Guías 7 de Historia, Sociedad Diversidad
Guías 7 de Historia, Sociedad Diversidad
Guías 7 de Historia, Sociedad Diversidad
CRITERIO DE DESEMPEÑO
Como se generan y reproducen las desigualdades a partir del análisis de
situaciones problemáticas actuales y cómo estas repercuten en el futuro.
TEMAS
Cultura y Sociedad
Identidad Nacional
Crisis de Identidad Cultural
DOCENTE
BARBARA ADELINA CONTRERAS ZAVALETA
INTRODUCCIÓN
Estimadas estudiantes en esta oportunidad les presento la guía N° 07 cuya finalidad es garantizar la
calidad de enseñanza y lograr la competencia y capacidad correspondiente a la segunda unidad.
Competencia 3
Crea un clima propicio para el aprendizaje, la convivencia democrática y la
vivencia de la diversidad en todas sus expresiones con miras a formar
ciudadanos críticos e interculturales
Capacidad:
Inicio que comprende las actividades de diagnóstico. Donde estas actividades forman parte de
la motivación interactiva que realizan los estudiantes para luego utilizar sus conocimientos previos en
preguntas formuladas y de esta forma resolver preguntas desafiantes con sustento epistemológico del
tema.
Desarrollo de contenidos son actividades de estudio que debe realizar mediante el trabajo
autónomo utilizando plataforma virtual Moodle de la institución y la guía de aprendizaje diseñada para
realizar diferentes actividades de trabajo como cuadro de doble entrada y otros. Luego encontramos
actividades de aplicación de lo aprendido aplicando una matriz de ABp.
En esta guía se utiliza como estrategia metodológica el Aprendizaje basado en problemas (ABp)
partiendo de situación problemática para luego analizar la información, planificar, elaborar hipótesis,
síntesis y autoevaluación. Utilizan para enviar sus productos o evidencia de aprendizaje las Tic como
plataforma Moodle de la EESPP Indoamérica y el correo electrónico para aquellas personas que no
tienen acceso a internet.
Cierre son actividades de evaluación que realiza el estudiante como fase de reflexión del tema la
autoevaluación y Metacognición de sus aprendizajes.
Concluida la actividad de aprendizaje se evaluará las evidencias con instrumentos de evaluación guía
de observación, rúbricas, con criterios establecidos que le ayudarán al logro de sus aprendizajes.
1.1 Motivación:
https://www.youtube.com/watch?v=CLLVIFA6dJM
PROCESOS DE DEMOCRATIZACIÓN
Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Cultura y Sociedad
Identidad Nacional
Crisis de Identidad Cultural
CULTURA Y SOCIEDAD
CULTURA
Es un concepto cargado de implicaciones y clave para la Antropología, como que es
la materia sobre la cual trabajan los antropólogos culturales.
Hay muchas definiciones de cultura, pero entre las más conocidas están la de
Eduardo B. Tylor (antropólogo inglés, 1823- 1917) que dice “Es el conjunto complejo que
incluye conocimiento, arte, moral, Ley, costumbres y otras capacidades y hábitos
adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad”. O la de Ralph Linton
(antropólogo norteamericano), quien afirma: “La cultura es la herencia social del hombre”.
Clyde Klukhohn, también antropólogo norteamericano dice que por “cultura la Antropología
quiere significar la manera total de vivir de un pueblo, el legado social que el individuo recibe de
su grupo. O bien puede considerarse la cultura como aquella parte del medio ambiente que ha
sido creada por el hombre” (Mendoza, H. 1987, p.278).
Cultura Y Sociedad
La cultura es el conjunto de todas las formas y expresiones de una sociedad
determinada. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera
de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias.
Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es toda la información y habilidades
que posee el ser humano. El concepto de cultura es fundamental para las disciplinas que se
encargan del estudio de la sociedad, en especial para la antropología y la sociología. La
UNESCO, en 1982, declaró: ...que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí
mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y
éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A
través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un
proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente
nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden. (UNESCO, 1982: Declaración de
México) Aunque muchas de las concepciones sobre cultura en el lenguaje común tienen su
origen en el debate de las ciencias sociales, o bien, existieron primero en el habla cotidiana y
luego fueron retomadas por las segundas, aquí se presenta un repaso sobre la construcción
histórica del concepto de cultura en las disciplinas sociales.
IDENTIDAD NACIONAL
Siguiendo al autor inglés Antony Smith (1997), la identidad nacional es una construcción social
que tiene implicancias multidimensionales. Es una construcción, pues responde a
clasificaciones y roles que la misma sociedad ha ido forjando a lo largo de los vaivenes de su
historia nacional (Hobsbawm & Ranger, 2006). Ello significa que, por un lado, es bastante
sólida y, por otro lado, es bastante flexible. La identidad nacional, como toda construcción
mental, puede ser modificada o destruida por pequeños cambios constantes o por eventos
traumáticos (Habermas, 1989). El ejemplo clásico es cuando una identidad nacional explota en
varios pequeños países. Sus diversos elementos, estando en permanente interacción, se
influencian constantemente para consolidar, trastocar, o destruir categorías conocidas de
nuestra identidad colectiva (Castoriadis, 1999). La identidad nacional se encuentra de esta
manera en permanente movimiento, realizando pequeños cambios influidos por nuevas ideas y
nuevos descubrimientos (Habermas, 1989). Podemos comentar el caso de la gastronomía
como un ejemplo del movimiento constante de la identidad nacional. La profesionalización de
los restaurantes y cocineros peruanos, que ha convertido a la comida peruana en un concepto
culinario de exportación mundial, se ha visto acompañada de un sentimiento de “orgullo” por
parte de los ciudadanos peruanos, que ha significado también un fortalecimiento de la identidad
nacional. Ahora los peruanos, dentro de los motivos de orgullo de su país, incluyen su deliciosa
comida, considerada entre las mejores del mundo.
La flexibilidad que permite los contenidos de la identidad nacional explica también por qué es
tan resistente frente a los estragos de su historia política. La identidad nacional, siendo una
construcción intelectual que funciona como un credo civil, logra agrupar lealtades de un cuerpo
político para superar colectivamente los obstáculos que se puedan presentar. Esta flexibilidad
le permite además combinarse con ideologías político-económicas y credos religiosos sin
perder su carácter propio. La identidad nacional refleja elementos inmateriales complejos de un
pueblo, su historia, sus principios, sus costumbres y sus creencias. Esto obviamente tiene una
influencia interna en su vida política, económica, social y moral. Parafraseando al pensador
alemán Fichte, la identidad de una nación reflejaría la manera de pensar y actuar de un pueblo
(1807). El comportamiento y los resultados obtenidos por la clase política o económica son
también un reflejo de su identidad nacional; son el reflejo de su cultura política y su cultura
económica (Noiriel, 2007). Algunos autores hablan del carácter o genio nacional de un pueblo;
ello representaría las características particulares que presentan los ciudadanos de una nación
para construir su futuro y conducir su destino. Según este punto de vista, toda nación tiene un
genio particular, una propia manera de pensar, de actuar, de comunicarse y de auto regularse.
De esto se desprende que los inventores o constructores de naciones se han preocupado por
rescatar el folklore, las tradiciones, los mitos, los saberes ancestrales y la música de un pueblo
(Thièsse, 1999; Andersen, 1993). Todos estos elementos sirven de materia prima para
construir un origen mítico donde el pueblo se convierte en el constructor de su propio destino
(Smith, 1997).
Las identidades nacionales, además, se componen de un origen mítico común, o lo que Anne-
Marie Thièsse llama escoger a sus ancestros fundadores (1999). Las naciones, en tanto
comunidades de nacimiento, deben determinar quiénes son sus ancestros fundadores. El
pueblo juega, en este proceso, una suerte de museo viviente donde se pueden encontrar sus
rasgos genéticos y su cultura original. Este proceso de escoger las raíces de la nación se hace
de una manera que tiene que ver con la historia del territorio, con los mitos fundadores y con
los nuevos descubrimientos científicos (sobre todo, arqueológicos). Anthony Smith lo llama
buscar el origen étnico de las identidades nacionales (1886). La idea es que existe una sopa
genética común, que es compartida por todo el cuerpo nacional. Hablar de diferentes razas que
componen la sopa genética es un tema delicado, pues puede confundirse con las ideas
racistas defendidas por el darwinismo social de finales del siglo XIX. Es por eso que debemos
ser precavidos y precisar que se trata de una mitología inventada con la finalidad de fabricar
una tradición común que incluya las múltiples mezclas genéticas producidas en la historia de
un país. Se trata de un linaje inventado, una filiación fraterna entre los ciudadanos que
pertenecen a una misma comunidad imaginada. La idea de la invención del origen étnico es,
sin embargo, un aspecto importante a utilizar en una construcción de una identidad nacional
como la peruana, que presenta una extraordinaria profundidad histórica. Una profundidad
histórica que se remonta a unos 14 000 años, cuando este hombre sudamericano pobló esta
parte del territorio y estableció, posteriormente, sus primeras sociedades organizadas como
Caral, ciudad que data de unos 5000 años (León, 2013). Se trata pues de la historia larga de
un hombre profundamente adaptativo, religioso, colectivista e intercultural. Insistir en la
profundidad histórica es necesario, pues, según autores como el alemán Heinz Wismann, la
profundidad histórica de una nación brinda a sus ciudadanos una forma de pensamiento que
ayuda a la innovación y creación. La responsabilidad histórica de pertenecer a una tradición, a
una civilización antigua, lleva a sus ciudadanos a ser más maduros, más graves, más
complejos y más cuidadosos en sus creaciones históricas (Wismann, 2012). Es necesario que
los peruanos integremos este elemento de una manera más explícita en nuestra identidad
nacional. Otro elemento importante a resaltar en la construcción de esta identidad nacional es
que el redescubrimiento de este hombre antiguo, creador de sociedades y hábitos complejos,
relativiza un poco el peso que le acordamos a la época colonial española. Es decir, que los 300
años de colonia española, en una historia de 14 mil años, tiene que ser relativizada en el
tiempo. Es necesario, como lo defiende el filósofo peruano Edgar Montiel, que tomemos
conciencia de que la colonia española corresponde solo a una capa de polvo en la historia de
este hombre sudamericano (2016). En la misma línea, la filósofa peruana Rivara de Tuesta
sostiene que hay que integrar este largo pasado pre colonial y entender que estos pobladores,
desde tiempos muy antiguos, practican la interculturalidad para integrar nuevos conocimientos
y nuevos grupos culturales (2000). El trabajo de definir quiénes son los grandes ancestros de la
nación peruana (si nos remitimos a nuestros 14 mil años de historia) está todavía pendiente.
Nuestros investigadores deben integrar cuidadosamente a todas las culturas prehispánicas y
sus diversos mitos fundadores, a Manco Cápac, Mama Ocllo, los Hermanos Ayar, a los jefes
pre-incas e incas, en el discurso nacional de la colonia y de la república.
La nación (su territorio y su sociedad) encarna, como vimos, esa patria donde nuestros
antepasados forjaron su historia y nos heredaron una tradición. La nación se convierte en el
depósito de nuestros recuerdos históricos y asociaciones mentales, que son compartidos por
nuestros conciudadanos en un proyecto social: el “proyecto nacional”. La identidad nacional
con su historia, tradiciones, mitos, principios y símbolos garantizan que una población esté de
acuerdo en momentos críticos sobre cierto número de principios esenciales. Este acuerdo
sobre principios fundamentales ayuda también a forjar el famoso destino nacional. Es por ello
que es necesario continuar, en el Perú, con la creación de una cultura de ciudadanía activa que
permita que sus pobladores cumplan con sus deberes morales y cívicos para asegurar la
viabilidad del país, por ejemplo, educar al pago obligatorio de los impuestos, única forma viable
para que el Estado cuente con los recursos necesarios para cumplir con sus funciones.
Es necesario continuar con más estudios, como este, para desmenuzar los elementos que
componen la identidad nacional e identificar los aspectos que deben ser corregidos,
reformulados o remplazados. Es necesario, además, fijar un zócalo de valores comunes para la
nación peruana. Con ello se hace referencia a un conjunto de valores que deban ser
promovidos por la república para componer una ética ciudadana peruana, que asegure a
mediano plazo un comportamiento virtuoso de los ciudadanos frente al Estado y la sociedad.
Nuestros ciudadanos deben tener un comportamiento ético y moral, que corresponda a los
estándares internacionales fijados por los filósofos políticos, lo que significa, en términos de
políticas de Estado, lo siguiente: la enseñanza y la promoción, desde todos los espacios
sociales posibles, de aquella ética civil peruana, donde los ciudadanos sean honestos,
trabajadores, innovadores, respetuosos de la ley, empáticos con sus conciudadanos,
defensores de los valores modernos (libertad, igualdad, justica), respetuosos de los derechos
humanos, etc. La formulación de la ética civil peruana para el siglo XXI debe ser una
concepción colectiva, en la que nuestros intelectuales y políticos confeccionen el mapa moral
con el que nuestros ciudadanos deben desenvolverse éticamente tanto en la sociedad peruana
como en la comunidad de naciones. Aquella ética civil peruana para el siglo XXI debe, también,
tomar en cuenta la profunda herencia histórica y social de la cultura peruana, inspirarse, por
ejemplo, en la ética colectiva inca con sus principios del ama sua, ama lluya, ama quella (no
seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso).
Este primer elemento de fondo nos permitirá contar con mejores ciudadanos. Esto tendrá un
impacto considerable en todos los aspectos de la vida social, pues el factor humano cumple un
rol central en el buen gobierno de un país, ya que son sus ciudadanos quienes crean las
nuevas ideas e innovaciones que enriquecen al país, quienes brindan los funcionarios públicos,
que tendrán un comportamiento probo ante cualquier circunstancia (para ayudar, así,
progresivamente a reducir la corrupción en todos los niveles), quienes otorgan recursos al
Estado a través del pago de los impuestos, quienes aseguran el respeto sincero entre los
ciudadanos de diversas clases sociales, etc. Esta reformulación a mediano plazo de la
identidad nacional es una tarea difícil, pero fundamental, ya que ataca al corazón de varios
problemas de fondo, lo cual lleva a recordar a Jean Jacques Rousseau, quien afirmaba que
todas las virtudes de un país provenían del corazón de sus ciudadanos (Rousseau, 1774).
Este aspecto, de alguna manera, está ligado al punto anterior y significa que es fundamental
tomar conciencia de la verdadera amplitud de nuestra identidad. Se trata de una identidad muy
antigua y muy rica en innovaciones culturales, de un pueblo (antiguo) con capacidades
excepcionales de creatividad, innovación, adaptación y cooperación. Muchas de estas
características todavía subsisten en nuestros días. El periodo colonial, en esta revisión nuestra
identidad, corresponde a un lapso bastante corto de nuestra historia nacional. Tal como lo
sugieren Edgar Montiel y María Luisa Rivara de Tuesta, es fundamental cuestionarnos sobre la
profundidad de nuestra conciencia histórica, cuestionarnos sobre nosotros mismos, sobre
quiénes somos y de dónde venimos. Otro aspecto importante es que, según ciertos estudios,
como el del alemán Heinz Wismann, la profundidad histórica (combinada con una educación de
alta calidad) favorece la creatividad y la innovación de un país. Esto puede tal vez explicar en
parte porque el Perú siempre ha sido una potencia cultural importante en el planeta.
Es necesario que los ciudadanos tengan acceso a diversos servicios del Estado, que estos
sepan cuáles son sus derechos, sepan elegir, ser elegidos, respetar las leyes y respetar a sus
conciudadanos. De igual modo, es fundamental reforzar los deberes cívicos que tienen los
peruanos hacia la nación y el Estado. Para empezar, se debe pagar obligatoriamente los
impuestos; una de las razones del déficit de institucionalidad en el Perú es la falta de recursos
económicos para poder asegurarse que el Estado haga su trabajo. La evasión masiva de
impuestos a la renta es una de las principales causas de la calidad de Estado que tenemos, un
Estado débil que es incapaz de hacer respetar el imperio de la ley sobre todo su territorio. Es
imposible construir un Estado fuerte si no se cuenta con los recursos económicos que peritan
contratar a los funcionarios públicos adecuados y comprar los medios materiales necesarios
para que estos funcionarios realicen adecuadamente su trabajo. Las deficiencias de
funcionamiento del Estado peruano crea un círculo vicioso que conlleva a la pérdida de
principio de autoridad del Estado y a la multiplicación de todos los delitos, que se ven
potenciados con la corrupción. Todos los ciudadanos (que tengan la obligación por su nivel de
ingresos y su edad) deben pagar impuestos y deben ser conscientes de que esto forma parte
de sus obligaciones ciudadanas ante el Estado y la nación. Entre otras obligaciones
ciudadanas que se deben reforzar también están la defensa de la nación frente a los peligros
que se puedan presentar, la creación de un cierto patriotismo económico y cultural para
potenciar el desarrollo nacional, el saber elegir democráticamente a los mejores gobernantes,
el luchar por su patria ante un conflicto bélico, el hacer lo correcto en todo momento, el respeto
absoluto de las leyes peruanas, el hacer respetar los principios de la república peruana, el
respeto en todo momento de sus conciudadanos, el saber concertar y cooperar en democracia,
etc.
El Perú debe servirse de la ventaja comparativa de ser una potencia cultural para fortalecer su
desarrollo económico y su identidad colectiva. La cultura contiene un soft power que puede ser
desplegado en las relaciones internacionales, económicas, políticas y sociales. Nuestras
numerosas creaciones culturales contienen un importante valor agregado que deben servirnos
como una herramienta para fortalecer nuestro desarrollo sostenible. El actual boom de la
cocina peruana en el extranjero es un ejemplo claro de los beneficios que puede significar el
utilizar nuestro vasto know-how cultural. El turismo es otra fuente de ingreso y de prestigio
nacional que puede ser aun vigorosamente potenciado. De igual manera, se puede mencionar
a la artesanía, la joyería, la textilería, los productos orgánicos, las plantas medicinales, los
productos agrícolas, las bebidas locales, las lenguas nativas, las tradiciones antiguas, las
danzas, entre muchas otras expresiones culturales, que pueden ser fuentes de desarrollo y
orgullo nacional. Nosotros tenemos una riqueza cultural que muy pocos países tienen: tanto su
profundidad histórica como su fabulosa historia nos ubican como una de las cunas de la
civilización mundial. Esta formidable herencia debe ser correctamente utilizada para fomentar
nuestras industrias productivas y para fortalecer nuestra identidad nacional.
La escuela es uno de los lugares claves donde se fabrican los futuros ciudadanos peruanos
(junto a la familia y la sociedad). Es fundamental que los valores nacionales peruanos sean
profundamente enraizados en el corazón de nuestros niños, para que estos no reproduzcan los
mismos errores que sus padres y puedan vivir en conformidad con la ética nacional. Se debe
invertir más recursos en educación pública para que esta mejore su calidad; también, se debe
otorgar una cantidad importante de becas en el extranjero (en áreas estratégicas) para
enriquecer nuestros recursos humanos y robustecer nuestras clases dirigentes. Los
ciudadanos peruanos que cuentan con una educación de primer nivel son muy útiles (por sus
acciones) en el fortalecimiento de la identidad nacional. Mario Vargas Llosa, Hernando de Soto,
Javier Pérez de Cuellar, Juan Diego Flores, Mario Testino, Gustavo Gutiérrez, entre otros
forman parte de nuestros motivos de orgullo nacional. Se debe, además, aplicar los
procedimientos de educación intercultural propuestos por el Ministerio de Cultura para formar a
los funcionarios públicos y a las futuras generaciones en el manejo de las herramientas de la
interculturalidad para su trato con las diversas culturas del país (de manera que todos los
ciudadanos puedan manejarse interculturalmente). Es importante continuar vigorosamente en
este camino para asegurar la recuperación de nuestras lenguas y tradiciones autóctonas. Este
proceso de interculturalidad puede servir también para corregir la desigualdad entre culturas y
ayudarnos a no perder elementos fundamentales de nuestra identidad nacional.
Los peruanos contamos con una herencia histórica excepcional (que se encuentra en el
inconsciente de todas las naciones del planeta). Ello nos permite construir una identidad
nacional única y muy rica. Esta formidable ventaja comparativa no ha sido, sin embargo,
totalmente aprovechada. En la construcción de las identidades nacionales. Es necesario
trabajar sostenidamente en cada uno de estos puntos. La originalidad del Perú (en tanto
nación) se encuentra sobre la base de su extraordinaria riqueza cultural, geográfica, histórica y
humana. Debemos terminar de afirmar la identidad nacional y afinar el proyecto nacional para
recuperar (lo más pronto posible) nuestro lugar entre las principales civilizaciones del planeta.
Grass, A. “Nada más terrible para los hombres y para los pueblos que no tener rostro, no tener
imagen, no tener esa parte tan importante que nos define, que nos caracteriza, que nos permite
identificarnos y nos da un sello distintivo ante los demás hombres y los demás pueblos”. (se
citó en Gonzales, 1987).
Definición
La crisis de identidad cultural son todos los acontecimientos que afectan a un individuo, el cual
está sujeto a un conjunto de personas dentro de la cultura, generando grandes cambios en su
sistema cultural. Es decir, la pérdida de identidad cultural consiste en el deterioro, pérdida y
cambios que se pueden presentar en la herencia cultural que se ha venido dando en una
sociedad.
Como surge
Esta crisis se debe a la falta de interés por conservar su cultura, es decir las personas de hoy
ya no valoran su historia como antes, no tienen interés por seguir conservándolo.
La falta de interés por parte de la comunidad indígena en conservar su cultura ha provocado la
pérdida de su identidad, lo que ha llevado esta situación a un progresivo deterioro de sus
formas de vida. Esta crisis se da principalmente por los procesos sociales y políticos, donde la
realidad socioeconómica de las regiones andinas ha motivado que muchos de los pobladores
salgan a distintos lugares, este fenómeno a mayor grado o menor grado afecta a la identidad
cultural de los pueblos. Haciendo que cambien y aprendan nuevas culturas. Esto daría pase a
los procesos migratorios que es otra causa de esta crisis, donde los pobladores viajan del
campo a la ciudad, y en otros casos salen del país. Es ahí donde aparecen nuevas culturas y
tienen que afrontar y adaptarse a esas culturas, en unos casos se ven influenciadas por estas y
van perdiendo su propia cultura y en otros casos la persona siempre tendrá presente su
cultura.
La crisis de identidad cultural se produce cuando por alguna razón (en este caso migración) se
deja de pertenecer al grupo con el cual se compartía el mismo idioma, los mismos valores,
tradiciones y costumbres y la persona se halla inmersa en una cultura que tiene que aprender a
descifrar. Allí es cuando comienza, entonces, el proceso de aculturación. ( recopilados de
Sentido Latino, 2018). Frente a esto es posible que se dé la discriminación donde por ejemplo
el desprecio de su lengua como es el quechua, ocasionan problemas de autoestima, donde la
persona se siente menos y trata de ocultar su lengua u otros aspectos que lo identifican
haciendo que ya no evidencian parte de su cultura, porque constituyen estigmatizaciones
negativas de menosprecio, que afectan a la identidad individual de muchos de nuestros
conciudadanos. Ocasionando que se pierda parte de su identidad. Otra causa de la crisis de
identidad cultural se debe al proceso de globalización donde los ciudadanos optan por lo
demás en vez de lo suyo. La estandarización cultural básicamente impone costumbres con
otras ya existentes, de esta manera se crea un ideal que es aceptado en la sociedad y deja a
un lado la individualidad. Hoy y como respuesta a la globalización, crece entre los pueblos una
necesidad de autoafirmación de sus identidades que lucha por preservar, conservar y
recuperar aquellos elementos simbólicos de su ayer que les sirven para entenderse en una
recuperación que sólo a ellos les corresponde decidir y realizar. Mac, J. Latinoamérica vive
intensos procesos culturales como parte del fenómeno globalizador de las economías que, al
homogeneizar patrones de consumo, afecta a las culturas locales (principalmente a las
populares e indígenas), así como a los mecanismos a través de los cuales los portadores de
estas culturas construyen, modifican y redefinen sus propias identidades.
La pérdida de la identidad cultural da como origen el surgimiento de nuevas culturas y estilos
de vidas multiculturales, que se desarrolla en el tiempo, formando nuevas sociedades. Si la
sociedad mayor o global, discrimina, desconoce, margina al indígena, a sus comunidades, a
sus organizaciones, a su realidad, cualquier acción de cambio, de desarrollo va a conducir a la
aculturación, a la asimilación, a la desaparición del indígena, ya que ello supone
inevitablemente la pérdida de identidad (Berdichewsky y Vives, 1970; Bengoa, 1994)
ACTIVIDADES DE ESTUDIO
Actividad N° 1
Trabajo autónomo:
Lectura individual utilizando el subrayado lineal identificando las ideas principales y
secundarias (Aula virtual)
Trabajo colaborativo:
b) En grupo de 4 alumnos (as) organizar la información para la exposición, fomentando el
diálogo y debate en aula virtual:
Rojas, J. (2010). Contexto nacional y local (social, político, económico y fiscal).Módulo 5. Edición
Héctor Cuya Chumpitaz
Rojas, J. y Plleri, R. (2008). Contexto nacional y local (social, político, económico y fiscal).Módulo
Edición Héctor Cuya Chumpitaz
Silva, F. (1977). Antropología. Editorial Universidad de Lima..
Vilchez, A, Gil Pérez, D. Toscano, J.C.y Macías, O. (2014). “ Diversidad Cultural” http:
https://es.slideshare.net/klidadunik/cultura-y-sociedad-presentation
https://luisbarillasc.wordpress.com/cultura-y-sociedad/
https://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con5_uibd.nsf/
724B14F44EA54588052582BE00770AD7/%24FILE/ART4-G-Pastor.pdf
FICHA DE EVALUACIÓN
1.
2.
3.
4.
5.
6.
TOTAL
NOTA GRUPAL