mercedario fray Pedro Galeano, gracias a los donativos del
capitán Bernardo de Villegas y de su esposa Marcela de
Montoya, cuya bella capilla-sepulcro era decorada, en
esos años, por el pintor romano Mateo Pérez de Alesio, en
compañía de su dicípulo Pedro Pablo Morón, y que hoy
está en proceso de restauración. En 1667 el alarife Manuel
de Escobar construye un nuevo campanario al tiempo que
hacía uno de espadaña para la iglesia mercedaria del
Callao.

Este templo, con su distribución interna muy semejante al


actual, fue enriquecido con muchas obras de arte antes
del gran terremoto de 1687. Entre ellas destacan el
retablo de la capilla del lado del Evangelio, cuya ejecución
fue contratada el 14 de marzo de 1628 al entallador Pedro
de Mesa; el retablo de la Santísima Trinidad coronando a
la Virgen, según una lamina del padre Urraca, quien
contrató su ejecución, el 20 de febrero de 1636, al
ensamblador Tomás de Aguilar y al escultor Pedro Muñoz
de Alvarado; un tabernáculo de cedro y roble que debía
colocarse en uno de los pilares frontero al púlpito
realizado, a partir del 20 de junio de 1637, por el
ensamblador y maestro de arquitectura, Asencio de Salas;
el "Santo Cristo" contratado al escultor sevillano Juan
Martínez Montañés el 13 de julio de 1640 por Luis de
Betancur y Figueroa, fiscal de la Inquisición, y que se
venera hoy como el Cristo del Auxilio; la corona de plata
para Nuestra Señora de Agua Santa que en 1658 realizó
el platero Juan Canelas Albarrán y cuya imagen de Cristo
Crucificado hizo en 1660 el escultor Francisco Martínez. En
1674 el platero Antonio Silveyra hace las lámparas para la
cofradía de Nuestra Señora de los Remedios.

Desde mediados del siglo XVII, hasta los primeros años


del siglo siguiente, trabajó en el arreglo y el
embellecimiento del conjunto monumental de La Merced
el arquitecto mercedario limeño, también escultor y
ensamblador fray Cristóbal Caballero. Este gran artífice va
a dejar su profunda huella en la arquitectura de este
notable patrimonio nacional, desde su rica portada
principal hasta en los detalles más pequeños de sus
claustros. El 1o. de octubre de 1671 el comendador de la
orden lo nombra "maestro mayor de todas las obras de
esta provincia" otorgándole además licencia para trabajar
en construcciones para otras congregaciones. Así realiza
importantes obras, como nos lo cuenta el padre Antonio
San Cristóbal, en los conventos de San Francisco, San
Agustín, Santa Ana, Santa Catalina, Santísima Trinidad, la
Concepción y en el Sagrario de la Catedral. Su calidad
profesional llevó a la ciudad a nombrarlo en 1696
"maestro mayor de fábricas reales", luego del
fallecimiento del alarife Diego Maroto que lo antecedió. En
1684 recibe el grado académico de "presentado", teólogo
antes de ser declarado "maestro". Al año siguiente, y
hasta mayo de 1688, es nombrado comendador del
convento de La Merced en el Callao. Como tal arrienda,
con permiso de sus superiores, la hacienda Surquillo al
alférez Cristóbal García de Paredes, que se instalará en el
actual centro de Miraflores. Debió fallecer entre mediados
de marzo de 1702, cuando realiza una última tasación del
retablo de Nuestra Señora de los Remedios, y el 24 de
agosto de 1703, cuando figura como fenecido en el
capítulo provincial de la orden de La Merced de ese día.

Cristóbal Caballero se inicia como alarife de La Merced


contratando la hechura del retablo de la cofradía de San
Lorenzo, el 28 de setiembre de 1659. El 30 de abril de
1664 se compromete ha realizar la cubierta de madera del
segundo claustro, que en 1662 inició el alarife Manuel de
Escobar. Al año siguiente, el 11 de setiembre 1665, se
compromete con el mayordomo de la cofradía de Nuestra
Señora de los Remedios para hacer un retablo nuevo
sobre otro viejo retirado por el carpintero Pedro de
Céspedes. El 6 de junio de 1679, año de la beatificación
de Santo Toribio, inicia el maestro alarife Francisco Javier
Domínguez la construcción del noviciado de La Merced y
poco más de un mes después, el 18 de julio, la planta alta
del segundo claustro, siguiendo en ambos casos los planos
y las directivas de Cristóbal Caballero. Después del
destructor terremoto de 1687, que destruyó gran parte
del templo y convento mercedario, trabajó arduamente en
su reconstrucción. Y a partir de 1696 inicia la construcción
de la bella portada de piedra que hasta hoy engalana al
Jirón de la Unión.

Entre el terremoto de 1687 y el de 1746, que nuevamente


destruye gran parte del templo y del convento, se realizan
las siguientes obras mas importantes: el retablo de la
Virgen de los Remedios hecho en 1702 por el ensamblador
Juan Rojas; a partir del 30 de agosto de 1714, el grabador
fray Miguel Adame pinta cuatro evangelistas para la
capilla de Jesús Nazareno, mientras el ensamblador y
dorador Juan José Ramírez Capitán hace su dorado y en
1739 el grabador Juan Francisco Rosa hace la imagen del
Señor del Auxilio. Mientras tanto en 1730 la virgen de La
Merced es declarada "Patrona de los Campos de Lima" y
sacada por primera vez en procesión.

La reconstrucción de la iglesia y el convento, después del


terremoto de 1746, fue un proceso lento que abarcó casi
integramente la segunda mitad del siglo XVIII. Con el
agravante de que el 24 de abril de 1775 se produjo un
devastador incendio que redujo a cenizas la sacristía y
parte del templo. Las obras de reconstrucción más
importantes y que prácticamente subsisten hasta el día de
hoy se realizaron en las siguientes fechas: entre 1759 y
1762 la torre, la bella escalera principal y los balcones
interiores; entre 1762 y 1765 la portada de Cristóbal
Caballero; entre 1765 y 1768 algunas medias naranjas y
la sacristía; en 1774 la biblioteca; en 1775 la sacristía
incendiada; entre 1777 y 1780 el segundo piso del
claustro principal; entre 1781 y 1786 la portería, los
altares del claustro principal y se inició la confección de
los lienzos de la vida de San Pedro Nolasco que adornan el
claustro principal; y entre 1786 y 1798 los altares de la
Virgen del Traje, San Ramón y Jesús Nazareno, y el Salón
Capitular.

Trece de las pinturas, sobre la vida del fundador de la


orden, que adornan el claustro principal ya citadas fueron
realizadas entre 1783 y 1792 por el pintor Julián Jayo,
bajo la dirección de fray Gabriel García Cabello. En 1786
Juan de Mata Coronado pinta uno y a partir de 1792 el
pintor Julián Falte hace los demás.

Durante esa misma época se fabrican las campanas que


hasta hoy siguen anunciando los ritos religiosos más
importantes del templo: en 1757 el fundidor Francisco de
León hace la que lleva la inscripción "Sea bendito y
alabado el Corazón de Jesús Sacramentado", en 1775 el
fundidor Pedro Mexía hace la "San José"y en 1787 el
fundidor limeño Diego Calero, que residía en Maravillas,
hace la campana grande de 1.56 mts. de diámetro.

Antes de la proclamación de la Independencia el


infatigable introductor en Lima del neoclasicismo, el
presbítero Matías Maestro, reconstruye totalmente el altar
mayor que en 1810 será dorado por el pintor Félix Batlle.
En 1807 el escultor José Vato labra una estatua de San
Bernardo. En 1810 el platero José Palomino hace seis
candeleros grandes de plata y el 30 de agosto de 1814 el
dorador Andrés Bartolomé de Mendoza dora, graba y
encarna las imágenes de la Virgen y San Juan del retablo
de Jesús Nazareno. El 24 de setiembre 1823 la Virgen de
La Merced es declarada "Patrona de los Campos de Lima y
sus alrededores y de los Ejércitos de la República del
Perú", en una pomposa ceremonia presidida por el
presidente de la República José Bernardo Tagle, "en
reconocimiento a la especial protección del Ser Supremo
por mediación de la Santísima Virgen de las Mercedes en
los acontecimientos felices para las armas de la Patria".

En 1860 el arquitecto Guillermo D'Coudry hace una


refacción integral del templo de La Merced especialmente
en lo tocante a la torre, las cúpulas y bóvedas entre el
altar mayor y el coro. Pero a fines del siglo pasado la
fachada de la iglesia de La Merced, incluyendo su
magnífica portada, va a ser cubierta con una gruesa capa
de yeso para darle un aspecto de arquitectura afrancesada
que el templo jamás tuvo. Este maquillaje fue levantado
afortunadamente en 1940 por el arquitecto Emilio Harth-
Terr‚ para restituirle el aspecto original que le dio el
notable alarife mercedario Cristóbal Caballero trecientos
años antes
Basílica de Nuestra Señora de la Merced
(Lima)
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La Basílica Menor y Convento de


Nuestra Señora de la Merced

Portada principal de la Iglesia de la Virgen de la Merced de


Lima

Edificio

Tipo Iglesia
Estilo Barroco churrigueresco

Localización Lima, Perú

Dueño Orden de Nuestra Señora de la Merced y la


Redención de los Cautivos

Construcción

Inicio 1535

Equipo diseñador

Otros Fray Miguel de Orenes (edificador)

La Basílica Menor y Convento de Nuestra Señora de la Merced, edificada por Fray


Miguel de Orenes en 1535, tomando por titular al Arcángel San Miguel. El complejo
religioso está ubicado en la tercera cuadra del transitado Jirón de la Unión en el Centro
Histórico de Lima, aquí se venera a la Patrona de las Fuerzas Armadas del Perú.

Contenido
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 1 Historia
 2 Detalles del templo
 3 El Venerable Padre Urraca
 4 Otros Recintos
 5 Bibliografía
 6 Véase también
 7 Enlaces externos

[editar] Historia
Detalle de la Torre, portada principal y puerta lateral de la Iglesia de la Virgen de la Merced
en el siglo XIX

Tan antiguo como la ciudad de Lima son el Convento y el Templo de La Merced. Según
antiguas crónicas se establecen que los terrenos donde se construye el Convento y la Iglesia
ya pertenecían a la orden Mercedaria. Sucede que el 13 de abril de 1534, el capitán
Francisco de Becerra hizo donación de éste solar, más seis mil pesos al Convento de la
Natividad de Nuestra Señora, que más tarde recibió el nombre de Convento de la Madre de
Dios de la Merced. En la Cripta del preparatorio, al lado de la sacristía, están las tumbas del
famoso donante junto a su esposa. Los Mercedarios es una de las órdenes religiosas que
llegaron para catequizar los pueblos conquistados en el Perú. Un año antes que Francisco
Pizarro, se establecen en este lugar, mientras que el conquistador se encontraba por Cuzco y
Jauja. El primer templo fue de madera; la actual es la segunda, hecha de adobe y ladrillo,
Su portada barroca fue labrada en 1591 por Cristóbal Gómez.

[editar] Detalles del templo


Su única torre, iniciada en 1539, debía ser más alta pero fue rebajada a raíz del terremoto
del 20 de octubre de 1687. Después del terremoto de 1746 la iglesia fue parcialmente
restaurada; en esta época también se reconstruyó la notable portada que adorna el frontis
con sus columnas salomónicas que es considerada como una reliquia histórica y artística de
gran calidad estética. Fue fabricada en una calidad especial de granito original de Panamá,
que traían como lastre, piedra usada como peso que se colocaba en el fondo del buque,
para favorecer su equilibrio, los galeones que venían a cargar minerales en el Callao. Esta
portada tan fina artísticamente tallada en tres cuerpos, se construyó utilizando piedras de
color gris y rosadas, formando una combinación que no se encuentra en otros templos
limeños. En el interior guarda retablos de diversos estilos y esculturas pinturas consideradas
joyas del arte virreinal.

El altar mayor es menos recargado que los otros completamente dorado al fuego. En la
parte central destaca la efigie de Nuestra Señora de la Merced imagen que desde 1615 fue
invocada como celestial protectora de la Ciudad, en 1730 el Cabildo Civil la nombró
PATRONA DE LOS CAMPOS DE LIMA, a raiz de su intercesión contra la esterilidad de
los campos, en la República fue nombrada patrona de las Armas del Perú por el Congreso
Constituyente en 1823. Con motivo de las Celebraciones del I Centenario de la
Independencia Nacional se solicitó el privilegio de la Coronación Canónica de tan célebre
imagen, realizándose el 24 de septiembre de 1921, bajo el padrinazgo del Presidente de la
República, Augusto Leguía, y de la Duquesa de Goyeneche, ante una gran cantidad de
fieles y miembros de las Fuerzas Armadas que rindieron tributo a su Reina y Patrona
otorgándole el título de GRAN MARISCALA.

La Virgen porta en sus manos los grilletes y escapulario de su Orden, asi como un rico
cetro de oro y las más altas condecoraciones militares, así como otras distinciones que
demuestran la gran devoción hacia María. Esta imagen sale en procesión el día 24 de
septiembre, escoltada y llevada en andas de Plata por los cadetes de las Fuerzas Armadas
del Perú y numeroso público.

El altar del Santo Cristo del Auxilio, imagen atribuida a Juan Martínez Montañés, guarda
la leyenda de las conversaciones de este Cristo con el Padre Urraca. Dicen que en una
ocasión su hermano lego Sebastían de la Cruz y Ayala, que se encargaba de atender su
culto, vio como desclavando su mano, le daba bendición. Al pie del altar de la comunión
están enterrados los restos del Padre Urraca, muerto en olor de Santidad. Ante la Cruz
donde hacia penitencia, ubicada a la entrada del templo, desde hace tres siglos la gente se
arrodilla con fervor religioso a este venerable fraile para suplicarle un milagro.

[editar] El Venerable Padre Urraca


Fray Pedro Urraca nacie en la Villa de Jadraque en Aragón, España, en 1583, vino de
España a los 19 años y el destino decidió su vocación. Cuentan que la nave en que viajaba
estuvo a punto de naufragar debido a la presencia de una gran tormenta que puso en peligro
las vidas de los tripulantes; entonces Pedro Urraca ofreció su vida a la Virgen si lograba
salvarse; de pronto el mar se serenó, y el barco continuó viaje a Quito con toda
tranquilidad. En esta ciudad inició Pedro Urraca su noviciado. De este lugar lo enviaron al
Perú. Durante su vida uso cilicio y cadenas de hierro sobre el cuerpo para hacer penitencia.
Al cabo de treinta años se le incrustó en las carnes produciéndole llagas profundas; el
médico se las retiró por orden del confesor. Después de muchos años volvió a España,
donde llegó a ser Director espiritual de la Reina Isabel de Borbón. Aunque le pidieron que
se quedara en la Corte, él prefirió regresar a Lima donde murió el 7 de agosto de 1657 a los
74 años de edad. Sus restos se localizan en el suelo de la iglesia, en la nave de la epístola,
allí existe una inscripción en la que se lee: "En este lugar y debajo de la tierra reposa el
cadáver del siervo de Dios Fray Pedro Urraca de la Santísima Trinidad". Su causa de
Beatificación se inició en Roma el 29 de abril de 1682. Sus virtudes heroicas fueron
proclamadas el 31 de enero de 1981 y fue declarado Venerable por el entonces Papa Juan
Pablo II.

[editar] Otros Recintos


El Convento posee en la actualidad dos Claustros:

1. El Claustro principal es amplio, con altares en las esquinas tiene zócalos de


azulejos.
2. El Claustro de "Los Doctores", por la serie de sobre relieves en los que se ven a
varios mencedarios que dictaron catedra en la Universidad de San Marcos. En este
claustro funcionó inicialmente el Colegio Nuestra Señora de la Merced

del año 1917 hasta 1972.

Ambos claustros están separados por una escalera monumental que luse a una cúpula de
media naranja en la parte superior.

En la biblioteca además de los incunables y libros religiosos muy antiguos; se halla el sillón
donde se sentaba el Padre Urraca, mueble que se ha convertido en una reliquia. En la
sacristía se encuentra la famosa Cruz de la Conquista traída por los mercedarios.

[editar] Bibliografía
 Colección “Documental del Perú”, Departamento de Lima, Volumen XV, Tercera
Edición, abril de 1973, LA MERCED. Levanta su monumental portada de
granito en pleno centro de Lima, páginas 42-43.

 “ITINERARIOS DE LIMA” por Héctor Velarde, Patronato de Lima, Segunda


Edición, 1990, Iglesia y Convento de La Merced, páginas 53-55.

 GUIDE TO PERU, Handbook for travelers, 6th. Edition, by Gonzalo de Reparaz


Ruiz, Ediciones de Arte Rep, Lima - Perú, Libro editado en idioma inglés por el
Fondo de Promoción Turística del Perú - FOPTUR, LA MERCED. (Church and
Convent of), páginas 93-95.
Basílica de Ntra. Sra. de la Merced
Zona: Lima Centro (Jr. de la Unión y Antonio Miro Quesada)

Fecha de Fundación: s. XVI

Estilo: Barroco - Rococó - Neoclásico.


Planta

Basilical de tres naves, cruz latina y cúpula sobre el crucero.

Mueblería

- Retablos de la Santísima Trinidad y San Serapio. barroco s. XVII.

- Retablos de Ntra. Sra. de la Piedad, San José y Ntra. Sra. de los Remedios, Ntra. Sra. de la Consolación,
Ntra. Sra. de la Antigua y San Hilarión. rococó del siglo XVIII

- Retablo de Jesús Nazareno de la Merced, rococó de la segunda mitad del siglo XVIII.

- Retablo Mayor, de Matías Maestro en 1805.

- Retablos del Señor de la Sentencia, Santo Cristo del Auxilio, San Ramón Nonato, San Pedro Nolasco,
neoclásicos del siglo XIX.

- Retablos de Ntra. Sra. de la Merced y el Sagrado Corazón de Jesús, barrocos del siglo XVII,
provenientes de la iglesia de Santo Tomás de Aquino.

- Sillería del Coro, barroco del siglo XVII con agregados del XVIII.

- Cajonería de la Sacristía, rococó tallada el año 1776.

Patrimonio

- Nuestra Señora de la Merced, titular del templo, s. XVII.

- Santo Cristo del Auxilio, de Juan Martinez Montañes, año 1603.

- Frontal del Altar mayor, s. XVII.

- Nuestra Señora de la Piedad, s. XVII.

- Señor de la Caida, s. XVII.

- San Miguel Arcángel, s. XVII.


- Cristo de la Conquista, s. XVI.

- Pechinas decoradas con relieves tallados que representas las virtudes. s. XVII.

- Escenas de la Vida de la Santísima Virgen, s. XVIII.

- Capilla del Capitán D. Bernardo Villegas, con pinturas de Mateo Perez de Alesio s. XVI.

- Santa Cruz del V. P. Fray Pedro Urraca, s. XVII.

- Grupo escultórico de la Asunción de la Virgen, s. XVII.

Observaciones

- Los origenes del templo de la Merced se remontan al origen de la Ciudad, se sabe que para el 18 de
Enero de 1535, Fray Miguel de Orenes, ya había establecido en la misma zona en que hoy se levanta el
monumental templo, una iglesia dedicada a Ntra. Sra. de la Merced.

- El templo gótico-isabelino hubo de ser prontamente reemplazado y en 1611 se empezó la fábrica de la


nueva planta basilical de 3 naves, intervino en las obras Fray Pedro Galeano.

- Lo más notable es su fachada tallada en piedra, en suntuoso estilo churrigueresco, obra de Fray
Cristobal Caballero hacia fines del siglo XVII, en su hechura se emplearon piedras traidas desde Panamá
en color rosa y caliza.

- En el Altar Mayor se venera la imagen titular de Ntra. Sra. de la Merced, Patrona de los Campos de Lima
y de las Fuerzas Armadas del Perú, es muy devota y en 1921 fué coronada canónicamente.

- El Santo Cristo del Auxilio es una de las extraordinarias obras de Juan Martinez Montañes, luego de la
restauración efectuada en 1990 se le devolvió la policromía original.

- El Cristo de la Conquista sugiere sin dudas la preeminencia de los Mercedarios en Lima, se tiene la
tradición de señalar que esta imagen presidió la primera Misa celebrada en la Ciudad de los Reyes el 18
de Enero de 1535.

- La única capilla que conserva su ubicación primitiva es la de Ntra. Sra. de la Piedad, al rededor del
mismo se observan lienzos con escenas de la vida de Jesús.

- El V.P. Pedro Urraca de la Santísima Trinidad es muy venerado por los limeños, su tumba se encuentra
en la capilla de Ntra. Sra. de la Merced. Todos los días 7 de cada mes el Jr. de la Unión se convierte en
largas filas que buscan llegar hasta la tumba de este Venerable Siervo de Dios, tiene abierto el proceso de
Beatificación.

- Es notable el camarín de Nuestra Madre de la Merced, excelente obra arquitectónica del siglo XVIII,
atribuida al Virrey D. Manuel Amat y Juniet.

- Entre las imagenes de mayor devoción se encuentran la de Nuestra Señora de la Merced, el Venerable
Pedro Urraca, Jesús Nazareno de la Merced, Ntra. Sra. de la Piedad, el Niño Jesús "El Doctorcito" de la
Merced, el Señor de la Caña y el Señor de la Caida.

- En esta Basílica tienen sede: la Cofradía de Caballeros de Nuestra Señora de la Merced, Venerable
Orden Tercera de N. S. de la Merced; Cofradía de Jesús Nazareno y el V. P. Fray Pedro Urraca,
Archicofradía de Nuestra Señora de la Piedad y la Hermandad del Niño Jesús el Doctorcito de la Merced.
Entre las hermandades de provincia con sede en Lima tenemos la de Ntra. Sra. de la Puerta de Otuzco,
Virgen de Alta Gracia de Huamachuco y Santiago Apóstol de Chuco.
Iglesia de La Merced (Lima, Perú)
Autor:Autor Anónimo
Fecha:1667
Museo:
Características:
Material:
Estilo:
Durante el siglo XVIII el arte hispanoamericano, como consecuencia de la reiteración que
provoca el gran desarrollo artístico, genera la repetición de unas soluciones que
paulatinamente se convierten en unas formas propias. En la composición de portadas y
retablos dos elementos arquitectónicos, la columna salomónica y el estípite, desempeñaron
un papel de primer orden. La columna salomónica, soporte de marcado carácter barroco, se
usó preferentemente en retablos aunque también aparece abundantemente en portadas,
alcanzando una importante difusión a partir del último cuarto del siglo XVII. La hallamos
en Perú en la portada de La Merced de Lima. El dinamismo y la exuberancia que
proporcionaba este elemento arquitectónico sirvieron para acentuar el carácter de prestigio
de algunos programas de determinadas órdenes religiosas.
El convento de Nuestra Señora de la Merced de Lima fue fundado en 1535 por Fray Miguel
de Orenes, por lo que se considera a esta congregación religiosa como la primera en
construir su casa en la ciudad. El primer templo erigido fue una rústica capilla que se
reconvertiría en un templo empleado como sepulcro por los nobles más importantes de la
ciudad. Dice fray Víctor M. Barriga que "al principio el templo fue de una pequeña nave,
con cinco altares o capillas: el altar mayor (al centro) y las capillas del regidor Francisco de
Ampuero y de La Piedad a la derecha, y las del Crucifijo y de San Lorenzo a la izquierda".
En 1589 se adosó a la construcción una torre cuadrada y tres años después se rehace el
primitivo claustro. En 1608 se amplia la única nave de la iglesia con dos laterales,
adoptando una planta basilical de tres naves abiertas con amplio crucero, esquema que se
adaptará en las demás iglesias conventuales de la ciudad y en otros templos de la región
sudamericana. A lo largo de los años se continuarán las intervenciones en la traza de la
iglesia, especialmente en forma de capillas, así como decoraciones de todo tipo. Los
numerosos terremotos sufridos por la región motivarían continuos trabajos de restauración,
lento proceso que abarcó casi todo el siglo XVIII.

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